Rincón de soñar (10)
Se suele asociar la noche obscura del alma, con estados depresivos connaturales del que los sufre.
Pero cabe también pensar que ese “silencio” de Dios y esas terribles dudas, como las que sufrió Teresita de Lisieux, se asocian a un abrupto afloramiento torrencial de la “sombra” junguiana hacia la conciencia, sombra normalmente reprimida en el subconsciente, por el “yo” racional y egoico.
Dice Jung, que el proceso de “individuación”, supone una unificación de la mente, pasando del Yo racional, que es el que lleva el control de la persona, al Sí-mismo, Self, que es la mente conjunta.
Para ello se produce un debilitamiento de las barreras represoras del inconsciente, con lo que afloran de repente, todos los demonios internos, todas las tendencias antiéticas antisociales, e incluso delictivas, que guardamos, desde arquetipos y tendencias filocriminales heredadas filogenéticamente, hasta las parafilias y fobias que se nos han ido produciendo futo de experiencias negativas de nuestra biografía personal.
Este doloroso afloramiento de la sombra, a la conciencia, debería servir para su sanación, al igual que en la psicoterapia, se propone que el conocimiento consciente de muchos recuerdos enterrados, sirve para su desactivación.
Quizás este fenómeno tan doloroso y desagradable, en personas espirituales, sea interpretado como un abandono de Dios. Y también se suele hablar de grandes ataques del “demonio”, con grandes tentaciones de nuestras flaquezas.
El caso del Padre Pío, es un ejemplo, de cómo ese fenómeno lo personaliza en la figura de un lobo peligroso que le acecha y amenaza con devorarlo.
Esta concepción moderna de la psicología humana, ha sido a veces intuida genialmente por hombres del pasado con una gran capacidad de penetración psicológica.
Macario, uno de los maestros de la oración oriental (la Filocalia), dice: “Abstenerse del mal no es la perfección; la perfección es entrar en un espíritu humillado y dar muerte a la serpiente que anida y ejerce la muerte debajo mismo del espíritu, más profundo que los pensamientos, en los trasteros y los depósitos del alma. Porque el corazón es un abismo…”.
Milagrosamente, está prefigurando el subconsciente de la mente humana, (debajo mismo del espíritu, en los trasteros y los depósitos del alma), donde anida la “sombra” junguiana, (la serpiente que ejerce la muerte).
El “dar muerte a la serpiente”, se puede intentar frontalmente, mediante una fuerte actividad ascética, debilitando la voluntad y la vitalidad humana, y debilitando con ello nuestros demonios internos.
Esa ha sido la estrategia tradicional. Pero en los tiempos modernos, la nueva psicoterapia tiene otros métodos más sutiles y eficaces, aunque no tampoco fáciles. Son todos los caminos de la metamorfosis personal, el psicoanálisis freudiano, la “individuación” de Jung, la autorealización de Maslow, y todas las escuelas terapéuticas de mejora y perfeccionamiento personal.
En resumen consiste en comprendernos y “perdonarnos”, y con ello comprenderemos y perdonaremos a los demás.
La psicóloga Ellen Luke dice: «… es la irrupción del perdón, en su sentido más profundo – universal y particular, impersonal y personal –, lo único que produce el “dejar partir”, la libertad definitiva del espíritu”.
“Y eso es así porque, en el momento de esa realización, se ha ido para siempre la falsa culpabilidad, ya sea la que se ve en uno mismo o en los demás, y se acepta la verdadera culpabilidad que llevamos cada uno de nosotros, la del rechazo a ver, a ser consciente”.
“De esta forma, podemos observarnos a nosotros mismos y al mundo con los ojos abiertos, y sufrir el dolor y la alegría del conflicto divino que es la condición humana, el sentido de la encarnación.»
“Yo me siento con frecuencia cansado y sin fe ni valor, pero creo que estos estados no deben combatirse propiamente, sino que es preciso abandonarse a ellos, llorar alguna vez, o ensimismarse sin pensar en nada, y luego se advierte que entretanto el alma ha seguido viviendo… y ha avanzado”. Hermann Hesse
¡Bien, Isidoro! Demos una vuelta a lo aquí expuesto. Gracias a todos.
