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Valparaíso: Una catástrofe no tan «natural»

Desde el fin de semana pasado estamos siguiendo las noticias del terrible incendio en Chile, con su reavivarse cuando parecía dominado. Pero la tragedia y sus causas las revela este escrito que nos envía Enrique Orellana, de Opción por los pobres, con este breve comentario:

La lección y aprendizaje entonces es:  Que el estado de Chile debe hacer una nueva legislación del sistema de prevención y rediseñar una moderna planificación urbana, por amenazas de sismos e incendios.  Y que la genuina espontánea solidaridad NO sea instrumentalizada para evadir la responsabilidad que le corresponde al Estado y a las empresas privadas.

Incendio mortífero en Valparaíso. Una catástrofe no tan «natural»

Por Mathieu Dejean. Les Inrocks.
Traducido del francés para Rebelión por Caty R.

Desde el sábado un incendio arrasa Valparaíso, en Chile. Más de 2.500 casas están destruidas, 16 personas han fallecido y se ha evacuado a 10.000 habitantes. Según muchos observadores la causa profunda de esta catástrofe es la desigualdad y la nefasta gestión de la vivienda.

Valparaíso, la ciudad de las casas de colores, se cubrió con un manto gris este domingo por efecto de las cenizas y el humo del incendio que la está arrasando. La ciudad portuaria chilena, declarada patrimonio mundial por la UNESCO en 2004, es víctima de un incendio mortífero que ha costado la vida a 16 personas según las autoridades. Un incendio forestal que se declaró en las afueras de la ciudad el sábado se desplazó debido a las ráfagas de viento hasta alcanzar un barrio pobre de esta ciudad de 300.000 habitantes –el cerro Las Cañas, los cerros Mariposa, el Vergel, Merced, la Cruz y el Litre también están afectados-

«Las autoridades no pensaron en la prevención, ni en la planificación urbana»

Las razones de esta catástrofe son múltiples. Para empezar, la gestión del incendio por parte de la Corporación Nacional Forestal y de los bomberos fue problemática. «El incendio comenzó a primeras horas de la tarde y los bomberos -hay que subrayar que todos son voluntarios- llegaron sólo horas después e, inicialmente, con muy pocos medios, cuando ademas las zonas afectadas no cuentan todas con acceso a agua corriente», cuenta Franck Gaudichaud, investigador especialista en Chile donde reside desde hace varios meses.

Los helicópteros cargados de agua llegaron tarde. La zona de intervención tiene un acceso difícil: «Es una zona casi inaccesible en camión, señala Franck Gaudichaud, y no hay cortafuegos, ya que una parte del hábitat de Valparaíso está constituido por “autoconstrucciones”. Las autoridaes no pensaron en la prevención, ni en la planificación urbana ». La geografía del lugar explica en parte la dificultad: el puerto está situado en una depresión rodeada de colinas sobre las cuales se asientan las viviendas cada vez más precarias a medida que se alejan del centro superturístico.

Además los bomberos chilenos carecen cruelmente de medios. Contactado por correo electrónico, el historiador chileno Sergio Grez explica:

«El cuerpo de bomberos chileno está compuesto únicamente de voluntarios no remunerados. Los recursos suministrados por el Estado y las comunidades son muy insuficientes para hacer frente a todas las necesidades de un país que, debido a su gran concentración urbana, a sus desigualdades sociales, a la pobreza de una gran parte de su población, a su clima y a su geografía, presenta en ciertas zonas condiciones particularmente favorables para la propagación de incendios. Con frecuencia los bomberos se ven obligados a hacer colectas públicas para paliar sus carencias».

«Los afectados son los más pobres»

Más allá de esos problemas coyunturales, existen causas más profundas que explican la dimensión mortífera del incendio. Este tipo de sucesos es repetitivo en Valparaíso: en 2008 y en 2013 dos incendios similares ya dejaron su lote de víctimas. Tras el incendio de 2013, los expertos de la universidad de Valparaíso elaboraron un informe que detallaba 11 focos potenciales particularmente vulnerables a las llamas, del cual podrían haberse servido las autoridades.

Pero según el arquitecto y urbanista chileno Iván Puduje, citado por el diario chileno El Mostrador, «no se hizo nada». El informe señalaba las zonas de riesgo en las que la gente se instalaba en esas casas chapuceras en el límite del suburbio. Según María Elena Wood, una periodista chilena afectada, en un tribuna publicada en El Mostrador, «Sabemos que a pesar de los incendios de 2008 y 2013, que demostraron la vulnerabilidad de las colinas que forman el anfiteatro del gran Valparaíso, no se han tomado las medidas recomendadas por los expertos para evitar una catástrofe».

