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De literatura erótica

Honorio2

¿Y cómo no iba a compartir con los atrieros este refrescante escrito de Honorio?

Amigo Antonio: A veces se me ocurren ideas peregrinas; esta vez me he decidido a presentarme a un concurso de literatura erótica convocado por un ayuntamiento de mínima categoría de Vizcaya. Me he soñado el Sha Reza Pahlevi de Irán, y mi amante Soraya, la Venus de milo, la del Espejo de Velázquez, y yo Vulcano; yo un negro de La Habana y mi partenaire una mulata con unas curvas superpronunciadas…Y he contado los juegos amorosos de las parejas que he soñado con cierta crudeza, como requiere el género literario…

Y claro, me he preguntado por qué demonios me he metido en este fregado, cómo lo voy a enfocar, qué rol juega el sexo en nuestras vidas…

Y me han surgido estos interrogantes que comparto contigo, y si quieres puedes compartir con los atrieros.

Resulta que para encajar en la existencia humana el instinto de conservación, el Creador nos ha dotado del placer que conlleva el comer, y el hombre, bajo su inspiración, la de ese instinto o ese Dios,  ha inventado todo un arte culinario que hace de la comida un placer, un medio de convivencia y relación social. Y el hombre se ha tomado tan en serio este regalo de Dios, que ha perfumado el hecho de comer con una oración de bendición al principio y otra de acción de gracias al final.

Y por eso, la cultura mundial reserva los máximos honores y los espacios televisivos más asequibles al gran público a los profesionales de la buena cocina.

Resulta otrosí que para mantener vivo el instinto de conservación de la especie, el Creador ha dotado nuestro instinto procreador del placer sexual. Pero no hay en la tradición cultural que yo sepa un perfume de plegaria que acompañe al acto sexual, tampoco se le considera como un don de Dios exactamente, sino más bien como una tentación, que genera temor y remordimiento. Perdón, sí que hay esa visión positiva del sexo en otras culturas y religiones como la india, la japonesa, y por supuesto en la cultura popular de Occidente.

Y también resulta que los profesionales del sexo, que cada uno a su manera mantienen en el mundo una escuela del placer sexual y unas prácticas de aprendizaje del mismo, al contrario que los buenos cocineros, son considerados como personajes siniestros o condenados al silencio y a no decir una palabra a los jóvenes a propósito de la vida sexual. tema tabú por antonomasia. Y no hablemos de las mujeres de vida alegre, de las profesionales del sexo, condenadas a vivir como los leprosos en el extrarradio de la sociedad, dando vueltas de la acera al calabozo, del calabozo a la acera y vuelta a empezar, explotadas por las fuerzas del stablisment y por la mafia que juega al margen del stablisment…

Resulta que nuestra Iglesia ensalza a los que renuncian al sexo, y promueve esa misma consigna de silencio, pecado y tentación que supone el placer sexual. No se prohíbe a los canónigos decir: “he comido como un canónigo”, pero estaría mal visto vanagloriarse de haber hecho el amor como un Casanova, por poner un ejemplo…

¿Cómo encajar la moral sexual dentro del discurso de Jesús en el evangelio, de sus encuentros con la Magdalena, la Cananea, la mujer adúltera, de sus incidentes con Salomé y Herodes y la hija de Salomé.? Y cómo sus silencios sobre el tema del sexo y sus palabras sobre los que se castraron por el Reino de los Cielos?

Hoy se propone a nivel de la ONU revisar la política mundial relativa a las drogas. ¿Quizá también deberíamos revisar muy a fondo nuestra política sobre el sexo?

¿Quizá convendría tratar por superado y de forma independiente el tema del disfrute del sexo y el de la natalidad y la familia?

Dicen que el anarquismo y otras tendencias ideológicas han predicado el amor libre. Tal vez podríamos encontrar en esas teorías algunos valores asumibles dentro de una visión evangélica del ser humano y del placer sexual?

