En el Día Nacional de Ucrania, a los seis meses de la invasión rusa
Reaparece para mí un extraordinario vaticanista, Marco Politi, que escribió junto al Pulitzer Bernstein, el de Watergate, la mejor biografía de Juan Pablo II. Ahora creo que describe bien la soledad en que se encuentra Francisco en un conflicto mundial que está dividiendo a bloques de naciones y también el interior de iglesias ortodoxas y del catolicismo. AD.
Por Marco Politi, en Fatto quotidiano, 23-8-2022
La presión del gobierno ucraniano sobre el Vaticano continúa en silencio. El presidente ucraniano Zelensky desea que el Papa esté en Kiev, posiblemente antes del viaje del pontífice a Kazajistán (que tendrá lugar el 13 de septiembre). Francisco no se ha decidido. Preferiría una misión tanto en Kiev como en Moscú para fomentar las conversaciones de paz. Se trata de un tira y afloja que lleva meses entre bastidores. El Papa Francisco es claro y directo en su solidaridad con el pueblo ucraniano. Ha denunciado las masacres y los sufrimientos infligidos por el ejército ruso al pueblo ucraniano y ha enviado a sus cardenales para llevar ayuda humanitaria y expresar su cercanía al dolor de esta nación.
Pero el pontífice argentino no se adhiere a la línea política de Zelensky. Francisco, que instó al patriarca ruso a no ser el “monaguillo” de Putin, está igualmente decidido a no ser el “capellán de Occidente”. Lo hizo escribir en blanco y negro en el Osservatore Romano. Desde el punto de vista del Vaticano, Zelensky quisiera enrolar al Papa bajo la bandera de una narrativa que sólo ve a Ucrania como agraviada (lo cual es totalmente cierto), a Putin como una bestia demoníaca metafísica, y a Rusia como un estado que debe ser reducido a tal condición que una iniciativa militar como la del 24 de febrero no pueda repetirse jamás (Lloyd Austin, Secretario de Defensa de los Estados Unidos, dixit).
Esta es la narrativa que, con fuertes tintes de marketing, recorre las capitales de la OTAN y la UE. Parte de esta narrativa es la eliminación de cualquier análisis del “antes”, es decir, de los movimientos geopolíticos que condujeron a la guerra actual, y de cualquier reflexión sobre los efectos que una guerra total al borde del conflicto nuclear podría provocar en Europa, Asia y el mundo.
Francisco no comparte este enfoque. Está claramente fuera del coro. Como fuera del coro están el gran número de Estados que representan la mayoría de la población del planeta y que no desean ponerse del lado de Rusia ni de Occidente. Porque no les convence una narración que describe una tragedia internacional como una película del oeste, en la que el sheriff y sus hombres deben exterminar a la banda de malos.
La guerra actual es un conflicto entre Occidente y Rusia y debe evaluarse como tal. Hay que dejar de lado el “esquema de Caperucita Roja“ – dijo explícitamente Francisco en junio. Es inútil pretender que la OTAN no se ha expandido en las décadas posteriores al fin de la URSS, llevando el peso del bloque político-militar a las fronteras de Rusia. No tiene sentido ocultar que Washington, en los tiempos de George W. Bush -en los años del delirio de omnipotencia que llevó a Estados Unidos a creer que podía ocupar Afganistán e Irak al mismo tiempo–, había pensado en incluir a Ucrania en el sistema de la OTAN. Fue bloqueada por la Alemania de Angela Merkel, que sigue reivindicando el acierto de su “no”, y por Francia en 2008. Sin embargo, el impulso expansionista continuó. Occidente empezó a “ladrar a las puertas de Rusia”, recuerda Francisco. Quería olvidar la indicación realista de Henry Kissinger de que Ucrania debía ser una zona neutral entre Rusia y Occidente. Con el resultado de que geopolíticamente Rusia ha sido “rodeada y humillada”, como señaló inmediatamente el historiador Andrea Riccardi.
