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¿Tiene sentido la oración de petición?

“Pedid, y Dios os dará” (Mt 7,7)

Como todo judío, Jesús oraba a menudo en forma de petición. También nuestra oración suele adoptar generalmente la forma de la petición. Pero ¿necesita Dios que le pidamos para que nos dé algo?

  • “Al orar, no os perdáis en palabras como hacen los paganos, creyendo que Dios los va a escuchar por hablar mucho. Ya sabe vuestro Padre lo que necesitáis antes de que vosotros se lo pidáis” (Mt 6,7-8).

¿Para qué pedir entonces? ¿Tiene sentido pedir algo a Dios? No tiene sentido expresar a Dios nuestras necesidades para que así se entere de lo que necesitamos, como si de otro modo no lo supiera.

No tiene sentido pedir algo a Dios para cambiar la disposición de Dios a nuestro favor o a favor de algún otro; Dios no puede cambiar a mejor, no puede dar más, no puede darse más…

No tiene sentido pedir algo para que Dios no deje que suceda algo que sucedería si no se lo pidiéramos, o para que haga suceder algo que de otro modo no sucedería.

Por eso, algunos teólogos (Andrés Torres Queiruga) proponen que se abandone absolutamente la oración de petición. Efectivamente, es muy discutible que “pedir” a Dios tenga sentido, si partimos de que Dios está dándonos en todo momento todo lo que es y todo lo que tiene…

Nadie pide algo al que se lo está ofreciendo: no decimos “pásame el agua” cuando nos la están pasando; no decimos “ábreme la puerta” cuando nos la están abriendo; no diríamos a alguien “perdóname”, si estuviésemos absolutamente seguros de que ya nos perdona del todo; no le diríamos “quiéreme”, si estuviéramos absolutamente seguros de que ya nos quiere del todo. ¿Por qué pedir, pues, a Dios?

Es razonable pensar que la oración de petición, en su forma literal, tal vez no tenga mucho sentido. Si decimos a Dios “ten piedad”, damos a entender que en este momento en que se lo pedimos no está teniendo piedad de nosotros o puede no tener piedad de nosotros en el futuro. Si decimos a Dios “ayúdame”, estamos dando a entender que Dios no nos ayuda o puede no hacerlo. Pero Dios no puede no tener piedad, pues es piedad. Dios no puede no ayudar, pues es ayuda y compañía.

El sentido de la oración de petición está más allá de la petición

Lo cual no quiere decir de ningún modo que la inmensa muchedumbre de personas que en todas las religiones y en todos los tiempos han orado y siguen orando a Dios en forma de súplica hayan orado y oren sin sentido. De ningún modo.

Pero su oración tiene sentido más allá o a pesar de la fórmula de petición. El sentido de la oración de petición no está en la forma de la petición, sino más allá o a pesar de ella.

¿Cuál es el sentido de la oración de petición? Dicho de otra forma, ¿qué expresamos cuando pedimos algo a Dios? Expresamos a Dios con sencillez y confianza todas nuestras necesidades, nuestro ser radicalmente necesitado, como Jesús nos enseñó a hacer en el Padrenuestro, y como él mismo lo hizo tantas veces.

Expresamos ante Dios nuestro límite y nuestra impotencia. Manifestamos a Dios nuestra confianza plena en que Él está en todo momento dándonos todo, dándosenos del todo, obrando en favor nuestro y para nuestro bien. Manifestamos a Dios nuestra fe en que todo bien nos viene de las manos de Dios. Ése es el auténtico sentido de la oración de petición. Lo que pasa es que el giro gramatical de la petición tal vez oculte ese sentido, en vez de expresarlo.

En cualquier caso, aunque no pidamos nada a Dios, podemos darle gracias porque todo nos viene de Él. Podemos llorar ante Él. Podemos expresar nuestra fe en que todos los bienes nos vienen de Él.

El sentido de la petición no está, pues, en el pedir, sino en las actitudes fundamentales de la persona que pide. Lo que tiene sentido no es la petición, sino la humilde gratitud, la acogida agradecida, la confianza incondicional.

Eso es lo que nos enseñan, en último término, la parábola del amigo importuno (Lc 11,5-8) y la parábola de la viuda y del juez (Lc 18,1-8): lo que recomiendan estas parábolas no es la perseverancia en la petición, sino la perseverancia en la confianza; no nos enseñan a seguir pidiendo sin descanso, sino a confiar sin cesar; no nos dicen que Dios se pondrá de nuestro lado a base de que se lo pidamos, sino que Dios está de nuestro lado siempre, queriendo darnos todo lo que de verdad necesitamos.

No es Dios quien cambia, sino nosotros

No oramos para que Dios se entere, para que Dios nos dé, para que Dios se apiade, para que Dios nos haga libres y buenos, para que Dios nos ame y nos dé una vida cada vez más realizada y plena. No oramos para que Dios cambie. No oramos para que Dios sea Dios.

Dios no puede sino dar, darse, ser misericordia, hacer vivir. Es como si Dios mismo estuviera pidiéndonos a nosotros todos: “Déjame que sea Dios para ti”. A lo mejor, tiene más sentido hablar de la oración de petición de Dios a sus criaturas que hablar de la oración de petición de las criaturas a Dios.

No oramos para que cambie Dios, sino para cambiar nosotros.

Oramos para acoger a Dios, para aceptar en nuestra vida a Dios como Dios, para acoger todo el bien que Dios es y quiere otorgarnos en plenitud.

Oramos para transformarnos nosotros mismos en dadores de Dios para nosotros mismos y los demás.

Dios no puede darnos nada desde fuera, de manera mágica o “milagrosa”. Se podría decir incluso que Dios no puede “ser Dios” para nosotros sin nosotros, o que no puede ser Dios para los demás sino gracias a nosotros.

Cada uno está llamado a ser “teóforo”, dador de Dios. Y esto es así en los bienes más materiales y en los bienes más “espirituales”.

La oración puede convertirse, ha de convertirse, en una manera de activar la disponibilidad para hacer cuanto esté en nuestra mano para que suceda el bien que Dios nos está dando, pero que sólo nos puede dar a través del mundo y de nosotros mismos.

No es Dios quien cambia con nuestra oración (aunque sea de petición), sino que somos nosotros los que cambiamos: aprendemos a vivir en confianza incondicional, y nos convertimos en protagonistas y autores de aquello que Dios es y quiere dar a cada uno y cada una.

Orar los unos por los otros

Así es como adquiere sentido “orar por los demás”. Cuando oramos por una persona, no pedimos a Dios que se acuerde o sea bueno con esa persona, no pedimos que Dios cambie.

Cuando oramos por una persona, nos sentimos en comunión con ella, expresamos y ahondamos nuestra solidaridad profunda con esa persona. En la medida en que podemos nos convertimos en portadores de Dios para ella, en la medida en que podemos realizamos aquello que Dios quiere ser para esa persona y darle a ella.

Algunos hablan de “transmitir energía”; nosotros hablamos de transmitir a Dios, fuente de todo bien… Estamos llamados a ser Dios los unos para los otros, y ese es el sentido último de la oración por los demás, de la intercesión.

¡Cuántas personas nos dicen: “reza por mí”! Sí, necesitan que recemos por ellas, y necesitamos que recen por nosotros. Pero no para que “intercedan” ante Dios por nosotros, como si Dios necesitara intercesores.

Más bien, orar los unos por los otros es convertirse en intercesión mutua, y la intercesión consiste en actuar la comunión profunda, la misteriosa solidaridad que existe entre nosotros.

En el fondo, “interceder” es transformarnos en cauce de Dios, y Dios mismo, los unos para los otros.

El cuidado de cada criatura

En tiempos de Jesús predominaba la mentalidad apocalíptica: se esperaba un próximo fin del mundo, y la mirada no se dirigía tanto a la relación de Dios con cada persona, sino al juicio del pueblo por parte de Dios. La perspectiva colectiva prevalecía.

Jesús comparte en general la perspectiva apocalíptica, pero él tiene muy presente la relación cercana y amorosa de Dios con cada persona, con cada criatura:

  • “Fijaos en las aves del cielo; ni siembran ni siegan ni recogen en graneros y, sin embargo, vuestro Padre celestial las alimenta” (Mt 6,26);

  • “No se vende un par de pájaros por muy poco dinero? Y, sin embargo, ni uno de ellos cae en tierra sin que lo permita vuestro Padre. En cuanto a vosotros, hasta los cabellos de vuestra cabeza están contados. No temáis, vosotros valéis más que todos los pájaros” (Mt 10,29-31).

Jesús insiste una y otra vez en que Dios ama a cada individuo, sean cuales sean sus fallos. Su mayor deseo es que los perdidos se dejen hallar.

Tú y yo somos responsables de encarnar el cuidado personal de Dios por cada criatura, y de manera especial el cuidado de Dios por esa persona necesitada y cercana a ti y a mí.

José Arregi

Para orar. YO CREO

Yo creo solo en un Dios:
en Abbá, como creía Jesús.
Yo creo que el Todopoderoso
creador del cielo y de la tierra
es como mi madre
y puedo fiarme de él.

Lo creo porque así lo he visto
en Jesús, que se sentía Hijo.

Yo creo que Abbá no está lejos
sino cerca, al lado, dentro de mí,
creo sentir su Aliento
como un Brisa suave que me anima
y me hace más fácil caminar.

Creo que Jesús, más aún que un hombre
es Enviado, Mensajero.

Creo que sus palabras son Palabras de Abbá
Creo que sus acciones son mensajes de Abbá.
Creo que puedo llamar a Jesús
la Palabra presente entre nosotros.

Yo sólo creo en un Dios,
que es Padre, Palabra y Viento
porque creo en Jesús, el Hijo
el hombre lleno del Espíritu de Abbá

José E. Galarreta

79 comentarios

  • A.Fueyo


    En búsqueda de maestros
    Necesitamos en nuestra vida maestros que nos acompañen en nuestro peregrinaje; ciertamente si hablamos de oración , creo que José Arregui lo es, pero apelar como una voz autorizada a Vicent Navarro , en su artículo en el diario Público sobre la beatificación de Juan Pablo II , a mí me ayuda muy poco; yo prefiero beber en otras fuentes, como la madre Teresa de Calcula , que experimentó una fe pura, es decir no sintiente, que es confianza absoluta en Dios y simultáneamente ausencia de su cercanía, y para quién su ruta vital, su “Tarjeta de negocios” , se concretaba en las siguientes palabras , sin duda ” mágicas” a tenor de sus resultados evidentes , que eran las siguientes: “El fruto del silencio es la oración, el fruto de la oración es la fe, el fruto de la fe es el amor, el fruto del amor es el servicio, el fruto del servicio es la paz”.
    Otro maestro como Diego Molina, s.j ( en Sal Terrae, nov 2008) afirma que Dios es “silencio escondido”, y que al final “vivir es andar solo”(en referencia al poema ”Mi soledad” de Pedro Casaldaliga), proponiendo que seamoscompañeros de camino de los hombres que quieren hacer un mundo más fraterno”,….animándonos a “esperar contra toda esperanza…sin escandalizarnos por nuestra falta de ejemplaridad(de la Iglesia y la nuestra) ….viviendo esperanzados en esta “noche oscura” …sabiendo que la Iglesia sigue siendo instrumento querido por Dios para que la salvación siga actuando en la historia …con su grado de cruz e incomprensión ante la forma en que Dios ha decidido seguir entre nosotros”.
    Mis mejores deseos de paz y armonía entre todos
    Abelardo

  • Javier Renobales Scheifler

    Un párrafo del nº 37  de la encíclica Deus Caritas Est:
            “Obviamente, el cristiano  que reza no pretende cambiar los planes de Dios o corregir lo que Dios ha previsto. Busca más bien el encuentro con el Padre de Jesucristo, pidiendo que esté presente, con el consuelo de su Espíritu, en él y en su trabajo.”
     
