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¿Va a ser esta mujer la presidenta de Italia?

Elisabetta Beelloni, el 25 September 2020, en Roma. ANSA/CLAUDIO PERI

He pasado la semana pendiente del cónclave de 1.009 grandes electores (senadores, diputados, presidentes de región, otros) que tienen que elegir el 13er. presidente de la República italiana. Acaba de concluir la sexta votación con fumata negra. Mañana sábado será la séptima votación a las nueve. Y yo apuesto por esta mujer, que ha estado muy oculta hasta ahora, cuando solo sonaban los grandes nombres de ancianos políticos, Berlusconi, Draghi (que provocaría crisis de gobierno), Matarella bis… Asomó la berlusconiana Castellati, presidenta del senado, que se quemó pronto. Mi pronóstico es que mañana puede salir esta mujer, Elisabetta Belloni, y yo me alegraría por mi querida Italia.  Os he traducdo esta semblanza que hoy publica ANSA, la EFE de Italia. Porque son muchos lo que temen a… Elisabetta Belloni. ¿Que os parece? AD.

 

Elisabetta Belloni, la mujer que rompió el techo de cristal

Fue la primera en dirigir la diplomacia y los servicios de inteligencia italianos

Es la primera mujer en la historia de la Farnesina (ministerio de Asuntos Exteriores) que es nombrada Secretaria General y la primera mujer en Italia que dirige los servicios secretos.

Elisabetta Belloni es una de las personas que hace tiempo rompieron el techo de cristal.

Hace muchos años, fue una de las primeras chicas admitidas en el Liceo Massimo de Roma, cuando el instituto jesuita, al que también asistía el Primer Ministro Mario Draghi, decidió que ya no era sólo para chicos.    En el Massimo, una emocionada Belloni recordó en 2007, al recibir un premio dedicado a los antiguos alumnos, que ellos “nos enseñaron el compromiso y el rigor que nos acompañan durante toda la vida”. Un compromiso y un rigor que nunca ha traicionado: tras una larga carrera diplomática, es una funcionaria “orgullosa de llamarse institucional”. Como ella misma dijo en una de sus escasas entrevistas en las que también reivindicó el orgullo de “no tener ninguna afiliación política“.

A sus 63 años, Belloni -que habla cuatro idiomas y puede presumir, entre otros honores, de la Legión de Honor recibida de Francia- tiene a sus espaldas otros muchos cargos a los que se ha llamado “la primera mujer”: desde la dirección de la Cooperación al Desarrollo hasta el papel de jefe de gabinete de un ministro de Asuntos Exteriores.

Muy reservada, se sabe poco de su vida privada: enviudó hace cinco años, tras la muerte de su marido Giorgio Giacomelli, también embajador. Los que la conocen bien hablan de ella como una mujer con una fuerte personalidad, muy decidida.

Cree en el papel de las mujeres, “especialmente idóneo”, señaló hace años en otra entrevista, “porque están inclinadas casi por naturaleza a tomar decisiones sin vacilar y a asumir responsabilidades, incluso cuando ello conlleva riesgos personales”. Pero sin renunciar a la feminidad, como demuestra su estilo siempre elegante y su atención a los detalles.

Se licenció en Ciencias Políticas en 1982 en la Universidad Luiss de Roma y tres años más tarde ingresó en la carrera diplomática, donde pasó por todas las etapas hasta ser promovida, en 2014, a embajadora, una de las pocas mujeres que ha alcanzado el más alto rango en la carrera diplomática, gracias al compromiso que la dio a conocer fuera de los muros de la Farnesina durante algunos de los retos más difíciles de la diplomacia italiana.

En noviembre de 2004 fue nombrada jefa de la Unidad de Crisis y sólo un mes y medio después, el 26 de diciembre, tuvo que enfrentarse a la tragedia del tsunami en el Sudeste Asiático, con miles de turistas italianos en la zona, cientos de desaparecidos, y la difícil tarea de contactar con las familias de las víctimas y organizar la repatriación. Su decisión de permanecer en la oficina incluso de noche para gestionar la emergencia en todo momento pronto se convierte en algo casi legendario. Y esto es sólo el principio. El secuestro de Giuliana Sgrena y el asesinato de Nicola Calipari en Irak, el secuestro de Daniele Mastrogiacomo en Afganistán y los delicados casos de los técnicos italianos que habían caído en manos de la guerrilla nigeriana le seguirían de cerca.

En 2008, Belloni fue nombrada jefa de la Dirección General de Cooperación al Desarrollo, que dirigió con una serie de misiones a los países más pobres y una atención constante a las mujeres, las últimas entre las últimas donde la miseria y la enfermedad son la norma. Permaneció en la Cooperación hasta 2012. Al año siguiente, asumió la dirección de la Dirección General de Recursos e Innovación. Un nuevo reto, pero diferente. Se le encomendó la desagradable pero necesaria tarea de recortar los gastos del ministerio.En 2015, dio otro salto: se convirtió en jefa de gabinete del ministro de Asuntos Exteriores, Paolo Gentiloni. Luego, en 2016, se convirtió en la primera mujer secretaria general. De nuevo un récord antes del siguiente, que llegó hace siete meses, cuando el gobierno de Draghi la llamó para dirigir el Dis, el órgano de coordinación de los servicios secretos italianos.

