Marià Corbí es un jesuita español que desde hace tiempo viene propugnando una espiritualidad laica que recoja en profundidad el legado de las principales religiones. Parte de los cambios irreversibles de nuestra sociedad global y de la distinción –que en ATRIO se ha repetido tantas veces– entre fe y creencias, entre espiritualidad y religión. Desde hace diez años dirige el CETR. Su último libro: Hacia una espiritualidad laica: sin creencias, sin religiones, sin dioses. Barcelona, Herder 2007. Hoy presentamos aquí la parte conclusiva de su intervención en el XIX Foro religioso de Vitoria/Gaztei. Nos lo ha seleccionado y enviado Ana Rodrigo, a quien felicitamos por ser el día de su santa.
El lazo íntimo entre las creencias el poder y la violencia es un motivo más para aprender a heredar el legado de las creencias, pero sin ser creyentes. Las creencias, con sus pretensiones exclusivas y excluyentes, por su misma naturaleza ni pueden ser asimiladas fácilmente por los hombres y mujeres de las nuevas sociedades, ni, diría yo, es conveniente que lo hagan.
Generarían, como lo hicieron y lo están haciendo, intentos de imposición. Para conseguirlo luchan por el apoyo del poder o buscan hacerse con él.
Esos intentos de imposición están íntimamente ligados a la violencia moral y, si es preciso y posible, física.
El nuevo mundo de las sociedades globales ha de excluir esos riesgos y esos peligros si queremos que nuestra sociedad sea una globalidad pacífica que incluya a todos, sin que nadie pretenda ser superior a los demás, menospreciarlos o incluso eliminarlos, si fuera posible.
Sólo el cultivo de una cualidad humana profunda, heredera de la sabiduría de todas las tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad, pero libre de religiones, creencias, imposiciones y violencias, puede ser el fundamento útil al desarrollo de las nuevas sociedades de conocimiento en la globalidad, en las que todas las culturas y tradiciones espirituales de la humanidad confluyen en una sociedad de conocimiento y cambio continuo.
- Actitud de las organizaciones religiosas frente a esta transformación cultural.
Las instituciones religiosas actualmente practican la política del avestruz, meter la cabeza en la arena para ignorar las dificultades.
Cualquier empresa que fuera a la baja tan constantemente, durante tanto tiempo y cada vez con más celeridad, haría un estudio profundo para ver lo que está pasando e intentarlo corregir.
Las instituciones religiosas no lo hacen. Y cuando lo hacen, parten de los mismos presupuestos, creencias y actitudes que les han llevado a la crisis.
Estos comportamientos son los propios de los organismos anquilosados que han perdido por completo la flexibilidad necesaria para adaptarse a las transformaciones de las condiciones de vida y de la cultura de las nuevas sociedades fundamentadas en la creación continua de nuevos conocimientos y tecnologías y, a través de ellos, en la continua creación de nuevos productos y servicios.
Esa actitud no augura nada bueno, es signo de esclerosis, de grave envejecimiento y de muerte.
Las instituciones religiosas se niegan a reconocer que estamos sufriendo quizás la mayor transformación de las condiciones de vida colectiva de la historia de nuestra especie. Estamos frente a la crisis axiológica más grave de nuestra historia.
- -Estamos pasando de sociedades que vivían de hacer siempre fundamentalmente lo mismo, de no cambiar, de excluir los cambios de importancia y todas las posibles alternativas, sociedades que eran estáticas, a sociedades que viven del cambio continuo en todos los niveles de la vida: cambios continuos en la interpretación de la realidad en todos sus niveles, de las tecnologías, de los modos de trabajar, de las formas de colaboración y organización, de los sistemas de cohesión colectiva y de los valores y fines.
- Hemos pasado de sociedades preindustriales a sociedades plenamente industrializadas, de conocimiento y cambio continuo.
- Hemos pasado de sociedades que se educaban y programaban para no cambiar, a sociedades que tienen que programarse y educarse para cambiar continuamente y estar siempre dispuestos al cambio en el ámbito que sea y cuando sea necesario.
- De sociedades que vivían repitiendo los esquemas básicos del pasado, a sociedades que no pueden repetir el pasado sino que tienen que proyectar el futuro al ritmo acelerado de la marcha de nuestras tecnociencias.
- De sociedades que decidían el presente mirando al pasado, a sociedades que han de decidir el presente diseñando el futuro.
- De sociedades que se articulaban en torno a creencias intocables que implicaban la sumisión de la mente, del sentir y la organización bajo un sistema de coerción a sociedades que se articulan en torno a la creatividad, la libertad, la voluntariedad y la creación de los propios postulados axiológicos y proyectos colectivos a todo nivel.
- De sociedades provinciales, que creían poseer la verdadera norma de humanidad, la verdadera religión, la verdadera moralidad, el verdadero sistema de vida y de organización, a sociedades globales donde conviven todas las culturas, todas las religiones y sistemas de espiritualidad, los diversos sistemas de comportamiento, de moralidad y de vida.
- -Ya nadie puede pretender poseer la verdad con exclusión de toda otra verdad. Quien piense así es un gran peligro para las sociedades globales.
- No reconocer todos estos tránsitos y transformaciones y pretender continuar pensando, sintiendo, actuando, organizándose y viviendo como si no ocurriera nada, es una actitud suicida.
- Las instituciones religiosas se empeñan en fijar a las personas y a los colectivos con las normas del pasado. Eso supone querer clavetear a los colectivos en las estructuras y modos de vida del pasado, que ya no existen porque se las llevaron las aguas torrenciales de las nuevas sociedades. Nadie puede frenar esas aguas.
- Eso supone predicar unas normas de vida propias de otros tiempos, a unos hombres que, como se les piensa, ya no existen. ¿Cabe un sin sentido mayor?
Las generaciones más jóvenes (cuarenta largos hacia abajo), no tienen otro remedio, si quieren adaptarse y vivir en las nuevas sociedades que huir de creencias, religiones, sumisiones de modos de vida propios de sociedades que se han tenido que abandonar.
Los más jóvenes tienen un claro sentido de lo que es vida y de lo que es carente de vida y optan, sin pensarlo siquiera, por lo que no es carne muerta.
Las organizaciones religiosas y sus jerarquías se empeñan, a contra corriente e inútilmente, en mantener la religión, la espiritualidad y la calidad humana, en los patrones que fueron adecuados durante milenios para sociedades preindustriales. Patrones que creen intocables, a los que deberían someterse las personas y los colectivos.
Esas creencias las procuran imponer contando con el poder político y su capacidad de coerción. No renuncian a someter al poder para contar con él para imponer creencias, normas de moralidad y de organización familiar y colectiva acreditadas en el pasado en unas condiciones de vida que ya no existen y que son totalmente inadecuadas a las nuevas sociedades industriales de conocimiento.
Todo esto son signos claros de que las organizaciones religiosas no saben y no quieren saber en qué mundo viven. Se empeñan en frenar una corriente poderosa y global, que fluye cada vez con más caudal y con más fuerza.
Es una misión tan inútil como ignorar e intentar frenar un poderoso tsunami global que ya hace décadas que está en marcha.
Ese poderoso tsunami lo forma
- -la completa desaparición de las sociedades preindustriales, en las que nacieron y se desarrollaron las grandes religiones,
- -la completa industrialización de las sociedades que barren las anteriores modalidades de vida preindustriales, con todo lo que suponían,
- -la aparición y asentamiento de las sociedades que viven y prosperan creando continuamente conocimientos, tecnologías y, a través de ellas, nuevos productos y servicios.
- -y la globalización que comportan las sociedades de conocimiento.
Todas las formas religiosas y espirituales y también la concepción de lo que es la cualidad humana están embebidos, concebidos y vividos desde las formas de pensar, sentir, actuar, organizarse y vivir propios de las sociedades preindustriales que han tenido que ser abandonados al entrar en las nuevas sociedades industriales globalizadas.
Por otra parte, nunca, en la historia de nuestra especie, nos es más necesaria la cualidad humana y la gran cualidad humana que cultivaron en el pasado las religiones y las espiritualidades.
Nuestras poderosas ciencias y tecnologías, que se extienden a todos los niveles de la realidad, crecen a un ritmo cada vez más acelerado, Ya son capaces de intervenir en el proceso que controlan la vida de las especies vegetales y animales, e incluso con capaces de intervenir en los procesos más radicales de la vida humana. Ya nada en el planeta tierra puede funcionar autónomo sin la intrusión de nuestras tecnociencias. Nos hemos convertido en los gestores de la globalidad de la vida, del medio ambiente y del planeta entero.
