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No esclavos, sino hermanos

Es una tradición que el primero de año se celebre en la Iglesia la Jornada Mundial de la Paz y que haya un mensaje en el que cada año se toque un aspecto de la misma. Este año es NO ESCLAVOS, SINO HERMANOS. El punto 1º y 2º los dedica a justificar que toda la humanidad somos una sola familia, aunque desde el principio haya habido violencia entre hermanos. No hace falta recurrir a los mitos de la biblia y a la teología cristiana para fundamentar ese axioma que se impone a toda conciencia humana universal. Lo importante son los puntos 3º a 6º: en quién piensa el papa cuando dice que hoy persiste la esclavitud (VER), cuáles son sus causas profundas (JUZGAR) y qué tiene que hacer cada uno dentro de un planteamiento  global (ACTUAR). Yo solo resalto lo que dice sobre la esclavitud en un sistema de trabajo precario y su insistencia en que, como consumidores, nos unamos a la campaña del comercio justo. AD.

MENSAJE DEL SANTO PADRE
FRANCISCO
PARA LA CELEBRACIÓN DE LA
XLVIII JORNADA MUNDIAL DE LA PAZ

NO ESCLAVOS, SINO HERMANOS

1. Al comienzo de un nuevo año, que recibimos como una gracia y un don de Dios a la humanidad, deseo dirigir a cada hombre y mujer, así como a los pueblos y naciones del mundo, a los jefes de Estado y de Gobierno, y a los líderes de las diferentes religiones, mis mejores deseos de paz, que acompaño con mis oraciones por el fin de las guerras, los conflictos y los muchos de sufrimientos causados por el hombre o por antiguas y nuevas epidemias, así como por los devastadores efectos de los desastres naturales. Rezo de modo especial para que, respondiendo a nuestra común vocación de colaborar con Dios y con todos los hombres de buena voluntad en la promoción de la concordia y la paz en el mundo, resistamos a la tentación de comportarnos de un modo indigno de nuestra humanidad.

En el mensaje para el 1 de enero pasado, señalé que del «deseo de una vida plena… forma parte un anhelo indeleble de fraternidad, que nos invita a la comunión con los otros, en los que encontramos no enemigos o contrincantes, sino hermanos a los que acoger y querer».[1] Siendo el hombre un ser relacional, destinado a realizarse en un contexto de relaciones interpersonales inspiradas por la justicia y la caridad, es esencial que para su desarrollo se reconozca y respete su dignidad, libertad y autonomía. Por desgracia, el flagelo cada vez más generalizado de la explotación del hombre por parte del hombre daña seriamente la vida de comunión y la llamada a estrechar relaciones interpersonales marcadas por el respeto, la justicia y la caridad.Este fenómeno abominable, que pisotea los derechos fundamentales de los demás y aniquila su libertad y dignidad, adquiere múltiples formas sobre las que deseo hacer una breve reflexión, de modo que, a la luz de la Palabra de Dios, consideremos a todos los hombres «no esclavos, sino hermanos».

A la escucha del proyecto de Dios sobre la humanidad

2. El tema que he elegido para este mensaje recuerda la carta de san Pablo a Filemón, en la que le pide que reciba a Onésimo, antiguo esclavo de Filemón y que después se hizo cristiano, mereciendo por eso, según Pablo, que sea considerado como unhermano. Así escribe el Apóstol de las gentes: «Quizá se apartó de ti por breve tiempo para que lo recobres ahora para siempre; y no como esclavo, sino como algo mejor que un esclavo, como un hermano querido» (Flm 15-16). Onésimo se convirtió en hermanode Filemón al hacerse cristiano. Así, la conversión a Cristo, el comienzo de una vida dediscipulado en Cristo, constituye un nuevo nacimiento (cf. 2 Co 5,17; 1 P 1,3) que regenera la fraternidad como vínculo fundante de la vida familiar y base de la vida social.

En el libro del Génesis, leemos que Dios creó al hombre, varón y hembra, y los bendijo, para que crecieran y se multiplicaran (cf. 1,27-28): Hizo que Adán y Eva fueran padres, los cuales, cumpliendo la bendición de Dios de ser fecundos y multiplicarse, concibieron la primera fraternidad, la de Caín y Abel. Caín y Abel eran hermanos, porque vienen del mismo vientre, y por lo tanto tienen el mismo origen, naturaleza y dignidad de sus padres, creados a imagen y semejanza de Dios.

Pero la fraternidad expresa también la multiplicidad y diferencia que hay entre los hermanos, si bien unidos por el nacimiento y por la misma naturaleza y dignidad. Comohermanos y hermanas, todas las personas están por naturaleza relacionadas con las demás, de las que se diferencian pero con las que comparten el mismo origen, naturaleza y dignidad. Gracias a ello la fraternidad crea la red de relaciones fundamentales para la construcción de la familia humana creada por Dios.

Por desgracia, entre la primera creación que narra el libro del Génesis y el nuevo nacimiento en Cristo, que hace de los creyentes hermanos y hermanas del «primogénito entre muchos hermanos» (Rm 8,29), se encuentra la realidad negativa del pecado, que muchas veces interrumpe la fraternidad creatural y deforma continuamente la belleza y nobleza del ser hermanos y hermanas de la misma familia humana. Caín, además de no soportar a su hermano Abel, lo mata por envidia cometiendo el primer fratricidio. «El asesinato de Abel por parte de Caín deja constancia trágicamente del rechazo radical de la vocación a ser hermanos. Su historia (cf. Gn 4,1-16) pone en evidencia la dificultad de la tarea a la que están llamados todos los hombres, vivir unidos, preocupándose los unos de los otros».[2]

También en la historia de la familia de Noé y sus hijos (cf. Gn 9,18-27), la maldad de Cam contra su padre es lo que empuja a Noé a maldecir al hijo irreverente y bendecir a los demás, que sí lo honraban, dando lugar a una desigualdad entre hermanos nacidos del mismo vientre.

En la historia de los orígenes de la familia humana, el pecado de la separación de Dios, de la figura del padre y del hermano, se convierte en una expresión del rechazo de la comunión traduciéndose en la cultura de la esclavitud (cf. Gn 9,25-27), con las consecuencias que ello conlleva y que se perpetúan de generación en generación: rechazo del otro, maltrato de las personas, violación de la dignidad y los derechos fundamentales, la institucionalización de la desigualdad. De ahí la necesidad de convertirse continuamente a la Alianza, consumada por la oblación de Cristo en la cruz, seguros de que «donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia… por Jesucristo» (Rm5,20.21). Él, el Hijo amado (cf. Mt 3,17), vino a revelar el amor del Padre por la humanidad. El que escucha el evangelio, y responde a la llamada a la conversión, llega a ser en Jesús «hermano y hermana, y madre» (Mt 12,50) y, por tanto, hijo adoptivo de su Padre (cf. Ef 1,5).

No se llega a ser cristiano, hijo del Padre y hermano en Cristo, por una disposición divina autoritativa, sin el concurso de la libertad personal, es decir, sin convertirselibremente a Cristo. El ser hijo de Dios responde al imperativo de la conversión: «Convertíos y sea bautizado cada uno de vosotros en el nombre de Jesús, el Mesías, para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo» (Hch 2,38). Todos los que respondieron con la fe y la vida a esta predicación de Pedro entraron en la fraternidad de la primera comunidad cristiana (cf. 1 P 2,17; Hch 1,15.16; 6,3; 15,23): judíos y griegos, esclavos y hombres libres (cf. 1 Co 12,13; Ga 3,28), cuya diversidad de origen y condición social no disminuye la dignidad de cada uno, ni excluye a nadie de la pertenencia al Pueblo de Dios. Por ello, la comunidad cristiana es el lugar de la comunión vivida en el amor entre los hermanos (cf. Rm 12,10; 1 Ts 4,9; Hb 13,1; 1 P1,22; 2 P 1,7).

Todo esto demuestra cómo la Buena Nueva de Jesucristo, por la que Dios hace «nuevas todas las cosas» (Ap 21,5),[3] también es capaz de redimir las relaciones entre los hombres, incluida aquella entre un esclavo y su amo, destacando lo que ambos tienen en común: la filiación adoptiva y el vínculo de fraternidad en Cristo. El mismo Jesús dijo a sus discípulos: «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15,15).

  • Múltiples rostros de la esclavitud de entonces y de ahora

3. Desde tiempos inmemoriales, las diferentes sociedades humanas conocen el fenómeno del sometimiento del hombre por parte del hombre. Ha habido períodos en la historia humana en que la institución de la esclavitud estaba generalmente aceptada y regulada por el derecho. Éste establecía quién nacía libre, y quién, en cambio, nacía esclavo, y en qué condiciones la persona nacida libre podía perder su libertad u obtenerla de nuevo. En otras palabras, el mismo derecho admitía que algunas personas podían o debían ser consideradas propiedad de otra persona, la cual podía disponer libremente de ellas; el esclavo podía ser vendido y comprado, cedido y adquirido como una mercancía.

Hoy, como resultado de un desarrollo positivo de la conciencia de la humanidad, la esclavitud, crimen de lesa humanidad,[4] está oficialmente abolida en el mundo. El derecho de toda persona a no ser sometida a esclavitud ni a servidumbre está reconocido en el derecho internacional como norma inderogable.

Sin embargo, a pesar de que la comunidad internacional ha adoptado diversos acuerdos para poner fin a la esclavitud en todas sus formas, y ha dispuesto varias estrategias para combatir este fenómeno, todavía hay millones de personas –niños, hombres y mujeres de todas las edades– privados de su libertad y obligados a vivir en condiciones similares a la esclavitud.

Me refiero a tantos trabajadores y trabajadoras, incluso menores, oprimidos de manera formal o informal en todos los sectores, desde el trabajo doméstico al de la agricultura, de la industria manufacturera a la minería, tanto en los países donde la legislación laboral no cumple con las mínimas normas y estándares internacionales, como, aunque de manera ilegal, en aquellos cuya legislación protege a los trabajadores.

Pienso también en las condiciones de vida de muchos emigrantes que, en su dramático viaje, sufren el hambre, se ven privados de la libertad, despojados de sus bienes o de los que se abusa física y sexualmente. En aquellos que, una vez llegados a su destino después de un viaje durísimo y con miedo e inseguridad, son detenidos en condiciones a veces inhumanas. Pienso en los que se ven obligados a la clandestinidad por diferentes motivos sociales, políticos y económicos, y en aquellos que, con el fin de permanecer dentro de la ley, aceptan vivir y trabajar en condiciones inadmisibles, sobre todo cuando las legislaciones nacionales crean o permiten una dependencia estructural del trabajador emigrado con respecto al empleador, como por ejemplo cuando se condiciona la legalidad de la estancia al contrato de trabajo… Sí, pienso en el «trabajo esclavo».

