El domingo 24 de enero, en el marco de San Sebastián 1016 Capital Europea de la Cultura, recorrimos los 5 últimos puentes del río Urumea, desde Amara hasta el Kursaal, leyendo tres textos en cada puente. Éste que sigue es uno de ellos.
Rabí Eisik, hijo de Hekel, de Cracovia, después de años de miseria sin perder la confianza, recibió en sueños la orden de ir a Praga para buscar un tesoro oculto debajo del puente que conduce al palacio real. Cuando el sueño se repitió por tercera vez, Eisik se puso en camino, a pie. Y llegó a Praga.
Pero el puente estaba vigilado día y noche por soldados y no tenía coraje para ponerse a cavar en el lugar indicado. Pasaba los días dando vueltas por el lugar. Por fin, un guardia se acercó amablemente y le preguntó si había perdido algo o si esperaba a alguien. Eisik le contó el sueño que lo había llevado hasta allí desde su lejano país. El capitán se echó a reír: “¿Y tú, ingenuo, crees a esos sueños hasta el punto de venirte caminando hasta aquí? ¡Estás loco! También yo he tenido un sueño, y de creerlo, tendría que irme hasta Cracovia, a la casa de un judío, un cierto Eisik, hijo de Hekel, para buscar un tesoro bajo la estufa. ¡Qué idiotez!”. Y se rio a carcajadas.
Eisik lo saludó, volvió a su casa y debajo de la estufa desenterró el tesoro.
Es nuestra historia. Hoy recorremos juntos los puentes de nuestra ciudad, en busca de un tesoro, un tesoro que no puedes encontrar en ningún lugar del mundo, pero lo puedes encontrar en cualquier lugar, si sales de ti. Sobre este puente te saludo a ti, Hajar; y a ti, Joseba; y a ti, cualquiera que seas, conocido o desconocido. Te saludo a ti, puente, y a todos los puentes del mundo: gracias a vosotros llegamos a la otra orilla en cualquier parte, salvando obstáculos y peligros. Honro a todos los constructores de puentes y pasadores de fronteras: gracias a vosotros pasamos de lo nuestro a lo otro, de lo conocido a lo desconocido, por encima de credos, miedos y tabúes. Por encima de todos los abismos. Más allá de todas las fronteras.
Es lo propio del puente: vence fronteras. Une dos márgenes separados por la naturaleza, la cultura, la religión o el partido. Por eso, no es extraño que, en muchas culturas, los puentes hayan sido considerados hechura del Diablo, ya que permite acceder al otro lado prohibido por la naturaleza o por “dios”. Así hallamos, en Europa y en América, docenas de puentes que se llaman “Puentes del Diablo”.
Pero ¿qué es el Diablo? ¿Y qué es Dios? Es posible que, mientras vamos atravesando el puente, se truequen el nombre y los atributos, que “Dios” se convierta en Diablo y el “Diablo” tal vez se convierta en Dios. Llamo Dios al Aliento vital que desata ataduras y abre fronteras, y, como la Vida, no está ligado a la religión. Llamo Diablo a todo lo que nos ata y asfixia en nuestras barreras, a menudo enmascaradas de “Dios” en forma de creencias y leyes inamovibles. Llamo Dios a la Presencia buena que, en medio de tantas heridas e infiernos, protege la Vida o nos hace protectores de la Vida. Llamo Dios al Arco-Iris, al puente de la Vida de todos los colores. Llamo Dios a la Creatividad universal que nos mueve a buscar nuestro tesoro interior en la otra orilla, en el otro, más allá de todos los dogmas, religiones y negaciones de religión.
Hoy estamos sobre este puente, o lo atravesamos más bien, pues el puente no está hecho para quedarse en él. Recorremos puentes. Por ejemplo, yo soy cristiano, tú eres musulmana, tú budista, tú agnóstico, tú ateo… Pero todo eso son nombres y fronteras que nos vuelven extranjeros los unos para los otros. Tú no eres extranjero para mí. Yo no soy extranjero para ti. Somos ante todo caminantes, buscadores. Llevamos un tesoro dentro, pero solamente podemos hallarlo acercándonos al otro. El puente de un país lejano se nos convierte en camino de regreso al hogar. Vamos más allá de lo que sabemos, poseemos y ya somos, eternos peregrinos puente a través, en búsqueda de nuestro ser pleno. Estamos hechos para ser más. Queremos colmarnos y curarnos los unos a los otros, edificando puentes de palabras y voluntades. ¿Cómo lograremos de otro modo construir un mundo sin excomulgados ni tantos refugiados abandonados a su desdicha?
(Publicado en DEIA y los Diarios del Grupo Noticias el 24 de enero de 2016)
Gracias Asun por tu retroalimentación a mi cmentario, con la cual resueno.
Un abrazo desde México
Querido Rodrigo:
Sueles ser muy atinado en tus apreciaciones y juicios, aunque en principio cueste meterse en eso a lo que apuntas. El caso es que llamas a la reflexión y en eso estoy.
