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Alivio y esperanza

Ayer por la tarde se conoció la sentencia del Tribunal Constitucional, rechazando las alegaciones que hace siete años había presentado el Partido Popular contra el matrimonio homesual. Hay que reconocer el acierto de Zapatero en esta introducción de la igualdad de género en la legislación matrimonial  y familiar que está afianzándose y extendiéndose en el mundo. Y en Estados Unidos se ha rechazado una vuelta de los republicanos con piel de oveja, aprovechando una crisis que está quemando a tantos líderes.

Ha sido una noche tensa. Se decidía mucho, no sólo para Estados  Unidos  sino para todo el mundo. La muy posible victoria del multimillonario obispo mormón Romney y de su católico ultraconservador vicepresidente Ryan, candidatura por la que se inclinaba la mayoría de la jerarquía católica, era una verdadera pesadilla. La victoria de Obama, aunque sea tan diferente de la de hace 4 años, aleja la pesadilla y abre una rendija a la esperanza.

Y de esperanza ha hablado en su discurso a las siete de la mañana (la uno en la hora de Chicago:

Esta noche, pese a todos los tiempos duros por los que hemos pasado, pese a todas las frustraciones de Washington, nunca he tenido tantas esperanzas sobre nuestro futuro, nunca he tenido tantas esperanzas para América. Y os pido que mantengáis esa esperanza.

(…)

Creo que podemos mantener la promesa de nuestros fundadores, la idea de que si estás dispuesto a trabajar duro, no importa quién eres o de dónde vienes o qué aspecto tengas o a quién amas. No importa si eres negro o blanco, hispano, asiático o nativo americano; joven o viejo; rico o pobre: discapacitados o no; gay o heterosexual, puedes vivir en América si estás dispuesto a intentarlo.

Hay una referencia en el discurso a la igualdad para personas con tendencias y opciones sexuales diferentes. En dos de los estados se ha aprobado la introducción del matrimonio homosexual.

  • ¿Qué opinamos  sobre la sentencia del Constitucional?
  • Sin la exaltación que despertó hace cuatroaños, ¿cómo hemos vivido la reelección de Obama?

113 comentarios

  • Santiago

    No es necesario “encapsularse”, ni “anacronizarse”, ni volver al pasado. Se puede ser católico y moderno. Se puede ser católico sin ser retrógrado. Se puede avanzar en la Iglesia sin caer en el error. Porque lo esencial es conocer la verdadera  identidad de Cristo. Si Cristo no se hubiera proclamado como trascendente, y no se hubiera entendido así,”desde el principio”, por la Iglesia primitiva, no simplemente “un adoptado” de Dios, sino el Hijo verdadero de Dios, que fue engendrado, “no creado”, y de la misma naturaleza que el Padre….no hubiera pasado de ser un simple profeta, predicador itinerante que no hubiera dejado huellas. ¿Por que iba a despertar TAL controversia un pobre rabino desconocido que no pertenecía a la “clase alta” sacerdotal del pueblo hebreo de entonces? Pero los que niegan esta identidad lo hacen precisamente porque no pueden admitir nada extraordinario, ni nada trascendente en su vida…ni sus milagros, incluyendo  su Resurrección, ni su mensaje escatológico etc…PERO es precisamente ESTO lo que constituye la verdadera fisonomía del Cristo histórico y del Cristo de la fe.l Sin esto la figura de Cristo se desvanece. La batalla desde el siglo I ha sido entre los que creyeron a la Iglesia de los Apóstoles testigos vivientes de las Bodas de Caná, y tambien estos que vieron a Jesus caminando sobre las aguas , que tambien le vieron resucitar a Lázaro y que despues vivió suficientemente para dar testimonio público de ello, y que ellos mismos pudieron tocar a Cristo y comer con EL ya resucitado. Y como “esto” es lo esencial del KERYGMA primitivo de la Iglesia, proclamando la muerte y Resurrección de Cristo (veáse los discursos de Pedro en los Hechos de los Apóstoles), y esto no es una obra de la humana sabiduría sino que se funda en la fuerza  y el Espíritu de Dios, todo lo que se aparte de esta tradición apostólica esta tambien en contra de la fe auténtica y genuina de la Iglesia primitiva. Contra los que niegan todo esto.
    Y se puede ser todo lo progresista que se quiera pero si cambiamos el “modo” de este “kerygma” primitivo y lo sustituímos por otra “clave” bien distinta, estamos apartándones del verdadero mensaje de Jesus…que quiso legarnos su testamento sacramental en orden a la salvación que es personal…pues todos nosotros vamos a morir en nuestra  intimidad mas profunda, solos, ya que cada uno de nosotros constituye una mera individualidad. Y Cristo quiso venir a querer salvarnos a cada uno de nosotros.
    Por lo demas, Cristo quiso rodearse de testigos que transmitieran su mensaje. Sus discipulos entendieron perfectamente, como se ve en los Hechos de los Apostoles, la esencia del mensaje salvífico de Cristo. Decir que ellos se equivocaron interpretando este mensaje requiere negar todo el testimonio de la Iglesia primitiva durante el siglo I. Pero la vida de Cristo fue pública…Puede haber una equivocacion de interpretacion individual, de unos pocos…pero los testigos no solo fueron 12, ni 72, ni 500, ni 3000 sino que toda Jerusalen conocía de los HECHOS Y DICHOS de Cristo y por eso el Sanhedrin persiguió a los seguidores de Cristo despues de la Resurrección porque sabían que ellos proclamaban la verdadera identidad divina de Cristo y el kerygma primitivo de la Resurreccion…la amenaza principal que ha tenido desde entonces la teocracia israelita. Todas nuestras re-interpretaciones se estrellan contra este testimonio histórico del Siglo I.
    Y es por eso que nuestra fe se basa en el hecho histórico que constituye la existencia de Jesús, tal y como nos lo presenta la tradición constante de la Iglesia de Cristo     un saludo de Santiago Hernández      

  • luis . henríquez

    Ana:
     
    No tengo más ideas que añadir al debate; por eso me limité a agradecer a Santiago Hernández su reflexión dirigida a mí.
     
    Ya expuse mi posición sobre la sentencia del Tribunal Constitucional. Luego he participado un buen número de veces en el hilo de la discusión (más de 10 intervenciones, creo). Y sigo pensando igual; en lo cual discrepo del común de Atrio. Pero puede que esté equivocado, en lo cual estaría equivocado conmigo todo el Magisterio (en lo tocante al rechazo de la práctica de la homosexualidad y su normalización jurídica).
     
    Por lo demás, también he tenido ocasión de expresar, acaso con palabras duras y puede que molestas para algunas sensibilidades, que me repatean muchas movidas de la Iglesia que juzgo muy injustas por clericales, muy dañinas por hipócritas, muy castrantes por paternalistas, etcétera. Y nada más puedo extraer del pozo de mi fe sobre cuestiones que nos han ocupado en este post, que ya queda, además, como un poco “lejano” en el tiempo, pues le han sucedido más de diez en este mismo foro.
     
    Saludos.

  • ana rodrigo

    Anda que…! a ver si consigo escribirlo bien: henríquez.

  • ana rodrigo

    Perdón, quise escribir henriques.

  • ana rodrigo

    Luis.henríeus y Santiago estáis formando un dueto sin entrar al debate de otras ideas o alternativas. El encapsularse en la porpia burbuja hace que los caminos sigan en paralelo y ahí se acaba el camino.

    Yo, por ejemplo he pasado por todas las fases, y cuanto más leo y estudio, más me lleva a nuevos caminos, menos seguridades tengo y más me abro a nuevos descubrimientos, sin que otros lo hagan por mí. Creo que quedarse en lo que los otros hagan y digan, piensen y decidan, nos anquilosa personalmente. Efectivamente, cada cual hace uso de su libertad según crea conveniente.

  • luis . henríquez

    Santiago Hernández:
     
    Leído tu atento y juicioso comentario. Saludos.

  • M.Luisa

    También  mi atención se fijó en ese  párrafo de Asun.
     
    “Los llamados apóstoles, primeros discípulos y discípulas de Jesús interpretaron a Jesús después, como no podía ser de otro modo, pues no le habían comprendido estando a su lado”.

    Sólo  haría una pequeña  gran modificación   y es que no podían comprenderlo porque  precisamente antes  lo interpretaron. La interpretación les freno  la comprensión. Y ahora se  continúa en  ese orden.
     
    Las cosas se interpretan  es lo real de ellas  que la comprensión alcanza.

  • ana rodrigo

    En este hilo y, en general, en este blog reflejo de la realidad, se evidencian dos de las maneras de entender la ortodoxia, y quién sigue mejor el evangelio, si quien está al cien por cien con la Iglesia-institución o quienes consideran (consideramos) que la institución, no los individuos, está traicionando a Jesús, su mensaje y su praxis.
     
    Creo que la clave la da Asun en este párrafo “Los llamados apóstoles, primeros discípulos y discípulas de Jesús interpretaron a Jesús después, como no podía ser de otro modo, pues no le habían comprendido estando a su lado.”
     
    Si ya sus inmediatos sucesores/as, quienes habían estado al lado, quienes le habían escuchado y habían conocido a Jesús, a posteriori ya lo interpretaron, muchas personas y la misma institución lo ha seguido haciendo a lo largo de los siglos, yo pregunto ¿por qué en este momento los individuos, los y las creyentes no podemos seguir interpretando los evangelios, es decir, adaptarlo a la sociedad actual? ¿Acaso solamente la Institución es la única que puede crear “Santa” Tradición? Máxime cuando ahora más que nunca en la historia de la Iglesia ha habido tanto conocimiento sobre exégesis y otras ciencias sociales para comprender mejor lo que se dijo en una época lejana y en una sociedad muy, muy diferente de la actual, sin traicionar para nada el mensaje evangélico.
     
    Hay miedo a la insumisión a la Institución, hay mucho miedo a pensar por sí mismo, hay miedo a la apertura que proclamó el CVII, y con miedo sunca se ha avanzado en la historia. Y el cristianismo es una religión que vive en la historia y debería vivir la historia, al igual que lo hizo Jesús en su época.

  • Santiago

    en la quinta línea de mi comentario de abajo debe decir: “que he llegado a ser una interrogación para mi mismo” en vez de “que he llegado ha ser”….mis disculpas     vale   SH

