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Basta con un pequeño gesto para cambiar el mundo …

Este artículo lo publicó Mónica como comentario al último de Leandro Sequeiros. Pero creo que merece iniciar un nuevo un nuevo hilo en la columna central. Mónica se estrena así como nueva autora de ATRIO, hablando de lo que significa el movimiento por la igual dignidad de la mujer en la historia actual de la gran marcha histórica por los derechos civiles.  En este caso plantea cómo los varones se ven cuestionados por el mismo movimiento feminista. ¿En que consiste su masculinidad? Sobre ello, al final, nos ofrece un importante documento. Bienvenida, Mónica. AD. 

        Un pequeño gesto que fue tan importante. Un autobús de la red de transporte público se detiene en una de sus paradas y deja subir a una mujer de atavío discreto que ya ha cumplido los cuarenta. Tiene el porte erguido pese a haber pasado el día encorvada frente a una tabla de planchar en una sastrería lóbrega situada en el sótano de los almacenes Montgomery Fair. Tiene los pies hinchados y le duelen los hombros. Se sienta en la primera fila de la sección destinada a los pasajeros negros y observa en silencio mientras se llena el vehículo…; hasta que el conductor le ordena que ceda su asiento a un usuario blanco.

       La mujer pronuncia una sola palabra, y prende con ella la llama de una de las protestas por los derechos civiles más relevantes del siglo XX:
       —No.
       El conductor la amenaza entonces con mandar que la arresten.
       —Hágalo —responde Rosa Parks.
       Se presenta a continuación un oficial de policía, que enseguida le pregunta por qué no quiere moverse.
       —¿Y por qué no dejan ustedes de mangonearnos? —respondió ella sin más. La historia de Rosa Parks es la de una mujer segregada por la doble violencia del machismo y el racismo.

       Tantos años transcurridos y aún hoy volvemos a revivir un segregacionismo  implícito y explícito en nuestra sociedad, que solamente se disfraza de tolerancia y respeto por miedo social a no ser políticamente correcto. El caso Rubiales es un ejemplo. Si no hubiera habido una movilización feminista habría pasado desapercibido, como algo normal y habitual. Cuántos gestos machistas ha sufrido la mujer durante siglos. No hablo de carencia de derechos, sino de actos aún peores que los cometidos por Rubiales, y los hemos sufrido en silencio, en soledad, con la incomprensión de una sociedad que consideraba normales.

       En los últimos decenios, las mujeres, en su lucha por la igualdad estamos cambiando nuestra relación con el mundo y con nosotras mismas. El cuestionamiento de la hegemonía del poder masculino y el fortalecimiento de nuestros derechos como personas/ciudadanas son parte de esta lucha, que desafía los modelos tradicionales de relación entre mujeres y varones y propone un nuevo contrato social y relacional.

       No cabe duda que los varones son conscientes de este desafío. Pero, cómo lo enfrentan?, ¿cómo les afectan los cambios de las mujeres, el feminismo y sus luchas por la igualdad de derechos y la creciente deslegitimación del modelo masculino tradicional que propicia el dominio social de los varones hacia las mujeres?

       No es la primera vez en la historia que, frente al cambio de las mujeres, los varones individual y socialmente se han visto afectados. Lo novedoso actualmente es que la transformación femenina actual es tal que está modificando radicalmente el lugar asignado a la mujer en la cultura, y ello, quiéranlo o no los varones, provoca complementariamente un cuestionamiento del propio lugar del varón en el mundo, ante las mujeres, ante los otros varones y ante sí mismo. Y ante ese cuestionamiento ¿Qué posiciones están adoptando los varones frente a las nuevas mujeres? ¿cómo reaccionan? ¿qué respuestas están dando ante sus cambios y sus demandas, ¿están cambiando? Y si lo está haciendo, ¿en qué direcciones? ¿Cuáles serían las reacciones y cambios deseables y según qué criterios? ¿Existen modos de estimular dichos cambios? Este cambio creo que no deja de ser algo ficticio, es una corriente que no es sincera, es solo apariencia.

       Dado que no tengo tiempo para extenderme más me limito a citar un importante estudio hecho con rigor a partir de muchas entrevistas realizadas por un equipo en tres ciudades europeas: Gijón, Bolonia y Silesia (Polonia). El estudio fue publicado en la Revista de Estudios de la Juventud por un miembro del equipo.

