Jorge Felip Fernández
Inclinar la balanza
Un científico ante Dios
Atrio Llibres Valencia
Libros@atriollibres.es 34-963 622 532
PRÓLOGO DEL EDITOR
Jorge Felip empezó en 2009 a comentar en ATRIO. Con preferencia por temas de pensamiento y con mente bien es- tructurada de científico y cristiano adulto.
En octubre de 2015 Jorge me envió un manuscrito ela- borado a lo largo de muchos años, no para publicarlo sino para sí mismo.
Me pareció que era un texto que contenía mucha infor- mación y reflexión y se prestaba a convertirlo en la base de un curso-taller de los que ofrece ATRIO. Estuvo de acuerdo, lo mismo Oscar Varela que es quien colabora con nosotros en preparar estos materiales.
Tras un mes de colaboración transoceánica entre Jorge Felip y Oscar Varela, el 1º de diciembre de 2015 se presentaba en ATRIO el curso-taller “Inclinar la balanza… ciencia y fe”. Todas las entradas de este curso interactivo, con 14 ca- pítulos y 731 comentarios –casi todos largos y razonados, muchos del autor en respuesta a los otros cometaristas– si- guen accesibles en el portal Atrio, en esta sencilla dirección: https://www.atrio.org/12647-2/ . El acceso es libre, sin nin- guna matrícula. Y se pueden seguir añadiendo comentarios de personas o grupos que accedan ahora, tras tener noticia por este libro. Basta con acudir a la ventana de comentarios
que está al final de los ya publicados en el portal.
Por muy útil que sea esta publicación en Internet, que ofrece la posibilidad de una difusión interactiva muy extensa, desde el principio se pensó en que esta obra debía publicarse en formato de libro, también en papel, ofreciéndose así a otros lectores y al diálogo con centros de cultura y pensamiento.
Al principio el autor pensó en la posibilidad de incluir en el libro, al menos, los comentarios que él mismo había publicado en ATRIO, para matizar más su pensamiento. Después se vio que el volumen del libro sería excesivo. Y única- mente se han incorporado al texto los resúmenes destilados por Óscar Varela, como recapitulación o guión de trabajo.
Como editor tengo que agradecer a Jorge haberse de- cidido a publicar este texto. Agradezco a su mujer y a su hijo el haberle ayudado a superar sus reticencias y ayudarle en el costoso trabajo de revisar y corregir, en lo más imprescindi- ble, originales y pruebas de imprenta. Un libro tan personal como es éste, nunca está acabado del todo. La formulación de las ideas siempre es perfectible. Y es casi imposible poner una fecha de conclusión. Al final hay que ponerla –para el au- tor es penoso–, al menos con advertencia de provisionalidad.
Ya no como editor, sino como lector, quiero decir que a mí me gustan los libros de autor más que los libros acadé- micos, llenos de nombres y citas a lo dicho por otros. Detrás de lo que escribe Jorge hay mucha lectura, con muchas ideas heredadas de personas que le han ayudado a pensar como piensa ahora. Pero él no se siente obligado a apoyarse en tex- tos de otros, en autoridades. Escribe lo que le dicta su mente. Una breve bibliografía al final del Epílogo da cuenta sucinta de algunas de sus fuentes. Pero lo importante, insis- to, es lo que Jorge dice y cómo lo dice. Y a esto hará bien en atenerse el lector sin prejuicios ni etiquetados previos. Sobre todo en las áreas del conocimiento científico, del pensamien- to crítico y del entendimiento de la fe, un libro no sirve para
dar fórmulas o recetas que solucionen los problemas.
Este libro sirve, y así lo deseo, para dar testimonio de un itinerario recorrido y para animar a cada uno, solo o en grupo, a realizar ese mismo camino de búsqueda con las se- ñales que haya encontrado en el libro o en su propia vida. Se han previsto incluso páginas en blanco para personalizar el libro con anotaciones surgidas de su lectura.
¡Gracias, Jorge, por este testimonio de tu itinerario!
