Tras el recuento de ayer, sorprendente para muchos, es la hora de los análisis y nosotros proponemos como comentario inicial el de un medio –eldiario.es– y el de un periodista que siempre hemos estimado por su profesionalidad por encima de apasionamientos partidistas. Pero aquí tenéis todos la palabra para sacar conclusiones de lo vivido y animar a las próximas etapas por el bien de todas las personas de nuestro estado. AD.
El Gobierno de coalición resiste frente a todos
Pedro Sánchez da la vuelta a una campaña donde el primero en escaños es el gran derrotado: Alberto Núñez Feijóo
Contra todos los pronósticos. Contra el poder económico y la inmensa mayoría de los medios de comunicación. La derecha ha fracasado en su durísima ofensiva para tumbar a un Gobierno de coalición al que dieron por desahuciado y que probablemente se mantendrá en el poder. Alberto Núñez Feijóo no gobernará. Gana en escaños y, por la mínima, en votos. Pero el gran vencedor de la noche vuelve a ser Pedro Sánchez, que de nuevo ha resistido cuando todos le daban por muerto. Y que hoy es el favorito para lograr una investidura que ningún otro candidato puede lograr.
“Que te vote Txapote”, gritaba la derecha. Siguieron haciéndolo en la calle Génova tras el batacazo electoral –entre otros cánticos incómodos para Feijóo, como “Ayuso, Ayuso”–. Y resulta que diez millones largos de votantes progresistas han puesto pie en pared y han logrado frenar a un Feijóo que ya se veía eligiendo el color de las cortinas de La Moncloa, con el apoyo de Vox. No ocurrirá. Feijóo no será presidente. Abascal no será vicepresidente. Y la duda es si el líder del PP aguantará en la oposición hasta el próximo intento, o su propio partido lo apartará como antes hizo con Pablo Casado.
La foto final no da al Partido Popular muchas razones para brindar. Aunque Feijóo sume 47 escaños más, impulsado por la desaparición de Ciudadanos y lo que pesca en Vox. Aunque el PP sea por muy poco el más votado, por menos de un punto respecto al PSOE. Feijóo ya ha anunciado que se presentará a la investidura, aunque sabe que su candidatura no tiene ninguna opción de prosperar.
La derecha ha sido víctima de su propia propaganda. Ha pecado de soberbia, y se ha encontrado de frente con la respuesta de una España mucho más grande que la que representan PP y Vox.
Feijóo debería releer esa Constitución que tanto cita y tan poco parece conocer. Descubriría, probablemente con asombro (artículo 99), que no depende de él si se presenta a la la investidura: lo tiene que decidir el rey. Y también que España es una democracia parlamentaria, donde gobierna quien más apoyos tiene en el Congreso, no quien queda primero en número de votos.
Las posibilidades de una investidura de Feijóo son nulas y en la derecha son plenamente conscientes de ello. Por mucho que algunos hagan las cuentas, no se puede juntar en una misma suma al PNV y Vox, porque la derecha vasca se juega el gobierno de Euskadi ante Bildu en las elecciones autonómicas. Apoyar un pacto así sería un suicidio político para el PNV y los jeltzales lo saben muy bien.
Los últimos dos meses del PP han sido desastrosos, desde una victoria en las municipales que les hizo subestimar a la izquierda. Primero, por sus pactos autonómicos y municipales con Vox. Que han permitido a un montón de votantes progresistas visualizar cuál sería su futuro si se quedaban en casa otra vez. Después, por su nefasta campaña electoral. Ni siquiera le fue bien su aparente victoria en el único debate donde el candidato del PP se dignó a participar. Con las mentiras de ese día, y las que vinieron después, el líder del PP logró algo que parecía imposible: movilizar a una izquierda que parecía dormida, y que no ha estado dispuesta a entregar el Gobierno a una derecha así.
En Sumar, con Yolanda Díaz, retroceden siete escaños y apenas cien mil votos. Pero aguantan la posición con bastante dignidad, en un escenario donde el PSOE ha logrado sumar casi un millón de votos más. Es un buen resultado, teniendo en cuenta cómo les ha ido a otros partidos de izquierda, como ERC, en este escenario donde las alternativas de gobierno eran solo dos: o Sánchez o Feijóo.
