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Católicos divididos en África

antonioUn experto vaticanista, Sandro Magister, ansioso desde hace unos meses por descubrir fallos en la apertura que está introduciendo Francisco, ha encontrado una curiosa contradicción entre lo que dicen en África dos instancias distintas de la jerarquía católica. Y precisamente a propósito del tema de la homosexualidad y la homofobia. La intención de su artículo es constatar las consecuencias de la ambigüedad de Francisco.

Por una parte, la agencia FIDES, perteneciente a la Congregación vaticana para la propagación de la FE, ha publicado el editorial de un periódico dependiente de la Conferencia Episcopal de Sudáfrica en contra de leyes africanas que criminalizan la homosexualidad:

“Recientemente, los Parlamentos de Uganda y Nigeria han adoptado estrictas leyes anti-gay. En Uganda, el presidente Yoweri Museveni no las ha aprobado, mientras que el presidente de Nigeria, Goodluck Jonathan sí que las ha promulgado. Otros países, como Camerún y Tanzania, están proponiendo leyes similares”, recuerda el editorial.
“Estas leyes no tienen la intención de hacer ilegales los actos homosexuales – que ya se persiguen en muchos países africanos -, sino que están destinadas a procesar a las personas por su orientación sexual”, dice el columnista, que subraya que “además de ser injustas, éstas leyes tienen el potencial de destruir el tejido social, ya que pueden facilitar las denuncias falsas (…), como sucede con los cristianos en Pakistán con la ley anti-blasfemia”.

Pero casi al mismo tiempo la CNSN, un servicio informativo de la Iglesia Católica en Nigeria, ha publicado una carta elogiosa y agradecida del presidente de la Conferencia episcopal nigerina, arzobispo Kaigama, al citado presidente Goodluck Jonathan:

Su decisión de aprobar lo legislado por el poder legislativo federal, sin ceder a la presión internacional que intenta promover en nuestros países prácticas inmorales respecto a la unión de personas del mismo sexo y otros vicios relacionados, es un valiente y claro indicio de la capacidad de nuestro gran país para mantener con firmeza la protección de nuestra cultura nigeriana y africana, la valiosísima institución del matrimonio y la dignidad de la persona humana.
Nos felicitamos por esta decisión valiente y sabia y oramos para que Dios le siga bendiciendo a usted y a su administración para que sigan resistiéndose a la conspiración del mundo desarrollado para hacer de nuestro país y nuestro continente la cloaca de todas las prácticas contrarias a la ética, con las que no han dejado de degradar en sus propios países el propósito de Dios sobre el hombre en el ámbito de la creación y de la moral.

Efectivamente, estos dos comunicados en un continente que se desgarra con guerras y masacres por motivos económicos, tribales y religiosos, son bien significativos. Y de alguna manera indican dos formas de entender el ser católico. Primar la dignidad de las personas dejándoles la libertad de elegir y denunciando la violencia de los dictadores y caudillos, o primar la autoridad que puede definir lo que es correcto o natural e imponerlo con leyes y violencia si es necesario. Y las dos iglesias católicas conviven. Pero esto no es fallo de Francisco por ceder en su responsabilidad de defender los principios indiscutibles, sino todo lo contrario: un reto a tomar el timón y desterrar definitivamente posturas homófobas o dictatoriales. Sandro Magister y Fernando Sebastián parecen añorar las posturas rígidas en lo doctrinal que dominaron con el anterior pontífice, considerando cesión cobarde las palabras de Francisco en el avión: “¿Quién soy yo para juzgar…?”

12 comentarios

  • Juanel

     
    Pepe Blanco, yo no estoy en contra de la declaración de principios en la sociedad civil, por ejemplo la que sustenta la Declaración de Derechos Humanos (de hombres y mujeres, de niñ*s, de jóvenes, de viej*s, del medio ambiente, de los animales, de la biodiversidad….) pero en la Iglesia si quiere ser acogedora y no excluyente, una declaración de principios como también la promulgación de decretos y leyes, lo que se deriva de ello es una división o separación entre los que están a favor de esos principios y los que no, de los que cumplen la ley y los que no. La Iglesia no tiene ninguna razón para hacerse a sí misma ni progresista ni conservadora. En ella deberíamos caber todos y como insiste en decir Francisco “todos somos pecadores”. Temo las declaraciones de principios de la Iglesia, porque en lugar de servirme de ayuda para mi fe y mi inclusión en la IC funcionan “casi” siempre en sentido contrario. La mayoría de las veces me dan vergüenza o me causan problemas. En la esfera personal una declaración de principios sólo sirve para tranquilizar la conciencia y decirse a sí mismo ¡qué bien lo hago!, o lo que es peor ¡yo tengo razón y “los otros” no!
     