Precisamente, lo que vemos, admiramos y anhelamos en Jesús, tras reinterpretarle, una y otra vez, en la historia de la Humanidad, especialmente a través de la vida propia, que no se aísla y se separa del resto, y con ayuda, hoy en día, de la psicología transpersonal, es esa rendición a no prolongar y participar en los tentadores poderes del mundo, por una parte, pero sobre todo, la acogida y aceptación de las sombras, angustias y tormentos que todos llevamos dentro. Es decir, no reducirnos a ellos, sino dejar que pasen sin oponer resistencia, hasta llegar a descubrirse en todo aquello y, a pesar de todo, quererse tal cual, en medio de las tormentas interiores, porque todo ello es forma y parte de lo que de fondo somos, y no reconocerlo, nos sumerge de nuevo en un sufrimiento inútil y desesperante. No se trata tanto de erradicarlos, sino de asumir que la liberación estriba en no identificarse con todo ese barullo.
El conocimiento de esta experiencia de ida y vuelta, lejos de llevar a Jesús a la huida, fuga y autoengaño egoicos que no cesan, le lleva tras la rendición, a no poner barreras y reconocerse en los demás, a hacerles ver, lo que él mismo conoce y vive, a través de los hechos y no tanto en las palabras, no creando muerte y desesperación (que tanto proliferan en el mundo), sino colaborando con amor a hacer renacer a la vida que somos y es, a toda persona que se cruza en su camino.
Sin este proceso anterior e interior, no hay ni habrá nunca crucifixión aceptada, ni perdón sin amor, ni reconocimiento ni comprensión, pues es, precisamente, en esa muerte constante de lo que el mundo hace creer que somos, que no cesa de renacer y resucitar la verdad que hay de fondo.
Pues bien, estos obstáculos en la vida, imprevisibles y recurrentes en cada persona, vienen alimentados de pensamientos insistentes y reiterativos, muchas veces agravados con desencuentros interpersonales de gran violencia, y cuyas raíces y orígenes apenas sospechamos, pero que la lucidez de la gratuidad y constancia de la humildad le hace a la persona distanciarse de ellos lo suficiente para poder observarlos no identificándose al completo con ellos, como nubes que pasan y se manifiestan desde la Vida que Es, que a todo abraza, sostiene e incluye: Lo que nos agrada y nos desagrada, según la visión de la mente, que es una pequeña parte del todo que somos , y que no cesa de oponer múltiples resistencias a alinearse a la vida que es, no reconociéndola en su verdad, no abriéndole puertas a la acogida y al amor, perpetuando el sufrimiento para sí y para los demás.
En Jesús, el espejo en el que nos reconocemos en la verdad que somos, vemos que no hay temor a perderse en un camino lleno de obstáculos, personal e interpersonal, porque ya ha experimentado, ha visto, ha conocido, ha comprendido y lo es dejando que sea, siendo uno con la vida desde la inclusión.
Coincido con Osho, Isidoro, en que es preciso “mucho coraje” para enfrentarnos con nosotros mismos…y la gran tarea de cada ser humano es poder “lidear” con nuestra misma persona, para poder aceptarnos como en realidad somos: un compendio de defectos y virtudes, de intelecto y pasiones, control y descontrol, certeza y duda etc. etc. Por eso también creo, como tu, que uno de los grandes problemas que nos afectan como humanos, en general, es la “negación”, es decir, el proceso de “denial” que es un escape de nuestra realidad existencial, un mecanismo temporal e inadecuado de defensa del YO al querer (o no poder) protegernos de lo que percibimos como un fracaso vital…viendo nuestra propia miseria moral, nuestra debilidad e impotencia que algunas veces experimentamos ante los grandes retos a los que nos somete la vida…disfrazándolo todo por medio de la farsa y de la mentira.