    ¡Qué bobada! Razonemos un poco: el cristiano no pretende cambiar los planes de Dios, pero le pide a Dios que esté presente en el cristiano y en su trabajo.
     
    ¿Qué sucede si el cristiano no se lo pide?
    ¿Acaso entonces Dios no estaría presente en el cristiano y en su trabajo? No, no, por favor, que es obvio, según Ratzinger, que el cristiano no pretende cambiar los planes de Dios: hemos de concluir que Dios, aunque no se lo pidiera el cristiano, estaría presente en el cristiano y en su trabajo.

    O ¿no lo estaría por mucho que se lo pida el cristiano?
    ¿Puede Dios decidir no estar presente en el cristiano ni en el trabajo de éste? 
    A mí me hacían aprender de memoria que ‘Dios está en todas partes, aún en nuestros pensamientos’ 
    Entonces, para qué se lo pide el cristiano? Es absurdo que le pida.
    Se lo pide porque el cristiano está bajo el influjo del pensamiento mágico, tan arcaico y obsoleto, pero mantenido interesadísimamente por la jerarquía de la ICAR.
     
    Da igual que el cristiano le pida o no a Dios, que Dios esté presente en el cristiano y en su trabajo. Dios ‘hará’ lo mismo si el cristiano le pide algo, que si no se lo pide: y ello al margen de que el cristiano no pretenda o sí cambiar los planes de Dios.
     
    Al decir Ratzinger que el cristiano  que reza no pretende cambiar los planes de Dios o corregir lo que Dios ha previsto, Ratzinger pretende ocultar, camuflar, que es ineficaz que el cristiano le pida algo a Dios; es decir: que es ineficaz la oración de petición.
     
    Claro que, si Ratzinger admitiera que Dios no interviene, (con lo cual abandonaría en buena parte el pensamiento mágico que tanto necesitan Ratzinger y su poder en la ICAR), se le acababa el discurso y el cuento a Ratzinger.
     
    Sigamos razonando un poco: Ratzinger dice que con la oración de petición el cristiano “Busca más bien el encuentro con el Padre de Jesucristo …”
     
    ¿Acaso pretende Ratzinger que, si el cristiano no practica la oración de petición, no encuentra lo que el cristiano busca según Ratzinger, que es el encuentro con el Padre de Jesucristo?
     
    Lo que Ratzinger (que se arroga la aberración de representar a Dios en la Tierra –representación falsa e irracional) no puede admitir es que el encuentro con Dios se produce, con oración o sin ella, en el encuentro con el prójimo, con las personas, y con nosotros mismos, en el amor humano entre las personas.
     
    Para el cual encuentro  con Dios en el prójimo no hace falta oración alguna. Claro que si el encuentro con Dios se produce en el encuentro con el prójimo, se le acababa a Ratzinger también su pretensión de representar a Dios en la Tierra. Con lo cual saldría ganando la verdad. 

  • M. Luisa

    Eugenio, amigo, lo siento,  ahora que he releído todos vuestros comentarios, pues suelo hacerlo cuando dispongo de tiempo, me doy cuenta de que no hay nada en el tuyo del  pasado día 8 que haga  alguna referencia  desdeñosa al mío y por ello  te pido disculpas.¡No sé en qué estaría yo pensando!

    Un abrazo

  • José Manuel Zabala

    José :
    Un breve aporte a tu artículo sobre la oración de petición. Lo suscribo y lo suscribe Benedicto XVI. Te entrecomillo un párrafo del nº 37  de la encíclica Deus Caritas Est.
            “Obviamente, el cristiano  que reza no pretende cambiar los planes de Dios o corregir lo que Dios ha previsto. Busca más bien el encuentro con el Padre de Jesucristo, pidiendo que esté presente, con el consuelo de su Espíritu, en él y en su trabajo.”
             Buen ánimo
                                       José Manuel

  • Francisco Javier

    ¿Y el: “PEDID Y SE OS DARÁ”… dónde se queda? xD

    “Todo lo que pidáis a mi Padre en mi nombre, si tenéis fe, os será concedido”.

    ¿Y eso?

    Lecturas parciales de la Biblia de Arregui… ¡Como siempre!

  • Javier Renobales Scheifler

    Eres muy libre, Juanel, cada uno debemos serlo, lo más libres que nos sea posible. Permanecer dentro de la ICAR no forma parte del seguimiento de Jesús, no es necesario para seguir a Jesús.
     
    Tú dices que es la ICAR la que te ha hecho conocer a Jesús.
     
    Habría que ver qué Jesús es el que te hicieron conocer los sacerdotes dirigentes de la ICAR:
    –           si al de la fe de los jerarcas de la ICAR (un imaginario JesúsDios que DiosPadre habría enviado al planeta Tierra para que muriera en la Tierra ofreciéndole su sangre para redimir así los pecados, derramando para ello su sangre hasta morir en la cruz),
    –          o a otro Jesús muy diferente, que vivió y fue asesinado a las afueras de Jerusalen por los sacerdotes y los militares romanos asesinos hace un par de milenios
     
    Me temo que los sacerdotes de la ICAR te hicieron conocer al Jesús de su fe, al de sus intereses creados, mientras ellos estaban a partir un piñón con los militares asesinos franquistas, cuyos crímenes, dictadura etc. benedecían los jerarcas católicos españoles obedeciendo a su Papa, romano como el imperio que asesinó a Jesús histórico, el imperio romano.
     
    Es tu responsabilidad formar parte de una ICAR que hoy santifica todo eso, lo que, por ejemplo, nos recordaba Vincenç Navarro en el link que puse el otro día
     
    http://www.vnavarro.org/?p=5603
     
    http://www.elplural.com/opinion/los-silencios-sobre-el-beato-juan-pablo-ii/
     
    Pues formando parte de esa ICAR públicamente aceptas lo que esta ha hecho, y por descontado también todo lo que ésta santifica hoy, que es el modelo de vida del dictador Wojtyla, que ha bendecido gozoso criminales dictadores y sus dictaduras, colocado en el bando contrario al bando en el que estuvo Jesús, el de los pobres (y por eso lo mataron, no porque Dios lo hubiera enviado a la Tierra para que muriera derramando su sangre para el perdón de los pecados de la Humanidad –pensamiento mágico funesto donde los haya-).
     
    Saludos cordiales

  • Juanel

     
    Todas esas lindezas con las que cualificas a la ICAR Javier, yo también las hago, añado las de mi cosecha y también las de Jesús: raza de víboras…. sepulcros blanqueados…… guías ciegos…… que ni entran en el Reino ni dejan entrar a nadie…… Verás, hace unas semanas tuve con mi burócrata párroco una fuerte discusión sobre el método de catequesis que yo seguía, dialógico y no de adoctrinamiento, como él me insistía una y otra vez. Lo fui toreando casi 4 años hasta que la cosa reventó. Suprimió la catequesis de confirmación que yo llevaba y a punto de concluir, sin tener en cuenta los derechos adquiridos de los catecúmenos, ni el cabreo contra él de los padres, y desde entonces dejé de aparecer por mi parroquia. Seguramente volveré pero más adelante. La ICAR es así desde sus niveles más humildes. Es muy difícil introducir cambios en ella por pequeños que sean, pero no por ello pienso tirar la toalla. ¿Por qué?
     
     
    Bueno, yo no quiero dejar mi Iglesia a pesar de que me duela. Lo que quiero es que cambie, que se renueve desde su raíz y en ello trabajo desde mi humilde posición y con los medios escasos que tengo. La Iglesia de hoy sólo les sirve a los de mentalidad ultraconservadora y reaccionaria que quieren una Iglesia fuerte, rica, poderosa, monolítica, piramidal, uniformada….. que les diga a sus devotos y sumisos fieles que es exactamente lo que tienen que hacer, pensar y creer. Yo soy modesto en mis deseos y por ello no laboro en el sentido de echar a todas estas gentes (que las veo y siento como “mala gente” pues usan la ICAR para sus ambiciones personales aunque sé que no todas son así) de mi Iglesia y mucho menos por su división en conservadores y progresistas. Lo que yo quiero es que en mi Iglesia se abra un hueco amplio, para los que pensamos que otra Iglesia es posible quepamos en ella. Yo quiero una Iglesia plural tanto en las comunidades de base incluidas las parroquias como en su cúpula. Ya lo sé, difícil, los vientos hoy no nos son favorables desde JPII y BXVI, pero no pierdo la esperanza porque el creciente desprestigio y descrédito de la cúpula de la Iglesia les tiene que obligar al cambio aunque se resistan y no quieran hacerlo.
     
     
    Por ello cuando tú y otros muchos despotrican contra la ICAR, yo en el fondo me alegro porque colabora a su desprestigio y así quizás el cambio necesario se acelere. Claro es, que las acusaciones contra mi Iglesia también me culpabilizan a mí por formar parte de ella, por no poner aún más esfuerzo y empeño en que cambie.

    Yo no quiero dejar mi Iglesia por la experiencia de las Iglesias protestantes o evangélicas. Lo valoro como un error grave de ambas. Yo no quiero formar parte de un grupillo afín a mis ideas y formas de expresión religiosa. Yo quiero pertenecer a una Iglesia de hoy que entronque con las primitivas iglesias de fundación apostólica. (Cuidado que no digo que las demás iglesias cristianas no tengan esa relación). Pertenezco a mi Iglesia porque gracias a ella conozco a Jesús de Nazaret justo en la tipología que ella transmite. Porque es la que garantiza la validez de los escritos bíblicos normativos para ella. Porque garantiza una interpretación de los mismos en acuerdo con el testimonio de su tradición excluyendo o separando a los que se desvían o apartan justo de ella. Y esto lo digo no como sumisión a todo cuanto mi Iglesia diga sino sólo en cuanto a la línea fundamental y en orden jerárquico de valoración de su doctrina y dogmas. Pues no tiene el mismo valor el dogma de la Trinidad o sobre la vida, muerte y resurrección de Jesús que el dogma de la purísima concepción de María, que viene dado en función de los primeros.
     
