Ayer, como todos los domingos, me he asomado a la plaza de San Pedro para unirme al Angelus del papa Francisco. Han sido días en que se ha extremado la polarización y los ataques al papa como se refiere en el anterior post de Atrio, que es solo un ejemplo. Se debate si debe continuar con sus discutidas reformas que para muchos serían un desastre o debe dimitir. Hoy he leído en sus palabras que no piensa dimitir, al menos hasta que se concluya en el otoño de 2024 el Sínodo en marcha, pues ha anunciado ya proyectos concretos de futuro: “Sábado 30 del próximo mes de septiembre, en la plaza de San Pedro, tendrá lugar una Vigilia ecuménica de oración, con la que encomendaremos a Dios los trabajos de la XVI Asamblea General Ordinaria del Sínodo de los Obispos. Para los jóvenes que acudan a la Vigilia habrá un programa especial durante todo ese fin de semana, a cargo de la Comunidad de Taizé”. El movimiento de Taizé es de gente muy espiritual, pero ecuménica y abierta a cambios. Y, a la vez, ha insistido Francisco en saber ponerse al lado de verdad, como el Bautista, cuando le llegue el mmento a cada uno. Cosa que tiene siempre presente también este moderador de un portal con más de 20 años de vida, que debe seguir creciendo con nuevo impulsa si es que son muchos que lo consideran útil. AD.
El libro de Georg Gänswein y el panfleto del cardenal Pell (traicionado por Sandro Magister tras su muerte al manifestar que El Vaticano hoy, publicado el 45-3-2022 con el pseudónimo de Demos estaba escrito por un Pell que ahora no puede contradecirle) compiten por ser los más duros ataques al papa con plenos poderes y en plena forma. Un buen vaticanólogo analiza el alcance de este ataque feroz. AD.
“Comentaristas de todas las escuelas, aunque por diferentes razones, con la posible excepción del Padre Spadaro SJ, están de acuerdo en que este pontificado es un desastre en muchos o en la mayoría de los aspectos; una catástrofe”. George Pell dixit.
UNO.- El día del sorteo de Lotería, 22 de diciembre, un hombre de mediana edad que se encontraba sentado en un escalón de una zona peatonal fue embestido, atropellado y dejado gravemente herido, por un vehículo a toda velocidad en un acción perfectamente planificada de ajuste de cuentas. En la Avenida de Las Letanías en el Polígono Sur, de Sevilla. Desde entonces permanece en el hospital en estado muy grave. Venganza o ajuste de cuentas. El 24 de octubre, el Vaca, un delincuente bien conocido en la zona recibió un disparo en la cara, la bala le entró por la mandíbula y salió por el occipucio. 36 años. Leer artículo completo »
En Atrio, que es un portal no confesional de encuentro de quienes buscan, desde distintas tradiciones religiosas y humanistas, sentido de la vida y propuestas globales de futuro, queremos prestar atención a todo lo que represente actualización personal de la fe o las ideologías heredadas. Olga, desde Colombia, muestra en su columna cómo actualizar en concreto la fe cristiana. Ojalá tengamos otros itinerarios que muestren cómo puede, desde Israel o Palestina actualizar también su fe heredada, judía o mahometana. Seguro que serviría a un encuentro en un contexto tan difícil. Esos hacia la verdadera actulización (y lo que aquí hace Salvador Santos es un ejemplo) sirve más a los objetivos de ATRIO que el seguir polarizando a la propia comunidad con la polémica entre “autoritades” como pueden ser entre 2los de Benedicto o los de Francisco. AD.
Con el inicio del año y la renovación a que se invita en todas las cosas, estaría bien proponer una renovación de nuestra fe, un volver a darle un impulso que la haga más actual, más pertinente, más ajustada a los tiempos actuales. Leer artículo completo »
El principio de un nuevo año puede ser un buen momento para lanzar una mirada al futuro. No parece muy realista esperar que con el Año Nuevo venga una Vida Nueva, como afirma la expresión popular, si no hacemos algo para construir esa Vida Nueva. Pero ¿por qué hablamos de Vida Nueva? ¿No estamos satisfechos con la vida que llevamos? Creo que, si nos centramos en nuestra vida personal, muchos nos consideraremos bastante satisfechos.
