El Servicio de Información del Vaticano (VIS) acaba de difundir una Nota sobre una información que acabábamos de conocer por la revista National Catholic Reporter. La información sobre los supuestos errores de la monja estadounidense, que se acaba de jubilar tras ser profesora de moral en Yale durante 50 años, en un libro muy difundido y alabado, publicado en 2006. En enlace a NCR está el texto completo en inglés y más declaraciones de la interesada y de otros. El Magisterio no infalible de la Iglesia sobre cuestiones de interpretación de ley natural deberá, al menos, a que todo se haga público y se valoren las razones que aporta. Y este caso abrirá polémica.
NOTA DE LA CONGREGACIÓN PARA LA DOCTRINA DE LA FE
Ciudad del Vaticano, 4 junio 2012 (VIS).-La Congregación para la Doctrina de la Fe ha publicado hoy una Nota sobre el libro “Just Love. A Framework for Christian Sexual Ethics”, de Sor Margaret A. Farley, R.S.M. En ella, advierte a los fieles que el libro “no está en conformidad con la doctrina de la Iglesia Católica. Por lo tanto, no puede ser usado como si fuese una válida expresión de las enseñanzas de la Iglesia para las sesiones de orientación o formación, ni tampoco para el diálogo ecuménico o interreligioso”. La Nota, firmada por el Prefecto de la Congregación, el Cardenal William Levada, ha sido aprobada por el Santo Padre.
Ya en 2010, la Congregación se dirigió a Sor Margaret Farley para para transmitirle una valoración preliminar de su libro e indicarle los problemas doctrinales que presenta. Su respuesta no fue satisfactoria, por lo que la Congregación decidió emprender un Examen con procedimiento urgente. La evaluación realizada por una comisión de expertos, reunida en 2011, confirmó que el libro contenía “proposiciones erróneas cuya divulgación podía causar grave daño a los fieles”. Se hizo llegar a la autora la lista de las proposiciones erróneas, invitándola a corregirlas. A juicio de los miembros de la Congregación, la respuesta de Sor Farley a esta petición “no clarifica adecuadamente los problemas contenidos en su libro”, por lo que han decidido proceder a la publicación de la presente Nota, de la que ofrecemos a continuación algunos extractos:
“La autora no entiende correctamente el papel del Magisterio de la Iglesia, que es expresión de la autoridad de los Obispos para enseñar en comunión con el Sucesor de Pedro, que guía a la Iglesia a una comprensión siempre más profunda de la Palabra de Dios que se encuentra en la Sagrada Escritura (…). Sor Farley trata argumentos de carácter moral ignorando la enseñanza constante del Magisterio, y cuando ocasionalmente lo menciona, lo trata como a una opinión más. (…) Revela también una comprensión defectuosa del carácter objetivo de la ley moral natural”.
“Entre los numerosos errores y ambigüedades del libro, se encuentran sus opiniones acerca de la masturbación, los actos homosexuales, las uniones homosexuales, la indisolubilidad del matrimonio y el problema del divorcio seguido de nuevas nupcias”.
“Escribe Sor Farley: «La masturbación (…) generalmente no implica ningún problema de carácter moral». (…) Sus afirmaciones no están en conformidad con la doctrina de la Iglesia Católica: «Tanto el Magisterio de la Iglesia, de acuerdo con una tradición constante, como el sentido moral de los fieles, han afirmado sin ninguna duda que la masturbación es un acto intrínseca y gravemente desordenado. (…) El goce sexual es buscado aquí al margen de la relación sexual requerida por el orden moral; aquella relación que realiza el sentido íntegro de la mutua entrega y de la procreación humana en el contexto de un amor verdadero»”. (…)
“Escribe Sor Farley: «Desde mi punto de vista (…), las relaciones y los actos homosexuales pueden ser justificados de acuerdo con la misma ética sexual de las relaciones y los actos heterosexuales». (…) Dicha posición no es aceptable. La Iglesia Católica, en efecto, distingue entre personas con tendencias homosexuales y actos homosexuales. En cuanto a las personas con tendencias homosexuales, el Catecismo de la Iglesia Católica enseña que deben ser acogidas «con respeto, compasión y delicadeza. Se evitará, respecto a ellos, todo signo de discriminación injusta» . En cuanto a los actos homosexuales, en cambio, el Catecismo afirma: «Apoyándose en la Sagrada Escritura que los presenta como depravaciones graves, la Tradición ha declarado siempre que los actos homosexuales son intrínsecamente desordenados. Son contrarios a la ley natural. Cierran el acto sexual al don de la vida.
No proceden de una verdadera complementariedad afectiva y sexual. No pueden recibir aprobación en ningún caso»”.
