Leandro Sequeiros, catedrático emérito de paleontología cada vez va estando más presente en ATRIO y nos congratulamos por ello. Ojalá que la reflexión sobre los grandes temas de la ciencia y la técnica vayan perfilando esa orientación de futuro con fundamentos firmes que deseamos para el relanzamiento de ATRIO. AD
¿Es lo mismo la planetización de Teilhard de Chardin que el tranhumanismo de Ray Kurzweil y Nick Bostrom?
Una pregunta movilizadora para empezar
Con frecuencia me llegan al correo electrónico consultas de muchos tipos. Hoy he recibido un mensaje de una persona que me dice: “Buenos días Leandro… Soy fiel seguidora y admiradora de Teilhard de Chardin… Me gustaría conocer tu opinión sobre lo que cuenta el doctor Rafael Yuste en este vídeo…Te mando el enlace: https://youtu.be/Qqkw5JxCAmY . Muchas gracias”
Como suelo ser muy curioso, me dispuse a ver el video. Contiene una entrevista con el doctor Yuste, un neurobiólogo español, ideólogo e impulsor del proyecto BRAIN dedicado a la Investigación del cerebro a través del avance de las neurotecnologías innovativas o Proyecto de mapeo de la actividad cerebral. Actualmente su trabajo se ha centrado en descifrar cómo funciona la conciencia y los recuerdos, llegando a alterar experimentalmente “recuerdos” en animales de laboratorio. Esperaba que a lo largo de los 40 minutos de entrevista se citara a Teilhard de Chardin, pero en ningún momento hubo referencia alguna.
La consulta que se me hacía se refería a si las ideas de Rafael Yuste sobre la mente humana coincidían de alguna manera con las de Pierre Teilhard de Chardin. Respondí a mi colega que mi opinión desde hace tiempo es esta: las propuestas de Rafael Yuste se pueden incluir dentro de ese amplio espacio cultural y científico al que hoy se llama el transhumanismo en sus diversas variedades. Mientras que las propuestas de Pierre Teilhard se incluyen lo que él mismo llama planetización.
El transhumanismo en ATRIO
No son muchas las citas al transhumanismo en nuestra revista digital. He encontrados dos entradas. Una es esta: ¿Transhumanismo? firmada por Blas Lara Pozuelo y publicada el 07-julio-2016. Para su autor, el transhumanismo es un movimiento ideológico surgido en la euforia tecnológica de las últimas décadas del siglo XX. Reactualiza el viejo sueño prometeico (Esquilo siguiendo un antiguo mito griego): el hombre que se quiere liberar de las servidumbres de su especie. Un hombre nuevo, un Uebermensch. Zeus castigó al insumiso Prometeo a ser encadenado mientras que un buitre le devora el hígado. ¿Tendremos que pagar muy caros los sueños locos de la ciencia y la tecnología contemporáneas, por sus consecuencias hoy imprevisibles? ¿Jugaremos de nuevo a los aprendices de brujo, como con la energía atómica? ¿Y si hubiera quizás en España un demasiado ingenuo optimismo respecto a los aportes de la ciencia y la tecnología?
La segunda cita se encuentra en los comentarios al artículo Pasión por el ser humano, firmado por Antonio Duato, publicado el 16-septiembre-2021. El autor dice que “En el momento álgido del Debate sobre No-teísmo en que nos encontramos en ATRIO, nos llega la noticia de que el papa Francisco ha escrito el prólogo del libro “La verdadera Europa, identidad y misión” de Joseph Ratzinger. Alguien verá en este titular una confirmación de la debilidad de Francisco y de su inaceptable irenismo con las ideas de su predecesor. Yo he ido tras los titulares y me ha parecido genial que Francisco siga avanzando en sus propuestas de reforma con diálogo, sin polarización de tendencias y reafirmando todo lo que sea válido para apoyar el propósito último de su pontificado: Su pasión por el ser humano”.
En el comentario que hace Román Díaz Ayala (2 octubre 2021), comenta: “¡Hola, Antonio! Evolución inteligente no es que sea una frase acuñada, pero sí un pensamiento recurrente. Tiene dos connotaciones. Una de ellas pertenece a la antropología y la otra obedece a la New Age. En las ciencias humanas se entiende como el progreso cultural protagonizado por el ser humano. Hablamos, pues, de evolución cultural que nos hace más hábiles, inteligentes e informados que las generaciones que nos precedieron, aunque no sea de forma lineal, sino con todos los avatares de la historia. Hablamos de la inteligencia que se cultiva mediante el estudio y el aporte social. En la New Age viene a significar la impronta humana de mejorarse a sí mismo, ya sea mediante la exploración y cultivo de las espiritualidades (nuevas espiritualidades que se alejan progresivamente de nuestra tradición judeo-cristiana). Pero adquiere otro significado en el “transhumanismo” (el subrayado es mío). Aquí el ser humano se apodera o adueña de la evolución biológica para “mejorarse” a sí mismo mediante la tecnología y la cibernética. La New Age tiene por tanto una tendencia más humanística en el sentido tradicional y otra que salta de la especulación científica a una ficción apocalíptica (para los últimos tiempos, cuando el planeta Tierra deje de ser habitable.)
¿Qué se entiende por transhumanismo?
Recientemente, la revista XLSemanal ha editado un número especial sobre transhumanismo. Se sabe que las ideas fundamentales del transhumanismo fueron planteadas por primera vez hace casi un siglo, en 1923, por el genetista británico J. B. S. Haldane en su ensayo Dédalo e Ícaro: La ciencia y el futuro, que predijo que los grandes beneficios provendrían de las aplicaciones de las ciencias avanzadas a la biología humana (precisamente he pedido el libro y pienso leerlo dentro de unos días).
En particular, Haldane estaba interesado en el desarrollo de la ciencia de la Eugenesia, en la ectogénesis (la creación y la sostenibilidad de la vida en un ambiente artificial), y en la aplicación de la genética para mejorar características humanas, como la salud y la inteligencia. Es decir, la mejora artificial del ser humano.
En la actualidad, un siglo más tarde, un grupo muy numeroso e interdisciplinar ha desarrollado los diferentes aspectos del transhumanismo. Entre los más conocidos por su carácter mediático están Nick Bostrom (Niklas Boström en sueco), que es un filósofo sueco de la Universidad de Oxford, nacido en 1973, y el gran apologeta del transhumanismo, Ray Kurzweil, director de ingeniería de Google.
Uno de los expertos españoles, el Catedrático de Lógica y Filosofía de las Ciencias de la Universidad de Málaga, Antonio Diéguez, escribe en Ethic:
La tecnología como instrumento para mejorar el ser humano, no solo física, sino emocional, mental y moralmente. Esta es la propuesta del transhumanismo. Gracias a la ingeniería genética y al desarrollo de la inteligencia artificial, los cambios que se avecinan son radicales. Pero ¿podremos vivir para siempre? ¿Habrá ética en las máquinas que nos tutelen? ¿El ser humano derivará en una nueva especie? ¿Podremos revertir o al menos detener el proceso de degradación medioambiental del planeta? ¿La tecnología avanzada acentuará la brecha entre ricos y pobres? Antonio Diéguez, catedrático de Lógica y Filosofía de la Universidad de Málaga, y hasta hace poco presidente de la Asociación Iberoamericana de la Filosofía de la Biología, acaba de publicar ‘Transhumanismo’ (Herder), un análisis crítico de este movimiento que focaliza buena parte del debate internacional.
[En el suplemento científico de ABC antes citado hay una reciente entrevista a Antonio Diéguez sobre el transhumanismo bio-tecnológico que dice cosas para estremecer. XL Semanal: Antonio Diéguez. AD]
Podemos decir que el transhumanismo (abreviado como H+ o h+) es un movimiento cultural e intelectual internacional que tiene como objetivo final transformar la condición humana mediante el desarrollo y fabricación de tecnologías ampliamente disponibles, que mejoren las capacidades humanas, tanto a nivel físico como psicológico o intelectual. Sintéticamente, hablan de la mejora individual del humano utilizando técnicas sofisticadas de implementación de las capacidades biológicas. Con frecuencia, son tecnologías invasivas que modifican determinadas piezas biológicas del ser humano, y sobre todo de su cerebro.
Los pensadores transhumanistas estudian los posibles beneficios y peligros de las nuevas tecnologías que podrían superar las limitaciones humanas fundamentales, como también la tecnoética adecuada a la hora de desarrollar y usar esas tecnologías. Estos especulan sosteniendo que los seres humanos pueden llegar a ser capaces de transformarse en seres con extensas capacidades, merecedores de la etiqueta «posthumano».
Según Wikipedia, el significado contemporáneo del término transhumanismo fue forjado por uno de los primeros profesores de futurología Fereidoun M. Esfandiary, que pensó en «los nuevos conceptos del humano» en La Nueva Escuela alrededor de 1960, cuando comenzó a identificar a las personas que adoptan tecnologías, estilos de vida y visiones del mundo transicionales a «posthumanas» como «transhumanos».
Esta hipótesis se sostendría en los trabajos del filósofo estadounidense Max More, quien empezaría a articular los principios del transhumanismo como una filosofía futurista en 1990, y a organizar en California un grupo intelectual que desde ese entonces creció en lo que hoy se llama la Asociación Transhumanista Internacional .
Pierre Teilhard de Chardin y el concepto de “planetización”
En los años 1945-50, tras su repatriación de China por la Guerra Mundial, es cuando Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) se preocupa del Futuro integral de la humanidad. Es entonces cuando la palabra “planetización” la usa Teilhard en repetidas ocasiones. Para Teilhard, los avances científicos de la humanidad están dando lugar a una superhumanidad en la que los saberes y tecnologías se integran y unifican para crear una red común de pensamiento y acción convergente hacia el punto Omega.
Pero el contenido de la planetización está muy lejos del de transhumanismo. En primer lugar, Teilhard nunca habla de mejora del individuo humano mediante técnicas invasivas. En su época no existía este concepto.
Pierre Teilhard de Chardin intuía ya desde el año 1916, desde las trincheras de la primera Guerra Mundial, que la humanidad como un todo se superaría a sí misma. Estas ideas sobre el futuro de la Humanidad y de la convergencia de la condición humana hacia algo superior las fue desarrollando durante cuarenta años. Y a pesar del terror de la crueldad de las batallas, mantuvo una actitud esperanzada. Siempre intuyó que la fuerza más poderosa del mundo es el Amor. Y que la “amorización” (una energía unitiva poderosa) era el combustible de la gran máquina del universo.
