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Venganza/perdón

La venganza es una emoción muy primaria. Visceral. Pasional. De reacción inmediata ante una ofensa real o imaginaria. La venganza es justicia salvaje. No tiene límites. Por otra parte debajo la venganza hay el odio que nunca tiene suficiente. Pero muchas veces se esconde bajo la ley, bajo la bondad, bajo la autoridad.

         Hay un criterio pedagógico que puede clarificarnos: Todo educador debe de tener en cuenta que cuando castiga, el castigo sea proporcional a la falta cometida y no proporcional a su orgullo o narcisismo dignatario. Dicho de otra forma, muchas veces el castigo es directamente proporcional al orgullo del ofendido que no a la ofensa cometida. La relación ofensor/ofendido es muy ambivalente y ambigua. Una relación muy emocional, primaria y con mucho material inconsciente.

       Es muy cierto que el ejercicio de la venganza ha ido civilizándose. Si en un primer momento la venganza era totalmente desproporcionada a la ofensa: Tú me has matado uno, yo te mato cien….fue superada por la ley del talión del código de Hammurabi del 1730 antes de Cristo. Ojo por ojo, diente por diente. Dicho de otra forma, se ponía un límite a la venganza. Y después la justicia racional. Más a distancia de un mundo emocional desproporcionado. Así y todo, las leyes pueden en su aplicación contener mucho odio y venganza. Es preciso ver las interpretaciones como las aplicaciones. Pero este punto pertenece al Derecho, a la Historia. Sin olvidar nunca que máximum jus, maxima iniuria, es decir, la gran y máxima justicia, es una gran injuria. La ley al pie de la letra sin considerar caso por caso es muchas veces una injusticia.

       A la reflexión del artículo de este mes, no me ha llevado las grandes venganzas o injusticias contra la Humanidad sino estas venganzas y odios en el ámbito familiar, amical, escolar, vecinal. Cómo se denuncia por venganza con un montón de calumnias que la ley, a veces, no puede percibir. La venganza en pequeños detalles de la relación humana por odio, por castigar una ofensa que no se ha considerado la causa, las motivaciones. Me recuerda aquella frase: Quien me la hace, la paga.

      Venganza por odio, por envidia… Hoy está muy al orden del día, pero de forma educada, legal por no decir sibilina, cínica. Se puede ver en ciertas separaciones. Uno de los progenitores es muy consciente de la manipulación que hace de los hijos sin preocuparse de los traumas o heridas emocionales que pueden producirles. Y la gran dificultad en defenderse la otra parta. No se deja hablar o no se escucha. El ambiente social no lo permite. En dicho ambiente hay una cierta regresión hacia una venganza más primaria, pero legalizada. La envidia y el odio impregnan la relación. También existe la venganza en otros niveles de familia, amigos y entorno profesional.

       Con todo, no podemos olvidar que la venganza genera un placer interior y de satisfacción aunque a la larga genera más enemistades. La venganza es placentera, grata. Cuántas heridas abiertas deja casi siempre la venganza en disfrute del vengador. Difíciles de cerrar por no decir imposible. Pero hay placer en la venganza. .

        Hay un proverbio africano que nos permite conectar con la otra parte del artículo o con la otra pasión: el perdón. Dice así: La venganza produce un placer pero que no es tan fuerte ni bueno como el que produce el perdón

         Hoy en día también se habla mucho del perdón. Y con mucha razón. Pero un perdón auténtico, sincero. No es preciso olvidar para perdonar. El perdón no está reñido con la justicia adecuada.

         En nuestra cultura nos queda mucho para concebir el perdón tanto personal como colectivo como un recurso básico para la convivencia y superar venganzas escondidas.  Tanto a nivel eclesiástico como a nivel político. Esto no quita que a otro nivel, el familiar o social se precisa toda una educación en concebir el perdón de forma nueva, pero perdón.

      No en vano, la psicología profunda reclama el perdón como terapia y forma de madurar, de crecer. Así y todo, un psicoterapeuta y teólogo alemán, Eugen Drewermann, buen conocedor de la materia afirma: No perdona quien quiere sino quien puede. O el diálogo entre Paul Ricoeur y Jacques Derrida afirmando el primero que el perdón es difícil y el segundo imposible Pero es preciso realizar todos los intentos como hicieron Nelson Mandela o Desmond Tutu, entre otros. O como aquel padre o aquella madre, aquella hija o aquel hijo, aquel alumno o aquel profesor que saben perdonar amorosamente, sinceramente.

