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Incendio en la Iglesia Católica

En abril de 2019, ante los ojos atónitos del mundo, las llamas arrasaron buena parte de Notre Dame de París, la catedral más bella del mundo, en la que tantas veces entré con profunda emoción. Pero aquellas llamas no fueron nada con el incendio devastador que el Informe Sauvé acaba de declarar, de sacar a la luz nada más, en la Iglesia de Francia, “hija mayor” de la Iglesia universal. Es un huracán arrollador, un volcán en erupción.

Las torres de Notre Dame se salvaron, y el resto pronto quedará reconstruido, pero dudo de que no ya solo la Iglesia de Francia sino la entera institución católica pueda reponerse de este seísmo, sobrecogedor por el alcance conocido y la expansión adivinada. El alcance y la extensión del dolor causado por una Iglesia que predica las Bienaventuranzas de Jesús. Por lo sabido y por lo que se intuye que queda por saber, ¿algo del andamiaje eclesiástico merece aún quedar en pie? ¿La desdicha no supera a la bienaventuranza? La pregunta puede parecer desmedida, pero irrumpe del corazón y de los labios de muchos, incontenible como una llamarada.

Y es que, por muy demoledores que sean las conclusiones del informe Sauvé acerca de los abusos sexuales sobre menores en la Iglesia de Francia, lo más demoledor es el diagnóstico que hace, y lo enuncia con un término contundente: SISTÉMICO. No se trata de la “maldad” –en la que no creo– de unos individuos enfermos, aunque sean tantísimos. Se trata de un mal sistémico, una pandemia que se deriva, como de modo inevitable, del sistema mismo sobre el que se sostiene la vieja y actual institución eclesial. Quien quiera entender que entienda, y que nadie se equivoque de tratamiento.

No son episodios, anécdotas puntuales, diluidas e insignificantes dentro de la incontable masa de clérigos y religiosos de la Iglesia católica. No, los abusos sexuales eclesiásticos son sistémicos, y ¿cómo nos extrañaremos de que mucha gente lo traduzca como “sistemáticos”? Ahí están las cifras, los horrores que dejan al descubierto. La pedofilia clerical y religiosa se sitúa solo por detrás de la que tiene lugar en la esfera familiar y en el entorno de amistades –esferas y entornos en los que, de acuerdo a la mera sociología, encontraríamos más católicos que no católicos–, por delante de todos los demás ámbitos sociales: deporte, educación, ocio… Y cualquiera puede adivinar que las cifras del Informe se quedan muy cortas, pues solo recoge los casos que cuentan con testimonio personal directo.

Aun celebrando que haya sido la propia Conferencia Episcopal Francesa la que puso en marcha una investigación rigurosamente neutral, estremece que haya tardado tanto (que todos hayamos tardado tanto…), y cabe dudar de que ahora lo haya hecho por propia iniciativa. Y estremece preguntarse hasta dónde llegarían las cifras si todos los países, empezando por los más católicos –o por esta misma España de ayer y de hoy todavía–, investigaran los hechos como en Francia. Contra las palabras que el evangelio de Mateo pone en boca de Jesús, “las puertas del infierno han podido con la Iglesia”. Claro que Jesús no lo podía saber, porque nunca se imaginó siquiera que aquel movimiento de transformación espiritual, social, política, que estaba brotando de aquellas palabras que había proclamado sobre las colinas y las llanuras de Galilea (“Dichosos vosotros, los pobres, porque llega el Reino de Dios y es para vosotros”) fuera a convertirse en el sistema que acabó siendo hasta hoy.

El problema es sistémico. Los sujetos de los abusos son individuos, pero el origen de su conducta es el sistema eclesiástico. Los individuos son enfermos, pero el sistema es maligno. Es malsana y maligna, por no decir perversa, la antropología maniquea de la sexualidad: la condena de toda relación sexual como pecaminosa salvo dentro del matrimonio canónico, el tabú y la diabolización del placer, la exaltación de la castidad, el celibato obligatorio, la culpabilidad obsesiva, el deseo reprimido, la sublimación frustrada que busca su compensación en la autoridad sobre almas y cuerpos, tan manifiesta en los abusos sexuales. Es malsano el sistema clerical: el celibato obligatorio, la sacralización del estado, la exclusión de la mujer, la profunda homofobia tan característica de los clérigos homosexuales.

Es malsano e incluso perverso el discurso sobre el pecado como culpa más bien que como daño, y el discurso sobre el perdón como absolución de la culpa más bien que como reparación y sanación del daño. Es alienante y neurotizante la práctica canónica de la confesión sacramental, que ni siquiera existió hasta el s. XIII: alguien comete un abuso sexual o incluso una violación, busca un sacerdote, se confiese de haber cometido un “pecado contra la castidad”, recibe el perdón de Dios en el perdón del sacerdote, queda libre de su culpa, y recupera la tranquilidad de su conciencia hasta la próxima ocasión. Y, por una transferencia perversa pero lógica, el niño abusado o la joven violada siguen torturándose, se sienten culpables de la culpa del abusador o del violador absueltos en confesión. El infierno.

Está bien que el papa, la conferencia episcopal y la conferencia de Religiosas y Religiosos haya reconocido su inmensa pena y su vergüenza absoluta. Pero no basta. Como no bastará con agravar las penas para los “culpables”. No hay culpables, hay heridos, y quienes hieren están también heridos, y es preciso que queramos curar a todos: a las víctimas primero, y a los victimarios después. Tampoco bastará con suprimir el secreto de confesión (antes habría que suprimir el sacramento mismo de la confesión o penitencia en su forma actual). Si queremos que el infierno no siga prevaleciendo en la Iglesia que se dice de Jesús, es necesario que deje que las llamas devoren el sistema, sus raíces y soportes teológicos y canónicos, y lo transfiguren por entero con su Derecho Canónigo, su modelo clerical de Iglesia y toda su teología y su antropología patriarcal y maniquea. “He venido a traer fuego a la tierra, y ¡cómo quisiera que estuviera ardiendo!”: eso sí que lo dijo Jesús, aunque ni siquiera sería preciso que lo hubiera dicho.

Y que la Iglesia sea –no digo vuelva a ser– lo que Jesús soñó para aquel movimiento galileo sin fronteras ni tabús ni sistemas de poder. Y que, despreocupada de sí y de sus dogmas y cánones, se dedique en cuerpo y alma a lo más urgente y necesario: el respeto, el cuidado y la curación de todos los heridos, la santidad o la salud o la salvación de la vida en la Tierra.

Aizarna, 7 de octubre de 2021

www.josearregi.com

 

66 comentarios

  • Carmen

    Hola señor Arregi

    Me da pereza entrar al correo, lo tengo en el ordenador. El del móvil no lo utilizo y ni me acuerdo de la contraseña.

    Que digo que ya no puedo más. Sé la importancia de lo que se plantea con el modelo no Teísta. Aquí nadie es tonto. Podemos saber más o menos teølogia, pero esto va de una renovación profunda de la iglesia, cosa imposible sin cambiar el concepto de Dios. Todo el mundo que escribe aquí lo sabe.

    No voy a luchar contra el universo. Sorry. Ya luché contra el mismo Dios que me transmitieron. Llegué a las mismas conclusiones finales, digo finales, a las que han llegado ustedes. Porque es un problema que se planteó a raíz de que  las personas normales, como yo, abandonasemos las iglesias. Eso es así. Es más, estaba profetizado por profetas de los años veinte. Pero esos son buenos, porque era todo a nivel teórico. Muchos y digo muchos con toda intención, se sumaron a esas ideas. Ideas. Quedaba muy bien. Hubo movimientos y tal. Pero todo dentro del orden del teismo.

    Ahora se ha dado un paso más. Hay que defender otro modelo. Y la gente no está dispuesta. Y lo entiendo. Sus creencias más profundas no están dispuestas a cuestionarlas. Y con toda la razón del mundo.

    Hay algo que no se llega a entender, es un modelo a futuro, para generaciones jóvenes de este momento y para las siguientes. Es un punto que puede parecer una tontería, pero no lo es.

    Y ha estallado la guerra abierta en la iglesia. Eso quiere decir que hay que escoger bando, conmigo o contra mí. Ha llegado la hora de la verdad.

    Pero no es mi guerra. Por una parte me siento una cobarde. Hoy mismo la derecha junto con la iglesia ha tumbado una ley de igualdad para el colectivo LGTB o como se llame, en Italia, cuya capital es Roma. Tengo un hijo homosexual que da mil vueltas a muchas personas hetero. Es un tema que me preocupa especialmente. Sé de la influencia de la iglesia católica en temas que ellos llaman de moral cristiana.  Pero le prometo que no puedo más. Aquí me siento como un pulpo en una cacharrería. Y además me siento mayor. Como para pasar a la reserva. Y eso voy a hacer.

    No sé, pero hay algo que esta

     

    • Carmen

      Sorry. Se ha mandado solo. Miedo me da leerlo.
      Le decía que algo está fallando. Quizás lo de siempre. Confíen más en las personas de a pie. Si conocieran lo que plantean, barrerian. Pero tienen que llegar a las personas . No me pregunte cómo, ni idea. Solamente sé que me he encontrado muy sola aquí.
      Y, como dicen los críos, me abro.

