Rotunda y clara carta abierta del Director de Religión Digital al neocardenal. ¡Ojalá te haga caso, José Manuel! Atrio se adhiere plenamente a tu escrito. AD.
Por José Manuel Vidal
Estimado Don Fernando: Habíamos saludado con gozo el capelo que le ha concedido el Papa que se dice su “alumno”. Entre otras cosas, porque pensábamos que era un premio a su trayectoria de hombre del Concilio y de teólogo de cabecera del cardenal Tarancón. Y un signo de que el cambio de timón romano estaba llegando también a España. A los pocos días, nos hemos quedado boquiabiertos y con un palmo de narices. Primero dijo aquello de que “las mujeres que abortan quieren quitarse de en medio al hijo para disfrutar de la vida”. Nunca había escuchado (de boca de un eclesiástico de alto rango) una idea tan injusta y tan peregrina. Y pensé que había tenido usted un lapsus.
Pero llegaron nuevas entrevistas y nuevas declaraciones. Con otra perla, que está dando la vuelta al mundo: “La homosexualidad es una deficiencia que se puede normalizar”. Algo así, dijo usted, “como la hipertensión que yo padezco”. Y, como es lógico, se está armando la marimorena. Sus declaraciones no sólo han creado polémica en España, sino que se han repicado en todo el mundo mundial.
A mi juicio, sus declaraciones están produciendo un daño enorme a la Iglesia y al Papa que lo eligió para crearlo cardenal. Por eso y aunque no soy nadie para darle consejos, me atrevo a pedir, con todo el respeto y el aprecio que le tengo, que rectifique públicamente. Convoque, cuando antes, una rueda de prensa con un único punto: pedir perdón. Primero a los homosexuales. Después, al Papa y a la Iglesia.
No hace falta que se cubra de ceniza y se vista de saco. Basta con que pida disculpas y trate de explicar sus desafortunadas declaraciones.
Porque usted, Don Fernando, no se limitó a explicar el catecismo y a decir, como dice el Catecismo, que los actos homosexuales son pecado. Fue mucho más allá y tachó a la homosexualidad de enfermedad. Es decir, se metió usted en el campo de la ciencia, que no es el suyo. Y pontificando, se llevo por delante el respeto a los homosexuales y, además, incitó a la homofobia. Y, por supuesto, entró usted a formar parte del club de monseñor Reig y a solidificar un poco más la imagen homófoba de la jerarquía española.
Primero Evangelio y, después, doctrina, Don Fernando. Esa es la nueva dinámica que Francisco quiere para su Iglesia. Y, si alguien tiene que seguirle a pié juntillas, ése es un cardenal electo como usted. Independientemente de que usted no proclamó la doctrina de la Iglesia, sino una postura científica minoritaria y nada académica.
Como bien sabe, ante situaciones como ésta, los jerarcas suelen enrocarse, guardar silencio y esperar que escampe. Usted, como hombre de Iglesia inteligente, puede elegir la otra vía: la de la humildad, la de salir y dar explicaciones, y pedir disculpas y perdón. O incluso mandar una carta al Papa y decirle que renuncia al capelo por su torpeza. Que no lo merece ni lo desea y, como prueba de ello, está dispuesto a renunciar a él.
Don Fernando, ya no tiene usted nada que perder. Y la Iglesia tendría mucho que ganar con un gesto así.
Sé que usted, como hombre del Concilio, tuvo que sufrir mucho durante este largo invierno de la involución. Creo, incluso, que para hacerse perdonar su pasado “taranconiano” fue virando hacia posiciones más conservadoras, aunque los talibanes nunca le perdonaron su pasado. Además, me da la sensación de que, aprisionado en esa dinámica, terminó siendo fagocitado y llegó un momento en que algunos dudamos seriamente si no se habría pasado con armas y bagajes al campo de los resistentes al Concilio.