Romper el hechizo del olvido es la claridad del debate en los círculos políticos o militares estadounidenses. “La OTAN se ha establecido en el espacio que hace 30 años pertenecía a la Unión Soviética”, dice desapasionadamente Elbridge Colby, asistente adjunto del secretario de Defensa durante la administración Trump. Todo esto no justifica de ninguna manera la guerra infligida por Moscú a la “atormentada Ucrania”, en palabras de Francisco. Pero el Vaticano nunca pierde la visión de conjunto de un asunto tanto histórico como geopolítico.
La última llamada telefónica entre Zelensky y Francisco fue seguida de un tuit del presidente ucraniano en el que afirmaba que “nuestro pueblo necesita el apoyo de los líderes espirituales del mundo, que deben transmitir al mundo la verdad sobre las horrendas acciones cometidas por el agresor en Ucrania”. Es un tuit que representa plásticamente las diferentes orillas en las que se encuentran el Papa Francisco y los políticos de Kiev. Al Vaticano no le gusta que le digan lo que debe hacer el pontífice, como tampoco le gusta que las autoridades estatales ucranianas hayan censurado por televisión el Vía Crucis del Papa porque pidió la paz entre ucranianos y rusos.
Francisco ya ha denunciado varias veces los horrores de la invasión rusa. Pero su perspectiva va más allá. El pontífice no está de acuerdo con una política orientada a la “victoria”, de contornos indefinidos, que está dando lugar a una escalada continua. El secretario de Estado del Vaticano, el cardenal Parolin, ha dejado claro en varias ocasiones que la defensa armada contra un agresor es legítima, pero también ha repetido que debe ser “proporcionada”. En otras palabras, una estrategia que conduce a una espiral incontrolable de acciones militares cada vez más peligrosas para todo el mundo es irresponsable.
No se le escapa al Vaticano que las acciones de sabotaje ucranianas en territorio ruso (con el tiempo se sabrá si el intento de asesinato de la hija del ideólogo panruso Dugin forma parte de esto) casi parecen tener el propósito de empujar a Rusia a un paso en falso para involucrar directamente a la OTAN en la guerra. Ya en primavera, Zelensky intentó imponer una zona de exclusión aérea sobre el cielo ucraniano, implementada por los aviones de la OTAN. Francisco quiere un intento serio de alcanzar un alto el fuego. Zelensky reiteró que las armas solo pueden ser silenciadas si Rusia se retira por completo de todos los territorios ucranianos ocupados (incluso Crimea, que fue anexionada en 2014 y nunca ha sido ucraniana en su historia, cultura y tradición). En esta profunda divergencia geopolítica radican las dificultades de un viaje papal a Kiev sin una misión igual a Moscú. Por otra parte, Putin está convencido de que sin una señal clara de Washington a favor de las negociaciones, no tiene mucho sentido tratar con Zelensky.
Al final, Francisco decidirá personalmente cómo y cuándo moverse. Pero su idea de que ha llegado la hora de un nuevo orden mundial, acordado por todos, permanece inalterada.
En la entradilla citaba el ímpetu nacionalista del arzobispo Shevchuk. Pues hoy en su catedral ha estado el presidente y la presidenta de Ucrania para celebrar el día de la independencia. Y esta ha sdo la oración-arenga del arzobispo, tan distinto de Francisco y tan parecido a un exarzobispo de Toledo que decía (en contra de lo que pudieran decir los obispos catalanes) que la unidad de la nación española es un bien moral recibido de Dios que hay que conservar). Esto proclamó Shevchuk:
Pero ese señor Viganó, se encuentra bien? Como no soy muy lista me ha parecido que dice muchas cosas raras, pero ya que Dios quizás esté utilizando a Rusia para…
Es como para salir corriendo o no lo es? Estamos todos bien de la cabeza? Leo estas cosas y me asusto. Qué jaleo hay de fondo en la iglesia? Quizás esto de la utilización a Rusia cae dentro de la Divina Providencia?
Y luego dicen que los cristianos no creen en nada. Ni en Dios ni en nada.
Dios mío. Ayúdanos. Hemos enloquecido…!!
Y es que lo que soy es una ingenua. Me empeño, me empeño en que la iglesia tiene que ir de Evangelio y no. Va de política. Pero esta opinión me ha roto la cabeza. Y me quejo de cosas que leo en Atrio. Madre mía. Es que no sé de qué va la película. Aquí somos todos más o menos normales. Creo.