La campaña de Yolanda Díaz ha ido de menos a más. Empezó cojeando, con la nueva coalición tocada por las heridas internas que dejó la compleja negociación de las listas. Pero después se recuperó buscando el cuerpo a cuerpo con Feijóo. Y en los trackings electorales –que se han seguido haciendo esta semana, aunque no se publicaran– fue determinante su participación en el debate a tres del miércoles pasado. Donde Díaz fue sin duda la mejor.
Pero no todo son buenas noticias para el Gobierno de coalición. La investidura no será nada fácil. Pedro Sánchez no tendrá problemas con EH Bildu, que esta vez estará en el sí. Tampoco con ERC, que no se enrocará en imposibles porque saben que una repetición electoral donde a ellos se les perciba como parte del bloqueo les puede ir peor. Pero dependerá de algo que ahora mismo no será fácil: la abstención de Junts. Carles Puigdemont es hoy el hombre que puede decidir si hay Gobierno o vamos a otra repetición electoral.
La segunda mala noticia es que ya no hay una mayoría progresista en el Parlamento español. Porque ni el PNV ni Junts son progresistas, aunque tengan aún más difícil pactar con el PP y con Vox. La posibilidad de avances legislativos, si se logra la investidura, será más lenta que con el Congreso anterior. Y a esto se suma un problema más: la mayoría absoluta del PP en el Senado, que les permitirá retrasar cada proyecto de ley. Si es que esta legislatura logra empezar a andar.
Lo llamarán “gobierno Frankenstein”. Ya lo hacen algunos. Pero de quienes se burlan es de los españoles, de la pluralidad de un país que no refleja la mayoría de la prensa de Madrid.
Pero los votantes progresistas han logrado hoy una gran victoria moral. Porque la próxima vez que casi todos los pronósticos, casi todos los sondeos y casi todos los medios de comunicación den por muerta y enterrada a la izquierda, habrá muchas personas que desde hoy recordarán que la mayor mentira de unas elecciones es dar por hecho que todo está escrito, y que no sirve de nada votar.
Yo creo que el independentismo está en horas bajas, al menos por lo que se aprecia de las ultimas elecciones, quizá sea por cambio de ciclo, por las nuevas generaciones y los inmigrantes, que tiene otros intereses y vislumbra el futuro de forma distinta. En Euskadi no creo que triunfara un voto a favor de la independencia, ni siquiera entre los votantes de PNV, que somos más tradicionalistas, con raíces más vascas.; ni de Bildu que tiene una amalgama de ideas de lo más diversas y dispares.
Yo creo que tener la posibilidad de hacer un referéndum en el cual, de manera contrastada, con los estándares internacionales y bajo el principio democrático, se pueda decidir el futuro es un derecho que nos asiste, aunque no lo acepte una Constitución demasiado rígida. Creo que es de lógica que el referéndum se realice en el territorio y por los ciudadanos de ese territorio. Aunque ya digo que aquí, salvo las patochadas de Otegui para tener contenta a parte de su parroquia, nadie se platea ni siquiera un referéndum.
No estoy yo muy seguro de que esté en horas bajas o más bien que está decepcionado y resignado pero si se le da la opción de despertar, despertará.
Al menos, estoy seguro de que eso es lo que piensan los líderes independentistas.También creo que el, PNV a día de hoy no se plantea un independentismo. Con el concierto vasco a tope, ya tiene más autogobierno que el que nunca soñó y a fin de cuentas, los del PNV son de derechas y saben que fuera de España (Y de la UE porque hay que desengañarse si Euskadi o Catalunya se independentizan el veto de lo que quede de España, donde el gobierno que hubiera permitido el referendum, iba a caer estrepitosamente y el nacionalismo exacerbado en contra de los secesionistas ganaría de calle (Esto lo sabe hasta el que asó la manteca), a la entrada de los dos países indepiendientes en la UE sería automático y contaría con el apoyo del resto de países donde haya alguna veleidad separatista (Bélgica con la lucha eterna entre valones y flamencos, Francia con los corsos, Italia con los sardos, Austria con los nostálgicos del Reich alemán, Polonia con los prusianos, etc… Hay demasiado independentismo en la UE, aunque esté dormido. La injerencia rusa allá donde la estupidez gobernante se lo permita como en Hungría).
No lo iban a tener fácil para sobrevivir fuera de la UE y del mercado español, que hoy en día es el 90% del mercado de las empresas catalanas y vascas.