Veamos algunos textos: el volumen de ensayos de Pierre Teilhard de Chardin, “El porvenir del hombre”, publicado en francés en 1959 (y con traducción castellana en varias ediciones desde 1962) recoge 24 ensayos (muchos de ellos inéditos en su tiempo) redactados entre 1920 (“Nota sobre el Progreso”) hasta 1955, en la última página de su diario, días antes de fallecer.
Teilhard, que se definió a sí mismo como “Peregrino que llega desde el Porvenir” (escrito en una carta desde el Río Amarillo, 1923), podría ser una luz que ilumine un poco este mundo de tinieblas donde parece que la oscuridad ciega la luz de la esperanza.
El porvenir del Hombre según Teilhard de Chardin
En la obra de Teilhard, ocupa un lugar importante la preocupación por el mundo futuro, las nuevas tecnologías y que sociedad está emergiendo en el proceso de la evolución. De alguna manera, a lo largo de estos 25 años (desde que reemprende sus estudios universitarios hasta su fallecimiento) en el mundo pasaron muchas cosas.
Y en la vida de Teilhard sucedieron también muchos acontecimientos que marcaron su pensamiento, como veremos más adelante: las grandes crisis económicas y sociales tras la primera guerra mundial, su destino a China, las investigaciones con el Sinanthropus, la segunda guerra mundial, la invasión japonesa, la repatriación, el exilio en Estados Unidos, sus contactos con la UNESCO y sus achaques de salud.
Por ello, la pregunta sobre el porvenir del Hombre tendrá muchas respuestas, unas optimistas y otras pesimistas. Pero en época de crisis, como la nuestra, pueden iluminar nuestro camino.
Podemos decir que la síntesis más ajustada de Pierre Teilhard de Chardin sobre el futuro de la humanidad esté en este texto. “Vida y planetas ¿Qué acontece en este momento sobre la Tierra?” Pertenece al texto de una conferencia pronunciada en la Embajada de Francia en Pekín el 10 marzo de 1945. Es un texto denso, bien elaborado que conocemos gracias a que fue publicado en 1946 en la revista de los jesuitas, Études. En la tercera parte de su discurso, “posición presente de la humanidad: la fase de la planetización”, leemos: “Cuando se abre un libro, que trata científica, filosófica o socialmente del porvenir de la Tierra (sean sus autores Bergson o Jeans), inmediatamente sorprende un supuesto previo común a la mayoría de los autores (con excepción de algunos biólogos). Explícita o implícitamente, estos libros hablan como si el hombre hubiera llegado a un estado de humanidad definitivo y supremo, que ya no podrá superar; lo cual equivale a decir que, puesto que con el homo sapiens, la materia ha alcanzado sobre la Tierra su máximo de centro-complejidad, a partir de ahora, se habrá detenido sobre el planeta el proceso de “súper-moleculización”.
Y prosigue: “En realidad, la idea, la esperanza de una planetización de la vida es mucho más que una especulación biológica y mucho más necesaria en nuestro tiempo que el descubrimiento de una nueva fuente de energía. Es esa idea la que puede, la que debe, traernos el fuego espiritual, sin el que todos los demás fuegos materiales (encendidos con tan gran trabajo) pronto se apagarían sobre la superficie de la Tierra pensante: la alegría de la acción y el gusto por la vida”.
Y más adelante: Esta hipótesis de una maduración y un éxtasis humanos tal vez parezca tanto o acaso más osada, que la idea de una “planetización” de la vida. Y sin embargo, se sostiene y se refuerza mediante la reflexión. (…) Y en todo caso, es la única, entre todas las suposiciones, que podemos hacer acerca del fin de la Tierra, que nos abre una perspectiva coherente, en donde convergen y culminan las dos corrientes más poderosas de la conciencia humana: la de la inteligencia y la de la acción, la de la ciencia y la de la religión.
Y resume Teilhard: “
Esto no es sino decir que, la “planetización” de la humanidad supone, para realizarse correctamente, además de una Tierra que se aprieta, además del pensamiento humano que se organiza y se condensa, todavía un tercer factor: la ascensión de un centro cósmico psíquico en nuestro horizonte interior, un polo de conciencia suprema, hacia el que converjan todas las conciencias elementales del mundo, y en el que puedan amarse: la ascensión de un Dios. Y aquí es donde nuestra razón descubre, en correlación y en armonía con la ley de la complejidad, una manera aceptable de imaginar el “fin del mundo” [1945 (10 marzo) Vida y Planetas. V, V. El porvenir del Hombre (PH). Taurus, Madrid, 1962, Ensayistas de Hoy, núm. 26. páginas153-170. Publicado en Études (1946)]
“Un gran acontecimiento que se perfila: la planetización humana” (1945)
Este problema de la “planetización” sigue bullendo en la mente de Teilhard. En una línea similar al texto anterior, es este ensayo fechado en Pekín, el 25 de diciembre de 1945: “Un gran acontecimiento que se perfila: la planetización humana” (1945). Posteriormente fue publicado en los Cahiers du Monde Nouveau de agosto-septiembre de 1946. Está estructurado en un sumario, una introducción y cuatro partes.
Para Teilhard, “se puede observar, cada vez más distintamente, la realidad y la importancia de un solo y mismo acontecimiento de fondo: la ascensión de las masas, con su corolario natural: la socialización humana.(…) La extrapolación de esta ley de recurrencia nos permite entrever un estado futuro de la Tierra en el que la conciencia humana, llegada al término de su evolución, alcanza un máximo de complejidad, y en consecuencia de concentración por “reflexión total” (o planetización) de sí misma, sobre sí misma (…). Despertar al sentido de esta economía profunda y permitir a la colectivización humana superar la fase actual, para entrar por fin en su fase libre; fase en la que los hombres, reconociendo que son elementos solidarios de un Todo, lleguen a amar los determinismos, que los aprietan entre sí. Entonces, las fuerzas de la coerción serán sustituidas por la unanimidad de las afinidades y las simpatías”.
“La única interpretación posible: una super-organización de la materia en torno a nosotros”
Prosigue Teilhard: “Para comprender lo que significan, lo que “quieren de nosotros” las fuerzas mundiales de colectivización, es preciso partir desde muy arriba, y considerar en su más amplia generalidad las relaciones orgánicas, que surgen en el Universo: conciencia y complejidad. (…)
“A nuestro alrededor, la envoltura pensante de la Tierra, la “Noosfera” multiplica palpable y materialmente sus fibras internas, estrecha sus redes, y simultáneamente, sube su psiquismo interior, se eleva su temperatura. Imposible engañarse con estos dos signos asociados. Bajo el velo, bajo la forma de la colectivización humana, la súper-organización de la materia continúa su marcha hacia adelante, sobre sí misma, con el efecto habitual y específico de una liberación de conciencia”.
Y concluye:
“Ya una vez, hace centenares de miles de años, en un cerebro llegado al límite de complicación nerviosa, la conciencia llegó a centrarse, y por tanto, “a pensar” y fue la primera “hominización” de la vida sobre la tierra. Una vez más, tras unos millares o millones de años, la misma conciencia puede, y debe, “sobre-centrarse” en el foco de una Humanidad totalmente reflexionada sobre sí misma. En lugar de oponernos inútilmente a los poderes del astro que nos lleva, ¿a qué esperamos para dejar que nuestra vida se aclare y se dilate a la luz ascendente de esta segunda Hominización?”
Conclusión: “Una sola reacción interior lícita: el espíritu de evolución”
Como conclusión de lo apuntado, el concepto de transhumanismo está muy alejado de la mente de Pierre Teilhard de Chardin. Para este- como apuntas sus textos – la confluencia evolutiva de los procesos evolutivos conduce a toda la humanidad (y no solo a individuos concretos) hacia un estado de unidad cósmica ligada por el amor.
Toda la realidad unificada (y místicamente espiritualizada) se planetiza, se unifica, se fusiona y confluye a un punto Omega de unificación.
Para Teilhard,
“Al nivel del Hombre se produce un cambio extraordinario en el curso de la Evolución zoológica. Hasta entonces, cada animal, débilmente separado de sus semejantes, existía sólo para mantener y desarrollar en sí mismo la especie, de manera que, para el individuo, vivir consistía, lo primero, en propagarse. Por el contrario, a partir del Hombre, parece atacar al Árbol de la Vida una especie de “granulación” interna, y hacerle desagregarse por la cima. Al primer contacto de la Reflexión, cada elemento consciente se aísla, y se diría, que tiende, cada vez más, a no vivir más que para sí mismo, como si por la hominización, el “phylum” se pulverizara en individuos, y como si en el individuo “hominizado”, se obstruyera, y luego se desvaneciese el sentido “filético” (….). Así, pues, con tal de que vaya acompañado de un resurgir del sentido “filético”, la colectivización de la Tierra resulta ser un instrumento, no sólo de súper-hominización cerebral, sino de hominización completa. Al interiorizarse, bajo la influencia del espíritu de Evolución, la “Planetización” no puede tener, (como hacía suponer la teoría de la Complejidad), más que un solo efecto: personalizarnos cada vez más, y aun (se podría demostrar llevando hasta el fin sus dobles exigencias de plenitud y de irreversibilidad) “divinizarnos” merced al acceso a algún “Foco Supremo” de convergencia universal”.
“Pero, este “espíritu de evolución”, antídoto necesario y reacción natural a los progresos de la Complejidad en un Mundo en el estadio de la Reflexión, ¿será fiel a la cita?, ¿acudirá a tiempo para que evitemos deshumanizarnos? En teoría, podemos predecir su próxima aparición. Pero, ¿llegaremos a reconocer, de hecho que, alrededor nuestro y en el momento esperado, pueda realmente despertarse en las almas?”
Tras haber entrado en el enlace que nos ha remitido L.Sequeiros expondré una breve reflexión sobre el presente artículo. También en mi juventud leí con auténtico fervor a Teilhard de Chardin por lo que considero de gran importancia todo lo que en la actualidad pueda dar de sí su gran Obra.
