La aplastante aprobación (68 a 32%) del matrimonio homosexual por el “católico” pueblo irlandés fue considerada por el Vaticano como “una derrota para la humanidad”. ¿Y qué dirán de la más histórica aprobación del mismo tipo de matrimonio por el Tribunal Supremo de Estados Unidos? ¿Se debió esta decisión de una corte de 6 hombres y 3 mujeres, con una media de 69 años de edad, al mal precedente que introdujo, hace 10 años, el demonizado socialista español Zapatero?
Pero lo más grave es que el mismo papa Francisco, con posturas tan valientes y claras al criticar el orden establecido en la economía mundial, siga haciendo referencias a la maléfica “ideología de género” que, según ha dicho en los últimos meses “crea tanta confusión” y cuestiona “la complementariedad del hombre y la mujer, vértice de la creación divina”.
¿De qué se trata cuando los obispos y el mismo papa hablan de ideología de género como si se tratara del peor enemigo de la familia? Si lo acontecido en Irlanda y en EEUU ha sido acogido en las calles del mundo entero con general alegría, porque permite a muchas personas que hasta hora debían ocultarse por miedo, permite realizar sus vidas con amor en libertad, ¿es que los obispos temen la libertad y al amor? ¿Es que los que se alegran de esos cambios legales, que permiten pero no obligan, son únicamente miembros del todopoderoso lobby gay, con el propósito de destruir el “orden natural”? No. Doy fe que Muchas personas que se alegran por esos avances son personas sencillas, heterosexuales y cristianos samaritanos.
En el mes de febrero el papa recibió carta confidencial de una persona que había cambiado de sexo, en la que le exponía los sufrimientos que le habían acompañado hasta ahora que estaba felizmente casado. Francisco le llamó para que fuera a verle con su pareja. ¿No se le plantó alguien impidiéndola entrar, porque ese era un caso típico de lo que fomenta la maléfica “ideología de género”? Francisco supo ver a la persona, lo mismo que estoy seguro que hubiera aceptado a la persona de Pedro Zerolo. Pero sigue manteniendo ese latiguillo contra las reformas en las costumbres y en las leyes que, por misericordia a tantos que sufren, quiere introducir el movimiento LGTB. Y a veces esa “acepción de personas”, ese temor al qué dirán los santones fariseos actuales, la que le lleva a no dar la venia a un excelente embajador que le propone el gobierno francés. Un hombre capaz, excelente persona, recomendado incluso por la jerarquía francesa, pero homosexual y casado con otro hombre. Hasta ahí no llega Francisco, o por no querer o por no poder. Y no sé qué es peor.
Por eso conviene que aclaremos a qué se refieren ellos (los que rodean al papa y copan aún el Vaticano) cuando se refieren a “ideología de género”. Ese término que no está en los textos de sociología o antropología serios, tiene un origen muy concreto en los círculos católicos conservadores que defendían su modelo único de familia contra el ataque del matrimonio homosexual. Y uno de sus protagonistas más importantes fue el español Benigno Blanco, Miembro de la Pontificia Academia Pro-Vida. A partir de 2011 fue repitiendo su arengas mendazmente simplificadoras y simplonas, por más autores referencias en inglés que introduzca (véase you-tube de febrero de 2011, como ejemplo), por muchos sitios, tanto en España como en Italia y en Latinoamérica.
Hay constancia de que fue Benigno quien promovió en 2010 las manifestaciones de Buenos Aires contra el matrimonio homosexual (él había organizado las celebradas con muchos obispos en Madrid).En Argentina lepoyaba el cardenal Bergoglio (ver Pagina12 de julio de 2010).
En esta campaña, que se unía mucho a la de los principios innegociables de Benedicto XVI, se utiliza la técnica de demonizar una etiqueta a la que se hace responsable de todas las tragedias y aberraciones que aparecen en la historia.
Lo mismo que se empleó el término “socialista” e “ideología marxista” para desautorizar cualquier movimiento de lucha social, se emplea ahora el término “ideología de género” para tachar de demoniaco y antinatural cualquier reivindicación feminista o de libertad en la práctica de la conyugalidad y los derechos reproductivos.
El querer unir en una etiqueta de “ideología” muchas reivindicaciones que nacen de una constatación de realidades injustas, no de unos principios teóricos, es una estrategia conservadora que tiene sus precedentes en lo que sucedió hace más de un siglo para defenderse de quienes reivindicaban justicia social frente a injusticias estructurales de la sociedad. El análisis de la realidad y los movimientos sindicales y políticos que luchaban por una sociedad más justa nacieron en el siglo XIX mucho antes de que surgiera lo que fue el socialismo científico y la teoría del materialismo dialéctico. Pero, sobre todo tras la revolución rusa y la guerra fría, cualquier movimiento o método de liberación o justicia social, aunque surgiera a miles de kilómetros de Moscú, ya era tachado de pertenecer a la “ideología socialista” y, por tanto, al materialismo ateo. ¡Y cómo pesa aún esta descalificación de estar imbuido por esa “ideología” sobre cualquier movimiento de emancipación por más auténtica y desideologizada que sea su crítica a una realidad opresora! Menos mal que algunos obispos como Casaldáliga proclamaron que, dado el uso actual de los términos, él se proclamaba socialista y que el actual papa se haya reído de quienes le llaman comunista… Solo así se va desmontando el “ogro del socialismo”.
Pero ya en este siglo, cuando algunos conservadores vieron a donde podrían llevarnos las reivindicaciones feministas y de los grupos LGTB, en vez de discutir sobre la justicia de cada una de las reivindicaciones, queriendo disimular que en el fondo seguían adheridos a una ideología patriarcalista y homófoba, que desde milenios estaba impregnando la cultura, descubrieron que, como en la lucha social, era más fácil atribuir todo movimiento reivindicativo a una oculta y antirreligiosa amenaza. E inventaron la llamada “ideología de género” que fue penetrando en las esferas eclesiásticas españolas y también en las italianas donde siempre (no sé por qué) se pone el nombre inglés: “gender ideología”. Hoy, llega a decir Benigno Blanco en sus escritos y conferencias, es más dañina la ideología de género (que él hace nacer de Simone de Beauvoir) que la ideología marxista.
En el grupo de análisis que es Iglesia Viva nos dimos cuenta de que esto empezaba a ocurrir. Y ya en 2009 elaboramos una reflexión sobre ello que se prolongó en 2010 con otro número, más profundo aún, sobre el mismo tema.
Al pedir que en ATRIO se reflexione más sobre este tema, no se me ocurre más que invitar a leer estos dos números monográficos. En este momento no puedo recoger y sintetizar todo lo que allí se dice sobre sexo y género, sobre política y religiones, sobre diferencia e igualdad, sobre anatomía y fisiología por una parte (con sus casos peculiares y enigmas) y psicología y cultura por otra.
A medida que cada uno vaya leyendo este material, podrá aportar lo esencial al diálogo y podremos discutir y aclararnos. Como siempre sin ser simplistas ni fundamentalistas en ninguna polaridad, sino rigurosos en el análisis de los hechos y con la capacidad crítica para innovar y liberar sin perder el sentido común.
Estos son los números de Iglesia Viva a que me refiero:
- 239, julio-septiembre 2009, Iglesia e ideologías de género (así, en plural, expresamente, contra Benigno y otros)
- 251, julio-septiembre 2012, Genero, religión y cambio social (número reservado en principio a suscriptores, que se ha abierto para que todos los lectores de ATRIO puedan entrar. Los dos primeros artículos son contribuciones de alto nivel en un debate internacional de sociólogos sobre este tema celebrado en Berlín. Ahí sí que se analiza y distingue sobre sexo y género no simplistamente).
Al final, pensaba redactar en unas breves líneas mi pensamiento sobre lo que es verdadera emancipación humana tanto en su liberación en todo tipo de esclavitudes que se le quieren imponer como cosa natural. Ahí hay que encajar la crítica a las dominaciones por causa del sexo o del género. Y distinguir bien lo que es crítica auténtica de liberación o recaída en nuevas esclavitudes. Pero prefiero que una ulterior aportación mía se vaya haciendo en el trascurso del diálogo.
Muy buena la entrada de Olga y Oscar.
Muy Buena tu entrada Rodrigo
Diez razones en contra del matrimonio entre personas de mismo sexo. Vale la pena
http://www.fuett.mx/10-razones-contra-el-matrimonio-entre-personas-del-mismo-sexo/
🙂
¡¡¡Bien Olga, totalmente de acuerdo!!!
¡Gracias por tan profundo y veraz alegato, pensamiento, deseo..!
De ir caminando aunque sea muy poquito a poco, hacia un camino más pleno… por la dignidad y humanidad del ser humano, y… de manera especial (por lo mal tratada que ha sido) la mujer.
¡¡¡Gracias querida Olga… me encantaría, que tu presencia en este Atrio, fuera más… en muchas más ocasiones!!!
Un abrazo.
pili-mª pilar
Hola!
¡Demoledor alegato feminista (ético-jurídico) de Marcela! (en negrita)
…………………
(1.- Arribo del féretro con el cuerpo muerto de Crisóstomo)
En estas pláticas iban, cuando vieron que, por la quiebra que dos altas montañas hacían, bajaban hasta veinte pastores, todos con pellicos de negra lana vestidos y coronados con guirnaldas, que, á lo que después pareció, eran cuál de tejo y cuál de ciprés. Entre seis dellos traían unas andas, cubiertas de mucha diversidad de flores y de ramos. Lo cual visto por uno de los cabreros, dijo:
—Aquellos que allí vienen son los que traen el cuerpo de Grisóstomo, y el pie de aquella montaña es el lugar donde él mandó que le enterrasen.
Por esto se dieron priesa á llegar, y fué á tiempo que ya los que venían habían puesto las andas en el suelo, y cuatro de ellos con agudos picos estaban cavando la sepultura, á un lado de una dura peña.
Recibiéronse los unos y los otros cortésmente, y luego don Quijote y los que con él venían se pusieron á mirar las andas, y en ellas vieron cubierto de flores un cuerpo muerto, vestido como pastor, de edad, al parecer, de treinta años; y, aunque muerto, mostraba que vivo había sido de rostro hermoso y de disposición gallarda.
(2.- El lugar de la sepultura, donde fue el hechizo)
Alrededor dél tenía en las mesmas andas algunos libros y muchos papeles abiertos y cerrados. Y así los que esto miraban como los que abrían la sepultura, y todos los demás que allí había, guardaban un maravilloso silencio, hasta que uno de los que al muerto trujeron dijo á otro:
—Mira bien, Ambrosio, si es éste el lugar que Grisóstomo dijo, ya que queréis que tan puntualmente se cumpla lo que dejó mandado en su testamento.
—Éste es —respondió Ambrosio—; que muchas veces en él me contó mi desdichado amigo la historia de su desventura. Allí me dijo él que vió la vez primera á aquella enemiga mortal del linaje humano, y allí fué también donde la primera vez le declaró su pensamiento, tan honesto como enamorado, y allí fué, la última vez, donde Marcela le acabó de desengañar y desdeñar, de suerte que puso fin á la tragedia de su miserable vida. Y aquí, en memoria de tantas desdichas, quiso él que le depositasen en las entrañas del eterno olvido.
Y volviéndose á don Quijote y á los caminantes, prosiguió diciendo:
(3.- Acusaciones de los amigos del muerto, contra Marcela)
—Ese cuerpo, señores, que con piadosos ojos estáis mirando fué depositario de un alma en quien el cielo puso infinita parte de sus riquezas. Ése es el cuerpo de Grisóstomo, que fué único en el ingenio, sólo en la cortesía, extremo en la gentileza, fénix en la amistad, magnífico sin tasa, grave sin presunción, alegre sin bajeza, y, finalmente, primero en todo lo que es ser bueno, y sin segundo en todo lo que fué ser desdeñado; rogó á una fiera, importunó á un mármol, corrió tras el viento, dió voces a la soledad, sirvió á la ingratitud, de quien alcanzó por premio ser despojos de la muerte en la mitad de la carrera de su vida, á la cual dió fin una pastora á quien él procuraba eternizar para que viviera en la memoria de las gentes, cual lo pudieran mostrar bien esos papeles que estáis mirando, si él no me hubiera mandado que los entregara al fuego en habiendo entregado su cuerpo á la tierra.
—De mayor rigor y crueldad usaréis vos con ellos —dijo Vivaldo— que su mesmo dueño, pues no es justo ni acertado que se cumpla la voluntad de quien en lo que ordena va fuera de todo razonable discurso. Y no le tuviera bueno Augusto César si consintiera que se pusiera en ejecución lo que el divino Mantuano dejó en su testamento mandado. Ansí que, señor Ambrosio, ya que deis el cuerpo de vuestro amigo á la tierra, no queráis dar sus escritos al olvido; que si él ordenó como agraviado, no es bien que vos cumpláis como indiscreto; antes haced, dando la vida á estos papeles, que la tenga siempre la crueldad de Marcela, para que sirva de ejemplo, en los tiempos que están por venir, á los vivientes, para que se aparten y huyan de caer en semejantes despeñaderos; que ya sé yo, y los que aquí venimos, la historia deste vuestro enamorado y desesperado amigo, y sabemos la amistad vuestra, y la ocasión de su muerte, y lo que dejó mandado al acabar de la vida; de la cual lamentable historia se puede sacar cuánta haya sido la crueldad de Marcela, el amor de Grisóstomo, la fe de la amistad vuestra, con el paradero que tienen los que á rienda suelta corren por la senda que el desvariado amor delante de los ojos les pone. Anoche supimos la muerte de Grisóstomo, y que en este lugar había de ser enterrado, y así, de curiosidad y de lástima, dejamos nuestro derecho viaje, y acordamos de venir á ver con los ojos lo que tanto nos había lastimado en oíllo. Y en pago desta lástima, y del deseo que en nosotros nació de remedialla si pudiéramos, te rogamos, ¡oh discreto Ambrosio!, á lo menos, yo te lo suplico de mi parte, que, dejando de abrasar estos papeles, me dejes llevar algunos dellos.
(4.- Un amigo lee una Canción escrita por el fallecido y luego …)
Bien les pareció, á los que escuchado habían, la canción de Grisóstomo, puesto que el que la leyó dijo que no le parecía que conformaba con la relación que él había oído del recato y bondad de Marcela, porque en ella se quejaba Grisóstomo de celos, sospechas y de ausencia, todo en perjuicio del buen crédito y buena fama de Marcela. A lo cual respondió Ambrosio, como aquel que sabía bien los más escondidos pensamientos de su amigo:
(5.- Más recriminaciones contra Marcela)
—Para que, señor, os satisfagáis desa duda, es bien que sepáis que cuando este desdichado escribió esta canción estaba ausente de Marcela, de quien él se había ausentado por su voluntad, por ver si usaba con él la ausencia de sus ordinarios fueros; y como al enamorado ausente no hay cosa que no le fatigue ni temor que no le dé alcance, así le fatigaban á Grisóstomo los celos imaginados y las sospechas temidas como si fueran verdaderas. Y con esto queda en su punto la verdad que la fama pregona de la bondad de Marcela; á la cual, fuera de ser cruel, y un poco arrogante, y un mucho desdeñosa, la mesma envidia ni debe ni puede ponerle falta alguna.