Por favor, solo he propuesto preguntas y he invitado a la reflexión, a jugar un poco, aunque solo sea un poco, al “antisistema”…

20 comentarios

  • Teresa TUMINI

    Me encantó que promuevas este tema. Habría tanto por decir! Pero creo que cada quien hace su experiencia y no hay una receta universal. Si observamos la realidad, los tipos más diversos de personas han encontrado su pareja y han vivido maravillosamente, y no siempre los que han descollado fueron los más apuestos. Yo solo puedo decir que Sarrio hablaba poco y lo preciso (los atrieros saben de su estilo críptico), y sin embargo…            Falta rogarte, Honorio, que indiques dónde encontrar esos textos que enviarás al concurso. Saludos cordiales.

  • oscar varela

    ¿Cómo es el hombre que “interesa a las mujeres”?

    Nos lo cuenta Wimpi en una coleeción de escritos “Vea amigo”:

    ¿PETIZO Y CALVO?

    Vea amigo, cuando pasaba la niña bonita por al lado de Grantaire, el viejo personaje de Hugo, decía, él, con jubilosa suficiencia:

    —“¡Si je voulaís!”

    Si yo quisiera … Pero nada más.

    Los hombres pueden dividirse en tres grupos: el de los que creen ser donjuanes, el de los que creen haberlo sido y el de los que creen haberlo podido ser.

    ¿Cómo es, empero, el hombre que “interesa a las mujeres”?

    No, desde luego, aquel que las halaba y las divierte con su conversación en el aparte del baile o en la pausa de la kermesse, sino el que sea capaz de suscitar en ellas la auténtica locura de amor.

    Nos dice Stendhal en su libro asombroso: “Aquel que más agrada, generalmente menos profundamente agrada”.

    Vale decir: aquel que les gusta a todas, difícilmente llega a enloquecer a ninguna.

    ¿Cómo “tiene que ser”, entonces, el seductor?

    Pensamos, de pronto, en Rodolfo Valentino.

    Uno, en aquella época —salvada la modestia— era una criatura.

    Pero está informado de que Rodolfo Valentino fue un seductor “de biógrafo”.

    Estaban enamoradas de él todas las mujeres que sólo lo habían conocido en la pantalla.

    Se suicidaron, cuando él murió, muchachitas que no lo habían visto personalmente nunca.

    Sin embargo, es fama que aquellas dos o tres mujeres a las que él quiso, no lo quisieron.

    Este fracaso elimina a Rodolfo Valentino de la lista de los probables seductores típicos.

    Pequeño y enjuto, ahora se nos acerca desde su mundo de fantasía el señor Marqués de Bradomín. Era “feo, católico y sentimental”.

    Pero… cada vez que deshojaba una margarita para anticiparse su suerte con la próxima presa ya elegida, la margarita le contestaba, siempre, “¡mucho!”

    Donde ponía el ojo, ponía la mano, el señor Marqués de Bradomín.

    Y era feo y pequeño.

    Se dirá, seguramente, que siendo proporcionado y buen mozo hizo, también, estragos espectaculares Giácomo Casanova, el caballero de Sengalt.

    Subyugó a Javotte, a Lucía, a Mademoiselle de la Meure, ¿a… mil?, ¿dos mil?

    Una característica común adviértese en Bradomín y Casanova: la locuacidad. Casanova tiene, siempre, pronta la palabra que ha de poner, como una tapia, en el camino de las palabras con las que la mujer de turno trata de salvarse.

    Y el señor Marqués de Bradomín dispone de respuestas que acaban con cualquier pregunta en cualquier terreno.

    —¿Todos los españoles son locos como usted? —le pregunta la Niña Chole.

    Y él responde;

    —Los españoles nos dividimos en dos grandes grupos: de un lado, el Marqués de Bradomín; y, del otro, todos los demás…

    Esos comienzos son como una trampa para las mujeres. Sin duda alguna, las impresiona el ingenio.

    Se ha dicho, empero, que el verdadero seductor no habla; hace.

    Y viene a confirmamos esto el caso de Blancador y Diana de Formasin. Ella ha resistido a Msíe. de la Haussaye y al precioso Aníbal de Travers.

    Pero Blancador —pequeño, cretino, con cara de gato, al mismo tiempo tímido y osado— la encuentra en el vestíbulo y la rinde. Diana de Formasin, la inexpugnable ha quedado a merced del feo salteador.

    Entonces … ¿comó “tiene que ser” un seductor?

    Diríamos: ante todo, “hombre”.

