Frédéric LENOIR es el director de la revista mensual “Le Monde des Religions”. En septiembre-octubre 2011 acaba de publicar este editorial que coincide con el tema que se va tratar en el Congreso de Teología y las preocupaciones de ATRIO. ¿Qué tipo de religión y de cristianismo hoy es el que hace crecer más el ateísmo y la indiferencia? Buen tema de reflexión.
El fortalecimiento de los fundamentalismos y de los comunitarismos de todo tipo es uno de los principales efectos del 11-Septiembre. Esta tragedia de repercusión planetaria ha revelado y acentuado la fractura islam-Occidente, ha sido también el síntoma y el acelerador de todos los miedos vinculados a la mundialización ultrarrápida de las décadas precedentes y al choque de culturas resultante. Pero estas crispaciones identitarias que no dejan de inquietar y que alimentan sin parar la crónica mediática (la masacre de Oslo llevada a cabo en julio es una de sus manifestaciones), han dejado en la sombra otra consecuencia del 11 de Septiembre completamente opuesta: el rechazo de los monoteísmos a causa, precisamente, del fanatismo que suscitan.
Los recientes sondeos de opinión en Europa muestran que las religiones monoteístas dan cada vez más miedo a nuestros contemporáneos. En lo sucesivo, las palabras “violencia” y “regresión” irán más vinculadas a ellas que “paz” y “progreso”. Una de las consecuencias de este retorno identitario religioso y del fanatismo que a menudo deriva de él, es un fuerte aumento del ateísmo.
Si este movimiento es general en Occidente, en Francia es donde el fenómeno resulta más llamativo. El número de ateos se ha duplicado en diez años y la mayoría de los franceses se declaran hoy o ateos o agnósticos. Ciertamente, las causas de esta gran ola de increencia y de indiferencia religiosa son más profundas, las analizamos en este dossier (1): desarrollo del espíritu crítico y del individualismo, modo de vida urbano y pérdida de la transmisión religiosa, etc. Pero nadie duda de que la violencia religiosa contemporánea acentúa un fenómeno masivo de desapego respecto de la religión, mucho menos espectacular que la locura asesina de los fanáticos. Se podría recuperar el dicho: hace más ruido el árbol al caer que el bosque al crecer. Sin embargo, porque nos producen una justificada inquietud y hacen más frágil la paz mundial a corto plazo, insistimos demasiado en el auge de los fundamentalismos y comunitarismos, sin ver que la verdadera mutación a escala de la historia a largo plazo es el declive profundo de la religión y de la creencia milenaria en Dios, en todos los estratos de la población.
Se me dirá que este fenómeno es europeo y sobre todo impresionante en Francia. Sin duda, pero se acentúa cada vez más y esta tendencia está llegando incluso a la costa este de los Estados Unidos. Francia, después de haber sido la primogénita de la iglesia, podría muy bien convertirse en la primogénita de la indiferencia religiosa. La primavera de los países árabes muestra también que la aspiración a las libertades individuales es universal y podría muy bien tener como última consecuencia, tanto en el mundo musulmán como en el mundo occidental, la emancipación del individuo respecto de la religión y la “muerte de Dios” profetizada por Nietzsche. Los guardianes del dogma lo han entendido bien, ellos que no paran de condenar los peligros del individualismo y del relativismo. Pero ¿se puede negar una necesidad humana tan fundamental como la libertad de creer, de pensar, de elegir los propios valores y el sentido que uno quiera dar a su vida?
A largo plazo, no creo que el futuro de la religión resida en la identidad colectiva ni en la sumisión del individuo al grupo, como ha sido el caso durante milenios, sino en la búsqueda espiritual personal y en la responsabilidad. La fase de ateísmo y de rechazo de la religión, en la que avanzamos cada vez más profundamente, puede por supuesto desembocar en un consumismo triunfante, en una indiferencia hacia el otro, en nueva barbarie. Pero puede también ser el preludio de nuevas formas de espiritualidad, laicas o religiosas, fundadas auténticamente en los grandes valores universales a los que todos aspiramos: la verdad, la libertad, el amor. Entonces Dios –o más bien todas sus representaciones tradicionales– no habrá muerto por nada.
NOTA: (1)El dossier lleva por título “¿Francia se ha vuelto atea?”.
[Artículo propuesto y traducido por Maite Lesmes]
Carmen, ahora que te veo por ahí, date un vistazo por el Post de Leonardo Boff en “La Tierra se defiende” pues estos días, aun yendo escasa de tiempo lo busqué para poder responderte.
DIOS NO HA MUERTO INUTILEMNTE… SINO TONTAMENTE, POR QUIENES NECESITAN TENER AL CHAMÁN DE TURNO CONTÁNDOLE LO QUE DIOS DE NOSOTR*S DICE…
Llego tarde a comentar el artículo, pues he estado fuera una semana, pero celebro ver que, de distintas maneras, la mayoría de comentarios van en la misma dirección, refiriéndose, no a la muerte de Dios, sino a la muerte de los distintos diosecillos de invención propia con que las grandes religiones, en su inmensa torpeza y falta de fe en Dios y en el hombre, han suplantado al verdadero Dios, en beneficio de sus particulares tinglados y fanatismos institucionales y doctrinales.
