Da miedo escribir sobre víctimas o presos, y más aun escribir sobre víctimas y presos, ambos a la vez. La verdad y la justicia exigen distinguirlos. La reparación y la reconciliación exigen atenderlos juntos, a cada uno de acuerdo a lo que necesita para curar su memoria y sus heridas. De modo bien distinto, forman parte de la misma historia, son sujetos del mismo drama: agentes unos y pacientes otros. Pacientes todos.
Y a todos sin excepción nos toca ser agentes de paz, cada uno desde su propio dolor y responsabilidad. Vivimos el mejor tiempo desde la fundación de ETA en 1958 en plena época franquista: dos años y tres meses sin asesinatos, secuestros, atentados. Vivimos la mejor oportunidad para asegurar la paz y construir la convivencia. ¡Bendita oportunidad, imperiosa exigencia!
Que se acabe cuanto antes ETA y el sufrimiento unido a ella, empezando por el sufrimiento de las víctimas. De todas las víctimas. No viviremos en paz sino en la medida en que ensanchemos la mirada y nos pongamos cada uno en el lugar del otro. El informe objetivo sobre “vulneraciones de derechos humanos” ocurridas desde 1960, elaborado por cuatro expertos por encargo del Gobierno Vasco, cifra en 1.004 el número de personas asesinadas –además de otras muchas vulneraciones de derechos humanos– en relación con la “violencia de motivación política” ligada al conflicto vasco. De las 1.004 personas asesinadas, 837 corresponden a ETA y grupos derivados (811 fueron asesinadas en atentados, 15 en secuestros, dos por “kale borroka”, cuatro en otras circunstancias, y tres han sido dadas por fallecidas y aún no han aparecido). El resto son también víctimas, diferentes en la motivación, pero iguales en el sufrimiento injusto: 94 asesinados en manos de las Fuerzas de Seguridad del Estado (9 lo fueron bajo custodia policial, 20 en controles policiales o similares, 17 debido a “errores, abusos u otros”, 16 en altercados de policías fuera de servicio, 30 en manifestaciones y dos por pena capital), y 73 asesinados por grupos parapoliciales y de extrema derecha (61 en atentados y agresiones, tres en movilizaciones, cuatro tras sufrir un secuestro y dos mujeres tras ser violadas).
Las cifras son frías, pero la historia es dramática: 1004 historias dramáticas. Y muchas más. No son víctimas de dos lados, “nuestras víctimas contra las vuestras”. Cada historia de dolor es única y sagrada, y cada una merece reconocimiento y atención como si fuera única. Reconozcamos con pesar que no hemos estado a la altura: o hemos sido insensibles o hemos sido sensibles solamente al dolor de unos. Que ningún dolor nos sea ajeno.
Que tampoco nos sea ajeno el sufrimiento de los presos y de sus familias, más allá de la legalidad vigente, incluso más allá de que consideremos justa o injusta su condena. Es hora de dar un paso decisivo en la civilización. No me refiero solamente a unos cambios en la política penitenciaria, deseables e incluso indispensables para asegurar la paz y construir la convivencia. Voy más allá: al modo de considerar al delincuente y de concebir la cárcel. En cuanto a los “otros victimarios” (Fuerzas del Estado, grupos parapoliciales, extrema derecha), ninguno de ellos está en la cárcel, ni hemos de pedir que lo estén: no es el castigo del victimario lo que cura la herida de la víctima, sino el reconocimiento de la verdad y la reparación social (y económica, si hiciere falta). Basta con eso. Arranquemos de nosotros el deseo de venganza. Es hora de pasar de la justicia punitiva a la justicia restaurativa. Que la cárcel deje de ser lugar de castigo. Si hay garantías de que un preso de ETA o cualquier preso ya no atentará contra nadie ha de salir de la cárcel. Lo exige la Constitución española, lo enseña la filosofía del Derecho, lo dicta la humanidad.
No humilla a los presos el reconocimiento del daño causado e incluso la petición de perdón, no impuesta, sino voluntaria; no exigible, pero sí deseable. No niega la dignidad de las víctimas la excarcelación de los presos, una vez que hayan renunciado a la violencia. La petición de perdón engrandece al victimario. La generosidad con el victimario engrandece a la víctima. Que los presos no se vuelvan prisioneros de su pasado. Que las víctimas no se vuelvan prisioneras de su dolor.
Es hora de ser generosos, para reparar mejor todos los daños. De lo contrario, pierden las víctimas, pierden los derechos humanos, pierde la paz. Dejemos de dividir el mundo en buenos y malos, vencedores y vencidos, los nuestros y los vuestros. Que cada uno de nosotros, como el buen samaritano del evangelio, se baje de su cabalgadura, de su ideología e incluso de su proyecto político, por legítimo que sea. Lo primero es lo primero. Que miremos al herido y nos acerquemos, sin dar un rodeo como el sacerdote y el levita. Que se ablanden los ojos y se conmuevan las entrañas.
No podremos convivir en paz los unos sin los otros. No curaremos nuestras heridas mientras no se curen las de todos.
(Publicado en DEIA y en los Diarios del Grupo NOTICIAS)
Para orar: “Los justos”
Un hombre que cultiva su jardín, como quería Voltaire.
El que agradece que en el atierra haya música.
El que descubre con placer una etimología.
Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez.
El ceramista que premedita un color y una forma.
El tipógrafo que compone bien esta página, que tal vez no le agrada.
Una mujer y un hombre que leen los tercetos finales de cierto canto.
El que acaricia a un animal dormido.
El que justifica o quiere justificar un mal que le han hecho.
El que agradece que en la tierra haya Stevenson.
El que prefiere que los otros tengan razón.
Esas personas, que se ignoran, están salvando el mundo
(José Luis Borges)
George,
Por lo que a mí respecta sí; diversos en la unidad o dispersos en paz. Aquello a lo que lleguemos mediante un acuerdo pacífico.
De tus vaticinios, disculpa, pero no los capto. Se trata de un mero ejercicio literario entiendo. No hayo ni en mí ni en ningún otro comentario atisbos del rencor del que hablas. Tan sólo discrepamos. Y eso, democráticamente, es saludable. Ya nos entenderemos con voluntad pacificadora. Hayaremos, desde el diálogo, puntos de encuentro.
Al leer vuestra conversación me parece poder anticipar cómo pudiera ser entre nosotros los cuban*s si alguna vez cambian las líneas de fuerza en la Isla y de repente comienza a escapar espontáneamente el dolor. La prensa hará su parte y sensacionalizará lo que ocurra, como en 1959 ocurrió con los horribles juicios sumarios y el paredón contra los batistianos; resaltando unas cosas y descuidando o posponiendo otras y haciéndolas regresar a la luz después en diferente contexto y con diferentes matices. Los rencores y el dolor aflorarán como ahora entre ustedes y de repente la tragedia que aún no termine para unos comenzará para otr*s y la venganza y los resentimientos o el sentido de los derechos y la justicia retributiva muy pronto logrará que todos estemos envueltos en una vorágine trágica y dolorosa de dimes y diretes.
La leyenda de Caín y Abel no fue casual ni original, era antigua. El escritor bíblico tomo un tema tan viejo como el incesto o como la mentira y lo puso al comienzo de la historia contada para indicar y dejar bien establecido que la rivalidad competitiva está atada a la raíz misma del ser y la historia human*.
