La columna de hoy de Antonio, un gran periodista sacerdote que todavía cree en la Iglesia del Vaticano II, nos devuelve a un tema muy tratado, a palabras de Francisco que, en sus mensajes como Papa, va hasta donde puede y ¡más allá! Pero será ocasión para ver antes este vídeo de 17 minutos que nos proporcionó Óscar Varela en el editorial fijo y que yo traigo aquí: Francisco en TED. En ese contexto, Francisco no habla a católicos sino al mundo entero. ¿Consigue trasmitir un mensaje verdaderamente para TODOS?. AD.
Las definiciones doctrinales –y las vivencias– de la Iglesia, son muchas. Y diversas. Desde la “Comunidad formada por todos los cristianos que viven la fe en Jesucristo”, “conjunto de fieles cristianos”, hasta “edificio destinado a su culto” , la letanía de definiciones que precisan y determinan lo que es , y hace ser, Iglesia a la Iglesia, es ancha e inabarcable.
Permanente y, en principio, “buena noticia -“evangelio”, la Iglesia en los últimos tiempos, y por multitud de razones, resultará de provecho la reflexión acerca de ella. En esta ocasión, le presto atención especial y con carácter de “definitoria”, a la encarnada en el papa Francisco en su perseverante y tenaz adoctrinamiento y ejemplos de vida. Advierto, no obstante, que a este papa se le podría y hasta debería, sugerir que prescindiera en determinadas circunstancias de lugar y de tiempo, de leer literalmente los discursos que les son preparados oficialmente. A Francisco le va mejor –mucho mejor– la improvisación. A su sombra y dictado, él es más él. Es decir, más Francisco. El de Asís, su homónimo, jamás leería el “canto” al hermano sol, a la luna, al lobo, al agua, a la vida, a la muerte y, en resumidas cuentas, a Jesús y a su Madre, que por eso, es también “nuestra”.
Del contenido del canto, con resonancias al “Magníficat” del evangelio, entresaco y subrayo estas reflexiones, como síntesis y resumen de la catequesis eclesiológica al alcance de muchos y más en los enrarecidos e inclementes tiempos de dudas e inseguridades, tanto “religiosas” como de las otras.
Todos, todos, todos son-somos- Iglesia. La Iglesia – la de Jesús– es de todos. Si alguien se ausentara conscientemente de lo que Jesús pretendió que fuera, y así lo afirmó y firmó con su propia sangre, la Redención constituiría un triste y desamparado fracaso humano y divino. La conversión de la Iglesia en propiedad, disfrute y distintivo de algunos –personas o colectivos–, que habrían de apellidarse “cristianos” en propiedad y en exclusiva, descalificaría a de por sí a la Iglesia , a sus manipuladores y consentidores.
¿Y la jerarquía? En el sentimiento y en el lenguaje del pueblo –y de los pueblos– la jerarquía, tal y como se suele vivir, aun fundamentada en cánones, liturgia y en textos bíblicos de dudosa interpretación y procedencia, no solo no es Iglesia, sino obstáculo para llegar a serlo redentoramente algún día.
En la Iglesia está de más toda, o una buena parte, de la jerarquía con que cuenta y de la que dispone. Esta se ejerce no infrecuentemente con criterios opuestos en gran proporción y modo a los substantivamente cristianos. ¿Qué dimensión específicamente religiosa les habrá aportado a algunos, los señores Munilla, Sáez, Demetrio, Müller, Giovanni Ángelo Becciu – “el sic de coéteris”– su condición jerárquica por la que se sienten tan obligados, por ejemplo, al tener que pronunciar sus “¡Sí¡” –AMÉN– a la infalibilidad pontificia y no a las reiteradas advertencias del papa Francisco, respecto a la necesidad de reconversión de la Iglesia, comenzando por su jerarquía?