Las instituciones religiosas, principales responsables en el pasado, durante miles de años, de cultivar la cualidad humana que tanto necesitamos, están en una crisis mortal de la que no parece haber ninguna posibilidad de que se recuperen. Las mismas ideologías, que nos han regido durante casi 200 años, tampoco gozan de buena salud.
¿De dónde sacaremos los medios para cultivar esa cualidad humana honda, que nuestros antepasados llamaron espiritualidad, y que precisamos si no queremos que nuestras tecnociencias funcionen como un aprendiz de brujo, que nos llevaría a una ruina definitiva?
Durante milenios nuestros antepasados cultivaron la sabiduría a través de las religiones y de la espiritualidad. En nuestra situación de sociedades globales enormemente complejas y sofisticadas, no podemos partir de cero en el cultivo de la cualidad humana, sería una gran necedad y un despilfarro imperdonable.
Hemos de arreglárnosla y buscar los medios para heredar esa sabiduría milenaria y verificada largamente de nuestros antepasados y adaptarla a las nuevas condiciones culturales.
Hemos de poder heredar y aprender del pasado, pero sin poder arrastrar sus sistemas de creencias, sus formas de sentir, actuar, vivir y organizarse.
Hemos de poder heredar su sabiduría, pero sin sus formas de vida.
- ¿Cómo se hace eso? Nunca antes lo habíamos hecho.
Nos vemos forzados a aprender a leer las Escrituras y los grandes textos de los maestros espirituales del pasado, no como cosas a creer a las que someterse, tampoco como programas de vida individual y colectiva, sino como sistemas expresivos, simbólicos que apuntan y expresan esa gran cualidad, que orientan hacia ella, que avisan de errores y desviaciones en el camino para adquirirla.
En sociedades globalizadas no es conveniente que nos ocupemos sólo de recoger el legado religioso y espiritual de nuestra propia cultura, debemos aprende a heredar todo el legado de la humanidad. Sería peligroso para una sociedad globalizada que nos limitáramos a nuestro propio legado, ignorando el de los demás.
Todo el legado religioso y espiritualidad de la humanidad, en una sociedad globalizada, es de toda la humanidad. Sería necedad y despilfarro de riquezas ignorar esas otras riquísimas tradiciones.
La cualidad humana a la que apuntan todas las tradiciones religiosas y espirituales de la humanidad no está ligada a formas, aunque siempre se diga en formas; es libre, fresca, siempre nueva, y apuntan a una dimensión de nuestra vida y del existir que es gratuita, graciosa, absoluta, independiente de los patrones que crean nuestras condiciones de vivientes necesitados.
A esa dimensión de la que hablan las Escrituras y los maestros de todas las tradiciones de la humanidad se le ha apuntado con muchos nombres: Dios, Padre, Absoluto, Vacío, Ser-Conciencia-Beatitud, Ser, Tao, Alá, Gran Espíritu, Gran Antepasado, etc.
Y a su noticia se le ha llamado experiencia religiosa, experiencia mística, experiencia de la unidad, Nirvana, Satori, etc.
Debemos aprender a entender a dónde apuntan todas esas expresiones, sabiendo que señalan al Innombrable, al Indecible, al que está más allá de todas las categorías que pueda formar nuestra lengua de pobres vivientes, al que está vacío de toda categoría que podamos aplicarle, al que no cabe en ninguno de nuestros pobres moldes lingüísticos.
Hemos de aprender a heredar el gran legado de nuestros antepasados, -en una sociedad globalizada en la que todas las tradiciones ya son nuestras, sin que, al hacerlo, tengamos que ser hombres sometidos, creyentes, religiosos.
Y tenemos que hacer ese aprendizaje con urgencia, si no queremos perecer frente al poder de nuestras tecnociencias en crecimiento cada vez más acelerado, que, de hecho, están creciendo e invadiéndolo todo, sin control ninguno, si no es el control de los rendimientos del capital internacional.
La tarea frente a la que nos encontramos es difícil, nueva, nunca se había hecho antes, pero es imprescindible.
Las sociedades se alejan de la religión en masa y aceleradamente. -Lo hacen en silencio y sin problema. Para las nuevas generaciones la religión no es ni problema. Sin embargo, crece al mismo ritmo el interés por la espiritualidad, por la cualidad humana profunda. Crece el interés por el silencio, por la paz del espíritu, por la cualidad humana.
Cada vez más abundan los buscadores, aunque buscan sin criterios sólidos, sin orientación, confundiendo lo que es de calidad con lo que es pura charlatanería.
Por esa razón es urgente que se formen y crezcan hombres de gran calidad humana, capaces de heredar el legado religioso y espiritual de pasado, -pero adaptados a las nuevas condiciones culturales.
Es preciso renunciar a los intentos de volver al pasado. Hay que aceptar y amar a las nuevas sociedades y a los hombres y mujeres de las nuevas sociedades. Eso no supone conformismo, ni falta de lucidez y de crítica, pero sólo desde la aceptación, la comprensión y el amor es posible corregir y orientar la marcha de las nuevas sociedades industriales de conocimiento.
Estamos en una situación de crisis claramente mortal de las religiones a pesar del auge de los integrismos –que no son más que una nueva demostración de la crisis de las religiones, pero estamos también en una época de verdadera ebullición espiritual.
Hay que trabajar duro, con imaginación, con libertad y con mucho coraje.
Fico, compañero: ¡¡¡Felices vacaciones!!!
Gracias por dejarnos compartir contigo ¡La Buena Noticia! de tu recuperación.
Recuerda con cariño a quien os ha dejado… siempre causa un estado “extraño” este proceso de ver partir a quienes quieres.
Recuerda cuanto bueno hizo, serenará tu espíritu, y seguirás “Yendo todavía…” fundamental para llegar al final de nuestra andadura personal.
Sobre todo ¡¡¡Descansa y siéntete dichoso!!!
Un abrazo entrañable, te esperamos a tu regreso.
mª pilar
Quizás nuestra mente si lo entiende… Qeu la muerte está ahí y que podemos desaparecer mañana, lo que es más duro es no poder físicamente volver a abrazar, tocar, besar y hasta charlar y tener esos momentos que nos unía o distanciaba pero que nos permitia saber más de como era o nos quería la otra persona desaparecida.
De ahí que muchas veces, hemos preferido ser nosotr*s l*s primer*s en desaparecer de esta vida, es lo que trae AMAR INCONDICIONALMENTE
Bien, Oscar, con este yendo todavía sin parar.
Esto que presupones, porque así lo enlazas: – “una pérdida querida…, aunque no lo entienda nuestra mente…”, si te das cuenta la última parte iba incluida en otra frase, la sabiduría del Misterio de Lo Que Es, la vida misma, de la que se nos escapan tantas cosas y está llena de una urdimbre entretejida, aquí salud, muerte, vacaciones, que nos atrae y al mismo tiempo parece huir a nuestra comprensión, “por qué esto y no lo otro en un fluir que no cesa”. Es cuando cesan las creencias que el espacio se abre a lo que es y la mente se hace sólo herramienta con todo su potencial.
Un abrazo en el seguir yendo todavía.
Me alegra Fico saber que todo va bien.
Un abrazo desde Extremadura
Carmen
Hola!
Algunas cositas.
1.- FICO, dices que no pertenecía al tema:
* tu “Buena Noticia” de Salud vital
* tu medito-dolor ante la Muerte vital de un familiar
* tu ir de Vacaciones de vida.
A mí me parecen “creencias” en las que estamos,
y con las que contamos para hacer comprensible nuestra vida.
2.- Dos de nuestras Cumpas han reaccionado lindo de inmediato;
sobre cuyos comentarios reflexiono las ”algunas cositas” de marras:
+ Asun:
– “una pérdida querida…, aunque no lo entienda nuestra mente…”
Estimo que es así … pero, pero, pero …
Si me permitís algunos “peros” (que tal vez no se te apliquen a ti)
El dicho “no lo entienda nuestra mente” puede llevar al enquistamiento suicida
“como no lo entiendo … no lo voy a entender”.
Por el contrario, yo pienso que nuestra mente
ha sido una herramienta que el ser humano se ha forjado,
y sigue tecnológicamente reformulándola.
Quien le pusiera un “límite fijo” está en una “creencia” sin fluidez.