    Pero los aspectos exteriores ideales no suelen corresponder a una esencia grave y profundamente masculina, que es lo que debe intuir la mujer que queda “a merced del feo salteador”.

    Dice el doctor Paul Voivenel que, muchas veces, una aptitud de gran amador se esconde tras un físico enjuto y menguado.

    Y Gregorio Marañón, el más hábil vidrierista de estas cosas, ha difundido la especie de que una calvicie prematura suele ser un signo inequívoco de fuerte varonía.

    Petiso y calvo, ¿entonces?

    ¡Será posible!

    Dos datos que ofrece, uno con la fianza de hombres de ciencia muy serios, confirmarían lo expuesto.

    En su libro titulado “Enfermedades del carácter”, el doctor Ch. Fiessinger alude a la presentación que hizo el profesor Launois a la Sociedad de Patología Comparada de París. Se trataba del caso de un “hombre tronco” y de un gigante.

    El “hombre tronco” es ese que no tiene ni brazos ni piernas. Y bien: trabajaba en un circo, el que mereció la atención del profesor Launois.

    ¡Era casado, y tenía dos o tres amantes!

    Compañero de tareas en el mismo circo; el gigante.

    Un día —cuenta el profesor en su informe a la Sociedad médica citada— cierta dama que visitó el circo quedó prendada …, desde luego que del gigante.

    Y lo mandó buscar en un lujoso automóvil.

    Poco después el gigante volvió al circo en ómnibus.

    Entonces… ¿cómo “tiene que ser” el hombre interesante?
    ——————

  • oscar varela

    Hola!

    El EROTISMO pertenece al nivel de las PULSIONES básicas de la Vida.

    La historia humana parece que es una tarea de hacerla razonable con técnicas ad hoc, referido al erotismo sexual.

    Tal vez ésta sea una de ellas:

    http://www.youtube.com/watch?v=J02WBKKO5B8

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • oscar varela

    Hola!
     
    La influencia de la EDAD en el EROTISMO SEXUADO:
    http://www.youtube.com/watch?v=KKeHXEBQRag
    http://www.youtube.com/watch?v=3eFiE2FBy1s
     
    ENFUNDÁ LA MANDOLINA
     
    Sosegate que ya es tiempo de archivar tus ilusiones
    Dedicate a balconearla, que pa´ vos ya se acabó,
    Y es muy triste eso de verte, esperando a la fulana
    Con la pinta de un mateo, desalquilao y tristón.
     
    ¡No hay que hacerle, ya estás viejo, se acabaron los programas!
    Y hacés gracia con tus locos berretines de gavión.
    Ni te miran las muchachas, y si alguna te da labia
    Es pa´ pedirte un consejo, de baqueano en el amor.
     
    ¡Qué querés, Cipriano, ya no das más jugo!
    Son cincuenta abriles que encima llevás…
    Junto con el pelo, que fugó del mate,
    Se te fue la pinta que no vuelve más.
     
    Dejá las pebetas, para los muchachos
    Esos platos fuertes no son para vos,
    Piantá del sereno, andáte a la cama
    Que después mañana… andás con la tos…
     
    -Enfundá la mandolina, ya no estás pa´ serenatas -…
    Te aconseja la chirusa que tenés en el bulín,
    Dibujándose en la boca, la atrevida cruz pagana
    Con la punta perfumada de su lápiz de carmín.
     
    Han bajado tus acciones en la rueda de grisetas
    Y al compás del almanaque se deshoja tu ilusión,
    Y ya todo te convida, pa´ ganar cuartel de invierno
    Junto al fuego de los recuerdos, en la paz de algún rincón.
    ……………

  • oscar varela

    Hola y Ok! Ana!
     
    Pregunto, entonces:
    * ¿Cuánto influye la EDAD en  el Erotismo?

    * ¿Cuanto influye el SEXO el Erotismo?

    * ¿Dónde y cómo se aprende el EROTISMO?
     
    * ¿Cuáles son las inhibiciones más comunes para no aprender  a realizar el EROTISMO?
     
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • Dracir Abad

    Ma!nana comenzará el período de mayor ocupación de mi semana y por eso he adelantado unao cuantos comentarios que deseaba hacer en Atrio y este es el ultimo hasta posiblemente el lunes 22.