    Más que la declaración de Welby, el papa anglicano, me gusta la actitud de su Iglesia ordenando sacerdotes y obispos homosexuales, trans-sexuales, y también mujeres. Esta actitud lo dice todo en cuanto a la acogida de dichos colectivos en la Iglesia.

  • X. Gundín

    Pero cuando hablamos de sexo no lo hacemos solo de su práctica y sentimientos parejos. Socialmente hablamos tambien de relaciones de dominio.
    Esto hay que entenderlo para comprender las condenas indiscriminadas.

  • X. Gundín

    ¿Confundir o estar confundido?, cuando el asunto es claro:
     
    * quien considere (o en los casos en que considere) que la homosexualidad es vicio, la condenará, claro;
     
    * quien la considere naturaleza, pero desviada, la compadecerá y tratará de enderezarla/curarla;
     
    * quien la considere naturaleza a secas, nada hará, sino si acaso tratar de encauzarla actividad humana que es.
     
    ¿En cual de los tres casos está Bergoglio?.
    En el primero parece que no, pues no ha condenado. Aquí no hay ambigüedad.
    Podría estar él entre el segundo y el tercero. Aquí habría algo de ambigüedad. Pero al negarse a juzgar (luego a corregir/sanar) parece caerse del lado del tercero. Fin de la ambigüedad.
     
     

  • Trebol

    Me ha parecido interesantísimo tu escrito, Antonio, y me sirve para comprobar la exigencia de claridad y rigor con el que tienen que opinar, enseñar, “pedagogear” los que tienen tanta responsabilidad y autoridad concedida. En esta línea, me surge un comentario, porque me parece que muchos de los que hacen elogios absolutos al documento de Francisco, no lo han leido del todo, o no lo han leido todo con atención. Aproximadamente, desde el párrafo 200 hasta el final, cambia completamente el estilo y resulta un hablar por hablar. Y, salvo que se me haya pasado, me sorprende que se pueda hablar de PAZ y no se condene expresamente y sin ambigüedad el tráfico de armas. Probablemente el estilo de las dos terceras  partes primeras, han hecho confiar al lector. La tercera parte, es muy deficiente.

  • George R Porta

    Francisco se refirió en aquel momento a su opinión personal de no juzgar y ¿hablaba individualmente como Francisco o hablaba oficialmente como Papa?
     
    La persona heterosexual o no en su comportamiento íntimo no debiera ser objeto de discusión pública. Cada un* hace lo que quiera aunque lo haga solo en secreto.
     
    La opinión de Jesús acerca de la acusada de adulterio que libró del apedreamiento, según los textos evangélicos, no se limitó a “quien esté libre de pecado que lance la primera piedra” sino que incluyó el aconsejarle a ella “Tampoco yo te condeno. Vete y en adelante no vuelvas a pecar” (Juan 8, 11).
     
    Parece que Jesús no aprobara el adulterio y, de hecho, implícitamente juzgó a la mujer (la perdonó) y la exhortó a no cometerlo más (Juan 8, 11). Eso constituye una “sentencia”. Juzgó, de hecho, la desigualdad de ella. No sabemos la opción de Jesús si además de la adúltera se hubiese tratado de ejecutar conjuntamente al adúltero cómplice. Ese caso no aparece en los evangelios. 
     
    Por otra parte y de momento, Jesús se abstiene de juzgar al Mundo cuando lo ponen en disyuntivas de tener que hacerlo. Sabemos lo que para la mayoría significa la palabra “Mundo” en el lenguaje evangélico. En Juan 12, 46-48, lo siguiente aparece como ipsísima verba  de Jesús: “46 Yo soy luz y he venido al mundo para que todo el que cree en mí no siga en las tinieblas. 47 No seré yo quien condene al que escuche mis palabras y no haga caso de ellas, porque yo no he venido para condenar al mundo, sino para salvarlo. 48 Quien me rechaza y no acepta mis palabras tiene ya quien lo juzgue: mi propio mensaje lo condenará en el último día.” (Énfasis nuestro). Quienes no acepten o vivan según las palabras de Jesús—independientemente de los azares que los propios textos hayan sufrido históricamente—serán en su momento condenados, es decir que habrá condena y que la relativización de sus palabras no sea el camino a seguir.
     
    Jesús conocía de las consecuencias de no dejar por escrito su doctrina porque había sido educado en los avatares interpretativos de la Ley. Además, sabía que el colectivo que seleccionó para trasmitir su mensaje no era sensible a la lingüística.
     
    Las relaciones entre personas del mismo sexo no las tocó. Parece que le preocupara más la situación de desigualdad de la mujer o que aquellos a quienes encomendó preservar su mensaje prefirieron no divulgar la actitud de Jesús con respecto a la homosexualidad, aunque al hacerlo dejaban intacta la condenación prevaleciente en la época al respecto.
     