Fernando González Hermosilla. Sociólogo. Del discurso machista a la violencia de género

Una descripción del trabajo: Con motivo de profundizar cualitativamente en la comprensión de esta correlación entre cultura, desigualdad y violencia de género, los Ayuntamientos de Gijón y de Bolonia (Italia) y el Centro Silesiano para la Igualdad de Oportunidades (Polonía) propusieron a la comisión Europea la realización de un proyecto Daphne sobre “La Construcción Social de la Violencia de Género en el discurso Machista”, dando la palabra a una muestra de hombres representativos de los tres municipios.Los principales contenidos del estudio de base realizado para este trabajo se extractan a continuación.

En el capítulo V se enumeran las conclusiones del estudio: He aquí, para acabar tres pautas y alguna frase en cada una:

       1. La pauta ideal: de principio no. “Hoy la sociedad no tolera más la violencia sobre las mujeres”

       2. Pauta racional: se ven motivos para el maltrato, e incluso se suscita cierta comprensión hacia los maltratadores. “Tendría sus motivos”. “Nunca sabes donde puedes llegar”

       3. Pauta real: la violencia de género no resulta ajena: “El hombre es el que tiende a dar un bofetón, y ella quien te tortura fino”.

11 comentarios

  • Mónica

    Hay mucho trabajo por delante para conseguir una igualdad real, no únicamente a nivel legal y legislativo, sino en la mentalidad de la sociedad. Vuestras experiencias son interesantes y significativas, yo tengo alguna experiencia en África y en países de cultura y religión musulmana, trabajé dos veranos de voluntariado con una ong de médicos. La mujer africana, en gran medida vive en estado de semi esclavitud, dependiendo del país, la tribu y la religión. Lo mismo, en otro sentido, en los países árabes, la violencia contra la mujer no sólo no es perseguida, sino que es tolerada y legalizada.  Muchas gracias a todos y a todas por vuestras aportaciones y colaboración, y sobre todo a Antonio Duato que ha hecho el esquema del informe del trabajo sociológico  y le dio formato al artículo, que yo por mi falta de tiempo no pude realizar.Abrazos.

  • ana rodrigo

     Son muy buenos los testimonios que estáis dando sobre racismo y xenofobia, -que no significan lo mismo, – desgraciadamente tan vigentes aún en todas las sociedades llamadas “desarrolladas” ¿?. La diferencia con respecto al machismo, es que antes de que se legislase contra esas conductas, aquellos estaban amparados por el Estado y tenían categoría de legales (por lo menos el racismo en EEUU), al mismo tiempo que eran generales a toda la sociedad, hombres, mujeres, instituciones, etc., explícitamente eran la norma legal. Mientras que el machismo, ha sido una costumbre, cuya causa procede de los hombres (aunque la sociedad fuera machista), sobre lo que no se ha legislado hasta hace muy poco tiempo, y  estaba normalizado. No conozco leyes que puedan haber existido prohibiendo a las mujeres lo que se le permitía a los hombres. Es posible que me equivoque, porque hablo desde mi memoria personal, tendría que saber de historia del Derecho y, es obvio que nunca he estudiado esa materia; aunque de hecho si existía esa norma social: las mujeres no podían estudiar, tenían que casarse con el marido que se les adjudicaba, etc. etc.                Ha sido cuando recientemente, me refiero a España, que se ha legislado sobre la violencia contra las mujeres Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre; de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género. Publicado en: «BOE». Sobre la igualdad de hombres y mujeres, y Ley Orgánica 3/2007, de 22 de marzo, para la igualdad efectiva de mujeres y hombres y finalmente, contra la violencia de género: Resolución de 16 de marzo de 2023, de la Secretaría de Estado de Igualdad y contra la Violencia de Género, BOE-A-2023-7326 / (es obvio que todo esto me la ha dicho Google).            Claro está que legislar sólo se hace desde el ejercicio de la política y no hay que criticar a los políticos cuando hablen contra la violencia de género, son responsables de que se cumplan la ley. Y mezclar una cosa con otra ya estaríamos hablando del juego entre partidos políticos. Si una persona con cargo político dice que lo de Rubiales es indecente, no puede decir al mismo tiempo si eso lo dice otro partido deje de ser indecente. No mezclemos. El machismo es machismo, en distintos grados, pero no más o menos machismo, según quién lo diga.                         Ahora bien, una cosa es la ley y otra la ética y la conciencia. Y lo dejo aquí para no cansaros más.

