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21 comentarios

  • Carmen.

    Hola señor Elzo.

    Me levanto temprano y leo la prensa. He leído un artículo en El País, firmado por David Trueba, que también habla del Silencio. El artículo lleva de título En el Colegio. Lo he encontrado precioso, si es posible que hablar sobre este tema pueda tener algo de belleza, pero así son algunas personas, capaces de escribir sobre un tema absolutamente espinoso, indignante, abrumador, desolador…y pese a todo, hacerlo con belleza. Eso es lo que me hace pensar que no todo está perdido.

    Cuando tenga un ratito, si le apetece, lo lee. Cuídese mucho.
    Un abrazo
    Carmen, de Murcia.

  • Juan A. Vinagre

    Comienzo por dar las gracias a J. Elzo por su artículo tan estimulante y terapéutico -el silencio bien utilizado es enriquecedor, comunicativo y terapéutico-, y luego a los comentaristas por vuestras aportaciones, también enriquecedoras.Por mi parte también aportaría o más bien reforzaría estas dos ideas:

    1. El silencio como recarga de energía, que se da… sin buscar devoluciones, y
    2. El silencio ante lo inefable, que es la lección-vivencia más elocuente y convincente, que cristaliza en un amor humilde, que se da aún más.Un abrazo, de esos que son encuentros silenciosos, que elevan y transmiten paz. Un abrazo que sea más, mucho más que solo teoría y buena educación. Por imitar a Béquer, añado que hay abrazos y silencios que saben a poesía.  (Excusas, por si me paso, pero en ciertos silencios también puede haber poesía.)

    • Juan A. Vinagre

      Se me olvidó terminar así: …poesía, que tanta falta nos hace en estos momentos de barbarie.

  • Antonio Llaguno

    Estoy seguro de que será apasionante.Lo leeré con interés.

  • M. Luisa

    Nuestro gran éxito como especie, será el haber sido capaces de haber creado a nuestros sucesores en la escala de inteligencia del planeta: ese será el Reino de Dios que Jesús anunció” Ay Isidoro,  la capacidad humana ya está ahí entre nosotros, solo hace falta ejercitarla, hacerla funcionar.  Como especie no estamos retados a  ningún éxito…sería el colmo de la soberbia.     

  • Isidoro García

        Este comentario va sobre el silencio, (aunque no lo parezca): Leo un titular en un periódico, de un entrevistador a su entrevistado: “¡No le voy a dejar mentir!”. Y sin entrar en el episodio concreto, me sugiere varias reflexiones. 

    • Isidoro García

             La realidad es tan compleja y tan complicada, y nuestras mentes son tan “sencillitas”, que al juntarse ambas realidades, inevitablemente nos producen callos y dolorosas rozaduras, como un zapato estrecho y malo, ante un pie desnudo.
          Y por eso necesitamos crearnos un “interface”, una protección artificial, a base de reduccionismos simplificadores, que realicen el “milagro” de convertir lo complejo e inabarcable, en sencillito y fácilmente comprensible.
          Decía Arturo Pérez-Reverte, que “quien te diga que tiene claro quién es el bueno y el malo en el conflicto de Israel y los palestinos, se lo han explicado mal”, advirtiendo de que estaba “lleno de contradicciones y perplejo ante muchas cosas”.
            Pérez concluía que “en el mundo hay dos temas que son el “veneno”: los nacionalismos y la religión. Lo que pervierte, enfrenta a la gente, agría, hace matar es el fanatismo nacionalista y religioso. Es el cáncer de la humanidad”.
           Y además, como dice Edgar Morin:El mundo es cada vez más complejo, y las mentes confusas se simplifican cada vez más”.
            Por eso, yo a esas dos fuentes cancerígenas, añado una tercera: la facilidad con que todos, incluídas personas inteligentes y honradas intelectualmente, caemos en admitir fácilmente, postulados culturales falsos, sobre los que cimentamos nuestro edificio mental.
          Uno de estos falsos postulados es la falsa idea de que “toda la realidad es accesible a nuestra mente”, con lo que todos podemos saber y hablar de todas las cuestiones, simplemente con haber oído dos telediarios y cuatro titulares de mi periódico.
          Y el segundo postulado falso es la consabida y connatural idea de que todo lo que nos viene a la mente, es la pura verdad sobre la realidad.
            Esa es la base teórica del fanatismo, funda-mentalismo, rigidez mental y puritanismo. Si nuestra idea constituye la verdad absoluta, toda idea contraria es como mínimo errónea, y muy posiblemente mentira deliberada.
            Esta triste realidad nos aboca a un claro relativismo, y a una sensación de perplejidad, inseguridad e incertidumbre, que es muy desagradable y hasta angustiosa.
             Y enseguida empezamos a fabricar nuestra pomada mental a base de becerros de oro: “Los conceptos crean ídolos. Sólo el asombro conoce”. (Gregorio de Nisa, en el siglo IV).
             Francis Bacon, decía que el camino del ser humano hacia la verdad se ve obstaculizado por cuatro ídolos,
      -los de la caverna, (prejuicios personales del individuo).
      – los de la tribu, (imágenes engañosas del género humano).
      – los del foro o mercado, (prejuicios del lenguaje).
      – y los del teatro, (prejuicios de las escuelas filosóficas). Estos últimos se refieren a las figuras que aparecen en el teatro cultural de la vida, y a cuyas opiniones se atribuye un valor especial. (Enrique Miguel Sánchez Motos).
       
