En la primera semana de agosto, se ha celebrado en Italia una importante Semana de Estudios Bíblicos sobre un tema que siempre tiene la máxima actualidad y que, sin embargo, no se suele analizar a fondo. Me refiero al tema de la muerte. No la muerte de los demás, sobre todo si son víctimas de la violencia o la injusticia. En tal caso, el problema de la muerte se analiza como problema social, político o jurídico. Lo cual, sin duda alguna, es uno de los asuntos más urgentes y más graves que tenemos que afrontar en este momento. Esto es un hecho indiscutible.
Pero también es un hecho que la muerte personal – de la que nadie se escapa – es un tema que cada cual suele afrontar en su intimidad secreta, pero en la que poca gente piensa, compartiendo su pensamiento con otros, a no ser cuando vamos al médico, para un problema serio, o cuando tenemos que ir al cementerio para dar el pésame por la muerte de un pariente o un amigo.
La Semana a la que me refiero – y en la que he tenido la suerte de participar – ha sido organizada en el Centro de Estudios Bíblicos “G.Vannucci”, con sede en Montefano (Maccerata), no lejos de Ancona. Asistencia más que plena, con gentes venidas de toda Italia, desde Sicilia a Trieste o Génova. Señal indiscutible de que el problema de la muerte nos preocupa a todos. ¿Qué ha dicho y qué dice la religión sobre este asunto?
El fundador y director del Centro de Estudios Bíblicos de Montefano, Alberto Maggi, ha estado (hace poco) a las puertas de la muerte durante meses. En él, la vida ha sido (y es) más fuerte que la muerte. Fruto de su experiencia única, el precioso libro “L’ultima beatitutdine. La morte come pienezza di vita” (Garzanti, Milano).
Sobre el contenido de este libro, con la valiosa ayuda del profesor del “Marianum”, de Roma, el español (de Granada), Ricardo Pérez Márquez, quienes hemos tenido la suerte de poder asistir a la Semana, de estudio y reflexión sobre la muerte, hemos podido pensar a fondo en lo que ha sido y debe ser el hecho de “tener que morir”. Y esto, tanto en la vida de la Iglesia, como sobre todo en la experiencia de cada uno de los creyentes en Jesús, el Señor.
Dado que yo me encontraba entre los asistentes, la amistad que me une a los profesores de la Semana Bíblica, Alberto y Ricardo, me puso en la grata obligación de exponer (brevemente) a los oyentes tres temas relacionados con la muerte: el pecado original, el pecado personal, el infierno.
Por desgracia, el uso pastoral que la Iglesia ha hecho (tantas veces) de la muerte, ha sido el abuso del miedo, que todos tenemos a morir, para obtener la sumisión de la gente a la normativa moral y sacramental que la ley eclesiástica impone a los fieles. No hace falta explicarlo. Todos lo hemos soportado y sufrido.
Cuando en realidad, como bien dice Alberto Maggi, la muerte es “la plenitud de la vida”. No es el final. La “vida eterna”, de la que tanto habla el N.T., la tenemos ya, en esta vida, según la asombrosa e insistente afirmación del IV evangelio. La muerte no puede ser el final. Es la última y la más grande de todas las “bienaventuranzas”, que nos dejó el recuerdo genial de Jesús.
Y acabo resumiendo mi modesta aportación a la “Semana”:
1) “Pecado original”: no es pecado alguno, ni por semejante pecado entró la muerte en el mundo (Rm 5, 12). La religión no puede convertir un mito (Adán y Eva) en historia y menos aún en teología.
2) “Pecado personal”: se ha explicado como “culpa”, “mancha”, “ofensa” (P. Ricoeur). Pero, ¿puede el ser humano, inmanente, ofender al Trascendente? “Sólo si actuamos contra nuestro propio bien” (Tomás de Aquino).
3) “Infierno”: no existe. Ni está definido como dogma de fe. Además, ¿puede el absolutamente Bondadoso ser, a la vez, absolutamente castigador eternamente, o sea sin otra posible finalidad que hacer sufrir? Si creemos en el Infierno, no podemos creer en Dios.
La muerte da que pensar. Para el creyente, es una fuente inagotable de esperanza y felicidad, ya poseída y lograda.
Nicolás…yo también quiero compartir tu dolor…Recientemente murió la hermana de mi esposa..Yo la sentí como si hubiera marchado mi propia hermana..dejó 9 hijos con mucho dolor. En su recordatorio se leía la frase de que ella ese día había nacido “a la vida”…En realidad en la muerte la vida se transforma, no termina..Nuestra relación con el que parte temporalmente prosigue y siempre permanece con nosotros..y forma parte de nuestra vida. Ella siempre estará con todos vosotros..
Abrazos fraternales
Santiago Hernándezb
¡Gracias Nicolás, por compartir con este Atrio tu reciente experiencia!
Hermoso tu pensamiento final… ella vivirá en cada momento donde la recuerdes, la añores… y sentirás su presencia; no se explicarlo, pero así suele suceder, cuando la paz vuelve a nuestro corazón.
