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Izquierda y derecha

Este artículo me lo envió Antonio Z. antes que ayer la carta de Pedro Sáncbez revolucionase todo el panorama político español, aunque viene muy bien a ese difícil debate sobre la permanencia o no de Sánchez que hemos iniciado también en ATRIO. Me satisface que inicie con un recuerdo del padre Diez Alegría del que guardo tantos. Precisamente hace unos días lo visualicé en un sueño desde mi inconciente profundo, animándome a seguir testimoniando un Dios de izquierda de verdad. AD.

Recuerdo una charla que hace unos cincuenta años dio el P. Díez Alegría. En ella expuso que la diferencia más fundamental entre una mentalidad de izquierdas y una de derechas era, precisamente, la confianza en los seres humanos. Para la izquierda siempre es posible mejorar, ir hacia delante, conseguir una organización social y económica más justa, un mundo más humano. Pero la derecha, por el contrario, piensa que el radical egoísmo del hombre no le permite estructurar su mundo de una manera distinta, más benévola, y por eso todos los esfuerzos realizados en la dirección de la izquierda habrían acabado en costosos fracasos.

Ciertamente no es extraño que la derecha apele al radical egoísmo del hombre, porque lo experimenta en el fondo de su mismo ser. Pero no toda la humanidad se deja arrastrar por ese egoísmo, y no todo han sido fracasos, también se han dado avances notables: no se puede comparar la situación de un obrero inglés en el siglo XIX, con las condiciones en que vive  hoy la gran mayoría de los trabajadores europeos. Es verdad que ese Estado de Bienestar en buena parte se ha conseguido gracias a la explotación del Tercer Mundo, pero también es cierto que países hace no mucho claramente tercermundistas, hoy son grandes potencias.  Y en 1948 las Naciones Unidas proclamaron la Declaración Universal de los  Derechos Humanos, señalando los grandes objetivos a los que la humanidad tiene que dirigirse.

Lo que no se ha conseguido es superar el capitalismo, que es la estructura económica promovida por el egoísmo radical de la derecha. Aquí sí que tenemos que reconocer los repetidos fracasos cosechados por los movimientos anticapitalistas. Pero no podemos admitir la famosa afirmación de Margaret Thatcher: “No hay alternativa”. “No se puede superar el capitalismo”. Precisamente lo que hoy el planeta Tierra no puede soportar es que sigua  el sistema capitalista.

En esta situación debemos tener muy en cuenta que, cuando perseguimos un objetivo, por ejemplo, curar una enfermedad, puede que unos intentos fracasen, pero eso no quiere decir que haya que resignarse con la enfermedad. Cuando yo era niño, la tuberculosis era una enfermedad prácticamente sin cura; los enfermos languidecían largo tiempo en sanatorios antituberculosos y difícilmente lograban curarse. Con el descubrimiento de los antibióticos todo cambió y hoy la tuberculosis es una enfermedad curable.

En el terreno social, se ha tratado de combatir el capitalismo desde el anarquismo o, sobre todo, desde el socialismo científico de Marx. Y ahí sí tenemos que reconocer que se han sufrido costosos fracasos, pero eso no nos debe llevar a resignarnos a convivir con el capitalismo como algo inevitable. Tenemos que apelar a la confianza en los seres humanos con su aspiración a una organización social y económica más justa, un mundo más humano.

Para avanzar tendremos que superar esa gran arma de la derecha que es la mentira. Empezando por esa gran mentira de que no es posible una alternativa al capitalismo. En España el defensor más claro de esa mentira es el Partido llamado Popular (PP). Que ya es otra mentira llamarse Popular, cuando, dadas sus malas relaciones con la verdad y con los intereses de las clases populares, sería mucho más justo llamarle Partido Pecador.

20 comentarios

  • carmen

    Me troncho.Lo siento. Pero me troncho. Quién tenga ojos para leer, que lea.