      Mucha suerte.

  • Isabel, por supuesto que “cambiar el estilo de vida” es una solución vaga pero es que son tantas las cosas por hacer…

    En mi opinión, habría que empezar cambiando la moral sexual que hace que el cristiano vea (o deba ver según los teólogos moralistas) en el sexo algo malo.

    También eliminar el celibato que tan ridículo es a la vista del hombre y mujer modernos. No digo que no haya grupos de personas célibes si quieren serlo (aunque no entienda yo por qué) pero  hacerlo obligatorio para poder ejercer el sacerdocio es increíble.

    La incorporación de la mujer a los estamentos eclesiales, ni que decir tiene que no eliminaría la pederastia pero unida a la eliminación de la obligatoriedad del celibato haría que vivieran una sexualidad más normal.

    Incorporación del mundo Gay a la Iglesia con todos los derechos, que no se tengan que ocultar en guetos o armarios.

    Eliminación de la enseñanza de los seminarios a niños pequeños. Para entrar en un seminario se debería exigir que fueran hombre y mujeres formados, maduros en lo afectivo y en lo físico e intelectual (aunque nunca se pare de aprender)

    Y una política de claro abandono del castigo de estos actos al poder civil. Sin tapujos, sin ocultaciones. protegiendo el legítimo derecho a la presunción de inocencia de los clérigos acusados pero dejando claro que la Iglesia no va a proteger a quienes sean condenados en firme por la justicia.

    Solo así podremos hacer que el mundo no cristiano nos vea con ojos más comprensivos.

    Porque el verdadero sentido de la penitencia no es ser castigados por nuestros pecados sino ayudar a reparar el daño hecho a nuestros semejantes y recuperar la confianza de nuestros hermanos.

  • Carmen

    Señor Arregi.

    Creo que me he portado.  Al. Agua fresca y cristalina le ha caído encima muchas cenizas, a lo mejor son las del volcán de La Palma.

    Hasta aquí he llegado.

    Un abrazo y mucha suerte a usted y sus amigos.

  • Santiago

    Está claro que no podemos, ni debemos, generalizar….Es condenable el abuso sexual en la Iglesia y los encubridores, sean de la jerarquía o prebíteros o laicos…Es, diríamos, abominable y repugnante, principalmente cuando se ha hablado de tanta complicidad…Pero,m obviamente, no TODOS lo son ni lo han sido…por lo menos, en el tiempo pre-conciliar que yo viví, solo eran “rumores” de “algunos”…Todo cambió a en los últimos tiempos…no me atrevo a decir cuántos años…Claro que en la Iglesia siempre hubo pecados de todas clases y entre toda clase de fieles, incluyendo clérigos…Pero lo importante es si es “el sistema”…Aquí está la clave…porque si es el sistema el que ha “sistematizado” el abuso sexual “desde siempre” entonces la Iglesia de Cristo es una farsa “en si misma”….

    Las causas pueden imaginarse pues en “estos últimos tiempos” especialmente “post-concilio” Vaticano II ha invadido la idea de la desmitificación del “pecado” y de la culpa….SE ha ido perdiendo sutilmente la idea que existen actos libres y responsables…especialmente esto de que es grave desorden las relaciones sexuales “fuera del matrimonio”, el que “el placer” es siempre honesto puesto que “hay que vivir la vida”, que la “castidad” es algo diabólico, perjudicial puesto que reprime y constriñe nuestra libertad y sexualidad, que no nos debemos sentir “culpables” de nada, especialmente de “ejercer el sexo” y que la sublimación freudiana es un mito….Además que el celibato “requerido” para las órdenes en el rito latino de la Iglesia, aunque el candidato lo pensó durante muchos años y al final lo decidió “voluntariamente” es una imposición malsana, que todo “cura” odia al que tenga tendencias homosexuales en vez de reprobar a la acto sexual “en sí” y que es injustísimo que la Iglesia llame sólo a los varones a las órdenes sagradas siguiendo a Cristo en su “identidad personal”.

    No hay duda que he tratado de reflejar en lo posible lo que el autor quiere decir con la afirmación que el abuso sexual en la Iglesia es producto del “sistema”represivo impuesto sin remedio por la misma Iglesia de Cristo y que esa es la causa, simplemente expresada aquí.   No se tiene en cuenta que en esa misma Iglesia se ha infiltrado y se ha pasado a un periodo premeditado para destruir la base”su doctrina evangélica” y que ha habido muchos interesados -en el pasado y en el presente- para de-construir lo que Jesús vino a decirnos por medio de Su Palabra eterna y en el carisma de Su Iglesia…

    El “sistema” es claro que tiene su origen en Cristo…La Iglesia es de Cristo…es Su Iglesia…la misma de la que El dice que el infierno del mal no prevalecerá “contra ella”…Eso esta vigente aún…Todavía el mal NO ha prevalecido contra Ella…Ella sigue “viva” y con las palabras de Cristo:

    “Si quieres entrar en la vida, guarda los mandamientos” de la Ley eterna…Por eso, Jesús insiste no solo en el mandamiento de “NO  adulterar” que se castigaba severamente sino que “cualquiera que mire a una mujer con lujuria ya ha adulterado en su corazón (Mateo 5,28)…No es solamente “el acto sexual”fuera del matrimonio lo que condena la Ley divina, sino los pecados internos de pensamiento y de deseo…Dice Jesucristo “porque del corazón salen los malos pensamientos, los homicidios, los adulterios, las fornicaciones, los hurtos, los falsos testimoniuo, las blasfemias” (Mt 15:19; Mc 7,21-23) No se trata de escritos inventados en el siglo III o VI sino en pleno siglo I, ya la mente de Dios se reflejaba en Su Hijo Jesucristo y estas palabras se recordaban  leyéndolas en las asambleas litúrgicas de las comunidades de la Iglesia primitiva como atestigua Clemente Romano y Justino Mártir entre otros Padres Apostólicos..

    NO solo eso, Jesús fue El mismo célibe y en el Evangelio se escribieron estas palabras de Jesús:

    “Porque hay eunucos que así nacieron desde el seno de su madre, y hay eunucos que lo son por obra de los hombres y hay eunucos que a sí mismos se hicieron tales por razón del Reino de los Cielos. Quien sea capaz de comprender, comprenda”. (Mateo 19: 11-12)

    Por tanto, el sistema NO es la causa….La causa de la depravación sexual no es la “imposición de un sistema abominable” sino de la malicia de los humanos que hemos abusado de la libertad que se nos dio con la existencia, como privilegio…Hay que aceptar nuestra responsabilidades y la confesión de nuestras culpas que es el requisito para una conversión de corazón…lo único que nos puede salvar del abismo adonde nos conduce el mal….

    Por eso, el sistema es el que produjo tantos frutos de santidad como Francisco de Asís, Antonio de Padua, Teresa de Jesús, de Lisieux, de Calcutta, de los Andes, Domingo de Guzmán, Camilo de Lelis y miles y miles de “santos” anónimos y canónicos, que nos están diciendo claramente que la práctica de TODOS los mandamientos NO es una aberración….sino un camino hacia el Bien…ES el “desorden”, la promiscuidad y la corrupción especilamente en el aspecto del abuso del cuerpo humano el que nos ha llevado al estado actual de la cuestión.

    Un saludo cordial

    Santiago Hernández

     

    • Carmen

      Querido amigo.
      Lo de sistema no va por ahí. Va porque las órdenes de callar vienen del máximo dirigente. Quizás una decisión equivocada que ni tan siquiera fuera suya, quizás desbordado por el problema. No juzgo a nadie, pero las cosas son como son.
      Qué ha llevado a este extremo? Supongo que muchas serán las causas pero la firma del procedimiento a seguir viene por órdenes de arriba. Y hay voto de obediencia.
      Esa es la causa por la que la sentencia habla de sistema. Esa causa sí está clara.

      Sé que la pederastia se está utilizando como arma arrojadiza en la guerra sin cuartel que se ha desatado dentro de la iglesia.
      Es como una revictimización de las víctimas.

      Lo que está claro es que a los cristianos de a pie, si hablamos, nos funden. O nos utilizan
      Lo más prudente es salir corriendo. Pero es un tema que me Subleva. Porque he leído las memorias de Jung y te das cuenta de la importancia que tiene la infancia, las vivencias de un niño sean reales o imaginadas o soñadas.
      En fin. Me gustaría decir, da igual. Pero no me da igual. Lo que siento es impotencia. Absoluta impotencia.
      Sigan ustedes adelante, las buenas personas, que hay muchas en el señor de la iglesia, y hagan lo que puedan. Si lo intentan, si lo desean, si luchan , se acabará con la pederastia en el seno de la iglesia. Ánimo.
      Un abrazo.

      • Carmen

        Seno de la iglesia. Me he equivocado. No tengo ni fuerzas para decir sorry. Así que, sencillamente, siento el error.

      • Santiago

        El autor no habla de la corrupción de las personas del sistema, sino del sistema “en sí”.No del sistema actual sino del sistema de “siempre” O sea que es la moral sexual católica que excluye toda relación sexual fuera del matrimonio que para muchos, incluyendo al autor, es malsana y perversa. Junto con otros pormenores evangélicos.

