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Una fecha para Marcos / I

1. El primer escrito estilo evangelio

Lo que debutó como un nuevo formato literario llamado evangelio esconde aún muchas de las huellas que el protagonista principal de la obra, el Galileo, dejó al pasar.

Queda un largo trecho hasta descubrir la envergadura histórica del texto de Marcos. La búsqueda de la fecha de composición del texto no es capricho inútil de eruditos. Determinarla implica contar con una ayuda de especial importancia en orden a descubrir esas pisadas.

2. ¿Fue escrito hacia el año 70?

Hasta hace unas pocas decenas de años parecía incontestable datar el escrito de Marcos en torno al año 70, fecha de la destrucción de Jerusalén a manos de las tropas del imperio dominante. La coincidencia entre los defensores de esa fecha no es total. Hay quienes ven más probable los años anteriores al 70 y quienes piensan en el período posterior a la finalización de la guerra.

Unos y otros encuentran el mejor apoyo a sus planteamientos en el capítulo 13 de Marcos, donde se habla de batallas, guerras, dolores, divisiones y muertes. En dicho contexto aparecen dos datos de especial relevancia utilizados como soporte de estos criterios de datación.

1. El anuncio hecho por el Galileo de la destrucción del templo:

“¿Ves esos grandes edificios? No dejarán ahí piedra sobre piedra que no derriben” (Mc 13,2).

2. Una señal avisadora de carácter cifrado donde el redactor abre un ventanuco para asomarse y lanzar también su advertencia al lector:

“Cuando veáis que el execrable devastador ha puesto el pie donde no tiene que hacerlo –téngalo presente el lector- entonces…” (13,14).

3. ¿Por qué no, otras fechas?

1. Si las palabras del Galileo pronosticando la destrucción del templo se toman como referencia para fechar el evangelio de Marcos en torno al año 70, estas otras palabras de Miqueas:

“Por vuestra culpa será arado Sión como un campo,
Jerusalén será una ruina;
El monte del Templo, un cerro de maleza” (Miq 3,12)

escritas hacia el año 700 a. de. J., obligarían a registrar el texto del profeta aproximadamente un siglo más tarde, cerca del año en que tuvo lugar la devastación del templo de Salomón, en el 586 a. de J.

2. El enigmático aviso:

“Cuando veáis que el execrable devastador ha puesto el pie donde no tiene que hacerlo”,

solo puede ser considerado como referencia directa y exclusiva a la entrada del ejercito romano en Jerusalén en el año 70 si antes se ha demostrado con otros argumentos ese sentido restrictivo de tal advertencia.

A mi juicio, estos supuestos esconden una fijación obsesiva en la fecha de la destrucción de Jerusalén, lo que comporta un doble riesgo:

  • – el seguimiento de una clave equivocada para interpretar el capítulo 13 de Marcos.
  • – el olvido de otros datos incluidos en este evangelio, muy útiles como indicadores de la fecha aproximada en que vio la luz el primer evangelio escrito.

4. Ampliando el campo de la búsqueda

Así pues, conviene liberarse del empecinamiento en el año 70 y explorar otros momentos históricos ajenos a la guerra judía y otros datos del texto distintos al capítulo 13. La recogida del fruto pasa por ojear el árbol en todo su alrededor, penetrar en su frondosidad y, si fuera preciso, incluso zarandear las ramas.

5. Marcos: Un “tapado” reconocido por todos desde el principio

El evangelio de Marcos fue favorablemente acogido por los primeros colectivos de adheridos al proyecto del Galileo. Su aceptación emanó del reconocimiento de su contenido. No necesitó ser atribuido a alguno de los más renombrados integrantes del grupo de Jesús. El anonimato de la obra demuestra su valía; también la de su autor, que ni siquiera se significó con una dedicatoria al estilo de la que da entrada al evangelio de Lucas.

Marcos se implantó en las primeras comunidades como texto fundamental. Tras años sirviendo de alimento para el crecimiento y consolidación de esos colectivos, Mateo y Lucas lo adoptaron como base sobre la que trabajaron sus escritos. Una gran parte de Mateo y Lucas es Marcos.

6. El brillo de Mateo y Lucas apaga a Marcos

A partir de ese hecho, Mateo y Lucas fueron cobrando protagonismo en la medida en que el evangelio más corto quedaba ensombrecido y pasaba a un segundo plano. Algún redactor posterior retocó a Marcos añadiéndole un apéndice (16,9-20) para recomponer un final que en esas fechas pareció inaceptable.

A pesar de ser ingrediente principal de los textos de Mateo y Lucas –si bien con algunos arreglos-, Marcos se diferenciaba notablemente de ellos. Tanto que empezó a ser juzgado como un texto desordenado. Así lo acreditan testimonios de personajes de la primera mitad del siglo II que trataron de defenderlo (ver artículo ¿Quién era Marcos?). Aun así, su descrédito no menguó. Lo prueba el hecho de que diferentes autores de los primeros siglos se vieran en la necesidad de transferirle autoridad. Lo hicieron aludiendo a que el evangelio de Marcos había sido compuesto a partir de la información directa de Pedro.

7. Un Pedro nuevo avaló a Marcos

Ese dato es más que probable. La estrecha relación entre Pedro y Marcos está atestiguada en Hech 12,12 y I Pe 5,13. Pero hay un argumento más silencioso aunque de mayor fortaleza: Pedro queda tan malparado en el texto de Marcos que solo su garantía pudo salvar quizás a este evangelio de la hoguera.

8. Marcos: dieciocho siglos olvidado

Con todo, el evangelio de Marcos fue durante dieciocho siglos el gran olvidado por los especialistas. Sus diferencias con los otros dos sinópticos jugaron en su contra. Ahora bien, esa desigualdad explica que Marcos había nacido en un tiempo muy anterior a Mateo y Lucas. Su distancia en el tiempo refleja dos épocas con dos contextos existenciales muy dispares.

9. En busca de una fecha para Marcos.

Pero, ¿de qué momentos históricos se trata? ¿En qué modo afectan a la interpretación de los textos? ¿Ayuda esta desemejanza para acercarnos a la historia del Galileo?

Para responder a estos interrogantes se impone un análisis exhaustivo y minucioso del texto de Marcos con el fin de hallar indicios de la fecha en que fue escrito. Quizá encontremos más información de la que damos por segura en una lectura superficial.