Por otro lado, no se trata de obedecer a la persistencia de un “super-ego” fijado en una época infantil y claramente patológico…Sino la censura normal de la conciencia humana, ya desarrollada, que muchas veces nos dice que no hemos actuado correctamente…y que es mucho mejor que pidamos perdón y reparemos, si es posible, cualquier daño del que hayamos podidos ser la causa. Mucho peor si hemos perdido el sentido y el “insight” de nuestra responsabilidad como seres humanos frente a los demás y hemos dejado de sentir que nuestra conducta no ha sido apropiada y correcta……Al fin y al cabo, solo en el acto humano del perdón, perdonando además de ser perdonados, ES como podemos, al menos desde el punto de vista piscológico, obtener la paz de conciencia que es necesaria para nuestro equilibrio psíquico…Todos las consultas de los psiquiatras y psicólogos, aparte de la experiencia de los confesores, están llenas de conflictos relacionados con estos mecanismos de defensas, ya sea la negación, ya sea la agresión, ya sea la depresión…que no son mas que la expresión de grandes luchas internas sobre mi conducta conmigo mismo y con los demás..Por eso, es necesario el análisis objetivo de la culpa…puesto que yo solo, muchas veces, soy incapaz de resolver mi propio conflicto interno…No cabe duda que la mejor frase liberadora del Padre Nuestro es el ruego al Padre:…. “perdónanos nuestras deudas como nosotros perdonamos a nuestros deudores”….En ella se juega nuestra paz interna…la paz de nuestra conciencia humana…
Por otro lado, entiendo tu versión de “la noche oscura”….cada uno de nosotros tiene, o ha tenido, o está teniendo este estado doloroso que es enfrentarse a si mismo, cuando, como dices, lo inconciente se vuelve consciente…y nos atormenta…No es posible, pues, retroceder, sino, todo lo contrario, agarrar el toro por los cuernos….y llegar a la raíz del problema…que permanece oculto mientras nosotros no podamos, o no queramos desvelarlo, en secreto o no, explorando el inconsciente y el consciente, con el propósito de resolverlo…De ahí, que la negación es la peor actitud con la que el psiquiatra, o el psicólogo o el confesor pueda enfrentarse…puesto que no se puede traspasar la conciencia humana, si nosotros no queremos…o si lo impedimos reiteradamente
Pero “la noche oscura mística” de S. Juan de la Cruz, a pesar de las semejanzas a las nuestra que suelen ser “no-místicas”, tiene otra proyección y conduce a un fin determinado…ya que es solo la vía normal, que según los místicos, como Teresa y Juan de la Cruz, tienen que recorrer TODOS los que aspiran a perfeccionarse en el amor, y es el paso de la ascética a la mística, de la actividad a la pasividad, del querer dar y el disponerse a recibir….Esta noche es un sentimiento de abandono y de miseria por parte de Dios, de tal naturaleza, que la persona cree definitiva -aunque es temporal- ya que piensa que jamás podrá llegar a la meta final…el último gol trascendente…como dice Juan de la Cruz a”la unión” con la persona que amamos que es Jesús de Nazaret…a la que todos los seres nos dirigimos…conscientes o inconscientemente, creyéndolo o no…
Claro que todos estamos “llamados”…pero NO todos vamos a llegar a esa perfección..porque no se trata de una vía fácil…sino de la vía estrecha…en la que no todos queremos entrar, y entonces vamos a retroceder un poco espantados…Sin embargo, es a través de este “silencio” de la “noche” en la que Dios, al fin, nos va a hablar…y va a calmar nuestra “angustia vital”…Este es el sentido final de la noche de Teresa y de Juan de la Cruz…ES el sentido más positivo y el más real que podemos encontrar en el camino hacia la VERDAD…
Un abrazo Santiago Hernández
Amigo Santiago: ¿Cómo se resuelve “el conflicto vital existencial… presente en todos los seres humanos de cualquier raza y circunstancia en TODOS los tiempos, a través de los siglos…”?.
Esa es la pregunta del millón de dólares. Dices muy bien que “solo podemos construir un mundo exterior e interior equilibrado y vivible cuando los que intervenimos tenemos paz interior….Sin paz interna no vamos a vivir una vida plena…ni en ésta…ni mucho menos en la otra…Sin la paz de nuestra conciencia nunca vamos a poder llegar a la felicidad….”.
Yo creo que ese equilibrio interior, es un proceso psicológico a ir obteniendo poco a poco para así estar en condiciones de tener unas experiencias espirituales entendibles y positivas.
(Yo no conozco bien los escritos de San Juan, sólo un poco con brocha gorda). Pero según mi planteamiento personal, yo creo que es necesario un silencio interior, limpio de distracciones y obstáculos, para oír la conexión interna. Ese sería el sentido que yo creo tiene lo de “cesó todo, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado”.
Y es el sentido de lo de “los limpios de corazón, verán a Dios”. Yo lo entiendo como limpio de distracciones, de obstáculos, de pasiones y afanes, y ese es el sentido de la meditación o contemplación.
