*(Leyendo al obispo anglicano J. Sh. Spong)
Una de las preguntas que todo ser humano se hace en la vida es si existe algo después de la muerte por lo que merezca la pena luchar y que dé sentido a los sinsabores de toda existencia humana ¿Qué es eso de la vida eterna de la que nos habla la religión cristiana? ¿Es razonable creer en el cielo y el infierno, como lugares de destino más allá de la muerte? El obispo Spong responde con contundencia: Creo que existe una vida eterna después de la muerte, y que es una vida diferente a lo propuesto por las religiones, incluida la cristiana, que nos habla de la visión beatífica, consistente en contemplar la esencia divina toda la eternidad. Éste es el premio del cielo para los fieles cumplidores de la ley divina. El mencionado obispo es por lo tanto partidario de una vida eterna, sin cielo ni infierno.
“Creo que existe una eternidad más allá de los límites de mi finitud humana y en la cual puedo participar. Tradicionalmente hablando, creo que existe una vida después de la muerte. Quiero que eso quede claro, pero, antes de que defensores de una piedad tradicional se sientan reafirmados en sus poco críticas verdades de fe, déjenme afirmar mi segunda conclusión. El contenido de esta realidad de la vida más allá del límite de la muerte, es tan radicalmente diferente de cualquier cosa que haya sido propuesta por los sistemas religiosos del pasado, que es irreconocible” (Spong p. 202-203).
Ahora bien, si no podemos seguir manteniendo la figura de un Dios teísta, Juez Supremo de las personas, premiador de buenos y castigador de malos ¿qué sentido tiene que sigamos hablando de cielo e infierno como lugares de premio y castigo después de la muerte? Si existe vida después de la muerte tendrá que ser algo distinto al cielo e infierno.
“El deceso del cielo es un resultado directo de la muerte de la imagen teísta de Dios en la que se basa la tradición evangélica, con su visión personificada del cielo. Las personas que creen en el cielo como un premio a cambio de una vida de fe o de trabajo también tienen que creer en Dios como deidad personal que reparte regalos y castigos ganados por méritos personales. Este Dios es una figura parental disfrazada que controla la conducta infantil por medio de amenazas y promesas” (Spong p.205)
En el fondo las religiones están solucionando el problema de la realidad posterior a la muerte con imágenes humanas extraídas del comportamiento de las personas adultas con los niños: premiar los actos buenos, y castigar los malos. Creamos de esta manera una imagen antropomórfica de Dios, haciéndolo Juez Supremo del comportamiento humano. Pero esto no se puede sostener por más tiempo. Porque es destruir la idea de Dios, como lo totalmente distinto a lo humano. Y si no existe el premio y castigo divinos, tampoco podemos admitir la realidad del cielo y el infierno después de la muerte.
“Cuando uno elimina de su visión del final de los tiempos la defensa de la recompensa individual por las buenas obras realizadas y la idea del castigo por los propios actos malos, entonces el concepto de la vida después de la muerte empieza a desaparecer visiblemente. Pero premio y castigo, ambos, han tambaleado tanto, que ya se han ido. Y cielo e infierno se han ido con ellos” (Spong p.209)
Si el cielo y el infierno ya no son realidades que dan sentido a la vida terrena y que acaecen después de la muerte ¿ya no existe nada posterior al acontecimiento irremediable de la muerte? ¿Con ella termina la vida? ¿Y la promesa de Jesús sobre la resurrección? Son preguntas que todas personas nos hacemos ¿Hay algo más allá de la muerte? ¿La muerte es el fin de la vida, de modo que la muerte es el comienzo de la nada? Las religiones responden afirmativamente: existe vida después de la muerte. La religión cristiana habla de la vida eterna. La muerte es el comienzo de una nueva vida. La resurrección de Jesús es la garantía de esta nueva vida. Si Cristo ha resucitado todos resucitaremos igualmente. Pero ¿cómo es la vida del resucitado? ¿La resurrección es la reanimación del cadáver? Hoy no se puede sostener este concepto de resurrección. La resurrección es el inicio de una vida diferente, distinta. Es la vida eterna, porque la vida es infinita.
“Creo que la vida es infinita, y también creo que estamos llamados a explorar su profundidad y a saborear su profunda dulzura. Creo que la vida aquí es una imagen limitada y finita de la vida plena, que es ilimitada e infinita. Estoy seguro que uno se prepara para la eternidad, no siendo religioso y respetando las reglas, sino viviendo plenamente, con un amor generoso, y atreviéndonos a llevar nuestra capacidad al máximo” (Spong p.218-219)
Si la vida es ilimitada y continúa después de la muerte, es porque existe un proceso vital cósmico que abarca a todos los seres vivos. Es la energía cósmica que influye en toda la naturaleza. De este proceso formamos parte todos los humanos. La muerte no corta este proceso, sino que es el inicio de una nueva etapa vital. Etapa diferente de las anteriores, dentro del proceso evolutivo de toda la creación. ¿Cómo es esa nueva etapa? Lo desconocemos, pero podemos afirmar que es un nuevo modo de vida. Este proceso no se corta con la muerte, sino que continúa en una nueva etapa. Resucitar es seguir viviendo en este proceso, con Jesús, el Viviente. Los cristianos llamamos a esta nueva etapa resurrección. Los no creyentes no tienen esta referencia a Jesús de Nazaret, pero como seres dentro del cosmos participan de este proceso de vida, que abarca a todos los seres vivos y a todo el universo. Es la creación evolutiva que sigue avanzando en diversas etapas y de modo diferenciado dentro del cosmos.
Los seres en la naturaleza pueden acabar su vida concreta, pero no por ello termina la vida en el cosmos. Incluso ese ser vivo puede terminar su ciclo, pero no su vida transformada en otro ser. Una especie puede desparecer y transformarse en otra superior. El proceso creativo-evolutivo de vida continúa en el cosmos. Los seres humanos acaban su ciclo por la muerte, pero su vida continúa por este proceso evolutivo. Los creyentes afirmamos que “la vida de los que en Ti creemos, Señor, no termina, se transforma”. Esta es la vida más allá de la muerte. En esto consiste la resurrección, en el paso a una nueva forma de vida, desconocida, pero real. La realización de una vida plena. Una nueva consciencia de que la vida humana participa en la eternidad de Dios y de que viviré, amaré y seré parte de lo que Dios es. La resurrección fue un evento que tuvo lugar en el interior de las personas, siendo conscientes de que lo que los discípulos encontraron en Jesús ahora residía en sus vidas y sus corazones, el espíritu del mismo Jesús (Spong). Y a participar de esa nueva vida estamos llamados todos los seres del universo, siguiendo el proceso evolutivo cósmico que dirige y transforma el universo.