Antonio Duato. libros@atriollibres.es
PRÓLOGO DEL AUTOR
Durante años me sentí cómodo y seguro con las expli- caciones de la Ciencia sobre el mundo, el hombre y las socie- dades humanas, en las que la idea de Dios no intervenía ni era necesario. Con el tiempo me di cuenta de que el cientificismo era también una creencia, del mismo orden que la propuesta de Dios. No existen seguridades ni Verdades Absolutas que nos disculpen de la libertad de decidir. Tampoco la opción por el nihilismo o el agnosticismo, me resultaron asumibles, porque en realidad se traduce en vivir una vida como si Dios no existiese y sin explicaciones. Sin duda, este modo de vivir también es una opción sostenida por una creencia, que para mí no es la mejor alternativa aunque sea hoy elegida por una mayoría. Si no podemos eludir la creencia pues pongamos el coraje de decidir su contenido y el esfuerzo por justificarla de modo razonable.
Al observar nuestro entorno natural y humano tengo la impresión de que para su existencia y sostenibilidad, su ori- gen y evolución, debe intervenir una Fuerza y Sabiduría de orden superior que el simple azar y necesidad para dar cuen- ta de este maravilloso y casi imposible Universo. Esta impre- sión no apunta a un mayor conocimiento del entorno que la Ciencia no sepa, pues ninguna creencia puede aportar nada al conocimiento positivo, ni tampoco que esa Fuerza derive de una necesidad lógica o metafísica, sino que se propone como posibilidad. En nada altera la constitución de la Naturaleza ni del hombre más allá de lo que la Ciencia describe, ni sostiene una suprarrealidad sobrenatural llena de espíritus, fantasmas o duendes, sucesos milagrosos o acciones mágicas. Para nada obliga a dotar a las cosas de energías espirituales, a los seres vivos de fuerza vital, ni tampoco al hombre de alma inmortal, pues de todo ello no se puede probar su existencia porque esas sustancias sutiles no pueden mostrarse.
La creencia nos impone una alternativa ¿existe o no existe Dios? La respuesta más razonable es simple, no lo sé y además no puedo saberlo; pero el simple vivir nos obliga a decidir, porque no podemos situarnos en medio, pues en ver- dad se vive como si Dios no existiese o lo contrario. Sin Dios la vida humana es fugaz, insignificante, limitada, el tiempo se escapa en un presente efímero, cerrando el futuro a toda es- peranza, no sólo para el individuo sino para toda la humani- dad. Con Dios la vida se llena de valor trascendente, se carga de sentido y finalidad, abriendo el futuro hacia lo eterno. En absoluto puedo probar la existencia de Dios, pero tampoco nadie puede demostrar su imposibilidad, y por eso la elijo como alternativa porque creo que es la mejor.
Uno de los argumentos más frecuentes contra Dios, es la presencia del mal en el mundo. Si Dios es el responsable del mundo y del hombre, entonces ¿a qué se debe el mal? Pienso que el mal proviene de la herencia genética e histórica de la especie Homo sapiens tal cual es. Dios no esperó a que la evolución diera otra especie de homínido mejor preparado, con mayor capacidad ética. Si lo hubiera hecho ninguno de nosotros estaríamos aquí y yo agradezco su decisión. Le bas- taron las condiciones mínimas del hombre para seguir sus planes. Confía en el hombre y en la mujer a pesar de todo el mal que genere, porque en definitiva no sólo queda el mal.
No sirve de nada buscar a Dios mediante abstracciones filosóficas o metafísicas porque las especulaciones humanas no pueden alcanzarle. Para encontrar a Dios es necesario po- ner en ello toda nuestra persona, no sólo el frío razonamien- to, sino estrechar con él lazos personales como hacemos en- tre nosotros. Ponernos en comunicación, abrirnos al diálogo y progresando en su conocimiento ir paso a paso asumiendo las ideas sobre Dios que con el tiempo adquirimos.
Si nos quedamos con nuestras propias concepciones de Dios, sin contrastarlas con las de los demás quizás pronto nos haremos un Dios a nuestra medida, que probablemente no tenga nada que ver con la verdad. La idea de Dios que mani- fiesta Jesús de Nazaret, me supera en todos los campos y me entusiasma. Su mensaje me ha llegado a través de la Iglesia Católica, y creo que esta iglesia cristiana es la que da de Jesús un conocimiento más completo, seguro y sin alteraciones. Así que ahora me encuentro tratando de ser cristiano y católico, al cabo de una serie de elecciones, sin eludir mi responsabi- lidad en cada una de ellas. He optado por un Dios personal, aquel que se manifiesta en Jesús de Nazaret, el mismo que la Iglesia Católica proclama. Pero la fe religiosa no sólo consiste en una justificación personal que da sentido y trascendencia a la vida, sino que afecta a objetivos, actitudes e intenciones y se traduce en determinados comportamientos de seguimien- to a Jesús, sobre todo en su ética del amor.