En el caso de la religión católica, que es la que más de cerca me pilla, queda patente que cuantos más espectáculos de papolatría se monten para enfervorización y fanatización de masas (y si no, que se lo pregunten –por ejemplo- a los kikos que, enfervorizados por el fanatismo colectivo de las JMJ, se inventaron sobre la marcha unas vocaciones religiosas o misioneras de previsibles graves consecuencias, tanto para ellos mismos, como para quienes tengan la desgracia de tener que soportarles. ¡Pero qué poco les importa eso a sus fanáticos manipuladores! !Viva el show y la apariencia!, y el que caiga en la trampa que se joda por idiota… ¿No…?); y cuanto más se fuerce la sumisión del creyente a la doctrina religiosa de construcción humana mediante el innoble recurso a dogmas y decretos presuntamente infalibles, más clara y más evidente queda –como decía- la falta de fe de la jerarquía religiosa en Dios y en el hombre. O de lo contrario se habrían atrevido y arriesgado a poner al creyente en la pista de una espiritualidad que, partiendo su propia humanidad y siguiendo el camino de la humanidad de Jesús (que no dijo de sí que fuera Dios, sino que era el camino hacia Él), le hubiera llevado a Dios Padre. Pero eso les da un miedo –con perdón- que se cagan por la pata abajo…
Pero claro, como no se atreven a confiar ni en la humanidad del hombre ni en la de Jesús, se ven obligados a divinizarlo con prisas, con lo cual salen perdiendo ambas cualidades: su humanidad, que es la que por afinidad nos servía de enseñanza fácilmente entendible, porque pasa desapercibida por una precipitada mirada sólo a lo divino, que además dispensa al creyente de su proceso de crecimiento mediante la búsqueda personal y lo hace más controlable (¿manipulable?). Y su divinidad porque, forzada por la necesidad de una interpretación, más urgida por la imperiosa necesidad de sustentar su tinglado institucional y de control de las mentes de los creyentes, que por ponerlos en la búsqueda y seguimiento del mensaje de Jesús, en el que en el fondo no confían, acaban por suplantar al mismo Dios con la idolatría de la propia religión y la papolatría…
Cita el artículo el refrán aquel de que: “Hace más ruido un árbol cayendo que todo un bosque creciendo”, pero yo creo que en la situación actual de la iglesia habría que darle la vuelta y diría: “Hace más ruido todo un bosque cayendo que un solo árbol creciendo”, que también es verdad pero más a lo bestia, por eso: por el escándalo que dan las grandes religiones con sus hipocresías, es por lo que cada vez crece más el ateísmo y la increencia. Que esa es –en mi modesta opinión- la situación real de la Iglesia Católica, por más JMJssss que monten para engañar a sus fieles y camuflar consciente falta de fe y su hipocresía.
Pues si ese es el diosecillo que ha muerto, creo –no sin dolor por lo que van a sufrir muchos crédulos- que estamos de enhorabuena, pues (como cuando se sale de una vía muerta) se tiene la oportunidad de experimentar, indagar y buscar en otras nuevas en las que tal vez empiece a resurgir la verdadera concepción de Dios y del Hombre.
“El rey a muerto, ¡viva el Rey!”, se decía cuando se pasaba de un rey a otro. Pues digamos ahora esperanzados: El dios a muerto, ¡viva Dios!
Saludos. Fico.
Hola, Maite. He visto en el foro que el 8 de septiembre me saludaste. Gracias, yo también te saludo con gran afecto y estoy casi al tanto de tus muchísimas intervenciones lúcidas. El caso es que salgo al foro de vez en cuando o de tarde en tarde; es que me maravilláis con vuestra buenísima voluntad y no tengo el tiempo que desearía para estar al tanto porque los libros me tiran más que el ordenador. Vengo muy a diario a Atrio por ver cómo están mis amigos; y la verdad es que aquí hay muchísimos. Sólo tengo una queja y es que Antonio no me envía individializadamente el número de una cuenta para poder enviarle de vez en cuando algún centimillo, porque lo que es el pago con tartjetas, soy muy antiguo. Un abrazo.
Gracias por tu recuerdo querida Asun.
Deberes y tareas me preocupan y ocupan.
Me alegra tu mejoría y regreso Oscar.
Salud-os cordiales y buenas noches a tod*s,
Josefina
HA MUERTO D*S INULTILMENTE?
D*s no ha muerto inútilmente, si decimos esto así pretendemos decir que D*s ha muerto, pero entonces ¿Qué D*s es aquel que ha muerto útil o inultamente?
¿Es acaso ese D*s Abba padre, que nos muestra Jesús, tierno y comprensivo, que es capaz de estar oteando el horizonte una eternidad para desposarte con su mejor anillo?
O es quizás esa parte de D*s Madre irreconocible en tanto siglos de historia de las religiones, que son incapaces de dar otro paso, avanzar, y seguir aquel primer relato donde se nos muestra a D*s-Madre, y en el cual se nos dice que ella nos siente como en aquellos primeros día cuando nacimos con los dolores de parto.