19 comentarios

  • mª pilar

    Para pensar en silencio… sin prisa:

    Mc. 4,1-25

    …y se puso a enseñarles muchas cosas en parábolas. En su enseñanza les dijo:

    .-¡Escuchad! Una vez salió el sembrador a sembrar. Sucedió que, en la siembra, algo cayó junto al camino; llegaron los pájaros y se lo comieron. Otra parte cayó en el terreno rocoso, adonde apenas tenía tierra; como la tierra no era profunda, brotó enseguida, pero cuando salió el sol se abrasó y, por falta de raíz, se secó. Otros granos cayeron en la tierra buena: a medida que brotaban y crecían fueron dando fruto, produciendo treinta por uno y sesenta por uno y ciento por uno.

    Y añadió:

    -¡Quién tenga oídos para oír, que escuche!

    Aparte Jesús con sus seguidores

    Cuando se quedó a solas, los que estaban en torno a él le preguntaron con los doce con los doce la razón de usar parábolas.
    Él les dijo:
    -A vosotros se os ha comunicado el secreto del reino de Dios; ellos, en cambio, los de fuera, todo eso lo van teniendo en parábolas, para que

    Por más que vean no perciban
    y por más que escuchen no entiendan
    a menos que se conviertan y se les perdone

    Les dijo además:

    -¿No habéis entendido esa parábola? Entonces, ¿cómo vais a entender ninguna de las otras? El sembrador siembra el mensaje. Estos son los de <junto al camino>: aquellos donde se siembra el mensaje, pero, en cuanto lo escuchan, llega Satanás y les quita el mensaje sembrado en ellos. Estos son <los que siembran el mensaje en terreno rocoso>: los que, cuando escuchan el mensaje, en seguida lo aceptan con alegría, pero no echa raíces en ellos, son inconstantes; por eso, en cuanto surge una dificultad o persecución por el mensaje, fallan. Otros son <los que se siembran entre zarzas>: éstos son los que escuchan el mensaje, pero las preocupaciones de este mundo, la seducción de la riqueza y los deseos de todo lo demás van penetrando, ahogan el mensaje y queda estéril. Y ésos son <los que han sembrado en tierra buena>: los que siguen escuchando el mensaje, lo van haciendo suyo y van produciendo fruto: treinta por uno sesenta por uno y ciento por uno.

    Sigue diciéndoles:

    -¿A caso se trae la lámpara para meterla bajo el perol o debajo de la cama? ¿No es para ponerla en el candelero? Porque si algo está escondido es solo para que se manifieste, y si algo se ha ocultado es solamente para que salga a la luz. ¡Si alguno tiene oídos para oír, que escuche!

    Y siguió diciéndoles:

    -¡Atención a lo que vais a escuchar! En la medida que llenéis la llenarán para vosotros, y con creces, pues al que produce se le dará, pero al que no produce le quitarán hasta lo que había recibido.

    Con todo mi cariño, un abrazo entrañable.

    mª pilar

  • Santiago

    Hacia el final de mi comentario en vez de “recatar” quise decir “rescatar”…Vale. Gracias   SH

  • Santiago

    El kerygma primitivo de la Iglesia, no estaba en Marcos solamente..Los Apostoles predicaron oralmente…..en arameo….puesto que este era su idioma nativo….Por tanto, cuando fueron muriendo los Apostoles, se fue poniendo por escrito la “tradicion viva” de la Iglesia…Por tanto las “ampliaciones” de Mateo, Lucas y Juan son parte del deposito de la verdad de la Buena Nueva…Fueron semitas que conocian el griego, los que redactaron las Memoria de los Apostoles, a pesara de que su “griego” no fuera el major, hicieron lo possible por juntar, lo major possible, las distintas partes que constituyeron la tradicion sagrada de Cristo….y de ello ha llegado a nosotros, milagrosamente, la sustancia, su esencia….La esencia del cristianismo.
    Por otro lado, todavia vivia Juan en Efeso con suficiente tiempo para formar una escuela evangelica y por eso el discipulo “amado” de Jesus se decidio a poner por escrito sus ‘memorias’, ayudado sin duda por sus discipulos….y de esta manera accediendo a los obispos del Asia Menor, a los “destinados al ministerio”….que pidieron a Juan redactor sus vivencias junto al Maestro. Y asi su Evangelio que fue el ultimo, “completa” a los Sinopticos…
    Por otro lado, hay que considerar que la Iglesia despues de Pentecostes tuvo la promesa formal de la permanencia del Espiritu, de manera que era Ella la que tuvo que discernir lo que era cierto, de la vida, muerte y resurreccion de Cristo, de lo que era apocrifo…..Fue la Iglesia, como el Pueblo de Dios, clero y fieles unidos los que pudieron “recatar” la verdad de la “mentira”…La Iglesia, pues, rechazo todo lo apocrifo…lo que no se acercaba a la verdadera tradicion de los Apostoles…hubo que estar en la “communion” para poder estar dentro de esta Iglesia carismatica….Es pues, esta Iglesia, la que discierne, preserva y mantiene vivo el mensaje salvifico y sacramental de Cristo…Por tanto, se esta en la comunion y por tanto “en la verdad” si estoy dentro de la Iglesia….por otro lado, quedar “fuera” fuera de esta comunion, es situarse fuera del mensaje, alejarse del Cristo evangelico…Por eso, los autores no es lo importante de las cuestion….sino quien los avala y les da validez y autenticidad en lo que ellos escriben
    Un saludo cordial   de Santiago Hernandez

  • George R Porta

    Oscar leo tu observación del olvido de diociocho siglos. Me parece de mucho peso. La Iglesia Cat;olica tardó en atreverse a hacer lo que los protestantes desde Schleiermacher se atrevieron a hacer de modo sistemático.

    He pensado mucho por qué o para qué la negligencia con respecto a Marcos. De Nuevo antepongo que solamente me apasiona Jesús y lo que tiene que ver con él, pero carezco de crédito como experto en nada.

