¿Acaso se puede afirmar, con datos reales, que China no ha “estado” en la Cumbre del G-20 en Roma?
Para que sea discutido, aportando hechos y razones, en diálogo de mutua escucha, como se hace en ATRIO. MM.
Los medios y las redes occidentales, en su mayoría, parecen haberse puesto de acuerdo en repetir machaconamente que China ha estado ausente de esta Cumbre del G-20 celebrada a final de octubre. Incluso el presidente Biden secunda esa desinformación dos días después en su rueda de prensa: “China cometió un error al no estar en Roma y Glasgow…y perdió una oportunidad de participar en el liderazgo global”.
Aunque estamos acostumbrados a la desinformación sobre China, no se puede entender que una noticia tan lejos de la correcta información periodística se repita tan ampliamente y perdure tanto tiempo. No se puede entender que el mismo presidentes de Estados Unidos contribuya, en una rueda de prensa oficial, a difundir este bulo ¿A quién interesa esta desinformación?
No ha estado el presidente de China, entre los jefes de Estado presentes, pero sí ha estado como país, representado por su ministro de Asuntos Exteriores, y muy activo. El presidente Xi, además, envió un mensaje grabado a la Cumbre del G-20 subrayando la posición de China, que su ministro de Asuntos Exteriores reiteró en sus intervenciones: necesidad de acordar acciones concretas más allá de las declaraciones verbales; aplicación de tecnologías avanzadas en las medidas a adoptar; respeto a los acuerdos de la Cumbre de París; invitación a aportar desde los países desarrollados a los países en vías de desarrollo vacunas, material sanitario y financiación para erradicar el virus; apoyo total a la Cumbre de Glasgow… Una presencia muy destacada que compensa la ausencia presencial, debida a las estrictas normas de China de cuarentena a la vuelta de los viajes al exterior.
Las Cumbres del G-20, se iniciaron en 1999 como instrumento para la gobernanza global; neologismo inventado entonces para expresar la necesidad de encontrar un liderazgo para esta etapa del capitalismo llamada globalización. Su objetivo: dotarse de instrumentos, principios, reglas y acuerdos para hacer la economía global más gobernable, más justa. Y con la esperanza puesta en que el G-20 pudiera convertirse en un futuro en un gobierno global.
Se reconocía así, implícitamente, que el G-7 no representa a la comunidad internacional, que sólo es un “pequeño grupo de países”, en expresión del ministro de Exteriores de China, y que era imprescindible crear un organismo multilateral que incluyera a Occidente y Oriente, a países ricos, países emergentes y países en vías de desarrollo, a diferentes sistemas económicos, a las civilizaciones más destacadas del mundo, a los cinco Continentes.
En definitiva, una base plural para la convergencia hacia la gobernanza global. Son miembros: Arabia Saudita, Alemania, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México , Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía, Unión Europea, y España, invitado permanente. Agrupa aproximadamente al 65% de la población mundial y al 75% del PIB mundial.
Sus Cumbres son anuales y asisten los Jefes de Estado o de Gobierno, con una amplia delegación; si a alguna de ellas no asiste el Jefe de Estado o de Gobierno, como ha ocurrido a veces, el país participa con una delegación, con tratamiento protocolario diferente.
China ha estado en esta cumbre de Roma, con una nutrida delegación encabezada por el Ministro de Asuntos Exteriores y Consejero de Estado Sr. Wang Yi. Su participación, además de lo declarado por su Presidente, se ha centrado en apoyar la limitación el calentamiento global a 1,5º, aunque no ha conseguido que se concretaran medidas para ello, en ratificar su compromiso de emisiones 0 en 2060 y en apoyar el acuerdo fiscal de impuesto a las grandes multinacionales, aunque en este punto China tampoco consiguió medidas concretas para conseguirlo.
La acusación de Biden de que China “tampoco estaba en la Cumbre del clima de Glasgow” queda desmentida por la participación de China en esa otra Cumbre con una delegación de 50 expertos y políticos de alto nivel. Y, como dato menor, el ministro chino de Asuntos Exteriores declaró, refiriéndose al día de la declaración de Biden: “hoy se han reforestado en China 9.800 hectáreas más (dentro del objetivo de llegar, del 22% del país forestado al 30% en 2050) y se han puesto en marcha 90.000 kilovatios más de energía fotovoltaica, en la que China ya es líder mundial. Pero hablaremos de la Cumbre de Glasglow cuando ésta concluya.