    Pablo propone en sus cartas una “teología del cuerpo” consistente con la literatura sagrada hebrea, que es “sospechosa” del cuerpo y la carne como malos por ser perecederos. Juan Pablo II trató de sentar escuela en el tema pero si es cierto que adelantó un tanto la visión católica al respecto de la sexualidad humana en la familia, la procreación, etc. no lo es menos que haya  quedado, en mi opinión corto, en su estilo aún sospechoso, moralista y restrictivo. El cristianismo moderno no ha superado la sospecha sobre la sexualidad y el cuerpo.
    Una noción de la Psicología de lo Profundo aún vigente es que la libido humana tenga un “objeto o destino”, es decir que sea algo para compartir y que sea compartida satisfaciendo a ambas partes de la pareja (Cf. Paul Avis, Eros and the Sacred, Morehouse, 1989, pp. 55-63, desconozco alguna traducción castellana). Una libido madura es cooperativa y no competitiva; no debe estar centrada solo en sí o solo en la otra persona. Será siempre preferible el máximo de placer, de ambas más que de una parte sola.
    La libido puede catalizar la intimidad positivamente mejor que ninguna otra experiencia física y el ser humano busca la compañía no el aislamiento. Por eso carecerá de sentido cualquier antropología que mire sospechosamente a la sexualidad, algo que la teología y el magisterio católicos aún hacen.
    Se trata de que la teología del cuerpo y la antropología correspondientes se salgan de la sospecha. Consecuentemente la teología de la pareja o del matrimonio tuviera que ser escrita, quizás con su propio método, por quienes se sienten llamados a disfrutar de la vida en pareja, con o sin prole, y esa teología debiera reconocer el doble rol del amor, i.e., el de deconstruir las resistencias naturales de la individualidad—una especie de paranoia básica o instintiva que defiende el espacio propio—y construye con esos mismos elementos la intimidad entrambas. En efecto, quien ame a su pareja desarrolla el gusto recíproco por la individualidad y acepta las diferencias entrambas sin miedo, como enriquecimiento de la vida.

  • Román Díaz Ayala

    El erotismo es un componente esencial en la sexualidad humana que no se da en otras especies biológicas, constituye el factor lúdico, que trasciende lo puramente olfativo- visual de otras especies. interviene el espíritu en lo que tiene de relación interpersonal y la imaginación tan cercana a los sentimientos de la mente.
    El ser humano actúa y está sometido al mismo tiempo a su parte emotiva, la afectividad. No existe enamoramiento sin su componente erótico, aunque lo sublimemos elevando el amor sexual a cotas elevadas por razón de los sentimientos morales que existen en todas las culturas.
    Sin embargo, me resulta muy molesto  que algunas personas identifiquen el amor, todo amor, particularmente los sentimientos que se despiertan en el trato con Dios, porque yo, que he tenido alguna que otras experiencia místicas en la oración jamás me he visto obligado a identificar tales sentimientos con el erotismo, ni con el enamoramiento con mi pareja.
    La sexualidad es buena, y no cabe en ninguna moral estrecha, porque es obra de mi Creador.

  • ana rodrigo

    Oscar, eres un preguntón…..jajaaj. A mí me gustan más las preguntas para yo poder respondérmelas que las respuestas redondas y cerradas, pero en este caso me gustan también tus respuestas que, como te dice Honorio, eres un crak. Un abrazote

  • oscar varela

    Hola!

    ¿Cuáles serían los caracteres diferenciales del EROTISMO
    comparados con la PORNOGRAFÍA?

    ¿A qué llamamos DESNUDEZ?
    (¿cuales “desnudos” son los menos “desnudos”?)

    La “vestimenta” ¿muestra u oculta?
    (¿por qué y para qué el ser humano se “viste”?)

    ¿Qué es un ESPEJO?
    (¿para mirarnos o para ver cómo nos ven?)
    (¿cuál el la “primer” mirada: la nuestra o la de los demás?)

    ¿Cuántos “vestidos” (naturales o “tejidos” artificiales) “visten” los Arquetipos Adán-Eva?