Como decía, he tomado algunas notas del enlace y pienso que la relación que pueda tener el concepto de Noosfera con el de Transhumanismo dependerá de lo que se entienda por “trans”. Lo cual a mi modo de ver ese trans no significa ir “más allá” y en nuestro caso ir más allá de lo humano, sino que ese “trans” denota transversalidad y, por tanto, transversalidad dentro de la propia estructura de la mente humana. Que precisamente es donde se centra toda la complejidad.
La mente es compleja, es decir, su carácter de complejidad no le viene de ese proceso continuo, sugerido ya de entrada y linealmente concebido, sino que dicha complejidad la produce su propia estructuración interna, es decir, de ser consciente de su evolución, que la está capacitando por momentos (estructurales).
Por tanto, así planteado el problema es por lo que pienso que es a partir de esta experiencia la que nos abre a la técnica y a la ciencia sin esperar que estas nos capaciten.
Recibo este correo de un amigo: “Leandro, He leído con interés y gusto tu artículo en Atrio, ¿Transhumanismo o Planetización? Es una pena que no hayas mencionado mis muchas entradas sobre Transhumanismo en varios de mis blogs, ni alguno de mis artículos o conferencias. Uno de dichos artículos publicados en “TEMAS para el debate” es “Quimeras Humanas”, el cual fue muy citado. Te adjunto las notas que utilicé en unas de mis conferencias. Creo que fue en el Congreso Internacional sobre Transhumanismo celebrado en el Colegio de Médicos de Madrid no hace mucho No solo empecé a escribir hace mucho tiempo sobre el tema sino que estoy relacionado con la materia desde sus principios, bastante antes, por cierto, de que Kurzweil publicara sus primeros libros. He conocido personalmente a Raymond Kurzweil y presenté en España, precisamente en Comillas, uno de sus libros, ¿Cómo crear una mente?Anton io Diéguez es bueno y su libros también, pero se ha relacionado con el Transhumanismo hace dos días, mientras que yo estoy con ello desde la década de los 80. Sé que estás ocupado, pero si quieres ver mis posts sobre Transhumanismo solo tienes que entrar en mi plataforma de blogs y buscar Transhumanismo En el Congres Internacional organizado por Cordeiro y celebrado no hace mucho me referí a la cuestión de que ni el Transhumanismo ni el Posthumanismo tratan de los temas relacionados con la conciencia y la espiritualidad. Kurzweil es Ingeniero y presume todo el tiempo de ello, al igual que Cordeiro y otros. El mismo Diéguez se declara un naturalista total, a pesar de ser Catedrático de Filosofía,Si quieres ver mis artículos sobre Transhumanismo solo tienes que entrar en mi plataforma de blogs y buscar la palabra Transhumanismo. https://economiayfuturo.es/ Un fuerte abrazo,” No pongo el nombre. Como veis, acepto las criticas..
Amigo Nacho: Te remito al comentario que hice a tu artículo de 1 de mayo del año pasado, el día siguiente, 2.
En él, doy un análisis de lo que yo creo que es la dinámica del Universo, a la que nos debemos plegar.
Parece mentira, pero de partir del postulado darwinista clásico, de la primacía del azar, y el no determinismo en la evolución del Universo, a creer que el Universo, está regido por un conjunto de Leyes Directrices, que podemos denominar como el “Espíritu del Universo”, que lo impulsa y direcciona, todo cambia diametralmente.
De todas formas, releyéndolo ayer, veo que quizás no se entendió bien la relación entre esa dinámica del Universo, y el tema del transhumanismo.
Todos los males que la moderna tecnología, (como ha pasado siempre con toda novedad), generan en las personas, no son achacables a ella, sino a la situación alienada en que vivimos en estos tiempos. Cualquier cosa que introduzcas en un manicomio, puede ser utilizado de la maneras mas insospechadas, y casi nunca, buenas.
Hace una semana, hacía un comentario-análisis de la crisis existencial, por falta de sentido de la vida, que asola endémicamente a la humanidad, (en el hilo del artículo de Queiruga, Posteísmo y postreligión…, el 3 septiembre 2022, 7:45 am).
En el que señalaba, que la falta de sintonía con el espíritu director del Universo, nos generaba un gran malestar psicológico, que era el origen de toda una serie de conductas patológicas, agudizadas, por el hundimiento en la Modernidad, de las muletas en que nos apoyábamos y nos daban alguna seguridad, (familia, religión, política, pensamiento, y en general la cultura).
Ese, para mí, es el grave problema de la humanidad que tiene que resolver, porque es la causa original de todos los demás graves problemas sociales y personales que nos afligen.
Si no atacamos ese problema de raíz, no servirán de nada, todas las proclamas y discursos que hagamos, como no han servido anteriormente, todos los sermones que nos han echado en el pasado.
Por eso es fundamental, llegar a entender y comprender a ese Espíritu Director del Universo, ese magma o campo físico, “en que vivimos, nos movemos y existimos” (Hech. 17, 28, aunque Pablo cita a poetas griegos).
Y comprenderlo, para sintonizar con él, y vivir así, armónica y vitalísticamente.
Y para poder comprenderlo, el mismo Espíritu del Universo, nos ha dotado por evolución emergente, de una “chispa fractal” del mismo, que es nuestro “espíritu”, plasmado en unos programas neuronales sapienciales que llevamos en nuestra mente inconsciente: los instintos comportamentales hacia los valores de Verdad, Bondad y Belleza o Sintonía con el Universo.
Y esa es la problemática de la vida espiritual: escuchar e interpretar bien ese asistente personal, que llevamos dentro, que Sócrates llamaba su “daimon”.
¿Y qué tiene que ver esto con el transhumanismo?. Pues que este, nos facilitará muchos conocimientos que nos faltan o que tenemos equivocados, y nuestra cultura se depurará de errores cognitivos.
Una de las mayores dificultades actuales de la individuación = maduración personal, (proceso para desplegar nuestra verdadera naturaleza humana), que consiste en lograr hacer consciente lo inconsciente, está en los errores culturales que arrastramos en la mente consciente, por la cultura recibida.
Esta, ante las contradicciones entre su cultura y las intuiciones sabias del inconsciente, se resiste a aceptarlas, y las reprime, para evitar contradicciones que generan mucha ansiedad.
Y con ello, ignoramos la guía de nuestro “espíritu”, con los resultados alienantes que señalaba antes.
Cuando la I.A. aplicada a la mente humana, elimine o minimice, esos errores cognitivos culturales, facilitará extraordinariamente, la síntesis de conocimientos, y la unificación buscada de la mente.
Y de esta forma, se supone que estaremos en el buen camino del Viento Cósmico del Universo, y empezaremos a hacer buenos diagnósticos, y tomar buenas decisiones contra los problemas que nos asolan.
No te comento tu artículo “Ecotecnología o extinción. Un llamamiento urgente a la reflexión”, porque tú te centras en los hechos actuales, (con bastante catastrofismo, por cierto), mientras que yo intento ir a la filosofía subyacente en la realidad, que es el origen de todos esos peligros que ves.
Solo quería hacer un apunte a lo que sugieres de la administración de esa “Ecotecnología”. ¿Quién va a decidir que inventos se implementan y cual no es conveniente hacerlo?. ¿Un Comité técnico, un Comité Central, la Onu y sus enchufados, cada uno con sus ideologías personales?.
Ese planteamiento tuyo adolece de centralismo planificador, propio de estados muy obsoletos y del pasado. Y no tiene en cuenta el pluralismo de pensamiento que caracteriza a la humanidad.
Fíjate que la inmensa mayoría de los grandes inventos de la humanidad, los han creado individuos y empresas, por su cuenta y riesgo, y no la investigación estatal. (Pero esto es ya cuestión de ideología personal, a la que todos tenemos derecho).
Un cordial saludo desde la sana discrepancia.
Isidoro, ¿sana discrepancia? Sanísima y a buena hora.
Peor te diré que sospecho que si no comentas el artículo es porque el artículo, de veras lo creo, es incómodo porque desmonta lo que yo denomino “fechitismo tecnolátrico”, o “fundamentalismo tecnolátrico”.
Y lo que dice el artículo es la punta de la punta de la punta del iceberg. Y lo triste es que ya hay sobrados mimbres (tan fundamentados como ignorados) para crear un corpus integral que lo sistematice (que es uno de mis proyectos vitales para cuando me despeje de otros asuntos), y para que surja un movimiento social.
Hay autores que apuntan en esta dirección como Ortega, Heidegger, Fromm, Silone, McLuhan, Hawking, Joy, Bergoglio, Pigem, Boff, Arregi…y muchos más. Pero mientras no miremos al bicho a la cara, seguiremos engordándolo.
Que la tecnología va a ser poco menos que la panacea es otorgarle hoy a la tecnología el “poder” que de modo fetichista ayer se le dio a la religión. Y, puesto que la historia es circular, “nada nuevo bajo el sol” (Qohelet). De igual modo que avisar de lo que se avecina es ser “catastrofista”, pasó ayer a los que avisaban de los peligros (irreversibles y letales, sabemos hoy) del industrialismo de la modernidad.
Pero de haber sido un poco más abierto a los críticos del mito del progreso, puede que hoy no murieran 300.000 al año por e cambio climático, que la humanidad esté haciendo desaparecer miles de especies, o que, sencillamente, la humanidad se pueda extinguir en pocas décadas.
Pues hoy pasa absolutamente lo mismo con los que vamos queriendo sustituir este “fetichismo tecnolátrico” por una “eco-tecnología“.
Ahora, ¿catastrofista? Cuando a Saramago le preguntaron que si él no era pesimista, dijo: “la que es pésima es la realidad.”.
Así que, los mundos de yupi, para las pelis escapistas de la sobremesa del domingo. La vida es otra cosa mucho mas bella y hermosa, y que hay que defender.
Y para ello URGE abrir los ojos, analizar con valentía, mirar al toro a los ojos y defender a la vida de ese tumor llamado “humanidad”.
Besos a todas y feliz domingo.
Nacho.
PD: A este respecto, te ofrezco a ti y quien quiera, bibliografía seria.
Hola amigos. Sin querer terciar en vuestro intercambio de ideas, os diré que he enviado a ATRIO un extenso comentario al libro DEDALO E ICARO de Haldane y Bertrand Russell. Si Antonio lo publica, aclara..
Amigo Luis, me gustaría apostillar varias cosas a tu comentario sobre el transhumanismo.