Todo esto, como comprenderá, es un intento muy personal (y quizás absolutamente erróneo) de explicar su comportamiento. Tanto el de estos años, como especialmente sus últimas declaraciones. La auténtica razón la sabrá usted y quizás algún día la desvele.
Pero, ahora, lo más urgente son los hechos, la polémica creada y su reacción ante ella. O calla y deja pasar la tormenta o pide perdón. El dilema es suyo y de su conciencia. Pero la verdad es que, se reconciliaría con la inmensa mayoría de los opinión pública y publicada con ese gesto de humildad de pedir perdón. O al menos de pedir disculpas y de explicar que quizás se haya pasado…
José Manuel Vidal
Una aclaración: lo de burro es por lo de Balaán. No se asusten.
Buenos días:
Como ya han señalado otras, en la carta de Vidal se deja de lado el tema de las mujeres y el aborto, que, en mi modesta opinión es tan grave o más, si cabe, que el de la homosexualidad, a no ser que en la petición de perdón pública se considere ya incluída. Pero para mí que sigue habiendo una discriminación hacia la mujer, incluso un menoscabo, dentro de las visiones sobre la iglesia más proclives al cambio necesario. Creo que Vidal también debiera de pedir disculpas por obviar lo primero que cita en su carta a lo largo de toda ella.
En cuanto a Sebastián, pues para mí no es merecedor de ningún título salvo el de burro burdo y sin sentido, que berrea cuando ya está todo el pescado vendido, o casi, pues nada, que siga.
Saludos
Pienso que el proceso está en marcha.
Desaparecerá el país Vaticano sus príncipes, obispos, jerarcas de toda categoría, que hoy solo viven de cara al poder, la categoría, el honor… de tal manera, que se sienten por encima del bien y del mal.
Por eso tanta tontería dicha en muchos campos.
Tendrán que aprender a despojarse de esa vacua parafernalia que les rodea, empezando por sus ridículas vestiduras, oropeles, riquezas.
La juventud, ya no les escucha, la mediana edad, sigue diversos caminos, se siente llamada a otras maneras de vivir su humanidad.
La sola inercia, nos irá llevando por otros derroteros; y porque muchas personas, nunca han dejado de caminar a la luz del Proyecto de Jesús, que toda persona de buena voluntad puede seguir y vivir, sin menoscabo de su lugar de origen y sus ideas sobre los dioses que llenan este mundo.
mª pilar
¡Buenos días a todos!
El mensaje que nos ofrece Jaume Patuel es muy clarificador. Por un lado, se abre una espiritualidad dialogante y enriquecedora; por otro lado, los últimos estertores de una religiosidad estrecha y separadora en los albores de este siglo XXI.
Ejemplos desde los purpurados hemos tenido, tenemos y tendremos, pero creo que, como otros procesos, ya no hay marcha atrás.
Saludos,
¿Qué pudiera representar una solicitud a este obispo para que pida perdón?
No se dan estas opiniones que él ha dado a la ligera y si hubiera peligro de reclamaciones monetarias por difamación se lo hubiera pensado mucho antes de expresarlas.
Ni se pide perdón a la ligera cuando se es sincero. No se puede decir a nadie que se haga perdonar. El arrepentimiento no puede venir de afuera y en realidad nunca es suficiente. La víctima, en este caso la mujer, todas las mujeres y todos los gays y lesbianas tienen que quedarse ofendidos aunque pida perdón. Hablar esta clase de basura no es un accidente comprensible como cuando se tropieza sin querer en el metro en movimiento.
Cuando se hacen declaraciones desde una posición pública y, sobre todo, en estos tiempos en los que la jerarquía eclesiástica ha perdido tanta credibilidad, no os entiendo cuando pedís que se haga perdonar. ¿Quién específicamente tiene que perdonarle?
Una opinión pública ofende a millones. No se trata de una víctima o dos o tres, este tipo de opiniones implican un juicio anti-evangélico, escandaloso, contra las mujeres y contra los homosexuales y contra la razón.