      Y muchas veces, el malestar personal interior no es por la dificultad o de perdonar o ser perdonado, que puede ser alguna vez ambivalente o caer en el narcisismo o masoquismo, sino el malestar está en la gran dificultad de saber perdonarse. Es decir,

la capacidad de saber perdonarse a uno mismo que es todo un esfuerzo de sinceridad, humildad y veracidad. Un conocimiento propio a fondo. Todo un esfuerzo de comprensión de la interioridad, que es más que la introspección, la cual queda reducida  a la racionalidad, pero por encima hay la razonabilidad o la subjetividad.           

      Venganza y perdón son dos pasiones actuales que es preciso elaborar. Las dos producen placer pero el del perdón es más sabroso que el de la venganza, como decía al principio recordando un proverbio africano.

      Las dos pasiones están en el corazón de toda persona, pertenecen al interior de todo ser humano. La venganza es primaria y no tiene límites para satisfacer el odio y la envida. El perdón es fruto de la estimación, del amor, de la generosidad y tampoco tiene límites. Así nos lo enseña la historia.

      O como dice un pensador: El perdonar nos hace ser libres de espíritu. O la frase de William Shakespeare: El perdón cae como lluvia suave desde el cielo a la tierra. Es dos veces bendito; bendice al que lo da y al que lo recibe”.

6 comentarios

  • pepe sala

    Pues no, Marco, el perdón es algo personal e intransferible.
    Dios no es quien de perdonar las ofensas de quien haya sido ofendido. Quien ofenda a alguien deberá reparar su daño, arrepentirse y PEDIR PERDON al ofendido, no a Dios.
     
    Porque luego vienen otros parovechando el chollo del perdón tan facil y seguirán ofendiendo y pidiendo perdón a Dios… o a los jueces terrenales tan acostumbrados a perdonar las ofensas ajenas. ( que cuando se les ofende a ellos no parecen tener tanta voluntad de perdón… suele salir desproporcionadamente cara la ofensa a cuanquier Juez.
     
    Veamos un jemplo:
     
    ¿ Quién coño se cree éste ” juez” para pedonar ( multar con UN EURO y encima dárselo a la Asociación en vez de a los ofendidos) a quienes han ofendido de ésta manera?:
     
    “”La gerente del local, ubicado en la zona de ocio de la plaza de Cánovas del Castillo, deberá además indemnizar con la cantidad simbólica de un euro a la Asociación Asindown de Valencia en concepto de daños morales, tal y como ésta -a la que pertenecen los demandantes- reclamó en el juicio.””
     
    http://www.publico.es/espana/248478/inhabilitada-la-responsable-de-un-pub-por-no-admitir-a-un-grupo-discapacitados
     
    Claro… con éstos jueces y con el perdón divino ¿ cómo coño se va a conseguir JUSTICIA en España?.
     
    Vegüenza les tenía que dar a los responsables de la Ascociación por admitor semejante sentencia sin protestar enérgicamente por la Injusticia cometida por quienes afendieron, por la absoluta falta de sensibilidad de la justicia y por el supuesto perdón de Dios.
     
    Y no se trata de venganzas de ningún tipo, coño. Se trata de que no se puede seguir escondiendo la cabeza bajo el ala de las infinitas injusticias, puesto que si no se toman las medidas correspondientes, los mismos de siempre seguirán jodidos y los mismos de siempre seguirán jodiendo a los débiles de la sociedad.
     
    Y pasa en demasiadas áreas sociales para dejarlo todo en el supuesto perdón de Dios en el otro barrio. Quien la haga en éste barrio que la pague en éste barrio. Lo de la otra vida ya se verá y que cada cual cargue con la mochila que tenga para presentar. Pero de ningún  modo se debe descargar la mochila de quienes ofenden para que lleguen ante ” dios”  limpitos de polvo y paja…
     
    Menudo chollo se han buscado los ladrones, asesinos, violadores, etc. Una buena propina al confesor de turno y  ¡ ale ! a seguir jodiendo al prójimo hasta la nueva confesión.
     