*J. Sh. Spong. Por qué el cristianismo tiene que cambiar o morir. Editorial Abya Yala. Quito. Ecuador 2014.
- Pedidos a Ecuador: editorial@abyayala.org . Colección Tiempo Axial
- En el COR de Zaragoza suelen tener depósito de este y otros libros:zaragoza@comitesromero.org
Jesús Gil García
Comunidad de Balsas.
Zaragoza. Junio 2015.
Gracias MªPilar por hablar desde el corazón. ¡El mundo sangra! es verdad. A veces no puedo leer e informarme de los boletines que recibo por colaborar con ellos de Intermon-Oxfam, Amnistía Internacional, Unicef, Cruz Roja…, no los puedo abrir porque me duelen profundamente. Pero me siento implicado en las campañas que proponen y no me queda otra que hacer de tripas corazón….
Es cierto que la desigualdad en estos últimos años ha crecido enormemente. La riqueza se acumula en unos pocos cada vez más ricos, aumentando el número de pobres cada vez más pobres. La crisis financiera parece programada para machacar las clases medias que gozaban de cierto bienestar, exprimiéndoles lo que tenían con salarios insuficientes y trabajos precarios y escasos, lo que obliga a aceptar condiciones de explotación pura y dura.
Teniendo esto en cuenta tengo que explicar la razón de mi esperanza. He leído en las páginas de Negocios de “el País” que la crispación social y laboral no puede rebasar cierto umbral, pues si sucede la empresa pierde eficacia y rendimiento y por tanto beneficios. Es lógico, el trabajo no puede rendir en ambientes crispados. Y lo que sucede ahora es que está llegando a su límite. Desde el punto de vista del beneficio del capital tienen que rebajar la tensión en las relaciones laborales.
Digo esto porque la gente en general no se mueve por principios éticos, sino por beneficios e intereses. Son estos los que obligan a cambiar de estrategia. Es como un ciclo aprietan y luego aflojan. Ahora están apretando y la gente lo pasa mal, muy mal. La familia de mi hijo vive en mi casa de Barcelona y con una parte de mi sueldo alto de pensionista que les paso cada mes (600 €) y financiamos la educación de mi nieto. Estuvieron años en precario, ahora tienen algo más, pero insuficiente. Mi hijo es logopeda y tiene unos cuantos alumnos con problemas escolares. Mi nuera es ejecutiva de eventos pero con bajo salario y condiciones de trabajo estresantes, que le pasa factura en su salud.
El nudo al cuello que le están cerrando a la sociedad no pueden apretarlo mucho más. No pueden apretar indefinidamente porque pasado el umbral perderán beneficios al no tener de donde sacar. EU y EEUU están colapsándose con la avalancha inmigratoria, que sólo podrán detener si hacen grandes inversiones en los países de origen.
No es la ética lo que puede cambiar las cosas, sino los cambios de estrategia en los rendimientos del capital y las estructuras que lo sostienen. El nivel ético crece cuando las condiciones son las adecuadas para ello. Ahora bien, una buena educación en valores éticos permite comportamientos éticos cualquiera que sean las condiciones, por esto es importante disponer de este bagaje personal y educativo.
Juanel:
Algo no concuerda con lo que me expones y yo siento:
El último informe de Intermon O. Es, que la pobreza ha crecido en los último años, y la riqueza de unos pocos ha aumentado de manera escandalosa.
Que existan lugares que mueran a miles por no tener agua potable, nada en sanidad, nada en formación.
Y lo poco que pudieran tener, se les arrebata para que las grandes multinacionales planten sus negocios a costa de la muerte de quienes allá vivían desde ni se sabe…
Conoces mucho mejor que yo estos temas sangrantes; lo más repugnante es, que todo esto se hace:
¡No para mejorar la situación de este mundo herido y machacado por los fuertes, sino para enriquecer a unos pocos que caca día tienen más!
Poseen tanto, que hace daño solo de pensarlo; no porque ellos tenga y yo no… nada más equivocado; sino porque les importan un carajo los medios que utilizan, la muerte que van sembrando, la injusticia que se asienta en todas las partes donde ellos ponen su garras ponzoñosas.
Bueno, disculpa Juanel, es, que estos temas desde muy niña… ¡Me ponen en pié!
Nunca he podido comprender a aquellas personas que se sienten por encima de los demás…
No porque sean más listos, más cultos más ricos… porque estas situaciones tienen unos principios maliciosos:
“No siempre los más inteligentes están al frente de los lugares de más responsabilidad (ya conocemos como muchas personas llegan a ellos)
No siempre el que más títulos posee, los ha ganado con su esfuerzo y conocimientos…
” Una pequeña anécdota: Mi hijo cuando estaba estudiando ingeniería industrial, nos comentaba los proyectos maravillosos que iba a realizar; le comenté… hijo, nunca subas a costa de los demás, trabaja bien y sé honrado con todas las personas que por tu situación debas tratar.
Me respondió: “mamá, yo estoy dedicando 7 años de mi vida para prepararme, tengo derecho a tener más oportunidades”.
Le dije: ¿Sabes cuantas personas quizá más inteligentes que tú, no tienen la posibilidad de asistir a la universidad y sacar todo su potencial adelante?
¡Jamás trates por encima del hombro a nadie!
Puede que realices grandes proyectos; pero ni uno de ellos se podrá llevar adelante sin que lo vayan haciendo posible quienes harán todos los trabajos que llamáis menores… incluidos, los que cuando todo esté terminado ¡limpien lo que lograste crear!
Acabo con éxito… y es una gran persona… ya piensa diferente y me siento feliz.”