Y que sin lugar a dudas más que morir, sigue Viva, y ese Amor sigue vigente porque nos ama y no quiere como si fuésemos un*s recien nacid*s…
Ese amor que no se seca porque su útero sigue siendo tierno y lleno de vida, se adolece y nos ama porque seguimos siendo carne de su propio útero?
¿Hablamos, quizás de Jesús, de su muerte violenta e injusta por falta de entendimiento concertado y propiciado en ese fundamentalismo religioso y político?
Y sobre todo, ¿Jesús murió útilmente, o inútilmente?
A mi parecer Jesús fue asesinado útilmente y concretamente a los interese de las dictaduras teocráticas de aquel tiempo. Hoy sigue siendo tan válida esta iniquidad por parte de las misma clases sociales y religiosas que fundan su poder dentro de la marginalidad de las personas, de sus Derechos y de sus propias Vidas.
De ahí que útilmente se ha seguido fomentando ese “sacrificio” ignominioso en el cual debemos acceder para llegar a un reino ficticio, hay muchas inmolaciones unas a corto plazo, yihad, y otros a largo plazo, aquella que el cristianamos y sus variante: catolicismo, protestantes, luteranos, evangélicos, ortodoxos, etc nos han ido a lo largo los siglos adhiriendo a nuestra cultura y sociedad con normas y moral ajenas al crecimiento y desarrollo de la persona, la HUMANIDAD
Creo que ese D*s que nos mostró Jesús murió ese día en el calvario, y no dio lugar a que se hablase, se explicase y se diese a conocer más…Aquella humidad del D*s Abba de Jesús quedó enmarcado dentro de la muerte de cruz, clavario y sacrificios y por lo tanto, esa muerte fue útil a los interese de aquel tiempo y a los que siguen rigiendo nuestras vidas, como podemos comprobar por las desigualdades que hay aquí en Europa, en España, en África o América ¡El Planeta Tierra!
Los fundamentalismo nacen ese mismo día que queda escrita las bases para dialogar y encontrarnos con D*s, sin que podamos ser autónom*s… al mismo tiempo que se nos niega la propia voz para decir que D*s se muestra diferente conmigo, y a lo establecido por otras personas ajenas a mí.
Como todas y cada una de las circunstancias personales de la persona y que pasan a ser muchas veces como lacras sociales porque la cúpula que marca la ortodoxia en todo los normas solo se cumplen para un*s poc*s, y para quienes legislan es simplemente una goma extensible y hasta moldeables hasta el punto de que las pueden romper y no pasa nada para ellos, ya sea en la clase religiosa como en la política.
Los fundamentalismo necesitan de la muerte útil a sus intereses, para que Tú mueras INUTILMENTE, COMO CHICERON Y HACEN CON LA MUERTE DE JESÚS Y HAN PRETENDIDO CON D*S
¿Qué hubiésemos tenido de, este Cristianismo, de haber seguido vivo, sin ser asesinado, hasta sus últimos días Jesús?
HA MUERTO D*S INULTILMENTE?
D*s no ha muerto inútilmente, si decimos esto así pretendemos decir que D*s ha muerto, pero entonces ¿Qué D*s es aquel que ha muerto útil o inultamente?
¿Es acaso ese D*s Abba padre, que nos muestra Jesús, tierno y comprensivo, que es capaz de estar oteando el horizonte una eternidad para desposarte con su mejor anillo?
O es quizás esa parte de D*s Madre irreconocible en tanto siglos de historia de las religiones, que son incapaces de dar otro paso, avanzar, y seguir aquel primer relato donde se nos muestra a D*s-Madre, y en el cual se nos dice que ella nos siente como en aquellos primeros día cuando nacimos con los dolores de parto.
Y que sin lugar a dudas más que morir, sigue Viva, y ese Amor sigue vigente porque nos ama y no quiere como si fuésemos un*s recien nacid*s…
Ese amor que no se seca porque su útero sigue siendo tierno y lleno de vida, se adolece y nos ama porque seguimos siendo carne de su propio útero?
¿Hablamos, quizás de Jesús, de su muerte violenta e injusta por falta de entendimiento concertado y propiciado en ese fundamentalismo religioso y político?
Y sobre todo, ¿Jesús murió útilmente, o inútilmente?
A mi parecer Jesús fue asesinado útilmente y concretamente a los interese de las dictaduras teocráticas de aquel tiempo. Hoy sigue siendo tan válida esta iniquidad por parte de las misma clases sociales y religiosas que fundan su poder dentro de la marginalidad de las personas, de sus Derechos y de sus propias Vidas.