Un abrazo entrañable, lleno de esperanza.
mª pilar
Hola Nicolás!
Así terminaba la Poesía “El LEGADO” de una amiga:
– “Hoy su mirada habita mi recuerdo.
Sé que lo llevo para siemprecon las cosas que quiero.”-
Un abrazo com-pasivo y afectuoso, Nicolás. Gracias por tu testimonio.
Acabo de abrazarme con la muerte… hace poco murió mi esposa en mis brazos… se durmió como un pajarito…no se cuanto tiempo estuve abrazado a ella…lloré muchos días con mis hijos, esta ausencia física de mi amada esposa, pero ahora, parece increíble, siento más que nunca su presencia…para mi ella está aquí en la casa…entonces me pregunto: ¿que es la muerte?…parece mas bien más vida…o como dice el autor de este artículo, la muerte es la plenitud de la vida.
Es precisamente, pues, el sentido común el que nos indica que en este mundo la justicia humana no solamente es parcial, sino que muchas veces brilla por su ausencia total…Resultaría a su vez claramente injusto que al final el mal y el odio triunfen definitivamente sobre el bien y la misericordia…y que la vida humana solamente consista ser un desafío para ver quien puede ganar la partida, sin contar para nada sobre los sentimientos, los planes y proyectos,… y la vida de los demás, aproximándonos cada vez mas al mundo salvaje e instintivo de las especies irracionales…Pero nuestra condición humana, que posee la capacidad de amar y de sacrificio, tiende a elevarse por encima de lo meramente animal biológico, para remontarse a una dimensión mucho mas de acuerdo con la realidad actual de nuestra verdadera naturaleza enmarcada en un Universo donde SI existe la belleza, bondad, sacrificio y, por ende, decisiones libres…donde los seres humanos hemos alcanzado una mayor coherencia…con la Creación…
Por otro lado, no es simplemente la “letra” lo importante, sino el contenido de la “letra”…Puedo ver la letra, sin caer en lo meramente literal, ya que ES principalmente para discernir su verdadero significado, que es, en verdad, el sentido que el autor de esta “letra” quiso infundirle a los caracteres para definir su esencia…Por eso aclara Jesús en el Evangelio que no pensemos que vino “a destruir la Ley o los Profetas” ya que su real propósito no fue para “destruir, sino para darle cumplimiento a la Ley”…ya que los doctores de la Ley judía habían tergiversado el sentido real del amor de Dios inscrito en esta misma Ley de Dios…Cristo vino a restaurar el sentido primitivo de la Ley, sin menoscabo alguno de como fue formulada y dada a todos los seres humanos ….Por eso añade que “antes pasarán el cielo y la tierra, que pase una sola jota o una tilde de la Ley, sin que todo se verifique” ya que no podemos “quebrantar ni enseñar a quebrantar” los mandamientos por los cuales Dios nos revela su amor en su cumplimiento..ya que no basta decir “Señor, Señor” sino que tenemos que hacer la voluntad del Padre, que ha sido promulgada para nuestro bien y para que entremos en su Reino…Y es el mismo Jesús el que nos “certifica”, no solamente con sus palabras, sino con sus obras, que si nuestra “justicia” no sobrepasa la de los escribas y fariseos”, no esperemos “entrar en el Reino de los cielos” (Las negritas son mías) (Las citas entre comillas son de Mateo 5, 17-20)..Mas claro, “ni el agua”…
Saludos cordiales
Santiago Hernández
¡¡¡Gracias George por tus aportaciones siempre preñadas de sentido común!!!
Se agradece “saber” salir del lenguaje “religioso” que es personal… dependiendo de las creencias que cada persona posea.
Gracias amigo, porque no hay nada más equívoco… que regirse con materias religiosas leídas a la “letra“, sin ningún planteamiento de la vida de cada cual tiene.
Si tenemos capacidad para pensar, estudiar, observar, aprender, optar… ¡Utilicémoslas! Para algo tenemos eso que se llama…
¡¡¡Sentido común!!!
pili-m* pilar
En la cita de Mateo 25, 46 debe decir: “E irán aquéllos (los inmisericordes) al tormento eterno; más los justos a la vida eterna” Error al transcribir al ordenador, al repetir justos 2 veces. Vale. Disculpas. SH
Es un verdadero problema esto de utilizar el lenguaje caprichosamente. Hace muy difícil la comunicación.
PERO sólo tenemos UNA existencia que, por supuesto, no es de nuestra creación, sino nos fue dada como don; la vida, es tan solo “recibida” y este regalo es el que mantenemos y conservamos hasta el final, del que no podemos disponer a nuestro antojo…y a nuestro arbitrio, pues seguirá un curso que escapa muchas veces de nuestro control…Nuestra muerte, pues, es “cierta”, la hora “incierta”, aunque tratemos de manipular por nosotros mismos esta sucesión natural..