Eso es lo que no dicen los nacionalistas. Pero no es difícil darse cuenta. La Caixa ya no tiene sede social en Catalunya y el goteo de empresas que se marcharon fiscalmente fuera por causa de la declaración unilateral de independencia ha sido evidente para quien lo ha querido ver, que no son los partidos independentistas.
Yo soy de los que piensa que no tiene sentido, retener en contra de su voluntad a quien no quiere pertenecer a un sitio. Repito que si yo votara en ese referendum, no votaría en contra, si acaso votaría en blanco y que se suiciden si lo quieren. Lo único que me hace dudar son los amigos que tengo en esos territorios, que iban a pasar hambre, y un par de negocios que tengo abiertos en Catalunya y que no se como evolucionarían en ese caso. Pero no son tan vitales que me quiten de comer, por lo que si no se dan, pues como Job: “Lo que Dios me dio, Dios me lo quitó”.
Esta es la patata caliente del hipotético gobierno Sánchez. No se si la podrá resolver, aunque me temo que en vez de hacer lo razonable (Que luego diré que es lo que me parece razonable), hará lo de siempre. Dar un paso hacia delante sin pensar en las consecuencias que si acaso pasa algo ya lo resolveré con mi cara bonita.
Pero lo tiene difícil. Aunque la sensación de Yolanda Díaz en la campaña ha sido la de ser un bonito florero (Ayer Glez. Faus le dedicó un artículo en RD sobre su forma de vestir “muy poco de izquierdas” que tomado de forma irónica, que no se si es lo que pretende Glez. Faus o va en serio), en su programa lleva el referendum de autodeterminación catalán y vasco. No es que sea muy relevante porque todos los políticos demuestran que los programas suelen estar para no ser cumplidos pero la próxima vice de Sánchez no estaría incómoda con ello.
¿Qué es lo que yo considero razonable? Seguro que no os resulta extraño que piense yo así. Pues lo más lógico sería que los dos grandes partidos decidieran desatarse de extremismos y nacionalismos y pactaran un gobierno, el más fuerte de la historia, que con las últimas elecciones sería de cerca de 260 diputados (Seguro que CC y UPN se suman a esta idea). Eso es casi los 3/4 del hemiciclo y estoy seguro de que si se repitieran elecciones y se diera esa posibilidad, el porcentaje sería aún mayor.
Porcentaje para cambiar la Constitución y eliminar anacronismos. modificar la ley electoral para que los nacionalistas tengan menos influencia (Aunque eso le diera más presencia a VOX y SUMAR que se presentan en toda España, pero que sería más justo), proporcionarnos 4 añitos de estabilidad económica y social y mejorar la democracia en un país que necesita un buen lavado de cara de las reglas del juego.
Eso sería como plantar una nueva “Legislatura Constituyente” o mejor dicho “Re-Constituyente”, palabra maravillosamente polisémica y que sirve tanto para significar el hecho de “tomar fuerzas” para un país agotado, como para re comenzar la etapa constituyente de esta democracia que, a pesar de ser joven, está dando síntomas de estar enferma.
Se que es una utopía (Y que muchos, ni siquiera compartiréis mi afirmación de que es lo razonable) y que con el Sánchez y el Feijóo de ahora (Y menos con Ayuso, que es como Sánchez pero azul) es imposible; pero no se me marcha la esperanza de que en ambos partidos aparezca el líder o la líder con sentido común que les haga cambiar de opinión a los actuales líderes y les anime a cenar juntos y llegar a acuerdos por el bien de España y no por el bien de sus acólitos.
Se que este comentario, no tiene ni la difusión ni la importancia como para que sea seguido por nadie, pero pienso estar atento y si alguien, más importante que este humilde atriero, pone de manifiesto la posibilidad, pienso manifestarme con el… o ella.
Ya lo dice la Biblia. ” La piedra que desecharon los arquitectos es ahora la piedra angular” Lo que viene al pelo a Puigdemont. Y si el socialismo tuviera lo que hay que tener, no tendría inconveniente en propiciar un referendum en Cataluña, porque con los números que han dado, tiene todas las posibilidades de ganarlo.
