Ayer conocimos la noticia. Se trata del buenísmo Marciano Vidal. Lo cuenta bien el corresponsal de Buenos Aires de El País. Han prohibido la difusión de un libro suyo en que trata con respeto a los homosexuales. Ya en 2001 hubo una primera condena por Notificación del Santo Oficio. Y una defensa, entre otras, por parte de Iglesia Viva. En esta ocasión solo queremos dar a conocer, uniéndonos a ella, la reacción del José Manuel Vidal, Director de Religión Digital.
‘Probe’ Marciano Vidal
Es bueno como el pan y,además, inteligente, serio y con obra contrastada. Marciano Vidal es, sin duda alguna, el moralista vivo más prestigioso del mundo. Un moralista que ha creado escuela, siguiendo los pasos de su maestro Bernhard Häring. Nadie ha explicado ni adaptado mejor a la actualidad la doctrina moral de la Iglesia católica. Quizás precisamente por eso, por adentrarse en la gran asignatura eclesial pendiente, lleva años en el punto de mira del ex Santo Oficio.
Hace unos años, de Doctrina de la Fe le llegó un monitum que aceptó sin rechistar, a pesar de estar convencido de su injusticia. Ahora, la Suprema prohíbe que la editorial San Pablo de Argentina venda uno de sus libros, en el que aborda de una forma extraordinariamente prudente el tema de la homosexualidad.
Una prohibición sin sentido, que obedece simplemente a una denuncia anónima de las muchas que le llueven al Vaticano procedentes de los sectores mas talibanes.
Una prohibición sin lógica. Si se prohíbe su venta en argentina, ¿por qué no en Brasil, Chile o España? Si se prohíbe la venta del libro a san Pablo, ¿por qué no se hace lo mismo on otras editoriales religiosas que siguen vendiendo el mismo libro?
Con la que está cayendo en la Curia y Levada con la vara levantada no contra Sodano o para defender al Papa, sino para arremeter contra un ‘probe’ y humilde moralista español, cargado de razón y de argumentos teológicos. El mundo al revés. Y la Curia como unos zorros, infiltrada hasta por El Yunque.
Contra esa secta ni allí ni aquí hacen nada. Ni Levada allí ni Rouco aquí mueven un dedo contra los ultras de El Yunque. Pero Levada (días antes de dejar el palacio del ex santo oficio) se ensaña con el bueno y ‘probe’ de Marciano Vidal. Clama al cielo. ¡Que se indignen los redentoristas! ¡Que apelen a su hermano Tobin, secretario de Vida Religiosa! ¡Que la Confer le defienda! ¡Que los teologos españoles le apoyen! O al menos, que alguien diga algo y se sume a este apoyo a Marciano Vidal.
José Manuel Vidal
“Como usted parece proceder de un seminario, según he leído en algún comentario suyo…”
Con esas palabras me hunde Ludovico en una profunda depresión. ¿De verdad que de alguno de mis comentarios se puede desprender que estuve en un seminario? Si es así, lamento el malentendido: no, no procedo de ningún seminario. La única vez que estuve en un seminario fue para visitar a un sacerdote con el que había concertado una cita por algún motivo profesional, si no recuerdo mal. No estuve allí dentro más de una hora.
Y, por cierto, la referencia a la jerarquía eclesiástica en mi anterior comentario no expresa desprecio, sino sorpresa y, como mucho, una cierta clase de acusación de ignorancia y cerrazón mental, pues cuarenta años después de que la ciencia médica descartara el carácter patológico de la homosexualidad, la jerarquía eclesiástica sigue condenando por inmorales todos los actos homosexuales, cualquier acto homosexual, en cualquier circunstancia en que tenga lugar.
Sobra el casi acierta. Evidentemente, de 1973 a 2011 no van dos decenios sino casi cuatro.
No creo que tenga mucho sentido responderle. La forma despectiva en que se muestra, a propósito de la homosexualidad, contra la jerárquía eclesiástica no invita al diálogo. Parece un tanto impertinente remitirla a una entrada de wikipedia. Por cierto, a mí me envía allí también. Le agradezco la sugerencia, pero prefiero al resumen el tratado Animal Homosexualituy, de Aldo Poiani, publicado no hace mucho por Cambridge University Press, de 558 páginas, índices incluidos, cuya tesis central es la siguiente: “Homosexuality is an evolutionary paradox, not a medical condition in search of a cure”. No le costaba mucho dar la referencia exacta del DSM-IV, de 1973. Casi acierta, pues son casi dos decenios y usted habla de décadas.