Pienso en las personas obligadas a ejercer la prostitución, entre las que hay muchos menores, y en los esclavos y esclavas sexuales; en las mujeres obligadas a casarse, en aquellas que son vendidas con vistas al matrimonio o en las entregadas en sucesión, a un familiar después de la muerte de su marido, sin tener el derecho de dar o no su consentimiento.

No puedo dejar de pensar en los niños y adultos que son víctimas del tráfico y comercialización para la extracción de órganos, para ser reclutados como soldados, para la mendicidad, para actividades ilegales como la producción o venta de drogas, o paraformas encubiertas de adopción internacional.

Pienso finalmente en todos los secuestrados y encerrados en cautividad por grupos terroristas, puestos a su servicio como combatientes o, sobre todo las niñas y mujeres, como esclavas sexuales. Muchos de ellos desaparecen, otros son vendidos varias veces, torturados, mutilados o asesinados.

  • Algunas causas profundas de la esclavitud

4. Hoy como ayer, en la raíz de la esclavitud se encuentra una concepción de la persona humana que admite el que pueda ser tratada como un objeto. Cuando el pecado corrompe el corazón humano, y lo aleja de su Creador y de sus semejantes, éstos ya no se ven como seres de la misma dignidad, como hermanos y hermanas en la humanidad, sino como objetos. La persona humana, creada a imagen y semejanza de Dios, queda privada de la libertad, mercantilizada, reducida a ser propiedad de otro, con la fuerza, el engaño o la constricción física o psicológica; es tratada como un medio y no como un fin.

Junto a esta causa ontológica –rechazo de la humanidad del otro­– hay otras que ayudan a explicar las formas contemporáneas de la esclavitud. Me refiero en primer lugar a lapobreza, al subdesarrollo y a la exclusión, especialmente cuando se combinan con lafalta de acceso a la educación o con una realidad caracterizada por las escasas, por no decir inexistentes, oportunidades de trabajo. Con frecuencia, las víctimas de la trata y de la esclavitud son personas que han buscado una manera de salir de un estado de pobreza extrema, creyendo a menudo en falsas promesas de trabajo, para caer después en manos de redes criminales que trafican con los seres humanos. Estas redes utilizan hábilmente las modernas tecnologías informáticas para embaucar a jóvenes y niños en todas las partes del mundo.

Entre las causas de la esclavitud hay que incluir también la corrupción de quienes están dispuestos a hacer cualquier cosa para enriquecerse. En efecto, la esclavitud y la trata de personas humanas requieren una complicidad que con mucha frecuencia pasa a través de la corrupción de los intermediarios, de algunos miembros de las fuerzas del orden o de otros agentes estatales, o de diferentes instituciones, civiles y militares. «Esto sucede cuando al centro de un sistema económico está el dios dinero y no el hombre, la persona humana. Sí, en el centro de todo sistema social o económico, tiene que estar la persona, imagen de Dios, creada para que fuera el dominador del universo. Cuando la persona es desplazada y viene el dios dinero sucede esta trastocación de valores».[5]

Otras causas de la esclavitud son los conflictos armados, la violencia, el crimen y elterrorismo. Muchas personas son secuestradas para ser vendidas o reclutadas como combatientes o explotadas sexualmente, mientras que otras se ven obligadas a emigrar, dejando todo lo que poseen: tierra, hogar, propiedades, e incluso la familia. Éstas últimas se ven empujadas a buscar una alternativa a esas terribles condiciones aun a costa de su propia dignidad y supervivencia, con el riesgo de entrar de ese modo en ese círculo vicioso que las convierte en víctimas de la miseria, la corrupción y sus consecuencias perniciosas.

  • Compromiso común para derrotar la esclavitud

5. Con frecuencia, cuando observamos el fenómeno de la trata de personas, del tráfico ilegal de los emigrantes y de otras formas conocidas y desconocidas de la esclavitud, tenemos la impresión de que todo esto tiene lugar bajo la indiferencia general.

Aunque por desgracia esto es cierto en gran parte, quisiera mencionar el gran trabajo silencioso que muchas congregaciones religiosas, especialmente femeninas, realizan desde hace muchos años en favor de las víctimas. Estos Institutos trabajan en contextos difíciles, a veces dominados por la violencia, tratando de romper las cadenas invisibles que tienen encadenadas a las víctimas a sus traficantes y explotadores; cadenas cuyos eslabones están hechos de sutiles mecanismos psicológicos, que convierten a las víctimas en dependientes de sus verdugos, a través del chantaje y la amenaza, a ellos y a sus seres queridos, pero también a través de medios materiales, como la confiscación de documentos de identidad y la violencia física. La actividad de las congregaciones religiosas se estructura principalmente en torno a tres acciones: la asistencia a las víctimas, su rehabilitación bajo el aspecto psicológico y formativo, y su reinserción en la sociedad de destino o de origen.

Este inmenso trabajo, que requiere coraje, paciencia y perseverancia, merece el aprecio de toda la Iglesia y de la sociedad. Pero, naturalmente, por sí solo no es suficiente para poner fin al flagelo de la explotación de la persona humana. Se requiere también un triple compromiso a nivel institucional de prevención, protección de las víctimas y persecución judicial contra los responsables. Además, como las organizaciones criminales utilizan redes globales para lograr sus objetivos, la acción para derrotar a este fenómeno requiere un esfuerzo conjunto y también global por parte de los diferentes agentes que conforman la sociedad.

  • Los Estados deben vigilar para que su legislación nacional en materia de migración, trabajo, adopciones, deslocalización de empresas y comercialización de los productos elaborados mediante la explotación del trabajo, respete la dignidad de la persona. Se necesitan leyes justas, centradas en la persona humana, que defiendan sus derechos fundamentales y los restablezcan cuando son pisoteados, rehabilitando a la víctima y garantizando su integridad, así como mecanismos de seguridad eficaces para controlar la aplicación correcta de estas normas, que no dejen espacio a la corrupción y la impunidad. Es preciso que se reconozca también el papel de la mujer en la sociedad, trabajando también en el plano cultural y de la comunicación para obtener los resultados deseados.
  • Las organizaciones intergubernamentales, de acuerdo con el principio de subsidiariedad, están llamadas a implementar iniciativas coordinadas para luchar contra las redes transnacionales del crimen organizado que gestionan la trata de personas y el tráfico ilegal de emigrantes. Es necesaria una cooperación en diferentes niveles, que incluya a las instituciones nacionales e internacionales, así como a las organizaciones de la sociedad civil y del mundo empresarial.
  • Las empresas,[6] en efecto, tienen el deber de garantizar a sus empleados condiciones de trabajo dignas y salarios adecuados, pero también han de vigilar para que no se produzcan en las cadenas de distribución formas de servidumbre o trata de personas. A la responsabilidad social de la empresa hay que unir la responsabilidad social del consumidor. Pues cada persona debe ser consciente de que «comprar es siempre un acto moral, además de económico».[7]
  • Las organizaciones de la sociedad civil, por su parte, tienen la tarea de sensibilizar y estimular las conciencias acerca de las medidas necesarias para combatir y erradicar la cultura de la esclavitud.

En los últimos años, la Santa Sede, acogiendo el grito de dolor de las víctimas de la trata de personas y la voz de las congregaciones religiosas que las acompañan hacia su liberación, ha multiplicado los llamamientos a la comunidad internacional para que los diversos actores unan sus esfuerzos y cooperen para poner fin a esta plaga.[8] Además, se han organizado algunos encuentros con el fin de dar visibilidad al fenómeno de la trata de personas y facilitar la colaboración entre los diferentes agentes, incluidos expertos del mundo académico y de las organizaciones internacionales, organismos policiales de los diferentes países de origen, tránsito y destino de los migrantes, así como representantes de grupos eclesiales que trabajan por las víctimas. Espero que estos esfuerzos continúen y se redoblen en los próximos años.

  • Globalizar la fraternidad, no la esclavitud ni la indiferencia

6. En su tarea de «anuncio de la verdad del amor de Cristo en la sociedad»,[9] la Iglesia se esfuerza constantemente en las acciones de carácter caritativo partiendo de la verdad sobre el hombre. Tiene la misión de mostrar a todos el camino de la conversión, que lleve a cambiar el modo de ver al prójimo, a reconocer en el otro, sea quien sea, a un hermano y a una hermana en la humanidad; reconocer su dignidad intrínseca en la verdad y libertad, como nos lo muestra la historia de Josefina Bakhita, la santa proveniente de la región de Darfur, en Sudán, secuestrada cuando tenía nueve años por traficantes de esclavos y vendida a dueños feroces. A través de sucesos dolorosos llegó a ser «hija libre de Dios», mediante la fe vivida en la consagración religiosa y en el servicio a los demás, especialmente a los pequeños y débiles. Esta Santa, que vivió entre los siglos XIX y XX, es hoy un testigo ejemplar de esperanza[10] para las numerosas víctimas de la esclavitud y un apoyo en los esfuerzos de todos aquellos que se dedican a luchar contra esta «llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo».[11]

En esta perspectiva, deseo invitar a cada uno, según su puesto y responsabilidades, a realizar gestos de fraternidad con los que se encuentran en un estado de sometimiento. Preguntémonos, tanto comunitaria como personalmente, cómo nos sentimos interpelados cuando encontramos o tratamos en la vida cotidiana con víctimas de la trata de personas, o cuando tenemos que elegir productos que con probabilidad podrían haber sido realizados mediante la explotación de otras personas. Algunos hacen la vista gorda, ya sea por indiferencia, o porque se desentienden de las preocupaciones diarias, o por razones económicas. Otros, sin embargo, optan por hacer algo positivo, participando en asociaciones civiles o haciendo pequeños gestos cotidianos –que son tan valiosos–, como decir una palabra, un saludo, un «buenos días» o una sonrisa, que no nos cuestan nada, pero que pueden dar esperanza, abrir caminos, cambiar la vida de una persona que vive en la invisibilidad, e incluso cambiar nuestras vidas en relación con esta realidad.

Debemos reconocer que estamos frente a un fenómeno mundial que sobrepasa las competencias de una sola comunidad o nación. Para derrotarlo, se necesita una movilización de una dimensión comparable a la del mismo fenómeno. Por esta razón, hago un llamamiento urgente a todos los hombres y mujeres de buena voluntad, y a todos los que, de lejos o de cerca, incluso en los más altos niveles de las instituciones, son testigos del flagelo de la esclavitud contemporánea, para que no sean cómplices de este mal, para que no aparten los ojos del sufrimiento de sus hermanos y hermanas en humanidad, privados de libertad y dignidad, sino que tengan el valor de tocar la carne sufriente de Cristo,[12] que se hace visible a través de los numerosos rostros de los que él mismo llama «mis hermanos más pequeños» (Mt 25,40.45).

Sabemos que Dios nos pedirá a cada uno de nosotros: ¿Qué has hecho con tu hermano? (cf. Gn 4,9-10). La globalización de la indiferencia, que ahora afecta a la vida de tantos hermanos y hermanas, nos pide que seamos artífices de una globalización de la solidaridad y de la fraternidad, que les dé esperanza y los haga reanudar con ánimo el camino, a través de los problemas de nuestro tiempo y las nuevas perspectivas que trae consigo, y que Dios pone en nuestras manos.

