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En tiempo de desolación

 El domingo pasado Tomás Muro Ugalde, sacerdote de San Sebastián, Delegado Diocesano de Ecumenismo y profesor en el Seminario, autor de muchos libros, muy conocido y valorado, leyó en la homilía el escrito que después distribuyó a la comunidad y que ha llegado hasta nosotros. La consideramos una reflexión sintomática y orientadora para el invierno eclesial en que viven muchos cristianos.Desolation_by_OpusImperfectum

En tiempos de desolación, no hacer mudanza
Ante la situación del futuro eclesial diocesano

01.          Desolación

Es un hecho evidente (si se quieren ver las cosas) que, a raíz del nombramiento del Obispo Munilla para nuestra diócesis de San Sebastián, es difícil la situación que se nos plantea a muchos de nosotros, especialmente sacerdotes, y más que difícil, es más bien triste, de abatimiento y, empleando la expresión de san Ignacio de Loyola, de desolación.

 02.          Desolaciones

Desolaciones hay muchas en la vida y causadas por muchos motivos: fracasos y pecado personal, situaciones de baja moral, de hondas decepciones eclesiásticas.

                La desolación, dice san Ignacio, aparta de Dios, de los demás y de la misma creación, además de vivir replegados sobre nuestra pobre realidad.

                La situación puede ser semejante: quedaban once discípulos, pocos, como nosotros, encerrados y con miedo. Hoy en día nuestra diócesis es una Iglesia débil, envejecida, con nostalgias profundas del Reino de Dios, que es quien nos salva. En esta situación eclesiástica en la que nos vemos sumidos, me resulta difícil hacer mía aquella actitud de los primeros creyentes: se alegraron de ver al Señor, (Jn 20,20). El momento eclesiástico puede ser brillante, nuestro momento eclesial muy triste. Jerusalem desolata est, (Is 64,10).

 03.          La desolación esclaviza

                La desolación esclaviza nuestra libertad, bloquea la ilusión, la creatividad, y termina por sacar lo peor de nosotros mismos, lo cual no es ni sano, ni bueno.

La desolación desquicia, es decir: nos saca de nuestro quicio, de nuestro eje vital. Dentro de todas las limitaciones y pecado en la vida, sé cuál es mi eje, seré pecador, pero la eterna referencia nostálgica del Padre y su casa, está presente en mí, en nosotros. Y no quiero salir de ese quicio, de tal eje.

04.          Cuestiones fundamentales. 

Tan fácil como superficialmente se barajan argumentos manidos tales como comunión eclesial y diocesana, obediencia, fidelidad, etc., y se hace caso omiso de realidades anteriores e infinitamente más esenciales a los protocolos episcopales y eclesiásticos. Hay cuestiones como la misma persona humana, la libertad, la justicia, la razón, el pensamiento, la fe, el respeto, la creatividad cultural y eclesial que son muy -muy- anteriores a toda configuración eclesiástico-ideológica coyuntural. En una comunidad e Iglesia de JesuCristo hemos de amar y cuidar todas esas perspectivas primarias y esenciales.

Además, hay también y al mismo tiempo dimensiones evangélicas muy -muy- anteriores a los momentos eclesiásticos; sobre todo la misericordia, la libertad de los hijos de Dios, la gracia, el amor, el perdón.

Misericordia. El Padre, Dios y Jesús sienten lástima, se conmueven ante el sufrimiento de la vida. ¿Los mecanismos eclesiásticos vigentes actualmente sienten, padecen y se compadecen con nuestras búsquedas, crisis y problemas?

La misericordia y la bondad son infinitamente más esenciales que el orden y la disciplina, que la búsqueda (y captura) de una precisión o supuesta inexactitud dogmática o “incorrección” litúrgica.

05.          ¿Cómo seguir adelante?

Estando así las cosas, se presenta el problema, al menos a mí, ¿cómo continuar en nuestra iglesia, en nuestra diócesis?