     
    Me he desviado del tema de la oración, pero es que tú Javier, te has desviado primero. Y te digo todo esto sobre mi Iglesia para ver si tomas algún otro criterio que te sirva para no ver en la ICAR solamente la encarnación viviente del mismísimo demonio y tu “cruzada” contra él. Por supuesto no creo que lo consiga, porque cuando se tienen arraigadas convicciones tan profundas como tú manifiestas, intervienen en ella no sólo la inteligencia racional sino sobre todo la emocional por el daño hecho.
    Saludos cordiales

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿Un DiosPadre que no te da ‘la Gracia’, ‘su Gracia’, si no se la pides, Santiago? ¿Un Dios que sólo funciona contra pedido? ¡Qué imaginación, invento del departamento comercial!
     
    Me parece demasiado infantil, además de antropomórfico; es un invento humano, un reflejo humano, nuestro, no un Dios. Eso es algo de otra época, a mi modesto modo de ver.
     
    Claro que, para los agentes comerciales ICAR, ése es un modelo que les interesa mucho mantener, pues los hace imprescindibles o casi, a esos agentes comerciales eclesiásticos profesionales.
     
    En ese sistema de suministro mágico de la Gracia (mercado de la Gracia), ellos son los mediadores profesionales, de carrera, especializados entre Dios y los súbditos fieles de la ICAR, imprescindibles para asegurar el adecuado suministro del producto ‘Gracia’, los medios salvíficos, absoluciones e indulgencias … y todas esas cosas mágicas imaginarias que circulan por ese mercado.
     
    Se han especializado durante muchos siglos en lavar el cerebro a su clientela, presa a la que atrapan desde que nace, ya eficazmente lavado el cerebro de sus padres, obligados a bautizar a sus hijos en el catolicismo: y a partir de ahí, gracias a la imprescindible oración (dañina por ello), le bombardean constantemente el cerebro, martilleándole los oídos, y su imaginario indefenso, con miles y miles de repeticiones de frases (oraciones, las llaman) –y en la clase de Religión, católica por supuesto- con todo lo cual van galvanizando pensamientos automáticos que conforman a la nueva presa-cliente-súbdito-fiel, convenciéndole de que es virtud que acepte esas ‘certezas’ como si fueran verdad.
     
    Se las fijan en el cerebro a base de repetir y repetir la misma oración miles y miles de veces, pues saben que una mentira repetida miles de veces, y más si la repiten muchos millones, se ‘transforma en verdad’
     
    Por ejemplo: ¡Santa María, Madre de Dios! El niño oye y repite esta frase miles y miles de veces en su infancia y adolescencia, en misa, en el rezo del rosario, siempre que tiene que rezar el Ave María Dios te salve María, llena eres de Gracia … De tal forma que nunca se le ocurrirá dudar que es un hecho real que la llamada Virgen es la Madre de Dios.
     
    Lo cual es hecho falso, inexistente. Es un hecho inexistente, que una mujer humana (valga la redundancia) sea la madre de Dios
     
    Será muy difícil que ese cerebro, así tan eficazmente lavado desde que nace, se libre de semejante convicción durante el resto de su vida, por mucho que es una convicción errada.
     
    Además se añaden las eficaces amenazas de condena eterna al Infierno, si se atreve a cuestionar semejantes dogmas que se obligan a repetir y canturrear en forma de la llamada oración. (Además, no olvides Santiago que, sin la protección del Ángel de la Guarda -y demás Espíritus del imaginario mundo sobrenatural que actuarían constantemente en nuestras vidas-, corres peligro de sufrir un accidente, de tráfico o de lo que sea, o una enfermedad … como el parkinson de la monja curada por haber rezado a Wojtyla, que habría movido a Dios a semejante éxito médico. Laus Deo)
     
    Cuando lo cierto, al realidad, la verdad, es que la Madre de Jesús no fue sino la madre de un hombre, que nunca se creyó Dios porque no lo era, como es lo lógico, salvo cuando se instala el pensamiento mágico, con la inestimable ayuda de la oración, en la lógica del súbdito fiel.
     
    Un ‘Dios’ que necesita que le adoremos no es Dios (pensemos en el ultra Cañizares, consagrado para ser Jefe de Culto Divino en la ICAR), sino un mero reflejo humano de mentalidad arcaica, ya superada, obsoleta. Pero con ese sistema Cañizares se arroga una autoridad que dice que le viene de Dios, lo cual es falso y dañino. La mentira, y más en estas dosis tan exageraadas, no puede sino hacer daño.
     
    Los adultos piden porque tienen necesidad, Santiago: pero piden de comer, porque destinamos al arte sacro y a mantener tantas catedrales y viajes-negocio de los Papa y a mantener la ICAR, y a mil cosas innecesarias o menos necesarias, lo que necesitan esos adultos para comer.
     
    Tenemos necesidad de ayuda de otras personas, humanas, Santiago, no ayuda de Dios.
     
    La ICAR necesita mantener el pensamiento mágico para que creas que Dios interviene en el mundo enviándote sus Gracias que te dicen que necesitas: pero las necesidades humanas no son de ninguna Gracia divina, sino las que vemos que tiene el prójimo por todo el mundo, mientras nosotros giramos la cabeza hacia el altar para alimentar esas imaginarias necesidades de Gracia divina con misas y demás oraciones y ceremonias y sacramentos y procesiones y …
     
    La gente necesitamos comida y amor, pero amor de otras personas humanas, no amor de Dios que, si existe, ES en ese amor humano que necesitamos, no en un imaginario trono celestial allende las nubes.
     
    Solo podemos orar practicando ese amor humano con el prójimo y con nosotros mismos. Lo demás, reflexionar sobre el padrenuestro, son reflexiones, pensamientos comunes que hacemos en colectividad, que son útiles en cuanto que es útil reflexionar y pensar para llegar a conclusiones acertadas, no porque Dios al oir esas oraciones nos envíe ninguna Gracia mágica que nos llenaría vacíos y/o daría fuerzas para seguir viviendo …
     
    No es rezando como evitamos el mal que hay en el mundo, gran parte del cual lo hacemos nosotros, sino actuando, amado, trabajando, compartiendo con el prójimo, como comunistas que compartieran los bienes hasta cubrir todas las necesidades elementales de todos, los bienes de las comunidades.
     
    En mi modesta opinión, como siempre, Santiago. Yo también te deseo lo mejor; pero si no es más que un deseo, no va muy lejos: no hemos de olvidar que obras son amores y no buenas razones, (dicho popular, que no oración religiosa).

  • Santiago

    Y se me olvidaba, Javier, la ultima peticion del Padre Nuestro, es realmente la mas importante..porque siempre Dios puede darnos la gracia, (si se la pedimos desde su eterno PRESENTE), para que no caigamos en la tentacion de hacer el mal…eso es lo que mas importa….liberar al mundo del MAL!!!! para que reine el BIEN!!!   vale    Santiago Hernandez   

  • Santiago

    NO es infantil la oracion de peticion, como afirmas Javier, simplemente porque TODOS pedimos, hasta los viejitos…y pedimos constantemente no solamente los viejos sino los padres a los hijos, sino los esposos a sus esposas y viceversa, los amigos a sus amigos, los alumnos a sus profesores, los empleados a sus jefes…etc…PORQUE todos tenemos carencias, todos necesitamos algo..porque no somos perfectos…cuando Cristo ensenaba a orar -a PETICION de sus discipulos- enumero 7 peticiones..empezando con lo principal que es pedir que el nombre del Padre sea adorado y honrado por TODOS…esta oracion llamada Padre Nuestro se dice que es UNIVERSAL porque Cristo la predico para TODOS los tiempos…ya que su contenido trascendio ciertamente aquella epoca porque nos llego hasta el siglo XXI…NO SE VE nada magico, ni arcaico, en ella sino mas bien ES un compendio de como la oracion tiene que hacerse desde el principio…y en  orden de importancia….Por lo tanto, Javier, me parece que es de cortesia respetar “la manera” en que uno reza, como yo siento mucha admiracion como rezan mis hermanos musulmanes pues empezando por su postura hasta por su frequencia son fieles a su fe en ALA, el Senor de la vida y la muerte, al que se le debe un respeto maximo…Sin animo de ofenderte, pienso en ti algunas veces como que toda tu diatriba constante y obsesionante contra la jerarquia de la iglesia, si que tiene que algo de infantil, que debe remontarse a un tiempo atras, a pesar de que tienes muy buenos ejemplos de religiosos en tu propia familia, que podian haberla neutralizado un poco…presupongo que esto es algo como regresar  a estadios infantiles o que no pudiste salir de esa constante fijacion, lo cual no debio suceder nunca…ESTO es distinto a afirmar que los que practicamos la oracion de peticion somos un grupo de personas con una mentalidad “infantiloide” y atrasada y que no sabemos lo que hacemos…Tienes que pensar que somos adultos pero que tambien somos humanos….y los humanos tenemos necesidad de pedir a ALGUIEN que sabemos puede concerdernos cualquier cosa…porque para Dios “nada es imposible”….te deseo lo mejor…con un saludo cordial    de Santiago Hernandez

  • Carmen (Almendralejo)

    ¡¡¡Dios mio que desparezcan los partidos y l*s politic*s de España!!!

    ¡¡¡Dios mio, que el dinero se como los ajos, que se pudran cada año!!!!

    Como decía mi querido padre, sin ser financiero, pero obrero sabía lo que repercutía el poder guardar en cajas fuertes aquel dinero que se robaba del sudor de la frente de las personas que sembraban ajo, tomates, cereales etc, los mineros, y los jornaleros del ladrillo.

    ¡¡¡Dios, mio que la empresa de fontanería de Almendralejo, que ha echado a más de cien trabajadores, a la calle por suspensión de pago, con el beneplacito de estos políticos, no tenga suerte y quiebre en la empresa que sus “hijitos” han abierto a 15km, c on el sudor de la frente de trabajadores con más de 40 años en esa empresa!!!

    Dios mio, estoy loca, pedirte a tí lo que hacen los defraudadores…
    Te lo pido por aquello de que más de un traje han comprado, más de uno de ellos han sido presidente de las cofradías, esas que tus hombres santo y consagrados necesitan para que a ellos la crisis no les afecten.

