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El amor entre Clara y Francisco de Asís

Francisco (†1226) y Clara (†1253), ambos de Asís, son dos de las más queridas figuras de la cristiandad, de las cuales podemos realmente enorgullecernos. Los dos unían tres grandes pasiones: por Cristo pobre y crucificado, por los pobres, especialmente los leprosos, y del uno por el otro. El amor por Cristo y por los pobres no disminuía en nada el amor profundo que los unía, mostrando que entre las personas que se consagran a Dios y al servicio de los otros puede existir verdadero amor y relaciones de gran ternura.

          Hay entre Francisco y Clara algo misterioso que conjuga Eros y Ágape, fascinación y transfiguración. Los relatos que se conservan de la época hablan de los encuentros frecuentes entre ellos. Sin embargo, «regulaban tales encuentros de manera que aquella divina atracción mutua pudiese pasar desapercibida a los ojos de la gente, evitando rumores públicos».

          Lógicamente, en una pequeñísima ciudad como Asís todos sabían todo de todos. Así, también del amor entre Clara y Francisco. Una leyenda antigua se refiere a esto con tiernísimo candor: «En cierta ocasión, Francisco había oído alusiones inconvenientes. Fue a Clara y le dijo: ¿Has oído, hermana, lo que el pueblo dice de nosotros? Clara no respondió. Sentía que su corazón se iba a parar y que si decía una sola palabra más, lloraría. Es tiempo de separarnos, dijo Francisco. Ve tú delante y antes de que caiga la noche habrás llegado al convento. Yo iré solo y te acompañaré de lejos, según me conduzca el Señor. Clara cayó de rodillas en medio del camino, poco después se repuso, se levantó y siguió caminando sin mirar hacia atrás. El camino atravesaba un bosque. De repente, ella se sintió sin fuerzas, sin consuelo y sin esperanza, sin una palabra de despedida antes de separarse de Francisco. Aguardó un poco. Padre, le dijo, ¿cuándo nos veremos de nuevo? Cuando llegue el verano, cuando vuelvan a florecer las rosas, respondió Francisco. Y entonces, en aquel momento, sucedió algo maravilloso: parecía que hubiera llegado el verano y miles y miles de flores irrumpían sobre los campos cubiertos de nieve. Tras el asombro inicial, Clara se apresuró a coger un ramillete de rosas y lo puso en las manos de Francisco». Y la leyenda termina diciendo: «A partir de ese momento Francisco y Clara nunca más se separaron».

          Estamos ante el lenguaje simbólico de las leyendas. Son ellas las que guardan el significado de los hechos primordiales del corazón y del amor. «Francisco y Clara nunca más se separaron», es decir, supieron articular su mutuo amor con el amor a Cristo y a los pobres de tal forma que era un solo gran amor. Efectivamente jamás salió uno del corazón del otro. Un testigo de la canonización de Clara dice con grazie que a ella Francisco «le parecía oro de tal forma claro y luminoso que ella se veía también toda clara y luminosa como en un espejo». ¿Se puede expresar mejor la fusión de amor entre dos personas de excepcional grandeza de alma?

          En sus búsquedas y dudas ambos se consultaban, y buscaban un camino en la oración. Un relato biográfico de la época cuenta: «Una vez, Francisco, cansado, llegó a una fuente de aguas cristalinas y se inclinó a mirar durante largos instantes esas aguas claras. Después, volvió en sí y dijo alegremente a su íntimo amigo fray León: Fray León, ovejita de Dios, ¿qué crees que vi en las aguas claras de la fuente? La luna, que se refleja ahí dentro, respondió fray León. No, hermano, no vi la luna, sino el rostro de nuestra hermana Clara, lleno de santa alegría, de suerte que todas mis tristezas desaparecieron».

          Ahora en 2011 se celebran los 800 años de la fundación de la Segunda Orden, las Clarisas, por Clara. El relato histórico no podría estar más cargado de densidad amorosa. Francisco convino con Clara que, bellamente ataviada, la noche del domingo de Ramos huyese de casa y viniese a encontrarlo en la capillita que había construido, la Porciúncula. En efecto, ella huyó de casa y llegó a la iglesita donde estaban Francisco y sus compañeros con antorchas encendidas. Alegres, la recibieron con aplausos y con inmenso cariño. Francisco le cortó sus hermosos cabellos rubios. Era el símbolo de su entrada en el nuevo camino religioso. Ahora eran dos en un solo y mismo camino y hasta hoy «nunca más se separaron».

36 comentarios

  • oscar varela

    Hola!
     
    Me llega esto de Leonardo Balderrain, que menudeo.
     
    El Erotismo, no chatarra cristiana
    -De San Francisco a Jerónimo Podestá-
     
    “Cuando tengas que hacer un esfuerzo por amar a alguien o ser feliz, no lo conseguirás”- Sri Ravi Shankar –
     
    ¿Por qué tantas parejas cristianas no pueden salir de la patria común del desencanto?.
    ¿La resignación  cristiana es diabólica?
    ¿Cómo se sabe si estoy en una gran historia de amor o en la pura obstinación?
     
    El desencanto cultural y la sociedad depresiva hace que hombres y mujeres cristianas puedan decir “no soy feliz pero tengo marido”. Esto se puede alinear con teologías “opio del pueblo” que enseñan que más se acercan a Dios los que más sufren sobre todo en sus desenlaces afectivos.
     
    ¿Esta resignación es fruto del Espíritu o del “hombre viejo” donde advienen las energías más tóxicas (diablos)?
     
    El gran secreto de oro para vivir una gran relación es respetarse a uno mismo.
     
    Se cree a veces  que se está viviendo “el amor de la vida” porque uno se sacrifica y deja de lado su  vida.
     
    El amor verdadero y desintoxicado es estímulo, lleva a estar bien, entusiastas, progresar, ser creativos, vivir en paz.
     
    La principal fuente de frustración al nivel de pareja es querer cambiar al otro.
     
    La terapia actual busca sanar las heridas del niño interior y alimentar bien la mente subconsciente, pues ella siempre ejecuta lo que lleva dentro. Si hay muchas cosas que molestan del otro, inconscientemente uno se está diciendo que es la persona errónea y que quiere cambiarla.
     
    Lo mejor que nos podría pasar sería que acontezca en nuestra vida lo que más deseamos en lo profundo del alma…y lo que anhelamos con toda el alma, tarde o temprano acontece.
     
    Transcribo dos cartas: una de francisco de Asís  y otra de Jerónimo Podestá a sus respectivas parejas que parecen translucir la danza entre Shiva y Shakti del hinduismo.
     
    Parecen curiosamente inspiradas por el mismo Espíritu que genera los valores necesarios: sana paciencia, entrega gozosa, fascinación, orgasmo cósmico.
     
    Dice el Francesco en sus últimos días a Chiara:
    + “Me imaginaba apretando tu mano a lo largo de los caminos, de aldea en aldea, de pueblo en pueblo. Siempre me acusaba…, pero cada vez en el secreto de mi corazón, una fuerza  me decía que eso era bello y justo porque Dios vivía en nosotros, que Él era Uno… no uno y dos huyendo uno del otro continuamente…”.
     
    Jerónimo a Clelia:
    + “Todo el tiempo pensando en vos y extrañando mi mano vacía que no tenía otra mano para agarrar entre los dedos, una mano que reconocería inmediatamente, al tacto, al primer contacto, con los ojos cerrados y los oídos tapados después de mil años de ausencia.
     
    Una mano que siento siempre en la mía aunque no la estreche entre mis dedos, una mano quizá sea lo más bueno de todo tu ser,(quizá el primer miembro de tu cuerpo por el que dejas correr tu bondad y tu amor), porque es lo primero que vuelve a mi cuando nos peleamos, cuando todavía tus ojos no me miran, cuando aun tu mirada me es esquiva y tus labios no me hablan con dulzura, siempre tu mano se aviene a enlazarse con la mía ¿te habías dado cuenta?.
     
    Pero yo soy tan tonto que a veces te tomo la mano y sigo discutiendo con palabras y palabras en vez de callarme y llevarte silenciosamente de la mano y dejar que nuestras manos conversen como saben hacerlo, aun cuando nuestras mentes ni nuestras palabras sean capaces de conversar y entonces alguna vez –no por la mano- sino por culpa de las palabras, tu mano se sacude de la mía…Tendré que aprender alguna vez, tendré que aprender de una vez…”
     
    Carta del exilio. De Jerónimo Podestá a Clelia Luro Perú -1975 
     
    *(obispo de avellaneda Presidio su boda don Helder Cámara. Para muchos sacerdotes argentinos y del mundo en su “exilio” por su política, por su económica y sobre todo por su erótica  está en el sueño del primer concilio de Asís y de la iglesia que está viniendo)
     

  • Gabriel Sánchez

    Una aclaración que el apuro me impidio hacer, el texto que aporte, si bien me identifica plenamente, supongo que para muchos de ustedes es artoreconocible, se trata del libro YO CREO EN LA ESPERANZA DEL MAESTRO JOSE MARIA DIEZ-ALEGRIA…

  • Rodrigo Olvera

    Quizá no fui claro.
    Hay tres etapas:
    a) Obispo de un diócesis real
    b) Forzamiento de renuncia (que Jerónimo siempre consideró inválida)  y obispado de una diócesis inexistente
    c) Suspensión ad divinis.
    Clelia y Jerónimo no vivieron en plenitud su unión hasta la tercera etapa.
    Al menos, eso es lo que se desprende de las declaraciones de Clelia, a las cuales les doy toda mi confianza

  • Rodrigo Olvera

    Clelia declaró públicamente que no vivieron bajo el mismo techo hasta después de que Jerónimo fue suspendido ad divinis del ministerio (lo que implica que le fue retirado el reconocimiento como obispo, ni siquiera como obispo de una diócesis inexistente). Ella misma declaró que Jerónimo fue obediente (incluso menciona que sumiso) hasta después de la manipulación política de su renuncia como obispo.
    De modo que la intuición original de MAR era correcta. Eso no habla mal de Jerónimo y Clelia, sino de la estructura de poder en la Iglesia Católica. Creo que vale la pena respetar los hechos tal como fueron.
    Saludos

  • MAR Medina

    Lo que he querido destacar, desde mi primer comentario, es que no son antagónicas la entrega al evangelio con la vivencia del amor, tal como se presente, sin necesidad de amputarlo o esquivarlo, sublimarlo o renunciar a él. La aureola de romanticismo que adorna el amor entre Francisco y Clara no es ajena al sacrificio de algo grande y valioso por algo grande y valioso. Demasiados sacrificios en la manera tradicional de interpretar el cristianismo.
     
