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Cuatro tesis sobre las mujeres en las religiones

En este día del sentimental (y comercial) Día de la Madre, nos parece oportuno reflexionar sobre la consideración secundaria y dependiente que de la mujer tienen casi todas las grandes religiones, a partir de la conferencia pronunciada por el autor en el pasado Día de la Mujer.

      Agradezco a la Concejalía de la Mujer de Alcorcón la invitación a participar en las actividades culturales programadas con motivo del Día Internacional de la Mujer Trabajadora con la conferencia “Las mujeres en las Religiones: mayoría silenciosa y silenciada”. Es, sin duda, la mejor demostración de que la causa de la emancipación y de la igualdad (no clónica) de las mujeres no es sólo asunto de mujeres sino de todos los ciudadanos y ciudadanas, comprometidos en la lucha contra las discriminaciones de género.

      La elección del tema, tan poco frecuente en efemérides de este tipo, por parte de la Concejalía refleja una especial sensibilidad por analizar críticamente aquellos espacios en los que las mujeres se sienten más discriminadas, olvidadas e invisibilizadas, cuales son las religiones. Ahora bien, el análisis de las religiones no puede hacerse de manera unidireccional y unívoca. El hecho religioso es lo suficientemente complejo como para que lo despachemos con una serie de afirmaciones planas o gruesas. Tiene muchas capas y admite no pocos matices, también en su relación con las mujeres. Bien puede hablarse de la dialéctica de las religiones en este y en otros campos. Es innegable que las religiones han ejercido –y siguen ejerciendo, en buena medida- una función alienante, especialmente en su relación con las mujeres, y legitimadora del orden establecido. Pero no es menos cierto que han sido, son y seguirán siendo en el futuro fuerzas y cauces de liberación, también de las mujeres. Los orígenes de las religiones constituyen el mejor ejemplo de ello y la relación igualitaria de sus fundadores con las mujeres me parece emblemática de lo que deberían ser hoy.

      Creo que a la relación de la religión con las mujeres le es aplicable lo que dijera Marx (1818-1883) de la religión en general en uno de sus escritos de juventud, Contribución a la crítica de la filosofía del derecho de Hegel (escrito entre finales de 1843 y enero de 1844): “La miseria religiosa es, por una parte, la expresión, de la miseria real y, por la otra, la protesta contra la miseria real. La religión es el suspiro de la criatura oprimida, el corazón de un mundo sin corazón, así como es el espíritu de un mundo carente de espíritu. Es el opio del pueblo”.

      En esta conferencia, que quiere ser programática, voy a proponer las que llamo “cuatro tesis de Alcorcón sobre las mujeres en las religiones”, que enuncio así:

      1. Las religiones nunca se han llevado bien con las mujeres –tampoco hoy-, que son las grandes olvidadas y las grandes perdedoras.

      2. Sin embargo, las mujeres son las más fieles seguidoras de los preceptos religiosos, las mejores educadoras en las diferentes fes y las que, por paradójico que parezca, mejor reproducen la estructura patriarcal de las religiones.

      3. Pero cada vez es mayor el número de mujeres que se rebelan contra las religiones, sin abandonar el espacio religioso, se organizan autónomamente, se apartan de las orientaciones morales que les impone el patriarcado religioso y viven la experiencia religiosa desde su propia subjetividad, sin tener que pasar por la mediación de los varones.

      4. De esta rebelión ha surgido en todas las religiones una nueva forma de pensar y de reformular las creencias y las prácticas religiosas: la teología feminista.

      Desarrollo a continuación estas cuatro tesis.

 

      1. Las mujeres son las grandes olvidadas y perdedoras de las religiones

      a) Las mujeres en las religiones no son reconocidas como sujetos morales: se las considera menores de edad que necesitan guías espirituales varones que les conduzcan por la senda de la moralidad, les digan lo que es bueno y lo que es malo, lo que pueden y no pueden hacer, sobre todo en materia de sexualidad, de relaciones de pareja y en la educación de sus hijos. Las normas morales a cumplir por las mujeres –alejadas, cuando no contrarias, la mayoría de las veces, a las de los fundadores y fundadoras- son dictadas por los varones, que se las imponen como de obligado cumplimiento.

      En el imaginario patriarcal religioso, muy marcado por la influencia de los clérigos, las mujeres son consideradas tentadoras, ligeras de conducta, amorales, etc. Esa imagen se ha elaborado a partir de determinados textos sacados de algunos libros sagrados escritos en lenguaje patriarcal, considerados válidos en todo tiempo y lugar, y leídos con ojos fundamentalistas y mentalidad misógina.

      b) Las mujeres casi nunca son reconocidas como sujetos religiosos. En no pocas religiones la divinidad suele ser masculina y tiende a ser representada sólo por varones. De lo que Mary Daly concluye, creo que certeramente: “Si Dios es varón, el varón es Dios”. Así, los varones se sienten legitimados divinamente para imponer su omnímoda voluntad a las mujeres. Precisamente porque sólo los varones pueden representar a Dios, sólo los varones pueden acceder al ámbito de lo sagrado, al mundo divino; sólo ellos pueden entrar en el sancta sanctorum; sólo ellos pueden subir al altar, ofrecer el sacrificio, dirigir la oración comunitaria en la mezquita, presidir el servicio religioso en las sinagogas (con algunas excepciones). Sólo los varones pueden ser sacerdotes en la Iglesia Católica, imames en el islam y rabinos en el judaísmo ortodoxo. Las ordenaciones sacerdotales de mujeres son declaradas inválidas por la autoridad eclesiástica y la oración comunitaria de los viernes presidida por mujeres es calificada de profanación de lo sagrado. En la Iglesia católicas, las mujeres pueden consagrar su vida a Dios, pero, en razón de su sexo, no pueden representar a Dios. En las mezquitas las mujeres suelen estar deparadas de los hombres -¿para no contaminar?-, son colocadas en la parte superior tras una celosía, e incluso a veces tienen que entrar por una puerta distinta de la de los hombres.

      c) Las mujeres difícilmente son reconocidas como sujetos teológicos. Las instituciones religiosas suelen ponerles todo tipo de trabas para el estudio y la docencia de la teología, para la interpretación de los textos sagrados, para la reflexión sobre la fe, etc. Y cuando deciden u osan pensar la fe y hacer teología desde sus experiencias de sufrimiento y de lucha, e interpretar los textos de sus respectivas religiones desde la propia subjetividad, suelen ser acusadas de entrar en un terreno que no les corresponde y de caer en el subjetivismo. En la mayoría de las religiones la teología está escrita con caracteres masculinos.

      d) La organización de las religiones se configura la mayoría de las veces patriarcalmente: todos los sacerdotes católicos y todos los imames son varones; el Dalai Lama es varón; la mayoría de los rabinos y de los lamas son hombres. Y así sucesivamente. Por ello, las religiones bien pueden definirse como perfectas patriarquías.

      e) Las mujeres acceden con dificultad a puestos de responsabilidad en las comunidades religiosas. El poder suele ser detentado por varones. A las mujeres les corresponde acatar las órdenes. Lo que tiende a justificarse tanto por el discurso androcéntrico de las religiones apelando a la voluntad divina: es Dios quien encomienda el poder y la autoridad a los varones y la obediencia a las mujeres.

      f) Las religiones legitiman de múltiples formas la exclusión de las mujeres de la esfera pública, de la vida política, de la actividad intelectual, del campo científico, y limitan sus funciones al ámbito doméstico, a la esfera de lo privado, a la educación de los hijos e hijas, a la atención al marido, al cuidado de los enfermos, perdonas mayores, etc. Cualquier tipo de presencia de las mujeres en la actividad política o social es considerado ajeno a la “identidad femenina” (¿?) y un abandono de su verdadero campo de operaciones, que es el hogar., con la consiguiente culpabilización

      g) Las religiones ejercen la violencia contra las mujeres de distintas formas: violencia física, violencia simbólica, violencia religiosa.

      h) La mayoría de las religiones niegan a las mujeres el reconocimiento y el ejercicio de los derechos reproductivos y sexuales:

      – Las mujeres no son dueñas de su propio cuerpo, que es controlado por los confesores, directores espirituales, esposos, etc.

      – A las mujeres no se les permite planificar la familia: deben tener los hijos y las hijas que Dios quiera, los que Dios les mande, no los que ellas libremente decidan.

      – No pueden ejercer la sexualidad fuera de los límites impuestos por la religión (matrimonio, heterosexualidad). La práctica de la sexualidad fuera del matrimonio o con personas de otro sexo es prohibida y condenada expresamente.

      – Son consideradas impuras por la menstruación.

      – Si deciden interrumpir el embarazo, incluso ateniéndose a la ley, son acusadas de pecadoras y criminales y se pide para ellas incluso penas de cárcel. En la condena y criminalización del aborto coinciden los líderes religiosos, por ejemplo, del catolicismo y del islam.

      – Las mujeres no pueden utilizar métodos anticonceptivos, porque eso implica poner obstáculos a la vida.

 

      2. Sin embargo, las mujeres son las más fieles seguidoras de las religiones.

      Hay quienes hablan de que la orientación femenina hacia la religión es innata, más aún, genética, que las mujeres son por naturaleza más crédulas y, por eso, son más asiduas a las actividades religiosas. Quienes así piensan o razonan, se olvidan de que tradicionalmente ha sido a las mujeres a quienes más se ha inculcado el sentimiento religioso. Se trata, por tanto, de un proceso inducido, que responde a una determinada educación y aprendizaje.

      Las mujeres son las mejores transmisoras de las enseñanzas religiosas a sus hijos en la familia y a los niños y niñas en los espacios religiosos a través de las catequesis. Ellas son también las que mejor reproducen la organización patriarcal y la ideología androcéntrica y las que más practican las religiones.

 

      3. Rebelión de las mujeres

       En las últimas décadas asistimos a una auténtica rebelión de las mujeres en el ámbito de las religiones, tanto a nivel personal como colectivo, tanto en el interior de las religiones como en la sociedad.

      a) A nivel personal, transgrediendo conscientemente las normas y orientaciones en materia de sexualidad, relaciones de pareja, planificación familiar, opciones políticas, etc.

      b) En el interior de las religiones, creando movimientos y asociaciones de mujeres que ejercen su libertad de organización y funcionan autónomamente al margen de los varones e incluso enfrentadas con las autoridades religiosas.

      c) En la sociedad, participando activamente en los movimientos feministas y en las organizaciones sociales como expresión de la convergencia en las luchas por la emancipación de las mujeres y como forma de comprometerse con los sectores más vulnerables de la sociedad.

      d) La rebelión de las mujeres dentro de las religiones constituye uno de los hechos mayores y de más profunda significación en la historia del fenómeno religioso, que tiene importantes repercusiones políticas y sociales. Supone un avance en la lucha por la emancipación de las mujeres y por la liberación de los marginados y excluidos. Por eso la rebelión feminista de las mujeres creyentes debe ser apoyada no sólo por los colectivos y las personas religiosas, sino por todos los ciudadanos y ciudadanas comprometidos en la lucha por la emancipación de los pueblos sometidos a las distintas formas de opresión.

