La figura de Aung San Suu Kyi encarna en este 2012 las otras figuras de partidarios de la no violencia como Gandhi, Nelson Mandela, Martín Luther King… que han tenido un influjo decisivo en la liberación de los pueblos. Al mismo tiempo reafirman el papel liberador y revolucionario que pueden tener en nuestro mundo de hoy las religiones, ya que se trata de personajes de profundas convicciones religiosas en los casos de Gandhi, Martín Luther King o Suu Kyi, y en el caso de Nelson Mandela de un personajes que mantuvo una estrecha colaboración en sus luchas contra el apartheid con eclesiásticos sudafricanos como Desmond Tutu.
No es cuestión de cerrar los ojos ante el nefasto influjo de ciertas ideas religiosas ultras en otros casos, tanto en el Occidente teóricamente cristiano, como en el islamismo, como en otros lugares. Pero estos personajes nos obligan a matizar nuestro juicio sobre la influencia del fenómeno religioso en la historia y en la liberación de los pueblos.
Una larga marcha hasta el Nobel y la libertad
Una madura belleza indochina de ojos ligeramente rasgados, perennemente instalada en una sonrisa respetuosa, recatada, un junco del delta del río Imawaddy allá donde se asienta Rangún, la capital de su país, junco por lo flexible e irreductible, pero roble por lo firme y tenaz, una tal Aung Sang Suu Kyi, premio Nobel de la Paz desde 1991, ha llenado el domingo 17 las primeras páginas de diarios, semanarios y revistas.
Sang Suu Kyi puso en marcha en 1988 el “segundo combate por la independencia de Birmania”, (hoy Myanmar), independencia que Gran Bretaña había ya concedido y que había sido conquistada por obra del General Aung San, su padre, que terminó asesinado en 1947. Esta vez, Suu Kyi desistió de la lucha armada y optó por el camino abierto en otro tiempo por el Mahatma Gandhi, camino que también siguió el sudafricano Nelson Mandela. Inspirada en su fe budista, mayoritaria en su país, donde también hay una numerosa población musulmana, Suu Kyi propugna “una revolución del espíritu que se manifiesta mediante el reconocimiento de la necesidad del diálogo y la compasión por los más humildes”, principios que asoció con un gran respeto a los principios éticos universales.
Su programa político y su dinamismo le llevaron a ganar por mayoría aplastante las elecciones que la Junta Militar convocó en 1990. Pero la Junta Militar se negó a aceptar los resultados de la votación y siguió en el poder, mientras Suu Kyi era condenada a arresto domiciliario. El mundo entero clama por la libertad de la heroína birmana, y en 1991 se le concede el Premio Nobel de la Paz, en 1992 el Premio Simón Bolíbar. En 1995, bajo presiones de Estados Unidos, la Junta Militar le devuelve la libertad, pero vuelven a encerrarla en 1996.
Al mismo tiempo, la Junta Militar le presiona para que se exilie al extranjero, pero ella prefiere mantenerse junto a su pueblo. En 2010 recobró la libertad, y la Junta Militar cedió el poder a un gobierno de civiles adictos al ejército. En Marzo de 2011 se celebraron elecciones legislativas, y Suu Kyi volvió a arrasar.
En este momento, Birmania vive un proceso de transición hacia la democracia, regresa a los organismos internacionales, retablece relaciones diplomáticas con todos los países…
A Suu Kyi le llueven los homenajes en Occidente: discurso de aceptación del Premio Nobel que recibió en 1991, discurso en la OIT, en Ginebra, discurso ante las Cámaras alta y baja del Parlamento británico, Premio de Amnistía Internacional en Irlanda, que le será entregado por el cantante del grupo U2 Bono, quien destaca que “es tan raro ver que la grandeza de alma triunfe sobre le poder militar…la nobleza y valentía de Suu Kyi han inclinado a un mundo un tanto escéptico hacia la democracia”.
Suu Kyi, antes que ella Nelson Mandela, antes que Nelson Mandela el Mahatma Gandhi, nos señalan a los hombres y mujeres del siglo XXI esa alternativa a las armas y a la lucha armada, que hasta ahora apenas han conseguido mejorar las cosas; esa alternativa que llaman revolución del espíritu que se manifiesta mediante el reconocimiento de la necesidad del diálogo y la compasión por los más humildes”. Tiene razón el cantante Bono al subrayar que personas como Suu Kyi nos reconcilian y nos devuelven la fe y la esperanza en la democracia, esa Bella Curmiente secuestrada por los mercados…
Irina: Tu mensaje en este hilo me parece muy revelador, y, al situarnos ante tu verdadero país, me ayuda a comprender mejor, creo yo, tus opiniones. Tú destacas cómo en tu país los creyentes, los católicos en concreto, lucharon por igual contra el nazismo de Hitler y contra el estalinismo que tomó el relevo al nazismo. En el fondo, el uno y el otro tienen un mismo común denominador, y el catolicismo se opone por igual al uno y al otro en lo que tienen de dictadura y de negación de los derechos humanos.
Ahora bien, desde la distancia, tal vez porque nos cuesta entender los problemas de los otros, muchos tenemos la impresión de que lo que trajo a Europa oriental la caída del Muro de Berlín fueron todos los males del capitalismo más cruel e inhumano. Y no acabamos de entender o comprender la postura de los cristianos orientales ante los abusos del capitalismo. El capitalismo no es un mal menor, es también una negación de los derechos sagrados de la persona humana, y punto.
Es más, tampoco acabamos de entender la actitud de Juan Pablo II ante la lucha de los cristianos de América del Sur y Central por superar todas las dictaduras de esos países y acceder a unos regímenes políticos más democráticos.