Vaticano, 8 de diciembre de 2014

FRANCISCO


[1] N. 1.

[2] Mensaje para la Jornada Mundial de la Paz 2014, 2.

[3] Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 11.

[4] Cf. Discurso a la Asociación internacional de Derecho penal, 23 octubre 2014:L’Osservatore Romano, Ed. lengua española, 31 octubre 2014, p. 8.

[5] Discurso a los participantes en el encuentro mundial de los movimientos populares, 28 octubre 2014: L’Osservatore Romano, Ed. lengua española, 31 octubre 2014, p. 3.

[6] Cf. Pontificio Consejo para la Justicia y la Paz, La vocazione del leader d’impresa. Una riflessione, Milano e Roma, 2013.

[7] Benedicto XVI, Cart. enc. Caritas in veritate, 66.

[8] Cf. Mensaje al Sr. Guy Ryder, Director general de la Organización internacional del trabajo, con motivo de la Sesión 103 de la Conferencia de la OIT, 22 mayo 2014:L’Osservatore Romano, Ed. leng. española 6 junio 2014, p. 3.

[9] Benedicto XVI, Carta. enc. Caritas in veritate, 5.

[10] «A través del conocimiento de esta esperanza ella fue “redimida”, ya no se sentía esclava, sino hija libre de Dios. Entendió lo que Pablo quería decir cuando recordó a los Efesios que antes estaban en el mundo sin esperanza y sin Dios» (Benedicto XVI, Carta. enc. Spe salvi, 3).

[11] Discurso a los participantes en la II Conferencia internacional sobre la Trata de personas: Church and Law Enforcement in partnership, 10 abril 2014L’Osservatore Romano, Ed. leng. española 11 abril 2014, p. 9; cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 270.

[12] Cf. Exhort. ap. Evangelii gaudium, 24270.

27 comentarios

  • Santiago

    De acuerdo contigo, Román, en que nos estamos en presencia de un Dios arbitrario…No fue arbitrario al traernos a la existencia….ya que es mucho mejor poseer el ser…que no tenerlo…..No es arbitrario cuando nos proporciona sus bienes…entre ellos la libertad, la inteligencia, la voluntad….para encontrar el bien, ….Tampoco fue arbitrario cuando escogió la ofrenda de Abel que era “de los primogénitos de su ganado, de lo mejor de ellos” (Gen. 4,,4)..porque la fidelidad de Abel le movió a éste a ofrecer a Dios “lo mejor” de sus bienes…El escritor sagrado no habla de la “injusticia” de Dios….sino que nos introduce en el concepto del uso de nuestra libertad…..y de la introducción del mal voluntario en el mundo, por nosotros, no por Dios….Caín actuó movido por la envidia hacia su hermano…una historia repetida desde la Creación…hasta el día de hoy…en un claro abuso de la libertad de escoger…..al escoger el mal….Mal responsible de todos los horrores que estamos viendo en el mundo actual…..y que Jesus vino a combatir…..al dársenos El mismo como ofrenda..

    Por eso, Román, tambien creo que nosotros no hemos dado a conocer suficientemente a Jesus -“que es el don de Dios”-
     a esta humanidad que se quiere hundir cada vez mas en la violencia..y que Jesus vino a rescatar….a rescatarnos para lo mejor..
    ..
    No Jesus no se identificó con sus verdugos…..El sindrome de Estocolmo hace que la víctima emocionalmente se adhiera a los sentimientos y a los valores de sus torturadores…..Pero Jesus denunció el mal…..se mantuvo firme en la verdad que El había venido a proclamar….y de la que dió testimonio….con su vida y su muerte…y por ultimo se ofrendó en holocausto aceptando y “sublimando” el sacrificio de su tormento y de su muerte en la cruz dolorosa….elevando nuestra condición humana a su máxima capacidad en el amor……ya que Juan, el discípulo amado, narra que “sabiendo Jesús que era llegada su hora de pasar de este mundo al Padre, como hubiese amado a los suyos que estaban en el mundo, los amó HASTA EL EXTREMO” (Juan 13,1)

    Un abrazo   de Santiago Hernández  
     

  • George R Porta


    Román: Eres un experto y por ello agradezco y respeto que analices mi comentario. No recuerdo haber acusado a Francisco de no ser teólogo. Si comento en Atrio es para compartir lo que pienso. Sin pretender autoridad para determinar la validez de otros comentarios hechos en Atrio.

    Me parece recordar que en la propia Biblia se diga que la noción de Dios sea inaprensible y algunos importantes “Padres de la Iglesia” señalaron la falsedad de cualquier imaginación humana de la divinidad, un argumento que me persuade.

    La Biblia no resuelve el problema del origen del mal o de su necesidad. Ricoeur, cuya autoridad fue y es respetable (recibió en presencia de JP II la Medalla Pablo VI en 2003 por su aportación generosa al diálogo ecuménico entre católicos y reformados. Su investigación resalta cuanto es fecunda la relación ente filosofía y teología, entre fe y cultura). Prolífico en su producción científicas dedicó más de un pensamiento al problema del Mal y su realidad como un reto a la filosofía y a la teología (Cf. “Il male: Una sfida alla filosofia e alla teología” accesible en este enlace aunque seguramente existe en castellano: http://books.google.it/books/about/Il_male_Una_sfida_alla_filosofia_e_alla.html?id=x7QUAQAACAAJ al menos hoy día). Su planteamiento me persuado.

    En “Pensar la Biblia: Estudios exegéticos y hermenéuticos” sigue la misma línea, esta vez con André LaCoque, y me persuaden. Trabajo accesible hoy día en castellano en este enlace: https://books.google.it/books?id=Sf1DAAAACAAJ&dq=Paul+Ricoeur+Leer+la+Biblia&hl=en&sa=X&ei=VfSvVKj_CIWfggS6zoKgBA&ved=0CGIQ6AEwBw.

    En su extraordinario análisis “Texts of Terror: Literary-Feminist Reading of Biblical Narratives” Phillys Trible una eminente crítica textual doctorada en Columbia University en 1963 y ha sido Baldwin Professor y decana de la Escuela de Teología de la Wake Forest University desde 1981 y se ha acerca a los textos bíblicos para mirar el problema del Mal de modo persuasivo para mucha gente crítica. Su libro, en inglés está hoy día accesible en: https://books.google.it/books?id=KxNtZ9tyed4C&printsec=frontcover&dq=Phillys+Trible,+Texts+of+Terror&hl=en&sa=X&ei=W_avVIHuJs-KNv_ogcgD&ved=0CCsQ6AEwAA#v=onepage&q=Phillys%20Trible%2C%20Texts%20of%20Terror&f=false. Sus argumentos también apuntan a que la Biblia no resuelve el problema del origen o la necesidad del mal cuando se estudia extensamente desde la perspectiva feminista, como ella y otros u otras han, hecho lo que ella acertadamente llamó “Textos de Terror”.

    Es demasiado antigua la argumentación de que el castigo o reproche divino del pecado a seres cuya creación se atribuye a la misma divinidad que los condena constituya un escollo casi insuperable para muchos que miran con esperanza a la posibilidad de que exista una tal divinidad compatible con la “teología” misericordiosa de Jesú. Entre ellos/as me sitúo.

    Si el relato de Caín y Abel trata de enseñar que Dios tenía derecho a ser arbitrario seleccionando cuál sacrificio le fuese placentero, una tal noción de la divinidad me parece (a mí y no tiene que ocurrir lo mismo a todo el mundo) demasiado antropomórfica o pagana. Por eso prefiero esperar (esperanza confiada) que Jesús sea la revelación más auténtica posible de la divinidad (si la misma existe).

    No creo estar errado al argumentar que pedagógicamente tales “relatos” (no en balde hay comentarios que los explican) fueran eficaces en su tiempo pero no lo sean actualmente para todo el mundo (aunque lo sean para algunas personas) sobre todo sabiendo que quienes posiblemente redactaron cuando redactaron estas historietas mitológicas Ca. 700 años antes de Jesús, obviamente debatieron el problema del mal tal y como era visto en las culturas circundantes y optaron por presentarlo de esta forma y no otra.

    Unos textos que pueden ser bien o mal entendidos, pueden ser considerados equívocos y constituir material argumentable.

    Con todo, agradezco que estés al tanto de las cosas que se escriban en Atrio para usar tu discernimiento apologético cuando creas que algo sea errado o conduzca a error. Eso le ofrece al sitio una garantía de ortodoxia que no sé si sea necesaria en mi caso, pero quizás lo sea a tu modo de ver.

  • ROMAN DIAZ AYALA

    El comentario de george R. Porta de de ayer ocho de enero ( el primero de los dos) no me pasó desapercibido. El referido al punto dos en sus comienzos ( A la escucha del proyecto de Dios sobre la humanidad) y más concretamente a la cita del Génesis 4, 1-16 (Caín y Abel)
     
    Precisamente ayer, cuando un violento episodio de odio causó el asesinato de doce personas y cuatro más heridas en una matanza en Paris (Francia)
     
    A nuestro hermano George no le parece correcta la apreciación teológica y encuentra la dificultad en lo que él considera  (el fallo de la biblia al explicar el origen del mal)
    sin embargo, el Papa Francisco lo que viene resaltando es la realidad negativa del pecado, tal y como la pedagogía divina (Pues eso en esencia es el relato bíblico) nos lo quiere demostrar.
    que debemos recibir a todo ser humano como hermano, y que en Cristo Jesús esa fraternidad adquiere para la persona creyente una visión y realidad nuevas, porque “el que está en Cristo es una Creación, pasó lo viejo, todo es nuevo” ( 2ª Corintio 5,17)
    “Sin embargo el pecado rompe la fraternidad creatural y deforma la belleza y nobleza de ser hermanos y hermanas”.
    Ya sabemos que el relato de Caín y Abel no es de natural histórico y está en el arbitrio humano buscar una explicación expositiva u otra distinta, pero que duda cabe que viene a ilustrar  el fondo de la condición humano, como los hechos trágicos de París, la violencia como lo que ha venido decidiendo nuestra historia, pero cuyas raíces están profundamente fijas en el interior del corazón humano (“¿No es cierto que si obras bien podrás alzarlo (el rostro)? Mas, si no obras bien, a la puerta está el pecado acechando como fiera que te codicia y a quien tienes que dominar – Gen:4,7)
    La sangre derramada clama a Dios (¿Es  quizás Dios culpable de recibir más agrado de Abel que de Caín hasta justificar la violencia humana?¿Es Dios quien se tiene que agradar de nosotros buscando de nosotros que le aprobemos? ¿No es eso una inconsecuencia?)
    Dios no es vengativo, pero el ser humano es vengativo y violento hasta en la sed de justicia.“Yahvé le respondió:”Al contrario, quienquiera que matare a Caín, lo pagará siete veces” (4,15)
    Y si todavía tenemos alguna duda, es que no hemos conocido a Jesús el don de Dios a la humanidad perdida.
     
    creo, que ya va siendo hora de que se deje de acusar al hermano Francisco, de que “no es teólogo”
     

  • George R Porta

    Ha escrito Francisco: “A través de sucesos dolorosos (Josefina Bakhita) llegó a ser «hija libre de Dios», mediante la fe vivida en la consagración religiosa y en el servicio a los demás, especialmente a los pequeños y débiles. Esta Santa, que vivió entre los siglos XIX y XX, es hoy un testigo ejemplar de esperanza para las numerosas víctimas de la esclavitud y un apoyo en los esfuerzos de todos aquellos que se dedican a luchar contra esta «llaga en el cuerpo de la humanidad contemporánea, una herida en la carne de Cristo».
     