¿Por qué no demandar que le sea retirado el birrete ofrecido? Aunque se sepa que el Papa no tendrá ni la fuerza moral ni el valor necesario para retirárselo.
¿No es este tipo de hipocresía lo que precisamente hay que eliminar?
¿Cómo la tolerancia de este tipo de “premiaciones” como el cardenalato a un irresponsable como éste pudiera traducirse en autoridad para predicar una moralidad o una ética de respeto a la vida y a la dignidad humana cuando los representantes papales se hacen escuchar en los foros internacionales?
Es vergonzoso igualmente que se aduzca demencia si se le está premiando.
Efectivamente no capté la idea de Marian. Ciertamente no se ha mencionado en la carta de Vidal lo que Sebastián dijo de las mujeres que querían desprenderse de sus hijos para pasárselo bien, o algo así.
Gracias Rodrigo, efectivamente, me refiro a las mujeres que desgraciadamente tienen que abortar, con ésa frase tan mezquina con la que se dirije a ellas. qué sabrá él de tantas penurias…desgracias…presiones…es terrible la frivolidad de éste señor. Conste, que estoy contra el aborto libre sin más. Pero un poco de respeto y comprensión, para aquellas que tienen cerrados todos los caminos.
Ahora, lo que me apena, claro que no en primer lugar, pero sí como síntoma, es el “lapsus” de José Manuel. Seguramente, hay quien me tachará de pijotera por comentar ésto tan “nimio”; pero, es que creo, que en ésos detalles, se encierra mucho.
Las esclerosis mentales son difíciles de deconstruir o renovar. Me gustaría equivodarme. el tiempo lo dirá. Si en España la jerarquia episcopal está desacretida, creo que hay razones para ello. El nuevo cardenal es un ejemplo. La saga de jerarquia ratzingueriana es larga….
Confiemos que el Espíritu Santo trabaje a fondo y desde la base.
La agonía del cristianismo convencional va tocando a su fin……
No comprendo la carta. Solamente cabe pedir que le retiren el nombramiento o que él neo-cardenal lo renuncie. Nadie que sea un divisor debe ser premiado en la Iglesia Católica. Los que dividieron para luchar por la justicia en su momento fueron o escaldados en público (JPII a uno de los Cardenal en Nicaragua y a Escotto, a Arrupe en otro momento) y desde luego a Gustavo Gutiérrez a los curas que se unieron a las armas aunque a los cubanos que lo habían hecho uniéndose a Fidel Castro ni Pio XII ni Juan XXIII les castigaron). Es absurdo premiar a algún cura por ser partidario del Concilio, ni por ser teólogo. Nada de eso es diferente.
La foto que anda dando la vuelta al mundo de Francisco besando al paciente neurofribromatoso tampoco representa nafa heroico: Su madre y su tía y sus hermanos le abrazan y le besan a diario. Lo único diferente que hizo Francisco es hacer lo que ninguno de sus predecesores posiblemente hubiese hecho.
En la Iglesia no debe haber lugar a todos estos premios por simplemente cumplir las obligaciones aunque debe haber alguna clase de crítica por cumplirlas mal o hablar basura como la de este obispo. De hecho se dice que algunos no fueron encardenalados porque se opusieran a Francisco en Argentina cuando eran nuncios.
La carta es demasiado fina para decir a este señor lo que merece. Las monjas, como mujeres, debieran estar en armas por el trato que este señor dispensa a las mujeres en general, por tanto a todas.
Este no es un conflicto diplomático ni este señor es un individuo de categoría, es simplemente un equivocado y deshonra el Evangelio. Por menos que eso quemaron a Bruno después de haberlo enloquecido torturándole y privándole de agua y alimento hasta hacerlo alucinar para acusarlo de poseido por el demonio. Comprendo que el olor a carne chamuscada no sea lo que quepa en estos tiempos, pero al menos un rapapolvo público sí cabe y fuera posible si Francisco fuera quien pretende ser.
Si no me equivoco, Marian se refiere a pedir perdón a las mujeres que abortan.
