Hace tiempo fue noticia que un monje trapense de Santa María de Huerta, José Antonio Vázquez, abandonó el monasterio para dedicarse a promover un círculo de Podemos centrado en el tema de la espiritualidad. Después pareció que aquella experiencia se había ido diluyendo en la refriega política. Pero ayer ese círculo organizó en Madrid una mesa redonda sobre el tema. Y hoy, podemos asistir todos desde casa a esa mesa redonda. La gran ventaja de los medios. ATRIO espera que muchas personas podrán dedicar un tiempo a asistir a este acto a través de YouTube. Podrá escuchar, entre otros, al citado Vázquez y a Juan Carlos Monedero, Pepa Torres, Emma Martínez y Carlos Sánchez (IU). Es interesante discernir grano y paja en todo lo que se dice y entrever la autenticidad de quienes lo dicen. Y podría servir para abrir una vez más un diálogo en Atrio sobre el tema, a partir de esas intervenciones:
Mesa redonda sobre espiritualidad y política. Madrid 7-4-2017
Espiritualidad y política:
La mente del ser humano es el 95 por ciento subconsciente. Nos movemos en el mundo de los sentidos con el 5 por ciento, y el 95 por ciento gravitando sobre este cinco por ciento.
En mi juventud fui casi comunista, ahora soy casi budista. Marco las distancias que me permite siempre “guardarme una”.
No creo en nada que se imponga desde la mera razón. Porque esta está condicionada por la relatividad limitadora. Cierto es que nos hemos de gobernar a partir de lo que somos hoy. Pero siempre será algo imperfecto. Y por muy altos que sean los ideales que inspiren a un partido o movimiento, el 95 por ciento subconsciente oculto, fácilmente los pervertirán. Ese es el motivo por el que soy casi budista. Porque me gustan las soluciones definitivas. Las que se producen cuando limpiamos el subconsciente. Colectivo, de los ancestros y personal. Para ello la espiritualidad.
Podemos no obstante, agruparnos los afines, como siempre hacemos en todo. Me he pasado muchos años de mi vida, soñando con una revolución del pueblo, frente a los poderes oscuros que nos controlan a su antojo y nos explotan. Esa idea fija la traslado a un modo de ver la revolución que creo novedoso.
Espero un golpe de suerte inminente. Entonces me saldría de “mis adentros”, implementar lo que yo denomino “La Revolución de la Serpiente”. Hecha “Sin pisar ni la flor ni la zarza”. Es decir pacíficamente y sabiamente.
El patriarca Zen Bodhidharma les dio a sus discípulos del templo Shaolin el Kung Fu, porque los monjes se dormían meditando. Se basó en el comportamiento de los animales. La serpiente ni pisaba la flor ni la zarza. Se deslizaba rauda sin estropear nada. De ahí saco lo de mi revolución.
Pero en los evangelios escritos por alguien está aquello de:
“Yo os envío como ovejas en medio de lobos. Sed mansos como palomas y astutos como serpientes”.
Estoy en puertas de la senectud, (siendo obtimista…). Pienso en los jóvenes, que necesitan un respiradero de verdad, construida sobre piedra granítica, desde la que poder volcar su brío y su entusiasmo. Frente a la charca pútrida en la que nos desenvolvemos. Si puede ser será mi revolución. Y si no no pasa nada. El mundo y el kosmos, no se inmutará y las esferas seguirán girando.