        Es por eso que yo cito al origen de la moral que es el mismo Jesùs que desea que nos ofrezcamos a El con corazón puro huyendo de toda inmoralidad.
        Claro que “el mundo” tiene dificultad en acceder a ese “mandato” y trata de tergiversarlo de mil maneras, incluyendo cambiar al mismo Evangelio que lo afirma.

        Los mismos discípulos decían ¿quien podrá salvarse? Sin embargo, millones de fieles se aprovecharon de la “gracia actual” que Jesús brinda a todos los que quieran seguirle ofreciéndose en sacrificio por amor. Jesús nos da la gracia para poder aceptar “el yugo suave y la carga ligera” del que camina con el Señor en la Cruz diaria.

        La corrupción y la infiltración en el clero actual se ha convertido en sistemática pues el vicio y el espíritu mundano han ido destruyendo la FE que recibimos todos en el bautismo como primera gracia. Y de ahi todo va demoliéndose paulatinamente hasta caer en la pérdida de nuestra conciencia moral cristiana que es la actual realidad dentro de muchos sectores clericales.

        Es falso, por otro lado, la afirmación que el sacramento de la confesión surgiera en el siglo XIII. Revela una clara ignorancia sobre la teología sacramental que está sólidamente fundamentada en la historia. Y tampoco es verdad que basta la mera declaración del pecado para ser absuelto. Se necesitan varias condiciones para el perdón real. Ha de existir una conversión de corazón junto con un sincero arrepentimiento, y sin querer esta gracia es inválida la absolución. Sólo Dios perdona a través del sacramento y la justicia sólo reside en El que es infinitamente justo y misericordioso a la vez. Nosotros no podemos juzgar. Y el autor tampoco.

        Por lo demás, no creo que debamos callar en este abuso sacrílego del “sistema”. Debemos denunciar todo lo que nos parece contrario al amor de Dios. Todas las aberraciones especialmente las dirigidas contra la inocencia de la niñez y adolescencia.

        Todos nacimos buenas personas y sólo los que tergiversan la verdad se convierten en un objeto contradictorio, ya que nuestro camino es encontrar la Suma Verdad que permanece velada ante nuestra mirada. Pidamos la gracia de la perseverancia en la verdad.

        Un saludo cordial
        Santiago Hernandez

        • Carmen

          Cada persona es libre de analizar este tema tan espinoso, tan horrible, desde el punto de vista que crea más adecuado y más honesto.
          Un abrazo

  • Carmen

    Sistema.

    Conjunto de normas o procedimientos que regulan el comportamiento de los miembros de una sociedad.

    No sé. Lo acabo de leer, pero como no sé leer bien, quizás no sea eso.

    Y lo dejo.

    Para qué seguir?

    Soy una soberbia que solamente sabe da patadas adelante y que no entiende lo que lee. Incapaz de pedir disculpas y adelantándome a un mismísimo teølogo porque oso decir que vamos a acabar en la hoguera más de uno. Y además ataco personalmente a Jose Ignacio y hay que salir en su defensa y pedirle paciencia…

     

    En fin.

     

    • M.Luisa

      Hola, Carmen, gusto en saludarte! Solo, dadas estas últimas susceptibilidades, decirte dos cosas, una/ mi último comentario no tenía otra   intención  que disculparme  por el primero  si este   hubiera podido ser  objeto de mala interpretación y dos/ una cosa es constituir un sistema y otra ajustarse a un sistema.

      ¡Con afecto!

      • Carmen

        Pues sí.
        No tener más remedio si quieres seguir dentro.
        No te preocupes. No es susceptibilidad. Se lo que leo. Sé lo que dice cada uno.
        No te preocupes.
        De verdad.
        Solamente que…
        Un abrazo

  • M.Luisa

    ¡Un buen clérigo no lo es si antes no es buena persona y esa condición es la que ostenta nuestro amigo José Ignacio…  todos aquí lo conocemos!

    ¡Abrazos!

  • Carmen

    Hola señor Arregi.

    Como nos descuidemos vamos a acabar más de uno en la Hoguera purificadora.

  • Carmen

    Esto, esto es tremendo.

    Las cosas seguirán igual.

    Exactamente igual.

    Por los siglos de los siglos.

    • Carmen

      Porque el problema es sistémico. De sistema. De sisteeeeeeeeema.

      Lo que ha sido un desastre es el sisteeeeeeeeema. Y lo dice la sentencia.

      En fin
      Me está bien empleado por hablar.

  • M.Luisa

    Por mucha vergüenza que se le vaya añadiendo a la ya declarada por estos hechos tan perversos  nunca por esta vía podrá conseguirse lo que en el fondo se necesita para  erradicarlos. Mal vamos si esta es la única alternativa.

    No hay duda de que el problema   hay que entenderlo  con los parámetros que manejamos estos días  a propósito del no-teísmo  y a la referida deconstrucción. No en vano se alude en el artículo  al fuego destructor recordándonos el de  la Catedral de Notre Dame de París, o con el  volcán que estos días asola la isla de Palma. Una buena analogía.

    Y es que el problema es gravísimo, es sistémico, es todo su andamiaje que está acusando  su derribo. Se lee alguna  réplica que dice que se trata de un fenómeno global socialmente considerado, pero yo me pregunto ¿de dónde ha salido este  informe sino de una sociedad cuya cultura religiosa ha estado subyugada   por este perverso sistema?  Todos somos cómplices  de habernos sentido cómodamente confortables durante demasiado tiempo al albur de un sistema en el que para ensalzar la castidad, el celibato y el matrimonio, etc.,  se levantó   ese  andamiaje maniqueo sobre  la sexualidad  y  en él hemos puesto en riesgo  lo mejor y lo más digno de ella y de nosotros mismos. A ver cuando caeremos en la cuenta  de ese perverso sistema  y con nuestra persona erguida  comenzamos su  deconstrucción.

  • Isidoro García

    El informe sobre la pederastia eclesial en Francia, constata que hay mucho dolor y sufrimiento humano, y hay mucha miseria moral en una naturaleza humana, que no ha podido ser desarrollada y madurada adecuadamente en muchos casos.

    Y muy posiblemente, esto sea ocasionado por una cadena infernal, un círculo vicioso infame: Tengo el convencimiento de que la inmensa mayor parte de los pederastas y encubridores, fueron a su vez abusados en su infancia.

    Y este es un tema muy actual. Porque es un desgraciado asunto, que estimula plenamente, con la tendencia generalizada al justicierismo y la indignación moral, tan de moda en esta época. (Las tricoteuses francesas, se quedan en simples cotillas, ante lo de muchos hoy).

    En una época en que florece, y me parece muy bien, el individualismo y la tendencia a la auto realización personal, (quizás como reacción), surge una tendencia moralinizante imparable, que pretende imponer un ética social rígida e implacable. (¡Savonarola ha vuelto!

    Son los mismos, que se niegan a aceptar, que los delitos, están muy relacionados, con la patología mental. (Naturalmente no les gusta la realidad, y como no les gusta, la niegan: cierro los ojos, y ya no existe).

    E incoherentemente, luego dicen que la cárcel no está para castigar, sino para reinsertar, (lo que es verdad), y por lo tanto si no es posible la reinserción, no ha lugar a la cárcel. Pues no señor, la cárcel también está para proteger a la sociedad ante enfermos patológicos antisociales.

    Es fruto de una fuerte rigidez mental, (también semipatológica: trastorno de la personalidad), y como dice el Papa Francisco: “Detrás de la rigidez hay siempre algo escondido; una doble vida”.

    El justicierismo es el deseo patológicamente obsesivo por implantar la justicia en la sociedad, utilizando para ello, si es necesario, (que siempre lo es), cualquier método útil, incluída la violencia.

    Proviene de un deslizamiento moral progresivo, impulsado por el fundamentalismo, y el dualismo maniqueo entre el bien y el mal. Para este proceso es muy útil la personalización del Mal: antiguamente era el demonio, una figura mítica, pero que pervive plenamente en el imaginario general de la gente.

    Actualmente el demonio se sustituye por unas figuras “malignas”, que conspiran e la sombra, para comerse a los niños crudos, lo que pasa es que en vez de darles caramelos envenenados, ahora se hace mediante la especulación financiera. (Que claro que existe, pero que tiene tras causas más fáciles de comprender).

    Este proceso de la demonización, está muy ligada a la tendencia a la creencia en teorías conspiratorias, una paranoicización que encuentra explicaciones “racionales” a sucesos, muy complejos, o de los que se desconocen sus causas naturales. Así funciona la débil mente humana.

    El deseo de una sociedad más justa, también se puede pervertir, (la corrupción de lo óptimo es la peor de todas), y se pervierte cuando se traduce en un genérico “odio al malo”, que justifica, cualquier exceso intelectual y fáctico.

    Operar un tumor, exige mano firme y sobre todo serena. Si estás encabronado contra el tumor, seguro que vas a hacer una buena escabechina. Ahora eso sí, tú vas a quedar como muy bueno y superior: tu autoestima narcisista, (del narcisismo malo), va a recibir una buena ración.