           Lo que pasa, es que es tan grato hablar de esto, y de lo otro, y hasta de lo del más allá, como si lo supiéramos todo, que el silencio, callándose, es privarse de uno de los grandes placeres que tenemos en la vida: vivir la borrachera de pensar que somos omniscientes, como “Dios”. Nuestra autoestima y el narcisismo que nos vertebra a todos, necesitan su ración diaria de autosuficiencia, (yo el primero).  
           Pero no lo haremos por necesidad de mantenernos en pie de una pieza, sino lo hacemos por amor a la Verdad y a la Justicia: “¡ahí queda eso!”.
       
            El ser humano actual, solo adquiere sentido, desde la comprensión de su deficiencia estructural, que nos hace admitir y desear que deberemos ser una especie a sustituir por unos sucesores nuestros, mucho mas completos y mejor estructurados, ya sea por la vía evolutiva emergente natural, o autocreados por la futura tecnología que se acerca.
       
          Nuestro gran éxito como especie, será el haber sido capaces de haber creado a nuestros sucesores en la escala de inteligencia del planeta: ese será el Reino de Dios que Jesús anunció.

      • micael

        Isidoro acertado, en mi opinión, tu comentario. Nuestra era de la información es una época en la que todos parecen ser expertos y tener una opinión firme sobre todo lo que sucede. Paradójicamente, la era de la información permite la difusión pública de opiniones desinformadas. El silencio es conveniente, pero callar no es olvidar, es  profundizar, al final el propio silencio habla, y lo hace de un modo distinto al lenguaje.

        No siempre es adecuado o entendible el uso de la expresión: “und wovon man nicht reden kann, darüber muß man schweigen” (y de aquello de lo que no se puede hablar, hay que guardar silencio) de Wittgenstein. Existen hechos, pero ciertas relaciones entre esos hechos y el lenguaje no son expresables en el propio lenguaje. Así que Wittgenstein sugiere que usemos el lenguaje para hablas de ciertas cosas todo lo claramente que se pueda y no intentemos forzar el lenguaje para hablar de aspectos que escapan a las capacidades del propio lenguaje.

  • Santiago

    Importante mensaje para todos, de Javier Elzo y de los que han seguido desglosando aquí el gran significado del silencio, ya que éste forma parte fundamental de nuestra vida física y anímica..Como dice Micael el silencio es “necesario” para ese encuentro personal diario, para sentir “con nosotros mismos” y lograr conversar con nuestro espíritu. El bullicio de afuera y la intensidad del trabajo nos impide esa introspección silente…

    De ahi que esta vida de dentro sólo puede experimentarse en la “paz” del silencio… Ignacio de Loyola impone el silencio en sus Ejercicios Espirituales como imprescindible para “entender” y “comenzar” la vida del espíritu, y para lograr el “clima” propicio para que el Espíritu Santo ilumine la conciencia en las verdades eternas..a la que la razón natural no puede llegar. La fe se manifiesta más claramente en el silencio espiritual.. Dios habla en el silencio..Como señala el autor, el silencio cobra significados diferentes según las circunstancias y el momento: debemos callar cuando hablar puede hacer daño, cuando algo debe permanecer secreto  y cuando existan tergiversaciones imprudentes..y cuando nuestro silencio sea una forma de luchar contra lo injusto y puede dar una lección constructiva a sus autores.

