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Aceptémoslo, el estilo de vida que conocíamos no va a volver nunca

Vamos ya por la segunda semana de confinamiento y seguimos con la creciente sensación de irrealidad. En cifras de muertos ya España e Italia han superado a China. En contagiados en dos o tres días EE.UU. habrá conseguido ponerse a la cabeza. Todos los gobiernos del mundo, excepto Holanda; Suecia y algún otro, por diferente estrategia sanitaria o por irresponsabilidad supina, han tomado medidas de confinamiento y cese de actividades no necesarias, como en España. Hasta India lo ha impuesto hoy para más de mil millones de ciudadanos. No sé si queda quien crea que estamos siendo víctimas no de un virus que es como otras gripes sino víctimas de una paranoia mundial o de unas estrategias del golpe por Shock. Lo que hoy nos planteamos es cuánto va durar el gran confinamiento y el paro económico. Hoy me ha llegado un intento de predicción a nivel mundial, que parece serio, que coincide con la relativa relajación que empieza a darse en China y que se basa en que hasta otoño del año que viene no habrá vacuna fiable contra la pandemia. Ahí os lo dejo para que lo comentéis y saquéis consecuencias. Otros espirituales propondrán teorías sobre quién y para qué ha lanzado a la tierra esta pandemia y promoverán oraciones para que Dios nos libre de esta plaga. Yo sigo creyendo que hay que apropiarse del acontecimiento con realismo crítico, desde los datos y análisis de la comunidad científica (seguir cada día esta buena tabla de datos actualizados), y estando atentos a todo lo que cada uno puede hacer para difundir amor y compañía a los tantísimos que sufren. Os dejo con este texto que no es más que una hipótesis de cómo van a ser los meses próximos en todas partes. AD.

La mejor estrategia para frenar la pandemia de coronavirus requiere que nos confinemos durante dos de cada tres meses, según un modelo del Imperial College de Londres. Y el mes que podamos salir, las normas sociales deberán cambiar drásticamente, algo que afectará principalmente a los más vulnerables.

Por Gideon Lichfield | traducido por Ana Milutinovic | MIT Technology Review en español 24 Marzo, 2020


Para detener la pandemia de coronavirus (COVID-19) debemos cambiar drásticamente nuestra forma de hacer casi todo lo que hacemos: cómo trabajamos, hacemos deporte, salimos, compramos, controlamos nuestra salud, educamos a nuestros hijos y cuidamos a los miembros de la familia.

Todos queremos volver a la normalidad cuanto antes. Pero parece que la mayoría de nosotros todavía no somos conscientes de que nada volverá a la normalidad después de unas semanas, ni siquiera de unos meses. Algunas cosas nunca volverán a ser como antes.

Aunque por fin se ha alcanzado un consenso generalizado sobre que cada país debe “aplanar la curva”. Todas las naciones deben imponer el alejamiento social para frenar la propagación del virus y que el número de personas enfermas no provoque un colapso de los sistemas sanitarios, como parece que ya está pasando en Italia. Eso significa que la pandemia debe avanzar a un ritmo más lento hasta que suficientes personas se hayan contagiado para lograr la inmunidad de grupo (suponiendo que la inmunidad dure años, algo que aún no sabemos) o hasta que se descubra una vacuna (algo que no pasará como pronto hasta 2021, si es que llega).

¿Cuánto tiempo se necesita para lograrlo y cuán severas deben ser las restricciones sociales? Mientras anunciaba algunas medidas hace unos días, el presidente de EE. UU., Donald Trump, afirmó que “con algunas semanas de acción concreta, podremos solucionarlo rápidamente”. En China, después de seis semanas de encierro, el contagio ha empezado a disminuir ya que el número de nuevos casos ha caído en picado.

Pero el problema no se acaba aquí. Mientras haya una sola persona en el mundo con el virus, los brotes pueden y seguirán ocurriendo sin controles estrictos para contenerlos. En un reciente informe (pdf), los investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido) propusieron una forma de actuación: imponer medidas de alejamiento social más extremas cada vez que los ingresos en las unidades de cuidados intensivos (UCI) empiezan a aumentar, y suavizarlas al reducirse la cantidad de las personas ingresadas. Así lo presentan en un gráfico.

Casos semanales de ingresados en UCI

Los episodios periódicos de distanciamiento social mantienen la pandemia bajo control.

Gráfico: Los períodos regulares de confinamiento social mantienen la pandemia bajo control. Créditos: Equipo de respuesta a COVID-19 del Imperial College.

La línea naranja representa a los ingresados en UCI. Cada vez que se eleva por encima de un umbral, por ejemplo, 100 a la semana, el país cerraría todas las escuelas y la mayoría de las universidades e impondría el confinamiento social. Cuando los ingresos vuelven a caer por debajo de 50, esas medidas se levantarían, pero las personas con síntomas o cuyos familiares tuvieran síntomas deberían seguir en sus hogares.

¿Qué se considera como “alejamiento social”? Los investigadores lo definen así: “Reducir el contacto fuera del hogar, en la escuela o en el lugar de trabajo en un 75 %”. Eso no significa que haya que salir con los amigos una vez a la semana en lugar de cuatro veces, sino que todos harían lo máximo posible para minimizar el contacto social, lo que, en general, reduciría el número de contactos en un 75 %.

Según este modelo, los investigadores concluyen que el alejamiento social y el cierre de escuelas deberían producirse aproximadamente dos tercios del tiempo, es decir, dos meses sí y uno no, hasta que haya una vacuna disponible, algo que no se espera, como mínimo hasta dentro de 18 meses.

¿¡Dieciocho meses!? Seguramente debe haber otras soluciones. Por ejemplo, ¿por qué no se puede simplemente construir más UCI para tratar a más personas a la vez?

Bueno, en el modelo de estos investigadores, esa estrategia no logró resolver el problema. Sin el alejamiento social de toda la población, el modelo predice que incluso la mejor estrategia de mitigación, que significa aislamiento o cuarentena de los enfermos, de los ancianos y de los que han estado expuestos, además del cierre de escuelas, aún provocaría un aumento de las personas gravemente enfermas ocho veces mayor de lo que podría soportar el sistema de EE. UU. o de Reino Unido. (Esa es la curva azul más baja en el gráfico a continuación; la línea roja plana es el número actual de camas en UCI.) Incluso si las fábricas empezaran a producir más camas y respiradores y todas las demás instalaciones y suministros, aún harían falta muchos más médicos y enfermeras para atenderlos a todos.