Por otro lado, según la ciencia moderna la aparición de la vida racional en este mundo se da contra toda probabilidad en un satélite de una estrella pequeña, como es nuestro sol, situada entre mil millones de galaxias que componen el Universo, pues es ahí donde surge la vida y la inteligencia. La vida desafía los intentos de encontrarle una explicación meramente natural, al querer nosotros eliminar su sentido trascendente..La vida posee un plan inscrito en una cadena de azúcar llamada ADN, cuya estructura fue dilucidada en 1953 por Watson y Crick. Existe un ordenador con un código en el que está copiado el software necesario para su funcionamiento, para dirigir las funciones metabólicas, la adaptación al entorno y la reproducción a nivel celular. Este plan o programa o algoritmo vital se encuentra inscrito en la célula. Como la materia no puede tomar decisiones libre es una imposibilidad una autoregulación sin el previo concurso de una información algorítmicamente enviada desde “afuera”..Es por eso que la materia no puede explicarse a si misma…pues carece de elementos exclusivos a lo que es la persona..
Por eso, la vida es única en la tierra es única, diferente a todas las demás criaturas irracionales e inanimadas. Por eso nuestra vida es un don…que nos cuesta dejar….La muerte, pues, es el final de la peregrinación terrestre…Intentamos demorarla, soslayarla, evitarla…por medio de diversos mecanismos psicológicos especialmente la negación y la racionalización…No se explica del todo esta actitud cuando ante la inseguridad de la vida per se siempre queremos asegurar nuestro futuro…por medio de pólizas de todas clases, ahorros monetarios, vivienda…Siempre queremos asegurar el futuro…Pero ante la pregunta que nos hace cada día la muerte…solo podemos responder con la rutinaria idea de que lo único que importa es nuestra breve estancia por esta vida de la tierra…Sin embargo, no podemos tener certidumbre de nuestro destino post-mortem…
Para los creyentes, o semi creyentes, Jesús es la respuesta ante la muerte…puesto que Su misericordia es eterne…El ha destruído el “aguijón” de la muerte…como escribe Pablo….venciéndola y transformàndola en victoria total… “En verdad, en verdad os digo, si uno guardare mi palabra, no verá la muerte eternamente” (Jn. 8, 51) “Quien cree en mi, aunque muera vivirá” (Jn 11,25)….Para los que persisten en el mal hasta el final, y rechazan a sabiendas el amor, Jesús les dice:
“Más te vale entrar manco en la vida que no con las dos manos irte a la gehena, al fuego inextinguible donde “su gusano no muere y su fuego no se extingue” (Is. 63, y sig) (Marcos 9,43) “E irán los justos al tormento eterno; mas los justos a la vida eterna” (Mt. 25,46)
Es posible que un Dios misericordioso sea justo…y que su justicia incluya la incapacidad de algunos de acceder voluntariamente al amor y el rechazo persistente del bien, en un Misterioso designio de su divinidad…Nada de esto se opone a su Misericordia infinita, accesible a todos y en todo momento, aún en un instante..Sin embargo, existe el endurecimiento en el mal y el rechazo del bien, aun comenzando en esta vida…
La Iglesia SI ha definido la existencia de la remuneración del bien y del mal en la otra vida: Especialmente en el IV Concilio de Letrán, en el símbolo Quicumque, en el Concilio II de Lyon, en el Concilio de Florencia, en la Constitución dogmática Benedictus Deus de Benedicto XII y recientemente en el Concilio Vaticano II, en la Lumen Gentium c.7, n. 48, se enseña la necesidad de una constante vigilancia para que “no como a siervos malos y perezosos (Mt. 25,26) se nos mande apartarnos al fuego eterno (Mt. 25,41) a las tinieblas exteriores, donde habrá llanto y rechinar de dientes (Mt. 22, 13 y 25,30)
Un saludo cordial
Santiago Henández
También Leo: «Es la última [la esperanza de que la muerte no pueda ser el final] y la más grande de todas las “bienaventuranzas”, que nos dejó el recuerdo genial de Jesús» (énfasis y corchetes míos).
Esto supone una afirmación a priori, la de la resurrección de Jesús, un dato que no ha podido ser comprobado porque no ha habido ninguna otra resurrección y la que atestiguan las narraciones evangélicas solo tiene testigos fantasmales.
Un razonamiento se puede hacer en contrario: Mi existencia me la dieron mis progenitores y me la dieron sin ni siquiera poder predecirme. Por lo tanto, aún en la posibilidad de que la divinidad existiera y me haya concedido la vida por medio de mis progenitores, gratuitamente, puedo inferir que:
1. Mi existencia es más un accidente que un proyecto intencional y por lo tanto innecesaria.
2. Mis progenitores, en el mejor de los casos, deseaban procrear, pero no tenían poder discrecional sobre la persona que engendraban por lo que ciertamente no podían saber que me engendraban a mí;
3. Mi existencia me fue dada sin yo hacer nada para merecerla, sin yo desearla y menos consentirla. Estas circunstancias determinan que yo no tenga derechos sobre ella. Si se prolonga bien, si se termina lo mismo: Solo me toca aprovecharla mientras pueda y si, como posiblemente supone el Dr. Castillo la divinidad me la otorgó mediatamente, no hay necesidad que justifique que me la tenga que otorgar otra vez e inmediatamente.