    O Jesús no quiso inmiscuirse en el asunto de la homosexualidad o quienes nunca le interpelaron al respecto no parecían tener dudas acerca de lo que Jesús opinaría y por eso no le preguntaron. Sabiendo que buscaban entrampar a Jesús, parece aún más intrigante el silencio de éste al respecto.  

  • pepe blanco

    Podría entender lo que dices, Juanel, si en la iglesia católica no hubiera una declaración previa de principios en contra de la conducta homosexual. Pero, puesto que sí la hay, lo que deberíais necesitar es una declaración de principios que no la condene y que suponga una retractación respecto a las anteriores declaraciones. Salvo que, obviamente, os importe un pimiento las declaraciones de principios de los dinosaurios parlantes que mangonean el cotarro en la iglesia católica, esa pandilla de viejos solterones con infuilas; si es ese el caso, pues me parece estupendo, claro.
     
    De todas formas, como aún hay muchos católicos que no están acostumbrados a pensar y a desear por sí mismos, creo que es necesaria una declaración de principios por parte de la iglesia, en el sentido de acoger a los homosexuales y de aceptar su conducta homosexual privada y pública (el matrimonio homosexual). Y cuanto más tarden en hacerla, mas clientes perderán.

  • Juanel

     
    Pues Antonio Duato, a mí me parece más cerca del mensaje de Jesús la actitud de Francisco de no juzgar (¿quien soy yo para juzgarlos?) que la de Welby. ¿Por qué? Pues porque está declarando una actitud humilde, acogedora, reconciliadora,…., cosa que contrasta de lleno con la del arzobispo católico Kaigama orgullosa, que cree conocer la voluntad de Dios, enjuiciando y condenando a los que claramente excluye; pero que también se distingue de la de Welby que toma partido y por tanto se vuelve beligerante contra los que no opinan como él. Francisco va más allá y es como si dijese: “a mí que me importa tu comportamiento sexual, tu ética personal, el cómo o el qué eres, tú ven y acércate que no pienso juzgarte y menos excluirte”. Yo creo que en la Iglesia necesitamos esto mucho más que una declaración de principios.

  • Antonio Vicedo

    Seguimos entretenidos dándole vueltas al nudo gordiano del falseamiento conceptual de la realidad humana, atribuyendo peso y valor a lo secundario, por próximo que lo consideremos a lo primario y fundamental de esa realidad, por encima y más alla´de lo nuclear real.
     
    Lo que constituye la realidad de todo ser humano es la elevación a la racionalidad libre y responsable de la animalidad convertida en sujeto individual inalienable con finalidad relacional con todos los que participan igualmente de esa condición, a pesar de la diferentes circunstancias en las que su existencia vital se concrete; y la circunstancialidad sexual es, en su nivel, primaria:mujer, varón, homo-, hetero-, o trans-sexual.
    Ciertamente estas condiciones concretan la existencia primaria  personal que de todas es soporte y sujeto, sin lo cual nada habría que valorar, ni cuestionar sobre las mismas.
     
    El ser SUJETOS RACIONALES LIBRES y RESPONSABLES, es lo que nos caracteriza como seres ESPECÍFICAMENTE HUMANOS; es como la MATERIA PRIMA que nos cualifica y distingue de cualquier otra de la Naturaleza, en cualquiera forma modal en la que lo humano se manifieste o relacione.
     
    Por ello, el PROBLEMA de los problemas humanos, no son las formas de los nudos, ni del cordelado de las cuerdas, sino el FALSEAMIENTO DE LA CALIDAD  IGUAL de la MATERIA NATURAL específica de la  TODAS las FIBRAS HUMANAS.
     
    Si cualquier composición o forma de NUDO impide la calidad primaria y final de las fibras forzándolas antinaturálmente, son los nudos que fuerzan esa desnaturalización los que hay que deshacer  o de  un golpe cortar.
     
    La FUERZA  de la RAZÓN, es HUMANA; la Razón de la FUERZA, es propia de todas las restantes especies naturales que, por imperativos de esa FUERZA CIEGA, gozan de disponer del complemento instintivo que la condiciona y normaliza.
     
    Y para los creyentes,  esta concreta , pero NO INFINITA NATURALEZA,  es la REAL y  AUTÉNTICA MANIFESTACIÓN DE LA ACCIÓN de ese ABSOLUTO DIOS que, en esta etapa de  existencia terrena, NO QUIERE MANIFESTÁRSENOS DE OTRA FORMA: NI OJO  VIO, NI OIDO OYÓ.
     
    Este es el gran misterio, apoyo y fundamento de la fe: LA COHERENCIA HUMANA DE LA ENCARNACIÓN Y MODAL TEOFANIA DE JESÚS, EL GALILEO: NACIDO, HUMANIZADO, MUERTO y RESUCITADO, a QUIEN tenemos que mirar, escuchar e imitar para pasar de lo inhumano a lo humano en la HUMANIDAD.

