Surgió entre titulares hace unos días. Pero parecía una noticia más sobre víctimas del fundamentalismo islámico. Hoy parece que la muerte de Masha detenida por la policía de Teherán por no llevar correctamente el velo ha sido el chispazo de una revolución que puede ser más trascendental en la historia que la guerra de Ucrania. En otros medios se pueden ver más noticias e imágenes. Aquí queremos ofrecer textos que, aunque largos, informen de las raíces profundas de los hechos y nos abran a un conocimiento mejor de los mismos. Hoy ofrecemos un amplio análisis, discutible pero informado, de Nazarin Armanian, escritora y politóloga iraní exiliada en España desde 1983. Reproducimos su artículo publicado ayer en Publico.es. AD
“La diferencia de tamaño, vitalidad, voz, desarrollo, calidad muscular y fuerza física entre un hombre y una mujer demuestran que los hombres son más fuertes y más capaces en todos los campos”. Así justificó el expresidente del régimen Islámico (RI) Hashemi Rafsenyani la inclusión de las mujeres iraníes en las leyes de su teocracia en la categoría de Untermenschen (subhumanos), término que los nazis empleaban para los seres humanos considerados inferiores y carentes de derechos de humanos, o sea ellos.
El velo es una señal exterior y visible de este estatus, al igual que la insignia amarilla pegada a la vestimenta de los judíos y la azul a la de los cristianos durante el califato árabe de Omar II (682-720). No se trata de ocultar el pelo de la mujer, para ello podrían ponerse un gorro. Sin embargo, al ser esta prenda utilizada por los hombres, -seres de pleno derecho-, romperían el orden social, crearían confusión y terminaría con la pérdida del control social por parte de los poderosos. Por esto el judaísmo y el islam prohíben el travestismo.
Y aunque Mahsa Amini, cumplía con el sistema de marcación social establecido, su belleza llamó la atención de los talibanes de la patrulla Ershad. «Orientar hacia el buen camino» que vigila el velo de las mujeres para mantenerlas a raya empleando la pedagogía del terror: en plena calle fue separada de su familia, de origen kurdo y de visita turística en Teherán, y trasladada a la comisaría para recibir la dosis de la lección islámica que hemos recibido millones de mujeres iraníes: humillaciones, bofetadas y más que probables abusos sexuales. La resistencia de la joven les hizo perder el control: dos días después falleció en el hospital, encendiendo la mecha de un hartazgo y odio acumulado de toda una nación durante 43 años hacia el régimen clerical y su guardia pretoriana.
Decía Marx que los cambios cuantitativos evolucionan, forzando transformaciones cualitativas. Y es justamente lo que está sucediendo, aunque los mulá, enemigos de la ciencia, no salen de su asombro: ¿Por qué protesta esta gente, si siempre hemos torturado, violado y matado?
Ya han matado a al menos a 17 personas, y hay decenas de heridos y cientos de arrestados. La masacre esperada no ha sucedido todavía (en las protestas por la subida del precio de gasolina hubo cerca de 600 muertes), porque Ebrahim Raisi, el actual presidente del RI, se encontraba en EEUU asistiendo a la Asamblea General de la ONU, y no quería críticas también por sus anfitriones.
Los rasgos de la nueva rebelión popular
– No solo la participación, sino también el liderazgo absoluto de las mujeres (apoyadas por los hombres) en las protestas recuerdan el primer desafío de los iraníes al jomeinismo: fue el 8 de marzo de 1979, cuando unas 200.000 mujeres (y muchos hombres) ocuparon las calles de Teherán en protesta por la orden de Jomeini para forzar a las iraníes a llevar el velo bajo durísimos castigos. Meses antes, en su entrevista con Oriana Fallaci en Paris, el caudillo del RI, que jugaba el papel de un teólogo de liberación, había dicho: “No habrá obligatoriedad en el velo” y “hasta los comunistas podrán estar libres en el futuro Estado Islámico“, poco después fueron ejecutados miles de ellos. Luego desató a sus matones en las calles, equipados de cadenas de acero, ácido y barras de hierro para golpear a las mujeres mientras gritaban: “Ya rusari, ya tusari (el velo o la paliza)”.
– Por primera vez, “la cosa de las mujeres”, si existe, y su demanda para recuperar el control sobre sus propios cuerpos, se ha convertido en el centro de las reivindicaciones de todos los sectores sociales.
– Las mujeres arrancan, de forma colectiva, sus velos delante de las fuerzas de opresión del RI, algo que sucedía, pero de forma individual y anecdótica.
