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Sobre el aborto, sin certezas

ArregiYo no saldría a la calle a defender el aborto con un cartel que dijera: “Con mi cuerpo decido yo”, ni gritaría muy alto: “Derecho al aborto”. Yo no tengo derecho, así sin más, ni a matar una lombriz ni a arrancar una flor. También ellas son vida sagrada.

Pero tampoco comparto las severas certezas contrarias que exhiben muchos obispos. Mons. Ureña (Zaragoza) ha declarado que “el no nacido es una persona”, y Mons. Munilla (San Sebastián) acaba de sentenciar en su Carta Pastoral que lo es “desde el principio”, desde la concepción, y que todo aborto es un “crimen”, y que su aceptación revela un “eclipse de la razón” e incluso un “suicidio espiritual”, y pone en duda la moralidad de las instituciones y movimientos vascos que trabajan por la paz –cita la “Secretaría General para la Paz y la Convivencia”, el “Defensor del pueblo” y la “Conferencias por la paz”–, mientras no condenen el aborto (¡ojo al dardo!). El recientemente nombrado cardenal Fernando Sebastián afirmó que “todas las mujeres que quieren abortar lo que buscan es quitarse del medio a sus hijos para disfrutar de la vida”. Y el saliente portavoz de la Conferencia Episcopal, Martínez Camino, ha advertido que quienes “colaboren en la realización de un aborto tienen la excomunión ipso facto” (¿quedarán también excomulgados los parlamentarios del PP y todos sus votantes, pues contribuirán a que se aborte en determinados supuestos? No, ellos no incurrirán en excomunión, según nos explica Munilla en su Carta Pastoral).

Duras, hirientes certezas. Ahí habla una Iglesia convertida en aduana de control, en tribunal supremo de la verdad y del bien, en única intérprete autorizada de la “revelación” o de la naturaleza, incluso de las ciencias. Afortunadamente, nos queda el evangelio. “No ve venido a condenar, sino a salvar”, dijo Jesús, y los obispos debieran saberlo mejor que nadie. Y debieran saber que no hay guerra ni ejecución que no haya justificado e incluso exigido la Iglesia, a pesar del “no matarás”. Debieran ser más humildes, aunque solo fuera por pudor histórico.

Debieran saber también que en toda la Biblia no se dice nada sobre el aborto. Y que los grandes referentes de la tradición católica (Decreto Graciano, Santo Tomás de Aquino) no identifican al embrión con una persona humana y, aunque rechazan el aborto, nunca lo califican de asesinato. Los obispos debieran saber que los datos científicos impiden afirmar que el cigoto de un día sea un niño (el ADN no basta para ser persona), o que el embrión de 12 días (que puede convertirse en dos, o dos en uno), o el de 3 semanas carente todavía de actividad cerebral o incluso el feto de 8 semanas carente aún de órganos plenamente formados posean la misma cualidad humana que un feto de cuatro meses o que un niño ya nacido. Podrá llegar a ser niño, pero aún no lo es. Como una bellota podrá convertirse en un frondoso roble, pero no es un roble. Y no debieran ignorar los obispos que el 50% de los embriones acaban en abortos de manera “natural” en las 12 primeras semanas, pero nunca figuran en los índices de mortandad infantil.

No defiendo el aborto, sino una ley que sea aceptable para una mayoría social. Los obispos están en su derecho de enseñar lo que creen, pero no pueden exigir que el código penal considere todo aborto como crimen, ni que la ley civil obligue al heroísmo ni al máximo bien en sí, sino al máximo bien posible. Y no deben olvidar que las restricciones legales apenas conseguirán que disminuyan los abortos, pero que solo las ricas podrán abortar con garantías para su propia salud, yéndose al extranjero.

Hay que cuidar la vida en todas sus formas y en todas sus fases. Pero no siempre sabemos claramente cómo. Hay que defender la vida en todas sus formas en el mayor grado posible, evitando el mal mayor o procurando el bien mayor posible. Pero no se puede defender la vida a base de excomuniones y de dogmas absolutos. El aborto es casi siempre un dilema y a menudo un drama, cuando dos vidas entran en conflicto insoluble. Y es ante todo la propia mujer la que tiene el sagrado derecho y deber de decidir en conciencia. Y a la Iglesia le toca estar a su lado, sea cual fuere su decisión.