—Así es la verdad —respondió Vivaldo.
(6.- Aparición de Marcela y reproches del amigo del muerto)
Y queriendo leer otro papel de los que había reservado del fuego, lo estorbó una maravillosa visión (que tal parecía ella) que improvisadamente se les ofreció á los ojos; y fué que por cima de la peña donde se cavaba la sepultura pareció la pastora Marcela, tan hermosa, que pasaba á su fama su hermosura. Los que hasta entonces no la habían visto la miraban con admiración y silencio; y los que ya estaban acostumbrados á verla no quedaron menos suspensos que los que nunca la habían visto. Mas apenas la hubo visto Ambrosio, cuando con muestras de ánimo indignado le dijo:
—¿Vienes a ver, por ventura, ¡oh fiero basilisco destas montañas!, si con tu presencia vierten sangre las heridas deste miserable á quien tu crueldad quitó la vida, ó vienes á ufanarte en las crueles hazañas de tu condición, ó á ver desde esa altura, como otro despiadado Ñero, el incendio de su abrasada Roma, ó á pisar arrogante este desdichado cadáver, como la ingrata hija al de su padre Tarquino? Dinos presto á lo que vienes, ó qué es aquello de que más gustas; que por saber yo que los pensamientos de Grisóstomo jamás dejaron de obedecerte en vida, haré que, aun él muerto, te obedezcan los de todos aquellos que se llamaron sus amigos.
(7.- ¡Ahora sí! EL MAGISTRAL ALEGATO de Marcela)
—No vengo ¡oh Ambrosio! á ninguna cosa de las que has dicho —respondió Marcela—, sino á volver por mí misma, y á dar á entender cuán fuera de razón van todos aquellos que de sus penas y de la muerte de Grisóstomo me culpan; y así, ruego á todos los que aquí estáis me estéis atentos: que no será menester mucho tiempo, ni gastar muchas palabras, para persuadir una verdad á los discretos.
Hízome el cielo, según vosotros decís, hermosa, y de tal manera, que, sin ser poderosos á otra cosa, á que me améis os mueve mi hermosura, y por el amor que me mostráis, decís, y aun queréis, que esté yo obligada á amaros.
Yo conozco, con el natural entendimiento que Dios me ha dado, que todo lo hermoso es amable; mas no alcanzo que, por razón de ser amado, esté obligado lo que es amado por hermoso á amar á quien le ama. Y más, que podría acontecer que el amador de lo hermoso fuese feo, y siendo lo feo digno de ser aborrecido, cae muy mal el decir: «Quiérote por hermosa: hasme de amar aunque sea feo.»
Pero, puesto caso que corran igualmente las hermosuras, no por eso han de correr iguales los deseos; que no todas las hermosuras enamoran: que algunas alegran la vista y no rinden la voluntad; que si todas las bellezas enamorasen y rindiesen, sería un andar las voluntades confusas y descaminadas, sin saber en cuál habían de parar; porque, siendo infinitos los sujetos hermosos, infinitos habían de ser los deseos. Y, según yo he oído decir, el verdadero amor no se divide, y ha de ser voluntario y no forzoso.
Siendo esto así, como yo creo que lo es, ¿por qué queréis que rinda mi voluntad por fuerza, obligada no más de que decís que me queréis bien? Si no, decidme: si como el cielo me hizo hermosa me hiciera fea, ¿fuera justo que me quejara de vosotros porque no me amábades?
Cuanto más, que habéis de considerar que yo no escogí la hermosura que tengo: que, tal cual es, el cielo me la dió de gracia, sin yo pedilla ni escogella. Y así como la víbora no merece ser culpada por la ponzoña que tiene, puesto que con ella mata, por habérsela dado naturaleza, tampoco yo merezco ser reprehendida por ser hermosa; que la hermosura en la mujer honesta es como el fuego apartado, ó como la espada aguda: que ni él quema ni ella corta á quien á ellos no se acerca.
La honra y las virtudes son adornos del alma, sin las cuales el cuerpo, aunque lo sea, no debe de parecer hermoso. Pues si la honestidad es una de las virtudes que al cuerpo y al alma más adornan y hermosean, ¿por qué la ha de perder la que es amada por hermosa, por corresponder á la intención de aquel que, por sólo su gusto, con todas sus fuerzas é industrias procura que la pierda?
Yo nací libre, y para poder vivir libre escogí la soledad de los campos: los árboles destas^ montañas son mi compañía; las claras aguas destos arroyos son espejos; con los árboles y con las aguas comunico mis pensamientos y hermosura. Fuego soy apartado y espada puesta lejos. Á los que he enamorado con la vista he desengañado con las palabras; y si los deseos se sustentan con esperanzas, no habiendo yo dado alguna á Grisóstomo, ni á otro alguno, en fin, de ninguna dellos, bien se puede decir que antes le mató su porfía que mi crueldad.
Y si se me hace cargo que eran honestos sus pensamientos, y que por esto estaba obligada á corresponder á ellos, digo que cuando en ese mismo lugar donde ahora se cava su sepultura me descubrió la bondad de su intención, le dije yo que la mía era vivir en perpetua soledad, y de que sola la tierra gozase el fruto de mi recogimiento y los despojos de mi hermosura; y si él, con todo este desengaño, quiso porfiar contra la esperanza y navegar contra el viento, ¿qué mucho que se anegase en la mitad del golfo de su desatino? Si yo le entretuviera, fuera falsa; si le contentara, hiciera contra mi mejor intención y prosupuesto.
Porfió desengañado, desesperó sin ser aborrecido: ¡mirad ahora si será razón que de su pena se me dé á mí la culpa! Quéjese el engañado; desespérese aquel á quien le faltaron las prometidas esperanzas; confíese el que yo llamare; ufánese el que yo admitiere; pero no me llame cruel ni homicida aquel á quien yo no prometo, engaño, llamo ni admito.
El cielo aún hasta ahora no ha querido que yo ame por destino, y el pensar que tengo de amar por elección es excusado. Este general desengaño sirva á cada uno de los que me solicitan de su particular provecho, y entiéndase de aquí adelante que si alguno por mí muriere, no muere de celoso ni de desdichado, porque quien á nadie quiere, á ninguno debe dar celos; que los desengaños no se han de tomar en cuenta de desdenes.
El que me llama fiera y basilisco, déjeme como cosa perjudicial y mala; el que me llama ingrata, no me sirva; el que desconocida, no me conozca; quien cruel, no me siga; que esta fiera, este basilisco, esta ingrata, esta cruel y esta desconocida, ni los buscará, servirá, conocerá ni seguirá en ninguna manera.
Que si a Grisóstomo mató su impaciencia y arrojado deseo, ¿por qué se ha de culpar mi honesto proceder y recato? Si yo conservo mi limpieza con la compañía de los árboles, ¿por qué ha de querer que la pierda el que quiere que la tenga con los hombres?
Yo, como sabéis, tengo riquezas propias, y no codicio las ajenas; tengo libre condición, y no gusto de sujetarme; ni quiero ni aborrezco á nadie; no engaño á éste, ni solicito á aquél; ni burlo con uno, ni me entretengo con el otro.
La conversación honesta de las zagalas destas aldeas y el cuidado de mis cabras me entretiene. Tienen mis deseos por término estas montañas, y si de aquí salen, es á contemplar la hermosura del cielo, pasos con que camina el alma á su morada primera.
(8.- ¡Lo dicho, dicho queda! Para que los escuchas se remuevan)
Y en diciendo esto, sin querer oír respuesta alguna, volvió las espaldas y se entró por lo más cerrado de un monte que allí cerca estaba, dejando admirados, tanto de su discreción como de su hermosura, á todos los que allí estaban. Y algunos dieron muestras (de aquellos que de la poderosa flecha de los rayos de sus bellos ojos estaban heridos) de quererla seguir, sin aprovecharse del manifiesto desengaño que habían oído.
(9.- El Caballero don Quijote!)
Lo cual visto por don Quijote, pareciéndole que allí venía bien usar de su caballería, socorriendo á las doncellas menesterosas, puesta la mano en el puño de su espada, en altas é inteligibles voces dijo:
—Ninguna persona, de cualquier estado y condición que sea, se atreva á seguir á la hermosa Marcela, so pena de caer en la furiosa indignación mía. Ella ha mostrado con claras y suficientes razones la poca ó ninguna culpa que ha tenido en la muerte de Grisóstomo, y cuán ajena vive de condescender con los deseos de ninguno de sus amantes; á cuya causa es justo que, en lugar de ser seguida y perseguida, sea honrada y estimada de todos los buenos del mundo, pues muestra que en él ella es sola la que con tan honesta intención vive.
(10.- y “Tasa tasa, cada uno para su casa”)
Ó ya que fuese por las amenazas de don Quijote, ó porque Ambrosio les dijo que concluyesen con lo que á su buen amigo debían, ninguno de los pastores se movió ni apartó de allí hasta que, acabada la sepultura y abrasados los papeles de Grisóstomo, pusieron su cuerpo en ella, no sin muchas lágrimas de los circunstantes. Cerraron la sepultura con una gruesa peña, en tanto que se acababa una losa que, según Ambrosio, dijo, pensaba mandar hacer, con un epitafio que había de decir desta manera:
Yace aquí de un amador
El misero cuerpo helado,
Que fué pastor de ganado,
Perdido por desamor.
Murió á manos del rigor
De una esquiva hermosa ingrata,
Con quien su imperio dilata
La tiranía de Amor.
……………………
Don Quijote de la Mancha – Primera parte – Caps. XII y XIV – año 1605
En cada época hay un tema al cual las personas de carácter conservador le tienen un miedo especial y han proyectado él sus temores existenciales frente a los cambio culturales . En este momento la temática va por los problemas de identidad de género y el balance de poder en la sociedad entre hombres y mujeres.
Los problemas de identidad de género, si lo pensamos bien abarca un porcentaje menor de la población, que el problema de poder entre hombre y mujer, que comprende el 50% de la población.
Los problemas de identidad de género y de objetivo sexual, que no son los mismos, en la medida que no haya violencia y exista un rango de aceptación y tolerancia hacia lo diferente, son problemas particulares. Es la intolerancia la que le mete leña a este tipo de problemas, y el hecho que no existe una causa conocida de la diferencia que muestran estas personas al estereotipo acostumbrado es algo que pone muy nerviosos a los seres humanos, como si conociendo la causa el problema fuera menor, cosa que no es cierto.
De ese modo se ha perseguido al extranjero, a las personas de otra raza o filiación religiosa, a los que presentan discapacidades, en otras palabras a los diferentes. Y mientras más pueblerina es la sociedad, mayores son los prejuicios.
El desbalance de poder entre hombres y mujeres, es universal y muy antiguo. Está enraizado en la cultura, y va desde la esclavitud en el trabajo, hasta el uso sexual de la mujer para descarga de la sexualidad masculina y es transversal a todas las culturas y clases sociales, pueblos y razas.
Siempre hay pequeñas culturas más igualitarias, donde la escasez de personas ha hecho que la mujer sea apreciada en sus aportes, pero son las menos.
La verdad es que da lo mismo de donde provenga esta inequidad. De hecho existe y no le hace bien a la humanidad. Y si la toma de conciencia es parte de nuestra evolución, o de nuestra ideología, debemos apoyar todas las medidas y denuncias que ayuden a terminar con este sistema, partiendo por nuestra casa, por el lugar donde trabajamos o por donde nos congregamos a adorar a algún Dios.
No nos hace bien dormir con el enemigo, o pensar que la mitad de la humanidad, la mitad de nuestros genes, son inferiores y deben permitir ser abusados. Es una estupidez y un sinsentido. Nuestra obligación es dignificar a los seres humanos reconociéndolos como iguales y dignos de tomar sus decisiones, y no como menores de edad o discapacitados mentales, porque así nos dignificamos a nosotros mismos y a nuestras hijas e hijos.
Y una Iglesia que se precia de muchos honores dudosos, debiera estar a la cabeza de la dignificación de todos los seres humanos, partiendo por el sexo femenino, ya que últimamente han hecho méritos de sobra para perder la confianza de la humanidad.
Pero, por favor señores religiosos, dejen que las mujeres sean las que tengan la última palabra sobre cómo quieren ser o no ser, porque son más de 3.700 millones, y dentro de esos 3.700 millones hay una variación infinita. Muchas querrán ser madres, otras optarán por no serlo, unas serán castas, otras no, unas serán cocineras por vocación, otras serán científicas, unas serán gordas y otras flacas ¿Y qué? Unas tendrán como objeto sexual a un hombre, otras a una mujer y algunas no estarán interesadas en el sexo Lo importante es que sean tratadas con respeto y compasión en su individualidad, que no sean abusadas y enviadas a la pira de la virtud inventada por unos señores célibes que creen en un Dios distante y que nunca han parido un chiquillo de un padre desconocido y ausente. Y por último que les paguen los mismo que a los hombres por trabajos similares.
En cada época hay un tema al cual las personas de carácter conservador le tienen un miedo especial y han proyectado él sus temores existenciales frente a los cambio culturales . En este momento la temática va por los problemas de identidad de género y el balance de poder en la sociedad entre hombres y mujeres.
Los problemas de identidad de género, si lo pensamos bien abarca un porcentaje menor de la población, que el problema de poder entre hombre y mujer, que comprende el 50% de la población.
Los problemas de identidad de género y de objetivo sexual, que no son los mismos, en la medida que no haya violencia y exista un rango de aceptación y tolerancia hacia lo diferente, son problemas particulares. Es la intolerancia la que le mete leña a este tipo de problemas, y el hecho que no existe una causa conocida de la diferencia que muestran estas personas al estereotipo acostumbrado es algo que pone muy nerviosos a los seres humanos, como si conociendo la causa el problema fuera menor, cosa que no es cierto.
De ese modo se ha perseguido al extranjero, a las personas de otra raza o filiación religiosa, a los que presentan discapacidades, en otras palabras a los diferentes. Y mientras más pueblerina es la sociedad, mayores son los prejuicios.
El desbalance de poder entre hombres y mujeres, es universal y muy antiguo. Está enraizado en la cultura, y va desde la esclavitud en el trabajo, hasta el uso sexual de la mujer para descarga de la sexualidad masculina y es transversal a todas las culturas y clases sociales, pueblos y razas.
Siempre hay pequeñas culturas más igualitarias, donde la escasez de personas ha hecho que la mujer sea apreciada en sus aportes, pero son las menos.