  • Isabel

    Vergüenzas todas las que se quieran y más, nos quedamos cortos en cualquier caso. Vergüenza por los hechos y en el ámbito de la Iglesia por la ocultación y el tratamiento.

    Ahora bien ¿cómo que no hay culpables? Dice usted que son enfermos ¿enfermos de qué? Fuera de la Iglesia son más y van en aumento ¿estamos rodeados de miles y miles de enfermos? Las causas a las que usted atribuye esa plaga, el tratamiento de la Iglesia a la sexualidad, el celibato, la represión del deseo, son falsas. Ni mucho menos los pederastia son y pedófilos son en su mayoría célibes, lo son HOMBRES de todos los estados civiles. Y luego estamos las mujeres, muchísimas célibes que no nos da por ir por ahí manoseando niños.

    Centrar este problema en el sistema eclesial es reducirlo demasiado, por más que se esté hablando de este caso concreto que se ha sabido. El sistema en que se inscribe es mucho más amplio, afecta a toda la sociedad, clases e ideologías. Y pedir que la Iglesia se ocupe del respeto, cuidado y curación de “todos” los heridos no son más que palabras vacías.

    Su no dualismo lo lleva a convertirnos a todos en uno, víctimas y victimarios somos todos de la categoría  “heridos”. No vea qué pena me dan esos victimarios. Pero las cosas no son así, el sistema es el que es para todos, todos (también las mujeres) tenemos deseos (desde luego no por niños y niñas) y bregamos con ellos tratando de no dañar a nadie, sea o no pecado. Quien abusa de un niño o niña lo hace por que quiere, suya es la responsabilidad y la culpa.

    A lo mejor con su naturaleza masculina podría ilustrarnos con lo que suponga, más fácilmente que yo puedo suponer, qué  pasa por las cabezas de los hombres para que abunde tanto pervertido, más allá de la disculpa del celibato y la represión.

    • Isabel

      A las mujeres no nos da por manosear niños, salvo algunas monjas, que sabe Pilar que haylas.
      Vaya por Dios, estas “feministas” tan preocupadas por ser igualitarias.

    • Isabel (con todo respeto), el problema de la pederastia en la Iglesia y el de la pederastia en general son muy distintos.
      El de la pederastia en general es un problema que ocupa a una parte muy pequeña de la población mundial.
      Un problema que hay que resolver y que las autoridades civiles ponen todo su trabajo en resolverlo peor que solo tiene una solución combinada médico-legal.
      La pederastia en la Iglesia es un problema diferente porque el % de sacerdotes implicados es mucho mayor.
      Y lo es porque debido al celibato y a la moral sexual cristiana totalmente trasnochada unidos a la concentración masculina en “guetos” como seminarios y conventos, hace que las instituciones de la Iglesia Católica sean un foco de atracción de personas con desequilibrios de este tipo, desequilibrios que en ese ambiente se incrementan y se acentúan.
      También ocurre entre las mujeres. Todos conocemos maltratos sufridos por alguna niña en algún cole de monjas, pero es más difícil debido a la naturaleza del deseo sexual femenino que es simplemente distinta al masculino y a que las mujeres llevan siendo reprimidas sexualmente no solo por la Iglesia durante miles de años (y no es una exageración).
      La Iglesia tiene un problema y debe afrontarlo.

      • Isabel

        No estoy de acuerdo.
        Todos no conocemos maltrato de monjas, que aquí hablamos de un maltrato concreto, abuso sexual. ¿Es al que usted se refiere?
        Que la pederastia ocupa un lugar muy pequeño en el resto de la sociedad, perdone, pero es desconocer la realidad.
        Ni el celibato ni la represión son la causa de la perversiön, decir lo contrario es banalizarlo. Que a las mujeres se nos reprime más sexualmente es un hecho y no obstante los abusos a menores por ellas son mínimos. En absoluto esto es tan simple como que nuestro deseo es distinto entre hombre y mujer, tan diferente como para que la represión solo ocasione trastornos perversos a los hombres.
        La Iglesia tiene un problema, sí. Ampliar la mirada a las causas que lo producen, muchas de ellas sociales, es una necesidad. Sin conocerlas difícilmente se pueden encontrar soluciones.

        • Me parece bien que no esté usted de acuerdo pero éste no es un debate Hombre-Mujer.
          Usted no conoce los abusos sexuales de las monjas, muy bien, yo sí.
          Y negarlo es hacer lo mismo que los jerarcas eclesiásticos con los abusos en general.
          Tenga en cuenta que en el saco de los abusos se meten desde pequeños tocamientos a violaciones con violencia.
          ¿Es verdad que los abusos sexuales cometidos por mujeres son diferentes? Claro. Hombres y mujeres vivimos la sexualidad de forma diferente y se lógico que abusen de forma diferente igual que el maltrato en el seno conyugal es diferente cuando maltrata un hombre (generalmente mucho más bruto y violento) que cuando lo hace una mujer.
          Pero este no es un debate feminismo/machismo (como tampoco debería serlo el del maltrato en el seno familiar) es un debate sobre ¿Por qué en la Iglesia se producen estos abusos con mucha más frecuencia que en a sociedad civil? ¿Qué está haciendo mal la Iglesia para haberse convertido en un polo de atracción de individuos con estas patologías?
          Usted dice que el celibato no tiene nada que ver (Quizás porque usted es célibe y no tiene estas pulsiones. Yo soy varón y tampoco las tengo), pero es evidente que la diferencia entre la forma de vivir entre la Iglesia y la sociedad civil es que una tiene menos reprimido el impulso sexual y la otra más y que además, esa represión se produce en colectivos de varones sin mujeres a los que se les exige un cumplimiento mucho más estricto (la mayoría de los católicos laicos pasamos ampliamente de los mandatos de la Iglesia sobre moral sexual y vivimos muy felices).
          Las soluciones que usted demanda no vendrán de la anatemización del varón (como tampoco arreglará otros problemas sociales de los que el feminismo ultra culpa a “los varones”) sino de la modificación del estilo de vida donde se producen esos abusos y eso, inevitablemente, conduce a un a re meditación de la doctrina sexual de la iglesia.
          Meditación que es urgente y muy necesaria.

          • Isabel

            El debate hombre mujer siempre está presente en todo lo que hablemos.
            No es culpar a hombres individualmente ni demonizarlos hablar de la realidad: la pedofilia es un delito de hombres, así como la violencia de género es muy específica de hombres contra mujeres por el hecho material de ser mujeres, una violencia de causa diferente de otras que se puedan dar dentro de la familia. Querer englobar todas las violencias intrafamiliares sin especificar viene a ser como no diferenciar entre un asesinato por terrorismo y el de un delincuente común. Conocer las motivaciones distintas es necesario para intentar soluciones.
            Los abusos cometidos por mujeres no solo es que sean distintos, es que en proporción son mínimos. No alcanzo a entender ese interés por igualar y con esto de ninguna manera quiero decir que las mujeres todas buenas o tonterías por el estilo, todos y todas malos pero como nos manifestamos es diferente y eso se debe a razones culturales sobre todo.
            Ni usted ni yo tenemos la culpa pero lo cierto y verdadero es que el Hombre se ha erigido como superior desde el principio de los tiempos, las mujeres, niños y niñas siempre han sido objetos de su propiedad para su uso y consumo y eso, incluso en nuestro mundo civilizado, en muchas formas se mantiene.
            Yo no digo que el celibato no tenga absolutamente nada que ver, posiblemente pueda contribuir a agravar síntomas de quienes tienen pulsiones pedófilas, pero no es la causa “per se”.
            La policía está desbordada por la cantidad de grupos pedófilos que proliferan por las redes. ¿Qué son los occidentales que viajan a terceros países en busca de sexo con menores? ¿Cuántas niñas son víctimas de trata para la prostitución? Para consumo de hombres normales y corriente..
            Se estima que uno de cada cinco menores ha sufrido en Europa violencia sexual:
            https://www.lavanguardia.com/vida/20181202/453242390585/abusos-sexuales-menores-familia-escuela-deporte.html
            Es más frecuente que la ejerzan figuras jerárquicas de poder y autoridad. Obvia decir a qué sexo corresponde mayoritariamente el poder y la autoridad.
            La cuestión no es que se trate de demostrar si en ciertos grupos hay unos pocos más o menos pedófilos que en otros, ni que puesto que en todos los ámbitos, pues normal. Sino de que los curas son hombres como los demás, socializados como hombres, con la misma proporción que entre los laicos de heterosexuales, homosexuales y pedófilos.
            Lo escandaloso en la Iglesia son los privilegios con que cuenta, su mayor posibilidad de silenciar, de juzgar por tribunales religiosos en vez de que los delincuentes lo sean por tribunales civiles. ¿Y de quién es culpa que tengan esos privilegios?
            Su solución: “modificar el estilo de vida” es una vaguedad que puede significar mil cosas o ninguna, algo tan buenista e inconcreto como “hay que respetar, cuidar y curar a todos los heridos”. Y es que, como se dice, el papel lo aguanta todo, por dejar de escribir que no sea.