 

      4. Teología feminista

      Fruto de esta rebelión ha surgido una nueva manera de vivir y de pensar la fe religiosa desde la propia subjetividad de las mujeres: la teología feminista, que:

      a) Parte de las experiencias de sufrimiento, de lucha y de resistencia de las mujeres contra el patriarcado y sus diferentes manifestaciones.

      b) recupera la memoria de las antepasadas que trabajaron por la libertad;

      c) Reescribe la historia de las religiones desde la perspectiva de género dando voz y protagonismo a las mujeres silenciadas por el patriarcado religioso.

      d) Utiliza las categorías de la teoría de género para analizar críticamente las estructuras patriarcales y los discursos androcéntricos de las religiones.

      Conclusión

      . En el siglo XIX las religiones perdieron a la clase obrera porque se colocaron del lado de los patronos que los explotaban y condenaron las revoluciones sociales que luchaban por una sociedad más justa y solidaria. Los trabajadores dieron la espalda a las religiones porque se sintieron traicionados por ellas.

      . En el siglo XX las religiones perdieron a los jóvenes y a los intelectuales por sus posiciones integristas desde el punto de vista filosófico y cultural.

      . En el siglo XXI, si continúan por la senda patriarcal por la que ahora caminan, perderán a las mujeres

111 comentarios

  • pepe sala

    Me parece una comparación desafortunada, INA, lo siento.
     
    Creo que la igualdad es algo tan elemental que no debería necesitar ningún tipo de lucha para conseguirla. Es algo innato de los seres humanos que, gracias a la FUERZA FISICA se le ha robado a la parte más débil FISICAMENTE.
     
    El consabido ejemplo de experiencias propias. Veamos:
     
    Mis hijos han sido educados sin ningún tipo de preferencia. Quizás nos hemos volcado un poco más en quien más lo ha necesitado, por sus características especiales: Marco Antonio.
     
    La hija mayor y el menor han podido estudiar carrera superior y ambos elegieron la que quisieron. Hoy en día la hija mayor tiene un altísimo puesto de responsabilidad de dirección y el menor  sigue peleando la vida ( combinada con especialización de estudios) y aún no se ha situado como corresponde a su alta formación. ¿ Cual ha sido la diferencia? ¿ Que una es mujer y el otro varón?… NOOOOO
    La diferencia es que ella pudo desarrollar sus conocimientos en un sociedad que no mira los apellidos ,o  si es hija de banquero, contructor famoso, político de altura, o sobrina de Obispo.
    Nuevamente reclamo una sociedad que permita IGUALDAD DE OPORTUNIDADES sin fijarse en si es hombre, es mujer, es hijo de Don-doña, etc.
     
    Pero veamos la “prueba del algodón”:
     
    Cuando mi hija ( guapísima) terminaba la carrera de la UPV ( Universidad del Pais Vasco), uno de sus profesores le ofreció un puesto de ” becaria”. El profesor en cuestión había estado babeando todo el curso y el babeo era tan molesto que estuve a punto de tomar medidas correspondientes. ( mi hija no me lo permitió porque ella tiene suficiente caracter para poner freno a los babosos.)
     
    La contestación que recibió el profesor baboso mereció un gran elogio por mi parte. Le dijo:
     
    — “” Mire usted, si yo quisiese ser una puta, estaría en una esquina volteando un bolsito. Pero como llevo 5 años aguantando a babosos como usted para terminar una carrera, que ha costado un enorme esfuerzo familiar, tengo intención de sacar provecho de ella”.
     
    Desde hace años, mi hija ocupa altos puestos de dirección en Suecia y el baboso profesor, hoy en día, estaría baja las órdenes de quien intentó abusar por su posición de PODER.
     
    Y seguro que el caso de mi hija no es, ni mucho menos, un caso especial de la realidad española.
    Ya he contado en otra ocasión que mi hijo menor, conocedor y avisado por mí de la realidad española al respecto, ocultó su formación superior cuando pidió trabajo en Barcelona. Si hubiera mostrado su currículum académico, POSIBLEMENTE NO LE HUBIERAN CONTRATADO y le hubieran dicho lo mismo que le dijeron al muchacho que fue al mismo taller exibiedo su carrera :
    — “” ¿ te gusta mucho estudiar”?
     
    –Pues sí, es algo que me gusta y no lo hago mal- contestó el buen muchacho.
    — Pues, hala, coge tu título y vete a la Universidad a que te den trabajo. En la construcción no necesitamos universitarios.
     
    ¿ Os suena fuerte?…. pues ésa sociedad es la que tenemos. No se trata de hombre-mujer, se trata de RESPETO MUTUO entre seres humanos, unos-as más inteligentes y otros menos; pero cada cual debe tener el respeto que se merece por su propio esfuerzo , no por sus apellido famoso o por el dinero que tengan sus papis, por ser más guapo o más feo ni por ser hombre o mujer.
     
    Pues éso.

  • MARISA-EL TALLER

    Hace dias que no, puedo entrar y ademas, no, estaba muy motivada; pero vaya tela, por donde ha derivado el tema.
    Para que veais, como esta el patio, en el tema mujer, hemos avanzado poquito, pero vamos caminando aunque es tarde aun da tiempo, pero muy de noche, cuidado con los baches.
    Como no, estemos las mujeres vijilantes, nos pisaran los espacios, porque eso es lo que se ve incluso en  este ATRIO. lOS VARONES TIENEN MUCHO MIEDO A LA PRESENCIA DE LA MUJER, de la mujer con conciencia, es logico, son muchos siglos de previlegios, previlegios que aun poseen el 99% de la riqueza mundial esta en sus manos, esa es una inmensa agresion una inmensa violencia, achacable al varon planetario; revisaros los mas progres o los que os sentis progres. Sin complejos.
    VAMOS CAMINANDO AUNQUE SE HACE TARDE Y DE NOCHE, PERO ES EL MOMENTO.

  • ana rodrigo

    Efectivamente, INA, tu comentario es bastante desafortunado y lamentable, y me temo que andas bastante perdido en este tema, por lo menos en la teoría. No analizo intenciones, pero creo que estás muy  lejos de la nueva realidad a la que aspiramos las mujeres.

    Sería demasiado cansino para quienes nos leen el rebatir todo lo que dices, porque es demasiado elemental, pero solamente te diré que cuando dices “¡Convenceos de que podeis ser mejores!” te diré que, si lo dices en el sentido cualitativo, este consejo sería válido lo mismo para hombres que para  mujeres, y si lo dices en términos morales, quizá aquí habría que aplicárselo más a los hombres, pues en temas de desigualdad las mujeres hemos sido las víctimas.
     
    Bueno, ¡meter al gobierno en la gestión del maltrato!, es que no tiene nombre, siendo el primer gobierno que ha hecho una ley de igualdad. A ver si también fue Zapatero el que mató a Abel. Uf….qué tufo!
     

  • INA

    Buenos días:
    Me gustaría poder hablar de esto quitando un poco de hierro al asunto, pero sé que el problema de la desigualdad hombre mujer tiene una componente dolorosa como es el de la violencia (por cierto, muy, muy mal gestionada por el gobierno). Por eso pido disculpas si puedo parecer frívolo con el asunto.
    Yo compararía esta lucha por la igualdad hombres contra mujeres como la lucha entre guap@s y fe@s. Muchas veces hubiera querido pertenecer al primer grupo, pero… no pudo ser… Yo sé lo que es ser transparente a los ojos del sexo “contrario” y partir con desventaja frente a quienes pueden acaparar la atención gracias a sus encantos.
    Ser guap@ te abre más puertas que ser fe@, pero no por ello reivindico que se me considere como una persona guapa. Ni se me ha ocurrido hacer una plataforma de feos. Yo soy lo que soy y, pardiez, que estoy orgulloso de ser como soy, porque hay muuuuuchas más cosas en la vida que ser guap@ (digo yo que eso será lo que ve en mí mi mujer…)
    Lo que quiero comentar es que por mucho que se empeñe uno en cambiar a la sociedad verá que es como luchar contra molinos de viento. Lo importante es reafirmarse en uno mismo y hacerse valer. Llamar la atención a pesar de ser “transparente” y aprovechar las ocasiones que da la vida para ser feliz.
    Yo les diría a las mujeres: no caigais en la trampa de la “igualdad porque sí”. Es un corsé hecho a medida de los hombres. ¡Convenceos de que podeis ser mejores!

  • M. Luisa

    Las cualidades  personales a las que me refería, querida Ana,  no son aquellas que se inscriben en el modo de ser de la persona  y que por ello pueden consistir  en ser   convicciones nuestras sino aquellas que se obtienen en búsqueda  cuando se va  verdaderamente en busca del sentido de la realidad misma.  Es decir cualidades propias   de la realidad   que  ya somos  pero que  por  ser en sí misma  diáfana     nos vemos  irremisiblemente proyectados a ella. Y proyectados/as  de tal modo que es  ella  la que nos va cualificando o capacitando en lo real,  de ahí que a este nivel sea indiferente ser específicamente hombre o mujer, afecta estrictamente  a la mentalidad .
     
     
     Por tanto no me refiero a las cualidades que la mentalidad pueda tener y de hecho tiene  por determinados factores externos de origen psicológico, social, religioso,etc., sino a lo que formal y estructuralmente  es la mentalidad. Fijémonos que ésta  y los  graves problemas que comporta  por interferencias no aparecen   sino  sólo   cuando se va en búsqueda de lo que las cosas son en profundidad lo cual hace  que  así como  lo primero, es decir, las convicciones puedan  inscribirse   en  una sociología del conocimiento lo segundo pertenece de lleno   a una filosofía de la inteligencia.
     
     
    Un cordial saludo

  • Rodrigo Olvera

    Comparto aquí un artículo publicado en una revista científica, respecto del tema. La revista es  APERTURAS PSICOANALITICAS REVISTA INTERNACIONAL DE PSICOANÁLISIS; y el autor Mariano Iceta.
    Los estudios (todos ellos citados adecuadamente) son muy interesantes; especialmente los relativos a neurobiología y memoria emocional.  Son muy interesantes las advertencias previas del autor: a) el hecho de que los estudios que encuentran diferencias tienen mucha prensa, mientras que los estudios que no encuentran significativas tales diferencias son ignorados; y b) la advertencia de la politización en la interpretación de los datos.
    Y la última frase del artículo no tiene desperdicio: los estereotipos quizá no hagan ningún favor a ambos sexos
    http://www.aperturas.org/articulos.php?id=0000273&a=Diferencias-cerebrales-en-funcion-del-sexo
    Saludos

  • Rodrigo Olvera

    Pues que te puedo decir, Agustín; en su época, muchas investigaciones científicas afirmaban la diferencia de cerebros entre personas caucásicas y afrodescendientes. Gustav le Bon afirmaba por su parte que el cerebro de las mujeres es de menor tamaño, lo que explicaba que las mujeres fueran inconstantes, volubles, carentes de pensamiento, de lógica y de capacidad para razonar.