Como mínimo, Juan Pablo II no debió inmiscuirse en la vía elegida por los sudamericanos para superar sus problemas. No debió abroncar al ministro nicaragüense Cardenal cuando se arrodilló ante él ante todo el pueblo en el aeropuerto de Managua. Tal vez debió tratar con menos rigor y censuras a la teología de la Liberación. Tal vez debió ser más severo con Pinochet y Videla…
Y lo malo es que ahora Benedicto XVI y el Vaticano no solo siguen la línea de Juan Pablo II, sino que redoblan el control y la ingerencia en la vida de las iglesias de América y en la política de esos países. Y en el orden mundial, el Vaticano parece aceptar de buena gana todos los excesos de los gurús de la especulación financiera que tienen secuestrada a la Bella Durmiente del Bosque que llamamos democracia.
Si hemos de hacer honor a vuestros antepasados que lucharon contra Hitler y contra Stalin, tenemos que seguir luchando por la libertad de “TODOS” (repito, Irina, DE TODOS), también en este momento que nos toca vivir.
Mis respetos para ti y para tu país.
Gracias Honorio por este recordatorio, tan oportuno, de la figura de la Señora Aung San Suu Kyi.
Detrás de su sonrisa que comentas (“perennemente instalada en una sonrisa respetuosa”), hay muchas circunstancias, superadas, de dolor, de preocupación, de aislamiento, de represión. Momentos aciagos transformados en esperanza, superación personal y acción positiva a través de la meditación, la reflexión y la clara conciencia a afrontar la realidad con esperanza y superando el miedo.
Como tantas veces hemos comentado en ATRIO, Suu Kyi se ha caracterizado por ser una luchadora pacífica incansable que comenzó superando sus propios miedos y abrazando sin reservas la causa de la justicia, la democracia y el respeto a los derechos humanos tan pisoteados en Birmania durante décadas.
En un ensayo sobre la democracia que no pudo completar por ser arrestada por el régimen militare birmano el 20 de julio de 1989, decía:
“¿Cuál es la razón de que Birmania pese a sus abundantes recursos naturales y humanos , no llegase a convertirse tal y como parecía en principio, en una de las naciones más activas y desarrolladas del Sudeste asiático?. (…) El pueblo birmano que no ha tenido acceso a este elaborado material académico (se refiere a los estudios internacionales de carácter académico), llegó al quid de la cuestión recordando las palabras de Buda sobre las cuatro causas del declive y la decadencia: el fracaso en la recuperación de lo que se ha perdido, la omisión de reparar lo que se ha dañado, la indiferencia ante la necesidad de una economía razonable y la ascensión al poder de los hombres sin moral ni educación. Traducido a términos contemporáneos: cuando los derechos democráticos se han perdido a manos de una dictadura militar, no se ha hecho el esfuerzo suficiente por recuperarlos , se ha permitido que los valores morales y políticos se deterioren sin aunar esfuerzos parar salvar la situación, la economía se ha administrado ineficazmente y el país ha sido gobernado por hombres sin integridad ni sabiduría. Un estudio exhaustivo a cargo del erudito más inteligente, con los mejores y más recientes métodos de investigación, difícilmente podría identificar más correcta y sucintamente las principales causas de la decadencia de Birmania desde 1962”. (En “Libres del miedo y otros escritos”. Galaxia-Gutenberg. Círculo de Lectores. 1994 , página 231)
Como es sabido, en 1962 es cuando se produjo el golpe de estado del general Ne Win que dio lugar al largo período de la dictadura militar birmana que se extendió hasta la actualidad y de la que se está intentando salir con grandes dificultades, entre otras, por la inexistencia de una sociedad civil medianamente organizada.
Pero, ¿no es verdad que las expresadas reflexiones de Suu Kyi siguen siendo actuales y pueden servirnos de punto de reflexión parar enjuiciar la situación actual de muchos países de Occidente, incluido el nuestro?.
Cuando no sé qué decir ni qué hacer a veces leo La Biblia, y aunque San Pablo no es santo de mi devoción, permitidme leer de la Epístola a Los Romanos
12:21 No te dejes vencer por el mal. Por el contrario, vence al mal, haciendo el bien.
Pero como supongo que Aung San Suu Kyi será budista, seguro que pudo mamar una frase de Buda
El odio nunca se extingue por el odio en este mundo; solamente se apaga a través del amor. Tal es una antigua ley eterna.
Este tipo de personas nos hacen tener fe en la humanidad y nos predica con el ejemplo que hay que tener los ojos no empañados con el odio sino abiertos con el amor.
Un saludo
JESÚS
Cuando la religión se hace liberadora da la energía, las iniciativas, el dinamismo que vence toda opresión, toda persecución. En mi país el clero fue destruido primero por la ocupación nazi y después por la ocupación soviética pero fueron los seglares los que movilizaron las ideas y resistieron al opresor, fueron los católicos los que acogieron, defendieron y apoyaron a los disidentes comunistas y acogieron a ateos, intelectuales, sindicalistas, como unos compañeros más y sus iglesias y casas parroquiales se convirtieron en el lugar de reunión para el debate democrático y para la movilización por la libertad. Recordar a Stefan Wyszynsk, Jerzy Popieluszko.
Pd y por supuesto que existe formas de vivir lo que unen y nos religa, cuando esta basado en el amor…, es una forma de vivir ese religarse liberadora.- Gabriel
Cuanta razón tienes Honorio, los grandes luchadores de nuestros tiempo, se debaten contra la oscuridad que intenta ahogar lo mejor del ser humano…Gabriel