    Dios mio, dios mio, cuanta tontería que decimos para actuar y coger al toro por los cuernos, aunque nos pendan de la cruz, muramos en la cárcel o nos tiroteen como a Bin Landen, por ir contra los grandes imperios…

  • Juanel

     
    Reflexionar, pensar, animarnos, fortalecernos…… a nosotros mismos y a los demás, hacerlo solos o en grupo, y pasar a la acción de servicio y ayuda, puede ser oración implícita cuando se ha tomado la decisión de dirigir y orientar la vida a Dios en todo momento. Es evidente que cuando no se ha tomado esta orientación no existe oración. Pero cuando se hace, la vida entera es entonces oración (implícita), porque se vive ante Dios. Quiero decir que es como si Dios estuviese presente en todo cuanto se piensa, se desea, se habla, se hace…. Esto es comparable al amor, en una pareja para concretar. Uno ama a su pareja siempre a lo largo del día, siempre el/la amado/a está ahí, no deja de amarla porque se ocupe en actividades laborales o de ocio, o cuando está solo pensando o no. Sin embargo, hay momentos del día en que la pareja se manifiesta y expresa su amor mutuo explícitamente. Y es bueno que tengan un tiempo reservado para ello. Pues, lo mismo pasa con la oración. Cuando uno decide colocarse ante Dios solo o en grupo, se está explícitamente en oración independientemente del contenido de lo que hable o piense o reflexione profundamente o permanezca simplemente en silencio. Y valorar cual es el modo mejor pues dependerá como “casi” siempre de cada uno y de las circunstancias.
     
     
     
    Ciertamente, para orar no hacen falta ni Iglesias ni mediadores. Todos los seres humanos sin exclusiones vivimos ante Dios en su presencia, hagamos lo que hagamos estemos donde estemos nunca podremos ocultarnos, y esto es mi creencia de fe. Lo creo como un hecho que se da siempre y en todo lugar. La oración va en el sentido de reconocimiento de este hecho, que implica conciencia y voluntad. Por tanto se trata de algo directo entre Dios y yo junto con todos los demás, sin que nadie más pueda interponerse con el fin de manipular esta relación con Dios a su antojo. Por esto, Javier, cuando hablas de la ICAR como manipuladora de la oración de sus fieles, suscribo tus quejas y acusaciones. La Iglesia como mucho puede en mi opinión actuar como vehículo para facilitar las cosas o como transmisión de contenidos, sentidos, significados…. de la oración. Pero no debería inmiscuirse, manipular, mediar,…… y menos monopolizar la oración de sus fieles.
     
     
     
    A mí también me resulta escandaloso cuando hay hombres y mujeres que se dedican públicamente a la oración sean del clero en general o no, y al mismo tiempo cometen, consienten, encubren……. hechos o situaciones injustas o éticamente deplorables. Es ¿intolerable? ¿hipócrita? ¿un contrasentido? …. pues como “casi” siempre depende. Quiero que me entiendas justo lo que digo: “no se puede negar hacer oración precisamente a los pecadores sino todo lo contrario”. Es verdad que si tal pecador hace oración sin ninguna intención ni esfuerzo por cambiar, esa oración es inútil por su ineficacia. Pero emitir un juicio contra él por sus intenciones es un asunto bastante difícil pues no podemos saber cuáles son, incluso cuando sean evidentes sus resultados.
     
     
     
    Siglos de historia de la ICAR de rezos y más rezos, y ahí está con sus escándalos. En consecuencia concluyes que no sólo es inútil toda oración sino que tendría que suprimirse por ser el instrumento mágico de manipulación y dominio de la ICAR sobre sus fieles devotos. Es verdad que mientras sigan los fieles siendo sumisos al dominio del clero consagrado y la Iglesia siga manteniendo el poder de separar o silenciar toda disidencia como hasta hoy, la cosa seguirá como hasta ahora. Pero pregunto: ¿el problema es de la oración usada como instrumento del poder? ¿no resulta más bien del poder que la Iglesia se ha autoapropiado y por ello usa la oración en su beneficio?
    Saludos cordiales

  • M. Luisa

    Únicamente añadiré,   por si  alguien  al leerme ayer le haya pasado por alto el fondo de  mis comentarios, algo que    percibo en el de  Eugenio, el cual (ya se me perdonará si no es así)   tiene la apariencia de  ser  un aviso para navegantes,  que    lo dicho por mí en ellos no sólo   en nada se aleja  del  artículo de Arregui,  sino que  recogiéndolo  intenta  nada más y   modestamente  entrar a comprender   la dimensión  humana para  ofrecer desde ahí   una base que posibilite la necesidad del sentido de la oración. Intenta,  precisamente, frente a la palabrería oficial  tan bien  descrita por Javier, ofrecer una tabla de   salvación  y  un recurso  para la oración íntima y personal.
     
    Saludos y buenos días

  • Javier Renobales Scheifler

    A.Fueyo,
     
    Ya que te llaman la atención algunos calificativos, te pongo este ejemplo del profesor cátedro Vincenç Navarro, que los expresa mucho mejor que yo, los calificativos.
     
    http://www.elplural.com/opinion/los-silencios-sobre-el-beato-juan-pablo-ii/
     
    En mi modesta opinión toda la dictatorial pirámide denominada Papado católico, y Estado Vaticano, se sustenta sobre pensamiento mágico, sobre la imaginaria cualidad de ‘sagradas’ que se arrogan esos jerarcas.
     
    ¿Qué tiene que ver esto que digo con la oración? Parece evidente: la monja se hincha a orar a tope a Wojtyla afectada de una ‘profunda fe’ y así obtiene la curación de su parkinson o lo que tuviera la  monja como enfermedad. La relación causa-efecto entre oración y milagro de curación se da por acreditada (por medio de la fe ¿no?).
     
    Un gran despropósito, a mi modesto modo de ver. Pero el pensamiento mágico seguirá asolándonos, pues la ICAR lo necesita para su negocio.

  • Javier Renobales Scheifler

    ¿El cuidado personal de Dios?
    ¿Nosotros cuidamos a Dios, y además lo cuidamos mediante la oración?
     
    A quien cuidamos es a la persona necesitada, cercana (y con ello a Dios, los que queramos creer en su existencia-amor en esa persona y en nosotros mismos), pero no cuidamos a la persona necesitada y a nosotros mediante la oración sino mediante la acción amorosa.
     
    Es evidente que con rezar no cuido al necesitado, sino con la acción real de ayudarle con éxito. Pues obras son amores y no buenas razones.
     
    Mediante la oración reflexionamos, pensamos, nos sentimos a nosotros mismos y, si compartimos la oración con otras personas, es decir, si reflexionamos en común con otras personas, las sentimos a ellas también.
     
    Pero llamemos a cada cosa por su nombre: lo que hacemos es compartir reflexiones, pensamientos, sentimientos … ¿A eso llamamos orar? Eso se llama compartir reflexiones y demás.
     
    ¿Cómo ha podido suceder, por ejemplo, que durante siglos en la ICAR se hayan tapado los horribles crímenes de la pederastia eclesial, y además con absoluto desprecio de las víctimas (pederastia de la cual sólo hemos conocido algunos episodios de las últimas decenas de años)?
     
    Esa pederastia eclesial ha sido denunciada, y quizá cortada, gracias a la acción de la sociedad civil y sus tribunales de justicia la cual sociedad civil, en contra de la ICAR, ha llevado a los tribunales civiles miles y miles de denuncias contra los eclesiásticos pederastas protegidos y encubiertos por sus jerarcas con sus Papas a la cabeza, hasta que les han costado miles de millones de euros (lo cual es lo único les ha hecho reflexionar, y no la oración que llevan practicando durante siglos y siglos).
     
    Ese encubrimiento generalizado se ha podido producir por lo extendido del pensamiento mágico en la ICAR, pensamiento que sustenta la ‘autoridad’ de los jerarcas y sus eclesiásticos.

    Ese encubrimiento de crímenes horrendos ha sido posible y real durente siglos y siglos por el lavado de cerebro que consiste en hacer creer a los fieles que el Papa y sus eclesiásticos son personas sagradas, muy cercanas a Dios; por hacer creer a la gente que esa cercanía a Dios hace infalibles a Papas y jerarcas magisteriales, y hace especiales a los eclesiásticos que les obedecen, y les dota de la ‘autoridad’ que se arrogan.
     
    Creen que Dios les hace infalibles, y que Dios guía sus pensamientos por ‘el buen camino’, y que Dios vela por ellos a cada instante y los libra de todo mal como el Buen Pastor … y así es como son capaces de grandes maldades como encubrir la pederastia, convencidos, por culpa del pensamiento mágico, de que están haciendo ‘la voluntad de Dios’.
     
    No sé si hacen otra cosa esos jerarcas y sus eclesiásticos, pero lo que es rezar, orar, no paran de hacerlo desde que se despiertan por la mañana, misas, rosarios, salves, breviarios, jaculatorias, salmos, lecturas de escrituras a las que llaman ‘palabra de Dios,’ sacramentos …
     
    Toda una constante repetición innumerable de oraciones varias hasta crear pensamientos automáticos que disipan toda duda y se instalan definitivamente en la mente como si tuvieran toda la certeza del mundo, tanto la virginidad sexual de la Virgen como la conversión del pan y vino en cuerpo y sangre de Dios para la redención de los pecados de TODOS, como que Dios perdona los pecados cuando el cura ‘da la absolución’, como el llenado de vacíos espirituales internos mediante el invento de la Gracia, como el convencimiento de que Dios le cura el parkinson a una monja que así lo cuenta (milagro, milagro), lo cual sirve para hacer creer a la gente crédula que así lo quiera creer, cosas basadas en puro pensamiento mágico, tales como que Dios ha sido movido por el que va a ser fabricado Santo, o como que Dios gobierna la ICAR y para ello entre otras cosas elige al Papa.
     
    Si todo eso no es pensamiento mágico a raudales, mantenido por el entrenamiento diario de la oración, entonces ¿qué lo es, pensamiento mágico?
     
    Ya sé que no tiene arreglo el asunto en las mentes que lo tienen calado hasta el tuétano, y lo defenderán hasta su muerte, ayudadas por los amantes de la ICAR, sin reconocer que es pensamiento mágico.
     
    Pero sería necesario suprimirlo, el pensamiento mágico, para que la ICAR dejara de hacer daño.
     
    ¿Quién no le ha pedido a su padre, dice Santiago? Pero es obvio que los adultos ya no piden a los padres, sino que por el contrario muchas veces es incluso al revés.

    El ejemplo de Santiago sirve para ver que mantener el pensamiento mágico de la oración (el Padre me envía su Gracia si le rezo y doy culto) es infantil, es mantener al hijo en la infantilidad, sin permitirle llegar a ser adulto.
     
    En mi modesta opinión. Saludos cordiales

  • eugenio

    “Tú y yo somos responsables de encarnar el cuidado personal de Dios por cada criatura, y de manera especial el cuidado de Dios por esa persona necesitada y cercana a ti y a mí.”  Me quedo con esto José Arregui, y también contigo. Gracias.

  • M. Luisa

    …Puede quedar el contenido y  con él  la oración atrapada  a  un modo según el cual estimule nuestro yo (es el aspecto psicológico de la oración)  o bien en virtud de aquel interrogante abrir la mente  a lo que sea en realidad esto que estimula nuestro yo, momento  pues de   entrar en juego  la alternancia que como vengo  recordando   es un carácter  inscrito  en la realidad  concebida ésta, claro,  como estructura. Y  entonces  lo que en un  principio tenía  para nosotros un sentido  meramente  psicológico. Ahora, sin embargo  ( lo otro)  la oración, en este caso,    se nos presenta   en su realidad propia,  autónoma  y efectiva.
     