Frente al apoyo de Sor Farley al matrimonio homosexual, la Nota recuerda que “«La Iglesia enseña que el respeto hacia las personas homosexuales no puede en modo alguno llevar a (…) la legalización de las uniones homosexuales. El bien común exige que las leyes reconozcan, favorezcan y protejan la unión matrimonial como base de la familia, célula primaria de la sociedad. (…) No atribuir el estatus social y jurídico de matrimonio a formas de vida que no son ni pueden ser matrimoniales no se opone a la justicia, sino que, por el contrario, es requerido por ésta»”.
“Escribe Sor Farley: «Mi posición personal es que el compromiso matrimonial está sujeto a disolución» (…) Dicha opinión está en contradicción con la doctrina católica sobre la indisolubilidad del matrimonio: «El amor conyugal exige de los esposos, por su misma naturaleza, una fidelidad inviolable. Esto es consecuencia del don de sí mismos que se hacen mutuamente los esposos. El auténtico amor tiende por sí mismo a ser algo definitivo, no algo pasajero. Esta íntima unión, en cuanto donación mutua de dos personas, así como el bien de los hijos, exigen la fidelidad de los cónyuges y urgen su indisoluble unidad. (…) El Señor Jesús insiste en la intención original del Creador que quería un matrimonio indisoluble, y deroga la tolerancia que se había introducido en la ley antigua»”.
En opinión de Sor Farley, los divorciados pueden volver a casarse. “Dicha opinión contradice la doctrina católica que excluye la posibilidad de segundas nupcias después del divorcio. (…) La Iglesia mantiene, por fidelidad a la palabra de Jesucristo (…) (Mc 10,11-12), que no puede reconocer como válida esta nueva unión, si era válido el primer matrimonio”. (…)
“Con esta Notificación, la Congregación para la Doctrina de la Fe lamenta profundamente que un miembro de un Instituto de Vida Consagrada, Sor Margaret A. Farley, R.S.M., haga afirmaciones que están en contraste directo con la doctrina católica en el ámbito de la moral sexual. (…) La Congregación desea, además, alentar a los teólogos para que cumplan con sus tareas de estudio y enseñanza de la teología moral en plena conformidad con los principios de la doctrina católica”.
Normalmente la gente no hace caso de la doctrina moral sexual de la jerarquía. Pero existen casos concretos que viven su sexualidad como verdadero sufrimiento, estos si deben preocuparnos. Como cura cada vez que se presenta la ocasión intento ayudar que la gente viva sin culpa su sexualidad. Y algo mas importante: que vivan la sexualidad como regalo de Dios. Suelo indicar dos cosas : libertad y respeto. Y por supuesto con adultos. Con menores para algunos (….) es debilidad, para el mundo civil (tan lejano de dios) es delito de cárcel. Que no se pierda el humor.
La moral sexual es algo que ha cambiado en cada cultura y en cada tiempo, y por supuesto en nuestra sociedad ha evolucionado tanto que nada tiene que ver la nuestra con la de nuestros padres y abuelos, los nuevos pensamientos y los nuevos conocimientos nos hacen ver las cosas de diferentes formas a como se vieron en otros momentos, la ICR se le ha parado el reloj en muchos temas, sobre todo en lo de moral sexual, en aras de fidelidad a las escrituras se ha convertido en inamovible con lo que en la sociedad es desde hace mucho tiempo hechos consumados y claros ya, las nuevas perspectivas de sexualidad mas pronto que tarde deben ser asimiladas, admitidas y vividas por todos con la mayor naturalidad y sin exlusiones sectarias ni toma de posiciones acomodadas a intereses economicos o de permanencia en un status de privilegio, todo esto ha hecho que no se quiera aceptar lo que ya es vivencial en la sociedad que actual, creo que se hace daño, se desorienta y perjudica a quien no quiere prescindir de sus practicas religiosas y ven que los enfrentan a sentimientos y vivencias, si la ICR se considera seguidora de Jesús, si el modelo de este es el que debe de estar siempre como luz, tiene que recordar simplemene sus palabras “Lo que se hace por amor….” esa es la clave no hay otra. El nunca censuró, marginó ni exluyó a nadie, que no es poca clave de vida y de hacer, creo que debemos todos y las personas que se consideran incluidos en la ICR aun con mas motivo seguir sin matizaciones ni escusas este mensaje. Nada de cobardías, ni miedos, ni decir digo donde dice Diego, todo lo que no sea enfrentarse a la realialidad y a lo que la personas vivimos con cariño y buen deseo no es serio, ni como se dice ahora sostenible, ir contra la realidad es algo que tiene los dias contados aunque se argumente y se filosofe muchisimo.