La desinformación, como la ignorancia. hacen mucho daño. Son los socialistas el alfil del independentismo en Cataluña. Por ceñirme a los dos cabezas de lista, Illa, el ministro de sanidad (licenciado en filosofía) y Meritxell Batet. Los dos son firmes defensores del referundum. Pese a que la misma Batet votó el supuesto derecho a la autodeterminación aplicado a determinadas zonas de España, los socialistas lo pusieron al frente de las Cortes.
Illa, por su parte, acaba de aplaudir la eliminación de la Alta Inspección en Educación del Estado y la imposición de la inmersión absoluta que acaba de condenar el Tribunal Supremo de Cataluña.
Los Maragall, respetemos a Pascual por su alzheimer, eran separatistas. Ernest, el candidato a la alcaldía de Barcelona ahora por ERC, era consejero socialista de educación en el tiempo en que Montilla, otro Rufián de sentimientos, era presidente de la Generalidad. Fue Montilla quien empezó a oponerse al cumplimiento de las sentencias del TSJC y el que encabezó la protesta contra la sentencia del TC a propósito de la reforma del Estatut, ese que admitiría a ciegas, tal cual lo dijo, Zapatero.
No soy politólogo, pero el éxito del socialismo en estas elecciones generales, rotundo, se debe a que lo mismo los de Esquerra que los de Junts, no sé si también la CUP, saben que son tan separatistas como ellos. De ahí el habitual trasvase de renombrados socialistas a las filas de Esquerra, incluso de la antigua Convergencia.
Dígase lo mismo de Sumar. Sumar, con menos hipocresía, ha incluido en su programa electoral el derecho a la autodeterminación.
Lo que aquí se sabe es que primero hay que crear la atmósfera. Es decir, normalizar la traición a España, que en eso son maestros los socialistas. Secretarios generales del PSC y consellers se han pasado con armas y bagajes a las filas independentistas o siguen bajo las siglas socialistas sirviendo los intereses secesionistas. Baste por muestra a Nadal, actual conseller con Aragonés de Universidades, que fue secretario general del PSC.
La traición, que es un forma de injusticia, está en el ADN del sanchismo como hemos visto en estos cuatro años. Lograda ser considerada mera estrategia política, exenta de connotación moral, irá a más. No hace falta ser agorero para ver nubarrones en el horizonte. La historia suele ser muy dura con los países apáticos con la misma.
Eso mismo pensaba Cameron en Gran Bretaña con el Brexit y se la tuvo que envainar con gran decepción por su parte.
Además, el problema del referendum no es el referendum en si mismo. A mi, si se hiciera un referendum en toda España y saliera que se independizan en los dos territorios, es decir saliera independencia en todo el territorio español y en el catalán, yo no tendría inconveniente en la independencia.
El problema, en mi opinión, es retirarle a los españoles (A todos los españoles) el derecho a decidir sobre un territorio que, hoy en día, forma parte de su país.
Soy consciente de que habrá quien no piense así (Estoy seguro de que María Luisa no estará de acuerdo conmigo); pero creo que más de 700 años de historia común requieren que todos podamos tomar parte de ello. Y lo mismo yo votaría independencia catalana. Nunca me ha gustado imponer mi presencia a quienes no la quieren, en especial cuando uno trata de hacerles ver su equivocación (A mi juicio se arruinarán si desconectan del Estado Español, y así será en caso de independencia, no tengáis la más mínima duda) y persisten en su criterio. Por ejemplo, estoy seguro de que mi empresa (Yo no pinto nada en ese tipo de decisiones) cerraría la Delegación de Cataluña y mandaría a cerca de 30 personas al desempleo.