El otro día veía una cita en la “Filosofía perenne” de Huxley, el Iti-vuttaka, (una escritura budista): “Ni los perezosos, ni los tontos, ni los que no disciernen bien, alcanzarán el Nirvana, que es el desatar de todos los nudos”.
Los nudos que tenemos que desatar son de dos clases. Por una parte los nudos cognitivos, que son todas esas muchas contradicciones, que tenemos que resolver, subiendo de nivel perceptivo, a través de un salto cualitativo de conocimientos de la Realidad.
Y luego están todos esos “nudos del alma”, que son todas esas contradicciones internas entre nuestros circuitos neurológicos conscientes y los subconscientes, que nos hacen estar permanentemente en estado de conflicto interno: es la individuación o la autorrealización.
Lo que pasa es que ese paulatino e inacabable proceso de limpieza de obstáculos, de desatado de nudos, para así oír bien la llamada, o para arrimar el cántaro a la fuente de agua pura, es muy difícil de conseguir, pues no basta la mera voluntad, sino que muchas veces el lío interno que tenemos primero en nuestra mente consciente, nos impide oír y focalizar la atención.
Es un proceso constante en el que trabajar lo cognitivo por un lado, (lo cualitativo más que lo cuantitativo), y el equilibrado psicológico interno. Pues cuando hemos vencido esos obstáculos conscientes, aparecen los de la mente inconsciente, que afloran torrencialmente ideas, recuerdos, y demás, que nos perturban la serenidad, y es lo que yo llamo “noche obscura del alma”.
Hay dos clases de silencio. El silencio silencioso, y el silencio abarrotado, que justo aprovecha ese vacío sonoro para aflorar todo tipo de actividad mental fruto de nuestro “conflicto vital existencial”, y que es muy desestabilizador.
Por eso muchas personas, tratan de huir de sí mismas, de su silencio. Y por eso Osho decía que meditar es tener el coraje de permanecer a solas con nosotros mismos.
Mucha de las “acciones” que emprendemos, tanto las banales, (consumismo, viajes, amores…), como los autodestructivos, (adicciones, codicias desenfrenadas, etc…), como los activismos muy positivos moralmente, (incluídos el caritativismo y el anhelo de justicia), pueden provenir de un pánico inconsciente a estar solos nosotros mismo, un fin de semana, en una introspectiva sincera nosotros solos, ante nuestra propia mirada.
Somos todos unos maestros en el arte de la fuga y del autoengaño.
En el mundo, tanto material y el espiritual, hay cabida para todos…pues no todos podemos dedicarnos a la acción, no todos tenemos la capacidad para ser jefes de estado, no todos podemos escribir, no todos podemos orar siempre, …Jesús no solamente “hacía” sino que “se retiraba a orar” y caminaba mucho predicando con LA PALABRA y con el ejemplo…La vida del ser humano no puede abarcar TODAS las profesiones ni todos los oficios…Por eso, es que en la casa del Señor “hay muchas moradas”…Necesitamos de filósofos para poder pensar lo que vamos a hacer, necesitamos de maestros para que nuestras acciones sean efectivas, necesitamos de los que programan los ordenadores para poder acceder a la acción de ellos…Necesitamos de la teoría y de la práctica..No solamente somos experiencia subjetiva, sino también objetiva…Necesitamos del ejemplo de Marta y María en el Evangelio…Necesitamos y queremos a los contemplativos en la acción, y a los activos en la contemplación…El Señor nos ha creados a todos diferentes y con diferente talento y capacidad…y precisamente en esa variedad es donde se ejerce el amor….no solamente entre hermanos ya que siempre necesitamos de lo que el otro tiene y yo no tengo…sino que ese amor se lo podemos dar a Dios de manera diversa…tal como El ideó su Creación…
Un saludo cordial Santiago Hernández
Vamos a ver, Honorio. Yo te planteo muy razonadamente, (aunque pudiera estar equivocado), las razones por la que la espiritualidad tradicional está anticuada en este mundo moderno, y tú me sales con el gran valor literario de Santa Teresa y San Juan.
Una cosa es el mundo de la literatura y otro el mundo de la mística y de la religión. ¿Es tan difícil diferenciarlos?. Uno puede ser un gran poeta y un gran místico tradicional y no decirle nada al hombre de hoy.