    Bueno, en el comedor hay  alguien  que me reclama,  luego seguiré, si puedo  con estos sabrosos últimos artículos colocados.

  • M. Luisa

    Lo dicho anteriormente  sobre la oración, de alguna manera,   nos  abre  a  uno de  los innumerables  momentos en los que   sucesivamente  en esta línea de la profundización  nos vamos encontrando  en diferentes situaciones  con nuestra propia humanidad.
     
    Si la oración no es un capricho psicológico  sino una necesidad real,   la mente  habrá de abrirse   a la realidad oracional, es decir llevarla a aquel momento  en el que se pregunte    qué sea la oración en sí,   con lo cua, se ve ahí ya que   lo  transformado  no concierne   ni a su realidad (la de la oración) ni a la  propiamente nuestra, sino  que concierne  tan sólo al mismo  quedar del contenido    de la oración en nuestra mente.
     
    Es  sólo una reflexión

  • M. Luisa

    Muchas veces en este foro se ha hablado de la transformación como  un objetivo realizable  en   los seres humanos.  Siempre   me he opuesto  a esta idea,  incluso  a veces  en cortos diálogos con el amigo Luis Troyano.  Y es que pienso que más  que a transformarse,   a lo que está llamado  el ser humano  es a profundizar en su propia  realidad esencial.
     
    ¿Por qué digo esto, a propósito de la oración de petición? Porque, ahora sí, en este asunto,  la transformación  para mí cobra su verdadero sentido.  Es la oración en tanto realidad  objetiva la que se  transforma como consecuencia de nuestra  lenta y progresiva profundización. Adopta modos distintos configurados  por  los niveles  de profundización  lograda.

  • Santiago

    Felix, coincido contigo en que no hay nada arcaico, ni magico en la oracion de peticion…ESTA RESPONDE a una verdadera necesidad del corazon humano…quien no le ha pedido a su padre?   no digo  una vez, sino muchas…Cristo mismo respondio a esa necesidad FILIAL al repetir muchas veces que teniamos que pedir, y pedir mucho, para que se nos diera…y tambien que la insistencia y perseverancia en la ORACION era el “quid” de la cuestion para obtener del PADRE esas gracias que queremos obtener..y asi Lucas 11 (1-13) habla de la oracion: que Jesus dice que “la importunidad” o sea la “insistencia” es lo que mueve a Dios a concedernos la gracia…No es esto imposible..pues el Padre no vive en nuestro tiempo terrestre….sino en un ETERNO PRESENTE…Dios vio nuestra oracion en SU PRESENTE…desde toda la eternidad…y esta oracion de suplica puede ser respondida apropiadamente segun sus designios…pues los designios de un Padre son siempre a favor de su hijo…Por eso ni el Antiguo Testamento, ni el Nuevo Testamento rechazan la oracion de suplica…todo lo contrario…aunque sabemos que nuestro PADRE sabe todas nuestras necesidades, nuestra humanidad reclama esta peticion…de otra manera, no seremos lo que Cristo vino a ensenarnos…ser plenamente seres humanos…un saludo cordial….de Santiago Hernandez

  • Juanel

     
    Aclaración: reflexionar personalmente o participar en un grupo o comunidad en oración, significa según lo entiendo, hacerlo todo (incluida la acción con los demás) ante Dios. Lo estamos siempre y del mismo modo pero en la oración explícita lo hacemos conscientemente.
     
    Gracias Gabriel Sánchez por tus lindas oraciones

  • Juanel

     
    Javier, ¿orar, tiene algo mágico? Pues depende, como “casi” todo. Si te vas hacia la Teología de la Gracia tradicional pues ciertamente te das con ella de bruces. Pero hay más opciones. Desde hace bastantes años siempre he tratado de eliminar de mi pensamiento y de mi fe, todo aquello que se aproxime o siquiera apunte hacia una dirección sobrenatural, a lo “espiritual” metafísico, a los milagros y profecías, a lo mágico. ¿Por qué? Pues porque no puedo vivir dividido entre mi posición “cientista” irrenunciable y mis creencias que también lo son. Si tú has visto lo mágico al decir que hago oración explícita personal y comunitariamente de modo habitual, es porque has supuesto en mí un sentido o significado tradicional de la oración que yo no comparto.
     
     
    La fuerza o energía que yo adquiero con la oración no tiene nada que ver con la inflamación del “espíritu”, con energías metafísicas espirituales, o con una inyección mágica de gracia santificante. Sin embargo, si tiene mucho que ver con el amor. Yo no sé tú, pero resulta que yo QUIERO a Jesús de Nazaret, lo AMO. Le doy un poco de mi tiempo personal en soledad porque creo en su resurrección, lo que significa que Jesús “vive”. No me entiendas mal, mágicamente, sino “en” Dios (que está siempre y del mismo modo e intensidad). Sobre todo ello, intento en oración ahondar en su significado y consecuencias. Y porque quiero seguirle no dividido, hace ya más de 30 años cambié la dirección de mi vida desde el ateísmo- cientista a una fe, que siempre desde entonces he tratado de que siga siendo cientista, incluida la oración.
     
     
    Tu dices “el amor a Jesús se demuestra amando a los demás, que a Jesús lo ves en los ojos, en el rostro, en otro ser humano, sobre todo del que sufre, pasa necesidad o soporta la injusticia”. Por supuesto, obras son amores….. De nada vale que le digas a alguien que le amas y luego le haces la puñeta, lo desprecias o pasas con indiferencia. Y la acción eficaz se basa en la preparación y el ejercicio, como dices. Bien, añado que requiere también disposición, ánimo, concentración……, que es una labor completamente personal, ¿verdad? Si se trata por ejemplo de un deporte de equipo pues es necesario añadir fortalecer, animar, conjuntar, empatizar, ….. al grupo como tal ¿verdad? ¿Alguna de estas técnicas tiene algo mágico, sobrenatural?
     
     
    Hay tiempo para las dos cosas, “ Todo tiene su momento y cada cosa a su tiempo bajo el cielo. Su tiempo el nacer….” (Qo,3) ¿no es sano un tiempo de reflexión personal para cambiar lo que haya que cambiar? ¿no es bueno y saludable reunirse para unir y cambiar lo que haya que cambiar los que estamos por la labor de seguir a Jesús? Luego necesariamente hay que pasar a la acción, pues si no, carece de sentido y probablemente sea una pérdida de tiempo, aunque la reflexión nunca lo es del todo.
     
     
    Claro, está el culto, los sacramentos …… en otro comentario ¿vale? (Esta línea va de oración)
    Saludos cordiales
     
     

  • Gabriel Sánchez

    Padre…pido justicia, equidad, esperanza y Amor…Estoy seguro que tu me los das…Pero ayudame, a que por intermedio de la comunidad y los hermanos, pueda abrir mi corazón a ellos, sabiendo que tu no me abandonas, pero no me darás soluciones magicas, que tus manos, son la generosidad, el amor y el animo de justicia de mis hermanos los hombres y que tu lo inspiras constantemente…con el llamado suave de la caricia del Espíritu, en Jesús de Nazareth…Permiteme sirviendo a mis hermanos serivirte a ti y sirviendote a ti, servir a mis hermanos…Gabriel

  • Asun

    Creo que lo importante es la vida misma, cómo la vivimos en interrelación con los demás, no sintiéndonos separados de nada ni de nadie.
    Lo que llamamos Dios lo encontramos en todo y en todos, si no fragmentamos la conciencia de lo Real en lo que todo es, Es.
     
    La oración no es un diálogo, no es un monólogo del ego religioso, sino consciencia de esa Unidad con todo y todos. Es la actitud unificadora e integradora ante la vida y en la vida. Es silencio y desaparición de todo ego separador, un estar sin estar en ninguna parte. Es confianza y aceptación silenciosas. Es dejar ser cauce del fluir inagotable de vida que no separa y fragmenta, no condena ni enjuicia, tomando aliento para el compromiso que no desfallece, ni se impone. Es alegría, una toma de aliento consciente dejando ser lo que se es.
     
    La petición no tiene sentido, cuando se descansa en lo que es, Es. Porque ¿quién es el que siente necesidad de pedir? ¿A qué Dios se dirige? ¿Qué es entonces Lo Que Es, lo Inefable? ¿Lo que queremos o creemos que sea y debe ser?
     
    Es natural pienso, que según percibimos quienes somos y qué somos, nos hacemos una proyección  irremediable de lo que llamamos Dios, así como nuestra relación con Él y sobre todo con los demás. Aceptamos o decimos aceptar en la oración nuestra limitación y finitud, pero no dejamos a Dios ser Lo Que Es.
     
    ¿Por qué  confundir adultez con orgullo? El título del artículo intenta replantearnos los errores, más que nada por ignorancia,  en los que se puede caer en la oración de petición. Al decir que hablamos  con Dios ya lo estamos reduciendo a un ser omnipotente al modo antropomórfico, en el que nuestro ego se proyecta intentando satisfacer carencias de lo que en profundidad no aceptamos, por mucho que en gestos y en palabras actuamos “humillándonos”. Nos estamos engañando primero a nosotros mismos. (Recuerdo a una amiga que pasaba mucho tiempo rezando, que, de manera lúcida,  me dijo: “en realidad  más de las veces en vez de rezar estoy  “pecando””.
     
    Orar es una manera de estar, de ser en la vida.  Cuando la oración es plena confianza y aceptación en el silencio, el aliento se hace consciencia en unidad con todo y todos en Lo Que Es. Y el  deseo, cualquier proyección, sea lo que sea,  pierde su entidad.
     
    Gracias a todos.