Dices, “Un joven sano que esté creciendo todavía, para nada necesita de muletas ni medicamentos ni que se le meta mano en su cerebro”.
Pero tú perfectamente sabes, la de sufrimientos que le causa al humano, las disfunciones y la escasez de nuestra dotación mental. Eso genera concepciones de la realidad equivocadas, lo que lleva a malas decisiones personales, lo que lleva a problemas, y estos a fuertes sufrimientos psicológicos. Y ese círculo vicioso hay que romperlo por el bien de la humanidad.
Luego desconfías porque los científicos “no son místicos iluminados”. Yo por el contrario, creo que los científicos, muchas veces a pesar suyo, son los héroes del mundo.
Hay funciones que son heroicas, como por ejemplo la policía o los bomberos, a pesar de que uno luego pueda ser un h.d.p., (¿y quién no lo es en mayor o menor grado?).
De ellos dice e Libro de la Sabiduría: “Ellos mantendrán la fábrica del mundo, y en la obra de su oficio está su oración”.
Y Salomón, en los Proverbios: “La gloria de Dios es hacer secreta una cosa, pero la gloria del rey (del hombre), es descubrirla”.
Y decía Hugo de San Víctor: “Esta es pues, la tarea de las artes, que aspiran a restaurar en nosotros, la semejanza divina”.
Te preocupa, y con cierta razón, las intenciones crematísticas de los impulsores de esa investigación.
Pero ese argumento es sofístico, porque tratándose de actividades humanas, todas, tienen un interés más o menos espurio, (¡hasta en la monja abnegada que cura las llagas purulentas, puede quizás verse el interés en asegurarse una buena vida futura tras la muerte!).
Ante las buenas obras, lo mejor es aceptarlas y promoverlas, sin entrar en los motivos internos de los que las realizan. Somos de barro y eso es lo que hay.
Dices “El cuerpo humano es sagrado, intocable, si no es para bien y con consentimiento, en individuos sanos”.
Pero esa es una postura anticientífica anti-medicina, que de lo que trata es de tocar el cuerpo, para sanar sus males naturales. Y me hace gracia lo de “con consentimiento”. Es que no solo será con su consentimiento, sino que este tendrá que pagar su precio, o él o el Estado.
¿Quién en su sano juicio, se va a negar a que con un implante, (que pagará en cómodos plazos), pueda ser ingeniero o ¡saber alemán!, sin estudiar un minuto?.
Porque esa es otra. Dices, “El individuo puede progresar consciencialmente y naturalmente, luego progresar en lucidez inteligente, hasta el infinito”. Y digo yo, ¿para qué necesitamos coches y aviones, para desplazarnos, si tenemos un hermoso par de piernas, con las que podemos llegar andando a cualquier sitio del mundo?.
La cualidad principal del ser humano es su inteligencia, y si puede conseguir cualquier objetivo, con menos esfuerzo, no solo es lícito, sino obligado, por inteligente, conseguirlo.
El matemático, informático y autor de ciencia ficción estadounidense, Rudy Rucker, profetizó: “El destino manifiesto de la humanidad, es pasar la antorcha de la vida y de la inteligencia al ordenador”. Y la única manera de no ser desplazados por él, es incorporarlo a nuestra naturaleza, de forma biónica y neural.
Estamos en una nueva fase de la evolución humana, similar a la de los Neanderthal y los humanos modernos. El que quiera seguir siendo Neanderthal, allá él, luego que no se queje de que lo consideran inferior.
Nosotros somos inferiores a lo que serán nuestros nietos y biznietos. Y a mí, no me importa, ellos me representarán a mí también, y su triunfo, será también el nuestro.
No diré que no habrá peligros. Toda la historia del humano, ha consistido en solventar peligros.
Todo empezó, con el descubrimiento del cuchillo de pedernal, con el que se podían matar, cortar y despiezas las carnes y pieles de los animales cazados: un maravilloso útil… que también propició que hubiera navajazos entre nosotros.
¿Abandonamos entonces el cuchillo?. Habrá que adaptarnos a estos peligros, en nuestra convivencia social.
En resumen, tu discurso antiprogreso, es regresivo y apocalíptico. Y si hubo y hay personas que has profundizado en la espiritualidad y su mundo, es porque en su sociedad disponían de un mínimo de cultura, que mejoraba las condiciones naturales ambientales, y eso gracias a la protociencia.
Precaución, toda. Vigilancia, toda y más. Pero actitudes luditas en el tercer Milenio, es algo del siglo XIX.
(Hay un libro muy interesante, de 1997, sobre este tema, “La religión de la tecnología”, de David. F. Noble, con el subtítulo, “La divinidad del hombre y el espíritu de invención”, que considera la labor científica como una forma elevada de trascendencia y espiritualidad, (aunque muchas veces de forma subconsciente).
Al fin y al cabo, la Ciencia es la realización del instinto sapiencial, del Valor Universal de búsqueda de la Verdad.
Un fuerte abrazo.
Yo quiero lanzar un mensaje optimista sobre el futuro tecnológico. Y no por voluntarismo, sino porque hay razones para ello.
Hasta ahora, los cambios tecnológicos que se han ido produciendo, han incidido en algún aspecto importante pero limitado de la condición humana, pero solo han incidido tangencialmente en la naturaleza humana, y sus efectos en la misma han sido cuantiosos, pero limitados.
Pero la I. A. y su aplicación directa en la mente humana, (el transhumanismo), tendrá un impacto directo en la naturaleza humana. Nos hará cambiar la conciencia, en el sentido de que la acercará extraordinariamente a la realidad del Universo.
El mapa de que disponemos de la realidad, es muy deficiente, por nuestra cortedad mental, nuestros sesgos cognitivos y por los muchos errores cognitivos que todavía acumulamos en nuestras cosmovisiones.
Y ello produce que comentamos enormes errores de discernimiento, y que vivamos la vida, generalmente con un alto grado de alienación respecto a nuestra naturaleza real heredada genéticamente.
La nueva situación futura, cambiará nuestras respectivas conciencias, elevándolas al grado cósmico, y afinará extraordinariamente dichas cosmovisiones, acercándolas a la realidad.
Y esto necesariamente, nos debe debe favorecer, tanto ética como vivencialmente. Saber mucho más, de lo que realmente interesa, (ser más sabios), nos hará mejores y más felices.
Yo creo que como decía Eckhart, Dios no sabe porque es Dios, sino que es Dios porque sabe. La inteligencia verdadera, va indisolublemente unida a la bondad y a la felicidad. Y todo lo que favorezca nuestro grado de inteligencia, nos ayudará en todos los terrenos.
Por eso tenemos motivos de pensar que el futuro, nos es muy favorable. Solo tenemos que aguantar sin matarnos, los últimos 50 años, que nos quedan para llegar a la playa.
E intentar que esa investigación crucial, se acelere, y no se entorpezca, por miedos irracionales, para que la transición sea lo más corta posible.
Isidoro, te sugiero, si te parece, cotejar tu afirmación, de la que yo discrepo en su totalidad, con el artículo que en esta línea he cortado y pegado, en sentido contrario.
Yo digo (y argumento, y fundamento) que eso que a ti te provoca optimismo, a mí me genera dolor porque nos extingue y porque ante esto, estamos totalmente ciego.
Y a mi criterio, esa ceguera no es ajena ni a ti ni a los demás comentarios de esta línea, Leandro (al qu admiro y aprecio), incluido.
Besos a todas.
Amigo Nacho, vivimos en un Universo evolutivo, y las cosas funcionan así. Si no te gusta, las reclamaciones al maestro armero. No podemos resistirnos a la realidad, porque no nos guste.
Ya comenté en algún momento, que desde que hace unos 3 millones de años, se inició el género homo, ha habido 19 ó 20 subespecies de homo, y nosotros somos la última, (por ahora), y surgimos hace 150.000 ó 200.000 años, una minucia, en tiempos biológicos.
¿Creías, que el tiempo se va a parar, y que nosotros somos los últimos y definitivos?.
Un cordial saludo, Nacho, y no sufras mucho por ello. No hay nada como saber lo que somos, y ¡a mucha honra!. Y no tener ínfulas de grandeza.
Isidoro, esto no es un tema de evolutividad del universo (“la trama de la vida” de Capra o la tendencia al “Punto Omega” de Teilhard de Chardin. Todo lo contrario, es alterar el proceso natural hacia donde la vida tiende naturalmente, y llevarlo a un proceso contingente y artificial que va a alterar dicha evolutividad.
El problema no es extinguirse como especie, el problema es acabar con la vida que hemos heredado (y esto tanto por el colapso ecológico como por nuestra robotización), y cerrar la puerta a otros seres que iban a venir por la evolución natural, a los cuales por ceguera le vamos a cerrar el paso.
Por tanto, el tiempo no se va a parar, pero la evolución de la vida sí la estamos parando por nuestra ceguera.
¿Sufrir por ello? Hay que tener poca lucidez o sensibilidad para no sufrir por todo este proyecto de “necrofilia” qué tú pareces no ver o no importarte.
¿Podrías, te lo vuelvo a rogar, a cotejar tu visión (propia de los mundos de yupi, dicho con todo cariño) con el artículo del corta y pega que subí?
Un abrazo.
Nacho.
En el año 1923, mientras Europa todavía trataba de recuperarse de las profundas heridas generadas por la Primera Guerra Mundial, el bioquímico inglés, John B. S. Haldane (1892-1964) publicó un pequeño libro titulado Dédalo o la ciencia y el futuro. En él recogía sus reflexiones sobre el valor de la ciencia y de la tecnología para el desarrollo de la sociedad. Su visión positiva y optimista del futuro de la ciencia y de la tecnología fue rápidamente contestada por el filósofo y matemático galés Bertrand Russell (1872-1970). Unos meses más tarde, en su ensayo Ícaro y el futuro de la ciencia plateaba una visión mucho más escéptica y pesimista acerca de la influencia que la ciencia puede ejercer en nuestras vidas. John B. S. Haldane es biólogo y considera que ésta es la ciencia que hará las contribuciones decisivas en beneficio de la humanidad, desplazando el centro de interés que hasta entonces había residido en la física y en la química, ciencias que en su carácter aplicado tanto han contribuido a desarrollar una sociedad industrial estable. Bertrand Russell responde punto por punto a las tesis de Haldane y, desde el principio mismo del escrito, proclama su escepticismo ante “el Dédalo del Sr. Haldane” y su pronosticado aumento de la felicidad humana con el empleo de los descubrimientos científicos.Para Russell es una utopía suponer que la ciencia se utilizará para hacer más felices a los hombres. Al contrario, para lo que se usa es para incrementar el poder de los grupos sociales y de las naciones dominantes y eso lleva aparejado un alto poder de destrucción mientras se mantengan las actuales instituciones políticas y económicas. En este supuesto, Ícaro, que acabó destruido por su osadía de pretender acercarse al Sol con sus frágiles alas, y no Dédalo, es la mejor imagen y la mejor metáfora del destino que podrían correr los pueblos que se confíen al poder de los científicos modernos.