          • Isabel

            Dice usted: “ es evidente que la diferencia entre la forma de vivir entre la Iglesia y la sociedad civil es que una tiene menos reprimido el impulso sexual y la otra más..”
            También es evidente que menos represión y más libertad sexual no está dando lugar a mejores vivencias de la sexualidad, más bien al contrario. Sexo superficial y violento con las mujeres, aumento de la prostitución, pornografía y todo tipo de perversiones incluida la pedofilia.
            Cuando era joven allá por los años setenta muchas y muchos pensábamos que con la liberación de las costumbres y menos represión, disminuiría, al menos, la práctica de la prostitución. Pues no ha sido así.

      • Carmen

        Es que la fisiología del varón y la mujer no es la misma.
        Nosotras, las mujeres, maduramos un óvulo cada mes. O más. Pero en teoría, uno. Si no hay fecundación, es decir, si no hay embarazo, tenemos todo un proceso para expulsarlo, que acaba con la menstruación. Y vuelta a empezar. Así durante toda la edad fértil. El proceso de maduración del óvulo se llama ovogénesis. Se produce a partir de unas células sin madurar, con las que nacemos.

        El proceso de formación de los espermatozoides se produce en los testículos. Se llama espermatogénesis. Dura aproximadamente unos 64 días y desde la pubertad se da ininterrumpidamente, continuamente. Hasta que llega la andropausia, de forma paulatina.
        Esos espermatozoides se almacenan en los testículos y cuando se produce una eyaculación, recogen líquido seminal de unas glándulas seminales y de la próstata. Y el conjunto de los espermatozoides junto a los fluidos seminales, se denomina semen. Cada eyaculación contiene millones de espermatozoides. La naturaleza apuesta por la fecundación y tienen que recorrer un camino muy largo y lleno de obstáculos. Y que gane el mejor. No tengo que decir que la fecundación se realiza en las tropas de Falopio. Ni tan siquiera en el útero. Largo camino.
        Es obvio que hay que liberarlos. No se pueden almacenar indefinidamente.
        Fisiologías diferentes, necesidades orgánicas, sexuales, diferentes. Hablo de necesidades, no hablo de otra cosa. Ni de liberación de la sexualidad femenina, ni de orgasmos , ni de nada. Hablo de fisiología.

        Cuando estudiábamos esto es biología, bueno, las preguntas eran geniales. Y la liberación de muchos alumnos también.

        Jamás se me olvidará aquella niña, Paloma. Una nena de catorce años, lista, que no estudiaba mucho y que le encantaba la polémica. Super divertido. Levanta la mano al final de la clase y con toda su sorna dice: Carmen, entonces…los curas?
        Me tronchaba.
        Mira, le dije. Estamos en clase de qué exactamente? De biología, contesta esperando a ver por dónde salía. Vale, le digo. Los curas con qué asignatura dirías tú que están relacionados? Con religión, contesta con una sonrisa. Pues ya sabes, pregúntaselo a la profesora de religión. Vale, me dijo.

        No veas cómo vino después la profesora…mira qué te digo, a mí no me mandes esas preguntas…

        Qué riiiiiiisa.

        Pues eso pasa. Que si una criatura de catorce años ve esto una incongruencia, pues fíjate los adultos.
        Pero claro, para eso hay que saber lo mínimo de como funciona el cuerpo humano.

        En fin.

        • Carmen

          Esto se lo cuento a Antonio Llaguno. No quiero entrar en más polémicas. He tenido suficiente.

          • Isabel

            Si no quieres polémicas no deberías dar lecciones de maestra propias para niños y niñas pequeños.
            Si el problema es qué hacen con sus huevos cargados, que lo solucionen ellos con sus jerarcas, en caso de que sean tan tontos como para seguir a estas alturas agobiados por tan “nefasto” pecado.
            Solo faltaría compadecerlos porque a los pobrecitos no les permiten..

          • Carmen

            Querida.
            La formación sexual ha sido una materia olvidada.
            De pequeños, nada. Lo aprendí en la universidad en la asignatura de Biología de primero de química. Ni idea al respecto y soy de bachillerato de ciencias, donde cursé Biología hasta los dieciocho años.
            Y luego seguí estudiando en magisterio y en las asignaturas de Biología de Pedagogía de educación especial.
            No.
            De niños pequeños nada.
            Y en los libros de texto de la EGB no te creas que venía. Pero es que ahora viene muchiiiiiisimo menos en los libros hasta cuarto de la Eso.
            Y quien escoja letras, vamos, ni idea de estas cosas.
            O también me estoy inventando la deficiencia de educación sexual en España?

            Si te crees que es un alegato en defensa de los hombres con celibato es que no has entendido absolutamente nada de lo que he dicho. Sencillamente digo que va contra natura.
            Que quien piense que la biología se puede sublimar con el amor a eso que llaman Dios, es que no sabe nada de qué va la vida en el planeta Tierra.
            Porque no se le puede poner puertas al campo.
            Eso es lo que digo.
            Porque, el conocimiento es muy muy muy importante. Digan lo que digan los demás.

          • Isabel

            Los humanos podemos hacer muchas cosas, desde sublimar, a abrir las puertas al campo y dejarlo tan arrasado como el caballo de Atila.
            Doy por hecho que no opinas que la biología es determinante, como en los perros..

          • Carmen

            Pero creo que influye mucho, como las vivencias que hemos tenido, como las frustraciones , creo que el ser humano es sencillamente una especie más sujeta a las leyes de la naturaleza y que nuestra inteligencia tendría que jugar a nuestro favor, no en nuestra contra.
            También creo que la genética influye muchisimo. Y las creencias. Y la educación. Y el conocimiento del medio que nos rodea.

            Acumulamos un montón de factores diferentes que nos condicionan. Es cierto que tenemos la capacidad de elegir, dentro de todos los dentros. Al menos sí creo que puedo elegir. De hecho he elegido muchas veces. En realidad la vida te exige tomar decisiones continuamente.

            Creo que el celibato obligatorio está muy muy muy ligado a motivos económicos. Porque no tiene otro sentido.

            La pederastia es , a mí juicio,
            una perversión de la sexualidad. Habrá pues que procurar una sexualidad lo más sana posible para evitar desviaciones. No creo que el celibato obligatorio sea responsable directo de ninguna perversión. No lo creo. Pero también sé que cuando los impulsos sexuales no se canalizan adecuadamente, pueden producir problemas. Es mi opinión. A lo mejor estoy en un error.
            O no.
            Y ya, lo dejo.

          • Carmen

            Perdona , quiero dejar muy claro que me refiero al celibato obligatorio. El que va dentro de un paquete que tienes que aceptar si quieres ser sacerdote. No me refiero al elegido libremente. Hay personas que lo eligieron, lo eligen y lo elegirán. Me refiero al obligatorio.
            Lo digo porque a veces se mira con lupa lo que decimos y no quiero que me caiga otra encima.
            Ya ha sido suficiente.
            Y ahora creo que lo he dejado claro, pero con esta tendencia que tengo a la, no recuerdo exactamente a qué, algo así como a dejar muchas lagunas cuando hablo, a ser confusa y no sé cuantisimas cosas más, no sé.
            Hasta la próxima.

        • Pues Carmen, cuando estés deprimida, recuerda que una vez fuiste el espermatozoide más rápido entre miles.
          😉

  • Carmen

    Todo gracias a la confesión tal y como está regulada. Y al voto de obediencia.

    Y a la cobardía.

    Y a la pérdida del Alma.

    Tengo en este momento una angustia que me muero.

    No debo de hablar de este tema. Me puede la impotencia. Hace mucho tiempo que no hablo de esto. Es superior a mí.

    • Isabel

      ¡Vaya! Todo gracias a la confesión.
      ¿La pederastia? Esto sí que es bueno.

      • Carmen

        No , no es bueno. Es una tragedia.
        El secreto de confesión alivia el alma del pederasta. Dios lo perdona por el sacramento de la penitencia. Y el secreto de confesión lo protege.

        No. No es bueno.
        Es una tragedia.

        • Isabel

          ¿A ti y a Arregui quién os ha dicho que los pederastas tienen algún interés en confesar y “aliviar” el alma. ¡Ah! ¡Ya! Que habláis de curas, esa reducción. Pues de todas formas es mucho suponer. Claro que, Arregui ha sido cura casi toda su vida, muchas confesiones habrá oído y conocido de primera mano estos casos de siempre sucedidos que seguramente ha perdonado.. ¿y protegido? al fin y al cabo so pobres heridos.

        • Isabel

          Oye, pues nada, a ver si eliminando la confesión esto se soluciona.
          Cara a la pared, meditando, y buscando al “Cristo” interior. O embelesados mirando a las estrellas, a ver así.

    • Ciertamente los pederastas tienen con el secreto de confesión el camino perfecto para aliviar sus penas.
      Lo confiesan, reciben el perdón y a seguir viviendo.
      Eso en lógica cristiana es correcto. Dios perdona y perdona siempre que hay arrepentimiento.
      Pero la lógica de Dios y de la sociedad civil son diferentes (en el caso de que Dios tenga alguna lógica que, personalmente, lo dudo); por eso la sociedad civil no puede admitir el secreto de confesión.
      En Australia, cuando el asunto Pell, se lo pasaron por el arco de triunfo y en Francia (que tienen mucho más cerca el Arco de Triunfo) harán lo propio.
      No es la causa de la pederastia el secreto de confesión, eso es evidente.
      Pero ayuda.