¿Y quién decide lo de “todos, todos, todos“ de la Iglesia, que evangeliza, vive y predica el papa Francisco? ¿Quién apostó y canonizó que “fuera de la Iglesia católica, apostólica y romana, ni había, ni hay, ni pudiera haber salvación”?.¿Qué criterios –normas, reglas , pautas y “credos”, y además “en el nombre de Dios”, movió a papas y a obispos a condenar “por los siglos de los siglos” a quienes, declarados “herejes”, fueron inquisitorialmente quemados, ellos y sus obras en las que difundían la necesidad de reformar la Iglesia , a lo que ni al mismo Jesús le era dado reconocer como suprema justificación de su encarnación y venida al mundo, como uno más , a excepción del pecado, tal y como, sin más, adoctrinaron y adoctrinan los teólogos oficiales?
Todos, todos, todos somos Iglesia. La Iglesia. Los jóvenes a los que directamente evangelizaba con estas palabras el papa en la JMJ, entendieron tal mensaje a la perfección. No así las personas mayores y menos las sobrecargadas sus cabezas con mitras, solideos, báculos, colores rojos en pluralidad de matizaciones litúrgicas, dosis de incienso y de genuflexiones, para las que no todas las santas rodillas están en condiciones de cumplimiento obligado, por falta de ejercicio o a consecuencia de los DNI respectivos interpeladores, permanentes y acusicas.
Obvio y explicable es concluir que la “homilía” constante del “todos, todos, todos” del papa Francisco, no sea del agrado de muchos y más de “cristianos de toda la vida, y por tradición escolástica, “ante tridentina y anti Vaticano II. Hay que ser comprensivos. Más que con los laicos, con le jerarquía, cuyos miembros, para ser y ejercer como tales, han de ir por delante, o acompasando con unanimidad el sentir de la Iglesia oficial a la marcha, estilo y espíritu que marquen los tiempos, por nuevos o renovados que sean o estén. .
Lo de blanco o negro, hombre o mujer, torpe o listo, guapo o feo, rico o pobre, extranjero o del mismo país, pecador o santo, bueno o buenísimo, vestido de uno o de más colores –hasta todos los del Arco Iris con sus respectivos significados, nombres de santos y aún de “diosecillos”–, interesa e importa poco o nada a la juventud, si la vulnerabilidad de unos u otros no es “santo y seña” de su evangelización, conducta y comportamiento.
La juventud “pasa” de tales identificaciones, lamentando que en otros tiempos “y para mayor honra y gloria de Dios”, unos y otros se declararan guerras entre sí , hoy con gravísimos riesgos de universalizarse hasta hacer desaparecer la vida de sobre la faz de la tierra.
La educación para ser y ejercer siempre de “todos, todos y todos”, es tarea ministerio primario y elemental al que consagrarse y consagrar la vida, sin escatimar medios divinos y humanos. En soledad no se vive. La soledad –y tanto o más la de “en compañía”– no es norma ni estilo de vida. La soledad es la muerte. Con la misma muerte, acompañada de familiares y amigos, no se muere uno del todo. Ella– la muerte– es así atrio –prefacio– de resurrección y de vida.
¡Gracias, papa Francisco, porque en los últimos tiempos pastorales, con tan santa insistencia y reiteración , nos evangeliza, instándonos a vivir en la Iglesia, que para serlo de verdad –tiene que ser– totalmente de “todos, todos y todos”,
Es cierto que TODOS somos “llamados” a la gracia..”Venid a Mi todos”…esta famosa frase es tan conocida que sale hasta en la literatura. Y así aparece en la novela magistral clásica de Luis Coloma sj PEQUEÑECES cuando la condesa de Albornoz se convierte después de leer el brocado que adornaba el frente de la capilla adonde ella había sido invitada a “un retiro espiritual”..