Aquella vez fue el ser divino el que causó la rivalidad y pudiera ser que eso signifique la inevitabilidad del problema, su recurrencia, su antigüedad y su absurdidad porque nadie, en su sano juicio, quiere el odio y la rivalidad pero, contradictoriamente, nadie lo quiere y siempre ha estado presente en la historia de la raza.
La violencia y el crimen, el maltrato por parte de los embriagados de poder sobre los que lo hayan perdido y ahora sirvan de presa de caza sale de la percepción amenazante de ést*s por aquell*s aunque sea imaginariamente, aunque carezca de realidad.
En estos argumentos lo real es que ciertamente hubiera crímenes por ambas partes, aunque no fuera simultáneamente como en un combate leal. La raíz de la violencia es la injusticia. Debió ser una situación injusta contra muchos en beneficio de muchos y cuando se viró la tortilla y los roles cambiaron, la venganza sobrevino y de nuevo la injusticia benefició a unos y maltrató a otros..
Ha hecho mal la Iglesia Católica en declarar mártires a las víctimas del anticlericalismo militante y debieran pedir perdón por no haber denunciado y por haber bendecido el genocidio fascista. Los militares no son siempre honorables y aprenden a banalizar el homicidio justificándolo con toda suerte de ideas y razones, ninguna realmente válida.
España fue reunificada a la fuerza y la violencia solo engendra más violencia. Nunca ha sido distinto cuando las naciones no llegan a crecer en la unidad espontáneamente. Y si ahora se dividiera según sus diferentes vertientes y elementos culturales eso no tuviera que impedir el funcionamiento del conjunto si hubiera la voluntad de mantenerlo y promoverlo. La pregunta es ¿desean los españoles (o quizá fuese mejor decir los Iberos) convivir diversos en la unidad?
X, Gundín,
No, no me refiero a ti. Estoy seguro de que si escribes aquí y argumentas con la palabra, desde la ideología que lo hagas; eres para mí un interlocutor válido. Y lo digo porque me lo preguntas, en modo alguno soy quien para juzgarte. Disculpa si así lo has percibido.
Soy tan consciente como cualquiera de cuantos nos acercamos a este asunto que tanto escuece, de la prudencia con que debemos hacerlo.
No temo que venga el lobo; el lobo ya vino. Y fue real. Y ha venido en muchos mundos pacíficos conocidos y los ha transformado en horror. Y no hablo de unos o de otros. No es mi discurso. Pero permíteme estar del lado del dolor de las víctimas, a los que matan me es imposible entenderlos.
¿Analizar las causas? Por supuesto; hondamente. ¿Que la violencia fue un hecho?. Estamos de acuerdo; terrible y lamentable. ¿ Que para ambos, sus causas no las justifican? Lo celebro.
Me temo que estamos poniendo demasiado “toping” histórico, cultural y erudición sobre la esencia simple de este debate y eso hace que nos enredemos en hilos que nos conducen a la dispersión, parte del análisis histórico que mientas. Necesario, por descontado. Pero alejado del meollo de cuanto plantea José.
O así lo entiendo yo:
Insisto y amplio:
Acepto debatir cualquier propuesta; escuchar toda justificación cultural e histórica; abrir el debate en toda su amplitud. Pero sólo con aquellos que tengan clara su posición de no violencia; con el resto ( y los asesinos, presos o no, y quienes los justifican.) no puedo. No sé dónde sitúan el límite de aceptación de mi disenso y ello me coartaría.
Si no admites la violencia como fin, ni la justificas, ni apoyas. Los dos nos encontramos del lado del diálogo y del acercamiento. Y de eso y no de otra cosa se trata.
Un abrazo fraterno.
Pedro,
He dicho, tu lo has leido y repetido, que “la violencia tuvo unas causas….no fue gratuita”. Parece que tu entiendes que eso es justificarla. Pero no es más que establecer un hecho, sin avanzar juicio sobre él.
Que aquella violencia tuvo unas causas es el hecho que yo veo, y que habría que investigarlas fríamente, sin gritar “que viene el lobo”, es un deseo de difícil realización -por el momento- como tu reacción demuestra. Me parece que has leido lo que tienes en tu cabeza, no lo que yo quise escribir.
Pero la investigación de tales causas, y los aciertos y errores que en ellas pudiera haber habido, es necesaria para bien pacificar: para corregirlas. No será necesaria para vencer, pero si para pacificar. Ni sin investigación de las causas se puede abrir el debate en toda su amplitud, como tu quieres.
¿Te referías a mi cuando hablabas de …interlocutor de manos e ideología limpias en cuanto a la violencia…. y …aquellos que mantengan dudas sobre la legitimidad de la violencia que se mantengan al margen….?.
Pedro, esa es la clave: que se justifique la violencia. Por eso yo vengo insistiendo que, en la línea de JJ Millás, la foto de los expresos, condenados por violentos, fue una exhibición vergonzosa, porque venían a querer poner de manifiesto que sus asesinatos habían sido justificados, cosa que, por otra parte, piensa mucha gente.
Tampoco hay que justificar a quienes cometieron barbaridades con ellos, que aquí hay que decirlo todo, por si alguien nos lleva a la batalla del Ebro.
Lo mismo ocurre con la violencia franquista cuando aún hay quien le hace homenajes a asesinos y, peor aún se le consiente, sin antes haber hecho justicia a las víctimas. Por internet se recogen firmas para evitar semejante infamia.
A los asesinos, sean de la estirpe que sean, y de la época que sean, habría que ponerlos en su sitio y no ponerlos como ejemplo de nada, punto. Ya sabemos que la historia de cualquier territorio es el resultado de infinitas guerras, invasiones, muertes y todo tipo de violencia. Por eso hay que ir eliminando ese pasado y partir de cero, con limpieza en las manos y en el corazón.
Socilógicamente porque hay vascos que se sienten también españoles y hay vascos,como tú,que no os sentís españoles…
Iñaki yo no niego la existencia del pueblo vasco,ni del español…Creo que en el Estatuto Vasco habla de pueblo vasco y en la Constitución de pueblo español…Obviamente yo no hablo de eso,ni del derecho a autodeterminarse…Yo hablo de que sociológicamente es màs correcto hablar de “los vascos” y “los españoles”…
Da miedo. Comienzá José el artículo. (Debería decir)
Da miedo. Comienza Iñaki el artículo.
Da pavor, releer algunos de nuestros comentarios:
De X. Guindi. (Por poner un ejemplo),
“Tampoco se debe perder de vista que la violencia en el P.V. tuvo unas causas. Habrá sido total o parcialmente acertada o equivocada, pero no fue gratuita.
Negar o querer ignorar sus causas es tanto como afirmar que aquel puñado grande de muchachos vascos, no todos de origen euskaldún, eran unos frívolos o unos sicópatas, y lo mismo los muchos que les apoyaron, cosas que sabemos no fueron ciertas.”
Según lo anterior, ¿Qué acertada parte, dudosa o no, pero necesaria, que no gratuita, justifica la violencia?
¿Cómo saber dónde pondrìa mi interlocutor el límite de tolerancia a mis discrepancias antes de encontrar justificada, de nuevo, una respuesta violenta?