    Sin embargo Jerónimo y Clelia no renunciaron. Muchos siglos después que Francisco y Clara ellos tuvieron claro que entregar la vida por el evangelio y vivir el amor entre un hombre y una mujer no son incompatibles. Ellos lo tuvieron claro, como la mayoría de los cristianos, como los sacerdotes casados, pero quien no lo tiene claro es la curia vaticana, empeñada en imponer el celibato para sus sacerdotes, monjes y monjas.
     
    Ahora entiendo mejor la conservación del título de obispo de Jerónimo Podestá (obispos como Jerónimo Podestá, Helder Cámara, Pedro Casáldiga y tantos otros que han dado ejemplo de su auténtico compromiso cristiano sí me parecen modelo de servicio a los demás), mantuvo un pulso firme, no se rindió, pese a todo, un ejemplo de la firmeza y autenticidad de su compromiso cristiano. Por el contrario, sigo viendo en la estructura vaticana una vieja, rancia y tenebrosa institución.
     
    Gracias, Antonio Duato, por tu aclaración y tu testimonio personal. Un abrazo

  • mªpilar garcía

    ¡¡¡Gracias Oscar, por este extraordinario trabajo que nos presentas!!!

    Ciertamente era (y sigue siendo) un hombre íntegro, entregado, ¡Bueno y libre!

    Por lo que fue… “ninguneado” por sus “hermanos”.

    Clelia, la mujer fuerte, firme, y caminante incansable, para que sea reconocido y amado su esposo y obispo Jerónimo Podesta.

    ¡¡¡Admirables ambos!!!

    Es natural, que siguiera firmando como obispo, dado, que según el magisterio de la iglesia, el sacramento del orden, imprime carácter, no se puede “borrar”.

    Haga lo que haga el “consagrado” sigue siendo clérigo, y en su caso obispo.
    Con una clara vocación de servicio y lucha, en beneficio de los más débiles; así vivió siempre, nunca dejó de sentir  esa “llamada” de entrega, servicio, desde el Amor como creyente y seguidor profundo del Mensaje de Jesús.

    mª pilar

  • Antonio Duato

    Sí, Mar, esos son los datos escuetos de Wikipedia sobre Jerónimo, un hombre extraordinario.
    Pero se podría decir tanto… Yo agradezco a Oscar que haya publicado unas notas y unas cartas que descubren cómo un obispo de Avellaneda, periferia de Nuenos Aires, llegó a ser considerado “el principal enemigo del régimen” en la dictadura. En esa correspondencia de Perteagudo con Perón se descubre la maniobra, con intercambio de favores, para que el nuncio (y las fuerzas anticonciliares de Roma) le forzaran la dimisión. Trajeron la carta del card. Cicognani “aceptando” una dimisión que él nunca había pedido y unos días después de haber explicado todo a Pablo VI, quien dijo que le apoyaba.
    El motivo entre el mundillo es su estrecha colaboración con una mujer militante con gran empuje, Clelia, entonces de cuarenta y tantos años. Dejó de ser Obispo de Avellaneda pero conservó el título de Obispo, con una diócesis ficticia (Orrea de Aninico), como le pasa ahora al francés Gaillot, obispo de Partenia. Se dedicó a seguir de animador de los Curas del Tercer Mundo (corriente progresista en la lína de la teología de la liberación que entonces empezaba) y de los sacerdotes casados. En ese destierro eclesial, al que siguió el destierro político, se produjo el encuentro pleno de Jerónimo con Claudia, siendo aún obispo pero sin encargo patoral oficial. Mientras lo tuvo él defendió a los sacerdotes casados, obró con lealtad a su Iglesia y, así me confesaron los dos, no tuvieron relaciones sexuales. Pero después manifestaron y consumaron plenamente su amor y se dedicaron a animar a los sacerdotes casados principalmente.
    Para mí Jerónimo permanece como figura viva, uno de los hombres más íntegros y cristianos que he conocido en mi vida.
    Es curioso que lo conocí cuando yo tenía 15 años y él 27, en Comillas, donde yo empezaba estudios y él hacía Derecho Canónico, ya sacerdote. Le ayudaba a veces a misa y era como un ídolo para mí, por su elegancia y amabilidad.
    Después seguí sus avatares de lejos. Pero en 1991, cuando María y yo nos habíamos ya casado y esperábamos nuestro primer hijo, vinieron Clelia y él por Valencia y los tuvimos de huéspedes un día, incluida excursión a la Albufera. Fué un encuentro memorable, de esos que provocan un especial chispazo de sintonía. Creo que Oscar se ha referido a esa especial amistad que permaneció hasta su muerte y permanece con Clelia.
    Yo creo firmamente que el amor de Jerónimo y Clelia fue tan humano y divino, con tanto Eros y tanto Agapé, como pudo ser el de Francisco y Clara. Intimidad humana en plenitud, lo más sagrado y lo más profano o carnal. Él expone muy bien en uno de los texto que aporta Oscar.

  • Gabriel Sánchez

    Quiero terminar aquí con un recuerdo concreto. En julio de 1969, al fin de un viaje a Yugoeslavia para dar conferencias a sacerdotes, me detuve un día en Dubrovnik para una visita turística. Era maravilloso el recorrido de la muralla, a pico sobre el mar, con la sugestión de los torreones medie-vales. Yo gozaba solo del espectáculo, rodeado de parejas de jóvenes, que pululaban por todas partes. Me sentía en comunión de simpatía con aquellos chicos y chicas, que no se dedicaban allí a hacer el amor, sino a gozar del sol, del mar y de la belleza del castillo, pero desde una situación de compañía erótico-amistosa. Yo, por mi parte, giraba mi visita sin ninguna amargura o nostalgia in-terna de solitario en medio de parejas que viven un momento de dicha. Pero no necesitaba actuar (ascéticamente) la presencia de Dios para no estar solo. Como aquellos jóvenes no se dedicaban allí y entonces a hacer el amor, sino a gozar de la tarde y del espectáculo, y esto en la plenitud personal del estar en compañía (más o menos real y logrado), así yo paseaba «estando en compañía», viviendo esto, sin tener que pensar en ello con una disciplina artificial.
    Tal es el horizonte existencial en que se desenvuelve, como vida, mi fe.

  • MAR Medina

    Hola Oscar. Ya siento haberte obligado a aportar tanta información por mi causa.

    Yo no conozco la historia de Jerónimo y Clelia más allá de tus citas, así que antes de escribir aquí miré algún artículo sobre este personaje de gran calado -cuyo compromiso evangélico no pongo en duda, precisamente por eso acepté la comparación entre ambas parejas- de quien y leí que renunció al obispado por su relación con Clelia. No en uno, sino en varios sitios.

    Copio un párrafo de su biografía del artículo de Wikipedia:
    En 1966 Podestá conoce a Clelia Luro, una mujer separada y con seis hijos, con la que inició una relación sentimental que lo llevaría a renunciar al obispado en 1967. Años más tarde, en 1972, fue suspendido de su estado clerical y en ese mismo año se casa con Clelia. El alejamiento de la diócesis fue motivado por la acusación del presidente de facto Juan Carlos Onganía de que Podestá era el «principal enemigo de la Revolución», sumado al enfrentamiento personal que Podestá tenía con el nuncio apostólico, monseñor Humberto Mozzoni.[3]

    Veo sin embargo que sigue firmando, en las cartas que aportas y en su web, como obispo, pero, ¿lo era realmente en la institución? No entiendo como conciliar tu afirmación con lo que hay publicado, salvo que fuera reconocido obispo por la iglesia (pueblo de dios), pero no por el aparato vaticano (iglesia institucional) -que, dicho sea de paso, condena sin remilgos y trata como adúlteros a los separados que se vuelven a casar-, lo que no haría sino reafirmarme en el verdadero valor de las cosas…

    Saludos cordiales

  • fernando

    Aclaración… la última figura se traduce también: “a prueba de cínicos”

  • fernando

    No se puede prescindir de la sexualidad, porque somos seres sexuados. Si de la genitalidad. Pero dejando al lado las discusiones bizantinas, quisiera volver los ojos a la des-apropiación de Francisco y Clara. Las imágenes que presentan en el artículo de Boff destilan y suscitan ternura, “compasión-misericordia” y una fidelidad probada en el altar de los cínicos.
    paz y bien

  • pepe sala

    Amigo Oscar, tu esfuerzo es verdaderamente encomiable.
     
    Estoy seguro que ésta información que nos brindas es tan importante que merecería tratamiento específico.
     
    Y me duele el ” alma” ( casi hasta los “güevos”) por el hecho de que un Obispo  tuviese la mismas inquietudes que un jodido fontanero y  tuviese tan poco éxito en su HONRADA lucha como el jodido fontanero en la suya.
     
    Esto que se plantea en el texto, mi querido Oscar, sigue vigente en España ¿ Argentina, Mexico, Guatemala, EE.UU…?
     
    “”Nuestra lucha contra las torturas y la represión despiadada parecía  un eco de la “voz que clama  en el desierto”, pero no cejamos en el intento de llegar a la conciencia pública por cualquier medio apto.

    De este empeño surgió esta Carta Abierta al Papa. Me movió a hacerla como carta abierta, no solo el hecho de que mis cartas se perdían en la burocracia del Vaticano sino  también el deseo de romper el impactante contraste de una  iglesia que se ocupó  de un poderoso pero no  se inquietó  por los
    torturados””.
    ———————
    Las cartas actuales también se pierden en la burocracia de la Moncloa, en el Vaticano, en las casa Blancas y negras y en la conciencia de los canallas que siguen silenciando y silenciosos ante tanta barbárie que nos ATERRA. ( y quien aterra al Pueblo es un puto TERRORISTA. Y ahora no me estaba refieriendo a ETA.)

    Pues éso…

  • oscar varela

    Hola!
     
    Y sigo con tres CARTAS ABIERTAS:
     
    Ahora para mostrar el lado “Eclesial” del obispo Podestá, “carga” que ejerció con Clelia, siempre.
    ………………
     

    1- Carta Abierta al Papa Pablo VI
     
    Nuestra lucha contra las torturas y la represión despiadada parecía  un eco de la “voz que clama  en el desierto”, pero no cejamos en el intento de llegar a la conciencia pública por cualquier medio apto.
     
     De este empeño surgió esta Carta Abierta al Papa. Me movió a hacerla como carta abierta, no solo el hecho de que mis cartas se perdían en la burocracia del Vaticano sino  también el deseo de romper el impactante contraste de una  iglesia que se ocupó  de un poderoso pero no  se inquietó  por los
    torturados
    ······························
    A su S.S. Pablo VI.
    Buenos Aires, 21 de abril de 1972
     
    Con el respeto que me merece la “presidencia en el  Amor”’ con que desde los orígenes  se designó a la Cátedra Romana , me dirijo hoy a quien la ocupa y lo hago públicamente, en defensa de  valores que no deben ser ocultados.
     