    No opongo la vida religiosa y, en efecto, respeto que esa sea una opción para que otros naveguen sus sufrimientos (v.gr. esclavitud, trata de personas). Esa fue la línea de Pablo que aconsejaba a los esclavos ser obedientes y serviciales con sus amos, etc.
     
    Pero me cuesta leer que la víctima tenga que leer sacrificial la injusticia que sufre y que ello sea propuesto como ejemplar. Esto del “lamento de un corazón oprimido” me sabe mal.
     
    No puedo imaginar a Jesús, aún en su tiempo de otra manera que sudando sangre mientras agoniza en el Huerto. Rara vez se escucha hablar de la famosa “Milla Verde” del pasillo entre la celda y la cámara de gas, la silla eléctrica, o las inyecciones letales, de las cárceles norteamericanas y de la dificultad de los condenados/as en caminar hasta su cadalso. Por razones artísticas y de mercado rara vez aparece una película en la que alguno/a de ellos llegue arrastrado violentamente por los verdugos aunque se dice que les administran sedantes durante las últimas horas de espera.
     
    Imagino los traumas que el apresamiento, la venta y la domesticación de los esclavos deben causar. Puedo imaginar que psicológicamente, en consecuencia,  alguien se deprima y llegue a ser indiferente a la vida o desear la muerte, pero estamos hablando de gente que encuentra sentido a la injusticia que se comete contra ellos y que opta por colaborar con sus verdugos (Cf. Bruno Bettelheim, “El Peso de una vida: La Viena de Freud y Otros Ensayos”, Madrid, Crítica, 1991),  es decir, hacerse cómplices, y de alguna manera volverse indiferente al mal que sus verdugos cometen.
     
    Soy partidario de leer la historia desde el presente para poder encontrar esperanza en el movimiento constante de la misma y buscando humildad al ver al ser humano de hoy con sus “gozos y sombras”.
     
    La injusticia (explotación de Inmigrantes, violencia doméstica, explotación laboral en Orfanatos, cárceles políticas en Cuba, Auschwitz-Birkenau, Escuadrones de la Muerte en El Salvador, Abu Grahib, desapariciones en Chile y Argentina, las recientes ejecuciones de estudiantes en México, los interrogatorios ilegales de la CIA en terceros países etc., para citar algunos ejemplos conocidos), ¿no deben motivar al cristiano/a a “asaltar el cielo con la ira de los justos”?
     
    No comprendo que la sumisión y la impotencia, aun la voluntaria, sean ejemplares, que la patología moral y psicológica que induce la victimización constituyan un modelo a imitar. Si la incidencia en el mal endurece el corazón la víctima voluntaria se hace cómplice del mal que su verdugo ejecuta contra él/ella y se identifica con su agresor. ¿Fue ese el caso de Jesús? ¿Es necesario creer que Saturno sea el prototipo goyesco de Dios-Padre aunque en ello se distancie del que parece haber revelado Jesús?

  • George R Porta

    Reproduzco un fragmento de Francisco:
    “Caín, además de no soportar a su hermano Abel, lo mata por envidia cometiendo el primer fratricidio. «El asesinato de Abel por parte de Caín deja constancia trágicamente del rechazo radical de la vocación a ser hermanos. Su historia (cf. Génesis 4,1-16) pone en evidencia la dificultad de la tarea a la que están llamados todos los hombres, vivir unidos, preocupándose los unos de los otros”
     
    ¿Cómo se puede afirmar esto sin más? El Dios Creador de la Biblia rechaza arbitrariamente el sacrificio de Caín y arbitrariamente acepta el de Abel y su arbitrariedad desata la envidia a la cual debió saber que Caín fuese susceptible o vulnerable.
     
    Cada hermano ofrecieron frutos naturales que ese mismo Dios había debido crear y cada uno ofreció aquello que poseía.
     
    Este mito de la rivalidad entre hermanos revela más el fallo de la Biblia al explicar el origen del mal y, sobre todo, la necesidad de su existencia, y en eso no superó sus orígenes ugariticos, persas o mesopotámicos, etc., o para resumir de la cuenca del Tigris y del Éufrates y la costa mediterránea.
     
    Desde luego que el Papa puede interpretar lo que quiera o sienta pero estos relatos crueles de la Biblia si hablan de la crueldad humana no proponen a un Creador misericordioso. El ser humano no nace libre como para ser tenido por responsable de sus actos en todo momento con la misma acritud. Se ha hablado y se habla de la llamada “Historia de la Salvación” como de una pedagogía divina precisamente para salvar al ser humano y a la Creación, pues bien es en ese contexto en el que estos relatos deben y pueden ser interpretados.
     
    Nada impide mirar a este relato como la peligrosidad de continuar ofreciendo sacrificios y promesas a una divinidad que se cansa de repetir que no quiera sacrificios y que prefiera un corazón arrepentido, humilde, manso.
     
    Miqueas 6, 8 es magistral al respecto. (Cito de memoria): “…te ha sido dicho lo que es bueno y los que tu Dios espera de ti: Amar el Bien, practicar la Justicia, andar humildemente ante Dios”.
     
    La exégesis de Phyllis Trible al respecto de estos textos crueles es magistral en mi modesta experiencia. Quizás Francisco los conoce, y si no debiera echarles un vistazo. (Cf. P. Trible, Texts of Terror: Literary-Feminist Readings of Biblical Narratives (Philadelphia: Fortress Press, 1984).

  • Santiago

    Gracias, amigo Isidoro por tus palabras….Mi reciprocidad contigo…pues tambien yo te admiro por tu apertura, interés, respeto y por tu deseo de buscar la verdad…..Es por eso que el diálogo contigo es posible y agradable aun a pesar de que no pensamos igual en muchas cosas…Pero creo que esto hace mas interesante la convesación….Por otro lado, debemos reservarnos un poco la denominación de santos hasta que estemos en la “otra vida”…puesto que en ésta nuestros defectos se ven mayores con el paso de los años sobre todo para los que están mas cerca de nosotros….como la esposa, los hijos, los amigos etc.   Dicen que no hay santos para “el ayuda de cámara..Ademas, Isidoro, ¿de que otra manera podremos di-alogar si no hay al menos un consenso tácito entre los dialogantes? Esto se convertiría en una guerra sin cuartel….y ya vemos lo que pasa con “las guerras” de este mundo en que vivimos…

    Por otro lado, no vas descaminado en lo que comentas sobre lo que escribí que pones en “negrita” (te agradezco la cita), pues mi concepto de Jesus y de Iglesia no están circunscritos a un período de la historia, sino que, en realidad, existieron desde el comienzo de la Creación evolutiva…en la misma eternidad de Dios.
    Por eso, a Jesus se le sitúa en el CENTRO del tiempo, en medio de la HISTORIA…..PERO que la repercussion, el beneficio y la gracia del nacimiento de Jesus, y de su vida, muerte y resurrección, como Hijo de Dios, abarca toda la historia humana…y con ellos, la Iglesia, Pueblo peregrino de Dios desde el principio….Por eso la historia del pueblo de Israel no puede desligarse de la historia de la Iglesia…ya que el Antiguo Testamento se realizó y se completó, por así decirlo, en el Nuevo Testamento, en Jesus de Nazaret, en el que se recapituló todo lo que existe y perdura…

    Por eso cuando yo hablo de que la gracia sacramental es necesaria para la salvación estoy hablando de manera “universal”…puesto, aunque desde el siglo I hasta el XXI podemos los seres humanos acceder de una manera visible, total a la gracia sacramental, esta gracia ya estaba presente desde la pre-hisstoria….La misericordia de Dios nos ha acompañado siempre…y aunque yo crea que yo he podido ver la luz radiante de Jesus en el siglo en que nací, por lo que tengo que dar muchas gracias,….de ninguna manera podría sentirme abandonado sacramentalmente por Dios si hubiera nacido en la pre-historia.porque..que no hay mas que la gracia de Dios….consecuencia de su misericordia….

    Por tanto los sacramentos, como don de Dios, existieron antes y después de la Ley de Moisés….Jesus los reveló e instituyó durante su
     vida mortal, como se encuentran en el Evangelio y en la tradición apostólica…mas claramente….puesto que El fue la TOTAL
     REVELACIÓN del amor del Padre…..

    Por tanto, si yo fuera mahometano y creyera invenciblemente que mi religion es la única verdadera y que los demás no son mas que infieles que necesitan convertirse a ella……no hay duda que tambien estaría recibiendo la gracia sacramental de la Iglesia universal…que es Cristo mismo….autor y fuente de la gracia…Lo mismo se puede aplicar a cada persona que ha hecho todo lo posible por encontrar la verdad…y que ha escogido, por tanto, el bien…..El problema residiría si sabiendo lo que es verdad, yo obro contra esa verdad que se abre paso en mi mente….y me empeño en “hacer el mal”…..que a veces ni deseo…..pero lo hago de todas maneras, en contra de lo que creo….por un defecto de mi voluntad…..y sin arrepentimiento alguno…..Jesus, en el Evangelio, habla de los que son “ciegos” poque “no quieren ver”…..En ellos, su pecado “permanence”…..

    Por eso, no me considero sectario….Admiro y respeto a todos mis amigos, creyentes y no creyentes, que son sinceros en su vida…e intentan hacerlo lo major posible…..

    Un abrazo       .de Santiago Hernández      PD:   intentaré “leer” el artículo que recientemente has escrito en ATRIO  

  • Isidoro García

    Amigo Santiago: mi respeto ante todo. No te he visto nunca una mala respuesta, ni un “rabotazo”, de los que a algunos de nosotros se nos escapan en el fragor de la dialéctica, y yo soy uno de los que más. Te leo, y pienso: escribe el santo Job por su teclado. De verdad que te admiro y te envidio.
     
    No te contesté a tu respuesta, del 6, (5 para tí), pero me quedé con ganas de sacar un tema, que ante tu insistencia voy a sacar hoy. Y es el tema muy peliagudo de la indoctrinación a los niños. Yo hace unas semanas lo llegué a calificar de pederastia intelectual, aunque no sé si llega a tanto.
     