Y respecto a Santa Teresa, ni siquiera es una buena escritora, entre otras cosas porque ella misma escribía torpe y vulgarmente para no tener más problemas aún, por ser mujer. Fue una gran figura en su época, y más aún siendo mujer, pero incluso su modelo místico no es válido para la gente común, pues ella fue una mujer con experiencias psíquicas extraordinarias, (como lo fue Jung, y muchos otros).
Respecto al grueso de tu escrito, te copio un aforismo de Nietzsche, que viene muy al pelo:
“En la primera era de la humanidad superior, se considera como la virtud más aristocrática, la valentía. En la segunda, la justicia. En la tercera, la moderación. En la cuarta, la sabiduría. ¨¿En qué era vivimos nosotros?. ¿En cuál vives tú?”.
Yo te diré mi respuesta personal: A mí me gustaría vivir en la cuarta.
Dice el evangelio definiendo a Jesús y su vida que “comenzó a hacer y enseñar”. A hacer y enseñar se dedicó Dietrich Bonhoeffer, a hacer y enseñar se dedicó Karl Marx, y los jesuítas fusilados en El Salvador, y Camilo Torres, el guerrillero español muerto en Colombia, y Gandhi, y Nelson Mandela… Al parecer todos movidos por un impulso de solidaridad y eficacia…Y antes que ellos, no pocos grupos cristianos religiosos, como los husitas, intentaron poner en la práctica el Reino de Dios que conlleva justicia, bienestar para todos, etc. etc.
Pero, si yo he comprendido medianamente la historia, Juan de la Cruz no se rebeló contra la injusticia y los sufrimientos de la humanidad, ni contra los tinglados de la Iglesia católica que convivían y bendecían esas injusticias y sufrimientos, ni contra los crimenes y genocidios de los conquistadores españoles de las Américas.
¿Qué mística, qué encuentro con Dios, puede darse en un olvido del mensaje salvador del Evangelio? Parece que para los místicos que comentamos todo se reduce a orar, meditar, tomar disciplinas, cilicios y ayunos, imbuirse de filosofía y teología escolástica, y dejar que el mundo siga su camino y los tiranos asesinen y repriman a las personas.
Estoy seguro de que Marx, Mandela, los husitas, Camilo Torres, tuvieron sus Oraciones del Huerto y sus gritos de Dios mío, por qué me has abandonado…Pero también estoy seguro de que en el dolor y la lucha contra el mal que hay en el mundo Dios se les revelaba en toda su magnificencia, bondad y felicidad.
No juzgaré tiempos pasados, tampoco entenderé las melifluas reflexiones de Teresita de Lisieux, bendeciré las honduras místicas de Dietrich Bonhoeffer, de Martin Luther King, de Nelson Mandela… El encuentro con el Dios verdadero entiendo que solo se produce cuando nos ponemos en serio a hacer y enseñar. Y con ello el equilibrio emocional, el dominio de uno mismo, el sentimiento de ser uno en la comunidad de la Familia de Dios…
Amigo Isidoro, se dice, lo dice García Lorca, y Neruda, Juaan Ramón Jiménez, y muchos poetas y escritores más, que Juan de la Cruz y Teresa de Jesús son escritores cumbre de la literatura y la cultura universal. A ti te parece que ya no cuentan con el aplauso que recibieron de estos poetas del siglo XX.
¿Acaso el siglo XX se ha quedado ya desfasado?