Por ello prefiero a un interlocutor político de manos e ideología limpias en cuanto a la violencia se refiere.
Desde este punto, sabiendo que para todos cuantos nos sentamos en la mesa a negociar, la violencia es, sin excepción o causa alguna, inaceptable, abramos el debate en toda su amplitud.
Pero, por favor, aquellos que aún albergan dudas sobre la legitimidad de la violencia, que se mantengan al margen, por sí alguién, ante la duda, pudiera sentirse amenazado.
Sólo pedimos eso.
Iñaki, me dices “Creo que hay cosas más importante que seguir dando vueltas y vueltas a la agonía de ETA”, y yo pregunto, ¿cómo se aborda este tema sin hablar de ETA?
Me invitas a que vaya cambiando mis postulados, no sé cuál de ellos, pues yo lo que rechazo de raíz son los asesinatos de cualquier parte que vengan y, mi negativa a darle el protagonismo de la solución ni a asesinos ni a víctimas, y que cada cual esté en su sitio: los asesinos con su arrepentimiento o su remordimiento, y las víctimas, desgraciadamente con su dolor y, si pueden con su perdón.
Amigo Antonio Vicedo, un placer dialogar contigo. No puedo evitar un eskerrik asko.
Estoy totalmente de acuerdo contigo en lo que se refiere al conflicto social entre ricos poderosos y pobres oprimidos. Este es un problemón que se da en todos los rincones de la Aldea Global, que al ún día acabará solucionándose. La pena es que no sabemos cuando. En este sentido, contestaría con un NO a tu última pregunta.
Ahora bien, el conflicto político entre España y Euskal Herria yo lo situo en otros parámetros. No me refiero al conficto humano entre personas, sino al conflicto entre colectivos de personas(pueblos), más o menos ricos y poderosos. Imposible salir del dramático enredo, si la fuerza de la razón no se acaba imponiendo a la razón de la fuerza.
Diferencia política abismal llamo a la que hay, por ejemplo, entre un Javier Pelaez y yo mismo. El niega la existencia del Pueblo Vasco, como sujeto político con derecho a autodeterminarse. Yo sostengo exactamente lo contrario. Es como si él hablara de peras y yo de manzanas. Auténtico diálogo de sordos.
También encuentro una diferencia abismal entre el inteligible comentario del siempre sensato X. Gundin y la enrocada diatriba de nuestro amigo Ludovico
Amigo Xabitxu Pelaez, veo que seguimos sin tendernos puentes. Vivir para ver amanecer el día en el que podamos ponernos de acuerdo. ….el pueblo vasco si que existe y algún día será sujeto político.
Amiga Marian, de historia sé mas bien poco y quizá por eso me limito a vivir el presente.¿Cual es tu contacto directo actual con el Pueblo Vasco?.
Amigo Pedro, no me cuesta nada estar totalmente de acuerdo con tu impecable comentario. Nada justificará jamás la imposición a muerte de la razón. Sin embargo, el hecho es que la Humanidad camina por un valle de lágrimas en el que el crimen, los asesinatos y las muertes violentas están a la orden del día. No se si tendrá algo que ver con eso de..el que a hierro mata a hierro muere, pero el caso es que ni el rencor , ni las ansias de venganza acaban sacándonos del túnel.
ETA es pasado, al igual que la Guerra Civil, y no podemos consentir que sobreviva en el odio. Es hora de ir dando todo el protagonismo a la pablabra.
Amiga Ana Rodrigo, no era mi intención faltarte al respeto. De todos modo, no puedo evitar el sugerirte que vayas actualizando tus postulados, en relación a esta temática. Sin pretensiones de tener razón, trato de explicarme lo mejor posible, parta avanzar. Creo que hay cosas más importante que seguir dando vueltas y vueltas a la agonía de ETA.
No se debe perder de vista el objetivo preferente: la pacificación del país vasco, que comienza, aunque no acabe, en el fin de la violencia.
El silencio de las armas es uno de los factores que puede ayudar a la reconciliación de los espíritus, aunque se sabe que no todos los espíritus -y por ambas partes- quieren ybuscan la reconciliación.
La reconciliación es negocio personal entre dos; pq el mal es realizado y recibido por alguien o algunos, y no por algo. Ya se ha dicho que de un lado se necesita la petición sincera de perdón y la entrega de reparación y del otro la concesión también sincera del perdón. El mismo diálogo que en esta página se sostiene demuestra que aún hay camino que recorrer para llegar ahí. Mientras tanto que el tiempo, si lo hay, ayude.
Tampoco se debe perder de vista que la violencia en el P.V. tuvo unas causas. Habrá sido total o parcialmente acertada o equivocada, pero no fue gratuita.
Negar o querer ignorar sus causas es tanto como afirmar que aquel puñado grande de muchachos vascos, no todos de origen euskaldún, eran unos frívolos o unos sicópatas, y lo mismo los muchos que les apoyaron, cosas que sabemos no fueron ciertas.
El silencio de las armas fue el primer paso, que debería ser seguido por el segundo: el ejercicio ordenado de la autodeterminación. Cuya esperanza es necesario establecer.
Sin embargo, yo estoy de acuerdo en lo que algunos dicen: “que tenemos que decidirlo entre todos”. Yo digo que si, pero con distinto significado: tenemos que decidir todos lo de todos; es decir, como se organiza España, si es que todavía tiene organización posible.
Pq no creo que tengamos que gobernar todos la casa ajena.
Cuesta llegar al final del artículo de Arregui. Cuesta porque la indignidad aumenta a cada falsificación de los hechos, a cada retorcimiento del lenguaje, ante el encanallamiento moral de los juicios que no son tales, sino meros sofismas.
No voy a repetir mi opinión, sobradamente conocida aquí. Para no repetir siquiera el lenguaje nauseabundo, hablar de paz cuando no hay guerra sino asesinato puro y duro con obispos aplaudiendo con las orejas (¿qué otra cosa son las palaras ay los gestos antaño de Setién, hoy de Uriarte?), no digamos los beneficiados del nogal, voy a proponer lo que en lógica se llama sustitución. En vez de asesinos etarras, con su clan (aquí la bancada de los aplausos, allí la bancada de los que miran a otro lado, allende la bancada de los comprensivos… el anfiteatro era muy variopinto aunque unánime), pongamos un violador adulto de una niña. Sustituyan los asesinatos por violaciones. Y si se tiene arrestos morales, Arregui, repita sus párrafos y me dirá luego cómo se le queda la cara.
Amiga María Pilar: Agradezco mucho tu afecto y tono acogedor y me alegra server. Hay un lema de Ignacio (no soy jesuita) que me impresiona mucho: “En todo amar y servir” y quisiera poder vivir y actuar en esa línea pero se me hace difícil y cuando me acerco hacienda cualquier pequeña cosa en esa línea sobre todo si alguien me lo hace notar, me produce una gran alegría saberlo. Así agradezco mucho tus mensajes. Un abrazo cordial.
Gracias amigo Iñaki. Si las cosas van como espero planeo irme por última vez de mi mes annual de retiro a Loyola y volver a hacer los 30 días de Ejercicios con el acompañamiento del equipo de Toni Catalá SJ. Me atrae la limpieza de la naturaleza de tu tierra, me llevo de maravillas con los frutos de la tierra y el mar en ella y me alegraría volver a respirar aquellos aires frescos (mayo y junio) al pie del Izarraitz (no sé si lo escribí correctamente) pero me fascinó andar hasta la cim a que esta vez no creo que físicamente pueda. Un abrazo
!Gracias amigo George!
