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Pederastia y masculinidad sagrada

JJ TamayoMi artículo “El perverso juego de la pederastia” (EL PERIODICO DE CATALUÑA, 14 de diciembre; REDES CRISTIANAS, 15 de diciembre; ATRIO, 16 de diciembre; AMERINDIA, 27 de diciembre), ha tenido numerosas reacciones, muchas de ellas favorables y con valiosas aportaciones, sobre todo de colectivos feministas, especialistas en estudios de género, algunos colegas teólogos y  lectoras y lectores no identificados. Me han llegado también algunos denuestos, muy gruesos, por cierto, y, por ello, irreproducibles.  Agradezco los primeros y lamento los segundos, no por las críticas, que siempre hay que acoger con respeto,  sino por el tono insultante, que no facilita el debate. Respondo a unos y otros profundizando en los argumentos  expuestos y aportando otros nuevos.


Ante tamaños e indignos delitos contra la dignidad de personas indefensas como los cometidos por los pederastas hay que indignarse, denunciar, tomar medidas, pedir justicia, exigir sanciones para que no reine la impunidad. Ojalá se hubieran producido estas reacciones desde el principio, cuando comenzaron a conocerse los casos de pederastia, y no se hubiera esperado a actuar cuando se habían dado ya miles y miles de agresiones y cuando muchos de los delitos habían prescrito.

Yo creo que las actitudes condenatorias, muy necesarias, no son suficientes, si se quedan en la mera denuncia. Pueden ser incluso un acto de cinismo si no se llega hasta el fondo del problema. Hay que ir a las raíces del fenómeno de la pederastia, mucho más extendido en la Iglesia católica que los casos que aparecen. Muchísimo más. Y en España también. Hasta ahora solo ha aparecido la punta del iceberg.

El valor del artículo, a mi juicio, no radica en hacer ver la gravedad del problema, que ya es conocido y que ninguna persona con un mínimo de racionalidad niega, sino en poner el dedo en la llaga, en haber señalado las causas de fondo de tan diabólico comportamiento: la masculinidad dominante convertida en sagrada, el poder igualmente sagrado de los varones consagrados a Dios sobre las almas y las conciencias, el poder fálico-sagrado sobre los cuerpos y el sistema patriarcal imperante en la Iglesia católica.

Mientras la masculinidad hegemónica se eleve a la categoría de sagrada y siga siendo la base del ejercicio del poder, mientras el patriarcado sea la ideología sobre la que se sustenta el aparato eclesiástico y la forma organizativa del mismo, volverán a producirse dichos comportamientos criminales contra las personas indefensas: niños, niñas, adolescentes, jóvenes, seminaristas, novicios, mujeres, personas discapacitadas, alumnos, alumnas, etc. Se buscarán métodos más sibilinos, pero las cosas no habrán

Y no me parece que haya voluntad, ni deseo, ni compromiso de cambiar las cosas a nivel institucional. Es verdad que con el papa Francisco se empieza a notar  un cambio de prioridades, que ya no son el dogma, la moral sexual o la defensa de un único modelo de matrimonio calificado de “cristiano”. Las prioridades del papa argentino son la creación de una Iglesia de los pobres, el mensaje social liberador del cristianismo, la denuncia radical del actual modelo económico neoliberal. Francisco está demostrando un mayor respeto hacia las diferentes identidades y opciones sexuales que sus

Pero, aun así y todo, en el organigrama eclesiástico siguen imperando la masculinidad hegemónica y el patriarcado homofóbico. No hay más que ver la organización jerárquico-patriarcal de la Iglesia católica: el papa, los cardenales, los arzobispos y obispos, las conferencia episcopales, los sacerdotes, los diáconos, el gobierno de la Iglesia (la Curia romana), los presidentes de las Congregaciones romanas, los responsables de la las instituciones judiciales, los miembros de la Comisión de cardenales nombrada por Francisco para la reforma de la Iglesia, los miembros del Sínodo de obispos sobre la familia con voz y voto, los que presiden y administran los sacramentos: ¡Todos hombres!

¿Y las mujeres? No son consideradas sujetos eclesiales, ni morales, ni sacramentales, son excluidas de los espacios de responsabilidad eclesial, del ámbito de lo sagrado, de los ministerios eclesiales, de la reflexión teológica “magisterial”, de la elaboración de la moral, de la representación eclesial. Los homosexuales son también excluidos de dichos espacios.