Gráfico: En todos los escenarios sin alejamiento social generalizado, el número de casos de COVID-19 satura a los sistemas sanitarios. Créditos: Equipo de respuesta a COVID-19 del Imperial College.

¿Y si solo se imponen restricciones durante unos cinco meses? Tampoco serviría: cuando se levantan las medidas, la pandemia vuelve a estallar, solo que esta vez sería en invierno, el peor momento para los sobrecargados sistemas sanitarios.

Gráfico: Si se impone el alejamiento social completo y otras medidas durante cinco meses, y luego se levantan, la pandemia regresa. Créditos: Equipo de respuesta a COVID-19 del Imperial College.

¿Y qué pasaría si decidiéramos actuar de forma brutal? Es decir, ¿qué pasaría si decidimos mantener las UCI hasta los topes para instigar el alejamiento social, aunque eso suponga un aumento de los fallecidos? Resulta que eso tampoco supondría una gran diferencia. Incluso en el escenario menos restrictivo del Imperial College, deberíamos permanecer encerrados más de la mitad del tiempo.

Esto no es una alteración temporal. Se trata del inicio de una forma de vida completamente diferente.

Cómo vivir en una pandemia permanente

A corto plazo, esto será muy perjudicial para los negocios que dependen de juntar a grandes cantidades de personas: restaurantes, cafeterías, bares, discotecas, gimnasios, hoteles, teatros, cines, galerías de arte, centros comerciales, ferias de artesanía, museos, músicos y otros artistas, centros deportivos (y equipos deportivos), lugares de conferencias (y organizadores de las mismas), cruceros, aerolíneas, transporte público, escuelas privadas, guarderías. Por no hablar de las tensiones que los padres tendrán para educar a sus hijos en casa, de las personas que cuidan a sus parientes de edad avanzada para no exponerlos al virus, de las personas atrapadas en relaciones abusivas y de cualquiera sin ahorros para lidiar con los cambios en sus ingresos.

Pero es lo que hay, así que tendremos que adaptarnos: los gimnasios podrían empezar a vender máquinas para casa y sesiones de entrenamiento online, por ejemplo. Veremos una explosión de nuevos servicios en lo que ya se ha denominado como la “economía confinada“. También se puede esperar el cambio en algunos hábitos: menos viajes contaminantes, más cadenas de suministro locales, más paseos y ciclismo.

La paralización de tantas empresas y medios de vida será imposible de manejar. Y el estilo de vida confinado durante períodos tan largos simplemente no es sostenible.

Entonces, ¿cómo podremos vivir en este nuevo mundo? Con suerte, parte de la respuesta será que tendremos mejores sistemas sanitarios, con unidades de respuesta ante pandemias capaces de actuar rápidamente para identificar y contener brotes antes de que empiecen a propagarse, y con la capacidad de aumentar rápidamente la producción de equipos médicos, kits de prueba y medicamentos. Aunque todo esto no ha llegado a tiempo para detener al COVID-19, sí nos ayudará con las futuras pandemias.

A corto plazo, probablemente nos obligaremos a mantener una vida social aparente. Los cines podrían eliminar la mitad de sus butacas, las reuniones se llevarán a cabo en salas más grandes con sillas más separadas y los gimnasios requerirán reservas de sesiones de entrenamientos con antelación para que no se llenen de gente.

Pero, al final, recuperaremos la capacidad de socializar de manera segura con el desarrollo de formas más sofisticadas de identificar quién representa un riesgo y quién no, y discriminando, legalmente, a los primeros.

Se pueden ver distintos presagios de este futuro en las medidas que algunos países ya están tomando. Israel utilizará los datos de ubicación de los teléfonos móviles con los que sus servicios de inteligencia rastrean a los terroristas para seguir a las personas que han estado en contacto con los confirmados portadores del virus. Singapur realiza un exhaustivo seguimiento de contactos y publica datos detallados sobre cada caso confirmado, sin identificar a las personas por su nombre.

No sabemos exactamente cómo será este nuevo futuro, por supuesto. Pero es posible imaginar un mundo en el que, para tomar un vuelo, a lo mejor haya que registrarse en un servicio que rastree los movimientos de los pasajeros a través del teléfono. La aerolínea no podría ver dónde habían ido, pero recibiría una alerta si algún pasajero ha estado cerca de personas infectadas confirmadas o de puntos calientes de enfermedades. Habría requisitos similares en la entrada a grandes sitios, como edificios gubernamentales o centros de transporte público. Habría escáneres de temperatura en todas partes, y su lugar de trabajo podría exigirle usar un monitor que controle su temperatura u otros signos vitales. Actualmente, las discotecas hacen controles de edad y puede que, en el futuro, también exijan un justificante de inmunidad: una tarjeta de identidad o algún tipo de verificación digital a través del teléfono que demuestre que la persona ya se ha recuperado y vacunado contra la última cepa del virus.

Nos adaptaremos y aceptaremos esas medidas, de la misma forma que nos hemos acostumbrado a los cada vez más estrictos controles de seguridad en los aeropuertos a raíz de los ataques terroristas. La vigilancia intrusiva se considerará un pequeño precio a pagar por la libertad básica de estar con otras personas.

Como de costumbre, además, el coste real será asumido por los más pobres y los más débiles. Las personas con menos acceso a la sanidad y las que vivan en áreas más propensas a enfermedades también serán excluidas con mayor frecuencia de lugares y oportunidades abiertas para todos los demás. Los trabajadores autónomos, desde conductores hasta fontaneros e instructores de yoga, verán que sus trabajos se precarizan aún más. Los inmigrantes, los refugiados, los indocumentados y los expresidiarios se enfrentarán a otro obstáculo para hacerse un hueco en la sociedad.

Además, a menos que se impongan reglas estrictas sobre cómo se calcula el riesgo de contraer una enfermedad para cualquier persona, los gobiernos y empresas podrían elegir cualquier criterio: ganar menos de 30.000 euros al año podría considerarse un factor de riesgo, así como tener una familia de más de seis miembros y vivir en ciertas partes de un país, por ejemplo. Eso abre la puerta al sesgo algorítmico y la discriminación oculta, como sucedió el año pasado con un algoritmo utilizado por las aseguradoras de salud estadounidenses que resultó favorecer accidentalmente a las personas blancas.