  • Santiago

    Siento mucho Luis Enríquez volver tan tarde por aquí…pero tengo poco tiempo de entrar en el ordenador y por eso, algunas veces, me pasa esto. Sin embargo, es interesante lo que planteas. Sobre todo que yo tambien estoy de acuerdo en lo que dices de que somos “una contradicción”. Esto, por supuesto, no es nuevo. Lo dijo ya Agustín de Hipona con aquello de que “he llegado ha ser una interrogación para mi mismo” o algo parecido,despues de la muerte de su mas íntimo amigo. Y esto le llevó a profundizar mucho mas  en su fe despues de su conversión del maniqueísmo. Y es que nuestra humanidad  comprende algo único en los seres vivientes como es la conciencia de nuestra realidad que es doble: física y espiritual. No somos solamente la inmaterialidad de pensamiento sino que tenemos cuerpo y espíritu con los que sentimos, y amamos y sufrimos. No somos puro espíritu como los ángeles, ni pura irracionalidad como los animales. Sino que ese espíritu esta engranado en nuestro físico y es por eso que constituímos un fenómeno unico en la creación porque ademas de pensar, amar y sufrir tambien podemos decidir libremente. Y lo que nos fastidia es nuestra limitación y nuestra falta de coherencia y constancia cuando se trata de decidir el camino correcto. Por eso Pablo de Tarso hablaba en sus cartas “que hacía el mal que no quería”. Porque la contradicción reside en que tendemos naturalmente hacia el bien, pero hacemos lo contrario:el mal que no queremos. Es el eterno problema de nosotros los humanos. Por eso, en este largo y tedioso camino de la vida no podemos andar solos. Hace falta una ayuda…Esta ya nos fue dada desde que el Padre en la eternidad decidió asumir “esta contradicción” humana cuando se encarnó para llevarnos al orden querido por EL “desde el principio” y nos dio a su propio Hijo, Cristo. Y es este amor del Padre a traves del Hijo el unico capaz de “vencer al mundo” y “su contradiccion”. El venció el mal y por ende, el peor de todos los males físicos, como es la muerte humana. Por tanto, para un cristiano todas estas dificultades no son sino un reto y un desafío para vencerlas con la gracia sacramental donde Cristo se nos hace presente de nuevo…y nos dice “facilmente” venceremos pero no sin la ayuda de Cristo. Y asi fue como Agustin y tantos otros lograron vencer todas las contradicciones de sus vidas en la misma fe dada gratis por Jesus.
    Por otro lado, es encomiable que recurras al sacramento de la reconciliación como base para perseverar en el bien y evitar el mal. Sin embargo, a mi me hubiera bastado solamente una primera mala experiencia para dejarlo completamente, a ese confesor.   Es lamentable que haya personas como esas. Pero la Iglesia es UNIVERSAL y no se puede generalizar. Es cierto que se ha perdido “el sentido del pecado”. Pero en muchas regiones del mundo se ha llegado a un equilibrio y a algo mejor. En mis tiempos, parecía que había pecado en “todo”. Y ahora nos hemos ido a lo opuesto: nada esta “mal”. Hemos ido de un extremo a otro. Pero la naturaleza humana no ha cambiado. Siempre necesitamos del perdón. Cristo fue el gran perdonador. Y despues de su muerte tampoco nuestra naturaleza cambió. El sacramento -la presencia de Cristo para perdonarnos- ha de durar hasta el final de los tiempos. Ahora mas que nunca hay mucho mas problemas morales en el mundo, mas aun, cuando se cuestiona hasta la naturaleza del mal y cuando el relativismo moral quiere imponerse a toda costa. Pero Cristo odió al mal que intrínsecamente es capaz de tantas atrocidades y  asi perdonó a la adúltera pero la dijo “no peques mas”, ya que nuestra verdadera vocación no es el adulterio, ni siquiera el del corazón, sino la busqueda y consecución del bien que se identifica con nuestra suprema felicidad.
    No desesperes , hay muy buenos confesores en la Iglesia Católica. Hay que huir de los malos y encontrar una bueno. Yo estoy seguro de que esto va a estar en tu mano. Dios ayuda.                                    En cuanto      
    a la mezcla del trigo y la cizaña en la Iglesia de Jesucristo esto ha ocurrido siempre, desde el principio. Mira que de los 12 -escogidos personalmente por Cristo- 2 le traicionaron: Judas lo entregó a sus enemigos y Pedro le negó 3 veces. Y todos, menos uno, le abandonaron en el momento decisivo de su Pasión y Muerte Pero Cristo los “amó hasta el extremo”, y los transformó por la gracia el día de Pentecostés para el ministerio de su mensaje de salvación. Ellos fueron los que estando tan cerca de Cristo recibieron el mismo mensaje y la misma salvación que tenemos gratis en el mismo siglo XXI. Todos ellos, transformados por la gracia, murieron mártires de esa fe nuestra. Sus reliquias -la de los apóstoles- todavia se conservan en sus tumbas alrededor del mundo como una prueba viva de la FE que recibieron directamente del Maestro.
    El Magisterio no es mas que la preservación de esta FE viva, centrada no en los curas, sino en Jesus. El carisma de Cristo esta por encima de la malicia y de los pecados de sus seguidores. Lo importante es que el mensaje fue esencialmente transmitido a nosotros a traves de los siglos. Todos nosotros -tanto papas, obispos, diáconos y laicos- podemos aceptarlo o rechazarlo. No podemos echar la culpa a los demás porque ellos no sigan el mensaje de Cristo. Este hablando de los escribas y fariseos decía que no los imitaran en el mal ejemplo pero que hicieran los que “ellos decían” pues este es el camino de la salvacion: guardar los mandamientos.    Perdona la extensión y si te aburrí…Te envío un cordial saludo      Santiago Hernández

  • Asun Poudereux

    Los llamados apóstoles, primeros discípulos y discípulas de Jesús  interpretaron a Jesús después, como no podía ser de otro modo, pues no le habían comprendido estando a su lado.
    Y en esa interpretación les impulsó su “enamoramiento” hacia él, su vida y su mensaje, porque entrañaba verdad, la verdad, que existe desde el principio en todo ser humano, y lleva a descubrir de lo que todos somos de fondo y su consecuencia inmediata en la vida cotidiana, en interrelación solidaria. No olvidemos  que fueron llamados simplemente y sin más los nazarenos. Pensemos despacio lo que eso podía entrañar en aquel entonces.
     Lo de cristianos vino después cuando la teología de Pablo hablaba de Cristo, oscureciendo para siempre la luz primera y genuina: De quién era realmente Jesús y qué  movía a este ser humano a actuar de esa manera, a ayudar a otras personas, sin distinción de clase, sexo y edad, a ver y caer en la cuenta del engaño establecido desde el poder  que era fundamentalmente religioso y cómplice de los abusos. 
    Ante esto, según lo interpreto,  hay  en teoría y en la práctica,  según distintas percepciones o visiones de la realidad religiosa heredada y adquirida,  dos opciones bien diferenciadas con múltiples posibilidades interpuestas  y entrelazadas.
    -Identificarse  en confianza y humildad a Jesús  y desde él tratar de hacer como él hacía, sin tener presentes las creencias, verdades y razones constructas de la teología establecida como únicas vías de seguimiento. Un territorio donde todos y todas caben,  y en donde no existen fronteras. 
    – En caso contrario, seguir fielmente a la teología iniciada con Pablo – con todo lo que esto implica de intolerancia y fanatismo en la historia-  dejando  que lo que piensen y determinen  otros sea prioridad en toda nuestra vida.
    Poner superposiciones y envolturas a Jesús, lleva a creer y a poner más seguridades en lo que otros dicen y han interpretado teológicamente. Y que seguramente sin pretenderlo, lleva también a crear intolerancia, estableciendo leyes, creencias y verdades que han hecho y hacen tanto daño, a eclesiásticos y a laicos,  pues nada tienen que ver con Eso que de fondo somos.
    Poner cualquier ley por encima del ser humano, antes y ahora,  magnifica al poder civil o religioso establecido,  dejando cada vez más  “olvidado” y oscuramente “enmarañado”  al auténtico Jesús,  el espejo de fondo de  lo que todos y todas somos  sin fisuras ni fracturas.

    ¿Dónde está pues el alivio y la esperanza?
    Gracias a todos. 

  • luis . henríquez

    Ana Rodrigo:
     
    Creo que saltan a la vista mis diferencias con relación a la mayoría de foristas de Atrio, tú incluida, cierto, pero algo me sigue diciendo que a pesar de esas diferencias, siento que hay similitudes, coincidencias, concomitancias. Acaso sea por ello por lo que sigo apareciendo por esta página, en la que sin embargo se ha discrepado fortísimo de tesis que he sostenido.
     
    Me siento más relajado después de haber dicho lo del cura ese, cosa que en un principio me turbó -no “más turbó”, como cuenta graciosamente en su autobiografía Savater-, porque estoy convencido de que él sabe plenamente lo que hace, lo déspota que es. Y lo sigue siendo y haciendo. Y al recordar la impresionante confesión de esa chica, lo que llegó a confesarme a las pocas horas de habernos conocido, sin haber tenido nosotros ninguna clase de intimidad ni nada parecido. Aún me sigue asombrando. No voy a confesar lo que me reveló, aun callando su identidad, pero tú misma puedes imaginarte lo más “arriesgado” que consideres, en asuntos de afectividad-sexualidad humana, para poder igual hacerte una idea…
     
    Y es que sobre este asunto, el de la afectividad-sexualidad humana, cuando miro a la Iglesia católica me asaltan unas dudas, unas perplejidades… Por ejemplo: cierto que las nuevas generaciones de hoy día tienen tendencia a ser promiscuas, a vivir una sexualidad a salto de mata, “despersonalizadora”, dirían nuestros pastores. Solo que a menudo las autoridades de la Iglesia católica parecen querer obviar, pasar por alto algo importantísimo en esto esto, como es que los jóvenes con ese comportamiento al menos ponen sobre la mesa, sacan a la luz pública, un comportamiento, el sexual, que mucha gente -miles y miles de eclesiásticos incluidos- mantienen absolutamente en reserva, clandestinamente.
     
    Menos santos del tipo de san Luis Gonzaga y otros y otras, jóvenes vírgenes mártires incluidas (santa Gema de Galgani, por ejemplo, cuyo retrato era muy común verlo en las alcobas de nuestros abuelos en los pueblos…), el común de los mortales ha tenido algún tipo de experiencia sexual en sus vidas: antes del matrimonio, fuera del matrimonio, en el matrimonio, en varios matrimonios, en varias parejas, en encuentros esporádicos, en actos autoeróticos… De modo que las nuevas generaciones, al darse con ese supuesto o real “libertinaje” a la sexualidad, al menos lo que hacen, incluso sin saberlo, sin ser propiamente conscientes de ello, es proclamar que la sexualidad existe en la conducta de casi todo hijo e hija de vecino y que, aunque las normas morales de la Iglesia católica dicen A, la gente suele hacer B, o viceversa. Y que en contra de lo que se cree, ha sido aproximadamente así desde siempre. Con una particular diferencia: antes eran los hombres los “machotes” que podían presumir de conquistas sexuales, hoy día lo más común es encontrarse con chicas jóvenes que viven abiertamente su sexualidad, sin ocultar, llegado el caso, ni sus experiencias ni nada sobre su vida sexual. Y a mí, la verdad, por mucha fidelidad al Magisterio y a la llamada a la castidad y demás -que no niego, sabido es esto en Atrio– , no deja de sorprenderme como algo puede que positivo esa nueva sensibilidad moderna hacia la afectividad-sexualidad. Ya sea porque al menos pone de manifiesto un hecho incontrovertible: la inmensa mayoría de las personas a partir de la adolescencia (eclesiásticos incluidos) ha tenido algún tipo de experiencia sexual. La realidad es esa, palmaria, con independencia de lo que la moral católica diga, recomiende o enseñe.
     
    Saludos. Buen sábado. Me toca ir de compras y aún no he hecho mi cama.

  • ana rodrigo

    Joan, dices:” Sí al debate y a la discrepancia razonada, pero No con expresiones como las que utilizas Ana: “Hasta dónde se puede desvariar de lo humano y desde lo humano”. Termino este hilo y posiblemente mi participación en este espacio.”  Después de mi último comentario, ¿Sigues pensando que mi frase es ofensiva hacia alguien? Yo, por lo menos, no la he escrito con esa intención, y mi último comentario quizá te lo aclara bastante.

  • ana rodrigo

    Joan, aunque cierres tu diálogo en este tema, me sigue intrigando lo que para ti es la esencia de la familia. Dices: “los vínculos jurídicos no proporcionan esa denominación que sí la da la naturaleza, la relación intersexual, la procreación y el parentesco.” Repito, si esto fuese así, l@s hij@s adoptados no formarían nunca parte de una familia. ¿Me podrías decir cómo le digo yo a dos de mis hijas no biológicas que no forman parte de mi familia y que no me llamen madre porque yo no las he parido? ¿Tú crees que la adopción sea de hetero, sea de homosexuales o de lesbianas es un capricho? ¿Consideras incapaces a padres y madres no biológicos de dar afecto, equilibrio sicológico, educación, protección, etc. a hij@s no biológic@s? ¿Tan mal concepto tienes de las personas homosexuales como para que su parentesco sea una auténtica degeneración de la naturaleza hasta el punto de imposibilitarlos a ser capaces de lo mejor?