Marian, es que ni F. Sebastián pensó en las mujeres lesbianas en sus manifestaciones. Pienso que el machista piensa en clave de macho semental (como dice Castillo) no afectiva. De hecho ellos aceptan al homosexual, pero no la práctica de la homosexualidad Mientras que, o sé si en su ignorancia, piensan en la mujer sólo en clave afectiva.
Es difícil entrar en mentes con alguna tara mezclada de historietas morales-religiosas-biológicas.
Nosotras, desde aquí si exigimos que pida perdón a las mujeres lesbianas.
completamente de acuerdo con la carta de Manuel. Es una pena que éste nuevo cardenal se exprese de ésta manera tan retrógada. Sería bueno que el Papa Francisco se planteara su elección.
Sin embargo, a la hora de instarle a pedir disculpas, parece que no hay que pedirselas a las mujeres agraviadas con tan torpes palabras. Una vez más, el subconsciente masculino aparece. Aún en personas tan comprometidas como Manuel. Son síntomas.
Estoy de acuerdo con tu comentario, Ana.
En consecuencia, el primer responsable de que en el presente tengamos a un cardenal que en el presente es un promotor de la homofobia y de la falange, es quien en el presente lo ha nombrado cardenal.
¿Qué nos dice de la “revolución”, la “primavera”, la “esperanza” bergogliana el que en el presente Bergoglio nombre como cardenal a un promotor en el presente de la homofobia y de la falange?
Menos esta frase “Estimado Don Fernando: Habíamos saludado con gozo el capelo” (yo no saludé con gozo su nombramiento, más bien los contrario), estoy de acuerdo con la carta. Debería renunciar porque, si el nombramiento se da en el presente, de nada sirve su trayectoria postconciliar, su presente es el que es, no sólo por la última estupidez ofensiva sobre los homosexuales, sino por otras muchas (como la de votar a la Falange) y toda su trayectoria de muchos años en su última etapa de su vida. No se merece reconocimiento alguno por parte de ninguna insititución.
¡Buenos días a todos!
Hubiera puesto mi comentario en el artículo de RD, pero desistí porque el ambiente que se respira es de un alta violencia verbal, así que lo dejo aquí.
Es lamentable las opiniones que proclama este cardenal que, por otra parte, no nos debe extrañar si repasamos su historia de opiniones, ya cuando estaba en la diócesis de Pamplona. Es triste que no recuerde sus buenos tiempos de Salamanca donde no había mitra o carrera eclesiástica y le permitía opinar de forma más abierta y, sobre todo, dialogante.
Pero lo penoso -en relación al matrimonio gay– es que haya confundido, a estas alturas, la legalidad con la moralidad. Parece mentira que pueda venir de alguien que se le supone cierta cultura. Debemos recordar que Francisco -el Obispo de Roma- hay uno; cardenales y prelados de cierta solera, seguimos teniendo muchos.
Saludos,
Por cierto, las primeras declaraciones del nuevo cardenal Ezzati son más del estilo Bergogliano: una cara más “tolerante” que la abierta homofobia del español, pero al final de cuentas la misma burra intolerante. Para Ezzati existen “familias”, que hay que valorar y proteger, y “personas que viven otras realidades” a las que hay que tener compasión. Llega al extremo de decir que es falso que la moral católica sea restrictiva, sino que es una moral de la vida plena con las restricciones de lo que es amar. Nefasto.
Me sorprendería mucho que pidiera perdón; y mucho más que renunciara al birrete. Por otra parte, coincidiendo en que el escándalo ha rebasado las fronteras de España, ¿no sería igualmente pedible (para mí, más bien exigible) a Bergoglio que cancelo o revoque el nombramiento?
Desde aquí, Atrio, pero concreta y personalmente me adhiero al contenido de tu carta, José Manuel y, sobre todo a la petición que le haces al hermano Sebastián.
Creo que es lo menos que en estos momentos, y dada la repercusión de sus declaraciones, se le puede y debe pedir.