    Son ciertamente justas y humanas las condolencias del Papa ante una muerte injusta que ha conmovido el sentir internacional. Pero la muerte del Dr. Sallustro (Nota al pie) no es un hecho aislado.
     
    La fidelidad al Evangelio me obliga a repudiar todos los crímenes políticos,  secuestros, torturas, y muertes, de  cualquier bando que sean.
     
    En momentos culminantes – cuando salí públicamente a interceder por la vida del Dr. Sallustro moría víctima de las torturas un obrero  de apellido Monti.
     
    La tardía y sospechosa desmentida de las autoridades ahonda  en la opinión pública la convicción de que se trata de un hecho más – entre  muchos- de incalificable barbarie. Las responsabilidades por el trágico desenlace del Dr. Sallustro y de otros alevosos crímenes deberían ser claramente deslindadas.
     
    Me  duele que la Iglesia pueda aparecer como interesándose única o principalmente por la vida de los poderosos o justificando – en actitud parcial- al sistema opresor y represor.
     
    Es muy evidente que la verdad y la justicia no están de un solo lado, como tampoco la violencia y la barbarie.
     
    El hecho en sí, doloroso y repudiable, se inscribe en un contexto que parece reproducir las expresiones más angustiosas de su Encíclica El Desarrollo de los Pueblos.
     
    La nación argentina sufre las consecuencias del sistema del capitalismo y liberalismo sin freno impuesto por la dictadura del capitalismo internacional que, en la Encíclica mencionada, se califica de” nefasto sistema, fuente de tantos sufrimientos, injusticias y luchas fratricidas”.
     
    El pueblo argentino es de aquellos pueblos donde los pobres han adquirido conciencia de su miseria no merecida Y donde todos, al tener mayor conciencia de su dignidad, se rebelan contra el escándalo de disparidades hirientes, no  sólo en el goce de los bienes, sino todavía más en el ejercicio del poder.
     
    Mientras gran número de argentinos se ven condenados a vivir en condiciones que hacen ilusorio este legítimo deseo, el pueblo aspira a una sociedad donde el esfuerzo humano esté concertado para reducir las desigualdades, combatir las discriminaciones, liberar al hombre de la esclavitud y hacerlo por sí mismo agente responsable de su mejoramiento material, de su progreso moral y de su desarrollo espiritual.  El pueblo argentino quiere convertirse en gestor de su propio destino y vivir en un mundo donde paz, justicia y libertad no sean palabras vanas.
     
    Las palabras del Papa – que entonces decían de una situación que debía “enfrentarse valerosamente y que exige sin demora reformas  urgentes  y realizar transformaciones audaces profundamente renovadoras” que  se aplican particularmente a nuestra patria.
     
    Ya en octubre del año pasado, en conferencia dada en Roma, alerté sobre esta situación que hoy hace eclosión ante el mundo.
     
    Hoy quiero, además, informar al Padre Común sobre el porqué de algunas actitudes mías y de un número creciente de cristianos que queremos  construir un mundo nuevo de acuerdo a una renovada visión del Evangelio.
     
    +Jerónimo Podestá – Obispo
     
    Nota: Refiriéndose a la muerte trágica del Dr. Sallustro. El Papa Pablo VI, al enviar sus condolencias, dijo que era un hecho de incalificable barbarie.  Es justo, pues, que esa calificación se aplique también -y con mayor razón, si cabe- a los fallecidos por la tortura o que desaparecieron definitivamente como consecuencia de la represión.
    ······················
     
    2- Carta abierta a la Asamblea de los Obispos (extracto)
     
    Como en años anteriores también en 1972, con motivo de la Asamblea  del Episcopado, envié una carta a los obispos que fue entregada a cada uno de ellos , porque estaba dirigida a todos aunque en el encabezamiento se dirige a Monseñor Tortolo como Presidente de la Asamble
     
     Presento en primer lugar mi protesta porque en la reunión anterior se juzgaron duramente actitudes  mías, sin  que yo estuviera presente para defender mi postura cosa que yo había pedido expresamente, porque no aceptaba un juicio a mis espaldas.
     
    En segundo  lugar critico severamente la actitud de la Iglesia Argentina porque durante todo este año la casi totalidad de los obispos publicaron cartas Pastorales referidas al terreno de la moral donde no se denunciaron las verdaderas causas del desorden social.
    (la carta completa figura  en el Apéndice del Libro)
    ···············
    Año 1972 
    Monseñor Adolfo Tortolo
    Presidente de la Conferencia Episcopal Argentina
     
    “…No puedo dejar, una vez más, en estos cuatro años de silencio, maduración y dolor mezclado al gozo que vivo, de romper mi silencio para entregar con la responsabilidad que pesa sobre mi, un aporte personal,  fruto de una Fe robustecida y probada, con la brevedad y sencillez que me permite una carta…” (…)
     
    “…Los sacerdotes en esta hora no sólo nos piden comprensión, mayores libertades y mejores condiciones de vida para el pueblo. Por lo general están en búsqueda de un compromiso más auténtico. Lo que piden es una mayor participación  y por sobre todo lo que exigen en nosotros es la Luz.. .El Pastor no puede temer a lo que brota  en la conciencia de los hombres, porque sabe que la luz de la Revelación y de la Fe está para comprender mejor  la verdad que se gesta en la historia (…)
     
    …Se busca un nuevo tipo de sacerdote, un nuevo concepto, una nueva imagen, que en realidad es redescubrir el antiguo y primigenio rostro de Cristo…”
     
    “…En cuanto al celibato, se lo trata sin hondura, defendiendo su valor por  tradición, pero sin desentrañar su valor antropológico y sin pensar en la verdad y la riqueza que puede traer consigo el sacerdocio-matrimonio…Además el misterio de la complementariedad de los sexos, se plantea el misterio de  Salvación de la mujer  y la función  de corredentora  que la mujer puede tener junto al sacerdote  plenificándolo  como hombre y por eso también como sacerdote, con el aporte de la sensibilidad o intuición  y demás dones que Dios le dio. ¿No será un medio para gestar un hombre nuevo en este mundo nuevo?
     
    …No sería prudente eliminar esta ley sino en función de un nuevo valor que aflora en el mundo y que es preciso auscultar: la pareja en vocación, dando un nuevo testimonio más auténtico del misterio de –Cristo y su Iglesia- una dimensión nueva del sacerdocio, porque realizaría en la Gracia Sacerdotal de Cristo, la imagen del hombre y la mujer como fue en el principio, en el Plan de Dios…Sólo desde esta perspectiva puede analizarse este tema sin ofender a la Creación y sin una vejación a la mujer…”(…)
     
    “…En la Argentina no podemos ignorar que más de cinco años de gobierno militar no han producido el menor cambio en las estructuras, sino que han agravado los desequilibrios y tensiones que son inherentes al sistema.  De ahí la espiral de violencia generada por una dialéctica inexorable…
     
    …No podemos condenar unilateralmente la violencia. Si condenamos otras formas de violencia también debemos condenar sin disimulo las inhumanas torturas empleadas sistemáticamente ¿Qué respeto puede merecer el poder público y la investidura que lo mancilla  con tales procedimientos? ¿Qué aprobación puede merecer un sistema que necesita de tan bárbaro método para defenderse?  Obreros muertos en las calles, profesionales secuestrados y desaparecidos definitivamente , mujeres detenidas y sádicamente violadas , madres sometidas al aborto por la aplicación de brutales torturas …¿ Qué se puede pretender cuando la autoridad pretende imponer el orden con la represión brutal y usa peores métodos  que los que quiere combatir? El mal ejemplo de “arriba” es lo más corrupto y reprochable- Estos son hechos ya corrientes ¿Qué juicio moral puede merecer la hipocresía que pretende ignorarlos?
     
    Se acusa  a sacerdotes de hacer política; la denuncia de situaciones injustas  puede muy bien responder al Evangelio aunque tenga resonancias políticas. Pero el silencio culpable frente a graves violaciones  de la dignidad humana además de una seria responsabilidad  moral, significa una evidente complicidad política.
     
    Hace años fue excomulgado el poder público responsable de la quema de  templos materiales. Hoy el poder público es responsable de la quema de templos vivos.
     
    Aun en la guerra son inaceptables ciertas violencias. La más degradante para las personas y  la sociedad   es este tipo de violencia sádica, ejercida con incalificable impunidad  y abuso de poder.
     
    Como ciudadanos tenemos el derecho y el deber de exigir el cumplimiento de la Constitución ; como representantes del Evangelio la grave obligación de recordar el principio intangible de que no hay ninguna razón de Estado que pueda convalidar la tortura y los métodos discriminatorios y vejatorios. Estoy persuadido de que la Iglesia debería pronunciarse además contra la persecución ideológica que entrañan las leyes represivas y muy particularmente  contra la pena de  muerte. La pena de  muerte  nada resuelve, su ejecución  traerá graves consecuencias.
     
    En algunos casos de asesinato político, la opinión pública exige un total esclarecimiento, otros han sucedido en forma tal, que hace dudosa la determinación de verdaderos autores y finalmente hay otros  que moralmente son atribuibles a los excesos de la represión. ¿Se aplicará también  la pena de muerte a los responsables  de los muertos en las cárceles  o después de haber sido detenidos por la fuerza pública? Es increíble el descrédito   y la imagen lúgubre que las llamadas fuerzas del orden tienen ante una gran parte de la población.
     
    Condenar la violencia significa, en primer lugar, atacar violentamente las causas que la genera, el nudo de la cuestión radica en el campo de la justicia social. A diario se comenten maniobras alimentadas, protegidas y toleradas por el sistema en beneficio del capital y en detrimento del país y de su clase trabajadora….Todo el funcionamiento y la estructura del sistema son inmorales…a través de una clase dominante se estructura un enorme aparato de poder para una férrea defensa de su condición de privilegio. De ahí el encono que provoca la actitud del grupo tercermundista que rompe  sus ataduras con el sistema.
     
    El evidente condicionamiento del poder político y la connivencia de importantísimos sectores del poder militar a los intereses de esos grupos, han logrado consolidar en nuestra patria una línea de conducción económica  que ha engendrado la pauperización del pueblo y la enajenación de la riqueza nacional.
     