Podemos hablar de tabla de verdad, si quiere. Pero no me haga decir lo que no digo, fragmetando mi frase. Como usted parece proceder de un seminario, según he leído en algún comentario suyo, se lo diré en la forma en que usted pudo aprenderlo: ex absurdo sequitur quodlibet. Y añado yo, en latín: non tantumverum sed etiam absurdum.
No entraré en sus opiniones personales (apartado sobre antropología). .
Hay asuntos de los que cada vez me da más pereza discutir, pero algunas de las cosas escritas aquí por Ludovico me han exaltado un poco.
“Pero creo que una institución de la Iglesia no debe difundir enseñanzas contrarias a la ciencia.”
Comentario: pues mire usted, señor, la iglesia lleva toda la vida calificando el comportamiento homosexual de antinatural, cuando tal afirmación es más falsa que Judas. ( http://es.wikipedia.org/wiki/Homosexualidad_en_animales ) Últimamente, en vez de antinatural suelen decir enfermizo, cuando no hay ningún dato científico que avale esa teoría. Es más, hace décadas que la homosexualidad fue suprimida de los manuales de patología psiquiátrica. ¿Todavía no se han enterado los obispos, los cardenales ni el papa? ¿Y usted, ya se ha enterado?
“En lógica formal, de un mentira antecedente puede seguirse un consiguiente verdadero (0 falso)”
Comentario: esa afirmación es falsa, tal como usted la enuncia. Una cosa es que el valor de verdad de un condicional sea 1 (o sea, verdadero) si el antecedente es falso y el consecuente verdadero, y otra muy diferente es que de un condicional construido de esa forma se pueda afirmar que de su antecedente falso se sigue su consecuente verdadero, lo cual no es cierto en absoluto, eso no lo afirma la lógica formal en ningún sitio.
Y sobre una hipotética “Ley natural”:
1º.- Por favor, no confunda el concepto filosófico de “ley natural” con el concepto científico de “ley física”. Ya sé que usted tiene clara la diferencia, pero probablemente muchas personas que oyen hablar de “ley natural”, no.
2º.- Antes de entablar una conversación constructiva sobre la “ley natural”, creo que sería conveniente que le echáramos un vistazo a la Antropología cultural de Marvin Harris, texto de referencia en muchas facultades –y que personalmente pienso que debería ser un libro de cabecera de los que se autodenominan teólogos, o sea, teósofos-.
Querido Calleja, no es que menosprecie su objeción. Creo entender que usted me atribuye, sin especificarlo, haber caído en la falacia naturalista. Si usted lo cree…
No tengo a los socialistas españoles por estatalistas.Los tengo por socialiberales.
Si vio tono de desdén, le pido disculpa. No era, ni de lejos, mi intención. No sé lo que piensa usted sobre los militares. Tampoco le indiqué mi pensamiento al respecto. Sólo objeté que afirme que la inclinación común, innata, de no matar no está en todos porque existen los ejércitos. Dije y repito, que para ellos no se trata de matar. Lo que buscan es cumplir otro fin. Una objeción que me pareció, ¿puedo decirlo? de escaso fuste. Si le interesa soy partidario de la abolición de la pena de muerte en toda su extensión. Pero ésta no era la cuestión. La cuestión central era la ley natural. Y el cambio de derecho natural por filosofía del derecho era una obsesión socialista de hondo calado: eliminar que haya cualquier derecho anterior al positivo, porque ellos son totalitarios, estatalistas: el estado por encima de todo. Ese es, en mi modesta opinión, el quid. Y se trata de hacerlo patente en todos los niveles. Por eso dos ideólogos del PSOE, como Peces y Zapatero (Virgilio), reniegan de la existencia de un derecho natural. Peces fue el agregado de don Joaquín y, en cuanto tal, daba clases de “derecho natural”, pero luego impuso la “filosofía del derecho” en su universidad, la Carlos III, y digo su p0orque jamás se vio una apropiación mayor de un bien público con fines partidistas. Por lo que respecta a Virgilio Zapatero mal tradujo un texto de derecho marxista (Pasukanis), digo mal tradujo porque hubo que revisarlo y retraducirlo de nuevo. Tuve en ello parte. A veces, las cosas que creemos solemnes sólo son fruto de un azar sectario, sin fundamento objetivo. Lamento esta derivación de una medida cautelar, la de Marciano Vidal, para no servir de plataforma a lo que contraviene el propio fin de una editorial católica: difundir la doctrina de la Iglesia y promover la formación del hombre-.
