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Morin sobre Ucrania: intento no perder la esperanza

El tema de la invasión de Rusia a Ucrania está en el fondo de nuestra mente condicionando cualquier análisis crítico de realidad que se haga. El tema es muy complejo. Y no se pueden hacer juicios simplistas de buenos y malos. Yo estoy perplejo desde el primer momento en que publiqué el artículo de un analista ruso que hasta el último momento siguió afirmando que no habría invasión:   Nos equivocamos porque no nos equivocamos. Muchas veces he vuelto a ese interesante sitio ruso Perfil. Bueno, al final, más aún que con Chomsky, me quedo con el análisis de uno más viejo aún que él y mas riguroso en entra con realismo pero sin idologías previas. Creo que os gustará este artículo de Edgard Morin en El País. AD.

Es deseable que la paz llegue lo antes posible, porque el conflicto no solo está provocando desastres irreparables en Ucrania, sino empeorando las condiciones de vida en todo el mundo


La guerra está intensificando la dictadura de Putin. Quizá acabe por haber un golpe de Estado para derrocarlo, aunque parece difícil, visto el estricto control de la policía secreta. Putin asume al mismo tiempo la herencia zarista y la estalinista sin ser ni un zar ni un Stalin. Exalta el culto a la Gran y Santa Rusia zarista y utiliza los métodos de la policía secreta estalinista. No fomenta el culto a su personalidad, pero a veces le encanta presumir de su virilidad. Se ha ido volviendo gradualmente más autoritario y represivo. Sufrió con la desintegración de la Unión Soviética y es consciente de que no podría resucitarla, aunque haya declarado que “quien no añora la URSS no tiene corazón, quien desea restaurarla no tiene cabeza”. Ha expresado la voluntad de recomponer al menos el núcleo eslavo y no perder de vista el Cáucaso.

Además, la realidad ucrania se ha impuesto, pese a que Putin pensaba que no eran más que un puñado de pequeños rusos (el nombre tradicional ruso que se daba a los ucranios) y rusos. Para él, Ucrania no era una entidad nacional. No tenía ni idea de que la agresión rusa iba a completar y consolidar esa unidad.

Sin embargo, Ucrania es un país complejo. Incluso dejando aparte Donbás, hay una minoría rusohablante (cuyo volumen es imposible saber) dividida entre la hostilidad a una Rusia dictatorial y devastadora y la adhesión total a la Madre Patria. Florence Aubenas ha escrito en Le Monde sobre una pequeña manifestación prorrusa que tuvo lugar el 9 de mayo en Kiev. También está la ambigüedad de un culto con estatuas a Stepan Bandera, el líder de la independencia ucrania, primero inmigrante y luego colaborador de los nazis y cómplice de sus crímenes durante la ocupación de Ucrania por la Wehrmacht. El legado nazi del banderismo es minoritario, sin duda, pero fueron los fascistas ucranios los que estuvieron en primera línea en la guerra contra los separatistas de Donbás y quienes cometieron abusos allí. El regimiento Azov se creó bajo un mando fascista y se integró en la Guardia Ucrania durante aquella guerra. Por supuesto, Ucrania se ha democratizado a medida que se ha urbanizado y ha adoptado patrones de consumo occidentalizados gracias a su auge económico. El viejo antijudaísmo popular de la Ucrania rural ha ido desapareciendo, y hoy es judío el presidente democráticamente elegido. Todas estas contradicciones se han limado con la guerra.

¿Es posible un acuerdo?

Para que haya paz con una rendición como las de Francia en 1871 y 1940, es necesario que los vencidos sufran una derrota absoluta. De no ser así, la paz consiste en una serie de concesiones y acuerdos que dependen de la correlación de fuerzas y las sutilezas de la diplomacia.

En la actualidad, la correlación de fuerzas está más o menos equilibrada, con las dificultades de Rusia para ocupar todo Donbás, e incluso una posible ocupación cambiaría el equilibrio de poder pero no significaría la derrota de Ucrania. También podría producirse una ofensiva ucrania que hiciera retroceder a los ejércitos rusos hasta la frontera, pero Rusia seguiría siendo una enorme y amenazadora potencia militar.

Por tanto, un compromiso pacífico es posible, a pesar de las acusaciones recíprocas y los odios exacerbados que lo ponen tan difícil.