Esta obra la he escrito con la intención de obligarme a aclarar mis ideas religiosas, que desde hace años me preocu- pan e implican. Estas ideas son fruto de más de 30 años de reflexión y estudio de una abundante bibliografía, de la que he hecho una reseña de las más significativas para mí, al final de la obra. La reflexión ha ido cuajando poco a poco las ideas, cambiando, corrigiendo, eliminando, etc., hasta asumirlas como propias. Por ello en el texto no hay ninguna cita ni refe- rencia de los autores de los que las he tomado, las cuales en su mayoría las he modificado.
El objetivo que persigo consiste en tener mis ideas reli- giosas ordenadas y a punto para ser consultadas cuando me falte la memoria y vuelvan a causarme dolor antiguos pro- blemas de fe. Seguramente en adelante nuevos problemas y nuevas dudas aparecerán con el tiempo a las que tendré que hacer frente, pero al menos no serán las mismas. Sin em- bargo, alguno de los problemas que pienso que está resuelto aquí, no sea solución definitiva y tenga nuevamente que re- visarlo o volver a aclararlo. Espero que a alguien que tenga problemas similares, le sirva de ayuda para tomar sus pro- pias decisiones.
Como las respuestas que voy dando a lo largo del libro a las preguntas sobre la fe, desde una posición radicalmen- te materialista-cientista, no pretenden ser definitivas ni ce- rradas, pienso que la mejor forma de presentarlas es en un diálogo abierto y esto puede hacerse hoy en la red. Antonio Duato me propuso publicarlo en el portal de Atrio, en don- de esta obra fue presentada. Vaya por delante mi profundo agradecimiento.
Semana tras semana se abrió cada capítulo en el portal de Atrio con un “resumen” o “destilado” realizado por Oscar Varela, al que agradezco su esfuerzo, y que están recogidos aquí al final de cada capítulo, para el inicio de un diálogo a veces de gran extensión. Muchas ideas surgieron en él que me hicieron cambiar cosas, como por ejemplo el enfoque de todo un capítulo pues no podía tal y como estaba defender- lo razonablemente. En otros temas tuve que modificar ideas o replantearlas con argumentos de mayor razonabilidad y también confirmar por el diálogo muchas de las expuestas.
El diálogo sigue abierto en el Taller “Inclinar la Balanza” en el portal de Atrio – https://www.atrio.org/12647-2/ – y se invita a cuantos quieran participar a hacerlo, quedando el au- tor comprometido en su seguimiento y comentarios. Mucho me interesa confirmar mis ideas sobre la fe y someterlas a todo tipo de críticas desde posiciones diversas, en búsqueda de las mejores elecciones.
Septiembre de 2016
TABLA DE MATERIAS
Prólogo
Primera Parte: CIENCIA Y RELIGIÓN
- – El Hombre……………………………………………………………. 19
- El lugar del 2. Conocer la realidad. 3. Lo que nos dice la Ciencia. 4. Lo sobrenatural. 5. Propuestas sobre lo Real. 6. El hombre. 7. El alma humana. 8. Materia o espíritu. 9. Conciencia y mente. 10. El espíritu. 11. El espíritu y lo Absoluto. 12. La espiri- tualidad. 13. Inclinando la balanza. Mi decisión
2. – Pensar lo absoluto. Propuestas de contenido
de lo Absoluto……………………………………………………. 55
- La 2. El Todo. 3. El Uno. 4. La Triada. 5. El Logos. 6. Prin- cipios originales. 7. La cosmología. 8. ¿Un Algo original? 9. Incli- nando la balanza. Mi decisión.
3. – ¿Existe Dios?………………………………………………………… 83
- Buscando 2. Idolatría y paganismo. 3. El mate- rialismo/egocentrismo. 4. El humanismo/relativismo. 5. El ateís- mo/religión. 6. Crítica atea a la existencia y concepto de Dios. 7. El agnosticismo. 8. El principio de causalidad. 9. La Causa Exter- na. 10. La estricta precisión de las constantes naturales. 11. Fuer- za y Sabiduría. 12. El Espíritu de lo Absoluto. 13. Inclinando la balanza. Mi decisión.