Aprovechando la Cumbre del G-20, por otra parte, el ministro de Asuntos Exteriores de China propuso una reunión con el secretario de Estado estadounidense, Sr. Blinken, para abordar el tema de Taiwan, que Biden ha incluido en su guerra política contra China. El Sr Wang Yi ratificó en esta reunión que “China defiende su soberanía y su integridad territorial, bajo el principio de una sola China”[…] “principio mantenido por la ONU y, reiteradamente, apoyado por su gobierno, Sr. Blinken…”. Seguro que el presidente Biden nos “invitará” en los próximos meses a volver a este debate más de una vez.
Y para valorar la presencia de China en la Cumbre de Roma, recordemos que, apoyó al G-20 desde su constitución, como embrión hacia un nuevo orden mundial, como una organización global, en la que coinciden, por primera vez en la historia, y en pie de igualdad, países desarrollados, emergentes y en vía de desarrollo, grandes potencias y potencias medias, Occidente y Oriente. No puede estar ausente de ninguna reunión del G-20, y menos de una Cumbre de Líderes.
Cada uno de los países del G-20 ha manifestado diferente grado de interés en el éxito de este organismo, de acuerdo a la política de su Gobierno referente a la Gobernanza o regulación global de la economía. China lo ha apoyado desde su creación, cuando China era la 7ª potencia mundial, hasta hoy, cuando es la 2ª, y en cada una de sus Cumbres tanto de Jefes de Estado y de Gobierno, como de diferentes ministerios. y continuamente ha expresado su interés decidido a que el G-20 sea un instrumento eficaz de gobernanza global, aunque esté todavía en estado embrionario. Porque el G-20 no es aún un foro para la resolución de conflictos, sino un Foro de debate para fortalecer la estabilidad financiera, el comercio abierto, la cohesión fiscal, la lucha contra la corrupción y los paraísos fiscales, para avanzar hacia los Objetivos del Milenio de la ONU, (desarrollo sostenible, igualdad, educación, innovación, digitalización…) asumidos por primera vez en la Cumbre de Hanhgzhou en la que China fue anfitrión: el G-20 no dispone aún de instrumentos de gobierno para resolverlos o afrontarlos, pero China defiende que puede y debe debatir esos objetivos y favorecer consensos para alcanzarlos.
China ha reiterado en múltiples ocasiones, en los últimos 22 años, y lo corrobora el discurso de su presidente para esta Cumbre, que quiere ser un actor positivo y dinámico del G-20 hacia la gobernanza global. Y sus razones son muy claras: la comunidad internacional está indebidamente representada en instituciones actuales como el G-7 y otras y el G-20 puede ir siendo más representativo de la comunidad internacional; y, para ello, hay que irle dotando de instrumentos para la gobernanza global y sus Cumbres son un paso, aunque insuficiente, para ello.
¿Acaso se puede afirmar, con datos reales, que China no ha “estado” en la Cumbre del G-20 en Roma? @mundiario
Marcelo Muñoz, Presidente emérito de Cátedra China.
Decano de los empresarios españoles en China
¡Gracias Marcelo!
Por esta información, sabemos, que viniendo de tus conocimientos sobre China, es correcta, y muy bueno saber de buena tinta los pasoso de China.
Tenemos un serio problema, miramos ha todos los países con la misma mirada, sin contar su historia personal; un error fundamental.
Estamos ¿satisfechos? con lo “nuestro”, que el madero de nuestros ojos no nos deja ver la brizna de los ojos de otras alternativas.
Gracias Marcelo.
No entiendo de política ni de economía, pero como ciudadano tengo la impresión de que China es un poder emergente que hay que admitir en la gobernanza y en la economía mundial, aunque EE UU tema perder su puesto de líder mundial. No es que China sea el conjunto de todos los bienes sin mezcla de mal alguno; parece claro que es una dictadura capitalista (sea o no un capitalismo de Estado), aunque sea una dictadura muy eficaz no sólo para los ricos sino muy especialmente para los pobres que ha sacado de su miseria. También puede aportar una visión oriental que compense el desgastado prestigio de nuestra orgullosa cultura individualista. Si no estoy equivocado, Confucio valoraba el bien común sobre el bien individual (un común quizás un tanto restringido al mismo pueblo chino). Y este principio es bastante humano (y cristiano). Para el denostado judaísmo, la salvación era para el pueblo; nosotros la hemos centrado en la salvación de cada individuo.