  • ana rodrigo

    Luis. Henriques, aunque te diriges exclusivamente a Santiago, no me resisto a decirte que realmente estoy de acuerdo con tu confesión al decir “Pero yo debo ser un mar de contradicciones, lo confieso”. Tu comentario lo firmo yo misma, exceptuando el masoquismo al que te has sometido con el cura morboso. Parece que no estamos tan lejos en nuestro pensar sobre la institución-Iglesia. El diálogo, cuando lo es de verdad, resulta esclarecedor, enriquecedor y hace que nos conozcamos mejor.

  • luis . henríquez

    Santiago Hernández:
     
    Yo -es decir, “lo que es yo”…- soy el primero en lamentar y criticar lo que me parecen injusticias, pecados e hipocresías de la Iglesia católica; hablo ahora sobre todo teniendo en cuenta lo que se conoce como “Iglesia institución”. Me da mucha rabia el “poder” de los obispos, su autoritarismo, su alejamiento de la sencillez de vida de las gentes, su “entendimiento” con los poderosos, el paternalismo con el que suelen tratar a las personas (ellos desde su pedestal, claro, desde sus “cátedra”, desde su poltrona, desde sus palacios, desde su “dignidad”), su secular hipocresía…
     
    Por la luz bendita que me está alumbrando, esta mañana de sábado, que es así. Y traicionaría a mi propia conciencia y a mi sensibilidad eclesial si proclamara lo contrario. Esto quiere decir que no me suelen gustar a menudo las típicas relaciones clericales que se dan en el seno de la Iglesia. Me asquean. Prefiero profundizar en el cine del ruso Andréy Tarkovski -experiencia estética sublime- que aguantar el clásico chaparrón eclesiástico paternalista, autoritario y en el fondo manipulador.
     
    Pero yo debo ser un mar de contradicciones, lo confieso. Porque a la vez que me siento exhortado a tratar de ser fiel a lo que podríamos denominar esencia nuclear y dogmática de la fe católica -para lo cual es indispensable, me parece, una cierta fidelidad de disciplina a los pastores de la Iglesia-, mi curiosidad intelectual, entre otras curiosidades, me lleva a tratar de dialogar con el que no piensa igual que yo, con el heterodoxo, con el disidente, con el no creyente religioso… Y esta curiosidad mía por saber, por conocer los puntos de vista ajenos y aun muy contrarios a los míos, se ha ido acrecentando a medida que me parece haber ido descubriendo los “tremendamente tremendos” niveles de corrupción, incoherencia e hipocresía que se respiran en la Iglesia católica, a todos los niveles: desde las cúpulas hasta las bases…
     
    De nuevo: por la luz bendita que  me está alumbrando en esta mañana de sábado, que es así. Estaría dispuesto a decirlo ante quien sea, a proclamarlo libremente, como de hecho hago -con el resultado de que prácticamente todas las “autoridades” eclesiales de mi entorno pasan de mí; me deben considerar un loco; yo a ellos empero más bien los considero unos miserables hipócritas, así de claro-. Mira. Este sábado pasado murió en la isla en la que vivo un afamado psicólogo canario, activista social, hombre metido en el compromiso cultural y político. Doctor en Teología, había sido jesuita. Al menos formalmente había roto con la Iglesia, con la práctica sacramental, etcétera. Ahora que ha fallecido, la medida de su fe solo la conoce con certeza Dios. El caso es que este exjesuita en los últimos años se prodigaba en escribir y publicar en la prensa escrita y en Internet, encendidos artículos en que atacaba a la Iglesia católica, a su estructura de poder, a su hipocresía, a su alianza con los poderosos, a su secular obsesión por controlar el sexo…
     
    Pues bien: sin estar de acuerdo siempre y con todo lo que hasta ayer mismo, como quien dice, nuestro autor decía, confieso que una especie de “hilo de empatía” comencé desde muy pronto a sentir por este señor, a quien conocía de vista y a quien yo mismo había querido tratar personalmente, aunque esto, por circunstancias que no vienen al caso, no pudo ser posible. Y ya, obviamente, no lo será.
     
    Sobre todo me llegaba hondo, digámoslo así, una afirmación que él hizo muy suya, como psicólogo y como teólogo. A saber: la pulsión sexual y la pulsión de la violencia (“violencia” entendida como fuerza, voluntad de autoafirmación, no como mero afán destructivo, claro) son dos de las grandes pulsiones del ser humano. La Iglesia universal -afirmaba él con contundencia e insistencia-, secularmente ha tratado de ejercer estricto control sobre esas dos pulsiones: controladas esas pulsiones, la Iglesia -esto es, el aparato institucional, con todas sus connivencias con el poder, etcétera- ha controlado la vida de muchos de sus eclesiásticos…
     
    Oye -ahí va otra confesión mía-, me podrán seguir exhortando a que sea fiel al Magisterio y todo eso -a pesar de haber conocido a obispos que me han parecido, digo estrictamente a mí, poco menos que unos canallas, es decir, clericanallas, así de claro: es mi amarga experiencia, amigo, para mí tan verdadera…-, pero yo no puedo dejar de considerar cuánta verdad me parece que encierra ese pensamiento del ilustre psicólogo y exjesuita canario recientemente fallecido. Cuánta verdad, de verdad.
     
    De manera que quizá por toda esa curiosidad intelectual mía y porque no me gustan las formas “conservadoras” católicas (hay un blog que está en las antípodas ideológicas y espirituales de este, en el que su bloguero dueño o administrador, y también otros foristas aconsejan cosas que a mí me la sudan, como arrodillarse ante los obispos y besarles el anillo y demás reverencias) y por mi trayectoria de compromiso militante y por razones que ignoro, sigo entrando en este portal en el que, ciertamente, se meten mucho con mis ideas ortodoxas cuando me alineo con el Magisterio.
     
    Acabo -pensando en las críticas al “pensamiento mágico” según Javier Renobales- con una nueva confidencia. Si hay algo que me saca de quicio, hasta indignarme incluso  -no descarto que igual por la debilidad de mi propia fe cristiana-, es la archiconsabida respuesta-solución para todo que parecen tener permanentemente en la punta de la boca tantos eclesiásticos burócratas: “Tú reza, mi niño, que la oración todo lo puede”. “Oiga, señor cura, que la Iglesia católica hace aguas por todas partes, que es hipócrita hasta el hueso, que es insoportable esta situación”… , continúa uno. “Nada, nada, no juzgues, pero reza, reza, que la oración todo lo puede…” Para mí esas recomendaciones no son solamente -de ahí lo de acordarme de Javier Renobales en estos momentos- mero pensamiento mágico, sino que son sobre todo pensamiento hipócrita de burócratas eclesiales. Y desde luego, una recomendación de tan baja estofa intelectual que te hace exclamar que, en efecto, todos esos eclesiásticos tan bien ” intencionados” no irían con uno a ver una película de Tarkovski -un suponer, claro-, porque viven en su burbuja de compromiso moralista, mediocre y funcionarial, con la institución. Como perfectos burócratas.
     
    En definitiva: la misma Iglesia que me exhorta a que trate de ser fiel a su Magisterio, es también lo que acabo de confesar sobre ella. Luz y sombra. Contradicción. E hipocresía por un tubo, a manos llenas.
     
    Y aun una última confidencia. He debido confesar lo menos 10 veces -creo que tengo también madera de masoquista- con un cura que, al menos conmigo en la confesión, se comporta como un déspota. Un despiadado déspota, con todo lo que esto supone de autoritarismo, falta de delicadeza, de tacto humano, de penetración psicológica. Hasta tal extremo la cosa que a menudo no he podido evitar sospechar: “Si este señor tiene problemas con su vida religiosa o sexual o con lo que sea, ¿por qué quiere pagar todo eso conmigo? Y sobre todo, ¿por qué permiten las autoridades eclesiales competentes que este señor confiese?” (Me consta por otros penitentes que han confesado con él, que ha sido exactamente lo mismo con ellos.)
     
    Ha habido momentos en que me he llegado a sentir tan humillado -casi siempre me hace ver que recuerda mis pecados pasados, entrando en pormenores sobre los mismos que me hacen conjeturar que los recuerda, qué morboso-, que no sé cómo no me he levantado en medio de la confesión y le he espetado: “Oye, tío, ¿pero tú de qué vas? ¿No te das cuenta de que me estás humillando? ¿O es que te pone humillar así a las personas? Y me he acordado, lo confieso -no es un recurso literario que se me acaba de ocurrir ahora, ojo-, de lo que cuenta el filósofo Fernando Savater en un libro autobiográfico suyo. Reseña el escritor guipuzcoano que en la que luego con el tiempo acabaría siendo su última confesión sacramental -allá por su adolescencia-, el cura de turno le preguntó que le detallara otros pecadillos que le causaran a su espíritu “más turbaciones”. El equívoco léxico provocó la risa floja en el adolescente Savater… Acabada aquella confesión, según confiesa él mismo en su autobiografía no apareció más por un confesionario, a confesar “más turbaciones”.
     
    Yo soy de los que aún se confiesan, y solo Dios conoce si he sido en mi vida más infeliz o menos que Fernando Savater. De manera que siendo de los que aún se confiesan -procurando no hacerlo nunca más, huelga decirlo, con ese cura déspota-, a más de uno puede molestar lo que acabo de revelar sobre mis “experiencias con el sacramento de la confesión”. A decir verdad, creo que también me he permitido deslizar tal confidencia porque me parece estar convencido de que el sacramento de la confesión o penitencia está “mortalmente herido” hoy día, no solo por la pérdida del sentido del pecado, sino por el “mal rollo” de tantos curas confesantes que son más malos, humanamente hablando, que la carne de pescuezo.
     
    Pensando en el cura déspota, con el que la experiencia ya a un nivel estricta o delicademente humano ha sido pésima, me he acordado más de una vez de algo que me pasó hace un par de años. Conocí a una chica joven, muy atractiva, ya doctora en su carrera universitaria, con menos de 30 años que tenía… A las pocas horas de habernos conocido -sería un sábado al mediodía, muy soleado-, ignoro por qué la chica se sinceró conmigo, hasta el extremo de confesarme que en su vida había sido muy “ligera de cascos”. Me revelé confidencias de su vida sexual, se desnudó tanto ante mí, que aún me estremezco solo de recordarlo, pasados ya unos pocos años. Digamos que desnudó su vida hasta tal extremo, se “despojó de toda realeza”, que  me conmocionó. Me conmocionó su transparencia, su sinceridad, su decir “Soy esto, he sido esto. Es lo que hay”. Impresionante. Y qué distinto a lo del cura déspota.
     
    Creo que esa chica conmigo fue inmensamente más cristiana de lo que ha sido conmigo ese pendejo de cura. Y como la gente no es tonta, la gente se sigue dando cuenta de que la Iglesia católica en no poca medida sigue siendo un “rollo hipócrita”. De ahí que no pisen una iglesia sino de san Juan a Corpus…
     
    Nada más. Buen fin de semana a todos los que me lean.
     