    Una cosa me parece. Los otros dos y el de Juan son más largos, ofrecen más, son más ricos en imagenes y favorecen más la aceptación del  tema obsesionante de la divinidad de Jesús durante los cinco primeros siglos y después. Marcos carece de esa tendencia verbosa y es magro; no deja mucho espacio para tejer religiosidad barata como si llevase demasiado adorno de encaje. Marcos además no fue olvidado en el sentido de ser archivado sin más o desacreditado. Posiblemente era menos útil para la apologetic. 

    Mateo ofrece los discursos y las parabolas que son ideales para specular y tejer doctrinas. Llenó agujeros que Marcos no se interesó por llenar y con el pasar del tiempo Mateo y Lucas como eran más textuales, más palabreros, ofrecían más tela por donde cortar y ganaron en preferencia o popularidad con el desarrollo de la teología.

    Mateo iba dirigido a judíos conversos y por eso se ocupa menos de esa tradición y se dedica más a destacar lo Cristiano que necesitan comprender. Se apropia de  más de la mitad de Marcos (lo que habla del crédito del que este disfrutaba)  y comparte el  25 por ciento más o menos con Lucas o lo tomaron de una fuente común.

    Lucas se dirige a los paganos, griegos y romanos, extiende el evangelio de Marcos (toma casi el 70% de éste y comparte una cantidad de texto considerable con Mateo. No es muy difícil imaginar que el más corto y el más enjuto fuera el menos predilecto para construir la predicación.

     La liturgia es drama y el evangelio de Marcos no es fuente de drama del mismo modo  como lo pueden ser Lucas y Mateo, por ejemplo. Juan es mucho más teológico y en su momento surgió como necesidad y una necesidad que Marcos no llenaba.ëste es magro.

    No es que haya sido despreciado es masque fuese menos útil. Los otros decían lo mismo pero lo ampliaban y a los curas y teólogos les venían más a propósito para adoctrinar.

    Será la crítica textual e histórica moderna del siglo xviii, sobre todo la que procede de las Iglesias reformadas la que se fija major en Marcos y le devuelve al primer pano porque la desmitologización comenzada por los Reformados encuentra su atractivo en la ausencia de la  imaginacion exacerbada que adolece por ejemplo Lucas. 

    Me parece que haya sido objeto de desinterés por las exigencies de la propia dogmática y sobre todo de la homilética en su función apologetic, argumentative-defensiva 

  • Santiago

    Román,     aprecio mucho tus comentarios….como tambien los de todos los que participan en la libertad de expresión que existe en en ATRIO….Y creo que tienes razón cuando dices que hay un problema de fondo, y yo diría, que hay varios problemas….

    Pero cada cual es libre de sacar las conclusiones y creer lo que quiera….Aquí se pone en juego la subjetividad, la honestidad, la sinceridad, la necesidad, la circunstancialidad etc.nuestra,al tratar de abordar este tema…en donde entran como se ha visto una serie de complejos factores, no solamente históricos, sino filosóficos, psicológicos, sociológicos…Y es curioso para mi ver como algunos -sin deseo alguno por mi parte de ofender a nadie- que tratan a toda costa de huir de los dogmatismos de su infancia, han caído en los dogmatismos de la presente era del mundo….donde es pecado mortal discrepar de la “corrientes modernistas”….Por eso, creo que lo mejor por aquí ha sido la tolerancia mutua….que no quiere decir que NO discrepemos…sino que A PESAR ello…..podemos dialogar civilizadamente y sacar algun provecho…

    Por eso lo que mas me gusta es poder descubrir la historia de la tradición apostólica en la Iglesia…porque sin ella no podemos entender nuestras raíces cristianas….No es necesario, al principio, darle un cariz meramente fideísta a este estudio…sino que debemos juzgarlo a la luz de los hechos narrados…a la luz de la crítica historica..porque si admitimos documentos antiguos como “verdaderos” y “autenticos” de los cuales solo tuvimos referencia manuscrita muchos siglos despues ¿por que razón queremos quitarles a los evangelios su verdadero valor histórico, aunque su fin principal fuera catequético? El hecho que en ellos se relaten “acontecimientos ”  extraordinarios y presenten la identidad de un personaje único y no repetible, no lo excluyen como veraces, genuinos y auténticos….Todavía puedo  negarme a creer y a la vez puedo admitir su honestidad y veracidad…..
    Y es precisamente esta COMUNIDAD CRISTIANA primitiva la que “en consenso” juzga la veracidad de lo que estas 4 versiones relatan y las veneran como libros sagradas en sus reuniones litúrgicas, como se ve por la narración de los autores de la epoca antigua, tanto creyentes como no creyentes, tanto católicos, como herejes…Todos usaban “el evangelio” de la Buena Nueva como doctrina cierta y verdadera….Ellos vivían la fe de distinta manera..porque participaban del “consenso” de la verdad de los “hechos ocurridos” que eran todavia relativamente “recientes”….La “invencion” por lo tanto estaba fuera de esta tradición sagrada….No era posible enmancarla en aquella comunidad petrina y paulina…
    Y para salir al paso a   las posibles dudas es Lucas, médico, que no fue un anónimo personaje, sino un investigador de la tradición dice al principio de su Evangelio: “Puesto que muchos han emprendido el trabajo de coordinar la narracion de las cosas verificadas entre nosotros, segun NOS LA TRANSMITIERON los que desde el principio fueron TESTIGOS OCULARES y despues MINISTROS DE LA PALABRA, he resuelto YO tambien, DESPUES DE HABERLAS INVESTIGADO TODAS ESCRUPULOSAMENTE DESDE SU ORIGEN, escribírtela por su orden, excelentísimo Teófilo, PARA QUE RECONOZCAS LA SOLIDEZ DE LAS ENSEÑANZAS QUE RECIBISTE” (Lucas 1,1-4) (Las mayúsculas son mías)
    Lucas, “el querido médico” sale al paso a todas las objecciones sobre la autenticidad y la veracidad de la narrativa evangélica….y le da SOLIDEZ a la FE…solidez y valor histórico a la doctrina recibida…que es por tanto la misma que predicó Cristo….

    El que yo crea o no crea es personal….Tambien pude creer o no creer en Jesucristo estando presente junto a El, en su vida pública….No se trata de eso….Esto pertenece a otro orden….pero la FE  cristiana   …no puede subsistir sin una base sólida….por eso es la “comunidad apostólica” la que en la comunión le dio la unidad a la fe….puesto que partía de la verdad fundamental…que era la vida del mismo Jesucristo
    Un saludo y un abrazo    Santiago Hernandez

  • oscar varela

    Hola!