(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS)

Para orar. ABRAZOS

Al niño asustado / que somos,
al hombre inseguro, / al amigo,
al enamorado, / al herido, / al vencido.

Que alguna vez / brazos familiares
protejan, / aquieten, / silencien al monstruo,
despierten al espíritu,
los dos están dentro.

Que la mano tierna / envuelva el rostro
y otros ojos reflejen / amor.

Que, por un instante, / solo haya reposo
en el hombro amable,
y un silencio poblado / de historia.

Alguien, un día, abrió los brazos /para abarcar
a la humanidad entera / en su pasión infinita.

(José María Olaizola, SJ).

12 comentarios

  • Ludovico

    No Porta, no. La vida ajena no es de los progenitores sólo. Es un bien que debe proteger la sociedad. Como debe proteger a la madre que la lleva dentro. Luego, y a la vez, podemos condenar la carrera de armamentos, las usuras de las farmacéuticas, el calentamiento global, la extinción de las especies o todo cuanto esté mal.

  • George R Porta

    Si una cosa es clara es que el aborto no tiene nada que ver con la protección de la vida. La pobreza y la carencia de seguros de salud son atentados contra la vida y no se condena a nadie por darle prioridad al enriquecimiento personal que causa la primera ni a las limitaciones impuestas a los usuarios por las aseguradoras en el segundo cado. Tampoco se condena la sofisticación de la industria de los armamentos que es unflagrante atentado a la vida ni la explotación de la naturaleza al extremo de perjudicar la regulación climática con la excusa del desarrollo industrial, de la promoción del turismo sexual que no es otra cosa que la globalización de la prostitución el proxenetismo.
    De lo que se trata es de si el aborto es una decisión de quien procrea o de quien no procrea, no de si es una decisión grave o no, no de si puede implicar delito o no, no de si es inmoral o no. El aborto es una decisión gravíssima, delictiva, e inmoral. Con todo pertenece al foro de lo personal y privado de los progenitores.

  • norverto Rosario

    Llama la atención como el autor le da categoría de sagrada a la vida de una lombriz o de una flor. Y luego pasa a liarse en los mismos vericuetos a los que ya nos tienen acostumbrado los defensores del aborto.

    Que no le parece bien lo que dice Mons. Urena y Mons. Munilla? Pues aquí algunas ideillas de algunos Santos Padres: Tertuliano es enérgico y directo en este tema cuando dice que “es un homicidio premeditado impedir que nazca (un ser humano)… Ya es un hombre el que lo será” (cf. Apol. IX, S: CSEL 69. 24). Para san Basilio el aborto es un homicidio (Ep. 188, 2). Tanto él como el Pseudo Bernabé (XIX, 5) extienden explícitamente el delito del aborto no sólo a la mujer que aborta, sino también a quien la hace abortar. Para Clemente de Alejandría el aborto transforma el seno materno, cuna de la vida, como quiere el Creador, en féretro de muerte (cf. Strom. 2, 18). Y para completar, aquí lo que dice la Didache en II,2: “…No cometerás aborto ni infanticidio…“.

    “Que en la Biblia no se dice nada sobre el aborto”. Pero aquí ya el autor intenta tomarnos el pelo. Porque un tema transversal en la Sagrada Escritura es la teología de la Creación, es decir, Dios como Creador. Es de simple lógica que el atentado contra la creatura atenta contra el creador. En Gn. 1,2 leemos: “Y creó Dios al hombre a su imagen. A imagen de Dios lo creó”. O en Dt 32,39 dice: “yo doy la muerte y la vida”.

    Graciano y Santo Tomas: lo primero es remitirle al primer y segundo párrafo aquí. Y segundo, es simplemente intentar sacar a Santo Tomas de su contexto en asuntos netamente que hoy la ciencia esta en total capacidad de hablarnos de vida desde la concepción, cuando en su época ni sonarse hasta donde hemos llegado hoy. Si el embrión no es persona humana, entonces habrá que preguntar retóricamente sobre la especie de donde provendrá. A este propósito es bueno recordarle lo que ha dicho el Tribunal Europeo de Justicia en 2011 (apartado 38 de la misma) que “todo óvulo humano a partir de la fecundación debe ser considerado embrión humano”, mereciendo la misma protección.