Totalmente de acuerdo contigo, muy especialmente en tu última entrada, has puesto sobre la mesa, la total y auténtica capacidad de hacer el mal en todos los entornos posibles sin vanalizar a ninguno de ellos.
!Gracias! No he sabido plasmarlo tan bien y claro como tú nos lo has mostrado.
m* pilar
Amigo George R Porta. El día pasado omití el incluirte en el equipo de personas de las que me siento más cercano. Tus comentarios los suelo leer con sumo interés, por un par de motivos: siempre aprendo algo nuevo y, además, se parecen mucho a lo que yo considero un diálogo constructivo.
Resuelto este pequeño descuido, quiero agradecer todas las respuestas a mi breve comentario. No hay acritud en ninguna de ellas. Me transmiten, mas bien, un deseo de corregir malos entendidos y de buscar soluciones. Eskerrik asko. Vamos a ver si soy capaz de seguir debatiendo con espíritu constructivo.
Efectivamente, éste era el enlace que yo quería poner. Gracias, George.
¡Hola, Ana!
Quizás este sea el enlace a El País Semanal que deseabas postear:.
http://elpais.com/elpais/2014/01/23/eps/1390479246_505765.html
El artículo del enlace apoya indirectamente un punto que he tratado repetidamente de resaltar (sin mucho eco aunque sea muy válido, y es el que hizo Hannah Arendt acerca de la banalización del mal (Eichmann en Jerusalén, 1961).
Defiendo el derecho del historiador de hoy a enjuiciar el pasado desde este presente sin tener que entrar en la falacia de que en aquellos tiempos del crimen se pensara diferente.
Llámese como se le llame al criminal y sea del bando que sea, creer que se actúe éticamente al cometer un crimen de lesa humanidad exige como conditio sine qua non banalizar o trivializar el homicidio de cualquier dimensión.
Creer que matar por principio o por deber o por obediencia, del tiro en la nuca o de difamación, o de tormento psicológico, o torturando, o enlistando para la guerra a jóvenes adolescentes para dejarlos traumados de por vida o tener que reciclarlos en el campo de batalla por falta de nuevos reclutas, constituyen todos ejemplos de homicidio o genocidio de diferente dimensión, pero todos punibles y todos inexcusables.
Un ejemplo de banalización del mal imposible de olvidar es el de George W. Bush el 24 marzo de 2004 reportado por la revista The Economist (edición de España porque la de los EEUU no lo incluyó) acerca de la Cena Anual de los Corresponsales de Televisión y Radio de la Casa Blanca. Durante su participación bromeando Bush utilizó una serie de diapositivas de archivo de la Casa Blanca.
30 minutos después de comenzado el video clip publicado por CSpan (el enlace es el siguiente: http://www.c-spanvideo.org/program/181100-1) se les ve a Bush y a su Secretaria de Estado, Condoleezza Rice buscando bajo los muebles y en las gavetas del escritorio presidencial las armas de destrucción masiva que su administración inventó para justificar la guerra preventiva contra Irak
Justificar utilizando la Patria, los ideales o ideas, la religión, el Bien, o lo que sea es banalizar el mal. Matar siempre fue eliminar a alguien que representó una amenaza suficiente, y hacerlo con la protección de quienes se beneficiaban de dichas muertes o quienes necesitaban vengarlas o silenciarlas o simplemente por el impulso o con la premeditación de quien mate.
Matar es inaceptable. Ahora y lo fue siempre (por eso es tan antiguo el falaz argumento de la defensa propia) y no hay modo de cambiar ese hecho.
Querida Mª Pilar, creo que tú y yo decimos lo mismo, salvo eso que dices de que no han sido juzgados; yo me refiero a los expresos de ETA, que sí lo han sido y han cumplido la pena impuesta y se exhiben como los salvadores del conflicto vasco.
Sobre los responsables policiales, quizá se me escape información (han tenido más facilidad para ocultarla) y, admito que hasta alguno puede haberse ido de rositas, pero los sujetos de asesinato directo, los que fueron descubiertos y denunciados, creo que fueron juzgados y condenados.
Y con los responsables políticos, sí se hizo algún que otro chanchullo con los indultos. Pero, que, ojo, ¡yo no justifico ningún asesinato por ninguna de las razones, porque no hay razones que valgan!
Pero lo que llaman el conflicto vasco, actualmente debe estar en manos de políticos y de políticas con las manos limpias de sangre por ambos bandos negociadores. Sí se puede decir: el Estado español no estará limpio nunca, en cuyo caso “apaga y vámonos”, pero el Estado es un ente con historia y con presente, mientras que quienes empuñaron las armas fueron personas.
Y si la negociación se va a basar en poner sobre la mesa quien fue más bestia, nunca se llegará a parte alguna. Habrá que partir de otras premisas.
Y, si a mí me piden el voto para su independencia, se lo doy, aunque sea solamente porque dejen de hacerme culpable de su historia.
Mí querida Ana:
Que lejos de la verdad, está el comentario tuyo respecto a:
“Los del otro bando…”
Ni han sido juzgados, ni han pedido perdón, y de alguna manera ¡siguen en política!
Siento que no te guste, pero asesino por motivo de ideas (o no) son igual de culpables unos como otros.
Nunca acompaña la razón para matar, porque otras personas piensan diferente a nuestras ideas.
La justicia debería ser igual para todos.
El asesino ¡lo es! sea de baja cuna o alta alcurnia es:
¡Asesino injusto, inmoral, perjuro, indomable, obsceno…!
¡Lo siento! No siempre la verdad tiene la cara que nos gustaría a las personas de buena voluntad.
mª pilar
Ojalá alguien tuviese la posibilidad técnica de poder copiar y pegar el escrito del (para mí) genial escritor Juan José Millás de hoy en El País Semanal titulado “Una callosidad protectora”. Trata sobre los asesinos en banda (pertenecientes a una banda organizada), del grado de prestigio y de heroísmo de un asesino que mata por sus ideas contra quien no las comparte, de cómo sus estatutos convierten un tiro en la nuca o el descuartizamiento de un niño en una proeza, y lo orgullosos que se sienten sus familiares y su gente (eso se ha visto). Y, finalmente, presenta la foto de los expresos de ETA como si del primer congreso de expresos de ETA se tratase.
Esto es lo que yo condeno: que los asesinos, aunque hayan cumplido las penas legales, y que siempre llevarán en su mochila muchos muertos y vidas destrozadas, lo que les debería impedir, por vergüenza elemental, no ponerse como héroes ni como maestros de moral. Es una obscenidad.
Y, el estado, creo, que ya ha retirado, sancionado e incluso condenado, a quienes por la otra parte hicieron lo mismo (matar a quienes deberían haber protegido o detenido legalmente), y, que yo sepa, tales individuos no tienen las aspiraciones políticas o morales de los expresos de ETA ni se exhiben públicamente. Y si lo hiciesen, pue yo los condenaría igual.
Es la hora de la política sana, juiciosa y sensata, con los asesinos lejos.