El mundo ha cambiado muchas veces, y ahora lo está haciendo de nuevo. Todos tendremos que adaptarnos a una nueva forma de vivir, trabajar y relacionarnos. Pero como con todo cambio, habrá algunos que perderán más que la mayoría, y probablemente serán los que ya han perdido demasiado. Lo mejor que podríamos esperar es que la gravedad de esta crisis finalmente obligue a los países, en particular a EE. UU., a corregir las enormes desigualdades sociales que provocan que grandes franjas de su población sean tan extremadamente vulnerables.

34 comentarios

  • oscar varela

    Pablo Goldschmidt (reconocido virólogo)
    (sobre Argentina)
     
    –          Me parece que el gobierno actúa muy bien y con mucha cautela.
    –          Pero la autoridad internacional les empuja la mano con las cifras de mortalidad que ponen los peritos de la OMS, que hacen cuentas matemáticas.
    –          no es mala fe, sino incompetencia. No hay nadie detrás.
    –           
    –          en la Argentina están haciendo las cosas bien y con seriedad.
    –           Ginés me parece muy bueno.
    –           Y Carla Vizzotti es una mujer que sabe lo que hace, es muy competente, conoce, estudia.
    –          Cuando usted está con personas que son estudiosas, que no son panfletarias, que son serias, le dan confianza. Charlé con ella y me impresionó. Nunca vi en la Salud Pública ese nivel de formación.
    –          Hacen las cosas lo mejor que se pueden hacer con el presupuesto del que disponen.

  • Román Diáz Ayala

    Sigo

    El confinamiento  resulta ser el medio empleado  hasta y sobre ello hace sus reflexiones. Lo mismo es cierto,  pero tambien ha ido acompañando de otras medidas como son los tests selectivos ( caso de Corea del Sur) sobre  los posibles contactos previos de los afectados.

    En China se ha podido aislar enteramente una ciudad,  Wuhan, 11 millones  de personas,  y hasta una de las provincias chinas, Hubei, 55 millones. Pero China tiene 1.355  millones y ha podido mantener el ritmo de su sistema productivo. La mentalidad  china, lo mismo pasa con Corea del Sur, permite un control sobre la poblacion y los individuos  hasta limites que aqui parecerian atentatorios contra las libertades individuales  e intromisiones  en las intimidades de los ciudadanos. La tecnología tiene los medios para ello, y ambos países  la usan eficazmente. La seguridad se mantiene como un bien superior.

    Nos da el dato corroborado por otras fuentes de que no habrá  una vacuna eficaz  hasta finales de 2021.

    Si el aislamiento decretado por los Estados  supera el 75 por ciento de confinamiento colapsará  la economia de los mismos. Es de cajón.

    Un aislamiento inferior ( sin aplicar otras medidas, como los test, de manera  eficaz) el virus habrá  venido para quedarse de forma intermitente  o continua hasta alcanzar el hacerse endémico  como la gripe.

    Luego, tenemos que entender que este trabajo se hace para dos sociedades concretas con sus sistemas de salud: Los Estados Unidos, y el Reino Unido ( ya con la mentalidad puesta en que no son parte de la Union Europea)

     

     

  • Román Diáz Ayala

    El titular del presente trabajo de la Mit Imperial  Review puede parecer inquietante  e incluso rechazable alguno de sus supuestos, perono podemos obviar sus datos y que se trata de un análisis  documentado de una propuesta de estrategia para frenar la pandemia siguiendo el modelo del Imperial  College de Londres.

  • juan antonio vinagre oviedo

    Ahí va una reflexión más acerca de ese coronavirus tan SOSPECHOSO  -que se presta a distintas interpretaciones- y que tanto miedo y alarma está creando, generando y llevando a tomar medidas de protección excepcionales, pese a los grandes riesgos que se corren en otras áreas también vitales…  Digo “sospechoso” porque, para algunos al menos, puede tratarse de una gran oportunidad para difundir una información-alarma interesada, que utiliza la difusión de miedos para intereses ocultos, y cuyas víctimas son principalmente los desprotegidos, los débiles o con pocos recursos… y las consiguientes pérdidas de trabajo, entre otras pérdidas… (Ahora mismo quizá entre los que más están sufriendo las consecuencias son los que no pueden salir ni a pedir limosna… Conozco de cerda casos concretos en esa situación.)

    Dejo aparte otros intereses, como comprar bienes o empresas competidoras, inducidas a entrar en crisis (la Bolsa juega un papel importante en estos casos)  a precios de ganga…

    Por eso, ¿cómo entender frases como 1) “el estilo de vida que conocemos no va a volver nunca”, o esta otra, 2) “De esta experiencia traumática van a salir valores nuevos”.  ¿Cómo entender la primera frase? ¿Y qué estilo es al que no vamos a volver nunca?  Porque podemos ir a un estilo de vida peor…  Respecto a la segunda afirmación, ¿valores nuevos de qué tipo? Porque puede tratarse de valores  -contravalores, más bien-, que refuercen el poder y sus ídolos…

    Pues bien, personalmente tengo muchas dudas acerca de esos posibles cambios, porque el PODER (en el que se incluyen las grandes industrias farmacéuticas y los grandes especuladores sin escrúpulos) es muy poderoso, y no está dispuesto a aceptar cambios que le hagan perder privilegios o derribar ídolos. El poder siempre se resistirá a los cambios que mermen su poder, incluso con malas artes…  Puede que, por razones de estrategia, ante un peligro de amotinamiento general, por ejemplo, ceda algo  -sólo algo- por un tiempo; pero pasado ese peligro volverá a lo suyo: a imponer su poder y a crear dependencias y dependientes…, porque los necesita para incrementar ese poder, que es su pasión y su ídolo.  El poderoso caballero es tan poderoso, tan adicto y compulsivo, que después de que pase el peligro, tratará de recuperar el tiempo -dinero- perdido, con los correspondientes intereses…

    Más aún  -y permítase el salto, aunque parezca extraño-, ese poder privilegiado, que aspira a ser todopoderoso, es capaz de “auto-sacralizarse” y de presentarse  -se presenta ya desde hace tiempo, aunque muy revestido- como una “bendición de Dios” (en versión calvinista, por ejemplo), muy selectivo. Dios bendice al trabajador-emprendedor -dice, proclama-, no al vago que entierra su talento. Los necesitados lo son porque son o han sido vagos.  Por eso, se permiten marginar o rechazar o levantar murallas o acaso eliminar “vagos”, vagos que Dios no bendice, según ellos.

