Publicamos en atrio, el mismo domingo, el ángelus del papa Francisco, con la novedad de su concreta llamada para el cese el fuego ya. Personalmente puse alguna reserva, aun expresando la posibilidad de equivocarme en este complejo tema. Hoy, en cambio, el prestigioso vaticanista Marco Politi, en Il fatto quotidiano, valora extraordinariamente este posición de Francisco. AD.
El Papa Francisco se desvía. En una línea opuesta a la política de escalada militar incontrolada en Ucrania, llevada a cabo por el secretario de la OTAN, Stoltenberg, la presidenta de la Comisión Europea, Von der Leyen, el primer ministro Draghi y el futuro primer ministro Meloni. Su llamamiento, lanzado el domingo, no es un alegato moral, ni una oferta de mediación que nadie le pidió. Se trata de una propuesta de iniciativa política alternativa a la que actualmente sigue Occidente y que conduce directamente a la loca eventualidad de un accidente nuclear.
Francisco puso sus cartas sobre la mesa. Pidió a Putin que detuviera la agresión. Pidió a Zelensky que “estuviera abierto a propuestas de paz serias”. Pidió a los líderes mundiales que se movilizaran para detener la guerra. Pidió un “alto el fuego inmediato”. Destacó tres condiciones para la paz: la soberanía y la integridad territorial de cada nación, los derechos de las minorías y las preocupaciones legítimas. No son expresiones retóricas, son exigencias concretas: trabajar por un alto el fuego inmediato, garantizar los derechos de la minoría rusoparlante del Donbass (en términos italianos esto significa garantizar un estatuto de autonomía como el Alto Adigio), tener en cuenta los intereses de seguridad de Rusia (“preocupaciones legítimas” que se aplican a Estados Unidos en sus fronteras y se aplican igualmente a Rusia u otras potencias).
En las últimas semanas, al reunirse con sus hermanos jesuitas en Kazajstán, el Papa reiteró el contexto general en el que ha surgido el conflicto. “No es una película de vaqueros en la que hay buenos y malos”, no es una guerra entre Ucrania y Rusia, es una guerra de dimensión mundial. Y podría haberse evitado. Estamos asistiendo a “imperialismos en conflicto”. No era necesario que la OTAN fuera a “ladrar a las puertas de Rusia”. Son hechos que no coinciden con la narrativa oficial impuesta obsesivamente por Kiev, Bruselas y Washington. Pero siguen siendo hechos. Un gran realista como Henry Kissinger señaló que la política de Occidente hacia Rusia en las últimas décadas ha sido errónea y que Ucrania no debía ser un “puesto de avanzada” occidental contra Rusia.
En los últimos meses, Occidente ha apoyado a Ucrania con armamento, una valiosa cooperación en materia de inteligencia y ayuda financiera y humanitaria. Con la ayuda de Occidente, Ucrania -con sus fuertes, valientes y decididos soldados- ha logrado tres objetivos: Putin fue derrotado en su designio de tomar Kiev, fue derrotado en su designio de colapsar el país y provocar un cambio de régimen, y finalmente está perdiendo territorios conquistados. Se plantea la cuestión de cuáles son los objetivos por los que hay que continuar la guerra. “¿Para “liberar” Crimea, que nunca fue ucraniana? ¿Romper las riendas de Rusia? ¿Provocar la caída de Putin (que, como todo el mundo sabe, no conduciría a una primavera democrática) y arrojar a Rusia a los brazos de China?
El clima belicoso que circula en ciertas capitales es todo menos racional. Ursula von der Leyen gritando “gloria a Ucrania”, la primera ministra estonia Kaja Kallas haciéndose una foto mientras practica con un misil antitanque Javelin transmiten la imagen de una excitación militarista completamente inconsciente de la extrema gravedad de la situación. Toda guerra es un asunto de costo-beneficio. Europa está entrando en una grave crisis económica. La crisis energética y la recesión llaman a las puertas. En Italia, la inflación se acerca al 10%, la perspectiva de más de cien mil empresas en riesgo de cierre y la posibilidad de cientos de miles de desempleados se ciernen. ¿Para alcanzar qué objetivo?
Occidente no puede limitarse a actuar como un simple portador de equipaje de la política de Kiev. Muchos círculos empresariales empiezan a hacerse preguntas. El empresario supermillonario Elon Musk, que también ha puesto a disposición de Ucrania su sistema de interconexión por satélite Starlink para contrarrestar a los rusos, ha publicado en Twitter (107 millones de seguidores) un plan de paz
- 1. Volver a celebrar elecciones en las regiones anexionadas por Rusia bajo la supervisión de la ONU y dejar que el pueblo decida;
- 2. Reconocer a Crimea como parte de Rusia, ya que lo es desde 1783 (aparte del error cometido por Jruschov);
- 3. Garantizar el suministro de agua de Crimea;
- 4. Neutralidad de Ucrania. (De los 2,7 millones de respuestas, el 41% contestó afirmativamente y el 59 negativamente. Insultado por el gobierno ucraniano, el multimillonario reiteró: en Crimea y el Donbass la gente vota donde quiere).