+ Ana:
– “es duro aceptar que la vida de nuestros seres queridos tiene un final”-
La “creencia” en otra vida después de esta vida,
ha sido una de las grandes creaciones humanas del Cristianismo
(tal vez de todas las Religiones)
La Etnología reconoce vida humana allí donde hubo “cementerios”.
Hoy nos es, todavía, “duro de aceptar”.
Allí tiene la “mente humana” un duro hueso para roer,
y mientras lo roe afila fluidamente su herramental,
tanto el mental como el cordial.
3.- con estas “cositas” se me re-afirma mi creencia, que es “la fluidez misma”:
LA DUDA VITAL;
que es nombre con que he bautizado al afamado Espíritu Santo,
motor fundamental de todo herramental creativo;
mientras fluye mi mente … pensando.
¡Voy todavía! – Oscar.
Querido Fico, primero, enhorabuena por la buena, buenísima noticia, después agradecerte que nos tengas al día y, finalmente, desearte que pases unas vacaciones estupendas.
Lo que dices de tu familiar, es duro aceptar que la vida de nuestros seres queridos tiene un final. Lo siento.
Gracias, Fico, por compartirnos tan estupenda noticia, en medio de una pérdida querida. El Misterio de Lo Que Es es infinitamente sabio, aunque no lo entienda nuestra mente…
¡Felices vacaciones, con todos los tuyos!
Un fuerte abrazo.
Hola.
Perdonad que sin entrar en el tema -interesantísimo por cierto- por falta de tiempo y porque estos días tengo el corazón y la cabeza (andamos de entierro de un familiar) en otros lugares, os informe de que mis pruebas médicas previstas para fin de julio han salido bien y estoy, al menos por ahora, límpio del cáncer de tiroides. Así que me voy contento de vacaciones y desaparezco Agosto, pues no sé si donde voy tendré internet.
Un abrazo. Fico.
Asun, tu siempre tan amable. Un abrazo.
Muchas gracias, Luis, por los enlaces. Como dices, también creo es clave un yo armónicamente integrado para ir creciendo al unísono psicológicamente y espiritualmente. Lo que se puede resumir en llegar a desplegar , pese a las dificultades, el ser humano completo y divino que somos.
Un fuerte abrazo.
http://www.prhmexico.com/pag2-1.html
Otro sacerdote rompedor.
Cualquiera que desee progresar espiritualmente, debe asegurarse primeramente de que tiene un ego sano. Porque de lo contrario construimos en falso. André Rochais, entiende bien el tema. Y comienza por donde se debe comenzar, por la integración de la sombra psicologica que todos tenemos.
A cualquiera, yo no les recomendaria, que comenzase a meditar, si un buen psicologo, no le da el “aprobado” de normalidad psicologica, previamente. Es muy importante, yo lo he descubierto tarde, pero al menos lo he descubierto.
Aquí cuelgo otro enlace. Enrique Martinez Lozano, cita, y si no recuerdo mal, recomienda, en su libro que tengo y he leido “Nuestra Cara Oculta”, la Formación P.R.H.
http://www.prh-iberica.com/inicio/inicio.html
Con sacerdotes, como los que saco a colación, aquí, podria entenderme perfectamente, porque creo es mas lo que nos une, que lo que nos separa. Sobre todo la sintonia mia está con Willigis Jäger maestro Zen y religioso catolico. Aunque exclaustrado. ¿ Adivinais porque?. Seguro que no os equivocais…
http://www.webislam.com/?idt=12174
http://www.enriquemartinezlozano.com/intro_que_dios.htm
Aquí, “un cañon”, que lanza “cañonazos” a la ortodixia catolica. Resulta paradójico: que un jesuita, Mariá Corbi, escriba el articulo que comentamos. Y que un sacerdote catolico, escriba el articulo al que se puede acceder con el enlace que pongo.
Si huviese muchos Mariá Corbi, o Enrique Martinez Lozano, los creyentes, despues de la fase de desconcierto, seguro que seguian caminos religiosos mas autenticos.
Como dije el otro día en uno de los apartados que expuse, para que las religiones se pongan de acuerdo en aquellos aspectos de la espiritualidad común a todos los seres humanos, van a tener que cambiar mucho, todas ellas, especialmente las no cristianas. Sí, digo bien, las religiones cristianas se han dejado “tocar” tangencialmente por las ideas de la Ilustración (racionalismo), pero las otras grandes religiones, siguen en un sistema antediluviano, y esto dificulta o imposibilita aún más el diálogo o el ecumenismo al que ya se ha hecho mención.
Digo más, los nuevos movimientos de espiritualidad alternativa a las religiones, terminan siendo para sus componentes una religión más (sin dios), incluso más sectarias, con una fidelidad absoluta a sus creencias por parte de quienes entran en su círculo de influencia. Y hay cada cosa por ahí….
Por tanto, yo pienso que la necesidad de desarrollar colectivamente un sistema de vida viviendo unos valores que nos humanice, primero en esta vida, y que eso conlleve el desarrollo de transcendencia o que nos ayude a dar un sentido más pleno a la vida y no alineante, vendrá desde fuera de cualquier estructura religiosa.
Creo que de las religiones podemos esperar ecumenismo y, en cambio, de la Humanidad, en su potencialidad humanizadora, se puede esperar un encauzamiento de recuperación de valores. En las sociedades preindustriales y en los grupos que aún están en esa fase, los valores espirituales sólo se encontraban en las religiones. Mientras que cada vez más, estos aspectos dejan de ser patrimonio exclusivo de aquellas. El que en Noruega se diga que a la monstruosidad del asesino se responderá con más democracia y más amor, es un indicativo de lo que acabo de decir.
Hola Felix:
Marià Corbí, pone el énfasis en las creencias como dogmas, originadas en un nivel de conciencia mítico-racional. Deteniéndonos en esto, entiendo que por su origen y el enfrentamiento entre los mismos cristianos, las subsiguientes represalias y el uso posterior, no son en sí, de ningún modo, un legado que enriquezca en profundidad a la persona, a la misma religión, a los que la practican, sino más bien suscita egos religiosos enfrentados que rechazan lo diferente, imponen su idea conceptual deshumanizándose hasta anteponerse a todo lo que les da inseguridad, con tal de llevar la razón, creyéndose sin dudarlo poseedores de toda verdad. Creándose subsiguientemente intolerancia, falta de diálogo interno, fijando las creencias por encima de las personas, la obediencia y sumisión por encima de la libertad y la fidelidad a la conciencia.
La trayectoria personal, sólo hasta cierto punto, es a considerar como clave en esta visión, que trato de que sea lo más objetiva posible, de lo que ha supuesto la religión, en nuestro caso la Católica. Personalmente, la formación religiosa que recibí, era la que era porque no podía ser de otro modo. Lo que acepto y acojo, como ya he dicho, porque son las raíces que han propiciado finalmente el despertar a lo que soy. A lo que no hay gracias suficientes.
El fiel seguidor de Jesús y de su propuesta de vida, en su proceso de fe y crecimiento espiritual, ha ido dejando y descargándose de tanta alforja pesada inútil, y en cierto modo, por lo dicho anteriormente, de freno a lo que realmente somos, porque va intuyendo, sin ir obsesivamente a la contra, que le rebotaría sin duda una y otra vez, que lo que no ayuda a hacer el bien y mejor a las personas no es digno de estar en lo que denominamos religión, es decir, lo que religa a la Realidad última en unidad con todos y con todo lo que es.
Los añadidos y envolturas de poder autoritario es lo que reluce. Y hay que decirlo para estar alertas, no ha hecho ni sigue haciendo mucho bien a tantas y tantas personas, que por eso mismo, por los seres humanos que son de fondo se debieron haber evitado. Por lo que, aún siguiendo aceptando lo que es, y el cómo, a pesar de los pesares, nos ha llegado hasta aquí, hoy, sin embargo, encuentro incongruente de sobrellevar su acogida sin hacer denuncia de lo que se aleja y nos aleja del verdadero seguimiento de Jesús. Él nunca calló, tomó decisiones en coherencia hasta dejarse arrebatar la vida en ello, se despojó de sutilezas y justificaciones de lo que no es tampoco justificable en este nuestro aquí y ahora. Más aún, cuando el nivel mítico-racional de conciencia está trascendiéndose, una vez bien integrado todo lo anterior, y abriéndose, aunque parezca todo lo contrario, a lo transmental y transpersonal, ampliándose la conciencia en la que somos.
Muchas gracias, Felix, por tu paciencia. Hasta siempre.