Hola Amigo Isidoro:
No estoy muy satisfecho del ejemplo que he puesto del joven sano. Como es lo mío una simple opinión no corrijo convenientemente como si se tratara de escribir un libro. Con el ejemplo del joven pretendo hacer ver que nadie es quien para que, estando sanos, nos metan supongamos, un chip en la cabeza. Si es por alguna deficiencia de salud y está de acuerdo el paciente, entonces allá cada cual.
Me preocupa, mas que las intenciones crematísticas, que también. Las intenciones de “los nuevos pastores” con respecto a “su rebaño.”
Respecto a los científicos, unas veces son héroes y otra villanos. ¿Los científicos y tecnólogos nazis? ¿a quien servían?
Si, el individuo puede progresar consciencialmente y naturalmente hasta en infinito. Esto al margen de que la ciencia y la tecnología nos facilite el vivir. Tenemos mucha ciencia y mucha tecnología pero. ¿somos mas felices que los pocos primitivos que quedan en el Planeta?
Lo que tenemos en la mente es lo que manifestamos en el mundo, y lo estamos convirtiendo en un estercolero… hasta poner en peligro nuestra propia existencia. La ciencia se ha de ocupar del interior humano o estamos perdidos irremisiblemente. Pero aclaro: sin invadir con una tecnología dudosa y experimental, el interior de este humano. ¿Para que queremos hasta librarnos de andar, con los patinetes eléctricos. Si quienes se montan en los patinetes no son felices.
Mi discurso no es antiprogreso. Es progresista. lo que ocurre es que entiendo el progresismo de un modo diferente a como lo entiendes tu. Como los científicos aparte de la especialidad de su ciencia, no están con la lucidez que seria deseable, No son maestros iluminados, y quien paga menos. Lo que saldrá de este binomio será probablemente la misma mierda que hace crecer el estercolero.
Hemos hecho de la naturaleza un destrozo, y ahora la “sacrosanta” ciencia, materialista… quiere meterse con el cerebro humano. He escrito que para mi es un tema controvertido esto del transhumanismo, porque en efecto un cuchillo sirve para el bien o para el mal, es neutro. Pero mirando el contexto de quienes nos presentan el transhumanismo, es muy muy discutible de que los resultados sean para bien. Que investiguen porque el que se monta en el patinete, no es feliz. Y que dejen en paz el cerebro humano.
Considero que pasar la vida y la inteligencia al ordenador es una aberración un “contra Dios.”
Cierto que la labor inventiva es signo de seres evolucionados. Como también es cierto que hay quien “vende su alma al Diablo”. La mente es una herramienta del espíritu. Cuidar el espíritu y cuidado con la mente…
“En resumen, tu discurso antiprogreso, es regresivo y apocalíptico”
Te falta que decir...
En mi humilde opinión…
Un abrazo. Transhumanista… Que sepas que yo no quiero una felicidad. “De lata…”
(Los chamanes que quedan puros en el Planeta, nos dan veinte vueltas en espiritualidad grosso modo y nada saben de transhumanismo ni lo esperan. Seguro son mas felices que nosotros, y que muchos como tu, que esperan hibridarse con la inteligencia artificial para ser. Al menos mas felices… que de eso se trata. ¿O no…? Pero la felicidad está al alcance nuestro, ya, para el que la busca… espiritualmente…)
Querido amigo Leandro, aprecio enormemente todo lo que me expones y por supuesto que me dispongo a actualizarme en el pensamiento de T. de Chardin con la bibliografía que me sugieres, así como también acercarme a la Asociación española de amigos de T. de Chardin.
De sobra soy consciente que a través del tiempo se ha escrito mucho sobre su pensamiento, sobrepasando en muchas veces la extensión de todos sus escritos juntos.
Ya te he comentado que mi encuentro con T. de Chardin tuvo lugar en mi temprana edad de estudiante de ingeniería y matemáticas en la que sí estaba de moda su pensamiento en ciertos ámbitos, no en todos, como te expuse en el comentario que me hizo el propietario de la librería al que se los encargaba. Mi primer encuentro fue a través de su escrito “El Medio Divino” que fue como un fogonazo, me cautivó de tal forma que ya ni podía ni deseaba desengancharme de él, confirmándose lo que en el prólogo de dicha obra el propio Teilhard afirmaba, que para unos el mundo les resulta demasiado grande, demasiado pesado y acababan en una actitud de rechazo y aversión, relegándolo a su periferia y para otros les resultaba demasiado bello cayendo en una seducción de absolutizadora adoración introduciéndola en sus corazones, cito de memoria con calificativos propios pues no en vano eran las impresiones que su lectura me producían.
Fue muy posteriormente con la propia experiencia de mi praxis profesional, eminentemente pragmática y racionalista en términos mundanos cuando otra chispa volvió a avivar dicho fuego primigenio y en el que ya lo que yo consideraba intuiciones adquiría también el carácter de razones. Fue de la mano de J.L.R. de la Peña entre otros muchos y también por esa afinidad dialéctica muy propia del del lenguaje científico, el primero impregnado de intuiciones que superaban a las razones y en el segundo con razones que fortalecían a las intuiciones, (así me parecía a mí). Si el primero me embriagaba con una visión del hombre cósmico, el hombre planetario centrado en la figura del Cristo-Universal en el que se me hacía presente a toda la humanidad de todo tiempo y espacio, es decir el hombre histórico, el protón y el escatón de la creación, el alfa y omega teilhardiano, con el segundo se me abría la imagen a la inversa, la del hombre concreto, la persona concreta en cada instante de su existencia, la que escucha y se abre a la palabra del Cristo Persona que me anuncia que el reino de Dios está ya aquí entre nosotros. No son dos visiones contrapuestas. Ambas están en la misma dimensión del fieri de la creación.
Estas son también mis intuiciones
Con tus sugerencias espero encontrar respuesta a mi pregunta final de, ¿Si hoy viviese T. de Chardin, mantendría intacto el núcleo de su visión del porvenir del hombre, teniendo en cuenta que, en el fieri del acto creador, que no es un acontecimiento puntual, que abarca dese el protón al escatón de la propia historia de la creación sin solución de discontinuidad, tanto espacial como temporal, es compatible con ese aparente dualismo entre la Multiplicidad, el Caos, el Desorden y la Nada virtual que él mismo menciona en relación al acto creador?
Espero no haber escandalizado a nadie. Si así fuese pido disculpas, pues mi ignorancia me arrastra a veces a parajes insospechados, en mi sólo habitan deseos de compartirme y aprender por lo cual he de mostrarme tal y como pienso, esperando vuestras correcciones sinceras. Si participo en Atrio simplemente es bajo este propósito y no el de dar lecciones a nadie.
Gracias, Mariano. Solo decir que valoro y respeto tus opiniones. Lo que tiene más importancia es que los que aquí nos reunimos, intentamos desde la racionalidad dan consistencia a nuestras creencias religiosas. Adelante..
Dices: “Con tus sugerencias espero encontrar respuesta a mi pregunta final de, ¿Si hoy viviese T. de Chardin, mantendría intacto el núcleo de su visión del porvenir del hombre, teniendo en cuenta que, en el fieri del acto creador, que no es un acontecimiento puntual, que abarca dese el protón al escatón de la propia historia de la creación sin solución de discontinuidad, tanto espacial como temporal, es compatible con ese aparente dualismo entre la Multiplicidad, el Caos, el Desorden y la Nada virtual que él mismo menciona en relación al acto creador?”
La pregunta es un poco retorcida.. Respuesta: no sabemos. Ten en cuenta que cuando Teilhard escribe el Medio Divino es 1937, hace mucho tiempo. Y la filosofía bergsoniana está muy superada. Y, además, Teilhard desde el punto de vista de la filosofía de la evolución no conoció la Teoría Sintética de la Evolución que es de los años 40… Y si la conoció (de mano de Simpson) su cerebro no tenia capacidad para entenderla.
Con esto del transhumanismo me pasa como con el aborto, no me gusta tratar el tema. Es tan controvertido que pienso no puede aplicárseles una moral o ética genérica. ¿Es licito o no, que aborte una embarazada después de ser violada? ¿Es licito o no que la neurociencia unida a la inteligencia artificial dote de la inteligencia que le falte a un individuo según parámetros comunes? ¿Y la eutanasia? podemos seguir haciéndonos preguntas en pro y en contra. Lo mejor creo que es actual en el momento según la mucho o poca lucidez que tengamos, pero dejar el posible problema en abierto. Y esto significa admitir socialmente “por el seguro” la decisión que tome un individuo o “una individua” según un caso concreto particular.
Visceralmente estoy en contra del transhumanismo.
Si alguno destruye el templo de Dios, él mismo será destruido por Dios; porque el templo de Dios es sagrado, y ustedes son ese templo.
1 Corintios 3:17
Un joven sano que esté creciendo todavía, para nada necesita de muletas ni medicamentos ni que se le meta mano en su cerebro. ¿De donde viene la inteligencia artificial o la neurociencia. No de místicos iluminados. Sino de gente común científica. Titanes en lo suyo, su especialidad. Pero por lo demás con las comunes deficiencias de todos.
Se escudan los científicos del transhumanismo en que la ciencia es neutra, que sirve para hacer el bien o el mal, y ellos se lavan las manos. Pero “con la mano en el corazón” ¿Quién les paga?. Según quienes sean los mecenas sabremos si están favoreciendo el bienestar humano, o al contrario. ¿Acaso no proviene de los científicos las armas destructivas biológicas? Mucha, mucha gente en el Planeta hay “que vende su alma al Diablo”. Todos hemos de ganarnos el pan como podemos en este mundo distópico, no podemos pedir a nadie que sea un héroe en favor nuestro cuando nosotros no lo somos. Pero cuidado a donde nos lleva el tan cacareado “progreso de la ciencia” está en nuestras manos posicionarnos a favor o en contra de determinados progresos en manos siniestras.