De ahí que útilmente se ha seguido fomentando ese “sacrificio” ignominioso en el cual debemos acceder para llegar a un reino ficticio, hay muchas inmolaciones unas a corto plazo, yihad, y otros a largo plazo, aquella que el cristianamos y sus variante: catolicismo, protestantes, luteranos, evangélicos, ortodoxos, etc nos han ido a lo largo los siglos adhiriendo a nuestra cultura y sociedad con normas y moral ajenas al crecimiento y desarrollo de la persona, la HUMANIDAD
Creo que ese D*s que nos mostró Jesús murió ese día en el calvario, y no dio lugar a que se hablase, se explicase y se diese a conocer más…Aquella humidad del D*s Abba de Jesús quedó enmarcado dentro de la muerte de cruz, clavario y sacrificios y por lo tanto, esa muerte fue útil a los interese de aquel tiempo y a los que siguen rigiendo nuestras vidas, como podemos comprobar por las desigualdades que hay aquí en Europa, en España, en África o América ¡El Planeta Tierra!
Los fundamentalismo nacen ese mismo día que queda escrita las bases para dialogar y encontrarnos con D*s, sin que podamos ser autónom*s… al mismo tiempo que se nos niega la propia voz para decir que D*s se muestra diferente conmigo, y a lo establecido por otras personas ajenas a mí.
Como todas y cada una de las circunstancias personales de la persona y que pasan a ser muchas veces como lacras sociales porque la cúpula que marca la ortodoxia en todo los normas solo se cumplen para un*s poc*s, y para quienes legislan es simplemente una goma extensible y hasta moldeables hasta el punto de que las pueden romper y no pasa nada para ellos, ya sea en la clase religiosa como en la política.
Los fundamentalismo necesitan de la muerte útil a sus intereses, para que Tú mueras INUTILMENTE, COMO CHICERON Y HACEN CON LA MUERTE DE JESÚS Y HAN PRETENDIDO CON D*S
¿Qué hubiésemos tenido de, este Cristianismo, de haber seguido vivo, sin ser asesinado, hasta sus últimos días Jesús?
Perdón esto queda mejor así ¿No?
¿Qué hubiésemos tenido de, este Cristianismo, de haber seguido vivo hasta sus últimos días Jesús, sin ser asesinado?
Me ha alegrado, Maite, encontrarte y leerte esta mañana, poniendo tu granito de arena que siempre tiene espacio y es muy apreciado en Atrio. Gracias por compartir y ayudarnos a salir de los límites en que nos movemos habitualmente.
Ya veo que te ahorras hacer un análisis sobre el curso, con el libro de ponencias de enero. Porque lo que dices sobre Enrique M. L. y el sabor que te dejó su ponencia y persona está muy acertado y acorde al sentir de todo “ser viviente” que le conoce.
Añado a los dichos que donde hay dudas, hay Presencia, está “actuando y actuante” el Misterio de Lo Que Es y somos.
Un fuerte abrazo.
Sobra decir que en mi comentario anterior uso “matar” en sentido figurado. Toda violencia e ignorancia han de ser reemplazadas por el conocimiento y la formación.
Como dijo Pasteur: “Un poco de ciencia aleja de Dios, pero mucha ciencia devuelve a Él.”
O Chesterton: “”Cuando los hombres ya no creen en Dios, no es que no crean en nada, es que se lo creen todo.”
OSCAR, no sabía que estuvieras o hubieras estado enfermo, lo siento de veras.
Lo has captado muy bien y con la agudeza que te caracteriza. Lo que tiene que seguir muriendo o lo que tenemos que seguir matando es “las representaciones tradicionales” de Dios, suplantadores de su figura incluidos.
Será difícil evitar el márketing religioso que promueve la ICAR. Topé hace días con el canal oficial de la ICAR en Francia: http://www.ktotv.com/ Inimaginable la cantidad y duración de los vídeos e información sobre las JMJ. Me entretuve en escuchar uno donde primero habla Rouco y a continuación tres familias católicas. La manipulación e ignorancia es palpable en todo el reportaje. Rouco aseguraba que el 80% (sabe que el porcentaje es menor) de los españoles son católicos desde el nacimiento, por su ADN (sic), elevaba muy por encima de lo real el porcentaje de practicantes, tomaba el todo por la parte al referirse a la visita papal, como si toda la ciudanía y todos los creyentes hubiéramos apoyado las JMJ…. Presentaba a esas tres familias como si todas las familias españolas fuéramos de ese tenor. La primera familia (en 12 minutos la pareja maldijo al gobierno actual, responsabilizó a Zapatero de hundir la fe
de los españoles…) exhibía su ideología y piedad ultraconservadora; la segunda hacía sonrojar, tras contar el hombre cómo, tras habñersele dado meses de vida por un sarcoma, éste no se encontró cuando fue operado al volver de unviaje a Bosnia, donde sorpresivamente los forofos de un determinado santuario mariano se psuieron a rezar por él y así se curó, por lo que la pareja se convirtió, dejaron de ser pecadores, de vivir sin sentido, etc…
No tuve estómago para escuchar a la tercera familia.
Lamento que los franceses pudieran llegar a tener esa visión sesgada de los cristianos españoles. Aunque tanto la CEF como la TV de la ICAR en Francia tienen otro nivel y otro talante, respecto de España, cuesta encontrar ahí tanto eco de las JMJ. O pudiera ocurrir el efecto contrario: que se den cuenta de los excesos y fanatismo de lo que hemos soportado.