La verdad es que da lo mismo de donde provenga esta inequidad. De hecho existe y no le hace bien a la humanidad. Y si la toma de conciencia es parte de nuestra evolución, o de nuestra ideología, debemos apoyar todas las medidas y denuncias que ayuden a terminar con este sistema, partiendo por nuestra casa, por el lugar donde trabajamos o por donde nos congregamos a adorar a algún Dios.
No nos hace bien dormir con el enemigo, o pensar que la mitad de la humanidad, la mitad de nuestros genes, son inferiores y deben permitir ser abusados. Es una estupidez y un sinsentido. Nuestra obligación es dignificar a los seres humanos reconociéndolos como iguales y dignos de tomar sus decisiones, y no como menores de edad o discapacitados mentales, porque así nos dignificamos a nosotros mismos y a nuestras hijas e hijos.
Y una Iglesia que se precia de muchos honores dudosos, debiera estar a la cabeza de la dignificación de todos los seres humanos, partiendo por el sexo femenino, ya que últimamente han hecho méritos de sobra para perder la confianza de la humanidad.
Pero, por favor señores religiosos, dejen que las mujeres sean las que tengan la última palabra sobre cómo quieren ser o no ser, porque son más de 3.700 millones, y dentro de esos 3.700 millones hay una variación infinita. Muchas querrán ser madres, otras optarán por no serlo, unas serán castas, otras no, unas serán cocineras por vocación, otras serán científicas, unas serán gordas y otras flacas ¿Y qué? Unas tendrán como objeto sexual a un hombre, otras a una mujer y algunas no estarán interesadas en el sexo Lo importante es que sean tratadas con respeto y compasión en su individualidad, que no sean abusadas y enviadas a la pira de la virtud inventada por unos señores célibes que creen en un Dios distante y que nunca han parido un chiquillo de un padre desconocido y ausente. Y por último que les paguen los mismo que a los hombres por trabajos similares.
¡Gracias Oscar!
Muy interesante… Sin dejar de mirar el hoy… con sus quehaceres y expectativas.
Según se avanza, va cambiando el punto de partida… sé, que la realidad es terca, y los cambios personales para llegar a vivir una humanidad más plena como mujeres u hombres… camina tan despacio…
Parece que al ser humano le cuesta un “mundo” dar un “paso” en este devenir de mejorar la calidad humana… y muy especialmente respecto a la mujer.
No solo vista desde el varón… sino desde ella misma… estamos muy paradas en cuestiones fundamentales… ya que en otros campos, camina con más rapidez.
La tarea más fuerte, profunda, complicada… por lo que de esfuerzo personal conlleva, es precisamente, la madurez de humana de cada persona.
Tarea harto… ¿ingrata? porque conlleva tomar decisiones profundas, que nunca dañen a otros seres humanos… y eso son:
¡¡¡Palabras mayores!!!
pili-mª pilar
Hola!
Un poco de filosofía – Óscar.
……………………………….
Epílogo al libro “De Francesca a Beatrice”, del que es autora Victoria Ocampo, fue publicado en 1924, y reeditado en 1928 por la Revista de Occidente.
José Ortega y Gasset OCT3
La verdadera misión histórica de la hembra humana aparece sin claridad por olvidarse que la mujer no es la esposa, ni es la madre, ni es la hermana, ni es la hija.
Todas estas cosas son precipitados que da la feminidad, formas que la mujer adopta cuando deja de serlo o todavía no lo es.
Sin duda, quedaría el universo pavorosamente mutilado si de él se eliminasen esas maravillosas potencias de espiritualidad que son la esposa, la madre, la hermana y la hija —de tal modo venerables y exquisitas, que parece imposible hallar nada superior. Mas es forzoso decir que con ellas no están completas las categorías de la feminidad y que ellas son inferiores y secundarias si se emparejan con lo que es la mujer cuando es mujer y nada más.
Cada una de esas advocaciones del ser femenino se diferencia de las restantes y se define por su oficio eficaz. Nadie ignora lo que es ser madre y esposa, hermana o hija. Pues bien, ese cuádruple oficio conmovedor no existiría si la hembra humana no fuese además -—y antes que todo eso— mujer.
¿Pero qué es la mujer cuando no es sino mujer?
Yo no podría responder a esta pregunta sin rectificar antes la tradicional noción de los ideales. Desde hace doscientos años, señora, se nos habla con abrumadora constancia del idealismo.
1.- ¿QUÉ SON LOS “IDEALES”?
Esta prédica de los ideales tan usada por filósofos y pedagogos —la afirmación de que la vida sólo vale puesta al servicio de los ideales—, cualquiera que sea la porción de verdad que encierre, manifiesta una concepción errónea de lo que éstos son y ha estorbado tanto en los últimos siglos que es urgente desvirtuarla.
Se habla mucho del ideal de justicia, del ideal de verdad o de belleza, pero nadie se pregunta cómo tiene que ser algo para ser un ideal. No basta con encomiar patéticamente tal o cual norma para esclarecer su operación de ideal. El de ayer ha dejado de serlo hoy para nosotros.
2.- La historia asiste al drama cien veces repetido de un ideal que germina, fructifica y fenece.
¿Cómo es esto posible, si no ha variado su contenido, su trascendencia objetiva? Evidentemente es un error considerar a los ideales sólo en sí mismos, aparte de su relación con nosotros.
No basta que algo sea perfecto para que sea, en verdad, un ideal.
El ideal es una función vital, un instrumento de la vida entre otros innumerables.
3.- En la Escuela de la BIOLOGÍA
Podrán la ética y la estética definir en cada momento qué figuras merecen funcionar como ideales, pero cuál sea el ministerio mismo del ideal sólo podemos aprenderlo de la biología.
Diríase que son los ideales cosas ajenas, sublimes, a la vida y que ésta cuando asciende a ellos sale de sí misma y se eleva sobre su modesta órbita natural. No comprenden los que favorecen tal equívoco el daño que hacen a su propio idealismo. Porque dejan suponer que la vida, por sí, pudiera funcionar sin intervención alguna de los ideales, de modo que éstos serían la quinta rueda del carro y un añadido tan honroso como superfluo.
Yo creo, señora, que no hay nada de eso. La vida, toda vida, por lo menos toda vida humana, es imposible sin ideal, o, dicho de otra manera, el ideal es un órgano constituyente de la vida.
La nueva biología va mostrando que el organismo vivo no se compone sólo del cuerpo individual o, si se trata del hombre, de su cuerpo y su alma. Cuerpo y alma, el conjunto de nuestra persona, no son sino un conjunto de órganos materiales y espirituales; por consiguiente, un sistema de aparatos que funcionan. La vida consiste en un sistema de funciones, corporales y psíquicas, de operaciones, de actividades. Estas actividades, inmediata o mediatamente, se dirigen al mundo en torno, desembocan en él. La pupila ve los objetos del paisaje y la mano avanza para apoderarse de ellos. Pero sería un error suponer que el mundo en torno, lo que llamamos el medio, está ahí meramente para recibir nuestras actividades según se van ejecutando.
4.- EXITACIÓN o ESTÍMULO son lo principal en la Vida
Cada día se hace más patente que las actividades del organismo, incluso las más elementales como la nutrición, no funcionan si no son excitadas. Para el ser vivo es, pues, la excitación o estímulo lo primordial. Todo lo demás depende de ella hasta el punto que podría decirse: vivir es ser excitado.
Pues bien, el medio antes que otra cosa viene a ser el almacén de los estímulos, el arsenal de las excitaciones que operando incesantemente sobre nuestro organismo suscitan el dinámico torrente que es la vida. Cada especie y aun cada individuo posee su medio propio: la avispa con sus ojos de seis mil facetas ve otras cosas que nosotros, tiene un medio visual distinto y, por tanto, recibe diferentes excitaciones.
Esta sencilla observación nos indica que el medio no es algo externo al organismo biológico, sino que es un órgano de él, el órgano de la excitación. La vida así considerada se nos ofrece como un enérgico diálogo con el contorno en el cual nuestra persona es un interlocutor y otro el personaje que nos rodea. Y así como la presión atmosférica, la temperatura, la sequedad, la luz excitan, irritan nuestras actividades corporales, hay en el paisaje figuras corpóreas o imaginarias cuyo oficio consiste en disparar nuestras actividades espirituales que, a su vez, arrastran en pos el aparato corporal.
5.- LOS IDEALES son los EXITANTES PSÍQUICOS
Esos excitantes psíquicos son los ideales, ni más ni menos. Cese, pues, la vaga, untuosa, pseudomística plática de los ideales. Son éstos, en resolución, cuanto atrae y excita nuestra vitalidad espiritual, son resortes biológicos, fulminantes para la explosión de energías. Sin ellos la vida no funciona.
Nuestro contorno, que está poblado, no sólo de cosas reales, sino también de rostros extraterrenos y hasta imposibles, contiene un repertorio variadísimo de ellos. Los hay mínimos, humildes, que casi no nos confesamos; los hay gigantescos, de histórico tamaño, que ponen en tensión nuestra existencia entera y a veces la de todo un pueblo y toda una edad. Si el nombre de ideales quiere dejarse sólo para estos mayúsculos no hay inconveniente con tal de recordar que lo que tienen de ideales no es lo que tienen de grandes, no es su trascendencia objetiva, sino lo que tienen de común con los más pequeños estímulos del vivir: encantar, atraer, irritar, disparar nuestras potencias.
6.- Hacer el INVENTARIO DE NUESTROS IDEALES
El ideal es un órgano de toda vida encargado de excitarla. Como los antiguos caballeros, la vida, señora, usa espuela. Por esto, la biología de cada ser debe analizar no sólo su cuerpo y su alma, sino también describir el inventario de sus ideales. A veces padecemos una vital decadencia que no procede de enfermedad en nuestro cuerpo ni en nuestra alma, sino de una mala higiene de ideales.
Con esto venimos a la siguiente conclusión:
– para que algo sea un ideal no basta que parezca digno de serlo por razones de ética, de gusto o conveniencia, sino que ha de tener, en efecto, ese don de encantar y atraer nuestros nervios, de encajar perfectamente en nuestra sensibilidad. De otra suerte será sólo un espectro de ideal, un ideal paralítico incapaz de tender la ballesta del ímpetu.
7.- Las DOS CARAS del IDEAL
De las dos caras que el ideal tiene, sólo se ha atendido hasta ahora la que da a lo absoluto y se ha olvidado la otra, la que da hacia el interior de la economía vital. Con la palabra más vulgar de «ilusiones» solemos expresar ese ministerio atractivo que es la esencia del ideal.
Ahora podría más a placer contestar a la pregunta anterior. El oficio de la mujer, cuando no es sino mujer, es ser el concreto ideal («encanto», «ilusión») del varón. Nada más. Pero nada menos. Puede un hombre amar con insuperable fervor a la madre, esposa, hija o hermana sin que haya en su sentimiento la menor tonalidad de ilusión. Por el contrario, puede sentirse ilusionado, encantado, atraído, sin que experimente nada de eso que propiamente llamamos amor filial, paterno, conyugal o fraternal. Las mujeres, con su aguda intuición, distinguen perfectamente cuándo en las emociones que suscitan existe ese matiz de la ilusión y, en el secreto de su ánima, sólo entonces se sienten halagadas y satisfechas.
De suerte que la mujer es mujer en la medida en que es encanto o ideal. Una madre perfecta será un ideal de madre, pero ser madre no es ser ideal. Las varias advocaciones de la hembra humana, son, pues, claramente distintas y llevan adscrito cada una un repertorio diferente de gracias y virtudes. Cabe que la esposa, la madre, la hermana, la hija sean perfectas sin que posean perfecciones de mujer, y viceversa.
8.- LA MISIÓN DE “ENCANTAR”
Por otra parte, se advierte que la encantadora misión de la mujer es el principio que hace posibles las restantes formas de feminidad. Si la mujer no encanta, no la elige el hombre para hacerla esposa que sea madre de hijas hermanas de sus hijos. Todo se origina en ese mágico poder de encantar.
La ilusión podrá vivir un instante o no morir nunca: breve o perdurada es la ocasión de influencia máxima sobre el hombre que a la mujer se ofrece.
Es increíble que haya mentes lo bastante ciegas para admitir que pueda la mujer influir en la historia mediante el voto electoral y el grado de doctor universitario tanto como influye por esta su mágica potencia de ilusión. No existiendo dentro de la condición humana resorte biológico tan certero y eficaz como esa facultad de atraer que la mujer posee sobre el hombre, ha hecho de él la naturaleza el más poderoso artificio de selección y una fuerza sublime para modificar y perfeccionar la especie.
9.- CERTAMEN y “SER ELEGIDO”
Es curioso que ya en los comienzos de la historia europea, allá en el primer canto de la Ilíada, aparece la mujer como galardón al que vence en los juegos o en la guerra. Al más diestro, al más bravo la más bella. De suerte que hallamos, desde luego, a los varones aspirando en concurrencia y certamen a conquistar la mujer. Posteriormente no es ésta sólo el premio que se otorga al mejor, sino que ella misma es encargada de juzgar quién vale más y preferir al excelente.
La vida social es un continuado concurso abierto entre los hombres para medir sus aptitudes con ánimo de ser preferidos por la mujer. Sobre todo en las épocas más fecundas y gloriosas —el siglo XIII, el Renacimiento, el siglo XVIII-, las costumbres permitieron con peculiar intensidad que fuesen las mujeres, como Stendhal dice, juges des mérites.
Pero se objetará que la mujer prefiere no al mejor, sino al que a ella le parece mejor, al individuo en que ve concretado su ideal del varón. En efecto, así es. El ideal, el diseño exaltado que del hombre tiene la mujer, actúa como un aparato de selección sobre la muchedumbre de los varones y destaca los que con él coinciden. He aquí precisamente la marcha de la historia, que es, de buena parte, la historia de los ideales masculinos inventados por la mujer. Así las damas de Provenza decidieron que el hombre debía ser prou e courtois. ¡Proeza y cortesía! Crearon el ideal del «caballero», que, si bien decaído y malparado, sigue aún informando la sociedad europea.
10.- TRANSMISIÓN GENERACIONAL DE LAS “PREFERENCIAS”
En cada generación son preferidos los varones coincidentes con el ideal más generalizado entre las mozas de aquel tiempo: ellos crean los hogares más logrados y felices, donde se crían los mejores hijos que, influidos por las almas homogéneas de sus padres, transmiten a sucesivas generaciones un cierto módulo y gesto de humanidad.
¡Qué le hemos de hacer, señora; la vida es así, sorprendente, y llena de vías insospechadas! ¡Véase cómo lo más impalpable y fluido, el aéreo ensueño que sueñan las vírgenes en sus camarines imprime su huella en las centurias más hondamente que el acero de los capitanes! De lo que hoy tejen en su secreta fantasía, ensimismadas, las adolescentes, depende en buena parte el sesgo que tomará la historia dentro de un siglo. ¡Tiene razón Shakespeare! ¡Nuestra vida está hecha con la trama de nuestros sueños!