    Leo:

    – “8. Marcos: dieciocho siglos olvidado
     
    * El evangelio de Marcos fue durante dieciocho siglos el gran olvidado por los especialistas.
    * Sus diferencias con los otros dos sinópticos jugaron en su contra.”-
    ………………..
     
    COOPTAR” un sigiloso embuste del “GATOPARDEAR”.
     
    No se niega ni se ataca; basta con firuletear para OLVIDO-NINGUNEAR.
     
    ¿En qué porcentaje es esa la famosa “TRADICIÓN”?
    ¿Cómo quedan parados la también afamada “PATRÍSTICA”?
     
    ¿Es aconsejable seguir así todavía?
     
    A este mundo ¿no le falta un tornillo?
    http://www.todotango.com/spanish/las_obras/Tema.aspx?id=au5hB1HqxeY=
     

    Al mundo le falta un tornillo

    Tango 1933

    Música: José María Aguilar

    Letra: Enrique Cadícamo

    Todo el mundo está en la estufa,
    Triste, amargao y sin garufa,
    neurasténico y cortao…
     

    Se acabaron los robustos,
    si hasta yo, que daba gusto,
    ¡cuatro kilos he bajao!


     
    Hoy no hay guita ni de asalto
    y el puchero está tan alto
    que hay que usar el trampolín.


     
    Si habrá crisis, bronca y hambre,
    que el que compra diez de fiambre
    hoy se morfa hasta el piolín.

    Hoy se vive de prepo
    y se duerme apurao.
    Y la chiva hasta a Cristo
    se la han afeitao…


     
    Hoy se lleva a empeñar
    al amigo más fiel,
    nadie invita a morfar…
    todo el mundo en el riel.


     
    Al mundo le falta un tornillo
    que venga un mecánico…
    ¿Pa’ qué, che viejo?
    Pa’ ver si lo puede arreglar.

    ¿Qué sucede?… ¡mama mía!
    Se cayó la estantería
    o San Pedro abrió el portón.


     
    La creación anda a las piñas
    y de pura arrebatiña
    apoliya sin colchón.


     
    El ladrón es hoy decente
    a la fuerza se ha hecho gente,
    va no encuentra a quién robar.


     
    Y el honrao se ha vuelto chorro
    porque en su fiebre de ahorro
    él se “afana” por guardar.


     
    Al mundo le falta un tornillo,
    que venga un mecánico.
    pa’ ver si lo puede arreglar.

     
    …………………

  • mª pilar

    Leyendo algunos comentarios, se ve con claridad, que el seguimiento de las religiones o movimientos… ¿depende mucho de cómo lo vistan sus jerarcas o pensadores?

    Para mí, seguimiento-fe-compromiso-vida:

    Tiene mucho más de adherencia “amorosa” y fiel, a una manera de ser y vivir desde.

    Escucho el mensaje de la persona que me atrae, me llama, me hace seguir sus pasos; entro por la “puerta grande” voy conociendo su materia prima según en cada época la van enseñando, la practico-hago vida y sigo caminando.

    Voy descubriéndola desde la realidad de la vida que me toca vivir, al tiempo que miro al mundo en general; sus problemas, avances, situaciones…
    Descubro que algo está fuera de toda lógica; me centro en ello, estudio más a fondo, escucho, me informo, miro con ojos deseosos de comprender los desajustes que se ven, y voy variando el “sentido” de las cosas, buscando la esencia que sale del Mensaje primario (aunque de alguna forma esté “manipulado”).

    La vida es la mejor maestra, aquello que cada ser lleva grabado a fuego en sus entrañas y le va alertando de que las cosas no van bien, algo está desajustado…

    Los montajes se van cayendo, y el seguimiento (en mi caso) de Jesús, ansía escuchar su Palabra y contemplar su manera de vivir, no puedo separa ambas, porque la una y la otra están completamente unidas.

    Cuando una nota en una sinfonía está desafinada ¡se nota enseguida! Algo nos alerta de que está mal.

    Hablamos de Dios, como si cada día tomáramos café con Él.
    Dios es un Misterio insondable para todo ser humano por muy estudioso que este sea; y se han atrevido a decirnos cómo es, cómo actúa, cómo castiga, cómo salva, cómo, como…

    Solo en boca de los profetas (sean de la religión que sean) tenemos un deseo reflejado en ellos/as de cómo vislumbran a Dios.

    Nadie lo ha visto, ni ha hablado directamente con Él, ni Moisés, ni Jesús… ¡nadie!
    Sentimos como llamadas, intuimos cada cual según su principio y fundamento y así lo experimentamos…

    Por eso, durante tanto tiempo, se nos presentó un Dios intolerante, justiciero etc… y nada de eso está en el Mensaje de Jesús, ¡sí! En el A.T. Son miradas diferentes.

    El seguimiento de Jesús, es:

    ¡¡¡Una manera de concebir la vida, de actuar en ella, de sentir a cuantos nos rodean y a los que están lejos; de sus vidas, alegrías, dolores e injusticias!!!

    Él lo hizo sin montar nada de nada que no fuera vivir plenamente su humanidad, y en todo ello, llevar a buen puerto el sentido que Dios puso en su creación, según Él lo intuía.

    De tal manera, que todo nos lleve a ese fin extraordinario pensando que está… o como si no estuviera.

    Alguna frase hay al respecto, salida de la experiencia de algún santo con peso; porque gracias a esta impronta natural y regalo del creador, hay cientos de santos/as que nos impulsan a ser por encima de todas las cosas:

    ¡¡¡ Buena personas!!!