Yo entiendo poco de política, tampoco tengo afinidades ideológicas, a pesar de que mi familia y mi pareja tienen una vinculación con un partido político. Como nacida y residente en una comunidad peculiar, me preocupa la situación de inestabilidad que se avecina, la realidad es que es muy difícil, por no decir imposible, la gobernabilidad del Estado, como también lo veo complicado en mi país, con vistas al año próximo que tenemos elecciones. Las conclusiones?, un partido político tuvo la victoria, otro la derrota, se evitó un gobierno con la extrema derecha, y el futuro imposible, en el estado español estamos poco concienciados a tener acuerdos que no sean estrictamente ideológicos. La situación económico es mala y el próximo año vendrán las restricciones y las imposiciones de gasto desde la Unión Europea. En cuanto a los pactos no veo que sean posibles, el PP lo tiene difícil, el PSOE también, y lo digo por la correlación muy diversa de grupos políticos en el Congreso y una mayoría absoluta del PP en el Senado, por otro lado la casi totalidad de las comunidades autónomas y los principales ayuntamientos están gobernados por el PP. En mi comunidad tenemos la llave de la gobernabilidad, como en otras ocasiones, y sobre todo el partido mayoritario que gobierna la comunidad con sentido común y cuya gestión en años ha sido excelente. En el PP falta sentido de estado, haber reconocido las peculiaridades de los países que forman parte de estado y su derecho a decidir, también una mayor apertura a los cambios sociales y culturales, quitarse ese estigma de conservadurismo rancio y católico, ser un partido que gestiona bien y para todos la economía y las libertades, y lo digo porque también tiene, el partido político al que voto en mi comunidad, algún fleco de catolicismo arcaico. Por lo que oigo desde hace tiempo, por lo que me dice mi pareja, que sí está metido de lleno en política, los gobiernos de coalición con el partido socialista aquí en la comunidad y en los ayuntamientos han sido un fracaso y perdida de votos, no quieren volver a apoyar a Sánchez tampoco en Madrid, y menos a unos meses de las elecciones autonómicas, tampoco veo un acuerdo con el PP, aunque sí darían los números, en base a un acuerdo económico y de financiación, tampoco es posible, por la complejidad parlamentaria, que Just forzara a Sánchez un referéndum que se extendiera a las dos comunidades históricas, por lo que lo más seguro es que se repitan las elecciones.
Llaguno, ya te dije hace unos días que, siendo tan inteligente, no te pegaba estar con un PP mientras que éste tuviese que gobernar con VOX. Haces un buen análisis de lo que el PP debiera haber hecho o debiera hacer con dicho partido. Haces unos razonamientos muy acertados, porque, mientras exista VOX, el PP tendrá que sacar o conseguir los escaños suficientes por si solo para poder gobernar. Lo que no comparto contigo es la creencia de que Sánchez vaya a conceder un referendum independentista. Eso sí, tiene difícil la investidura. Ya veremos.
Se puede ser le PP y demócrata, ¡faltaría más!, como tú lo estás demostrando. Sin insultar ni degradar a quienes no votaron lo que tú aunque se pueda criticar y opinar sobre las ideas. Eso se llama democracia.
Saludos cordiales.
No le queda más remedio, Ana.
Se lo van a exigir ER y JxC y sin ellos no gobierna.
Eso o nuevas elecciones y ahí, puede pasar de todo.
No estoy encantado, pero sí contento. Parece que no hay otra manera de aprender de la diversidad política de España: a trompazos. No es el mejor modo, pero mientras haya tanta gente que dice: “toda España quiere…”, ya se sabe, elecciones y otro trompazo. (Por cierto, Valderas, sobre el hilo Curas “rojos”… Observarás que tiene un solo comentario, el tuyo. La gente de Atrio es muy sensata y paciente. Todo tiene un límite y el silencio es la única respuesta a la barbarie entre hermanos. Todo tuyo). Pero paz y bien. Vuelvo al silencio.
Me basta con que usted lo haya leído. Era mi intención. Como supongo que lo habrán hecho otros de su misma orografía, física o mental.
Me produce grima la palabra progresista. Me produce grima porque es la palabra nacida en un contexto comunista, en el totalitarismo marxista, para celar lo que realmente es el progreso, que es el avance de la igualdad, del respeto a la persona, a la familia y a la sociedad. Carrillo no soltaba de los labios lo de las fuerzas progresistas, y consideraba que las suyas, las que reventaron el ansia de libertad de Hungría, acabaron con la primavera de Praga y cercenaron las libertades allí donde han gobernado. No voté a la izquierda, porque no voto a los que matan. Con pistolón o con guante blanco. Con nueve milímetros parabellum. No voto a esos ni a los que han recogido las nueces, como son los de Sumar y el PSOE. Las nueces se llaman votos. Son las monedas de los traidores. Hay fotos que son puntos de inflexión. Dos no olvidaré nunca. La mirada temblorosa de Angel Blanco en el ayuntamiento vasco del que era concejal por si desde algún rincón salía algún “gudari”. Nada debe provocar más solidaridad ni más compasión que ese animalillo acorralado por las fieras. No lo olvidaré nunca.