Entonces, al entrar en la capilla, esta mujer aristócrata y mundana lee esas palabras en Latín: VENITE AD ME OMNES… y repite muy quedo: OMNES, OMNES.. todos, todos..Y es allí mismo y en aquel momento cuando se derrumba toda la fachada de su destrozada y falsa vida, y delante de todos prorrumpe en sollozos.. Es el momento culminante de esta obra del Madrid del pasado pero cuyo impacto continúa en el presente porque el fondo no ha variado sino sólo la forma. Por eso, es cierto “y de fe” que somos “llamados” pero no todos van a responder al yugo suave y a la carga ligera (Mt 11:28-30) de Cristo. Solo los que se deciden a abandonar el mal y la esclavitud de los vicios en esta vida y a seguir a Cristo amando y cumpliendo Sus mandamientos que son los del Padre, y éstos son los que -según el Evangelio- entrarán en el Reino al que Jesús nos llama constantemente durante los avatares de nuestra existencia. Estos son los que responden al “llamado” y se convierten al amor haciendo lo que El nos propone.
Saludos cordiales
Santiago Hernández
Me encanta siempre Aradillas por algunas de sus magníficas intuiciones. En especial me ha gustado: “A Francisco le va mejor –mucho mejor– la improvisación. A su sombra y dictado, él es más él.”Me voy a permitir corregirle un poco. Es que cuando improvisa ES ÉL, mientras que cuando lee lo escrito no es Jorge Mario Bergoglio sino su santidad el Papa Francisco y no escribe él todo lo que lee. No quiero decir que no esté de acuerdo con lo que lee y trae preparado, sino que sus discursos leídos, como mínimo han pasado por 3 ó 4 filtros y no son Francisco en esencia. Como los buenos perfumes, se percibe mucho más nítido en las cercanías.Y yendo al meollo, quisiera hacer resaltar otra intuición genial de Antonio: “Lo de blanco o negro, hombre o mujer, torpe o listo, guapo o feo, rico o pobre, extranjero o del mismo país, pecador o santo, bueno o buenísimo, vestido de uno o de más colores –hasta todos los del Arco Iris con sus respectivos significados, nombres de santos y aún de “diosecillos”–, interesa e importa poco o nada a la juventud, si la vulnerabilidad de unos u otros no es “santo y seña” de su evangelización, conducta y comportamiento. La juventud “pasa” de tales identificaciones, lamentando que en otros tiempos “y para mayor honra y gloria de Dios”, unos y otros se declararan guerras entre sí , hoy con gravísimos riesgos de universalizarse hasta hacer desaparecer la vida de sobre la faz de la tierra.”
Lleva, Antonio, toda la razón. la juventud pasa de esas “diferencias” que tanto nos separan y ¿Sabéis por que? Porque la juventud no entiende de lesbianas, gays, herejes, musulmanes, extranjeros, emigrantes, santos y pecadores.Entiende de Marta que es lesbiana, Ricardo que es gay, Antonio que es modernista, Fátima que es musulmana, Nadja que es extranjera, Wilson que es emigrante, David que es del Opus o Petra que es budista animalista y vegana.Y es que cuando dejas de etiquetar a las personas y les pones nombres y apellidos te resulta mucho más difícil odiarles, te resulta mucho más fácil amarles. Te da igual que sean diferentes porque la cercanía rompe las barreras y convierte a tu próximo en tu prójimo.
Y eso es lo que creo que quiere decir el papa con “Todos, todos, todos” y con su invitación a acoger a todo el mundo sea quien sea y como sea. O tal y como lo escribió la grandísima (Y tan discriminada por ser diferente) Gloria Fuertes, que lo hacía mucho mejor que yo (Y probablemente mejor que el propio Francisco): Vamos a ver si es cierto que Le amamos,vamos a mirarnos por dentro un poco.
¡Hay cosas colgadas que a El le lastiman,freguemos el suelo y abramos las puertas!,que salgan las lagartijas y entren las luces. Borremos los nombres de la lista negra,coloquemos a nuestros enemigos encima de la cómoda,invitémosles a sopa.Toquemos las flautas de los tontos, de los sencillos, que Dios se encuentre a gusto si baja.