No es razonable vivir siempre en tensión y a bofetadas. No sería lo más mínimo cristiano entrar en una dialéctica de “vencedores y vencidos”. Tampoco es sano el quedarse en una actitud de sometimiento al orden eclesiástico invocando la obediencia. Recuerdo aquello que decía Rahner: es una barbaridad pensar que la verdad viene exclusivamente por boca de la Jerarquía. Me quedo en lo de santo Tomás, la verdad –venga de donde venga- viene del Espíritu Santo.

Sería igualmente triste una comunión por sometimiento y dominación. No seáis como los príncipes de este mundo que tiranizan y oprimen a los suyos…. (Mt 20,25s), que todos vosotros sois hermanos, (Mt 23,8). En la Iglesia no somos súbditos, ni reos: somos hermanos.

Tampoco considero sana una postura “sanchopancesca” de asegurar el puesto de trabajo, el prestigio, “a mí que me dejen en paz”… El espíritu y la elegancia evangélicas no permiten tal posición.

Me vienen a la mente y al corazón algunas consideraciones existenciales.

05.1       permaneced

En tiempo de desolación no hacer mudanza, dice nuestro paisano y patrono, San Ignacio de Loyola

Yo no cambio en estos tiempos de turbación y desolación.

Siguiendo la tradición de san Juan: Permaneced (Jn 15,4.9; 1Jn 2,28). Permaneced en lo que os enseñé desde el comienzo, (1Jn 2,24).

Permanezco en el Evangelio del Señor, en lo que me enseñaron mis mayores, en lo que aprendí y disfruté en los tiempos, teología y gracia conciliares (Vaticano II), en la humilde síntesis eclesial crítica que he ido construyendo y elaborando en la vida en comunión con mi iglesia local, con el testimonio y ayuda de mis compañeros, amigos y de muchos creyentes.

Permanezco en la gracia (gratuidad) de la vida, en la libertad y respeto a fondo perdido que me enseñó a leer en San Pablo el P. Decloux[1]. Permanezco en el sentido de justicia e igualdad de los seres humanos que me transmitió mi padre y más tarde “daría forma académica” Dn Ricardo Alberdi. Permanezco en la libertad del espíritu que me enseñó el buen profesor de moral, JM Múgica. Permanezco en la espiritualidad abierta a la que me inició Juan M Lekuona. Permanezco en la compasión evangélica que algunas personas cristianas y no cristianas, me han hecho percibir en la vida para conmigo mismo y para con los demás: en momentos de enfermedad y de soledad pastoral. Recuerdo con gratitud al médico Carlos García del Río. Permanezco en el espíritu evangélico de muchos misioneros y misioneras que “quemando las naves”, dan lo mejor de sí, sus vidas por el Evangelio.

Permanezco en lo que aprendí en aquellos años liberadores del Vaticano II: en su eclesiología, en la recuperación bíblica, en las formulaciones teológicas de aquellos grandes creyentes.

                Permanezco en lo que me enseñaron desde el principio

05.2       Permanezco agradecidamente (gracia)

                Todo eso lo vivo agradecidamente, como gracia. No defiendo violentamente mi fe contra nadie: la vivo amablemente y aquella gratitud alivia y potencia las noches del alma e inviernos eclesiales (K. Rahner) en que estamos sumidos.

                La gratuidad cura, sana.

05.3       Hemos predicado el evangelio recibido

                Parece que con la nueva situación eclesiástica se nos está diciendo que todo lo hemos hecho mal. Se nos está diciendo que hemos traicionado el evangelio, hemos perdido el tiempo, litúrgicamente somos un desastre, hemos traicionado a la iglesia, al Reino de Dios, la secularización nos invade…

¡No es verdad! Como Pablo, no me avergüenzo, en nuestra diócesis no nos hemos avergonzado del Evangelio, (Rom 1,16). También como Pablo, el evangelio que hemos predicado no es de ningún hombre, sino del Señor (Gál 6,11). Aunque no recibamos parabienes ni beneplácitos intramundanos, Dios bendice nuestro trabajo, hemos hecho lo que hemos podido. No hemos trabajado por el éxito, sino por el mérito y la gracia del Señor.