    Solo callando y oyendo podemos entender y descubrir lo que otros intentan decirnos en su angustia vital. El silencio es imprescindible a los profesionales del espíritu y de la psique.

    Un saludo cordial
    Santiago Hernández

    • micael

      Santiago es muy cierto “Dios habla en el silencio”, un  ambiente de silencio, de recogimiento, de intimidad  hace posible y conduce al silencio interior, sin el cual el exterior, más que silencio, sería mero mutismo. Tal vez el silencio es Dios, una luz interminable y pura. Puede que Dios, cuando habla, sea un verbo, una acción, nos hace estar en comunicación con el mismo, por lo tanto es silencio. Dios es silencio, un silencio positivo, vivo, real y fruto de su “naturaleza” inquebrantable.

      Una sola Palabra habló el Padre, que fue su Hijo,
      y esta habla siempre en eterno silencio, y en silencio ha de ser oída del alma”.
      (San Juan de la Cruz)

  • micael

    Buenas tardes. Mi enhorabuena por la elección del tema, del artículo y del autor. El silencio en todas sus dimensiones, sí que es de unas conferencias de hace diecinueve años, pero está muy vigente y merece ser comentado y desarrollado. El silencio tiene el valor, en primer lugar, de auto-observación. Y de llegar a un nivel importante de auto-conocimiento. Hay mucha gente que no mira dentro de sí, no se regala unos minutos de silencio para poder conocerse, aceptarse. El silencio es necesario para buscar dentro de uno mismo. Puede parecer que no hay comunicación cuando hay silencio, pero no es así, todo lo contrario. Existe el lenguaje no verbal, y muchas veces el silencio da más información que la palabra.

    • micael

      Me gustaría, y me van a perdonar por el atrevimiento, que les motivara estos temas y que interviniesen más, que se produjera un dialogo más fluido, interactuar más. No son solamente los artículos los motivadores, también las personas que intervienen y los enriquecen.

      Así pues, a los habituales que intervienen durante años, con sus conocimientos, con su moderación,  y a los que  leen y no se atreven a intervenir, yo, humildemente, le pido que hagan  más vivo este espacio que bien dice ser un “lugar de encuentro”. Me parece admirable y muy destacada la labor de Antonio Duato y de sus colaboradores, los presentes y los pasados. Y sin duda, su proyecto merece tener una continuidad. Lo deseo de verdad.

      Yo estoy de paso, y no es mi intención quedarme, ya lo sabe Antonio, mis razones tengo y se les he explicado. Pero no renuncio a cambiar de idea en alguna ocasión, pero no es el momento.

      Gracias Antonio.

      • Antonio Duato

        Quiero adverti a todos de un doble error cometido wn la edición de este artículo, debido tal vez por lo que me ha costado trasladar la tabla del guión inicial (manejo de los comandos

      • año 2021 con el 2001. ¡Hace solo2 años que Javier escribió este texto, inédito hasta hoy!

        2. No haber advertido que en una de esas operaciones de edición se suprimiera la Introducción, muy importante para entender toda la serie de las tres partes que vamos a publicar.

        Me alegro. Micael, que hayas seguido comentando y animando este hilo, a pesar de las razones por las que me explicáste que tendrías que estar menos activo aquí. Yo también quiero participar como uno más…

        Y os expongo mi primer dilema: ya que el horror de la actual guerra entre Israel y Hamás (para simplificar la complejidad de partes y aliados) me sumerge en profunda angustia y ansiedad, ¿debo hacer callar las radios e informativos para tener más calma interior y centrarme en meditar y editar atrio o debo seguir atento a lo que pasa con esos niños que mueren, como los hijos de ese reportero de Aljazeera que vi en la Rai en directo? Lo mismo a un padre israelí hablando de sus hijos menores rehenes de Hamás… Es que yo viví a los 4 años bombardeos y tiroteos en Valencia, bajar a los refugios y llevo todo eso muy grabado, tal vez un trauma que ha condicionado mi vida…

        • micael

          Sí Antonio, yo tampoco puedo guardar silencio con lo que ocurre en Gaza, la guerra entre Israel y Hamás. La crueldad de épocas pretéritas de unos y la sed de venganza de otros. Y en medio los pobres, los niños, los ancianos, los sin voz, a los que se les obliga a estar en silencio, un silencio que nosotros tenemos que romper ese silencio. Porque ese silencio es siempre invisibilidad, ocultamiento,  en un tiempo y en un espacio circunspectos, restringido. Una realidad que  está compuesta de sufrimientos, de pérdidas, de soledades, de miedo. Ante todo el miedo tangible, concreto e hiriente de la represión, de la fuerza disuasoria, de la violencia.