Iñaki, hay que andar sobre aviso para, partiendo de certero análisis, llegar a un aproximado diagnóstico para pasar a la más oportuna terapia para alcanzar en este caso la salud social, no solo en mi o nuestro pueblo, sino en y desde ellos lograr liberar a la Humanidad de la rerrible pandemia de desequilibrios e injusticias-
Destaco un párrafo tuyo para apoyar el por qué de este comentario:
“-En Euskal Herria hablamos siempre de dos pueblos: el español y el vasco. Dos pueblos que han vivido y siguen viviendo un conflicto político, mas o menos virulento, que viene de lejos( al menos un par de centenas de años). Lamentablemente, hasta ahora no hemos sido capaces de solucionarlo. Si esto no se tiene en cuenta es muy fácil equivocarse.
Las diferencias son abismales.”
¿En verdad se habla por ahí de dos pueblos, o , sin bajar a matices, por lo menos, se habla de cuatro: el de quienes viven con poder a lo grande, vascos o no vascos y el de quienes desde sus carencias malviven, sean o no vascos?
A mi me salen ya cuatro, y porque con los cuatro he tenido trato, no me cuesta admitir esa realidad, que , ojalá no lo fuera.
¿El verdadero y profundo conflicto político es entre los poderosos vascos o no vascos, o los sin poder y con muchas necesidades insatisfechas sean vascos , maquetos o del otro lado del mundo?
¿Ese conflicto político no tiene sus raices en las competencias por el poder y las quejas contra él por las ansías de librarse de las presiones y la falta de lo que la vida personal necesita?
La virulencia del verdadero y real conflicto humano ¿viene de un par de centenas de años, como en la Humanidad entera, desde siempre, incluso desde cuando los poderosos vascos oprimían a sus gentes y las de los lugares en que extendían sus poderes, junto con otros poderosos con los que se repartirán privilegios y prebendas?
¿No hay mimetismo blásonico en los soportales de mansiones señoriales en Vascongada y por toda España?
¿La imposibilidad de resolver hasta ahora y puede que lo sea hasta siempre, no será que en los análisis no aparecen los bichos causantes del real conflicto,yes falso el diagnóstico y también la terapia aplicada?
¿Que tal, si aplicamos los microscopios, o elementos de mayor precisión a lo que hizo y está haciendo el poder sea vasco o no vasco, por esa, como cualquier otra, bendita tierra vasca?
¿A qué llamas diferencias abismales, tratándose de relaciones personales?
¿Lo abismal no pertenecerá a cuanto a las personas intenta despersonalizarlas, venga de poderosos vascos o no vascos?
Y , si para muchos de esos vascos poderosos, o no, fue, ha sido y sigue siendo un valor la fe práctica cristiana ¿De verdad encuentran tan abismal diferencia con l*s otr*s cuando a TOD*S L*S englobamos en ese NUESTRO que juntamos a la invocación divina PADRE?
¿Se podrá conseguir la LIBERACION HUMANA ( Vasca o no vasca) sin hacerlo desde la VERDAD que es real en TODA PERSONA HUMANA?
Para Iñaki: diálogo todo; debate político, por descontado que cuanto queráis y de la índole que queráis, hasta reconocer incluso errores históricos si los hubiere; y ceder espacios y derechos que creemos de unos en favor de otros damnificados. Flexibilidad, apertura, comprensión…de este modo, por supuesto que a todos quienes amamos y respetamos al prójimo nos acerca al consenso.
Pero nada justificará jamás la imposición a muerte de la razón. Sea la que fuere y en el contesto histórico que fuere. Barbaries pasadas no justifican las más recientes. Pobre excusa refugiarse en atrocidades mayores. Y es que ya se sabe: las excusas son el alimento del espíritu mediocre.
No confundamos el debate.
Un crimen es un crimen lo cometiera o cometa quien lo cometa: un asesino, por tanto.
Una idea, un argumento, una discrepancia profunda se sustenta en su derecho a debatirse y ser reclamado con la palabra: es en la política, por tanto.
Iñaki, dices: “Parece que a algunos les mola revivir, virtualmente al menos y en pleno siglo XXI, la inolvidable Batalla del Ebro. Personalmente me sitúo mas cerca del diálogo constructivo de Itxaso, Maria Pilar o Antonio Vicedo, que del enroque en un callejón sin salida, tal como lo sugieren Miriam, Pedro o Ana Rodrigo.” Ni yo vivo añorando la batalla del Ebro, ni ninguna otra batalla, -me parece una barbaridad, por no decir una falta de respeto a quienes razonamos nuestros argumentos-, ni estoy enrocada en un callejón sin salida, sólo porque no piense como tú. He hecho propuestas posibles, quizá el enroque esté es quienes, tras haber asesinado, en ocasiones varias personas y hasta niños, quieran llevar las riendas del gobierno en un país decente queriendo dar lecciones de moral. Hay mucha gente honesta y honrada en Euskadi para llevar a cabo la responsabilidad de la política.
Esto va para Iñaki. Pues resulta, que los hechos no son así. Nada de que desde siempre, las Vascongadas, han estado como de refilón con las otras provincias españolas. Al contrario. Pero apareció un ilumiado (en el siglo de otros iluminados; lease en el siglo del Romanticismo), que fué Sabino Arana….y la escacharró. Con un discurso, del que se arrepintió antes de morir, (pero , ésto, se lo callan los nacionalistas). Todo viene, del siglo del “sitz im lebem” como sabeis. Los fueros, no son privilegio de los vascos. De hecho casi todos los pueblos importantes de España lo tuvieron . El primero el de” Brañosera”, entre Palencia y Burgos. Luego, en épocas modernas, fueron desapareciendo. Y desgraciadamente, Felipe v, no se lo quitó a las vascongadas, como hizo con Cataluña, porque le fueron fieles. Y luego, vino éste iluminado, y hasta ahora. Con una historia, que nada tiene que ver, con la verdadera H istoria. Pero, en fín….ésta, tambien es otra historia.
No Iñaki en un Euskado hablas tú y otros de dos pueblos…En realidad,vascos hay con muy diversos sentimientos de pertenencia.Unos se sienten vascos,otros españoles,otros vascos y españoles…Esa es la realidad sociológica.Comparar Euskadi y Cataluña con los países sudamericanos es no conocer la historia…
Las cosas se ven de diferente manera, según donde esté situada la atalaya desde la que se miran. Quizá sea esa la causa que dificulta el entendimiento entre españoles constitucionalistas y vascos soberanistas. Parece que a algunos les mola revivir, virtualmente al menos y en pleno siglo XXI, la inolvidable Batalla del Ebro. Personalmente me sitúo mas cerca del diálogo constructivo de Itxaso, Maria Pilar o Antonio Vicedo, que del enroque en un callejón sin salida, tal como lo sugieren Miriam, Pedro o Ana Rodrigo.
En Euskal Herria hablamos siempre de dos pueblos: el español y el vasco. Dos pueblos que han vivido y siguen viviendo un conflicto político, mas o menos virulento, que viene de lejos( al menos un par de centenas de años). Lamentablemente, hasta ahora no hemos sido capaces de solucionarlo. Si esto no se tiene en cuenta es muy fácil equivocarse.