05.4       hacia las fuentes de agua viva: ad deum qui laetificat juventutem meam

                Permanezco y, al mismo tiempo, me remonto con gratitud al Dios que alegró, que ilusionó mi opción y mis decisiones en la juventud.

Dice también san Ignacio que, en la desolación hay que hacer memoria de nuestro principio y fundamento.

No modificar las opciones y elecciones de nuestra existencia tomadas antes de la experiencia de desolación.

(Ejercicios n 318, quinta regla).

Me remonto ad Deum qui laetificat juventutem team, que tantas veces rezamos con el salmo 42. Me remonto al Dios que impulsó con ilusión las opciones de mi juventud Si hoy encontramos tristeza, vuelvo a las fuentes originales. Hago mío el salmo 70: Tú fuiste mi esperanza y confianza desde mi juventud, no me abandones ni rechaces ahora en la vejez.

Salí de aquel Egipto, salí de aquel “dios” que era más un faraón que el padre de Jesús, salí de aquellas esclavitudes morales condenatorias y represivas, salí de aquellas disciplinas y cilicios, salí de la inquisición en pos de la Verdad. Yo “allí” no vuelvo. Seguiré viviendo el salmo 113: In exitu Israel de Aegipto.

No modifico la opción fundamental y decisiones que tomé. Recuerdo -kardias- con gozo y gratitud (gracia) mi humilde pasado creyente y el habitat de mis opciones.

05.5       Proteger nuestra libertad

Mala y frecuente tendencia eclesiástica es la de invadir los ámbitos más íntimos y profundos de la persona y su libertad.

Por pudor y entereza humana habrá que proteger la libertad honda para que no quede todavía más empobrecida. Somos libres, que para ser libres nos ha liberado Cristo (Gál 5,1).

Por otra parte por ser cristiano e hijo de unos tiempos culturales en los que amamos a fondo perdido la libertad, no renuncio a pensar, buscar y respirar libremente.

05.6       paciencia

La desolación conlleva tribulación, lo cual hará activar la paciencia.

La tribulación produce paciencia y la paciencia, carácter probado; y el carácter probado, esperanza. (Rom 5,3-4).

La paciencia y la esperanza no se afincan en lo intramundano, sino en Dios. Esto significa que, más que nunca, hay que dirigir la mirada hacia el horizonte infinito (Rahner), por encima de todas las mediaciones.

mejor es fiarse del Señor que fiarse de los jefes (Salmo 117,9) Y sé de quién me he fiado, (2Tim 1,12).

05.7       Vivir en profundidad     nuestra realidad personal y pastoral

                Habremos de vivir nuestra propia vida y nuestro “pequeño pero denso mundo pastoral” con gozo, con gratitud, con hondura y libertad.

                No hemos perdido el tiempo en la vida, no somos arrianos, no somos santos, pero no necesitamos una sanatio in radice. Somos trabajadores en la mies del Señor, algunos de primera hora, otros de última hora, (Mt 20), unos con más talentos otros con menos, pero todos hemos trabajado y el buen Dios nos bendice a todos por igual, también a los que no han podido trabajar por las razones que sean.

                Habremos de vivir la profundidad de nuestros pequeños mundos y universos de sentido, culturales, pastorales, teológicos. Quizás habremos de vivir con la experiencia de la profundidad el salmo 138

1Señor, tú me sondeas y me conoces;
2me conoces cuando me siento o me levanto,
de lejos penetras mis pensamientos;
3distingues mi camino y mi descanso,
todas mis sendas te son familiares.

23Señor, sondéame y conoce mi corazón,
ponme a prueba y conoce mis sentimientos,
24mira si mi camino se desvía,
guíame por el camino eterno.

                Una catequesis bien preparada, una Eucaristía celebrada lo mejor posible, una reflexión ofrecida con bondad y hondura es infinitamente más profunda que un activismo desenfrenado o mil planes pastorales.

05.8       Ayudarnos los curas unos a otros.

                Siempre ha habido y habrá diversidad y pluralismo en la iglesia (y en todos los ámbitos).

                En nuestra iglesia local vivimos la fe en diversidad, en pluralismo. Esto no solamente no es negativo, sino positivo. En el fondo es la eclesiología carismática de san Pablo.