11.- LA INFLUENCIA FEMENINA EN LA HISTORIA
Yo no quisiera, señora, tomar en esta ocurrencia posiciones ante el feminismo contemporáneo. Es posible que sus aspiraciones concretas me parezcan dignas de estima y fomento. Pero sí me atreveré a decir que aún, acertado, es todo el feminismo un movimiento superficial que deja intacta la gran cuestión: el modo específico de la influencia femenina en la historia. Una falta de previsión intelectual lleva a buscar la eficacia de la mujer en formas parecidas a las que son propias de la acción varonil. De esta manera, claro está, sólo hallaremos ausencias.
Se olvida que cada ser posee un género peculiar de causalidad y la mente alerta debe saber encontrarlo.
Todo hombre dueño de una sensibilidad bien templada ha experimentado a la vera de alguna mujer la impresión de hallarse delante de algo extraño y absolutamente superior a él.
Aquella mujer, es cierto, sabe menos de ciencia que nosotros, tiene menos poder creador de arte, no suele ser capaz de regir un pueblo ni de ganar batallas, y, sin embargo, percibimos en su persona una superioridad sobre nosotros de índole más radical que cualquiera de las que pueden existir, por ejemplo, entre dos hombres de un mismo oficio. Y es que las excelencias varoniles —el talento científico o artístico, la destreza política y financiera, la heroicidad moral— son, en cierta manera, extrínsecas a la persona, y por decirlo así, instrumentales.
La profunda intervención femenina en la historia no necesita consistir en actuaciones, en faenas, sino en la serena presencia de su personalidad. Como al presentarse la luz, sin que ella se lo proponga y realice ningún esfuerzo, simplemente porque es luz, quedan iluminados los objetos y cantan en sus flancos los colores, todo lo que hace la mujer lo hace sin hacerlo, simplemente estando, siendo, irradiando.
La influencia de la mujer es poco visible precisamente porque es difusa y se halla dondequiera. No es turbulenta, como la del hombre, sino como la de la atmósfera. Hay evidentemente en la esencia femenina una índole atmosférica que opera lentamente, a la manera de un clima.
12.- TRAYECTORIAS DISTINTAS
Así se explica que la cultura y perfeccionamiento de la hembra humana lleve siempre trayectoria distinta de la del hombre; mientras el progreso del varón consiste principalmente en fabricar cosas cada vez mejores —ciencias, artes, leyes, técnicas-—, el progreso de la mujer consiste en hacerse a sí misma más perfecta, creando en sí un nuevo tipo de feminidad más delicado y más exigente.
13.- LA MISIÓN DE “EXIGIR”
¡Más exigente! A mi juicio, es ésta la suprema misión de la mujer sobre la tierra: exigir, exigir la perfección al hombre. Se acerca a ella el varón, buscando ser el preferido; a este fin procura, desde luego, recoger en un haz lo mejor de su persona para presentarlo a la bella juzgadora.
El aliño que el más descuidado suele poner en su aderezo corporal al tiempo de la aspiración amorosa no es sino la expresión exterior y un poco ingenua del aseo espiritual a que la mujer nos incita. Ya esta espontánea selección y pulimento de nuestro repertorio vital es un primer impulso hacia la perfección que a ella debemos.
Pero hay más; con eso que el hombre es, llega ante la mujer y lo expone; dice sus palabras, hace sus ademanes fijando la mirada en su semblante para descubrir su aprobación o su desdén. Sobre cada acción suya desciende un leve gesto reprobatorio o una sonrisa que corrobora; la consecuencia es que reflexiva o indeliberadamente el hombre va anulando, podando sus actos reprobados y fomentando los que hallaron aquiescencia. De suerte que, al cabo, nos sorprendemos reformados, depurados según un nuevo estilo y tipo de vida.
14.- LAS RIENDAS: APROBACIÓN y DESDÉN
La mujer encantadora esculpe en nuestro bloque vital una nueva estatua de varón. Diríase que hay dentro del alma femenina un imaginario perfil, el cual aplica sobre cada hombre que se aproxima. Y yo creo que es así: toda mujer lleva en su intimidad preformada una figura de varón, sólo que ella no suele saber que lo lleva. El fuerte de la mujer no es saber, sino sentir. Saber las cosas es tener sus conceptos y definiciones, y esto es obra de varón.
La mujer no sabe, no se ha definido ese modelo de masculinidad, pero los entusiasmos y repulsas que siente en el trato con los hombres equivalen para ella al descubrimiento práctico de esa carga ideal que insospechada traía en su corazón. Sólo así se aclara el hecho —cuyo mecanismo dejo ahora intacto—- de que todo amor verdadero, y más aún en la mujer, nace en coup de foudre y es un flechazo. Poco puede apostarse a un amor que nace lentamente; cuando es plenario surge de un golpe, de tal modo instantáneo y arrollador, que la mujer lo primero que de él advierte es un fabuloso, irresistible anonadamiento. Este fenómeno sólo se explica por la súbita coincidencia entre aquel molde ideal y un hombre pasajero. El amor a aquella figura imaginaria preexistía ya; sólo esperaba una ocasión favorable para dispararse.
15.- VULGARIDAD y EXCELENCIA
La mayor parte de los hombres viven de frases hechas, de ideas recibidas, de sentimientos convencionales y mostrencos. Del mismo modo, las mujeres vulgares llevan en sí un vulgar ideal de varón, un modelo de munición que fácilmente halla aproximado cumplimiento en la realidad. Mas como hay hombres geniales que inventan novísimos pensamientos, que crean estilos artísticos y descubren normas de nuevo derecho, hay mujeres geniales en que, por la exquisita materia de su ser, por el enérgico cultivo de su sensibilidad, logra brotar inexpreso un nuevo ideal de varón. A modo de meta sublime, de ejemplar y prototipo actúa ese delicado perfil sobre toda una sociedad, elevando, mediante la tracción encantadora que ejerce la mujer, el nivel moral del tipo hombre.
Cabe, pues, en el oficio peculiar de mujer un más y un menos de genialidad, como en la ciencia o en el arte. Y esto quiere decir que la pura feminidad es una dimensión esencial de la cultura; que hay una cultura específicamente femenina, con sus talentos y sus genios, sus ensayos, sus fracasos y sus adquisiciones, al través de la cual realiza la mujer su genuina colaboración en la historia.
Si unas cuantas docenas de mujeres, certeramente apostadas en una sociedad, educan, pulen su persona, hasta hacer de ella un perfecto diapasón de humanidad, un aparato de precisión sentimental, un órgano de aguda sensibilidad para formas posibles de vida mejor, lograrán más que todos los pedagogos y todos los políticos.
La mujer exigente, que no se contenta con la vulgar manufactura varonil, que exige raras calidades en el hombre, produce con su desdén una especié de vacío en las alturas sociales; y como la naturaleza tiene horror a éste, pronto lo veremos llenarse de realidades: los corazones de los hombres comenzarán a pulsar con nuevo compás, ideas inesperadas despertarán en las cabezas, nuevas ambiciones, proyectos, empresas surcarán los espacios vitales, la existencia toda se pondrá a marchar en ritmo ascendente, y en el país venturoso donde esa feminidad aparezca florecerá triunfante e invasora una histórica primavera, toda una vida nueva—vita nuova!
…………………………….
El éxito comercial de la publicidad sirviéndose de lo erótico o sexual y el cuerpo, no pudo ser noticia, pero sentó un precedente en cuanto a su magnitud global o masiva que perdura y que ha impactado sin cesar la cultura occidental (quizás también otras culturas, i.e.), positiva y negativamente.
El tema de la percepción comercial del cuerpo se puede relacionar directamente a la primera afirmación de Ortega sobre la eminencia temática, en los trabajos de la psicología, de la percepción de lo externo, por lo que llamar la atención sobre la necesidad de no olvidarse de su contrapartida, la autopercepción estuviera más que justificada en el pensamiento del filósofo.
Al decir “psicología” asumo que Ortega se refería a la disciplina psicológica. Me parece casi imposible que ignorara los trabajos de Iván Pávlov (1849-1936) que deseaba explicar la mente (sensibilidad de sí) solo en términos procesuales fisiológicos (dicho a grosso modo) o los de Sigmund Freud tratando de “materializar” los procesos psíquicos por medio del análisis del discurso asociado libremente.
De cualquier modo, quizás Ortega nunca supo (no lo sé) que en la mayoría de las especies animales el macho demasiado a menudo presenta una apariencia más vistosa que la hembra y eso hace imposible no atribuir, o al menos sospechar, que la inversión de ese patrón de conducta en la humanidad sea ajena a la ancestral conducta opresiva del hombre. El maquillaje masculino en la guerra no juega un rol ajeno al del maquillaje en la seducción por parte de la mujer si bien no son equivalentes. El tatuaje de los jóvenes modernos predomina en los hombres y ese fenómeno, hoy una industria de billones, ya se ha extendido a la mujer. Sigue siendo un enigma psicológicamente hablando, pero es obvio que sea mimético aunque sea permanente (los animales se sirven del mimetismo temporalmente).
¿Es la percepción de sí y del propio cuerpo estrictamente cultural? La respuesta es que no, pero lo cultural no puede deslindarse de lo individual o colectivo y tampoco de lo personal.
He escrito un par de cosas sobre la conducta sexual (que no valoro como publicables) en ambientes donde no cohabitan ambos géneros (cárceles o prisiones, monasterios, etc.) y proclives o no a la violencia. Las observaciones y estudios publicados en el campo de la clínica y lo forense sugieren que el modelo general de conducta sexuada se reproduce de modo general. Eso exige ser específico porque no todos los encarcelados participan de las mismas conductas y, fuera de la cárcel tampoco existe un solo modelo conductual en las relaciones o percepciones sexuales/eróticas del cuerpo.
Quizás cuando Ortega compuso este artículo Cf. # 3), la psicología que en el momento (1929) le pareciese más acaparadora de la atención pública estuviese más enfocada a la percepción de lo externo que de lo interno y por lo tanto le pudo parecer necesario equilibrar un poco la situación afirmando la importancia de la sensibilidad interna, incluso física, de sí.
El momento de la publicación pudiera ser coyuntural (lo propongo solo especulativamente porque no me consta).
En 1923, Edward L. Bernays (1891-1995), sobrino de Sigmund Freud (1856-1939), había publicado su ensayo (el primero conocido en inglés de cualquier autor) sobre psicología de relaciones públicas, sirviéndose de investigaciones no publicadas y exclusivas de su famoso tío sobre la psicología de los grupos. Su éxito en los EE UU en hacer efectiva la propaganda o publicidad mercantil fue después seguido de cerca y utilizado por Goebbels.
A partir de 1923, Bernays fue objeto de artículos en el New York Times, 187 veces. El 31 de marzo de 1929 (artículo de Ortega) organizó la campaña “Antorchas de Libertad” en el desfile de Pascua de Resurrección (N. York) el 31 de marzo de 1929 que abrió despampanantemente a la mujer no solo políticamente y al consumo de cigarrillos como desafío a la dominación masculina y demostración pública de autonomía, sino a la explotación de su cuerpo comercialmente para la publicidad alcanzando cotizaciones nunca antes vistas (siempre mediadas por agentes y especuladores a menudo masculinos). Charles Atlas (su método de “tensión dinámica”) alcanzó su éxito comercial internacional entre 1928 y 1935, es decir aproximadamente la misma época.
El tabú del cuerpo y la carne como entes malignos y corruptibles o capaces de aumentar la vulnerabilidad personal y del sexo como peligroso y alienante son tan viejos como la humanidad, bien conocidos y bien utilizados históricamente para bien y para mal.
El Cristianismo aunque de ninguna manera exclusivamente y Pablo de Tarso de manera especial en él, víctima consciente y utilizador el mismo de la percepción maligna del cuerpo no son ajenos tampoco a nada de esto que la secularización parece estar rescatando aunque de modo a menudo cuestionable (La trata de mujeres y de adolescentes de ambos sexos es de nuevo una plaga ostensible).
Hola!
A continuación copio un Texto que viene paragrafeado así: Cómo nos vemos a nosotros.
Como pienso que la Cultura es un MODO DE VER, considero que no hay nada en la Vida humana que no sea “cultural”. En este caso se tratará del CUERPO sexuado.
La melodía lírica que nos anima se autentifica cuando tecleamos sobre las vibraciones de LO DADO (nuestra propia e intransferible corporeidad).
……………………
La percepción del prójimo – #II “Cómo nos vemos a nosotros. La mujer y su cuerpo” – Ortega y Gasset OCT6,158/163. La Nación, de Buenos Aires, agosto de 1929.
1.- EL CUERPO: el TAMIZ de cada cual
Del mundo exterior no percibimos en cada momento sino un pequeño trozo, un reducido paisaje o escena que se nos presenta destacado sobre la vaga totalidad, difusa y latente, del universo material. ¿Por qué percibimos en cada momento ese trozo, y solo él, en tan determinada perspectiva? Sin duda porque nuestro cuerpo —cosa entre cosas— ocupa un cierto lugar y en él recibe unas ciertas influencias físicas que lo modifican. Entre el universo y nosotros se intercala nuestro cuerpo como un cedazo o retícula que selecciona por medio de sus sensaciones el cúmulo inmenso de objetos que integran el mundo.
2.- el otro tamiz: EL INTRA-CUERPO
Pero ¿no acontece lo propio en la percepción íntima? En cada momento no percibimos de nuestro yo sino un corto número de pensamientos, imágenes y emociones que vemos pasar como flujo de un río por delante de nuestra mirada interior. Y ese breve trozo de nuestra persona se nos presenta destacando sobre el resto oculto de nuestro yo total. El hombre que posee un gigante saber no percibe en cada instante sino una mínima porción de él, como el avaro en cada instante hace pasar por su mano solo algunas monedas del vasto tesoro que guarda en el arcón. Asimismo, nuestras actitudes sentimentales, todo el artillado de odios y amores que opera en lo más profundo de nuestra psique se halla latente, como en un subsuelo espiritual, sin que salgan a flor de percepción más que aquellas emociones subrayadas por la oportunidad vital.
3.- LA SENSIBILIDAD INTERNA
¿Y cómo se produce esta selección, no de lo que somos, sino de lo que en cada caso percibe cada cual de sí mismo?
La psicología, preocupada hasta ahora eminentemente por el problema de la percepción externa, ha estudiado con predilección el papel que en ella juega el cuerpo. Ahora bien: en la percepción externa influyen, claro está, preferentemente, las funciones corporales de ojos, oídos y tactos periféricos; esto es, los sentidos o sensibilidad exterior.
Pero esto no debe hacernos olvidar que el cuerpo posee también una sensibilidad interna mucho más rica, variada y de fina textura que la externa, constituida por el repertorio innumerable de las sensaciones musculares y de movimiento, los contactos internos, las presiones sanguíneas de venas, arterias y vasos; el dolor y placer orgánicos, las delicadas impresiones en las entrañas y órganos profundos y, en fin y sobre todo, las corrientes sutilísimas de la secreción interna.