A partir de la muerte de Josep Ratzinguer, teólogo convertido en papa, se han desarrollado en ATRIO (además de un ataque inusual de trolls que han sido controlados) varios debates de altura y erudición teológica (desbordante en el caso de Valderas) que pueden confundir a visitantes y en los que se ha llegado a decir que el papa Francisco era un ignorante de la buena teología, por no decir que roza la herejía. A veces quisiera uno alzar más la voz como cuando Pablo empezó a declarar sus méritos como apostol ante la autoridad del grupo judaizante. Pero ayer encontré un fino artículo de un teólogo laico, Andrea Grillo, que partiendo de un texto de San Agustín sobre autoridad y razón en la búsqeda de la verdad, descubre el bloqueo al progreso de la teología que se produce desde los años setenta del pasado siglo, por quienes perdIeron el Vaticano II o creyeron después que se podría domesticar fácilmente el avance de la teología allí vencedora. Se trata de un instrumento de bloqueo que explica tanto:
Que Pablo VI prefiriese el parecer de Octaviani y su referencia a la opinión del papa Pío XI sobre utilizació de preservativos a la opinión de una comisión de alto nivel encargada de estudiar el asunto de anticonceptivos
Que el mismo papa desoyera el parecer muy estudiado de la Pontificia Comisión de Teología sobre ordenación sacerdotal de viri probati
Que Juan Pablo II quisiera declarar como casi-infalible que la Iglesia no está autorizada a ordenar a mujeres
Que el papa Francisco, aun deteneiendo el actuar inquisitorial de la CDF, no ser atreva a dar pasos decisivos en reformas
Que tantas prsonalidades eclesiásticas (incluyendo al eximio doctor J.M.Valderas) estén condenándonos a tantos de nosotros (incluyendo al prof. Torres Queiruga, que de teología y espíritu cristiano sí que sabe) como sospechos de ignorancia supina o de ideas heréticas.
Por eso, he considerado útil traducir en ATRIO el razonamiento de Andrea Grillo para expresar de qué manera se bloquea la libertad de progresar en entendimiento de la fe personal en una una persona del siglo XXI, obligándole a mantener el velo, digo, las fórmulas exactas de expresiones teológicas antiguas. AD
Autoridad y “dispositivo de bloqueo”: un cierto uso de la teología de J. Ratzinger
Publicado el 10 de enero de 2023 en el blog: Como si no
“Ad discendum item necessario dupliciter ducimur, auctoritate atque ratione.Tempore auctoritas, re autem ratio prior est” (Aug., De ord., II, IX, 26 [CCL, XXIX, 121, 2-122, 4].
Para aprender, somos necesariamente conducidos de dos maneras, por la autoridad y por la razón. En el tiempo la autoridad es anterior, pero en la realidad la razón precede a la autoridad.
¡Qué buena ocasión para vuelva a aparecer por ATRIO esta gran persona, nuestro amigo George, catalán cubano residente en Florida, psidicoperapeuta humanista jubilado, casi congelado por el reciente vórtice polar, enorme conocedor de todas las tramas eclesiástica y fino analista. ¡Gracias, George-Jorge-Jordi! Y sigue informando cuando leas el libro del bello Georg -otro encomendado a la protección del mítico matadragones- y nos desmenuces tamaños enredos. AD.
El pequeño escándalo del guineano cardenal Robert Sarah fue resuelto borrando el nombre de Benedicto XVI de la carátula del libro, pero dejó abierta la cuestión del atrevimiento de Sarah implicando en falso al Papa emérito. La mediación del secretario Ganswein solo añadió grosor al tema: como secretario y como prefecto de la casa pontificia estaba presente a ambos el Papa Ratzinger y Francisco cuando el escándalo ocurrió e incluso antes. Su implicación en el affaire Sarah, sugiere que pudo haber impedido que el asunto llegara a escandalizar. El arzobispo Ganswein, también recibió su rapapolvo. (Cf. https://infovaticana.com/blogs/sandro-magister/el-silencio-de-francisco-las-lagrimas-de-ratzinger-y-su-declaracion-nunca-publicada/).