  • carmen

    Pues aquí estoy. Aburridica. Como estoy de reposo…Y he pensado, a ver qué dicen aquí.Y me encuentro con la izda y la derecha hasta dentro de La Iglesia. Y he mirado hacia atrás.  Desde Después del franquismo, claro, por lo visto me va el prefijo post.He vivido todos los presidentes de la democracia, la de después del 78. Y, creo que sé los que han sido de un partido de esos que llaman derecha. Suárez, Calvo Sotelo, que menudo sustazo, Aznar, Rajoy. Y me he encontrado con Felipe González,  realmente no creo que fuese un presidente de izquierda. No al menos de esa izda tipo marxista, entre otras cosas porque antes de presentarse como candidato a la presidencia de gobierno ya tuvo mucho cuidado de eliminar el término marxista de , pues resumiendo, de su partido. Pero es que también recuerdo la campaña Vota Sí a la OTAN. No parece eso muy de izda. No sé. Zapatero y Pedro Sánchez, pues no parecen tampoco unas personas muy izquierdistas, a lo mejor es que no sé muy bien en qué consiste esta división, pero si los he votado, no ha sido precisamente por su significación extremista. A mí me parecen socialdemócratas. Lo que antes se llamaba socialdemocracia. Es que soy mayor y…

    También sé lo que es la ultraderecha, sin duda. Y no tengo tampoco muy claro si en mi país hay partidos de esos extremistas de izda. Personas sí. Conozco a algún dirigente, pero es que no cuajan. No me parece en absoluto que la señora Díaz sea exageradamente izquierdista, un poco más a la izda del PSOE si, pero tampoco como para tirar cohetes. No sé. Y creo que no viene mal.Sin embargo, creo que viene fatal los partidos y personas que están a la derecha del PP. Más que nada por el efecto contagio, porque, hay que ver lo  contagiosos que  son. Y me asustan. Y mucho. Llámenlo intuición.En cuanto a llamar a la iglesia de izquierdas, no voy a decir nada. Como soy española…

    Claro, al ser española quizás no entiendo de auténtica democracia y todo lo que he dicho carece de sentido. Sorry.Seguiré con mi reposo…

  • Juan A. Vinagre

    Un comentario más a partir del artículo de A. Zugasti y de algunos otros comentarios, que siguen.-Díez Alegría es uno de mis maestros y lo valoro muchísimo, pero en esta ocasión me permito un matiz: La diferencia entre izquierda y derecha no la veo como “confianza” en el ser humano, sino en la “valoración” del ser humano. El hombre es un valor absoluto, no un medio a utilizar y tirar… Lo que en el fondo es reconocerle Derechos (y obligaciones).-El egoísmo no es un valor -aunque en algunos aspectos (el gen egoísta…) nos sea necesario-; el egoísmo es sustancialmente inmadurez. A medida que el ser humano madura va trasformando su ego en alteridad solidaria, en altruísmo. Es verdad que el egoísmo nos mueve a mejorar situaciones incómodas… y en parte a progresar. Pero decir, como Hume y otros, que el egoísmo es la fuerza que mueve el progreso social es una afirmación, a mi juicio, muy pobre. El afán de progreso lo mueven también otras motivaciones, algunas muy encomiables, muy humanas. El egoísmo, sin más motivaciones que las que dicta el ego, lleva al abuso y a la ceguera. Más: cuando se “sacraliza” el egoísmo se impide la humanización del hombre, se impide o ralentiza mucho la construcción de una sociedad humanizada. Para comprender esto basta con mirar reflexivamente la historia y sus entresijos.

    -¿Los fracasos? Los intentos de cambio han fracasado en la historia, unas veces por ingenuidad, y siempre porque el poder y los intereses del ego son más poderosos. Pero el que hoy sean más poderosos no quiere decir que sean irreformables. Si quien desea y pide cambios analiza bien los hechos reales, si los da a conocer, si trata de persuadir al poder con buenas razones…, el ego del poder puede llegar a admitir errores propios…, y hacer al menos concesiones… Pero es muy importante que, ante el ego poder, no se recurra al enfrentamiento violento con él, porque el fracaso es seguro.