Es necesario hacer cada vez mas asequible el tema “SEXO”, desprovisto de maquillajes y tabú o prejuicios morales que impiden el ejercicio del libre albedrío y la autonomía de una persona responsable.
Sin pretender negar la unidad e indisolubilidad del matrimonio considero que las parejas una vez llevan a cabo su proceso de separación, canónicamente debería estar al alcance de las posibilidades económicas y culturales la decisión de volver a contraer otro vínculo matrimonial que les permita su realización personal, el ejercicio de su sexualidad de pareja y el reconocimiento de la GRACIA DIVINA DEL AMOR.
Agradezco a Sor Farley por generar este debate con tanta madurez y gran responsabilidad.
Siempre que leo este tipo de notas me quedo con la misma impresión de vivir en otro mundo muy diferente al de la jerarquía eclesiástica romana. ¿Quiénes serán los “fieles”? O dicho de otra forma ¿quiénes acatan la “doctrina de la Iglesia Católica” tan incongruente con la realidad que vivimos a diario?
Efectivamente, Jaume, la gente vive su sexualidad conforme a su conciencia. No me imagino a nadie que cuando necesita divorciarse, o practicar el sexo, o amar a una persona de su mismo sexo, o utilizar anticonceptivos, se ponga a pensar en el Papa. Y digo más, conozco dos casos del Opus que, ante la imposibilidad de divorciarse siguiendo la moral católica, viven en un infierno. Eso sí que es ir contra natura, que dos piezas que no encajan, tienen que encajar a la fuerza porque lo dice alguien ajeno a los propios sujetos.
El Papa y su tropa andan por su mundo, y el mundo real va a lo suyo, vivir aquí con los pies en la tierra, como dice Vicedo, vivir su humanidad. El sexo en función exclusivamente reproductiva es cuestión de los animales.
Las morales sexuales de todos los tiempos han estado condicionadas por la cultura y creencias de cada pueblo respecto a la propiedad privada o a latrascendencia de los seres humanos, por dar dos ejemplos.
El pueblo judío no cree en la otra vida, por lo tanto la única trascendencia posible, ya que todo se deshace y muere, es la vida personificada en los hijos, varones, por supuesto. Las mujeres no corren.Es decir la estirpe. A la luz de esta creencia, la masturbación es como atentar contra la continuación de uno mismo, y el celibato ni que hablar, es un horror. Pero los cristianos creen en otra vida y la trascendencia del alma, no deberían tener ese problema y además vamos como en 7000 millones de humanos vivos.
La virginidad se basa en la idea de que la mujer es una cosa propiedad del varón. ¿Como dice el mandamiento? No codiciarás la mujer de tu prójimo, ni desearás la casa de tu prójimo, ni su tierra, ni su siervo, ni su sierva, ni su buey ni su asno, ni cosa alguna de tu prójimo. Deut 5-21Esto no tiene nada que ver con moral sexual. Es propiedad privada..
¿Acaso los esquimales obedeciendo antiguas leyes naturales en tierras aisladas, en que el pull genético era restringido, no compartían sus mujeres con los extranjeros? Con eso se evitaban asesinatos y violaciones y todos contentos. Eso es ley natural, la que va con la cordura de cada cultura, de cada comunidad. El resto son pendejerías.
Una vez más, la mente inquisitorial, cerrada y desconectada de las ciencias humanas y científicas.
Totalmente de acuerdo contigo Ana.
Por otra parte, “La inquisición” no se da cuenta que ha producido un cisma fàctico en el seno de la iglesia. La desobediencia en masa sobre un punto: la sexualidad. La base piensa y vive la sexualidad de otra forma.
Una vez más, Roma está en su agonia, ghetto y lejos de una realidad humana bàsica.
Y por estos derroteros sexuales piensa ir la Nueva Evangelización? Y esta es la moral que deben enseñar los colegios, denominados católicos?
E via dicendo…..
– La condición de SUJETO, esencial en la consideración de la PERSONA, es la que ofrece base, fundamento y marco desde los que se puede y debe considerar y concretar lo ética y moralmente humano. Y para que el SUJETO pueda considerarse en su propia condición, tanto debe incluir su capacidad de LIBRE, como la de RESPONSABLE y son estas capacidades inalienables las que condicionaran el buen o mal uso que el sujeto hace de las capacidades con las que la naturaleza (Y el Creador mediante ella) le ha dotado, tanto en el terreno individual, como en el relacional con sus semejantes, y con los otros seres de la Naturaleza.
No tener en cuenta esto tan elemental y fundamental respecto a lo que SER PERSONA significa y exige, es DESHUMANIZAR su HUMANIDAD.