    La expoliación del pueblo tiene índices elocuentes e irrefutables: la desigual distribución de la riqueza nacional, que acusa un marcado retroceso en desmedro de los trabajadores con relación a períodos anteriores, el bajo índice de la mano de obra dentro de los rubros del costo de producción frente  a la elevada incidencia del costo financiero, la evidente insuficiencia del salario; el alza incontrolada del costo de la vida; la usura generalizada , la especulación en todas las formas, la desmesurada fuga de capitales…La circunstancia de que en muchos casos no es fácil individualizar a los verdaderos y directos responsables, no basta para que esta situación de pecado no sea denunciada.
     
    Pero hay más. La presión ejercida por el poder político sobre las organizaciones obreras y el sostenido trabajo de corrupción que el sistema ha ejercido sobre la conducción obrera, constituyen uno de los  más graves elementos de inmoralidad pública…La grave crisis del sindicalismo argentino que a pesar de sus deficiencias colocaba a la Argentina en una relevante posición de progreso social se está pagando con el precio de tremenda frustración y sordo resentimiento del sector laboral….
     
    La mentira- oficialmente impuesta por la clase dominante hace tres lustros- de que nuestro desorden debía achacarse a los abusos de la clase obrera, ya no puede sostenerse más.”(…)
    …. ¿Qué puede extrañarnos pues que se acentúen cada vez más las tendencias a favor de la instauración de un sistema socialista  ¿No es acaso este un signo de los tiempos?¿ Quién puede condenar en nombre de Cristo la propuesta de socializar los medios de producción en pro  de un socialismo humanista? ¿Quién puede anatematizar la afirmación de que un sistema socialista puede estar más acorde con el Evangelio que el sistema capitalista? ¿Qué significa esa sociedad de participación propiciada por el Episcopado en Medellín sino una marcha hacia el socialismo?…
    “La decantada salida institucional gestada en medio de tanta confusión engaño y pactos políticos no tocará ningún problema de fondo. Aunque llegara a concretarse de una manera más o menos “decorosa” sólo significará un aparente traslado de responsabilidades, pero los problemas quedarán intactos, sino agravados.
     
    Por eso nuestro pronunciamiento no puede ser postergado, so pena que lo que se institucionalice  sea una situación de mayor colapso. El verdadero “juego limpio”  debe comenzar ya ahora, ya mismo. El poder de facto debe terminar con el sistema represivo y no irritarse, sino dar simples garantías para la libre expresión de los anhelos populares. El juego limpio consiste en que todos, personas, grupos y sectores asumamos nuestras responsabilidades, hablemos en verdad frente  al pueblo de la patria, renunciando a cualquier cálculo o maniobra política. Esto vale para el actual gobierno o para los aspirantes a serlo. El pueblo quiere juego limpio, pero limpio de verdad, por parte de todos y en primer lugar de la Iglesia cuyo silencio y cuya complicidad serán duramente juzgados.”
     
    +Jerónimo Podestá –  Ex Obispo de Avellaneda
    ………………….. 
     
    3- Carta Abierta a Pablo VI
     
    La indignación y grave preocupación que me  produjo la masacre de Trelew me movieron a hacer pública una nueva carta abierta a Pablo VI. 
     
    En 1971 familiares y abogados de presos políticos accedieron a la Asamblea de los obispos para interesarlos en el problema de las torturas sin encontrar respuesta satisfactoria.
     
    En 1972 reiteraron su visita al Episcopado para que se definiera frente a los sucesos de Trelew, recibiendo por respuesta una clara negativa a pesar de que 2 ó 3 obispos quisieron hacer algo. 
     
    Por mi parte denuncié la matanza tanto en la Conferencia de Prensa de la Asociación Gremial de Abogados (que se realizó en la calle porque una bomba estalló en el local unos minutos antes) como en una audición de TV en la misma  ciudad de Trelew.
     
    Para contrarrestar el silencio de la Iglesia Oficial y para prevenir a Roma de las posibles represalias y acusaciones, publiqué además esta carta al Papa.
    ………………… 
    Buenos Aires, 23 de agosto de 1972
    A S.S. el Papa Pablo VI  – Roma
     
    En el mes de abril de 1972, a raíz de algunos graves sucesos acaecidos en la Argentina, hice pública una carta dirigida a Su Santidad. En aquella ocasión, después de repudiar todos los crímenes políticos – secuestros,  torturas y muertes- de uno u otro bando, hice pública mi convicción de que la verdad y la justicia no están de un solo lado, como tampoco la violencia y la barbarie (a pesar de que así se lo quiere presentar oficialmente), y manifesté mi preocupación porque la Iglesia pudiera aparecer como interesándose única o principalmente por la vida de los poderosos o justificando – en actitud parcial- al sistema opresor y represor..
     
    Estas consideraciones cobran viva actualidad ante los últimos y gravísimos  acontecimientos ocurridos en la Argentina, que han culminado en un espantoso baño de sangre y en una exacerbada represión.
     
    En forma que sorprende a la opinión pública, de diecinueve detenidos bajo la responsabilidad militar en la base aeronaval de Trelew, dieciséis asesinados y tres han quedado gravemente heridos, en un episodio que se pretende justificar por el intento de evasión de los presos.
     
    Sea cual fuere la calificación legal (delincuentes comunes, como dice el gobierno, o presos políticos, como dicen muchas agrupaciones y hombres representativos) los detenidos no eran moral, cultural y psicológicamente, vulgares criminales.  Pero, en cualquier hipótesis, el hecho en sí resulta bochornoso por la desproporción entre los medios de ataque y defensa y el resultado de la violencia.
     
    Las explicaciones oficiales no aquietan la conciencia pública, pues bajo ningún punto de vista resulta justificable  el hecho de que al ser retirados de sus celdas a las tres de la madrugada, bajo fuerte custodia armada, diecinueve detenidos terminaran literalmente barridos por la metralla.
     
    En el marco de un pueblo dolorido y atemorizado, algunos voceros aceptan fríamente la represalia como episodio de una guerra tendida hacia una escalada en la que no habrá cuartel ni piedad, mientras en otros sectores ha quedado la convicción o la duda de una masacre ilógica e injustificada.
     
    En conciencia no puedo dejar de advertir la tremenda responsabilidad de la hora presente que nos proyecta hacia un futuro sombrío, porque la espiral de violencia no podrá ser superada con la fuerza de las armas, sino con las armas de la verdad y la justicia…
     
    Personas responsables me han advertido de los riesgos de cualquier pronunciamiento ante esta situación.  Es por eso que, con la libertad del Evangelio hago pública esta carta personal en la que, como Obispo de la Iglesia, quiero exponer al Papa el contexto que me ha movido a manifestar mi cristiana solidaridad con las víctimas de estos luctuosos sucesos y con el acongojado dolor de sus familiares.
     
    +Jerónimo J. Podestá – Obispo titular de Orrea de Aninico

    ……………

  • oscar varela

    Hola!
     
    Avalo lo antedicho en torno a la persona de Jerónimo Podestá, con algunos Documentos de su lucha junto a Clelia por la causa de la vida humana en Argentina y Sudamericana, que aparecerán en el Libro mencionado.
     
    NOTA mía: me tomo este trabajo -y el que quiera la molestia de leerlo- porque la Argentina de HOY se va encontrando, si no en la misma, sí en una similar coyuntura vital socio-política, después del fallecimiento de Néstor Kirchner, y de la consiguiente profundización de la Revolución Nacional de la actual Presidenta Cristina Fernández.
    – Pienso en los lectores “argentinos” y “sudamericanos” que frecuentan ATRIO.org, sn descartar a los españoles y alguno que otro más; pero estos relatos son de una historia “nacional”.
    ················
    PODESTÁ:
    Aquí debo al lector una aclaración sobre el trasfondo político de toda la cuestión. En Buenos Aires yo había intercedido y obtenido la libertad de Héctor Villalón, quien de inmediato se conectó con Perteagudo. Entre él y algunos otros amigos se planeó  un encuentro mío con Perón, quien se encontraba muy solo e incluso con deudas sobre su casa de Madrid.
     
    La actividad política estaba paralizada en la Argentina, aparentemente por un largo tiempo, y en  consecuencia los jerarcas sindicales ya no gravitaban  hacia Madrid sino que trataban de ubicarse dentro del gobierno de Onganía.
     
    Entre Villalón y algunos amigos, se planeó un encuentro. Yo  que en ningún  momento había comprometido mi visita,  fui con Clelia , fuimos a hablar con él , y él nos dio su impresión del momento que se vivía, pero más allá del impacto que nos causó su presencia , debo decir que yo vi a un señor entrado en años , entrado en la ancianidad y muy acosado  para cumplir su misión y  muy vacilante, no era el  señor estratega, el político quien maneja los  hilos, no.
     
    En cambio, dos personajes que como pequeños acosadores  López Rega e Isabelita, lo presionaban, lo pinchaban, lo impulsaban, lo contradecían. Perón decía una cosa, no, no, el General Perón quiere decir esto, esto, y esto. Quedamos en regresar, pero no lo hicimos
     
    En mi  lugar envié  a Madrid a Perteagudo, con una carta para Perón, y allí los dos convinieron en un plan de acción que podría sintetizarse en un concepto: “Movimiento Nacional”’. (Expresión de ese mismo concepto básico, habría de ser el Plan de Unión Nacional  -más conocido como Plan Perteagudo- lanzado el año pasado y que de algún modo orientó la política del peronismo, pero que hubiera sido  decisivo si se lo hubiera llevado adelante con seriedad y grandeza, pero que se frustró por la mezquindad de miras de los jefes políticos.)
     
    La revista Imagen del País era el centro y vocero de ese trabajo.  En otra ocasión habré de historiar este proceso que pretendía desembocar en lo que nosotros denominamos MORENA, o sea Movimiento Revolucionario Nacional.  Lo único que quiero destacar ahora es que no se trataba de un confuso movimiento político”, como dice el Nuncio en su nota, sino de una muy clara visión política.
     
    Yo no intentaba liderar  un movimiento político ni asumir su conducción; el mismo proceso debía producir sus propios conductores entre quienes  tuvieran la  capacidad y vocación.
     
    Yo intentaba, sí, ser el portavoz de una nueva conciencia  humana y nacional de Justicia.
     
    No pretendía romper el cerco que Onganía había impuesto a la actividad política pero sí aprovechar el vacío, para crear una nueva conciencia Política – con mayúscula -.
     
    No pretendía ser “ungido” por Perón ni por nadie.  Por eso, molestó que el peronismo quisiera utilizar mezquinamente mis conferencias y pretendiera darles un tinte marcadamente partidario.
     
    Si Onganía hubiera entendido, se habría dado cuenta  que yo no era el principal enemigo de la Revolución Argentina, sino que yo podía abrir el único cauce de salida para una verdadera y auténtica Revolución.
     
     Si los peronistas hubieran entendido, se habrían dado cuenta que no es posible la Revolución fuera de un gran movimiento de unión nacional.
     