    -Lo más lamentable es que ese ego-poder se haya introducido, como un caballo de Troya, en las religiones, y las haya seducido con regalos y privilegios (y también a veces con palos). A la sombra de las religiones es más fácil manipular al ser humano, y decirle que se contente con migajas…, resignado. Lo superficial es fácil de cambiar, lo que se resiste al cambio son las estructuras, es el poder del dinero, que adora ídolos y sacrifica. -La alternativa: Para mí es el Mensaje de Jesús. Frente al ego-poder, el sentido de solidaridad y fraternidad (otro gran valor). Más: frente al ego-poder, el amor solidario. Frente al ego-poder, el testimonio de ser sal y fermento transformador, transformador, insisto.

    -Ahora bien, ¿por qué después de dos mil años del Programa del Reino las estructuras sociales elitistas, insolidarias, aún no han cambiado, aún se mantienen? Porque el Mensaje de Jesús de Nazaret está aún por anunciar correctamente, y por incorporarlo íntimamente y manifestarlo con el testimonio de vida por parte de las Iglesias cristianas, y también de otras religiones, aliadas o dominadas por el poder.-Si pensamos en la parábola del “Venid, benditos”: porque tuve hambre etc., ¿cabe otra opción que la solidaridad para un seguidor de Jesús de Nazaret?  Dios y el dinero-poder son incompatibles. En concreto, la izquierda democrática da prioridad a la justicia social, mira más por el desarrollo y humanización del hombre. A la derecha -con las excepciones concretas que quieran ponerse- le interesa más el dinero, el beneficio, aunque reparta migajas… y también sacrifique… Por eso, coincido con Mounier: “Soy de izquierdas porque soy      cristiano”, porque quiero ser cristiano.

    NOTA:Termino con una pregunta: ¿La democracia en USA es más democracia que la nuestra, que la europea occidental? El relativo estado de bienestar de Europa occidental no existe en USA. ¿Dónde se cumple mejor o menos mal la parábola del buen samaritano o del Venid, benditos?

    • Miguel

      El viejo mito de la izquierda y de la derecha, del bien y del mal, de la luz y de la oscuridad. Muy demagógico, en mi opinión, ese dualismo crea el enfrentamiento que estamos soportando.

      En mi opinión, es falso que la izquierda tenga una concepción más exigente de la justicia y, por ese motivo, sus ideas sean moralmente superiores a las de la derecha. De ese error nace su sectarismo ideológico.

      En España la izquierda debe de oxigenarse, renovarse, ya lo lleva necesitando hace muchos años. Un proyecto que una y no separe.  Más cuidado a la hora de deslegitimar al adversario, respeto sí y también libertad de expresión, un campo vedado ahora únicamente para los  adeptos. No es extraño que la Derecha entre a jugar con los mismos métodos.

      Todala política no cabe en dos términos; izquierda o derecha. Y una cosa es que cada cristianos tengan preferencias políticas y económicas, y otra atribuirle a Jesús su ideología particular. 

      • Juan A. Vinagre

        Amigo Miguel: Antes de nada, un cordial saludo.  Aunque pienso que sería muy fácil responder a tus planteamientos -que me parecen demasiado escorados o prejuiciados-, prefiero no hacerlo. Es más importante buscar encuentros que subrayar fallos que alimenten desencuentros.  (No te molestes porque diga que tus plantamientos me parecen sesgados y/o prejuiciados. Aunque trato de evitarlo, quizá a veces los míos también…)   Supongo que estarás de acuerdo en que la democracia europea occidental (y la española) es más madura que la norteamericana.  Un abrazo.

        • Miguel

          Hola Juan A.