  • José Miguel Lertxundi

    No obstante, la equiparación de racismo y sexismo es muy acertada, por mucho que se promulguen leyes y se machaque a la población a través de los medios de comunicación la sociedad sigue siendo misógina y racista, que falsea su opinión por razones de imagen, como dice Mónica. Y hasta es posible que cansada de una presión que soporta pero que no acepta se pasen a lo contrario, y ya sabéis que es lo contrario …

  • Román Díaz Ayala

    Rosa Parks  en el autobús desafió sentarse en los asientos reservados a los negros sentándose en los asientos ocupados por los blancos. Era en el año 1955. Activista ella también tuvo que haber lidiado con los prejuicios y los miedos de los suyos a quienes de alguna manera representaba.

    Llegué a Miami a finales de abril de 1961 procedente de La Habana. Días antes había ocurrido la fracasada invasión de Bahía de Cochinos. No había cumplido los quince años.Tenía familiares en Miami y pronto aprendí a moverme en los autobuses urbanos. Entonces yo no tenía ningún conocimiento sobre la sociedad americana. Observé que existían barrios de negros, los más pobres y que éstos en los sitios públicos se reunían entre sí, separados de la población blanca y extranjera, los latinos casi todos cubanos, que invadíamos pacíficamente las calles y sitios públicos.

    Una vez iba a la casa de unos primos y por ganar tiempo crucé andando por una calle de negros.

    Cuando me aproximaba a ellos se retiraban y una vez que quise preguntar a unos niños, salieron despavoridos.

    En los autobuses me sucedieron cosas muy curiosas. Una vez me senté casi al medio y subió una anciana negra- Muy educado le cedí el asiento: “please, Madam”. El blanco que estaba a mi lado se pegó a la ventanilla y los demás viajeros me miraban con unos ojos fijos en mí, miradas cuya naturaleza yo no podía adivinar. La señora me sonrió gritando fuerte: “Zeeennnkiu” y no dejó de sonreír en todo el trayecto. En alguna otra ocasión me sentaba atrás, algunos negros me miraban con curiosidad, otros con cara de desprecio, éso pensé yo.

    En los pocos meses que estuve en Miami, me dio para muchas cosas. Mi tío Clyde, ciudadano americano, me decía; “Aquí todo está bien, los negros van por su lado y nosotros por el nuestro, aquí no nos molestamos”.

    En cierta ocasión fui al autobús y en la parada había un grupo de jóvenes negros, chicos y chicas bien vestidos. Yo era el único blanco. Los chicas se apartaron, y un joven que llevaba la voz cantante en el grupo se adelantó tropezando conmigo y todos subieron al autobús entre risotadas. Una vez dentro, yo me senté en uno de los asientos libres de delante.

    Ahora no sé cómo es la sociedad de Miami.

    • Antonio Duato

      Muy buena aportación, Román: captación de realidad, por propia experincia, privada de prejuisios o ideología condicionantes. Hecha por tí cuando eras adolescente. La podemos tener también nosotros ante la sociedad que nos rodea si acogemos los hechos tal como son, con curiosidad y asombro de niños, dejando aparte ideologías y prejuicios. A lo más, utilizando el instinto anti fraude para distinguir lo que EFE dice que dijo Jenni, según una información de la Federación y lo que dijo en verdad; o para ver lo ridículo del vídeo que parece enviaron a FIFA para probar que Jenni levantó en el aire al “chivo expiatorio” (¿habéis visto esa ridícula manipulación de piernas al aire?).

      Después vendrá la hora de la crítica: ¿qué se puede hacer para establecer una sociedad y unas relaciones interpersonales y sociales más justas?

      Y, finalmente, el proceso de interiorización y cambios que nos hagan personas más auténticas y justas. Por ahí y hacia ahí deben ir los debates en ATRIO.

    • Antonio Llaguno

      Lo que dices es muy cierto Román,

      recuerdo cuando estuve de voluntario en la Sudáfrica de 1992, con Mandela fuera de la cárcel pero con Frederik de Klerck en el poder todavía y que aún tenían muchas costumbres muy arraigadas a pesar de haber eliminado, en teoría, las leyes de segregación; que mis compañeros de voluntariado (Éramos 3, dos varones y una mujer; los 3 españoles) decidimos usar los transportes de negros y los bares de negros cuando salíamos a Sudáfrica (Nosotros estábamos en Lesotho) para movernos y como, al ser un pueblito pequeño (Ficksburg) y ser vistos como la novedad del pueblo (Tened en cuanta que además de “raritos”, éramos españoles en el verano glorioso de las Olimpiadas de Barcelona), un día, el panadero del pueblo, un descendiente de holandeses más grande que un armario de cuatro cuerpos y con unas manos que de media torta desencuadernan al más recio, se acercó a nosotros y mostrándonos discretamente un pistolón, voluntariamente no oculto dentro de su chaqueta, nos dijo que entendía que éramos extranjeros y no conocíamos sus costumbres y que por eso nos advertía que no frecuentáramos lugares “de negros”, porque estábamos “dando mal ejemplo a sus hijos” y no podía asegurar que “algún exaltado” se tomara la molestia de enseñarnos esto de forma algo más violenta.