    La carta que envié a Perón se me  perdió, pero en cambio he aquí su respuesta
    ·················
    CARTA DE PERÓN
     
    Madrid, 24 de septiembre 1967
    Al Señor obispo de Avellaneda
    Don Jerónimo.  Podestá
    De mi mayor consideración:
     
    He recibido su amable carta del 20 de septiembre próximo pasado como asimismo a su amigo Don Ezequiel Perteagudo, con quien hemos conversado largamente sobre nuestra situación, como él le podrá informar de viva voz a su regreso.  Efectivamente, como usted me dice en su carta, se trata de un compatriota evolucionado y con pensamientos muy claros y justos, con quien hemos podido compartir comunes inquietudes y afanes patrióticos en un momento en que el destino argentino necesita de toda la grandeza y desprendimiento de sus hijos.
     
    Pienso, como ustedes, en la necesidad de conformar un gran movimiento nacional que, recuperando la soberanía popular perdida en 1955, sea también capaz de echar nuevas bases, indispensables para encarar las soluciones de fondo que el país y su pueblo están reclamando y que sin un Gobierno capacitado, que cuente con el apoyo orgánico del pueblo, nadie podrá realizar en forma que los argentinos tengamos algo que agradecerle.
     
    He seguido con verdadero y vivo interés la campaña de afirmación que realizan en apoyo de los claros postulados de la “Encíclica Populorum Progressio” y por compartirla en todas sus partes, le hago llegar mi más absoluta solidaridad.  Esta sabia y prudente Encíclica viene ahora a dar la razón a nuestros veinticinco años de lucha por impulsar una evolución v realizar  una reforma incruenta que cerrara el camino de una lucha violenta que cada día se perfila más hacia horizontes tenebrosos.
     
    Aprovecho la oportunidad para agradecerle las amabilidades que dispensó a mi señora en la oportunidad de su viaje al país y de las cuales ella me ha informado con verdadera emoción y agradecimiento.
    .Espero y anhelo las realizaciones en que están empeñados para bien del país que ya no aguanta más desatinos.  Le ruego que, con mi consideración, acepte mi más afectuoso saludo.
     
    Juan Perón
    ···················
    PERON   “EL CASO PODESTÁ”
     
    1- Carta de Ezequiel Perteagudo al General Perón
     
    Buenos Aires 12 de diciembre 1967
    Querido amigo:
     
    El episodio vivido por monseñor Podestá me impulsa a escribirle. Seguramente usted estará enterado por la prensa de ciertos detalles.  Yo quiero relatarle algunos entretelones que condujeron los hechos a la actual situación, de la cual trataremos de sacar el mejor partido, de acuerdo con el mismo monseñor Podestá.
     
    A fines de julio, a instancias de algunos ministros que deseaban  que Podestá hablara con Onganía, se concertó una entrevista en el despacho de éste último.  La misma fue muy dura.  Muy nervioso, temblándole los labios mientras hablaba (esto  según  relato de Podestá), Onganía se expresó con violencia.  Le manifestó a Podestá que era el “enemigo más peligroso que tenía la Revoluci6n Argentina”.  Que los Balbín y los Illía no le preocupaban.  Lo instó a no “meterse” en política, y ya que lo hacía que le indicara qué era lo que, a su entender y saber debía hacerse.
     
    Podestá le manifestó que allí estaban las Encíclicas sobre todo la Populorum Progressio y que con ellas bien se podía gobernar…Le recordó, asimismo que, por otra parte, él, Onganía, se había comprometido a hacerlo así.
     
    Luego de este episodio, algunos oficiales de Campo de Mayo le preguntaron a  Onganía qué alcances había tenido la conversación con Podestá.  Aquel respondió con un memorando en el que aseguraba que le había exigido al obispo de Avellaneda que no se extralimitara en sus funciones de sacerdote y que no es metiera más a hablar contra la Revolucí6n Argentina.
     
    La actividad de Podestá fue, en todo caso, por lo menos una  prueba de que las exigencias si habían existido, no preocupaban demasiado al obispo.  De todas maneras Onganía  hace más de dos meses viene informando a amigos que ya lo tiene “cocinado” al obispo.  Lo cierto es que entre las altas jerarquías preconciliares de la Iglesia Argentina y el gobierno, se ha establecido una táctica tendiente a deshacerse de Podestá.  Hay evidencias de un acuerdo entre el gobierno, monseñor Plaza y el Nuncio.  He aquí los hechos.  Hace ya unos seis meses me llamó Basilio Serrano para interesar, a través mío  a algunos amigos en la compra del Banco Popular de La Plata.  Le pedí una confimaoi6n de que realmente había posibilidades de quedarse con la institución y él, al cabo de un tiempo me informó que los liquidadores del Banco Central estaban trabajando en la mencionada institución y que no había ningún tipo de solución.  Que dada la circunstancia,  los antecedentes y la resolución final estaban ahora en manos de Onganía.
     
    Se esperaba, pues, un escándalo en el cual estarían involucrados Plaza y Mozzoni, ambos asociados al amigo Rogelio Frigerio en el negocio  Lo cierto es que el escándalo no se produjo y que -según se afirma- los problemas del Banco Popular de La Plata estarían en vías de arreglarse  Ello habría sido posible mediante un intercambio de favores a Plaza y al Nuncio. Le moverían el piso a Podestá y el gobierno haría la vista gorda  en el caso del mencionado Banco, facilitando “arreglos”.
     
    Cuando el Nuncio le solicitó la renuncia, Podestá viajó a Roma para entrevistarse con el Papa.  Esta entrevista se realizó y pese a que algunas agencias extranjeras aseguran que no.  El Papa (que se halla bastante mal, al punto de que se teme por su vida) le aseguró a Podestá que nada pasaría, que se volviera tranquilo a la Argentina; que él le dispensaba su confianza y que le respondería una carta que este le había entregado explicando los hechos.
     
    Tres días después de haber regresado Podestá a Buenos Aires, se recibe de Roma la aceptación de su renuncia al obispado de Avellaneda.  Ello motivó una declaración de Podestá,-acusando al Nuncio y afirmando que su renuncia solo sería válida cuando fuera  recibido por el Papa.  Esta exigencia se debió al hecho de que la aceptación de su renuncia la firmaba monseñor  Cicognani quien tiene a su cargo el manejo del Vaticano, mientras dura la convalecencia del Papa.
     
    Gicognani es preconciliar y con é1 Plaza y el Nuncio arreglaron los detalles de la renuncia de Podestá que iba a negarse a entregar el obispado.  Una posterior confirmación de la aceptación de su renuncia -también firmada por Cicognani- lo hizo desistir.  Entiende é1 que esto hubiese podido crear un conflicto de imprevisibles alcances.  La decisión de Podestá no pudo ser modificada y así entregó el obispado.
     
    Aparentemente han ganado el gobierno y el sector  preconciliar de la Iglesia. Pero tanto aquel como éste se han equivocado y el gobierno ya tiene que pagar su error. Pero lo cierto es que el suceso ha creado un nuevo motivo de efervescencia, no sólo en el clero, sino que en todos los niveles ciudadanos.
     
    Podestá está ahora a la espera de hechos concretos por parte de los sectores políticos y sindicales, en el sentido de buscar salidas a la situación nacional para sumarse, desde su ángulo de sacerdote a las mismas.  Por eso se quedará en la Argentina manteniendo contactos con los sectores postconociliares de la Iglesia y tratando de acrecentar su influencia.
     
    Creo que si hacemos avanzar el encuentro que propiciamos entre todos los sectores nacionales vamos a cumplir con nuestra parte.
     
    Sus palabras de guía y aliento tanto para mí como para Alberte permitirán—seguramente-  hallar los caminos más rápidos.
     
    Reciba de mi parte los recuerdos más afectuosos.
     
    Ezequiel Perteagudo
    ····················
    2- Carta del General Perón a Perteagudo
     
    MADRID, 18 de diciembre de 1967
    Señor  Ezequiel Perteagudo.
     
    Mi   querido amigo:
     
    He recibido su carta del 12 pasado y le agradezco las informaciones como sus amistosas  palabras y las explicaciones sobre el “Caso Podestá” que, si se lo sabe aprovechar bien, podrá ser muy útil no solo para el propio Monseñor sino para la propia situación del país y nuestras inquietudes.
     
    Veo por las publicaciones que este asunto ha comenzado, pero no ha terminado..Si los trabajadores, los peronistas y los sacerdotes obreros, proceden bien, esto, en el campo político, puede dar mucho. Ahora no podemos dejar a Monseñor Podestá en la estacada, no solo por él, sino también por la razón que tiene y la verdad que sostiene. Encarna en mi concepto la causa que debemos  sostener también nosotros desde el ángulo que él, precisamente, no puede actuar.  Su posición, por ahora debe ser la de “mártir”, y él no debe luchar: nosotros debemos hacerlo por él. Verá usted los efectos a cierto plazo.  En todas estas causas, los mártires son indispensables y él tiene condiciones especiales para eso.  No hay que apurarse.
     
    Le adjunto un articulito para “Imagen”: “Así se escribe la historia”, en el que deseo desenmascarar a unos canallas  que parece que se la han tomado conmigo.
     
     Como yo conozco ya mucho de esta técnica publicitaria yanqui, creo que lo mejor es desenmascararlos de entrada: así se acaban porque ya no pueden especular con que son revistas argentinas. Esta “Siete Días Ilustrados” es del  grupo “Time- Lífe”  y publicará reportajes inexistentes como el que me atribuyen en el número que menciono.
     
    Ya le dedicaré algunas otras cosas a los yanquis que  por lo que se ve “Quieren Lola”.  Si a Usted le parece, para que tenga actualidad este Atíulo,  conviene publicarlo cuanto antes.  Usted debe tener allí un  adelanto de dos Artículos. Tan pronto pueda le mando otro más, para que tenga  cuatro de reserva. Temo siempre que, por falta de adaptación a la situación reinante allí, pueda no estar en los temas, por eso le ruego que me diga si voy bien.
     
    He visto que todo lo armado por los militares ha quedado en veremos. Yo ya sabía que sería así porque la crisis esta siempre a la hora de salir. Si se resuelven a hacerlo, creo que no habrá problema pero, lo que será un verdadero problema, será el hacerlos salir.  Por eso nosotros debemos seguir con nuestras cosas y nuestra preparación, si después ellos salen, mejor, de lo contrario no hay que  depender de ellos.  Es muy aleatoria la conducta de esta clase de revolucionarios, yo lo sé por experiencia, porque he asistido a muchas de estas asonadas que  luego quedan en “aprontes”.
     