    Tremenda clase de logica la del autor, aquí la cita para que no la perdamos: Los obispos debieran saber que los datos científicos impiden afirmar que el cigoto de un día sea un niño (el ADN no basta para ser persona), o que el embrión de 12 días (que puede convertirse en dos, o dos en uno), o el de 3 semanas carente todavía de actividad cerebral o incluso el feto de 8 semanas carente aún de órganos plenamente formados posean la misma cualidad humana que un feto de cuatro meses o que un niño ya nacido“.

    Bajo esta lógica, también podemos justificar que un adulto con serias limitaciones psicomotoras y cognitivas no sea un ser humano. Algo semejante era lo que decía Ernst Rüdin uno de los ideólogos del Proyecto de la Tiergartenstrasse numero 4 y miembro redactor del proyecto de “ley para la prevención de los hijos biológicamente enfermos” que incluía el aborto (o como eufemísticamente lo llamaron los muchachos del Führer Schwangerschaftsunterbrechung – interrupción del embarazo) y las esterilizaciones masivas: : “Todas las naciones tienen que cargar con una cantidad extraordinaria de inferiores, débiles, enfermizos y lisiados. Con sabía legislación de esterilización y abortos podríamos lograr la racionalidad en la reproducción.

    Pero a esta lógica del autor le responde mejor la directora del falaz Catholic for Choise, Frances Kissling: “Ya no podemos pretender que el feto sea invisible… Puede que no tenga derecho a la vida, y su valor no sea igual al de la embarazada, pero acabar con la vida del feto no es un acto moralmente insignificante. Debemos poner fin a la ficción de que un aborto a las 26 semanas no es diferente de uno de seis semanas”. Lo afirmaba a proposito, según Kissling, del avance que ve ella del Movimiento Pro-Vida en USA y Europa y los obsoletos argumento que desde los anos 70 sostenia el movimiento de la que ella forma parte.

    En fin, Don Jose Arregui, la discusión que usted intenta “sustentar en los datos científicos”, no es una discusión tal. Porque la ciencia no puede mas que limitarse a decir si hay células viva o muertas. Esto es, a decir que allí hay vida o no. Lo demás escapa al discurso de la ciencia en términos concretos. Lo otro, es decir, cuándo dicha vida es humana o es digna, corresponde a otro discurso: el ético-moral. En buena filosofía del lenguaje ya Wittgenstein nos lo explico bien cuando distinguía los tipos de saberes o conocimientos y los géneros de discursos.
    Pareciere que también usted emparenta la intención con los hechos en una misma categoría. Una cosa es que se pierda una creatura antes de las 12 semanas por causas naturales o fortuitas y otra que se le elimine deliberadamente.
    Es lamentable que el autor no aporte nada distinto de lo que dicen los mas acérrimos defensores del aborto. Y que además le falta gallardía para decir con toda claridad que hoy la ciencia esta en capacidad de solventar cualquier situación extrema de salud en ámbito de la ginecología, la obstetricia y la fetología moderna e incluso embriología molecular. Mas penoso todavía acudir al mantra de “una ley que sea aceptable para una mayoría social“. Cunado sabe bien el autor que todo el afan pro-aborto hunde sus raices historicamente en leyes racistas, de odio al pobre (el contexto de las teorias de Malthus y las leyes de pobres en Inglatera) y el proyecto „pro-eugenesia internacional, sobre todo a partir de la primera conferencia de poblacion en Ginebra en 1927. La lista de los organizadores y los mas prominentes cientificos y agentes sociales de la epoca no dejan lugar a dudas. Pero peor aun, que sea usted tan „ciego“ como para que no se pregunte de la disparidad que significa que en paises como India, Nigeria, Etiopia 3 de los 6 paise que resumen el 50% de las muertes maternas en todo el mundo ha incidido en nada las leyes abortivas en la reduccion de las muertes maternas; tan abiertas dichas leyes, que se puede terminar con la vida del no nacido durante cualquier periodo del embarazo por razones sociales o peligro de salud mental de la madre. Pero todavia es mas evidente lo que digo en estos datos que se pueden contrastar en la revista The Lancet. Por ejemplo, en USA 24/100mil nacidos vivos con aborto abierto. Chile con aborto prohibido en todos sus supuestos tiene 25 muertes maternas /100mil. Cánada en las misma línea USA 12/100mil contra Irlanda igual que Chile en materia de aborto 6/100mil.
    Simplemente se trata de una injusticia mas grave aun, misma que el autor se pasa por el forro: que las muertes maternas tienen relacion directa con el acceso (como ha dicho la revista The Lance #de febrero 2008 y ha vuelto a hablar de datos similares en 2013) o no a una mejor alimentacion, mejor educacion y la asistencia de una medicina preventiva de calidad. Es decir, que se trata de un problema de exclusion social. Simplemente a mas leyes favorables al aborto no significa reduccion de tasas de mortalidad. Los casos arriba enumerados lo dejan bien claro. De modo que intentar decir, que una ley positiva en favor y en defensa del aborto va correlativamente en favor de “las mujeres pobres y débiles” tiene escaso o ningún sustento estadístico social.