Sinceramente no sé que daba Peces Barba.Si derecho natural o filosofía.Sé que tenía un libro Los derechos fundamentales que leí en su dia.En cuanto a lo de los militares ya sabía que no podías coincidir conmigo y con Maximiliamo,mártir y objetor de conciencia cristiano.Es obvio que la actuación de los militares no siempre tiene que ver con la legítima defensa.Es más en la guerra moderna no existe legítima defensa.¿Cómo vamos a creer en la legítima defensa desde que se inventó el bombardeo de la población civil?.Absurdo.Y,por cierto,Ludovico noto en tí un tono petulante de desdén,que te ruego abandones si quieres continuar charlando.No agüanto a los “listos”,no sociolistos,ni de otro tipo…
Pelaez, justamente estaba yo pensando en Ruiz Jimenez cuando la enseñaba en Salamanca, lo mismo que Corts Grau en Valencia. Cito a éste porque de su Curso de derecho natural aprendí mucho, lo mismo que de los Cuadernos para el Diálogo del primero. Pero, recuerda, que Peces Barba, cuya tesis fue nada menos que sobre Maritain, fue elegido profesor enseñaba “derecho natural”, título que trocó al pasar de profesor a catedrático (sin oposición, por una ley de su correligionario político Maravall), por el de filosofía del derecho. A esos cambios se unieron Virgilio Zapatero, eximio preboste socialista, y tutti quanti. La verdad Pelaez esperaba una respuesta más sólida contra el “no matarás” que la existencia de los ejércitos. Ya sabes, estos, además, no hablan de matar sino de defensa legítima. Ahora desgraciadamente de defensa preventiva. Aliquando dormitat Homerus.
Hombre Ludovico decir que fueron los socialistas los que la convirtieron en filosofia del derecho.Yo la dí con Ruiz Gimenez y se llamaba derecho natural;pero francamente su contenido no se correspondía con el título.Creo yo que el único que hablaba de iusnaturalismo era Iturmendi.Por la libertad de cátedra cada uno hablaba de lo que le daba la gana.Conste que no tengo simpatía alguna por los “sociolistos”.Yo les llamo así.Por diferenciar de los que son socialistas.Tampoco es cierto que el “no matarás” sea un valor compartido.Todas las culturas,primitivas y otras,tienen excepciones.Fíjese,por hablar de las nuestras,a que se dedican los militares.
Mi querido Antonio Duato, si mis palabras te han evocado la figura de Antonio Sanchís me congratulo por el recuerdo de persona tan espiritual y querida. Tal vez tengas razón en que le hubiera dolido mi agresividad. A veces no acierto con las palabras adecuadas. Sobre su concepto de moral, discrepamos. No creo que compartiera las tesis de Marciano Vidal, ni la deriva de Häring. Otra cosa muy distinta es que matuviera toda su comprensión, que era infinita, con ellas. Por lo que respecta al libro que mencionas lo conocí in nascendo, cuando velaba las nociones fundamentales de moral con una voluntad exitencialista-personalista de guiones y guiones, del tipo estar-en el mundo, ser-para la muerte, relación dialógica-intercomunicativa, etcétera. Pero no tiene sentido insistir en esto, por mi parte.
Y a lo mío. Vidal comete errores de aurora boreal en la concepción de la formación epigenética del individuo. Porque desconoce la continuidad biológica del cigoto a través del despliegue de las tres hojas embrionarias su reflexión sobre moral perinatal queda resentida. En torno a esa simple realidad inicial giran los grandes temas éticos del aborto, fecundación in vritro, ahora niños medicamento, etcétera. Digo antropología de urgencia, porque no es la suya una reflexión al estilo, digamos de Terrence Deacon, y su reciente Incomplete Nature: How Mind Emerged from Matter, es decir, una antropologúa fundada en la neurociencia y en la evolución,
Por lo que respecta a la ley natural y el iusnaturalismo. Supongo Pelaez que usted conoce mejor que yo la distinción entre ley natural y derecho natural. La ley natural no es ningún acuerdo positivo, pues estaríamos en un oximoron. Es la razón que nos dicta lo que es bueno y es malo. A mí me gusta compararla con la gramática generativa de Chomsky: innata. Todos nacemos con esa capacidad de distinción. Lo que en ocasiones memorable permite convertirla en código positivo común, como la declaración de los derechos del hombre. No matarás, no robarás, no abusarás de ninguna mujer… son verdades o principios que todos compartimos sin ningún acuerdo previo. Otro día si quiere hablamos de derecho natural. Por supuesto una asignatura nefanda para los socialistas a quienes les faltó tiempo para convertirla en filosofía del derecho. Pero esa es otra historia. De la que podríamos hablar también largo y tendido.