Y me callo. Me van a volver a reñir, pero que conste que ha empezado Viganó.
Francisco acaba de hacer otra referencia clara a Ucrania. Pero que sigue molestando a Kiev como acabo de ver en una entrevista hecha por la RAI a un vicepresidento del gobierno ucranio. Estas son las palabras de Francisco, algunas añadidas a lo que llevaba escrito pero que han sido recogidos en vatican.va. Resalto por mi parte lo más significativo, sobre todo lo que se refiere a la hija del filósofo Duguin:
Lo que le gustaría a Kiev es que Francisco tomara tanta parte por la causa “divina” de Ucrania como hace su arzobispo de rito griego-católico en Kiev, Shevchuk, que no ha dejado de hacer en estos seis meses, cada día un mensaje-homilia que parece pura propaganda de Kiev. Ni el día que hablaba del amor cristiano en el sermón de la montaña se atrevió a referirse a “amad a vuestros enemigos”. Bueno, estas son mis dudas, Oscar. Porque, por la otra parte, no os confundáis. Putín y Rusia no tienen nada que ver con el comunismo ruso. Todo lo contario. Y esa unión e bloques no alineados con Rusia y China a la cabeza es el ideal de quien quiere castigar a occidente que ha renegado de los valores tradicionales de siempre: la condena de la libertad sexual, el aborto y otras depravaciones que se difunden en occidente bajo el dictado de LGTB. Mirad este artículo sobre Viganó en Alerta Digital. El texto total de lo que escribió tras el 24 de Febrero están en una página en el menú horizontal de ahí arriba. No lo hemos comentado pero es significativo.
Ufff! Y quería hoy mismo intervenir en el diálogo entre Oscar e Isidoro en otro hilo, al que me invita tambén Oscar… Disculpadme. Solo puedo seguir a un ritmo lento…
Hola Antonio!
Permitime decirte algo:
No andes buscando “Valores Absolutos” por otros sitios
que no sean “lo que sentís que tenés que hacer“.
¿Lo estás haciendo?
¿Coincidís vos con ello?
Entonces Ok, Vives!
La vida es “proyecto y situación”
Chau!
Leo el final:
– “La idea de Francisco de que ha llegado la hora de un nuevo orden mundial, acordado por todos, permanece inalterada”
Esa “idea” no es solo y primariamente de Francisco;
a ella “se vino llegando”;
desde el “viejo orden”: unipolaridad hegemónica por las resoluciones de la conferencia monetaria y financiera de las Naciones Unidas, realizada en la localidad de Bretton Woods, entre el 1 y el 22 de julio de 1944, que estableció las políticas económicas mundiales que estuvieron vigentes hasta principios de la década de 1970.
“una narrativa que sólo ve a Ucrania como agraviada (lo cual es totalmente cierto), a Putin como una bestia demoníaca metafísica, y a Rusia como un estado que debe ser reducido a tal condición que una iniciativa militar como la del 24 de febrero no pueda repetirse jamás”
En mi opinión, esta frase es irreprochable, la diga el secretario de estado gringo o su ama de llaves.
El estado agraviado es Ucrania, Putin es un salvaje sin freno y hay que llegar a la situación de que la agresión del 24 de febrero no pueda repetirse jamás.
Otra cosa son los medios para conseguir eso.
Yo tengo muy claro que con la detención del asesino y criminal Putin (y su ideólogo también, aunque después de que Putin le mate a la hija lo mismo no está tan feliz) y el compromiso de la OTAN de no extenderse hacia el oriente, se podría llegar a un acuerdo.
Pero solo soy un ignorante haciendo de seleccionador nacional.
“Pero solo soy un ignorante haciendo de seleccionador nacional.”
¡Gracias!
Estimado Sr. Varela.
el que yo me reconozca “ignorante jugando a seleccionador nacional” no le hace a usted más inteligente ni más listo.
Y esa ignorancia no me impide reconocerle a usted como un charlatán vendemantas tratando de colocar la doctrina del “Partido” (del partido de lo suyos de usted, claro), a base de consignas demagógicas y .
