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¿Podemos esperar?

ArregiNo me refiero a si podemos esperar algo que desearíamos que suceda. Esperar no es estar a la espera.

Tampoco me refiero a si tenemos razones para esperar. No necesitamos razones para esperar. Necesitamos esperar sin razones, como respiramos, como vivimos.

Una flor no se abre ni exhala su perfume por algo exterior, sino por sí misma, por su propia razón de ser, por la misteriosa ley de la vida, con sus propios motivos y fines. Así es todo el universo, y es todo el universo el que se mueve en cada vida.

Nadie ama de verdad porque se lo manden desde fuera, como nadie vive o respira por convicciones ni por motivos extraños a la propia vida, al propio aliento vital. El amor, el aliento, la vida nos mueven por dentro. Un impulso misterioso nos abre y nos atrae, nos empuja a ser, a vivir. Ser significa inter-ser. Vivir significa con-vivir. Basta que el impulso esté vivo y nos dejemos llevar. Amamos porque amamos, respiramos porque respiramos, vivimos porque vivimos. Entonces nos sentimos libres y plenos.

Nadie espera verdaderamente por razones externas: porque Dios exista o porque haya impuesto leyes o hecho promesas, o porque Jesús haya resucitado y corroborado la fe en la vida eterna después de la muerte. Ésas son creencias, y cambian con los tiempos y las culturas. Las creencias, como las leyes, pueden ayudar a sostener la esperanza, pero no la suscitan, no son su fuente. La esperanza verdadera, como la fe auténtica, no depende de creencias y de normas. Esperar es una forma de vivir.  Esperar es ser fiel al dinamismo profundo de la vida, dejarse llevar simplemente por el espíritu que nos habita. El Espíritu universal que todo lo une y libera, que todo lo mueve y atrae. Esperar es vivir en respiro y respeto, en libertad y comunión. Esperar es simplemente vivir, dejarse llevar por la secreta ley o, más bien, por el Espíritu de la vida.

Lo expresa muy bien el relato bíblico de la creación, una bella metáfora de la esperanza como energía vital que lo recorre todo y de la esperanza como manera de vivir que lo transforma todo. El relato del Génesis no expone motivos para seguir esperando, sino que nos abre los ojos al movimiento que mueve la creación entera que está creándose, que gime y goza, buscando el Sábado del descanso. Es la esperanza de la creación que nos mueve a todos los seres.

“Al principio creó Dios el cielo y la Tierra” (Gn 1,1). “Al principio” no se refiere a un tiempo pasado, al comienzo temporal absoluto del mundo, que no sabemos ni si existió. Se refiere más bien al fundamento  y la fuente permanente del ser y de la vida. La creación no tuvo lugar en algún pasado remoto, sino que está teniendo lugar hoy, aquí, ahora. La creación está en permanente acto, está teniendo lugar sin cesar.

Cada día es el primer día de la creación. Cada instante es el principio. Estamos siendo creados. No estamos acabados y abandonados, no estamos condenados a un plan predeterminado y frío. La creación está dándose y renovándose en cada instante, y una Energía profunda y buena nos acompaña, anima y mueve. En tiempos de desesperanza es bueno recordar y decirnos: “Somos criaturas, estamos siendo amorosamente creados e impulsados a crear. Hay esperanza”.

“El Espíritu aleteaba sobre las aguas” (Gn 1,1). “Aleteaba” puede traducirse también por “vibraba”. Todo vibra en el universo: vibran las partículas y vibran los átomos, vibran las estrellas y vibran las galaxias, vibran el canto y la danza. Cada sonido es vibración y también el silencio es vibración. Dicen que el Big Bang surgió de la vibración del vacío cuántico. No entiendo lo que eso pueda ser, pero sí entiendo que el corazón de cada ser, pequeño o grande, piedra, planta o animal está vibrando. La vida es vibración.

El Espíritu que aleteaba sobre las aguas es la imagen de la vibración divina que habita y mueve en el corazón de cuanto existe. El Espíritu es la respiración universal. Todo respira, y es el Espíritu divino el que respira en todo, también en el fondo de eso que llamamos materia y que consideramos equivocadamente algo inerte y estático. No hay ninguna oposición entre lo que llamamos materia y lo que llamamos espíritu, pues la materia es una forma de la realidad, la matriz o el soporte de todo ser viviente, sintiente, pensante, consciente, y el espíritu es otra forma de la realidad, la manifestación o la emergencia consciente del soporte que llamamos materia y que, en última instancia, es energía.

Todo es energía, movimiento, relación, y de ahí brotan maravillosamente todas las formas de todos los seres, como de una misteriosa matriz materna. “El Espíritu –o la Ruah, femenina en hebreo– que aleteaba sobre las aguas” es una bella imagen de la matriz o del útero originario fecundo de todo cuanto es. Cuanto existe es amorosamente acogido, fecundado, gestado, portado en ese cálido útero que podemos llamar divino: “Dios”.