No hablemos de las fortunas… Desde el principio de los tiempos, quienes se han llevado el gato al agua… (aquí entran de lleno los “listillos” sin escrúpulos) ni son los mejores, ni su sangre es azul, ni les viene por don de “dios”…
La historia es sangrante en estos temas, tanto en las políticas como en las religiones.
Y de aquellos “polvos” nos llegan estos “sunamis” que todo se lo llevan por delante, y que en ese devenir de dolor y muerte… los gatos salen del agua para seguir asfixiando a toda persona débil y maltrecha que pase por su lado.
Reconozco que estoy un tanto “baja” de esperanza; solo que, no sería tan complicado si nos bajáramos del bus que hoy nos lleva; miráramos a nuestro alrededor y comprendiéramos que esta situación, solo la podemos cambiar…:
¡Si cambiamos nuestra manera de mirar la vida empezando por la propia, y una vez dado este paso… optar por una vida que no dañe a nadie de quienes pasan a nuestro lado, y bajando un poco el diapasón de nuestros deseos…!
No es necesario tanto para vivir, como nos empeñamos en querer y desear por encima de todo y de todos.
Sabes que tengo un grave problema…
¡Hablar desde el corazón!
Eso conlleva no dar datos exactos, y pasar muy rápido por encima de os temas que toco.
Me tranquiliza, que en este Atrio, hay personas extraordinarias que apostillarán con más y mejor conocimiento lo que comento.
Este ha sido mi caminar desde muy temprano; y la vida misma me ha enseñado todo lo que bulle en mi corazón y todo mi ser; porque solo el saber y conocer no es suficiente si lo sacamos de la realidad en la que vivimos.
Un abrazo entrañable… y ¡discúlpame! no es contradecir lo que me dices, ya te he dicho alguna vez… que comparto mucho de lo que nos expones y te doy las gracias por ello… pero mi ser es así… y sus miles de ricas experiencias son las que han jalonado mi vida.
mª pilar
¡Es que hay que ser optimistas MªPilar y si no lo somos habrá que trabajar y esforzarnos en serlo! La desesperanza no conduce a nada bueno y si es grave nos puede llevar hasta el deterioro físico y la enfermedad. No es que vea la Plenitud en esta vida al alcance de la mano, a corto plazo, en nuestra generación o la de nuestros nietos. Hay demasiado aún que hacer, pero tiene que hacerse y se está haciendo, ¿que es poco? ¿que se debería hacer mucho más? por supuesto que sí, pero lo que no podemos pretender es que mañana mismo amarecerá un día de justicia, porque no podamos soportar la avalancha de información de tanta maldad humana. Hay que resistir y seguir denunciando.
Mi optimismo también deriva de que las condiciones de vida para toda la humanidad han ido mejorado sensiblemente, desde la mitad del pasado siglo al presente, en todos los parámetros medibles. Hoy vivimos con mucho mayor bienestar que en cualquier época del pasado, lo cual no quita que miles de millones de personas casi un tercio de la población mundial, viva por debajo del umbral de pobreza. Sin duda queda mucho por hacer, pero vamos mejorando. Y si las condiciones mejoran, también se dará un aumento en los niveles éticos. Y esto no sólo lo creo yo que es así, sino que hay datos científicos que lo corroboran.
Mi fe en las personas se debilita a veces al pensar que si inmediatamente tras mi muerte me voy a encontrar a las puertas de la Plenitud con determinadas personas y personajes, con los que he tenido contactos a lo largo de mi vida, pues a algunos no sé si tendré muchas ganas de verlos, y no solo verlos sino tratar de empatizar con ellos/as, o de resolver cuestiones pendientes. Pero luego medito un poco y me digo, qué descanso y tranquilidad si logramos entre ellos y yo una conexión fluida y abierta hasta arreglar las cosas, ¿verdad? Además los desencuentros no han sido tantos y con los años parece que se han disuelto. No soy persona que guarde rencores, lo que no sé si habrá quienes los guarden contra mí.
Queridos atrieros/as de este post: Estáis de un matafísico palpitante, y me meravillo por lo trascendentes que os ponéis; no es para menos porque es que el tema tiene su castaña y admite todas y cada unas de las opiniones que convergen en la evidencia de que nadie volvió para contarnos qué hay más allá. Y además todos somos, sobre esta cuestión, muy desconfiados y no lo podemos remediar. Ahora bien, leyendo la literatura del Nuevo Testamento, “parece que” se barrunta un algo…algo difuso, aunque es Pablo el que dice que nos dejemos de gaitas “porque todos seremos transformados”. Y en eso el hombre tiene razón y además nosotros lo constatamos; lo que sucede es que ignoramos qué hay en el “segundo tiempo” de esa transformación, para nosotros, en principio, evidente.
Estáis interviniendo con mucha garra, con grandísimo interés, pero al final todos nos damos con la cara en la pared y decimos:no ha sido nada; pero la verdad es que nos duelo y mucho el porrazo.
Pienso, opino, que para no padecer más coscorrones yo me quedaría me consolaría con una idea, que, aunque está en entredicho, consalaría bastante, que es la del Resucitado, la propia resurrección de todos y de cada uno. Realmente nos resulta muy duro de roer…pero ¿y si sí? como dice el cómico.
¡Ánimo! que seguiremos vuestras querencias y también vuestros y nuestros lamentos.-Saludos a todas y a todos.
Juanel: ¡Me encanta tu optimismo! Personalmente no estoy tan firme como tú.
Creo que estamos en la época del: “Hago lo que me mandan”
O sea, no pienso, ni apoyo, ni busco… la mejor manera de proceder, no solo pensando en mi bien sino sobre todo en el bien general.
Bueno Juanel… prefiero fijarme en tu fuerza, y así seguir manteniendo la esperanza en una humanidad que de verdad quiere caminar hacia ese potencial que tiene en si misma:
Trabajar para ir caminando hacia su ¡Plenitud!
A pesar de lo que me dices sobre… que no ha mejorado… lo siento, pero sobre todo me llena de gozo como los dos, estáis compartiendo cada instante sin perder la fuerza para seguir.
Un abrazo entrañable para los dos.
mª pilar
Un cariñoso saludo Mª Pilar.