Nacho siempre ha escrito comentarios que pesaban tanto como artículos pues estaban llenos de datos bien estructurados, estuviesesn los lectores de acuerdo o no con las conclusiones. Hoy le agredecemos el haber heho este análisis completo sobre la democracia española, analizando la orientación constitucional con hechos so solo con eslóganes. Q!uisiera que nos hiciera pensar a todos y comentáramos el artículo no con adhesiones o decalificaciones globales, sino bajando al detalle de las reformas propuestas para mejorar nuestras instuciones hcia mayor democracia. AD.
1/ Doy cuenta hoy de mi esfuerzo por comprender al hombre que ha sido unos años responsable máximo del poder y las decisiones en la iglesia a la que pertenezco. He compuesto el texto de mis reflexiones con mis notas desde 1968 hasta ahora, con las lecturas de una quincena de informes y artículos de prensa internacional y nacional no confesional y con mis propias observaciones.
Alberto Revuelta no solo pone su firma en columnas de Atrio, como la que aparecerá mañana aquí. Sino en artículos proféticos como este, publicado en medios tan rabiosamente independiente como este Confidencial andaluz. Aquí denuncia, con pelos y señales la desfacharez con que algunos quieren presentar como rebeldes a personajes que no tienen la mínima consideración de personas reales cuya muerte provocan sus juegos. AD.
Mientras Donald Trump pagaba O dólares en impuestos sobre la renta en 2020, su último año como presidente, y animaba a sus aguerridas huestes a asaltar el capitolio; mientras Andrew Tate planificaba un grupo criminal con su hermano y dos rumanos para dedicarlo a trata de mujeres y a violaciones sin control porque considera y ha dicho que “las mujeres son propiedad de los hombres”. Leer artículo completo »
Este artículo ha sido publicado en gallego el juevds 5 de enero en La Voz de Galicia por el teólogo ANDRÉS TORRES QUEIRUGA . Se une a los varios Promemorias que sobre Benedicto XVI esstamos publicando en Atrio. AD.
Hay frases que pueden marcar o al menos definir un destino. “Pienso que, ya que Dios ha hecho papa a un profesor, quería que precisamente este aspecto de la reflexión, y en especial la lucha por la unidad de fe y razón, pasaran al primer plano”. Son palabras pronunciadas por Benedicto XVI en 2010, en el libro de entrevistas La luz del mundo.
Y ojalá una nueva Navidad plenamente cristiana traiga la verdadera paz entre entre los pueblos hermnos de Rusia y Ucrania, no una tregua tramposa como la que han propuesto los astutos Putin y Kirill. AD.
Comenzar un año da la sensación de poder estrenar realidades nuevas, no porque cambien mágicamente las circunstancias, pero sí porque el calendario nos ayuda a tener la experiencia de que algo termina y algo comienza. ¿Qué deseamos que termine? ¿Qué soñamos que comience? A nivel personal cada uno tendrá muchos sueños. Pero a nivel social también podemos compartir muchos otros.
Siempre que muere un Papa toda la comunidad eclesial y mundial se conmueve, pues ve en él el confirmador de la fe cristiana y el principio de unidad entre las varias iglesias locales. Pueden hacerse muchas interpretaciones de la vida y de los actos de un Pontífice. Haré una a partir de Brasil (de América Latina), seguramente parcial e incompleta.
Es importante constatar que en Europa viven solo el 23,18% de los católicos y en América Latina el 62%, el restante en África y Asia. La Iglesia Católica es una Iglesia del Segundo y del Tercer mundo. Probablemente los futuros Papas vendrán de esas Iglesias, llenas de vitalidad y con nuevos estilos de encarnar el mensaje cristiano en las culturas no occidentales. Leer artículo completo »
Los mismos que, a la muerte de Juan Pablo II, comenzaron a gritar “santo súbito” y consiguieron una canonización irregular[1], gritan ahora a propósito de Benedicto XVI: “doctor de la Iglesia súbito”. ¿Quiénes son y por qué?
Podrían ser algunos de esos cardenales enemigos de Francisco. Pero si además me dijeran que entre los que reclaman eso hay gente de Vox, de la extrema derecha estadounidense, o el señor Orban, no me extrañaría.