Mirar de este modo la realidad nos mueve a confiar, esperar, respirar. Mirémosla así: la realidad entera alentada y sin cesar fecundada por el Espíritu materno; la realidad entera cargada de infinitas nuevas posibilidades, cargada de Infinito. Podemos esperar.

Para orar

Espíritu sin nombre,
indefinible esencia,
yo vivo con la vida
sin formas de la idea.

Yo nado en el vacío,
del sol tiemblo en la hoguera,
palpito entre las sombras
y floto con las nieblas.

Yo soy el fleco de oro
de la lejana estrella,
yo soy de la alta luna
la luz tibia y serena.

Yo soy la ardiente nube
que en el ocaso ondea,
yo soy del astro errante
la luminosa estela.

Yo soy nieve en las cumbres,
soy fuego en las arenas,
azul onda en los mares,
y espuma en las riberas.

En el laúd soy nota,
perfume en la violeta,
fugaz llama en las tumbas
y en las ruinas yedra.

Yo río en los alcores,
susurro en la alta yerba,
suspiro en la onda pura
y lloro en la hoja seca.

Yo soy sobre el abismo
el puente que atraviesa,
yo soy la ignota escala
que el cielo une a la tierra.

Yo soy el invisible
anillo que sujeta
el mundo de la forma
al mundo de la idea.

Yo en fin soy ese espíritu,
desconocida esencia,
perfume misterioso
de que es vaso el poeta.

(Gustavo Adolfo Bécquer)

8 comentarios

  • marian

    He vuelto a leer el artículo de José.  Sí, tienes razón José.  La enengía y la materia , son una misma cosa, una y otra se manifiestan según las circunstancias en que se van manifestando. Confieso que a mí, me produjo una gran alegria. Por fin, los pobres seres humanos no desaparecerían del todo, “algo”, de nosotros, no se diluiria en la NADA, sino que de alguna manera sobreviviría. Bueno. Seguí estudiando y claro, pues tampoco. Pero José, decir que no hacen falta razones porque las tenemos en nuestra existencia misma, pues no sé. Eres muy poético y me gusta. Pero, si la rosa eesparce su perfume, nosotros,aquí, en la tierra, esparcimos sobre todo, mal. Y el mal, no lo entiendo. De dónde sale?. De un Ser perfectísimo, no. O es que no es tan perfecto…ni bueno…ni todo bondad ?. Pregunto…. Si, todo es relación, energia. Parece que todos, y todo en el universo estamos relacionados.  Hay que ver, cuánta responsabilidad para nosotros, si pensásemos seriamente en ello !!. Bueno, pero volviendo al otro tema, lo que nos gustaria saber, o por lo menos, esperar,  es si nuestr  “mismidad”, va a perdurar de alguna manera.  Me gustaría cuando miro a un cielo, tan hermoso, pudiera también sentir que Alguien, me contempla y se ocupa de mí, y de todos los pobres seres que esperan algo, en sus vidas. Es mucho pedir ?.

  • Asun Poudereux

    Hola Marian:

    Cuando leí tu comentario la primera vez , me dije he ahí algo que forma parte del nosotros, porque es cierto que el sentimiento y el pensamiento van entrelazados y se unen de tal modo, que es difícil distinguir cuál es antes y cuál después.

    Los pensamientos sobre Dios, Ser, Gran inteligencia, no dejan de ser constructos propios que vienen a priori inoculados, mediatizados.  Viniendo de la mente, siempre están  en continuo cambio, dependiendo de lo que llamamos conocimiento y de los descubrimientos científicos.

    Su influencia en nuestra psique depende de dónde te sitúes, bien como centro-ego  ante un mundo exterior-universo, ajeno a ti, o bien como el inmenso universo  abierto que incluye y está incluido en toda parte y forma.

    Entonces, ante  Lo que es, lo Inabarcable e Incomprensible, sin poner ninguna etiqueta, pensamiento-sentimiento,  la humildad y la gratitud llegan ambas finalmente a confundirse, en un no-pensamiento que acoge, acepta y se humilla.

    Por otra parte, creo que el mal como  la ausencia de bien, está en cada cual, lo generamos en nuestro falso interior, que está siempre en interrelación separada con el mundo exterior. Y es debido, en gran parte,  a la ignorancia de lo que somos realmente, a los miedos que nos visitan inesperadamente en cuanto les dejamos abierta la puerta del no estar viviendo el momento presente, el aquí y el ahora confiando.

    Porque no somos perfectos, si eso quiere dar a entender lo de únicos y especiales, sino personas, seres humanos completos e inasequibles, que no paran de aprender a aceptar y acoger sus sombras y sus luces sin discriminación alguna.

    La libertad que nos hemos fabricado, claro que no existe. Cómo es posible si estamos condicionados totalmente. A ver, que alguien me diga si eligió dónde y cuándo nacer, su cuerpo y sexo,  a sus padres, su entorno, la formación y  educación  recibidas, los miedos y las inseguridades, los prejuicios y los odios, los consumismos y adicciones….dónde está ahí la libertad que creemos  ser???

    A cualquier cosa llamamos libertad y nos lo creemos.