4. Fuera injustificado que dicha divinidad creadora necesite dos modos distintos de conferir la existencia y que por medio de uno confiera una existencia mortal y por medio del segundo confiera una existencia inmortal, sabiendo que la persona a la cual se la otorga es innecesaria ella misma;
5. Una vez que innecesaria o gratuitamente he podido existir, no tengo derecho siquiera a esperar o a exigir que me sea dada la existencia por segunda vez, sobre todo porque esta segunda existencia fuera más contingente que la primera, lo cual represente un límite injustificable al poder divino, porque mi segunda existencia tuviera el precedente de la primera.
Leo: «La muerte no puede ser el final.
Algunas hipótesis en contrario pudieran aducirse:
1. La Vida ha continuado a pesar de todo lo que en el Universo siempre ha muerto y muere constantemente.
2. Se puede distinguir la Vida en general de la vida de algo o alguien en particular. En efecto, la diversidad, que se puede observar desde los niveles más simples hasta los más complejos era innecesaria cuando aún no había sido alcanzada.
3. En conclusión, se puede diferenciar la Vida que habita en todo, de la «vida» que existe en un ente dado.
4. Es posible incluso reconocer la Vida en la actividad química de los minerales y en los fenómenos atmosféricos, versus la existencia particular de esta gota de agua o de aquel grano de arena.
5. Solo la raza humana niega la posibilidad de su innecesaridad. El resto del Universo nace o muere sin mayor preocupación por su destino ulterior. La raza humana siente angustia frente a la posibilidad de desaparecer o ser olvidada. A esa angustia la ha convertido en una manifestación religiosa y un resultado de alguna revelación exógena, divina, sobrenatural.
El amor (o el desamor) de nuestros progenitores origina nuestra existencia particular o personal. Comúnmente ellos mueren primero, pero no es extraño que ocurra lo contrario. En el primer caso, la prole llega a adaptarse sin mayor dificultad a la muerte de sus progenitores posiblemente porque no parece que sienta la necesidad de prolongarse en ellos. En cambio, los progenitores no llegan a recuperarse completamente de la pérdida de su prole, sobre todo si es fruto de violencia, porque parece que sientan la necesidad de prolongarse virtualmente en ellos. Esto, desde luego, no ocurre de manera idéntica en todos los casos. En suma, es posiblemente más fácil aceptar la muerte como instancia final en unos casos que en otros.
Pablo Osés: Estoy totalmente de acuerdo con tu planteamiento. Cada uno debería poder elegir cuando y como morir. Vivimos bajo la tiranía de los cultores de la vida, que nunca abren la boca cuando se trata de guerras, donde se matan 200.000 de un viaje, pero hacen un escándalo si un viejo sufriente quiere dejar este mundo.
Estos defensores de la vida, como si la Vida, que es lo más inexorable que existe en este mundo, tuviera necesidad de ellos, nos tienen a todos jorobados. A las mujeres porque les exigen parir cuando no lo desean, a los viejos cuando desean morir….Pero curiosamente nunca se preocupan de la calidad de vida que llevan las mujeres embarazadas sin su consentimiento, o de la calidad de vida de los hijos no deseados o la calidad de vida de los viejos y enfermos de enfermedades inexorables.
El juramento de Hipócrates es una hipocresía. Si no miremos la cantidad de médicos que han trabajado para los servicios de inteligencia calibrando hasta donde se soportan las torturas, que en mi país hay varios.
A mi edad estoy un poquito harta de las hipocresías, de aquellos que se rasgan las vestiduras porque alguien quiere dejar de vivir.
[José María envía un comentario en forma de correo a mí, porque yo le escribí señadándole que su nuevo artículo sobre el infierno en Religión Digital no tenía sitio aquí, mientras que sí esperaba que respondiese a lo que aquí le había preguntado sobre eutanasia y suicidio asistido. AD]
Querido Antonio:
Gracias por tus correos, que me han venido divinamente. La gente que entra en RD suele ser más integrista y sobre todo “vulgar” que quienes frecuentan ATRIO e IVIVA. Eso es serio y de peso. De ahí que tus palabras y tu criterio es tan importante para mí.
En la Semana de Montefano, no se habló de los temas que me preguntas. Estos temas suponen un público más cultivado, que va más al fondo de ciertos temas, sobre todo “morales”. Allí se privilegia lo “espiritual”. Ambas dimensiones son importantes y necesarias. Pero no se abarca todo en cada Encuentro, ya lo entiendes.