  • Santiago

    El carisma de Cristo no murió con EL. Nos lo legó a nosotros y persiste en su Iglesia. Es de naturaleza espiritual y nos guía hasta EL, no de una manera independiente y a lo gnóstico, sino de una manera visible y sacramental. Por lo tanto, poco importa que los ministros sean personalmente indignos, si el efecto de este carisma llega por su medio hasta  nosotros. Porque la salvación y su invitación a ella es para TODOS, y no solo para los ministros. Y cuando yo leo a los primeros escritores cristianos, a los que fueron testigos de la doctrina apostólica compruebo que es la misma fe que la que yo quiero practicar. La fe que constrantemente presenta la Iglesia de Cristo actualmente. La fe en Jesucristo, Hijo de Dios, que nos decía que el era EL camino…y no otro…El mismo que dijo “esto es mi cuerpo” que será entregado y “esta es mi sangre” que será derramada. El mismo que mandaba a bautizarse, el que ofrecía perdonar pecados, el que curaba enfermedades fisicas y espirituales etc…..Es  el camino de una conversión hacia el bien….pues es EL mismo el que obra en nosotros el bien y NO al revés, y es por EL por el que somos salvados….PERO si creemos en otra cosa y borramos todo esto y consideramos a Cristo como en activista social mas -sin ningun otro título- entonces estamos en otra “onda”….NO ES entonces el cristianismo entendido en la persona de Cristo….sino que es otro Cristo…y entonces estamos hablando de “otra” persona distinta en la que cada uno de nosotros los humanos puede añadir y quitar “lo que le parezca”. Pero las cosas no son asi, y no pasarón asi y somos nosotros los que traicionamos la historia…..si suprimimos -a sabiendas- la tradición autentica en que se basa la Iglesia….Por lo demas, cada cual es libre, con la libertad de los hijos de Dios, de escoger su camino….Yo ya escogí creer a los testigos que me parecieron mas coherentes y mas veraces,l a los que estuvieron mas cerca de Jesus…puesto que ellos dieron prueba con la entrega de sus vidas y con su martirio que eran dignos de ser creídos.  La reconstrucciones del siglo XXI tienen que demostrar que ellos, los apostoles y los discipulos, unanimamente traicionaron la historia.
    un saludo cordial    de Santiago Hernández   

  • Joan

    Ana volvemos a dar protagonismo y prioridad a unos por encima de otros, y ese no es el caso que nos ocupa, no hablamos de amor y de afecto que cualquier persona puede dar y recibir, no se debate eso. El matrimonio homosexual debe ser aceptado como una unión de personas para hacer una vida en común, pero eso no significa que sea una familia, los vínculos jurídicos no proporcionan esa denominación que sí la da la naturaleza, la relación intersexual, la procreación y el parentesco. Como he repetido reiteradamente quien es sujeto de derecho, en este caso  a ser adoptado, es el menor y siempre procurando su pleno desarrollo integral y sicológico. La sexualidad y la procreación viene de la propia naturaleza, y hay que evitar los caprichos o deseos  que van en contra del derecho del menor, que no es una cosa o un animal domestico. Pueden haber  relaciones maravillosas, más sólidas que las familiares, pero no son una familia.

    Sí al debate y a la discrepancia razonada, pero No con expresiones como las  que utilizas Ana: “Hasta dónde se puede desvariar de lo humano y desde lo humano”. Termino este hilo y posiblemente mi participación en este espacio.

  • ana rodrigo

    Santiago, dices “Por eso separar a Cristo de su Iglesia es pura fantasía”, y también se podría decir “el que la Iglesia se aparte de Cristo es una traición”.
     
    Por lo demás, de todo lo que dices, se parece poco a la exégesis que yo he leído respecto a los números o la literalidad de las frases del evangelio.

  • Santiago

    Luis Enríquez,   coincido contigo que existe este movimiento dentro de la filas de la Iglesia donde se quiere vivir al margen del auténtico mensaje de Cristo y por tanto tambien fuera de la doctrina del magisterio que en esencia pertenece a su mandato y fue ordenada por Cristo ya que EL se quiso rodear, no solo de los 12 apóstoles a quien el llamó especificamente a su ministerio, sino que los 72 discípulos tambien fueron llamados por EL como auxiliares de manera ex-profesa.Eran las personas “de confianza” con que Jesus contaba en los distintos lugares y en los viajes del Maestro ellos eran enviados “por delante” a la ciudad cercana para preparar su visita. Y les decía “a quien vosotros oye, a Mi me oye”
    Pero Cristo no dejó nada “sin atar”. A los 12 les encomendó predicar “a todo el mundo” su pensamiento mas íntimo -pues ellos eran los mas cercanos a EL- les dio poderes sacramentales como el bautizar, confirmar, perdonar pecados, celebrar el memorial de su Pasion, curar enfermedades del cuerpo y del alma, santificar el matrimonio. En el sentido eclesial y apostólico, la Iglesia fue desde el principio “como un sacramento” y los sacramentos provienen directamente de Jesus. Y a Pedro lo designó expresamente como piedra fundamental del Pueblo de Dios, y asi la manera como Pedro, inmediatamente despues de la ascencion del Señor, tomó en sus manos las riendas y propuso que se completara el numero de los Doce, muestra bien a las claras que los apostoles se daban perfecta cuenta de su misión. La comunidad entonces era solo de 500 almas pero despues del sermon de Pedro el dia de Pentecostés unas 3 mil personas recibieron el bautismo. La Iglesia fue aumentando en número y asi consta que los apóstoles mismos consagraron por medio de la “imposicion de las manos” a los 7 diáconos que atendían al servicio de los pobres y actuaban tambien como predicadores o catequistas.
     Por eso separarar a Cristo de su Iglesia es pura fantasía pues se hace para entonces poder reconstruir un cristianismo “distinto”. No se puede negar los principios apostólicos de la Iglesia. No se puede prescindir de los continuadores del mensaje auténtico propuesto por Cristo, mensaje personal, espiritual y escatolólogico para cada uno de los seres humanos con una llamada UNIVERSAL a la conversion al Padre. Cuando leemos a los Padres Apostolicos como Ignacio, Ireneo, Clemente, Justino estamos leyendo la doctrina verdadera de la Iglesia ACTUAL que no se aparta ni un “apice” de la doctrina de los Apostoles, tal y como se leía en las primeras celebraciones de la Eucaristía segun afirma Justino Mártir. ES decir lo ESENCIAL que pertenece estrictamente a la fe de Cristo que esta en la primitiva tradicion apostólica.
    Si, está de moda en ciertos circulos vivir al margen de esta tradición apostolica pero la Iglesia tiene 2000 años de existencia, o sea, de una lucha constante para mantener la doctrina verdadera de Cristo “intacta” en su esencia. Y asi llevó siglos hasta que muchos de estos errores como el de los que negaban la identidad divina de Cristo, el de los gnosticos, el de los ebionitas,  el de arrio, el de los jansenistas, el de los “quietistas” etc. fueron extinguiéndose y aunque ahora quieran aparecer de nuevo, la Iglesia mantiene este depósito de la fe como en el primer siglo. Tambien esta infiltración para-cristiana “dentro” de la Iglesia, pasará. Cristo prometió su asistencia hasta el final. Si no nosotros hubieramos destruído completamente la Iglesia. Pero no ha sido siempre asi, porque mientras Europa quiere renunciar de sus raíces cristianas, el cristianismo está vivo y hasta resurgiendo en muchas otras partes del mundo como en Africa y en América. Alli las iglesias están llenas. Y la re-evangelizacion vendrá de alla. Por lo demas, es inutil el esfuerzo de “crear” un nuevo cristianismo sino que la tarea consiste en volver a la fuente de todo que es la fuente apostólica. 
    Muchas gracias por tus comentarios      un saludo cordial   de Santiago Hernández 

  • ana rodrigo

    Joan, dices aquí toda opinión discrepante se cuestiona, se interpreta interesadamente prejuzgando sobre sus intenciones, se mezclan cuestiones diferentes para dejar mal al discrepante.” Siguiendo tu lógica, yo tendría que sentirme mal porque tú discrepas de mí. La discrepancia respetuosa nunca es ataque ni menosprecio a nadie. Sencillamente opinamos de manera diferente ¿qué tiene eso de malo?
     
    Dices que hablas de derechos, no de afectos. Pienso que la familia, además del aspecto administrativo-legal, se basa y se fundamenta en los afectos y otros valores por encima de lo biológico. ¿Acaso el amor de un homosexual es de calidad diferente a la de un hetero?

  • Joan

    Ana, entiendo que la primera opción que se debe de dar al menor es la posibilidad de vivir dentro del núcleo que forman sus padres biológicos, cada vez son más el número de personas adoptadas que buscan sus orígenes, de donde vienen, quiénes son sus padres,  de ahí que la Ley considere como receptor del derecho al adoptado no al adoptante, se tiene derecho a ser adoptado no se tiene derecho a adoptar. Y yo lo refería a las parejas de homosexuales y a las circunstancias expuestas en el anterior comentario. Nada se ha dicho de afectos, sino de derechos hacia los más débiles, y me de igual como lo consideres, ese es el problema: que aquí toda opinión discrepante se cuestiona, se interpreta interesadamente prejuzgando sobre sus intenciones, se mezclan cuestiones diferentes para dejar mal al discrepante.

  • ana rodrigo

    Me froto los ojos por si no he leído correctamente lo que Joan dice en su comentario: y lo primero y único son los nuevos seres que deben de tener opción a una familia formada por padres/madres biológicos.” ¡No puede ser…! Entonces l@s hij@s, adoptad@, por poner un ejemplo, no forman parte de la familia que los ha adoptado….!!!!¿Dónde queda el afecto, amor, la ayuda mutua, la protección del débil (en el caso de los hij@s)
     
     ¡¡¡¿lo mejor del ser humano que se da y se recibe en la familia!!??? L@s niñ@s huérfan@s nunca podrán formar parte de otra nueva familia, la leyenda de las madrastras seguirá viva matando ilusiones de niñ@s que se sienten querid@s por otra persona que no es su padre o su madre biológica. ¡Qué horroooor! Hasta dónde se puede desvariar de lo humano y desde lo humano, como es el amor sumo hacia otra persona independientemente de su sangre o de su genitalidad o de unos papeles.

    Joan, si no te he entendido bien, acláramelo.

  • Joan

    A lo que dice Luis opino, desde planteamientos diferentes, que no se le puede considerar familia a quienes quieren formalizar y legalizar una relación de pareja. No son familia las lesbianas que por deseo se someten a “reproducción asistida” o “fecundación in vitro” con el fin de alcanzar un hijo que les satisfaga y que es fruto del acuerdo entre tres por mera conveniencia. No es familia quienes recurren a mujeres para que tengan hijos y los pongan en venta o adopción y paliar, así, la demanda gay. Para solucionar un problema no se puede crear otro, y lo primero y único son los nuevos seres que deben de tener opción a una familia formada por padres/madres biológicos.

  • pepe blanco

    luis . henríquez,

    Comentario a comentario, pasito a pasito, al final me va a poner usted de muy mal humor. Me temo que finalmaente, todavía va a poder comprobar lo que significa ser demoledor con la iglesia y su magisterio.

    Seguiré cuando tenga tiempo

  • luis . henríquez

    Javier Renobales:
     
    Tú mismo, mi niño. De todo este asunto, hay algo que no puede sino llamarme poderosamente la atención. a saber: ¿Cómo las autoridades de la Iglesia católica permiten que una inmensa mayoría de sus hijos e hijas que pasan por activa y por pasiva de su Magisterio, encima se desempeñen como educadores de la escuela católica, profesores y profesoras en facultades teológicas confesionalmente católicas, como técnicos y técnicas de organizaciones sanitarias y de acción social también confesionalmente católicas…?
     
    Es algo a lo que vengo dando vueltas hace tiempo, años. Con la siguiente conclusión, puede que un pelín pesimista: el mal de la secularización interna y de la sistemática contestación heterodoxa está tan enquistado en el tejido eclesial, que abrigo pocas esperanzas, si es que abrigo alguna, de que la cosa pueda mejorar. En lo cual no poca responsabilidad tienen los mismos pastores de la Iglesia católica: en última instancia, son ellos los responsables de haber ido colocando en la Iglesia, no raramente en puestos de relevancia, a Fulanito y Menganito y Ciclanita que, una vez “instalados” hasta en lo profesional en la Iglesia o gracias a esta, hacen de su capa un sayo.
     
    Para mí -no para ti, obviamente, ni para la inmensa mayoría de los foristas de Atrio-, no se puede ser un buen católico siendo un permanente discrepante de la doctrina magisterial de la Iglesia universal. Sencillamente no se puede, es como la cuadratura del círculo. Se puede ser una buena persona, solidaria, honesta sensible y hasta simpática, pero me parece que no buen católico.
     