A veces pierdo la esperanza en el ser humano, precisamente por lo que dices. Sin embargo, para no caer en la desesperanza al ver y leer las noticias de cada día, tragedias, corrupción, maldades de todo tipo…, lo que trato de pensar es que resulta imprescindible para crecer éticamente, que tengamos toda la información de lo que ocurre en nuestro mundo. Sin conocer los síntomas y disponer de todos los datos difícilmente se puede hacer un buen diagnóstico de la enfermedad de lo humano que sufrimos. Y esto ha ocurrido en la historia durante los siglos pasados en los que la información era muy escasa o inexistente. El maltrato a las mujeres en los hogares, el trabajo infantil, la explotación y humillación de la gente común, la esclavitud, el hambre, la miseria, la ignorancia, las enfermedades,…. de los despojados de todo, no lo hemos inventado nosotros, están ahí desde el origen de las civilizaciones en general. Lo que pasa ahora es que el mundo anterior se desarrollaba en un entorno muy reducido en aldeas rurales, en pequeñas ciudades,…, con escaso contacto entre sí, y en nuestro mundo globalizado existe información casi de todo y en el momento en el que ocurre. Y más tendría que haber, como las palizas de policías a ciudadanos grabadas en móvil que saltan a las noticias de todo el mundo. Es duro saberlo pero es peor el silencio.
Pienso además que el nivel ético ha pegado un gran salto con el aumento enorme de la información. Por lo general la gente no aplaude el maltrato a mujeres, etc., ni se divierte viendo palizas o torturas, ni con los talibanes cortando cabezas, o viendo apedrear mujeres en ciertas culturas islámicas de hoy,…., antes sí. Las masas iban de fiesta a disfrutar con la guillotina.
Pero es cierto que la información es sólo el primer paso, conocer lo que tenemos. El siguiente es la agilización de la justicia y su puesta al día, hoy colapsada por la avalancha de la información y que además lo previsible es que aumente. El delito no puede quedar impune. Lo tercero es que la gente asimile que el comportamiento delictivo no vale la pena porque serán denunciados, juzgados y castigados eficazmente. Creo que el delito persiste porque la información y la justicia son aún ineficaces. Cuando lo sean la gente se comportará de otra manera. Y en esto las nuevas tecnologías pueden contribuir y mucho en su eficacia.
Necesitamos ya una ética más exigente no sólo por lo dicho, sino también porque el progreso científico-tecnológico que tenemos ya a las puertas es de tal magnitud, que si no nos ponemos las pilas en ética, puede convertirse en devastador para la humanidad, pues sus logros quedarán en manos de unos pocos privilegiados, que se diferenciarán del resto como nunca antes.
¡Ah! Cuando nos dieron el respirador pensé que por fin mi mujer se sentiría mucho mejor y aumentaría nuestra calidad de vida. Pero no ha sido así. Tiene el respirador porque lo necesita para vivir, pero su calidad de vida y la mía ha disminuido y limitado sensiblemente. La limitación no es un problema en sí, en el sentido que no me siento renunciando a nada, pues lo que yo elijo y me gusta hacer es estar con ella a su lado, lo demás no tiene importancia.
Gracias por tus buenos deseos, el ánimo a veces decae pero tampoco tiene importancia.
Juanel: Lo que nos comentas es, de lo mejor que nos podía suceder.
Pero… Siempre hay peros…
¿De verdad crees que esta humanidad cada vez más “enferma” (por decirlo de manera suave) llegará a optar por el camino del bien hacer en provecho de toda ella?
Dado los millones de siglos que han pasado por esta historia nuestra, donde las terribles experiencias vividas de crueldad de unos pocos “iluminados” contra el ¡todo! Nos demuestran la dificultad de conseguirlo.
La lucha cruel por toda clase de poder, el esclavismo que nunca acaba, la facilidad del ser humano de venderse por…”un plato de lentejas”… por un poco de… cientos de “cosas” .
¿Elegirá por fin… la capacidad de hacer el bien y regenerar así a toda la humanidad?
Eso, dado el ambiente que nos rodea, nos demuestra que:
¡¡¡Nunca aprendemos de los males pasados!!!
Y mira que han sido terribles, muy dolorosos; pero parece ser, que les importa mucho más, el tener y poseer… ¡a cualquier precio! aunque ello suponga la muerte para millones de personas diariamente, no solo de personas, también de todo lo que nos rodea.
Matamos animales por propio goce personal, o porque parte de ellos son afrodisíacos, o por…
Estamos envenenando las aguas para así conseguir pingües beneficios, arrasamos los montes para hacer muebles bellos que adornen sus mansiones, aniquilamos elefantes por el solo placer de poseer sus colmillos, estamos convirtiendo el mar, en una cloaca.
¿Cómo podemos salir de este caos que hemos sembrado, sin una profunda regeneración a todos los niveles?
Las religiones han convertido a los humanos en seres incapaces de pensar, atándolos a ritos y creencias totalmente injustas para los más débiles.
No quiero… me revelo ante la posibilidad de perder la esperanza… pero mis propios congéneres me lo ponen muy difícil; aun así…
¡¡¡No quiero dejar de esperar, confiar, trabajar en la medida de mis fuerzas, a que esta regeneración sea posible!!!
Te leo, y os llevo en mi pensamiento a los dos y en mi corazón; hay que seguir en la lucha, y aunque un respirador es muy incómodo, quizá pueda vivir dignamente muchos, muchos años.
Lo deseo de todo corazón. ¡Cuidaros los dos mutuamente!
Un abrazo entrañable.
mª pilar
Para creer en que hay vida más allá de la muerte, no hace falta, (como hace el obispo Spong), cambiar toda la cosmovisión del mundo y del ser humano, haciéndola girar alrededor de esta cuestión, como si todo cuanto existe dependiese de ella.
Pera creer en una segunda oportunidad de vida y de una vida en plenitud, para toda la humanidad sin exclusiones, me basta con creer en el triunfo final del bien en la historia humana. El triunfo del bien no significa para mí una intervención mágica de Dios que transforme la maldad humana en bondad, sino en el progresivo aumento del nivel ético del colectivo humano en su trayectoria histórica hasta alcanzar su límite máximo. Y Dios si existe, creo que está en esto a nuestro favor, es decir, implicado en que esto se realice. El triunfo del bien no sólo implica haber vencido todo el mal y con él todo sufrimiento, sino también haber vencido la muerte.