Lo que me temo mucho es que eso no lo piden por el bien de Ratzinger ni por el bien de la Iglesia sino en defensa de sus propios intereses. Pues ese modo de proceder de las fuerzas más reaccionarias y más carentes de argumentos, ha sido frecuente en la historia de la Iglesia. Déjeseme poner un par de ejemplos de ello. Leer artículo completo »
Esta columna de Leonardo, llena de esperanza para su pueblo brasileño y para todo su continente por la vuelta de Lula a la presidencia de Brasil, quedó a la espera por la avalancha de artículos sobre el papa emérito. Bueno será leerlo y comentarlo ahora porque no pierde actualidad. AD.
Durante los cuatro años de la administración del presidente Bolsonaro, el país ha vivido afectado por todas las plagas de Egipto. De las muchas opciones posibles para un problema, el presidente generalmente elegía la peor. Psicótico, se mostraba apático ante las desgracias infligidas al pueblo, en particular a los más vulnerables. El punto álgido de su orgasmo psicótico lo alcanzó cuando prohibió agua, vacunas y medicinas a los indígenas, a los que consideraba infrahumanos. Por ello probablemente se enfrentará a un juicio por genocidio, interpuesto ya por los propios indígenas ante el Tribunal Penal para Crímenes contra la Humanidad de La Haya.
No resulta fácil hacer un artículo sobre un evento que siempre, cada ciclo de tiempo, se repite: Inicio de año. Además, es símbolo o relato de una forma de vivir: el campesinado en el campo. Y nosotros estamos en otro mundo en el que la tecnología marca el tiempo.
¿Qué adjetivo o acompañante ponerle? Nuevo, feliz, discreto, compartido, secreto, fatal, horrible, desastroso, bueno, bonito y tanto otros que la persona lectora se les puede inventar a gusto personal y de forma espontánea.
Hay que ver el gran impacto que ha tenido en los medios la muerte y la exposición de su cadáver en San Pedro. Pero aún me ha llamado más atención a su figura como papa teólogo, Entre todos he estimado el extenso estudio de Jesús Martínez Gordo que publica Religión Digital y que recomiendo a quien desee conocer mejor sus opciones filosóficas que condicionan su orientación hacia el Cristo de la fe y San Pablo antes que al Jesús de los sinópticos. Aquí uno de otro colaborador nuestro que analiza también cómo llegó a ser juez severo de otros teólogos. AD.
Como el anterior papa Benedicto XV, el recién fallecido Benedicto XVI fue pontífice entre dos gigantes, entre Juan Pablo II y el actual Papa, Francisco. Además, como me escribe un amigo, desde Granada, y con razón a mí juicio, a Ratzinger, un intelectual, lo malograron haciéndolo obispo y luego papa. Leer artículo completo »
Entre 1966 y 1975, yo era oficial del Vaticano. Para alejarse de su pésima reputación histórica, el Santo Oficio, antigua Santa Inquisición, se había dulcificado en Congregación para la Doctrina de la Fe. El Concilio Vaticano II había pedido universalizar la Curia Romana. Ese fue el contexto de mi nombramiento. Igual que el de otros cinco compañeros procedentes de cuatro continentes. Leer artículo completo »
Antes de ser papa ATRIO ya había llamdo la atención sobre este diálogo entre los dos intelectuales bábaros, publicando ambos textos en el aún muy rudimentario formato de ATRIO, que aún se conserva aquí. Y después de ser papa hemos vuelto otras veces sobre ello. Hoy, casi 20 años después, publicamos este artículo escrito con ocasión de la muerte del papa emérito por nuestro colaborador Leandro Sequeiros, Presidente de ASINJA (Asociación Interdisciplinar José de Acosta). AD.
El fallecimiento, no por esperado menos sentido, del Papa emérito Benedicto XVI ha recuperado en los medios de comunicación muchas facetas del Josep Ratzinger. Unos medios han recuperado aspectos más oscuros de sus actuaciones como defensor riguroso de la ortodoxia católica. Pero también es necesario recuperar aspectos más positivos de extenso magisterio intelectual.
El debate actual sobre el relativismo y la posverdad hacen más actual el diálogo que mantuvieron Habermas y Ratzinger en 2004 sobre la fundamentación filosófica de la ética ciudadana.
Antes de ser Papa, Joseph Ratzinger mantuvo una discusión con el filósofo Jürgen Habermas sobre el papel de la fe en la construcción de un mundo más democrático. El análisis del debate que aquí se ofrece revela facetas poco conocidas de estos dos eruditos. Además, un comentario de los ensayos teológico-políticos de Ratzinger.