Estimada Asún, y demás compañeros de la lista: insisto en mi planteamiento y no me considero en absoluto un “inconsciente masoquista”. Quizá esto dependa de las experiencias personales, pero desde luego en mi caso sí le estoy agradecido a la institución que me permitió integrar en mi vida personal el seguimiento de Jesús como eje vertebrador de mi proyecto existencial. Eso sí, no entiendo la institución como una especie de diabólico conciliábulo siempre conspirando para preservar privilegios y alienar a los seres humanos. Claro que hay partes de la institución muy poco positivas (como lo fue en gran medida la Inquisición o lo puede ser gran parte de la estructura vaticana, banca incluida), pero también son institución Caritas y Manos Unidas, la HOAC y los cistercienses de Santa María de Huertas (que me han acogido en alguna ocasión), los oratorios de Bach y la música gregoriana, la celebración eucarística en millones de pequeñas y grandes iglesias de todo el mundo… Repasada en su conjunto y totalidad la historia de la Iglesia Católica y de los cristianos en general, creo que el balance de su contribución a la humanidad es más bien positivo, aunque sé que esta tesis (y más todavía la contraria) no se pueden demostrar con facilidad. Por eso amo la Iglesia (Pueblo de Dios) a la que pertenezco y me duele profundamente cuando sus miembros (en especial los jerárquicos) damos un penoso testimonio de seguimiento de Jesús. Y desgraciadamente ocurre con frecuencia.
Y comparto también la tesis de Gabriel y P. Chasco, quienes dudan de la idílica imagen que se da de la creciente tendencia a la espiritualidad del mundo contemporáneo. No olvidéis, por ejemplo, que en la versión española de la crisis la deuda privada tiene una enorme responsabilidad: los particulares entraron a saco en el modelo de consumo menos presentable (tener, tener y tener) y se endeudaron hasta las cejas, y no todos ellos por exigencias básicas de supervivencia. Mucho me temo que un mundo futuro sin Dios y sin religiones será un mundo menos espiritual y menos amable. Confío en que las grandes religiones establecidas sepan estar a la altura de los importantes desafíos que tenemos delante.
Muchas gracias, Jordi. Me has dado trabajo y lectura. Entiendo vuestra visión.
Acepto que mi visión es imposible que pueda estar a la altura de perspectiva de los altos cargos de la institución, pero dudo que ellos se pongan en muchas otras perspectivas equiparables o no muy lejanas a ésta.
Hoy, por una parte, la búsqueda, no religiosa, de espiritualidad es cada vez mayor. La secularización post-religiosa encuentra su autonomía y sentido acorde a los tiempos en que vivimos, no tanto yendo a la contra como en la modernidad, sino precisamente trascendiendo e integrando, en un yendo todavía, desde las raíces en las que se reconoce y alimenta.
Pero no olvidemos que son las personas las que están en búsqueda constante, por lo que el modo de dejar atrás las creencias de la religión heredada es variopinto, depende donde centre cada una su anhelo. De fondo, no creo que sea un proceso realmente deseado en su origen, sino que por múltiples circunstancias y ritmos insospechados se aboca finalmente a ello, a dejar atrás lo que ya no da sentido. Por la bipolaridad intrínseca de todo acontecer humano y en este caso de la humanidad, se da también el movimiento contrario, una cada vez más deseada religión en su uniformidad y regularidad con señas seguras de identidad
Mi lamento es que entretanto las olas vienen y van en un sentido u otro, el poder instituido recoge las que le son favorables, planifica estrategias globales oportunas para que todo siga como está, realizando “cambios aparentes” de reinserción y de pureza de doctrina, poniendo esmero excesivo en la imagen proyectada, pero desecha lo que lo compromete ante el poder global establecido de denuncia y sospecha comprometida y responsable. La discreción aquí no es virtud, y menos profético, sino incompetencia por exceso añadido y buscado de valor diplomático.
En la calidad de lo que se cree de fondo, o se deja de creer, está la clave básica del pluralismo y diálogo espiritual y religioso. La persona que no conoce otras religiones, no conoce en absoluto la esencia de su religión, la espiritualidad fraterna a la que se aboca, tras entender las evoluciones e involuciones en toda religión. El centro, en lo alto del péndulo, apunta a una Realidad inclusiva, omniabarcante que nada deja fuera de su abrazo.
Hasta siempre.
Dios Sí, Dios No, la muerte de Dios…
Tanto miedo, tanto temor, tanto deseo frenético de conservar..¿?
¿Acaso no se ha ¡Matado! en nombre de Dios, porque pensaban diferente, o no era bueno para sus intereses personales (principalmente, por esos malignos intereses personales de poder) sin contemplar ni por un momento como era la persona en su vida concreta?
¡Cuantas personas justas, honorables, buenas, han y son ajusticiadas de mil maneras también hoy!
¿Las guerras son justas? ¿Arreglan los problemas que dicen necesitan cambiar? ¿Quien muere en ellas? ¿los que provocan el mal?…
Seguimos viendo la paja en los ojos ajenos, y somos incapaces de ver la viga que llevamos en el nuestro.
Me duele sobre manera, como se defienden normas, dogmas, costumbres, órdenes etc. etc.
Y jamás veo examinar de verdad, que queda en todos esos dogmas, normas, costumbres, de…
Aquello que Jesús de Nazaret (en nuestro caso) vivió, expresó, invitó, llenando de esperanza a tantas personas (como hoy sucede) a las que todo les es negado, especialmente desde las religiones, ¡de todas!
Algo no está bien en ellas, pero nos es más sencillo, obedecer (de aquella manera…) que intentar vivir como Jesús vivió.
¡Por favor! seamos consecuentes, sinceros; no hay que matar a nadie ni a dios, solo hay que aprender a vivir de manera, que nadie acogote a nadie.
¡Todas las personas tienen derechos y deberes… especialmente con la sociedad!
¿Que puede ofrecer el ser humano a “Dios”?
¡¡¡Nada!!! Solo puede intentar vivir, mejorando lo recibido, respetando cuanto le rodea empezando por el ser humano.
Decidle a los poderosos, que dejen de matar, para no desear las mayores riquezas y poder posibles; se van a reír en nuestra narices ¿acaso les importa el bien de los pueblos que gobiernan, incluidas la religiones?
El centro ¡No! es obedecer a Dios, porque nadie ha escuchado ¡su voz!
Todo ser nacido, tiene un conocimiento profundo de algo “Superior” y sabe y conoce, lo que no está bien, pesando mucho más sus egoísmos y deseos.
¡Ese es nuestro verdadero mal, nuestra profunda enfermedad!
Seguir o no los mandatos humanos, hechos y puestos en la “voz de un dios” si el dios que defendemos, nos lleva a estar siempre en discordia y luchando unas personas contra otras:
¿De que dios estamos hablando?
Si no cambiamos de mirada, deseos, metas… Ya podemos rezar, obedecer, cumplir con no sé que dios..:
No llegaremos jamás, a la plenitud que el ser humano puede llegara ser.
mª pilar
Me gusta lo que dice Gabriel:
La culpa de la violencia, de la explotación y sufrimiento…no es la experiencia religiosa del hombre, sino las sombras que habitan en el hombre, esa especie de pulsión por acumular, por ser, tener y poder más que otros, creando un mundo de opresores y oprimidos, atraviesa transversalmente toda la experiencia humana que va desde su concepción religiosa, social, económica y política…etc….es decir la sociedad globalizada…contra la que los pueblos si no quieren ser reducidos a esclavitud, deberán levantarse…y ser protagonistas…sin importar a que religión pertenezcan o no…Gabriel
Porque de primeras, al leer el artículo de Marí, me quedaba con que es muy interesante – y muy optimista- la visión del “legado” que nos van a dejar las religiones (¿a medida que nuestras sociedades “modernas” las vayan enterrando amablemente, o certificando su defunción?)
A mí esto me parece dar vueltas dentro de aquella corriente olvidada de los teólogos de La muerte de Dios. Venían a decir: “¡Qué más da que Dios exista o no! Lo importante es incorporar a nuestra vida personal y colectiva todo lo bueno que en las diversas religiones se ha dado poniendo a Dios como origen y motor”.
¿Sí? ¿Es esto posible?