    La investigación a que te refieres ahora, lo único que dice es que las imágenes muestran que los hombres usa más partes del cerebro relacionadas con la materia gris; mientras que las mujeres usan más partes del cerebro relacionadas con la materia blanca. Ese es un dato; la interpretación del dato es otra cosa, y está condicionada culturalmente.

    Una interpretación (la de quien afirma que las diferencias son “naturales”) es que se demuestra con ello que la diferencia es orgánica. Es decir, los cerebros de hombres y mujeres son diferentes, y por éso actúan diferentes.

    Otra interpretación es que, puesto que hombres y mujeres son enseñados a potenciar más cierto tipo de valores y actitud y acciones, eso implica que se activen más las zonas del cerebro relacionadas con tales valores, actitud y acciones.

    Imagina que alguien dijera: está demostrado con los futbolistas usan más los pies, y que los basquetbolistas usan más las manos. ¿Deducirías entonces que las diferencias entre futbolistas y basquetbolistas son naturales y basadas en el uso preoponderante de unos órganos corporales en vez de otros?

    Lo de que el retraso escolar se explique por estar diseñados para ahuyentar los lobos es un mal chiste, que supongo que es añadido del periodista y no de los científicos.

    Saludos

  • Rodrigo, respeto y acepto tus matizaciones pero es posible que mi punto de vista pueda encontrar  un apoyo en investigaciones sobre el funcionamiento del cerebro de hombres y mujeres. La referencia que he hecho al artículo (casi es más una noticia que un artículo) que hoy mismo publica El País tenía esa intención. Pero ese es un aspecto en el que no puedo entrar porque se me escapa.
    Un cordial saludo     

  • Rodrigo Olvera

    perdón, lo de la campaña iba en la entrada de el velo de Najwa… es que tenía dos ventanas abiertas y me equivoqué… o diré que andaba desatinado? 😉

  • Rodrigo Olvera

    Perdona que insista, Agustín. Pero por más que dices que no es tu intención, sigues adotando un lenguaje que naturaliza los valores adscritos culturalmente a varones y mujeres “nuestra sociedad empiece a girar hacia esos valores que la mujer puede aportar de forma natural“.

    Verás. Estamos de acuerdo en que esa serie de valores son necesarios para una mejor convivencia social. Sólo insisto en que no se diga que son valores femeninos, ni que son las mujeres quienes deben aportarlos naturalmente. 

    Y uno de los problemas de naturalizar los valores diferenciados por género, es que entonces quien se sale de la naturaleza es una rareza, una anormalidad. ¿Por qué pensar que sólo vale la pena que una mujer participe en el espacio público desde los valores de ternura, solidaridad etc? ¿por qué descalificar que una mujer participe en el espacio público desde los valores de racionaldad, éxito (me parece  tan misógino decir que el éxito es un valor masculino y que las mujeres que participan en el espacio público no deben hacerlo desde tal aspiración), etc?

    Los ejemplos que pone Pepe Sala de Margaret Tatcher y Condoleza Rice pegan bien, porque no sólo son damas de hierro sino conservadoras y con ejercicio real del poder político. Pero ¿admitiríamos que se descalifique a otras damas de hierro como Rosa Luxemburgo o la Pasionaria?

    Saludos

  • Fico Sánchez Peral

    Conste que os sigo con enorme interés y que si no me he asomado antes es porque, o estoy de acuerdo con lo que se va diciendo y cómo se matizan unas cosas o se rebaten otras (algunas las rebatiría yo a mordiscos y podéis imaginar cuales…), o porque no se me ocurre qué aportar que mejore o complemente lo dicho, e incluso en algunos casos porque, os veo tan lanzadas, ¡que cualquiera se atreve a meter baza! Pero bueno, quería que supierais que estoy aquí, y que empujo en la misma dirección.
     
    ¿En cuanto a mi? Pues que estoy jubilado y mi mujer no, así que ya se sabe lo que toca: hacer las cosas de casa, cama, habitación, baño, cocina, lavaplatos, lavadora, tender la ropa, recogerla, (con la plancha exploto el rollo de que estuve malito y pago a una señora…), mercado…, atención nietos (duchas, deberes, cole, futbol…). Bueno, pues todo eso que sabéis mucho mejor que yo. Y mis hijos salieron de casa sabiendo cocinar y apañárselas mejor que sus parejos/as.
     
    Pues eso, que disfruto y aprendo leyéndoos y que arrimo el hombro en lo que puedo allá donde surge el tema.
     
    Por cierto, Pepe: ¿de donde sacas para todo lo que haces? ¡Qué fecundidad!
     
    Un abrazo a todas/os. Fico.

  • ana rodrigo

    Los colmillos de los humanos se han ido reduciendo y las muelas del juicio van desapareciendo conforme ya nos los necesitamos como animales de presa. Así que el cerebro, si es que es cierto que nos condiciona tanto en nuestra conducta como seres sexuados, también se irá adaptando a las nuevas realidades. Todo es proponérnoslo. La inteligencia y la voluntad están por encima de condicionamentos fisiológicos.

  • Pepe, esa, sin duda, es la otra cara de la moneda y pesa mucho a la hora de ir reconvirtiendo la relación hombre-mujer. La anécdota tiene valor en sí misma porque es la representación de una mentalidad que viene de muy atrás.
    Aprovecho este comentario para decir que en el suplemento de El País de hoy jueves (el que reproduce en castellano algunos artículos y reportajes de The New York Times) se incluye un artículo con  el título de “Chicas contra chicos, guerra de mentes” y habla de la imagen del cerebro en chicos y chicas; del uso de la materia gris y la materia blanca. En el artículo se puede leer una frase que me anoto:” Algunos piensan que los chicosestán hechos de tal formaque tardan más en aprender, quizá porque evolucionaron para ahuyentar lobos” Pero cuando el hombre entra en la andropausia los niveles de testosterona y vasopresina descienden , y los estrógenos influyen más. El artículo termina con la siguiente afirmación de Brizendine (no tengo ni idea de quién pueda ser este señor): “Hormonalmente el cerebro masculino maduro se va pareciendo más al femenino”.
    Saludos 

  • pepe sala

    Me ha parecido muy equilibrado el análisis de Agustín. Es natural que haya matices; pero en conjunto estoy muy de acuerdo con lo que dice.
     
    Hau un punto que me gustaría resaltar ( con tu permiso, Agustín) Es éste:
     
    3.- La mujer, incorporada ya a todas las actividades sociales, se pretende que asuma esa dialéctica del varón: la del éxito, el dinero y el poder. De hecho muchas mujeres, en su afán de hacer  méritos y demostrar su valía ante el varón adoptan formas y comportamientos del mismo tenor agresivo y competitivo que el varón””.
     
    Podríamos encontrar multitus de ejemplos que demostrarían esta realidad. Lo dejaré en un par de nombres de mejor olvido que recuerdo: Margaret Thacher y Condolenza Rice.
    Este par de ” damas de hierro” nos demuetran claramente la realidad de la información  Agustiniana”… ( el de ATRIO, no el otro.)
     
    Pero quiero añadir un matiz que se te ha pasado, Agustín, ( no se pueden poner todos los matices, puesto que se haría interminable el tema tan necesitado de debate.)
     
    Me refiero a la parte de culpa que tienen las propias mujeres respecto al comportamiento machista de nuestra sociedad reciente y actual. ( las anteriores, como no las conocí, mejor las comentan quienes las conocieron por ” su edad, dignidad y gobierno”.) lo contaré como a mí me gusta hacerlo, con un EJEMPLO vivido por mí mismo:
     
    Al ser una familia muy larga, los cumpleaños, fiestas anuales tradicionales, eventos, etc, suelen estar muy concurridos en la casa que le toque. ( pónganse a temblar las mujeres de la casa.)
     
    En ésta ocasión voy de invitado y la casa está a rebosar. Hay algunos-as invitados no familiares también. Hay mayoría de mujeres en la reunión y mi madre está pasando una temporada en la casa en cuestión.
     
    Bien, ya hemos cenado, tomado los cafés y llega la hora del FREGADERO…Obviamente todos y TODAS tratamos de escurrir el bulto; pero tampoco es cuestión de meterle todo el marrón a la dueña de la casa. Surge la polémica sobre la igualdad entre hombres y mujeres y la solución viene de la ” mente privilegiada” de mi hermano más joven. ( ” El señor Marqués de Rozalejo”, como es bien conocido por algunos de nuestros tertulianos. Un abrazo, Joxema y Teresita.)
     
    — Os hago una apuesta- dice a las mujeres presentes- nos penemos a fregar Pepe y yo y veréis cómo mi madre nos quita el delantal y friega ella.
     
    — Nooo… no puede ser.
     
    Dicho y hecho, nos colocamos el ” mandil” ( delantal) y nos hicimos ver por nuestra madre.
     
    — ¿ Qué hacéis con el mandil puestu?… no se vos ocurrirá fregar a los hombres, con el montón de mujeres que hay aquí.
     
    — Las cosas van cambiando, mama, y ya hay igualdad entre los hombres y las mujeres. Hoy fregaremos nosotros.
     
    — ¡¡ Eso sí que no !!… mientras yo tenga cinco deos en ca mano los mis hijos no friegan habiendo mujeres pa hacelo.
     
    Y el ” señor Marqués de Rozalejo” ganó su apuesta, yo me libré de fregar y las mujeres jóvenes ( y no tan jóvenes) se quedaron pasmadas del remango que tenía mi madre con casi 90 años .
     
    Mi madre no era machista, obviamente, simplemente seguía las directrices que la época IMPONIA a la sociedad. Fregar los cacharros era sinónimo de ser ” maricón”, y pasear el cochecito de los bebés, y hacer los recados cuotidianos, y pelar las patatas, lavar la ropa ¿ planchar?… ése, además de ” maricón”, era tonto. ¿ Coser?… mejor ni nombre el “llamatu” para quienes supieran hacer un buen zurcido. ( yo lo sé hacer todavía, tendré que hacérmelo mirar, pero es que en los Seminarios no teníamos a mama para coser, fregar, pelar patatas y demás cosillas ( es lo más útil que aprendí en el Seminario). Tampoco en la mili, y hacer labores ” femeninas” en la mili tampoco contaba para lo de ” maricones”.
     
    En definitiva, vuelvo a hacer hincapié en las sociedad donde se formaron quienes manejan actualmente nuestros destinos. Y no creo que la anécdota con mi madre fuese exclusiva de nuestra  casa.
    Y hay un gran empeño en regresar al CONSERVADURISMO que marcó nuestra niñez y juventud.
     
    “” Esto con Franco no pasaba, oiga”….