Si el bien vence la muerte no puede quedarse sólo para los humanos del tiempo histórico en que ocurra, sino que afectará a los de la generación anterior a ella y murieron. Si saben cómo superar la muerte ¿cuánto tiempo tardarán en recuperar a sus seres queridos que la sufrieron? ¿de qué plenitud hablamos si no pueden tener consigo a sus padres, abuelos, amigos que quisieron y quieren, y que ya no los tienen por la muerte? ¿qué no intentarán para recuperarlos? Y estos recuperados ¿no recuperarán para la vida a los suyos? Y de este modo generación tras generación remontando el pasado todos los humanos sin exclusiones recuperarán la vida. Por amor recuperaremos una nueva vida, una segunda vida en plenitud.
El cómo podrán hacerlo no podemos saberlo. Pero a mí me basta que por lo que sabemos de Ciencia no es imposible. Todo lo contrario, desde ya hay indicios de que si avanzamos un poco más no demasiado en el conocimiento científico-tecnológico, estas cosas podrían ser factibles. La Ciencia no se opone a mi creencia, sino que por el contrario puede apoyarla.
Hola
Ya comenté que no he solido hacerme cuesttonamientos acerca de:
* si existe algo después de la muerte por lo que merezca la pena luchar
* y que dé sentido a los sinsabores de toda existencia humana-
De ello no deduzco que no me importe la muerte.
¿Cómo no ha de importarme si me interesa todo lo que le pase y haga el ser humano?
Cuando me he visto en “circunstancias de morirme” (caídas andando a 40 mts de altura verificando estructuras metálicas en construcción; secuestro por parte de los Servicios de Información del Estado -SIDE; y alguna otra que no recuerde o que la haya magnificado cuando niño), recuerdo que ño que me importo fue de sentido contrario a lo acá postulado.
No me importaba “a dónde iba”
sino “lo que dejaba”.
Asuntos que estaban en proceso con mi presencia e intervención; y que si yo no estuviera quedarían como PROBLEMAS a los seres más próximos a mí.
En eso creo no haber cambiado.
Pero por suerte todavía no me morí y ¡Sigo todavía! -Oscar.
………………………
PS.: hace tiempito que quiero saber cómo anda el Cumpa del Pozo. Saludos!
Hola!
El Lbro de Spong dice titularse: “… cambiar o morir”
Recuerdo, entonces, uno de los “CUENTOS CORTITOS ASÍ” de Isidoro Blaintein titulado SUICIDIO DEL DESCREÍDO y todo el Cuento dice así:
Creer o reventar
Reventar.
En alguna parte leí que Gustav Mahler, músico judío del Imperio Austrohúngaro que llegó a ser director del Teatro de la Opera de Viena, se convirtió al cristianismo, y una de las versiones del por qué de su conversión es que esta religión concebía la posibilidad de la Resurrección y de la otra vida, donde el volvería a reencontrarse con su hijita muerta. Es más, escribió la Sinfonía Resurrección.
Otra versión más cínica dice que fue para poder hacer una carrera musical exitosa. Pero de todos modos estaba obsesionado con el tema de la Resurrección.
La idea de otra vida mítica donde todos nos reencontramos, como los actores después de una obra, es una linda idea. La gente juega con esa idea para aliviar la zozobra de la vida y la pérdida de la esperanza y busca indicios en sesiones de espiritismo, canalizaciones y cualquier cosa que le sirva para apoyarla.
En la medida que sirva de consuelo y de esperanza y si no daña a nadie, que importa lo que uno crea. Total hasta lo que damos por verdades científicas, son solo probabilísticas, y son teorías que pueden ser refutadas en cualquier momento.
Ahora, armar una guerra y hacer un exterminio porque mi cielo es mejor que el tuyo, o asustar a los niños pequeños con las llamas del Infierno, son faltas de criterio consecuencias del subdesarrollo mental. Pero si alguien quiere tener esa fantasía y no molesta a nadie ,¿ Con qué derecho vamos a intervenir?
Mi querido Oscar, te aclaro lo que yo escribí: “Eso sí todo muy digno de respeto por lo que supone de consuelo para quienes pierden a ese ser querido.” Pues me refería a respetar a quienes creen que su ser querido sigue vivo en alguna otra dimensión. De hecho, aquí en España la mayoría de las familias despiden al difunto/a con una celebración religiosa en la que se insiste en la existencia de otra vida en Dios.
Psicológicamente hablando a partir de la experiencia tan y muy personal (que incluye documentarse y escuchar acerca de y a las propias personas) de ayudar a enfermos terminales jóvenes o ancianos durante los últimos meses o días de sus andaduras parece que la imaginación de qué puede haber pasada la expiración última se va hacienda menos preocupante con el tiempo en parte porque si el sufrimiento es grande simplemente se extingue proporcionalmente el instinto de preservación. No es extraño el mutismo. Hay excepciones como en todo otro fenómeno existencial y hay quien desespera o se angustia pero es difícil distinguir, desde afuera, qué son alucinaciones y qué no lo son, que son expresiones de ansiedades que tengan que ver con la naturaleza psicológica de la persona y que sea independiente de ello.
La muerte parece pertenecer al dominio de la libertad, de lo que no está condicionado por el origen del vivir, sino que corresponda a la propia vida en sí. Si eso es cierto por ser parte del vivir, se experimente de este modo o el otro, la pregunta sobre la muerte en referencia a la angustia del sentido del vivir personal remite a la pregunta sobre misterio.
Hablando de mí mismo solo puedo confiar en que llegará y no deseo sentir angustia por lo que pude haber sido y no fui, hecho y no hice, no hice, ni por lo que soy a medida que me acerco al possible “no ser” del modo que ahora me parece que conozco tan inciertamente.
He decidido no escribir en el hilo referente al caso de Zerolo. Como en tantos otros casos, frente a una persona en particular solo deseo callar como si mirase al Misterio cara a cara y no habiéndole conocido personalmente. Me hubiese gustado poder demostrarle mi afecto y mi comprensión por su vivir, mi acogida de él. Estoy seguro de que se equivocara en algunas cosas, que creara otras con gran acierto pero, sobre todo, que su fallecimiento haya sido solo, como menciona en su entrevista, un paso (no olvido el título de la extraordinaria meditación de Salvador Santos Pacheco sobre Marcos) aunque el lo enuncia como “transición”. Quizás el hablar del Misterio sugiriendo algo del mismo fuera lo único que me hubiera gustado que me explicara.