    Etc. etc. etc.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • ana rodrigo

    Honorio, ya quisiera yo haber recibido las enseñanzas que la vida me ha ido enseñando. El tener los pies en el suelo sobre las realidades perdidas y sobre las realidades conquistadas, nos deben servir para que otros y otras no tengan que pasar por lo que unas determinadas generaciones hemos tenido que vivir, sufrir y privarnos, y aprovechar estas experiencias para que nos sirvan en el momento actual. El cuerpo sigue con nosotros, sigue con nosotras, y con un cuerpo vivo conviven muchas sensaciones según cada persona individual lo viva.
     
    El erotismo no es el mismo en todas las edades, esas tempestades electroquímicas de las que nos hablaba Blas Lara son atemporales, lo que se mediría sería el grado o la intensidad de placer, pero el amor y/o el recuerdo del ser amado, junto a la imaginación, pueden prolongar el erotismo en cualquier persona que no se dé por “muerta”. ¿Por qué tenemos que resignarnos a dejar morir sin remisión algo tan maravilloso que está en nuestra persona, en nuestro cuerpo-mente-emoción-amor? ¿Por qué tanto pudor en hablar de algo tan natural y tan maravilloso? ¿Por qué tan mala información, formación y divulgación de que el erotismo tiene fecha de caducidad? Una mirada a un ser querido, un recuerdo del ser querido, una caricia místico-táctil a quien amas…., uf, ¡qué maravilla!
     
    A veces somos tan burdos y, con perdón, tan burros/as, que nos empeñamos en morir antes de que llegue nuestra hora final. La vida es vida mientras respiramos, aprovechemos a darle la mayor intensidad en todos los aspectos.

  • h.cadarso

    Vuestros comentarios no tienen desperdicio, dan cuerpo a una tilosofía-teología que venimos elaborando en Atrio muy completa y muy siglo XXI, creo yo. Porque leo el último hilo de Tamayo y encaja perfectamente en lo que aquí decís vosotros, como un apartado más de ese conjunto doctrinal. Porque vuestra visión de la sexualidad al menos amí me convence al doscientos por cien. Mee gustaría haberos encontrado de profesores de moral cristiana en mis estudios de juventud, Dracir, Ana, Pilar, a todos. A ti también, Varela del humor cáustico y…eres un crac, pibe!
    Los planteamientos que aquí hacéis podrían serles útiles a los que van a deliberar sobre la familia en basee al cuestionario ese que presentó el Vaticano hace unos meses y que contestamos aquí a nuestra bola. Porque, efectivamente, el contenido de este hilo trasciende aquella propuesta vaticana t se enfrenta a un tratamiento definitivo del tema de la sexualidad. Los laicos sabéis mucho más que el clero profesionalizado y enseñante en este particular. En todo caso se impone un diálogo, una valoración de cada opinión según los conocimientos y la experiencia de cada uno.
    Bien haya Santa Teresa, maestra de vírgenes y célibes por el Reino de los cielos. Bien hayaís Pilar, Ana, y los que os mantenéis a la escucha. Hablen todos y todas, que yo escucho, y aprendo; porque yo solo sé hacer preguntas.

  • ana rodrigo

    Gracias a ti, Dracir.

  • Dracir Abad

    Ana Rodrigo: Acabo de enviar a Antonio mi respuesta porque quizás sea demasiado larga para ponerla acá o quizás no le interese a todo el mundo del mismo modo. Gracias por tu interés critic que mucho valoro.

  • ana rodrigo

    Dracir, al final de tu escrito remites a “Cf. de Beauvoir, Girard, Geertz,etc.” Lo que me lleva a confusión, sobre si todo el escrito es algún autor o autora, si las ideas que expresan de de ellos, si sólo te refieres al último párrafo. En fin, si no te importa me gustaría que me lo aclarases porque dices cosas que no me parecen de tu estilo y que no acabo de entender, especialmente la cuestión de los homosexuales.

  • mª pilar

    Un tema muy interesante querido Honorio:

    Soy una persona de a pie en estos menesteres amatorios;  más siempre he escuchado la vida y todo lo que ella conlleva.
     
    He visto a personas con miradas limpias en su acercamiento erótico a la mujer, mirándola como a una igual, respetándola, caminando juntos apoyados el uno en la otra y viceversa y eso es:
     
    ¡¡¡Fantástico!!!
     