El compromiso implica la independencia de Ucrania, que es fundamental, pero independencia no significa forzosamente integridad territorial. Aquí interviene el problema de Donbás, una región industrial equipada y habitada en gran parte por rusos durante la época de la URSS y que hoy sigue siendo rusófila y rusohablante. Desde luego, hay muchos rusohablantes que se han vuelto en contra de la dictadura de Putin y la brutalidad de la invasión rusa, pero muchos otros participan desde 2014 en la guerra contra el ejército ucranio. Es difícil que esta región vuelva a formar parte así como así de la Ucrania actual, que se ha vuelto visceralmente antirrusa. De hacerlo, los prorrusos sufrirían una dura represión y no dejarían de rebelarse. Es difícil que se integre en una Ucrania federal. Sería deseable un referéndum para decidir si quieren ser una república “independiente” o incorporarse a Rusia —cosa que solo podría hacerse a cambio de que se garantizase la independencia de Ucrania mediante un acuerdo internacional del que formara parte la OTAN—, con una neutralidad siguiendo el modelo austriaco o la integración en la Unión Europea. Y creo que sería importante pensar en una futura inclusión de Rusia en la Unión Europea como consecuencia positiva de la relación entre Rusia y Occidente.

Dada la importancia económica y estratégica de Donbás para Ucrania, habría que instaurar un dominio compartido ruso-ucranio para compartir sus riquezas.

Será necesario abordar la situación del litoral del mar de Azov. Para compensar el control ruso, se podría dar a Mariupol y Odesa el estatuto de puerto franco, como se hizo en su día con Tánger.

Asimismo, sería deseable que desde el mismo momento del armisticio se prevea la posibilidad de exportar trigo ucranio y trigo ruso a los países que se están quedando sin él.

El importe de las reparaciones y la reconstrucción de Ucrania tendrá que correr a cargo no solo de Rusia sino también de Occidente, que, con su contribución a la guerra, también ha colaborado objetivamente en la destrucción.

Hay que calmar y combatir la histeria antirrusa presente en Ucrania, pero también en Occidente, de la misma manera que se combatió la histeria antialemana que confundía a Alemania con el nazismo. Es vergonzoso que se prohíba actuar a los artistas, bailarines, directores y deportistas rusos y es un acierto que, a pesar de la petición de los cineastas ucranios, no se excluyera a los cineastas rusos del festival de Cannes.

Es deseable que la paz llegue lo antes posible, porque la guerra no solo está provocando desastres humanos irreparables en Ucrania, sino empeorando las condiciones de vida en todo el mundo y aumentando el peligro de hambruna en muchos países. La guerra no deja ver todos los problemas vitales que debemos afrontar: la degradación ecológica del planeta, el calentamiento global, el desenfreno del beneficio, que impulsa la crisis ecológica y la crisis generalizada de las democracias en el mundo, agravada por una pandemia aún sin contener y que puede volver a descontrolarse.

Intento no perder la esperanza, no ya por mí, sino por el bien de las nuevas generaciones y nuestros descendientes.

Traducción de María Luisa Rodríguez Tapia

12 comentarios

  • Javiierpelaez

    Aquí en el fondo hay un dilema moral mal planteado…Se dice que los europeos nos hemos hartado de apoyar a Zelenski porque el empecinamiento de este tío nos va a causar la ruina económica.(la inflación,la crisis del gas…).Luego se decía que  la  opinión pública se cansaría de tanta guerra…..Luego están los que dicen(el Papa Francisco entre ellos) que esta guerra fue en parte provocada por Occidente…Pero la cosa para mí es mucho más sencilla…El objetivo de Rusia era invadir Ucrania y poner un gobierno títere…En parte ha fracasado por errores de percepción rusa(se creían que los rusofilos se iban a levantar a su favor) y en parte por la ayuda militar occidental…Otra cosa es que una vez abortadas las intenciones iniciales rusas,haya que mantener una guerra indefinida porque a Zelenski quiera recuperar hasta Crimea…En términos generales las guerras se sabe cuándo empiezan,pero no cuando acaban…Los intereses armamentística,los odios que generan,las fuerzas que desencadenan ,las hacen imprevisibles…Es coherente mantener que era legítimo ayudarle al principio, y al mismo tiempo decir que esto se tiene que acabar cuanto antes…No porque estemos cansados(que las guerras cansan dese el principio),sino porque un asunto no tiene solución militar,hay que negociar…Lo demás son gaitas y no precisamente gallegas…

  • Javiierpelaez

    Hablando en general es importante no perder la esperanza….Si la gente madura no tenemos esperanza, qué tenemos… Después de una pandemia(que al parecer ,con otros factores socioeconómicos,ha producido un incremento de las ideas autoliticas entre los jóvenes del 42 por ciento,según leo),de un volcán ,de esta guerra…Si la gente madura no creemos que algunas de estas cosas tienen alguna solución,que esperamos que piensen nuestros hijos o nietos… Cuando eres joven tienes derecho a ser pesimista(si eres un joven burgués idealista porque no conoces que las posibilidades de cambiar el mundo no son acordes con tus expectativas; si eres un joven trabajador porque vives en el “no me lo puedo permitir”,aunque hoy la segunda categoría es preeminente),pero coño si eres una persona madura que tienes la vida más o menos resuelta,no tienes derecho a no tener esperanza por mucho que te haya baqueteado la vida…Alguna solución tendrá la guerra,el cambio climático y este capitalismo digital criminal en que vivimos….por mucho malestar psíquico que nos cause….La esperanza a cierta edad es un obligación moral…Ya sé que un pesimista es un optimista bien informado,pero la esperanza es algo distinto al optimismo/pesimismo….