          Le respondo, aunque mi intención es dejar de enviar comentarios en este medio, como dije en otro hilo. Si usted me ha leído en otros comentarios a otros artículos, no únicamente en este, podrá comprobar que estoy muy alejado de prejuicios ideológicos. Y es precisamente mi deseo el de que existan encuentros que desactiven tantos desencuentros.

          He vivido en muchos lugares del mundo primero por mis estudios y luego por mi trabajo por más de treinta y cinco años, Asía, Africa, Europa, y principalmente en EEUU, países con diferentes regímenes políticos. He vivido entre la gente y he conocido a dirigentes políticos, he construido puentes, carreteras, aeropuertos … he trabajado con personas de toda condición, raza y sexo. Esto me proporciona una gran experiencia.

          No, no estoy de acuerdo en que la democracia europea occidental (y menos la española) sea más madura que la norteamericana. Perdona, pero ningún politólogo serio e imparcial afirmaría lo contrario, y no por se la más antigua. No son comparables los procesos electorales y el pluralismo, la forma de elección a todos los órganos: Ejecutivos, Legislativos y Judiciales, el funcionamiento del gobierno, la separación efectiva de poderes, la participación política, cultura política y las libertades civiles. No hay discusión posible.

          Hay diferencia entre democracia plena y democracia defectuosa como las que existen en Europa. Te lo digo por experiencia, tengo la doble nacionalidad española y estadounidense, he visto y practicado la democracia en ambos lugares, (no de oídas, o de lecturas interesadas, o del cine y la televisión), y no hay color.

          Esa suavidad en las formas que contrasta con una presunta superioridad en el fondo, me recuerda a los curas que conocí hace años, una actitud nada democrática y  tolerante, lo propio de la Iglesia Católica.

      • Miguel

        A mi Juan A.

        Me produce vergüenza habla de estos temas. Cuando mencionas a España, como una democracia madura, en serio?, un Estado que tiene a una familia de forma hereditaria  como jefes del Estado. Un presidente del gobierno, que se está pensado  seguir, por qué no le compensa !!!, al quien nadie a votado para ese cargo, sí los parlamentarios puestos a dedo por los partidos políticos, jueces puestos a dedo por los políticos, y de ahí todo.  Pero qué democracia es esa.

        Pero cómo no va haber corrupción, si los sistemas de control están manipulados. Pero cómo vamos a estar a gusto los que no nos consideramos españoles, con toda la porquería esta.

        Mañana saldrá Sánchez loado para decir que sigue, imagino que es una estrategia por lo que sabe que se le viene encima, y no es lo de Begoña. Un ególatra arrinconado que quiere salir ovacionado por sus acólitos.

        Termino aquí, la mejor de las suertes,

  • carmen

    Hola Miguel.Ya le dije que no voy a entrar. Estoy mayor. No me compensa.No entienda mi silencio como estar de acuerdo con  lo que escribe, sería más acertado si lo interpreta como cansancio. Es su elección.Disfrute del día.

  • carmen

    Perdón, Miguel.Discrepo absolutamente.

    Por ejemplo. Clara Campoamor. La derecha apoyó porque estaban convencidos de que las mujeres harían lo que dijesen los varones reinantes en casa. Por eso mismo se opuso la izquierda.

    Pasa que en España, los españoles sabemos historia. Ahora, claro. Después de la mala experiencia del franquismo que nos ha dejado marcados. En eso sí coincido con usted. Solamente que no la calificaría únicamente de experienciaDel aborto, ni hablo. Ni de la ley de divorcio, ni del matrimonio entre personas del mismo sexo, ni de la eutanasia, ni de nada voy a hablar. Pero lo del voto de la mujer, es que me ha llegado al alma. A lo mejor porque soy mujer, vaya usted a saber…

    Buena noche.

    • Miguel

      Carmen, Clara Campoamor y sus compañeras no eran de izquierdas, y “una parte de la izquierda” en concreto el partido de Manuel Azaña votó en contra de su propuesta.