4. – La respuesta de Dios…………………………………………. 123
- ¿Quién es el ser humano? 2. Orígenes de la religión en la especie humana.
- La revelación. 4. ¿Cómo encajar el hecho de la muerte? 5. La respuesta de Dios al problema de la muerte. 6. El sentido de dependencia. 7. El sentido de dependencia a nivel personal. 8. El sentido de trascendencia. 9. Escep- ticismo/ nihilismo/liberación. 10. La creencia religiosa. 11. Inclinando la balanza. Mi decisión.
5. – El problema del mal………………………………………….. 159
–Primera parte: desde la filosofía y la tradición: 1. El mal como objeción a la fe. 2. Apuntando respuestas. 2. 1 Un Dios malvado. 2. 2 Un Dios impotente. 2. 3 Un Dios indiferente. 2. 4 El
mal y Dios ámbitos distintos. 2. 5 El maniqueísmo. 2. 6 El pecado como origen del mal. 2. 7 Premio o castigo. 2. 8 El mal es el precio de la libertad. 2. 9 Dios, del mal originado obtiene un bien. 2. 10 A Dios no podemos juzgarlo con patrones de la ética humana. 2. 11 El mal como carencia de bien. Creación imperfecta. 2. 12 Dios ha creado el mejor de los mundos posibles. 3. Mi propuesta: el mal proviene de la autonomía del mundo.
–Segunda parte: desde la experiencia humana: 4. El origen del mal en la historia humana. 5. El mal de procedencia natural. 6. El mal de procedencia ética. 7 El origen de los códigos morales. 8. Fe religiosa y ética. 9. La culpa humana. 10. Inclinando la balanza. Mi decisión.
6. – Un Dios personal………………………………………………. 201
- Las imágenes de 2. Dios como persona. 3. El acceso a lo Absoluto. 4. Dios personal y el materialismo cientista. 5. La Pleni- tud Humana. 6. La Plenitud realizada. 7. Escatología/mitología. 8.
¿Quién es el ser humano? 9. Dios como relación. 10. El encuentro con Dios. 11. El diálogo con Dios. 12. Inclinando la balanza. Mi decisión.
- – La fe…………………………………………………………………… 237
- Origen de la fe. 2. El papel de la fe. 3. Argumentos para soste- ner la fe. 4. Ciencia y Fe. 4.1 El Dios bíblico y la creación. 4.2 La posición de la persona en el mundo. 4.3 Relaciones entre Ciencia
y Fe. 5. Más allá de la vida. 6. La Plenitud en Dios. 7. La justifica- ción ante Dios. 8. La opción por la fe. 9. Las consecuencias de la elección. 10. Fe y religión. 11. Las alternativas para la elección.
- Religiones místicas y religiones proféticas. 13. Inclinando la balanza. Mi decisión.
8. – Una fábula escatológica…………………………………….. 283
- Hacia la última generación 2. La resurrección. 3. Un poco de ficción científica. 4. Etapas de la vida futura. 4. 1 Primera fase: 4. 1. 1. El viaje al pasado. 4. 1. 2 Nuestra vida con todo deta- lle. 4. 2 Segunda fase: El juicio final. 4. 3 Tercera fase: Ciudadanos del mundo futuro. 4. 4 Cuarta fase: El punto final.
Segunda Parte: QUÉ DIOS, QUÉ RELIGIÓN
- – El Islam………………………………………………………………. 305
- Las tres 2. El profeta Mahoma. 3. El Corán. 4. Triunfo del Islam. La Ley. 5. Contraste con el cristianismo. 5. 1 Vivir ante Dios. 5. 2 Justicia social. 5. 3 La unicidad de Dios Uno. 5. 4 El dogma trinitario. 6. Sobre Jesús de Nazaret. 7. ¿Está la revelación concluida? 8. En busca del criterio de verdad. 9. Diálogo con el Islam. 10. Inclinando la balanza. Mi decisión.