El criterio dominante de la moral católica, en cuanto al “cuándo” y “cómo” de la muerte propia (nunca la ajena, a no ser por deseo del paciente), es siempre restrictivo, negativo… Porque es lo más seguro. Yo no he estudiado detenidamente ese tema. Ni ha sido jamás materia de lo que he trabajado en teología. Mi idea es que no se puede generalizar. Pero que hay casos y situaciones en los que se debe respetar la decisión del paciente, sobre todo cuando se trata de casos irreversibles y sin esperanza de curación o remedio. ¿Cómo y por qué se justifica un sufrimiento inútil?
Dado que yo no soy autoridad en la materia, te digo esto en la confidencialidad amistosa que nos une. Por si te sirve. Y sé de moralistas fiables, que piensan así, aunque no lo digan. Es un dolor el miedo que sigue vivo y patente en los ambientes eclesiásticos y religiosos. Esto sí que podría ser tema de un estudio a fondo.
No te canso. Gracias, de nuevo. Con un cordial abrazo.
Pepe Castillo
!!!Gracias Oscar, por esas llamadas de atención con los tanguitos, el cuento profundo, la poesía vivida!!!
Eso nos alienta y acompaña en esos momentos “raros” que la vida pone en nuestro camino.
!!!Gracias George por tus apoyos constantes!!!
pili-m* pilar
El tanguito imprescindible
ADIÓS NONINO
EL SUICIDA
(cuento de Enrique Anderson Imbert, argentino / 1910-2000)
Al pie de la Biblia abierta –donde estaba señalado en rojo el versículo que lo explicaría todo– alineó las cartas: a su mujer, al juez, a los amigos. Después bebió el veneno y se acostó.
Nada. A la hora se levantó y miró el frasco. Sí, era el veneno.
¡Estaba tan seguro! Recargó la dosis y bebió otro vaso. Se acostó de nuevo. Otra hora. No moría. Entonces disparó su revólver contra la sien. ¿Qué broma era ésa? Alguien -¿pero quién, cuándo?- alguien le había cambiado el veneno por agua, las balas por cartuchos de fogueo. Disparó contra la sien las otras cuatro balas. Inútil.
Cerró la Biblia, recogió las cartas y salió del cuarto en momentos en que el dueño del hotel, mucamos y curiosos acudían alarmados por el estruendo de los cinco estampidos.
Al llegar a su casa se encontró con su mujer envenenada y con sus cinco hijos en el suelo, cada uno con un balazo en la sien.
Tomó el cuchillo de la cocina, se desnudó el vientre y se fue dando cuchilladas. La hoja se hundía en las carnes blandas y luego salía limpia como del agua. Las carnes recobraban su lisitud como el agua después que le pescan el pez.
Se derramó nafta en la ropa y los fósforos se apagaban chirriando.
Corrió hacia el balcón y antes de tirarse pudo ver en la calle el tendal de hombres y mujeres desangrándose por los vientres acuchillados, entre las llamas de la ciudad incendiada.
………………….
Hola!
Leo:
– “La muerte no puede ser el final”-
Es cierto: da paso al LEGADO
(Poema de una amiga recordando a su Abuelo migrante)
………………….
LEGADO
Él, absorto y triste,
de gesto duro y áspero
forjó con amor y sin palabras
cuanto me ha sido dado.
Él, casi un desconocido
en la entrañable galería del tiempo.
Dueño de mil secretos,
de la lucha sin pausa.
Propietario de deudas y de sueños.
Campesino y carrero,
compañero del viento.
Inmigrante cavando su destino
y andando sin ver cielo,
desgranó sus auroras sin descanso
el abuelo Nazareno.
Quisiera rescatarlo en el retrato
que nos unió en mi infancia
para saber del hombre,
del cotidiano pecho
opuesto al devenir y a su misterio.
Oyendo el llamado de la tierra
y entre trinos, brindándole la siega.
Distancia y desarraigo.
Una patria perdida y otra patria
y por delante, sólo fe,
renovado vigor, fuerza y constancia.
Ahora sé que concretó la empresa
definitiva y simple de fundar una familia.
Él fue el punto inicial en este suelo
y el fruto de esperanzas y de soles
de generosa entrega
constituye un legado
eterno, real, incalculable,
liberado de gravámenes y ajustes.
Porque el legado se nutre
con el amanecer de cada día
seguiré buscando el horizonte
como él lo hizo, sin demorar partidas.
Él era sólo un hombre en la tormenta.
Hoy su mirada habita mi recuerdo.
Sé que lo llevo para siempre
con las cosas que quiero.
………………………….
Bromear acerca de la muerte es un modo muy aceptable y eficaz de lidiar con su inevitabilidad. El buen humor es eso, bueno. Con todo, quien trabaja al servicio de enfermos terminales tiene que mirar a la Parca directo a los ojos, un modo de decir.