– La sólo lucha por la “liberalización del velo” no explicaría la dimensión del actual estallido social: desde hace un año, las huelgas y manifestaciones de la clase obrera, las clases medias, los yayoflautas, estudiantes universitarios, intelectuales, ecologistas, las minorías étnicas y las minorías religiosas (como la limpieza religiosa contra los bahaíes), han sido imparables, y eso a pesar de estar prohibidas en este “Reino de Dios”. La causa de Mahsa ha conseguido unificar las protestas aisladas y sectoriales. Y esto es lo que le separa de las protestas del 2019, que fue por una cuestión puntual y que afectaba a solo un sector.
– Ahora, las manifestantes ya no piden reformas, sino que apuntan directamente a un capitalismo totalitario religioso, despiadado (de cortar las manos de los robagallinas mientras sólo en la petroquímica de Isfahán, ha estafado al Estado al menos 19 millones de euros; a una casta mafiosa que utiliza la supraestructura de corte medieval aterrorizando a la población para saquear uno de los países más ricos del planeta, llevando a la extrema pobreza a cerca del 70% del país, según los datos oficiales. La lucha por los derechos civiles, en el marco del RI, ha fracasado, y el pueblo va hacia el derrocamiento del régimen islámico, al que dio demasiadas oportunidades.
– Las mujeres han ido cambiando sus formas de protesta poniendo a prueba la reacción del RI. Con ‘los miércoles blancos’ -señal de la lucha pacífica- y negarse a que el RI determine hasta el color de esta prenda, que debía ser oscura: negra, marrón, gris y azul marino; luego pasaron al movimiento individual de “Las chicas de la calle de la Revolución“, arrancarse el velo y agitarlo en un palo por las calles céntricas del país.
– Que la mayoría de estas mujeres hayan nacido en la teocracia islámica demuestra que ni los 75 latigazos establecidos por la Sharia a las rebeldes, ni la cárcel, la tortura y la violación, ni la propaganda de 43 años sobre las “bondades del velo” han servido para someter a las mujeres de Irán con un siglo de lucha feminista a sus espaldas.
– Ante la posibilidad de que el RI provocase una guerra civil, aplastando, una vez más, a los kurdos, la consigna de “¡Kurdistán, eres la luz de Irán!”, se está escuchando por todo el país, advirtiendo al régimen.
– La preocupación por la caída del RI es tal que la propia prensa gubernamental pide el desmantelamiento de la patrulla Ershad. Quizás demasiado tarde.
¡Es fascismo, no fundamentalismo!
La revolución antiimperialista, antimonárquica y democrática de Irán, sucedida en la frontera de la URSS en 1978, había sido abortada por el pacto firmado entre los G4 (EEUU, Francia, Reino Unido y Alemania) y la extrema derecha anticomunista chiita, en la isla centroamericana de Guadalupe. El mismo año, en otros dos países vecinos de la URSS, Afganistán y Polonia, la extrema derecha patrocinada por EEUU asalto sus estados socialistas.
Un Jomeini desconocido para los iraníes, fue llevado de Irak a Francia ¡país de la OTAN!, y después de tres meses de una brutal publicidad para convertirle en “líder”, fue trasladado a Teherán en un Air France y escoltado por los cazas franceses, para instalar lo que (si no me equivoco), el primer régimen de corte fascista después de la Segunda Guerra Mundial, pero con un toque especial: el terror lo gestionaban los tribunales de inquisición. De hecho, Ebrahim Raisi, fue un juez que firmó la ejecución de miles de presos y presas políticos, principalmente de izquierda. De allí, la lógica de la alianza entre los muyahedines del Pueblo de Irán con el vox español.
Conozcamos un totalitarismo religioso
– Imponer el velo fue la segunda medida de Jomeini tras tomar el poder, y la primera tampoco fue repartir los beneficios del petróleo, sino abolir la Ley de Familia, bajando la edad nupcial de 18 a 8 años para las chicas, legalizando la pedofilia, y arrebatar todos los derechos conquistados por las mujeres en un siglo: aborto, divorcio, libertad de movimiento, de matrimonio, de homosexualidad, etc. Al imponer la uniformidad, eliminaba las singularidades entre los “ciudadanos”, para convertirlos en una “masa” a la que se pueda dar la forma que desea el poder. Despolitizar el velo, y presentarlo como algo “auténtico y anticolonial” sólo pudo engañar a los occidentales poco doctos que lo apoyan y rompen la solidaridad internacional feminista. Esta prenda es la bandera de la extrema derecha islámica.