  • Rodrigo tienes razón. El término correcto no es “esencialmente femenino” porque apunta a una naturaleza distinta. Y ni es así ni yo he querido decir exactamente eso. Lo que quiero decir es son comportamientos que han devenido en algo definitorio y que forma parte del perfil de la mujer. Y lo que sugiero es que ,si se han conformado los roles, es hora de que nuestra sociedad empiece a girar hacia esos valores que la mujer puede aportar de forma natural y que, en mi opinión, pueden iniciar una transformación muy esperanzadora en todas las culturas.
    Me alegra saber de la existencia todavía de grupos matriarcales. La historia antigua nos habla de la existencia de sociedades de este tipo que se perdieron. Pero también quiero matizar que el patriarcado como el matriarcado no dejan de suponer la preeminencia de unos u otras y eso muchas veces deviene en exclusión; exclusión por imposición. ¿No va a ser posible evolucionar a una sociedad que no esté marcada por el dominio sino por la participación de hombtes y mujeres y donde estas aporten sus valores más peculiares con lo que se conseguiría una cultura más humana?
    Un cordial saludo      

  • ana rodrigo

    Ciertamente que la identidad personal en cuanto a cualidades desarrolladas debe surgir del núcleo más profundo del ser, y debe estar cimentada sobre la roca de las convicciones. Y ese núcleo común a todos los seres humanos, fuente y origen de toda humanización está a veces tan solapado por condicionamientos culturales, familiares y personales, que no todo el mundo puede o sabe profundizar en ese núcleo vital.
     
     
    Por eso a veces el principio de las soluciones tiene que venir de fuera, hay que ir eliminando todas esas capas de costumbres, tradiciones y prejuicios que se han ido acumulando en cada persona, lo mismo que se hace en la restauración de un retablo o de una imagen.

     
    Y cuando un hombre va descubriendo que su ser masculino no depende de su fuerza física, de su agresividad o de su capacidad para imponerse, entonces descubrirá cosas de esas que no se aprenden en los libros, sino cada uno ha ido descubriendo ahí en lo más profundo, se habrá llegado a las convicciones. Y si a una mujer se le abre la ventana de su invisibilidad para que “vuele”, es decir, se la deja ser ella misma, ésta descubrirá su capacidad para cosas que siempre le habían dicho que no era cosa de mujeres. Mientras camina en su realización personal irá desarrollando a la par todas esas potencialidades que todo el mundo llevamos dentro y que se las había reprimido por dedicarse a roles “específicos” de mujeres.

     
    Y como dicen que el movimiento se demuestra andando, creo que caminando todos y todas hacia la misma meta, iremos consiguiendo el que nadie quede relegado en su desarrollo personal por ser hombre o por ser mujer. Y nos encontraremos con diversidad de personas con sus defectos y sus virtudes, independientemente de si se es hombre o mujer. Y quizá dejemos de escuchar eso de “mujer tenía que ser”.

  • M. Luisa

     
    ¿Cuál es y dónde está esta clave que Asun con tanto realismo nos sitúa frente a ella?
     
    Cuando hablaba del valor de las cualidades personales, cuando hablaba de restablecer la unidad  que complementa  la sensibilidad humana y la inteligencia, cuando hablaba del ámbito de lo real y cuando hablaba de la sistematización interna de las estructuras humanas  no estaba  haciendo otra cosa  que  intentar abordar  el problema desde  el núcleo, desde su hondura misma la cual sólo desde ahí   es desde  donde creo que se podría llegar a restablecer por el bien de la humanidad   esta cuestión tan preocupante.
     
     
    En cuanto a las cualidades  personales  convendremos todos que  éstas no caen en  el ámbito de la especie sino en el de lo esencial
     
     
    En cuanto a la sensibilidad y la inteligencia ¿no son realmente notas humanas que la tradición ha separado?
     
     
    En cuanto al ámbito de lo real que es lo que aquí nos interesa  no es aquel  que ha de estar constituido mediante todo aquello que  precisamente es lo que ha enriquecido primero a la persona?
     
     
     
    Todo esto se llevaría a cabo, es decir sería posible  por la correcta sistematización de nuestras  estructuras internas  las cuales  hasta ahora y con la tradición por en medio han tendido a funcionar egoicamente.
     
    Buenos días

  • Rodrigo Olvera

    Hola Agustín

    “esta no es una cuestión de la cultura de occidente o de las religiones monoteistas porque se da, y con matices muy similares, en todas las culturas.”

    No. No todas las culturas son patriarcales, aunque sí la mayoría. Hay algunas culturas, no sólo del pasado sino en el presente, matriarcales. Si algunas vez tienes la oportunidad de conocer el Istmo de Tehuantepec  (en México) y convivir con sus gentes, podría serte una experiencia muy interesante.

    “valores que se podrían decir esencialmente femeninos ”
    Aquí está otra vez el lenguaje naturalizante. Si hay un valor esencialmente masculino o esencialmente femenino, implica que no es cosntruído socialmente, sino que pertenece a la “esencia” (naturaleza) de lo masculino o lo femenino.

    Saludos

  • mªpilar garcía

    Agustín: parece que no en todos los tiempos fue así.
    Sí, eran cazadores, pero no eran superiores a  las mujeres.

    Ellas regían al grupo, siempre en camino; ellas podían elegir varón, cuando regresaban de la caza, para traer hijos fuertes al mundo y seguir su especie; eligiendo a los más afortunados en conseguir sus trofeos, al suponer, que eran más valientes e inteligentes.
     

    En algún momento, (como siempre pasa en la historia de nuestro caminar), se cambiaron los roles;  hasta hoy.

    No se la cusa; sabemos que a lo largo de nuestra  historia ha habido mujeres extraordinarias; ganando terreno poco a poco, sin conseguir poner las cosas en su justo lugar.

    Ni el ni ella, avasallando a la otra persona; sino dentro de sus diferencias, porque son complementarios, crecer en armonía ambos dos.

    Puede suceder, que cuando se llega al poder… se pierden las “formas” del buen hacer, lo ostenten ellas o ellos.

    Aun así, sigo creyendo, que un mundo más justo, respetuoso, y dichoso ¡¡es posible!!

    Entre todas las personas que pueblan la tierra, al menos la mayoría.

    mª pilar

  • Ana, yo ni digo ni quiero decir que hombres y mujeres sean así por naturaleza. Lo que sí afirmo es que hemos evolucionado con escala de valores diferentes por los roles (como tú misma afirmas) que hemos tenido que desempeñar. También estoy convencido de que ese reparto de tareas y posiciones en el seno de la sociedad familiar y la sociedad civil es lo que ha ido conformando el escenario en el que estamos. Por supuesto que no se trata de valores estancos y exclusivos y que muchos hombres participan de los valores que se podrían decir esencialmente femeninos y a la inversa; eso es algo obvio. No he pretendido ni simplificar y menos dogmatizar; solo trataba de esquematizar y soy consciente de que cualquier esquema tiene sus matices y sus notas a pie de página para entendernos. Pero no es menos cierto es que el resultado final de las sociedades que vivimos viene configurado por el carácter que le ha dado elemento dominante durante toda la historia. Y ese elemento es el varón. Y que creo que la aparición de los valores que la mujer puede aportar, a largo plazo podrán modificar (en mi opinión, para bien) nuestras sociedades.
    Y finalmente, no perdamos de vista que esta no es una cuestión de la cultura de occidente o de las religiones monoteistas porque se da, y con matices muy similares, en todas las culturas.
    Espero haber aclarado mi postura pero si estoy equivocado no tengo problema alguno en matizar o rectificar   

  • Josefina G.C.

    “Los cambios que tienen hondura vienen de dentro, pero desde dentro del ser humano. Ahí creo que está la clave.”
    “Nada nos separa de fondo,  sino el filtro cultural-religioso que dicta norma y sentencia.”
    Gracias Asun y “vamos todavia”
    Buenas noches y esperanzas a tod*s 

  • Asun

    A mi modo de ver, creo que con este artículo se des-autoriza toda esperanza  en que dentro de las religiones se va a producir los cambios tan profundos que se necesitan para que tanto la mujer como el hombre se libren de una vez de los estereotipos enfrentados más que complementarios, aún así mediocres para la mujer, que se han ido configurando sobre ambos sexos.
     
     Los cambios que tienen hondura vienen de dentro, pero desde dentro del ser humano. Ahí creo que está la clave. Ir quitando todas las envolturas de creencias laicas y religiosas, que obstruyen el camino hacia un cambio de horizonte, en el que se lleguen a confundir hombre y mujer en la bondad de su fondo, aunque nunca, como es lógico en   sus valiosas formas.
     
    Si se percibe la interrelación de todo y de todos ya es un avance, pero además hay que trabajar por una des-ego-centralización, la tan repetida desapropiación del yo. Porque mientras estemos ocupados en tomar o defender una  u otra opción con razones muy variadas y diversas, seguimos con cierto camuflaje imponiendo nuestra propia visión siempre mental y de separación por muy razonable que pueda parecer.
     
    Al final lo que importa es lo que hagamos en la vida diaria y de puertas adentro en la familia, trabajo y relaciones de todo tipo. Cada cual no debe dejarse imponer por lo que otro le diga al respecto, si cumple o no cumple con la “liberación correcta”, sino actuar libre y coherentemente conforme a lo que siente y es. Nada nos separa de fondo,  sino el filtro cultural-religioso que dicta norma y sentencia.
     
    Seguimos estando situados – aún sintiéndonos liberados- en un marco cultural en el que percibimos que nuestras ideas encajan, pero ¡cuidado!, no dejan de ser aproximaciones, de relatividad con respecto a la verdad,  que incesantemente el ser humano busca a lo largo de toda la vida. Y una prueba de nuestro posible error, es decir, seguir aparcados en una cosmovisión dualista, es que no aceptemos otro modo de pensar y proceder diferente a nuestra “verdad”.
     
    Por lo demás he seguido fielmente vuestros comentarios, cuando el tiempo me lo ha permitido. Así que os animo a seguir y a no des-animaros aún cuando no participemos el resto. A veces no hay mucho más que añadir, por ejemplo a las reflexiones a interiorizar de Mª Luisa o a las exposiciones tan detalladas a veces de Ana. A los chicos también agradezco su particular manera de ser y que tan bien reflejáis. Sois todos y todas muy valiosos. Tened confianza que todo está bien.
     
    Un abrazo y buenas noches.