Otra foto que no se me quitará de la mente es la celebración de los Goya de un año especialmente vergonzoso para España. Familiares de las víctimas se hallaban en la entrada del local de la celebración, solicitando firmas de asentimiento a sus quejas. Ví pasar despreciativo a la plana mayor de la progresía cinematográfica. Veo las caras, una a una, empezando por Bardem y siguiendo por todo el resto. Aquello resultó doblemente hiriente porque era miccionarse en la cara de las víctimas. Era un comportamiento genuinamente progresista, mostrado por gentes progresistas.
Cuando no es la muerte y sus secuelas, no olvido tampoco la pandemia y su culpabilidad directa en varias fases y medidas de la misma, la izquierda actual le ha tomado gusto a la traición. Hasta el punto de que se ha “normalizado”. Nadie pone en duda de que si Sánchez necesita a los separatistas les dará cuanto les pida. Además, ya sin tapujos, como una “medida política necesaria en el quehacer político”.
No me gusta entra en la política menuda, sino en el aspecto moral. No voy a comentar, por tanto, el porqué de estos o aquellos votos, de estrategias. A mi edad eso es secundario. Lo central es que el olor de la destrucción de la persona, de la familia y de la sociedad les seduce con mayor intensidad, convertido ahora en cloroformo de la sociedad. ¿Qué será de una patria en manos de sus enemigos, cómo reaccionará la sociedad sensible ante tales leyes inmorales sobre la educación, la familia? Eso es lo que importa. Y la experiencia y el conocimiento me dicta que hemos iniciado una pendiente inicua en manos de gentes sin principios, ni cortapisas alguna. Esa es mi sensación esta mañana. Tras oír a Otegi, Sánchez, Díaz, la de Junts, el del PNV y Rufián, el haber oído a traidores donde los haya. Sin freno en su aniqulación de los valores. Y haber leído la prensa adormecido. No enjuician la moral subyacente. Dan por normal esa pérdida de la distinción entre el bien y el mal. Perdidos en combinaciones poselectorales, han internalizado que el mal eno existe, sino que es un “asunto de política”.
Da igual, José María
Votaste. Votamos. Salió lo que salió.
Y lo decente y democrático es aceptarlo.
Lo demás son excusas y no de buen pagador.
¿Dónde he dicho que no aceptaba el resultado? Por cierto todavía están por llegar los votos de profesores españoles en el extranjero y otros profesionales de excelencia. Qué manía tienen algunos de atribuirme cosas que no sólo no he dicho, sino que ni siquiera he pensado. Mi reflexión va por otro cauce: la moral de la situación, no moral de situación. Por eso hablo de traición a la patria y del relativismo moral de la prensa, oral o escrita, incapaz de juzgar críticamente un descalabro nacional. Donde por descalabro entiendo el hundimiento de la ética social, que reitero por enésima vez es lo único que realmente me interesa.
No he dicho que no lo aceptes, sino que lo decente y democrático es aceptarlo.
Y que quien no lo haga está haciendo excusas de mal pagador.
Sólo tú puedes saber si lo aceptas o no. Yo ni siquiera te lo he preguntado.
No soy de los que se escaquean, pero dejando aparte que Ignacio Escolar nunca fue santo de mi devoción, debido al partidismo con que escribe, es muy pertinente hablar del resultado de las elecciones.
Lo más fácil para la derecha es hacer lo que están haciendo: Vox ya ha salido echando las culpas a un PP porque según el intelectual de Abascal, el PP debería haber hecho seguidismo voxero para no perder las elecciones y el PP sale con la típica excusa del mal estudiante: “Yo he ganado pero me tienen manía” y eso no lleva a ningún sitio.
Escolar dice una cosa bien cierta. En España no se puede dar por muerta a la izquierda hasta que está bien muerta y enterrada, porque tiene la costumbre (Y en eso Sánchez es un experto) de resucitar o mejor dicho de no morirse nunca (Permítaseme esa licencia tan fúnebre).
España es un país de izquierdas. 40 años de franquismo han hecho que cualquier cosa que huela al dictador tenga menos futuro que un submarino descapotable. Para que gobierne la derecha se tiene que dar una de estas 2 cosas (O incluso las dos): Que la izquierda haya sido tan desastrosa que sus votantes pasen vergüenza por votarlos y prefieran no votar y que la situación económica sea tan horrible que se necesite “un gestor” y entonces llamamos al PP para que lo arregle, que ya lo echaremos cuando toque. En este caso, yo creía de corazón que se daba la primera de las condiciones y debía ser verdad relativamente porque por eso el PP es el más votado y por eso arrasaron en las municipales; pero… ¿Qué ha cambiado de las municipales a las generales para esta diferencia? Varias cosas.