La organización patriarcal homofóbica no es una excepción o una desviación de la norma. Responde al más estricto cumplimiento y es la más escrupulosa aplicación de la legislación y de la actual normativa en la Iglesia católica, tal como se fija en el vigente Código de Derecho Canónico (promulgado por el papa Juan Pablo II, 25 de enero de 1983), que ha suplantado al Evangelio.

Más todavía: esta organización se pretende justificar teológica y bíblicamente apelando a los orígenes de la Iglesia, a su fundación divina, al orden jerárquico-patriarcal establecido por Jesús de Nazaret, conforme a la elección solo de hombres y al principio de la sucesión apostólica a la que solo tienen acceso los hombres. Por ello, al ser de origen divino y al responder a la voluntad del fundador, tal organización se considera inmutable e irreformable.

¿Dónde está la trampa de este razonamiento? En que no responde a los orígenes del cristianismo, ni al movimiento que puso en marcha Jesús de Nazaret, sino que es una reconstrucción ideológica dictada por el deseo de perpetuación de la hegemonía patriarcal en todos los campos dentro de la Iglesia: el doctrinal, el moral y el

Estoy de acuerdo con las denuncias, con las condenas, con las sanciones, con la tolerancia 0 ante los numerosos casos de pederastia que se han producido y siguen produciéndose en todos los grados de la clerecía y en las diferentes instituciones católicas. Pero no es suficiente. Es necesario cambiar la actual estructura mental, organizativa y legislativa autoritaria de la Iglesia, que es patriarcal, homófoba y hegemónico-masculina, por otra que sea realmente igualitaria e inclusiva.

5 comentarios

  • ana rodrigo

    El gran acierto del análisis que hace Tamayo pienso que está en ir a la raíz del problema. El androcentrismo ancestral le ha dado mucho poder a los hombres, la sacralidad otorgada a los hombres sacerdotes ha añadido gravedad a la relación de éstos con los y las débiles, infancia,  discapacitados/as, etc.
     
    Agredir a un o una menor desde la autoridad sagrada que le otorga su estatus, además de repugnate y delictivo, es indicativo de que la iglesia le ha dado más sacralidad a un hombre por el mero hecho de su condición de funcionario eclesiático que a la sacralidad de cada persona, especialmente de los débiles. Se ha desviado lo sagrado hacia lo insustancial, sin medir las consecuencias en la suma añadida (valga la redundancia) de poder a los hombres-sacerdotes.
     
    La raiz es muy seria, la sociedad intenta aislar el problema de la pederastia de lo envenenado y tóxico de una sociedad androcéntrica, patriarcal y machista.

  • Maite Lesmes

    ¿Cabría algun argumento en contra del análisis, diagnóstico y propuesta de solución de la estructura de la iglesia institución que se hace en el artículo, que favorece los delitos de abusos sexuales -y su encubrimiento cuando no justificación- por parte de eclesiásticos, así como  la cada vez más devaluada imagen de la misma?

    Solo la escasa formación de la mayoría de los creyentes, que aceptan acríticamente la deformación recibida en materia religiosa en la infancia, con el consiguiente respeto acrítico a las figuras que representan a la institución como curas, obispos, monjas, imágenes…. (se traduce en el trato de “reverendo”, “padre”, “madre”…, o en gestos de sumisión como besar anillos, inclinaciones…),  hace posible el trato vejatorio a personas indefensas, basado en una relación de poder o de autoridad.

    El poder de todo tipo (no solo económico y de privilegios) acumulado por la institución iglesia católica a través de los siglos, fomentando miedos, credulidad y dependencia, ha dificultado que las personas desvinculen la fe en Dios o en Jesús, de la fe en la iglesia. Esta ha cubierto en muchas personas “de iglesia”
    sus necesidades de seguridad, de protección, de superación de complejos, de ser “alguien”… que no les ha dado la familia, el status social, la autonomía personal. La iglesia ha fomentado hasta tal punto una dependencia malsana y una carencia tal de espíritu crítico respecto de ella, que ha logrado unos vínculos muchas veces enfermizos.
    De ahí la insistente verbalización por muchos de frases como “yo amo la iglesia, en ella he crecido y en ella moriré”, etc.
    ¿Cómo se puede amar una institución tan mal hecha, tan corrupta, tan anacrónica, tan alejada de la realidad humana, social, científica…, que ha durado tantos siglos por los métodos empleados y la protección ejercida por otros poderes?