        • ana rodrigo

          Antonio, a mí me pasa lo mismo que a ti con lo que está ocurriendo en Gaza y en Israel, muchos y angustiosos sentimientos. Procuro dosificar la información y mantener activa mi compasión y mi empatía con las víctimas. Todo lo demás, que es mucho y gravísimo, me supera.

    • Rodrigo Olvera

      Hola Micael

      Dices que el silencio en todas sus expresiones es de unas conferencias de hace unos diecinueve años.

      Bueno, podemos ir más atrás.

      Podemos decir que es de unas conferencias de hace unos mil cuatroscientos años, compiladas en el libro conocido como La escalera del ascenso divino, de Juan Clímaco. Y en general las distintas enseñanzas de las madres y los padres del desierto (justo hace unos días le compartía a Antonio parte de mi camino personal, y el papel que ha tenido en mí la espiritualidad del desierto y el hesicasmo).

      Y fuera de la tradición cristiana podemos ir más atrás aún, a las enseñanzas de Lao Tsé en el Dao De Jing, hace unos 2600 años

      En fin; que es un tema antiguo y siempre renovado. Cada época lo vuelve a descubrir y a resignificar. No creammos que somos los únicos.

    • micael

      Hola Rodrigo

      Sí dos errores he cometido en mi comentario. Primero: hablaba con respecto al tiempo no del silencio, sino de las conferencias, aunque creo que se entendía bien. Segundo: no son de hace diecinueve años sino de veintidós.

      Yo también tengo una experiencia en esa dimensión del silencio que mencionas. Pero no es la única, la conferencia que lustra el artículo nos habla de otras formas de silencio, y es cierto, como indicas, que se vuelve a descubrir y a resignificar, y por eso es posible otorgarle un sentido nuevo y distinto.

      Por ejemplo, hoy conocemos que la ausencia de ruidos o de estímulos auditivos tiene casi el mismo efecto que el descanso. El silencio nos permite pensar en nosotros mismos y esto reafirma la identidad y depura las emociones.También sabemos que regenera la neuronas, lo que permite la aplicaciones de terapias en psicología. Se crean células nuevas en el hipocampo, que es la región del cerebro encargada de regular el aprendizaje, la memoria y nuestras emociones. Se tiene conocimiento que con dos minutos de silencio es suficiente para disminuir el ritmo cardíaco y la presión arterial. Esta es otra dimensión.

      Un saludo.

       

       

      • micael

        Al respecto del hesicasmo, cuando era algo más joven busqué y hallé la soledad, el silencio y la paz. En desiertos diferentes, con espiritualidades distintas, pero con un mismo fin. Y hasta hoy, que soy un poco más mayor, me han ayudado en mi peregrinar por este mundo.  Sería muy presuntuoso decir que me encuentro  equilibrado, que vivo en paz y a la vez, callo y guardo silencio, pero en gran medida es así. Y esta actitud me sirve de gran ayuda en mis dos campos de actividad profesional, en la docencia y en la consulta, y sobre todo en mi vida privada con mi familia y con las personas que quiero.

         

      • Rodrigo Olvera

        Gracias Micael por la aclaración de que te referías al tiempo de las conferencias, porque efectivamente no lo había entendido.

        En la cultura china antigua, especialmente en el ruísmo (mal llamado confucionismo), se insistía en buscar el Camino Medio. Ésto tiene varias implicaciones, una de ellas es que excederse del medio inicia la decadencia. Varios milenios después, Alfred Adler insistía en una psicología de uso: más importante que poseer, es entender cómo se usa. Un uso del silencio puede ser reparador; un uso excesivo, puede ser dañino. Así como esos estudios muestran usos del silencio tienen efectos regeneradores, otros estudios muestran que una privación excesiva de estímulos provoca confusión y otros daños. Por ello es que incluso se ha usado la privación sensorial como método de tortura. Maravillosa y fascinante la mente humana. Terrible las maneras en que podemos llegar a usarla en contra de los demás.

        Gracias por esta conversación; especialmente gracias por la parte personal que me/nos has compartido. Me alegra mucho tu presencia, el tiempo que nos regales, en este lugar de encuentro.