    No te digo…

  • MARCO RODRIGUEZ

    Hace tiempo creia que vivir en la venganza era lo mas natural del mundo, simplemente es un deseo de sanar de alguna manera las heridas que los demas nos han hecho,habia que perdonar sipero tambien habia que pedir una retribucion segun el daño que me percibia hecho,  es lo que llamamos justicia y justo ayer lei esa cita de Rom 12,19  que dice: mía es la venganza, yo dare acada uno segun sus obras, dice el Señor.. me quede impactado, muchas veces habia oido esa cita pero nunca me habia impactado tanto como ahora y mi deseo de vengarme desaparecio, siento dolor, pero estoy convencido de que es Dios el unico que me puede hacer justicia y que debo dejar de hacerme justicia por mi mano.
    Creo que el perdonar me ha liberado, saber que Dios es el que hara justicia me ha desarmado y mi deseo de venganza se ha ido, no necesito ver que se cumpla, pues se que se hara, pues Dios no miente.

  • Carlos Martínez Okrassa

    Desafortunadamente los judíos contemporáneos todavía no han superado el nivel primitivo de la venganza.
    CMOkrassa.

  • pepe sala

    Así es Luciano, según creo:
     
    La venganza necesita PODER y, quien no tiene posibilidad de vengarse ( lo desee, o no) suele acudir a lo fácil: el perdón.
     
    Pero el perdón es un simple placebo si no está precedido de lo indispensable:
    1º: ARREPENTIMIENTO de quien ha cometido la falta.
    2º: SOLICITUD  DE SER PERDONADO a quien ha sido dañado. ( imaginemos una mujer maltratada perdonando a su maltratador mientras continúa el maltrato)
    3º: LIBERTAD personal para optar por el perdón, en vez de la venganza.
    4º: REPARACION del daño.
    5º:  NADIE PUEDE PERDONAR EN NOMBRE DE OTRO. La opción es absolutamente personal e intransferible.
     
    Saludos.

  • Luciano Vazquez

    Optar por la venganza o el perdon, es tremendamente dificil, todo depende del daño producido. La venganza es en efecto una reacción primaria y  la lleva a efecto, no quien quiere, sino quien puede. Por lo tanto la venganza causa estragos internos en aquellas personas, resignadas, obligadas por las circunstancias a no vengarse, en definitiva, heridas, que acaban hiriendo a otras personas.
    Las leyes nacieron, para corregir esas desavenencias, pero siempre emanaban, y emanan, de un poder, que tenian en cuenta su prevalencia, sobre el pueblo gobernado.
    Israel unio leyes y religión, los diversos  profetas, claman contra los poderes, Religioso y Monarquico, que abandonan a los mas necesitados. La ley del Talión será un modo de evitar que quien tenga mayor poder, pueda vengarse de otro que no lo tiene, si éste, repara el daño ocasionado.
    Jesús en su enfrentamiento con los Fariseos y Escribas ( Marcos 7,6-16), deja muy claro como los propios sacerdotes interpretaban la ley de modo que les fuera conveniente.
    En la raiz de la venganza esta el ser humano, causante de todos los males, la venganza es el deseo de curar la herida producida.
    El perdon,  no es un deseo, ni actitud, que se desencadena a raiz de recibir una herida, es una decisión personal, madurada, asumida. En muchos casos necesita un tiempo de cura, reflexión, comprensión.
    ” El tiempo todo lo cura”, es la realidad que cicatriza la herida abierta por el mal ocasionado, y en ese espacio de tiempo, el ser humano valora lo positivo del perdon, para si mismo, para sanar su propia herida.
    Pienso yo, que Jesús; que era un gran conocedor del ser humano, apunto el perdon como una necesidad de vida, para darlo, promoverlo y obtenerlo, animando a ejercerlo como fuente salutiferá de concordía y paz, tan necesaria para el ser humano.
    Paz para todos

  • Gabriel Sánchez

     La predisposición a relacionarnos positivamente con otros, más allá de los desencuentros y de el necesario reacomode de espectativas, incluso del sufrimiento que miserias ajenas nos causan, tiene mucho que ver con como nos relacionamos con nosotros mismos…y en mi modesto creer-sentir-pensar, con como nos relacionamos con Dios…En realidad estimo que el vincularse positiva y proactivamente con otros…nos hace feliz, lo contrario, en realidad nos hace profundamente infelices y nos relaciona con nosotros mismos de manera hostil y agresiva…Gabriel