    Leía hace poco el testimonio de un exmiembro del Opus Dei, que señalaba como esta institución había cambiado radicalmente de estrategia desde sus tiempos de fundación. Cuando empezó, San Josemaría Escribá, decidió focalizar su acción pastoral en la élite intelectual, fundamentalmente universidades y mundo de la cultura, y aunque tuvo ciertos éxitos en España, dado el ambiente político social reinante, (los cuarenta-cincuenta), ante el fracaso generalizado, sus sucesores decidieron dar un giro copernicano, e ir a lo fácil: dedicarse a los niños. Y se metieron y siguen en la enseñanza infantil, fundando colegios y más colegios, (gracias al poder económico de algunos de sus miembros), donde encontraban mentes “frescas” y propicias, y al tiempo colocaban a enseñar a muchos de sus integrantes.
     
    Los niños hay que educarlos y formarlos, y es inevitable el que sean ideológicamente, presa fácil de sus padres y de sus maestros. Lo de sus padres es inevitable, y lo de los maestros, en un ambiente pluralista general, tendría unos efectos manipulatorios limitados, pues al recibir influencias múltiples y variadas, los niños se supone que tienen mas autonomía. Pero cuando caen en un sistema educativo ideológicamente focalizado, y dedicado “per se y ad hoc” a indoctrinar, los niños no tienen escapatoria. Es como “quitarle un caramelo a un niño”, dice la expresión popular.
     
    Muchos, luego a los 16-18 inician la madurez y escapan, casi siempre de malas maneras, pues su inconsciente, sí que es consciente del abuso sufrido. Leía también que una gran proporción  de los hijos de los “Quicos”, y del “Opus”, acaban saliéndose, con grandes problemas familiares. Y lo mismo sucede con mormones, Testigos, etc. Y en general todos tenemos la experiencia personal de que nuestros hijos no han seguido nuestra estela ideológica. Hasta leí que al maestro de Duato, Marcel Legaut, le sucedió lo mismo: ninguno de sus muchos hijos le siguió en sus creencias.
     
    Pero siempre queda un 10-20 % que se quedan en el redil, a donde no han entrado por su propia elección, sino vestiditos de primera comunión. Y no hay peor cárcel que aquella en la que no se ven los barrotes.
     
    Ponía yo el otro día casos extremos de manipulación mental que utilizan todas las organizaciones sectarias, (incluídas organizaciones dentro de la I.C.). Curiosamente desde sectores católicos se despotrica de la manipulación de las sectas, en un ejemplo clamoroso de lo de la paja y la viga). Y es un tema bastante subjetivo. Pero yo creo que hay dos indicios objetivos claros para determinar cuándo una actuación es claramente sectaria.
     
    El primero, cuando se enseña que nuestra organización tiene la exclusiva de la acción salvífica de Dios. Perdóname Santiago, (y espero que no te ofendas), pero tu frase “Solo la gracia sacramental que nos ofrece Cristo a traves de la Iglesia, Pueblo de Dios, es capaz de trasformarnos hacia y para el bien….para la felicidad…que se traduce como completa libertad……Todo lo demas -en esta vida que pasa- es esclavitud total…”, es claramente sectaria, porque se supone que solo se ofrece esa gracia, a través de esa Iglesia.
     
    Y la segunda, que va ligada a la primera, es cuando se amenaza con males gravísimos, si se abandona la organización, y se impide todo tipo de disidencia. Conozco casos personalmente de personas muy inteligentes y formadas, aterrorizadas ante la convicción que les habían inculcado de que si abandonaban, el Opus, (por ejemplo), su condenación eterna era segura, (incluso aunque siguieran dentro de la Iglesia Católica). Y además de esas amenazas ideológicas, de las que muchos nos podemos reír, pero para el indoctrinado son terribles, se realiza una presión social de amigos y otros miembros de la Organización, muchas veces irresistible para el pobre que dude en marchar.
     
    Pásate por las webs de exmiembros de todas esas organizaciones y leerás testimonios espeluznantes. Y por último Santiago, tú que eres un hombre formado e inteligente y que crees que estás donde libremente has decidido, piensa por un momento, donde estarías, solo si simplemente en vez de nacer donde has nacido, hubieras nacido en Marraquesh. Ahora serías un buen mahometano creyente, rezando cinco veces al día hacia La Meca, y para tí el Papa, sería un extraño, como el Dalai lama.
     
     
     
     

  • Santiago

    Por otro lado, estimado Isidoro, eso de que los jesuítas tenían y tienen que obedecer “ciegamente” los caprichos del superior es uno de los grandes mitos, poco creíbles y poco razonables, que por fortuna se han ido disipando poco a poco, en el mundo actual….La Compañía de Jesus la fundó  S. Ignacio al servicio del sucesor de Pedro y de la Iglesia, principalmente para la defensa y la preservación de la doctrina de Jesucristo, ya que El fue el personaje al  que Iñigo de Loyola quiso servir, dejando olvidadas las armas, que en otro tiempo empuñaba con ahínco en Pamplona.

    Educándome la mayor parte de mi vida con jesuítas aprendí la verdadera libertad de conciencia a traves de lo que me transmitieron   con su vida y  su ejemplo….
    El hecho que los jesuítas hayan aportado tanto a la Ciencia y a las Letras a traves de los siglos…y que entre sus filas se encuentren grandes científicos y grandes humanistas desmiente  eso de la obediencia ciega….ni que ” la obediencia al superior”, anule la libertad de
     conciencia….Jamás fui forzado a creer….ni a practicar….En el sistema académico jesuítico donde me desarrollé como persona humana
     aprendí el mismo respeto que muestro en mi vida diaria, aquí, y con todos mis amigos ateos, agnósticos, musulmanes, protestantes
    , judíos etc. etc. que he tenido el privilegio de conocer durante mi vida…..Es precisamente por la impronta jesuíta de la libertad de conciencia y de la apertura ecuménica por la que el antiguo arzobispo de Buenos Aires, hoy Francisco Papa, se ha ganado el respeto de todo el mundo, especialmente de los que no son católicos….Hay que recordar que el famoso “cuerto voto” que hacen los profesos de la orden ignaciana es  fundamentalmente para “las misiones”, digamos hoy, para la nueva evangelización del mundo moderno…En realidad, es la fe en la Palabra de Cristo las que nos hace libres para poder abrirnos -sin restricciones- a la verdad…..Esta búsqueda y el encuentro es la que nos convierte en seres verdaderamente libres….donde ya la esclavitud del mal con sus adicciones no nos aprisiona mas, no tiene poder sobre nosotros….Solo la gracia es capaz de “liberarnos” de nuestros demonios interiores….Solo la gracia sacramental que nos ofrece Cristo a traves de la Iglesia, Pueblo de Dios, es capaz de trasformarnos hacia y para el bien….para la felicidad…que se traduce como completa libertad……Todo lo demas -en esta vida que pasa- es esclavitud total…Por eso es la verdad suprema  la que nos hace libres….La obediencia se ordena a la verdad….puesto que es de “sabios” obedecer…lo que nos parece lo mas razonable….sin que estemos obligados de obedecer lo imposible, lo que está mal y lo que viola el principio fundamental de la libertad de conciencia…..Lo demas cae bajo mi voluntad de obedecer al que posee la cualidad necesaria para guiarme hacia lo que es bueno….  

    Un saludo cordial    de Santiago Hernández      

  • Santiago

    gracias amigos por vuestras palabras…En ningún momento pensé que alguien hubiera cuestionado mi fe…Ni me pasó por la mente ninguna ofensa personal, ni siquiera algo parecido….Yo creo que tanto Antonio V., Isidoro y Román expusieron sus propias convicciones y puntos de vista….que me han parecido muy acertados….y además me sorprendió que mi simple comentario hubiera despertado algún interés….quizás porque es un tema de moda en el momento actual de la humanidad….

    No creo, en realidad, que  yo trataba concretamente de la fe….Pero además aun yo siendo como he sido, junto con muchos de vosotros, universitario y teniendo una larga carrera, tanto privada como académica, tampoco sería una ofensa -mas bien un privilegio- poseer la simplicidad de la fe, porque no hay diferencia alguna entre la fe simple del carbonero y la fe elaborada del teólogo o el hombre de ciencia…Ambas son ontólogicamente iguales….no son mas que una iluminación supraracional del intelecto….una ayuda para que podamos superar nuestra poca capacidad humana para un conocimiento que está por encima de nuestras dotes intelectuales que corresponde a nuestra naturaleza….Sin embargo, como apunta Antonio V. se trata de una”opción personal libre”, una decision voluntaria….motivada por una íntima intuición, experiencia y , en mi caso, tambien de una reflexión racional….pues sin una base racional la FE se convierte en un absurdo mito…Si mi razón no me hubiera sugerido que Cristo nació, existió, que hubo testigos de su vida, muerte y resurrección, mi fe hubiera sido poco menos que una idea lejana….borrosa…etérea y poco posible….Dios se me manifesto mucho mejor al asumir mi misma naturaleza…..y darme la posibilidad de “poder creer”….

    Sin embargo, el tema principal de mi argumento era de si la misericordia de Dios puede asentir con el mal..siendo el mal la ausencia del bien…Por eso, es cierto como dice mi amigo Isidoro que un padre como nosotros -pues todos somos o hemos sido padres- es misericordioso en grado sumo….su corazón siempre está dispuesto a perdonar al hijo pródigo…..Sin embargo, cuando es el hijo el que con su endurecimiento y persistencia en el mal quiere destruirse a si mismo y destruir a toda la familia, entonces, es deber del padre establecer la justicia en el amor…..y tratará de evitar por todos los medios la destrucción del hijo y de la familia que es consecuencia del mal moral….NO ES, y no se trata, del “padre”….sino del “hijo” que en su libertad escogió libremente rechazar totalmente y pertinazmente el amor del padre ¿Que otra cosa puede hacer el padre?   El consentir y asentir al mal…significa cooperar con el mismo mal…Por eso, el amor va unido a la justicia….

    En el Evangelio, Jesus jamás asiente y consiente con el mal….Perdona al pecador que tiene la disposición para el arrepentimiento….Perdona a la adúltera en peligro de muerte pero le dice “no vuelvas a pecar”…le da una nueva oportunidad…y la fe de contrición del ladrón en la cruz, le abre las puertas del Paraíso….pero no son meras amenazas cuando Cristo asegura apartar a los que rechazaron el amor y la misericordia y en el día del juicio, no VINDICATIVAMENTE, sino porque ellos por “si mismos” escogieron el mal para siempre….los que se rieron a carcajadas de los simples que tuvieron la osadía de la “posibilidad” de creer en la misericordia eternay viva…..de los buenos de corazón que escogieron voluntariamente la praxis del bien….Por tanto, el mal no es relativo…..hemos sido llamados a evitar el mal que podemos rechazar….y escoger el bien que podemos practicar…Tan simple como eso….Las parabolas de la misericordia en el Evangelio no implican el perdón de los que persisten en el mal sin arrepentimiento alguno…sino que ofrecen la misericordia de manera total para los que usando de su libertad -don de Dios- tratan de aproximarse al Dios de la misericordia….En esa misericordia es donde vamos a morir….todos los que estamos en busca de la verdad con sinceridad….no vaya a ser que nos pase como al rico del Evangelio…..que fue rechazado….o el mismo lo hizo….cuando negaba al pobre Lazaro hasta las “migajas” que caían de su mesa…indicando cuan endurecido la vida había transformado su humano corazón…..y se había cerrado a la misericordia…y por ende a la práctica del bien…

    Un abrazo   de Santiago Hernández 

  • Santiago

    gracias amigos por vuestras palabras…En ningún momento pensé que alguien hubiera cuestionado mi fe…Ni me pasó por la mente ninguna ofensa personal, ni siquiera algo parecido….Yo creo que tanto Antonio V., Isidoro y Román expusieron sus propias convicciones y puntos de vista….que me han parecido muy acertados….y además me sorprendió que mi simple comentario hubiera despertado algún interés….quizás porque es un tema de moda en el momento actual de la humanidad….