5 comentarios

  • Antonio Duato

    Se ha cerrado una vez más este proceso de elección de presidente con un aplazamiento del problema. Todos a pedir que se quede Matarella otros siete años. Lo ha aceptado él con cara triste y preocupada. ¿Tutti contenti? No todos. Muchos enfadados por sentirse traicionados por los propios o los otros. Pero el problema se repetirá, Y aunque Draghi siga siendo presidente del Consejo, la coalición que lo sostiene está fracturada y no será fácil acabar la legisladura. Se ha perdido la ocasión de poner en el puesto que simbólicamente debe representar lo mejor de Italia a una mujer y a una buena servidora pública que hubiera podido ir corrigiendo vicios de la clase política italiana. Así lo veo, por mucho que estime a Matarella y su ofrecimiento a seguir. Pero no vale la pena analizar con más detalle este episodio de historia italiana… Ya tenemos bastante con lo que nos espera a nuestr sociedad y nuestra iglesia.

  • Juan A. Vinagre

    Lo siento, como tú debes sentirlo, Antonio. El señor Matarella, que quería dejar el cargo de presidente, y retirarse, no ha podido hacerlo. La solución de un problema de Estado no se resuelve, de aplaza… Muy típico: más de lo mismo…. En Italia los empresarios, en general, tienen más sentido de Estado que los políticos. Esto recuerda algo similar (y nuevo) en España: El acuerdo entre sindicatos trabajadores y empresarios -interés privado- no es aceptado por la derecha… En esta ocasión los empresarios demuestran más sentido social y de Estado que la derecha, sempiterna  dicente  que solo defiende a España… ¡Qué falta nos hace aprender a discernir mejor -POR LOS HECHOS…- que valen más que las palabras!    (¿Nos recuerda algo parecido en la Iglesia de Jesús?)

     

  • mª pilar

    Me alegraría mucho, que esta mujer, con una vida llena de experiencias vitales y según nos relatas, sabiendo en cada momento como actuar con entrega y responsabilidad;  fuera elegida como presidenta de Italia.

    Creo que sería una muy buena elección, y toda Italia experimentaría su buen hacer.

    Le deseo todo lo mejor y además, me fio totalmente de tu buen criterio.

    Gracias Antonio.

  • Antonio Duato

    A las pocas horas de haberla hecho, retiro esta apuesta personal sobre el totocalcio presidencial en Italia. Desde luego, no creo que en las dos elecciones de hoy llegue la fumata bianca. Es un hobby para mí, una peculiar elección indirecta que sigo cada siete años con detalle desde 1955. Ahora por la RAINews24.

    Ayer creí que se impondría la opción Belloni como solución a un penoso bloqueo por división de grupos políticos (la politequería italiana es proverbial) con la unión  en torno a un nombre de mujer, buena “public servant” como embajadora, experta en colaboración internacional y buen referente de la creatividad y empuje hacia un futuro más humano (de lo que el genio italiano ha dado suficiente pruebas). Pocos minutos después un politiquillo toscano en quien confié pero que me decepcionó por su personalismo (Renzi) la quemó diciendo que en ningún estado civilizado se puede nombrar presidente de la república al responsable de los servicios secretos. Y nadie se ha atrevido a argumentar que si la embajadora Belloni estaba de directora del Dis (nuestro CNI) era solo desde menos de un año, nombrada para ello como servicio público especial por el también técnico y apolítico premier Draghi, a quien hubo que recurrir por lo especial de los problemas del momento.

    Pero, en fin, problemas de realidad y dificultad para que se realicen avances de nuevos paradigmas democráticos que no son solo utopías sino itinerarios personales válidos, como, para mí, seguirá siendo Elisabetta Belloni que aquí he presentado.

  • Juan A. Vinagre

    Pues con ese curriculum me alegraría que la señora E. Belloni recibiera el apoyo suficiente como presidenta de la república italiana. Ha habido y aún hay tantos “chanchullos” crónicos -nada ejemplares- en la política italiana que la presencia de esta mujer en la cúpula podría sanear y eliminar o reducir vicios importantes, que afectan a lo público. La “manma” es muy benerada en la sociedad italiana, pero en política ha sido marginada, demasiado marginada. Por eso es bueno un nuevo soplo de aire fresco que renueve el ambiente político, guiado casi siempre por un “más de lo mismo…”  ¿Cómo es posible que con gobiernos tan breves e inestables -por sus luchas internas- Italia se halla situado en un buen nivel de vida? Algunos expertos responden que gracias a su clase empresarial, con más sentido de superación, también social, que los políiticos. (Por último -y entre paréntesis-, ¿una mujer en el Quirinal no movería algunas neuronas y emociones racionalizadas entre el clero conservador a favor de la mujer en la Iglesia de Roma…?