En cuanto a Ludovico no te preocupes yo he iniciado el comentario hablando de “vosotros los católicos”.Yo me autoexcluyo.
Mira Calleja lo has dicho tú:que hablas de ley natural para ser un interlocutor válido en el ámbito católico.En el mundo del derecho la crítica al positivismo vino con ocasión del nazismo;pero hoy sabemos que las dificultades de los juicios de Nuremberg vinieron de la falta de desarrollo del derecho internacional y de la teoría de los derechos humanos,no del positivismo.De hecho Garzón abrió un proceso sobre hechos de los años 30 a 50 y ninguna instancia internacional le discute que pudo hacerlo. Hoy incluso en Nuremberg no existía el concepto de justicia universal tan desarrollado como hoy.Obviamente comparta esencialmente contigo la esencial dignidad del ser humano.En términos kantianos,que al fin y al cabo era cristiano,creo que el hombre es un fin en sí mismo.Evidente.En cuanto a lo del caballo,creo que hay senadores que trabajan menos y comen más que el caballo de Calígula.Me refiero como senadores,no como caballos…
Evidentemente, sé que lo sabes, te conozco, el fondo de mi planteamiento es que del ser humano sí deriva un deber ser moral, porque el ser humano es un ser constitutivamente moral. No es una naturaleza sin consciencia, sino un ser moral, por eso de ese ser si puede derivar un deber ser, el deber ser de respetar la dignidad propia y de todos, a partir de la más amenazada y débil. Puede, debe y es así, en este razonamiento secular sobre lo humano, y que la fe cristiana corrobora con peculiar profundidad y afecto. Saludos cordiales y buenas noches.
No es tan difícil, Peláez; dale al concepto un significado compatible con la razón moral humana, con lo que de ella podemos saber desde la experiencia integral del ser humano, (saberes y experiencia histórica, también religiosa), y ese humus de valores y convicciones (al cabo, los derechos humanos), eso es lo humano indisponible.
Evidentemente, nadie lo sabe para todos, nadie lo define para siempre, nadie lo posee hecho regla universal y eterna. Y sin embargo, sin eso humano, no sabemos cómo acordar un procedimiento valioso frente para todos, sin recurrir a la sola fuerza; no sabemos cómo decir para todos, “respetarás al otro en su dignidad, se lo debes siempre”; mucho menos, “lo amarás como a ti mismo”. Su derivado es la moral civil básica, que no mínima, de los derechos y obligaciones de la dignidad humana, y de la vida en cuanto tal. Llama a este fundamento como quieras, la condición humana, al verdad de la realidad, … “lo natural de la vida humana”… Me dices cómo, y me valdrá seguramente, si responde al fondo. (Me gusta luchar por las palabras y no cederlas a las primeras de cambio a mis contrarios).
Yo nunca utilizo, creo, ley moral natural, sino para hacerme entender con los que tienen un concepto esencialista, fijo, universal, evidente y jurídico del término, y para cuestionárselo. Y de hecho, al cuestionarlo como lo hago, el concepto ya tiene otro significado, y a mi juicio, epistemológicamente correcto. No quiero negarlo “prima facie”, porque en la moral católica estás perdido como interlocutor válido. Sí reconozco, que no cuento con un concepto preciso que los sustituya con precisión, y por eso hablo normalmente de “lo humano indisponible e incondicional”, los derechos humanos que derivan de nuestra dignidad fundamental y expresan nuestra condición de personas.
Luego, si en el mundo de derecho, el iusnaturalismo racionalista apenas tiene seguidores, es otra cuestión. La remito a la filosofía del derecho. Pero que la dignidad humana no obedece a un consenso entre partícipes iguales que lo deciden, sino que lo reconocen como algo debido a nuestro ser, con buenas razones de razón y experiencia común, es imprescindible en el ámbito de una ética sustantiva, como la mía, y no sólo procedimental y sólo de consenso.
Y si Jesús pensó o no en la ley natural, por supuesto que no filosofó en esta clave; simplemente creo que aceptó incondicionalmente al ser humano, porque así lo sentía como experiencia humana esencial y como experiencia del ser amoroso de Dios. El lenguaje de la ley moral natural, que la Iglesia utiliza, es un molde filosófico que le ha servido para comunicar su idea moral, y para pervertirla en buena medida, – pienso -, ya he dicho que no me gusta ni me corresponde. Sí creo en esa realidad de lo incondicionalmente valioso y “revelado-aprehendido-aprendido” en la vida compartida de los humanos. Ponle un nombre. Yo lo llamo lo humano incondicional e indisponible.