Musk no es ingenuo. Tiene un gran oído para lo que ocurre en la comunidad empresarial estadounidense e internacional. En Italia, hace algún tiempo, Carlo De Benedetti dijo en la televisión que la continuación de la guerra no era del interés de Europa. Francesco no es el único que defiende la necesidad de un alto el fuego.
En el área del Vaticano, el presidente de la Academia Pontificia de Ciencias Sociales, Stefano Zamagni, publicó un plan de paz articulado:
- 1. Neutralidad de Ucrania y su entrada en la UE;
- 2. Garantías internacionales para la soberanía y la integridad de Ucrania;
- 3. La seguridad de los ciudadanos.
- 4. Rusia mantiene el control de facto de Crimea y la solución final se deja a las partes;
- 5. Autonomía de las regiones de Lugansk y Donetsk dentro de Ucrania;
- 6. Acceso garantizado a los puertos del Mar Negro para Ucrania y Rusia;
- 7. Eliminación gradual de las sanciones occidentales a Rusia;
- 7. Creación de un fondo de reconstrucción para Ucrania en el que participa Rusia.
En esta situación, la decisión de Zelensky de firmar un decreto para “prohibir las negociaciones con Moscú” mientras Vladimir Putin esté al frente, pone de manifiesto su intención de forzar la mano de Europa. Su asesor Mikhailo Podolyak ha respondido a Elon Musk con su propio “plan de paz”, que prevé la retirada de Rusia de todos los territorios, incluida Crimea, y sobre todo la desmilitarización y desnuclearización de Rusia. Un programa de venganza que no parece servir a los intereses de Europa.
Hay imperios cuyo poderío se basa en la guerra, la fabricación y venta de armas, la fabricación de guerras, la reconstrucción de los países destruidos por la guerra, la defensa de la libre competencia mientras los otros no fabriquen cosas más baratas, caso en que se imponen sanciones y otras artimañas por el estilo.
Diríamos parafraseando a Ruben Darío:
Los Imperios codiciosos, se parecen entre sí Arman guerras, venden armas, matan gente…Son así.
Estoy totalmente de acuerdo con Francisco y las soluciones propuestas me parecen razonables. Y opino sobre el tema únicamente porque nos afecta a todos. Esta es una guerra imperialista entre Rusia y USA y no es una guerra local. Siempre me imagino que la convivencia con Rusia para Europa es como vivir al lado de un poderoso dragón temido, pero necesitado porque arroja fuego. Pero todos saben lo que le gusta o no le gusta al dragón y se trata de no incomodarlo manteniéndolo a la distancia. Pero si alguien de fuera viene y rompe este equilibrio, por sus propias razones, que no benefician sino a ellos, así como la OTAN y USA comenzaron con sus sanciones y movidas en la frontera,el dragón aguanta varios años hasta que se aburre y se descontrola.
Y desde el comienzo yo me preguntaba ¿Cuanto tiempo va a esperar Putin para cerrarles la llave del gas? ¿O para lanzarles un par de cohetes atómicos? Por supuesto que esta guerra puede eternizarse y al final alguien asesinará al Dragón, pero el mundo entero habrá caído en una recesión y en un desastre global agudizado por la sequía y otros problemas de inestabilidad política. Y todos habremos perdido, y quizás el ganador será China.
Quizás USA que piensa al estilo vikingo, esté pensando en la reconstrucción de Ucrania y sus riquezas naturales, pero China es el que fabrica los chips…
¿Habrá algún salto evolutivo en todo esto, o volveremos a la caída de los imperios, como en la Edad del Bronce?
Si por casualidad a algún volcán de esos de Indonesia o de Chile cuyas cenizas han desencadenado desastres globales se le ocurre justo ahora explotar, tendríamos que comenzar a vivir de la basura que hemos repartido por todos lados.
Por todo esto, considerando que no hay buenos ni malos, sería lo más razonable respaldar a Francisco en sus proposiciones para ver que podemos rescatar del desastre global.
Ché pibe, te olvidaste de lo principal:
¡Fuera OTAN!
¿Por qué no atacan al ‘quid’ de la cuestión?
Europa va en camino a ser otro ‘Patio trasero‘ de EEUU,
que le venderá la Energía (GAS) que habrán de necesitar, y, ¡a qué precio!