En realidad, Isidoro, el “hombre moderno” no ha logrado todavía su auto-realización…cada vez hay mas desequilibrios psíquicos manifestados en crímenes monstruosos como los que estamos viendo y presenciado cada vez mas en diferentes países del mundo en un radicalismo extremo…puesto que cada vez este hombre moderno se aleja del sentido espiritual que es el fundamento del YO personal. Por eso el frío psicoanálisis de Freud y sus seguidores han podido tratar de incoar este proceso de autorealización humana y sin embargo no han podido resolver el problema existencial del ser..que es de naturaleza espiritual…pues somos seres espirituales dotados de una naturaleza física….. Es por eso que la psiquiatría moderna a partir de un discernimiento mas profundo ha tenido que recurrir cada vez mas a esa parte “espiritual” donde reside el sufrimiento y los conflictos verdaderos de la conciencia humana. Es ahí donde se encuentra el desequilibrio y el desasosiego…porque muchas veces “hago el mal que no quiero” ni deseo realizar…que va contra lo que debe ser…que es el bien…y es porque yo estoy orientado fundamentalmente y primitivamente al BIEN…y todo lo que se opone a ello me causa un disturbio en mi ser…
Por eso, no basta al hombre actual, como dices tu, practicar “una ascesis sacrificial religiosa” meramente negativa, ni tampoco digo yo, citándote a ti, le basta un mero “proceso cognitivo de adquisición de sabiduría humana” ni con la mera “comparación del subconsciente”…puesto no se trata de un análisis ni de una comparación, sino de resolver el conflicto vital existencial..presente en todos los seres humanos de cualquier raza y circunstancia en TODOS los tiempos, a través de los siglos…
Y es como dice el famoso Kempis “los días son pocos…llenos de dolores y angustias, donde el hombre se ve manchado con muchos pecados, enredado en muchas pasiones, y es angustiado de muchos temores, y ocupado con muchos cuidados, y distraído con muchas curiosidades, envuelto en muchas vanidades, confundido con muchos errores, y quebrantado con muchos trabajos; las tentaciones lo acosan, los placeres lo enervan, la pobreza le atormenta” (Imit. de Cristo, Libro III, Cap. XLVIII)
Ante esto, son los místicos experimentales, los que han enseñado mejor y los que han adquirido ese equilibrio interior espiritual, el único capaz de dar la paz. La paz constructiva ya que solo podemos construir un mundo exterior e interior equilibrado y vivible cuando los que intervenimos tenemos paz interior….Sin paz interna no vamos a vivir una vida plena…ni en ésta…ni mucho menos en la otra…Sin la paz de nuestra conciencia nunca vamos a poder llegar a la felicidad….
Para S. Juan de la Cruz, la noche oscura, el silencio interno y externo, el silencio de Dios, eran solamente una vía negativa hacia la unión perfecta en la paz del espíritu en Dios, no se trata de aniquilar pasiones sino de conducirlas y orientarlas hacia el bien sumo que es Dios…Por eso en las poesías del “Doctor de las nadas” se refleja precisamente esta paz y realización espiritual que es lo máximo que podremos logar en esta vida terrestre:
Por eso a la Noche Oscura el le llama ¡dichosa ventura! y ¡mas clara que la luz del mediodía! y
“Gocémonos, Amado, y vámonos a ver en tu hermosura al monte y al collado, do mana el agua pura; entrémonos mas adentro en la espesura” y
finalmente:
“Quedéme y olvidéme, el rostro recline sobre el Amado, cesó todo, dejando mi cuidado entre las azucenas olvidado”
Un saludo cordial Santiago Hernandez
Las referencias a los misticismos religiosos tradicionales, San Juan, Santa Teresa, dicen muy poco al hombre moderno de hoy.
Y eso, porque hoy día hemos cambiado copernicanamente el objetivo que se persigue mediante la espiritualidad.
Tradicionalmente, el misticismo religioso, o tenía un objetivo meramente experiencial, la unión objetiva, (las menos), o al menos subjetiva, (la mayoría de las veces), del “alma” con “Dios”, (o lo que haya detrás de esa palabra)
Y mediante esa experiencia espiritual, se persigue un objetivo “práctico” personal, la llamada “santidad”, que tiene un fuerte contenido emocional y moral personal.
La santidad no tenía en principio, ningún componente cognitivo y de aumento de la sabiduría personal. Y respecto a la consecución del equilibrio psicológico, la santidad es voluntarista, y providencial. Se suponía que los esfuerzos ascéticos por un lado, y la “gracia” divina por otro, equilibrarían nuestros desequilibrios internos, y nos ayudaría a autorrealizarnos conociéndonos a nosotros mismos.
Pero eso la experiencia nos dice que casi nunca se cumple. Las dificultades que nos produce la mente (subconsciente), parece que incluso se agravan en el proceso ascético. Se lamenta San Bernardo: “Cada día y cada noche leemos y cantamos las palabras de los profetas y de los Evangelios. ¿(Y a pesar de eso,) de dónde saltan tantos pensamientos vanos, nocivos, obscenos, que nos torturan por la impureza, el orgullo, la ambición y por cualquiera otras pasiones, hasta el punto de que apenas podemos respirar en la serenidad de sublimes consideraciones? ¡Qué desgraciados somos a causa de la tibieza de nuestro corazón!”.