      Marta, la chica que venía con nosotros y que era quien mejor hablaba el inglés (Aunque ni mi poca comprensión de la lengua inglesa en ese tiempo, ni el fuerte acento centroeuropeo del panadero, impidieron que le comprendiera perfectamente. Debió ser la visión de la pistola que rompió inmediatamente las barreras idiomáticas a fuerza de una dosis de miedo profundo), le vino a decir “Ok, gracias, lo entendemos” sin prometerle nada y luego decidimos ser algo más discretos al tomar taxis de negros, por ejemplo y centramos nuestra “acción ejemplar” a Lesotho donde tenía el mismo valor pero no nos amenazaban con volarnos a cabeza.

      Por eso, lo primero que me pasa por la cabeza es el valor considerable de esas personas que se juegan la vida ejemplarizando con su comportamiento a la sociedad, a pesar de saber el riesgo que están corriendo y haciéndolo de todas formas.

      No tiene nada que ver este hecho, con lo que estamos discutiendo sobre el feminismo.

      Las leyes que aseguran la igualdad de la mujer en España son de las más avanzadas del mundo y si algún “machirulo” se pasa de listo, como el Sr. Rubiales, basta con aplicar los mecanismos legales para ponerlo en su sitio (A ser posible de forma legal y sin intervención de oportunistas políticos que pasaban por ahí y que nunca han ido a ver a una chica dando patadas a un balón, pero sólo si es posible, que lo importante es lo otro).

      Y si las mujeres, organizadas de la forma en que les venga en gana, creen que hay que mejorar, ampliar o crear las leyes que lo garanticen más aún, ahí tienen mi apoyo.

      Y en la Iglesia con más razón. Puesto que la ideología política no está sujeta a la obligación de ser ejemplar. Lo que debe ser es legal que es distinto. Y luego que los votantes decidan si les convence o no la ejemplaridad de sus representantes (La superioridad moral que se arrogan algunos representantes políticos sobre el resto del planeta, antes me molestaba pero ahora me trae sin cuidado); pero la religión, la jerarquía que gobierna la institución que se dice heredera ni más ni menos que del “Hijo de Dios”, sí debe ser ejemplar.

      Y sólo quienes tienen los ojos cerrados (Voluntariamente) pueden dejar de ver la discriminación que tienen en la Iglesia en general los laicos (Los no clérigos) y en particular y mucho más grande las mujeres, que son tratadas por los clérigos como mano de obra gratuita para limpiar los templos, adornar las celebraciones y cargar con los niños pesadísimos en la catequesis (Tengo que reconocer que como catequista siempre pedí que mis chic@s tuvieran de 16 en adelante).

      Hace poco leí un comentario en la web (No recuerdo de quien era. Mea culpa. Porque merecía ser reseñado) que decía que el hecho de que Jesucristo no tuviera mujeres entre los apóstoles no quiere decir más que el hecho de que no tuviera gentiles (no judíos) entre ellos y hoy en día nadie le negaría la posibilidad de ser sacerdote a alguien no judío (De hecho el 100% de los sacerdotes son no judíos). Y eso que Cristo mismo no era católico, era judío.

      El argumento es demoledor.

      Cierto que a mi me gustaría ir  mucho más allá. Que no solo peleásemos porque las mujeres puedan acceder a todos los estamentos y servicios (En la iglesia no debería haber cargos sino servicios, no debería haber jerarcas sino servidores) de la Iglesia, incluido el presbiterado,. sino que se revisara profundamente la clericalidad de la Iglesia y que si no se quiere eliminar el presbiterado (Que pienso que no pasaría nada) que se quede, pero se eliminen las barreras que “de facto” hacen de los clérigos personal de primera clase y a los demás de 4ª o 5ª clase (Con las mujeres al fondo de la sala).

      Pero no es mal principio que las mujeres obtengan la importancia que se merecen.

      Lo bueno es que a nadie le van a sacar un pistolón cuando lo reivindique, por lo que el miedo “cerval” que me produjo a mi el monólogo del panadero de Ficksbrug (Que por cierto murió asesinado a garrotazos durante las revueltas que se produjeron en 1993, un año más tarde, al votar la nueva constitución tras la que llegó Mandela al poder) no se producirá; así que no hay pretexto para que todas y todos lo reivindiquemos bien alto.