  • A.Fueyo

    ¿Se puede tener fe sin ser orante?
    Javier Renovales considera que algunas de las aportaciones que aquí se han hecho en apoyo de la oración de petición , como las de Félix García Moriyón y las de Juanel , están muy alejadas de toda racionalidad, es decir de un concepto “moderno” de Dios, y abunda en su ya conocida posición ,que ha escrito en Atrio en otras ocasiones, sobre el pensamiento mágico que nos hemos tragado algunos crédulones cristianos a instancias vaticanas” ( los calificativos despectivos los he omitido)
    Como uno siempre anhela para sí mismo- hecho que en muchas ocasiones no consigue, a pesar de los buenos propósitos- – que sea capaz de dar un trato de respeto a las opiniones discrepantes, en especial sí proceden de alguien que no es de nuestro circulo o tertulia habitual ( extraños), yo no tengo nada que objetar ante a las opiniones de Javier, que tiene tan bien interiorizadas y explica siempre con suma claridad.
    Sí que creo deba resaltarse que un cristiano radical, es decir que intente llevar a la práctica un determinado sentido de la vida, en la forma en que lo entendía Jesús, y en él cual la oración era un elemento angular que él practicaba con intensidad en su relación con Dios, y que nos invitó a que sus seguidores también lo hiciéramos, nos capacita en nuestra cotidianidad hacia el servicio, para salir de uno mismo , de nuestros intereses , y de forma abnegada, ir al encuentro de los que tienen necesidad.
    Sin duda que otros tienen un sentido vital del todo diferente- algunos como L. Wittgenstein han llegado a decir que reflexionar sobre el sentido de la vida ya es una forma de oración- y son capaces de tener una orientación decidida en el día a día hacia los hermanos que sufren.
    Propongo, sí quisiéramos profundizar en el significado de la oración, yo invitaría a que Antonio Duato considere en el futuro la posibilidad de difundir –como aquí se viene haciendo con otros autores- las reflexiones al respecto de Juan Martín Velasco en su libro “Orar para Vivir”, libro que sí bien es de muy densa lectura, constituye un auténtico gozo desde la óptica intelectual y religiosa, y que afirma que “la practica de la oración es el quicio en torno al cual se articula la conciencia que el hombre tiene de sí mismo ….…pudiendo concluirse-citando a otro autor -…que sin ella… se apaga la fe”

  • Antonio Duato

    Sergio,
    Esta vez ha habido suerte. Los comentarios a ese artículo de Juan Luis sobre La carcaoma en la oración de petición han podido recuperarse. En esa dirección que citas he puesto ya una nota que reproduzco aquí:
    COMENTARIOS RECUPERADOS EN ESTA DIRECCIÓN: WW.REPLAY.COM

    Este servicio de recuperación WayBack Machine se lo debemos a Pepe Blanco. No es posible recuperar todos los de esa época que se perdieron, pero he este sí ha siso psible. Quien esté ineteresado en que recuperemos los comentarios a algún tema, que nos envíe la dirección a Antonio.Duato@atrio.org

  • Javier Renobales Scheifler

    Así será quizá, como tú dices, Félix. Yo suelo equivocarme con frecuencia, a veces en todo, a veces sólo en parte.
     
    En ningún momento he pretendido ser poco o nada respetuoso. Arcaico significa ‘muy antiguo’ o ‘anticuado’, y la única manera de expresar esa idea, que yo conozco, es decirla con las palabras que la designan.
     
    Llenar un vacío interior con la llamada Gracia me parece pensamiento mágico; la propia idea de una Gracia insuflada, emitida o enviada por Dios me parece pensamiento mágico. Pero tampoco expresar esa idea es irrespetuoso.
     
    Yo creo que el pensamiento mágico es pernicioso, porque creo que se desvía de la verdad, no ayuda a encontrar la verdad. Bien entendido que yo parto de la base de que Dios no interviene, ni tampoco para insuflar Gracias en los vacíos de las personas, y menos aún en función de que una persona rece o no.
     
    Tú crees que sí interviene Dios, y que conversáis hablando; yo creo que Dios no te contesta, y que no hace falta que le digas nada, pues antes de que tú pienses algo, imagino que Él ya lo conoce de sobra, lo que vas a pensar, antes de transformarlo en palabras.
     
    De forma que hablar con el prójimo ya es hablar con Dios. Sentirse vivir uno mismo, ya es sentir a Dios. No es la Tradición católica, que sólo contempla un Dios antropomórfico (idea errada, a mi modesto modo de ver), pero no por eso deja de ser válida la idea, y podría ser la Tradición en algún momento, pues la Tradición católica puede -y debe- cambiar.
     
    Si Dios es el amor humano, como dice el teólogo católico Castillo, ya contactamos y nos relacionamos con Dios al amar a las personas. Si Dios se encarna en todo lo existente -la idea se la he leído a un místico conocido en Atrio- (también en Jesús, lo mismo que en ti y en mí), ya nos relacionamos suficiente con Dios por el mero hecho de vivir la vida amando y siendo amados.
     
    Si Dios es todo lo bueno, vivamos bien la vida, es decir, amando siendo amados, y ésa será la mejor oración, en mi modesta opinión como siempre, que podamos hacer, sin necesidad de recitar oraciones, sino dando recitales de amor a las personas que nos necesitan. Pues la vida misma ya es una permanete oración-relación con Dios.
     
    Esto que digo muy simple, y además no requiere a la ICAR para nada, y vale lo mismo para los ateos que para los creyentes de cualesquiera creencias, con lo que el negocio de la multinacional ICAR -que pretende arrogarse el monopolio- se verá afectado.

    Pero para depurarlo, para mejorarlo (que tanto lo necesita), no para destruir la ICAR, sino para hacer de ella la Iglesia de Jesús.
     
    Tradiciones de la ICAR se basan en pensamiento mágico, y no por ser Tradiciones hay que mantenerlas. Renovarse o morir.

  • Félix García Moriyón

    La oración no es en ningún caso un resto arcaico y mítico, palabras de claro sentido despectivo. Es un esfuerzo profundo de relación con Dios, con lo totalmente Otro, que algunas, muchas personas han percibido en sus vidas y en su relación con los demás. Oración que, como decía Simone Weil, supone aceptar el vacío en uno mismo para dar entrada a la Gracia. Y el mensaje de Jesús desde luego incluía la oración con el Padre y el trato amoroso hacia los otros. Por eso el primer mandamiento eran dos en igualdad de condiciones e intrínsecamente relacionados: amarás a Dios sobre todas las cosas y al prójimo como a ti mismo. Oración y mística van unidas a amor al prójimo y transformación social. Claro que se pueden poner numerosos ejemplos de personas que oran y no aman a sus hermanos, pero siempre han sido denunciados como falsos modelos de práctica del cristianismo. Y el ejemplo de Carmen es tan válido como los innumerables ejemplos parecidos que se han puesto siempre en la tradición cristiana; ni más ni menos. Y también se pueden poner muchos ejemplos de personas que han dado su vida por los demás sin creer en Dios, pero eso no significa que Dios sea superfluo para otras muchas que encuentran en Él la fuerza y el sentido de una vida entregada a los demás. La afirmación de Javier Renobales supone una descalificación no justificada y bien poco respetuosa para todas aquellas personas, como es mi caso, que oramos y hablamos de Dios (poco, porque Dios es inefable, como también ha sostenido con frecuencia la tradición católica) y desde luego no estamos anclados en un pensamiento mágico que deba ser desechado.

  • Javier Renobales Scheifler

    Juanel,
     
    No creo que la fuerza para hacer el bien venga de la oración, de ninguna clase de oración, rezo, petición ni similares.
     
    A mi modesto modo de ver, creer que la oración o los sacramentos proporcionan una llamada gracia o fuerza espiritual suministrada por Dios para hacer el bien, es puro pensamiento mágico (por lo tanto a desechar), pues Dios no envía gracias ni fuerzas a las personas, que ya tienen-tenemos la vida, nuestra magnífica vida, para eso.

    Es el negocio eclesiástico el que se ha inventado eso de que su producción de sacramentos (medios salvíficos creo que los llaman, pomposa y falsamente) es imprescindible para recibir  ayudas o gracias (imaginarias e inexistentes) de Dios.

    Por eso Jesús no dijo ‘Yo soy Dios’ (porque nunca lo fue).

    Sino que dijo: ‘Yo soy la Vida’. Y es que la vida es el Camino hacia la Verdad, la Vida es para el amor: entonces es, cuando es amor, la mejor vida.

    Y los cristianos creemos que el amor humano es Dios (teólogo católico Castillo). Lo dice hasta Ratzinger (Dios es amor) a pesar de lo desviado que suele estar habitualmente, el pobre Ratzinger. Incluso un gran equivocado como Ratzinger percibe que Dios es amor.
     
    La fuerza para hacer el bien viene de la propia vida de cada persona. Para mantener y aumentar las fuerzas y disposiciones necesarias para hacer el bien, hay que entrenar las fuerzas y cualidades que proporciona naturalmente (no sobrenaturalmente) la propia vida de cada persona.
     
    ¿Cómo se aumenta la fuerza y la resistencia y la flexibilidad necesarias para hacer una maratón en menos de 3 h.? Corriendo casi todos los días durante varios meses los kilómetros necesarios (10 o 15 kms diarios cada vez en menos tiempo), y haciendo estiramientos …, y ayunando para poner el cuerpo en el peso adecuado … Esto lo sabe cualquiera.
     
    Con lo de hacer el bien sucede algo muy parecido: hay que entrenar, hay que ejercitarse en la buena acción. No rezar, sino actuar, realizar buenas acciones, hechos de amor (no buenas intenciones, sino hechos eficaces de amor que produzcan realmente felicidad en el prójimo; y en uno mismo).
     
    Toda persona, si quiere mantener o mejorar sus cualidades, tiene forzosamente que entrenarlas: pues si la función crea el órgano, la disfunción lo atrofia. Esto lo sabe cualquiera, incluso yo.
     
    Jesús lo dijo con toda claridad: por sus obras los conoceréis. Por sus obras de amor, no por sus deseos de amor, no por las creencias en Dios ni por ser ateos: sólo por sus obras de amor.

    Creer o no en Diios es secundario, y rezarle a Dios al uso católico, es más secundario todavía .

    No por sus oraciones los conoceréis, ni por sus sermones, ni por sus buenas intenciones, ni por sus misas ni sacramentos ni rosarios ni viacrucis ni ángelus ni padrenuestros ni avemarías ni salves ni procesiones con pesados pasos a lomos de costaleros, ni misas ni vestimentas sagradas sotanas y capirotes, anillos o cruces episcopales, ni por su ceniza en donde sea que se la pongan, ni por si ganan tropocientas indulgencias, ni por hacer recibimientos rouquianos al llamado Papa, ni por hacer miles de kilómetros de peregrinaciones …
     
    En mi modesta opinión, rezar al uso católico no sirve para nada.
     
    Sí, bueno, está el efecto placebo, pero ese efecto no tiene nada que ver con Dios ni con ninguna imaginaria fuerza o gracia (inexistente) enviada por Dios. Es un mero efecto vital, de la vida humana.
     
    La mejor ‘oración’, la única posible a mi modesto modo de ver, es mirar a la otra persona (esa es la única forma posible de mirar a Dios, al cual sólo podemos ver en la otra persona y en nosotros mismos), comprenderla y pasar a la acción hasta hacerla feliz satisfaciendo su necesidad: conseguido ese éxito, entonces y sólo entonces ‘hemos rezado a Dios’.
     
    Es la única forma posible de vincularse con Dios, Juanel: vincularse con las personas que nos necesitan y con nosotros mismos, y mejorar la felicidad que anhelan y anhelamos. Si los hacemos morir de hambre …

    ¿cómo hablar de rezar a Dios? Son falsas, hipócritas, falaces, las misas y rezos mientras hacemos morir de hambre a Dios.

    Son crueles Blasfemias, día tras día, esas misas  esos rezos, incluida la de Santificación de Wojtyla, por mucho espectáculo que fue.
     
    Dios no está en los templos católicos, ni en los sagrarios católicos ni en las hostias católicas: está-ES-vive en las personas.
     