El cuerpo humano es sagrado, intocable, si no es para bien y con consentimiento. Y menos con nuevas tecnologías transhumanas a aplicar a individuos sanos.
Como digo, los avances en neurociencia por ejemplo. ¿Cómo no aplicarlos? y como digo, según que y como. No me fio ni un pelito de quien paga todo.
Por otra parte. Y esto es fundamental:
El individuo puede progresar consciencialmente y naturalemente, luego progresar en lucidez inteligente, hasta el infinito.
Los animales tienen su comportamiento predeterminado por su instinto. Pero nosotros tenemos libre albedrio para subir al cielo o bajar al infierno. Los científicos, materialistas… están muy ufanos con su ciencia, se creen “que lo saben todo”. están diametralmente equivocados pensando en meternos chips en el cerebro.
hacia arriba hacia el cielo, tenemos estadios de consciencia por encima del ego racional, como digo, hasta el infinito. Conozco solo del budismo varios estadios conciénciales por encima del ego racional. Pero en el Hinduismo, nos dicen que no hay limite hacia arriba. Pasa igual que con las dimensiones. ¿Hay once o infinitas…?. Seguro que los científicos materialistas no exploran por el camino de la expansión de consciencia. Buscan un ego racional mas inteligente. Buscan robotizarnos hibridándonos con la inteligencia artificial.
“El día que la ciencia comience a estudiar los fenómenos no físicos, progresará mas en una década que en todos los siglos anteriores a su existencia.”
“Si quieres encontrar los secretos del Universo, piensa en términos de energía frecuencia y vibración”
Nikola Tesla
Por todo lo que digo pienso que este templo nuestro de infinitas posibilidades naturales no puede ser objeto de que las zafias manos del ego racional materialista, intenten artificialmente convertirnos “Dios sabe en que.”
Muchas gracias, Luis. Saber expresar nuestras convicciones es una gran cosa.. La palabra TRANSHUMANISMO tiene tantas aristas e interpretaciones que no es fácil describirla. Puedes leer algunas cosas escritas por ANTONIO DIEGUEZ, catedrático de Lógica y Filosofía de las Ciencias de Málaga que ha captado muchos de los significados.. En el fondo, todos los intentos de MEJORA DEL INDIVIDUO HUMANO son clasistas pues solo la tendrán los que paguen..
Querido Leandro, toma mi comentario sin ninguna pretensión de contradicción a lo que expones en tu artículo, te lo hago desde mi condición de lector más que de estudioso de las obras de T. de Chardin que leía en mi época de estudiante de ingeniería y que por cierto me consideraban un individuo un poco raro por leer sus libros, así me lo hizo saber el propietario de la mayor librería especializada en ciencia y técnica de Valencia a quien se los encargaba y que por mera curiosidad antes de entregármelos los ojeaba. Teilhard ya me cautivo a mis entonces 20 años, quizá por la afinidad con su lenguaje más científico que filosófico o teológico clásico y más afín al mío, introduciéndome en una nueva cosmovisión de la fe, una fe abierta y dinámica que me abría la mirada a un futuro mucho más estimulante, creo recordar que en el “medio Divino” manifestaba su deseo de llegar a ser el “Apóstol de la ciencia”.
Con el tiempo T. de Chardin pasó de moda, pero en mí dejo su impronta de tal forma que ha sido como un trampolín para muy posteriormente dar otro salto de la mano de otro gran teólogo de la ciencia, con menos intuiciones que Teilhard pero con más razones, ambos para mí de momento insuperables y así poder acceder a mi comprensión actual de esa fe ya en mi tercera juventud y que como él (Teilhard) decía sobre la vida que tiene muchos escalones y lo que para uno representa un avance para otro podía representar un retroceso, yo estaba entonces en ese escalón en el que su pensamiento me ofrecía espacios nuevos y sugerentes y que a su vez me capacitaba para poder acceder a otro nuevo escalón.
Es evidente que la pregunta por el sentido último del mundo o del cosmos o de la noosfera como también solía decir, le preocupaba hasta tal punto que todo su pensamiento es un ensayo a la respuesta a dicha pregunta, pero también es preciso mencionar la evolución de sus pensamientos entre sus primeros escritos como en La comunión con Dios a través de la tierra y con los capítulos finales de El fenómeno humano.
Probablemente nadie haya hecho más que él por aclimatar el evolucionismo en el ámbito de la fe cristiana (que no a la inversa), así como un magnífico ensayo de conciliación entre ciencia y fe, exento de todo vestigio de concordismo y no podemos olvidar tampoco su vigorosa reivindicación de la dimensión cristológica de la realidad creada; el Cristo-Omega Teilhardiano como la clave del sentido del mundo, del universo y por ende de todo el proceso evolutivo, pero a su vez y al margen de esta atinadas y profundas intuiciones, y aquí prefiero acudir a expresiones más fundamentadas que las mías (J.L.R. de la Peña), que en su concepción del fieri de la creación, del proceso, del dinamismo del acto creador, no fue tan acertada al introducir en el origen de dicho acto con la intención de eludir las aporías propias del pensamiento fixista del creacionismo y para que fuese más acorde con la nueva visión evolutiva del mundo, el concepto de multiplicidad frente al de la Nada y que como consecuencia se daba a entender que el ser recién creado emergía entonces de la pluralidad.
El propio Teilhard percibía el tufillo de sus nuevas intuiciones y en sus “Escritos del tiempo de guerra manifestaba: “No se me oculta que esta especie de Nada positiva, sujeto de la creación, suscita graves objeciones”, significando finalmente que el Creador ha encontrado fuera de Sí un punto de apoyo. Para los que quieran asomarse más profundamente en todos estos temas, les sugiero el libro “Teología de la creación” de J.L.R de la Peña.
En mi concepción personalista del acto creador intuyo en ese principio, en esa Nada positiva de T. de Chardin (la Multiplicidad) que es como un cambio de variable en la resolución de una ecuación matemática con el fin de facilitar su resolución, digo que intuyo e incluyo algo muy distinto a una variable, intuyo/incluyo a una constante que es el Amor, Frente a la Multiplicidad y a la Nada. Es El Amor creador, Alfa y Omega del acto creador.
Finalmente, en mi opinión creo que si T. de Chardin si viviese hoy día, sus profundas intuiciones que superan a muchas razones, también serían retocadas por él mismo a la luz también del proceso involutivo de la persona, pues todo “trans” también es “in”.
Me gustaría conocer tu opinión querido Leandro. Disculpa mi osadía.
Amigo Mariano: me encanta que hayas escrito eso. Se ve que hace tiempo que no lees cosas nuevas sobre Teilhard.. La historiografía teilhardiana ha cambiado mucho.
Te transcribo algunos datos:
La Asociación de Amigos de Teilhard de Chardin (sección española), se constituyó legalmente en el curso de la Asamblea constituyente celebrada el día 25 de septiembre de 2013, en la sala de Juntas de la Universidad Pontificia Comillas de Madrid, sede de la calle de Alberto Aguilera 23. Algunos datos históricos de nuestra Asociación y de las anteriores se pueden encontrar en nuestro libro “Amigos de Teilhard en España. Aproximación histórica” (descargable en:
http://www.bubok.es/libros/239044/AMIGOS-DE-TEILHARD-EN-ESPANA-Aproximacion-historica )
En la Asamblea constituyente estuvimos presentes 21 miembros, de las más diversas zonas de España, más otros 14 constituyentes que delegaron su voto en los promotores de la Asociación. Total: 35 asamblearios.
Nuestra Asociación fue inscrita en el Registro Nacional de Asociaciones: Grupo: 1º/ Sección: 1ª / Número Nacional: 604163, con fecha 25 de noviembre de 2013. En el Ministerio del Interior.
Es decir, fue registrada exactamente a los dos meses, de la celebración de nuestra Asamblea Constituyente, lo que prueba el eficaz y arduo trabajo de los promotores coordinados por Leandro Sequeiros, desde Córdoba.
Más adelante en el tiempo, hemos llegado a ser más de 100 miembros de la Asociación. Españoles residentes en España y otros amigos en otros países europeos y americanos, fundamentalmente.
Presentamos aquí a los socios, a la Red Mundial de Amigos de Teilhard y a la sociedad una breve memoria de las actividades correspondientes al curso 2021-2022
Hemos publicado algunos libros que te recomiendo su lectura:
Desde la Asociación estamos financiando la traducción y publicación de dos libros importantes. Esta es la carta de la Editorial:
“Vaya en primer lugar el agradecimiento del Grupo de Comunicación Loyola y mi gratitud personal por haber gestionado la concesión de las donaciones para la publicación de las ediciones españolas de estos dos libros:
Ursula King, «Christ in All Things: Exploring Spirituality with Pierre Teilhard de Chardin». Ya está publicado y a la venta!!! Publicado: Ursula King. Cristo en todas las cosas. Explorando la espiritualidad con Pierre Teilhard de Chardin. Editorial Sal Terrae, colección El pozo de Siquén, nº 440, 237 páginas. https://www.amazon.es/Cristo-Todas-Las-Cosas-espiritualidad/dp/8429330291/ref=sr_1_1?dchild=1&qid=1626985371&refinements=p_27%3AUrsula+King&s=books&sr=1-1 Publicado: Thomas M. King. La Misa de Teilhard. Aproximación a Misa sobre el Mundo. Sal Terrae, Colección el pozo de Siquén. https://gcloyola.com/testimonios-e-iglesia/3988-la-misa-de-teilhard-9788429330687.html
En el verano de 2022 se ha iniciado la traducción de la publicación de la edición en lengua española del libro de François Euvé, Pour une spiritualité du cosmos: Découvrir Teilhard de Chardin. https://www.amazon.es/Pour-une-spiritualit%C3%A9-cosmos-D%C3%A9couvrir/dp/2706713224 Esta edición española podría estar publicada en la primavera de 2023…
Y para terminar, la RED MUNDIAL DE AMIGOS DE TEILHARD (wwt) tiene su asociación en España con 120 socios. Puedes pedir ser socio a mi correo: lsequeiros42@gmail.com
Y perdón por la insistencia y por la autocita. Corto y pego una artículo mío sobre la extinción de la especie a cuenta del nulo sentido crítico frente a las nuevas tecnologías. Más dantesco que el ver a dónde nos leva esto es el ver que la gente o no lo ve o no le preocupa. ¿Técnica del avestruz? ¿Falta de lucidez?