Todo ese pueblo incalculable de estados sensitivos intracorporales, con sus incesantes y exquisitas modificaciones, nos acompañan desde la concepción y es el teclado maravilloso sobre el que se apoya directamente la percepción que de nosotros mismos tenemos. Como los sentidos exteriores son el aparato selector, el tamiz que en cada caso detiene o deja pasar los objetos del mundo exterior, así la sensibilidad intracorporal subraya o apaga nuestros estados íntimos y hace que percibamos ahora estos y no los otros; luego, los otros y no estos.
Para que un pensamiento llegue a destacarse ante nuestra percepción íntima, esto es, para que nos demos cuenta de que lo pensamos, es preciso que se produzca su expresión verbal, siquiera en forma embrionaria, merced a minúsculos movimientos de lengua y boca. Con la lengua ligada, o por otro cualquier procedimiento paralizada, no podréis, sin enorme dificultad, leer con comprensión una página. Si ponemos nuestro aparato bucal en la actitud de pronunciar la be, nos cuesta sumo esfuerzo pensar la a.
Para ver con claridad una idea necesitamos sujetarla, por decirlo así, entre los músculos frontales; de aquí la contracción de la frente en el hombre que atiende y medita. En un estado de atonía muscular, los actos de voluntad se ocultan a nuestra mirada interior y la exaltación de la sensibilidad orgánica que produce el alcohol no nos deja ver nuestra tristeza. El hombre punzado por grave pena que recurre a la botella de licor espirituoso, ciertamente que no deja de estar triste; pero al modificar artificialmente sus impresiones corporales obtura la ventana psicológica por donde ve, en íntima visión, su amargo sentimiento.
4.- ¿QUIÉN ESTÁ MÁS DISTANTE: EL PRÓJIMO O NOSOTROS MISMOS?
Ya en este punto, advertimos hasta qué extremo es un error suponer al prójimo más distante de nuestra percepción que nosotros mismos. Para advertir los pensamientos concretos de otra persona necesitamos que esta los exprese, es decir, que nos hable. Cabalgando en la acústica del lenguaje, pasan a nuestra percepción las ideas del prójimo. Pero exactamente lo mismo nos acontece con nuestros propios pensamientos.
Solía citarse como ejemplo de ingenuidad psicológica que Homero, al quedarse solo Aquiles en dramática meditación, dice que Aquiles se hablaba a sí mismo. No era tan grande la ingenuidad de Homero como se ha creído. Ciertamente, el pensamiento es un acto puramente psíquico y nada corporal; pero la percepción de nuestro pensamiento exige, en efecto, su expresión interior, movimientos embrionarios de la lengua, iniciación de contracción y distensiones en la boca.
Nuestro cuerpo, desde su faz interna, nos revela nuestro propio pensamiento, como su órgano externo de audición nos descubre el del prójimo.
Juega, pues, la sensibilidad intracorporal en la percepción íntima el papel de un actor que mima y gesticula, subraya o apaga nuestra vida psíquica, de cara a nuestra mirada interna como ante un público.
A Bergson corresponde el honor de haber iniciado esta teoría que luego ha ido creciendo en sucesivas colaboraciones. Esa sensibilidad es, pues, uno de los factores de que depende la experiencia que cada cual tiene de sí mismo y, por tanto, una de las influencias más decisivas en la formación de la personalidad.
5.- LLEGANDO A “LOS GÉNEROS”
Así, por ejemplo, me extraña sobremanera que los psicólogos no hayan hasta ahora advertido que en esta zona de procesos intracorporales se funda buena parte de las diferencias psicológicas entre el hombre y la mujer.
6.- EL CUERPO FEMENINO … Y EL DE LOS VARONES
Es un hecho notorio que el cuerpo femenino está dotado de una sensibilidad interna más viva que el del hombre, esto es, que nuestras sensaciones orgánicas intracorporales son vagas y como sordas comparadas con las de la mujer. En este hecho veo yo una de las raíces de donde emerge, sugestivo, gentil y admirable, el espléndido espectáculo de la feminidad.
La relativa hiperestesia de las sensaciones orgánicas de la mujer trae consigo que su cuerpo exista para ella más que para el hombre el suyo.
Los varones, normalmente, olvidamos nuestro hermano cuerpo; no sentimos que lo tenemos si no es a la hora frígida o tórrida del extremo dolor o el extremo placer. Entre nuestro yo, puramente psíquico, y el mundo exterior no parece interponerse nada. En la mujer, por el contrario, es solicitada constantemente la atención por la vivacidad de sus sensaciones intracorporales: siente a todas horas su cuerpo como interpuesto entre el mundo y su yo, lo lleva siempre delante de sí, a la vez como escudo que defiende y rehén vulnerable.
Las consecuencias de esto son claras: toda la vida psíquica de la mujer está más fundida con su cuerpo que en el hombre; es decir, su alma es más corporal —pero, viceversa, su cuerpo convive más constante y estrechamente con su espíritu; es decir, su cuerpo está más transido de alma.
Ofrece, en efecto, la persona femenina un grado de penetración entre el cuerpo y el espíritu mucho más elevado que la varonil. En el hombre, comparativamente, suelen ir cada uno por su lado; cuerpo y alma saben poco uno de otro y no son solidarios; más bien actúan como irreconciliables enemigos.
En la mujer, el cuerpo influye en la normalidad de la vida más que en el hombre; pero, en cambio, este trato frecuente hace que la mujer no enferma domine más su cuerpo que el varón. De aquí el extraño fenómeno de que la mujer resista el gran dolor y miseria física mejor que el hombre y, en cambio, sea más mesurada en entregarse a los excesivos placeres; de aquí la sorprendente euritmia y comedimiento en la apostura femenina, el compás y contención de sus gestos, un no sé qué de recogido y enredado que tiene el cuerpo de la mujer. Por el contrario, la mujer aquejada de desequilibrio nervioso, la mujer enferma y anormal, es víctima trágica de su cuerpo en proporción mucho mayor que los varones.
7.- UN POCO DE HISTORIA: ADORNO, ASEO Y GESTO
En esta observación creo que puede hallarse la causa de ese hecho eterno y enigmático que cruza la historia humana de punta a punta, y de que no se ha dado sino explicaciones estúpidas o superficiales: me refiero a la inmortal propensión de la mujer al adorno y ornato de su cuerpo. Visto a la luz de la idea que expongo, nada más natural y, a la par, inevitable.
Su nativa contextura fisiológica impone a la mujer el hábito de fijarse, de atender a su cuerpo, que viene a ser el objeto más próximo en la perspectiva de su mundo. Y como la cultura no es sino la ocupación reflexiva sobre aquello a que nuestra atención va con preferencia, la mujer ha creado la egregia cultura del cuerpo, que históricamente empezó por el adorno, siguió por el aseo y ha concluido por la cortesía, genial invento femenino, que es, en resolución, la fina cultura del gesto.
8.- TAMBIÉN LA HISTORIA DEL AMOR (no “historias amorosas)
Pero la conexión, peculiarmente estrecha, entre alma y cuerpo que caracteriza a la mujer, rinde sus más claros efectos en el sacro recinto del amor. Si comparamos hombres y mujeres de tipo medio, normales, de igual educación y rodeados del mismo ambiente social, pronto salta a la vista su diferente actitud ante el erotismo.
Es normal que el hombre sienta deseos y placentero arrebato carnal hacia mujeres que no despiertan en su ánima el menor afecto. Por decirlo así, envía a su cuerpo para que cumpla los ritos del amor carnal, con total ausencia de su espíritu. Asimismo, no es raro que el hombre de extremada selección y firme disciplina mental experimente un amor puramente psíquico, hecho todo él de místicos sentimientos, sin ganga alguna de carnales instintos. Ello es que el hombre ha oscilado siempre entre esos dos polos y extremos del amor carnal y el amor místico, entre el sensualismo y el platonismo.
Ambos, empero, suelen repugnar a la mujer. Normalmente es incapaz de sentir atracción física si no va precedida de una adhesión sentimental, y, viceversa, cuando el puro afecto psíquico, en apasionada tormenta, se apodera de su espíritu, arrastra y estremece su carnal soporte, como la ráfaga encorva la mies de oro en estío y arrebata en otoño las hojas caducas.
Merced a su afortunada predisposición psicológica logra, pues, la mujer, desde luego y sin esfuerzo, esa perfecta unidad entre el amor del alma y del cuerpo que es, sin duda, la forma ejemplar y la ecuación moral del erotismo. Norma y ejemplo a que solo ciertos hombres egregios, de exquisita condición, consiguen elevarse.
Hallándose así el cuerpo femenino todo él transido y como saturado de su espíritu, adquieren un peculiar sabor simbólico las concesiones que de sus gracias corporales haga.
La entrega del cuerpo es para ella, en verdad, símbolo y síntoma de sus sentimientos, y cada concesión al amado es la medida del nivel que en ella alcanza el amor. Como el príncipe feudal al otorgar un feudo entregaba un terruño, un trozo de gleba, símbolo jurídico de los derechos transferidos, ofrece la mujer su cuerpo al hombre que ama como símbolo de su entrega espiritual.
………………….
Hola!
Buscando comprender el Asunto (IDEOLOGÍA DE GÉNERO)
TRES VISTAZOS
……………………..
UNO: Hacia una sociedad de iguales – Teresa Forcades i Vila. Médica y Teóloga.
Monasterio de sant Benet. Montserrat.
Iglesia Viva – Nª239, julio-diciem. 2009 – pp. 31-48
………………..
I) ¿Qué significa exactamente ‘sociedad de iguales’ en relación al tema de género?
– ¿Implica esta igualdad el reconocimiento al menos implícito que las diferencias de género son impuestas culturalmente y están al servicio de los intereses dominantes?
– ¿Qué quiere decir esto en la práctica?,
– ¿cómo se concreta?
– ¿Implica la igualdad de género el reconocimiento de una ‘dignidad diferencial’ que distingue mujeres y varones sin legitimar la subordinación de las unas a los otros?
– ¿A quién corresponde definir en qué consiste esta ‘dignidad diferencial’?,
– ¿quién y cómo puede caracterizarla?
– ¿Cómo concebir y cómo tratar a las personas que no se adaptan a estas caracterizaciones?
Son algunos interrogantes del tema general ‘Iglesia e ideología de género’.
II) Esquema del Artículo:
1.- Descripción breve de la evolución de la noción de feminidad en el contexto de la cultura occidental.
2.- Caracterización de las dos corrientes actuales de feminismo
– el feminismo de la igualdad y
– el feminismo de la diferencia.
3.- Mi postura sobre esas corriente.
4.- Mi propuesta:
– en la teoría de la subjetivación de J. Lacan 1,
– en los trabajos sobre procesos infantiles de individuación sexual de N. Chodorow 2, y
– en la noción de persona que emerge de la teología trinitaria clásica 3.
…………………….
DOS: lasexualidadimporta.org
Ideología de Género
http://www.lasexualidadimporta.org/quienes-somos/ideologia-de-genero/
1.- ¿Qué se entiende por Ideología de Género?
La Ideología de Género emerge como una categoría de análisis de la realidad social y política a finales del Siglo XX y comienzos del Siglo XXI.
– supone una antropología que considera que lo femenino y lo masculino son dimensiones de origen cultural en el ser humano, quitando toda relevancia al dato biológico.
– sería una clave de interpretación de la sociedad que pretende discernir y denunciar los condicionamientos culturales que oprimen a la mujer a la vez que promueve iniciativas para liberar a la mujer de esos condicionamientos.
2.- ¿Cuáles son las raíces de la “Ideología de Género”?
a) Una visión dialéctica que sostiene que la historia y la sociedad avanzan por la superación de los contrarios.
En la actual ideología de género, los que se contraponen son:
– la relación hombre-mujer,
– la relación naturaleza-cultura y
– la relación sexo-género.
b) Un contexto de “revolución cultural” que supone el desprestigio de la tradición, la “decadencia” de la razón que ha perdido su vinculación con la verdad y ha supuesto el apogeo de la voluntad, el sentimentalismo y la rebelión contra el orden social.
c) El marco de la globalización que, en esta materia, tiende a generar una cultura dominante y homogeneizante.
3.- ¿Qué alcances tiene la “Ideología de Género”?
Liberar a toda la sociedad de las “construcciones sociales” opresoras de la mujer para que el hombre y la mujer sean consideradas igualitariamente.
Diversas acciones:
a) Promoción de métodos anticonceptivos en el marco de las políticas de salud sexual y reproductiva.
b) Campañas para garantizar a las mujeres el acceso a un “aborto legal y seguro, sin restricciones”.
c) Legalización de la “esterilización” como método anticonceptivo masivo.
d) Actividades de capacitación y difusión de la perspectiva de género, incluyendo campañas en los medios masivos de comunicación social.
e) Acciones enfocadas a grupos considerados de riesgo, entre los que se destacan las personas menores de edad, sin garantizar la intervención de la familia.
f) Imposición del “cupo o cuota de género” en los distintos niveles de organización social y política.
g) Legalización de la unión de personas del mismo sexo con pretensión de que sea equiparable al matrimonio y con posibilidad de adopción.
h) Destrucción de la unión matrimonial por medio de la trivialización del contrato o vínculo y de la facilidad para su disolución de forma unilateral con procesos de tramitación acelerados.
i) En materia educativa, estrategias de intervención en los textos escolares en orden a la eliminación de todas las visiones humanistas sobre el hombre y la mujer.
j) Transversalidad: Se promueve la integración de las cuestiones de género en la totalidad de los programas sociales, de tal modo que sea esta perspectiva el criterio de análisis y de diseño de las políticas públicas.
k) Consideración de la maternidad como un “mal a evitar” al considerarse de subyuga a la mujer y la “encierra en el hogar” cortando o limitando su capacidad para desarrollarse según sus propios sentimientos.
4.- ¿Qué valoración merece la “Ideología de Género”?
La “ideología de género” se presenta como una categoría de análisis que “tiende a cancelar las diferencias entre hombre y mujer, consideradas como simple efecto de un condicionamiento histórico-cultural.
En esta nivelación, la diferencia corpórea, llamada sexo, se minimiza, mientras la dimensión estrictamente cultural, llamada género, queda subrayada al máximo y considerada primaria.
…………………………………….
TRES.- josegilllorca.wordpress.com
https://josegilllorca.wordpress.com/2011/07/15/%C2%BFque-es-la-ideologia-de-genero/
¿QUÉ DICE LA IDEOLOGÍA DE GÉNERO?
– considera que nuestro comportamiento bifurcado en masculino y femenino es producto de la influencia cultural y social del entorno,
– la propia sexualidad depende más de los acontecimientos biográficos y sociales de nuestra vida que de las características fisiológicas. Ser hombre o mujer no estaría determinada fundamentalmente por el sexo, sino por la cultura.