En las municipales y autonómicas no había nacionalismos, es decir se votaba en las regiones españolas donde no hay reclamaciones nacionalistas y los ayuntamientos tienen un carácter más local donde se vota a la persona y no al partido y hay multitud de pequeños partidos que hacen diferente la votación.
Y luego no es lo mismo un dirigente sin complejos que admite ser quien es (Como el propio Sánchez, por supuesto) que otro con complejos y que reconoce no querer hacer lo que va a hacer. Si tu no quieres hacer lo que vas a hacer, ¿Por qué tengo yo que darte mi OK?
Reconozco que hacer ahora “predicciones” sobre el pasado es jugar con ventaja. Yo también creía, como Feijóo, que las elecciones estaban ganadas y me resignaba a que gobernasen con VOX. Mejor eso a que Sánchez siguiera haciendo lo que hacía. Pero no es verdad.
Si el PP quiere ganar unas elecciones (Y se que ,muchos no quieren que eso ocurra) tiene que aprender de Sánchez, aunque duela.
Aprender ¿Qué? En primer lugar que si tienes que recurrir a compañeros de viaje inconvenientes n puedes admitir que lo son. Si no te queda más remedio que gobernar con VOX, admítelo; dale valor; quítale hierro; no admitas el argumento del contrario. Es lo que ha hecho Sánchez con Díaz. Díaz no es menos comunista, ni menos “peligrosa” que Iglesias, pero Sánchez jamás lo reconocerá. Para él es la mejor compañera de viaje que pueda encontrar.
Y si es tan desagradable como compañero de viaje que no puedes soportarlo, elimínalo. Como Sánchez. A ver si ahora nos vamos a creer que las defenestraciones de Pablo Iglesias, Irene Montero y Echenique, han salido de la cabecita de Yolanda Diaz (No digo que no lo haya hecho con sumo placer. Eso es otra cosa). Son la condición de Sánchez para “blanquear” a Podemos.
Señor Feijóo, si no le gusta VOX, acabe con él. Fagocítelo. Elimínelo. Deshagase de ellos.
No es tan fácil, dirán. Ya. pero no hay otra.
El PP nunca gobernará en España si sigue teniendo que hacerlo con un Neardental al que además no se corta en mostrar su desafecto.
A mi ya me gustaría que VOX no se presentase o que fuera tan poco relevante que no fuera molesto, pero está ahí y si no lo quieres contigo solo podrás gobernar sin él.
¿Y ahora qué?
Para empezar, el gobierno de Sánchez no será fácil. En primer lugar porque la coyuntura económica está cambiando y la economía española, cuando falten los fondos europeos (Que faltarán) irá como una moto gripada y no hay nada que cambie más el pensamiento de las personas que los agujeros en la cuenta corriente.
Y en segundo lugar, porque Sánchez necesita al independentismo para gobernar y le van a exigir el referéndum y Sánchez se lo dará. ¿Qué pasará en España si Sánchez convoca un referéndum exclusivamente en Cataluña sobre la independencia? Yo lo tengo claro. Si gana el independentismo habrá un problemón; pero con el tiempo España habrá ganado en paz y tranquilidad política y Cataluña (Y lo mismo País Vasco) habrán perdido en prosperidad económica. No tengo nada claro lo que yo votaría de ser un referéndum en toda España. Es posible que votara porque nos dejaran en paz ya que no quieren que vivamos juntos. hay divorcios que acaban siendo una bendición.
No tengo ninguna duda de que Sánchez tratará de sacar otro conejo de su chistera mágica con ambos problemas, al igual que tampoco tengo dudas de que el PP seguirá dando palos de ciego y haciéndole el juego a un VOX que lo único que va a conseguir es perpetuar a la izquierda en el poder.
Pero es lo que los españoles han votado y como buen seguidor del Atleti, tengo que resignarme a que es lo que hay y lo que habrá durante los próximos 4 años. A ver si en las próximas el PP ha acabado con VOX.
Aunque a mi no me guste. Aunque me fastidie tanto tener que dar mi voto a semejantes cretinos.