Las diferencias son abismales. En España ha calado profundamente el todo es ETA. Los calificativos de etarra, filo-etarra, complice, asesino, etc., proliferan en los medios españoles. En Euskal Herria, sin embargo, abundan los calificativos de gudaris(soldados), abertzales (patriotas), soberanistas, independentistas, etc..
Pues bien, por mojarme un poco, diría que me inclinaría por considerar a los militantes de ETA, incluso a los que han llegado a matar, como víctimas de ellos mismos, de sus propios errores y de las circunstancias que les tocó vivir. Con ellos me encaja el…porque no saben lo que hacen. Afortunadamente, su brazo armado se ha disuelto y es la hora de la política. ¿ O acaso solo hay que olvidar las barbaridades de la no tan lejana Guerra Civil española?.
Que pena que los españoles no sean capaces de aprender las lecciones inglesas. No fueron capaces de hacer una commonwelth latino americana, y les acabaron echando de todas partes. ¿Por qué no resuelven con un poco mas de estilo los casos de Cataluña y el Pais Vasco, aprovechando que podríamos seguir unidos, como ciudadanos europeos, dentro de la UE?. Saldríamos ganando todos.
No, Itzaro. Jesús jamás asesinó a nadie. No invoques a su persona en éste desgraciado tema. Jamás podré ver en un asesino a la persona de Jesús. Sí veo en ellos, a la multitud de Caínes que fríamente y con premeditación, (lo estamos leyendo, éstos días, en los periódicos) han destruído vilmente la vida de otro ser, por el “inmenso delito”, de no pensar como ellos. Y , tampoco , puedo ver a Jesús, en los “otros Caines”, que miraron para otra parte. Y aquí incluyo, a una parte, nada despreciable del clero vasco , con sus obispos a la cabeza. Y a todos aquellos que se sintieron seguros y les importó un rábano la desgracia de los que no eran de los suyos.
Querida Mª Pilar, perdón por no haber sabido interpretar tus intenciones en el párrafo que cité.
Sigo pensando que un asesino que está en una organización para el terror, tiene pocos o ningún atenuante.
Ya dije que creo que la política debe estar en manos equidistantes para que ni la venganza, ni el dolor, ni el fanatismo, ni cualquier otro sentimiento, condicione la alta política.
Por otra parte, de lo que dices que si son elegidos a cargos públicos habrá que aguantarse, pero no sé qué es peor, si que se presenten o que los elijan. Hay heridas cicatrizadas y heridas aún sangrantes.
Si perder un ser querido por causas naturales es desgarrador, el que te lo arrebaten por cuestiones ideológicas con fanatismo diabólico, no alcanzo a entender lo que debe ser.
Estoy de acuerdo en que los poderes establecidos legalmente y cometieron aquella barbarie e nombre de la ley, deberían ser los primeros en pedir perdón. Ningún servidor público debe traicionar a lo bestia como es matar a nadie en nombre de una sociedad a la que representa para que los proteja y, si corresponde llevarlos ante la justicia.
Y, últimamente, dices “Cuantos de los políticos en cartel tienen las manos limpias…?”, pues habrá que luchar para que esto no se dé.
Ana: Siento no haber sabido plasmar el sentixo verdadero de mi comentario.
Hay asesinos sin “atenuantes” y asesinos “arrastrados por la fuerza de la violencia que sufrieron”.
No hay paños calientes, hay una realidad que !jamás! ha sido reconocida por el poder reinante etonces, ni después ni ahora, y eso en justicia no lo podemos olvidar ni cambiar.
Jamás justificare un asesinado… !!!de nadie!!! Solo reconozco una realidad vivida, y no hubo cordura en ningúno de los lados.
No me parece justo tu comentario, yo sí tengo una víctima de ETA y era una persona extraordinaria, que al comprobar que nadie queria solucionar nada, dimitió de su cargo y se puso a trabajar para ganarse el pan como cada hijo de vecino.
No le sirvió de nada, y le descerrajaron un par de tiros en la cabeza llamando a la puerta de su casa.
Sintiendo que enrrocarse en el odio no lleva a ninguna parte, y contemplando el
Proyecto de Jesús, ambas partes, a pesar del dolor tienen que acercar posturas o nunca se alcanzará un final en paz.
Una cosa es, que se presenten como posibles candidatos y otra es, que sin miedos, dado que todo parece estar cambiando, salgan elegidos.
Cuantos de los políticos en cartel tienen las manos limpias…?
Hay muchas manerasde “matar”…
m* pilar
Mª Pilar, dices: “Los asesinos llagaron tan lejos, porque se les maltrató sin piedad por el gobierno reinante, de verdad ¡Sin piedad!. Eso, les hizo perder la razón de su lucha; entonces se convirtieron en asesinos sin corazón ni sentido real de las consecuencias; perdieron la visión clara de lo que pretendían y comenzó la sinrazón, aplicando unas “leyes” totalmente injustas.
No todos serán tan ¿malos? duros, irrespetuosos como aparecen.” No sé cómo será un asesino, pero sí sé que un asesino mata y destroza familias y creo que esto está relacionado con el mal y la falta de respeto más honda y profunda. Después de quitar la vida a alguien, ¿qué queda de respeto?
Me suena a justificación, y pienso que el asesino /a nunca tendrá razón ni razones para matar o mutilar a nadie. Volviendo al crucificado, a pesar de que lo maltrataron sin piedad hasta la muerte, nunca pidió venganza ni hubiera sido capaz de asesinar a nadie por su maltrato sufrido.
Se me olvidó decir que a quienes se les encomendó la seguridad cada persona desde un estado de Derecho y, en vez de velar por su seguridad la asesinaron, tienen doble delito. Paños calientes para nadie.
Tienen sus seguidores, sí, pero ellos no pintan nada, mientras que los de ETA, también tienen seguidores, aspiran a ser dirigentes políticos.
Sinceramente creo:
Que falta “generosidad por ambas partes”.
Hay algo que se nos olvida:
Los asesinos llagaron tan lejos, porque se les maltrató sin piedad por el gobierno reinante, de verdad ¡Sin piedad!
Eso, les hizo perder la razón de su lucha; entonces se convirtieron en asesinos sin corazón ni sentido real de las consecuencias; perdieron la visión clara de lo que pretendían y comenzó la sinrazón, aplicando unas “leyes” totalmente injustas.
No todos serán tan ¿malos? duros, irrespetuosos como aparecen.
Por esa causa (en mi familia hay un asesinado por ETA) no es fácil el perdón.
Jon Sobrino, sobre los asesinatos de sus hermanos, la mama e hija, quién los cuidaba con dedicación plena, dice cuando le preguntan por el perdón:
“Estamos dispuestos a perdonar ¡ya! pero nadie ha pedido perdón ni ha reconocido sus actos asesinos”
¿A dónde irá el perdón? Reconozcan el mal, y el perdón será inmediato; claro que en este caso… nadie se hace responsable aunque todos saben quiénes fueron los ejecutores.
Los asesinos, deberían al menos, reconocer sus acciones y pedir perdón porque equivocaron los medios.
Las víctimas… reconocer que los asesinos han pagado en parte su error, sabiendo, que los suyos ¡nunca volverán! tampoco, aunque sus asesinos estén toda su vida en la cárcel.
Ellos… mejor dicho algunos de sus compañeros, sufrieron las mismas consecuencias, también en sus filas hubo víctimas sin razón ninguna para serlo.