Reconocer que uno puede estar equivocado es, no solo bueno sino muy sano. Le priva a uno de tentaciones dictatoriales, esas que tanto proliferan en países y gobiernos hacia los que usted tiene bastante afinidad. Y le vacuna de la enfermedad de la contumacia (de la contumacia en el error, aunque los hechos, que son más contumaces aún, tengan la costumbre de demostrar que el error existe).
Por lo tanto me reitero en lo escrito, soy un pobre ignorante jugando a seleccionador nacional (ya se que le ha gustado). Lo que usted se reconozca a si mismo es ya solo decisión de usted y su propia soberbia.
¡Aplausos de la Tribuna!
Llaguno, me parece pueril el insulto innecesario y gratuito (“charlatán vendemantas“) a Óscar. Menor “señor”, y más respecto. No en vano ya te escribí con anterioridad que “ni el tuteo excluye el respeto ni el engolamiento o presupone”.
Por algo será que tienes que recurrir al insulto. Óscar no. Que él sea o no sea soberbio, es tu impresión subjetiva (y yo diría que falsa). Pero que él es respetuoso y tú zafio y maleducado, al menos en estos foros, es un hecho a comprobar para quien lea esta simple línea.
Llevo años visitando estos foros, si bien muy a salto de mata. Y aunque hablo de memoria, es a primera vez que recuerdo un insulto tan innecesario. y no es la primera vez
Por tanto, repito, menos “señor” y más respeto (“yo hago profesión de claridad“, Casaldáliga). A Óscar y el sur-sum corda.
Saludos, Llaguno, respondiendo a tu zafiedad con mi educación sencilla y espontánea.
(Antonio, como moderador que eres, ruego tu parecer frente al insulto).
Llaguno, te pido disculpas.
El término que le vertiste a Óscar, sin ser muy afortunado, tampoco era para tanto, y se desarrolló en el contexto del calentón de la conversa.
Y creo que me puse demasiado estupendo y guay.
Te reitero mi saludo respetuoso, amigo
Gracias Nacho,
pedir disculpas te honra.
Créeme que escogí los términos con mucho cuidado. En primer lugar por respeto a Antonio y a Atrio, su web. Y en segundo lugar porque a pesar de las múltiples ocasiones que nos brinda a diario (en mi modesta opinión) no es necesario insultar de verdad para desenmascarar al Sr. Varela (te prometo que conozco docenas de insultos más fuertes, incluso en varios idiomas), a quien soy consciente de que tú respetas y con quien compartes muchas opiniones. Por eso dejaré de mencionarle en este comentario.
En mi tierra manchega, ser un charlatán vendemantas no es ser deshonroso. De hecho, antiguamente había concursos nacionales (que siempre ganaba un valenciano muy gracioso) en el que determinados charlatanes (es el nombre real de su oficio) te vendían un peine y te “regalaban” 30 mantas zamoranas. Lo bueno de estos concursos es que se tiraban diciendo cosas absurdas una hora, nadie les creía y al final nos reíamos todos con las ocurrencias de cada concursante (Razón por la cual escogí esos términos)
Yo, que de niño asistí a alguno de esos concursos y vi otro por la televisión reconozco que me gustaría cuando voy a vender el producto de mi trabajo (cosa que a diferencia de otro tipo de oficios me veo obligado a hacer) tener la habilidad del gran Ramonet que ganó muchos concursos de estos y no consideraría un insulto que me compararan con su destreza retórica.
El problema de que le comparen a uno con el gran Ramonet, aparece cuando uno se postula como poseedor de la verdad absoluta, se toma demasiado en serio y a pesar de ello sigue tratando de vendernos un peine carísimo con 30 mantas zamoranas de regalo (dialéctico y no literal en este caso).
En cualquier caso, gracias de nuevo y un amistoso saludo
Bravo, Nacho y Antonio!
Pidiendo excusas y rebajando acaloramiento dialéctico estáis dando pistas de hacia dónde puede ir ese ATRIO que no puede solo dar y aplicar una persona sino un grupo o comunidad virtual como la que, de hecho, formamos ya lo que nos consideramos atrieros (o arrieros, como a veces rectifica el corrector, pero que nos identifica con la constancia en querer transportar valores y la esperanza de tener lugares de encuentro en el camino)