    He conocido hombres con mirada “torcida-desviada” donde la mujer solo es la materia que sofoca sus ansias totalmente incontroladas; quizá, porque nadie les enseñó a mirarlas de otra manera; quizá  esos hombres, algo en su interior este “herido” y no pueden-saben- ni lo intentan… mirarlas como compañeras,  en el juego hermoso de la sexualidad.
     

    He conocido mujeres, que les sucede algo similar en femenino… también utilizan al contrario para satisfacer sus instintos.
     

    He conocido a personas ellos y ellas, dispuestos a aprender este rico lenguaje erótico para llegar a vivirlo lo más plenamente posible y enriquecerse así mutuamente; no solo en la pareja comprometida para compartir sus vidas, si no también, para momentos concretos sin compromisos posteriores.
     

    Cuando el roce o vivencia erótica, se realiza con esas premisas (digan lo que digan las religiones) siempre son enriquecedoras y ayudan a crecer a ambos dos como personas; aprenden a respetar, a compartir el momento, a guiar mutuamente esa relación seria o pasajera, y aprenden a mirar a la mujer  como igual en su hermosa diferencia (para ellos)… porque reconocemos que, los hombres también los hay hermosos, atractivos, y sobre todo:
    ¡“Atrayentes”!
     

    Además, a ambos dos, les puede llevar a conseguir  una humanidad espléndida que hace posible una relación rica, atrayente, gozosa, siempre nueva.
     
    …Y… para  cada edad; en ellas (las edades) tienen la posibilidad de buscar aquellos requisitos que la pueden hacer tan intensa como en los medianos años… los más jóvenes… lo tienen algo más complicado… hasta que aprender a controlar sus emociones e instintos.
     

    Me temo, que el celibato puro, alegre, llevado con gracia, haciendo a quién lo vive libre sin complejos, abierto; conociendo el tema;  y  si así lo  decide… al vivirlo, no le cambie la mirada y la vida para mal si no todo lo contrario.
     
    La experiencia como nos dice Ana, tristemente es muy distinta y sus consecuencias son nefastas, porque les convierte en hombres… y mujeres… atormentados y obtusos.
     

    Ningún hombre o mujer, bien formado y estructurado, tendrán problema a la hora de enfrentarse con esta materia, y sabrán vivirla dignamente cada cual dentro de la vida que escoja.
     

    Pero una formación desde la cuna… es necesaria, para llegar al momento de descubrirla cada cual en sí, para no ir haciendo estragos por la vida… siempre a costa de las mujeres.

    mª pilar

  • Dracir Abad

    La dualidad teoría-praxis respecto al sexo—como en la justicia social—prueba al absurdo la salud de la sexualidad: Se opta masivamente por el aborto, el condón, la vida en pareja gay/lesbiana, a pesar de las ortodoxas cristianas como mecanismo de adaptación social.
    La conversación pública sobre sexualidad y aparejamiento, legalizada o no, carece del input seglar, verdadera autoridad de la materia. Quizás en el futuro los curas y monjas en pareja o casados buscarán como iguales—como expertos en el tema—a los seglares de toda orientación.
    El Magisterio religioso tiene su función justificando la perpetuación de múltiples injusticias sociales—Cf. Gramsci y muchos otros—materializadas en las relaciones sociales, políticas, económicas y en la duplicidad en el área del sexo y no solo en Occidente.
    La opresión de la mujer por el hombre—ésta como forma inconsciente compensatoria de auto-expiación por parte del hombre, quizás por alguna rémora también profunda e instintiva de vergüenza o miedo—suprime la espontaneidad y la libertad de la mujer en la sexualidad, a menos que acepte el mercadeo explotador, para pérdida del hombre mismo. Esta área de las relaciones humanas—interpersonales y sociales—constituyen una misma y muy compleja realidad que recién comienza a ser explorada neurológicamente y no en poca medida por la lucha de la propia mujer contra su victimización doméstica.
    La participación consciente o no de la mujer en la perpetuación del machismo es más real de lo que se admite. Son las mujeres quienes mayoritariamente educan/forman los/las menores mientras el hombre sigue brillando por su ausencia en esta área familiar y pública en muchos sentidos. También mayoritariamente las mujeres enseñan en los grados iniciales de la escuela hasta la pubertad y aún después. Este rol de la mujer pudiera ser interpretado como intento de deconstrucción del homo-erotismo masculino (miedo a la homosexualidad pensaba Freud y su escuela), que es una forma enmascarada de perpetuar la homosexualidad —el enmascaramiento es una acción auto protectora. No es infrecuente que los hombres homosexuales y mujeres congenien aunque no sin hipocresía.
    Los niños danzantes de Afganistán, y el multisecular mercado de adolescentes de ambos géneros entre los árabes, en la India y el Asia y América Latina son expresiones del vergonzante homo-erotismo masculino y del rol implícito de la mujer en su perpetuación. Todo ello, en conjunto, es factor de la hipócrita reclusión del sexo en el dominio de lo tabú que, similar a la violencia, solamente encuentra expresión aceptable en lo mitológico (Cf. de Beauvoir, Girard, Geertz, etc.)
     