ASUN, yo también te he recordado en agosto, cuando asistí al curso sobre actualización de la Teología hoy: pluralismo y laicidad, organizado por Juan MASIÁ, en la UIMP de Santander. En enero un libro recogerá las excelentes ponencias de R. Haight, JM Castillo, JJ Tamayo, Suzuki, D. Gracia, F. Delgado, A. Borges, etc. Te recordé porque hice el descubrimiento de alguien que tú nos has recomendado varias veces: Enrique Martínez Lozano: una conferencia magnífica de una persona que no deja indiferente, donde psicología, espiritualidad, Jesús, ética… quedaron muy bien trabados.
Hola, SILVESTRE: te saludo por primera vez, hace días que no leo comentarios, ignoro si llevas tiempo en el foro.
No dudo de que el título del artículo parafrasea la famosa frase de Nietzsche en “Así hablaba Zaratustra”: “Dios ha muerto”. De hecho Lenoir lo cita en su escrito. ASUN ha explicado también parte del significado de esa afirmación, que no ha de tomarse al pie de la letra.
El último párrafo resume lo que ha querido decir Lenoir: “No creo que el futuro de la religión resida en la identidad colectiva ni en la sumisión del individuo al grupo, como ha sido el caso durante milenios, sino en la búsqueda espiritual personal y en la responsabilidad.”: Los monoteísmos son excluyentes, dicen monopolizar la verdad, buscan la cohesión social a través de instituciones como la religión, pudiendo derivar en fundamentalismo y comunitarismo. Nada que ver con una vivencia personal de fe en el Indecible, en el Innombrable, en el Absoluto… que impulsa a buscar lo mejor de sí mismo, inseparable de ayudar a los demás.
No habla del fin de la religión, sino del miedo y rechazo que produce cierto modo de entender y vivir la religión. Pero reconoce y propone otro modo de religión posible, a la que toda persona se apuntaría: al cultivo de valores universales: “Puede también ser el preludio de nuevas formas de espiritualidad, laicas o religiosas, fundadas auténticamente en los grandes valores universales a los que todos aspiramos: la verdad, la libertad, el amor”.
Sabemos que lo que se rechaza hoy no es la fe religiosa ni la importancia de la dimensión espiritual, sino las iglesias, los aparatos de las religiones y a los funcionarios religiosos que se han erigido en administradores poderosos de una supuesta verdad única.
No hace mucho hablábamos en ATRIO del libro de JJ Tamayo “Otra religión es posible”. Había en él mucha crítica a la religión existente, era optimista sobre el futuro de la religión si, entre otras cosas, las religiones se centraran en los más necesitados, si representaran los valores de la compasión, de la justicia, de la libertad….
Queridas amigas y amigos de Atrio, se os suele echar a todos de menos, en cuanto dejáis de aparecer más de una semana. Entre otros, Luis T. con su particular visión de las cosas, Hector, Fico, MAR M., Maite, Josefina y muchos más que no acierto a poner los nombres por mi torpeza a retenerlos. Oscar ponte bueno y nos dices en qué lugar de la vida hemos puesto a Dios.
La religión que prioriza la tradición resistiéndose al cambio haciéndose inflexible con sus creencias dogmáticas y con sus lenguajes y costumbres litúrgicos cultuales que nada dicen al ser humano del nuevo paradigma emergente y envolvente del conocimiento y de la información, pierde y hace perder lo mejor de ella misma, la espiritualidad- humanidad genuina que la hizo nacer, dando respuestas a preguntas que el hombre y la mujer de hoy ya no se hacen, porque se mueven en otro contexto e idioma.
El ateismo y la indiferencia, entre otras cosas, es a lo que conduce tarde o temprano, un dios constructo por la institución religiosa que ha puesto todo su énfasis en sostener su propio aparato y organización, digamos, de monarquía absoluta. Salvando las distancias, a esa forma “religiosa” le rechinaba a Jesús a tal punto, que le hizo ponerla en tela de juicio y por ser intocable desde la concepción de ella misma en su fondo y en su forma fue condenado a muerte. Tenerlo presente no para generar odio ni rechazo, sino comprensión y un estar alerta permanente, para no incurrir en lo mismo, absolutizando cualquier percepción.
El temor y miedo que se han ido inoculando en ella misma, dando una visión y modo de vida dualistas, han hecho que su transmisión fuera inducida para ganarse la vida del más allá despreciando el más acá. Pero ha ignorado ayudar a despertar al ser humano en todo su potencial de consciencia y libertad, de dignidad y de solidaridad humana responsable, de verdad, bondad y riqueza que descubrimos en Jesús al apostar coherentemente por ello. Desde entonces se oscureció y puso en declive la espiritualidad-humanidad que llevaba en su seno, al olvidar y haciéndonos olvidar lo que es el disfrute de la vida, consciencia en íntimo despliegue, dando la espalda al verdadero ser humano que llevamos dentro y a toda la realidad en interrelación en el aquí y ahora, a un modo de ser y actuar en la vida que se nos revela en Jesús, espejo nítido de lo que somos realmente.