– Al ser profundamente misóginos, glorifican a la mujer sumisa, depositaria de los valores de la “comunidad”, mientras consideran al feminismo y el derecho a la igualdad una aberración antinatural. Los “valores islámicos para la mujer”, o sea, convertirle en un mero objeto sexual es el principal motivo de convertir a Irán “islámico” en el principal país del mundo en las cirugías estéticas.
– La división de la sociedad entre los hombres y las mujeres, que no los ricos y los pobres, y aplicar el apartheid contra la mujer ha sido una táctica política, dentro de “divide y vencerás”: luego fueron a por los hombres, el número de los pelos de su barba, sus pantalones cortos, etc.
– La Constitución del Estado totalitario masculino regentado por el Führer reserva el puesto del liderazgo solo para los hombres.
– El Estado centralista pisa los más elementales derechos de las al menos doce minorías étnicas, que en Irán componen la mayoría de la población. Por la mala suerte del RI y para más inri, Mahsa era kurda, de la región más reprimida, pero más combativa (principal feudo de la izquierda) y más militarizada del país. Le costará al régimen volver a ahogarla, siendo Kurdistán una de las tres provincias iraníes capaces de derrocar a un régimen: los otros dos son Teherán y Azerbaiyán.
– Al resucitar mitos antiguos, e incluso inventarlos, los misóginos se visten de feminismo islámico y afirman que Arabia (Saudí), que el único país del planeta donde hoy las mujeres ni pueden votar fue hace catorce siglos la cuna de la liberación de la mujer, sin ruborizarse.
– Usa la represión sexual como método de manipulación y de control social, por lo que prohíbe las relaciones fuera del matrimonio, entre personas del mismo sexo, el adulterio, la fornicación, etc. creando personas psicológicamente desequilibradas, disparando la cifra de violaciones e incluso en su forma del incesto.
– Aplica el llamado “fascismo social”: las mujeres no podrán contraer matrimonio con un hombre fuera del grupo, hecho llamado por los nazis «ley de bronce»: porque reduce la calidad biológica de los descendientes, mientras, el RI sí que permite a los hombres casarse y tener hijos con mujeres de otras religiones semíticas, porque los vástagos deben practicar la religión del padre.
– La militarización de la sociedad, a través de la creación de decenas de cuerpos armados, contratando a los desclasados y el lumpenproletariado (como los talibanes), para el control social: han sido instalados en los barrios (con sede en las mezquitas), hospitales, colegios, universidades, fabricas, playas, empresas, etc. Los Basiy (reclutas) son de la viva imagen de los escuadristas, los Camicie Nere italianos, montados en las patrullas de la moral tiene la misión de aterrorizar a los ciudadanos convertidos en súbdito y rebaño, al igual que colgar a los seres humanos de las grúas en las plazas céntricas, que recuerdan a las hogueras de la Inquisición.
– Una de las diferencias entre una dictadura y un fascismo es que, mientras la primera se apoya en una pequeña élite, el segundo cuenta con una base social, a veces parte de la clase obrera. El RI ha ido perdiendo esta base (ya ni paga como antes a los heridos de la guerra de Irak, que se manifiestan en sus sillas de rueda por una pensión digna), y ahora es una mediocre dictadura aislada a nivel nacional e internacional.
– Al igual que es profundamente anticomunista, por su rechazo hacia un sistema igualitario, se opone, no al imperialismo (pues mantiene magníficas relaciones con Francia o Alemania), sino a las libertades conquistadas por los ciudadanos en Occidente: que Hitler atacase Inglaterra o Francia no le convertía en una potencia “anticolonial”.
– Discursos populistas para estafar a las masas: Hitler llamó a su partido “socialista” y “obrero”, cuando en su programa mostraba que era un capitalista absolutista. El fascismo religioso también ha robado los términos utilizados por la izquierda como el “imperialismo”.
– Promover el pensamiento único y homogéneo. Pensar y tener ideas distintas conduce al paredón.
– Recurrir a las emociones y la fe, que no a la razón.
– Expansionismo militar, con el único fin de acceder a los recursos ajenos y nuevos mercados, y financiar grupos reaccionarios medievales: ¿O no está peor hoy la situación de los palestinos, por ejemplo, que hace 45 años? Los iraníes están en contra de las injerencias del RI en los países de la región, derrochando miles de millones de euros en sobornar a jeques y ayatolás en detrimento de los partidos progresistas, para que protegieran al RI, que no a los iraníes. Ningún estado extranjero ha matado a tantos conciudadanos iraníes como los que ocupan hoy el poder en Teherán.