    Así que somos la hostia, Juanel, ahí es ná. No es ningún misterio, sino la pura realidad, la pura verdad, si la así la queremos vivir-percibir-creer.

  • Gabriel Sánchez

    Muchas veces, en el día repaso, los rostros de los hermanitos más oprimidos, por la injusticia, por el mal los trabajadores, los  80.000 trabajadores de la construcción que se levantaron contra la condiciones de esclavitud de las multinacionales que construyen la centrales hidroelecticas, los mineros que mueren en todo el mundo, especialmente en lugares como Mexico, por la decidia de las empresas y la negligencia corrupta de los gobiernos, las mujeres sometidas a un feminicidio feroz…en la frontera Mexiconorteamericana…los que resisten en Honduras, los trabajadores Chinos…los gurises enganchados con la droga, la gente que se muere de inanición o enfermedades conexas con la falta de alimentación…un rio…de Sangre, no puedo evitar una lagrima y pedir justicia…como un grito de dolor…y descubro muchas veces a mi lado…llorando conmigo…a Jesús de Nazareth…Supongo que pedimos juntos…Gabriel

  • Carmen (Almendralejo)

    Érase una vez… Una persona muy piadosa, y muy caritativa, todos los día iba al templo y oraba metida en aquel lugar pequeño donde una luz roja custodiaba el Sagrario.
    Ella rezaba y rezaba intentando comprender el porque sucedía tantas desgracia a su alrededor.
     
    Oraba por l*s sin techos, oraba por aquellas personas que pasaban hambre, y oraba por quienes enfermos no tenían ni para comprase las medicinas que el médico a veces le mandaban, y como no por aquellas otras que ni tenían médic*s, y aún menos medicinas porque en sus países solo había hambruna, pillaje de políticos, y expoliación de los bienes de la Tierra.
     
    Pero ella seguía y seguía orando cada vez, más… el sacerdote que estaba al frente de este templo, estaba complacido con esa persona porque entendía que así dios, nunca estaba solo, y sobre todo que estando esa persona ahí, todo estaba bajo control y fuera del pillaje de aquellas que buscan obras de artes en los templos.
     
    Un día al salir de ese templo, había una mujer embarazada esperando a que alguien le diesen una moneda para comprarse algo que aliviase su necesidad, pero con las prisas pasó sin apenas verla, y la mujer se quedó sin la moneda que a la vez, ella le estaba pidiendo tanto a ese mismo dios, como a la persona que a la vez, pedían por quienes no tenía nada.
     
    Otro día, la buena persona después de estar orando, y al  acudir a recibir a comunión el sacerdote, le dice “¿puede usted pasar  luego por la sacristía?” asintiendo con la cabeza porque dios estaba en su boca, se fue a su banco.
     
    Al terminar, pasó por la sacristía, el sacerdote estaba esperando en la puerta de entrada y muy caluroso le dio la mano y seguidamente las gracias… ¡no hay de qué padre, no hay de qué padre, nuestra madre se merece todo lo mejor!
     
    Al salir a la calle, se encuentra con una mujer que tenía un niñ* de apenas dos días agarrado al seco pecho, ella apenas tenían un pantalón medio roído, y el bebe una simple toalla de baño tapaba sus piernecitas.
    La persona que oraba, y pedía horas y horas durante el sagrario, y guardaba las joyas del tempos (según el sacerdote) salio sin que aquellas dos personas se cruzase en la trayectoria de su mirada.
     
    En Jerez de los Caballeros, el señor Gallardo, iba detrás de la virgen como un pavo pavoneándose porque “ella” iba vestida con un traje robado a l*s trabajador*s de la acería.
    Y mientras él iba pavoneándose, el señor sacerdote iba que no le cabía la casulla que… ¿Se le habrían regalado?
     
    Y mientras tanto, el pueblo con la tasa de paro más alta y que decenas de años no habían tenido miraban a al virgen y le pedía, sin hacer nada más…
     
    La Oración de Petición se basa en saber la necesidad que se tiene, y sobre todo en saber la parte proporcional que esta necesidad está en nuestras manos aliviarla. Porque quienes creen que está en las manos de “D*s” es tanto o igual que decir que es cómplice de los abusos, que el ser humano hace, es más en muchos casos se puede llegar a pensar que es simplemente autor-ra, tanto o más que quienes más arriba hacen parte o causan las necesidades y las injusticias.
     

  • Comparto la visión de José Arregui sobre la oración de petición. Dicho de una manera muy simple; no está mal pedir pero sin parar de hacer. Es decir, no podemos pedir para que las cosas se arreglen y nosotros quedarnos parados, sin hacer algo.
    Un dia me hice esta reflexión, al pensar la cantidad de cosas que cambiaría en el mundo y lo pequeña que me sentía, podia ayudar en una organización concreta unas horas… pero ¿como iba a cambiar tanta injusticia?….
    Ahora me siento feliz por pertenecer al partido político POR UN MUNDO MÁS JUSTO, cuyo único objetivo es conseguir que todas las personas sean iguales en dignidad. Ojalá encuentres un rato para ver este video y entrar en nuestra web.
    http://www.youtube.com/watch?gl=ES&v=QWJrhaUp9bc
    http://www.porunmundomasjusto.com

    Un saludo

  • MARISA-EL-TALLER

    Bueno, Una cosa y la otra son validas, la vida a de ser oracion y la oracion a de ser vida. Decia Kal Raner: “El cristan@ de este siglo o es mistico o no es nada” y Tomas merton, el maestro de Ernesto Cardenal: “El mistico o es revolucionario o no es nada”. Por otra parte decir que la mistica de todas las espiritualidades, no rompen barreras, las desvanecen. La mistica (desde mi punto de vista) es un bien escaso e inprescindible, entendiendo esta, como se esta expresando, porque no podria ser de otra forma.
    BUEN FIN DE SEMANA.

  • Juanel

     
    Yo, es que tengo que orar. A mí me admira que los no-creyentes o los que simplemente no oran puedan tener fuerza o ánimo en su disponibilidad, actitud de servicio en la ayuda a los demás o contra situaciones de injusticia. Lo sacan de sus convicciones y valores, y esto está bien, pero yo necesito orar y pedir a Dios exactamente para lo mismo que ellos hacen. Si no hago oración explícita, con reserva de tiempo para ello, es que en muy poco tiempo todo me viene cuesta arriba, y si se trata de tiempo pues dejo de hacer las cosas que debo hacer y al final me desvinculo. Hablo por mi experiencia. Otros tendrán experiencias parecidas o muy distintas o ninguna, cada uno con lo suyo. No se me ocurre decirle a una persona que debe de orar si no quiere hacerlo, porque no puedo saber si no necesita o no. Tampoco Javier, entiendo la posición inversa, es decir, que alguien porque no ora de forma explicita sino en la acción, anime a dejar de hacerlo. Yo es que necesito “saberme” vinculado de una manera personal con Dios, en Jesús mi amigo, porque también con ello me vincula con la gente de mi entorno o de más lejos. Y voy al culto de mi comunidad por las mismas razones: refuerzo y vinculación.

  • M. Luisa

    Gracias Sergio, ya lo he leído, creo que lo que he expresado sigue la misma línea.

  • M. Luisa

    Bien, el símbolo de la esfera puede sernos útil en el caso que prescindieramos  de nuestra propia estructura humana, pero  en mi opinión vale la pena aprovecharla porque, entre otras cosas, lo estructural  no encierra nimgún misterio.

  • Sergio Zalba

    Parece que este es buen tiempo para seguir releyendo a Juan Luis:
     
    http://2006.atrio.org/?p=482
     
    Tuve ganas de releer trambién los comentarios que quedaron sobre este artículo que cito de Juan Luis, pero ya no están. ¿Qué pena!
     

  • Sarrionandia

    Segón el Evangelio hablar de Dios, decir Señor, Señor, no lleva a nada bueno: solamente el que cumple la voluntad de Dios -hable o no hable- entrará en el Reino.
    El símbolo de la esfera es muy bueno para hacer un poco de luz en nuestras oscuridades.
    La esfera tiene multiples, infinitas, periferias. Los puntos de cada periferia son equidistantes del centro y dependen de él para ser lo que son. La esfera es un objeto espacial en que lo único visible es la periferia pero lo que le hace ser esfera es el centro que, a diferencia de la periferia, no tiene dimensión. El centro indimenso crea las dimensiones de las periferias. Así Dios nos crea creaturas sin que El sea creatura!
    Lo que hablemos y digamos de Dios es creatural: no es increado; Lo que haganos amorosamente en favor del prójimo no solo nos une equidistantemente del Creador sino que nos une vitalmente con Dios como hijos suyos.
    Todo esto es misterio. No es entendible sino vivenciable. No es cuestión de hablar sino de hacer.

  • Pascual

    ¡Qué articulazo, querido José! sobre todo desde que comienza “No es Dios quien cambia sino nosotros! Y para más abundancia el amigo Javier Renobales también abrillanta la cuestión. Es interesantísimo que aclaremos entre todos el trato con el Padre, con el que yo no estoy de acuerdo en contados y vitales casos, aunque Jesús me frena mis rebeldías. Gracias, querido José y gracias también a Javier.

  • M. Luisa

    Estos días que estamos reflexionando sobre el pensamiento  de Juan Luis Herrero del Pozo,  al leer ahora  el comentario de Javier, me viene bien hacer notar  que al escribir antes el mío estaba  pensando  yo precisamente en Juan Luis.
     
    Porque si tenemos en cuenta que  la propia funcionalidad interna de las cosas  son momentos de su propia estructura real que se manifiesta, ahí Dios no interviene. Por eso  la funcionalidad interna     de la estructura humana, manifestándonos nuestra interioridad    iguala a ateos y creyentes.
     
    Contactar con el prójimo, como nos dice Javier, para que no se muera de hambre,  tanto lo puede llevar a cabo  un ateo como un  creyente. Lo fundamental queda  hecho,  llámesele  cristiano o no.

  • A.Fueyo


    Coincido plenamente con Félix García ; para Juan Martín Velasco , a quién el cita, la oración de petición tiene pleno sentido, y así lo explica con detalle en su excelente libro “Orar para Vivir”, porque “quién expresa creyentemente en la oración su necesidad ante el Dios de la vida arroja con ello las situaciones negativas y las perdidas de sentido de su vida….Porque por la fe tenemos asegurado que si el afligido invoca al Señor él le escucha que hace transformar la propia situación de necesidad …aunque la necesidad persista..al ser percibida esperanzadamente “…Añade también que la oración de petición por otros es la más pura, la que antes escucha Dios”.
    Además, como finaliza la reflexión de José Arregui , cada uno somos responsable de encarnar el mandato divino del cuidado de esa persona necesitada y cercana, y es que la oración cristiana-en palabras del cardenal Martini, en un reciente libro sobre el tema , “tiene como punto de llegada el ponernos cada día más a disposición de quienes nos necesitan ,…. como Dios mismo lo está”

  • Javier Renobales Scheifler

     Dices, Félix que ‘Jesús en el evangelio insiste constantemente en que oremos y también en que pidamos’
     
    Pero es una mentalidad de otra época, arcaica, dominada por el pensamiento mágico que decía que Dios intervenía haciendo milagros …

    Jesús padeció esa mentalidad de su época, como persona humana de esa época que fue, pero eso no debe condenarnos a sus seguidores a perpetuar esa mentalidad de pensamiento mágico por los siglos de los siglos.
     