Lo que llamamos Dios, el Misterio de Lo Que Es, que ya intuimos de niños y vislumbramos en nosotros, interpenetrando y envolviendo todo, sigue perenne. Es un Yo, Tú y Ello que mueve a una espiritualidad-humanidad, que da a todo sentido sin necesidad de poner nombres, aunque nuestra limitada mente no lo entienda. Y el “Dios”, constructo y delimitado a un lugar preferente, que nos vino de fuera impuesto se está muriendo.
Lo que sea que somos está muy bien hecho, a qué tener miedo, pues, a que vaya muriendo a su ser lo que viene de constructos humanos mentales ¿? Es un camino de liberación y si no es sentido así, probablemente habría que hacer conjuntamente también un trabajo psicológico de integración y unificación del yo particular que somos.
No es inútil, no es más que despertar del sueño que nuestra mente creía real, para acceder a Ello, al Espacio Consciente No-Dual y descansar ahí, como lo que somos y lo más que podamos, desconectando de lo que nos separa e interfiere. En ese no lugar, donde la mente y sus constructos no entran, quedándose fuera no falta ni sobra nada, todo es paz y confianza, la libertad, la verdad y el amor fluyen, se experimentan como una misma cosa.
Un fuerte abrazo a todas y todos.
Vaya! Oscar, me alegro que sigas yendo, yo también te echaba de menos…
En cuanto al post. mi reflexión es la siguiente: lo que va muriendo es el contenido conceptual de la realidad de Dios y esto porque en la marcha del pensar hay una inadecuación entre aquel concepto y nuestra experiencia, la cual como ya señalé días atrás es una consecuencia de la búsqueda de la razón puesta en marcha por el pensar mismo. Por esto el conocimiento está al final y no al principio
Se abre ahí un espacio problemático que diría es el que se produce en muchas ocasiones aquí en Atrio entre dialogantes a la hora de interpretar en los contenidos el lugar de la experiencia.
La universalidad conceptual de Dios, no lo dan los contenidos sino su realidad estructurada en el conocimiento humano.
A continuación no se tome lo que diré como una discrepancia con algo dicho por M. Pilar, pues con ella ,al menos yo, no puedo discrepar en nada, es de una coherencia total. Sin embargo me acojo en un punto de su comentario para, de algún modo, clarificar mi habitual postura.
Precisamente mi enfoque sería decir, no que los ritos están vacíos de sentido común, sino más bien que de él están llenos. El sentido común con respecto a cualquier realidad es superable, es en donde lo real queda uniformizado y sensibilizado conceptualmente, por lo que se le priva al sentir de su momento de realidad. Es una etapa de larga duración que, en materia doctrinal es en donde la autoridad se recrea. Esto se ve por la resistencia a los cambios.
Por otro lado, la superación de la que hablo no hace referencia al deber de superación como de un deber ser se tratara y a modo como lo hace creer la autoridad. La superación es un carácter de la realidad misma que se nos hace presente en forma de alteridad por la propia limitación de nuestros sentidos
Consecuentemente a lo expresado, tampoco yo creo, como señala el autor del escrito, que la religión en el futuro resida en la identidad colectiva como ha venido siendo hasta ahora, sino en la búsqueda personal y en la propia experiencia
Gracias, querido Oscar, por reaparecer y enriquecernos con tu sabiduría.
Hola ana!
Gracias!
1) Un aforismo del Derecho Romano –asumido en el Derecho Canónico- dice:
-“Aflicto aflitio non est adenda”-
-“No hay que afligir al afligido”-
Bastantes dolores de cabeza han tenido los españoles en este pasado Agosto,
para que yo –forastero- me atreviera a aumentarlo.
Además estaban de por medio las vacaciones europeas.
2) En cuanto a este Post, me suena interesante.
Lo que no entiendo mucho es eso de seguir matando a Dios.
Mi manera de pensar no lo mata.
Sólo ha conseguido ponerlo en otro lugar.
Si mi hígado pretendiera hacer de cerebro,
Yo no lo asesinaría
Simplemente le diría que esa no es su función en la vida humana.
Dios es –como cualquier órgano vital- una función de mi vida.
De cuál sea esa “función” …
Mejor después de pasados esos días veraniegos.
Acá ya asoman las glicinas
Y los pajarillos pían su erotismo.
Un abrazo, que ¡Vamos todavía! – Oscar.
No sé en qué estaría pensando cuando cité el libro de Frédéric Lenoir, yo estaba pensando en el auténtico libro que se titula El Cristo Filósofo, edt. Ariel, 1ª edición 2010. Muy interesante.
La liturgia es una cosa, y el sentir íntimo de “Algo Superior” que no sabemos como nombrar; lo llevamos todas las personas dentro de nuestra entraña.
Cierto que ese deseo o sentir, puede ser ahogado por el “ego” personal, si este nos lleva a poner a las personas, como alfombras para que nuestros pies caminen blandito…
¡¡¡Ahí comienza el verdadero problema…!!!
Cuando el corazón se endurece, ya nada ni nadie tiene valor, solo nuestro haber y poseer, a cualquier precio.
