Atrio es un espacio abierto a toda experiencia o método de interiorización. Siempre ha acogido los interesantes descubrimientos del buscador Troyano. Pero siempre confiamos que nadie se apunte a un determinado método con actitud acrítica o fanática. Examinemos todo y quedémonos con lo bueno. AD.
Recuerdo, en una película de “cinéma vérité”, que en un remoto lugar del África, un chamán cada día, antes de la salida del Sol, se subía a un montículo, y con una varita, le hacía señales al Sol naciente, para que subiese en el horizonte. Parece un chiste. Pero un chiste es lo que hacemos los humanos, de forma generalizada. Ponemos la “todopoderosa” mente, en todo, pretendemos “arreglar” las cosas, y la mayor parte de las veces, las estropeamos más. Pretendemos, desde nuestra limitada percepción, influir en una realidad ilimitada por lo inmensa que es.
La mayoría de las veces, es mucho mejor, dejar en manos de la divinidad, la resolución de problemas complejos. Porque esta divinidad, es un pulso que tiende siempre a la transformación de la dicha realidad, hacia algo más perfecto, mas evolucionado, más civilizado.
Estamos vivos y, por lo tanto, intrínsecamente volcados a actuar. Pero, ¿os imagináis a un cirujano sin preparación? Para actuar, es de Perogrullo, que antes debemos saber cómo.
Como el corazón, que se contrae y se relaja. La ley de la vida es esa, contracción-acción, relajación-descanso. En el descanso, el que está fundido con la Verdad, es cuando recibe orientación, para la acción.
La economía de las sociedades humanas, no es lo único a considerar, sino la general calidad de vida. Con todo, esta economía es de lo más importante. Pues bien, coincido por un instante con el neoliberalismo, lo mejor es dejarla esta economía, crecer espontáneamente. Pero…., sin taimados condicionantes perversos. Porque esgrimir la espontaneidad, e hipócritamente, dirigir desde la sombra, criminalmente. Esto ¿qué es? Es fascismo encubierto.
Los jardines Zen, respetan el impulso natural de árboles y plantas. Ponen la mano para colaborar con la naturaleza, y el resultado es la Belleza.
Los jardines de los adoradores de la diosa razón, los jardines franceses, introducen las líneas rectas, la geometría mal utilizada, y matan la Belleza natural.
Cualquier acción desde la mente racional, que no se ajuste a la Bondad, Verdad y Belleza, es una loca acción fascista. Y de acciones locas estamos llenos. Motivo por el cual, el mundo lo convertimos en un lugar horrible.
Según el pintor Goya: “los sueños de la razón, produce monstruos”. Los fascismos el estalinismo el maoísmo etcétera. Han sido sueños de la razón.
Lo que sueñan los actuales “amos del mundo” siguen siendo sueños de la razón. Pero no temáis nada, nada…
Los “amos del mundo” son como el pobre nativo africano, que instaba al Sol a subir en el horizonte. Pero con una particularidad. Se suben en el montículo y le señalan al Sol que en lugar de salir se oculte. Están “meando para arriba” “escupiendo al cielo” los estúpidos. La acción de la divinidad, es como un Tsunami imparable. Se pongan como se pongan, los “Señores del dinero”.
No yo, sino voces autorizadas, están anunciando una próxima era dorada para la humanidad.
Si salimos del condicionante miedoso de la “Matrix”, comenzamos, YA, a transitar por la Nueva Tierra.
Podemos curarnos, no, sanarnos integralmente. Por nosotros mismos, en cuestión de segundos, sin medicamentos ni terapias. ¿No me creéis? Buscad aquí mismo en la Red: METODO YUEN. No pongo mucho más. A quien le interese y busque, seguro que no quedará defraudado.
Y este método es, además, la revolución épicamente legendaria del Zen.
Además tenemos múltiples maneras de conseguir la necesaria energía para mover nuestras maquinas e ingenios. Gratis limpia e ilimitada.
YO TENGO PENSADO UN SISTEMA DE ENERGIA LIMPIA E ILIMITADA.
Tenemos los medios para vivir todos felices en la Nueva Tierra. Los antiguos y mezquinos “dinosaurios, reptiloides” nos pretenden hipnotizados frente al televisor, que nos cuenta cuentos de miedo y escasez. Más allá del televisor hay vida. Y una vida que ni nos podemos imaginar, porque afloran incipientemente todavía, los parámetros de contraste con el horror que vivimos aún.
Al jugador que pierde. No le queda otra, mas que alargar el desenlace de la partida.