Hola ana!
Veo que te estás haciendo un tiempito para Atrio.
Ok! entonces.
Leo tu “acuerdo” a lo leído: -“a participar de esa nueva vida estamos llamados todos los seres del universo, siguiendo el proceso evolutivo cósmico que dirige y transforma el universo”-
Y leo tu interpretación: -“Es decir, somos un poquito de esa energía cósmica que se va encarnando en la vida continua.”-
………………………
¿Podrías explicarme por qué los tales dichos (del Autor y de tu interpretación) a mí me suenan al revés de lo que a ti te suenan?: – “Eso sí todo muy digno de respeto por lo que supone de consuelo para quienes pierden a ese ser querido.”-
A mí me suenan a un des-cuido de atención y errónea interpretación del sentimiento del que “pierde un ser querido”.
Me pasa que cuando digo eso mismo que tú, me siento haber falseado la verdad; solo me hube deslizado por una “costumbre”; e.d., no agregué nada (de mi propia cosecha) al mundo humano.
¿Será así, o algo al menos?
¡Voy todavía! – Oscar.
Comparto muchas de las cosas que ya se han dicho. Últimamente no me preocupa en absoluto lo que pueda o no pueda haber después de mi muerte, si bien reconozco que en épocas pasadas y siempre a través de creencias religiosas sí viví esa preocupación.
Estoy de acuerdo con el autor del post en que “…a participar de esa nueva vida estamos llamados todos los seres del universo, siguiendo el proceso evolutivo cósmico que dirige y transforma el universo”, Es decir, somos un poquito de esa energía cósmica que se va encarnando en la vida continua.
Otra cuestión es la cuota de vida que dejemos al desaparecer como individuos personales y únicos con conciencia de serlo. Dos casos uno muy emblemático, Jesús el Galileo y, reciente, la lucha por la igualdad y la dignidad de cada persona al margen de su identidad sexual, como ha sido Pedro Zerolo; y así podríamos enumerar infinidad de personas que a lo largo de la historia de la humanidad han sido claves en la humanización de la especie humana. A esto añadiríamos el recuerdo vivo mientras alguien recuerde al difunto/a.
Todo lo demás entraría en el campo de lo deseado, de la intuición, de las creencias, etc. Eso sí todo muy digno de respeto por lo que supone de consuelo para quienes pierden a ese ser querido.
Hola!
De arranque nomás, leo la PREMISA MAYOR de todo lo que vendrá después:
– “Una de las preguntas que todo ser humano se hace en la vida es:
* si existe algo después de la muerte por lo que merezca la pena luchar
* y que dé sentido a los sinsabores de toda existencia humana”-
…………………..
Si repaso mi vida (78 pirulos) no me encuentro haciéndome la pregunta:
* si existe algo después de la muerte por lo que merezca la pena luchar
* y que dé sentido a los sinsabores de toda existencia humana-
Sin embargo esa pregunta no me es extraña;
No solo la he escuchado sino que tal vez haya estado presente en mi cosmovisión.
Pero creo que en planos cada vez más degradados de valor a medida que me pasaban los años.
Me he ido extrañando de ella.
Ahora, creo que ni nos visitamos. Cuando lo lógico pareciera ser que al estar más cerca del Arpa que de la Guitarra tendría que aumentar la frecuencia de trato ¿no?
Pero no es así! ¿Qué le voy a hacer?
Tal vez tendría que empezar a dudar que sea uno de esos “todo ser humano”.
¡A la pucha en lo que me he ido convirtiendo!
Pero ¡sigo yendo todavía! – Oscar.
Gracias, Rodrigo. Ya encontré la revista e imprimí algunos artículos para leerlos. Es Bueno disponer de información que como esta pasa inadvertida y sin embargo sigue pujante y cuestiona el presente tan fuertemente a pesar del cambio aparente o real de circunstancias. Gracias. Un saludo cordial.
Hola George.
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Un abrazo
Amigo Rodrigo: Un saludo cordial. Conservo unas pocas cosas sobre Camilo Torres Restrepo, si te refieres a él, que he podido recuperar después de salir de Cuba porque me entristece que quizás ya nadie le haga justicia nunca y que hubiera habido momentos en que alguien como Romero, por ejemplo, no solo le condenara sino que le despreciara cuando desconocía que una ración de lo mismo le esperaba saborear. (En justicia debo confesar que no sé cuántas veces Jesús de Nazaret hizo mismo despreciando el vino avinagrado).
Me alegra que lo hayas mencionado. Pero a menudo se me ocurre la tontera de que mucha gente no supiera de quién hablo si lo mencionara o esta otra tontera de que quizás la razón del bizantinismo tan abundante sea la “insoportable” ostensibilidad de la injusticia y de la pobreza resultante de y en la misma, y la muerte.
Me acordé de Camilo:
“Por qué estamos encerrados por ahí, en las cafeterías discutiendo si el alma es mortal o si el alma es inmortal, cuando sabemos que el hambre sí es mortal…”
50 años después…
Leo el siguiente fragmento de Spong: “El deceso del cielo es un resultado directo de la muerte de la imagen teísta de Dios en la que se basa la tradición evangélica, con su visión personificada del cielo. Las personas que creen en el cielo como un premio a cambio de una vida de fe o de trabajo también tienen que creer en Dios como deidad personal que reparte regalos y castigos ganados por méritos personales. Este Dios es una figura parental disfrazada que controla la conducta infantil por medio de amenazas y promesas” (Spong p.205)
¿Qué fue anterior el huevo a la gallina o la gallina al huevo?
Cualquier imaginación de aquello que pueda suceder después de dejar de respirar (suponiendo que el propio vivir no sea precisamente muerte) es respetable. Pero el cielo no ha sido una noción universal y constante a lo largo de la historia. Más aún la mayor parte de la historia humana es desconocida y posiblemente cada vez no solo más imposible de averiguar sino menos necesario averiguarla.