Esto sucedía en la espiritualidad cristiana, porque las espiritualidades orientales, tienen un objetivo distinto. Alan Wats, en su libro “Psicoterapia y liberación”, señala que “en estilos de vida como el Budismo, y el Taoísmo, el Vedanta y el Yoga, no hallamos un material de carácter filosófico ni religiosos en el sentido occidental. Lo que hallamos se próxima más a la psicoterapia”.
“Estos estilos de vida orientales y la psicoterapia de occidente, tienen ambos la preocupación por provocar cambios de conciencia, alterando nuestras maneras de sentir nuestra propia existencia y nuestros vínculos con la sociedad humana y el mundo natural. A los psicoterapeutas les resulta cada vez mas notorio que el estado de conciencia, que nuestra cultura considera normal es no solo contexto, sino también caldo de cultivo de la enfermedad mental”.
Y por otra parte, en contra de la “salvación” judeo-cristiana, ambas intentan conseguir “la liberación del individuo de las formas de condicionamiento que le imponen las instituciones sociales”.
En resumen, que el hombre moderno, lo que busca es la maduración, la autorrealización psicológica, no la santificación tradicional.
Se considera ya salvado, gracias a la misericordia divina, y lo que busca es la liberación del error cognitivo y del desequilibrio psicológico, para lo que se precisa, no una ascesis sacrificial religiosa para debilitar las pasiones, sino un proceso cognitivo de adquisición de sabiduría humana, junto con las prácticas terapéuticas necesarias para conseguir la individuación personal, con la asimilación y comprensión consciente de nuestra sombra subconsciente, (que es el origen de nuestras pasiones y nuestras “tentaciones”).
Y para ello se necesita, como dice Wats, “comprender y emplear las formas de liberación de Oriente, pero conservando la agudeza científica, de lo contrario el pantano del romanticismo esotérico aguarda a los incautos”.
Los tiempos están cambiando…
La dura noche obscura del alma
La dura noche obscura de Niza
Isidoro: Le has tomado prestado lo de Noche oscura del alma a Juan de la Cruz, y no has dicho nada sobre el sentido que da el de Fontiveros a esa expresión. Justamente ayer redacté un paralelismo entre el pensamiento del santo Carmelita, el del pastor luterano Dietrich Bonhoeffer y la filosofía confuciana china, desde una visión más clásica. Lo de Juan de la Cruz a veces me chirría, con tantos demonios sueltos y tantos juramentos de obediencia a las enseñanzas de la Iglesia oficial.
Esto tuyo, tu silencio absoluto con relación a Juan de la Cruz, me deja un tanto perplejo. ¿Cuál es tu visión dee la mística de Teresa de Jesús, de Juan de la Cruz, de los contenidos de la mística tanto cristiana como musulmana como judía, de todas?
A lo mejor le mando a Duato lo que he hecho, por si consider oportuno publicarlo.
A lo mejor mando a Atrio las notas que he sacado sobre ese triple paralelismo. Yo diría que de alguna manera, y aún sujeto y constreñido por la ortodoxia impuesta por la Iglesia oficial, Juan de la Cruz intuye y permite leer entre líneas esa visión de la Noche oscura del alma que tú nos presentas.
El, el de Fontiveros, parte de un principio básico: Dios es el soporte de nuestra existencia, vive en nosotros, y nosotros vivimos en él. En una noche oscura, por supuesto, pero está ahí, y en la medida en que le buscamos y seguimos, nos identificamos con él. Y punto…
Y perdóname que siga con mi retahila: con preguntas y con inseguridades.
Añadido:
Y para los que puedan estar sufriendo este proceso, o conozcan a alguien que sufre este proceso, varios consejos, sacados del extra de “Depresión”, de “Mente y Cerebro”, de Investigación y Ciencia. Nº 14 – “Terapia metacognitiva contra la depresión”. Christiane Gelizt
La terapia metacognitiva, trata de nuestra actitud ante nuestros pensamientos. “No considera las preocupaciones concretas y los pensamientos recurrentes como responsables del malestar psicológico, sino la causa es el modo en que los manejamos, es decir las estrategias cognitivas que brotan de nuestras creencias”.
No hay que reforzar esos pensamientos negativos y perturbadores que nos afloran, pensando y focalizando la atención en ellos.