De aquellos lodos ¡porque lo fueron! (el poder es ciego, y muchas veces asesino sin razón alguna) tenemos hoy estos derrumbes tremendos.
Porque las personas que estaban en el poder entonces, todavía tienen sus seguidores incondicionales hoy, con los mismos razonamientos de entonces.
¿Cómo llegar a un encuentro medianamente aceptado por ambas partes?
¡Difícil solución!
mª pilar
Tema peliagudo y difícil que pueda contentar a todas las partes.
Quienes piden explícitamente compasión para los asesinos, ¿en cuál de ellos está pensando? ¿En los de ETA solamente o en los responsables de seguridad? ¿Serían capaces de pedir la comprensión para los asesinos en dos frases distintas poniendo el sujeto correspondiente en cada una de ellas? Es decir, por ejemplo, Itxaso, serías capaz de decir ¿“Solo si somos capaces de acercarnos a ellos (y aquí diríamos los que no eran etarras, esto lo digo yo) como personas dignas de nuestro respeto y humanidad quizás podamos entrever en ellas el mensaje de Jesús”? Yo, por supuesto, le retiraría lo de dignas de humanidad a cualquiera de las partes, mientras no digan lo que propone Pedro más arriba.
Por el hecho de que la ETA haya dejado de matar, (no ha entregado las armas, ¿las guardará por si las necesita en un futuro?), ¿Dejan de ser asesinos quienes han asesinado y apoyado los asesinatos aunque ya hayan cumplido las penas carcelarias?
La reconciliación se conseguirá cuando los asesinos, de una y otra parte, pidan perdón, y los de ETA entregan las armas (los otros ya no las tienen)…
…y se vayan a su casa, sin ponerse a dar lecciones de democracia y querer dirigir el futuro político de Euskadi (¿o por el hecho de haber sido asesinos han adquirido algún privilegio?)
…porque indicaría que su activismo político post-cárcel justificaría su actividad criminal antes de salir de la cárcel. Esa chulería de la foto del otro día, con tantos asesinatos a sus espaldas, les debería avergonzar y dejar de hacer exhibicionismos heroicos.
Tampoco creo que las víctimas deban hacer política, el dolor inmenso, unas vidas destrozadas, no son buenas consejeras para legislar con la objetividad que requiere hacer política.
La alta política debe estar en manos de profesionales equidistantes y legítimos.
Itxaso, dices “si pudieras atisbar que cada preso, cada asesino, cada víctima es Jesús crucificado.” Yo, personalmente, ni lo veo ni lo quiero ver. Que Dios y él se las apañen como puedan. Jesús nunca asesinó a nadie.
No debemos confundir conceptos como compasión, justicia, comprensión, etc., con firmeza.
Quizás sea un problema semántico pero no comprendo la ecuación “Víctimas y Presos” porque me parece que debiera ser “Víctimas y Victimarios” o “Libres y Presos”. Si me replanteo así el problema no le pongo la carga de la reconciliación a la/el víctima (Jesús, según los evangelios tampoco lo hizo Mateo 18, 21-22). Las/los víctimas se liberarán del/la victimario/a y de las cicatrices de la victimización solo por el perdón y cuanto antes—que implica responsabilizarse de la propia vulnerabilidad.
Jesús puso la responsabilidad de la reconciliación en el/la victimario/a (Mateo 5, 23-24). A éste/a le toca demostrar no solamente deseo de ser perdonado sino que además debe demostrar el aprendizaje del control de su impulsividad o destructividad, de manera que si el/la víctima (o el conjunto de ellas/ellos) le recibe en reconciliación pueda hacerlo sin riesgo de situarse en peligro de nueva victimización.
Luego me parece tan claro que el perdón del victimario por la víctima es la puerta de ésta a su liberación—su escape de la indignidad del rencor y el resentimiento, el odio—cuanto lo está que el victimario tiene que ganarse su liberación. Por otra parte los sistemas judiciales sucumben a la politización pandémica.
La reconciliación es un poco más compleja. Por lástima no se excarcela a nadie que haya sido justamente encarcelado. Se le debe liberar si lo amerita, demostrando suficientemente su arrepentimiento y enmienda.
Los regímenes carcelarios conocidos no son conducentes a ello—la tendencia a privatizar las prisiones ayuda aún menos—y una vez liberados a los ex convictos les espera el grillete con la bola de acero del historial que les acompañará de por vida.
Además la sociedad a la que regresan es un caldo de cultivo de injusticia. Al mismo tiempo que unos pudieran ser justamente excarcelados, otros estarán siendo encarcelados injusta o injustamente, porque la injusticia social no disminuye, engendra violencia y, por lo tanto, crimen.
En cuanto a “Presos y Libres” el tema merece mayor espacio, pero parece necesario al menos apuntar que no fuera difícil demostrar cómo la mayoría que nos consideramos “libres” en realidad vivimos “presos” de la manipulación ideológica mediática.
Aprendemos y enseñamos a mantenernos fuera de las cárceles a base de ser cómplices de la injusticia reinante, banalizándola, justificando con nuestro deseo de sobrevivir a cualquier precio nuestra complicidad con un “orden” que impone desventaja a muchísimos, la mayoría, y asegura beneficio a pocos, poquísimos. Nuestra libertad la medimos en términos de sobrevivencia, aunque sobrevivamos apresados en nuestra inmoralidad.
El día 23, recién editado, leí tu artículo, José, y me dejó confuso, por lo que decidí dejarlo reposar.
Me seduce enormemente la idea potente de una reconciliación generosa. Me adheriría a ella. Pero no estoy tan seguro de que así lo hagan los familiares de las víctimas asesinadas por asesinos juzgados, condenados y presos por sus crímenes. Los que apenas tienden una mano timorata, sin una muestra de arrepentimiento rotunda.
Hoy lo tengo claro; primero ha de haber arrepentimiento: “somos asesinos y os hemos hecho un daño irreparable. Por lo cual os pedimos perdón de corazón. Y nos ofrecemos a realizar cuanto esté en nuestra mano para paliar las pérdidas y el dolor que os hemos causado a vosotros y a la sociedad. Merecemos estar presos por nuestros delitos injustificados, pero también somos conscientes del dolor que estamos causando a nuestras familias al persistir en nuestro obstinado ideario que nos dispersa y aleja. Es por ello que, desde el arrepentimiento, os pedimos un acercamiento que nos permita avanzar hacia una reconciliación que entendemos enormemente difícil para vosotros.”
Sólo así, bajo estas circunstancias, otorgando a las víctimas la libre posibilidad de decidir sobre el alcance de su generosidad y voluntad de perdonar, podría asimilar filosóficamente cuanto propones José. Y cobraría sentido el perdón y la comprensión que propone Itxarro. Pero ideológicamente tan sólo.
En lo demás, estoy con Marian: son asesinos sin paliativos y les aplica el estado de derecho. Presos con derecho a recibir perdón Cristiano y humano, por supuesto, si así deciden hacerlo las víctimas y la sociedad. Pero presos.
Mariam, sin ánimo de entrar en diatribas, en el escrito anterior escribrías que “Me gustaría cuando miro a un cielo, tan hermoso, pudiera también sentir que Alguien, me contempla y se ocupa de mí, y de todos los pobres seres que esperan algo, en sus vidas. Es mucho pedir?.”