    Con respecto a esa pareja de lesbianas de que hablas, sería un demonio si les deseara infelicidad y dolor. Así que les deseo lo mejor en la vida, sin que ello me tenga que obligar a reconocer lo que para mí no son. Ni para la doctrina magisterial de la Iglesia, que tú te empeñas en seguir rechazando -como el 95% o más de los foristas de Atrio-, en tanto yo no. En no rechazar a pesar de mis dudas, pecados, debilidades, turbaciones, y de los propios de una institución que por otra parte me sigue pareciendo a menudo tan incoherente, tan hipócrita que…
     
    Buen fin de semana.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis, lo que te digo, dejar de lado al magisterio, es lo que haría un buen católico, a mi modesto modo de ver.

    Y es lo que hacen, creo, los buenos católicos que escriben en Atrio: dejar de lado al obsoleto y retrógrado magisterio católico y a la jerarquía católica en general con su Jefe del Estado VAticano a la cabeza, que no son más que una rémora en el avance de la liberalización de las personas en todos los órdenes de esta vida y en su camino hacia la felicidad/salvación aquí y ahora.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis Henríquez,
     
    Tengo muy cerca de una familia con dos hijos preciosos, niño y niña, a los que veo felices y contentos, hijos de dos chicas casadas en matrimonio gracias a la ley del ateo Zapatero.
     
    Es inhumano, injusto y retrogrado negarles la calificación y condición de ser una familia. Si tú se la niegas eres injusto e inhumano, y no estás guiado por el amor, sino por los prejuicios de tu tan querido magisterio.
     
    Es lo que se puede esperar de un magisterio tan bruto que dice que la familia de dios en la Tierra es la ICR.
     
    ¿Acaso no somos todos hijos de dios?
     
     
    ¿Qué hacemos entonces con los que no son católicos, Luis, con la inmensa mayoría de la especie humana, que no es ni va a ser nunca católica, los declaramos no familia de dios en la Tierra por seguir esa estupidez del magisterio?
     
     
    Pues no, Luis, dejamos de lado al magisterio, como hacen tantísimos católicos, dejamos al magisterio que siga involucionando hacia la Edad Media, y apoyamos a las valientes mujeres homosexuales o lesbianas que han sabido comprometerse en matrimonio por amor y comprometerse a tener dos hijos, que es compromiso mucho mayor que el de ser cura y obispo con las espaldas bien cubiertas vitaliciamente por la poderosa ICR en este mundo tan injusto y difícil.

  • Javier Renobales Scheifler

    Y ¿cuál es la doctrina de la ICR, amigo Luis?

    ¿La que dicta el dictatorial magisterio?

    Tú me dirás que sí, pero yo creo que, por respeto a los católicos, habría que admitir que en la práctica la doctrina de la ICR es la de de los católicos, la que practican los católicos, o sea una doctrina plural, un pluralidad de doctrinas heterodoxas, una de las cuales es la tuya, la ortodoxia del magisterio.
     
    Arrogarse que la única doctrina de la ICR es la del magisterio no coincide con la realidad; es decir, es falso, por mucho que repita el magisterio (y tú les apoyes) que ellos son los únicos que pueden decir cuál es y cuál no es la doctrina y la voz de la ICR. Es una cuestión de poder, a la que tú has decidido someterte, pero mucha gente ya no pica y no se cree por ejemplo la bestial condena del magisterio según la cual fuera de la ICR no hay salvación.
     
    Es lo mismo que ha sucedido históricamente con la interpretación de la biblia, que tanto os gusta llamar palabra de dios (otra cuestión de poder, arrogarse el poder divino), y no lo es.

    La interpretación de la biblia ha sido hecha durante siglos exclusivamente por los jerarcas católicos (incluso prohibían al pueblo leer la biblia), y luego poco a poco han ido haciéndola también, a pesar de los jerarcas y de sus curas, los protestantes, y luego tambén los seglares (incluidos los que has llamado antes charlatanes metidos a teólogos y a seudosolidarios de pacotilla).
     
    Como puedes ver, amigo Luis Henríquez, se trata de ir liberándose de la dañina pretensión de exclusividad que, envendados por el poder que corrompe, tienen los jerarcas/magisterio católicos, tanto en la facultad de interpretar la biblia como en la de hacer doctrina de la ICR.
     
    Ha sido y es gracias a la sociedad civil, y siempre a pesar de la ICR, como la persona humana ha ido y va ganando poco a poco, en lucha contra los poderosos (donde hay que incluir a los jerarcas/magisterio católicos), la liberalización de su conciencia y de sus derechos, entre ellos la libertad de religión, la de conciencia, y el derecho a la democracia también en la ICR (a pesar de que esta lucha, a la que tú me parece que te opones por desgracia, pues para ti el magisterio es infalible), esté aún muy lejos de poderse ganar, tal es el enorme poder mundano y político de los jerarcas de la ICR  y de los católicos -de derechas- que les apoyan, como el PP en España y la derecha en tantos países).
     
    En esa lucha van los homosexuales consiguiendo cada vez más el reconocimiento de sus derechos en igualdad con los heteros, también el derecho al matrimonio, que tú les niegas.

    Aunque todavía el término maricón o marica son despectivos, pero cada vez el homosexual es más visto y aceptado con total normalidad en todos los aspectos y por cada vez más personas
     
    Por eso la sentencia del TC admitiendo que el de los homosexuales es tan matrimonio como el de los integristas católicos de ortodoxia pura es un pequeño avance más en el intento de una sociedad más justa y con menos prejuicios retrógrados.
     
    La jerarquía/magisterio católicos son una rémora tremenda en esta lucha de la persona humana por sus derechos y libertades.
     
    Y ello porque para los jerarcas/magisterio prima por encima de todas las cosas su/vuestra ICR. Lo cual nunca primó para Jesús, sino las personas humanas, muy por encima de iglesias y religiones.
     
    Tú te empeñas en anclarte en el inmóvil magisterio, tan obsoleto que ni los católicos le hacen caso ya: por eso en este portal Atrio, que es partidario de la liberalización en todos los aspectos, tú chirrías y te resulta un alivio el capote de Santiago.
     
    Hoy negar la comunión a divorciados que se casan de nuevo por amor (es el mensaje de Jesús) es una aberración de ese magisterio que a tí tanto te gusta.
     
    Prohibir casarse ‘por la ICR’ por segunda vez tras un divorcio es otra aberración, pues el sacramento del matrimonio según vosotros es una fuente de gracia divina salvífica que ayuda muchísimo a quienes reciben ese sacramento.
     
    Prohibir el sacramento del orden a la mujeres por el mero hecho de ser mujeres, privándoles de esas gracias salvíficas divinas, es una burrada propia de una mentalidad arcaica hoy ya muy superada en la sociedad civil.

    Y así muchos otros ejemplos de la rémora e irracionalidad que sustenta tantas veces el magisterio católico.

  • luis . henríquez

    Joan:
     
    Llamar familia a lo que no es familia ( ni jurídica, ni histórica, ni cultural, ni antropológica, ni bíblicamente lo es) es injusto por lo que dice a lo que sí es una familia. Este es uno de los nudos gordianos del asunto.
     
    Más allá del asunto de la legitimación de las relaciones homosexuales. Como usted sabrá, la doctrina oficial o magisterial de la Iglesia “condena” la práctica de la homosexualidad. Pero multitud de personas no está de acuerdo con la doctrina de la Iglesia católica al respecto; y así, viven libremente su homosexualidad en pareja. Libremente lo pueden hacer. Cada uno debe ser libre y responsable de sus actos; allá cada cual… Pero lo injusto es que a ese tipo de uniones se le llame matrimonio.

  • luis . henríquez

    Javier Renobales:
     
    Tu discurso es exactamente el típico de un portal como Atrio: rechazo furibundo a la doctrina de la Iglesia pastoreada por el Magisterio. En este portal, al que sigo agradeciendo me permiten entrar, por lo menos el 95% de los foristas -y creo que me quedo corto- participan de esa heterodoxia doctrinal y eclesial.
     
    Yo no he estado blandiendo la defensa del Magisterio por capricho, espada en ristre con que combatir a los que se manifiestan como contrarios al mismo; simplemente he recurrido a él para señalar que no comparto la decisión del Tribunal Constitucional a favor de llamar matrimonio a la unión civil de dos personas homosexuales. Al parecer, según los frutos en forma de polémica generados, mi pronunciamiento molestó lo suyo un portal como este.
     
    Cierto que la inmensa mayoría de los fieles católicos en España manifiestan de múltiples maneras que pasan del Magisterio -y no solo en la doctrina sobre sexualidad humana-, solo que casi siempre no me parece que ello sea motivo de orgullosa celebración, y sí  más bien de todo lo contrario.
     
    Una persona puede ser estupenda (honesta, solidaria, espiritual, servicial, amable, simpática, misericordiosa…) siendo budista, musulmana, cristiana protestante, librepensadora, agnóstica, atea… Claro que sí. E incluso “al revés” algo similar: una persona católica puede ser una ruina o mierdilla como persona por deshonesta, insolidaria, injusta… Con todo, suelo pensar que el concepto buen católico debe reservarse a las personas que manifiestan una decidida voluntad de identificación y fidelidad con la doctrina de la Iglesia. Confío en que esta certeza mía no moleste a los que no se sienten exhortados a vivir esa fidelidad a la Iglesia universal.
     
    Buen día.

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿Iglesia universal? Hombre Luis, algo de universal sí tiene, pues ayer mismo sin ir más lejos recuerdo que leía en algún periódico en internet que también en Australia le han salido miles de abusados por la pederastia eclesial católica (unos 6.000 sólo en Victoria), de los cuales (gracias al soplo del espíritu santo que se arroga tener a su favor, y a su famosa santidad –Santa Madre Iglesia y esas cosas-)  sólo reconoce unos centenares de casos, unos 620.
     
    Me sospecho que los abusos de la pederastia eclesial católica vienen de siglos y siglos, pero sólo ahora han podido ser perseguidos y sacados a la luz pública, con el consiguiente costo de miles de millones de euros para la ICR y deterioro de su imagen comercial, lo que le ha hecho poner freno a los abusos de los señoritos eclesiásticos católicos.
     
    Pero por lo demás, no es más universal la ICR que otras iglesias o religiones. El catolicismo es una parte del cristianismo, que es la religión de una cultura, de una parte del planeta, como el islam lo es de otra, el budismo de otra, el hinduismo de otra … etc.
     
    En cuanto al amor de pareja utilizando su sexo los homosexuales, incluso dentro del matrimonio, la doctrina del magisterio católico que tú aceptas y defiendes es que esas prácticas de amor sexual ofenden a dios y son condenables moralmente y contrarias a la ley natural y a la ‘ley de dios’.
     
    Creo haberte leído que un buen católico debe ser fiel al magisterio. Es decir, que  los católicos heterodoxos (por llamarles de alguna forma, los disidentes) no son buenos católicos según tú.
     
     El distingo de no condenar a las personas individualmente, pero sí sus actos, me parece hipócrita, pues en la realidad las personas no se separan de sus actos, ni viceversa.
     
    Mira Luis, en este hilo has sido tú el que ha metido al magisterio católico que tú veneras y le atribuyes una autoridad que no tiene ni siquiera entre los católicos (como vienes a reconocer, que no le hacen ni caso la inmensa mayoría de los católicos); y creo que ya es una costumbre. Tú hablas constantemente del magisterio en este hilo.
     
    Pero el magisterio no es una referencia válida para la mayoría de los católicos, sobre todo en la práctica: pasan del magisterio católico, lo mismo que millones de cristianos. Entonces es precisamente Santiago el que te tiene que echar un capote (por utilizar tus palabras). Sois la ortodoxia fiel al magisterio, sea eso fiel a Jesús o no.
     