La pobreza está en el corazón del problema, relativizando la dimensión «natural» de la tragedia. «Los pobres son los más golpeados, que son los que viven más arriba en Valparaíso», explica Franck Gaudichaud, refiriéndose a los suburbios que proliferan en lo alto de las colinas que masifican el puerto. Sergio Grez muestra  un retrato de la ciudad que desmiente firmemente el escaparate turístico al que a menudo se reduce al puerto:

«Valparaíso, que siempre ha acogido a una población mayoritariamente pobre, ha visto acentuarse su pobreza en los últimos decenios. Por eso han proliferado las construcciones precarias de materiales ligeros, incluso restos, y construidas en entornos no adaptados al hábitat humano, a los que los servicios básicos (agua, electricidad, recogida de basuras, alumbrado público, asfaltado y accesos) no llegan adecuadamente, sino de forma precaria y desordenada, a iniciativa de los propios habitantes. Todo eso hace que exista un fenómeno de superpoblación, de alojamientos insalubres y una acumulación de grandes cantidades de desechos en las fallas que, en caso de incendio, se convierten en combustibles que incrementan la extensión y las consecuencias de esos siniestros».

Una catástrofe reveladora

Por lo tanto el Estado y la comuna de Valparaíso serían en parte responsables de esta catástrofe, ya que no han regulado la utilización del suelo ni han intentado realojar a las poblaciones precarias. Además, algunos observadores denuncian la mala gestión del dinero público por parte del ayuntamiento de Valparaíso.

«Tanto los alcaldes de derecha como de izquierda que se han sucedido al frente de la comuna de Valparaíso desde hace 24 años tienen su parte de responsabilidad , explica Sergio Grez. Por ejemplo, los ciudadanos se preguntan qué ha sido de los recursos obtenidos de la UNESCO desde la declaración de una gran parte de la ciudad de patrimonio mundial de la humanidad. Aparte del repintado de algunas fachadas y la restauración de un número limitado de edificios no hemos visto un efecto claro de la llegada de esos recursos. El deterioro de la ciudad ha continuado desde ese momento, los incendios se suceden, así como las explosiones de gas, los desprendimiento y las inundaciones mortíferas que destruyen edificios públicos, viviendas y barrios enteros».

A menudo las catástrofes naturales funcionan como reveladores de las desigualdades sociales de un país (el huracán Katrina en Estados Unidos en 2005, el seísmo de Aquila en Italia en 2009…) Chile no escapa de esa regla. «Este tipo de catástrofes “naturales” pone en evidencia las violencias del modelo neoliberal y sus desigualdades, comenta Franck Gaudichaud. En el norte de Chile (epicentro del terremoto del pasado 1 de abril), también fueron las zonas más pobres las que sufrieron y las que todavía están en parte marginadas de las ayudas públicas».

6 comentarios

  • Asun Poudereux

    Hola Antonio V.,
     
    Me parece que la única vacuna contra el virus del poder, Antonio, siguiendo tu esclarecedora comparación, no lo va a encontrar el mismo poder establecido,  ni lo ha hecho, ni lo hará, sino las personas que hay detrás de él, al caer en la cuenta de su gran error, y comprender la realidad  de forma diferente y poner los medios necesarios y permanentes para erradicarlo.
     
    Entonces, el poder que conocemos y nos ha llegado hasta ahora empezaría a ser otra cosa diferente, y no olvidemos,  con sus etapas evolutivas e involutivas como la historia de la humanidad nos ha mostrado. Los egos están siempre por ahí pululando y amenazando.
     
    Ciertamente los sucesos catastróficos como éste, provocan mucha tristeza, impotencia e indignación, dada la desigualdad abismal y redistribución injusta de la riqueza, pero me temo que los brazos del poder son aún más potentes y se resisten a ser transformados en su estructura, a ser flexibles y estar más ajustados a la realidad de todos, especialmente  de los que se mantienen  invisibles, olvidados y por tanto marginados.
     
    A pesar de la dificultad,  la responsabilidad no puede dejar de denunciar y condenar  la evidencia de la injusticia desde el poder, aunque sea tan solo un pequeño grano de arena en la toma de conciencia por parte de la humanidad, la de todos.  Concienciación desde lo más hondo del ser humano, y como bien dices, desde la familia hasta los más altos estamentos,   que de una vez por todas,  deje fuera la ignorancia, la indiferencia  y la comodidad para que se haga posible el cambio profundo que se desea y su realización en hechos humanos más justos, respetuosos y dignos.
     