Es cosa realmente terrible ver con impotencia a alguien a punto de explotar porque la piel no puede contener más el edema o que comienza a expulsar el líquido del edema a través de las rasgaduras de la epidermis. O cuando un esquizofrénico de 30 o 40 años de medicamentos que le han secundariamente causado disquinesia tardía u otro daño irreversible en el área del córtex que se ocupa del movimiento: Una especie de lenta agonía que puede durar 15, 20 años, no solo en cuanto a la pérdida de la ambulación y, en general, del movimiento armónico pasando al espasmódico o a la espasticidad, sino incluso afectar áreas limítrofes o combinadas dañando la comunicación o la cognición.
Es una obligación ética no causar daño y a veces es imposible evitarlo precisamente para mejorar algunas enfermedades para las que no hay cura y porque la vida no puede ser materialmente eterna.
No veo mal que se haga uso de sentido del humor pero los profesionales de la salud no solo tienen que practicar cirugía estética, también tienen que lidiar con la muerte.
La abogacía al servicio del litigio y la demagogia política y la comercialización de la práctica médica han progresivamente un ambiente social de miedo a desahuciar cuando es médicamente pertinente del mismo modo que han conculcado el derecho de la mujer a escoger entre el aborto o la muerte y hasta a tener que aceptar el «embargo» involuntario de su cuerpo cuando desea interrumpirlo.
Hace ya muchos años se celebraba una «junta médica» y los facultativos involucrados decidían cuando era en bien del enfermo y de su familia abandonar el tratamiento curativo y comenzar el paliativo, para que ni el paciente ni la familia tuvieran que tomar la decisión. Hoy día con la excusa de los derechos se ha originado este clima en el que las responsabilidades se pueden esquivar.
Eso no ha concluido el debate que sigue siendo necesario y que fuera mera cobardía no afrontar.
Mis mensajes de ánimo en este post no quieren decir que yo sea una ilusa. Ya manifesté en mi primer comentario que estaba de acuerdo con que se legalice el poder decir cada cual poder poner punto final a esta vida cuando crea conveniente. También expresé que la vida necesita ser vivida dignamente. Estoy de acuerdo con todo lo que dice George.
De hecho hace muchísimos años que hice mi testamento vital para que mis seres querido puedan decidir por mí cuando yo no sea capaz de hacerlo y mis condiciones físicas y/o mentales no sean capaces de mantener mi dignidad de ser humano.
Así, pues, manifiesto mi acuerdo con que la eutanasia se legalice, y se acote aquel espacio vital intocable por nadie que no sea el propio sujeto.
Pero también sigo insistiendo a toda aquella persona que tenga la posibilidad de aprovechar los días y los años que la naturaleza le dé, le deseo que encuentre razones para vivir.
Tuve una tía que a los 80 años estaba cansada de vivir y se quejaba de porqué seguía viva. Así se paso 23 años más hasta que murió hace unos meses con 103 años. Pero, y a pesar de lo que se quejaba sobre su larga vida, en el momento que se encontraba un poco mal, movía Roma con Santiago para que viniese lo antes posible un médico a curarla.
La lucha por sobrevivir de tantos millones de personas en un mundo que le es totalmente adverso, da que pensar sobre lo que es la vida y lo que es la muerte.
Esto de tener obligatoriamente que morirse es recia cosa. Los salmos permiten quejarse ante el Creador de semejante decisión bastante molesta para los que la padecen. Ahora en medios cristianos y en otros que no lo son se está poniendo de moda el hacerse el dominador del fin por motivos sociológicos, éticos, y porque no hay más remedio que aceptar la realidad. Hice los años de diaconado pastoral en las aldeas del Morrazo, como ya he contado alguna vez. La tabla de los clérigos obligados a ir a los funerales y conducciones incluía a los diáconos adscritos a las parroquias de la misma. Una mañana de febrero tenía que ir a cantar un funeral en una de las parroquias de Moaña. La yegüa que me llevaba tuvo un percance con un clavo y llegue cuando estaban empezando el e invitatorio. Subí al coro y el señor cura de Coiro, octogenario de buen comer y buen carácter, me dijo al verme: “Meniño bota o parece mihi, que si don Heraclio no escolta nom paga”. De aquella por cantar en un funeral cobrábamos 15 pesos gallegos (75 pesetas) y de eso vivíamos, . El parece mihi termina recordándole al Señor que no le conviene que muera el que lo reza o canta porque al día siguiente Dios puede necesitarlo y no lo encontrará. Francamente me parece mucho más humano el si mane me quaesieris non subsistam que las pamplinas de ponerse de perfil con el asunto de morirse. A mí, como al señor cura de Coiro, nos gusta vivir, reír y una buena mariscada. Y pedimos que si el Señor nos busca al día siguiente pueda encontramos vivos y cantado el parece mihi,
La valoración de la existencia parece que sea una cuestión compleja y por lo tanto el de la conclusión de su debate. Algunos de los factores que pudieran entrar en su consideración pudieran de esta clase:
1. Viabilidad en autonomía o independencia. Parece cierto que el sufrimiento y la necesidad de ayuda exógena son lugares donde la compasión y la solidaridad encuentran solicitud y evocación, pero, no obstante, cuando no hay posibilidad de recuperación porque el propio cuerpo ha perdido la capacidad de restaurar algunas funciones vitales, no se trata de otra cosa que del proceso de terminación de la existencia. Prolongarlo no fuera una alternativa viable.