    Sería bueno, menos catequética y más:
    ¡Vida esperanzada y justa!
    Sin miedos, con alegría de que un mundo mejor es posible y… ¡Necesario!
    Todo ello está, en el principio y fundamento de la hermosa Creación que se nos ha regalado, no para hundirla, si no para llevarla a buen puerto de generación tras generación.

    mª pilar

  • Román Díaz Ayala

    Mira, Santiago,
    insisto en que hay un problema de fondo no resuelto, o esquivamente abordado, para mantener unos supuestos críticos.
    El problema más de fondo es la consideración teológica ya manifestado en los comienzos del siglo XX ( total, ayer) en que considerando El Evangelio ( los cuatros más el kerigma apostólico manifestado en todo el Nuevo Testamento) como un documento de muy promera calidad para asomarnos a la comunidad cristiana primitiva, se desestima a priori, que este Evangelio, sirva para que esta comunidad cristiana se modele a sí misma.
    La consideración va por otro lado; “es la Comunidad Cristiana quien saca los evangelios ( los produce) como un efecto o producto de sus propios anhelos y ensoñaciones.
    Quiere decir que cualquiera persona admite sin más cada uno de los datos históricos que tú puedas aportar, pero que reafirman sus tesis expuestas, porque el problema de fondo queda sin ser abordado, ése problema que acabo de citar tan esquemáticamente.
    Es un problema de  teología ( política9 científica. Ningún historiador esta inmune de sus subjetivas apreciaciones ante unos mismos hechos.
    ¿Cómo  se resuelve entonces la cuestion?. Eso es otro tema que no puede ser abordado en este post, porque los otros intervinientes tienentodo el derecho del mundo en seguir ahondando en sus reflexiones. ¿No es la teología una reflexión?
     
    roman

  • Santiago

    MUY interesantes todas vuestras aportaciones a este interesante tema  …Yo estoy con Teresa de Avila y su definición sobre la humildad….Es falsa, pues, la humildad que se basa en la mentira…sobre todo en la mentira sobre uno mismo…por eso ella definía la humildad como “andar en la verdad”…Porque en la verdad calibraremos bien nuestra profunda miseria….al reconocer que cualquier bien que tengamos, no es en realidad nuestro, sino que procede de la mano de Dios….Por eso el que busca la verdad y puede descubrir sus destellos, se aproxima a esta virtud tan necesaria “para la vida eterna”, segun Ignacio de Loyola…en que ponía el primer grado de humildad en “bajarnos tanto”, o sea en ser tan humildes aceptando nuestra flaqueza, que no querríamos cometer ni un solo pecado mortal….

    POR ESO no puede existir ansiedad,  ni miedo en querer aproximarse a la verdad….sobre todo a la verdad de la FE…Esta -en el caso de la fe cristiana- esta basada no en mitos y farsas, sino en hechos históricos..que sucedieron en el tiempo y que tienen como protagonistas, no a los dioses mitólogicos paganos, sino a personajes reales…que vivieron entre nosotros….Tampoco aprensión o angustia, puesto que la fe de la Iglesia nos ha llegado,  en parte por documentos que constituyen el Nuevo Testamento….de una manera tan abundante y fidedigna como ningun otro “documento” de la antiguedad…Hay que considerar que hay un intervalo de mas de 1000 años entre la fecha de composicion de los originales de Eurípides, Sófocles, Esquilo, Aristófanes, Tucídides, Platón y Demóstenes y los manuscritos mas antiguos de sus obras..Los escritos de Virgilio (siglo I antes de Cristo) tenemos sus manuscritos pero los mas antiguos datan del siglo IV y V. De Julio César (siglo I antes de Cristo) sus manuscritos datan del siglo X (despues de Cristo). De Homero (siglo VIII antes de Cristo) el manuscrito mas antiguo es del siglo XII, mas de 19 siglos despues de su muerte.

    Los evangelios, sin embargo, nos han llegado directamente por los códices que llegan hasta casi 3000, leccionarios hasta mas de 1600, papiros 98 que arrancan del siglo II en adelante…Indirectamente, y por completo, en las versiones de las cuales algunas llegan hasta el siglo II. Implicitamente encontramos el texto mismo del Evangelio en cita de los autores antiguos. Citas frecuentes y muy completas en los autores del siglo III y II. Algunas citas se encuentran hasta en escritos del siglo I. Muchas citas bíblicas se encuentran en los escritos de los Padres Apostólicos ((siglos I y II) y de los Padres de la Iglesia (siglos II y V). Ademas existen miles de manuscritos del Nuevo Testamento en lengua latina, siriaca y copta.

    Solamente desde el punto de vista de la historia humana, la probabilidad está a favor de los evangelios…No solamente por la autenticidad de los textos desde el punto de vista crítico, sino por su exhaustivo análisis interno….Si la certeza humana es de lo mas probable, entonces es mas probable que los testigos de la catequesis oral y escrita, a la luz de la tradicion inmemorial de la Iglesia, estén diciendo la verdad sobre Cristo, su vida, sus hechos, su muerte y su resurreccion….ESTO no quiere decir que creamos en Cristo, como el Hijo del Bendito, que hizo a Caifás rasgar sus vestituras, ante la “blasfemia” (Mc. 14,61-63) …porque aunque hubiéramos vivido junto a Jesus, en el mismo siglo I, en nuestra libertad, podríamos dudar….como dudó Tomás….y como dudaron los Apóstoles antes de Pentecostés….su fe todavía estaba débil….Sin embargo, esos mismos  incrédulos no tuvieron miedo despues, de predicar y morir por la FE. Y hoy, como ayer.
    Un saludo cordial      de Santiago Hernández

  • salvador santos

    Hola Antonio

    Respondo a tu pregunta:

    “¿Sobre esto de las fechas hay tanto por descubrir en las de los testimonios mortales, y crueles  persecuciones  de aquell*s primer*s testigos y díscípul*s que iban trasmitiendo oral y prácticamente Lo VIVIDO  y DICHO por Jesús, el Galileo?”

    Respecto a la datación de los escritos incluidos en el NT, ni los datos externos  ni los que ofrecen los mismos textos son concluyentes. Por eso el mínimo  indicio tiene un alto valor. A veces cualquier pequeña pista representa la punta de un hilo del que hay tirar con respeto y sin miedo. Y salen cosas, Antonio, cuando dejamos de nadar superficialmente y nos atrevemos a bucear un poco.

    A la hora de entender un texto conviene saber cuándo fue escrito. Conocer las circunstancias de todo tipo que rodearon su nacimiento comporta una buena base para no cometer graves equivocaciones de interpretación.

    Citar una sola frase de los evangelios merece el máximo respeto, lo que incluye conocer su sentido. La duda y la pregunta previa son signos de sabiduría.

    Gracias por tu pregunta, Antonio.