    Si deja claro, que el pobre y marginado no tiene derecho ni a tener un hijo, porque prima la misma logica desde Galton hasta Kissling.

  • Ludovico

    Me producen una honda pena el artículo de Arregi y ciertos comentarios. Nada de ponerse del lado de la vida incoada. Se anatematiza como dogmático al que la defiende. Se apela a un descontextualizado tomismo (de santo Tomás) y se remata con el broche de que uno no es partidario ni de cortar una flor o de aplastar a una mosca cojonera. Qué bonito!

    Para postre, la comparación con la bellota.

    Arregi la metáfora tiene derecho de autor. Jesús Mosterín, mi profesor de lógica en la Universidad de Barcelona. Ocurre que Mosterín no distingue entre el ser humano y cualquier otra especie animal. Sostiene que los primates pueden tener más derechos que los bebés. La bellota y el roble, Arregi.

    La Iglesia no debe legislar. No le compete. Pero tiene obligación de proponer lo que entiende por bien y por mal. Resulta un tanto curioso que atribuyamos maldad, carencia de sentimientos, machismo y demás necedades a quienes quizá sólo buscan ponerse del lado de los oprimidos, no de boquilla, sino saliendo a la calle.  Los primeros oprimidos son los que ni siquiera verán la luz. No veo yo que Munilla condene a la mujer. ¿No será que, una vez más,  Arregi condena a Munilla? 

  • Jordi Morrós

    Felicitaciones por la ponderada reflexión sobre un tema que fácilmente se convierte en una arma arrojadiza.

    Como católico a veces siento vergüenza ajena por la utilización de los nobles sentimientos de defensa de la vida que desde ciertas estancias se realiza para azuzar campañas de supuestos defensores de la vida que a veces fácilmente pueden degenerar en actuaciones que se acercan al fariseísmo, y donde no se sabe donde termina el noble afán por defender la vida y donde empieza el interés por aparecer públicamente como los puros e inmaculados en frente de un mundo que se considera pervertido y corrompido, y que según ellos casi practica solo practica el aborto por inconsciencia e irresponsabilidad.

    Por aquí Barcelona se encuentra de párroco un sacerdote muy activo en este terreno, y aquí podéis ver información sobre uno de sus viajes internacionales a un país muy dado a este tipo de “parades pro life”, obviamente los USA del tío Sam. La foto  y la “parade” es del año 2012 pero me parece que repite la asistencia casi cada año.

    http://custodiosdesanpedro.blogspot.com.es/2012/01/el-sacerdote-custodio-ballester-lleva.html

  • Jorge Gerbaldo

    Me parece claro y armonioso el análisis de José Arregui. Si esta preocupación tienen ustedes en la Europa desarrollada, imagínense cuánto más puede cuestionarnos a nosotros, habitantes del fin del mundo, donde en el interior del interior de nuestra Argentina, no hay opción de ir a otro país a  abortar, sino que se mueren nuestras chicas en abortos clandestinos realizados en contextos de pobreza y miseria total.
    Nuestros esfuerzos, desde el convencimiento de que el aborto es un mal para todos, tanto para el feto que se está desarrollando como para la madre que sufre el desgarro, debe ser salvar la vida que puede salvarse, la de la madre, y acabar con los abortos realizados en chozas infectas que matan más de una mujer por día en sus prácticas.
    Muchas gracias.

  • George R Porta

    Un abrazo agradecido, amigo Antonio.