  • Javiierpelaez

    Hoy viene un artículo en EL PAIS sobre el sistema de indemnizaciones que han adoptado en España los jesuitas y los maristas…Les obligan a firmar un acuerdo de confidencialidad  a los que negocian una indemnización ,esto contra la expresa prohibición del Papa que ya dijo que no se puede obligar a firmar ese tipo de acuerdos….Las indemnizaciones para los supuestos de abusos son de una racanería que da vergüenza ajena….Los acuerdos de confidencialidad se usan en el mundo del seguro(yo asistí a uno que impuso la aseguradora del Sermas que pagó un 1.200.000 euros,un caso dramático de una enfermera,perdió los dos brazos por una infecciión) por razón de la cuantía que se paga,no por tapar las vergüenzas de los transgresores….Es verdad que España no es EEUU a efectos de indemnizaciones,pero yo esperaría de los católicos más generosidad y un poco de vergüenza efectiva…La vergüenza real pasa por indemnizar generosamente lo que está prescrito,aunque te arruines y someterte a la crítica pública de tus vergüenzas…En España parece que se escaquear todo el mundo para investigar:la Conferencia Episcopal se pone de perfil….dice EL PAIS. El dinero puede siempre más que la vergüenza y a la iglesia católica (institución) le interesa demasiado el dinero….Si se pusieran a investigar y pagar como Dios manda,lo mismo se daban dos pájaros de un tiro: una iglesia más pobre,más humana….

    • Carmen

      El problema es que, según ese artículo y otros que he leído, es que es sistémico. De sistema.
      No es cuestión de unos sí y otros no. Es el sistema.
      No son dos pájaros de un tiro. Son muchísimo más de dos. No hay tiro que valga como en la película de Los pájaros.

      Ese es el problema.
      Todos lo saben. Todos callan.
      Todos.
      Es el sistema.
      Entre el artículo de El País, quizá un periódico Rojo. El artículo de Arregi, un teólogo lanrea, que se dice en Murcia y el señor Revuelta , elige. Los tres dicen lo mismo.
      Pero hay que aceptarlo. No es fácil. Lo sencillo es echar culpas a personas, a individuos, señalar y que paguen unos cuantos y si se identifica a algunos de arriba, mejor.
      Y a pasar página.
      Eso es lo que se trata de hacer. Será por dinero?

      Pero el problema ha sido sistémico. Por las normas de encubrimiento que se dictan arriba y ratifica el Papa. El mismo Juan XXIII ratificó uno anterior. Lo leí hace años.

      No sé si me explico. Pero lo entiendo perfectamente. Hace años que lo entendí. Lo que no entiendo es cómo me sigue preocupando esto de la iglesia. A lo mejor es precisamente por los niños, por las niñas.
      Sí. Seguramente es por eso. Creo que lo he dicho alguna vez.

      • “Todos lo saben. Todos callan.
        Todos”. Querida Carmen, esta manera de hablar hiere y es injusta. Es injusta. “Todos lo saben. Todos callan. Todos”. Un abrazo. Juro por lo más sagrado que jamás he conocido o sabido de un caso. Nunca. El que haya estado más arriba o mejor informado, que hable. “Todos los saben. Todos callan. Todos”. No es justo y lo digo. Otro abrazo.

        • Javiierpelaez

          Yo te creo porque tú eres un hombre honesto.Basta leer lo que escribes…Yo te leo hace mucho tiempo desde religión digital…

        • Carmen

          Todos sabemos esto desde hace muuuuchos años.
          Yo también

          • Carmen

            No hablo de personas concretas. Hablo de todos los miembros.
            Yo he leído desde hace muchos años que esto es así.
            Y te voy a decir exactamente desde cuándo. Desde que en los ochenta se publicó un libro de Pérez de Ayala,censurado hasta entonces. Se llama A M G D.
            Me quedé muerta.

            Pero esto se sabe. Me da igual ser injusta. Se sabía.
            Qué hemos hecho?
            Pues te lo voy a decir.
            Nada hemos hecho.

            Y leo periódicos. Y sigo el tema. Y es una vergüenza la forma que hemos tenido los católicos de afrontar este tema.
            Todos.
            Yo, también.

          • Antonio Duato

            Lee, por favor, Carmen, lo que ha escrito Calleja. Y lo que significa la palabra TODOS.
            Dice José Ignacio: “Todos lo saben. Todos callan.
            Todos”. Querida Carmen, esta manera de hablar hiere y es injusta. Es injusta. “Todos lo saben. Todos callan. Todos”.
            Dice la RAE:Todo Designa un conjunto como una unidad o refiriéndose a la totalidad de sus elementos.

            Recuerdo cuando Calleja me reprochó haberte atribuido una intención soberbia cuando hablabas de Don Quijote, repitiendo lo que había escrito un autor, como si los demás lo ignorasen.
            Yo lo acepté y me excusé. Scripta manent. Mi comentario de hace un mes:
            ¿Te vas a excusar alguna vez de tus muy comprensibles lapsus o ambigüedades? ¿O vas a seguir siempre con “patada adelante”, adelantando a Arregi que alguna vez alguien acabará en la hoguera, porque “todo sigue exactamente igual por los siglos de los siglos”

          • Cramen

            Patada adelante dices?
            En ningún momento he hablado de personas. Somos todos.
            Yo también. Porque bautizada, estoy.
            O no pertenezco a la iglesia?

            Es el sistema.

            De verdad crees que pienso en alguien concreto.
            De verdad crees que pienso en alguien conocido?

            Patada adelante , dices?

            Injusto para quienes? Para el sistema quizás?

            Mira que te digo. He pedido aquí más disculpas que nadie .
            Y si alguien cree que he pensado en alguno de vosotros , vamos, lo encuentro alucinante.
            Creo que ya se lo he dicho.
            Pero si hace falta la palabra perdón, aquí está. Lo siento. No pensaba en nadie.
            Injusto dices?
            Exactamente con quiénes se ha cometido la injusticia?
            Hiriente dices? Vidas destrozadas es lo que hay. Baremadas y cada una tiene un precio.

            En fin.
            Voy a pedirle disculpas. Le diré que no he pensado en nadie. Lo que he pensado es en el sistema. Lo he dicho mil veces.

            Y si tengo que decir que no ha habido silencio cómplice, hasta ahí no llego. Me ratifico.

        • ana rodrigo

          Tienes razón José Ignacio, aquí, como dije ayer, sí pagan justos por pecadores convirtiendo a todo clérigo en sospechoso. Es cierto que el número de pedófilos es escandaloso, pero creo que hay que mirar el porcentaje y no meter a todos en el mismo saco. Como tú dices, se hace mucho daño a quienes, como tú dices ni han conocido ningún caso, ni los han sospechado, ni, por supuesto, han caído en esta depravación.

          Paciencia, José Ignacio y todos los curas o excuras que, no sólo son inocentes, sino que han sido y son personas honestas con su compromiso en el sistema clerical que les ha tocado vivir, sin perder la coherencia con su compromiso sacerdotal.

          Mi apoyo total a los clérigos que son totalmente ajenos a este problema. Me pongo en vuestra piel y siento una inmensa empatía.

          Abrazos solidarios.

        • Carmen

          No me van a dejar contestar, pero aquí queda.
          Ni por un momento he pensado en nadie que conozca. Ni en ti ni en nadie.
          Sabes que te aprecio. Lo sabes.
          Insisto. Dentro de un sistema estamos todos. Yo, también. Y qué hemos hecho?
          Antonio dice que no leo.
          Pues bueno.
          Una vez más no importa.
          Sabes que te aprecio.
          Lo sabes.
          Si te ha molestado personalmente, lo siento. No se me había ocurrido.
          Todos. Yo también.
          Todos.
          Un abrazo fuerte.

          • Carmen

            A mí las demagogias me van cero.
            Por supuesto que habrá muchos que no han abusado de Nadie. Pero el protocolo de protección ahí está. Y las noticias en los periódicos, también.
            Y la iglesia somos todos.
            Y el varapalo brutal ha sido a la iglesia como institución.

            A mí eso de yo te creo,ya soy muy mayor para caer en demagogias.
            Muy mayor.

          • Amén, Carmen. Amén. No ha pasado nada. No era necesario tanto ardor por mi parte. Ni añadir tu nombre. No era necesario. Los “teóricos” nos cubrimos más en las afirmaciones. Nunca pensé que te referías a nadie concreto. Ni a mí, tampoco, por supuesto. No soy tan importante, y te leo fácil. Ni te reclamo disculpas. Por favor, no. Nada personal salvo mi desahogo. ¿Por qué puse dos veces “un abrazo”, por descuido o adorno?