    De esta manera, encubren y racionalizan “piadosamente” algunos movimientos o iglesias “cristianas”  -evangélicas, por ejemplo-, que tratan de compaginar ayudas al necesitado (que es efecto de una pandemia inmoral) con las migajas que caen al suelo del sistema neoliberal. Sistema del poder, incluidas, insisto, las grandes industrias farmacéuticas…  Justo lo contrario al espíritu (y letra) de la Carta magna de las Bienaventuranzas, de la parábola del “Venid, benditos” y de las contundentes palabras de Jesús: No es posible Dios y Dinero, como tampoco salud y especulación o estado -sólo relativo- de bienestar y fraude del dinero público…

    Tal compaginación de Dios y sistema neoliberal, cuyo dios es el Dinero, por parte de ciertos movimientos “religiosos”  -incluidos “católicos”- la denuncian muchos hoy y desde hace tiempo también otros autores, como M. de Begoña en su “Cristo yanqui”  (y no yanqui, añado), aunque en este caso muy suavemente.

    Por eso me permito reiterar que esas iglesias que, sin rubor, se llaman “evangélicas” invierten o marginan los valores más auténticos del Evangelio. Mezclas que degradan y contradicen esos valores más esenciales del Reino del Dios de Jesús de Nazaret. Y que de hecho convierten y reducen el Mensaje del Evangelio en una religión para burgueses… (o para mentes sencillas mal informadas)

    Pues bien  -volviendo al tema inicial-, muchas veces hay una estrecha relación entre virus, pandemias, miedos inducidos, intereses económicos, desprotección, depredación… y poder y uso indebido de la religión… Si se investigase y comprobase alguna relación de este tipo -en el que se puede hallar el negocio abusivo de vacunas carísimas, por ejemplo-, deberíamos denunciarlo con fuerza, empezando por las religiones, unidas en defensa del ser humano desprotegido, y rechazando rotunda y reiteradamente el abuso del poder endiosado.

    Mientras esto no ocurra, seguiré escéptico. Si no encuentra fuerte oposición por parte también de las religiones unidas, el PODER resistirá y una vez más se impondrá, incluso banalizando el mal con racionalizaciones impúdicas. Necesitamos madurar más como personas y como sociedad para hacer posible que ese estilo de vida no vuelva más, y que en la sociedad se instaure un sistema de valores mejor, más humano.  Muchos, pese a todo, esperamos que el ser humano adicto al poder, algún día entre en razón… y destruya ídolos… Mientras soñamos, esperamos…, y trabajemos para que ese día llegue…

    Esta es mi reflexión de hoy a propósito de tantos virus y pandemias…

    • ana rodrigo

      Juan Antonio, estoy de acuerdo con tu tesis sobre el poder y el dinero. Yo creo que es un mal endémico del ser humano de todos los tiempos y culturas. La solidaridad es cuestión de círculos pequeños y de personas individuales que no tienen poder para transformar la sociedad.

      Y normalmente el poder va unido siempre al dinero, su dios. Yo conozco un poco Suiza, cuya principal industria es la farmacéutica, y es difícil imaginar la cantidad de millonarios y la cantidad de millones de los que disponen los industriales farmacéuticos. Y ya sabemos tod@s el precio de los medicamentos básicos para la salud.

      Esto es sólo un ejemplo de las múltiples clases de millonarios, teniendo en cuenta que quienes les hacen ganar tanto dinero sus sus trabajadores y trabajadoras, la mayoría con trabajos precarios y mal remunerados.

  • Carmen

    Mi pensamiento va en la línea de la del señor Blanco.

    Y pienso que no es momento de abrir este debate. Pero se abrira, sin duda, se abrirá. Y cuando conozcamos los datos de los que el gobierno disponia , entonces sera el momento de opinar. No creo que interese ahora. Ahora es momento de sentirnos bajo un mando único como dice el estado de alerta. Y confiar en que va a acertar en sus decisiones. Al menos es mi postura. Me da fuerza para aguantar esta situación nueva y angustiosa. Porque si pienso que no saben lo que hacen, entonces qué?

    Y después ya vendrá lo que tenga que venir. Porque todo el mundo tiene derecho a opinar.

    Creo. Pienso. Opino.

  • ana rodrigo

    Me gustaría aclarar una cosa. Todo el mundo piensa o pensamos que el gobierno se despistó y no fue valiente para haber hecho el decreto de alarma antes de lo que lo hizo. Es posible. ¿Había conciencia en el pueblo de que la cosa era tan grave? Ahora, a toro pasado, todo el mundo lo sabía…

    El fin de semana del 7 al 8 de marzo hubo miles de partidos de diferentes deportes, los restaurantes, cafeterías y terrazas de los bares a tope, VOX convocó su acto con un contagiado visible, l@s feministas de todos los partidos (menos VOX), fueron a la manifestación, yo asistí a reuniones diversas, la gente nos abrazábamos y besábamos sin sospechar que quizá fuésemos portador@s del coronavirus (yo personalmente jamás imaginé la que se nos venía), y, en este contexto, yo me pregunto ¿porqué de ese fin de semana solamente se recuerda la manifestación de las mujeres como si hubiésemos sido las únicas culpables y causantes de esta pandemia? Ahí dejo la pregunta.

    • Asun Poudereux

      Sí, Ana, a toro pasado, es fácil acusar. Sin embargo, nadie dijo nada antes, que se oyera bien y claro, del peligro más que riesgo que se iba a tomar.
      La gente de a pie pensó que estaba todo bien controlado y siguió con sus hábitos y costumbres.
      Por mi parte pienso que faltó experiencia suficiente para determinar la suspensión de manifestaciones y reuniones masivas por parte de los miembros del gobierno, porque algo más que nosotros seguro que estarían al tanto.

      Quiero hacer notar que la prevención es una asignatura más que sigue pendiente en nuestro país. La prueba está en las empresas con trabajos de riesgo que se limitan a seguir la ley burocrática, papeles y más papeles, pero no se hace aplicar en los diferentes procesos de la producción y distribución desde los puestos de dirección y mando, porque dicen que si no la actividad sería más lenta, entre otras cosas.

      Sin embargo, sería más segura y con mayor consciencia de todos en la empresa de lo que se juega el trabajador, su vida y su salud. Pero esto no cuenta. Sí cuenta para echarle la culpa en caso de accidente. Así están hechas las cosas. Los últimos se llevan la carga y peso de hasta la “justicia”.

      La determinación, por tanto, que faltó en su momento, para prevenir males, puede que también fallara en un gobierno de no coalición. Nadie desea ni deseó esto que está pasando. La prevención en todos los sentidos necesita de mucha maduración y experiencia, gusto por hacer las cosas bien, pensando en los siguientes. Y por supuesto adelantarse a los posibles riesgos.