  • Antonio Llaguno

    Creo que la paz y los acuerdos, empiezan siempre con “buenos deseos”, en especial si están cargados de sentido común y modestamente veo mucho sentido común en lo escrito por el Sr. Morín.

    Sólo añadir, que pienso de verdad que, si bien es imprescindible encontrar la manera de llegar a un acuerdo, porque es la única manera de parar la guerra, Occidente, que para mi (y se que no todos piensan igual), tiene superioridad moral evidente sobre Putin y sus esbirros, haga los deberes y deje de depender escandalosamente de los productos rusos.

    Pienso que Putin nunca hubiera invadido Ucrania si no supiera que tiene a Occidente (empezando por Alemania) bien agarrado por donde más le duele. Hay manera de evitar esa dependencia y los remilgados políticos europeos, en vez de discutir sobre si se ponen o no la corbata, deberían invertir sus muchos recursos en independizarse económicamente de países extremadamente “sospechosos” o “peligrosos” como Rusia o China.

    Dicen que Putin, ahora, quiere armar a las repúblicas bolivarianas de Sudamérica. ¿Lo consentirá USA? ¿A que no?

    Nos esperan tiempos comlicados.

  • oscar varela

    Hola!

    Un viejito LLENO de “buenos deseos”:

    y VACÍO de “lo que está pasando”.

    • oscar varela

      ¿estará enterado que existe la OTAN?

    • Antonio Duato

      Preciosa impertinencia, intentando justificar ese VACIO de realidad actual con que has sentenciado ya la reflexión de Morin. Pues va a ser que sí, que sabe que existe la OTAN y lo que tiene que ver en el conflicto actual. Si hubieras pinchado en Oscar Morin, que está en mayúscula y azul, verías que este es el tercer artículo de Morin en El País. Y en el primero que puedes abrir aquí verás la de veces y conocimiento con que alude a la OTAN… ¿Susceptible? Bueno, tal vez solidaridad de viejito con quien me lleva más de diez años. Y me infunde ánimos a que podemos seguir al día a pesar de la edad y de ser europeos…

      • oscar varela

        Ok, Antonio!

        Pero tengan cuidado con que se

        PUEDE DESATAR UNA CATÁSTROFE

        – Militares ucranianos lanzan ataques contra puntos débiles de la central nuclear de Zaporozhie, incluido el sistema de enfriamiento, lo que podría causar “una catástrofe peor que la de Chernóbil” en 1986.

        Nota: no puse la noticia hasta ahora porque ya me dijiste que no te parece bien que yo ponga “información” periodística en Atrio ¿qué le vamos a hacer, no?

  • Javiierpelaez

    Básicamente de acuerdo.Además conviene añadir que militarmente (aquí cito a Jesús Núñez que se lo acabo de escuchar en la Sexta) es completamente imposible que Ucrania recupere todo su territorio…No tiene población (sería necesario una relación 5 a 1 en zonas urbanas). Completamente inviable…Está bien lo que propone Edgar Morin…Esta guerra es un complemento desastre no solo para los ucranianos….

  • ana rodrigo

    Asus 101 años, Edgar Morin sigue con su gran lucidez a la hora de ver y analizar la realidad.

    Se le entiende todo lo que dice, pero yo soy incapaz de comprender la condición humana y sus guerras usando tantos recursos para producir tantísimo dolor, tanta destrucción, poner en riesgo a gran parte de la humanidad con la siempre amenazadora bomba atómica, etc. etc. ¿Realmente somos homo sapiens? ¿O deberíamos haber aparecido en este planeta como seres cuya sapiencia radique en el corazón y sentimientos constructivos y compasivos?

    Pero no, ahí siguen las guerras, Siria, Yemen, Palestina, Ucrania, los talibanes, la ambición de PODER para regodearse en el mal, la violencia y el dolor ajeno. Y así toda la Historia, cada generación tiene sus guerras.

  • Gonzalo Haya

    Me parece un artículo bien documentado, sensato y equilibrado