2. Los recursos materiales para sostener la propia vida decorosamente. Mientras haya posibilidad de procurarse el sustento de alguna forma la existencia puede encontrar sentido, pero cuando ya eso no sea posible, por ejemplo, en el caso de la enfermedad de Alzheimer o de Parkinson, la situación de los pacientes psiquiátricos crónicos que han sido tratados con medicamentos antipsicóticos y neurolépticos por muchos años y presentan irremediables secuelas en la motricidad o cognitivamente y no pueden depender de su propia capacidad de juicio u otras patologías terminales que no puedan ser mejoradas más allá de la desaceleración de su progreso por un período más o menos breve, quizás la persona tenga derecho a disponer directa o indirectamente cómo implementar la suspensión de cualquier tratamiento curativo, el comienzo del paliativo e incluso la suspensión de alimentación y la hidratación deban ocurrir a fin de no impedir el final de una existencia que haya perdido sentido.
3. Por citar tres ejemplos de personas notables y recientes, Hans Küng fue entrevistado hace más o menos un año (Cf. Una Muerte Feliz, Madrid, Trotta, 2016) en la que expresa una opinión muy lúcida acerca de su Parkinson y la decisión de permitir la muerte y Carlo María Martini, decidió la suspensión de alimentación parenteral y la hidratación para permitir su propia muerte y la información es localizable en el Internet. Alguien decidió no volver a llevar a Juan Pablo II al hospital poco antes de morir y nunca se ha sabido quién porque se le atribuyó la decisión, pero eso pudiera ser cuestionable por el estado en que debió encontrarse.
4. Donde los servicios de salud no son provistos públicamente o lo son con demasiadas limitaciones que el sostenimiento de la existencia es realmente indecoroso, tratar de prolongarla por evitar la muerte carece de sentido y pudiera ser no solo anti ético, sino incluso criminal de modo comparable a la criminalidad y la inmoralidad de terminar la existencia antes de tiempo o contra la voluntad de la persona.
5. En el tratamiento paliativo y de hospicio, la muerte es considerada parte de la existencia y se toman en cuenta procesos fisiológicos cuantificables que pueden ser tenidos en cuenta para suspender las medidas curativas o de extensión de la existencia irracionalmente.
6. Recientemente, en una institución de cuidados psiquiátricos regentada por los Hermanos de la Caridad, Cf. https://www.aciprensa.com/noticias/superior-general-rechaza-que-hermanos-de-la-caridad-provean-eutanasia-en-belgica-52071/ y http://infocatolica.com/?t=noticia&cod=29224 parece que haya sido objeto de consideración la práctica de la eutanasia. Si bien el debate general sobre el tema parece lejos de concluido o suficientemente adelantado, cuando el río suena, es porque arrastra piedras y obviamente está sobre el tapete.
Agradezco los comentarios. Me gustaría que José Mª nos dijera si en Maccerata se trató sobre la elección del como y cuando de la propia muerte, y si no se hizo ¿por qué?
Deseo con toda mi alma a quienes estén desanimados y ya no encuentren aliciente a la vida, que sigan buscándolo en el entorno y en uno/a misma. Comprendo que es una cuestión muy personal, pero mi deseo es que todo el mundo sepamos dar vida a la vida desde una paz interior en su plenitud.
Leo: «“Pecado personal”: se ha explicado como “culpa”, “mancha”, “ofensa” (P. Ricoeur).»
Es una pena que el Prof. Castillo no indique el origen de esta afirmación de Ricoeur.
Me parece que puede ser pecado maltratar a un semejante y me parece imposible siquiera volver la cara a la divinidad. Las acciones contra la Buena marcha social, desde la familia a la comunidad de naciones, pudieran ser considerados pecados, ofensas, delitos.
Estas aclaraciones del sitio de Etimologías de Chile, son instructivas y aclaratorias de la noción de pecado: http://etimologias.dechile.net/?pecado
EUTANASIA
Pienso que:
1- la radical postura de la Iglesia atiende a la Normativa en la Sociedad (aunque se cuelgue de un Relato Sobre-natural)
Esta “postura” no es tonta sino de sabiduría histórico-pedagógica. Porque en la Sociedad ¡hay cada MONSTRUOS con mucho Poder, que suelen redituar muchos dinerillos de ver facilitados su afan de “liquidar” Gente y disponer de sus Organismos ¿o no?
2- Más radical es la Normativa eclasial que dice “no meter las narices en las conciencias que no le preguntan” (una especie de
“¡no sea hinchapelotas, ché!
Pablo, estoy totalmente de acuerdo con tu sentir y con tus deseos.