Las revoluciones suceden cuando los de “arriba” no puedan gobernar como antes, y los de “abajo” ya no quieran ser gobernados como antes. El proceso del fin del RI se acelera, y en ello pueden influir: a) La muerte del caudillo Ali Jamenei, de 82 años y b) el inevitable empeoramiento de la situación de Irán, principalmente, debido a la incompetencia de un clérigo que pretende gestionar un país del siglo XXI con las recetas del siglo del nacimiento del islam en Arabia
Para las potencias mundiales, esta crisis, si continúa, será un problema aun mayor que la guerra de Ucrania, que de todas formas está bajo su control.
Las grandes protestas sociales suelen suceder en varias ocasiones, pero los regímenes caen solo una vez. Empieza la cuenta atrás.
No pude leer este artículo cuando se publicó en atrio (por razones personales) y después no lo había visto hasta hoy. Al leerlo, provoca en mí un montón de sentimientos que me dejan inmersa en una desazón indescriptible: hacia el régimen político-religioso iraní, siento asco, indignación, impotencia. Lo mismo que siento por los países y otras instituciones supranacionales, como la ONU, que, por intereses inconfesables, miran para otro lado cuando se produce tanta inhumanidad contra millones de mujeres.
Lo mismo siento por el machismo legalizado, autorizado y aplaudido por las autoridades competentes de Irán (y de otros países), por los que siento la más profunda REPUGNACIA moral desde los más elementales sentimientos humanos de solidaridad y compasión con las mujeres, las víctimas de tanta atrocidad.
Y, desde las mujeres, mis sentimientos son un cúmulo de pena, solidaridad, compasión y todo lo mejor del espíritu humano. Repito una y mil veces, en España llevamos 33 mujeres asesinadas en lo que va de año, ¿Y en Irán y otros muchos países que les niegan su condición de humanas? Ni se sabe ni se quiere que se sepa. Además de los malos tratos, humillaciones y todo tipo de miserias de los seres humanos machistas.
Si en países, como España, con leyes para proteger a las mujeres, el vicepresidente de Castilla y León, dice que no existe la violencia de género, quiere decir que, en cualquier rincón mundial, el problema de las mujeres no se toma en serio, y somos más del 50% de la población mundial.
Hay que seguir, manifestándonos, denunciando y protestando cuando no podamos hacer otra cosa. Aquello de lo que no se habla, no existe. Que nuestros gemidos lleguen a todos los confines de la Tierra, sin desanimarnos, mirando de frente el problema tal como es, sin “gafas” que empequeñezcan el mismo.
El tema de Irán es para analizar despacio y a fondo, y no debería caernos lejos, porque algunos países de occidente son responsables de esa dictadura “religiosa” y de su inquisición, que ha cometido y sigue cometiendo tantas barbaries. Nunca fui capaz de entender esa acogida de Jomeini en París y la publicidad que le dieron… De un Jomeini bastante ignorante y muy medieval (sus consejos me recordaron manuales religiosos occidentales de los siglos XV-XIX), según un libro sobre Jomeini (no recuerdo el autor) que leí por aquellos años. Apoyar la sustitución del autoencumbrado Sha de Persia por una dictadura religiosa de clérigos, muchos fanatizados, convertidos en clase social privilegiada, ¿manifiesta buen sentido común y ético? ¿O más bien no está corroborando -entre otras cosas- que discernimos mal, por no aprender de la historia? (Por eso se repite tanto…) Un régimen que discrimina, rebaja, humilla, abusa, masacra…, crea-fortalece minorías poderosas y privilegios, y que encima se llama “teocrático”, no es de recibo. Es una perversión de lo religioso, que debe defender valores humanos prioritariamente… Por eso reitero: Occidente también es responsable de lo que ha ocurrido y ocurre hoy en Irán, como de lo que sucedió y sucede en Iraq, en Palestina etc, etc. Frecuentemente nuestras visiones (de los gobernantes, sobre todo) son cortitas, de poco alcance… Avanzamos en tecnología y en ciencia…, pero ¡qué poco en valores humanos y en convivencia…! Nos pueden los mitos, los prejuicios y los egos, ¡incluso los egos religiosos…! Racionalizamos demasiado…
Muy buena la reproducción del articulo de la misma Nazanin Armanián pero mucho mejor el de ella misma, titulado LA INNASIÓN DE AFGANISTAN, PARA ROBAR EL GAS DE TURKMENISTAN SIN EXITO. Un cordial abrazo ANTONIO.