Porque si me paro a pensar, algo de lo que me estoy cansando, veo el jaleo enorme que hay en la política de España, bueno, para eso no hay que pensar mucho. Se centra el problema en eso que llaman los separatismos, los independentistas, que si ETA mató a mucha gente…no sé, cosas que lo que necesitan es un buen dialogo a fondo. Y sin embargo, parece algo definitivo. No lo veo así. Es más, veo al PP y al PSOE partidos muy próximos. El problema en realidad con los socios. Pero es que los socios hacen falta. Porque somos un país complejo. Pequeño, pero complejo. Y me salto el tema del machismo, el odio a los migrantes y todo lo relacionado con la violencia contra la mujer y contra el colectivo LGTBI. Porque, en realidad hay un acuerdo entre las personas de a pie, esto último no lo queremos prácticamente nadie . Gracias a Dios. Y menuda hay montada para la elección de presidente de gobierno.
Pues vámonos a la iglesia católica.
De verdad alguien cree que una persona puede cambiar algo? Una persona? Anda que no habrá grupos de Poder dentro. Anda que no hace falta diálogo ahí…uuf.
Pero claro, es que el Papa que sea pertenecerá siempre a un grupo de Poder, porque si no, ya me dirán cómo sale elegido sumo pontífice. Bueno, si creen lo del Espíritu Santo…Este señor está claro a qué grupo pertenece. No voy a decir nada acerca de los jesuitas. No quiero jaleos.. pero que son un grupo de Poder dentro de la iglesia…no sé si muchas personas lo dudarán, a lo mejor sí.Pero claro. Dentro de ese grupo de poder, habrá también tendencias, digo yo, no sé. Eso sí, siempre dentro de la Frontera, al menos eso dicen ellos. No sé exactamente qué significa, para mí que siempre dentro de la organización de la iglesia.
Lo que me llama poderosamente la atención en que leo muy pocas críticas a la actuación del Papa actual por parte de este sector de la iglesia, y con los dos anteriores sí leía cosas. Bastantes. Muchas diría.Eso me lleva a pensar que han cerrado filas en torno al actual Papa. Pero claro. Todo lo hace bien?Qué harán entonces cuando este señor vaya directamente al cielo ? Elegirán a otro de su cuerda? Parece ser que están preparando un poco la presencia de personas afines a ellos en el próximo cónclave. A lo mejor no he entendido bien, porque no entiendo demasiado de esto, pero de ser así y saliese otro señor parecido , eso solucionaría el problema de la iglesia o sencillamente ganaría un sector?Pues creo que eso no vale. Creo que deberían de llegar a acuerdos todos los sectores, porque si no es así, la guerra se eternizará.Solución? Pues tiene toda la pinta de que esto necesita un nuevo concilio de esos teológicos y cambiar el chip.
Pero claro, no entiendo mucho, es visto desde fuera y…
Es que, claro.Se le puede pedir más a este señor? Cuando lo veo en alguna imagen, y pienso la edad que tiene, el trabajazo de relaciones públicas, que ha pasado últimamente por el quirófano un par de veces… porque no sé si ustedes han pasado alguna vez por quirófano, mi personica varias veces, te quedas, pues débil. Y ahí lo tienes, en su silla de ruedas si hace falta, yendo de un país a otro, o rezando el via Crucis con una cruz enoooorme, recibiendo a gente sin parar, rezando el Ángelus ante un montonazo de personas analizando cada uno de sus gestos. Hablando con los periodistas en los aviones, haciendo programas de televisión como el de Évole…Y siempre el mismo mensaje. La iglesia es de todos.
Se le puede pedir más?Es que el tema no depende del Papa. Es que, en fin, lo de siempre. Me canso de decirlo y ustedes de leerlo, o no leerlo. Ya estamos… Supongo que será el pensamiento que suscita lo que digo una y mil veces.
Pues eso.Pues demasiado.
Un saludo cordial a todos.