- – El Judaísmo……………………………………………………… 337
- El pueblo 2. El judaísmo. 3. La reforma ortodoxa. 4. Las principales tendencias del judaísmo actual. 5. Choque entre el ju- daísmo y el cristianismo. 6. Una nueva religión. 6. 1 Jesús, Hijo de Dios. 6. 2 Hagamos un poco de apología. 7. Diálogo abierto en el respeto mutuo. 8. Inclinando la balanza. Mi decisión.
11. – Jesús de Nazaret………………………………………………. 363
- La fe en Jesús. Las fuentes históricas. 3. El Cristo de la fe. 4. El Reino de Dios. 4. 1. El mensaje del Reino. 4. 2. Reino de justicia.
- 3. Reino y vida eterna. 5. La resurrección. 5.1 La resurrección como problema. 5.2 La propuesta de resurrección. 5.3 La resu- rrección como fundamento de la divinidad. 6. La encarnación. 7. La Virgen, Madre de Dios. 8. Jesús en el límite humano del hombre y la mujer. 9. La cruz de Cristo. 10. ¿Quién es Jesús? 11. Incli- nando la balanza, mi decisión.
- – La Iglesia…………………………………………………………. 405
- Opción por la 2. Historia de la Iglesia. 3. Juicio sobre la Iglesia. 4. Verdad y poder. 5. El papel de la Iglesia. 6. ¿Qué es la Iglesia? 6. 1 Sentido comunitario y universal. 6. 2 Sentido sa- grado. 7. La formación de la Iglesia. 8. El sacerdocio. 9. La fun- ción episcopal. 10. El papado romano. 11. El culto de la Iglesia. La liturgia, Confesión, Bautizo, Eucaristía, Sacramentos sociales. Las imágenes. 12. El ecumenismo. 13. Inclinando la balanza, mi decisión.
13. – La ética del amor……………………………………………. 455
- Mostrar a 2. Mecanismos de elección: la conciencia éti- ca. 3. Valores éticos. 3. 1. La conciencia errónea. 3. 2. El pecado original. 3. 3. La idea del Bien y la Verdad. 3. 4. La Verdad y la ética en la creencia religiosa común. 3. 5. A la búsqueda de una confluencia. 3. 6. Jesús y la Verdad. 3.7. La Iglesia y la moral. 4. Las vías éticas cristianas. 4. 1. La vía de talante estoico. 4. 2. La vía del humanismo cristiano. 4. 3. El cristianismo no es sólo un humanismo. 4. 4. La vía del amor. 5. Dios es amor.
Epílogo……………………………………………………………………… 491
Las ideas principales Resumen
Conclusión Agradecimientos
Bibliografía
Primera Parte: CIENCIA Y RELIGIÓN
I
EL HOMBRE
El lugar del hombre
Mirar al vacío es un ejercicio de valor, pues nos puede atrapar en la melancolía de lo irreal y sumergirnos en la an- gustia y temor de lo que ignoramos. Pensamos que la realidad nos es conocida tal como la Ciencia la describe. Pero la Ciencia sólo hace construcciones, modelos para describir lo que nos da la experiencia, siempre dentro de los límites que se fija.
¿Qué queda de sus conocimientos si quitamos sus límites? Nada, no tener nada bajo los pies produce vértigo, en el bor- de de un abismo hondo y profundo. Hay que superar el miedo a lo desconocido para sentirse cómodo. Tal vez lo razonable sea acomodarse a los límites. No asomarse nunca a la muralla y mirar hacia afuera, hacia las sombras. Buscar unos límites suficientes para cada uno, los que sean, tal vez de ese modo podamos ser felices.
La realidad, el mundo que la Ciencia describe, nos han dejado reducidos a la insignificancia. La Tierra y el hombre fueron durante siglos el centro del Universo, pero ahora su importancia sólo puede ser relativa, la que nosotros quera- mos darle. La Astronomía nos muestra la Tierra, como una roca vulgar en torno al Sol, una estrella común, similar a otras muchas de los miles de millones de nuestra Vía Láctea, que es una entre los miles de millones de galaxias descritas en el Uni- verso conocido. Nuestro planeta queda reducido a un punto exiguo, perdido en un inmenso espacio, incluso consideran- do sólo nuestra galaxia. La Vía Láctea tiene unas dimensiones que no podemos hacernos una imagen de ella apropiada. Si
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