      Quien piense que la culpa es de las mujeres, tiene un problema y ha de trabajárselo. Todo esto es mucho más complejo.

    • pepe blanco

      Hola, Ana y Asun,

      – Espero que no penséis de mí que opino que las manifestaciones del 8M fueron un factor fundamental en la evolución del coronavirus en España, más que los partidos de fútbol que se jugaron ese fin de semana o los conciertos que hubo. No lo pienso en absoluto. Todas esas aglomeraciones y cualquier otra que se diera esos días, contribuyeron, sin ninguna duda, a la expansión de virus. Si me referí a esas en concreto fue porque, probablemente, fueron las más llamativas de ese día, pues abrieron todos los informativos en todas las televisiones.

      – ¿Que la gente aún no estaba mentalmente preparada para la declaración del estado de alarma? Pues probablemente no. Pero para eso tenemos (o deberíamos tener) un gobierno que nos advierta a tiempo de los peligros que nos acechan como pueblo, como nación (y más cuando el peligro era tan inminente) y que ponga los medios que estén en sus manos para intentar conjurar el peligro. Los medios pudieron haber sido al menos dos diferentes: estado de alarma con confinamiento o creación de hospitales de campaña. Y, por supuesto, empezar a compar ya el material previsiblemente necesario.

      – ¿El gobierno era consciente de lo que estaba sucediendo? Quiero creer que sí. Si no lo era, entonces, debe dimitir ya. Inmediatamente y en pleno. ¿Para que tenía un ministro de sanidad y todos sus asesores técnicos?

      – Permitidme que os cuente una historia personal. El día 28 de febrero de madrugada falleció mi padre. Lo velamos la tarde del 28 y la mañana del 29. El día 29 por la tarde lo enterramos.

      – El día 28 de febrero había en España 57 casos de coronavirus. Ninguno en Galicia. Mis hermanos me llevaron un mascarilla y me insistieron vehementemente en que me la pusiera para el velatorio y el funeral, a los cuales podían acudir, perfectamente, personas de otras comunidades. Repito: había 57 casos declarados en toda España. Claro, ya empezamos con las acotaciones: 57 casos “declarados” implicaba que, por lo menos, habría al menos un par de miles más sin diagnosticar.

      – La verdad es que no les hice caso a mis hermanos. Fui tan irresponsable como aún hoy lo son muchos ciudadanos que incumplen el confinamiento. Pero la verdad es que me dio un poco de “corte” recibir el pésame de familiares, amigos y conocidos con una mascarilla puesta. No me gustaba la idea de llamar tanto la atención. Me limité a mantenerme en lo posible fuera del local y, siempre que podía, a una distancia prudencial de la gente, que supongo que alguna pensó que quería estar solo por estar triste y deprimido por la muerte de mi padre, cuando lo que estaba haciendo era huir del coronavirus que podía estar escondido en cualquier parte. Para mi sorpresa, al funeral fue un paisano de mi pueblo con mascarilla. Me faltó un pelo para felicitarlo por su desparpajo, que yo no tenía.

      – Vale. Mis hermanos, unos “vulgares” médicos de provincias eran plenamente conscientes del riesgo que tenía aquella situación para mí, pero en el Ministerio de Sanidad en Madrid, con su flamante Ministro y sus ilustres Secretarios de Estado y todos sus asesores técnicos no tenían ni puta idea de lo que podía pasar, aquella misma semana y más aún una semana más tarde, en los partidos de fútbol que se jugasen, en los conciertos, en los cines, en los teatros, ni en las manifestaciones del 8 M.

      – Pues, ¿qué queréis que os diga, Ana y Asun? O mis hermanos son unos genios -que no lo son en absoluto- o en el Ministerio de Sanidad del gobierno de Pedro Sánchez fueron unos negligentes o unos acojonados. Disyunción en sentido lógico: o las dos cosas.

      • oscar varela

        Exacto!
        El Sistema vigente tiene a la Gobernanza como un Asunto de MERCADO!
        Entiéndasé que digo SISTEMA
        No es Asunto de cada uno.
        Ese (otro) Sistema de “conciencitas” y “espiritualidades”
        también se fue y va al carajito.

      • Asun Poudereux

        De acuerdo, Pepe. Y agradezco en especial la experiencia que cuentas.
        Si me has leído bien, vengo a decir lo mismo sin usar la palabra responsabilidad.

        Me temo que nuestra mal llamada democracia, ha de ser totalmente controlada por los ciudadanos, porque he aquí otro ejemplo de la distancia que nos separa de los políticos. No tenemos a nadie que nos represente directamente en cada circunscripción, que vele por nuestras necesidades y las defienda ante el Congreso. Sea controlada su función, pudiendo ser revocado.
        Entretanto los partidos de turno gastan el presupuesto en colocar a amigos y familiares en puestos innecesarios, descuidando lo que es de todos y para el bien de todos, como la salud y la ciencia, la educación, el cuidado de los dependientes y más débiles económicamente.

        El mercado y las dispersiones en consumo de todo tipo son los reyes, que ultrajan a sus súbditos económica y psicológicamente.

      • ana rodrigo

        Querido Pepe, te habrás dado cuenta que la nota sobre la manifestación de las mujeres no la puse contestando a tu comentario, porque de sobra sé yo que tú nunca le echarías la culpa a las mujeres. Lo que pasó es que me diste la idea, porque en la oposición política parece un mantra lo de dicha manifestación de las mujeres, pero nadie dice que ese domingo hubo 18.000 misas en España, más los teatros, los cines y todo lo que mencioné ayer.

        Creo que nadie estábamos preparados, ni ministros ni ministras ni partidos políticos, de esta catástrofe, y menos la sociedad en general, que nadie sabíamos lo que era una pandemia de este envergadura en nuestra propia casa y en el mundo entero. Ahora sí todo el mundo sabemos mucho, pero hay que recordar el cachondeo de Trump o del primer ministro inglés o el brasileño. Nos ha tocado y ya está, ahora hay que salir aunque cueste tanto sufrimiento a tanta gente que se te parte el corazón.
        Un abrazo

  • GIORDANO BRUNO

    Hasta lo escrito por la hora. me uno a Ana Rodrigo, a Honorio Cadarso, y a Oscar Varela.

    Estoy para pocas meditaciones, porque llevo muchos números de esta loteria macabra que un subnormal llama virus chino. ¿Habrá visto en su vida un microscópio, y a sus habitantes con banderas o camisetas de colores. Llevaba 16 años en Médicos sin Fronteras y pregunté ayer a un teléfono de la Organización, si tenían alguna actuación en Venezuela. Ahora no me dijeron.