La noción de la divinidad que castiga o premia o hasta se abstiene de lo uno o de lo otro es solo tan antigua como la historia de la familia patriarcal y posiblemente ésta sea proyección de la jerarquización de la familia y que alguna vez la divinidad suprema fue femenina y quizás hasta femenino-masculina, y desde hace siglos exclusivamente masculina aunque desde hace décadas el Cristianismo batalla con la idea de una divinidad en silencio o ausente y de una divinidad suprema que sea ambas cosas madre y padre, sádico, sufriente, impasible, etc.
El autor no relaciona el teísmo con la violencia doméstica (que el hombre deba mandar a la mujer y dominarla como debe dominar la tierra y garantizar la paz social) ni con las guerras que son productos de la noción de que unas ideas sean correctas y otras no o al menos más unas que otras (jerarquía en la posesión de la Verdad); o que unos territorios sean más propios que ajenos o lo sean exclusivamente (jerarquía en la otorgación de territorios por la divinidad o del poder de poseerlos); ni relaciona la destrucción ecológica con la idea teísta de que la raza humana debe dominar la tierra y utilizarla para “su uso, disfrute y abuso” por usar la fórmula del Derecho Romano aunque los romanos no la inventaron.
Leo también este segundo fragmento citado en el hilo: “Creo que la vida es infinita, y también creo que estamos llamados a explorar su profundidad y a saborear su profunda dulzura. Creo que la vida aquí es una imagen limitada y finita de la vida plena, que es ilimitada e infinita. Estoy seguro que uno se prepara para la eternidad, no siendo religioso y respetando las reglas, sino viviendo plenamente, con un amor generoso, y atreviéndonos a llevar nuestra capacidad al máximo” (Spong p.218-219)
A menos que el Obispo Spong no haya tenido una revelación privada, ¿qué hace a su imaginación “metafísica” más válida para el resto de la humanidad? Si a él le satisface yo no tengo nada que oponer a que la comunique excepto darle las gracias por hacerlo mostrando su deseo de ampliar la conversación pública al respecto, aunque en realidad esto que afirma creer acerca de la infinitud de la vida no sea nuevo sino que añade un voto en favor de una hipótesis que como hipótesis es válida.
La noción de infinitud es más concebible y aplicable en el campo matemático, pero hace tiempo que haya necesidad de considerar la hipótesis de que nada sea infinito y que las cosas y la vida misma tiene un valor variable porque no ha podido ser hallada nada en la vida o en el vivir que deba permanecer como sea, ni que pueda hacerlo. Hay una cierta inestabilidad de forma o modo que parece inevitable excepto por nuestra percepción de las cosas cuya veracidad o viabilidad nos parece necesaria aunque conozcamos que la Inercia no sea una noción meramente mecánica.
Hola!
Leo:
– “Los seres humanos acaban su ciclo por la muerte,
pero su vida continúa por este proceso evolutivo.”-
Parece que la idea de EVOLUCIÓN como PROCESO sigue siendo una fórmula mágica para explicar muchas cosas … o TODO.
¡Sí, TODO! Pero tal vez le faltaría indagar un poco más en el TIEMPO HUMANO ya que parece no saber en LO QUÉ devendrá su evolución en el TIEMPO.
………………..
TIEMPO LIBRE (GUILLERMO SAMPERIO –nac.1948 en México)
Todas las mañanas compro el periódico y todas las mañanas, al leerlo, me mancho los dedos con tinta. Nunca me ha importado ensuciármelos con tal de estar al día en las noticias. Pero esta mañana sentí un gran malestar apenas toqué el periódico. Creí que solamente se trataba de uno de mis acostumbrados mareos. Pagué el importe del diario y regresé a mi casa. Mi esposa había salido de compras. Me acomodé en mi sillón favorito, encendí un cigarro y me puse a leer la primera página. Luego de enterarme de que un jet se había desplomado, volví a sentirme mal: vi mis dedos y los encontré más tiznados que de costumbre.
Con un dolor de cabeza terrible, fui al baño, me lavé las manos con toda calma y, ya tranquilo, regresé al sillón. Cuando iba a tomar mi cigarro, descubrí que una mancha negra cubría mis dedos. De inmediato retorné al baño, me tallé con zacate, piedra pómez y, finalmente, me lavé con blanqueador; pero el intento fue inútil, porque la mancha creció y me invadió hasta los codos. Ahora, más preocupado que molesto llamé al doctor y me recomendó que lo mejor era que tomara unas vacaciones, o que durmiera. Después, llamé a las oficinas del periódico para elevar mi más rotunda protesta; me contestó una voz de mujer, que solamente me insultó y me trató de loco. En el momento en que hablaba por teléfono, me di cuenta de que, en realidad, no se trataba de una mancha, sino de un número infinito de letras pequeñísimas, apeñuzcadas, como una inquieta multitud de hormigas negras.
Cuando colgué, las letritas habían avanzado ya hasta mi cintura. Asustado, corrí hacia la puerta de entrada; pero, antes de poder abrirla, me flaquearon las piernas y caí estrepitosamente. Tirado bocarriba descubrí que, además de la gran cantidad de letras-hormiga que ahora ocupaban todo mi cuerpo, había una que otra fotografía. Así estuve durante varias horas hasta que escuché que abrían la puerta. Me costó trabajo hilar la idea, pero al fin pensé que había llegado mi salvación. Entró mi esposa, me levantó del suelo, me cargó bajo el brazo, se acomodó en mi sillón favorito, me hojeó despreocupadamente y se puso a leer…
……………………….
No repito lo que otras ilustres mentes han dejado dicho, ni siquiera, todas aquellas que he aprendido y estudiado.
Cuando pienso en el final de mi camino… solo pienso una cosa… llegar humanamente con la mayor plenitud, como persona de a pié.
¿Que sucederá?
¡Nadie le sabe!
Cada cual se arremolina a lo que ha hecho de su vida un camino, una fe, una experiencia.
Personalmente… me abandonaré en lo que tenga que suceder; agradeciendo cada día todo cuanto he recibido, de todo cuanto han hecho… y sigue haciendo la Vida… en toda su extensión, para que pudiera ¡Ser!.. siendo en cada momento.