    Aprovecho el viaje de una Señora compañera y amiga para hacerle llegar estas pocas palabras junto con mi saludo y nuestros mejores deseos para usted y su familia en estas Navidades y Año Nuevo que les auguramos prósperos y felices.
     
     No deje de mandarme la Revista cuando pueda: tengo hasta el número 25 del 16 de noviembre.  No deje de avisarme si le parece que yo escriba algo sobre el asunto  de Monseñor Podestá en relación con la política pre  y pos conciliar.  No he querido hacer nada de esto porque no quiero “meter el dedo en el ventilador”, desde que este asunto ha de tratarse con cuidado por el propio Monseñor.
     
    Saludos a los suyos y a los amigos
     
    Un gran abrazo
     
    Juan Perón
    ····················
    3- Carta de Podestá al Gral perón
     
    REFLEXIÓN previa:
     
    A través de estas cartas queda de manifiesto mi constante preocupación por el país, preocupación que indudablemente incluye como aspecto fundamental su encauzamiento  y transformación política.  En mi correspondencia con los sacerdotes del Tercer Mundo manifesté mi preocupación por un pronunciamiento del Movimiento en cuanto tal, que pudiera significar una opción de tipo partidista, pero al mismo tiempo no oculté mi convicción de que en el compromiso personal del sacerdote hay un ineludible aspecto político – máxime en los momentos de coyunturas – aunque no siempre puedan definirse con precisión los límites de este aspecto del compromiso sacerdotal.
     
    Tampoco puede criticase a priori que un sacerdote lleve su compromiso hasta una opción partidista, aunque en principio esto deba considerarse más bien como una excepción
    Por mi parte siempre eludí toda definición y todo compromiso que se  situara en el  plano de la política pequeña, o de la acción  partidista.
     
    Terminado el período de la presidencia de Onganía, y más precisamente a, partir de la apertura del así llamado proceso de institucionalización, nuestra gran preocupación fue la de aglutinar a todos los hombres y sectores que compartieran decididamente el proyecto de una auténtica Revolución Nacional.
     
    Se trabajó en las bases y se hicieron contactos en los más variados  niveles con dirigentes de todo tipo, en el campo de la juventud, en el campo gremial y en el campo político.  Llegamos a la conclusión de que el terreno estaba fundamentalmente maduro, a pesar de las dificultades de tipo personalista que afloran permanentemente en esta clase  de tareas. (Dicho sea de paso, nadie cree que alguien pueda trabajar desinteresadamente, sin ambiciones personales porque todos hacen sus cálculos y nadie quiere perder posiciones. El principio evangélico de que ‘lo demás vendrá por añadidura” está ausente de la política, aunque debería  ser el gran principio de  los verdaderos políticos.)
     
    Avanzado el proceso “institucionalizador”, con todas sus trabas y  condicionamientos,  fue necesario  volver a tomar contacto directo con Perón, para saber a qué atenerse. Perteagudo le llevó el fruto de nuestros  trabajos y experiencias y recibió el encargo de llevar adelante el Plan de Unión Nacional, definido por Perón como el instrumento para realizar la unidad estructural y conceptual de nuestra comunidad.
     
    Era evidente que los planes de Perón, y su visión política de la Argentina de hoy, coincidían con algo que yo siento profundamente: la necesidad de superar antagonismos de camiseta para poder jugar el gran partido de la Revolución Nacional. Por eso, y porque de inmediato surgieron las prevenciones y susceptibilidades de los que calculan para medrar o de los que temen perder posiciones, me decidí a apoyar la misión que Perón confiara a Perteagudo.
     
    Hoy, después del triunfo electoral del Frente, este concepto político me resulta aun más evidente. Sin grandeza no hay Política Grande, y sin ella no saldremos adelante.  La era de las políticas está terminada y la opción argentina es muy  evidente. Quien pretenda hacer prevalecer su grupo o su sector, se anota  de antemano entre los perdedores y ni siquiera la sombra de Perón podrá salvarlo, porque Perón en definitiva no lo apoyará, porque no quiere perdedores.
     
    Sin Unión Nacional no hay ni habrá Revolución Nacional. Pero adviértase bien  que  no es Unión Nacional, ni  política de grandeza, la que se haga por acuerdos de camarillas o de ‘aparatos” partidarios, para  distribuir cargos, diagramar posiciones o distribuir áreas de influencia.
     
    Esto deben tenerlo presente, en primer lugar quienes se dicen amigos de Perón, y en segundo  lugar, quienes se le “arriman”  para medrar.  La conciencia argentina es hoy, más que nunca: Unión Nacional en y para la Revolución Nacional.
    ·················
    LA CARTA:
     
    Buenos Aires, 3 de noviembre de 1972
    Al Sr. General  Juan D. Perón
    Madrid
     
    De mi mayor estima:
     
    Informado personal y directamente por el amigo Perteagudo del proyecto que le confiara de coordinar la realización de una Asamblea de Unidad Nacional presidida por ud., entendí de inmediato la enorme – por no decir definitiva- proyección de esta gran propuesta.
     
    En vista de la gran expectativa que  ha despertado el Plan, no he titubeado en hacer pública mi personal adhesión, que significa también un desafío para el pronunciamiento de otros sectores.  Al mismo tiempo que le adjunto dicha declaración, siento la necesidad de hacerle llegar mis convicciones al respecto.
     
    Me resulta evidente que el Plan cuenta ya con la formal adhesión de todos los sectores que de una u otra manera están en la línea popular.  Tal como ha sido propuesto, el Plan ha impresionado  a los más sagaces dirigentes políticos, causando entre ellos un gran entusiasmo y expectativa, sobre todo entre los que más sinceramente anhelan una salida, y al mismo tiempo ha causado preocupación entre aquellos que esperan medrar con la trampa.
     
    La prueba más evidente de ello es la confabulación del silencio y el intento evidente de minimizar el proyecto, junto con el nerviosismo demostrado por los máximos exponentes del elenco de gobierno.
     
    Si la conmoción no ha sido total, es porque la ambigüedad y reticencia de la conducción justicialista  aquí, han dado la impresión de estar saboteando el Plan. Pero para  los más sagaces resulta el plan más inteligente y la única salida que queda frente a la trampa, la claudicación y el transfuguismo.
     
    La expectativa está planteada.  Mientras tanto Perteagudo ha trabajado como gigante, en medio de este ambiente deteriorante, y con gran altura ha acatado la verticalidad del movimiento y ha aceptado heroicamente la incomprensible e incalificable actitud de quienes debían prestarle su más total y entusiasta apoyo.
     
    A pesar de todo, el ambiente está dispuesto para un lanzamiento definitivamente victorioso del Plan, en el momento en que esta actitud deteriorante se transforme en apoyo incondicional y entusiasta.  A mi entender solo falta que el general haga sonar la trompeta y movilice a jefes y oficiales.
     
    Ayer he estado reunido con un grupo muy  representativo de sacerdotes del Tercer Mundo, y hemos analizado y discutido a fondo la situación y los planes que hoy corren.
     
    Es evidente que el reclamo de las bases, que esperan y confían en el retorno de su líder, no puede ser desoído de ningún modo.
     
    Pero el enemigo del pueblo es tramposo y malo.  Entonces, Perón debe volver, pero Perón puede volver en buenas o en muy malas condiciones.
     
    ¿Son acaso amigos de Perón quienes se  empeñan en hacerlo volver, movilizando solo un aparato de propaganda, pero sin haber creado una verdadera estructura política que asegure la incolumnidad y la eficacia de su retorno para que la frustración del  pueblo no sea total y definitiva?
     
    Perón debe volver de cualquier manera, pero es elemental y necesario intentar antes, aquello que hará factible v válidamente eficaz su retorno.
     
    Me hubiera gustado decirle esto personalmente y ampliar estos conceptos. También estoy dispuesto a prestar  mi apoyo al Plan, pero es necesario  que además de una colaboración franca y leal del movimiento, ud. también lo apoye con todo y no retacee hablar un idioma auténticamente claro  y  revolucionario. Estoy convencido de que entonces comenzará a producirse el cambió revolucionario que prenderá en Argentina y en Latinoamérica  y ud. pasará a la historia  por la puerta más grande y retornará a la Argentina con la más franca victoria.
     
    Un abrazo, y que Dios lo ilumine y lo libre de sus amigos, porque de sus enemigos se sabe cuidar solo.
     
    +Jerónimo Podestá – Obispo titular de Orrea de Aninico
    ·····················
    DECLARACIÓN SOBRE LA COYUNTURA POLITICA
     
    Casi simultáneamente con la carta anterior dirigida al General Perón, y para dar publicidad a mi postura en esa coyuntura política entregué a los diarios la siguiente nota
    Debo advertir que el Dr. Cámpora me había invitado  a la segunda reunión del Savoy, donde aparentemente el Frente de Unión Nacional, aparecía como un hecho, pues todos los allí presentes de los más variados grupos políticos se pronunciaron unánimemente por una transformación revolucionaria, reconociendo como cauce de la misma, el movimiento popular mayoritario del peronismo y la necesidad de que su Líder no fuera proscrito. Pero luego todo quedó en palabras. 
     
    DECLARACIÓN A LA PRENSA
     
    Ante una coyuntura particularmente decisiva de nuestra historia política y ante el espectáculo deteriorante de indecisiones y cálculos con que se confunde y se pretende defraudar una vez más al pueblo, que debería ser el verdadero protagonista, he decidido levantar mi voz y pronunciarme públicamente, tomando como centro la convocatoria de Perón a una Asamblea de Unidad Nacional.
     
    Ante un proyecto ya lanzado al público, he esperado en vano la reacción también pública y clara de muchos de  aquellos sectores que se dicen fieles intérpretes de las verdaderas aspiraciones del pueblo argentino.
     
    Nuestro pueblo, nuestro auténtico pueblo, está más allá de todos los cálculos de aquellos que se dicen dirigentes y ansían salir del estancamiento en que lo sumiera la frustración de 1955.  Por eso ansía el retorno de  Juan  Domingo Perón, a  quién consideran su más indiscutido  líder, pero ansía un retorno para la paz y la reconstrucción nacional.
     
    No espera una simple alianza táctica ni la sola confluencia de corrientes políticas, sino la gestación de un nuevo proyecto político bajo el signo de la justicia social y de la liberación nacional, en momentos en que ese mismo pueblo padece la mayor angustia y sufrimiento, como consecuencia de una profunda crisis económica que tiene al país completamente hipotecado.
     
    La convocatoria electoral que se avecina  rápidamente a fechas declaradas irrevocables, exige un doble y urgente quehacer:
     
    a) la búsqueda de una normalización institucional;
    b) la realización de  un proceso de profunda realización en la vida política, social y económica.
     