  • ana rodrigo

    Ojo!!! que ahora no se nos pida a las mujeres lo que los hombres no han sido capaces de hacer en tantos siglos, un mundo maravilloso. Y sobe todo que se nos permita equivocarnos, por favor.
    Yo nunca digo que la mujeres vamos a hacer las cosas mejor, sino que se nos dé la oportunidad de intervenir en la res pública y a partir de ahí, que no se nos esté perdonando la vida constantemente.
    El ser masculino y el ser femenino con sus adjudicadas cualidades y defectos respectivamente, es el resultado de los roles que se han practicado durante siglos y siglos. Si lo hombres iban a luchar por la vida a base de fuerza, es lógico que hayan desarrollado fuerza y agresividad y todo lo relacionado con esto. Mientras que si las mujeres se dedicaban al cuidado de la infancia, enfermos/as y ancianos/as, es decir, de la parte más débil, es lógico que hayan desarrollado capacidades más del mundo de los afectos, cuidados, servicios o ternura.
    Pero ¿cómo vamos a afirmar que algo por naturaleza es cosa de mujeres o cosa de hombres? ¿Cómo le vamos a decir a un hombre, como se ha hecho tradicionalmente, que se prive de la ternura hacia su bebé? En el momento que podamos vivir roles diversos, iremos viviendo nuevas posibilidades que hasta ahora se nos habían negado y desarrollando nuevas capacidades. Eso es lo bueno de esta nueva situación que estamos viviendo en la humanidad, el enriquecimiento de los seres humanos a partir de la igualdad de oportunidades. Por eso no me canso de repetir que el feminismo no es sólo cosa de mujeres ni que solamente beneficie a las mujeres.
    Lo que sí afirmo es que las mujeres nunca deberían acceder en la iglesia al sacerdocio tal como ahora se concibe. Lo que ocurre es que es el clero el que decide doctrina y teología, y en este estado de cosas, la mujer nunca podrá influir en un giro de otra manera de estar presente la Iglesia en el mundo. Los hombres tuvieron esa oportunidad en el Vaticano II y ya hemos visto en qué se ha quedado.
    PD. En mi último cometario quise desanimadilla y no desamidilla como dije.

  • Sigo con mi teoría de lo que el género humano debe esperar de la mujer. (un poco pesado sí que soy pero hay cosas que necesito decir)
    1.- El hombre desde su aparición sobre la tierra no ha dejado de ser cazador. Emepzó cazando para sobrevivir y continuó haciéndolo para acaparar, para tener más que los demás.
    2.- Como depredador (igual que el resto de los animales) siempre ha marcado su territorio: estos son mis dominios y nadie que no sea de los míos  puede cazar o vivir aqui. En esto, hombres y animales somos exactamente iguales. 
    3.-  También como los animales, el hombre, cuando ha visto otras tierras más ricas que las suyas ha procurado invadirlas. Pero aquí ya empezamos a marcar diferencias (negativas) con los irracionales porque el león o el águila lo hace éxclusivamente para sobrevivir y el hombre lo hace para ejercer su dominio sobre sus vecinos y vivir mejor que ellos.
    4.- Al animal depredador la naturaleza lo ha dotado de garras, picos, dientes, fuerza o velocidad precisamente para que usándolas puedan sobrevivir. En cambio al hombre, un animal biológicamente débil, la  naturaleza lo ha dotado de inteligencia. Ese es su instrumento para la adptación y la supervivencia. Por eso fue capaz de idear armas con las que defenderse de los animales más fuertes que él. Pero enseguida aprendió que también las armas le servían para defenderse o atacar a otros hombres.
    5.-El elemento diferencial con los irracionales es pues la inteligencia. La inteligencia bien pudo (y puede) usarla no para atacar,  dominar y tener más sino para idear fórmulas de colaboración con sus vecinos y obtener mejores resultados y mejores recursos que sirvieran para todos. Porque ese es el otro elemento claramente diferencial: la socialización. Pero ese agrupamiento, normalmente lo ha utilizado para ser más fuertes que el resto de los grupos.
    6.- Ese planteamiento de vida consistente en dominar, mediante la invasión o el sometimiento por la fuerza a los otros, ha contribuido a desarrollar armas y sistemas de guerra. Dicho de otra manera la guerra ha sido el principal impulsor de la evolución tecnológica. Todo tenía aplicación para la guerra;desde las lanzas a la rueda; desde el fuego a la pólvora; desde las teorías físicas sobre la materia a la bomba atómica.
    7.- En consecuencia el hombre con su inteligencia ha escogido una vía de evolución: el de la tecnología porque esa tecnología le sirve para el poder y el dominio sobre los otros grupos.
    8.- Pero el hombre, para su supervivencia y luego para su bienestar podría haber escogido la otra vía; la de la socialización  sin fronteras (fronteras que no son otra cosa que la marcación del territorio que hacen los animales)
    9.- Esa vía de la solidaridad es precisamente la que en puridad se debería llamar evolución netamente humana. Porque la herramienta que la naturaleza ha dado al ser humano para adaptarse y sobrevivir, es precisamente el sentido comunitario o  de ayuda mutua. Esa vía evolutiva habría traido como consecuencia una sociedad pacífica por ausencia de agresividad y de la obsesión del poder. (Algún autor sostiene, y creo que con gran clarividencia, que la humanidad aun no ha evolucionado como tal humanidad sino como seres tecnológicos)
    10.- El cambio a una filosofía  social del humanismo de colaboración y solidaridad sólo puede llegar a través de la mujer porque el hombre dificilmente va a dejar de ser agresivo. Lo tiene en sus genes: para sentirse hombre tiene que sentirse fuerte. En cambio el signo de identidad de la mujer está lejos la violencia. Ella nunca fue cazadora ni necesitó de las armas. Su aportación fue siempre la inteligencia pacífica y agrupadora y sigue cohesionando al grupo con su sentido de la unión y el amor. Por eso insisto en que la mujer tiene que aportar algo sumamente importante para que iniciemos el camino hacia la verdadera evolución del ser humano.
    11.- La mejor plataforma para ese cambio es precisamente desde la Iglesia por su enorme capacidad de influencia social
    Al menos esa es mi opinión y de lo que estoy convencido totalmente. Y algún día, srá así.
    (!Que profético me he puesto jejejeje) 

  • Rodrigo Olvera

    Digamos que a mí me gustaría escribir un libro que se titulara: “Las mujeres y los hombres somos de la Tierra, pero nos inventan la fantasía de que unas son de Venus y otros de Marte” 😉

  • Rodrigo Olvera

    Hola Agustín

    “Así como el valor de cambio del varón es la agresividad, la lucha, el dominio del contrario, el valor de cambio de la mujer es la solidaridad, la ayuda, la compasión, la pacificación y el amor […] La sociedad civil … ha adolecido precisamente de los valores femeninos”

    No sé si te das cuenta, que estás repitiendo precisamente la estereotipación patriarcal. Los hombres SON agresivos, etc; las mujeres SON compasivas, etc.

    Por supuesto que éso es lo que VEMOS en la vida cotidiana; pero lo que no hay que perder de vista es que no es que los hombres y las mujeres SEAN así, como si se tratara de naturaleza; sino que tales identidades son CONSTRUIDAS socialmente.

    Hay quienes quieren mantener la misma estereotipación de géneros, y mantener la misma distribución social de roles derivada de ellas.
    Hay quienes quieren mantener la misma estereotipación de géneros, y cambiar la distribución social de roles derivada de ellas. Es el discurso de que lo que hace falta es que las mujeres aporten sus valores femeninos a la sociedad. Parece que es donde te ubicas
    Habemos quienes lo que cuestionamos es no sólo la distribución de roles, sino de principio la estereotipación misma. La violencia, la compasión, la ternura, la agresividad son características HUMANAS, por más que social y culturalmente se adscriban, fomenten (e inhiban las contrarias) y reproduzcan diferenciadas por género. No queremos sólo que haya una relación más equitativa de roles, conservando los estereotipos; sino tumbar de raíz la “naturalización” de lo que no es más que una construcción social de lo que supuestamente es ser masculino y femenina.

    Saludos cordiales

  • mªpilar garcía

    ¡Gracias Rodrigo!
    ¿Como no admirar esos hermosos ojos?

    ¿Como maltratarlas, creerlas inferiores, ningunearlas por ser mujeres; cuando son la fuerza de la tierra, la vida, la capacidad de soportar tanto dolor, abandono, menos precio e injusticias de todo calibre?

    Conocí esas mujeres en Ecuador, y cuanto tenemos que aprender de ellas…

    Primero de todo, ¡soy mujer! luego me sentí atraída por el proyecto de Jesús, y ese proyecto me fue haciendo ¡libre!

    Como estas mujeres zapatistas, se sienten más completas y valoradas, desde ese espíritu zapatista.

    ¿Por qué entremezclar las cosas? el ser creyente, no me impide ver con claridad, las cuestiones que en la iglesia no funcionan; los errores, las equivocaciones, los lastres, la “magia” el lugar de la mujer en ella…

    Quizá, porque no aspiro a ningún cargo, ni mitra, ni nada de nada… ¡camino! con un estilo, que cualquier persona de corazón limpio, puede seguir.

    No busco nada, solo vivo el momento presente, procurando ser “buena persona”.

    Cierto, que el Mensaje, la vida, la muerte de Jesús, fortalece mi camino, me acompaña su “presencia” ¿?…(siempre el lenguaje…)

    Alguien ha comentado: “para que la mujer se incorpore plenamente,  en igualdad, en todas las realidades de la vida; el varón, tendrá a su vez, que posicionarse de nuevo…”

    Sin este cambio radical de pensamiento, trato, mirada, comportamiento…

    ¡No será posible este cambio!

    Otras mujeres a lo largo de la historia, han luchando por conseguir avances, muriendo a veces por ello.
    Hasta hoy, poco hemos avanzado.

    mª pilar

  •  

    Tiene razón Ana cuando se queja de la escasa participación que hay sobre este artículo de Tamayo.

    Estaba pensando que quizás sea debido a que mucha gente entiende que el tema de la reivindicación de los derechos de la mujer en la sociedad actual está ya suficientemente debatido. Muchos piensan que, efectivamente la mujer tiene y se le deben reconocer esos derechos. Así que se podría decir que el debate está cerrado, que nadie, razonablemente, lo pone en cuestión.

    En estas mimas páginas me ha parecido leer algo así como que hay que dejar de lloriquear y ponerse manos a la obra, que las  mujeres se pongan a investigar, a escribir… que nadie les cierra el paso; que una cosa es la historia y otra muy distinta es el presente que vivimos. Y me temo que son muchos y muchas quienes pueden estar de acuerdo. Las mujedres están presentes en la política, en el arte, en la ciencia, en la industria, en la economía, en la diplomacia… en todas las actividades de la sociedad. Menos en la Iglesia, claro. Hasta ahí podíamos llegar. No va  a resultar ahora que la mujer, que fue la causante de toda la desgracia del género humano por su pecado, y que sigue siendo “puerta de entrada para el diablo” (Tertuliano dixit) y sólo “sirve para satisfacer la lujuria del hombre” (Juan Crisóstomo) va a tener la misma relación con Dios que la que tiene el hombre. Y se encargó Pablo de Tarso de dejarlo muy claro. (Por cierto lo de Pablo no es historia para olvidar; es doctrina y está vigente y merece un comentario aparte).
      
    Mi tesis sin embargo es que la plena incorporación de la mujer a la sociedad, el reconocimiento de todos sus derechos y su equiparación con el hombre no cierra el debate. Apenas es el preámbulo del debate,(si es que tenemos un mínimo de visión del futuro de la humanidad).
    Vaya por delante que todo eso de la cuota de participación de la mujer, de ciudadanos y ciudadanas (o miembros y miembras) me parece pura caricatura una manera de enfocar el problema de forma muy superficial. Eso no aporta nada a lo que, en mi opinión, debe ser el verdadero debate.