No lo sé, pero las primeras feministas y las primeras ecologistas creo que se quejarían de los mismo. y el no despertar en su momento provocó dolor innecesario de muchísimas mujeres, y la casi irreversibilidad del colapso planetario. Liderado por una especie autodenominada racional, y gracias a la hipertrofia del aparato científico-técnico y la atrofia del aparato crítico, amabas secuelas del eurocentrismo de la modernidad. ¡¡Urge despertar!!
Corto y pego:
Ecotecnología o extinción. Un llamamiento urgente a la reflexión
Nacho Dueñas, 01-mayo-2021
Nacho Dueñas, ( nachodue@hotmail.com ), historiador y cantautor, en este 1º de Mayo muy especial en el mundo entero y en España, desde su constante observación de lo que está brotando y otros quieren abortar, desde sus años pasados en Ecuador y su actual periodo dedicado a la reflexión, nos intenta despertar con esta llamada. AD.
Hoy, quien más o quien menos, e incluso desde las derechas, casi todo el mundo reconoce la necesidad, por poner tres ejemplos notorios, de la lucha del feminismo, de la no violencia y del ecologismo. Pero no hace tanto que las feministas eran tachadas de ignorantes e histéricas, los no violentos de ilusos y utópicos, y los ecologistas de tratar de luchar contra el progreso y el desarrollo.
Y, sin embargo, hoy día se reconoce la importancia de tales causas y, además, podemos deducir que, si se les hubiese tomado en serio (como ya se hace en nuestros días tarde y mal), nos hubiésemos ahorrado una gran cantidad de dolor y sufrimiento totalmente innecesaria. No en vano afirmó Hélder Câmara que “los objetores y los insumisos son los pioneros de un mundo sin guerras”.
A poco que se reflexione, podemos deducir que con la tecnología está pasando hoy día lo que antes con las mujeres, la violencia o el planeta. Nadie parece darse cuenta de la barbarie con que se está utilizando la tecnología, y de la gran cantidad de problemas que está generando.
Nadie sabe, por ejemplo, que la mitad de los españoles, ya en 2004, padecía “nomofobia” (adicción a las nuevas tecnologías y al móvil, habiéndose habilitado en este país una red de granjas de desintoxicación). Que en el mismo año más de un millón de adolescentes japoneses, y hasta el 10% de jóvenes españoles, ya eran “hikikomoris” (personas que viven en su habitación, sin vida afectiva, escolar y familiar, pasando todo el día navegando compulsivamente por la red). O que el “smombie” (peatón que camina por la acera pendiente del celular sin atender a su alrededor) y el uso del móvil sean hoy día la primera causa de accidentes de tráfico.
Tampoco es de general conocimiento los cerca de 6 millones de niños muertos en el Congo, a cuenta de la voracidad de las grandes multinacionales para hacerse con las minas de tantalio y de cobalto, necesarias para la fabricación del coltán, compuesto fundamental para el funcionamiento de los móviles.
Además, los niños apenas juegan entre sí, los jóvenes casi no se comunican, y los adultos están “virtualizando” trámites y procesos. Todo esto lleva a un aumento exponencial de la incomunicación, la soledad y la pérdida de la sociabilidad, toda vez que la obesidad infantil y los problemas psicológicos de adolescentes y adultos avanzan a marchas forzadas. Se trata de un proceso radical de deshumanización (y por tanto de infelicidad) que recién comienza y cuyo desenlace, dantesco, se prevé incierto.
Se dirá, y es cierto, que la tecnología ofrece grandes beneficios. No se pueden negar las ventajas de todo tipo de prestaciones (videoconferencias, operaciones quirúrgicas a distancia, posibilidad de acceder a cualquier biblioteca del mundo, capacidad de crear archivos musicales, escuchar noticias, leer prensa, ver televisión…).
Lo que ya no se dice tanto, y se asume de modo determinista, es la gran cantidad de problemas de salud (escoliosis, problemas musculares, pérdida de visión…), de seguridad (ciber-delincuencia), de acoso sexual a niños y jóvenes, la brecha digital (el 95% de los norteamericanos tiene acceso a la red, frente al 50% de los africanos) que tiende a provocar el aumento de la diferencia entre ricos y pobres; o el hecho de estar absolutamente vigilados, habiéndose creado un estado policial “de facto” en el que los dueños de Google, Facebook y otros, no solo conocen nuestros movimientos, pensamientos y gustos, sino que los provocan y teledirigen a placer. El mito de “El Gran Hermano”, ya hecho realidad, se ha instalado entre nosotros sin excesiva resistencia. No por nada, los dueños de dichas plataformas son hoy las personas más ricas del mundo.
Sencillamente, debe mover a profunda reflexión el hecho de la falta de conciencia frente a todos estos elementos negativos, bien por inercia (ya instalados en nuestras cotidianidades de modo progresivo), o bien por determinismo (pensando que no se puede hacer nada al respecto).
Asimismo, las indudables ventajas de todo esto han posibilitado lo que podríamos denominar “fetichismo tecnológico” o “tecnolatría”, consistente en un aumento cuantitativo, acrítico y compulsivo de su uso, considerando “de facto” que sea cual sea el problema en cuestión, la solución será más tecnología, y que los problemas que esto cause se resolverán con más tecnología todavía.
Por lo demás, es tan inexistente el pensamiento crítico al respecto, que cuando alguien plantea un poco de reflexión es observado como a un lunático o a un demente (como antes pasaba con feministas, no violentos o ecologistas). Y aún se le perdona la vida aleccionándole con las infinitas ventajas (reales) y con que “no se puede ir en contra de la tecnología”. Respuesta absurda, pues nadie pretende ir en contra. ¿A alguien se le ocurriría acusar al que lucha contra la gula de querer imponer la desnutrición? Lo que se pretende no es prescindir de la tecnología, sino utilizarla de modo crítico y cualitativo, y pasar del actual “fetichismo tecnológico” a una necesaria “ecotecnología”, pues “otra tecnología es posible”.
Ahora bien, si se analiza un poco hacia donde se encamina todo este proceso, la conclusión no es muy halagüeña ni positiva. La inteligencia artificial (o “disciplina dentro de la ingeniería o de la informática cuyo objetivo es hacer sistemas no biológicos que sean inteligentes, y donde se toma como referencia la inteligencia humana”, según define Nuria Oliver) va a transformar el presente “humanismo” al “transhumanismo”, y de ahí al “posthumanisno”.
Esta apertura de la caja de Pandora que recién comienza se nos irá de las manos cuando, como sostiene el historiador Yuval Noah Harari, la inteligencia artificial, cada vez más sofisticada, supere a la inteligencia humana. Y, además, la oligarquía propietaria de dicha inteligencia artificial (articulada a través de Google, Facebook, Amazon y Apple para generar, procesar y utilizar las big data), podrá esclavizar a la humanidad transformándola en lo que podemos calificar como “zombis ultratecnologizados” o suerte de ciborgs teledirigidos.
¿Exageración? Pensemos un poco: pronto será posible la denominada “internet del pensamiento”, es decir, el interconectar cerebros con la nube mediante el implante de nanorobots neuronales, pudiendo cargar y descargar pensamientos, según la revista “Tendencias 21”, de la Universidad de Comillas. Además, ya es casi posible conectar cerebros a computadoras, lo que permitirá controlar nuestras mentes, emociones y conductas. Quien logre conectar nuestros cerebros, dominará en mundo. El teólogo franciscano José Arregi lo plantea de este modo: “Y, si así fuera, ¿qué decidirán? ¿Qué harán con nosotros, los pobres humanos? ¿Se comportarán con nosotros como nosotros lo hemos hecho con los bosques y los mares, los insectos y los peces, las ballenas y los elefantes, las gallinas de corral (…), o con las negritudes, los esclavos, los países colonizados?”
Al respecto, no en vano Vladimir Putin afirmó que quien domine la inteligencia artificial dominará el mundo. Por algo el presidente de China, Xi Jinping, instó a su nación, en el Congreso del Partido Comunista, celebrado en 2017, a liderar la tecnología artificial que “cambiará el mundo”.
El único peligro de todo esto no es la esclavitud de la humanidad, sino la pérdida de la corporeidad, la emocionalidad y la instintividad (es decir, la deshumanización total de la especie), en primer lugar por atrofia progresiva (lo cual ya viene ocurriendo a marchas tan forzadas como poco advertidas). Y en segundo lugar, alterando el ADN y conectando todos los cerebros a una gran red, la persona como tal desaparecerá, y la humanidad se transformará, mediante un proceso lineal de robotización, en otra especie dotada de una corporeidad híbrida humano-máquina, y en la que las emociones, los instintos y las inquietudes espirituales se habrán extinguido, pues como afirma el teólogo Leonardo Boff, “la inteligencia artificial olvida aquello que es esencial al ser humano: la inteligencia cordial, sensible y emocional (…). Ningún aparato artificial inteligente llorará con nosotros por la pérdida de la persona amada”. Éste es el “posthumanismo” al que nos dirigimos a marchas forzadas.
Frente a esta realidad, el propio Steven Hawking denunció la posibilidad de que las máquinas autogeneren inteligencia propia y lleguen a controlar del mundo. Y ante tal riesgo, Bill Joy, fundador de Sun Mycrosystems, propuso abandonar la carrera tecnológica ante la posibilidad no remota de extinguirnos en solo un par de generaciones. Leonardo Boff también se pregunta si la Revolución 4.0 será el final de la humanidad, tras afirmar que la intención del transhumanismo consiste en que la inteligencia artificial someta a la inteligencia humana.
Es preciso declararlo, asumirlo y redireccionarlo: el presente modo de utilizar la tecnología es, junto con el hambre, la guerra nuclear y el colapso ecológico, entre otras, una de las principales amenazas letales de la humanidad. Con una diferencia: contra el hambre, la guerra nuclear y el colapso ecológico hay una cierta toma de conciencia de resistencia y de construcción de alternativas.