– considera que la exclusividad de la relación entre hombre y mujer es un constructo social y cultural que es útil para mantener la hegemonía del dominio masculino, un dominio que constituye la superestructura de lo que denominan “sociedad patriarcal”.
El término “ideología de género” o “feminismo de género”, fue acuñado por Christina Hoff Sommers en su libro “Who Stole Feminism?” ¿Quién robó el Feminismo?, a finales de los años 60, en su etapa de feminista radical, que después abandonó, para defender un feminismo moderado y racional.
……………
Parece que no haya modo de escapar a/de lo dogmático con respecto a lo concerniente a igualdad. La justicia solo parece requerir igualdad de acceso o paridad de opciones pero en modo alguno puede imponer una igualdad que no sea aceptada o reclamada porque quizás no sea deseada, aceptable, o no se la comprenda.
Solo quien ha sufrido la desigualdad y ha aprendido que le sea intolerable trataré de corregirla y ese no es el modo ideal de llegar a un status justo. La individualidad no es el problema, sino el individualismo definido e impuesto desde afuera de la persona y sin consentimiento.
¿Pudiera haber alguien capaz de definir suficientemente qué sea la igualdad sin incurrir en dogmatismo o coerción? El problema será siempre esta idea, que me parece sociológica, política, religiosa, de que se pueda definir la solución universal.
Quizás si el verdadero problema esté en algún punto del camino a la hora de asumir responsabilidades con respecto al bien común, sobre todo de cara a legar a las generaciones futuras un Mundo en el que no nos quedemos en la queja como los/as niños/as a sus progenitores, sino que nos sintamos comprometidos personalmente. Indignados fue una iniciativa Buena, sorpresiva e ilusionante y es pena que no haya originado un movimiento masivo de corrección participada.
Las mujeres en gran medida han logrado actuar personalmente su propia liberación personal y colectivamente. La igualdad es un mito si no aterriza en cada vida y cada persona ha de hacerla aterrizar en su circunstancia. ¡Quizás no..!
Hola!
Como parece que les gustó lo de la Inglesita a los Cumpas Honorio y A.D., vaya lo que (+ o -) entendí con alguito de aburrimiento – Óscar.
…………………….
Las mujeres y la religión: ¿aliada, amenaza o simplemente religión?
Anne Phillips. Profesora de Teoría de Género.
London School of Economics. Londres.
Iglesia Viva – Nº 251 julio-septiembre 2012 – pp. 41-74
Conclusión:
Los principios generales de este Artículo tienen sus límites (La historia cuenta, el contexto cuenta, y lo que en una situación es obstáculo para la igualdad de género, puede ser un mecanismo facilitador en otra.)
Deseo que queden claros los siguientes cuatro puntos:
El primero:
* la igualdad de género significa igualdad entre mujeres, así como entre mujeres y varones.
* otorgar el mismo nivel de respeto a las mujeres religiosas y a las mujeres no-religiosas.
(Las mujeres no-religiosas no deberían presuponer que las mujeres con preceptos religiosos tienen falsa conciencia o estatus de víctimas.)
(Las mujeres religiosas no deberían presuponer que a las mujeres no religiosas les falta fundamento ético o bien son esclavas de la cultura materialista.)
Hay daño indirecto cuando mi elección tiene el efecto de reforzar valores que presionan a otra persona o personas.
La apelación al daño indirecto como razón para coartar las libertades individuales otorga demasiada amplitud a la intervención del Estado.
El segundo:
* la relación entre religión, política e igualdad de género no debería concebirse en términos cuasi-corporativistas
(como una relación entre las autoridades democráticas y las jerarquías religiosas,)
* sino que debería ser siempre tratada desde la óptica de los derechos y las necesidades individuales.
El tercero:
* la religión es diferente, y lo es tanto respecto a la cultura como respecto a las creencias no-religiosas. (Estas diferencias a menudo se presentan de forma exagerada.)
* La creencia religiosa obedece preceptos que de alguna manera provienen del exterior,
* y no es muy coherente vivir la propia vida de acuerdo con los preceptos religiosos y a la vez tratar dichos preceptos como si se pudieran modificar a voluntad.
* Sin embargo la simultaneidad entre escoger y aceptar caracteriza buena parte de lo que todo el mundo hace en la vida.
El cuarto:
* el peso de la igualdad de género en el discurso público y en las regulaciones gubernamentales es considerablemente menor de lo que comúnmente se asume.
* la igualdad de género es lo primero que se sacrifica o se negocia, porque a un nivel profundo no se le da demasiada importancia.
* A pesar de las múltiples convenciones de derechos y compromisos legales, la igualdad de género sigue siendo un ideal precario,
* fácilmente cuestionado por las nociones de diferencia sexual esencial o por la armonía natural entre los sexos.
* DOS ADVERTENCIAS:
Una: contra de la demonización de las religiones como intrínsecamente contrarias a la igualdad de género.
Otra: contra una complacencia secularista que acepte con demasiada facilidad que existe una gran implicación y compromiso en cuestiones de igualdad entre mujeres y varones en nuestros países.
……………………………
Hola a todas y todos!
Ya veo que vais descubriendo el sabroso contenido de los números de Iglesia Viva que os indicaba. Ahora mismo voy a comentar vuestros comentarios.
Pero antes quiero agradecer lo que ha aportado Oscar sobre Isaac Asimov. Tengo gran agradecimiento a este escritor y divulgador científico a quien tantos debemos tanto. Esa entrevista que cita ayer 04-Julio-2015 – 14:25 pm es de 1988. Aún no había internet pero el veía ya como positivo la difusión de conocimientos que iba a aportar la divulgación de los ordenadores. Está mejor traducida por TVE otra interesante entrevista anterior: http://www.rtve.es/alacarta/videos/personajes-en-el-archivo-de-rtve/entrevista-1982-isaac-asimov/655585/ Y hay otro artículo en que se compara los adelantos que él pensaba en 1964 para cincuenta años después. Es interesante ver en lo que acierta (telefonía móvil muy difundida, robots no difundidos ni utilizados…) y lo que no acierta: ver Libertad digital http://www.libertaddigital.com/ciencia-tecnologia/tecnologia/2014-01-02/las-10-profecias-que-hizo-isaac-asimov-en-1946-para-2014-a-examen-1276507451/
Y volviendo a nuestro tema. Oscar se ha fijado solo en los texto de Teresa, que resume y esquematiza como solo él sabe. No le convence en el segundo, el del nº 251. A mi también me extrañço. Teresa es claramente feminista de liberación, fundamenta su feminismo en su experiencia personal e histórica. Y reconoce que el cristianismo y el catolicismo ha estado dominado por la ideología patriarcalista. Podría sin más extender el influjo de esa ideología a quien inventó y escribió el antiguo mito de la creación de la mujer y su influjo en el pecado original. Pero también quiere expresar que de ese mismo relato puede hacerse una lectura feminista. No sé. Es discutible. Lo importante es ella pone el verdadero feminismo en la plenitud personal que se realiza en el encuentro interpersonal amoroso pleno, sin que este exija o excluya una determinada exigencia de sexo o género. El resumen de su pensamiento está en este párrafo final:
El feminismo cristiano reconoce las categorías de ‘mujer’ y ‘varón’ y reconoce como ‘reales’ las diferencias corporales que han originado estas categorías, pero a la vez afirma que la plenitud humana no pasa por la pareja ni pasa por la afirmación esencializada de las categorías de sexo y género, a las cuales considera necesariamente como penúltimas y como destinadas a ser superadas en la plenitud de la originalidad irreductible del ser personal, experimentable solamente en las relaciones interpersonales amorosas y libres abiertas a todos que deberían caracterizar la comunidad eclesial.
Pero lleva razón Honorio al destacar los dos artículos ejes de ese número 251 que son los de Casanova (sociólogo e investigador destacado en en Inglaterra). Él estudia cómo, a pesar de la secuñlarización el influjo de las religiones que retrasan los movimiento femeninos de liberación son aún muy fuertes en muchas áreas.
Pero sobre todo, el artículo que más me gusto es de Phillips. Recomiendo leer este sobre todo. Empezando por un principio que como dice Honorio es muy clarito. Un buen científico cuando hace una relación de estas aun congreso, debe empezar poniendo bien el estado de la cuestión. Partir de lo que es más aceptado e ir entrando en cuestiones de “ajuste fino” en donde puede haber divergencias. Y en esas poner sus puntos de visto, aunque a veces no sea tan claro el pensamiento. Digo con esto que no asuste lo extenso que es el artículo de Anne Philips. Leer al menos las cuatro cinco primeras páginas y después los subtítulos y “bocadillos”.
Buenas tarde de domingo y ojalá lleguen buenos aires desde Atenas…
Antonio
Pido perdón, he comentado el tema de Teresa Forcades del primer número de Iglesia Viva que incluye este hilo, y me he dejado comentar el que aparecee en el segundo número en que hace una lectura a su manera de los textos biblicos relativos a la mujer, desde el de la creación de Adán y Eva hasta las cartas de San Pablo.
Eso, una lectura a su manera, con una carga apologética desmedida en defensa de un concepto determinado de la inspiración divina que acredita la Escritura como Palabra de Dios. Las conclusiones que apunta Teresa Forcades sobre la doctrina cristiana en torno a la mujer son correctas, la lectura que hace de los textos me resultan un poco “a su manera”.
Dicho sea todo lo que digo con el máximo respeto a todas las opiniones, con mi admiración por la altura intelectual de las mujeres filósofas y teólogas, y en concreto de Teresa Forcades. Intento lisa y llanamente plantear interrogantes e hipótesis de trabajo, y discursos religiosos en una circunstancia de vida contemplativa frente a la naturaleza y en soledad que quizá podrían condicionar esas visiones…
Parece que cuando se habla de adaptación siempre sea adaptación suficiente. Es decir nunca es una adaptación total que subsumiera lo nuevo a lo anterior. DE ahí la diversidad constante.
Por otra parte parece que el ambiente y la población que lo compone e interactúa con él desde su interior se encuentren en esta relación aun parcialmente desconocida por la que y en la que lo nuevo y lo ya existente se modifican mutuamente, de manera que lo ya existente no cesa de adaptarse a lo nuevo al tiempo que impone o requiere que lo nuevo se adapte.
Suponer que lo más adaptado es lo que perdura más es gratuito porque no todas las existencias son iguales ni ocurren, físicamente, en las mismas coordinadas espaciales, etc. No hay “constantes” fijas (como “variables invariables”) excepto en las relaciones matemáticas y eso por necesidad de la propia calculación a fin de que repita un cierto resultado. Pero nada permite asumir que los resultados puedan sobrepasar en certeza necesaria más allá de la frecuencia con la que se les repita o se conozca en cada momento. Otras variables pueden estar en vías de integrarse más y llegar a ser determinantes de otros resultados o adaptaciones nuevas.
Sin embargo lo que se cumpla o sea cierto al comienzo de una trayectoria afecta mucho más a la trayectoria como condicionamiento constante o inevitable, definitorio o definitivo que cualquier variación (o esfuerzo de adaptación o de diversificación en respuesta al ambiente o motu proprio al final de la trayectoria que en algún momento pareció la definitiva e inevitable, necesaria.
Por ejemplo si la sexualidad parece que sea bimodal por esa misma razón y las anteriores está sujeta a la permanencia y la constancia y, simultáneamente, a la diversificación. Que no haya historia escrita o documental de la práctica sexual o de los juegos eróticos desde los mismos albores de lo humano no puede negar que esa diversidad haya existido porque existe en otros mamíferos al menos y en una gama inmensa de vegetales y, desde luego, la evidencia química es que la coexistencia de substancias inertes unas con respecto a las otras no impide que coexistan sin reactancia recíproca, sin atracción y sin intercambiarse o influirse recíprocamente. Si una historia “sexual” se parece a la humana es la de los minerales: Hay substancias que no pueden dejar de interactuar con otras, hay un grado casi infinito de reactividad o combinatoria, y hay un grado cada vez mayor de inercia o incapacidad de combinación, una especie de autismo absolutamente “real”, de linaje que no se mezcla.
Las respectivas Tablas Periódicas de Mendeleiev y Meyer ya dieron cuenta de esta diversidad como “método” desde hace mucho.
¿Qué queda? Una inmensidad por conocer.
Solo como reflejo moralista y político Darwin pudo concebir que el más fuerte fuera el mejor. La realidad es que estos encontronazos al interior o al exterior de una raza en los que la oposición es resuelta competitivamente no ocurren simultáneamente en todas las latitudes y parece que sea mucho más frecuentes entre individuos de diferentes grupos que se enfrentan para poseer el territorio o hábitat que dentro de un mismo grupo. Lo hegemónico es político, social, relacional o territorial y no es imprescindiblemente parte del progreso. La adaptación y la tolerancia lo son porque es más necesaria la diversidad a los efectos de sobrevivencia por adaptación que lo contrario.
¿Pudiera cambiar lo sexuado a ser asexuado? Por el hecho de que lo segundo reduce la diversidad debiera ser más difícil que lo contrario.
¿Pudiera lo asexuado y lo sexuado diversificarse? Ya ha ocurrido o está ocurriendo. ¿Lo causa la necesidad o el impulso de la hostilidad ambiental buscando una respuesta de adaptación del mejor? No lo parece. Más bien, lo causara la imparable diversificación “creativa” de la existencia que precede a la “forma” destinada a perecer para reintegrarse a la totalidad natural de la que llegó a emerger.
Quien muere primero no necesariamente “perece” a manos del más poderosos/a o en lucha con éste/a, porque éste/a también perecerá aunque ejerza su poder hegemónico hasta que se le escape el último aliento.
Mi entrañable Honorio:
¡¡¡El lenguaje católico… que está… ¿fuera de lugar y de todo sentido común?!!!
Es, que le dan la vueltas a… casi todo, y en ese caso, deja de ser comprensible para una vida humana, la única que tenemos y vivimos.
El Misterio es otra cuestión, y además es, personal e intransferible.
Cada cual lo decide y al decidirlo, tiene que buscarlo, alimentarlo, cuidarlo, vivirlo… sin juzgar, como caminan las demás personas de su entorno.
Difícil cuestión, como ha explicado muy bien Oscar.
Si dejamos de pisar en el suelo… perdemos la capacidad de mirar la realidad que nos envuelve y acompaña con todas sus variantes; se necesita un verdadero estudio, de las distintas maneras de vivir, sentir, u optar… la sexualidad en sus diferencias.
Y se necesita una gran dosis de tolerancia, comprensión, respeto, a todos los posibles caminos que nos presenta las sociedades desde el principio del mundo.
Dejemos de condenar, castigar, perseguir… a quienes se sienten diferentes; porque tienen los mismos derechos y deberes de todo ser nacido.
mª pilar
Hola!
1.- Pensamiento de Darwin (la rueda que le falta)
ha sido la “selección natural”, potencia gigante que contribuye a la forja de nuevas formas biológicas.