Es por ello que Jesús habla no de anular la LEY, sino de autentificarla aclarando su condición HUMANA, sublimándola y reduciéndola al AMOR, respecto al Padre Creador y Señor, viviendo su VOLUNTAD ( Ser y comportarse como SUJETOS HUMAN*S libres y responsables) y respecto al prójimo, compartiendo esa HUMANIDAD con tod*s l*s demás HUMAN*S.
Pero el AMOR no es, ni puede ser, consecuencia de ninguna NORMA o LEY. El mismo acto de AMOR, es la concreción activa de LA PERSONA en tanto que, SUJETO libre y responsable, VIVENCIA SU PROPIA DONACIÓN; bien a sí mismo realizándose como ser perfectible, mediante el uso de sus capacidades, o renunciando a los abusos de las mismas, que destruirían por irresponsabilidad su propia o ajena condición de SUJETO PERSONAL.
Consideremos en este marco PERSONALISTA HUMANO la capacidad sexual humana (radicalmente distinta de la del reino vegetal o animal exclusivamente condicionada a la procreación y no a los libres y deleitosos sentimientos propios o compartidos), equiparándola naturalmente a las múltiples capacidades con las que la naturaleza nos ha dotado y saquemos conclusiones equivalentes respeto a lo ético y moral en todas ellas.
De ese análisis de la realidad humana y de su condición igualmente personal y personalista, podremos barruntar como podemos y debemos referirnos a eso de la LEY NATURAL a lo que tan sesgada e hipócritamente se recurre para justificar y aplicar condicionamientos despersonalizadores, sobre todo, respecto a la sexualidad humana.
Un sencillo ejemplo para orientación ¿A qué quedaría reducida la capacidad del gusto, si aceptáramos que se nos ha dado solo para comer lo indispensable para mantener vivo nuestro cuerpo y, en pasando de ahí, lo consideráramos ética y moralmente desordenado?
¿Y qué es lo que Dios ata y pide a los humanos que lo valoremos, sino sólo y exclusivamente el AMOR y, si este por cualquier circunstancia falla entre dos PERSONAS SUJETOS, ya no hay atadura de parte de Dios, so pena de que consideremos a Dios ajeno al AMOR y no autor de nuestra libertad responsable? ¿Es natural concentrar en un ACTO DE AMOR toda una existencia progresiva humana y más, cuando ese AMOR es vivencia compartida por DOS SUJETOS igualmente libres y responsables? ¿Es esa la condición de PERSONA que se desprende del testimonio y mensaje de Jesús que deja clara la finalidad del mismo SÁBADO y vino como BUENA NOTICIA de SALVACIÓN para la HUMANIDAD?
Y valórense todo lo que se quiera los reales y verdaderos CARISMAS , pero no nos atrevamos a confundirlos con resultados de normas, ni leyes, ni preceptos de Códigos, Catecismos, o hipócritas declaraciones de MAGISTERIOS.
Es evidentísimo que las afirmaciones de esta monja son contrarias a la doctrina de la Iglesia, lo que había que averiguar es si la doctrina de la Iglesia en materia sexual está en consonancia con el sentido común, ya que el evangelio nada habla de sexualidad, y del AT la Iglesia toma le conviene, cuando en realidad, la sociedad del AT poco o nada tiene que ver con la sociedad actual.
En realidad la moral sexual católica está dictada por hombres, en el mejor de los casos, célibes, reprimidos en muchos otros, vengativos contra los demás por lo que ellos se privan, envidiosos de lo que ellos no practican, etc. Es decir, es una moral sujeta a unos condicionamientos muy subjetivos y, especialmente, es muy parcial en función de unos intereses particulares. Creo que no es una moral válida en general.
“podía causar grave daño a los fieles“, dice la sagrada congregación sobre las publicaciones de la monja Farley. ¿A que daño se referiran? Yo creo que un gran numero de católicos, pediriamos a Sor Farley que nos firmara su libro, como en otra ocasión lo solicitamos al amigo Benjamín Forcano sobre su Nueva etica sexual (ed.Trotta).
Me llama poderosamente la opinión de esta sagrada congregación sobre la negativa a la disolución del matrimonio. ¡Pero si lo disuelven ellos previo pago se su importe, por amor de Dios!.
De 6000.00€ a 12000.00€ vale una anulación matrimonial, de que se escandalizan. Ellos son los que tiran por tierra aquello de, “lo que Dios ha unido no lo separe el hombre”.
En fin, de pelicula, ehh?
Estas reflexiones en pleno siglo XXI son de pelicula.
Y quieren evangelizar Europa. Menudo panorama de evangelización.
saludos desde Andalucía.
atte. Floren.
p.d. espero no haber molestado con el tono de guasa sevillana.