    Bueno les dije. Borren mi nombre.Nada más.Yo sabía que les habían ametrallado en Kunduz (en un hospital de campaña, con muchos muertos, donde al salir de las tiendas huyendo, los aviones seguían ametrallando). Y siguen allí.Los aviones eran USAmericanos)Y en Yemen, y siguen allí. Tambien sabía que fueron los protectores de los CASCOS BLANCOS en Siria….según Tierry Meysan (Red Valtaire).

  • pepe blanco

    Aprovechando que el Pisuerga pasa por Valladolid…

    Es curioso. Uno podría pensar que se trata de matar un mal bicho fruto de una mutación genética (aleatoria o intencionadamente provocada) que nos perjudica los humanos. Pues parece ser que es mucho más que eso, que todo el mundo quiere apuntarse al carro de la reflexión filosófica que un batallón de virus parece tener la capacidad de suscitar en personas de muy diferentes ideas.

    No sé, quizás estas situaciones sean buenos acicates para pensar, pero no sé si los pensamientos que susciten servirán para matar el bicho.

    Incluyo el enlace a otra de esas reflexiones que me mandaron. Es de una profesora de Filosofía de la Universidad de Navarra. No sé si es del Opus (supongo que sí), pero comunista seguro que no es…

    https://www.unav.edu/web/instituto-cultura-y-sociedad/actualidad/detalle-noticias/2020/03/16/el-coronavirus-una-interpelacion-a-reflexionar-sobre-nuestro-modelo-social-y-de-desarrollo/-/asset_publisher/XNc0/content/2020_03_16_ics_entrevista_anamarta_gonzalez/10174

     

    • Asun Poudereux

      Ante todo es una mujer. Una persona un tanto lúcida. Gracias, Pepe, por esta intervención y la anterior. Me gusta sentirte activo.
      Un abrazo.

    • pepe blanco

      Gracias a ti, Asun, por tus palabras tan amables conmigo. No es la mejor epoca para mí, para participar muy activamente en Atrio, pero haré lo que pueda. Un abrazo fuerte.

    • ana rodrigo

      Querido Pepe, espero que te sientas a gusto en esta tu otra familia atriera y con la gente que te queremos. Al fin y al cabo, somos, especialmente, emoción, y el mundo emocional ayuda al cuerpo a mantenerse saludablemente, así, como a la inversa, la somatización de los problemas puede perjudicarnos.

      Respecto al enlace que nos pones sobre la filósofa y su reflexiones, solamente decir que yo, lo contrario que dice ella, en este momento, tengo confianza en el gobierno que tenemos, porque admitiendo que son humanos, creo que están haciendo todo lo que está en sus manos, porque hay cosas que no lo están, como el abastecimientos de material sanitario, cuando el mundo entero está demandando lo mismo y la producción no llega a abastecer todos los pedidos.

      Respecto al resto de reflexiones filosóficas, están muy bien y se están haciendo desde much@s pensador@s, dada la situación límite en que nos encontramos. Pero, como dices tú, estas reflexiones constructivas a nivel de pensamiento, no matan el bicho. En bicho se mata en otros terrenos.

      Pero volviendo a la manera de vivir de unas sociedades “desarrolladas” en lo material, creyendo que podemos hacer frente a todos los peligros, como si fuéramos dioses, dudo que, cuando haya pasado esta crisis y el tren de la producción y el consumismo y la insolidaridad, volverán a tomar velocidad los mismos errores y olvidaremos lo vulnerables que somos así como las prioridades que debemos tener en cuenta, como es el bien común, no la acaparación salvaje de riqueza en pocas manos y la no menos salvajada de maltratar al Planeta en el que vivimos.

      Un abrazo grande.

      • oscar varela

        Te leo:
        -“volverán a tomar velocidad los mismos errores …”-

        Pienso que ni la evolución ni la historia acuerdan con el dicho,

        Un error (o acierto) nunca es “el mismo”
        sino que
        el siguiente es un “peoramiento” (o “mejoramiento”)

      • pepe blanco

        Querida Ana, claro que me siento a gusto aquí, especialmente con las personas que creo que me queréis y/o apreciáis mis comentarios. También pienso que otras personas ni me quieren ni aprecian mis comentarios. Pero no pasa nada, los desencuentros son tan normales como los encuentros. Y ya sabemos que, bueno…, los aprecios y los no aprecios, suelen ser recíprocos. Pues ya está.

        Respecto a la acción de este gobierno, pienso que lo está haciendo bastante bien, aunque empezó un pelín tarde. En India, con 1.300 millones de habitantes y unos 700 casos de coronavirus, ya han decretado el confinamiento. Cuando surgieron aquí los primeros casos, ya teníamos el ejemplo de la estrategia que siguió Corea del Sur, que parece haber sido muy eficaz, pero no se siguió. Y la decisión de permitir las manifestaciones del 8 de marzo, no me pareció acertada. Por supuesto que es importante la celebración del día de las mujeres trabajadoras, pero precisamente este año, en las circunstancias actuales, igual hubiera sido preferible trasladarla para más adelante.

        Un abrazo fuerte.

  • Honorio Cadarso

    Queridos amigos, queridos “doctores”. yo me siento frente a vosotros  como un tarugo…Pero me comprometo a leer varias veces este tema hasta entenderlo al menos medianamente. Tengo la impresión de que esto del coronavirus nos está apretando las tuercas, que por el camino que vamosllegaremos muy pronto al final de la humanidad, al planeta “invivible”. Y que estre futuro o aantifuturo que nos espera por este camino nos obliga a toda urgencia a buscar otra ruta, como dice Osacar a mandar al retiro a Bolsonaro y a Trump, al inglés ese que desgobierna Inglaterra, y tal vez a potenciar a Mugica, el uruguayo, a resucitar a Nelson Mandela y a Gandhi….y ¿por qué no? a dialogar con los chinos de hoy que destronaron al sovietismo y al maoísmo y se sacaron de la manga un capitalismosocialismo y un socialismo de mercado. una conciliación de tesis-antítesis mediante una síntesis que quizá Marx no estuvo en condiciones de encontrar’ o bien, que me perdone Oscar, aesperar el santo advenimiento de un segundo Papa Francisco Bergoglio más a la mano de los pobres, del sacerdocio de las mujeres, del universo-Amazonía…

    A lo mejor estoy desbarrando…A lo mejor alguno de ustedes podría explicar mejor lo que quierro decir y no acierto…

     

     

    d las mujeres

  • oscar varela

    Argentina hace un ratito.
    En una teleconferencia con mandatarios de las principales potencias mundiales
    Alberto Fernández llamó a los líderes del G20 a crear un fondo de emergencia ante el coronavirus
    – “Nadie se salva solo”,
    – La urgencia que marcan las muertes, nos obliga a crear este fondo que sirva para enfrentar, mejor equipados de insumos, el contexto que vivimos.
    – Enfrentamos el dilema de preservar
    – la economía o
    – la salud de nuestra gente.
    – Nosotros no dudamos en proteger integralmente la vida de los nuestros.