Vemos, que los ritos están vacíos de sentido común; la piedad así vivida: avasalla, encoge, controla la mente, el pensamiento y sobre todo la limpieza de corazón; hace que, quienes confían en esa parafernalia, se sientan como comprando lo que quieren, desean, añoran, dando algo a cambio de ser escuchadas.
Ahí es donde, toda persona que es capaz de pensar y discernir, se aparte de la iglesia ritual, ostentosa, mágica.
Cuando se piensa, se busca, cuando se busca se halla…
Sigo creyendo, que hay personas que de verdad ¡buscan! una ¡Vida! más plena y ello conlleva, un sentido amplio de sed de justicia, equidad, solidaridad, misericordia, paz, concordia entre todas las razas y pensamientos distintos.
mª pilar
Dios no ha muerto, sino que está muriéndose visiblemente desde hace más de un siglo. Claro que dios muere en el mismo plano en el que lo racionalizamos: dios es una idea creada por la conciencia del ser humano, y como idea, con una serie de cualidades que, creo, es lo que destaca el artículo.
Lo que muere es una idea tradicional de dios, que por otra parte en lo referente al cristianismo, tal como nos recuerda Ana en el extracto de Lenoir, es una distorsión que comenzó ya en el siglo IV por intereses eclesiásticos.
En ese sentido no es una muerte inútil, porque un dios falso es un ídolo y los ídolos nos distraen de la verdad.
Coincido con Honorio en que lo que llamamos dios se encuentra en el ser humano, y ahí hay que buscarlo y encontrarlo, con una espiritualidad que mire al propio corazón y que se refleje en una solidaridad sin fisuras con los demás. Es lo esencial del mensaje cristiano, así que no creo que sea una catástrofe esta muerte de la vieja religión, sino algo necesario si no olvidamos reconocer la verdadera naturaleza de todo cuanto existe.
Gracias Maite. Un saludo cordial a todos.
Menos mal que todo está ocurriendo por segunda vez: los ciegos ven y los cojos andan, los enfermos quedan limpios y los sordos oyen, los muertos resucitan y se anuncia a los pobres la Buena Nueva.
Pues, manos a la obra.
Un abrazo desde la otra orilla del océano
Mariana
Tu sabes, Maite, traductora, que Dios ni ha muerto ni morirá aunque lo diga Agamenón o su porquero. Tú sabes, me lo dijo R. Pannikar, que Dios es un concepto humano para nombrar el misterio. Lo demás, Maite, son palabras, palabras que pretenden ser muy racionales, muy razonadas; y tú sabes que sobre el misterio no hay más que misterio.Incluso Jesús, al que seguimos, llamó al misterio con el símbolo de PADRE. Algo grandioso. Que una persona está bautizada, pues bien, es que se sometió al símbolo del Bautista. Que no está bautizada; bueno y qué. ¿Es que la espera San Pedro con la libreta en la mano? Mira, Maite: el mar siempre será el mar; infinito, sedante, compañero, majestuoso, hermano, dador de vida y de eperanza. Os quiero a todos: un fuerte abrazo
Ya no es hora de andarnos por las ramas…Ninguno de mis tres hijos me ha expresado su intención de bautizarse e ingresar en la iglesia católica, ni tampoco de bautizar a mis nietos…En mi entorno, cada vez menos, las personas recurren a los actos religiosos y los sacramentos, como no sea para el funeral. Hasta qué punto eso es general, no sabría decirlo, pero sí que cada vez es más corriente.
Así que lo de la JMJ me sorprendió y me pareció algo de otra época; no me vangéis con que eran un millón, con que hay tantos Kikos por el mundo mundial…No! las religiones, al menos la católica, ya no funcionan así. Y no me extraña que Benedicto XVI y Rouco estén preocupados por este fenómeno, porque se les acaba el “chollo”.
Y cuando entro en una iglesia me pongo a pensar que qué geta tiene la iglesia que ha terminado por apropiarse de edificios y obras de arte que fueron patrimonio del pueblo, por cerrarlos a cal y canto, por convertirlos en lugares de visitas trísticas a tanto la entrada…!Qué tiempos aquellos, en que los peregrinos dormían en la catedral de Santiago de Compostela!
Todo eso se ha acabado, o debería acabarse cuanto antes. El diálogo del individuo con Dios debe, a mi entender, planificarse desde una perspectiva de búsqueda personal, de diálogo interior, de sentimientos de humanidad y solidaridad con nuestros semejantes. Dios se oculta detrás de cada ser humano, es ahí donde tenemos que buscarlo y encontrarlo.
Y para emprender esa búsqueda lo único que hace falta son testimonios de vida auténticos, poner la figura de Jesús al alcance de las personas, y dejar a todo el mundo en paz para que busque sus caminos…
Diría muchas más cosas, pero por hoy ya me he desahogado. Gracias, Maite Lesmes, por este artículo, que seguramente ha salido de tus manos.
Creo que la lectura de este post se puede interpretar mejor si conocemos un poco las ideas y el prestigio internacional del autor, filósofo y sociólogo francés, especialista en Historia de las Religiones, etc. etc. Quiero decir con esto que este autor “no da puntada sin hilo”.