      Los partidarios de conceder el voto a la mujer sin limitaciones, fueron la gran mayoría de los diputados de la derecha y los socialistas;  por otro lado, estaban aquellos diputados que creían que no era el momento por intereses totalmente espurios, no reconociendo sus derechos por su minoridad e ignorancia ….

      Sí el franquismo fue más que una mala experiencia, para algunos también los años de gobiernos del PSOE, ya se lo comentaba a Ana, en mi caso y en el de otros compañeros,  perseguidos y estigmatizados  por pedir nuestros derechos y algunos hasta asesinados, y no éramos precisamente terroristas.

      Un abrazo.

  • Miguel

    Pienso que es un error generalizar, hablar de los logros sociales de la izquierda, no es del todo correcto,  por ejemplo Simone Veil de la UDF francesa, partido de centroderecha liberal, siendo ministra  legalizó el aborto en Francia en 1975. Asimismo muchos partidos de centro derecha liberal han sido pioneros legislando, desde hace muchas décadas, las leyes de divorcio y las legislaciones que favorecen los derechos de los homosexuales. Incluso en España el voto femenino se consiguió gracias a Clara Campoamor, una política liberal y feminista, con el apoyo de la derecha y la oposición de una parte de la izquierda, también fue una activista para establecer la no discriminación por razón de sexo, la igualdad jurídica de los hijos e hijas habidos dentro y fuera del matrimonio y el divorcio. Englobar a todos con un mismo termino es un error (derecha, extrema derecha), izquierda (izquierda, extrema izquierda), es evidente que los países con menos libertades reconocidas son los que han sufrido y sufre ideologías totalitarias (fascismo, comunismo).  En España hay una mala experiencia por el  franquismo, y se vincula, en mi opinión erróneamente, a la derecha, sobre todo del Estado, con ese periodo de tiempo. Yo a los extremos  los ignoro, respetando a quienes les votan,  pero no me interesan sus propuestas porque las veo como un retroceso democrático. A mi no me mueve la ideología, sí la buena gestión, y he votado a partidos de la denominada derecha y de la denominada izquierda, en España y en EEUU. 

    • ana rodrigo

      Miguel gracias por complementar lo que yo he dicho. Solamente aclararte, por si te refieres a mi comentario, que yo sólo he votado en España y por eso hago referencia a leyes que se han hecho en España por la izquierda española. Ha sido un comentario muy personalizado, (creo).  Procuro aprender siempre.

      Saludos cordiales desde mi primer intercambio contigo en atrio.

      • Miguel

        Hola Ana, también mi saludo en este primer intercambio.

        Reconozco que con la izquierda se han hecho avances en España, pero la derecha los ha mantenido y ampliado en ocasiones. En mi caso le doy las gracias a José Maria Aznar por abolir el Servicio Militar, y la  prestación social sustitutoria (PSS),  otra manera de fastidiar la vida a los varones por parte de los gobiernos socialistas. Yo desde que me tallaron en 1976, estuve con prorrogas por estudios y un año antes de terminar la carrera me fui a acabarla fuera de España, yo era antimilitarista y objetor de conciencia, si volvía me esperaba un juicio militar y la cárcel. Además como había pertenecido a un movimiento antimilitarista en Bilbao ,al que acusaron de estar relacionado con movimientos independentistas, pues vasco y objetor = Etarra, y tuve esa consideración durante años. En parlamento español en 1984 reconoce el derecho de los objetores, estableciendo un servicio civil de 18 meses de duración, denominado prestación social sustitutoria (PSS), como alternativa al servicio militar obligatorio, somos amnistiados y quedamos libres de las obligaciones militares, pero el PSS penalizaba a los objetores,  se trataba de trabajos forzados que eliminaban puestos remunerados y  el objetivo debía ser la desaparición total del servicio militar, pasamos a ser insumisos y si volvía juicio civil y cárcel. Mi visión personal de la izquierda española no es muy positiva. 

        En España casi nunca he votado, unas veces porque no me dejaban y otras porque no he tenido interés, en los últimos años más, y sobre al parlamento vasco. En EEUU sí, me case con una norteamericana y obtuve la doble nacionalidad.