                Me parece a mí que los curas, -especialmente los curas-, habremos de ayudarnos, acompañarnos, animarnos sobre todo cuando no coincidamos con la línea episcopal de la diócesis. Incluso las Unidades Pastorales tendrán algún sentido cuando partan no “desde arriba”, sino desde la ayuda fraterna.

 05.9       Nada te turbe nada te espante. Vive en paz.

                A ciertas alturas de la vida y cuando uno ya está más cerca del requiem aeternam que del puer natus es nobis, el peso de la vida y de lo vivido confieren una altura de vuelo (no por méritos propios, sino por la misma densidad de la existencia) y desde esa altura de los años, uno ve que el fundamento no está en la coreografía, menos en el poder; la piedra angular es el ser, Dios. Nada te turbe, nada te espante, solo Dios basta.[2]

                Por otra parte, me acerco a las consideraciones, a la oración de Teilhard, que hubo de vivir en su propia persona tiempos y penas más que recias. Decía, oraba Teilhard:

 Vive en paz.
Que nadie te altere.
Que nada sea capaz de quitarte tu paz.
Ni la fatiga psíquica,
Ni tus fallos morales.
Haz que brote, y conserva siempre en tu rostro una dulce sonrisa,
reflejo  de la que el Señor continuamente te dirige.

Y en el fondo de tu alma coloca, antes que nada,
como fuente de energía y criterio de verdad
todo aquello que te llene de la paz de Dios.
Recuerda: cuanto te reprima e inquiete es falso.

Te lo aseguro en nombre de las leyes de la vida
y de la promesa de Dios.

Por eso, cuando te sientas apesadumbrado y triste,
Adora y confía.

 

 


[1] Jesuita profesor  de Filosofía y T Fundamental en la Facultad de Namur. Rector por algún tiempo de la P.U. Gregoriana de Roma. Actualmente y ya anciano, misionero y decano de la facultad e Teología de Kinshasa.

 

[2] Nada te turbe, nada te espante todo se pasa, Dios no se muda, la paciencia todo lo alcanza, quien a Dios tiene nada le falta sólo Dios basta. (Santa Teresa)

20 comentarios

  • M. Elena Pazos

    Pareciera que demoré mucho y los comentarios están cerrados. . .
    De todas formas, haré la prueba: Esta larga reflexión de Tomás Muro Ugalde S.J., la sentí como un grito de dolor desde la desolación. 
    Él mismo da y se da respuestas, todas válidas. Pero hay un hecho central: la desolación es producto del “Mal Espíritu” y para salir de sus garras ya no bastan los criterios utilizados hasta aquí. Necesitamos reencontrar a Jesucristo, su vida, su camino y su verdad desembarazándonos de todos los andamios que , hasta aquí, sostuvieron el cristianismo. Pienso que ya no nos sirve el pensamiento griego, ni San Agustín, ni Sto. Tomás, ni el Magisterio, ¡nada!  Ha cambiado el paradigma y hay que reconstruir nuestra fe desde ese Jesús histórico que refleja su divinidad. ¡Sólo él es el nuevo paradigma humano! Mientras no vivamos como él, no podrá ser creada la Cristosfera para llegar a ese punto Omega de una Humanidad creada a imagen del Creador.  

  • Pedro

    Animo Tomas.
    Aunque hay quien lo quiere enjaulado, el Espiritu sigue soplando en libertad. La mies se sembró y dará fruto. No hay nada que parezca más desolado que un campo recien sembrado, pero la semilla (todo lo que  la diocesis de Donostia ha trabajado en el desarrollo y aplicación del Vaticano II) está ahí y crecerá y dará fruto y este será copioso. No te desanimes. Confia y espera en el Espiritu. No le pongas límites. Él es el Señor.  No quedaras defraudado.
     

  • Hijas de la Cruz

    Animo Tomás: Desde Madrid acompañamos a la Iglesia Vasca.

    Nos ha dado una gran alegría conocer sus sentimientos y la vida de fe que a traves de su escrito manifiesta, en este tiempo de desolación y de invierno. 