     Resumo:
    1.- La mujer no se puede limitar a participar en todos los sectores de la vida porque participar equivale a colaborar (colaborar con el titular y protagonista que hasta ahora ha sido el hombre)

    2.- El hombre se ha regido por el principio de la agresividad, del dominio, del poder y de la riqueza. Esos principios llevan anejos siempre la eliminación del enemigo.

    3.- La mujer, incorporada ya a todas las actividades sociales, se pretende que asuma esa dialéctica del varón: la del éxito, el dinero y el poder. De hecho muchas mujeres, en su afán de hacer  méritos y demostrar su valía ante el varón adoptan formas y comportamientos del mismo tenor agresivo y competitivo que el varón

    4.- Así como el valor de cambio del varón es la agresividad, la lucha, el dominio del contrario, el valor de cambio de la mujer es la solidaridad, la ayuda, la compasión, la pacificación y el amor.

    5.- Desde siempre la mujer ha aportado  sus propios valores en el seno de la sociedad familiar y han sido esos valores los que han hecho del núcleo familiar un ámbito gratificante para todos sus miembros y ha ayudado al desarrollo equilibrado de sus miembros.

    6.- La sociedad civil tan agresiva, compettiva y por ende tan inhumana que hemos configurado a lo largo de la historia de todos los pueblos y culturas, ha adolecido precisamente de los valores femeninos. Con ellos habríamos sido mucho más humanos y, desde luego, menos violentos en todas las manifestaciones sociales.

    7.- La mujer no puede limitarse a reivindicar sus derechos sino que en el ejercicio de ellos debería intentar cambiar el estado de cosas para ir creando una sociedad mejor. Esa sociedad mejor sólo se puede lograr a través del protagonismo de la mujer. Aunque esta se presenta como una tarea a muchos años vista.

    8.- La mujer tiene que reivindicar su incorporación al staff de la Iglesia, (cosa harto difícil porque San Pablo es San Pablo). Pero también aquí el sentido de la incorporación de la mujer debería para aportar sus propios valores de los que la Iglesia está huérfana. Yo no veo a la mujer sacerdotisa u obispa llevando el mismo status de vida de los actuales dirigintes eclesiásticos: sus ritos, sus ceremonias, su boato, su soberbia, su afán de poder. Yo veo a la mujeren la Iglesia predicando  el auténtico mensaje de Jeús; el de la caridad, el amor a los marginados, los pobres; el del perdón. La Iglesia regida (también ) por mujeres no sería la de la religión excluyente, la de las condenas, los dogmas.
    Una Iglesia con mujeres no hablaría de la santa ira, la santa envidia, la santa venganza  o la santa soberbia (¿A quien se le puede ocurrir crear estos pecados para luego santificarlos?) Son pecados netamente masculinos (aunque no exclusivos) y por tanto no entran en la agenda de ningún confesionario. Así que al final ha quedado como único pecado (¿como no?) el de la lujuria que es pecado que se practica entre hombre y mujer y, normalmente provocado en opinión de los padres de la Iglesia,  por la mujer.
    Una Iglesia con mujeres  no bendeciría los ejércitos, los tanques, las bombas,que se van a usar  en las  batallas, sino que se opondría a cualquier guerra. 

    No se trata pues de equiparación de derechos, se trata de la gran aportación que puede y tiene que hacer la mujer para que nuestro mundo deje de ser un mundo de violencia y empiece a ser un espacio de solidaridad. 

  • Sergio Zalba

    “Que las mujeres, por su parte, se arreglen decentemente, con recato y modestia, sin usar peinados rebuscados, ni oro, ni perlas, ni vestidos costosos.
    Que se adornen más bien con buenas obras, como conviene a personas que practican la piedad. Que las mujeres escuchen la instrucción en silencio, con todo respeto.
    No permito que ellas enseñen, ni que pretendan imponer su autoridad sobre el marido: al contrario, que permanezcan calladas. Porque primero fue creado Adán, y después Eva.
    Y no fue Adán el que se dejó seducir, sino que Eva fue engañada y cayó en el pecado. Pero la mujer se salvará, cumpliendo sus deberes de madre, a condición de que persevere en la fe, en el amor y en la santidad, con la debida discreción”.
    (1 Timoteo 2, 9-15)

    Estoy seguro de que ningún ‘hombre de Iglesia’ (bueno, capaz alguno sí) aceptaría hoy la literalidad de este texto de Pablo. Sin embargo, siguen siendo mayoría los que actúan como si lo aceptaran.

  • ana rodrigo

    Bueno, pues ya no me siento tan sola. Ana María me alegro volver a leerte, gracias a María Luisa y gracias a Lali, con el mismo  cariño agradezco a Pepe y a Rodrigo que “entren al trapo”. La verdad es que estaba un poco desamidilla (es un decir, pues en este tema es difícl el desánimo en mi)  por la poca participación.

    Un abrazo sororial para todos y para todas quienes  nos hemos comprometido en conseguir que la especie humana viva en buena armonía independientemente de su sexo.

  • Lali

    “Las mujeres guarden silencio en la asamblea, no les está permitido hablar; en vez de eso, que se muestren sumisas, como lo dice también la Ley. Si quieren alguna explicación, que les pregunten a sus maridos en casa, porque está feo que hablen mujeres en la asamblea” (1 Cor 14,34-35)
     
    ¿Palabra de Dios o palabras de imbécil? ¿Inspiración divina o insensatez humana?
     
    Saludos
    Lali
     
    P/D No calles, Ana. Es muy interesante lo que dices.

  • Ana Maria

    Quisiera intervenir en la polémica sobre el papel de la mujer en la iglesia centrándome en un aspecto que no he visto reflejado hasta ahora en los posts, en lo que sucedió en las primeras generaciones cristiana que se enmarca, por tanto, dentro de los múltiples aportes de tantas mujeres empeñadas en la recuperación de la verdadera humanidad, tanto para el varón como para la mujer. Evidentemente, si la mujer ocupa su puesto en la sociedad y en la iglesia, el hombre se tiene que resituar. Esto, lejos de restarle protagonismo, le devuelve su verdadera dignidad.
    La Biblia nos muestra un Dios enamorado de los desposeídos y los humildes. La opción por la mujer es inseparable de la opción por los pobres. Quizá nos hemos acostumbrado a mirar a la Iglesia como una gran comunidad que se formó inmediatamente después de la muerte y resurrección de Jesús y en la que no surgieron ni conflictos ni acentuaciones diversas en el modo de hacer vida la palabra del Maestro. Nada más lejos de la realidad. Las primeras comunidades tuvieron que enfrentarse con problemas y tensiones de todo tipo. Los años que siguieron a la muerte de Jesús, la época apostólica, estuvieron marcados por la confianza y la seguridad que daba la presencia de los que habían visto y tocado al Señor (1 Jn 1,1). La gran crisis surge cuando éstos desaparecen y las comunidades que ellos habían acompañado tienen que continuar solas su compromiso en el mundo a la luz del evangelio anunciado. Un desafío que la Iglesia naciente supo afrontar sin temor y consciente de que en todas estas tradiciones la revelación de Dios no se agotaba, sino que se complementaba. Fruto de ello es la existencia de una Iglesia que se mantiene unida en la diversidad.
    Los dos polos contrapuestos están representados por la línea de las Pastorales y los escritos de la tradición del Discípulo Amado.
     Las Pastorales resuelven los problemas de la nueva etapa acentuando todas aquellas categorías que aseguran la estabilidad y la continuidad, la ortodoxia y la autoridad. De este modo, la comunidad de discípulas y discípulos de Jesús se organiza estableciendo diferencias insalvables entre los que saben y pueden enseñar con autoridad, los maestros oficiales, y los que son enseñados y deben obedecer. El entronque con los orígenes queda vinculado a la figura de los apóstoles -exclusivamente hombres-, relegando realidades tan centrales en el evangelio como el seguimiento y el discipulado. Consecuencia de todo ello es la pérdida de protagonismo del pueblo de Dios en su conjunto, y de la mujer en particular.
    En cambio, la tradición del Discípulo Amado acentúa la importancia del amor como característica de los seguidores y seguidoras de Jesús, que se constituyen en comunidad de creyentes por la fe en él. La vinculación con el Señor Jesús es la única garantía de fidelidad. Es significativo que en esta tradición no aparezca el término apóstol, sino que el término que adquiere relevancia es el de discípulo/a, no hay necesidad de maestros (1 Jn 2,27), porque sólo el Espíritu es quien enseña; en segundo lugar, la mujer recupera el papel protagónico que le corresponde. Las actitudes de Juan hacia la mujer como aparecen en las páginas del cuarto evangelio son muy diferentes… la samaritana, Marta y María son personalidades de tanta importancia como el ciego o Lázaro. Al retratar creyentes, hombres y mujeres, no hay diferencia de inteligencia, intensidad o respuesta. En Jn 20,14 no es Pedro, sino María Magdalena, la primera en ver a Jesús resucitado, y cuando va a los discípulos, es la primera también en hacer la proclamación pascual
    La Iglesia no tiene su base en una sucesión histórica, sino en el hecho de que Cristo siempre sigue dando testimonio de sí mismo y sigue dando plenos poderes a sus mensajeros (cf. 1 Cor 3,4-10), en una palabra: en la actualidad de Cristo.
    Por tanto, podemos afirmar que el Nuevo Testamento refleja la existencia de distintas concepciones eclesiológicas. Ninguna de ellas agotaba la totalidad de la herencia recibida. Es importante destacar también que en ningún momento esto supuso romper la comunión existente entre las distintas fraternidades. Sin embargo, podemos decir que progresivamente se fueron acentuando más unos aspectos que otros.
    El anuncio del reino constituye el tema central del evangelio: «El plazo se ha cumplido. El reino de Dios está llegando. Convertíos y creed en el evangelio» (Mc 1,14). Desde el principio, Jesús se rodea de un grupo de personas que lo acompañan y son testigos privilegiados de sus palabras, sus gestos y, en definitiva, de su vida como hermano mayor enviado para que en él apareciera el amor entrañable del Padre. Es este grupo, constituido por hombres y mujeres, el que, después de la resurrección de Jesús, va a dar origen a la Iglesia. Jesús no ha querido instaurar un movimiento de letrados, expertos en la ciencia sagrada. Busca el mundo nuevo del hombre (ser humano) liberado para el reino. Para eso le valen igualmente varones y mujeres. Ambos aparecen como iguales ante el don de Dios y de su gracia. Por eso, las mujeres pueden seguirle y le siguen como miembros de “derecho pleno” dentro de su grupo. Jesús se va rodeando de un grupo de personas que le siguen y que comparten con él los caminos polvorientos, la comida, el cansancio… y sobre todo la enseñanza. Esto supondría romper con una comprensión unilateral del seguimiento que lo vincula exclusivamente a los doce. En el Nuevo Testamento nos encontramos diversos modos de seguir a Jesús, pero su contenido, el mismo Lucas nos dice (23,27) cómo, camino del calvario, Jesús era seguido por una gran muchedumbre del pueblo, y de mujeres que lloraban y se lamentaban por él. Es idéntico en todos los casos. Nos interesa fijarnos en el grupo de mujeres. Es el mismo del c. 8. Si se hallan presentes en ese momento es porque verdaderamente habían creído en él. El miedo -estaban allí «desde lejos»- no les había impedido llegar hasta el final, pues «era tan fuerte el amor que le tenían, que esto mismo “les sometía” a ellas a estar allí.
    Por consiguiente, Jesús incorpora a su misión a las mujeres de una manera radicalmente nueva y en abierta oposición a las costumbres de su tiempo. Desde el principio, la Iglesia incorporó a las mujeres como miembros natos. Las mujeres fueron bautizadas y recibieron el Espíritu en las mismas condiciones que los varones, como afirma el texto de Hch 8,12. Si las mujeres son copartícipes junto con los hombres de esta experiencia fundante, esto significa que ellas y ellos están destinados a llevar adelante, en igualdad de derechos y deberes, las tareas del reino y de la Iglesia. La mujer participa de esta experiencia fundante. Radicada en el Dios de la vida, puede y debe ser sujeto activo en la construcción de la comunidad y del reino de justicia y libertad.