  • pepe blanco

    Estos artículos de Juan José Tamayo sobre la pederastia me parecen valientes y necesarios.
     
    La exclusión de las mujeres del aparato eclesial y el menosprecio con que se las trata me parece el mayor escándalo de la iglesia católica contemporánea. Simplemente inconcebible en pleno siglo XXI. Cuando las mujeres ya han accedido a todos los ámbitos de la vida social, permanece la iglesia católica como el único baluarte, en las sociedades occidentales, del machismo más recalcitrante.
     
    La soltería impuesta a los sacerdotes, por motivos económicos disfrazados de pureza ritual y suavizada con el eufemismo de “celibato”, otro gran escándalo.
     
    La escasa preparación psicológica y psiquiátrica de los sacerdotes que se dedican a la “cura de almas”, otro gran escándalo.
     
    El rechazo de la homosexualidad y de las diversas formas de familia que han surgido en los tiempos actuales, también me parece escandaloso aunque, sinceramente, en comparación con lo anterior, parece “pecata minuta” (o como se diga en latín).
     
    En fin, la iglesia católica tiene más de mil quinientos años de historia; para lo bueno y para lo malo. Está emboscada en su historia, en sus dogmas, en sus tradiciones, en sus palabras escritas y habladas. Miles, millones de palabras. Y lo que te rondaré, morena. No creo que sea capaz de salir de ese agujero negro.

  • Antonio Vicedo

    Responde al más estricto cumplimiento y es la más escrupulosa aplicación de la legislación y de la actual normativa en la Iglesia católica, tal como se fija en el vigente Código de Derecho Canónico (promulgado por el papa Juan Pablo II, 25 de enero de 1983), que ha suplantado al Evangelio.”
    En la frase en negrilla del párrafo que cito, creo está la causalidad de este y tantos otros desajustes e incoherencias de la estructura eclesial.
     
    Y el asunto no es de la menor importancia, pues desde hace ya tiempo la preparación esmerada y titulación excelente en el campo del código canónico es uno de los principales requisitos ¿? para formar parte de las listas de candidatos al episcopado yde sus eficaces prácticas “pastorales” han dependido también los procesos ascendentes por las diócesis de “categoría” incluido el cardenalato.
     
    Si alguien tiene datos que pongan seriamente en cuestión esta aportación mia,agradecería los aportara para cambiar de criterio ya muy generalizado desde los seminarios  diocesanos o de las órdenes y congregaciones religiosas.
     
    Para las parroquias, las misiones, las aulas de los colegios, bastaba una cierta mediocridad, pero los de mayor nivel eran escogidos para alcanzar titulaciones altas en las Facultades de Derecho Canónico en las Universidades romanas u otras de categoría.
     
    Así se han sobre dimensionado los Cánones y las normas litúrgicas en Curias romana o diocesanas. por sobre  las actitudes y comportamientos testimoniales  evangélicos .
     
    El termómetro de: El Sábado es para la Humanidad y no al revés, ha estado marcando, desde hace mucho, la fiebre eclesial causada  por  la incoherencia eclesial respecto al testimonio y mensaje de Jesús, incluidas muchas beatificaciones y canonizaciones, no por la declaración de afirmar el gozar de la plenitud de gracia en la vida eterna celestial, como tod*s l* hij*s de Dios, sino por lo que supone de acepción de personas por relativos  sobreméritos particulares.

  • oscar varela

    Hola!

    DETUVIERON EN ROMA A UN CURA ITALIANO ACUSADO DE ABUSO SEXUAL EN SALTA
    http://www.pagina12.com.ar/diario/sociedad/3-263134-2015-01-03.html

    Una sotana para extraditar
    El eclesiástico Alessandro De Rossi se encuentra en Roma, donde fue detenido por pedido de un fiscal de Salta. De Rossi estuvo en una parroquia salteña entre 2008 y 2013, cuando regresó a Roma. Un adolescente lo denunció por abuso sexual.