    Creanos para nosotras es dolorosa esta situación y la de muchas diócesis y en concreto la de Madrid, ciudad en la que vivimos.

     Gracias porque su reflexión nos sirve y nos ayuda, como nos ayudó, aunque los tiempos eran distintos, cuando le tuvimos de profesor.

  • M. Luisa

    Este clarificador  escrito me ha hecho pensar  en  una   conversación algo reacia que   hace poco  mantuve con alguien quien   por serme muy próximo familiarmente hablando tuve sin remedio que  echar mano de esa paciencia probada  y esperanzada  de la que habla el escrito y a la que, el mismo estado de  desolación lo exige.
     
    Me ponderaba esta persona la labor del sacerdocio y me ponía como ejemplo a Munilla. Mi argumentación,  a la vez que se me disparaba la taquicardia,  sin dejar de considerar lo de positivo que ha tenido el sacerdocio, se posicionaba  al otro lado de la balanza  y todo con naturalidad. Intentaba  disuadirla  de  que  tal como están las cosas   hoy en la iglesia todo parece indicar que los síntomas muestran ya  la poca viabilidad  que el sacerdocio tendrá en el futuro. Lo que está  sucediendo parece como si nos forzara a la responsabilidad  de remitirnos a aquella  experiencia esencial y originaria en la que   todos/as   fueron los que “se alegraron de ver al Señor”. Y que este posicionamiento,  bien mirado,  podría significar  que la función sacerdotal  estuviera llegando  a su fin.  Entonces, me dijo, y  aquello  de lo de “ Id y perdonar los pecados…” del evangelio… Le contesté que esto era posterior  al  perdón que se invoca en el Padre Nuestro  que  Jesús  nos enseñó. Se hizo el silencio.
     
    Por otra parte como esto es el cuento de nunca acabar me mostró un artículo  reaccionario  en contra de  la carta que Hans Küng   dirigió a los obispos de todo el mundo unos meses atrás, dejando  al prestigioso teólogo  como un entrometido. Precisamente Küng allí exhortaba a los obispos para que contribuyeran  a las reformas que precisa la iglesia en colaboración entre ellos  pero si fuese necesario, decía él,  hasta incluso en soledad, con valentía apostólica, que es a mi parecer lo  que anima el presente escrito.

  • José Ignacio Ardid

    ¡Paz a todos!

    Este artículo que nos propone Tomás Muro Ugalde y me he sentido reflejado. Estoy lejos de San Sebastián, pero aquí en Teruel, también hay invierno eclesial y muchos cristianos, pienso, debemos permanecer en el espíritu del CVII sin miedo y con esperanza.
    Es curioso, lo comentaba el otro día un amigo dominico, está llegando el momento que citar a Congar, Küng, Schillebeeckx, etc va a ser una osadia, algo ¿imperdonable?… mientras tanto, en tiempos de tribulación, mejor no hacer mudanza…
    Gracias por este artículo lleno de amor y honradez y un saludo a todos.

  • Brau

    Hacía meses que no entraba en Atrio y me encuentro con este texto, rebosante de sinceridad, valiente, con unas citas évangélicas que lo legitiman de cabo a rabo, propias de quien sabe discernir desde la escucha de la Palabra.
    Pero esta es la Iglesia que nos trajo el papa Wojtyla, el sucesor del malogrado papa Luciani.
    Precisamente, dentro de unas horas se cumplirán 32 años de la muerte “repentina” de Juan Pablo I (entre sus  pretenciones estaba  impulsar el ecumenismo y el papel de la mujer en la Iglesia). Reproduzco unas líneas del Patriarca Luciani, pronunciadas en una homilia, en la Iglesia del Redentor, en Venecia, en julio de 1978  (un mes antes de ser elegido Papa). Las recoge David Yallop en su libro “En nombre de Dios”:
    “El papa, los obispos y los sacerdotes, no somos más que unos pobres hombres sujetos al error, y por lo tanto cometemos errores’. Al llegar a este punto, Luciani levantó la vista de su manuscrito y, mirando directamente a la gente congregada, declaró con absoluta franqueza: ‘Estoy convencido de que cuando Pablo VI me nominó para la sede de Venecia cometió un error”. Saludos. BHM.