    Todo lo que sea esto son condicionamientos de genero y formas de enfocar la vida que no tienen que ver con el mensaje primitivo de Jesús 
     
     
     

  • Rodrigo Olvera

    La última y nos vamos.

    Ramona Vive!!! La Lucha sigue!!!!
    http://www.youtube.com/watch?v=vYN70C5JQdc&feature=related

  • Rodrigo Olvera

    Hola Pepe

    “Lo que me interesa mucho más es lo que propone Rodrigo respecto a tratar el tema expecífico de la mujer FUERA DE LAS RELIGIONES”

    Pues parece que no he tenido mucha capacidad de convocatoria, jejeje.

    Pero bueno, aquí van algunas voces de mujeres, sin pasar por teologías, por si a alguien le inspiran algo

    PRIMER ENCUENTRO DE MUJERES ZAPATISTAS CON MUJERES DEL MUNDO
    http://www.youtube.com/watch?v=SBiuoSwM9sU&feature=related

    Saludos a todas y todos

  • M. Luisa

    Querida Ana, mi intención a veces y en esta ocasión en este post.  con mis breves comentarios, lo que hago  no es más que una invitación a la reflexión  tal vez para ir un poco más allá de  exactas exposiciones que deberían   darse por sabidas, asumidas  y puestas ya en práctica. Por lo demás, me cuesta creer que al menos estos tres o cuatro comentarios que he inscrito en este hilo no los  entiendas. Primero me impulsó expresar mi  cercanía con Carmen y luego explané brevemente unas ideas. Todo esto sin dejar de admirar tu  gran tesón y constancia.

    Un abrazo

  • ana rodrigo

    Querida María Luisa, resulta que no entiendo mucho tus escritos y por eso no los comento. Quizá os pase lo mismo a vosotros con los míos que por mil razones  carezcan de interés y por eso tengo la impresión de estoy clamando en el desierto.
    Así que guardaré silencio en este post si no se reclama otra cosa. He “hablado” demasiado y no sé si con acierto. En cuyo caso pido perdón, especialmente a Carmen y a Marisa con las que discrepé (espero que quedara en eso)en el comienzo de los comentarios de este post.

  • M. Luisa

    ¡Ojo! Que no pretendía ser un monólogo  mi comentario de buena  mañana.  

  • ana rodrigo

    Claro Pepe, es que bajo el título de Feminismo hay mucha miga, y nuestra misión no consiste solamente en desmigar la cuestión sino de poner en práctica en el día a día todo lo que defendemos en nuestras proclamas. Por eso insisto tanto en implicar a los hombres, de lo contrario haríamos un planeta inhóspito en el que las mujeres tiran para un lado y los hombres en dirección contraria.
     
    Y en este encuentro de iguales, se ponen en marcha programas cotidianos en los que las relaciones son de persona a persona en derechos y deberes, y relaciones riquísimas y gratificantes en grado sumo de hombre-mujer, mujer-hombre.
     
    Tú has desmigado algunos de los muchos aspectos de la vida cotidiana, pero todo  debe salir de las convicciones, no de las obligaciones o imposiciones de la parte dominante.
     
    El aspecto de la independencia económica de la mujer es uno de los aspectos más importantes y ninguna mujer debería emparejarse dejando que sea el hombre o el marido el que traiga el dinero y que ella lo maneje. Pero el trabajo no sólo es un medio de independencia económica sino de realización personal, de autoestima, de superación, de sentirse útil, de manifestación de su valía, etc. etc.
     
    La educación para la igualdad que se da en los colegios e institutos, algunos cambios en los medios de comunicación y en la publicidad, la vigilancia de los institutos y asociaciones de mujeres, la nueva legislación sobre la igualdad, etc., va calando poco a poco, en muchos y muchas jóvenes, también es cierto que un gran número de jóvenes y de mayores no se enteran y siguen los parámetros machistas, y por eso, estoy viendo en este momento en la tele que se dan 371 denuncias diarias de mujeres, además de las más de 20 mujeres asesinadas en España en lo que llevamos de año.

    Por todo ello no podemos cejar en nuestro empeño de que las cosas cambien y, querido Pepe, la esperanza es lo último que se pierde.

    Aunque a veces me veo como una quijote sola ante los molinos de viento. Veo poco acompañamiento en este foro cada vez que sale el tema. ¿Acaso no interesa? ¿A qué se debe tanto silencio? Me preocupa.

  • pepe sala

    Perfecto, Ana. pero creo que te olvidas de algo importante:
    Las propias experiencias personales y familiares. Lo que realmente cada uno-una ha vivido en sus propias casas y lo que seguimos viviendo.
     
    Y es aquí, en nuestras propias vidas, donde podemos influir más sobre el conjunto de la sociedad. De poco me sirve a mí ( y menos aún a las mujeres) que se hagan manifestaciones públicas en contra de la discriminación de la mujer, y cuando vuelven a sus casas hacen exactamente lo contrario de lo que han denunciado en público.
     
    Y se da la circunstancia de que son precisamente las sociedades JERARTIZADAS las que más se manifiestan públicamente y las que menos cumplen lo que tanto cacarean ” cara a la galería”. ( Iglesia, ejército y cuerpos jerarquizados, multinacionales,  Bancos, etc)
     
    No creo que alguien se atreva a negar que el tema ECONOMICO es una herramienta fantástica para conseguir la sumisión del otro. ( sea hombre o mujer.)
     
    Bien, lo que yo conozco desde que tengo uso de razón, es que el poco o mucho dinero que entraba en casa de mis padres, lo manejaba mi madre como mejor podía. ( milagrosamente, en multitud de ocasiones.)
     
    Esa ” tradición” la hemos heredado todos y cada uno de los hijos. En mi casa, es mi esposa quien maneja el dinero y yo sólo me he encargado de llevar lo que buenamente he conseguido llevar. ( unas veces más y otras menos, como cualquier hijo de vecino.) Hoy en día ella gana tanto como yo, puesto que se ha podido liberar de las cargas de los hijos y soy yo quien me he hecho cargo. El sistema sigue igual ella maneja mucho mejor que yo la economía doméstica y a mí no me importa reconocerlo.
     
    Pero hay una cosa muy curiosa que creo interesante resaltar: ¿ Cómo se mueven las nuevas generaciones al respecto de lo económico?
     
    Nuevamente recurro a una sociedad que creo más evolucionada que la española: la sueca.
     
    Mi hija y mi yerno tienen un sistema de economía doméstica compartido ( es generalizado en Suecia). Ambos trabajan, cada cual tiene su sueldo y cada cual tiene su proopia cuenta bancaria. Comparten de forma igualitaria los gastos del hogar, las vacaciones, la crianza de mi nietuca y cada cual ahorra lo que puede ( o quiere). Ellos están casados legalmente ( vinieron a Málaga para casarse y darle un satisfacción a mi esposa malagueña) y ninguna de las partes tiene poder sobre la otra por asuntos económicos. ( Es obvio que si una de las partes tiene mala racha, por cualquier motivo, la otra- masculina o femenina- cobrirá las necesidades hasta que se solucione.
     
    También se da el mismo caso ( muy similar) entre mi hijo menor y su pareja que viven en Barcelona. Estos no están casados ( son ” arrimaos y viven en pecado” jejeje) y tampoco se permiten entre ellos que una parte domine a la otra a través de lo económico.
     
    ¿ Será que nuestras nuevas generaciones no están formadas en ciertos parámetros MACHISTAS y la solución tendrá que esperar a que sean nuestros hijos quienes manejen ésta jodida sociedad MAL formada?
     
    Largo te lo fío, amiga Ana; pero yo tengo muy pocas esperanzas de que quienes manejan nuestros destinos pátrios tengan alguna intención de evolucionar, más allá de las consabidas declaraciones ” mirando al tendío”.
     
    Animo y …¡¡ a por ellos-as !! ( Que haberlas, háilas)

  • M. Luisa

    Al hilo de lo que he dicho  antes debo añadir ahora que si bien  tenemos en cuenta   la homologación   según la cual  la sociología  ha dotado  a la realidad  social, cultural etc., de un contenido homólogo al de la organización funcional de los seres vivos,   esto es del todo insuficiente  en el ámbito de lo real  ya que para ello es imprescindible  la sistematización  interna de  unas estructuras  más profundas.
    Es poco pero creo que hay material para reflexionar.

  • ana rodrigo

    Voy a intentar ordenar un poco las ideas que deberíamos tener en cuenta cuando hablamos del problema del machismo y del sufrimiento de las víctimas de éste, las mujeres.
     
    -En primer lugar tenemos que conocer el origen, las causas, la historia, estén donde estén, ya sea en las religiones, ya sea en la sociedad en general, ya sea en los empresarios, etc.
     
    -Asimismo tenemos que analizar el presente en tanto en cuanto esas causas siguen existiendo y provocando el mismo dolor que en que produjeron en otros tiempos.
     
    -Debemos denunciar sin descanso estas situaciones de injusticia y no sólo en nuestro ámbito donde ya muchas mujeres nos hemos liberado, sino también y sobre todo en regiones y países del mundo donde se cuentan por millones el número de mujeres vendidas, masacradas, abusadas, dominadas, encarceladas en sus casas y/o en sus burkas, niñas entregadas por sus padres a la prostitución, niñas sin escuela, mujeres maltratadas, amenazadas, etc. etc. Algunos hombres padecen de una miopía galopante cuando nos dicen que ya lo tenemos todo, que de qué nos quejamos, que somos unas lloronas. Si el problema del sufrimiento se midiera por cantidad, podríamos afirmar que el mayor número de víctimas en el mundo son mujeres, con un sufrimiento que acarrean de por vida desde que nacen hasta que mueren. Y esto no es un tema baladí, capricho de una locas feministas que no tienen en qué ocupar el tiempo. Por eso me indigno tanto cuando se frivoliza con el tema.
     