El encuentro Ratzinger- Habermas del año 2004
En enero del año 2004 la Academia Católica en Baviera reunió al entonces cardenal Joseph Ratzinger (nacido en 1927) con el filósofo Jürgen Habermas (nacido en 1929). La cumbre intelectual se mantuvo entonces en discreta reserva. Personalidades de amplia influencia en mundos muy distintos -el reino vaticano en un caso, la república académica en otro-, ambos son alemanes de una generación que, muy joven, participó del colapso bélico del Tercer Reich.
Maestros de vasta experiencia si bien, por así decir, con libros opuestos, ofrecieron en esa ocasión su visión de las relaciones entre la religión y la política a comienzos del siglo XXI. ¿Pueden llegar a ser hermanas la fe y la democracia? ¿O bien persistirán en su añeja y mutua hostilidad?
Más allá del resultado del encuentro, resulta claro que Ratzinger se enfrentó amistoso pero con energía con su antagonista, sin dudas el pensador vivo más célebre tras la desaparición de figuras como Norberto Bobbio, John Rawls o Jacques Derrida.
La conferencia de Baviera modifica algo del perfil convencional por el que son conocidos sus protagonistas. Es cierto que Habermas se muestra preocupado por los temas de siempre, como son los de la fundamentación no metafísica de los valores modernos y la racionalización de la cultura política. Pero a la vez -y esto es sorprendente en quien al pasar se define como indiferente, «sin oído musical para la religión»- insistió allí en la necesidad de contar con la fe para sostener la debilitada vitalidad de la conciencia democrática.
Ratzinger defendió por cierto una filosofía tradicional que tiene siglos detrás de él. En sus maneras, sin embargo, tomó distancia del perfil mediático que supo proyectar como guardián del dogma y purpurado ultramontano capaz de sostener que los políticos católicos pueden aplicar la pena de muerte pero jamás autorizar el aborto. En su Baviera natal adoptó el papel de polemista urbanizado. Se permite incluso un cortés comentario crítico acerca de una idea de Hans Küng, un teólogo cuya enseñanza combatió desde su implacable puesto institucional en Roma durante la era Wojtyla.
¿En qué creen los laicistas?
Un problema de los laicistas, comenzó Habermas, es que tienen dificultades para afirmar valores sin recurrir a los respaldos trascendentes o confesionales que pretenden negar. La secularización -vale decir, el proceso de replanteo en términos laicos del antiguo universo conceptual de la cultura religiosa- amenaza con vaciar el sentido mismo de esos conceptos que son también valores.
¿Cómo se justifican, por ejemplo, el derecho y el Estado? Esta pregunta fundamental para la política constituyó el centro de la discusión en Baviera. Desde la filosofía de Habermas, una variante del liberalismo político, el respaldo de las instituciones ya no puede ser religioso o metafísico: debe ser racional. La ley que regula al Estado se fundamenta en las mismas condiciones que hacen posible el diálogo entre ciudadanos, quienes están involucrados de una u otra forma en el procedimiento legislativo. La argumentación es la fábrica de legitimidad del sistema.
En esta visión, es el propio proceso democrático el que genera el imprescindible consenso hacia un sistema que pretende apoyarse no tanto en la represión que en el acuerdo más imaginario que real de sus integrantes. Una derivación importante es que el Estado democrático evita dar instrucciones sobre la felicidad o fijar orientaciones acerca del sentido de la vida. Es neutral, dice Habermas, respecto de las visiones del mundo. Sus ciudadanos pueden adoptar la que prefieran; son libres de pensar y actuar como quieran siempre que respeten la legalidad vigente.
Pero el verdadero problema -que, hay que decirlo, no empezó a preocupar a Habermas en el momento en que se encontró a debatir con Ratzinger sino mucho antes- se perfila ahora con claridad, pues ¿qué motivará a estos ciudadanos laicistas, postmetafísicos, individualistas a participar en política o a sacrificar algo de lo propio en aras de un interés común? La razón puede justificar, pero no basta para motivar, aclaró Habermas. Y es aquí donde se encuentra un espacio para que la religión haga su aporte a la cultura democrática moderna con la que vive en disenso a la vez perpetuo y, según él, tolerable.