  • Luciano Vazquez

    Anteriormente Xabier Andonaegui, mostro su pensamiento a través de una entrevista o articulo, publicado en diversos periodicos, en el que hacia constar, la realidad de las Iglesias paralelas; una, basada en los acuerdos o carismas del Vaticano II y otra mas formalista, conservadora y en oposición al desarrollo del Vaticano II.
    En aquella ocasión guarde silencio, pues a mi parecer siempre en la historia de la Iglesia ha habido reformas, contrareformas, amen de abusos del poder instituido y luchas internas de poder, que nada tenían que ver con el evangelio y más bien, éste, quedaba en un plano lejano a la pura conveniencia del momento.
    Hoy con hondo pesar leo a D. Tomas Muro, un acertado articulo sobre el ejercicio del cristiano, y aunque su exposición la haga a traves de San Ignacio o bien de Santa Teresa, sus palabras estan sacadas del evangelio desnudo de Jesús, palabras sencillas, comunicativas, entendibles por cualquiera.
    Hay un sentimiento en todo su articulo, que lo atraviesa: el del hombre que siente orgullo de lo que ha hecho, que se encuentra en paz consigo mismo, que reconoce que ha dado su “ser” en hacer llegar la “Buena noticia”. No veo en sus palabras, ni aceptación de lo impuesto, ni dejar correr el tiempo, (tiempo que todo lo cura), ni veo resignación por lo sucedido, veo paz, una paz entregada en los brazos de Dios.
    Gracias por estas palabras D. Tomasç
    Yo soy laico y ayudo en mi parroquia, entregando mi tiempo libre, para aquello que mi Parroco o las personas que dirigen mí parroquia lo estimen conveniente, no estoy obligado a la obediencia, lo acepto porque yo he querido ejercer el trabajo que han tenido a bien dejar en mis manos. Hoy al leer su articulo D. Tomas, veo que dice que: ” Nos tendremos que ayudar los sacerdotes” y yo mepregunto ¿ porque no habla Vd. de los laicos que estamos en las parroquias?, ¿Acaso se nos estan ocultando las decisiones o directrices ?, ¿Acaso se comentan los desacuerdos en niveles superiores y se mantiene en la ignorancia a los que no dirigimos pero si trabajamos?, si esto se esta llevando de este modo, estan haciendo un flaco favor a la Iglesia., y lo que es peor, estan actuando, como aquellos a quienes critican
    No podemos situarnos en un invierno eclesial, donde los frutos desaparecen, ni donde el frio nos deja paralizados y donde la resignación se hace presente, porque no hay primavera, yo me niego a esta aceptación, con Munilla o sin él.
    Somos una diocesis diversa en su pluralismo,linguistico, cultural y posiblemente en más ordenes de la vida, con un grado de tolerancia  y aceptacion, increiblemente alto, no podemos permitir salirnos del carril bueno que nuestros sacerdotes con ahinco y trabajo han establecido, Sacerdotes, Ordenes y Laicos, estamos obligados a buscar  la primavera.
    Paz para todos

  • Martín

    Tomás, un abrazo desde Valencia

  • Franz

    Lamentablemente San Sebastián es la única comunidad eclesial, bajo “dueños de nustra fe”.  En el Perú tenemos un cardenal del Opus Dei, fiel a su beato fundador: “Obedecer al superior a modo de una herramienta en manos del artista” (El Camino 617). Parece que leen el Evangelio a revéz.

  • Jordi Morrós

    Un gran broche final la reflexión de Teilhard de Chardin.
    Y para ciertos fieles de la diócesis de San Sebastian (quizás la mayoría?), mucha paciencia. Hoy en día aún hay gente que mira con suspicacia las aportaciones de Teilhard.