Y por otra parte, en el artículo y en alguno de los comentarios, me da la impresión de que estamos poniendo como telón de fondo una visión bastante ingenua de las virtudes de la gente de la modernidad, con una supuesta ética primorosa en casi todos los que pasan de creencias religiosas. ¿Y la generalización de que los afincados en la modernidad están enfrascados en buscar la riqueza interior y/o espiritual?…
Mi discutible visión de la sociedad presente es que muchos de nuestros contemporáneos desarrollados, sean religiosos o no, son de hecho en su forma de vivir, lo que yo llamaría “seguidores de Nietzsche”. Sí, aunque aparentemente este filósofo esté olvidado o ni siquiera haya sido leído por muchos. En su libro Más allá del bien y del mal deja clara su convicción de que una vez que “hemos matado a Dios”, la única ética posible es la de la “supervivencia de las especies” (Darwin): El pez grande se come al pez chico y le aprovecha.
Dice Nietzsche: “Ni el asesino ni su abogado saben estar a la altura de la belleza horrísona de su crimen: lo calumnian”. ¡Qué diferente del tigre saltando sobre el antílope! No fue sin querer, no estaba muy enfadado, no era en defensa propia… Es la belleza del dominio del “superhombre” porque está más dotado. No hay corruptos, sino gente lista (salvo que los atrapen). Esa es la única ética posible -en Nietzsche- una vez que no hay Dios y el final del hombre es sólo sepulcro o cremación.
Considera Nietzsche que “tal como es el hombre” le va a costar estar a la altura de lo que significa la muerte de Dios: “Es como si nos bebiéramos el mar. Es como si borráramos la línea del horizonte”… “Y, muerto Dios, tendremos que seguir luchando contra la sombra de Dios: La verdad, la democracia, la igualdad, el socialismo…”
Por otra parte tenemos a los sistemas que emplean la trampa de “la trascendencia de futuro” -“lucharemos por una sociedad futura más perfecta”- para exigir una ética a los que viven al presente: Sin Dios y sin transcendencia del ser humano, ¿por qué pedirle a éste sacrificios para el bien de los que vendrán después?: Si el hombre de ahora (incluso siendo tigre) vale tan poco, no valen más los que vendrán después.
Aún así, y a pesar de que Nietzsche me resulte el más consecuente de todos los ateos (y seguido en la forma de vivir por muchos que lo niegan teoricamente), personalmente me alegro tanto de que haya ateos humanistas como me da tanto pesar el que haya cristianos alienadores… Pero en cuanto al futuro y a los problemas de legados… bien pudiera suceder que en dos, tres o cuatro generaciones, unos y otros pasen a ser minoritarios en Europa, que habrá devenido (por emigración y por mayor generación) mayoritariamente musulmana (por muchos estériles Anders Behring Breivik que aparezcan) y tal vez con los subsiguientes retrasos en el alumbramiento pleno de la modernidad.
Para Asun.
Te recomiendo el siguiente trabajo de Peter L. Berger que puedes encontrar en el siguiente enlace:
http://www.iglesiaviva.org/218/218-31-DEBATE.pdf
Ahí verás que la institucionalización de la religión y las dificultades del diálogo con el mundo no son ni mucho menos una exclusiva de la Iglesia Católica, y lo que cuenta Félix en el anterior post sobre las habituales tensiones ente “institución” y “profetismo y/o kerigma originario” es la historia tal y como ha sido aunque no nos guste del todo.
Bien, y ahora, pregunto qué hacemos, porque seguimos justificando lo injustificable. Dejar que la inercia nos arrastre de por vida. Acaso aquello que no es evangélico de la institución no puede irremediablemente ir cambiándose, transformándose ¿? Me temo, con tristeza, que se repliega más y más en las costumbres adquiridas de poder y de verdad sacras.
No, Felix, rotundamente no, se acabó el refrán que tanto daño ha hecho y sigue haciendo a los “inconscientes masoquistas”. La institución que es, es así y no de otra manera, al valerse de medios y recursos anti-evangélicos de poder y riquezas no compartidas, omitiendo su división y reparto que hubieran remediado tanta indignidad y pobreza, y muchas muertes innecesarias de hambre y de guerras y no puedo imaginar las infinitas confrontaciones de egos religiosos. Hay que cortar con ese discurso de que gracias a la institución me ha llegado el Evangelio y por eso todo vale, si de verdad deseamos su profunda transformación.
La Buena Noticia está inmersa de una sabiduría de vida sencilla y humana, a la que como Jesús, toda persona que confía y se ve en los demás vive con plenitud. Sin recelos ni sospechas personales egocentradas. Abiertos, sin miedos, en constante apertura, con desprendimiento y entrega, las cualidades de la aceptada, bien acogida y querida parte femenina que hay en todo hombre y mujer, que como en Jesús, el “espejo” que todos somos de fondo, deja muy atrás toda clase de complejos y prejuicios entre sexos.
Situar a Jesús y su propuesta en el centro de la vida, no se olvida lo inútil de las
parafernalias, no otorgando valor a lo que sí escandaliza y hace sufrir a la cordura.
El verdadero legado de las religiones, es crear las condiciones favorables a un continuo proceso de cambio en profundidad, de transformación personal, humano-sicológico-espiritual, que se entrelaza y conecta en la vida práctica, en el entorno de personas más inmediato así como en el más lejano, en la humanidad entera. Lo que sale del corazón para entrar en el corazón que somos todos, no necesita del poder de los discursos ni de la reafirmación ortodoxa ni de la apariencia.
Y siempre gracias, a ti, Josefina, y a todos, por estar ahí. Un fuerte abrazo.
Creo que con las instituciones pasa lo que dice la canción: «ni contigo ni sin ti tienen mis penas remedio; contigo porque me matas, sin ti porque me muero». Desde que algunas personas decidieron emprender el seguimiento de Jesús hace ya casi dos mil años, fue necesario dotar a la comunidad de algunas normas de funcionamiento interno, y se inició un proceso de institucionalización (por ejemplo, nombramiento de diáconos, inclusión de los gentiles no circuncidados…). Y desde entonces han existido tensiones entre quienes buscan más que nada proteger la institución, y algunos privilegios de quienes ocupan posiciones de responsabilidad, y quienes pretenden mantener vivo el mensaje originario que dio origen a la institución. No se trata de un conflicto entre los buenos y los malos, sino de una dialéctica interna a la institución. Dudo que, sin una institucionalización del cristianismo, sin una religión organizada, yo hubiera llegado a conocer la buena nueva. Y estoy seguro de que si no fuera porque sigo viendo dentro de la Iglesia Católica, a la que pertenezco y en la que por el bautismo yo también soy sacerdote, profeta y rey (bueno, lo intento), mucha gente seriamente comprometida con el seguimiento de Jesús, habría abandonado la comunidad. Y los dogmas básicos que profesamos se reducen casi a lo que decimos al entonar el Credo en las celebraciones eucarísticas. Los demás dogmas tiene una historia, larga, con modificaciones a lo largo del tiempo, intentando siempre adaptarse a los signos de los tiempos, con más o menos acierto.
De acuerdo Oscar que creencia y fe -y religion- no es lo mismo que espiritualidad…Esta abarca mas..es algo connatural….parece que Mariá Corbí entiende la religion como un estamento burocrático e inservible..algo lleno de cosas accidentales…y por eso es que tenemos que recobrar “lo espiritual” que es lo profundamente asentado en el corazón humano, mas silencioso, mas pacífico…Sin embargo, como dice Felix lo importante es lo esencial, que es compartir la buena nueva….nuestra fe….es asi como la espiritualidad humana natural se formó en Jesus y por Jesus..se informó en El y con El, y a traves de los siglos, se desarrolló, dinamicamente, como es el cristianismo, mas bien un movimiento, que una serie de reglas inamovibles…Y que el mensaje haya sido oscurecido por artimaña humana no implica que no podamos recobrar ese “legado” de nuestros antepasados siempre fresco y siempre asequible…pues si el objeto de nuestra espiritual no es tangible y trascendente seguira diluída en un sufrimiento terrestre del que no hay salida, ni solución alguna….un saludo cordial de Santiago Hernandez
Lo de Noruega, tiene que ver con organizaciones filonazis, que en Europa esta creciendo y creciendo mucho…allí la religión es ujna escusa…el poder ha sido experto en modelar a las religiones para defender sus intereses…Gabriel
Claro que informandose sobre los “fundamentalismos ” se nos ponen los pelos como escarpias¡¡¡
y lo de Noruega es lo último.
Paz y bien para tod*s
Permiteme que te reitere Asun y gracias:
¿Cuánta miseria se hubiese dejado atrás, y cuanta riqueza se hubiera compartido, si su organización mucho más sencilla, hubiese atendido comprensivamente en igualdad y prioritariamente al marginado, desfavorecido y necesitado? Seguro que esto es entendido por cualquier misionero, por cualquier don nadie. Nos desgastamos en elucubraciones, empezando por el poder establecido, y no se atiende a lo primordial, al ser humano en concreto.