Nadie camina solo, nadie se hace solo…
Es cada cual y las circunstancias que le rodean… y con todo ello… las opciones que decida tomar.
mª pilar
Hola!
PARÁBOLA DEL ABUELO Y DEL NIÑO
Mientras tanto, no muy lejos de casa, igual que un pajarito inesperado que se nos posa en la ventana y la llena de graves lejanías, me llenó de distancia este pasaje:
— Abuelo —dijo el niño—, le tengo miedo al tiempo. Tú me dijiste que en su barba se enredan
todas las cosas. ¿No será una trampa?
— No. La trampa es el hombre —respondió el anciano.
— ¿Y a qué se parece, entonces, el tiempo?
— Míralo —dice el abuelo—, es un ojo grandote encadenado a números. Sin embargo, tiene dos patitas con las que camina el mundo y no se cansa. . .
— ¿Pero eso es el tiempo? —contestó el niño.
— No. Él está más adentro… los hombres no lo comprenden. Por eso, él los usa como las monedas
hasta gastarle su precio. . .
Repentinamente el abuelo se ha quedado dormido.
El niño, mientras tanto, curioso y celoso de su cajita, no mira otra cosa. . ., se va al patio y corre.
Luego se para y piensa. . .
No piensa, se lleva el reloj al oído, lo escucha, lo aleja, lo agita, hasta que al fin con un martillo lo raja, lo destroza y no encuentra, no ve lo que él quería, . .
Huye entonces gritando: “Mamá, he roto el tiempo. . ., he roto el tiempo. . .”
Luego la madre y el hijo lloraban juntos por el mismo motivo: el niño porque el tiempo ya no estaba en sus manos, y la madre porque el abuelo dormía ya sin tiempo…
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Tomado de “LOS RELÁMPAGOS LENTOS”, de Manuel del Cabral
Nacido el 7 de marzo de 1907, Manuel del Cabral es justamente conocido como uno de los poetas contemporáneos más importantes de nuestra lengua.
Los cuentos de Cabral están en la mejor línea de la literatura fantástica moderna, pero hay una constante en el escritor dominicano que lo distingue radicalmente, y ese factor es la esencia metafísica que continuamente emana de su obra.
Esta característica sustancial del notable poeta dominicano, está expresada elocuentemente por él mismo cuando vaticina:
-“Pero el océano y el viento volverán a su diálogo más viejo mientras esperan que llegue el primer hombre, porque el otro nunca ha sido el primero.
Sin embargo yo también con mi canto duraré tantos siglos.
Pues sucede que el viento y el océano ha tiempo que mi canto lo aprendieron para cuando regresen los hombres que no pueden volver sino cantando.”
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Para mí, este problema del más allá de la vida, que hasta ahora hemos llamado cielo e infierno, como dice Spong, que es antropomórfica, es decir, basada en la experiencia de los padres que dicen a sus hijos que Dios castiga con el infierno a los malos y premia a los buenos con el castigo, es producto de que no nos han enseñado a hacer la lectura de la vida, en la que Dios actúa. Prácticamente, nuestra única lectura, es la Biblia y no los hechos de Dios a través de la vida creada por Ese que llamamos Dios, pero es el inombrable y pienso que la fundamental Palabra de Dios son los hechos , que Dios hace a través de las personas, los acontecimientos,etc
Este problema lleva a una serie de preguntas, como la que me hizo un evangélico : si yo me muero en estado de embriaguez a dónde voy? Y así un sinnúmero de preguntas que no tienen asidero en el Dios Amor de Juan. Pero tampoco en las palabras de Jesús tomadas al pie de la letra sobre la resurrección
Según esto, vuelvo a lo que decía sobre la lectura de la vida. Cuando una persona, un animal o un árbol muere , qué pasa? Que se vuelve tierra y esta tierra, llamada Pachamama por los indígenas y Amalur por los vascos, va creando nuevas vidas. Acaso esta no es una experiencia visual que todos tenemos continuamente, sin que nos hayan explicado nada sobre química y los procesos de ruptura y síntesis entre átomos y moléculas para su transformación en otro organismo que entra en el proceso evolutivo? Acaso, cuando comemos cochino, ese cochino no se convierte en carne humana?
Según esta intuición que no es mía, sino de loovenlok (?) nos fundimos con la madre tierra, que es un organismo vivo, con su metabolismo propio (Lovenlook no es creyentes) pero los que sí somos creyentes, no barruntamos, que vamos al seno de Dios, quien por fin nos convierte el YO YO YO en el NOSOTROS! NOSOTROS, que es el gran problema de nosotros vivientes y de esta forma seguimos viviendo , pero transformados y entrando en la VIDA que es Dios mismo? Con la diferencia que perdemos la conciencia propia y no somos conscientes de nuestra transformación, porque perdemos el YO.
MariPilar Zugarramurdi
Creo que las propuestas de Spong son tan débiles como el teísmo que rechaza. Todo lo referente a Dios y a la vida más allá de la muerte es “otra cosa” pero, o no podemos decir absolutamente nada de esa otra cosa, o tenemos cierta intuición o conocimiento analógico. Yo prefiero creer en un Dios transpersonal (ni tan antropomórfico ni tan panteísta) y en un barruntar algo del más allá a través de la ética, el amor, las experiencias místicas, y el ejemplo de Jesús.
Jesús Gil García glosa a Spong hasta hacerlo partícipe sin fisuras de su pensamiento sobre la vida después de la muerte.
Estamos haciendo un trabajo filosófico digno de nuestros antepasados griegos.
Para ello se rechaza la teología medieval construida sobre la primacía envolvente de un Dios todopoderoso y enfadado con los humanos.
Con esto reducimos un poco más a creencia la doctrina de los Evangelios.
? Qué nos queda?
Aceptamos la autoridad intelectual de los antiguos dándole valor de verdad a sus conceptos de la vida ya sea mediante la sobre vivencias o de una consciencia colectiva de la que todos participamos, u otras individuales llamadas almas o espíritu muy de estilo platónico.
Pero, siendo honestos reconozcamos que así también estamos rechazando la autoridad del Evangelio de Jesús, el enviado de Dios.
Nos hemos alejado un poco más de la fe salvadora.