    No habrá alumbramiento de esta gestión laboriosa en la política nacional sin la condición fundamental de lograr un instrumento cívico que permita a los argentinos actuar con fundamental coincidencia y unidad.
     
    A nadie puede escapar, pues, la trascendental importancia que en estos momentos adquiere la convocatoria de Perón, para realizar la unidad estructural y conceptual de nuestra comunidad.  De esta manera se colocará al pueblo de la República en el camino de la gestación de esa gran empresa de la liberación nacional – política, social, cultural y humana- y se lo encaminará por la senda del esfuerzo y del sacrificio desinteresado y más allá de los rótulos y de los egoísmos personales, pero dentro del gran cauce de las aspiraciones populares.
     
    Por esto, el camino trazado por esta convocatoria es el único que en la actualidad se abre hacia un futuro histórico de reconciliación, de justicia y de grandeza.
     
    Entiendo, con mi palabra, concretar una contribución de argentino y de sacerdote, en esta hora en que la comunidad nacional se avecina peligrosamente a un callejón sin salida, es decir al vacío y al caos, que solo pueden desembocar en la guerra civil o en la dictadura opresora.
     
    + Jerónimo José Podestá
    Obispo titular  de Orrea de Aninico
    ··················
    NOTA posterior:
     
    a -Si los jefes políticos hubieran tenido un poco más de dimensión y coherencia se hubieran evitado los tristes episodios y maniobras para elegir primero un elenco gobernante que debió renunciar a los pocos días de su asunción al mando, para dar paso a un nuevo proceso de maniobras políticas.
     
    b- Si los políticos hubieran sabido superar la mezquindad de su visión  política y de sus objetivos partidistas, se hubiera  podido elaborar un proyecto político de profundas y coherentes transformaciones, avalado y respaldado por la casi totalidad del pueblo y de las agrupaciones políticas y sociales,  y se hubieran evitado en gran medida  los vaivenes y tensiones entre sectores y las especulaciones de los grupos oportunistas que hoy agitan y condicionan al gobierno político.
    ···················

  • oscar varela

    Hola MAR Medina!

    Decías: -“¿pudo acaso Jerónimo seguir siendo obispo y amar plenamente a Clélia? Claro que no.”-

    Te respondo que “¡Claro que sí!

    Jerónimo Podestá fue nombrado Obispo de la Diócesis Orrea de Anímico.

    Todos sus escritos los firmaba con ese “cargo”;
    o, en su defecto, precedido siempre por una cruz “episcopal”.

    * Institucionalmente jamás dejó de ser “cristiano” de la Iglesia “oficial”.

    * Personalemente fue re-conocido por una gran cantidad de Obispos, Monjes, Clérigos y Laicos.
    Empezando por Dom Helder Cámara, quien siempre ben-dijo y colaboró en el Camino tan particular “dentro” de la Iglesia Institución. Lo mismo hablar de tantos que ya murieron (Mons. Mendez Arceo -Cuernavaca; etc.) o aun siguen vivos como Pedro Casaldáliga (quien prologó algún Libro de Clelia), etc.

    Lo que señalé de Leonardo a Clelia-Jerónimo consta en la dedicatoria de un Libro de Leonardo a ellos.

    Para hacerlo más personal en este blog: ATRIO.org podría señalar el testimonio que podrían dar Antonio Duato y María A.

    ¿Hace falta más todavía? – Pues a sus Escritos me remito (ya 8 Libros y toda la Documentación-Archivo en “La Casa del Encuentro” en Av Gaona – Bs. As.).

    A propósito -y ya lo hube anticipado en Atrio.org- el mes próximo Clelia Luro presentará en la Feria del Libro – Bs. As. (una de las más importantes del mundo hispano-parlante … y demás) su 9º Libro: “Jerónimo Podestá, un hombre entre los hombres” – Una Biografía post mortem (ya expliqué el porqué de ese extraño sub-titulo).

    Lo que no dije y ahora lo doy como primicia en Atrio.org es que en Mayo/2011 Clelia Luro de Podestá, con sus 85 años a cuestas, expondrá el tal Libro en la misma Roma, desde donde se los intentó masacrar. Estas son cosas que se hacen por un amor de servicio, que estimo “cristiano”.

    Pero no hay que confundirse. Lo importante del Libro y de la vida de Jerónimo (y Clelia-compañera de vida y lucha) no queda acaprado en un asunto “eclesiástico”. La dimensión de esta pareja es de “Vida humana”: Social y Política. Me pregunto ¿quién de ustedes sabe acerca de estas trayectorias de la vida de ellos, que fuera -tal vez- el motivo hondo y secreto para que la cúpula vaticana en complot con el gobierno argentino lo defenestraran? ¿Conocen las relaciones habidas para que Perón vuelva “en signo de paz y unión de los argentinos”, para un 3er. mandato presidencial; y las luchas que lo hicieron fracasar?

    Podestá no es un asunto de curitas y polleras, más que en la sucia mente de quienes tienen “curitas y polleras”. Es un argentino, “hombre entre los hombres”. De eso darán testimonio los Documentos (todos “públicos” en su momento histórico) del Libro, que, por eso, rondará en las 700 páginas.
    ················
    AGREGADO personal: El que Podestá no haya solicitado ninguna “reducción” canónica de su “estado episcopal”; y que Clelia haya estado y siga con-corde en esa posición, no obsta que yo sí la haya solicitado (la “reducción al estado laical”), pues soy de otra generación y sentimiento vital, a la que “no le va ni le viene” en demasía esas cuestiones.

    Tampoco quiere decir “mi postura” que sea la verdadera a seguir, fuera de que lo sea “para mí”.

    Pero esto es un asunto de “fuerzas” diferentes, aunque convergentes, a tener en cuenta para la actualización del “reino de dios” (asunto que estamos dilucido-aprendiendo con el Marcos de Salvador Santos).
    ···········
    Gracias MAR por darme la ocasión de ¿aclarar? algunas cositas; en especial a quienes se estiman haber “acaparado” toda la realidad de la Fe de Jesús.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • ana rodrigo

    Manuel V., tú has escrito ” ni comparación con el Sr. Boff y su amiga…”

  • pepe sala

    Una historiuca para Manuel V.:
     
    Tuve un compañero en la ” puta mili” que se reenganchó como chusquero… para toda la vida. Se reenganchó de cabo primero.
    El tipo era de lo más curioso. Tenía el oficio de chapista de coches ( en aquella época bien cotizados), era de Torrelavega ( Cantabria) y tenía un ardor gerrero difícil de superar.
     
    Como le gustaba tanto el asunto militar era cumplidor de normas hasta el hastío: INSOPORTABLE.
     
    Nos encontramos en las garitas de los cañones de la costa de Cabo Villano ( Bizcaia) donde se hacían las guardias nocturnas, y extrañamente el cabo se había emborrachado como una cuba. La falta de costumbre le soltó la lengua y algunos soldados le ayudamos ” psicológicamente” a que soltase más de lo que le hubiese gustado contar.
     
    — ¿ Qué te pasa, cabo?, qué raro que te hayas desmadrado estando de guardia…
     
    — Mi novia me ha escrito y me dice que que no quiere seguir conmigo…con lo que yo la he respetado. La he tenido desnuda en mi cama y la he respetado y ahora me hace ésto.
     
    Lloraba como un niño borracho. Uno de los soldados ( juro que yo no fui)  le soltó:
     
    — ¿ No crees que te ha podido dejar por haberla ” respetado” demasiado?….
     
    Moraleja:  Sabiendo que ” picha dura no cree en Dios”, yo no me trago lo del amor platónico si la ocasión requiere de otro tipo de asuntos.
    Y como ” el fuego tras de la estopa viene el diablu y sopla”, a mí que no me vengan con tontadas;  que el Francisco ( Paco para los amigos) cayó en la tentación… o la novia le dejó por otro y se tuvo que reenganchar en la ICAR.
     
    Buenas noches, pues.

  • Manuel V.

    ana:
    Otrosí:
    Cleria y Jerónimo se comparan con Clara y Francisco por su amor y su compromiso cristiano, aunque, por fortuna, en esos largos siglos que median entre ambas parejas, los primeros pudieron vivir plenamente su amor sin renunciar a su compromiso cristiano, los segundos, a lo que parece, no.

    ¡millones de años luz!

  • Manuel V.

    Ana:
    Se ha equivocado con el instrumento o con el diapasón.
    Otros son los que hacen referencias a situaciones similares… No dudo que Francisco y Clara fueron mucho mejores que yo, basta con ver sus obras.  Lea…

    “Lo aludo porque –hablando ayer con Clelia le dije de este Art. de Leonardo sobre Clara y Francisco. 
    – “Precisamente –me empezó a contar Clelia- Leonardo nos parangonaba con ellos, pero en el Siglo XX”- “

  • ana rodrigo

    Manuel V, siempre dando la nota, ¿qué tiene que ver Boff aquí aparte de escribir el artículo? ¿Acaso se ha comparado él con los protagonistas del artículo? Seguro que Francisco y Clara también fueron mejores que tú y que yo, ¿y qué? ¡Qué impertinencia!

  • Manuel V.

    Nadie ha demonizado la relación entre Francisco y Clara, ellos la tuvieron y la tiene clara desde su origen. Poco eros y mucha Charitas. Lo de Francisco y Clara np spn realtos de bobadas de santos varones y mujeres, es un ralato real de amor a Jesucristo… ni comparación con el Sr. Boff y su amiga… ¡millones de años luz! Clara y Francisco dieron el salto de la Fe, no el salto del afecto… menuda inutilidad de vida, para esoambos lo tenían mucho mejor con sus bienes materiales. ¡Ellos eligieron lo mejor. por encima de lo bueno!

  • MAR Medina

    Cleria y Jerónimo se comparan con Clara y Francisco por su amor y su compromiso cristiano, aunque, por fortuna, en esos largos siglos que median entre ambas parejas, los primeros pudieron vivir plenamente su amor sin renunciar a su compromiso cristiano, los segundos, a lo que parece, no.
    Aunque en realidad no han cambiado demasiado las cosas, pues ¿pudo acaso Jerónimo seguir siendo obispo y amar plenamente a Clélia? Claro que no.

    Queda mucho por cambiar en las mentes de muchos jerifaltes de la curia, que siguen exigiendo el celibato para sus clérigos. La vivencia plena de la sexualidad sigue siendo motivo de sospecha.

  • Carmen (Almendralejo)

    La líbido se puede acallar con un buen plato en la mesa… con un buen rezo, comococo… y como no con aquello de ser fundad*s, nada más y menos que no sentir un buen orgamos sexual, pero sí muchos espiritual de ese orgullo bananero de ser quienes organicen un buen cotarro para meter a chicas y chicos por el buen camino de ¿…?
    Las cosas que hay que escuchar y ver.
    Y yo con estos pelos

  • oscar varela

    Hola paco y ana!
     