    No creo, en realidad, que  yo trataba concretamente de la fe….Pero además aun yo siendo como he sido, junto con muchos de vosotros, universitario y teniendo una larga carrera, tanto privada como académica, tampoco sería una ofensa -mas bien un privilegio- poseer la simplicidad de la fe, porque no hay diferencia alguna entre la fe simple del carbonero y la fe elaborada del teólogo o el hombre de ciencia…Ambas son ontólogicamente iguales….no son mas que una iluminación supraracional del intelecto….una ayuda para que podamos superar nuestra poca capacidad humana para un conocimiento que está por encima de nuestras dotes intelectuales que corresponde a nuestra naturaleza….Sin embargo, como apunta Antonio V. se trata de una”opción personal libre”, una decision voluntaria….motivada por una íntima intuición, experiencia y , en mi caso, tambien de una reflexión racional….pues sin una base racional la FE se convierte en un absurdo mito…Si mi razón no me hubiera sugerido que Cristo nació, existió, que hubo testigos de su vida, muerte y resurrección, mi fe hubiera sido poco menos que una idea lejana….borrosa…etérea y poco posible….Dios se me manifesto mucho mejor al asumir mi misma naturaleza…..y darme la posibilidad de “poder creer”….

    Sin embargo, el tema principal de mi argumento era de si la misericordia de Dios puede asentir con el mal..siendo el mal la ausencia del bien…Por eso, es cierto como dice mi amigo Isidoro que un padre como nosotros -pues todos somos o hemos sido padres- es misericordioso en grado sumo….su corazón siempre está dispuesto a perdonar al hijo pródigo…..Sin embargo, cuando es el hijo el que con su endurecimiento y persistencia en el mal quiere destruirse a si mismo y destruir a toda la familia, entonces, es deber del padre establecer la justicia en el amor…..y tratará de evitar por todos los medios la destrucción del hijo y de la familia que es consecuencia del mal moral….NO ES, y no se trata, del “padre”….sino del “hijo” que en su libertad escogió libremente rechazar totalmente y pertinazmente el amor del padre ¿Que otra cosa puede hacer el padre?   El consentir y asentir al mal…significa cooperar con el mismo mal…Por eso, el amor va unido a la justicia….

    En el Evangelio, Jesus jamás asiente y consiente con el mal….Perdona al pecador que tiene la disposición para el arrepentimiento….Perdona a la adúltera en peligro de muerte pero le dice “no vuelvas a pecar”…le da una nueva oportunidad…y la fe de contrición del ladrón en la cruz, le abre las puertas del Paraíso….pero no son meras amenazas cuando Cristo asegura apartar a los que rechazaron el amor y la misericordia y en el día del juicio, no VINDICATIVAMENTE, sino porque ellos por “si mismos” escogieron el mal para siempre….los que se rieron a carcajadas de los simples que tuvieron la osadía de la “posibilidad” de creer en la misericordia eternay viva…..de los buenos de corazón que escogieron voluntariamente la praxis del bien….Por tanto, el mal no es relativo…..hemos sido llamados a evitar el mal que podemos rechazar….y escoger el bien que podemos practicar…Tan simple como eso….Las parabolas de la misericordia en el Evangelio no implican el perdón de los que persisten en el mal sin arrepentimiento alguno…sino que ofrecen la misericordia de manera total para los que usando de su libertad -don de Dios- tratan de aproximarse al Dios de la misericordia….En esa misericordia es donde vamos a morir….todos los que estamos en busca de la verdad con sinceridad….no vaya a ser que nos pase como al rico del Evangelio…..que fue rechazado….o el mismo lo hizo….cuando negaba al pobre Lazaro hasta las “migajas” que caían de su mesa…indicando cuan endurecido la vida había transformado su humano corazón…..y se había cerrado a la misericordia…y por ende a la práctica del bien…

    Un abrazo   de Santiago Hernández 

  • Isidoro García

    Mis intervenciones de hace una semana sobre la pluralidad de las búsquedas personales, (sobre el anuncio de la Coca Cola), lo que señalaban era que cada uno tiene su camino, y para los creyentes, Dios que ve los corazones de todos, sabrá valorar el esfuerzo de cada uno con sus talentos, (sin que por ello niegue su cariño a nadie).
     
    Por eso la fe del carbonero, es muy válida y  muy digna, sobre todo si uno es carbonero. Ahora bien si uno es universitario la cosa pega menos, (sin por ello juzgar personalmente a nadie). Lo triste es que casi todas las grandes Organizaciones, que para evitar la dispersión y la variabilidad de opiniones interna y salvaguardar la tan idolatrada unidad, sus dirigentes tienden a fomentar un proceso de infantilización, (o “carbonerización”), del personal, sobre todo de los más ilustrados, y para ello se utilizan técnicas sectarias de manipulación mental.
     
    Los comunistas chinos, famosos por sus “innovadores” lavados de cerebro, aprendieron sus técnicas de los Ejercicios Espirituales de San Ignacio, según confesión de sus intelectuales. Y lo mismo sucede con el Opus Dei, donde se utilizan, (o al menos se utilizaban) modernos sistemas de control mental transpersonal, con el uso de la telepatía comunal de grupo, (en la que yo creo parcialmente), bajo la cobertura formal de rondas de oraciones específicas, para conseguir que sus objetivos tomaran las decisiones que ellos pretendían.
     
    En resumen se pretende que con el pretexto de la “humildad”, y la “obediencia” al superior, o al confesor o director espiritual, se inhiba totalmente el sentido crítico, sobre todo cuando se discrepa del superior. La regla jesuítica, creo que de San Ignacio es: “El jesuita debe ver en su superior, no a un hombre falible, sino a Cristo mismo. … Y escribió: “Si la iglesia lo dice, debemos ver lo negro como blanco”.
     
    Esa esa es la triste condición del “carbonero” sobrevenido por humildad u obediencia debida. Como dije en un comentario anterior, a los tales, yo me imagino que Dios, en las puertas del cielo les dirá cariñosamente: “¡Ay tontuelo, pasa, pasa, pero vete a la cocina a pelar patatas, que últimamente no has practicado mucho lo de pensar por tu cuenta, y tienes que practicar un poco!.
     
     
    Este pequeño comentario también va en la línea y sirve también como proemio al próximo que haré sobre el interesantísimo artículo de Blas.

  • h.cadarso

    No  sé, Varela cumpa, por qué podría haber contradicción entre andar los caminos reales de la gente y creer en un Dios para el cual todo tiempo pasado, presente y futuro, es un hoy eterno…De todos modos, lo importante a mi entender es aceptar que en el pasado como en el presente eel mensaje de Jesús ha operado en la humanidad por igual…
    Pero cada uno tiene su punto de vista.

  • Román Díaz Ayala.

    Gracias, Antonio vicedo,
    por tu aclaración.
    Sabía que lo que estaba leyendo no se correspondía con tus pensamientos, porque te he leído muchas veces hacer expresión de tu fe  donde tu racionalidad da cuenta de tu aceptación de la Paternidad de Dios, pero esto es un tema tan importante que debía quedar despejado de toda duda.
     
     

  • Antonio Vicedo

    Isidoro, en  ningún  momento, ni conscientemente de ningún modo he intentado poner en cuestión la fe de Santiago, entre otros motivos porque como la mía se apoyan en una opción personal libre y no como conclusión necesaria de ninguna reflexión.
    Me extraña un tanto tu aporte ( o  e stá por mi muy mal expuesto  ) después de leer este último párrafo mio:
    “-Puede que si entendiéramos que respecto a ÈL como ABBA = MA….MA-PA…PA, adoptáramos nuestra actitud de BEBES, estaríamos en condición de no ser atrapados por incoherencias, según nuestros tan racionales modos de intentar entender  las Escrituras,  trasladados al campo de la FE.”
     
    De todos modos, gracias por la aportación tuya que me confirma en el modo de discernir al que me he referido, aunque entiendo y acepto que, para el intermedio terreno, EL PADRE CELESTIAL, como también hacen con sus hijos los padres terrenales, aflore la amenaza que definitivamente quedará, desde la perspectiva del AMOR (intrínseca y esencialmente NO VENGATIVO en eso, amenaza como medio preventivo contra la delincuencia o de perseverancia terrena en ella. Un agradecido abrazo

  • Román Díaz Ayala.

    Esto de las personas de  buena voluntad tiene mucha enjundia.
     
    Santiago (Hernández) nos dice que la misericordia del Señor nos salva de la esclavitud del mal, que la universalidad reside en el llamamiento y que de nuestra parte está el corresponder con la práctica del bien. Tal reflexión le sirve para considerar que toda persona de buena vluntad practica el bien, cifrado por ejemplo, en la justicia y el respeto, por lo que se hace acreedora de la herencia del Reino. Y utiliza sendas citas tomadas del Apocalipsis de San Juan para marcar las diferencias entre la praxis del bien y la del mal.
     
    Antonio Vicedo disiente porque no podemos fundamentar nuestra opción de fe en la PALABRA DE DIOS sin la inmanencia de nuestra racionalidad y pone varios ejemplos para conclir que debemos  nos corr4esponde optar  o bien, como atribuye a Santiago, por una justicia vindicativa o bien por la misericordia perdonadora de las parábolas y de la Cruz. (Olvida que existen también parábolas de castigo)
    Cree, asimismo, que así superamos tal incoherencia cuando racionalizamos el entendimiento interpretativo de las Escrituras.
    Isidoro García manifiesta estar de acuedo con Antonio V. e insiste en que los textos deben ser interpretados a la luz de nuestra fe y de los conocimientos de la Ciencia.
    Creo que seguimos abudando en lugares muy comunes, evitando reconocer que no podemos hablar en esos términos en nombre de la fe, porque entoces estamos estamos declarando abiertamente que nuestro hermano Santiago, lo que tiene es esa fe que antes llamábamos “la fe del carbonero”, algo de lo que no puedo estar de acuerdo.
    Considero que Santiago tiene una fe muy verdadera, auténticacamente cristiana, aunque no comparta algunos de sus posicionamientos teológicos ( aquí interviene nuestra racionalidad) y que cada cual tiene su medida de fe ( dada por el Señor, nó adquirida por el esfuerzo intelectual como mérito individual) y que para valorar la Palabra de Dios, primero tenemos que reconocer que ha llegado hasta nosotros  por la propia iniciativa divina (Revelándonos el Misterio de su Existencia y de sus Designios)

  • Isidoro García

    Amigo Santiago: Concuerdo con Vicedo. Jonás se resistía a anunciar las amenazas de Dios a Nínive, (creo que era), porque sabía que al final, no las iba a cumplir y el que iba a quedar mal era él. Es el sacrificio de Jonás. El destino de todo profeta.
     