Espero haber expresado un poco mejor mi idea del tema, Peláez. No obstante, yo quería cuestionar en profundidad a Ludovico, y este nuevo debate contigo, seguro que lo toma como confirmación de sus “sospechas” sobre Vidal, y quedará sin responder por qué identifica conclusiones de ciencia (debatidas) y ley moral natural (debatida en su concreción, al margen del concepto). Saludos.
Me sorprende el respeto que entre los católicos existe al concepto de “ley natural”.Hasta Calleja lo usa y lo acepta.En general los que venimos del mundo del derecho suscribimos el postulado de la filosofia del derecho que rechaza categóricamente toda forma de iusnaturalismo-racionalista o no-por la simple razón de que del mundo del “ser” no se puede dar el salto al “deber ser”.No es posible y lo que es imposible no puede ser.Los católicos dicen que Calígula nombró a su caballo senador.Y se contesta:para el derecho el caballo de Calígula era un senador.De ahí que “matrimo civil sea lo que el derecho dice que es el matrimonio civil”.Otra cosa es que se diga que hay “valores universales”-los antropólogos dirán:no recuerdo si el incesto porque no tengo a mano el libro de Teoría Etica de Richard Brandt que hace un repaso a cuáles son esos valores en todas las culturas y sociedades-.En todo caso,y a lo que iba,el iusnatuiralismo,la ley natural. y sucedáneos,no me encajan para nada en la ética de Jesús.Para Jesús “no había leyes…”.Era el hombre antes que la norma-que el sábado-.Me sorprende mucho,insisto,que useis un concepto tan absurdo como la “ley natural”.
Mis disculpas por un último párrafo tan largo; como alguien me recordó, son difíciles de leer. Creo que queda clara mis discrepancia con Ludovico, tan educada, como radical. A mi juicio, es un planteamiento moral, epistemológicamente, muy deficiente, y es muy común en la Iglesia y hasta entre profesores de moral. (Perdón a mis colegas). Saludos cordiales.
Ha quedado claro, Ludovico, que usted le reprocha a Marciano Vidal, primero, no conocer la ciencia, y luego, la ley natural. Pero esta identificación de ciencia y ley natural es suya, Ludovico, y desde luego no es científica. A cada uno lo suyo. Así que hónrenos con datos científicos, fundamentalmente unánimes en la ciencia, (ya ve que no digo absolutamente, y podría hacerlo, tal y como usted se refiere a ella), y que Marciano Vidal ignore o niegue; y muéstrenos que tales conclusiones científicas son tenidas por la comunidad científica, (y no digo absolutamente; de nuevo, le doy ésta ventaja) como sustancia de la “la ley moral natural”.
Marciano Vidal no lo hace todo bien en moral, pero es el más riguroso de los moralistas católicos de habla castellana en el conocimiento de la base científica de los temas que trata, y el mejor conocedor de la tradición moral católica. Que su Moral de Actitudes se funda en una antropología y sociología de urgencia, como usted dice, y “sabido es”, le digo que “sabido es, donde es sabido, y no es sabido, donde no lo sabemos así”. Y, por supuesto, no le regalo a usted y de antemano el conocimiento científico, ni en las ciencias de la “vida” ni en las “sociales”, mejor que el conozco de Marciano Vidal. Puede que lo tenga, no lo sé, pero hay que mostrarlo.
Creo que la cuestión de nuestras diferencias no va a ser de “conclusiones científicas”, sino también de cómo entendemos “la ley natural”. Pero esto trasciende el debate de este lugar.
Sólo quería expresarle que tiene derecho a la discrepancia con Marciano Vidal, pero mostrándola como una discrepancia a verificar, no a dar por supuesta y “como obviedad”. Lo que usted dice de la Moral de Actitudes, lo piensan no pocos en la teología moral católica, pero no desde conclusiones científicas irrefutables, (ni siquiera mayoritariamente compartidas a menudo en esas ciencias), sino desde una selección de conclusiones de esas ciencias compatible con un concepto concreto de ley moral natural. Hay una selección, legítima, no arbitraria, pero discutible en términos científicos, casi siempre, y en términos morales, otras tantas. También en mi caso, pero yo lo reconozco. Por eso viene la Iglesia, y con la ayuda de la revelación, expone su moral cristiana, eligiendo unas conclusiones científicas, (no ofenden a la razón, al contrario; pero no son absolutas en ese terreno), coherentes con su fe y con la ley moral natural según ella la entiende. Y esta ésta es su síntesis moral. La cree conforme a “la ley natural”, pero no tiene el monopolio de su definición, ¿o cree usted que sí? Tal vez aquí está el problema epistemológico.
