El próximo viernes 4 de mayo, ETA anunciará por fin su disolución, con esta palabra u otra. Será en Kanbo (País Vasco del Norte, en el Estado francés), en el palacio del dramaturgo Edmond Rostand. Allí quedará enterrada el hacha de guerra y en sus jardines crecerá un árbol de paz. ¡Gracias a quienes lo han hecho posible! ¡Enhorabuena al País Vasco y a todos los países de España y de Francia, a todos los pueblos de la Tierra que buscan la paz! ¡Ojalá se entierren todas las hachas y crezcan bosques de armonía y podamos vivir como hermanos, iguales y libres! No podemos dejar de soñar, de creer y de crear.
Lo esencial ya está hecho, aunque ha costado demasiados años y duelos. Solo queda la escenificación final, que no sé si era necesaria, pero bienvenida sea. Lo esencial tuvo lugar hace siete años, cuando ETA anunció el fin definitivo de su actividad armada el 20 de octubre de 2011. Y cuando hace un año, el 8 de abril del 2017, llevó a cabo su desarme definitivo en Baiona. Y cuando hace unos días, el 20 de abril, ETA difundió su último comunicado, que celebro.
La declaración constituye todo un hito en la historia de ETA, que tanto ha condicionado la historia de dos generaciones vascas, nuestra historia. En ella se dicen por primera vez cosas como éstas: “ETA quiere reconocer el daño que ha causado en el transcurso de su trayectoria armada”; “en estas décadas ha habido mucho sufrimiento en nuestro pueblo”, “un sufrimiento desmedido”; “ETA reconoce la responsabilidad directa que ha tenido en ese dolor, y quiere manifestar que algo así nunca debió suceder o que no debió prolongarse tanto”; “somos conscientes de que en este largo período de lucha armada hemos provocado mucho dolor, y muchos daños que no tienen solución”; “queremos mostrar respeto a los muertos, heridos y víctimas que han causado las acciones de ETA”; “ojalá nada de eso hubiese ocurrido nunca”; “lo sentimos de verdad”; “nuestra actividad ha perjudicado a muchos ciudadanos que no tenían ninguna responsabilidad. También hemos provocado entre los ciudadanos graves daños que no tienen vuelta atrás. Pedimos perdón a esas personas y a sus familiares”.
Me parece una declaración valiente y valiosa, pero con un reparo importante. La petición de perdón parece dirigirse únicamente a quienes “no tenían responsabilidad” en el conflicto. Pido a ETA que corrija este punto, que rompa ese viejo, bélico, inhumano esquema de víctimas “culpables e inocentes”, que extienda su petición de perdón a todas las víctimas, sin distinción.
Pido perdón a todas las víctimas. A todas: a las 837 personas asesinadas por ETA y grupos derivados. Y a las 94 personadas asesinadas a manos de las Fuerzas de Seguridad del Estado, y a las 73 asesinadas por grupos parapoliciales y de extrema derecha. Son 1004 dramas personales y familiares. No es hora de contabilidades paralelas. Es hora, por fin, de reconocimiento sincero, de verdad, justicia y reparación para todas las víctimas, sin equiparar ni comparar a unas con otras, sin excluir ni olvidar a nadie. No se trata de equidistancia, sino de equiproximidad personal e institucional a cada una como única. Es hora de magnanimidad, de amplitud de sentimientos y miras, de confianza mutua y de fe en un futuro común de paz y justicia, ambas inseparables. La justicia no nace de la guerra y de las penas. La paz no brota de la venganza y del castigo. La humanización y la resocialización no vienen de la cárcel.
El fin de ETA es decisivo, pero no bastará. Era una condición necesaria, pero no será suficiente. Todos los conflictos y sufrimientos injustos no nacieron con ETA, ni desaparecerán con su desaparición. ETA nunca debió existir, pero tampoco sin ETA existirán la paz y la convivencia justa si no escuchamos la historia del sufrimiento de cada uno, si no curamos nuestros rencores y deseos de venganza, si no respetamos sentimientos y proyectos políticos diferentes de los nuestros, y si no reconocemos a las distintas comunidades o pueblos –País Vasco, Cataluña o León, lo mismo da– el derecho a decidir con sus votos sobre su relación con el Estado central.
Ésta es la tarea que nos queda después de ETA y quiero creer que todos –personas, instituciones locales, instituciones estatales– estaremos a la altura de lo humano, de lo mejor de nosotros. Solo entonces ganaremos la paz.
(Publicado en DEIA y en los diarios del Grupo Noticias el 29 de abril de 2018)
Por lo demás otra de las lecciones que se pueden sacar de todo esto es que,como mejor,se resuelven los problemas es negociando.Claro que esto requiere altura de miras y no estar todo el día pensando en el pesebre.Y aquí hay demasiada gente pensando en el pesebre.Por tanto,¿dónde está el Eguiguren del “problema catalán”?