Este tono desconcertó a los comentaristas. ¿El heredero de la tradición radical de Frankfurt, el defensor de la Ilustración y del progresismo se aprestaba ahora a un giro religioso ante un cardenal oscurantista?
Conocer y creer
Un sistema político, explicó el filósofo, no puede nutrirse del puro conocimiento o de la sola transparencia argumental en los debates. En el pasado, las convicciones republicanas fueron sostenidas por ideologías o pasiones (el nacionalismo, por ejemplo). Sin anclajes «pre-políticos», como los llama con elegancia, es decir, sin motores pasionales e irracionales, difícilmente alguien iría a la guerra o resignaría ganancias en aras de la igualdad. Un Estado no puede prescindir de valores altruistas ni tampoco imponerlos jurídicamente. La modernización, con su individualismo y su frialdad ante lo trascendente, puede llegar a disolver el cemento de la sociedad.
¿Cómo implantar una convicción solidaria eficaz con medios sólo racionales? En lo que Habermas denomina «post-secularización», la religión tiene un papel relevante para la formación de virtudes civiles; apuntala, no amenaza, a la modernidad secular. ¿Acaso los derechos humanos, hito de la civilización, no hunden sus raíces en la escolástica católica, comentó Habermas?
Cristianos y no creyentes deberían soportar la perpetua discrepancia sobre temas de sexo o familia. La razón, por su lado, ganaría en profundidad si reconociera en la fe un «potencial de verdad» que ésta sin embargo no puede demostrar por sus propios medios. La filosofía no debería enjuiciar a la fe con criterios estrictos de verdad o falsedad (cosa que hizo abundante e inútilmente en el pasado), sino cambiar de actitud y estimar lo que puede aprender de ella.
El cristianismo le parece a Habermas un aliado adecuado en la lucha contra el posmodernismo, enemigo común, pues, a diferencia de éste, no reniega de la racionalidad ni le atribuye a ella el origen de todos los males. Con todo, para Habermas sería preciso «desinfectar» de cierto irracionalismo remanente a las culturas no liberales, como las religiosas, para admitirlas en la ciudad. Pero, ¿qué queda de la religión después de esta profilaxis?
La reflexión de Joseph Ratzinger
En su propuesta escrita, Joseph Ratzinger sostiene que la racionalidad, “único Dios que Habermas admite”, también debería reflexionar sobre los desastres que producen sus sueños y comprender las reacciones contrarias que genera. Por un momento parece acercarse más que el propio Habermas a las ideas en las que éste se formó. Aparece el obstáculo del relativismo tan frecuente en Ratzinger.
Cierta o no, su indirecta objeción es a la vez pertinente y popular (algunos la calificarían de populista, otros de mero lugar común) y contribuye a delinear la imagen final con la que el cardenal quiere identificar a su rival, la estrella intelectual. Aunque, a decir verdad, Habermas manifiesta la aspiración a convivir con la religión, la argumentación de Ratzinger intenta convertir al filósofo en una especie de fanático del racionalismo; un dogmático de distinto tipo.
Contra el relativismo moral
Ratzinger aprovecha las cartas que su antagonista deja sobre la mesa para elaborar su argumento utilizando un lenguaje menos técnico, algo que quizá constituya también una lección para progresistas. Sabe que ante un eventual auditorio no creyente llevaría todas las de perder y tiene que defender la noción de derecho natural, es decir, de una ley cuyo fundamento no es un razonamiento o el resultado de un debate sino que se deriva de una esencia «natural» de origen divino y revelada a los hombres, ¿Cómo hacerlo sin exigir que los demás participen de sus creencias?
El verdadero enemigo que obsesiona al entonces cardenal se llama relativismo moral, sin dudas amplificado por el posmodernismo que Habermas deplora, pero no exclusivo efecto de éste, sino de la propia modernidad que el filósofo reivindica. Los valores firmes no surgen de los caprichos personales del individuo ni pueden fundarse siempre de manera racional o democrática.
Esto último es claro en el ejemplo de los derechos humanos. ¿Acaso las mayorías que votaron y llevaron legalmente a Hitler al poder en Alemania hubieran consagrado la dignidad humana, arguye Ratzinger? Hay valores que se sostienen por sí mismos, sin necesidad de argumentos o consensos. No es sensato postrarse ante el fetiche del yo moderno ni el de sus mayorías. Estas no siempre tienen razón, dijo el cardenal el año pasado en Baviera.