    Un abrazo y gracias a todos.

  • Antonio Vicedo

    -Los virus, cuando no se erradican o encuentran anticuerpos defensivos provocados por oportunas y previas vacunaciones, tienen aseguradas las altas infecciones, e incluso las pandemias.
     
    El virus del PODER preservado en su caldo de cultivo del mercado neoliberal capitalista, tiene su subsistencia y crecimiento asegurado causando, cuando las condiciones le son más propicias  infecciones mortíferas que pueden llegar a ser catástrofes imparables cuando, sin previa defensa, ninguna defensa es eficaz para contener  la avalancha de consecuencias.
     
    En sanidad, y porque los virus o bacterias cuando atacan no reconocen, sobre todo en casos de efervescencia, la desigualdad de personas, se ha ido procurando tomar la cosa más en serio y ahí queda el atento cuidado de la OMS, para obtener y aplicar vacunas y antídotos para que ciertos virus y bacterias mortíferos no se propaguen, y sean, en lo posible controlados.
     
    ¿Pero qué pasa con este virus del PODER que solo ataca mortalmente a los que han sido completamente expoliados del que por naturaleza compartimos todas las personas?
     
    ¿ Y estas catástrofes que la acumulación de Poder ocasiona como amplia epidemia o pandemia mortífera en amplias proporciones de la Humanidad, son consideradas como actos criminales cuya causalidad por acción u omisión tiene delincuentes nominales con nombres y apellidos propios, o camuflados bajo el de Compañías , Empresas, Fundaciones, Partidos, Políticos,  Instituciones Socio-Políticas,o Religiones?
     
    ¿Qué diferencia hay, a la hora de enfrentarse con las víctimas mortales o sociales, entre haber matado o permitido la muerte teniendo la posibilidad de evitarla?
     
    Podemos falsamente recurrir a encubrir nuestra irresponsabilidad endosando el cargo de muchas catástrofes a lo Irresponsables fenómenos de la Naturaleza, pero la falsedad tiene piernas cortas y con sus muy largas por caso omnipresencia la Verdad pone en claro que la causa y culpa, por no haber obrado justa y responsablemente, la tienen quienes han asumido, amasando poder particular, o aceptando Poder Representativo Legislativo, Judicial o Ejecutivo en función del BIEN COMÚN UNIVERSAL, en su correspondiente nivel estructural, desde la familia a la ONU.
     
    La SANGRE FRATERNA ni la esconden los guantes, ni la quita de las manos criminales el agua con jabón, porque sigue siendo verdad, aunque no lo aceptemos, que: TODAS LAS PERSONAS SOMOS IGUALES EN VALOR, DIGNIDAD, Y FINALIDAD con derecho equivalente a los bienes y servicios de la Naturaleza.


    Quienes se los quiten a otr*s son LADRONES y, si por ello l*s otr*s mueren, además, son CRIMINALES.

  • m. pilar

    Comparto el sentir de los comentarios anteriores:
     

    ¿A quién le  importan los pobres?

     

    ¿Quienes hacen  a las personas pobres?
     

    El futuro que nos espera es bastante desolador si no se cambia la mirada, y se elije otra manera de vivir.

    mª pilar

  • ana rodrigo

    Impotencia es lo que siento cuando algo evitable o aminorado se convierte en una catástrofe.

  • oscar varela

    Hola!

    La inmensa mayoría de la gente no tiene mi suerte: de tener una compañera inteligente.

    Estamos en Santiago de Chile a 110 km. de la catástrofe. Hubimos recorrido varias veces esa zona plena de “madera-bosque”.

    Copio para Atrio el Artículo que, como es habitual, Olguita escribió para Piensachile.
    ………………………..
    Imprevisión más Ideología igual Desastre

    Nunca nos hemos caracterizado por ser previsores.  La clase media chilena no tiene ahorros, los resumideros de los alcantarillados no suelen ser limpiados ni por la Municipalidad ni por los vecinos.  Los terremotos nos hacen mella mientras dura el impacto, y los tsunamis no consiguen que se hagan planes reguladores en los municipios costeros.

    Pero antes de que empezáramos a tomar conciencia de esta carencia de previsión, los ideólogos del Neo Liberalismo nos embutieron por narices la filosofía de don Ramón Barros Luco, pero adobada con mucha estadística y curvas económicas.

    Don Ramón decía: “Los problemas que tienen solución, se solucionan solos. Los que no tienen solución, no se solucionan nunca.” Y después de emanar esta verdad, se quedó tan contento.