“No nos damos cuenta aún, y puede que sea lo propio en un proceso lento de tomar distancia de lo heredado, no digo rechazarlo en bloque, que nos ha ido impregnando las neuronas y los huesos,
“De cuanto fue nos nutrimos,
transformandonos crecemos…” G.Celaya, cantado por Paco Ibañez.
pero seguimos justificando lo nuestro como bueno,
“aunque encarnemos lo pasado,
no podemos darlo por bueno,…” G.Celaya, cantado por Paco Ibañez
pese a tanta incongruencia, sin hacer la autocrítica necesaria “constatando los errores” para que se pueda dar un salto cualitativo abierto y abarcador de todo, sin complejos ni reticencias, a la frescura y novedad constantes que lleva intrínseca la búsqueda de calidad y dignidad humana, la de Jesús, la que humaniza a todos sin excepción, cuya fuente renovadora con sus ecos y resonancias en lo más hondo del ser humano, es la sabiduría perenne, de la que nadie, ninguna cultura ni religión, es lícito se apropie en exclusiva. Para su puesta en práctica, ninguna institución civil o religiosa necesita de tan pesadas y deslumbrantes alforjas en el camino.”
Y Ana Rodrigo, gracias también,
” -Si las religiones hacen suya esta búsqueda del ser humano y conectan con estos anhelos humanos, –como así lo creíamos, hasta que como decía Juan Luis H. caímos en la cuenta …y llegó a nuestras manos esta herramienta, dichas religiones van a tener que cambiar mucho.” mucho y muy rápido, casi a la velocidad de la luz, para trasladarse del medievo en que estan ancladas a estos nuestros tiempos,
Buenas noches.
Tengo el mayor de los respectos por el Jesuita Corbi, de hecho en realidad vivo en lo que se podría llamar una cultura Laica, en mi país ya a principio de siglo se dio la separación Iglesia- Gobierno (No existen símbolos religiosos en las instituciones públicas), de hecho la pequeña y pobre capilla adonde muchas veces se reúne nuestra comunidad, le cobran tarifa comercial del agua, como si fuera un comercio, lo que multiplica por tres el precio de la tarifa del agua…
Incluso…habemos gentes en el barrio de muchas religiones, incluyendo las que no practican ninguna religión…la relación solidaria de vecinos, es natural, mi esposa se preocupa de la salud de una vecina y otra de la de mi esposa, se hacen comisiones vecinales con anarcos, comunistas, un pastor evangélico y católicos, nadie le pregunta a nadie de que religión son, luchan por mejorar la calidad de vida de los vecinos…
El concepto es pluralidad, la capacidad de aceptar al otro, de trabajar juntos, sin intentar que el otro sea mi calco, enriqueciéndonos mutuamente de las diferencias…En esta cultura nos hemos formado durante buena parte del siglo XX y lo que va del XXI, los uruguayos…no se intenta extirpar ni las ideas, ni los pensamientos, ni la creencias de nadie, confrontamos con razones, cuando es necesario hacerlo y deciden las mayorías (cosa que normalmente es aceptada pacíficamente) , pero entender una cultura laica como ausencia de la concepción trascendente…nos lleva a vaciar algo esencial en la cultura del hombre…Porque aún he visto dar la vida por luchando por la liberación de otros…a no creyentes…marxistas…anarcos…o personas comunes…durante la dictadura que vivió mi país, en lo que desde mi punta de vista, apuntaba a una utopia trascendente para la humanidad…Creo que el concepto es pluralidad…justamente en el Frente Amplio, por ejemplo, convivimos Comunistas y Cristianos…y se confronta mucho, muchas veces pero no por religión, sino por concepciones ideológicas a veces, o por caminos para lograr tal o cual objetivo…y todavía estamos aquí unidos…
Luego con absoluta sinceridad…voy a decir algo que me escandalizó…Una frase, que seguramente desde mi punto de vista (posición del observador, he interpretado mal)….Pero decir “nuestra sociedad sea una globalidad pacífica que incluya a todos”…es un laudable deseo, pero esto no es así, sino más bien lo contrario, porque un grupo de personas…dueñas del capital y del poder, unas creyentes y otras no…que han utilizado la religión o la laicidad, han impuesto con su violencia, el saqueo de los pueblos, condenándolos al hambre, robándoles los recursos naturales, aliándose en las sombras con las oligarquías locales…Para como Repsol en el Perú…destruir miles de hectáreas del Amazonas…La única religión que en mi modesto sentir me parece inaceptable, es el capitalismo neoliberal…
La culpa de la violencia, de la explotación y sufrimiento…no es la experiencia religiosa del hombre, sino las sombras que habitan en el hombre, esa especie de pulsión por acumular, por ser, tener y poder más que otros, creando un mundo de opresores y oprimido, atraviesa transversalmente toda la experiencia humana que va desde su concepción religiosa, social, económica y política…etc….es decir la sociedad globalizada…contra la que los pueblos si no quieren ser reducidos a esclavitud, deberán levantarse…y ser protagonistas…sin importar a que religión pertenezcan o no…Gabriel
Para que nadie se “altere” y asuste.
Todo lo bueno y positivo, esencial para llegar a la plenitud de cada ser humano:
¡¡¡Claro que hay que conservarlo!!!
Pero necesita ¡siempre! una constante renovación adaptada a cada tiempo y lugar, y sin apropiación de las ideas, caminos, estudios, avances…
Todas las personas ¡todas! a lo largo de los siglos, formamos parte viva de este proceso, de llevar a la humanidad, a su máxima plenitud.
Me ha parecido que mi anterior entrada estaba algo confusa… debe ser mi edad… Disculpen.
mª pilar
Estoy con Mariá Corbí:
O avanzamos por esos derroteros llenos de esperanzas…
O retrocederemos inútilmente hacia el pasado, que solo tiene una razón de ser, esa lucha por “conservar”… ¿que?
Ayer recibí con gran alegría la visita de mis sobrinas muy queridas; fue una tarde para gozar de un encuentro sereno, cariñoso, cercano etc. etc.
Llegó el tema “iglesia”, la mayor de ellas decía:
“Nosotras no lo veremos, pero la “purificación” que está queriendo alcanzar y vivir parte de la “iglesia” es muy esperanzadora”.
Vino casi al final de la tarde, la hija de 14 años de una de ellas; y dirigiéndose a ella le dijo:
“Cariño: ¿a que te “suena” lo que estamos hablando? la mujercita con una sonrisa limpia, se encogía de hombros, como diciendo: “No me estoy enterando de nada, no es mi “lucha ni mi preocupación”. (Nacida y formada en una comunidad de base, hoy totalmente desmantelada, porque sus inicios fueron: seguir a un hombre bueno, pero encantado de haberse conocido, creyendo que abría algo para la posteridad…).
Mi sobrina decía con gozo, ¡¡¡esa es la buena noticia!!! Se acabaron los temores, los castigos, los mandatos absolutos; que fuera de nuestra religión no hay “salvación” posible…
¿Qué nos dice ser, la salvación hoy?
Y me llenó de alegría, porque su base como personas educadas dentro de la fe; lo fueron ¡ya! de manera distinta, con un espíritu y corazón abiertos al mundo, a los demás, de manera especial, a los sufrientes de todo el mundo.
Y terminamos recordando a Pagola, que respondió a una pregunta sobre este tema:
“No sufran ni se preocupen; todavía se empeorará la crisis eclesial, pero eso es bueno, porque solo de sus cenizas, podrá resurgir otra manera de ver y vivir la fe-interioridad personal, mirando siempre hacia toda la tierra”.
Nuestra mirada tendría que ir asumiendo cada particularidad, y sobre todo nadie sobre nadie.
mª pilar
Otro ejemplo lo tenemos en un Acto de ayer en Argentina ¿por qué no?:
Evita – La abanderada de los Humildes
Cristina Fernández de Kirchner, la Presidenta de los Argentinos, inauguró ayer ante una multitud un mural que representa a la mujer que se convirtió en el máximo símbolo de los sectores populares de la Argentina, Eva Perón.