Evidentemente, cuando se trate de principios sustantivos de la moral cristiana, Marciano Vidal, no los va a cuestionar; y en aplicaciones concretas a distintos temas humanos, en conflicto de visiones y con varios bienes en juego, sí va a ofrecer pautas de valoración que, a su juicio, moralizan mejor la vida en común y nos aproximan más al bien por excelencia. No acertará siempre, pero negarle el pan y la sal, por mor de una ciencia que supuestamente ignora y, que de conocerla, vería cómo es fundamento inmediato de una ley moral natura inequívoca en los casos que se plantea, es una pretensión, Ludovico, tan extendida y eficaz, como en términos de epistemología ética, a mi juicio, insuficiente. Un saludo.
Ludovico:
Dices cosas muy fuertes sobre Häring y Marciano. Y como, además, haces referencia a nuestro común amigo Antonio Sanchis Quevedo, dominico, profesor de Teología Moral, autor del libro Hacia una ética de la autonomía personal, 1982, fallecido hacia el año 2000 (esto datos son para quien no lo conoció), me obligas a intervenir, a título únicamente personal.
Estoy seguro que tu comentario le hubiera dolido a Antonio. Estoy seguro que él no distinguiría entre el primer y el segundo Häring. Todo lo m’as entre su etapa de reconocimiento generalizado y su etapa de sufrimiento (posterior a 1978) por las acusaciones y censuras. Y desde luego le dolerían a Antonio las descalificaciones que haces por los “disparates científicos [que a]parecen repetidamente en las obras de Marciano Vidal” y por las “arenas movedizas” en que se basa su moral de actitudes que estoy seguro que Antonio compartía.
¿Por qué no desvelas tu plena identidad en atrio y nos das argumentos que prueben que las tesis de Marciano se apoyan en un desconocimiento básico de “la genética, la epigenética y la neurología”? Podrías enviarnos un artículo con pruebas, no con la autoridad que te pueda dar tu curriculum, al que con frecuencia te refieres. Yo lo conozco, en sus trazos más gruesos, pero no es para hablar en nombre de la comunidad científica y hacerte juez de la teología de Hans Küng (en otra ocasión) o de Marciano Vidal (ahora) por falta de los conocimientos científicos.
Y como homenaje al agraviado Marciano Vidal, ya que últimamente están muy presente en ATRIO las referencias al cristianismo primitivo, quiero invitar a todos a leer este precioso artículo suyo en Iglesia Viva hace tres años: Ser cristiano en una sociedad “oficialmente” no cristiana.
Los juicios deben fundarse. Es un truismo, una verdad de perogrullo que a veces viene a cuento. No voy a entrar jamás en el ad hominem. Estudié La ley de Cristo de Haring, dos tomazos de Herder. Mi querido amigo y confesor, Antonio Sanchis, íntimo de Antonio Duato, era profesor de teología moral. Me pareció una bocanda fresca que infundía vida a la ley natural. Pero una cosa fue aquel Haring y otra el Haring posterior. No entendí su tránsito, que, en mi opinión, no acababa de fundar. Lo de Marciano Vidal es, desde el punto de vista científico, de aurora boreal. No importa que uno se diga discípulo de nadie, si luego no se formado sobre bases sólidos. Uno fue discípulo de Emilio Lledó, quien incluso dirigió su tesina de licenciatura. ¿Quiere eso decir que soy un experto en Platón como él,? Ni de lejos, ya quisiera yo tener la soltura que él tiene en griego clásico. A Vidal le falla la base biológica, de la que, paradójicamente, extrae deducciones morales. En lógica formal, de un mentira antecedente puede seguirse un consiguiente verdadero (0 falso). En nihilo, quodlibet, decían los clásicos y recogieron los escolásticos. Esos disparates científicos parecen repetidamente en las obras de Marciano Vidal. No se puede hoy dar clases de ética sin genética, ni epigenética, ni neurología. Sabido es que la moral de actitudes se funda también sobre bases movedizas de una antropología y una sociología de urgencia. No soy partidario de condenar a nadie. Pero creo que una institución de la Iglesia no debe difundir enseñanzas contrarias a la ciencia. Ninguno de Atrio se rasgaría las vestiduras si se estableciera que no se divulgasen libros contrarios a la evolución en nombre de la Revelación como si fuera doctrina de la Iglesia. ¿Por qué no aplicar el mismo criterio a quien propala tesis contrarias a la ley natural, completada por la Ley de Cristo?