  • Tomás

    Creo que lo más importante es que el respeto a las personas homosexuales se vea protegido en la legislación internacional y que haya una presión positiva desde todos los organismos internacionales para que ese respeto se vea trasladado a todas las legislaciones nacionales incluyendo la llamada de atención a aquellos países que no lo acepten. Me parece que este tema no es una cuestión interna, sino que debe trascender las fronteras y trabajarse activamente que sea reconocido por todas las naciones con independencia de las religiones que convivan en cada una.
    En cuanto a su tratamiento desde la religión, no es exclusivo del cristianismo o el catolicismo su criminalizacion. Es doloroso ver como desde la creencia de que Dios crea y ama al ser humano, se puede condenar, encarcelar, amenazar con” las penas del infierno ” o ejecutar a personas por su orientación sexual. Y parece mentira que se mantengan posiciones premedievales en el siglo XXI.
    Ello no hace, a mi juicio, sino confirmar lo importante que resulta que la legislación civil se elaboré al margen de creencias religiosas, y que deba servir para los ciudadanos de todos los credos.
    Pero dicho esto, creo que el papa Francisco lo que ha hecho es abrir una puerta a la esperanza de que algo cambie en la Iglesia en esta materia. También me gustaría que los tiempos fuesen más rápidos , pero hay que reconocer que antes hubiese sido impensable una afirmación así . Creo que merece un margen de confianza pero puestos a pedir: ¿ por qué una declaración neta y concisa y no un cambio neto y conciso de la doctrina?
    Porque de lo contrario siempre puede aparecer algún cardenal, obispo, o prefecto para la doctrina de la fe que recuerde que la postura oficial de la Iglesia no ha cambiado, y la cosa se queda en una mera opinión, y creo que sería bueno que la posición fuese de oficial reconocimiento a los derechos de las personas con independencia de su orientación sexual.
    Puestos a pedir, sería bueno también que todos los líderes religiosos hiciesen lo mismo. Y a quien lo haga se le reconozca, y a quién no lo haga se le recrimine públicamente lo insostenible de su posición y tenga consecuencias en los foros internacionales.
     
     
     

  • ana rodrigo

    Por cierto, Antonio, en el enlace yo no he encontrado la carta del obispo Welby sino solamente la noticia.

  • ana rodrigo

    Es difícil hacer un puzzle con tres piezas incompatibles unas con otras, estas piezas serían: Dios, la homosexualidad y la legislación civil.
     
    En el primer caso, hablar de la voluntad de Dios, es una atrevimiento fuera de lugar, porque nadie ha hablado, ni ha visto, ni ha oído a Dios. Los dioses han sido constructos religioso-socio-culturales a los que se les ha atribuido pensamientos, deseos, y voluntades, meramente proyecciones humanas según quién diga que Dios le ha hablado. Atribuir la autoría a Dios de los libros llamados sagrados,  es otro craso error a poco que se utilice mínimamente la razón humana. Por eso Jesús, el Galileo, muy inteligente él, ni dejó nada escrito, ni sus seguidores trascribieron ni pusieron nada en su boca sobre la homosexualidad.  
     
    Sobre la homosexualidad, ha existido, existe y existirá siempre independientemente de lo que jefes religiosos o políticos hagan o digan, independientemente de que los hayan encarcelado o, incluso, asesinado. Es como si negásemos la existencia del sol encerrándonos en un búnker. Es que la estupidez humana es casi infinita en su actividad estúpida.
     
    Y, en tercer lugar, es un disparate de lo más absurdo que la legislación civil se arrogue la prohibición por ley de la naturaleza homosexual. Y, por otra parte, es vergonzoso que se dejen influir por líderes religiosos sean de la religión que sean. Al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.
     
    Otra cuestión es que quien quiera seguir las normativas de su religión, voluntaria y libremente quiera hacerlo y luchar contra su propia naturaleza.
     
    Y, finalmente, como dijo el Papa Francisco “Quién soy yo para juzgar”? ¿Quién es nadie para entrar en la conciencia de los demás a dictarles lo que es bueno o malo contrariando su propia naturaleza?
     
    Estoy de acuerdo con Antonio, el Papa debería zanjar de una vez por todas su posición personal y/o como Papa respetando la persona y su conciencia.

  • Antonio Duato

    Reforzando la importancia que tiene esta cuestión de las leyes anti-gays en Nigeria, hoy se publica el documento de Welby (el papa anglicano) posicionándose claramente contra las leyes que los obispos católicos nigerianos han alabado con entusiasmo:

    Carta de Welby a toda la comunión anglicana

    ¿No es verdad que convendría un declaración tan neta y concreta como ésta por parte del papa Francisco?