    El silencio de Dios que dices, Félix, es evidente, y además es lógico. Pues Dios, si existe, ha decidido que no le veamos y que no le oigamos y nos hace libres, de tal forma que Él no interviene en nuestras vidas. Si Él ha creado el universo, como creemos los cristianos (aunque no lo sabemos), es evidente que lo ha hecho de tal forma que lo que veamos y oígamos no sea a Dios sino a nosotros y a nuestro prójimo.
     
    A eso pues hemos de dedicarnos, no a Dios, entendiendo que Dios, si existe, ES en las personas humanas, en todo lo existente, pues todo ‘lo ha creado’ Dios y lo ha sujetado a la evolución de la vida, la humana también, sin más contacto con Dios que la obra de Dios que somos todos.
     
    El silencio de Dios no es ningún misterio: simplemente es una realidad más entre otras. Son los jerarcas, interesados en mantener cuanto más pensamiento mágico, los interesados en fabricar misterios por todas partes. Así nos tratan de colar mentiras enormes como esa de que Dios elige al Papa y gobierna la ICAR
     
    Dejemos de una vez por todas el pensamiento mágico todo lo posible, apartémoslo de nuestro modo de pensar y de vivir, que tenemos suficiente realidad al alcance de la mano que requiere toda nuestra atención y acción.
     
    Varias veces he dicho en Atrio que dejemos de hablar de Dios (puse que en el Catecismo de Wojtyla-Ratzinger de 1992 se menciona a Dios unas 3.000 veces aproximadamente. Es algo insufrible).
     
    En un link sobre Pagola que pusieron en Atrio hace unos días –lo busco si a alguien le interesa-, en unas 15 páginas mete Pagola la palabra Dios casi 200 veces.
     
    Y toda la misa católica gira en torno a Dios, lo cual es una grave desviación.
     
    Uno de los cánceres de la ICAR es hablar y hablar de Dios; y metérnoslo hasta en la sopa, Dios por aquí, Dios por allá, Dios en todo y sosteniéndolo todo y no podemos amar sin que el amor nos venga de Dios y … Es insano, para la mentalidad de hoy, a mi modesto modo de ver.

    Es evidente que podemos amar y muy bien, aunque Dios no exista.
     
    ‘Como si Dios no existiera’, decía Juan Luis Herrero del Pozo, y no era originalidad suya.
     
    A Dios sólo podemos contactarle contactando con el prójimo; si lo dejamos morir de hambre, asesinamos a lo que imaginamos es Dios.
     
    Este planteamiento tiene la ventaja de acercar (evangelizar) el mensaje de Jesús a los ateos, objetivo que debiera ser primordial para la ICAR.

  • M. Luisa

    A mi modo de ver en la oración de petición  hemos de ser conscientes de no pretender que por ella   haya de  producirse ningún  cambio en una de sus  dos direcciones  como efecto de la misma, sino  reconocer más bien  que ambas direcciones están en función   una de otra. Función no es acción. No se trata de una acción causal  porque  precisamente  lo que se pide  en la oración del Padre Nuestro, por ejemplo, el Reino de Dios,  está dado ya,  sólo se  requiere  mediante su funcionalidad  intrínseca y real  hacerlo  presente.

  • Félix García Moriyón

    Estoy sustancialmente de acuerdo con lo que plantea Arregi, en línea con la tradición más clásica de la teología cristiana y muy similar a lo que plantea otro gran teólogo actual, Juan Martín Velasco en su libro “Orar para vivir”.
    De todos modos, Jesús en el evangelio insiste constantemente en que oremos y en también en que pidamos, y que lo hagamos con fe para que nuestra petición sea atendida por el Padre que nos quiere, lo que no deja de situarnos ante una paradoja profunda: el silencio de Dios. Le pedimos que nos de el pan de cada día y sigue habiendo muchos que mueren de hambre y muchos más que malviven hambrientos, y viene la famosa queja que fundamenta el ateísmo: si puede y no responde, no es Dios. Creo que la respuesta la da el mismo Jesús en la noche anterior a su pasión: “si es posible, aparta de mi este cáliz…, peo no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Ante el misterio del silencio de Dios, nuestra oración nos ayuda a profundizar en nuestra confianza en Él: ese es el sentido del salmo 22 que Jesús inicia justo en el momento en el que el silencio de Dios es más duro y se queja de que le haya abandonado. Y los cristianos seguimos pidiendo y al mismo tiempo aceptando que se cumpla la voluntad de Dios y no la suya, sin perder la fe ni la esperanza ante la falta de respuesta de Dios a nuestras peticiones.
    Por eso mismo, en contra de lo que dicen Javier Renobales y María Núñez, los católicos, los cristianos en general, debemos siempre orar y pedir, y hablar de Dios. Claro está, hacerlo al mismo tiempo que intentamos hacer presente la justicia en un mundo injusto, y el amor en un mundo mancillado por el egoísmo. La acción transformadora de la sociedad y la  oración no son actividades incompatibles, sino que van profundamente unidas.

  • Rodrigo Olvera

    Interesante que una mujer agnostica muestra mas respeto, comprension y disposicion al dialogo, que algunos cristianos.
     
    http://www.redescristianas.net/2011/05/05/dialogo-interesantepilar-rahola-jose-ignacio-gonzalez-faus/
     
    Si, yo tambien creo que hay gente que cuando reza ama, que a pesar de creer se hace preguntas,  y que vale la pena reconocerles, respetarles… y no enjaretarles que por el solo hecho de no salir de la(s) Iglesia(s) es que son sumisos e irracionales.
     
    Interesante tambien el teologo que se apoya en el poeta Atahualpa: hay cosas más importantes que el que los hombres se ocupen de Dios
     
    Se me antoja proponer a Atrio hacer una moratoria de Dios. Que tal que por un mes (por poner una referencia) nadie mencione a Dios, nadie escriba ni comente de la(s) iglesia(s) ni sus jerarcas, ni de los textos religiosos? Que tal que por un mes solo se comente de lo que se esta haciendo, -al nivel de cada quien- por que las personas no escupan ni su sangre ni su dignidad?
     
    No se… quiza podria generarse una dinamica de encuentro diferente y mas estimulante.
     
    Que les parece? Valdria la pena experimentar un mes?
     

  • Mariana Núñez

    Si hemos amado alguna vez con ese amor que es plena confianza en el/la otrx, confianza para “fluir” sintiendo que el otro nos acompaña de todas formas, aún en desacuerdo, aún en la ausencia… bien, ese amor también se hace de palabras y gestos de ternura, de pasión, de gozo… Supongo entonces que hacer oración es decidirnos a ser conscientes de su Presencia habitándonos y habitando el mundo (como quiera que la imaginemos) para recrear nuestro vínculo como quiera que deseemos que sea. Sin dudas que será fecundo, como siempre es el amor.
    Gracias, maestro Arregui, por ofrecernos tanta sabiduría a manos llenas.
    Un abrazo. Mariana

  • Sarrionandia

    Si rezo en el padrenuestro «venga a nosotros tu reino» estoy pretendiendo cambiar de disposición a Dios? Lo mismo cuando digo: «hágase tu voluntad  en la tierra como en el cielo»
    Quién tiene que cambiar como efecto de la oración: Dios o yo?

  • Javier Renobales Scheifler

    Pues yo discrepo de plano.
     
    Si ya tengo confianza plena en Dios, ¿para qué se lo voy a manifestar de forma alguna, con una oración o escribiéndole un poema?
     
    La tengo, al confianza, imagino que Dios lo sabe, y punto. No necesito rezar para mostrarle mi confianza en Él a Dios.
     
    Lo mismo pasa con mis límites y mis impotencias; no necesito mostrárselas a Dios para nada, sino tratar de superar mis límites y mis impotencias.
     
    ¿Dios está en todo momento obrando en nuestro favor y para nuestro bien? Demasiada imaginación me parece. Que se lo digan a los que ‘se’ mueren de hambre y miseria a decenas de miles cada día.
     
    Dios no necesita para nada que yo le manifieste que creo que todo lo bueno me viene de Él.
     
    Tampoco necesita Dios que le de las gracias, ni que llore ante él …
     
    Lo que necesita Dios es que yo haga lo necesario para que nadie muera de hambre y miseria, para empezar. Y que yo haga felices a los que tengo a mano y puedo hacérselo, algo para que sean menos infelices o más felices.
     
    La única relación que podemos tener con Dios es a través de las personas necesitadas. Ésa es la única forma de ‘acoger’ a Dios.
     
    Eso debe de ser lo que significa la frase de Sobrino ‘fuera de los pobres no hay salvación’.
     
    NO hay otra oración a Dios más que ayudar al prójimo: eso es estar en comunión con el necesitado, o sea, con Dios.
     
    Perdemos el tiempo yendo a rezar a la iglesia mientras el prójimo nos necesita.
     
    Gastar el dinero en construir iglesias, basílicas y catedrales ‘para dar culto a Dios’ mientras el prójimo pasa necesidad, ofende a Dios, aunque enaltece la imagen de la ICAR.

  • mªpilar garcía

    Totalmente de acuerdo con José Arregui.

    “…Oramos para transformarnos nosotros mismos en dadores de Dios para nosotros mismos y los demás…”

    Así es mi mirada, también:

    “…Más bien, orar los unos por los otros es convertirse en intercesión mutua…”

    Es, como abandonarse totalmente en el “Otro/a” cuando me siento “desfallecer” de alguna manera, por las injusticias de este mundo, que siempre azotan a las mismas personas.

    ¡Gracias José Arregui! como siempre, sembrando “Buena Noticia” para quienes ansiamos:


    ¡¡¡Un mundo mejor, más justo, más cercano y entrañable!!!

    mª pilar

  • Juanel

     
    Lo que escribe José Arregui lo suscribo todo, pues es justo mi opinión. Dios nos da siempre todo, no hace las cosas mal o a medias o imperfectas. Oramos en petición para cambiar nosotros, para retomar más y mejor nuestra dirección hacia él. Gracias
    Sin embargo, el poema de José E. Galrreta lo tendría que retocar demasiado para que pudiera orar con él. Por ejemplo: yo puedo decir que creo en Dios “Todopoderoso” y lo digo en el Credo sin problemas, pero lo tengo necesariamente que matizar. Puedo decir que es creador del Cielo y Tierra pero “por”, “para” y “con” Jesús que es plenitud siempre, y como nosotros lo seremos también pues “por”, “para” y “con” el hombre y no necesariamente en el origen desde la nada.
    Etc.