La religión, afirma con Habermas, será una auténtica fuente normativa para las democracias abúlicas siempre que se admita que los principios del orden moral y civil fluyen de la naturaleza divina. Porque detrás de ese reconocimiento vendrán los necesarios valores para el mundo moderno cuyo ateísmo amenaza incluso la dignidad de la persona. Si bien es preciso que el derecho vuelva a disponer de un fundamento trascendente deberá ser, por supuesto, uno racionalmente estructurado. Sólo así podrá combatirse el relativismo, enemigo común, que Habermas abomina sólo bajo la forma de posmodernismo. El filósofo había ofrecido su mano, pero el cardenal busca tomarlo del codo.
En efecto, Ratzinger explota a fondo los gestos concesivos de Habermas y extrae de ellos casi la exigencia de restaurar la centralidad de la fe en un mundo que ya no cree en nada ¿No había sido Habermas quien subrayó la genealogía católica de los derechos humanos, hoy venerados por todo el mundo globalizado (a excepción quizá de algunas diócesis meridionales)? Puesto que la metafísica confesional -la fe- no puede limitarse a ser un mero correctivo para el vacío del mundo moderno que ha diagnosticado Habermas porque es su única verdad sustancial y ha sido relegada.
Si la necesidad de un más franco regreso a la fe asusta a los progresistas como Habermas por sus peligrosos núcleos irracionales, ¿por qué se muestran tan poco alterados por las atrocidades de la razón, empezando por la bomba atómica y pasando por su desprecio a las culturas distintas, cuya religiosidad, sostiene el cardenal, el propio Vaticano respeta y estima?
¿Liberales o católicos?
Para Ratzinger es obvio que el laicismo de la modernidad racionalista domina -por el momento y para su propio mal- el actual panorama espiritual. Con todo, razón y fe -los padres de la iglesia, dice el cardenal, lo enseñaron hace ya muchos siglos- son complementarias antes que enemigas. Además, queda claro que la razón tiene sus propias patologías, no menores ni menos mortíferas de las que la religión sufrió en el pasado. Atrocidades históricas aparte, y pese a que superficialmente no parezca así, desde un exclusivo plano doctrinal el ecumenismo de la fe católica manifiesta una mayor disposición a la relación con lo distinto que la cultura liberal.
La lucha de Habermas contra el posmodernismo, deja entender el cardenal, lo terminará arrastrando hacia la intolerancia cultural. Después de todo, no sólo París es la capital de la diferencia. También el Islam, el modo de vida de la India o las sensibilidades nativas de Latinoamérica tienen sus propias visiones no coincidentes con las del Occidente racionalista, la mayor cultura operativa a nivel global.
Para Ratzinger, y en ello se adivina el intento de una estocada final (¿populista?), la modernidad que Habermas defiende debería aprender a modular sus pretensiones de universalidad tomando lecciones de la tradición católica. Esta tradición no sería menos firme pero sí (al menos en teoría) menos absolutista o paranoica que la modernidad laica. Si ésta no modera su ciega arrogancia, lo pagará caro. Y ya lo está pagando, insinuó en Baviera el hombre que sería Papa.
UNO.- 10 mujeres asesinadas por sus parejas o exparejas en diciembre. 3 muertes de mujeres además están pendientes de calificación, aunque la policía considera que se sumarán a las 10 ya calificadas. En 2022, según la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género, han muerto asesinadas 48 mujeres. 1.181 desde el 2003. 723 tienen sistema de vigilancia preferente. 17 tiene protección física permanente. La ordenada burocratización de la reacción ante cada asesinato de una mujer por un animal masculino – declaración del delegado del gobierno, consejero territorial, alcalde haciendo constar que no existían noticias o denuncias previas, y que si las había las retiró la mujer asesinara, convocatoria de manifestación a mediodía o al oscurecer, aplausos, más declaraciones de políticos, policías, psicólogos, magistrados y otros de razón sobre lo que se hace, se debería hacer, se deshace o no se sabe qué hacer – no produce resultados. Leer artículo completo »
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