        Cada uno tiene su experiencia.

        Un abrazo.

  • ana rodrigo

     Como este artículo va de izquierda y derecha política, desde el principio manifiesto que yo voto a la izquierda política, sí, porque mis valores coinciden con sus propuestas de gobierno, sin llegar al simplismo de que la verdad sólo esté en una parte. Desde este posicionamiento, voy a hacer mi comentario. Espero no faltarle al respeto a quienes no piensen como yo. Como he dicho en otro hilo, cuando es opinión no hay dogmas que valgan y, por mi parte, mucho respeto al diferente.

    • ana rodrigo

      En algunas especies animales y, por supuesto, en la especie humana, siempre ha existido la ley del más fuerte: el poder ha creado esclav@s, súbdit@s, pobres, explotación de la clase obrera (incluidos niños y niñas), países empobrecidos, sistemas políticos (emperadores, monarcas absolutos y no absolutos, dictadores) y también sistemas económicos como el capitalismo. Víctimas de la ley del más fuerte, incluyo a las mujeres, cuyo delito ha sido el haber nacido mujeres, en algunas épocas y lugares (Esparta o China), a las recién nacidas se las asesinaba al nacer. Sí, las mujeres, hemos sido y somos víctimas del machismo, ninguneadas, utilizadas, objeto de agresiones de todo tipo, de asesinatos, marginadas, recluidas en “sus labores”, sometidas, sin derechos laborales ni a decidir nuestro propio destino. Y aquí seguimos, en España en cuatro meses cinco mujeres asesinadas y siete niñ@s por violencia vicaria.
       
      Volvamos al poder político; a lo largo del siglo XIX, la política, es decir, los que tenían el poder, fueron delimitándose y definiéndose en un lado otro del camino con respecto a los derechos solo sociales, aunque ya en la Revolución Francesa de escribió sobre derechos del ciudadano y, en el caso de Olympe de Gauches, de los derechos de la mujer, lo que le costó llevarla a la guillotina. A partir de la Ilustración y de la Revolución Francesa, después de tiempos largos y muy revueltos, se fue concretando el posicionamiento político en “izquierda” y “derecha”; a partir de esto, siempre ha habido extremos y lo que ahora llamamos la polarización, llegando a la agresividad verbal y física. Los aspirantes al centro, todos fracasan. No olvido que toda esta construcción política ha sido paralela a la implantación de la democracia en la mayoría de los países.
       
      Hasta aquí, nada nuevo. Lo que yo veo muy generalizado en este momento, es que millones de votantes, en estado económico y laboral precario o en situaciones muy injustas, incluso en la pobreza, votan a partidos que niegan derechos conseguidos con mucho sufrimiento y muchas muertes. Pongámosle nombre, la extrema derecha en demasiados países y los gobiernos de derecha que aceptan las políticas de la extrema.
       
      Podemos preguntarnos cómo puede ocurrir esto. Y aquí se abre el abanico: la aceptación de ciertas injusticias desde la normalidad, con consciencia, pero solapada de resignación, con la esperanza legítima en que, a quienes vayan a votar, resuelvan sus problemas o el fanatismo ciego sin discernimiento.
       
      Esta mañana, como otros viernes, antes del pleno del ayuntamiento de Granada, nos reunimos en la plaza del ayuntamiento, determinados colectivos, yo en el grupo que denuncia la situación de los “sin techo”; hoy había hasta cuatro colectivos más. No llevaban pancartas políticas. Unos pidiendo para sus propios colectivos y otros para colectivos desde la solidaridad, como el grupo de Servicios sociales. También sestaban representantes de la policía local, bomberos, cuidado de los jardines o los de un barrio de la ciudad. Es, una muestra contraria a la pasividad ciudadana.
       