    Te mando un abrazo

  • George R Porta

    Comprendo la necesidad, surgida como cualquiera otra actitud represiva o supresora de la libertad de pensamiento, del miedo a que las creencias aprendidas (aquello que se ha aceptado y quizás hasta contribuido a divulgar como incuestionable) una vez sometido al análisis por la mentalidad moderna (la cual no tiene por qué ser condenada de nuevo a estas alturas del partido) revele las tales creencias como si fueran un tejido de solo aparente continuidad o solidez, porque las muestre como son los tejidos de fibras, discontinuas, agujereadas, espaciosas, vulnerables.
     
    No me inquieta el miedo que siento cuando a veces mis creencias son cuestionadas por el esclarecimiento bien hecho, cuidadoso, amante de la búsqueda de la verdad legítima y hasta siento que deba contribuir yo mismo reduciendo mi resistencia con tal de no creer por negligencia aquello que de otro modo creyera indiscriminadamente o por comodidad o conveniencia.
     
    El miedo parece que sea si no la más humana de las conductas una de las más humanas conjuntamente con la envidia. Parece que Jesús se cansara de aconsejar y urgir a no temer, según le atribuyen las narraciones evangélicas que conocemos.
     
    Al mismo tiempo quienes puedan atreverse a esperar confiadamente que la vida les lleve por el cauce que les lleve y puedan hacerlo con la convicción voluntaria (evidencias según las reglas  contemporáneas o moderna no las hay) de que el curso del río (me refiero a la Historia toda, en suma) vaya dirigido por el camino que deba ir. Y esto arriesgándose a confiar en que las promesas atribuidas a Jesús en los evangelios (los cuatro canónicos y todos los otros escritos de similar estilo literario que no fueron incluidos en el Canon) carezcan de otra prueba empírica que las que el propio vivir con el tiempo aporte. Que puedan tolerar la ansiedad que les cause cualquier cuestionamiento o estudio hecho con amor y dedicación y, sobre todo, con todo el cuidado técnico de que se sea capaz, me parece que se acerque mucho a la humildad que Jesús proponía consigo mismo y que Teresa de Ávila definió tan parsimoniosamente más de una vez como “andar en la humildad” (Cf. Vida 40,8 y 6M10,8).
     
    Si al menos esos cuatro relatos de estilo evangélico realmente recogieron la ipsissima verba  de Jesús (aunque dudo que él haya dicho nunca nada específicamente acerca de aquellos magos de Oriente o de la virginidad de su madre y menos de que hubiera que hacer discriminaciones de género en cuanto a la aparición a Tomás y la que (según Juan 20, 17) le produjera repelús a aquella mujer que tanto le amara, la primera en ir a la tumba (nada me impide creer que ella haya llevado ungüentos por perfumarle—como la del perfume de nardos—para ser la primera en perfumarle) porque secretamente deseara verificar la resurrección de la cual tantos otros dudaban porque estaban tristes.
     
    La fe legítima, auténtica no es ciega y rígida como lo puede ser el conocimiento científico que ha de ser repetible para verificarlo, sino que con gozo admite humildemente, es decir, por amor a la verdad, los “por si acaso” de la duda. No contradice la autenticidad de esa esperanza que es confiada—diferente del conocimiento científico que no confía sin demandar evidencias materiales—admitir cuestionamientos y estudios con la predisposición de Agustín, de que su inhabilidad de comprenderlo todo se deba a su propia limitación humana.
     
    Los relatos evangélicos tienen contradicciones o inconsistencias intrigantes, interesantes, que invitan al estudio de esos textos y que no pocas veces se convierten en sugerencias de sólida veracidad probable.
     
    No poco azarosa ha sido la historia de los manuscritos y nunca se ha considerado a la misma tradición oral como libre de error sin remitirla a la esperanza confiada preservada a pesar de todo ello por la comunidad de los leales (más que fieles) que ha durado más de 20 siglos. Una de esas contradicciones es por un lado el rechazo de que una mujer que le amaba tanto llamada María le tocara en el jardín de la tumba y que en cambio, después no solamente no temiera sino que invitara a un hombre llamado Tomás a tocarle introduciendo los dedos en sus llagas.
     
     No afirmo que sea cierto o incierto lo primero o lo segundo. Digo que ese relato invite a estudio o a examen comparativo por ser incongruente con lo que se cree saber de Jesús según el conjunto de “evangelios”. Lo hago precisamente porque tenga presente, por ejemplo, que “otro” de esos documentos literarios evangélicos (si el tal evangelio llamado Juan no miente) que a Jesús le traía sin cuidado no ya la opinión de los buenazos de los fariseos o la malicia de los herodianos sino hasta la sospecha de quienes debieron conocerle bien, sus propios amigos, le cuestionaran a él mismo. ¡Y eso creyendo porque pudieran ver!
     
    Me refiero a aquella ocasión en la que le vieran hablando a solas junto al pozo, con una mujer, para colmo de males samaritana y con una historia personal un tanto peculiar, la cual dicen los que saben de ello que represente, a pesar de ser mujer ( o quizás también por serlo) el genuino estilo apostólico (Prof. Raymond Collins SJ): Escuchar lo que Jesús dice, ir a contarlo persuasivamente—a pesar de su mala fama—y lograr que le sigan para venir a escuchar con sus propios oídos y ver con sus propios ojos a Jesús y conmoverse de un modo tal que estos mismo fueran de regreso y trajeran a otros más a que hicieran lo propio.
     
    A Pedro con todo y el rollo de las llaves no se le conoce por haber ido y anunciado y persuadido a que la multitud se interesara por Jesús precisamente por haber comunicado el kerigma durante la propia vida de su Maestro. En cambio se le conoce por traidor y por equivocado en sus esperanzas mesiánicas o políticas con respecto a Jesús. Se le conoce también por su empecinamiento judaizante con respecto a los gentiles, el cual que no cambió mientras escuchaba a su Maestro de viva voz, sino después de algo tan importante como la resurrección y otra experiencia tan imaginario como un sueño en Jaffo sobre alimentos.
     