“La quise mirando al Sur”, explicó Cristina sobre la ubicación del retrato de Evita en una de las paredes del edificio donde hoy funcionan el Ministerio de Desarrollo Social y el Ministerio de Salud de la Nación. “Siempre mirando a las fábricas, hacia los puentes que miles de trabajadores cruzaron el 17 de Octubre para liberar a Perón”, destacó Cristina después de contar que la inspiración para este homenaje a Evita fue el similar retrato de Ernesto Che Guevara que viste una de las paredes del Ministerio del Interior, que rodea a la Plaza de la Revolución en La Habana, Cuba.
Organizaciones Sociales, Políticas, Sindicales, hombres y mujeres impulsados por el amor y la admiración hacia Eva Perón, la mujer que nutrió al Pueblo Argentino de la consciencia en la posibilidad de concreción de sus anhelos de igualdad, inclusión, justicia y libertad.
“Lo fundamental es que los hombres del pueblo, los de la clase que trabaja, no se entreguen a la raza oligarca. Todo explotador es enemigo del pueblo.”
Evita
Hola Sarri!
No te había leído.
La Vida humana no es concebible sin Mitos y sin Ritos.
Lo decisivo está en ver si se vive:
* “desde” los “Religiosos” o
* “desde” los “Profanos”.
¿Puede ser, Sarri?
¡Vamos todavía! – Oscar.
Hola de nuevo y siguiendo!
Los de “Profesión” religiosa están educados para mirar “desde arriba”.
Por ejemplo:
* No pueden ver a un tipo necesitado si no le insuflan
(para eso han debido aprender la “técnica meditativa”)
un cierto Jesús, que estaría por allí,
(“dentro”, ¡vaya uno a saber cómo!)
haciendo del indigente -solapadamente- un Jesús de segunda.
………………..
Pero “las cosas de Dios” no sólo admiten un tratamiento “religioso”;
sino también -y más hondamente en tiempos como el nuestro-,
un tratamiento “profano – pagano – laico”.
Se trataría simplemente de la “SERIEDAD”
(“ser serio” y dejarse de “bolacear”)
Este último entre-paréntesis ¿no es lo que escuchamos en charla amical con la Gente?
…………….
La Fe y Creencia “seria, viva y efectiva” está en lo que la Gente asiente y cree.
…………….
Ejemplos de carne y hueso los tenemos a rolete.
Hay que habituar los ojos a verlos.
Digamos:
1.- desde el orden “religioso” lo tenemos a un Leonardo Boff en la trayectoria de su comprensión de la Vida hacia los últimos años; y cada vez más hincando en la realidad.
2.- desde el orden “profano” los tenemos a tantos y tantos “Periodistas” proclamentes de las justicias y verdades de la Vida.
(¿o por qué, sino, están siendo masacrados?)
Los ejemplos en ambos órdenes abundan si volteamos la mirada 180 grados (dar vuelta la tortilla).
¡Vamos todavía! – Oscar.
Veo que Corbí promueve la calidad de la vida humana. Ello implica la prioridad de la ética sobre la religión y, por consiguiente, la deslastración religiosa de mitos y ritos. De hecho, lo decisivo de semejante proceso es librar a la vida de culpas y temores por el pasado y de ansiedades y expectativas por el futuro.
Yo pienso que hay que diseccionar algunas ideas para analizarlas por separado y, una vez analizadas, ver qué interrelación hay entre ellas. Por ejemplo:
-El que la sociedad actual no tiene nada que ver con las sociedades en las que surgieron las distintas religiones, respecto al inmovilismo de las primeras y al dinamismo de las segundas.
-Que, en sus orígenes, las religiones judía y e Islam (al igual que las religiones antiguas) estuvieron íntimamente relacionadas con el poder, cosa que no hizo el movimiento de Jesús el Nazareno, pero que, al convertirse en religión, desde muy pronto hizo lo mismo que el resto de las otras religiones.
-Que las religiones tienen su razón de existir en sus creencias, creencias dogmáticas y, por tanto, indiscutibles e inamovibles.
-Que las religiones como estructuras fuertemente organizadas no van a desaparecer ni a corto ni a medio plazo, sino que más bien, en la medida en que las sociedades se vayan modernizando, serán ésta las que abandonarán a las religiones.
-Y, no obstante, los seres humanos siempre ha tenido y tendrán la necesidad de desarrollar esa otra vertiente espiritual que se concretiza de distintas formas como la preocupación por la vida interior propia, tomar como eje vital determinadas creencias que te llevan a una forma de vida, dar sentido a la vida a través de valores por los que vale la pena vivir, etc. etc.
-Si las religiones hacen suya esta búsqueda del ser humano y conectan con estos anhelos humanos, dichas religiones van a tener que cambiar mucho.
Respecto al ecumenismo del que se ha hablado, ya se ha comprobado que solamente llegan a acuerdos comunes en valore éticos, pero ninguna religión renuncia a su esencia. Por tanto el ecumenismo tendrá que darse en la espiritualidad común, no en las religiones, y eso sólo lo harán las sociedades, más que como organización concreta, como imaginario colectivo.
No, Oscar. Gracias.
Lo que tenía su sentido, nos guste o no, hace un tiempo que ha dejado de tenerlo para la integralidad de la persona que somos, pese al peso que ejerce todavía su inercia. Los temores y resistencias se sienten en los ataques al exterior, al laicismo, al relativismo, al sincretismo, saltándose como viene siendo ya costumbre el humilde ejercicio de la autocrítica, la mirada libre hacia dentro, desprovista de perjuicios hacia fuera.
Los asideros externos en los que se asentaba la religión institución, han dejado su vigencia de sentido, dejando mostrar su verdadero rostro, la lucha por su verdad en permanencia teñida de gran intolerancia y exclusión condenatoria, el poder y la rentabilidad con la que contaban, descuidando por milenios la esencia del ser humano que somos. Lo dañino es que no nos demos cuenta de lo perverso que puede ser una religión que ostenta poder y que incluso lo apuntalamos, inconscientes por dispersión de lo que es realmente valioso.
La labor de la Iglesia comunitaria aun siendo lo más solidario y entregado de ella, es muy insignificante en relación a los medios y personas con los que cuenta. Se desparrama a lo grande, sin necesidad, en representaciones mediáticas, en constructos de los hombres y en ostentaciones de cargos nada evangélicas ¿Cuánta miseria se hubiese dejado atrás, y cuanta riqueza se hubiera compartido, si su organización mucho más sencilla, hubiese atendido comprensivamente en igualdad y prioritariamente al marginado, desfavorecido y necesitado? Seguro que esto es entendido por cualquier misionero, por cualquier don nadie. Nos desgastamos en elucubraciones, empezando por el poder establecido, y no se atiende a lo primordial, al ser humano en concreto.
No nos damos cuenta aún, y puede que sea lo propio en un proceso lento de tomar distancia de lo heredado, no digo rechazarlo en bloque, que nos ha ido impregnando las neuronas y los huesos, pero seguimos justificando lo nuestro como bueno, pese a tanta incongruencia, sin hacer la autocrítica necesaria para que se pueda dar un salto cualitativo abierto y abarcador de todo, sin complejos ni reticencias, a la frescura y novedad constantes que lleva intrínseca la búsqueda de calidad y dignidad humana, la de Jesús, la que humaniza a todos sin excepción, cuya fuente renovadora con sus ecos y resonancias en lo más hondo del ser humano, es la sabiduría perenne, de la que nadie, ninguna cultura ni religión, es lícito se apropie en exclusiva. Para su puesta en práctica, ninguna institución civil o religiosa necesita de tan pesadas y deslumbrantes alforjas en el camino.
Un abrazo a todos.
– “Y finalmente suscribo la opinión de Félix“-
nos dice Morrós.
La fotocopio y acá la envío re-a-firmada.
…………..
Agregaría una razón, que estimo más radical:
Todo “especialista” sufre de parcialismo
respecto a la Vida humana, que siempre es holística o global.
Tiende a imponer su “parcial punto de vista” al conjunto.
Por eso es el “bárbaro” del siglo XX.
El “especialista de lo Sagrado” verá la Vida desde su Templo “sagrado”.
Mientras sigamos en esa,
seguiremos emparchando el odre viejo.
¿Puede ser, o es mucho decir?
¡Voy todavía! – Oscar.
Las reflexiones de Marià Corbi siempre son interesantes, pero yo insisto en que Marià mira la religión como un fenómeno intelectual o de grandes tendencias a largo plazo que probablemente acabarán yendo por allí, pero de una forma que aún es difícil que podamos intuir en sus detalles más concretos.