    Si no fuera por ti, en este hilo no se habría hablado del magisterio. Dices que el problema de la ICR es la secularización interna. NO estoy de acuerdo: será un problema para tus jerarcas católicos; el problema es que no aceptáis que, como con gran acierto dice Joan, la gran mayoría queremos/necesitamos una sociedad civil laica.
     
    Nos vienen sobrando los jerarcas católicos, incluido por supuesto el pretendido magisterio de éstos (que dicen infalible y no se lo cree nadie, lógicamente, pues no es más que pensamiento mágico), magisterio que tú tanto veneras: nos vienen sobrando porque no aportan nada positivo, ya que se dedican a tratar de mantener su poder y su negocio.

  • Joan

    Me parece que en este debate hay ausencia de autocrítica por ambas partes: católicos ortodoxos y heterodoxos. Para mi ambas posturas están radicalizadas y privilegiar la conciliación y el dialogo son objetivos lejanos, parece que prima la necesidad de enfrentamiento, no se sabe convivir cada uno con sus ideas que no tienen por qué estar en continuo enfrentamiento.  El problema radica en que nos meten a la sociedad en general en sus batallitas, opinen pero no impongan, y sobre todo respeten ambos a los que queremos, la gran mayoría, una sociedad civil laica.

    El matrimonio entre parejas de homosexuales, más allá de lo que moral o éticamente me pueda parecer, es una realidad que había que abordar y solucionar, y yo creo que se ha hecho correctamente, pueden cuestionar los moralistas y los juristas sobre si se les puede aplicar el concepto de familia, y una serie de cuestiones concurrentes que van relacionadas y derivadas de la Ley recientemente refrendada. Los homosexuales tiene que tener los mismos derechos, el respeto y responsabilidades que las demás parejas casadas, pero ni uno más. Las minorías no deben de tener más privilegios por ser minorías sino por tener la razón, los privilegios y la protección sólo son para los más débiles en este caso los menores, hay que recordar en cuanto a las adopciones, que el único sujeto de derechos en este tema es el menora. no existe el derecho a adoptar, sino a ser adoptado.

  • luis . henríquez

    Javier Renobales:
     
    También podría ser que yo que “hablo en nombre del Magisterio” como simple seglar de a pie, lo haga tan mal que no consiga transmitir el pensamiento de la Iglesia, lo fundamental de su doctrina. De ser así, qué pena, qué lamentable. Lo siento sobre todo por mí y por cada uno de ustedes.
     
    Empero, a mi juicio sigues tratando de demoler en bloque la Iglesia universal. Allá tú, tus razones tendrás, algunas hasta puede que justas, legítimas, bien fundadas en tu experiencia personal. Así que no quiero ni siquiera enjuiciar tu postura. Es tuya, más o menos libremente asumida, a lo largo y ancho de tu vida; y ante Dios…
     
    Javier, no condeno a los homosexuales. No los condeno porque, de entrada, la doctrina de la Iglesia que sí condena los actos homosexuales -no la persona del homosexual, cuya culpabilidad o responsabilidad en cada caso es discutible, más o menos culpable, y es un asunto de su conciencia, etcétera- no me la he inventado yo. Elemental, querido Watson, quiero decir, Javier. El Magisterio sostiene que rechaza la práctica de la homosexualidad basándose en la Sagrada Escritura, la Tradición, la ley natural, la enseñanza del Papa y los obispos en comunión con él… Por favor, me parece grosero que haya quien siga sosteniendo que los que seguimos profesando esta fidelidad -a pesar de todos los pesares y, por ende, a pesar de muchas luces y sombras y, además de tantos claroscuros de la vida, a pesar de…; en fin- somos unos desgraciados que oprimimos, condenamos, marginamos… a los homosexuales.
     
    Javier, me refería a que en Atrio los heterodoxos -a ti te incluyo entre ellos, como creyente sin Iglesia que creo que eres, no tengo entendido que seas ateo, como sí lo es Pepe Salas, por ejemplo- son abrumadora mayoría.
     
    En cuanto al tan traído y llevado Magisterio que a ti tanto te disgusta, el mismo no está para para imponer la doctrina; está para salvaguardar la fe de los humildes, esto es, para exhortar a la vivencia auténtica y plena de la fe cristiana recibida. Ejercido por personas, muchas de las cuales están permanentemente tentadas por el poder, es claro que no siempre ha actuado de la mejor manera, de la manera más humana, transparente y evangélica exigible. Pero está para lo que está. (Todo esto se puede fundamentar con citas bíblicas y con bibliografía muy abundante, pero como escribo con premura, citando de memoria, no puedo detenerme a hacer esos añadidos.).
     
    Yo creo que uno de los grandes males de la Iglesia es la secularización interna que sufre. Hace ya como 10 años se lo escuché yo mismo nada menos que a Marcelino Legido:”El mundanismo ha entrado hasta el mismísimo cenáculo, o cocina” -no recuerdo si era una u otra la palabra que él empleaba-. Secularización interna, sí. Es decir, contestación sistemática:
     
    1) El papa Juan Pablo II ha dejado “cerrado” el debate sobre el acceso de la mujer al ministerio ordenado, pero no cejan las feministas de intentar reabrir el debate.
    2) La doctrina de la Iglesia rechaza el aborto, sin paliativo alguno (léete, si te pica la curiosidad…; en fin, para qué te lo ibas a leer, si te iba a dar igual, tú perdona que sea claro); pero ahí están las de Católicas por el Derecho a Decidir…
    3) La doctrina de la Iglesia rechaza el recurso a la anticoncepción, pero resulta que hoy día no es exagerado afirmar que la inmensa mayoría de las mujeres católicas, y naturalmente los hombres también, recurren a ella, incluso las que se ganan la vida gracias a la Iglesia católica (en sanidad, educación, asistencia social, facultades teológicas…). Con la particularidad o el agravante de que si denuncias esto, no faltarán charlatanes metidos a teólogos y a seudosolidarios de pacotilla que arremeterán contra uno: que si integrista, que si fanático, que si anticatólico, que si resentido… Son algunas de las muchas contradicciones o incoherencias de la Iglesia que los progres desde luego no van a solventar y sí más bien a que se hagan más generalizadas.
     
    En fin, saludos, Javier. Que sigas bien. No comparto tus ideas -algunas sí, ojo-, pero deseo que seas un hombre feliz. Y que seas honesto y solidario, igual lo eres.

  • pepe blanco

    Muchas gracias, Mª Antonia, por tus amables palabras y muchas gracias, Javier Renobales, por la invitación (en otro hilo) para asistir al encuentro con otros participantes de Atrio y para alojarnos en tu casa. Me temo que en esta ocasión no podrá ser. Pero algún día iré a alguno de esos encuentros.
     
    Javier, respecto al carácter de Atrio, y mientras sea válido y nadie “vinculante y con autoridad” me diga lo contrario, yo me sigo ateniendo al Proyecto Atrio, que siempre he interpretado como la Constitución de Atrio, y en el cual no se afirma en ningún sitio que este sea un portal de reflexión cristiana.
     
    Si algunos queréis usar Atrio para reflexionar cristianamente, o jesuánicamente, pues creo que esa opción también cabe en el carácter de este portal. O si lo queréis usar, para hacer propaganda de la iglesia católica, unos, y para combatirla, otros, pues supongo que también.
     
    Una parte considerable de mi participación en Atrio no ha tenido que ver ni con la iglesia ni con su jerarquía ni con sus bases, ni con las centrales ni con las periféricas. En general, todo ello no me preocupa demasiado. Aunque, en ocasiones, sí me he entretenido en escribir sobre personajes concretos o sobre ciertos datos, creencias, etc. del universo cristiano católico. Pero creo que no me obsesiona tanto como a muchos de vosotros.
     

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis GM,
     
    Mientras la ICR sea una dictadura, odiar la dictadura es odiar a la ICR. La ICR será una dictadura durante mucho tiempo todavía, no sé si algún día dejará de serlo. Tragar, por amor a la ICR, la dictadura de los que se han apoderado de la ICR es cuando menos incoherente, a mi modesto modo de ver. No es bueno acomodarse con la dictadura, pero es evidente que sigues a vueltas con el mismo mantra o axioma de amor a la ICR.
     
    Claro que en España muchos lo han hecho, y ante los crímenes de la dictadura católica de Franco han mirado para otra parte, o simplemente han negado la existencia de tales crímenes, o los han justificado. Los cometió con el inestimable apoyo de la ICR. Y hoy la ICR no los condena, por lo tanto los aprueba. Yo no puedo amar eso, la ICR; si tú puedes, tú sabrás los volatines que das para ello.
     
    Jesús no amó a ninguna iglesia, sino a las personas humanas.
     
    Creo que los dirigentes deberían aconsejar a la gente, en lugar de ‘podéis ir en paz’ (y a demás metiendo a dios por medio, arrogándose el cura que da la bendición de dios, como si tuviera poderes divinos) diciéndoles que pueden ir teniendo bien en cuenta que seguimos haciendo una sociedad enormemente injusta, y que no estamos dispuestos a cambiar para hacerla justa.

    Por el contrario les venden la sensación de paz, que mantiene el sistema establecido, a cambio de la sumisión a la jerarquía, a la ICR, a los dirigentes de la ICR, que se arrogan poderes divinos, que es falso que los tengan.

  • Javier Renobales Scheifler

    Luis. Henríquez,
     
    Eres tú el que cuenta con considerable ventaja en Atrio, respecto de mí:

    pues la inmensa mayoría sois católicos y trabajáis en Atrio por y para la ICR, para mejorarla, como he expuesto en mi comentario anterior en este hilo (para lo cual la idealizáis, para creeros que tiene arreglo y algún día –muy lejano, eso sí- conseguiréis arreglarla … Necesitáis la ICR y no podéis pasaros de ella)
     
    No confundas el hecho de que en Atrio quieran una ICR plural, con diversas doctrinas heterodoxas que se respeten unas a otras en condiciones de igualdad –lo cual no quieres tú, que has optado rotundamente por la ortodoxia que trata de imponer el magisterio católico-, con el hecho falso de que yo en Atrio voy a favor de la corriente.
     
    Yo tengo toda la sensación de ir contracorriente en Atrio. Incluso hay alguna amiga católica que ya no quiere interactuar conmigo en Atrio.
     
    Por ejemplo: la inmensa mayoría de Atrio admitís la legitimidad de los jerarcas católicos, cuando yo digo que no tienen tal legitimidad, que son unos impostores, y que no pasan de ser obispos y cardenales del dictador papa, que es el que nos ha nombrado a dedo, y no la ICR, no los católicos.
     
    La inmensa mayoría de Atrio los consideráis, a los jerarcas católicos, como sucesores de los apóstoles, y sostenéis que han recibido por esa ‘sucesión’ los poderes y la consideración especial que les habría dado Jesús a los doce apóstoles (trece con el advenedizo Pablo de Tarso, que se autohizo apóstol con el cuento de que dios le había revelado no sé qué … -el pensamiento mágico es esencial para a la ICR, a pesar de lo dañino que es-).
     
    Otro ejemplo: pocos en Atrio decimos que la ICR no tiene remedio, no tiene arreglo, y que tratar de mejorarla es tarea vana, condenada al fracaso, es en buena medida perder el tiempo.
     
    Tú Luis no te sientes ofendido por el hecho de que yo apoye a los homosexuales y su derecho a vivir en pareja matrimonial su sexualidad, porque a ti no te prohíbe nadie el matrimonio ni vivir en pareja tu sexualidad hetero; por el contrario tú si se lo prohíbes a los homosexuales, y condenas como pecado mortal su vida sexual en pareja. Lo cual es inhumano.
     
    Así es muy fácil no sentirse ofendido, pero no creas que eso es una virtud tuya, ni es que simplemente discrepas: es que tú ofendes, mientras que a ti no te ofendemos.