            He tratado con muchos profesores y ciudadanos de afirmaciones o negaciones totales sobre algo verdadero o falso. Y lo llevo mal. Los admiro pero me cuesta aceptarlo. Soy puntilloso. No respiro bien entre descripciones absolutas y sistémicas ni cuando me dan la razón. No hay personas sin sistemas, no hay sistemas sin personas; para mí, es una dialéctica que hay que resolver sin desequilibrar. Sea la escuela en mi infancia y sus defectos inaceptables, sea el capitalismo y sus lacras de muerte de inocentes en lugares ignotos, sea la democracia y sus cárceles repletas de pobres diablos, sea la Iglesia y esta lacra, la cota cero de ellas, la pederastia. (Y tengo muchos fallos, no es falsa modestia. Pero muchos). Un abrazo.

          • Carmen

            Pues asunto resuelto.
            No he sido yo la que ha escrito este artículo, ni el del señor Revuelta, ni el de El País.
            No ha sido mi persona la que ha dictado sentencia hablando de problema de sistema, que como dice Arregi, no hay que confundir con sistemático.
            Pero cuando no se atreven con los grandes, aquí estamos los pequeños,para que se descargue sobre nosotros lo que haga falta.
            Nada nuevo bajo el sol.

            Reconozco que es un tema que me saca de mis casillas. Porque sé de la fragilidad de los niños. Simples detalles, percepciones muchas veces que nada tienen que ver con la realidad, pero que cuando somos pequeños las tenemos porque todavía no sabemos de qué va esto del mundo adulto, esas tonterías pueden marcar de por vida. Pues un abuso de este tipo, la sorpresa, el descubrimiento de golpe de la parte peor de la sexualidad, la sensación de abandono, de soledad, de vergüenza…eso es intolerable.
            Es que hay quienes me han contado cosas. Sé lo que digo.
            Y resulta que hiero por decir que todos somos culpables, unos en más medida que otros, sin duda. Pero no por ser abusadores, no. Por saber y callar . Por saber que eso está sucediendo y no tirarnos a la calle a decir, pero, y esto qué es…?

            Es mi manera de verlo. La mía.

            Porque ya se pueden reír lo que quieran , pero el voto de obediencia y la orden de guardar silencio no es una imaginación mía. Ni los traslados extraños. Ni mil cosas que han tenido muchas personas del clero que sospechar y no se han atrevido a ni siquiera pensarlo. Por eso hablo de cobardía. Y de pérdida del alma.
            Y lo del secreto de confesión , es que ni merece la pena decir que ha colaborado en muchísimas injusticias. Porque un sacerdote tiene la obligación de callar.
            Viste yo confieso? Una película maravillosa.

            Todo esto es sistémico porque son órdenes firmadas por el Papa. Guste a no. Cuando leí hace años la firmada por juan XXIII en los años sesenta, creí que me moría.

            Pero bueno.
            Ya te digo, nada nuevo bajo el sol. Dice Antonio que soy una persona incapaz de pedir disculpas y solamente se dar patadas adelante. No he podido evitar la sonrisa, una sonrisa amarga cuando he leído un artículo de uno de los grandes. Eso sí que es una patada hacia adelante que ni la Saeta Rubia.

            La iglesia será eterna. Juega en primera división, tiene unos jugadores magníficos y un gran equipo de entrenadores. Lo único que podemos hacer es no aparecer por los estadios.

            Gracias.

          • Javiierpelaez

            Lo de los traslados es cierto.De eso va la película Spotlight.Pero no te enfades que ya está todo arreglado…No te enfades…Ya ves la iglesia francesa ya ha dicho que no tiene pasta para arreglar esto(300.000 víctimas) y pide pasta a los fieles…previa renuncia de todos los obispos piden algunos ,se supone que para los fieles recuperen la confianza y den la pasta.Y digo yo aquellos que contribuyeron a reconstruir Notredame por prestigio(cierto es un edificio público),no tienen pasta? O será que algunos de esos ricachones tb son pedófilos? Me estoy metiendo en unos líos…En España si se hiciera una encuesta similar,la iglesia católica española acababa vendiéndonos la mezquita de Córdoba que digan lo que digan las inmatriculaciones,es nuestra…; vendiéndonosla para pagar el fiasco…Aunque hablemos del vil metal en las sociedades que vivimos el daño al que no llegan los tribunales(porque ha prescrito) se debe pagar…Los jesuitas y maristas dicen que sacan las cuantías (entre 7 mil y 15000 pavos de las condenas de juicios penales),pero conviene señalar que no es un juicio penal y que algunas conductas pedófilas que transcribe EL PAIS(durísimas) a mí se me antoja que han producido un daño moral(sufrimiento psíquico,zozobra…) mucho más elevado…Yo tendría que estudiarlo…Y ya lo de las claúsulas de confidencialidad me parece un abuso…Para las víctimas y un desprestigio para esas instituciones…En fin,si todos callaron(cosa que no creo),todos los católicos deben pagar…Una razón más para no ser católico,ja,ja,ja….Ahora dejando los legionarios de Cristo que al parecer el dinero lo tenían offshore al parecer desde que cayeron en desgracia eclesial,algunas instituciones religiosas españolas no tienen cash,pero tienen un patrimonio inmobiliario…Tb decía lo mismo el duque de Alba que no tenía cash…En fin,que con la iglesia hemos topado…Luego está pedirles perdón,pero,si uno pide perdón,y no repara es un perdón poco efectivo….Luego está los que como Arregi y otros quieren cambiar la iglesia a propósito de la pedofilia,del obispo Novell…. está en su interés….Ya te digo yo que una buena manera de cambiar una institución es arruinarla….Me he levantado savonarolesco,el desfile este me da acidez…

          • Javiierpelaez

            Para que se me entienda lo que digo el artículo de EL PAIS tiene un encabezamiento “Mi violación vale solo 7500 euros” y si luego lees la descripción del asunto…..Una pena….

        • Carmen

          Tú sabes, José Ignacio, en quién pienso únicamente personalmente cuando se habla de este tema? Pues me viene a la cabeza siempre la misma persona y la misma duda. Un jesuita al que quiero lo que no está escrito. Pienso: sufriría él abusos en el seminario o lo que fuese que hubiera hecho?
          O sea, que fíjate tú si es diferente a lo que piensas.

          En fin
          Da igual.
          Que cada cual piense lo que quiera.

          • “O sea, que fíjate tú si es diferente a lo que piensas”. Pero si no he pensado en nada personal, Carmen, que no, de corazón, que no, que no. Voy más allá, cuestiono la relación sistema-personas de El País, y de todos los informes, profesores y teólogos que me parezca que pierden la equidad en el juego de los dos términos. Ganan en claridad, pero se llevan por delante la verdad sobre muchos inocentes. Mala solución. Es mi teoría. No hay más intención en la queja. Nada más. Abrazos y fin.

          • Carmen

            Si
            Tienes razón.
            Soy muy incisiva hablando a veces. Muy rotunda. Es cierto.
            Ya me lo dijiste una vez y he tratado de hacerte caso. A veces no lo consigo. Va en maneras de ser. Y mira que me ha traído problemas la manera de expresarme.
            Pero, te prometo que pienso que todos sabíamos esto desde hace tiempo. Yo lo sabía.
            Ya te dije que la primera noticia la tuve con el libro de Pérez de Ayala. Es un escritor que me encanta. Había leído las novelas de urbano y Simona. Lo vi. Me lo compré y me quedé muerta. Era diferente. No tenía ese humor que me gusta de él. Era un libro diferente a los que había leído suyos. Y me puso en alerta. Desde entonces ese tema me preocupa.
            Y ahí están los periódicos.
            Y ahí está Boston, por ejemplo. Y países de América Latina. Y …
            Y leo el país. y el seguimiento que hace de estas denuncias. Y recuerdo al obispo de Granada en el suelo, montando un número increíble.
            Y ardo.
            Lo siento. Ardo.
            No todos somos iguales. No todos tenemos el mismo grado de responsabilidad. No todos los sacerdotes son abusadores, es que no lo he pensado jamás. Por favor. Estamos locos?
            Pero sí se una cosa. El silencio mata. Y en este caso el silencio , por muy voto que tengas de obediencia, por mucho que quieras seguir perteneciendo a una congregación o siendo sacerdote y tengas que obedecer a tu obispo. Por mucho que tengas que obedecer al mismo Papa, es matar el alma de los niños, de los adolescentes . Y para colaborar en esto por omisión, hay que haber perdido el alma.

            Lo siento. Así pienso. Lo siento.
            Ahora, también sé que muchas personas cuando se ha puesto esto de manifiesto, cuando hayan meditado, a ver, no sé cómo decir…el infierno está Aquí.

            Lo siento. Así pienso.

            Una vez, discutiendo de esto, le oí decir a un sacerdote, bueno…a ellos también les gustaba…
            Y he leído textos si no culpando, si relativizando. Y, qué quieres que te diga, puestos a elegir prefiero quemarme en mi propio fuego, prefiero que se me llame histérica, soberbia, hasta que no se leer cuando mi profesión precisamente es enseñar a leer con lectura comprensiva. Prefiero eso mil veces antes que tomar una postura conciliadora. No quiero conciliar. No en este tema. En otros sí. Te lo puedes creer o no, pero tiendo a conciliar. Pero en este tema ni hablar.
            Lo siento.

            De todas maneras, lee lo que le he dicho a Santiago. Adoro a Santiago aunque no comparto casi ninguna idea con él. La vida tiene muchas cosas que no hay quien las entienda.