     

  • ana rodrigo

    Buenísimo tema el elegido, querido Honorio. La capacidad humana de placer máximo es el sexual, pero cuántas cortapisas morales se le ha puesto a lo largo de la historia para menguar ese placer en base a la culpabilidad o la necesidad de procrear.
     
    Las religiones han sido grandes responsables de tergiversar y criminalizar moralmente una acción tan humana. La reproducción de las especies es común a todas ellas cuando se trata de la conjunción masculina y femenina, pero solamente los seres humanos somos capaces de tener consciencia y conciencia del hecho.
     
    En el evangelio, como decía Juan Mateos, no hay la más mínima mención al sexo y mucho menos a moralizar sobre el sexo. Sí, ya sé que se sacará a colación el tema de la samaritana y eso de no “peques más”, y yo me pregunto ¿estaría Jesús (en el caso de que sean sus palabras auténticas suyas y no puestas en su  boca) digo si Jesús estaría pensando más en el sexo-pecado o en el respeto a sí misma de la samaritana? Yo pienso que la moral sexual debe entrar dentro del respeto propio y ajeno, no en si siempre tiene connotaciones intrínsecas negativas.
     
    En occidente, la cultura general de la sociedad en este terreno está impregnada por la moral católica. ¿Y quiénes son los autores de la moral cristiano-católica? Pues hombres, célibes, en muchísimas ocasiones reprimidos, que le han dicho que digan lo que dice la Iglesia, lo que quiere Dios, que no se debe hablar ni informar de ello si no es para coartar moralmente el disfrute, etc. etc.
     
    PD. Querido Honorio la expresión mujeres de vida alegre, deberías haberla entrecomillado y haber condenado esta expresión tan popular. Pobres prostitutas!!!!

  • Gonzalo Haya

    Un poco de contracultura evitaría la esclerosis y mantendría a la cultura en su frescor original

  • Pascual Pont

    Haz el amor y no la guerra es el lema de los bonobos, como se puede ver en Wikipedia. Para poder imitarlos tenemos que vencer graves problemas económicos y doctrinales que ellos no tienen y nosotros si.

  • oscar varela

    EL SUSTO

    Tenían que pasar su luna de miel Don Juan Tenorio y Doña Inés. Ella era una doncella sin ninguna experiencia, muy pero muy tímida, y Don Juan era el rey de los románticos. Llega el momento de la noche de bodas y ella atemorizada le dice:

    —¿Me asustará usted Don Juan? No sé qué debo hacer.

    —No os preocupéis. Doña Inés, yo me haré cargo de todo.

    Luego de hacer sus cosas. Don Juan le pregunta:

    — ¿Asustóla, Doña Inés?

    — Asustóme mas gustóme, asústame otra vez.

    Don Juan vuelve a hacer sus cosas con la doncella y al terminar le consulta:

    — ¿Asustóla, Doña Inés?

    — Asustóme mas gustóme, asústame otra vez.

    Aunque un poco más cansado. Don Juan repite el acto nuevamente.

    — ¿Asustóla, Doña Inés?

    — Asustóme mas gustóme, asústame otra vez.

    Luego de complacer a la doncella y cansado por completo. Don Juan pregunta:

    — ¿Asustóla, Doña Inés?

    — Asustóme mas gustóme, guapo, asústame otra vez…

    — BUUUUHHHH