  • Luis Gonzalez Moran

    Ana Rodrigo y Javier Renobales
    Es evidente que siempre seguimos a vueltas con los “mantras”…
    Javier: un poco de sosiego no te vendría mal. Fíjate que llegas a decirme “deberías odiar a la Iglesia Católica”. Era una cosa que difícilmente uno podría esperar: que en un Foro tan dialogante como Atrio le digan a un cura de los pocos que siguen en el ministerio sacerdotal que debería odiar a la Iglesia…
    Pero, ¿te has vuelto loco, moreno?
    Hablando de otra cosa: Claro que al final de las misas digo a la gente “podéis ir en paz”. ¿Qué debería decirles, “podéis ir llenos de odio”.
    Es algo patético que hasta te parezca mal que deseemos a las personas que tengan paz y que construyan la paz… Si hasta es una bienaventuranza de Jesús y su saludo pascual.
    PAZ a todos.

  • luis . henríquez

    Javier Renobales:
     
    De verdad, de verdad de verdad muchas de las relaciones eclesiales me parecen tan falsas, tan hipócritas, que por ello mismo no me extraña tanto el desencanto de las mayorías con respecto a la Iglesia católica. Tampoco, las críticas de no pocos a la secular hipocresía eclesiástica.
     
    Sin embargo, algunas de tus críticas a la Iglesia me parecen muy injustas, demoledoras, indiscriminadas, poco precisas. Del mismo modo, puede que para ciertas personas algunas de mis críticas a la Iglesia universal también hayan de pasar por injustas; podría ser.
     
    Solo que al menos yo, hasta la fecha -toquemos madera, torres más altas han caído-, me sigo sintiendo exhortado por el Magisterio; tú, ya sabemos en Atrio la nula estima o consideración que exhibes hacia el Magisterio. Actitud o resolución en que cuentas con ventaja, pues en Atrio son abrumadora mayoría los contrarios a la doctrina oficial a la Iglesia: salvo alguna que otra voz aislada, que parece predicar en el desierto -nunca mejor dicho-, la práctica totalidad de los foristas de este portal.
     
    Pepe Blanco:
     
    No me parece que sea cosa de soberbia el que yo me “moje” confesando que si las que expones son en efecto tus ideas sobre la sexualidad humana y, más en concreto, la homosexualidad, me siga alineando con la doctrina de la Iglesia católica. No concibo que alguien se deba sentir ofendido por esto. Yo no me siento ofendido por el hecho de que tú apoyes las movidas de los colectivos LGTB; simplemente, discrepo de ello.
     
    Pepe Salas:
     
    No me gusta hablar de ese asunto personal en público, o al menos no en ámbitos estrictamente íntimos, amicales. Pero bueno, sin entrar a analizar la trayectoria de mi vida sobre el particular, lo que “se ve por fuera” es que figuro como soltero sin hijos.
     
    Saludos. Buen fin de semana.

  • Javier Renobales Scheifler

    Atrio, si no estoy mal informado, forma parte o es uno de los colectivos de Redes Cristianas, la cual tiene como objetivo la ICR, mejorar la ICR.

    Atrio trabaja pues para favorecer a la ICR. Es por tanto un foro cristiano, incluso católico.

    Creo que la inmensa mayoría de quienes introducen comentarios en Atrio son personas católicas. Podría hacerse la encuesta que estableciera el porcentaje de católicos que aparece en Atrio,como colaborador en la columna de la izquierda, y como comentarista alguna vez en Atrio.

    http://www.redescristianas.net/quienes-somos/
     
    5. Contribuir desde todas nuestras posibilidades a la transformación radical de la Iglesia y de su presencia en el mundo. Desde el estilo que rezuma el Evangelio, creemos que nuestra Iglesia necesita una transformación profunda …”
     

    El enlace completo de Redes Cristianas, por si a alguien no se le abre el link, dice:

     
    “Quiénes somos  

     
    Más de 200 grupos, comunidades y movimientos católicos de base del Estado español hemos constituido una plataforma llamada “Redes Cristianas”. Desde estos colectivos, pertenecientes a la base eclesial, queremos ayudar a dar respuesta a los grandes problemas que hoy en día tiene planteados tanto la sociedad como la misma Iglesia.
    Pretendemos ser otra voz crítica y alternativa y coordinarnos para dar una respuesta conjunta en pro de la transformación democrática de la Iglesia y de la sociedad.
    Somos mujeres y hombres, personas laicas y clérigas, seglares y religiosas, no teólogas y teólogas, homosexuales y heterosexuales, y todas y todos, desde posiciones de igualdad, estamos movidas por los mismos deseos de transformación y cambio.
    Desde nuestra opción por los pobres y excluídos, queremos luchar por la Justicia en el mundo, denunciando lo que otros callan. Como seres humanos y cristianos que somos, nos escandaliza lla distancia cada vez mayor que se está abriendo entre los que lo tienen todo y los que no tienen casi nada. Desde esta constatación queremos trabajar codo con codo con otros colectivos que luchan por otra ciudad y otro mundo posibles y en contra del sistema socio económico injusto en el que vivimos.
    CARTA DE IDENTIDAD
    Un amplio colectivo católico de ámbito estatal, con talante crítico y aperturista, inspirado en el Evangelio y en el espíritu del Vaticano II, ante la compleja situación que están atravesando la sociedad y la Iglesia -que entendemos como consecuencia de un cambio radical de civilización, frecuentemente ignorado por estas instituciones- hemos decidido coordinarnos para actuar con mayor eficacia y responsabilidad, según las exigencias y posibilidades de nuestros días. Como seguidores de Jesús de Nazaret nos proponemos anunciar con alegría la Buena Noticia del Reino, presente ya como semilla en este mundo y en la Iglesia, pero abierto a su plenitud en el futuro.
    Como punto de partida, nos está doliendo profundamente la creciente masa de empobrecidos y dominados que se multiplican en nuestro mundo. Son personas y pueblos que sufren, excluidos del don de la vida, y sometidos por un sistema capitalista inhumano y por una sociedad, nuestra sociedad, que se muestra insensible y sin entrañas ante tanto dolor. Se trata de seres humanos, hermanos y hermanas nuestros, por desgracia los más débiles, que son víctimas de la represión política, del olvido y la exclusión por toda índole de motivos socioeconómicos y étnicos, de orientación sexual y de género, de religión y de modo de pensar y de ser. Por motivos similares, muchos miembros de nuestros colectivos llevan las marcas de dicha exclusión. Desde nuestra conciencia actual, nos preocupa igualmente la brutal explotación que está sufriendo, en nuestros días, la Tierra, madre de la vida y casa común de la humanidad. También ella está siendo víctima de la codicia y la usura, de la irresponsabilidad y el egoísmo de una humanidad sin conciencia.
    En esta situación, nos parece oportuno y urgente volver nuestros ojos y nuestros oídos a aquella mirada y escucha que Jesús tuvo para con el mundo de su tiempo y que recupera de algún modo para la Iglesia la constitución Gaudium et Spes.
    Con esta conciencia nos proponemos:
    1. Revisar nuestro estilo de vida y los medios y métodos que utilizamos en las comunidades, movimientos y grupos desde el criterio evangélico de la “diaconía” o “actitud de servicio al otro”. Con esta actitud, tratamos de romper la relación vertical con esa jerarquía que crea desigualdad entre las personas dentro de la Iglesia, especialmente con la mujer, y promover y apoyar unas relaciones horizontales que, a través de los ministerios y servicios mutuos y hacia fuera de la comunidad, favorezcan la igual dignidad y fraternidad entre las personas.
    2. Manifestar con acciones y compromisos públicos, con gestos y escritos, a través de los medios y de otras redes de comunicación virtual, este nuevo paradigma de comunión y de organización, inspirado en el Evangelio de Jesús y guiados siempre por la búsqueda, el diálogo, el espíritu crítico y autocrítico y la convicción de estar defendiendo en todo momento los intereses de los más pobres y excluidos por la sociedad y por la Iglesia. Con la seguridad también de estar expresando el sentir profundo de muchas otras personas que apuestan por “otro mundo posible” y “otra forma de ser y de hacer Iglesia”.
    3. Organizar encuentros, foros, convivencias, para compartir información, formación y experiencias entre grupos y personas que se sientan identificadas o próximas a esta Carta de Identidad.
    4. Establecer una relación estrecha con otras redes nacionales e internacionales y movimientos similares de otras religiones.
    5. Contribuir desde todas nuestras posibilidades a la transformación radical de la Iglesia y de su presencia en el mundo. Desde el estilo que rezuma el Evangelio, creemos que nuestra Iglesia necesita una transformación profunda en todas sus dimensiones: bíblicas y teológicas, éticas y morales, pastorales y litúrgicas, místicas y organizativas. Siguiendo las huellas de muchas personas y movimientos cristianos que en el pasado han dado testimonio de una Iglesia encarnada y servidora del mundo, necesitamos recobrarla hoy como ámbito de vida y libertad, de denuncia y de propuesta, de búsqueda y creatividad, de amistad y alegría. Entre todas y todos vamos intentar sorprender al mundo con la Buena Noticia de que la Iglesia ya se está poniendo en actitud de ser “la sal de la tierra y la luz del mundo”, que quiere el Evangelio.”
     

  • Javier Renobales Scheifler

    Querido Luis González Morán,
     
    Yo me he metido en este post para defender a las personas más atacadas injustamente, a los homosexuales que viven su amor de pareja, que viven su sexualidad para el amor, amor que constituye el mensaje de salvación de Jesús, salvación aquí y ahora por el amor, la salvación que nos recomendó Jesús con su mensaje, buena nueva o evangelion.
     
    La ICR me sobra para vivir y desarrollar ese mensaje, traicionado por ella. No es una persona, es una organización (‘persona’ jurídica, no persona humana). Lo importante somos las personas, los animales humanos, tú mismo, amigo, no las organizaciones, no la ICR. Jesús vivió y murió para y por defender a las personas humanas injustamente atacadas por el desorden de los poderosos. No por ninguna iglesia ni organización de ninguna clase.
     
    No perdamos el norte, amigo: aquí la que ataca injustamente es como de costumbre la poderosa y prepotente ICR, en este caso porque niega a los homosexuales el derecho al matrimonio: y tiene que venir un ateo como Zapatero a restablecer un poquito el orden gravemente alterado por el caos que introduce el llamado magisterio católico con sus inhumanas doctrinas.
     
    No olvidemos que la que nos condena a los no católicos nada menos que al infierno (que asegura vuestro papa que existe) es la jerarquía/magisterio católicos: fuera de la ICR no hay salvación, dogma que siguen repitiendo como papagayos, inhumanos y errados ¡Qué arrogancia fatua! ¡qué sabrán ellos!
     
    Pregunta más bien por qué sienten ese odio irracional esos jerarcas: que yo no condeno a nadie a nada, y menos al ‘fuego’ eterno, amigo Luis.
     
    Yo odio/desprecio las dictaduras, y la ICR sigue siendo (y seguirá siendo) una férrea dictadura, blindada por los dictadores que se han apoderado de la ICR, para que la imprescindible democracia le resbale a la ICR como el agua a un impermeable. Deberías odiar las dictaduras, amigo Luis LG, también la de la ICR.
     
    La ICR trajo la dictadura a España, y la bendijo, y la volvió a traer –en lugar de traer la reconciliación- a sangre y fuego con la que llamaron Cruzada por dios y por España, bendiciendo al que llamaron Caudillo de España por la gracia de dios, al cual dieron la máxima condecoración del bodrio que es el Estado Vaticano, la Orden suprema de Cristo, que aún mantienen para el dictador. Qué aberración odiosa. Deberías odiarla, amigo.
     
    Claro que a ti, como tú acabas de decir, no te parece que sea para tanto; total casi un millón de muertos, muchas decenas de miles de asesinados de la oposición durante la dictadura de Franco en tiempo de ‘paz’… La ICR nunca ha condenado semejente montón de crímenes de los que es también responsable. No trates pues de que eso sea agua pasada. 
     