    ¿Cuántas veces un padre/madre amenaza a su hijo, con pegarle y más castigos, para incitarle a que se porte bien?. Y por eso no tiene porqué cumplirlos, ni es mentiroso.
    ¿Quién puede ser el miope, que puede poner puertas al campo o límites a la misericordia de Dios?.
     
    Como dice Vicedo, la lectura de los textos, tiene que hacerse en función de la idea principal-básica del mensaje, (en nuestro caso, el cristiano). Y entonces, debemos tener libertad y valor para reinterpretar esos textos a la luz de nuestra fé principal, y de los conocimientos que la Ciencia nos enseña.
     
     
    Entre esas dos líneas conductoras, la fe y la Ciencia, debe discurrir nuestra exégesis. Aunque con ello a veces corremos el riesgo de equivocarnos. Pero si hacemos una interpretación literal, el error entonces es seguro.

  • Antonio Vicedo

    Santiago, ante la tesis ¿? de lo que en conjunto tomamos y llamamos como PALABRA DE DIOS para fundamentar en ella nuestra opción de fe ( otra cosa es la inmanente racionalidad) nos encontramos  antítesis u expresiones, en la misma, que parecen tener, o muestran poca o ninguna coherencia, como sucede entre las parábolas:- Del Hijo Pródigo; Del Amo de la viña que paga igual salarioal final de la jornada, sin relacionarlo con el mérito del trabajo realizado y da explicación de por qué lo hace; – La del Buen Pastor llevando la oveja centenaria descarriada y  la defensa de Jesús ante el Padre disculpando ´Porque no saben lo que hacen, y tus citas del Apocalipsis, parece forzar a tomar postura de encaje o superación de incoherencias
     
    ¿Qué hacer, optar por nuestros modos de entender la justicia vindicativa, o por la que se optó en las parábolas y se apuntó desde la cruz?
     
    No recuerdo, dode ahora para aportar la cita, pero quiero recordar que algo de esto le pasó , o le plantearon a Pedro e insinuó que en los asuntos sobre Dios y sus modos había que aclarar lo mas oscuro, desde lo mas claro y digno de su AUTOR, hacia lo mas oscuro, o menos claro.
     
    Puede que si entendiéramos que respecto a ÈL como ABBA = MA….MA-PA…PA, adoptáramos nuestra actitud de BEBES, estaríamos en condición de no ser atrapados por incoherencias, según nuestros tan racionales modos de intentar entender  las Escrituras,  trasladados al campo de la FE. Un abrazo.

  • Santiago

    No cabe duda que la misericordia del Señor es infinita y eternal….no solo nos trajo a la existencia, sino que nos mantiene en ella, y nos da los medios para salvarnos de la esclavitud del mal….TODOS sin excepción estamos llamados a poseer “la vida”….pero no se trata de ideologías invencibles….sino de la praxis del bien…El que persiste en el bien…en el principio universal de no hacernos daño a nosotros y a los demás….si somos personas de “buena voluntad” seguramente nuestras obras mostrarán nuestras buenas disposiciones e intenciones….y daremos buen fruto…..Nos conocerán por nuestras buenas obras…..la de no matar al inocente, no defrauder a nuestros hermanos, practicar la justicia, respetar nuestros cuerpos y almas….Estos son los que heredarán el Reino..”Dios estará con ellos como Dios suyo, y enjugará toda lágrima de sus ojos y la muerte no existirá ya mas, ni habrá mas duelo, ni grito, ni trabajo; lo primero ya pasó” (Apoc. 21, 3-4)…”El que venciere poseerá en herencia estas cosas…..Los muertos fueron, pues, juzgados segun sus obras…Y la herencia no será para los que practicaron y persistieron en las obras del mal, a sabiendas y con conciencia del mal….No se incluyen en la herencia a los que lo que pudiendo arrepentirse no quisieron..quisieron seguir en permanecer “cobardes, infieles, execrables, homicidas, idolátras, fornicarios, hechiceros, embusteros” (Apoc. 21, 7-8)…La praxis del mal y del bien no son relativas. no son equivalentes….pues dependen de la facultad de nuestra voluntad…pues nuestra vocación no es el mal….sino el bien….Podemos decidir….de hecho decidimos…constantemente….. nuestras acciones….y estas tienen consecuencias….

    Un saludo cordial de Santiago Hernández

  • Asun Poudereux

    Muchas gracias, Antonio, por dirigirme tus más sinceros  sentires en este tema.
    Por supuesto, que es clave sentir al Padre común, que hace todo posible y que por tanto nos hermanamos en Él en lo mejor que somos, sin embargo, y esto es muy  importante, nunca como un deber impuesto o mandamiento, sino como resultado de un caer en la cuenta, percibir y sentir,  eso que todos sin excepción somos y anhelamos ser y vivir de fondo, pero andamos distraídos en la superficie de todo lo que es, sin fijar la mirada en su hondura, que es la nuestra también.
     
    Si esto no se descuidara desde la misma infancia en la vida cotidiana, la formación y educación intrapersonal, ya sea en las familias y en los colegios, otros comportamientos éticos surgirían  en las interrelaciones humanas en la vida social, laboral, política y económica. La  transformación intrapersonal es, sin duda,  lo primero que hay que cuidar. En términos religiosos, la conversión. Y no creo equivocarme en decir que Jesús lo experimenta y  vive  en total  comunión con todos los seres humanos y con todo lo que es, sin interferencias de la tan persistente competitividad  actual en lo peor de ella.
     
    Me gusta la imagen que propones de vasos comunicantes, también la de red que entre todos somos, en la que un nudo roto la va deteriorando, la deja un tanto inhábil, des-hecha la dignidad humana.
     
    La que más me ha hecho  ver las cosas con transparencia,  es sentirme agua y ola a la vez en el Inmenso Océano. No existe tal separación, la hemos ido construyendo nosotros los humanos,  individual y colectivamente, desde el deseo de dominio,  poder y control, deshumanizándonos, endiosándonos.
     
    Un continuo desviarse y alejarse DEL CENTRO  COMÚN, DIOS PADRE DE TODOS, al dejar de sentir el agua, la dignidad que somos todos en el Océano Abierto,  e identificarse solo con la ola galopante que desea ser la playa, viviéndose “aislada” de su ser auténtico.
     
    Un gran abrazo.

  • Antonio Vicedo

    -Me parece que en esto de paternidades, filiaciones y hermandades que orientan y concretan el proyecto divino, o simplemente natural, para no encajonarlo dentro de la fe y que pueda ser campo de pre y ocupación general, este párrafo del discurso de Francisco tiene que ser matizado:-”-
    ”-En el libro del Génesis, leemos que Dios creó al hombre, varón y hembra, y los bendijo, para que crecieran y se multiplicaran (cf. 1,27-28): Hizo que Adán y Eva fueran padres, los cuales, cumpliendo la bendición de Dios de ser fecundos y multiplicarse, concibieron la primera  fraternidad, la de Caín y Abel. Caín y Abel eran hermanos, porque vienen del mismo vientre, y por lo tanto tienen el mismo origen, naturaleza y dignidad de sus padres, creados a imagen y semejanza de Dios.”
     
    A ver, si lo propongo claro, puede que no tan corto como Asun nos recuerda para que el diálogo atriero mejore.
     
    Francisco dice que la fraternidad se concreta en el segundo plano humano con Abel y Caín,; sucesivo al mater- paterno que, citando al Génesis, él atribuye al varón y la hembra human*s que, como tales, fueron creados a imagen y semejanza de Dios; creación que puede considerarse en plena coherencia con la hipótesis, casi tesis, evolucionista, con tal que se acepte el salto cualitativo de la racionalidad libre y responsable identificada con el “barro de la tierra” o especie eslabón evolucionada.
     
    Porque, supuesta esta realidad de creación como causa primera, o evolución como causa segunda, tanto EVA, como ADAN, antes de la calidad humana de madre-padre, ya poseían específicamente la de la auténtica HERMANDAD identificable con la de FILIACIÓN,(Jesús no admite mas PADRE que el CELESTIAL). directamente por ACCIÓN inmediata y exclusiva mater-paterno divina, o por la evolutiva natural, segunda.
     
    Puede que esto parezca asunto de menor importancia, pero tratándose de la cualificación específica (de Especie) primera y fundamental para la condición del SUJETO HUMANO, base y fundamento de toda estructuración relacional siguiente (yo la considero MATERIA PRIMA) interesa , y mucho,la tolerancia cero de cualquier tipo de falsificación, sobre todo por apropiación del impropio poder, que, de existir, ser verdadero y valer tiene que ser atribuido a QUIEN realmente le corresponda en categoría desigual pre-humana desde la fe, o desde al margen de ella.
    El IGUAL VALOR Y DIGNIDAD de TODOS y CADA UNO de los SERES HUMANOS, seamos hembras o varones, heterosexuales u homosexuales, trans-sexuales, normales o deficientes, infantes, adolescentes ,adultos o ancianos, sanos o enfermos, sabios o ignorantes, etc,  tiene su inalienable fundamento en esa condición “FILIAL” primigenia que nos INDIVIDUALIZA y respecto a la que tenemos el DEBER de considerar, defender y respetar con plena coherencia, que se traduce en la REALIDAD del DERECHO a que por TOD*S sea tratada como VALOR INALIENABLE de SUJETO, nunca objetivable, mediatizable, utilizable, ni siquiera en la primera estructuración relacional matrimonial, ni en las relaciones familiares mater-paterno filiales.
     
    Los MI*(S), NUESTR*(S) atribuidos como realmente POSESIVOS a los SERES HUMANOS, serán siempre un intento, o logro, de acción prostituidora de la DIGNIDAD HUMANA, puede que crimen equivalente al homicidio, si es que en casos, no lo supera en malicia y crueldad.
     