      Como he dicho, yo voto a partidos de izquierda porque creo que, a través de gobiernos autonómicos, municipales o a nivel nacional, responden mejor a mis principios y así lo he visto a través de leyes concretas que, tras. una oposición muy explícita, la derecha las ha ido adoptando en su propia vida, como es la ley del divorcio, del aborto, la ley de la Igualdad, las leyes de que afectan a la identidad por razones de sexo, etc.
       
      Con todo esto, no estoy entrando en un dualismo dogmático o maquiavélico, sino desde mi posicionamiento personal.
       

      Saludos cordiales a todos y a todas

       

  • ELOY

    Mucho ánimo Antonio Zugasti. Son muchos años de tarea los que llevas a la espalda trabajando y me alegra comprobar que sigues en la tarea. Recuerdo que, hace años,  coincidimos en una reunió de ATRIO de  Madrid con Antonio Duato e incluso comimos juntos en con otros asistentes a la reunión. Un abrazo   

  • Miguel

    No deja de sorprenderme leer artículos como este.  

    • Miguel

      El ser humano puede nutrirse de “ideas”  durante temporadas larguísimas, pero al final acaba hartándose, porque no deja de ser, en mi opinión, un falseamiento de la realidad, seguramente escrito con convencimiento personal y la mejor de las intenciones, pero, en mi opinión, erróneo. Aún queda mucho por recorrer en cultura democrática, son planteamientos del pasado, que ni  la autodenominada izquierda actual utiliza. Más preocupada y ocupada por controlar la hegemonía de las instituciones, de la cultura y de la vida social, sabedora que el poder está no en la lucha de clases sino en el control de la sociedad civil a través de esos sectores, como afirmaba Gramsci, lo cual era para Marx algo secundario, más preocupado por la gestión de la economía y el bienestar de las personas, algo coincidente con los planteamientos de la llamada “derecha”, curioso.

      No nos equivoquemos en cuestiones materiales como la economía o las políticas públicas ambos “bloques” son iguales. En esta política superficial que sufrimos, lo sustancial no cambia. Nuestros políticos actúan para la galería, sus políticas no tienen implicaciones en la vida de la gente normal, quizá pequeños guiños a diversos colectivos que la propaganda agranda,  una cortina de humo que nos impide ver las cuestiones importantes. La “izquierda” ha conseguido avances sociales sí, los mismos que ha consolidado la “derecha”, incluso si profundizamos está última algunos más, y hablo de una izquierda democrática, ojo, no de la denominada izquierda real, de la cual es mejor no hablar. Yo que estoy muy viajado, no de turista, sino como trabajador en infinitos lugares del mundo, y he convivido en distintas sociedades con la gente de esos países, conozco bien las políticas de gobiernos de distintas “ideologías”, y creo que sorprendería a muchos mis experiencias. Más realismo de alpargata y menos romanticismo de sillón.   

      Conozco a mucho hijo de rico, sobre todo en mi juventud, que se denomina de izquierdas, que se permitía teorizar y criticar desde la abundancia y la protección de su papá. Aún hay mucho de esto, entre los que peinan canas, solo hay que mirar a los dirigentes de la llamada “izquierda” en España, por ejemplo al que se está pensando seguir de presidente. Soy hijo de un obrero y de una casera, mis abuelos casi no sabían hablar en castellano, mis padres con mucho esfuerzo montaron un negocio prospero en Bilbao, nos dieron formación humana e intelectual, la suficiente para no caer en las garras de las ideologías. Conocí a paisanos y  a amigos abducidos por un nacionalismo llamado de “izquierdas”, los intelectuales y ricos teorizaban a los chavales de caserío ignorantes, que al final eran los que cometían los atentados contra los de su misma clase social, los generales y los soldados, siempre la misma historia.

      No sé lo que es ser “cristiano de izquierdas”, pero si es lo que yo he conocido en diversos lugares del mundo, mejor me callo por no ofender a nadie, porque tela …..

    • Antonio Llaguno

      Lo cierto es que a mi ya no me sorprenden