  • M. Luisa

    Hasta el momento  hacíamos lo que pensábamos, a partir de ahora habremos de pensar lo que hacemos!!

    • oscar varela

      Hola M.Luisa!
      “Lo que hacemos”
      ya está requete-pensado, y se lee:
      ¡¡¡BASTA!!!
      ¡¡¡NUNCA MÁS!!!
      ……………
      ¿Cómo lo estamos haciendo?
      – Desde abajo, y
      – desde todos los ángulos.
      Porque la vida humana y terráquea
      esta ACORRALADA;
      no hay otra escapatoria que poner Mente y Corazón.
      SIN VIOLENCIA (porque eso sería un error mortal)
      https://www.atrio.org/MARCOS/14.pdf
      https://www.atrio.org/MARCOS/15.pdf
      https://www.atrio.org/MARCOS/16.pdf

      • M. Luisa

        Hola Oscar!
        Quien conozca un poco mi estilo sabe que apenas uso la palabra pensar, siempre hablo de intelección humana, algo completamente distinto. Si hoy he tomado un atajo ha sido por simplificar no para que se me malinterpretara. En la intelección humana son las cosas las que nos dan que pensar! Es a este cambio de dirección a lo que me refería

        ¡¡¡BASTA!!! Sí, basta!! De manejar cosas al pensarlas. Al pensarlas las objetivamos a satisfacción. Tampoco se trata de requete – pensar –las, NO, no estamos acorralados, los humanos estamos abiertos a la realidad de las cosas que nos hacen serlo, de ahí la posibilidad de poder cambiar siempre nuestras situaciones.

  • ana rodrigo

    De los artículos más completos y realistas que he leído estos días que llevamos de información masiva sobre el alcance de la pandemia, en sus innumerables vertientes. Gracias, Antonio

    Como se dice en el texto , algo así (porque no es literal) mientras exista un solo virus vivo, seguirá el peligro de contagios a mayor o menor escala. Esta es la clave: la vacuna y el tiempo suficiente para que se vacune toda la población mundial. Y esto va para largo.

    Otro tema que no se suele tocar y es el siguiente: a ver si las ingentes cantidades de dinero que se invierten en armamento, se dedica a la investigación, a una sanidad universal y eficaz en todo el mundo, y a tener unos stocks suficientes de productos que ahora tanto escasean y tan alto y e inmoralmente se cotizan, en vez de almacenar armas por si acaso hay guerra, y si no, la crean para dar salida a tanto armamento.

    Ah, y que dejen el viaje a Marte para cuando los problemas del planeta Tierra esté resueltos.

    Espero que una de la lecciones que saquemos de esta terrible situación, es el modo en que gastamos el dinero y priorizar objetivos humanos por encima de cualquier otra cosa.

    Ojalá aprendamos tantas lecciones que nos está dando un pequeño bichito incontrolable, por ahora, hasta que den con la solución.

  • pepe blanco

    Pues yo no acabo de ver el realismo crítico en la interpretación que hace el autor del artículo del informe del Imperial College, informe que, todo sea dicho, no he leído con calma, sino un poco por encima.

    En mi familia más directa hay, en estos momentos, siete médicos en activo. Además, mi marido y yo tenemos una gran amistad con otros cuatro médicos, también en activo. Con matices, todos con los que hemos hablado del tema vienen a coincidir en que:

    – El coronavirus sólo es un poquito más mortífero que el virus de la gripe de toda la vida. Si la mortalidad de éste ronda el 1%, la del coronavirus está entre el 2 y el 4%. Es un dato que aún no se sabe con certeza: en los países o zonas donde más tests de coronavirus se hacen, disminuye la mortalidad, acercándose al 1% del de la gripe normal.

    – ¿Cuál es entonces el problema del coronavirus? Pues que es muy contagioso. El virus de la gripe normal contagia más lentamente y, aún así, en épocas críticas de gripe normal, los hospitales llegan a colapsarse. Pues con el coronavirus es mucho peor, pues el contagio es  más rápido. Si una persona con la gripe normal contagia, de media, a 1.28 personas, una con el coronavirus contagia a 2.68 personas, es decir, más del doble.

    – De hecho, las medidas de confinamiento no persiguen que no nos contagiemos. Contagiar nos vamos a contagiar, antes o después, todos o casi todos. Lo que persiguen es controlar el ritmo de contagio y que no se colapsen los servicios sanitarios.

    – Respecto a esto, también hay que señalar que quizás los estudios  hechos en los países sajones, en los que la sanidad pública es una mierda (UK y USA), aunque estadísticamente sean correctos, no tienen por qué ser válidos para el resto de los países, en concreto para España, donde tenemos una sanidad pública que, aunque detreriorada por los recortes de la crisis, sigue siendo una sanidad pública de muy alta calidad.

    – Por todo lo dicho, mi opinión personal es que, igual en vez de confinar a la sociedad entera en sus casas y paralizar una gran parte de la actividad económica, lo que se deberían hacer son hospitales de campaña en las grandes ciudades, como ya se están haciendo en Madrid y en Barcelona, y reorganizar el trabajo en los hospitales (cosa que también ya están haciendo. Hoy mismo me contaba mi oncóloga que ya los están formando por si llega el momento en que los internistas no den abasto para tratar a los contagiados por el coronavirus, aunque, de momento, aquí en Ourense, no han llegado a ese punto, ni mucho menos)

    – Hasta aquí, en mi opinión, el realismo crítico. A partir de aquí podríamos elucubrar:

    ¿No es cierto que esta crisis está poniendo de manifiesto otra vez la fuerza y la grandeza de los estados?

    Pero…, ¿no parece que los estados se volverán a endeudar una vez más y toda esa inmensa cantidad de dinero que estaba soportando intereses negativos volverá, probablemente, al reino de los intereses positivos?

    • oscar varela

      D’accord, Pepe!