    Y todo esto, Asun. ahora si cortísimo, para mi queda resumido en intentar tomar lo mas seriamente que puedo, la realidad de estas dos palabras que tan fácilmente pronunciamos unidas:
    -PADRE NUESTRO.
    Sus CONCPTOS VERDADEROS, actúan como VERDAD en vasos comunicantes y también en ellos igualmente, si introducimos en alguno la FALSEDAD.
    Y la COHERENCIA PRACTICA. nos muestra el NIVEL DE DIGNIDAD Y HERMANDAD HUMANA

  • Isidoro García

    Me cuesta mucho interpretar las palabras del Papa Francisco, porque sinceramente, no le reconozco ninguna autoridad intelectual o teológica especial por el hecho de ocupar el cargo administrativo de Administrador-Jefe de la Organización religiosa Iglesia  Católica.
     
    ¿Interpretábamos los discursos del Arzobispo Bergoglio, cuando “sólo” era Arzobispo de Buenos Aires?. ¿O es que suponemos que con el cargo administrativo le ha sobrevenido un don de discernimiento especial que no tuviera ya antes?. Seguimos con la papolatría, incluso entre gentes que se supone que estos temas los tienen muy superados. Pero se ve que no es así.
     
    ¿Seguimos dando cancha a las espúreas palabras pseudoevangélicas del “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia”?. ¿Qué Iglesia fundó Jesús, que lo que predicó fue la inminente llegada del fin del mundo conocido, encabezado por un Rey-Mesías judío?.
     
    Escribe José Antonio Pagola: “Son muchas las personas que, a lo largo de estos años, se han ido alejando de Dios, sin apenas advertir lo que realmente estaba ocurriendo en su interior. Hoy Dios les resulta un “ser extraño”. Todo lo que está relacionado con él, les parece vacío y sin sentido: un mundo infantil, cada vez más lejano. Muchas personas están hoy abandonando a Dios antes de haberlo conocido. Si conocieran la experiencia de Dios que Jesús contagia, lo buscarían”.
     
    El Papa, escribe del Génesis, del pecado, de Caín y Abel, de Noé, de “la necesidad de convertirse continuamente a la Alianza, consumada por la oblación de Cristo en la cruz”, y lo hace muy bien, pero para los que creen en esas categorías mentales, que no dicen nada a la gente corriente. ¿Qué saben éstos hoy, de Noé, sino lo que hayan visto en alguna película de Hollywood?.
     
    Y luego se le va la mano clerical, (es lógico, llevará sesenta años o más repitiendo lo mismo), y se le escapa que “No se llega a ser cristiano, hijo del Padre y hermano en Cristo, por una disposición divina autoritativa, sin el concurso de la libertad personal, es decir, sin convertirse libremente a Cristo”. ¿Es que sólo los cristianos son hijos de Dios y hermanos de Cristo?. ¿Es que eso no es algo constitutivo de la especie humana?. Aquí entran en escena los fantasmas del infierno y de la salvación por los méritos propios.
    (Aquí todos somos muy respetuosos, y nos besamos para la foto, con el judío o el islámico, o el homosexual o el negrito, pero salvarnos, salvarnos, aquí solo se salvan los nuestros).
     
    Todo humano, hasta Hitler y Stalin, es hijo de Dios y herederán por ello el Cielo, lo que pasa es que unos conocen la realidad mejor que otros, y por ello adquiere sentido, lo de «Ya no os llamo siervos, porque el siervo no sabe lo que hace su señor; a vosotros os llamo amigos, porque todo lo que he oído a mi Padre os lo he dado a conocer» (Jn 15,15). (Unos entrarán al Cielo por su propio pie y sabiendo a donde van, y otros lo harán a empujones, pero todos gracias al cariño familiar de nuestro Padre común).
     
     
    Pero nosotros a lo nuestro: que si son galgos que si son podencos, y mientras se va todo al precipicio. Hay que pensar en el futuro, (como muy bien explica Leonardo Boff en su artículo de hoy), y no en el pasado, que está muerto. ¿Todavía seguís creyendo que por este camino se resuelve algo, y se hace conocer “la buena nueva” a la gente de hoy día?. Aunque a lo mejor, el Papa consigue, con mucho esfuerzo, dejar casarse a los curas, y con eso ya estará todo resuelto, como se resolvió todo en el Vaticano II, con las misas en español.

  • Asun Poudereux

    A mi modo de interpretar las palabras del Papa en cuanto a los mitos de la Biblia,  creo que resalta la sabiduría que encierran, pues pone un fuerte acento en donde está la causa de la ausencia del reconocimiento en el otro como uno mismo.  Si dentro de la comunidad familiar no se siente en el hermano  un ser cercano, ni el padre es capaz de aceptar y acoger a sus hijos en todo lo que son, estableciendo distinciones discriminatorias,  indudablemente la separación por el rechazo o la condena, la envidia y el odio se abren camino instalándose en el modo de vida posterior  en la comunidad social.
     
    De ahí existe otro corto paso para adentrarse ciegamente en el desprecio del otro sumidos en la codicia de conseguir nuestro objetivo a costa de lo que sea y de quien sea.  
     
    Me gusta que se halla detenido en lo que parece está en la raíz de los desencuentros humanos violentos o no. Con todo, me hubiera gustado que  este mensaje con tan enjundioso  contenido hubiese sido un poco menos extenso.
     
    Sigo  observando muchas palabras en los discursos o manifiestos eclesiásticos, que sin duda en su fondo no tienen desperdicio, pero hay y ha habido una tendencia excesiva al bla, bla, bla.
     
    Y como todo el mundo sabe lo corto y bueno, dos veces bueno. Además predicar con los hechos cala mucho más hondo y su amplitud  práctica va mucho más allá o acá de la Iglesia Católica, pues como desde aquí se dice,  todos somos hermanos. Pues a hacerlo realidad en el día a día y perdamos menos tiempo en palabras.

  • oscar varela

    Hola!

    Leo del Cumpa Honorio:
    – “* Ese Espíritu de Cristo alienta en la humanidad desde el principio de la existencia del hombre,

    * Cristo no estaba ausente del mundo antes de la historia de Belén,

    * el tiempo en las coordenadas de Dios y de Jesús es un hoy eternamente presente.”-
    ………………….

    Es “mucho” ¿no?
    Casi “demasiado” ¿no?
    Como un haber perdido las “huellas” del Camino real y andar por estratóferas “teológicas”.

    Extraño. Y que lo diga quien suele llamarnos a bajar al llano de los andares cotidianos de la Gente.

    ¡Voy todavía! – Oscar.

  • Román Díaz Ayala

    ¡Estupendo!
    Yo también considero que  según como decía Jesús : “Mi Padre trabaja, y yo también trabajo” y que esos cinco siglos anteriores, que hemos venido en llamar el  “Ciclo o tiempo de los sabios” y que ahora podemos constatar que era común a todas las entonces civilizaciones elevan a universal las aspiraciones humanas.
    ¡¡¡Ni exclusividades ni exclusiones!!!! Tenemos que entender Creación y Redención como un todo, co-mo los dos aspectos de un sólo y único Plan Divino.
    La mención de Francisco, recuperada de Juan XXIII de  “hombres de buena voluntad” hacen más entendible el mensaje y revisten al hermano de mayor  Authoritas. /Lo pongo en pijo porque quiero resaltar su cáracter moral, ajeno a toda dominación incluso del pensamiento que se crea superior/

  • Antonio Duato

    Querido Román:

    Me ha hecho pensar la manera como has leído mi entradilla, como prejuicio laicista contra expresiones del papa Francisco. Seguramente será objeto de una próxima reflexión editorial.

    Te adelanto  que para mí la fraternidad humana universal no es ajena, pero tampoco exclusiva, del espíritu (ruah) que eclosionó en Jesús de Nazaret.

    Un cambio axial de la ética y la religión, orientando la conducta humana hacia el respeto a todo prójimo, se operó ya en el siglo V a.c.   y hoy la auténtica igualdad y fraternidad de todos los seres humanos se ha impuesto no como declaración de principios sino con el ejemplo y acción de personas como las que enumera Honorio, en muchas de las cuales estaban presentes las expresamente el recuerdo de Jesús como él mismo señala.

  • h.cadarso

    V ale, Román, el Papa se queda un tanto corto en los aspectos que tú señalas. Para mi gusto falta también un aplauso de la Iglesia y del Papa a tantas personas que desde el plano civil y político y laico contruyen la paz: El Papa debería recordar a Gandhi, a Nelson Mandela, Malala, a tantos mensajeros y constructores de la paz, y no limitar sus aplausos a personas y entidades católicas. Y a Desmond Tutú, y a Martin Luther King, y a tantos seguidores de Cristo que no estuvieron afiliados a la Iglersia Católica. Me aburre tanto mirarnos al ombligo los católicos, tanto considerarnos dueños exclusivos de los dones de Dios y del Espíritu Santo…
    Más aún, los cristianos deberíamos elogiar los esfuerzzos de quienes hacen una lectura del marxismo y de cualquier otra filosofía o concepción del mundo en clave de respeto a los derechos de la persona humana; y proclamar su adhesión a la Declaración de Derechos Humanos de la ONU, a las primaveras árabes…a tantas personas que sin saberlo han aplicado en sus vidas el llamado de Cristo a buscar la paz entre los humanos…
    Ese Espíritu de Cristo alienta en la humanidad desde el principio de la existencia del hombre, Cristo no estaba ausente del mundo antes de la historia de Belén, el tiempo en las coordenadas de Dios y de Jesús es un hoy eternamente presente. Tal vez en este aspecto el discurso del Papa nos desorienta…

  • Román Díaz Ayala

    ¡¡¡ FELIZ  AÑO NUEVO !!!!
     
    Muy hermoso mensaje para inaugurar 2.015
     
    Convertir el contenido de este mismo mensaje en un intento de purificación para laicizarlo y dejar en un simple principio axiomático, una impronta de “conciencia universal” de lo humano, pone en un mal lugar a nuestro hermano (en Cristo) Francisco.
    Veo el reflejo argumental de nuestra mentalidad propiamente eurocéntrica, motivada en la abstracción apoyándose en nuestras “categorías universales heredadas de los griegos”
    Percibo el posible prejuicio de situar en un mismo plano identificativo ( ambas una sola cosa) el “mito bíblico” y “la teología cristiana” convirtiendo las dos en objeto de nuestro rechazo.
     
    Creo que no se percibe  a nuestro hermano Francisco con toda su indudable honestidad intelectual explicando y aceptando el devenir del tiempo histórico que inaugura este nuevo año recibido  como una gracia y un don de Dios a la humanidad.
    Podríamos, si seguís sufriendo mi atrevimiento, añadir algún argumento histórico. Todas las civilizaciones históricas produjeron desde sus nacimientos seres humanos con un alto concepto de sí mismos, llenos de orgullo de ser diferentes a los demás seres. Tal variación cultural y de las conductas añadían al sentimiento de sus propias identidades, el desprecio ( no hacer aprecio) de aquellos seres a quiénes llamaban bárbaros
    Y así entramos en el siglo XX pasado con los fascismos en el paroximo de los imperialismos, que fueron evidencia palpable de la ausencia total de esa conciencia universal.
    Y si miramos a este siglo XXI, ¿Quién me podrá negar y argumentar que esta economía global hegemónica no sea una nueva forma de fascismo?