    Así los teóricos del Neo Liberalismo decidieron, primero que nada, que más vale dinero en la mano, ahora, que construcciones futuras. De ahí en adelante, cualquier proyecto que no haya devuelto el capital invertido en 10 años, no vale la pena.  Y esa filosofía la adoptaron los gobiernos para evaluar proyectos.

    Y si además agregamos que no hay que preocuparse en intervenir los manejos económicos con restricciones de ninguna especie porque el MERCADO (??????) va a dar la solución perfecta, justa, salomónica a todos los objetivos de la economía, nos podemos ir todos a dormir siesta sin mover ni una neurona acerca de que nos deparará el futuro.

    Claro que los que enuncian esas teorías, que son tragadas por la gente que tiene tendencias naturales a la imprevisión, no duermen ni de noche.  Están atentos a donde hay debilidades, para atacar y quedarse con los recursos. Son los que aprovechan los terremotos y otros desastres naturales para hacerse ricos. Son los que aprovechan los recursos naturales de primera necesidad, para hacer negocio, ya que la imprevisión e ideología de los gobiernos se los dieron en bandeja.

    Son como esas empresas constructoras americanas, que después de bombardear y destruir Irak, fueron a reconstruirlo.  Porque los terremotos e incendios, tragedia para algunos, es fuente de riqueza y prosperidad para otros.  Y si no hay organizaciones sociales preparadas para los eventos catastróficos, viene el Mercado, quienquiera que este sea, a ofrecer sus servicios.

    Hay una sequía inminente.  No llueve, los ventisqueros se están derritiendo, la minería y la industria compite con la agricultura por las aguas, y ambos bandos contaminan las aguas de las personas.
    Las aguas son privadas, en un país donde el sagrado derecho de propiedad está por sobre el bienestar y la supervivencia de los ciudadanos.

    Así hemos endiosado al individuo por sobre la comunidad.  Pero solo al individuo propietario, no al individuo en sí. El emblema del escudo del país debería ser:
    “Lo que es mío es, mío, por la gracia de Dios y no lo pienso compartir”.

    Y que el Estado no tenga un peso porque capaz que lo gaste en alguien que no soy yo.

    ¿Qué va a pasar cuando el agua no alcance para todos?
    ¿Cuando venga un terremoto o un tsunami y tengamos sed y esté todo en el suelo?
    ¿Va a venir la Empresa de Agua Potable a vendernos el litro de agua a 7.000 pesos (15 dólares)?
    ¿Y cómo van a funcionar los alcantarillados?
    ¿Está pensando el gobierno o alguien en desalinizar el agua de mar a gran escala?

    Es muy caro, dicen.

    Apostaría que usando energías solares hay medios para hacerlo, porque caro o barato, lo vamos a necesitar.  Y en este momento sol es lo que nos sobra.

    Pero con el discurso de que la empresa privada tiene que hacer el cuento, nadie toma las decisiones.

    ¿Vieron lo que pasó con el incendio de Valparaíso?:
    Sequía, falta de agua para las bombas, construcción fuera de norma, falta de caminos de acceso a las quebradas y cerros, sub contratación de aviones por parte de CONAF (Comisión Nacional de Forestación) a empresas privadas.

    Así lo explicó el Director de CONAF:
    tienen una dotación pequeña de 1 helicóptero y 2 aviones y el resto lo subcontratan a una empresa española, porque en todo el mundo se hace así….
    Y la empresa ya había dado por terminada la temporada de incendios de bosques y se habían ido.

    Con la sequía que hay, la cantidad de bosques de pinos y eucaliptus que existe a lo largo de la Cordillera de la Costa, todos árboles infinitamente inflamables, nuestra temporada de incendios dura 12 meses.

    Hoy leí en la mañana que el incendio tiene para 20 días.

    Y nuestra sequía seguramente tiene planes para quedarse miles de años, porque así son los cambios climáticos. Y si no nos ponemos diligentes y previsores, y hacemos acopio de agua para beber y vivir, la cosa se puede poner muy dura.

    ¿Nuestros diputados y senadores necesitarán que se les queme el Congreso para darse cuenta, o estarán preocupados de que les bajen los sueldos?

    Olga Larrazabal S.
     
    Abril, 2014

  • consuelo

    HAY POCO QUE COMENTAR. TODO SE COMENTA SOLO . ¡quién vela por los pobres? ¿a quién importan?
    Solo importa la apariencia, incluso a los paises.
    Si al menos estas desgracias sirvieran para  molestar  conciencias…