    -No podemos olvidar que los hombres tienen una parte muy importante en estas situaciones puesto que el machismo proviene de ellos. Por tanto si nosotras tenemos que luchar por una igualdad de derechos para nosotras, los hombres tendrán que luchar en la misma dirección para liberarse de esa ominosa carga que cultura y tradiciones ancestrales les condicionó su manera de ser y de estar en relación con las mujeres. Cuando trabajaba siempre les decía a los niños: nos os crucéis de brazos viendo cómo las niñas luchan por sus derechos, vosotros tenéis que luchar por vuestra formación y deshacer todos los montajes mentales que aún lleváis muy adentro de vuestra subconsciente y de vuestra conciencia.
     
    -El problema tiene dos orillas y cada cual debe andar su trecho para llegar a confluir en lo que ya venís sugiriendo, la complementariedad y enriquecimiento mutuo. Por eso es por lo que yo veo que en esta tarea debemos estar hombres y mujeres al unísono, cada cual desde su problema, y ambos buscando la solución. La confrontación y culpabilización generalizada a mi no me gustan. Todos y todas tenemos nuestra cuota de participación en la búsqueda de soluciones.
     
    De todo lo dicho, afirmo que no caigamos en la tentación de centrar una atención excluyente en un aspecto sobre otro. No podemos decir lo importante es esto, aislándolo del contexto, cuando lo más seguro es que lo importante sea todo, sin exclusiones.
     
    Siento que haya muchas personas que cuando sale un tema de feminismo su reacción sea de cansancio, de pensar que somos unas pesadas, que ¡ya está bien!, todo el día dando la vara, que la cosa no es para tanto. He intentado demostrar que el problema esta vivo y sin síntomas solución generalizada, si bien, pequeñas minorías ya vamos consiguiendo nuestros objetivos. Pero debemos ser la voz de las sin voz.

  • M. Luisa

    A eso me refería precisamente, a la complementariedad de la que habla Sergio en su comentario de ayer  cuando en el mío hablé del valor de las cualidades personales. No obstante  no olvidemos que para que sean así, es decir verdaderas calificaciones, pienso que, en aquella complementariedad habrá   todavía que anteponer otra de suma importancia y que se ha tenido olvidada en filosofía.      Consiste, pues, esta complementariedad   en  restablecer la unidad  que complementa  la sensibilidad humana y la inteligencia,  pues sólo así la inteligencia ejerce en estricta  facultad y no a modo  meramente de  potencia.  
     
      Muy buenos días a todos/as

  • oscar varela

    EL AMENAZADO
     –  Jorge Luis Borges
     
    Es el amor. Tendré que ocultarme o que huir.
     
    Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.
    La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.
     
    ¿De qué me servirán mis talismanes:
    el ejercicio de las letras,
    la vaga erudición,
    el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte
    para cantar sus mares y sus espadas,
    la serena amistad,
    las galerías de la Biblioteca,
    las cosas comunes,
    los hábitos,
    el joven amor de mi madre,
    la sombra militar de mis muertos,
    la noche intemporal,
    el sabor del sueño?
     
    Estar contigo o no estar contigo es la medida de mi tiempo.
     
    Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente,
    ya el hombre se levanta a la voz del ave,
    ya se han oscurecido los que miran por las ventanas,
    pero la sombra no ha traído la paz.
     
    Es, ya lo sé, el amor:
    la ansiedad y el alivio de oír voz,
    la espera y la memoria,
    el horror de vivir en lo sucesivo.
     
    Es el amor con sus mitologías,
    con sus pequeñas magias inútiles.
     
    Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.
    Ya los ejércitos me cercan, las hordas.
    (Esta habitación es irreal, ella no la ha visto.)
    El nombre de una mujer me delata.
    Me duele una mujer en todo el cuerpo.
     

  • ana rodrigo

    Estamos acostumbrados/as a ver la teología como el bloque monolítico tal como la Iglesia nos la ha presentado siempre, hasta el punto que en las eucaristías se sigue diciendo palabra de Dios tanto a la lectura del AT, a la de las cartas de S. Pablo o a los evangelios, poniéndolo todo bajo ese común denominador. Lo leído lo ha dicho Dios, y la homilía la dice el representante de Dios.
     
     Si a esto le añadimos la homilía de sacerdotes con escasa formación teológica, o con una teología caduca y/o ideologizada, el resultado es que va rodando la bola de la ignorancia y la manipulación de las escrituras en una feligresía que en su mayoría carece no sólo de formación teológica, sino de criterio propio para poner en tela de juicio lo que escucha domingo tras domingo. Si esto ocurre en las iglesias cristianas, no digamos lo que ocurre en las mezquitas y en las sinagogas.
     
    ¿Qué podemos esperar las mujeres de estas religiones que siguen hablando en nombre de Dios y que lo dicho por Dios no se discute? La frase de si Dios es varón, el varón es Dios, lo dice todo.
     
    Las mujeres siguen siendo el porcentaje mayor de la feligresía, cierto, pero ¿qué edad tienen las mujeres que acuden a los templos? Yo tuve una tía que nunca quiso saber nada de la iglesia, pero cuando se vio sola, triste y mayor, entonces buscó refugio en la religión. Conozco más mujeres de este estilo.
     
     ¿Es esta la Iglesia que deseamos? ¿Qué pedimos algunas mujeres a la Iglesia? Primero que se nos dé la palabra en las celebraciones, segundo que se tomen en cuenta la teología feminista, tercero que estemos presentes allí donde se toman las decisiones en igualdad de condiciones con los hombres.
     
    ¿Qué debemos y podemos hacer las mujeres en la Iglesia? Adquirir formación teológica desde la perspectiva de las mujeres, exigir nuestro lugar sin descanso, y, si no nos aceptan, coger el evangelio y vivirlo en otras comunidades católicas al margen de la jerarquía machista y patriarcal. El evangelio está muy por encima de los hombres injustos por muy jerarcas que sean.

  • Asun

    O la conclusión a modo de verdad absoluta a la que llega el intolerante tras experimentar inseguridad ante la diferencia y la angustia  de no tener razón con la consiguiente descalificación de la mujer en este caso. La intolerancia es la cara oculta de la necesidad que tiene el yo, ego siempre inconsistente por constructo, de sentirse seguro.
     
    La intolerancia cultural y religiosa es patológica al convertirse en fanatismo como se refleja en la frase que copia Lali: “Vale más maldad de hombre que bondad de mujer” (Eclo 42,14), que ha ido calando por milenios la mentalidad xenófoba de una parte de la humanidad consciente o inconscientemente asumido como tal.
     
    Se puede comprender tal manera de pensar y proceder desde una identificación con la mente, que todo separa y nos hace sentir aislados, enfrentados, con  dosis cíclicas de ansiedad y miedos. Pero lo peligroso es cuando el yo quiere apropiarse también de creencias religiosas, que calan en la conciencia en su necesidad exacerbada de autoafirmarse en la comparación y discriminación.
     
    Sin embargo, aceptar sencillamente lo que somos, unos y otros, como lo que hay y es, en realidad rompe barreras, es como despertar de un mal sueño, se da cuenta uno que, al revés no falta nada y que  las diferencias, al contrario, nos enriquecen mutuamente. Es un descanso, cuando nos abrimos a una nueva conciencia en que  todo es Unidad, No-Dos,  donde la vida en su diversidad fluye en todo y en todos.
     
     Podemos acceder, liberados de los prejuicios mentales, en la Presencia,  a nuestra verdadera identidad compartida, es decir, no somos los mismos, pero somos lo mismo. Una red que a todos entreteje y  afecta. Dejemos ser, fluir  Lo que es. Y puede que de ahí , de esta nueva manera de percibir y conocer,  nazca un mundo nuevo.
     

  • Lali

    “Vale más maldad de hombre que bondad de mujer” (Eclo 42,14)
     
    ¿Inspiración divina o estupidez humana? ¿Palabra de Dios o manipulación de insensatos?
     
    Saludos cordiales
    Lali

  • INA

    Buenas tardes:

    Las religiones surgen el el ser humano por el temor ante lo desconocido, lo que no se puede controlar…, la muerte… Quién controla a Dios controla la muerte y la enfermedad. Quien controla la muerte y la enfermedad controla la vida. Y quien controla la vida tiene el poder sobre hombres y mujeres. Quizá el afán por tener este poder es el que ha llevado a la humanización de Dios (Dios a imagen y semejanza del hombre). Hemos construido un Dios que nos escucha y nos habla a “nosotros solos”.

    Creo también que lo femenino ha estado presente en las religiones. ¿La representación de la Madre Tierra se puede considerar el equivalente a Dios?
    Por otro lado, conocemos por estos lares casos de mujeres que ejercian de curanderas, matronas, etc… (el poder sobre la vida) y que acabaron con sus vidas en una hoguera porque resultaban “peligrosas”…

    Y no creo que se trata de revanchismos, se trata de evolucionar! De romper los moldes en los que hemos querido meter a Dios (los creyentes, claro) y seguir buscando con los ojos y las manos abiertas.

  • Sergio Zalba

    La novedad cultural llamada América Latina se construyó, en gran medida, como una sociedad sin padres.
     
    Primero fueron los conquistadores europeos que, por violación, servidumbre o por intercambio, tuvieron miles de hijos con mujeres aborígenes sin reconocimiento paterno o apenas dando el apellido pero sin presencia familiar.
     
    Después fueron los europeos o los criollos de la aristocracia para quienes tener manceba(s) resultó su ‘deporte favorito’.
     
    Por último, fueron los mismos criollos y descendientes de aborígenes que identificaron masculinidad con procreación a troche y moche, a lo que se suma el número creciente de embarazos de adolescentes. En la actualidad, es alarmante la cantidad de inscripciones en los registros civiles que se consignan ‘de padre desconocido’.
     
    ¿A qué viene esto? A que en la trasmisión generacional de las tradiciones, la mujer ha tenido –sigue teniendo- un lugar de extraordinaria relevancia. Y muy especialmente en las cuestiones religiosas. Bien puede decirse que las principales catequistas o evangelizadoras de América Latina han sido y son las mujeres. Muchísimo, pero muchísimo más que el cura varón, a quien en muchos pueblos sólo veían y siguen viendo una vez cada tanto.
     
    ¿A qué se debe que estas mujeres no hayan podido constituirse en ‘críticas’ del modelo machista religioso y lo hayan transmitido por quinientos años a su prole tan andrógeno como lo recibieron? Me parece que por esto: porque la mayor opresión que provocan las religiones –con deseo explícito o sin él- es la de la conciencia. No ha sido la inmediata presencia masculina la que influyó en esta ‘sumisión’ femenina, sino la aceptación de un orden dado que no podía variarse sin riesgo de ganarse el infierno.
     
    Hoy las cosas están cambiando. Lentamente pero cambian. Por eso es que estoy completamente de acuerdo con Tamayo. No sé que pasa en otras religiones, pero en la Católica, cada vez son más las mujeres que rechazan el patriarcado. Y se están yendo, o se posicionan en la frontera. Y me alegro.