    Marian, gracias por exponer las inquietudes del adentro.  
    Un abrazo cariñoso.

  • marian

    me gustaria ver el mundo como lo hace José, pero no puedo. No comprendo el mal en el mundo. no lo concibo como procedente de un Ser que se supone que es la bondad misma y el bien máximo. Me hace tanto daño que no puedo creer. No sé si somos parte de un universo ó divversos, de una inteligencia fría, de algo que no tiene corazón. Cómo creer que somos únicos y especiales?. Cómo creer que somos importantes para Alguien que se comporta tan arbitrariamente. Antes, miraba al universo con arrobo, ahora tambien, pero como algo frío y poco acogedor. No sé que será ésa Gran Inteligencia y no sé el puesto que mi mismidad tiene en ése engranage misterioso y aterrador. Cuanto más se introduce uno en el mundo cuántico, más asombrado y pequeño  aparecemos. Cada día, el mal aparece aleatoriamente ante nuestros ojos. No parece que Nadie se interese por nosotros. y , a fin de cuentas, por qué existe el mal?. Que no me digan que se debe a nuestra libertad, porque ya no cuela. Existe el mal y punto. Y no sabemos de dónde viene….., a veces sólo queda el consuelo de llorar.

  • m. pilar

    Itxaro !!!que alegría!!! Un abrazo entrañable.
     
    Tililan… Hermosa palabra, serena el alma la conmueve.
     
    !Gracias por asomarte!
    m* pilar

  • ana rodrigo

    Itxaro,  “tililan”, qué palabra más bonita y que, creo, desde mi infancia  no había vuelto a escucharla y, mucho menos, leerla.
    Efectivamente, estas pequeñas cosas a veces te hacen tililar el alma y te despierta de una modorra soporífera de falta de vitalidad, porque la esperanza lo que produce es vitalidad y energía.

  • Itxaro

    No creo que pueda ni deba interpretar ni descifrar lo que quiso decir Arregi.
    Solamente puedo decir que lo que me sugiere es algo que ocurre así, inesperadamente. Vas reconcentrada en tus problemas, no hay  apenas un vislumbre de solución a tantos sinsabores cotidianos, pero de pronto, a través de la ventanilla del autobús ves como tililan las hojas de un árbol en la esquina de una calle.
    De pronto se apodera de ti la calma y la certidumbre de que todo tiene un sentido, todo está en su sitio, todo llegara a buen puerto.
    Es lo inesperado que te deja la certidumbre del aliento vital que recorre toda la existencia.
    No lo puedes racionalizar, lo experimentas y es así.
    Un saludo a todos.

  • ana rodrigo

    Creo, yo no soy poeta, que la poesía tiene poca o nula lógica. Este texto poético, bellísimo, te transporta a un mundo sublime en el que, olvidándote de la lógica y el raciocinio, te envuelve en un mundo en el que sólo tienes que dejarte envolver y dejarte llevar.
     
    Pero los seres humanos somos bastante poliédricos y, por ejemplo, en este caso, intentamos racionalizar bastantes actitudes constantes en nuestro ser y existir. También hay personas con tendencia innata a ser confiadas (no sé si es lo mismo confiar que esperar, creo que no), y otras que tienden a desconfiar de todo y de todos. Es algo parecido a ser optimista y ser pesimista.
     
    Pienso que hay una esperanza infusa, de la que creo que habla Arregui, y una esperanza conquistada, dinámica y activa, que depende de cada persona. Sencillamente porque el verbo esperar tiene siempre un objetivo, o sintácticamente un objeto directo.
     
    Perdón por hablar de mí misma. Yo siempre he sido una persona confiada, bien pensada, me surge espontáneamente, casi sin control por mi parte, con todos los riesgos, fracasos y frustraciones que conlleva ser así y, no escarmiento. Pero también es cierto que me propongo una esperanza activa en aquellos objetivos que yo veo debo implicarme para mejorarlos. Y aquí, más que dejarte llevar, eres tú la que empujas el carro.

  • George R Porta

    No sé como esperar que acabe la injusticia, ni la miseria, ni el mal sin esperar con fecha…o quizás la realidad es desde sí misma algo que lleve dentro el mal, la malignidad de un cancer…desde el principio…

    Es desconcertante, por lo menos, una esperanza que no espere nada ni a nadie… Es como sentarse en la sala de espera de una estación abandonada de un pueblo al que nunca llegará un tren, o un omnibus… o Alguien. Quizás no debí nacer si estaba condenado a tener una esperanza sin fin que se nutre como en el poema propuesto para orar…ver a la yedra que solo espera poder andar para comer las ruinas hasta dejarlas ocultas como si la destrucción nunca hubiera ocurrido y la injusticia quedara sin remedio olvidada… o en la mente del injusto haber valido la pena serlo… porque después de todo injusticia y justicia, como la fe y la esperanza… todo pasa y el Amor fue como el fuego, temporalmente vivaz y calenturiento y al fin pasa y las cenizas se funden con el fuego sobre el que ardieron que siemmpre, desde el principio ya era frío… extraño mensaje porque no sé que hacer con él…