Hasta donde llego a captar, tal “historia original”, supuestamente árabe e islámica, que aparece en ”Las mil y unas noches”, no sé ciertamente hasta qué punto lo es, con toda limpieza, pues es bien sabido del entramado de narraciones e historias persas de este libro de cuentos, que a su vez se mezclaron y remodelaron con los traídos e importados de China y la India, o al menos de lugares del lejano oriente. Y de los textos finales resultantes y varios, hasta se habla de influencias helenistas y judaicas. Esto por una parte.
Por otra parte, concuerdo en que sí, la colonización y apropiación cultural es peligrosa, solo y cuando haces borrar toda huella anterior por la fuerza y el olvido. Y hoy día , por desgracia, estamos siendo testigos del exterminio y extinción de pueblos enteros. No obstante, la historia de la humanidad está repleta de apropiaciones culturales que la hacen evolucionar abriéndose a los otros.
Y sobre esta bonita historia, sin duda es su fondo lo que interesa resaltar, el tesoro que llevamos todos dentro y no llegamos a disfrutarlo, porque, por diferentes motivos, nos pasamos la vida buscando fuera de “nuestra casa interior”, en huida permanente…
En el cruce de puentes han chocado culturas, idiosincrasias y cosmovisiones, con reacciones violentas sobrecogidos por el miedo a lo diferente, no optando por quitar las cadenas a nuestra ignorancia egocéntrica individual y colectiva.
En la casa interior, desde ella y en su través, resulta que nos encontramos libres de las barreras y ataduras y los puentes se multiplican, de modo que el ser humano es mirado sin envolturas disuasorias, el tú se hace un yo vacío, lleno de plenitud.
Intento quedarme con esto último, en donde todos confluimos.
Un abrazo cariñoso.
Puede parecer ajeno al tema, pero esta historia del puente de Praga es una mera apropiación jazídica tardía de la original historia “los dos que soñaron” de Las mil y una noches.
Puede parecer ajeno al tema, pero este tipo de colonización cultural es muy peligrosa (y contraria a la intención del artículo) especialmente en tiempos de islamofobia en Europa.
Puede parecer ajeno al tema, pero ¿por qué no usar la historia original, con todo y sus invocaciones a Alá misericordioso?
Hola!
(El tanguito imprescindible) PUENTE ALSINA
* Nada queda de aquel puente rudimentario que en 1855, por primera vez, trazó un camino sobre el Riachuelo, uniendo el barrio porteño de Pompeya con el partido de Lanús.
* Entonces, lo cruzaban hombres a caballo; hoy, autos y colectivos le pasan por encimados.
* Aunque oficialmente se llama Puente Uriburu, todos lo conocen como Puente Alsina, y con ese nombre quedó inmortalizado en un tango.
* Antes de que existiera el puente, el lugar era conocido como el Paso de Burgos, porque la gente cruzaba el río en un bote de un vecino de apellido Burgos.
* A pesar de que era una de las zonas más bajas para cruzar, el viaje no era fácil y muchas veces, cuando había crecida, los hacendados se arriesgaban a perder el ganado que mandaban a los mataderos de la Capital porque los animales se ahogaban antes de llegar a la orilla.
* Curiosamente, el primer puente fue levantado allí por un particular, Enrique Ochoa, un comerciante de la zona, porque, en aquellas épocas, los fondos públicos no alcanzaban para emprender la obra.
*Pero los cimientos de mampostería fueron tan rudimentarios que durante una tormenta de Santa Rosa, el agua se llevó el puente.
* Hoy lo tiene presente este Tango que pinta el corazón Tanguero en su máxima expresión sentimental.
PUENTE ALSINA (Letra y música: Benjamín Tagle Lara)
https://www.youtube.com/watch?v=IgPqVngcbsw
¿Dónde está mi barrio, mi cuna querida?
¿Dónde la guarida, refugio de ayer?
Borró el asfaltado, de una manotada,
la vieja barriada que me vio nacer…
En la sospechosa quietud del suburbio,
la noche de un turbio drama pasional
y huérfano entonces, yo, el hijo de todos,
rodé por el lodo de aquel arrabal.
Puente Alsina, que ayer fuera mi regazo,
de un zarpazo la avenida te alcanzó…
viejo puente, solitario y confidente,
sos la marca que en la frente,
el progreso le ha dejado
al suburbio rebelado
que a su paso sucumbió.
Yo no he conocido caricias de madre…
tuve un solo padre que fuera el rigor
y llevo en mis venas, de sangre maleva,
gritando una gleba su crudo rencor.
Porque me lo llevan, mi barrio, mi todo,
yo, el hijo del lodo lo vengo a llorar…
Mi barrio es mi madre que ya no responde…
¡Que digan adónde lo han ido a enterrar!
……………………………………………………….
Hola!
Todo
PUENTE
PUERTA
PUERTO
PARTO
(raíz etymológica “PER”)
es PER-iculoso (peligroso)
y sin embargo
¡no hay otra manera de andar viviendo en serio!
¡Vamos todavía! – Óscar.