    • José Miguel Leetxundi

      Yo viví un año en el noreste de EEUU, estudiaba en una universidad católica muy famosa, la ciudad tiene mucha población negra. Pero, y esto es al finales de los años 70, existía  una segregación implícita no explícita, a ningún negro se le ocurría ir a un barrio blanco la policía le podría poner problemas, por las más diversas razones. Y en la universidad, muy católica, había un racismo muy implícito. Como decían mis compañeros, todos somos iguales pero es que los negros huelen mal, tienen una bromhidrosis genética. 

  • ana rodrigo

    Gracias, Mónica, hay que seguir reflexionando y luchando. Las mujeres nos hemos cuestionado la situación heredada, lo que yo llamo el masculinismo, es un trabajo que aún hay que hablar más, cómo hay que vivir la masculinidad sin ser machista.   

    Se puede avanzar a mucha velocidad, pero lo que nadie niega,, es que pasito a pasito, es como las mujeres hemos podido avanzar. Quienes vivimos la época franquista y estábamos en manos de la Sección Femenina y de las JONS, podemos apreciar dónde estábamos y valorar dónde estamos.

    Cuando yo empecé a trabajar en el primer instituto, me tenía que conceder dicho permiso la Sección Femenina a partir de un trabajo que consistía en hacer un canastillo forrado de bebé y no sé qué más. Yo me negué (siempre he sido un bicho rebelde) y me lo cambiaron por dar clase a mujeres adultas analfabetas.

    Entonces nos enseñaban cosas como éstas. Os pongo algunas cositas para quienes no lo sufristeis: Ten preparada una comida deliciosa para cuando él regrese del trabajo. Ofrécete a quitarle los zapatos No le pidas explicaciones acerca de sus acciones o cuestiones su juicio o integridad. Recuerda que es el amo de la casa.” Por si estáis interesad@s quienes no lo sufristeis, os pongo el enlace. Las 17 recomendaciones de la Sección Femenina para la mujer que te harán llevarte las manos a la cabeza (granadadigital.es).

    Os podéis imaginar lo que respiraban los niños, por lado, desde pequeños, y las niñas, por otro lado, también desde pequeñas.

    No obstante debemos destacar que el machismo sigue siendo machismo, sólo hay que ver algunas de las respuestas de hombres que citas del proyecto Daphne (desconozco de qué año hablamos, pero sigue vigente):  2. Pauta racional: se ven motivos para el maltrato, e incluso se suscita cierta comprensión hacia los maltratadores. “Tendría sus motivos”. “Nunca sabes donde puedes llegar”,  o “El hombre es el que tiende a dar un bofetón, y ella quien te tortura fino”. 

    Es insufrible lo que está ocurriendo con los asesinatos machistas de mujeres; ayer dos, en estos dos últimos meses, 16, en lo que va de año, 40. Si alguien piensa que es una pesadez insistir tanto, que se lo haga mirar.

    • ana rodrigo

      Corrección. Según acabo de escuchar en el telediario, este verano han sido asesinadas 19, no 16

  • ana rodrigo

    Mónica, he tenido un día muy liado. Me alegra verte en la columna central. Voy a leerte.

  • José Miguel Lertxundi

    Para los hombres que estamos interesados en el cambio social y en acelerar esos cambios, aún subsisten algunos problemas de aceptación. Mientras existe una creciente simpatía masculina por la causa de la igualdad de derechos para las mujeres, y en tanto que las instituciones han sido obligadas a adoptar medidas  que promueven esta igualdad, persiste una brecha entre ideas aceptadas y comportamientos. Muchos podemos, de manera reacia o entusiasta, apoyar esfuerzos para esos cambios, otros son declaradamente contrarios. Quizá la edad influye, junto a las experiencias vividas, los jóvenes son menos reacios a estos cambios. En EEUU, hay varios estudios basados en el género, la raza, la clase social y la orientación sexual, varía enormemente según el tipo de opresión sufrida, por un lado puede fortalecer una masculinidad hipersexual o por el contrario comprensión y solidaridad. Llegar a desafiar al patriarcado o retar la homofobia y el racismo, tiene que partir de una construcción no solo social, hasta ahora el poder lo han tenido los hombres blancos y heterosexuales,  sino personal. No se debe, en mi opinión, criminalizar a los hombres incluso si su comportamiento fuese patriarcal, es una cuestión no sólo sociológica, estaría más en el campo psicológico. Te animo Mónica a una segunda parte que trate este tema desde tu especialidad.