    • Carmen

      Mientras que no cambie el sistema económico y financiero mundial me temo que así será.
      Dicen, avisan que habrá una crisis brutal. También dicen que como es exógena, no como la del 2008 que fue provocado por el mismo sistema, esperan que sea una recuperación más rápida.
      Ojalá.
      Pero no veo otra que los países se endeuden hasta la médula. Y las personas.
      A lo mejor no. No entiendo de esto. Pienso a mí aire.

  • isidoro García

       El viajero en camino, en todo momento debe tener en la mente, la dirección de su viaje. Pero especialmente, cuando se encuentra ante una parada obligada, por dificultades del camino, debería aprovechar para descansar, y sobre todo para repensar y planificar el camino a seguir en la siguiente semana o quincena.
     
        Si el parón es por mal estado de la calzada, o por abundantes lluvias, debería pensar en proveerse de un calzado más fuerte y protector, y de un manto más grueso.
     
          Con motivo del trauma del coronavirus, y sobre todo del confinamiento prolongado, (al menos tres meses, y los mayores quizás más), empezamos a pensar en diseñar nuestra vida futura, de cara a los nuevos tiempos que parece que se avecinan.
     
         Ya se barruntaban cambios en las semanas anteriores del viaje, empezaban a soplar vientos molestos, y aparecían en el horizonte nubes amenazadoras.
     
         Los populismos de vario pelo, y las histerias se han ido acumulando en tiempos recientes, y ya todo se pretendía solucionarlo con gritos y pancartas: “¡Sí, se puede!, ¡Sí se puede!”, era la fórmula mágica de todos los problemas.
     
        El malestar colectivo creciente es evidente. Y en estos tiempos de ruido, confusión y griterío, donde solo se escucha a los que más gritan, habría que oír a algunos de los sabios del lugar.
     
         Y uno de ellos es Hartmut Rosa, sociólogo alemán, que ha escrito un libro sobre la alienación social imperante, y que en una entrevista decía textualmente: http://www.scielo.org.co/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0120-159X2018000200249
     
        “Es claro que hay dos problemas con el capitalismo. Uno es que es totalmente injusto y explotador. Los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres.
             El segundo es que crea una mala forma de vida. Lleva a la reificación de la manera en que nos relacionamos con la naturaleza, con los otros seres humanos, con nuestro trabajo, etc.
             Ahora bien, durante las últimas décadas, la mayoría de los teóricos pensaron: “abordemos primero el problema de la injusticia y la explotación; una vez que hayamos convertido al mundo en un lugar justo o más justo, podremos afrontar el problema de la alienación”.
            Sin embargo, actualmente, empezamos a darnos cuenta de que es probablemente al revés: tenemos que entender que la totalidad de nuestra forma de vida es incorrecta, que nuestro modo de existencia, de ser en el mundo es altamente problemático, ya que nos conduce hacia vidas aisladas, desesperadas, solitarias, frías e indiferentes.
            Una vez que superemos la alienación, podremos fácilmente encontrar caminos para superar la injusticia y la explotación. Por lo menos, esa es mi esperanza -y encuentro fuerte apoyo en los manuscritos de París de Marx”.
     
       O sea, Hartmut Rosa señala el eterno dilema de donde ponemos el carro, y donde los caballos: primero nos perfeccionamos y eso resolverá los problemas, o primero resolvemos los problemas, y luego intentamos perfeccionarnos.
     
        La humanidad se divide entre apocalípticos e integrados, entre dinamiteros y artesanos, entre activistas y pensadores, y como uno piensa como uno es, la controversia difícilmente la podemos evitar.
     
        Y como difícilmente nos vamos a poner de acuerdo de entrada, como primera medida, ¡respetémosnos unos a otros, porque gritándonos solo aumentamos la confusión y el caos!.

    • oscar varela

      Ok!
      1- Me parce bien tu posición. La comparto.
      2- También tu modo de entender la “división” (de la humanidad)
      3- Solo que pienso en la división (encrucijada) de la Gobernanza.
      4- Y ésta consiste en la prioridad de una elección:
      a) la Vida, o
      b) el Dinero.
      …………..
      Argentina eligió LA VIDA por sobre el Dinero
      Las Gobernanzas que están eligiendo el DINERO por sobre la Vida son:
      Trump (EEUU), Boris J. (Inglaterra), Bolsonaro (Brasil)
      y los “científicos” (plenamente darwinianos) como este Post.

      Aprovecho a señalar que la situación de Bolsonaro (Brasil)
      está actualmente en la línea condenatoria señalada por L. Boff.
      El 90% de los Gobernadores de Estados brasileros no acata la postura del Presidente.

      Lo mismo ocurrió con el Gobernador del Estado de Nueva York frente al Presidente.

      La Realidad será que la DESOBEDIENCIA dará “vuelta la Tortilla Sociedad”.
      ¿Que a DES-OBEDIENCIA suena a GRITO?
      ¿Cómo negarlo … Cómo evitarlo?

      Escucho propuestas dialogables, no sermones ni rezos.

      Por ejemplo: la RENTA SOCIAL BÁSICA por sobre la RENTA PRODUCTIVA y FINANCIERA.
      e.d.: prioridad de “a cada uno según su necesidad”

  • oscar varela

    Excelente!

    La perspectiva o proyecto acepta

    sin que se le mueva un pelo

    el cagar al vulnerable.

    Pues sí!: para esta gente los “sudacas”

    de cualquier lugar del mundo

    son materia descartable.

    ………………………………..

    ¡me opongo!

    ¡Nos oponemos!

    • oscar varela

      Cuando digo “ME OPONGO”
      me estoy oponiendo desde el Título
      ¿Que oculta (o devela) ese “ACEPTÉMOSLO”?

      Llegaré a preguntarme si la “Redacción de Atrio”
      se hace cómplice de esa “aceptación”?

      • Alberto Revuelta

        No te sulfures, Oscar, nuestro querido, para mi muy querido, moderador desvela los planteamientos de una parte importante de las fuerzas que dirigen el mundo. Y saber ese planteamiento es un servicio que le debemos a la redacción de Atrio. Un campero cuya huerta estaba cerca del santuario de la Virgen de la Luz en Tarifa siempre terminaba sus explicaciones así: “Mire usted, padre, a luego a posterior la Tierra es plana”. Te invito a un café negro, cargado, sin azúcar y virtual.

      • oscar varela

        1- Gracias por el “sermón” de Confesionario: -“No te sulfures”-
        Prefiero el Diálogo de opiniones.
        2- Al Moderador (“Redacción …”) lo trato como dialogante adulto.