Este magnífico pensamiento no ha podido aplicarse fecundamente a la historia humana: queda recluido en el corral, en el redil y en la selva.
Le faltaba una rueda para funcionar como idea histórica.
La historia humana es un drama interior: pasa dentro de las almas. Y era menester trasponer a ese íntimo escenario la selección sexual.
En el ser humano esta selección se hace por elección, y que esta elección va regida por ideales profundos, fermentados en lo más subterráneo de la persona.
2.- Pensamiento de Darwin la rueda que le sobra)
en la selección sexual eran elegidos, preferidos, los mejor adaptados. Esta idea de la adaptación es la rueda que sobra.
se trata de un pensamiento vago, impreciso:
* ¿Cuándo un organismo está especialmente bien adaptado?
* ¿No lo están todos, salvo los enfermos?
* ¿No puede decirse, por otra parte, que no lo está plenamente ninguno?, etc., etc.
Sin el “principio de adaptación” no es posible manejarse en biología. Pero es preciso darle formas mucho más complejas y sinuosas que las que le dio Darwin, y, sobre todo, es preciso dejarlo en un puesto secundario.
Porque es falso definir la vida como adaptación. Sin un mínimum de ésta no es posible vivir; pero lo sorprendente de la vida es que crea formas audaces, atrevidísimas, primariamente inadaptadas, las cuales, no obstante, se las arreglan para acomodarse a un mínimum de condiciones y logran sobrevivir.
3.- Las dos caras de la vida
De suerte, que toda especie viviente puede y debe ser estudiada desde dos caras opuestas:
UNA – como lujoso fenómeno de inadaptación y capricho y
OTRA – como ingenioso mecanismo de adaptación.
Diríase que la vida en cada especie se plantea un problema de aspecto insoluble para darse el gusto de resolverlo, generalmente con riqueza y elegancia.
Tanto, que estudiando las formas vivientes mira uno en derredor, a lo ancho del Cosmos, buscando el espectador entendido en vista de cuyo aplauso se toma todo este trabajo, alegre, la Naturaleza.
Ignoramos por completo cuáles sean los propósitos últimos que dirigen la selección sexual en la especie humana. Sólo podemos descubrir resultados parciales y hacernos algunas preguntas sabrosamente indiscretas.
…………………
La elección en amor – Ortega y Gasset OCT5,623/4 – Julio de 1927.
………………….
PS: El tanguito imprescindible https://www.youtube.com/watch?v=2CDeDRzGGJA
Vuelvo a mi comentario sobre el texto de Teresa Forcades. Tiene dos partes, una de análisis de ideas y pensadoras recientes sobre el sexo, y otra de reflexión teológica sobre esas ideas.
La reflexión teológica me resulta muy gótica, muy tomista y escolástica, muy medieval. No sé hasta qué punto puede aplicarse a la otra reflexión de índole científica. En todo caso, me resulta como “demodée”, sin mensaje especial para nuestra época. Lo más que podría decir es que “si non e vero, e bene trovato”.
Añado una reflexión de mi cosecha, al hilo de los elogios que he hecho a la Philips por su apertura a todas las culturas y religiones. Hay un Raimundo Llull que protagonizó un diálogo intenso con el islamismo, un hombre según creo muy representativo de la cultura catalana y de su apertura. No sé hasta qué punto Teresa Forcades recoge el testigo de Llull, el diálogo y la convivencia de Cataluña con el Islam. Más bien diría yo que lo desconoce o no lo valora.
Frente a este olvido, subrayo el gesto de Ada Colau que invita a todas las religiones y confesiones presentes en Barcelona a su toma de posesión.
Perdónenme esta hipótesis, pero a veces tengo el presentimiento de que se pretende marcar las fronteras entre Europa y Africa en Fraga y Murcia, por un lado, y en Pancorbo, provincia de Burgos, por el otro. En vez de puertas de paso entre Europa y Africa, en vez de lugar de encuentro, parece como que intentamos montar una muralla china de separación. Al menos Portugal parece que mantiene las puertas abiertas…A Africa, a la India, a China, a América…
Estoy leyendo los textos de Iglesia Viva que nos ofreces, Antonio Duato. Me encanta y me relaja esa flexibilidad y comprensión que demuestran Casanova y otros hacia el momento social, histórico y político en que se mueve el discurso y la praxis sobe los derechos humanos y la igualdad de género. Quizá en Atrio nos falta esa flexibilidad y esa comprensión y “paciendia” con las circunstancias en que nos movemos. Algo a lo que somos propensos los católicos, la intransigencia y el dogmatismo…
Casanova pate de un análisis que se circunscribe al mundo cristiano y musulmán. Creo que esa limitación del paisaje se presta a conclusiones incorrectas. Me gusta mucho más la perspectiva universalista de Philips, ppor cuanto hace referencia al hinduísmo y otras religiones, y presenta experiencias de todas las religiones y situaciones relacionadas con el encuentro entre occidente y oriente en climas de emigración.
De todos modos, a Casanova la reprocharía que considera y asume el concepto y la praxis de la democracia como algo unívoco, invariable, dogmático…Los otros valores, religión, relaciones de sexo, etc, se pide que se adapten a los requisitos del sistema democrático; pero a la democracia no se le pide que se supere a sí misma, que supere el dominio de las finanzas sobre la voluntad popular, no se habla de que más que democracias lo que tenemos en este mundo son PLUTOCRACIAS. Por otra parte, se acepta también por prescripción dogmática que democracia es exclusiva de los sistemas del mundo occidental, sistemas por otro lado impecables e irreformables, mientras que los sistemas inspirados en una ideología comunista son intrínsecamente malos, imposibles de mejorar, suavizar o reformar, intrínsecamente malos. Polonia pasó de la noche al día con Woytila y su sindicato Solidaridad, etc. etc.
¿Por qué en este terreno Casanova no aoplica su receta de flexibilidad, relatividad, adaptación a la circunstancia dada, como hace con los otros planteamientos?
He leído lo de la religiosa benedictina de Monserrat, Teres Forcades. Algo me chirría en su discurso, como un tono muy distinto del de la Philips. Como un resabio de cataláncatolicismo…De siempre Monserra en Cataluñzt y Aránzazu en Euskadi me levantan una como alarma ante posibles aciertos poco usuales en nuestra península y otros posibles excesos no tan positivos. Pero ya seguiré con mis análisis.
De momento me quedo con esa tolerancia y esa capacidad de escucha y de comprensión hacia el Islam, el Hinduísmo, el Papa Francisco, el Benigno ese del que hablas tú, Antonio, y todo lo demás. No hay otra manera de avanzar que aceptar las limitaciones que la realidad nos impone.
Muy interesante en el enlace a facebook de la página de divulgación científico-técnica http://www.tucerebrodigital.org de la última entrada de Oscar (gracias) el reporte de que la posibilidad de una corelaciión de causa-efecto, en alguna medida, pueda hacer que se produzca un cambio de sexo en cierto reptiles australiano. No se reporta que ya haya ocurrido pero los científicos en cuestión están tratando de avriguarlo.
La misma novedad de que eso pueda ocurrir por causa-efecto a corto plazo es inconsistente con la tendencia natural a la parsimonia y la sutiliza en los cambios cualitativos y desde luego nada es imposible y se trata de algo que no haya sido verificado aún.
En el caso de la raza humana los cambios morfológicos no son tan simples y, desde luego, al desaparecer el tabú sobre los transsexual, el hermafroditismo, etc. se sabe más y major de la naturaleza de esa variedad mutacional que si es consistente con la sutileza y la parsimonia de las variaciones naturales a lo largo de períodos prolongados.
La cuestión de la dignidad intrínseca de la persona (solo el existir o el existiendo es conocible, por lo tanto solo la persona es conocible incluso de sí mismi) permanence intacta lo mismo si la sexualidad como se supone es un espectro de diversidad continua. La dignidad de cada cosa viva, no importa el modo o la manera de vida, debe ser inviolable e inalienable. Si se trata de una ameba o de un ser humano no fuera ético el menosprecio o el maltrato.
La conducta, por otra parte, es decir el rol o la función asignada o auto seleccionada son otra cosa. Hay conductas que pueden ser reprobables o inaceptables: Por ejemplo las torturas de Abu Grahib durante la ocupaciónde Iraq. Eso no autoriza a que en nombre de la desaprobación de la conducta otra persona o institución se pueda abrogar el derecho de violar o arrebatar la dignidad de la persona cuya conducta sea más o menos o completamente inaceptable.
Es interesante, en efecto muy interesante, el modo comunitario o colectivo o social de la mayor parte del método de corrección que se le atribuye a Jesús haber sugerido (en los Evangelios) porque la presencia de terceros no sugiere complicidac o alevosía colectiva, sino garantía del derecho a la individualidad. La presencia de otros dos y después de los ancianos uy la comunidad solo sugiere, en congruencia con todo el pensar/sentir jesuánico, que se hayan agotado todos los medios de escuchar y decir, dialogar, con quien insiste en causar cualquir daño o interrupción inaceptable.
La conducta sexual no debiera ser tratada con menos respeto por la dignidad del o los sujetos.
Salvador Santos hizo una exegesis extraordinariamente valiosa en el capítuo dedicado al hombre del cántaro en su trabajo sobre el evangelio Marcos basado en las investigaciones de Juan Mateos. Siempre es valioso releerlo y nadie debiera soprenderse (claro está quiero decir fuera de la Santa Sede) de que a Jesús le mereciera una tal confianza el hombre del cántaro hasta el punto de que acordara con él lo que parece que no se había atrevido a confiar a sus otros seguidores: A la hora oncena de la persecución, el lugar de la cena “subversiva” que debería dar al trasto con la idea penitencial de la cena de Seder (Pascua judía). Pena que la Carta a lkos Hebreos, Anselmo de Canterbury y Ecclesia de Eucharistía, sean tres documentos separados por siglos y aun así marquen la tosudez Cristiana en insister en la interpretación sacrificial del asesinato de Jesús que tronchó inesperadamente para él su trabajo liberador o liberacionista.
https://www.facebook.com/tucerebrodigital/videos/vb.193647527313377/1000361219975333/?type=2&theater
Admiro mucho a Teresa Forcades y comprendo que como monja recurra a afirmar la existencia de un Dios personal.
No obstante y respetando su postura, no me resulta fácil aceptar una antropología fundamentada en la “personalidad” de un Dios que para comenzar no se puede conocer de modo directo. Una especie de ser personal y anónimo a la vez, que ni siquiera se puede conocer como “anónima” o “anónimo” y que crea a la persona humana “hombre” y “mujer” porque genéticamente no somos “hombre y mujer”.
En lo que no tengo duda es en que la clave sea la dignidad de la persona lo cual oblige a mirar a cada quien en su “siendo” y en la relación que se tenga con cada persona. El amor universal es una entelequia. Solo existe una escala de amor en fundión de la “projimidad” o proximidad aunque exista la obligación de hacerse sentir el amor o el deseo de amar y que al encontrar a quien ha sido desconocido/a hasta ese momento la relación comience desde nuestro deseo de amarle presumiendo que sea amable. Decepciones y sorpresas de uno u otro signo habrá por lo particular de cada persona (incompatibilidades y atractivos, similaridades, etc.), pero de eso se trata vivir, de la “praxis” de la apertura, del salirse de sí y del descentrarse de sí mismo, un camino que al encuentro de la muerte, generalmente nadie habrá completamente completado, por el que se ha de andar con retrocesos y progresos y más retricesos y progresos, y que no obstante cada quien ha de asegurarse de que resulte en crecimiento y acercamiento.
Me alegra que Teresa diga que el patriarcado sea cosa de ambos hombres y mujeres. No me parece justo que parezca que sea proporcionalmente en la misma magnitud. La razón es simple: Quien tiene el poder se impone aunque no esté obligado a imponerse cuando pudiera haber comenzado por compartir. Lo mismo puede decirse en analogia respect del machismo como opresión de la mujer. Entonces es justo reconocer que la mujer se haya liberado por sí sola y que siga haciéndolo. Quizás el hombre debiera liberarse de su machismo comprendiendo que le disminuye, le amputa partes importantes de la experiencia del vivir, le auto-mutila. Lo mismo no se puede decir del feminismo que parece que sea reactive aunque muy posiblemente simultáneamente.
Hola!
Terminé diciendo que tendré que buscar otros nichos de conocimiento.
¿Me habrá inspirado Isaac Asimov?
https://www.facebook.com/tucerebrodigital/videos#!/tucerebrodigital/videos/vb.193647527313377/1000361219975333/?type=2&theater
¡Vamos todavía! – Óscar.
Hola!
Leo en el Link sugerido 239, julio-septiembre 2009, Iglesia e ideologías de género Iglesia Viva
Nª239, julio-diciem. 2009, pp. 31-48
Hacia una sociedad de iguales
Teresa Forcades i Vila. Médica y Teóloga. Monasterio de sant Benet. Montserrat.
I.- La noción de PERSONA es para la Autora la clave “superadora” (tomada de la Trinidad):
– La teología cristiana sostiene que el ser humano es ‘persona’, precisamente porque posee una esencia sustantiva, en tanto que ha sido creado ‘a imagen y semejanza’ del Dios personal.-
II.- La noción de PERSONA (teologal-trinitaria) es solo un nicho –el teoreligioso- de la consideración humana.
Es por eso que la Autora haya concluido como concluyó acerca de la consideración sobre sexo y género en su Artículo Cristianismo, género y cambio social. Una perspectiva feminista católica, que esquematicé a partir de su “pero …” al afirmar como PENÚLTIMAS y A SUPERAR:
(copio lo señalado)
* El feminismo cristiano reconoce las categorías de ‘mujer’ y ‘varón’ y
* reconoce como ‘reales’ las diferencias corporales que han originado estas categorías,
– pero a la vez afirma que
* la plenitud humana no pasa por la pareja ni pasa por la afirmación esencializada de las categorías de sexo y género,
* a las cuales considera necesariamente como penúltimas y
* como destinadas a ser superadas en la plenitud de la originalidad irreductible del ser personal,
* experimentable solamente en las relaciones interpersonales amorosas y libres abiertas a todos que deberían caracterizar la comunidad eclesial.
…………….
Tendré que explorar “otros nichos” no-religiosos y por lo tanto más humanos a la altura de nuestro tiempo tan explorador ¿no?.
¡Voy todavía! – Oscar.
Hola!
Leo en el Link sugerido 251, julio-septiembre 2012, Genero, religión y cambio social Iglesia Viva Nº 251 septiembre-diciembre 2012, pp.75-88
Cristianismo, género y cambio social.
Una perspectiva feminista católica
Teresa Forcades. Teóloga. Monestir de Sant Benet. Montserrat.