  • Vaya, pues se recibe con alegría este mensaje… precisamente porque  la más grande de todas las desolaciones es ver la miseria humana, la cobardía de tantos sacerdotes que callan y otorgan (todos excepto 14 en Gipuzkoa) con todo lo que está cayendo en la diocesis guipuzcoana… De verdad que eso es desolador para cualquier persona de bien pertenezca o no a la Iglesia…
    Tomás, seguro que tú ya no te acuerdas, pero yo me acuerdo como si fuera hoy. Un día estabas hablando con el aita, justo habían nombrado Papa a Wojtyla y tú le dijiste: este nombramiento es malo para “vosotros” (los laicos). Ahora al leer tu escrito veo que este nombramiento de ahora es malo para muchos de “vosotros” (especialmente sacerdotes)… ya ves, de aquellas aguas estos lodos…
    Cuando los nazis vinieron a llevarse a los comunistas,
    guardé silencio, porque yo no era comunista,


    Cuando vinieron a llevarse a los judíos,

    no protesté, porque yo no era judío,

    Y cuando vinieron a buscarme…
    ya no había nadie que pudiera protestar.

    Si un día vienen a por ti, puedes estar seguro de que los que nos hemos mudado protestaremos 🙂

  • Antonio Vicedo

    ¿Hasta cuando seguiremos metiendo en saco roto las advertencias del Maestro? ¿Seguirán siendo de por siclos y siglos más avispados los hijos de las tinieblas que los de la Luz? ¿Como estamos valorando aquello de la astucia de la serpiente y la simplicidad de la paloma?
    Desde haber compartido riesgos máximos vitales en otros tiempos, sigo convencido de que nuestra fuerza no viene del mimetismo con quienes desde el poder atacan.
    Puede que la fidelidad pacon la causa de Jesús nos acerque a su suerte o, si fuera “voluntad del Padre”, con ella se identifique,pero a veces se nos pide una tarea previa al alcance de nuestras posibilidades, si queremos hacer lo que nos pide:  ¡Llenad de agua las tinajas vacías (trabajad sin descanso por la solidaridad fraterna, sin presunciones de dar por Él la vida como se le ocurrió al Pedro impulsivo), que de lo del VINO, ya me encargo YO!
    Hay que hacer mallas de las fibras y con ellas cordeles para renzarlos en gruesa maroma de promoción solidaria, sin repetir gestos desacreditados en El Huerto cuando aparecieron sicas y espadas. Cuesta actuar con serenidad cuando quienes quieren echarte mano están ya cerca, pero este es su testimonio:-¡Si me buscais a mí, no os metáis con ellos!
    Claro que para ello hay que optar por estar en el lugar adecuado entre la alimaña y el rebaño.
    ¿Nos hemos preguntado por qué caen tantos corderos y ovejas y tan pocos pastores en las permanentes embestidas de la Fiera?

  • Julián Díaz Lucio

    Tomás, me siento unido a ti en toda esa desolación que te invade. Yo mismo he pasado también por eso y escribí algo, pero me parece demasiado largo para ponerlo aquí. Toda esta desolación nos obliga a replantearnos la razón última de nuestra vida, y comprender que Dios, Jesucristo y su reino están por encima de todas las estructuras y personajes. Y además, el poder compartir todo esto en la base con las personas con las que se trabaja. Un abrazo.

  • Gabriel Sánchez

    La primavera tiene gusto a heroicidad dentro de la Iglesia, y separa claramente a los pastores que siguen a Jesús de los otros… Porque no hay amor más grande que arriesgar la vida…por los hermanos…

    Obispo de Diócesis de Occidente: Represión es selectiva desde la Corte, la Fiscalía, la Policía, el Poder Ejecutivo y las Fuerzas Armadas…Red Morazánica de Información 20 setiembre 2010
    Tegucigalpa. 20 Septiembre 2010.
     