Para nosotros europeos no hay demasiado problema en seguir este tipo de razonamientos, pero un misionero africano (estos días que vuelve a surgir el drama de Somalia) ¿puede predicar una espiritualidad de ese tipo a los que luchan día a día por su supervivencia?
Y finalmente suscribo la opinión de Félix: “Y desde luego mantiene abierto un importante debate, de difícil solución, que apunta a las exigencias ecuménicas de una colaboración conjunta entre todas las tradiciones religiosas en las que la colaboración no tiene por qué conllevar la pérdida de las identidades particulares de cada una de esas tradiciones.” Antes de que las instituciones religiosas desaparezcan tendrán mucho trabajo para entenderse en unos principios mínimos de respeto mutuo.
Valiosa sugerencia la que aporta Corbí, pero hay un par de cuestiones fundamentales que no comparto. Esa identificación sin fisuras entre religiones organizadas y dogmatismo e imposición no la veo clara y creo que no recoge bien lo que ha sido la historia de las religiones. La práctica religiosa es comunitaria y eso siempre genera instituciones que, como todas, manifiestan serias tensiones entre quienes buscan sobre todo mantener inmóvil y a su servicio la institución y quienes pretende que en ella domine siempre el soplo vivificador del Espíritu. Por otra parte, quienes, como es mi caso, intentamos seguir a Jesús y su mensaje no buscamos imponer nada sino compartir un tesoro valioso que nos ha sido dado (eso es lo que dice el texto del evangelio que se lee hoy día 27 de julio). Cierto que han existido en la historia numerosas manifestaciones de imposición, pero creo que han sido más los esfuerzos de muchos cristianos a lo largo de esa historia para anunciar y compartir la buena nueva.
Y desde luego mantiene abierto un importante debate, de difícil solución, que apunta a las exigencias ecuménicas de una colaboración conjunta entre todas las tradiciones religiosas en las que la colaboración no tiene por qué conllevar la pérdida de las identidades particulares de cada una de esas tradiciones. El sincretismo puede derivar en psicología ligera, esa que se inició en la década de los 60 del pasado siglo con el “new age”
De acuerdo con Maria Corbi, grosso modo.
Yo añadiría que puede hacerse una concreta lista, de que es espiritualidad y que creencia alienante.
Existe un patrón que puede definir, que nos transforma a mejor, y que no.
Este patrón parte de que Experiencias son transformativas. Pobre del que se pierda en el mar de palabras escritas, tan solo, lo que conseguirá será marearse para no conseguir mas que situarse en la simple salida. Acepto que antes de saber que hacer para crecer espiritualmente, hay que buscar y leer. Pero después sobra toda literatura, por mas espiritual que sea. Diferente puede ser el saber que se quiera acumular, pero repito, para crecer espiritualmente, lo mas directo es buscarnos una tecnología transformativa aquilatada de prestigio, y ponerla en practica. No vale meter en el alambique todas las tradiciones religiosas, y conseguir la “bebida espirituosa” que satisfaga tan solo a nuestra mente, sino tener un criterio sobre que es mas transformativo o menos.
Quiero decir con esto, que siendo rigurosos en nuestra búsqueda, tendremos que elegir entre una tradición u otra, como la mejor para alcanzar la transformación espiritual.
Aunque teniendo claro, que es espiritualidad, que debemos buscar, y que alienación, de la que debemos huir. Pasaría como cuando vamos a comprar un coche, los hay mejores y peores, pero cada cual compra el que mejor le cuadra, por mil motivos.
Para mi, el budismo es la mejor tradición. Porque parte de nuestra racionalidad, para llevarnos mas allá. Pero no un budismo de ritos y sutras. Sino de practica meditativa transformativa.
La letra mata el espíritu, la diferencia que hay entre una practica espiritual, y una lectura espiritual, es la misma que hay entre una mariposa volando en el campo, y una pinchada de un alfiler.
Esta vez no señalo. Pero hay demasiados profesionales del “rollo muerto”, que son como charlatanes, buscando seducir y embaucar. Menos “rollo” y mas practica. Esta practica nos hará mas lucidamente compasivos.
Realmente ese ensamblaje de la religión en todos los entresijos de la sociedad, incluido el poder en todos sus aspectos, ha quedado, teóricamente, atrás, es cosa de otro tiempo. Por tanto, en el momento actual, y en sociedades democráticas, maduras y modernas, religión y sociedad son dos estructuras paralelas, según Corbí. Y como la sociedad del conocimiento no hay quien la pare, también invadirá a aquellas sociedades que aún quieren vivir forzosamente en otra época.
Ante el dinamismo de este tipo de sociedad, habrá quien defienda que una cosa es la sociedad, la modernidad o la tecnociencia siempre en evolución constante, y otra cosa es la religión a la que le atribuyen su permanencia eterna dentro del inmovilismo puesto que es Dios mismo el que ha dicho que las cosas sean así. Y repiten eso de que los poderes demoníacos no podrán nada contra la palabra de Dios.
De ahí que los fundamentalismos e integrismos se vayan fortaleciendo con mayor ahínco y agresividad, e intenten, cual pataleta del niño cuando le quitan el caramelo, hacer exhibición pública de su artificial poder sobre la sociedad. Lo estamos viendo con el viaje del Papa a España y el espectáculo que van a dar por las calles de Madrid.
Convertir las creencias en dogmas, traen como consecuencia, la confrontación, la exclusión y el desprecio, no sólo hacia otras religiones, sino el desprecio hacia una ética laica y las apocalípticas visiones de una sociedad sin religión. ¡Pataletas!
PD. Muchas gracias a quienes me habéis felicitado en este y otros post. El cariño es el mejor alimento del alma. Gracias.
Nada más que para seguir con el ejemplo,
-mientras me pregunto si “creencia” y “fe” (o “espiritualidad“) son “separables” aunque sí puedan ser “distinguibles” (como Cervantes de don Quijote; o Anthony Quinn de Zorba el griego)-
Agrego:
– “No por ir matando abuelos
vivirán mejor los nietos“-
¡Sigo Yendo todavía! – Oscar.
Hola!
Por ejemplo:
La “creencia” de que Joaquín y Ana fueron los Abuelos de Jesús
se translada a la “fe” de que HOY en Argentina es el “DÍA DEL ABUELO” para todo el pueblo.
¡Hay que ver cómo esta “fe” mueve montañas! de … ¿de qué?
¡Iré todavía! – Oscar.
1º Un millón de felicidad para este día y que reviertan en cuantos viva-mos y para quines hemos tenido la gran suerte de conocerte Ana Rodrigo
Y desde luego si la Comunidad Cristiana Católica quisiera representarse en esta nuestra Sociedad variopinta en problemas y circustancia abversas, no es el ideal hacer ahora esta pantomima que la gran cúpula jerarquica va hacer para que la juventud se mire el ombligo en esta careta de la religión que no representa a nada y aún menos se autojustifica en la vida de Jesús.
Los miles de millones de € que cuesta todo este tinglado quedará como las piedras que Jesús no acepto convertidas en panes.
La hambruna que está asolando ciertos paises de África, no serían tan así, si la mano de este Papa se hubiese levantado como otras veces se levanta para paralizar cosas menos dañinas como: comunismo, socialismo, Derechos que atenta contra la mujer, el progreso que hace más libre y humana a la persona.
Es indignante que se pague una media de 300 y 500 € por persona para llenar unas calles mientras han estado otras a cero coste de € y se nos ha tildado de loc*s, y de enemoniad*s con gesto muy claros por parte de cierto obipos de Badajoz, por ciertos comentarios de Rouco y company…
Es vergonzosa toda esta indigna ICAR, y sus mentiras para llenar los templos como simples mercado de recaudar los “fondos” pocos euros de la pobre gente ignorante que se deja el pellejo y la bolsa para pedir lo que D*s da gratis porque eres lo más preciado que ha salido de su UTERO.
Marià (Mariano) Corbí ya estuvo presente en ATRIO, en el año 2008, con un artículo que se titulaba
Otra espiritualidad es posible y necesaria
En aquella ocasión, cuando la polé,ica se enfriaba, Juan Luis Herrero del Pozo escribió este comentario:
Juan Luis Herrero del Pozo
14 Marzo 2008 a las 21:01
Es una pena que la acumulación y solapamiento de textos en el taller arrincone la reflexión de Corbí. Si fuese así, habría que volver a resucitarla de alguna manera. ¿No os parece?
Después de la religión ¿qué? ¡La espiritualidad, por supuesto, comunitaria, contemplativa, samaritana, política…