            Y ya está. Sé que hay personas que no me resisten aquí y otras que me aprecian. Como todos. A unos gustamos y a otros no.
            No hay problema.

            Pero bendito señor Revuelta, Bendito Arregi y Bendita sentencia.
            Porque para tirar balones fuera, ya hay personas a mantas.

            Gracias.

            Un abrazo muy fuerte.

        • Carmen

          Y, Antonio. Estoy esperando que buen día me digas que no soy persona grata en Atrio.
          Pero dímelo públicamente, por favor.
          Vas a tener aplausos de un sector. Fijo.

          • Carmen, dije que callaba, pero necesito añadir esto. Creo honestamente, que has expuesto el tema y su carácter de sistémico muy bien; te he leído tres veces y creo que lo has argumentado muy bien. Hasta aquí lo que pienso. Razones de peso y con radicalidad. Seguramente no hemos dicho esto o no lo ves. El “pero” es minúsculo, y si no lo ves, entiendo que no transijas; pero no veo por qué para hacer una argumentación tan informada y rotunda, tienes que decir “Ese es el problema.Todos lo saben. Todos callan.Todos.Es el sistema”; y además, en presente; de hecho, ha habido que hacer exégesis de ese “todos”, por tu parte también, como referida a todos los católicos; por qué, porque no es claro; nada cuesta decir “me refiero a la gente con altas responsabilidades en la Iglesia, ellos son el sistema, y seguramente cualquiera que allí acceda, y se apoyan para ello en mucha gente de buena voluntad, gente a la que yo no la entiendo”. Algo así. Bueno, es otro tipo de debate.

            Bueno, lo que sea, pero ya el “todos” no necesitaría exégesis. Cree que mucha gente en muchos niveles de la Iglesia ni ha vivido eso, ni ha callado, ni ha conocido, ni ha estado al tanto, ni la obediencia le ha comido la conciencia. Si esa gente te parece superficial, prescindible para los que mandan en el sistema, manipulada y tropa de carga, se lo dices, y ello te dirán lo que sea; se enfadarán o no; pero no es tan difícil reconocer que mucha gente en la Iglesia, con responsabilidades medias, ni ha vivido, ni ha callado, ni ha conocido, ni ha estado al tanto, ni ha confesado, ni nada de esto. Que tú lo conocieras no significa que ellos también. No cuesta nada aceptarlo como duda sobre esos obreros en la Iglesia.

            Lo del carácter sistémico sigue en pie, pero la frase, solo una frase en todo tu discurso, no fue feliz, a mi juicio. Y tú dices que estamos haciendo un rechazo general a tu exposición, tú lo dices, yo creo que los demás no; yo no; es una frase generalista la que creó este enredo. Reconozco que me agarré a ese “exceso” en demasía. Suele ocurrir en los debates. Cuando lo demás es de fundamento, te agarras al error del otro/a. Por eso le he quitado al cabo importancia en el razonamiento.

            Apelas una y otra vez a Arregi, Valbuena, y otros, porque ellos han dicho lo del “carácter sistémico” y más, y es verdad, e insinúas que con ellos no nos metemos; tienes tu parte de razón, pero ellos no hacen juicio generales sobre “todos”. Creo. Se cuidan mucho de esos juicios en el texto. El tuyo es más claro e igual de argumentado que el de ellos, o mejor, pero se te cuela alguna opinión generalizadora, que si nos pillas SANGRANDO, se concentra sobre ella toda la polémica.

            He dicho todo esto porque está quedando, por ti, que no te escuchamos los argumentos, ¡al contrario, y mucho!, cuando solo te pedía, o te pido, que cuides en el sistema a los miles de personas con encargos menores que no pueden aceptar el “todos”. Yo no soy amigo de las responsabilidade “nacionales” o “corporativas” o de “pueblo” y no las voy a reconocer en la Iglesia, ni en otros lugares sociales, para gente que ha padecido o padece el sistema, al contestarlo, por muchos años. Obreros de carga y, cuando estalla el mal, culpables en las decisiones que ignoraban. No me convence.

            No sé decírtelo mejor ni con más aprecio. Ojalá estas palabras sirvan para aclarar y acercarnos tanto en la diferencia de criterio en UN detalle, si perdura, como en la pasión por la verdad contra los sistemas injustos que nos mueve. Un abrazo. (Me perdonarás que calle en adelante. Me desgasta mucho).

      • javier pelaez

        El problema está siempre cuando miras al pasado porque de futuro se pueden expulsar a los trasgresores…En la sociedad civil hemos adoptado la norma que el condenado por delitos relacionados con menores,no vuelve a trabajar con menores…Yo ya he tenido algún pavo condenado que quería trabajar en un hospital pretextando que en los hospitales no siempre hay menores…Quizá tenga sus argumentos…Pero la iglesia ,en mi modesta opinión, debe ir mucho más allá y echarlos directamente del sacerdocio…Primero, porque Jesús fue bastante claro(lo de la rueda de molino).Segundo, porque en la iglesia hay muchas formas de acercarse a los menores sin trabajar con ellos(por ejemplo,a través de la confianza de los padres de los menores). Tercero, porque se puede “comer” de muchas formas, no es necesario ser sacerdote. Cuarto, porque estos pedófilos son gente recalcitrante y buscan todas las vias para persistir en su maldad. Es cierto que no a todos se les pilla y entre la gente de pasta, que tienen una tendencia general a librarse de la justicia penal,hay cada pájaro pedófilo…Se les persigue hasta por la red,pero yo os digo que muchas veces da la sensación que persiguen al desgraciado(en sentido moral y económico) que vive de este negocio,no al consumidor de esta “mierda digital” que es de alto poder adquisitivo,a veces…Esa es la impresión que yo tengo y a lo mejor me equivoco…Me imagino que en la iglesia es igual:no es lo mismo ser sacerdote pedófilo que cardenal pedófilo a estos efectos …Esto no es un mal de la iglesia sólo,sino de las estructuras de poder en general…Ahora que la iglesia no tenga que ser una estructura de poder es otro asunto…Yo ,hablando con mi tia monja ,me reconoció abiertamente que la iglesia es un poder fáctico,además del Pueblo de Dios(a ver si la van a excomulgar…)…Puede la iglesia cumplir su misión sin ser un poder fáctico?…Tienen la culpa los católicos españoles que sea un poder fáctico? Todos no, creo…Hay muchos católicos que no quieren que esto ocurra, otra cosa es que puedan…

      • Carmen

        Menudo jaleeeeeeo hay de comentarios. Me estoy comentando a mí misma. Creí que no lograba escribir esto que te voy a decir. Veía tu nombre , daba un click y me salía una cosa rarísima. Así cinco veces por lo menos.
        Que digo, que cuando tengas un ratito, leas el libro Berlamino y Apolonio, de Pérez de Ayala. Te va a encantar. Menuda crítica graciosa y bien escrita a todos los sabios. Es genial.
        Fin.

  • ana rodrigo

    Todo lo que se sabe del clero pedófilo francés, más lo que no se sabe allí, en Francia, más lo que se ha sabido de EEUU, de Irlanda, de Chile, de Alemania, etc., pienso que es la punta del iceberg de lo que no se ha investigado en otros muchos países católicos. Si, además se considera un fenómeno sistémico del clero, cuyos sujetos deberían ser los guías espirituales y morales de la feligresía, nos llevaría a la conclusión de la necesidad de prender fuego, como dice el título de este artículo, a la categoría clerical, en concreto a los pedófilos, muy machos ellos, muy sádicos ellos, muy carentes del más mínimo y elemental respeto a los niños y a las niñas y a algunas religiosas, es decir a personas indefensas. Jesús fue más lejos diciendo que “quien haga daño a uno de los pequeños que le cuelguen una piedra de molino al cuello y los lancen al mar” Mt. 18,6; Mrc9,42.

    Y que los obispos y Papas cómplices por no presentarle cara al problema, vigilarlo y denunciarlo, fuera todos, que se vayan a donde les corresponde, es decir, a la calle si no hay delitos mayores, por haber hecho posible tanto daño a inocentes criaturas.

    Y que no se quejen de que la gente abandona la Iglesia.

    Tantísimos y tantísimos clérigos inocentes, se convierten, a su pesar, en un peligro público para la infancia. Aquí sí pagan justos por pecadores, todos los clérigos y religiosos se convierten en sospechosos. El sistema está podrido hasta las entrañas. Como dice Alberto Revuelta, que le quiten la condición de santos a los Papas que, metidos en esta perversión, aunque sea por omisión e incompetencia, los ha canonizado.

     

  • mª pilar

    Y no hay que olvidar las:

    Religiosas, en menor nº, y dolor causado, pero haberlas-hay las.

  • Carmen

    Tercera vez.

    Hay muchas personas que no le entienden cuando leen lo que usted escribe. Piensan que vive en un mundo de unicornios y desvaríos mentales.

    Sencillamente no saben a quién están leyendo.

    Gracias.

  • Hay algo bueno en todo el actual cristianismo que conocemos hoy. Todo el cristianismo. Que sus templos tienen las puertas abiertas, para salir y alejarse de ellos, al menos 100 km.