Hombre Gabriel: “los conservadores y homofobicos…debe ser cierto y , que son dos especies de patologías parecida”. Tampoco es eso, es como decir: los progresistas y pederastas son dos espcies de patología parecidas.
Saludos Ana, y saludos Rene de Chile.
Como sabes el email no aparece en la entrada, escribeme pues si lo deseas.
flordeestepa@gmail.com
saludos desde España, Rene.
Abrazos a tod@s.
Hola Floren, desde Chile te mando un abrazo y felicitaciones por tu comentario a tas desgraciada persecucion, siempre la Iglesia a perseguido a nosotros los homosexuales, porque no hay peor astilla que la del mismo palo”, no se atreve a mirarse en el espejo de su alma e historia , pues veria un prcentaje de gays enorme, y eso seria bueno si no se lo viera con el morbo que la iglesia lo ve, si mirara como Jesus , al cual no le fue tema y no se estuviera 2000 años pegada sin saber que hacer con el sexo , como si este fuera el unico pecado que existe, sin serlo, y no se preocupa de las injusticias , exclusiones de todo tipo , en dejarnos a n osotros igusl que los leprosos del evangelio , solo cambia el siglo, pero el sanhedrin y la curia siguen siendo los mismos asustados de que le quiten la prebendas y negociados que habian en el templo y que se repite, que si Jesus viniera lo volverian a matar , pues no entenderia que hicieron de Su Camino Verdad y Vida, Solo Dios y permanezcamos fieles a Jesus, que es el unico Fiel a nosotros y a todos los ciegos, endemoniados , leprosos , pecadores etc, que son los predilectos de Señor , estos otros ya “recibieron su paga”
Un abrazo grande Floren , te mando mi mail si quieres por ahi comunicarnos, que el Dios de la Misericordia nos cuide siempre, Asi sea.
Quienes nieguen, rechacen o impidan los derechos al cien por cien a las personas homosexuales, deberían ser perseguidos por ley, y no a la inversa. ¿Acaso se le puede prohibir a alguien ser persona? ¿Acaso los homosexuales o las lesbianas no son personas? ¿Quiénes son ciertos moralistas para enjuiciar lo moral o inmoral de ser persona?
Floren, me alegro que te haya gustado mi comentario. No te fíes mucho de la teología oficial siempre y cuando presente a un Dios que esté por debajo del nivel de la conciencia moral que nos humanice a todos y a todas.
Mi mis abuelita (cuentan las tradiciones familiares) decía, muy levantisca según cuenta la veterana…decía que el problema no son los curas, sino los conservadores y homofobicos…debe ser cierto y , que son dos especies de patologías parecidas…Gabriel
Amigos de Atrio.
Cuando un amigo -homosexual- me comunicó su decisión de irse al seminario le dije: “te voy a decir algo, que nadie te dirá jamás a la cara. Te marchas al lugar del mundo en el que menos se nos quiere, respeta y reconoce. Te adentrarás en una organización clerical, que reuniendo al mayor grupo de homosexuales reprimidos de la tierra, niegan lo que son, negando un trozo muy respetable del rostro de Cristo”. Creo que desde entonces prescinde de mi amistad, aunque siempre está presente en mi oración.
Las reflexiones de los “atrieros” son excelentes, pero me quedo con la de Ana Rodrigo.
Ana, yo estudio teología además de ganarme cada día el pan con el sudor de mi frente. Mis estudios desde hace mas de cuatro años, me llevan a titulaciones inferiores, casi a la clase baja de la teología, pero sabes algo. No estudio teología para ser cura, ni ganarme la vida en ello, pues estoy ya estigmatizado en mi entorno y en mi diócesis de Sevilla. Eso no me importa, pues gozo del principio de la libertad. Te decia Ana, estudio para desentrañar el autentico rostro de Dios. Y mi estudio, por mano de Arregui, Congar, Martineli, Forcano, Floristan, Castillo, Duato y Häring -maestro de Vidal-, me llevan al Dios de la vida. Me llevan al Dios que nos aprieta la mano y nos dice, “¡ven! Dejáos de clericalismos y ministerios apolillados, dejáos de podredumbre litúrgica y quedáos con la propia vida. Vivid en respeto y compremsión mutua, pues esa es la prenda que todos queremos.”