Hablando de pesebre hay tenemos el caso de Puchi que envuelto en la legitimidad y no se qué gaitas,lo único que piensa es en su futuro.O Toni Comín,que su padre Carlos Alfonso Comín-un buen hombre-no debió enseñarle que hay testimonios bíblicos de que Jesüs no vivió toda su vida en el pesebre.Por no hablar de M.Rajoy,prototipo de la garrapata hispánica y ese colectivo de abogados del Estado que le rodean que no tienen muy claro el concepto de conflicto de intereses.
Me impresionó la intervención de Zapatero en El Intermedio, en que habló de la negociación con ETA,al que,yo nunca he votado y hay que reconocerle lo mucho que hizo por el fin de ETA.Y a Egiguren.Le veo mucho más maduro como político.
Evidentemente el fin de ETA conllevará con el tiempo el fin de la dispersión de los presos.No por el absurdo argumento de los defensores de los presos de ETA de la izquierda abertzales-han muerto en accidente muchos parientes-.Absurdo porque viene a insistir en esa equidistancia ética de la izquierda abetrtzales:es igual un muerto en un accidente de coche que a uno que le pegan un tiro.La dispersión tiene que acabar porque su razón de ser fue promover la deserción en ETA y esta política,implantada por Múgica,no tiene sentido disuelta ETA.Discrepo en que ETA sitúe el origen de ETA en el bombardeo de Gernika,ETA mató a muchos vascos descendientes de republicanos bombardeados en Gernika. Plantearse si ETA no hubiera existido sin Franco es una ucronía.
Sin perjuicio de que yo esté de acuerdo con los que no hacen un mismo juicio ético a los crímenes de ETA con el franquismo que con la democracia entre otras cosas porque la justificación de la violencia contra una dictadura está justificada hasta por la ONU-por ejemplo,lo justificó contra el apartheid-.Aunque es cierto que puede haber terrorismo y militarismo en una organización armada contra una dictadura-porque la violencia que se use sea indiscriminada o porque la organización armada esté tan militarizada que se cargué a sus disidentes o a los que propongan vías pacíficas contra la dictadura-de esto hablaba mucho Ellacuría en sus escritos sobre la guerrilla-.ETA eleboró,después de la amnistía de 1977,una teoría ética infumable sobre que el franquismo continuaba en democracia.Idea en la que insisten algunos ignorantes que o bien no vivieron el franquismo o no sean molestado en analizar la violencia del franquismo y su conculcación sistemática de todos los derechos humanos.La imperfecta democracia nacida en 1978,que tiene fases de autoritarismo y flagrantes violaciones de los derechos humanos-lis GAL- está años luz del franquismo sin perjuicio de que aquí no se ha restituido plenamente la memoria republicana y puesto en su sitio histórico y moral al franquismo.En fin,la democracia de 1978 es perfectible y en algunos casos muy perfectible,pero a años luz del franquismo.
Un tema muy complejo. Demasiado para mi.
No entendí a ETA. No entendí a los GAL.
No me interesa entenderlos. De todas maneras nunca nos enteraremos de la verdad, en un tema tan oscuro es imposible encontrar verdad.
Me alegro de que den por terminado este capítulo de nuestra historia. Y en cuanto al perdón que piden, no consigo entender. Las cosas hechas están. Supongo que las familias de las víctimas y las víctimas que sobrevivieron bastante tienen con intentar no odiar, porque el odio les acabará destruyendo y los que cometieron los asesinatos, que se perdonen a sí mismos, si pueden.
Es una etapa terrible y oscura de nuestra historia. Me alegro de que haya acabado, si es que ha acabado.
Un saludo cordial
Veo al Papa pidiendo perdón, veo a ETA pidiendo perdón, pero no veo a nadie más. Ni a las grandes potencias, por sus asesinatos, por fabricar guerras, por inventar evidencia. En mi país no veo a los militares pedir perdón de nada, más bien siguen inventando motivos para justificar muertes y torturas, y siguen añorando al dictador y visualizando al enemigo de izquierda.
No le han pedido perdón a los africanos por haberlos convertido en mercadería, ni a los nativos americanos por quitarles sus tierras y su dignidad. Ni a los españoles enterrados en las cunetas de los caminos, ni a los exiliados por haber tenido que romper sus vidas.
Es bueno pedir perdón diciendo la verdad, nombrando a las víctimas y describiendo el mal hecho. Ojalá mirándolos a los ojos, como hizo el Papa con los 3 chilenos, víctimas de Karadima.
No se trata de generalizar la petición, sino justamente de personificarla.
Así como el sistema legal español debería pedirle perdón a esa chica vejada en Pamplona, símbolo de la banalidad y de la injusticia embebida en el marco legal.
Y luego del perdón, la acción reconstructiva personal, símbolo del arrepentimiento.
Me uno totalmente a tu clamor Olga, y cada día me pregunto:
¿Hacia donde va este mundo tan corrupto y mentiroso?
Da igual levantar la voz, salir a la calle, pidiendo una ¡Justa justicia…! Se rien en nurstra propia cara, sin respeto alguno.
Por estos lares… también se añoran a los dictadores y tiranos.
Abrazo entrañable.
pili