    ¿No es desobediencia a Jesús vivir con miedo? La última alegación de Francisco es que se pueda y deba confiar en las promesas jesuanas. ¿No es arrogante atarse al propio miedo y negarse a dejarse cuestionar simplemente por necesidad de no variar ni una tilde lo que se crea o se contribuye a divulgar? ¿No fue esa rigidez mental lo que Jesús combatió hasta pagar con su vida? Aunque la substancia misma de aquellas creencias de entonces y las de ahora sean distintas, la arrogancia de creerse en posesión de la verdad versus la humildad de reconocer que sea necesario, precisamente por amor y deseo de “andar en la verdad” (Teresa de Ávila) y dejarse liberar por ella (Jesús de Nazaret según le atribuye el evangelio Juan en 8,32), precisamente de todo miedo a que la mentira o la confusión perniciosa prevalezca.

  • Antonio Vicedo

     
    Salvador, gracias de corazón por ese titánico esfuerzo de investigación sobre estos aspectos que tanto pueden ayudar a enmarcar mejor toda la exégesis neotestamentaria.
     
    Debe ser para muchos legos en la materia,entre los que creo ocupar un buen lugar, ir descubiendo vetas de realidad insospechadas.
     
    ¿Sobre esto de las fechas hay tanto por descubrir en las de los testimonios mortales, y crueles  persecuciones  de aquell*s primer*s testigos y díscípul*s que iban trasmitiendo oral y prácticamente Lo VIVIDO  y DICHO por Jesús, el Galileo?
     
     
    Porque da la impresión de que esta normalidad antisistema llevada hasta las últimas consecuencia dando tozudez a una s actitudes de fe completamente ajenas a los cantos de sirena de los poderes es lo que despertaba interés en los no fieles y enardecía la fortaleza de la solidaridad comunitaria del Discipulado de Jesús, en cuyo clima iban apareciendo los diferentes  escritos sobre el asunto que  después se llamó N:T.
     
    Siempre, desde los claroscuros  que acompañan a mi actitud de fe, me han “relampagueado” e incluso golpeado estos testimonios martiriales de l*s primer*s y siguientes discípul*s , dando tan generosamente supremo testimonio de su fe en Jesús al que conocieron , o del que tenian conocimiento testimonial indirecto.
     
    He llegado a la conclusión de que quien mejor olfatea la verdad y enmarque del asunto y quien más certera e inmediatamente reacciona contra ellos, es la urdimbre de poderosos y sus cómplices.

  • Román Díaz Ayala

    Santiago,
    muy interesante tu aportación sobre el kerigma,
    pero espero que pueda ser considerado en otro contexto, por cuanto distorsiona un poco 8 perturbaa) el discurrir teológico de Salvador Santo, que tiene otros postulados
    Ya sabes, él parte de una distinta lectura histórica, más que en la interpretación de unos hechos que nosotros ( tú y yo calificamos de salvadores…)
    Y como no se trata de un problema de rigor historicista, conviene que el autor nos enseñe de esa manera tan entrañablemente humana en su aproximaciónal “Misterio”.
     
    roman
     

  • Santiago

    Estoy de acuerdo con Eloy sobre lo interesante que resulta Marcos….Sin embargo, a pesar de que Marcos esta bien identificado en los Hechos y en Pablo…el kerygma primitivo de la Iglesia, que anunciaba la Muerte redentora y la Resurrección de Cristo es anterior a Marcos…Pablo habla de que el conoció personalmente a los Apostoles,  especialmente a Cephas (Kefá) y transmite “lo recibido” de ellos…incluyendo las apariciones del Resucitado….y que se aparecio a muchos otros incluyendo a 500 discípulos a la vez….Y antes de Pablo la predicación del verdadero KERYGMA fue predicada oralmente…Por eso, no se puede hablar de 4 Evangelios: sino de un evangelio….el que predicaba la Buena Nueva…..la Nueva Alianza…surgida despues de la Muerte y Resurrección de Jesus….por eso la Didajé (90-100 d.c) el “evangelio” es aplicado a un libro que contiene la enseñanzas de Jesus…Despues S. Justino ( 165) cita por primera vez los Evangelios en plural..que el las llama Las Memoria de los Apóstoles que se leían en las reuniones litúrgicas oficialmente…que no son otros que los 4 evangelios…4 versiones diferentes….del mismo kerygma, de la misma fe de la Iglesia…

    Por lo tanto, lo que cambió no fue la “sustancia” o la “esencia” de la fe en el Resucitado…sino la manera en que cada uno de los “evangelistas” la       expresaba…Pero la Iglesia persistio en el sentido profundo de la unidad del EVANGELIO. No existía mas que una Buena Nueva, traída por Cristo y predicada por los Apóstoles. Aunque despues se puso por escrito en 4 formas, la catequesis APOSTOLICA permanecía siendo UNA, como UNA era la fe de la Iglesia………y asi Orígenes (253) escribe: “Cuanto ha sido escrito por cuatro (4), es un único Evangelio”..
    Por tanto, no son fantasías la experiencia de los discípulos sobre el Resucitado….Marcos narra que las mujeres descubrieron la tumba vacía, escribe el testimonio de la Resurrección y tiene conocimiento de las apariciones a Pedro y a los 12….ni Lucas, ni Mateo, ni Juan cambiaron el kerygma primitivo oral…Simplemente dieron mucho mas detalles de estas apariciones…Era muy difícil que mintieran…cuando todavía vivía los testigos de los hechos y de la vida de Jesucristo, muerto y resucitado, incluyendo a Juan que murio hacia el 100 d.c.      ..Porque “vana sería la fe” si el cristianismo no fuera trascendente….Pero ellos, los discípulos mas cercanos, los futuros mártires, no fueron visionarios estúpidos….si que fueron incrédulos…y se resistieron a admitir la Resurrección….pero el testimonio unánime de las apariciones del Resucitado…cimentaron la FE verdadera, trascendente, del cristianismo…Por eso, no hubo un solo testigo…..por muy calificado que fuera….sino 12…Y no un solo evangelista “canónico” sino 4
    Un saludo cordial    de Santiago Hernández

  • ELOY

    Intrigante propuesta. Quedo a la espera de las siguientes aportaciones.

  • salvador santos

    Gracias por tu comentario. Me parece excelente.

    En el libro de los Hechos hay datos relacionados con Pablo y Marcos, importantes para aproximarnos a la fecha de composición de Marcos. También será elocuente algún texto escrito por Pablo. Aparecerán en la próxima o una posterior entrega. Aún no tengo terminado el trabajo e ignoro si podré abreviar para reducir solo a una entrega más.