Por ello, lo primero es saber lo que nos está pasando. No hay ni tentaciones del Demonio, ni prueba de Dios, ni abandono del mismo. Es un proceso tan natural como un dolor de muelas. Dios no quiere que suframos por Él, (los rumores esparcidos sobre este tema son infundados).
Hay que dejar de pensar en esos pensamientos que afloran, y hay que retraducirlos, por ejemplo “soy un pecador imperdonable”, en realidad es, “tengo un pensamiento de que soy un pecador imperdonable”. Los pensamientos no se pueden controlar, pero sí intentar dejarlos pasar. Cuanto más pensemos en ellos, más los reforzamos y las conexiones neuronales se hacen más fuertes.
Y luego más a medio plazo, con ayuda exterior, modificar los metapensamientos problemático, exigirán una reestructuración cognitiva, de los errores cognitivos que han dado lugar a esos trastornos.
En resumen, todas las ideas son respetables, pero hay algunas que son causa de graves problemas. Una persona que esté convencido de que 2 + 3 = 7, al final cuando menos lo espere, acabará teniendo problemas en su vida.
Habrá personas con experiencia en el tema. Sería muy útil para muchos, conocer sus remedios.
Yo creo que iluminar la sombra es ser conscientes de ella, o sea pasarla a la parte consciente de la mente, sin que este proceso nos produzca un proceso psicótico grave y acabemos locos perdidos. Por eso las terapias, son para reconducir, canalizar y administrar ese peligroso proceso, con la guía de una persona experta.
Si se produce, torrencial y abruptamente, es un proceso muy doloroso, (de ahí lo de “dura”), y angustiante, que puede acabar muy mal.
Y el detonador, o “fósforo” que desencadene este proceso de concienciación de lo fuertemente reprimido, puede ser de diferentes clases. Como de lo que se trata es de bajar las barreras represoras internas, que solo se bajan durante el periodo de sueño, todas las prácticas mentales que logren debilitar esas barreras internas, producirán el afloramiento consciente durante la vigilia.
Por ejemplo, las drogas psiquedélicas, son una fuente de afloramiento del subconsciente, y también de los procesos psicóticos consiguientes. También puede ser desencadenado por procesos mentales patológicos.
Y también la meditación, en sus muchas formas, logra “engañar” y “adormecer” dichas barreras represoras. Ya ha habido estudios de que procesos intensos de meditación zen, (que a veces son durísimos), desencadenan procesos psicóticos, en personas propicias a ello, y hasta pueden desencadenar suicidios, por lo que en muchos sitios, te hacen firmar un papel, eximiendo a la organización de toda responsabilidad.
También voces como Ken Wilber, han dicho muy claro que la meditación, que mucha gente practica para buscar la paz y la serenidad interiores, no sirve de cura de las neurosis y desequilibrios psicológicos.
En la ascesis espiritual católica, se realizan prácticas meditatorias muy intensas, que desencadenan ese proceso de afloramiento, con los consiguientes procesos psicológicos.
Yo no soy psiquiatra, y me gustaría que si algún lector lo es, pudiera rectificar o no, esta ideas expuestas.
Lo que quiero remarcar, es que la práctica tradicional del cristianismo, que ha tenido muy poca variación desde su origen grecorromano, hace muchos siglos, debido al insuficiente conocimiento de las leyes del Universo, ha dado lugar a una serie de prácticas religiosas, que hoy día con la nueva Ciencia, es preciso reconsiderar y reinterpretar.
Habría que hacer un proceso de “refundación” y de reinterpretación de lo que conocemos del mensaje de Jesús, en función de los nuevos conocimientos. Pero claro en este proceso deberían desaparecer conceptos tradicionales, como “pecado”, “demonio”, “salvación”, “redención”, etc. y sustituirlos por una antropología moderna, para que así pudieran ser útiles para el hombre de hoy día.
Que eso no significa anticristianismo, sino todo lo contrario revivificarlo, soltando lastre cultural antiguo, y dejando en flor, el mensaje cristiano vivo.
”No tengáis miedo. Soy yo”.
sigo:
Otra cosa que preguntaría es acerca del novedoso adjetivo que Isidoro le pone a la “noche oscura del alma”: “DURA“.
Hola!
También este décimo sueño del Cumpa Isidoro está bien armadito.
Me pregunto:
1- cuál sería el “fosforo” que “ilumine la sombra”; y
2- si es posible eso: “iluminar la sombra”.
¡Vamos todavía! – Óscar.