    Que existe una “represión selectiva” y que es hecha desde “la Corte, la Fiscalía, la Policía, el Poder Ejecutivo y las Fuerzas Armadas”, acusó este viernes, muy estremecido, el Obispo de la Diócesis de Occidente, Monseñor Luis Alfonso Santos, al finalizar el informe de las firmas soberanas del Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).
    “Yo no pienso que haya que seguir aguantando garrotazos, los he visto sangrando”. No pienso que los que hemos seguido protestando… basta la represión y no vamos a tolerar un muerto más, a manos de la Policía, ni a manos del Ejército, ni de las agencias de investigación de la Policía Secreta”, agregó.
    “No queremos un muerto más, de ninguna organización sindical, ni gremial, ni campesino, ni de ninguno del FNRP. No hay que tolerar una muerte más”, reafirmó el obispo Santos.
    “¡Basta ya a la represión!”, insistió.
    “Hay que hacer algo, compañeros y compañeros”.
    Santos dijo que era necesario “luchar contra un sistema de asesinatos y de impunidad”.
       Al invierno fuego, al poder…fuerza profetica…a la desolaciòn Espíritu Santo…Un abrazo al hermano Tomas, es importante reconocer, que a veces el Espíritu se desinstitucionaliza…ANIMO COMPAÑERO LA VIDA SIEMPRE PUEDE MAS…Gabriel

  • Gabriel Sánchez

     Esto sólo es posible en la comunicaciòn y la entrega total, a Jesús Resucitado…y en la firmeza de la libertad…interior, que descubre al Espíritu obrando, donde parece que sólo hay muerte y desolaciòn….

      La capacidad de mirar como la semilla pequeña, empieza a crecer…es un don del Espíritu…El no deja de obrar en su Iglesia, a veces fuera del alcance del poder, en cosas pequeñas, a las que nadie da importancia y sin embargo tienen la potencialidad del Reino…Gabriel

  • mªpilar garcía

    ¡¡¡Gracias!!! Totalmente de acuerdo.
     
    Estas experiencias, animan a seguir adelante a pesar del frío invernal.
    mª pilar

  • oscar varela

    Hola Sr. Tomás Muro Ugalde!
     
    Acompaño su desolación
    ¿que le vamos a hacer, no?
    ··············
    Los Consejos de Ignacio son maravillosos
    Un compendio de experiencia de vida.
    ¡Consuélese!, si es que lo tranquiliza.
     
    Tal vez tenga unos cuantos años sobre los hombros.
     
    Pero hay que levantar la vista
     y ver que en la Tierra hay que seguir sembrando
    Sin mirar atrás a todo este tinglado opresor.
     
    Acá, en Atrio.org yo me inclino a la Calle
    Sin por eso dejar de acompañar a desolados como usted.
     
    Lo más lamentable es que no lo haya pre-visto; ¿ dónde estaba?
    Sin ebargo: ¡estaba cantado!
     
    ¿Viene?; ¿me acompaña?
    ¡Salga ya de esa melancolía,
    mala consejera!
    ¡Vayamos todavía! – Oscar.

  •  Nos toca a muchos cristianos el vivir en los cuarteles de invierno.

     No es el único  caso de como se vive la desolacion en la diocesis de San Sebastián,  por desgracias  ésta se vive en la mayoría de las diocesis españolas, por no decir todas.

    Un eminente cardenal  muy conocido de sudamérica ( me reservo el nombre para no comprometerlo) dijo  hace  poco a unos  amigos españoles :  “Pobre  iglesia española.

  • ELOY

    Detrás de la tempestad viene la calma.
    Nunca llovió que luego no escampase

    Estas situaciones se pueden dar en todos los ámbitos de convivencia humana: la familia, la empresa, el partido político..

    En los tiempos “oscuros” hay que mantener la esperanza de los tiempos “nuevos” que llegarán radiantes.

    Gracias por estas reflexiones. Me ayudan en mi convicción de hacer lo que creo debo hacer en cada momento. esa es mi responsabilidad. De las acciones de los demás no somos responsables.

  • olga larrazabal

    Me ha impactado profundamente su desdicha.  Por lo que he leído más que “Invierno Eclesial” lo que hay es una Glaciación para los que siguen dentro de la iglesia y siguen el Evangelio y tuvieron la alegría del Concilio.  En el caso del País Vasco podría hablarse casi de una conspiración que partió en 1937, con exilio y destrucción de la fe de muchas personas.  Cuando el último que se vaya de el portazo y queden las iglesias vacías, ya será tarde.  La tradición que se perdió en las familias, no se recupera con sermones ni pastorales. La ceguera de las curias se paga cara.