    Te mando un abrazo

  • George R Porta

    Una corrección:  En la octava línea quise decir “np pudieron sino aguarse”. estas cosas pasan cuando la vista falla… Gracias por ser pacientes si me leen hasta la octava línea.

  • George R Porta

    Gracias Salvador por tu celo constante en esclarecer el evangelio Marcos y sus circunstancias y contexto. No puedes imaginar cuanto me ayuda personalmente.
     
    Mi preferencia por Marcos (he aclarado otras veces que soy solo otro cristiano de a pie), no es nueva y data de mis tiempos en la Acción Católica Cubana hace más de cuarenta y cinco años pero nunca he podido estudiar exégesis. Marcos ha sido extraordinariamente enriquecedor en mi oración y esto que estás publicando como tu libro “Un Paso, Un Mundo” ha sido providencial con el mismo propósito. Pero esta vieja preferencia es de origen puramente intuitivo aunque se haya solidificado con los años.
     
    A medida que el tiempo pasó las generaciones de testigos presenciales fueron desapareciendo y las comunidades judías quizás tuvieron que huir o no pero lo cierto es que se esparcieron, y los comentarios sobre las noticias no pudieron aguarse, diluirse: La memoria y la narración de los hechos se licúa  siempre, engrosa, aumenta en peso específico si bien tienden a perder en densidad. Una cosa similar a lo que ocurre con los textos cuando las fotocopias se repiten a partir de la última y no del original: Los márgenes se reducen y las manchas y los defectos se amplían y multiplican.
     
    Así me explico la “creatividad” de que hicieran gala los otros dos sinópticos y los problemas introducidos por los copistas y traductores durante 20 siglos: A medida que las historias orales eran repetidas y escuchadas aumentaban. Los escuchas además eran tan diversos, que nuevas narraciones se hicieron necesarias para tratar de mantener la integridad original y adecuarla a las nuevas necesidades. La de Lucas me parece realmente notable en cuanto a añadiduras y la de Mateo demasiado dirigida a sus propias necesidades ministeriales. Esas son algunas de mis razones actuales para seguir prefiriendo a Marcos. Lo “enjuto” de éste me hace sentir que su peso como evidencia dependa mejor de los hechos que narra: Ni del narrador, ni de las valuaciones de que ha sido objeto sino de los hechos narrados.
     
    Que Pablo no haya intentado otra narración “evangélica” dada su educación es también significativo para atribuir a Marcos como testimonio un peso grande.
     
    Como escritor Pablo hubiese posiblemente hecho mucho mejor y mucho más, narrando los hechos. Lo cierto es que no parece haber sentido necesidad de siquiera intentarlo.
     
    Pablo debió ser asesinado antes que circularan Mateo y Lucas y, sin duda Juan. Por otra parte no me imagino a Pablo tan poco interesado en Jesús como para no prestar oídos a lo que se contara de sus dichos y hechos. Las narraciones de la pasión parece que fueran las primeras en circular de boca en boca durante los años siguientes a la ejecución de Jesús y de estas debió emerger esta compilación que hoy llamamos Marcos desde cerca del siglo II o III.
     
    Quizás Pablo debió andar no muy lejos de Jerusalén cuando mataron a Jesús y de hecho parece que estuviera no mucho después (cerca de la década del 40 del primer siglo para conocer a los testigos presenciales del evento “Jesús de Nazaret”) es decir, cuando estas cosas eran aún dichas con cierta vehemencia y emoción. Parece que presenciara o supiera de primera mano del apedreamiento de Esteban.
     
    Si Pablo, un tipo bastante intenso, fue posteriormente capaz de ser el testigo que fue, al extremo de dejarse matar, del “Evento Jesús” y si esa experiencia le condujo a ser tan prolífico en su labor fundacional y de animación de comunidades como parece que lo fuera, no debe ser demasiado disparatado concluir que debió buscar cuanta información pudiera para conocer del Jesús que poco antes habían asesinado en Jerusalén y a cuyos seguidores él mismo persiguiera como lo hizo. Me parece ilógico que no tratara de conocer cuanto más y mejor aquellas historias orales que estaban tomando cuerpo y que, pasado el tiempo, culminaran en al menos una compilación de narraciones como esta que parece que hacia finales del siglo ya fuera conocida con el título “Marcos”.  
     
    Si algo de eso es cierto, no es imposible ni del todo descabellado pensar que la posible recepción de Pablo a la futura colección “Marcos” fuera respetuosa por (al menos y quizás) a: ser tan cercana a los hechos que fuera muy fiable; b: ser tan impactante que justificara utilizarla como fuente para su propia predicación aunque no la citara como se citan las fuentes hoy día.
     
    Estas especulaciones de mi parte y quizás febriles me hacen esperar con ansia tu siguiente escrito sobre la datación de Marcos, Salvador, porque me gustaría saber si: a) Pablo quien se dice que fuera ejecutado en Roma, entre el 58 y el 67 del primer siglo, pudo conocer o no esta primera compilación de narraciones y posiblemente tenerla en cuenta para su meditación y propia edificación; b) si las otras dos colecciones (las cuales Pablo no pudo conocer) utilizaron a Marcos en la proporción que lo hicieron, me gustaría imaginar que el silencio de Pablo sobre Marcos añada valor a la credibilidad de dicho evangelio por defecto.
     
    No aspiro Salvador a que me aclares esos interrogantes de inmediato porque prefiero esperar aunque con ansias a que publiques las próximas partes de tu estudio y, eso sí, ojalá que esclarezcas en lo posible el silencio de Pablo sobre los “evangelios” porque a menudo parece que se atenga a su propio conocimiento del mensaje de Jesús como si escribiera y predicara en paralelo y si se bastara por sí solo.

  • m. pilar

    Es impresionante, que sigan las investigaciones presentes hoy.
     
    Eso significa cuan importante es el texto de Marcos, y cómo desde los distintos grupos, fueron añadiendo pasajes embellecedores para “montar” la historia de Jesús, “casandola” (o eso parece) con el A. T.
     
    Es muy alentador, cómo después de tanto tiempo, se sigue trabajando por presentar con la máxima fidelidad la vida y mensaje del Galileo.
     
    !Gracias Salvador!
    m. pilar