En este otro escrito pones “Pero ni un paso más en cuanto a comprensiones. Los asesinos, son asesinos. Sin ningún paliativo”
Mariam, quizás pudieras sentir que hay Alguien si pudieras atisbar que cada preso, cada asesino, cada víctima es Jesús crucificado.
Solo si somos capaces de acercarnos a ellos como personas dignas de nuestro respeto y humanidad quizás podamos entrever en ellas el mensaje de Jesús; “Lo que hicisteis al más pequeño de los hermanos me lo hicisteis a mí”
Deja de esperar que Alguien se ocupe de ti, y empieza a ocuparte tú de los de que sufren sin preocuparte de si son asesinos sin paliativos o víctimas. Porque ese Dios a quien clamas es el que hace llover sobre buenos y malos.
Cuando somos capaces de ir más allá del lenguaje que configura nuestro cerebro y nos ponemos en la piel del hermano/a es el momento propicio para encontrarse con ese Alguien.
Mariam, sin ánimo de entrar en diatribas, en el escrito anterior escribrías que “Me gustaría cuando miro a un cielo, tan hermoso, pudiera también sentir que Alguien, me contempla y se ocupa de mí, y de todos los pobres seres que esperan algo, en sus vidas. Es mucho pedir?.”
En este otro escrito pones “Pero ni un paso más en cuanto a comprensiones. Los asesinos, son asesinos. Sin ningún paliativo”
Mariam, quizás pudieras sentir que hay Alguien si pudieras atisbar que cada preso, cada asesino, cada víctima es Jesús crucificado.
Solo si somos capaces de acercarnos a ellos como personas dignas de nuestro respeto y humanidad quizás podamos entrever en ellas el mensaje de Jesús; “Lo que hicisteis al más pequeño de los hermanos me lo hicisteis a mí”
Deja de esperar que Alguien se ocupe de ti, y empieza a ocuparte tú de los de que sufren sin preocuparte de si son asesinos sin paliativos o víctimas. Porque ese Dios a quien clamas es el que hace llover sobre buenos y malos.
Cuando somos capaces de ir más allá del lenguaje que configura nuestro cerebro y nos ponemos en la piel del hermano/a es el momento propicio para encontrarse con ese Alguien.
Estimado JOSÉ, interesante planteo para el debate, en mi caso hace años compartí actividades con gente en Argentina que justamente trataba con mucha seriedad el tema de la reconciliación y perdón con verdad y justicia. Una tarea inconclusa por la grieta profundizada por el gobierno de turno en el uso político partidario de un tema esencial a todos como son los derechos humanos. He escrito algunas reflexiones que publiqué en su momento en una web ya caduca, pero ahora los estoy publicando en mi blog, aquí va uno de ellos en base a un Seminario de ALBOAN, y el tema de la Eta. Aquí en el link la parte I, el próximo martes irá la segunda: http://sdalbessio.blogspot.com.ar/2014/01/si-hay-penas-y-muchos-olvidos.html
Hay algo que me sorprende José, al releer tu artículo, el título .- Víctimas y “presos”-. No, José : Victimas y asesinos. El lenguaje conforma nuestro cerebro y es una herramienta peligrosa , si no se la maneja bien.
LOS ENIGMAS
(J.L.Borges)
Yo que soy el que ahora está cantando
Seré mañana el misterioso, el muerto,
El morador de un mágico y desierto
Orbe sin antes ni después ni cuándo.
Así afirma la mística. Me creo
Indigno del Infierno o de la Gloria,
Pero nada predigo. Nuestra historia
Cambia como las formas de Proteo.
¿Qué errante laberinto, qué blancura
Ciega de resplandor será mi suerte,
Cuando me entregue el fin de esta aventura
La curiosa experiencia de la muerte?
Quiero beber su cristalino Olvido,
Ser para siempre; pero no haber sido
Hola!
(José Luis Borges)
es decir:
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges
Pues no, José. Los que han producido tanto daño, debian de cumplir su condena . Y ésto es justicia , no revancha. En la transición se les perdonó a todos. Su respuesta, sabemos desgraciadamente cómo fué. En fín, hablas de los victimarios del estado, poniendo en parangón a los dos lados. Soy la primera en que se castiguen los abusos. Pues naturalmente,éso sería el Estado de Derecho. Pero ni un paso más en cuanto a comprensiones. Los asesinos, son asesinos. Sin ningún paliativo.
José, expones bien las situaciones por la que se excluyen del estar en un mismo nivel los victimarios y sus víctimas e incluso aportas una referencia aplicable a esta exigida. pedida y aún deseada exclusión de ese mismo rellano en el que, el valor, la dignidad y la finalidad de todos los seres humanos parece imposible de concretarse, invitando al acercamiento dado entre el malherido expoliado de la cuneta del camino y el bondadoso y responsable prójimo samaritano, pero no se, si te has dado cuenta de que en esa parábola no son actores quien cometió el delito y quien fue víctima de él. Lo cual nos aparta del centro caliente de la cuestión entre el o los delincuentes y sus víctimas , situándonos en extramuros del campo propio de la Justicia., que bien puede ser considerada desde el lado humano, o, para l*s discípul*s de Jesús, desde el lado o modo divino de ejercerla y ejecutarla.
Del lado humano, es difícil solucionar el problema, pues siempre nos faltará uno de los dos sujetos activo y pasivo del problema o conflicto: las víctimas ya no pueden actuar por el hecho de serlo, si han sido mortales. Y la representatividad, puede o no,contener suficiente valor y posibilidades para dar por superado el conflicto.
Algo parecido nos presenta aquel arquetípico fratricidio de Caín, después de muerto Abel.
El ajuste no se pasó por alto, pero tampoco quedó en manos de quienes osaran convertirse en representantes de Abel a la hora de hacerle Justicia adecuada.
A la respuesta evasiva de Caín sobre donde estaba su hermano aduciendo falsa e irresponsable ignorancia, la VOZ de la realidad verdadera , le echa en cara lo de su sangre derramadas, empapando la tierra y llenándola de clamor hasta las alturas del cielo.
Y Caín recibió condena por y en si mismo, y defensa prometida por aquella VOZ, ante cualquier prójimo con el que se encontrase y lo considerara fratricida.
Y mas cercano a nosotros como testimonio y mensaje de Jesús para quienes nos decidamos a valorarlo debidamente, tenemos su testimonio perennemente ajeno a toda violenta venganza, su alegato al Padre desde la cruz, ya casi víctima mortal, aportando la causa que convierte en innecesario el castigo de su condena y crimen: -”—PORQUE NO SABEN LO QUE HACEN-”; y en lo más sublime y válido de su Mensaje, el mandamiento del AMOR a TOD*S, incluso a l*s enemig*s , si es que nos atrevemos a considerar a alguien como tal.
Es en estas coordenadas donde únicamente podemos encontrar la solución de los conflictos tan profundos, por mortales, con cualesquiera de nuestr*s herman*s, pues , al fin y al cabo estaremos siempre en situación común de necesitar compresión amorosa, evitando convertirnos en jueces de nuestr*s herman*s, si no queremos soportar amenaza, que no cumplimiento, de juicio más estricto por Quien es JUEZ SUPREMO, pero actua y actuará como AMOROSO PADRE.