Hace unos días envié a ATRIO un escrito de hace años, muy personal. Es un articulo casi autobiográfico, pues lo titulo Carta a un joven que soño con ser cura. Gracias a Dios no lo fui. De serlo, me hubiera convertido en una mala persona. Y no digo que todos los curas sean denostables. Como personas, llegarán a ser brillantes; como curas son para la iglesia de base absolutamente prescindibles.
besos.
Es maravilloso cómo nuestro buen Antonio Vicedo va tejiendo la trama evangélica sobre cualquier cuestión que salte en Atrio!
Por mi parte le felicitaría si fuera más conciso!
¿a qué tienen miedo? ¿por qué tanta censura? ¿tienen miedo a conocerse? ¿se sienten amenazados?
Asistimos, desde Suiza, un amigo capellán de emigrantes, una militante de la HOAC y yo, consiliario entonces por allí ( a. 70 y tantos), a un cursillo sobre Moralidad Cristiana organizado por la HOAC en Alcobendas (¿?)
Toda la vida he agradecido la clara, respetuosa y liberadora exposición de esa temática sobra la que tantas carencias de apertura nos ha ofrecido la formación clerical.
Con los apuntes que tomamos hilvanamos un sencillo cursillo para exponer y debatir su temática entre los grupos militantes de aquella HOAC y sus gentes amigas. Tuve la alegría y la satisfacción de comprobar con que seriedad, gozo y entusiasmo práctico se dialogaba sobre el tema desde la valoración de la fe y el respeto a la dignidad y libertad de las personas tanto casadas como solteras.
La reja de Marciano labraba hondo para que la semilla del vivir cristiano no se quedara en la superficie a merced de cualquier viento de fanatismo o libertinaje; cierto que ello suponía levantar pesados y duros terrones para muchas buenas mentes moldeadas con tabúes o pasiones, pero sus planteamientos humanos, acordes con el testimonio y mensaje de Jesús, eran como golpes o mansa lluvia que no los dejaba endurecidos, según testimonios presentados con libertad, respeto y empeño de que algo tan fundamental para la vida humana y sus relaciones, no fuera sólo una pesada y angustiosa carga, sino una capacidad de bien, libre del ab (=sin, o mal)- uso.
¿De qué extrañarnos que se le opongan, si actualiza aquello de Jesús: -“Cargan fardos pesados sobre espaldas ajenas, sin apoyar ni con un solo dedo suyo esa carga. ¡Ay de vosotros fariseos hipócritas, que ni entráis en el reino del (humanismo) del Padre, ni dejáis entrar a l*s otr*s!”
Marciano, gracias y ánimo. ¿Ladran? ¡Luego cabalgamos!
Los jerarcas homófobos están predicando en el desierto puesto que los homosexuales no le hacen ni caso, mientras que producen mucho sufrimiento en creyentes de buena fe.
Tienes razón Pepe Blanco, los jerarcas que predican contra la homosexualidad ni conocen el amor ni la práctica sexual sana y correcta. Y si lo conocen, son unos cínicos.
Pienso que las mentes “pensantes” (por llamarles de alguna manera) de la iglesia católica oficial, rechazan la homosexualidad por dos motivos, principalmente:
– Porque no entienden de amor, aunque se pasen la vida diciendo que lo predican.
– Porque no entiende de sexualidad, porque se pasan la vida inhibiendo cada uno la suya.
Me parece meritorio, especialmente en estos tiempos que corren, que teólogos como Marciano Vidal, se atrevan a intentar abrirle un poco la mente a la jerarquía católica que parece empeñarse en permanecer anclada en tiempos pasados.
Pero tú sabes el respeto intelectual que nos merece la obra de Marciano Vidal. Sé de primera mano cómo piensa moralmente, y sé que piensa bien. Nunca jugará a aprendiz de brujo con el dogma ni con la moral evangélica, y siempre advertirá de una acogida inteligente y misericordiosa de la dignidad moral del ser humano. Y hasta llegado el conflicto, he dicho mal, “la diferencia de criterio en las concreciones”, callará en su Iglesia. Pero él sabe que en la Iglesia católica de habla castellana su criterio es extraordinariamente atendido por las gentes, por más que hayan o no oído hablar de su obra. Y que este servicio ha sido y es impagable para muchos cristianos. Sé que otro conflicto le hará sufrir, pero es fuerte en la fe y no puede tener dudas de cuántos le apoyamos. Saludos cordiales.