¿Qué hacer pues? Cambiar la actitud y la dirección de su uso. Repetimos, pasar de la presente barbarie de la “tecnolatría” a la “ecotecnología”. ¿Cómo? Hacer que vuelva a ser un medio más y no un fin lineal. Hacer que sea un complemento más y no un sustituto de nuestras capacidades. Hacer que sea un elemento más de la vida y no el centro hacia el que ella converge.
El presente “fetichismo tecnológico” se corresponde con la mentalidad propia del paradigma de la modernidad y sus principales elementos (lo material, lo mensurable, lo cuantitativo, lo exacto, lo rígido, lo independiente…). Pero la irrupción de la física moderna, y la reflexión filosófica irrumpida a partir de las características con que opera la realidad según dicha física (flexibilidad, supramaterialidad, interrelacionalidad, ecuación espiritual mente-conciencia, autorregulación o autopoiesis, holoarquía…), así como su aplicación a varias disciplinas (Margulis, Sheldrake, Progogine, Vigil, Shelby Spong, Maturana, Bateson, Boff, Capra, Wilber…), han hecho emerger el paradigma de la transmodernidad.
En el marco de este novedoso paradigma, se debe reorientar el uso de la tecnología en función de cómo opera la realidad según tal transmodernidad. Y de facto esto consiste en que dicha tecnología pase a ser un elemento complementario (y por tanto contingente) de la vida: un medio y no un fin, un complemento y no un sustituto. Así, se debe cambiar de mentalidad mediante varias premisas prácticas; entre ellas analizar la necesidad real o prescindibilidad aconsejable de cada aplicación, posibilidad y novedad; proyectar al largo plazo las consecuencias que pueda tener, y discernir el a dónde nos lleva todo esto, a nivel individual y al sistémico.
Vamos tarde, nos quedan un par de generaciones. Si mañana se erradicaran el hambre, la guerra, el patriarcado, el capitalismo y el inminente colapso ecológico, de poco serviría si igualmente no evitamos el colapso tecnológico. Este artículo es una invitación a que activistas, pensadores, espirituales, jóvenes, idealistas, contraculturales, poetas, inquietos…comiencen a crear corriente de opinión a favor de que “otra tecnología es posible”, para impulsar todo un movimiento social (como en su momento pasaron a serlo el feminismo, la no violencia y el ecologismo) que logre que los hijos de nuestros nietos nazcan con neuronas y corazón, y no con voltios y microchips.
Esta necesaria “ecotecnología”, elemento necesario para nuestra supervivencia como especie, consiste en volver, repetimos, la tecnología a su dimensión complementaria. Y no sofisticar por sofisticar, cayendo en lo que Iván Illich denominó “tecnofascismo”. El reloj de pulsera, cuanto más complejo, es más frágil y difícil de reparar. No así el reloj de sol, que dura milenios sin necesitar reparación alguna.
Como decía Antonio Machado: “del arte del buen comer, / primera lección: / no has de coger la cuchara / con el tenedor”. Por fortuna, Machado fue poeta y no programador virtual. No niego que el programador virtual sirva para programar virtualmente, pero, ¿para qué sirve programar virtualmente? De nuevo el vate sevillano: “bueno es saber que los vasos / nos sirven para la sed, / lo malo es que no sabemos /para qué sirve la sed”.
(Fuente: https://www.atrio.org/2021/05/ecotecnologia-o-extincion-un-llamamiento-urgente-a-la-reflexion/ )
Hola!
¡Buen laburito el de don Leandro!
ese, de andar por las cornisas terminológicas,
delimitando 2 ‘modos de pensar’ de
‘por donde andamos gateando’ los humanos
hacia … hacia … ¿hacia dónde? ¿hacia qué? ¿hacia quién?
Acá busca averiguar ‘cuál haya de ser el adecuado PROCESO’’,
y don Leandro desmenuza las 2 opciones a la vista (suya):
1°- transhumanismo
2°- planetización
Me parce que prefiere el 2°.
Prefiere … pero “DUDA”
(como lo recita un tanguito diciendo:
“no repitas nunca
lo que voy a decirte:
‘Rencor’ tengo miedo
de que seas ‘Amor’)
……………………………..
Esa ‘DUDA que le escarba el pecho’
(estrofa anterior del tanguito)
la expectora, Sequeiros, al final:
“PERO, este “espíritu de evolución”, antídoto necesario y reacción natural a los progresos de la Complejidad en un Mundo en el estadio de la Reflexión, ¿será fiel a la cita?, ¿acudirá a tiempo para que evitemos deshumanizarnos? En teoría, podemos predecir su próxima aparición. PERO, ¿llegaremos a reconocer, de hecho, que alrededor nuestro y en el momento esperado, pueda realmente despertarse en las almas?”
La cosa estará muy linda para andar especulando, pero …
¡Ahí está! ¡Ahí están! Los ‘PEROS’ (en plural)
Confiesa don L.S. que esos ‘PEROS’
‘le escarban el pecho’
A mí: también!
Hola Oscar: lo tengo muy claro: estoy más cerca de la PLANETIZACIÓN. En términos poperianos, tiene mas poder explicativo,, y además es más humanitario..
Muchas gracias a Pascual por sus comentarios.. Efectivamente, a mi me gusta también la palabra NOOSFERA. Precisamente, asi se llama la revista de la Red Mundial de Teilhard, NOOSPHÊRE. Pero esta palabra tiene un componente metafísico: el ámbito virtual de la convergencia de las mentes humanas. Sin embargo, PLANETIZACION tiene ecos sociológicos y políticos: la construcción social de una RED universal de mentes humanas en sintonía unidas por el amor y que convergen hacia “el más alto, más profundo”. Hacia ese punto Omega que Teilhard considera que su máximo es el Cristo Cósmico y Universal. Ser TODO en TODAS las cosas. La metafísica de la Unión que no es panteismo sino panenteismo. https://www.atrio.org/2022/05/panenteismo-de-nuevo-para-una-fe-razonable/
La cultura de lo digital, la totalización totalitaria de la red, la mal llamada inteligencia artificial, y el metaverso nos van a llevar a la extinción de la especia en menos de dos generaciones.
Y me asusta y duele la terrorífica ceguera frente a esto.
Esta amenaza no es en absoluto peor que el hambre, la pobreza, la desigualdad, el patriarcado, el colapso ecológica tal vez ya irreversible. Pero, a diferencia de estas lacras, no hay la más mínima reflexión teórica ni articulación de resistencias y alternativas, por más que ya hay mimbres de sobra como punto de partida
Urge una reflexión sobre todo esto. Vamos tarde. Si mañana se acabaran el hambre, la pobreza y el colapso planetario, pero no se crearan resistencias, no serviría para nada, a nivel sistémico, si no afrontamos esta terrible encrucijada.
Besos a todas.
Nacho.
HolA Nacho. Me encanta reencontrarte. Tienes razón en parte.. Yo no soy catastrofista. Creo en el futuro, en la creatividad. Creo en la persona humana. Aunque, como escribe Rafael Díaz Salazar, domine la cultura de la ceguera y del olvido. En FronterasCTR hemos escrito muchas cosas sobre esto. A pesar de todo – sobre todo si decimos ser creyentes- surgirá lo que la teología denomina RESURRECCIÓN,
Leandro, yo también creo en el futuro y la creatividad. Y en la resurrección.
Pero, por Dios bendito, que la esperanza no nos nuble la lucidez. Se dice que la dijeron a Saramago que él era demasiado pesimista. Y dijo: “no es que yo sea pesimista, es que la realidad es pésima”.
Yo no diría lo que tú me dices, si se tratara del hambre, el patriarcado, el colapso ecológico o la guerra nuclear.
El cáncer (pongamos por caso), se cura no sólo con la esperanza, sino asumiendo la gravedad de la realidad tal cual es y actuando en consecuencia.
Un abrazo.
Muy de acuerdo contigo, en este caso, Nacho Dueñas…Debemos ser realistas de la misma manera como tú estás viendo el panorama de nuestra actual situación mundial.
La tecnología también puede ser utilizada negativamente. Por eso no creo que lleguemos al “post-humanismo” porque entonces perderíamos las esencias, lo que es una imposibilidad ontological. No existiría lo que llamamos propiamente “ser humano” basado en nuestra propia hipóstasis.
Y es que en la resurrección final lo corruptible se transformará en incorruptible adquiriendo nuestra misma humanidad las propiedades del espíritu de manera permanente.
Un abrazo
Santiago Hernández
Hola, Santiago. Saludos.
Tú dices que no crees que lleguemos al transhumanismo porque perderíamos las esencias.
Yo creo que perderemos las esencias porque llegaremos al transhumanismo, salvo que se produzca un despertar de la humanidad.
Un abrazo.
Nacho.
Gracias por seguir en el diálogo….Podremos cambiar las partes biológicas de nuestro cuerpo humano pero sin embargo no podremos cambiar el espíritu, sustancia independiente que, aunque interacciona con nuestra física es la que constituye la esencia íntima de nuestra humanidad y por la cual nos distinguimos de cualquier otra especie vital cualitativamente.
No es la materia la que animó al espíritu, sino el alma infundida la que nos transformó en humanos, sin nuestra intervención ya que no nos creamos a nosotros mismos…y todo lo que creamos es con materia dada, otorgada desde el principio de la Creación..
Un saludo cordial
Santiago Hernández
Brevemente para mostrar mi preferencia por la planetización de Theilhard, precisamente hoy, 6 de septiembre de 2022, que se cumple el 500 aniversario de la circunnavegación de Elcano. Aunque también aprovecho para decir que prefiero el término noosfera tan querida por Teihard porque remite a la función de interacción y colaboración que desarrolla el paráclito, tal como estoy exponiendo actualmente en Atrio, y porque es una palabra que Teilhard tomó del filósofo marxista Vladimir Vernadski, lo que refuerza su espíritu unificador. Sobre esto pueden verse en Atrio mis artículos sobre la Noosfera del 18 de octubre de 2016 y 16 de noviembre del mismo año.
MUY interesante y bien tratado el tema.un abz y gratitud.
Muchas gracias, Jose I.. Te lo agradezco. Es uno de los temas que llevamos entre manos los socios de ASINJA, la Asociación Interdisciplinar José de Acosta!!!! lsequeiros42@gmail.com