    Leonardo Boff sigue amigo de Clelia Luro como cuando lo fuera con Jerónimo Podestá.
     
    Lo aludo porque –hablando ayer con Clelia le dije de este Art. de Leonardo sobre Clara y Francisco.
     
    – “Precisamente –me empezó a contar Clelia- Leonardo nos parangonaba con ellos, pero en el Siglo XX”-
    ············
    A raíz, entonces, de esas “dudas” sexo-sensuales, que van quedando de soslayo es que copio el testimonio directo de ellos (Jerónimo y Clelia).
     
    Está en un librito “testimonial” de Curas casados titulado “El VATICANO dice NO” –parecido, tal vez, al que acaba de editar Tere Cortéz del MOCEOP. El de Clelia-Jerónimo es del año 1992.
     
    Copio lo que acá interesa (de págs. 42/43). Escribe Jerónimo:
    ·····························
    “No quiero soslayar el aspecto físico de nuestra unión; de ninguna manera pretendo reducirla a su aspecto espiritual, sino testimoniar que hemos gozado de una plenitud insospechada.
     
    Creo haber dicho ya que nuestro encuentro podía expresarse diciendo que nuestras almas se tocaron. Cuando decidimos llevar nuestra unión a su plenitud, incluyendo todas las realidades físicas, ya sabíamos que era un “misterio grande”. No teníamos el menor asomo de temor, y jamás sentimos el menor asomo de culpa o de pecado. Nuestra vida íntima fue  siempre, desde el principio, una verdadera maravilla: de una plenitud y de una riqueza inefables. Hemos vivido nuestra intimidad como un misterio de pureza, de amor, de fusión, de complementación, de entrega, de exaltación física y espiritual al mismo tiempo.
     
    El amor espiritualiza la materia y la materia vehiculiza e instrumentaliza al espíritu. ¡Cómo quisiéramos poder explicar esta maravilla!
     
    Para los que entienden el lenguaje de la teología, no tendría nada mejor que decir que en la unión íntima se realiza para nosotros el “sacramento” del amor: el cuerpo movido e instrumentado por el espíritu, y éste encarnado en las realidades físicas y expresándose a través de todas las fibras, vibraciones y sentidos corporales… ¡Qué maravilla! Lo físico, lo afectivo y lo místico amalgamados en la realidad de una plenitud total.
     
    Digo también ”unión mística” porque en nuestra entrega física sentíamos —y así lo queríamos expresamente— que revivía el misterio de la entrega de Cristo a su Iglesia. No hemos podido nunca separar esta sensación de plenitud en la entrega mutua, de la sensación de estar comprometidos como pareja en la entrega a nuestros hermanos, los hombres, para la salvación del mundo.
     
    Hemos sentido, lógicamente, el cansancio o el desgaste de lo físico en ciertas épocas o momentos, pero jamás hemos perdido el sentido hondo de la entrega. El cuerpo no ha sido jamás el enemigo, sino siempre el mejor y más servicial compañero: el gran medio de expresión y encuentro.”
    ···························
    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • María

    Clara era 12 años menor que Francisco y lo tenía todo en la vida. ¿Por qué iba a dar ese salto al vacío? Porque amaba a Francisco.  Creo que su amor por Francisco fue lo primero, le siguió a ojos cerrados,  y con él vino todo lo demás.
    Por amor a los 18 años se es capaz de todas las locuras!

  • Guillermo

    Perdón pero he equivocado el mensaje que debía ir destinado a otro post.

  • Guillermo

    Señor Pulika le agradezco su mensaje. Respeto mucho su opinión, pero no estoy de acuerdo. En Venezuela los politicos se olvidaron de su pueblo, no es extraño que este ante unas mínimas concesiones, que son sólo propagandistica, se sientan atraídos por un dictador como Chavez, esto ha sucedido historicamente en muchos países, también entre los “gringos”europeos como usted dice.
    Ojalá Libia, y, perdone, Venezuela también, encuentren el camino de la libertad y de la democracia, que únicamente ellos sean los protagonistas de su historia.

  • Guillermo

    Quien sabe lo que pensaban nuestros antecesores, cada época tiene unas limitaciones, unas circunstancias, un contexto, que conforman el comportamiento de las personas. Cada cual puede idealizar de forma poetica, de sentimientos humana, etc,…. a unas personalidades que no sabemos cual sentimiento priorizaban. Ellos, seguro, que no pensaban como nosotros, como por no ir más lejos no lo hacían nuestros padres o abuelos.

  • ana rodrigo

    Una leyenda, un cuento, una parábola, una semihistoria, da de sí lo que cada cual quiera sacarle. Pero es muy curioso el comentario de Paco Mira, tan respetable como otro cualquiera, por supuesto. En el momento en que se apunta que dos personas, santas por más señas, hayan podido tener una relación humana plena, haya quien, evitando esa posibilidad, se van enseguida al compromiso evangélico, como si ambas cosas fueran incompatibles y excluyentes, y remata el autor del comentario: De hecho, hoy en día siguen siendo dos santos de total testimonio evangélico.” Claro que para ser santo en la ICAR hace falta haber vivido conforme al evangelio, pero ¿vivir el sexo es antievangélico?
     
     Yo recuerdo que en el santoral, detrás de cada santo, suele decir, papa, obispo, sacerdote, mártir, y detrás de cada santa, pone virgen y/o mártir. Debe haber muy pocos santos padres casados y muy pocas santas que no sean vírgenes, en el mejor de los casos madres abnegadas, o fundadoras, o religiosas después de madres. Quizá dentro de poco tiempo detrás, podrán padre o madre de familia numerosa, porque en la Iglesia actual, el tener todos los “hijos que nos dé” es un punto importante para la santidad, como si ahí no hubiera sexo. Es decir, actualmente, si el sexo da como resultado hijos/as, es santo, pero el sexo por el sexo entre personas, seguirá siendo condenable.
     
    El santoral de hoy es el siguiente: hay 18 santos mártires, un papa, un fundador, una santa virgen y una beata  virgen seglar, por más señas. ¡Hay que ver a qué cosas se dedica una! jaja.

    Hace poco asistí a una puesta en común de distintos movimientos religiosos y un matrimonio echó la mitad del tiempo a explicarnos porqué sólo habían podido tener dos hijos, casi con culpabilidad de no poder tener ocho o doce.
     
    Mientras no se cambie el baremo para entrar en el cielo, muchos y muchas lo tenemos crudo, jajaja. Es que hay cosas en el cristianismo que dan risa por decir llanto.

  • MAR Medina

    En cuanto a la pregunta que lanza Paco, reconozco que no me arriesgo como quisiera por el evangelio de Jesús, pero no por necesidad de renunciar al amor ni al sexo, sino por no renunciar a mi acomodo de habitante privilegiada del mundo muelle-desarrollado.

  • MAR Medina

    Sublimación del amor: amor sin sexo. ¿Por qué? ¿Porque el sexo es pecado a los ojos de los clérigos? Pregunta y respuesta retóricas, porque, evidentemente, el sexo es pecado a los ojos de los clérigos ya que a ellos les está vetado, y si lo catan es con complejo de culpa por la trasgresión de su voto.

    Es posible que sin conocer en profundidad la relación entre Clara y Francisco hable de más (aunque tengo el mismo permiso que se lo otorga a la fabulación de la leyenda), pero el amor entre dos personas de distinto sexo que si no incluye el erotismo es por la única razón de que hay necesidad de reprimirlo (no porque se trate de una amor entre amigos, lo que no habría dado lugar a esta leyenda-sublimación), no me parece un amor completo, ni pleno, sino amputado.

  • oscar varela

    Hola paco mira!

    ¿Habrá alguna diferencia entre:

    – arriesgamos por el evangelio de Jesús, y

    – arriesgamos por lo que sentimos que necesitamos hacer
    (que si no hiciésemos nos sentiríamos envilecidos)?
    …………….
    Entiendo que por esas épocas “trovadorescas”
    el “yo” personal se estaba descubriendo y como en pañales.

    (los auto-énticos soberanos asentaban sobre Tronos = Rey y Dios)
    (las “opino-estimaciones” particulares eran “peligro-pecaminosas”).

    Esta gente (Clara y Pancho) son las primaveras de los Galileos Galilei y del René.
    …………………
    En nuestro tiempo, estimo una floración nueva
    (aunque muy, muy, muy tardía dentro de la Iglesia y su “teología” al uso)
    es la relación habida y continuada entre Clelia Luro y Jerónimo Podestá.

    NOTA un tanto arriesgada: No estoy muy seguro de que:

    1- la “teología de la liberación” y

    2- los “curas del tercer mundo”

    la hayan suficientemente masticado y digerido.

    ¡Vamos todavía! – Oscar.

  • paco mira

    Más que hablar de los avatares de la trova medieval, me quedo con la radicalidad de toma de decisiones en la vida de las personas. No se equivoca quien no se arriesga. Francisco lo tuvo claro y su  testimonio arriesgado fue lo que enamoró a Clara. De hecho, hoy en día siguen siendo dos santos de total testimonio evangélico. Permítanme una pregunta, ¿hoy nos arriesgamos por el evangelio de Jesús, como lo hicieron Francisco y Clara?

  • Guillermo

    Hay en estas personalidades mucho de poesía trovadoresca. Hay una relación que purifica, amor discreto.  En Clara se dan los cánones de la época, noble,  belleza física ( rubia, ojos y piel clara, …..). La posía refleja de la bondad divina, la belleza divina. La relación amorosa se espiritualiza. La naturaleza se convierte en tema recurrente en los poemas como complemento del amoroso. Se trata de una naturaleza idealizada y primaveral.

  • ana rodrigo

    Es cierto lo que dice Sarri, pero hay algo cierto, que los seres humanos, ya sea en la edad media ya sea en cualquier época, siempre han tenido necesidad de amar y ser amados, han tenido otro tipo de manifestaciones y experiencias afectivas y sexuales. El que desde muy pronto la mentalidad eclesiástica demonizaran estas necesidades como pecado o, en el mejor de los casos, como mal menor, ha llevado a muchas personas a vivir atormentadas reprimiendo necesidades tan naturales y humanas.
     
    Por otra parte, si Francisco adoraba a las plantas y a los animales, ¿cómo no iba a adorar a una chica rubia, seguro que guapa y además, parece ser que valiosa? Cuántas bobadas hemos tenido que tragarnos en relatos de santos varones y de santas vírgenes.

  • Sarrionandia

    El Medievo está lleno de fantasías de amores platónicos. Averiguar su verdad resulta escabroso.