  • Antonio Duato

    Querido George:

    ¡Excelente tu reorrrido por todas las dinastías de emperadores estadounidenses para mostrar la utilización política del tema del aborto! Es un lujo para ATRIO tener una persona tan informada y sensata como tú y con tanto conocimiento de las diversas sociedades y situaciones americanas…

    Al menos yo he disfrutado en ese sucederse de nombres y acontecimientos que ha entretejido tanto la política del imperio y la vaticana, con sus nuncios y cardenales. ¡Hasta te has remontado al cardenal Spellman! Y me has hecho recordar ese incidente de la primera elección de Bush junior… Yo no me perdí ni una sesión  del tribunal de Florida y del Supremo que seguía por la CNN. Creo que con esos discutidos votos robados se determinó mucho del futuro de la historia mundial. Con Al Gore las secuelas del 11 S hubieran sido muy distintas.

    Y, al final, recuerdas de 2001 el escándalo de las monjas violadas en África por sacerdotes católicos. Acababa de empezar ATRIO y fue un tema que analicé a fondo, desvelándolo en  España con toda su documentación. Puedes aún, por curiosidad, ver el dossier (lo llamábamos SERDOC, por una modalidad semejante que hacíamos antes con fotocopias de prensa en el entorno de Iglesia Viva). Lo tienes aún aquí, aunque veo que muchas de las direcciones de NCR que citaba entonces, ya no son válidas: Abusos sexuales a monjas

     

  • George R Porta

    El aborto fue convertido en un caso político primero, religioso después.
     
    La derrota del bloque soviético y la súper-alianza del Vaticano con la Casa Reagan y después con la casa Bush tampoco, fueron factores definitivos de que la campaña pública escalara a los niveles multimillonarios que ha alcanzado en los costos.
     
    JPII debía mucho a ambas dinastías [y a la recíproca, ambas dinastías a JP II y sus nunciaturas sobre todo por la secuela de la de Sebastiano Baggio (Chile, Canadá y Brasil), Pío Laghi (Argentina y EE UU) y Sodano (Chile) en la arena de la política internacional desde la derrota a partir de Puebla de la teología liberacionista y de los gobiernos de izquierda surgidos en la América Latina después y con el apoyo de la Revolución Cubana, pero causado en gran medida por el pillaje económico perpetrado por los EE UU desde la Doctrina Monroe en las Américas del Centro y del Sur.
     
    No solamente puede decirse esto de Hispanoamérica incluyendo la que aún hablaba lenguas precolombinas. También en Asia y en África.
     
    En esa época surgió la derecha radical protestante de Jerry Falwell, Pat Robertson etc., y su contrapartida católica (contrarreforma) la “Hermana”  del parche en el ojo, Angélica, en el mismo corazón del Sur Evangélico, con su emporio televisivo que con tanto éxito ha trabajado nacional e internacionalmente por el retorno al ante concilium vaticanus secundum y el auge de los Millonarios de Cristo, con el apoyo del pro-pederasta Bernard Law (Boston) y del Cardenal              O’ Connor (NY) más que leal sucesor del pro-guerra en Viet Nam Francis Spellman.
     
    El aborto debió ser siempre un problema legal, jurídico.
     
    En los EE UU hay límites visibles entre las tres ramas gubernativas  pero son discontinuos. Evidencias de ello fue el acceso de Bush Jr., a la Casa Blanca gracias al ala derecha de la Corte Suprema de Justicia y ahora lo es la posible reconsideración, por esa misma corte,  de la Ley McCain-Feingold que impuso limitaciones a las donaciones particulares de dinero millonario y anónimo a los campañas electorales federales.
     
    La discusión de la personalidad jurídica desde el ángulo de lo biológico es, a diferencia de las respuestas neurológicas reflejas del feto, completamente inapropiada. Lo jurídico es el terreno auténtico de la cuestión del aborto y de las relaciones familiares.
     
    La mujer que opte por abortar, el padre de su feto que lo consienta tácita o explícitamente, el médico o la partera que lo faciliten o ejecuten deben poder lidiar con su conciencia privadamente y no en público. Fuera del foro privado se ven expuestos a la difamación algo que, a mi parecer Jesús, nunca hubiera hecho ni ante lo cual hubiera permanecido indiferente en ningún sentido.
     
    La historia sin fin de padres que nunca reconocieron a sus hijos naturales y de preñeces negadas, o de padres que incumplen el compromiso moral y legal de cooperar al sostenimiento material de su prole por sus respectivos causantes paternos es un testimonio que penetra las filas de la jerarquía eclesiástica.
     