Voy a copiar un texto suyo muy ilustrativo del libro La Ética de Cristo: “Si bien el mensaje de los Evangelios se fundamente en la fe en Dios, la filosofía de Cristo se apoya en una ética de alcance universal: la dignidad de todos los seres humanos, la igualdad de hombres y mujeres, el no recurso a la violencia, la libertad de elección, la separación entre política y religión y la fraternidad humana. Pero en el siglo IV, cuando el cristianismo se convierte en la religión oficial del Imperio romano, la sabiduría de Cristo se en parte eclipsada por el poder eclesiástico.”
A partir de este texto yo le pregunto a Frédéric Lenoir si lo que se está perdiendo en las sociedades modernas es la fe en Dios, el seguimiento religioso de Jesús o si ello conlleva el abandono de los valores que fomenta el cristianismo en sus orígenes, es decir en los evangelios.
La manifestación masiva de los asistentes a l JMJ de Madrid nos diría que la fe en Dios está en plena vigencia, si observamos a las comunidades parroquiales, diríamos que se está abandonando el cristianismo, pero si observamos las ongs (no religiosas) o los grupos de espiritualidad alternativos como las espiritualidades orientales, diríamos que un alto porcentaje de las sociedades no han perdido el anhelo por vivir esa dimensión íntima de ética, ya sea desde la religión, ya sea desde la ética civil.
PD. Hace días que no leemos a Oscar, espero esté bien, y le mando un abrazo.
¿Es que, contemplando el panorama de las llamadas civilizaciones religiosas, cristianas o no, prácticamente, DIOS se ha considerado VIVO?
Los profetas, o líderes místicos e iluminados en todos las ambientes religiosos no se han cansado de denunciar que lo que, desde prácticas de inhumanidad, se consideraba relación (RELIGIÓN) con Dios, no era más que burda y abominable IDOLATRÍA práctica.
Y si nos referimos al cristianismo, sin prescindir del testimonio y mensaje de Jesús, podemos sacar conclusiones de cuando se ha podido constatar la práctica consideración de DIOS VIVO a la luz de aquella señal que da Jesús para la identidad de SUS DISCÍPULOS (SI OS AMÁIS UNOS A OTROS) y los auténticos adoradores en espíritu y verdad que el Padre quería desde aquel YA del coloquio de Jesús con la Samaritana junto al pozo.
Parece ser que lo del ateísmo nos ha caído como avalancha reciente en un Occidente colonizado por religiones a fuerza de imposiciones desde los más variopintos PODERES.
Si comparamos las relaciones de valoración entre estructuras cultuales, edificios, normas, estructuras, etc, y las personales de HERMANDAD COMUNITARIA y JUSTICIA DISTRIBUTIVA de medos materiales entre los seres humanos, podemos sorprendernos sobre el concepto y realidad del Dios en el que se ha basado lo que llemamos religión, fe o creencias.
Lo que nos está pasando es que el obsequio eficaz que le hemos negado a la Luz que nos venía de la fe en quien dijo ser LUZ, no hemos tenido mas remedio que pagarlo a la luz de la racionalidad con la que ha tenido que encontrarse nuestro proceso de concienciación razonable.
Puede la globalización técnica nos esté obligando a afrontar el verdadero sentido de nuestra toma de postura individual y colectiva con LA TRASCENDENCIA y ello este forzando nuestra actitud individual y colectiva desde nuestra relativa INMANENCIA. Lo que implica que tenemos que valorar lo HUMANO, si queremos que lo DIVINO tenga algún valor y sentido aquí y ahora.
Y parece que, de lo que aún podemos conocer de Jesús y sus primeros testigos, este quehacer que estamos descubriendo como signo de los tiempos, converge plenamente en aquella HUMANIZACIÓN DE DIOS, concretada en la venida al mundo de JESÚS, HIJO DEL HOMBRE,para ofrecernos el modelo a imitar de HUMANIDAD en la que no hay grandes, ni pequeños, sino HERMAN*S llamad*s a convivir como tales, en justa armonía con los demás seres de la Naturaleza.
TODOS los ÍDOLOS han sido y son dioses muertos y quienes creen prácticamente en ellos, son l*s verdader*s ATE*S, por no comportarse como human*s con sus human*s herman*s
2Porque cómo se puede creer en Dios a quien no vemos, si no reconocemos a l*s herman*s que están con nosotr*s en este mundo.”
Corrijo: el título del dossier central de la revista es: “¿Francia se está volviendo atea?”.
Para traducir el dicho, que es en realidad un proverbio africano,”le bruit de l’ arbre qui tombe cache celui de la forêt qui pousse”, he buscado qué significado(s) tendría. Las respuestas más coincidentes lo interpretan más o menos así:
No hemos de dejarnos llevar por las apariencias. Lo que más ruido hace no es lo más importante. Lo esencial dura y suele pasar desapercibido. Más vale actuar éticamente con discreción que anunciar a bombo y platillo buenas intenciones. No siempre se habla en los medios de lo que más importa, etc.