I.- Magistral inicio del Artículo:
El cristianismo no es una teoría sobre el mundo, no es una gnosis, es una praxis, una praxis de justicia y liberación. El cristianismo presupone que las personas somos libres
II.- Estructura del Artículo:
Aportación del pensamiento feminista católico a las luchas feministas en las cuatro tesis siguientes:
1. El feminismo católico afirma la libertad humana y la consistencia del mundo y da sentido a la historia.
2. El feminismo católico afirma el potencial humano para la bondad y el amor.
3. El feminismo católico considera que el patriarcado es una construcción conjunta de mujeres y varones.
4. El feminismo católico integra el cuerpo y reconoce el carácter penúltimo de las distinciones de género.
III.- Final del Artículo:
* El feminismo cristiano reconoce las categorías de ‘mujer’ y ‘varón’ y
* reconoce como ‘reales’ las diferencias corporales que han originado estas categorías,
– pero a la vez afirma que
* la plenitud humana no pasa por la pareja ni pasa por la afirmación esencializada de las categorías de sexo y género,
* a las cuales considera necesariamente como penúltimas y
* como destinadas a ser superadas en la plenitud de la originalidad irreductible del ser personal,
* experimentable solamente en las relaciones interpersonales amorosas y libres abiertas a todos que deberían caracterizar la comunidad eclesial.
———————–
Apoyándome en el comentario de George, apostillo:
¿Por qué la iglesia, tiene una mente tan enfermiza en todo lo concerniente con nuestro cuerpo?
¿Por qué pone tanto peso en la pureza, la virginidad (que en una gran mayoría no siguen) y la culpa de todo cuanto tiene que ver con ese tema, convirtiendo la “confesión” en lugar de curiosidades enfermizas y soluciones tan enfermizas como la base?
Rotundamente el lenguaje presenta serios fallos, respecto a este tema que es:
“Nuestro cuerpo y su naturaleza tan dispar, como dispares somos todos los seres humanos”.
La mujer, lleva siglos relegada a ser… un objeto de consumo… usar y tirar.
¿Cómo podemos comprender que al hombre se le acepte en todos sus comportamientos abusivos respecto a la mujer, por el hecho de ser hombre, y a ella se la condene por todo lo que se ve abocada a dejarse hacer?
Si es adúltera, a ella se la apedrea hasta matarla, o se la encarcela, se la denuncia por viciosa… ¿Que le sucede a el? ¡Nada!
¿Donde empieza el mal? (Si hay que catalogarlo como mal)
Si no hay hombres que obligan o pagan por esos servicios, no habría mujeres (o si) que realizaran (para mí) ese desagradable trabajo.
Si un marido es infiel… “Lo lleva en la sangre” si es la mujer… “Es una fresca, y está deshaciendo hogares o relaciones”
El hecho de que los varones de la iglesia (cada día menos) se oculten detrás de unas sayas… ¿no es en estos tiempos, de esas mentes enfermas?
Y su lenguaje… todo lo que sale de sus labios es “divino y divinidad” ¿A donde nos lleva esto?
A una realidad fuera de todo sentido común; somos seres humanos con ansias de (o al menos debería de ser así) conseguir una humanidad cada día más plena… algo de esto nos dice J.I.González Faus en el art. anterior:
Los seres humanos… nos hemos vendido al postor más fuerte, aunque nos esté destrozando la vida… y a muchísimas personas las ha confinado en un estado de suma pobreza en todos los sentidos.
Nos hemos corrompido, hemos perdido el norte, nos vendemos solo… para poder respirar, y esto cada día con más dificultad… porque estamos matando la naturaleza toda.
El cuerpo es un hermoso don, hay que conocerlo, amarlo, cuidarlo, explorarlo e intentar ser felices con el, en el y para el en un “nosotros”.
La sexualidad es una de sus condiciones, que hay que conocer, explorar, vivir… sin demonizarla ni culpabilizarla.
Muchos de los males que de ella han surgido, son las consecuencias de un mal conocimiento y culpabilidad.
Y también hay que asumir… el uso de la libertad personal… como lo viva cada cual, es solo responsabilidad suya.
Para ello es necesaria una formación veraz, adecuada a cada momento de la vida; no siga sucediendo lo que hoy, y ayer, y confiemos que cada vez suceda menos en un futuro… si de verdad trabajamos en un mayor conocimiento de nuestro cuerpo y mente.
Hay que trabajar, porque hombres y mujeres, aprendan y comprendan que somos iguales… (en sus diferencias) ¡físicas!
Igual de capaces si ambos se preparan adecuadamente, mirándose con lealtad y camaradería.
Parece que el lenguaje es baladí… ¡Pues no lo es! Es una parte muy importante de nuestro aprendizaje.
Divinizar, beatificar, santificar… nos aleja de una realidad que nos acompañará todos los días de nuestra vida.
Y no comprendo de donde ha nacido esta “manera” tan poco sana de actuar.
Bueno… en nuestro caso (las personas que se sientan cristianas) el Maestro Jesús no lo utilizaba, era mucho más humano de lo que lo han vestido desde que entró el “rey” de este mundo… entonces, entro de lleno el mal en la institución, perdiendo la frescura de la Palabra primera.
Como la iglesia, especialmente en este país… y en otros, ha campado a sus anchas… de aquellos malísimos polvos… tenemos hoy este desbarajuste, huida, abandono, frialdad ante el poder de la iglesia.
La mujer está en ella, casi como al principio de los siglos; a pesar de que las mujeres han dado muestras de estar tan, o más preparadas que ellos.
mª pilar
George, dices: “De lo que la Iglesia Católica está dando evidencia desde hace mucho es de ser incapaz de reconocer la dignidad de la persona por persona y no por el rol que juega”. Es cierto lo que dices, y añado, quizá sea más grave que sea la Iglesia (y las religiones en general) las que adjudican y reparten los roles de género. A los hombres se les reserva la autoridad moral más alta como es ser los representantes y los portavoces de Dios, a las mujeres se les pone como meta ser como María, la madre de Jesús, a la que se le adjudica virginidad y maternidad (¡¡!!), y es desde estos parámetros desde los que se les marca a las mujeres las pautas de su existencia: sexo para la maternidad, maternidad como fin y manera de existir; de aquí a invisibilizar a la mujer y recluirlas en las tareas domésticas y el cuidado, así como apartarlas de la vida pública y de la organización social o eclesial, en este caso, nos ha llevado a situaciones que, en una sociedad laica resulta vergonzoso y ridículo. De este modo el hombre es el dios de la sociedad, de sus leyes, de sus costumbres, de la moral, etc. Como ha dicho alguien, “si Dios es hombre, el hombre es Dios”
Yo no acabo de comprender tanta resistencia a revisar los roles, o ¿es que esto supondría perder poder en los hombres? Quizá sea ésta la clave.
Robert Bly publicó en 1996 “The Siblings’ Society” que se vendió enseguida y ampliamente. Bly sostenía que al menos en los EE UU los hombres no maduran como debían y se mantenían adolescentes. El título del libro es difícil de traducir pero pudiera ser traducido como “la sociedad fraternal” en la que los hijos retiran la confianza a las autoridades, especialmente progenitores, y la depositan en sus compañeros de edad y juegos, etc.
Susan Faludi activista pro-derechos de la mujer y ganadora del Pulitzer 1992 por su ensayo “Backslash: The Undeclared War Against American Women” (la traducción es también difícil porque “backslash” es la barra que en lenguaje de computadora está inclinada hacia la izquierda, opuesta a “forward slash” que se inclina a la derecha pero pudiera traducirse como “reacción o contragolpe: La guerra no declarada contra mujeres estadounidenses”).
Pues bien, en 1999, Faludi entonces ya muy famosa como periodista investigativa publicó: “Stiffed: The Betrayal of the American Man”. (Stiff quiere decir rígido, y en función verbal y en pretérito quiere decir que algo ha sido penetrado ─en sentido figurado alude a violación─ y en consecuencia que ha quedado inmovilizado. Así el título pudiera ser traducido libremente como “Empalado: La traición del hombre estadounidense”).
Cuando el tema de la inmadurez de los hombres se convierte en objeto de estudio por alguien de fama en el activismo social como Bly y Faludi, posiblemente merezca atención porque es cierto que la inmensa mayoría de hombres y mujeres estadounidenses no reciben de la sociedad ni siquiera en la misma proporción que la sirven: Reciben menos. La riqueza, el poder decisorio, la satisfacción suficiente de las necesidades solo aumenta en la dirección que asciende la escala social y, a medida que asciende dicha escala, el número de personas que se beneficia es menor y para colmo de males, las mujeres son ellas mismas minoría dentro de esa minoría aventajada.
Después esa corriente decayó. El derrumbe de las Torres Gemelas de N. York en 2001 y la subsiguiente invasión de Iraq por Bush y Cheney sacó de la primera plana estos temas sociales. Pero en el mismo 2001 explotó la bomba mediática de los escándalos de los curas pederastas y de los obispos encubridores. Una mano lavó la otra y por grave que fuera el tema de una guerra preventiva que costó tantas vidas y tanto dinero tuvo que compartir la primera plana de los noticiarios con los escándalos de los curas y la traición de los menores que el encubrimiento prolongado y pertinaz representaba.
Quizás valga la pena plantearse que en realidad Roma, la Iglesia Católica todavía no ha sinceramente asumido responsabilidad por sostener una antropología en la que los roles y las funciones definen el valor de la gente como en los tiempos de Anselmo de Canterbury en los que la gravedad de la ofensa dependía de la dignidad reconocida a la víctima. Consecuentemente atropellar un pobre viejo en la calle carecía de importancia, hablar mal del rey podía costar la vida.
De lo que la Iglesia Católica está dando evidencia desde hace mucho es de ser incapaz de reconocer la dignidad de la persona por persona y no por el rol que juega. La mujer no tiene más valor por ser esposa o madre, ya lo tiene en su totalidad por ser humana y mujer y como tal una dignidad que no es relativa a la función social que realice. El hombre ya tiene la dignidad que le corresponde en su totalidad por ser hombre y como tal una dignidad que no es relativa a la función social que realice. Las funciones o los roles solo aumentan la responsabilidad moral porque toda función social es un servicio a otros/as.
En el caso de la sexualidad, el género, la paternidad y la maternidad, todo eso son en gran medida constructos psicosociales de gran repercusión comercial y política que solo drenan o desangran la única realidad importante que es la integridad de la dignidad humana.
¿Por qué los obispos católicos, el Papa tienen dificultad con la sexualidad gay? Posiblemente los tiros vayan en la dirección de la incapacidad que parecen tener para admitir que la propia vida en el estado clerical, religioso o no, ─no sugiero que por ser clérigo se quede inclinado u obligado a volverse gay, que no es el caso, porque hay muchos sacerdotes que no son gay─ porque violentamente exige la renuncia a amar públicamente en pareja a una mujer como hombre, como en cualquier otro ambiente o cultura exclusiva de varones, solo puede efectuar un aumento de la tendencia a la insatisfacción moral y psicológica y a la promiscuidad secreta, con mujeres o con hombres, o, peor aún, a la hipocresía de una doble vida en la que la mujer carga con el sambenito de la vergüenza y la culpa y al hombre se le disculpa con la vulnerabilidad o el estrés. .
Estas hipótesis son consistentes con los abusos de poder para forzar cónclaves secretamente, frustrar carreras científicas importantes, dictar leyes y normas canónicas sexistas humillantes y excluyentes para aparentar ortodoxia moral, un ejercicio de la justicia eclesiástica plagada de sadomasoquismo y obsesión sacrificial/auto punitiva, y violentas luchas internas por hacerse del poder hegemónico que han llegado hasta el ridículo extremo de auto-atribuirse infalibilidad personal o autoridad ideológica y políticamente corrupta y aun así inapelable.
Unas consideraciones para reflexionar, como dice Oscar:
El machismo y sus componentes derivados, así como la xenofobia producen víctimas sobre más de la mitad de la población.
La ideología de género es una expresión totalmente desafortunada que ni siquiera el que la inventó supo bien lo que decía, si bien posteriormente los sectores más conservadores de la sociedad y de la Iglesia le han adjudicado esa connotación tan negativa y que ni siquiera el mismo Papa se ha parado a analizar.
Si entendemos por ideología un conjunto de ideas aplicadas a diferentes aspectos. Si género se refiere a adjudicaciones de roles sociales a las personas según su sexo, ¿quién sería el culpable de que estas adjudicaciones sean tan injustas con las mujeres? ¿Quiénes han sido a lo largo de la historia los que han adjudicado capacidades, virtudes, conductas, tareas, etc. etc. según se trate de hombres o de mujeres? ¿No es una contradicción decir que las ideas sobre género son detestables, cuando en realidad es cierto que es muy injusta la adjudicación de roles según se sea hombre o mujer? Dicho de otra manera ¿decimos lo mismo los/as feministas que los conservadores religiosos cuando calificamos la expresión “ideología de género”? ¿O más bien no saben lo que es el género y les parece muy bien que la adjudicación de los roles establecidos a lo largo de la historia sean moralmente inamovibles?
El resto de términos relacionados con el problema que tratamos no son menos importantes: el androcentrismo, el patriarcado, el machismo, la misoginia o el sexismo, puesto que son los responsables de que el poder se le adjudique a hombres, por ejemplo, y las cuestiones domésticas a las mujeres. Se podrían enumerar muchísimas derivadas de que las capacidades decisorias públicas, legislativas, religiosas, morales, etc. hayan estado siempre en manos de los hombres y nos hayan dicho cuál es nuestro lugar en la vida y en la sociedad.
Molt be Antonio, em sembla que aneu per un camí on trobareu, si no la veritat, sens dubte molta llum. Això és el que diuen al meu poble ANAR AL GRA.
salut Antonio
Hola!
¡Habrá que ponerse a pensar un poquito ¿no?!
El Asunto es primordial.
Se trata de comprender la vida de LA MITAD DE LA HUMANIDAD
relacionada con LA OTRA MITAD DE LA HUMANIDAD
que TODA ENTERA apareció y sigue en ESTE MUNDO – UNIVERSO
¡Pavaita de Asunto ¿no?!
¡Vamos todavía! – Oscar.
Gracias por esta aportación Antonio.
El tema resulta simple cuando se aborda en el “tú a tú”, es decir cuando saltándonos límites autoimpuestos o socialmente impuestos, vemos en el otro, siempre y por encima de todo , a una persona (muchas veces a un familiar o un amigo/a) a la que hay que respetar y querer y a la que el Dios en el que algunos creemos, quiere y respeta.
Pero el tema me temo que se complica cuando se “racionaliza” (como en todo análisis de la realidad) y los estudiosos “teorizan” desde esquemas sociológicos, filosóficos, políticos o religiosos que , incluso en su lenguaje, no siempre resultan de fácil comprensión para el común de los mortales.
Quiero decir con ello, que profundizar en el tema requiere, lectura, estudio y reflexión, es decir tiempo y atenta dedicación, por eso es interesante la aportación de los estudios de Iglesia Viva a que te refieres y facilitas.
Gracias.