        • micael

          Gracias Rodrigo.

          Sí estoy de acuerdo contigo. Es otra dimensión del silencio, en este caso negativa, entenderlo o utilizado como castigo. La persona que recurre al silencio como castigo suele hacerlo porque no tiene otros recursos psicológicos para hacer frente a la situación, el silencio es su respuesta. El uso del silencio como castigo implica una actitud manipuladora y agresiva, utilizar el silencio como arma psicológica para castigar a alguien es una actitud  que no resuelve nada, porque aunque proporciona una gratificación egoísta para quienes lo aplican, deja un sabor amargo en su interlocutor y también deja huellas en la relación, dejar de hablar con una persona puede ser una agresión velada.

          Y también está el silencio institucionalizado. Estar 23 horas al día en una celda de 2 por 3 metros, produce daños irreparables y no consigue la corrección del recluso.  El aislamiento es un factor de riesgo de muerte prematura similar al del consumo de drogas y superior al de la obesidad, según varios estudios. Hay cambios en la estructura de las neuronas y una reducción del volumen de las mismas de alrededor del 20%” en tan solo un mes de aislamiento, ello produce cambios psicológicos que van desde la depresión hasta la psicosis. En España, que es un país con garantías democráticas,  la ley penitenciaria permite hasta 42 días seguidos de régimen de aislamiento en caso de sanción disciplinaria, un medida que casi triplica la recomendación del Comité contra la Tortura de Naciones Unidas que lo fija en 15.

          También hay otros silencios forzosos y obligados que se dan en colegios y residencias de ancianos, y cómo no, entre parejas que desembocan en violencia de genero o familiar. Pero eso para otro comentario.

           

  • ana rodrigo

    Veo que este tema, que va de relación consigo mism@ y con el otro, conjugándolo con el silencio necesario para un@ misma@ y prudente para con l@s demás, es tan complejo como lo son las distintas situaciones humanas que se dan en la realidad familiar, con las amistades, y la convivencia en general, incluyendo las relaciones profesionales en todos sus ámbitos, especialmente las relaciones, o no, sobre temas políticos. 

    Es decir, especialmente tiene que ver con la comunicación verbal o escrita con l@s demás. Como el lenguaje está íntimamente relacionado con la mente, es decir con un cerebro sano (o no), la clave de nuestra relación social depende de todo lo que retenga nuestra mente de lo que ha visto, vivido y aprendido, lo que nos lleva a la deriva ad infinitum la propia diversidad en la vida real. De lo que deduzco, (quizá esté equivocada), que cada situación requiere un tipo de silencio, un tipo de diálogo, o un silencio total. Siempre partiendo de un silencio personal fructífero para no se un o una bocazas más.

    Acabo de escuchar en la televisión a una periodista palestina, que vive en Palestina, hablando de la barbarie que Israel está cometiendo con Gaza, a continuación, habló el portavoz de asuntos exteriores de Israel, centrado en la barbarie de Hamas en Israel. Imposible cualquier otra cosa. Ya sé que este ejemplo es extremo, pero si rebajamos la escala del asunto, ocurre lo mismo en las pequeñas distancias. Por eso el diálogo, es un máximo a lo que aspirar, porque requiere silencio-escucha, y, en ocasiones silencio total. Voy a poner un ejemplo. El otro día me encontré con un conocido con el que nunca habíamos hablado de política, y, en la conversación, él tenía necesidad de manifestar (debido a la crispación social actual) su ideología política que, no era otra que la VOX. Yo me callé y le manifesté que no me apetecía hablar del tema y, aquí terminó la conversación con la necesaria corrección por ambas partes. ¿Alguien piensa que yo iba a conseguir que me escuchara mis argumentos acerca de el cambio climático, de la violencia de género, los derechos humanos del colectivo LGTBQ, de las personas inmigrantes, etc.?

    Es obvio que yo no hablo desde ninguna ciencia especializada en sicología ni en sociología, sino que hablo de lo que la vida me ha enseñado. Quizá alguien piense que digo obviedades, y sí, no lo niego, pero también afirmo que, en ocasiones complicamos la vida de tal forma que nos tragamos las obviedades con la consiguiente indigestión, es decir, con los consiguientes problemas. 

    Efectivamente, necesitamos sosiego personal y ambiental.

    Gracias, Javier.