    Otro tanto puede decirse de la larga lista de casos de maltrato sexual, frecuentemente causante de preñez, perpetrado contra religiosas nativas por parte de curas misioneros europeos en los países llamados de misión, sobre todo en África—he aquí un enlace a la evidencia (hay muchos más): http://www.elmundo.es/cronica/2001/CR284/CR284-14.html—y en Asia que la Federación de Superioras/es Mayores y Ratzinger y JP II conocieron a raíz de los escándalos de pederastia. Esto debiera bastar para dejar el tema en las manos de los seglares o laicos que han de hacer opciones acerca de procrear o no.
     
     
    La regulación de la procreación es un tema completamente ajeno al fuero eclesiástico (excepto para prohibírselo a los propios clérigos o religiosos/as y totalmente perteneciente al foro interno de los seglares. Lo mismo el uso de medios artificiales para regular la procreación más allá de cualquier sistema dependiente de los ciclos biológicos hoy día tan poco confiables por el nivel de estrés que la vida implica y su impacto bioquímico endocrino.

  • A ver si me explico a al pata la llana, para que “yo” me entienda. No soy juez.Me repele el aborto.No condeno ni a Tirios ni a Troyanas.¡Caracoles, tan listos como somos y caemos en la trampa de la sexualidad, don maravilloso y tramposo porque con el truco, con el aliciente indiscutible se produce un nuevos ser. No, mire ud.,eso es una trampa de la naturaleza; y con lo listos que somos , no somos capaces de idear eficacia humana total y evitar engendrar, porque, la verdad,hoy no se debería decrir, por burrada, eso de hijos los que Dios quiera. No mire Ud. Aprenda Ud. que es tan  listo/a trabajarse mejor el rollo. Lo digo así por no caer en lo del “nec nominetur”

  • Gonzalo Haya

    Sensible, razonable, equilibrado, como suele ser Jose Arregi. Conviene poner comprensión y serenidad en un tema fácil para caer en extremismos.

  • Antonio Vicedo

    -Muy bueno José como rescoldo de tu vivencia celebrativa en el día de José que tuvo que afrontar la maternidad de María, cuando ya su cuerpo manifestaba la presencia del Hijo, en el  que él nada tenía que ver, como marginación siimbólica,pero efectiva, de la base del patri- arcado.
     
    Efectivamente la fe no puede desafiar a la Naturaleza, pues esta es Palabra Práctica de Dios y seguramente por ello, el pueblo universal creyente depositario de la Fe nunca ha tenido completa conciencia de que la existencia del ser humano , en tato tal, no coincide ni con el primer momento de la concepción, ni en muchos momentos siguientes a la misma.
     
    Si no fuera así, y dada la importancia moral del asunto, ya estaría concretada alguna definición dogmática delimitando el particular con calidad de fe y no solo de normativa canónica.
     
    Además, considerado el valor principal que es la vida humana la tratar la no-nacida como objeto de delito y en virtud de por qué lo es ( Negación de quien los tiene y puede de los medios  estrictamente necesarios de supervivencia), el sujeto criminal abarcaría a cuantos disponiendo de los bienes que los seres humanos vivos necesitan para su supervivencia, se los niegan,  y ello si que, consideradas las personas que se encuentran en esa extrema necesidad,  afectaría de criminalidad a la propia estructura eclesiástica y a sus jerarcas en cuanto propietarios o administradores últimos de tan rico patrimonio.
     
    Clara fue la expresión de Jesús condenando a los hipócritas escribas y fariseos por cargar fardos pesados a espaldas ajenas, mientras ellos no se atreven, ni a moverlos aplicando uno de sus dedos.
     
    Hemos de proclamar alto y claro que no estamos a favor,  ni en disposición de consentir el mínimo ataque mortal  a ningún ser humano, que tal lo sea, antes, o después, del nacimiento, pero al mismo tiempo librarnos de acusar de crimen a quienes no este claramente probado que lo cometen, sobre todo a las mujeres que consideren imposible para ellas la futura maternidad de un* hij*, sobre todo, si no se les ha asegurado la ayuda que las libera de su imposible responsabilidad maternal, sin que valga, como norma, la renuncia maternal por adopción ajena.