    Tú puedes ir en paz, tanto ir/hacer misas, las cuales acaban indefectiblemente arrogándose fatuos el poder de decir, a lo súbditos que se han tragado la misa (hostia incluida a veces), que podéis ir en paz.
     
    Paz en la injusticia, menuda paz, como la paz de Franco. Jesús sufría algunos ataques de furia ante tanta injusticia. Y por eso lo mataron, mientras el Sanedrín iba en paz.

  • Javier Renobales Scheifler

    Querido Luis a. Henríquez,
     
    Una cosa es expresar las ideas y otra excluir del derecho al matrimonio, y al sacramento, a las personas.
     
    La que empieza atacando injustamente a homosexuales y mujeres, la que los excluye injustamente, es como de costumbre la jerarquía/magisterio de la ICR. Nosotros no les excluimos a ellos de nada.
     
    Pero ellos nos condenan incluso al fuego eterno, a los que hemos dejado de ser católicos (extra eclesia nulla sallus). Hay que ser muy inhumano para arrogarse el poder de condenar para toda la eternidad. Y muy burro.
     
    Vais de buenos, Luis, de dialogantes: pero condenáis (te incluyo porque dices amén amén a tu magisterio católico), a los homosexuales a no poder vivir su sexualidad en su amor de pareja, colocándolos en lo que llamáis ‘en pecado mortal’, desde vuestra posición de ‘en gracia de dios’.

    Y condenáis a los que nos hemos salido escandalizados de la ICR. Y condenáis a las mujeres a no poder tener el sacramento del orden … etc.etc.
     
    Para dialogar hay que empezar por no excluir y por no condenar, Luis. De lo contrario el aparente diálogo se queda en un teatrillo.
     
    Si el matrimonio es un sacramento fuente de lo que llamáis gracia divina, debe ser para todos, debe estar al alcance de todos, no sólo al alcance de los que ‘les permita’ el magisterio católico, que se ha adueñado injustamente de los sacramentos.

  • Mª Antonia

    Muy buenos y acertados tus comentarios Pepe Blanco. Estoy plenamente de acuerdo en lo que dices en ellos. Abrazos! Mª Antonia

  • pepe blanco

    Algunos católicos, como algunos nacionalistas, parece que llevan el victimismo en el ADN.
     
    Por lo que se refiere a este debate, el primero que habló del magisterio de la iglesia fue luis . henríquez, para reclamar un “partido político solidario, de izquierdas, fiel al magisterio” y para comentar, con más soberbia que argumentos, mis observaciones (“Y me parece que el Magisterio está más cerca de la verdad antropológica y teológica sobre el hombre, que lo que puedan estarlo tus ideas.“)
     
    Repito lo que ya dije: si para argumentar, o más bien para evitar hacerlo, acudís al magisterio de la iglesia, que no os sorprenda que, para responderos, tengamos los demás que refutar tal magisterio.
     
    Dialéctica nada sorprendente en un portal frecuentado por muchos cristianos, cierto, pero que en ningún lugar se define como espacio de reflexión cristiana, que yo sepa (Véase el “Proyecto Atrio”). No deberíais olvidarlo.

  • pepe sala

    Yo también voy a aprovechar lo de ” por alusiones”, como mi ínclito P. Luis G- Morán.
    Y, como te “caigo simpático” ( a veces lo soy y a veces ¡¡ huuummm!!!) Luis Henrique, seguro que no me negarás la respuesta en asuntos un tanto personales, que no creo que comprometan a nadie si se contestan.
     
    Me gustaría saber ( por motivos de poder hacer una conclusión posterior al respecto) si eres persona casada y con hijos.
     
    No recuerdo si lo has comentado en alguna ocasión y creo recordar que no eres sacerdote.
     
    Agradecido si me contestas y sin problemas de ningún tipo si decides no hacerlo.
     
    Sal2, pues.

  • luis . henríquez

    Javier Renobales:
     
    Aunque no me nombras directamente en tus comentarios, indirectamente me nombras incluyéndome en el grupo de los “ultras que también en Atrio defienden al Vaticano” (son palabras tuyas). Me supongo que en ese grupo de ultras incluyes al peruano Luis Alberto Pizarro, al cura español Luis Morán, a mí mismo -parece cosa de luises esto…- y a Santiago, también forista en Atrio. Ignoro si se me queda en el tintero alguien…
     
    Está bien, aunque yo personalmente no me tengo por “ultra”. Se me hace muy difícil, por no decir imposible, dialogar con tus posturas, con algunas de ellas al menos, más allá de que, sin saber muy bien por qué, aun sin conocerte en persona me caes simpático; es decir, me “caes simpático” por lo que de ti creo captar, de tu personalidad combativa, en tus escritos en Atrio. Algo similar a lo que me sucede con Pepe Salas y aun con Ana Rodrigo y con alguno que otro más.
     
    No termino de aprehender a qué puede deberse tal “simpatía o empatía” que siento; sospecho, empero, que puede ser a que no soy, me parece, una persona joven muy conservadora en su estilo, en su modus vivendi, por más que sí trato de ser fiel al Magisterio. O quizá se deba a que yo creo que la Iglesia católica -sin entrar a acusar en mi diagnóstico a ningún jerarca en particular- en efecto está no poco podrida: por hipócrita, por incoherente, por burócrata, por “vendida” o rendida a los poderes mundanos…
     
    Con todo, Javier Renobales, contigo me conformo con recordar lo que se atribuye el gran Voltaire: “No estoy nada de acuerdo con las ideas de Fulano o de Mengano, pero estaría dispuesto a comprometer mi vida por el derecho que esas personas tienen a expresarlas”.
     
    Nada más. Saludos.

  • ana rodrigo

    Ay!!! Luis GM, cuánto echaba yo en falta tus provocaciones!. Pero, aquí te tenemos de nuevo, como ofrenda de blanco de tus  provocaciones para que hablemos de ti, en vez del tema que nos ocupa. Te ofreces como víctima, como objeto de persecución, como diana de los comentarios, que teniendo como objetivo críticas argumentadas, te las apuntas en tu haber de manías persecutorias. No, querido Luis, marca distancias personales con lo que lees y, quizá, tu inteligencia (que nunca he minusvalorado) te abra otras perspectivas al leer lo que escribimos y con cuyos criterios tú estás en pleno derecho de discrepar.
     

    ¿Por qué cuando yo manifiesto mis convicciones de adultez de individuos y de creyentes tiene que ser un mantra y tus tics persecutorios son manifestaciones de tu sabiduría? Un poquito de respeto, Luisito, a quienes opinamos en igualdad de condiciones que tú, sacerdote, canónigo, abogado y quizá, en tu sobrevalorada autoestima, te consideres superdotado. Menos humos, Luis, ya dijo Jesús que a l@s pequeñ@s se les revelaba lo que a los sabios se le ocultaba.
     
    De cualquier forma, Luis bienvenido al mundo de los vivos, aunque sigas subido a tu pedestal.

  • Luis Gonzalez Moran

    Por alusiones.
    Javier Renobales Scheifler cita una frase mía escrita en Atrio hace unos años: “mi fe es exclusivamente en Jesús”. Javier, muchas gracias por aludir a mí y que no haya sido para insultar como hicieron algunos colegas cuando el Director de Atrio tuvo la “ocurrencia” de publicar aquí unas memorias mías, inicialmente publicadas en la Nueva España de Oviedo y reproducidas posteriormente en RD.
    Me refirmo en aquella confesión de fé,  que ha sido siempre idéntica en mi vida “consciente”. Y no solo me reafirmo, sino que cada vez con más fuerza.
    Obviamente, no voy a hablar de mis historias, sino de Atrio, que sigue siendo fiel a sí mismo y a sus tics. Me explico: Este hilo lleva por nombre “Hilo y esperanza” y se abrió con dos preguntas, aunque a mí ahora solo me interesa una: “¿Qué opinamos sobre la sentencia del Constitucional? Era una pregunta absolutamente razonable y oportuna.
    De una forma nada sorprendente, lo que era una invitación a discutir/comentar una decisión sobre un tema jurídico ciertamente importante, ha terminado convirtiéndose en un ataque furibundo, desproporcionado e injusto a la Iglesia Católica. El Sr. Moderador pedía una valoración de una resolución judicial que se pronunciaba sobre un recurso. Pero como aquí (y ya desde el principio) la Iglesia Católica es una pieza a abatir, muchos foristas se han olvidado del Tribunal Constitucional y se han lanzado sobre ella espada en ristre con el ánimo de destruirla, en cuanto a ellos les es posible.
    Solo una pregunta, sin ánimo ninguno de ofender: ¿Por qué sienten algunos de Udes. ese odio tan irracional contra la Iglesia Católica? Déjenla en paz a ella y a quienes continuamos viviendo dentro de sus muros. Si es tan dañina y perturbadora, aléjense de ella, por favor, (aunque me parece que ya están bastante alejados la mayoría a juzgar por sus propias manifestaciones), pero no hace falta que estén todos los días repitiendo el “mantra” de la liberación, de la madurez, de la salida de la estructuras, del pensar por uno mismo, de la autonomía personal… ya vale, hombre ya vale… A mí no me parece que sea para tanto, aunque es solo mi opinión, claro

    “En apoyo de mis palabras, voy a reproducir unas del mismo Javier, persona que a mí me cae bien, aunque no así las cositas que dice. Por ejemplo escribe: ¿La autoridad del magisterio católico? Qué risa, no tiene ninguna autoridad, sólo poder, el enorme poder de la ICR al servicio de los poderosos, traidora de Jesús, una estafa de iglesia, hecha a la carta de los poderosos. El magisterio católico no es más que un instrumento de poder de los que se han apoderado de la ICR. No tiene arreglo, ninguna posibilidad de arreglo, hace mucho tiempo que la suerte está echada”.
    Pues nada, hijo, si el magisterio católico no tiene ninguna autoridad, olvídalo, evítalo, pero no hace falta que sufras (sufran) ataques de furia.
    Animo benevolente.

     
     

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿Tratar de ser fiel al magisterio católico? Y yo que creía que el que quiere seguir a Jesús trataba de ser fiel a Jesús, exclusivamente a Jesús.
     
    Jesús no fue fiel a ningún magisterio. Por eso lo asesinaron los jerarcas/magisterio de su época, vendidos al poder como hoy la ICR y su magisterio.
     
    Recuerdo que Luis González Morán, cura católico, dijo una vez en este foro: mi fe es en Jesús, exclusivamente en Jesús.
     
    Pero no, los que se han apoderado de la ICR, los jerarcas católicos y los católicos que les apoyan, para tratar de resultar imprescindibles y dominar a la gente que se deje, han convencido a esa gente de que a quienes hay que serles fieles es a ellos, al magisterio/jerarcas católicos, a su ICR de la que se han apoderado y manipulan a su antojo, y a la que llaman aberrantemente esposa de Jesús.
     
    (¡si el pobre Jesús levantara la cabeza y viera lo que han hecho con su mensaje de salvación por el amor y con el reino de dios por el que él luchó contra los poderosos …!)
     
    El reino de dios, que decía Jesús, está dentro de nosotros y en nuestros prójimos, no en las iglesias ni en la ICR ni en el Estado Vaticano, ni en los jerarcas católicos en cuanto tales, ni en el becerro de oro que es la fastuosa basílica de San Pedro de Roma.
     
    Ni en el magisterio católico  en cuanto magisterio, que se dice infalible y no para de meter la pata una vez tras otra sin remedio, y no tiene ninguna autoridad, y menos aún en lo que a seguir a Jesús se refiere.
     
    El reino de dios está en los matrimonios de personas homosexuales que se aman sexualmente en pareja, lo mismo que en todas las parejas que se aman, casadas o no.

  • pepe blanco

    Reconozco que me ha encantado lo del “lugar teológico vinculante y autorizado”.
     
    Eso sí, creo que el único lugar teológico vinculante y autorizado es el alma de cada cual, nuestra mente y nuestro corazón.
     
    Gracias, Josefina y Javier, por vuestras palabras.