Un abrazo entrañable.
m* pilar
El Papa ordenó detener la práctica de la eutanasia en centros de una congregación religiosa
Viernes 11 Ago 2017 | 10:32 am
http://www.aica.org/29730-el-papa-ordeno-detener-la-practica-de-eutanasia-en-centros.html
Ciudad del Vaticano (AICA): El papa Francisco ordenó que se detenga la práctica de la eutanasia en los 15 centros psiquiátricos que tienen a su cargo en Bélgica los Hermanos de la Caridad, un instituto religioso masculino de derecho pontificio, y los emplazó a hacerlo en el mes en curso.
La orden del Santo Padre llegó a través del dicasterio vaticano para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica, al recordar que la eutanasia se opone a los principios fundamentales de la Iglesia.
Querido Pablo, tienes razón acerca del tema de poder poner punto final con todas las garantías de que el propio sujeto tiene conciencia para decidir. Legalizar para quien quiera disponer de su momento final, y quien no lo quiera, no pasa nada, nadie le va a obligar.
Pero te veo un poco pesimista sobre el tiempo que se impone y que nos impone la ley natural de la muerte. Antes de la muerte, está la vida y, yo pienso, que cada instante de vida vivido con intensidad, dentro de unas mínimas condiciones físicas y mentales, es un regalo. Tú estás muy bien para disfrutar de tantas cosas como, por ejemplo, la amistad y el cariño de quienes te quieren.
Un abrazo, ánimo, esperanza, y hasta pronto.
Me parece oportuna esta oportunidad para proponer un deseo profundo: Elegir la propia muerte
¿ Por qué no es posible elegir la propia muerte como uno quiera y cuando quiera?.
O mejor pensado ¿ Como sería la vida si uno pudiera elegir cuando y como morir?. Sin pegas religiosas o sociales, al revés con ayudas religiosas y sociales.
85 años. La muerte en perspectiva cierta es un lío.Ningún miedo, mucha ilusión con la apertura del telón de la visión de Dios, pero malestar ante la espera de verme discapacitando, deshaciendo.
Vaya porvenir. Tanto como para no pensarlo. Y para colmo , aunque secundario, tener que resolver ahora – misión imposible- la falta de medios para buscar y pagar cuidadores.
Ya estoy satisfecho con lo mucho vivido. Qué bien si puedo planificar como marcharme despidiendo en paz y animando a familiares y amigos. Y de paso haciendo un favor general al dejar de consumir en este mundo de pocos recursos. Es un sueño y mi solución y la de muchos ancianos.
Por favor, que se legisle rápido, la libertad de elección de la propia muerte.
Hola!
Don Castillo es, a mi modo de ver,
un sembrador de Dudas dentro de la Religión cristo-católica.
No es poca cosa.
Tampoco es mucha cosa.
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En su trilogía:
1) “Pecado original”: no es pecado alguno, ni por semejante pecado entró la muerte en el mundo (Rm 5, 12). La religión no puede convertir un mito (Adán y Eva) en historia y menos aún en teología.
Ad 1-: Ok!
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2) “Pecado personal”: se ha explicado como “culpa”, “mancha”, “ofensa” (P. Ricoeur). Pero, ¿puede el ser humano, inmanente, ofender al Trascendente? “Sólo si actuamos contra nuestro propio bien” (Tomás de Aquino).
Ad 2- Solo para los que sostienen (sosteniéndose en) un Sujeto-Trascendente.
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3) “Infierno”: no existe. Ni está definido como dogma de fe. Además, ¿puede el absolutamente Bondadoso ser, a la vez, absolutamente castigador eternamente, o sea sin otra posible finalidad que hacer sufrir? Si creemos en el Infierno, no podemos creer en Dios.
Ad 3- Solo para los que sostienen (sosteniéndose en) un Sujeto Bondadoso, Dios.
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NOTA de “actualización semántica”:
¿No le corresponderá el significado de “TERRORISTA” a una tal “Doctrina del MIEDO”?
Fue mi base de pensamiento cuando señalaba la CARTA Vaticano-Venezuela contra la instauración de la Asamblea Nacional Constituyente (ANC)
Dice Castillo, “Para el creyente, es una fuente inagotable de esperanza y felicidad, ya poseída y lograda.” Me parece muy interesante esta reflexión centrada más en la vida, la que tenemos, que en la muerte cuyo después no lo sabe nadie.
Y ya va siendo hora de ir eliminando creencias que impiden vivir esta vida en plenitud con la otra creencia de que ésta es un paso, es un valle de lágrimas, es un sin sentido sin lo que haya después de la muerte, etc.
A partir de aquí, cada cual puede creer o esperar lo que le parezca más adecuado, pero sin impedir vivir lo que tenemos en nuestras manos: la vida y todo lo que nos proporciona a nivel individual y la capacidad de dar vida a los demás sin miedos a los dioses, sin esperar premios o castigos, ya que la vida es un premio en sí misma. Todo depende de cómo la vivamos y de lo que hagamos porque nadie sea privado de este don de vivirla desde la dignidad humana.