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El papa Francisco en las calles de Río y en Aparecida

vatican insiderUn buen medio de información, multilingüe, sobre cosas de la Iglesia es Vatican Insider, de Turín. Colabora con él el vaticanista John Allen, de la plantilla del National Catholic Reporter-NCR donde ha publicado otro artículo semejante al que reproducimos aquí, sobre el próximo viaje del papa Francisco a Brasil, que empieza mañana. Aquí podremos comentarlo y aportar más información

Las calles de Brasil serán el mejor amigo de Francisco, no su enemigo

La diferencia abismal entre los faraónicos eventos deportivos en el gigante sudamericano y la JMJ

John L. Allen Jr. * Roma


Los viajes papales, en cierto sentido, son siempre una aventura hacia lo desconocido, pero Francisco, que está por visitar Río de Janeiro para la Jornada Mundial de la Juventud (22 a 28 de julio), afrontará las volátiles e impredecibles calles brasileñas. La población de Brasil está muy molesta en estos momentos y, a pesar de que las masivas demostraciones que se llevaron a cabo en junio se han ido diluyendo, el descontento no ha desaparecido. Durante una rueda de prensa del 16 de julio, el jefe de la agencia de inteligencia carioca dijo a los periodistas que el espectro de nuevas protestas durante la estancia de Francisco en la ciudad es una de las mayores preocupaciones; por su parte, el alcalde de Río de Janeiro, Eduardo Paes, se sintió obligado a explicar a los habitantes de la ciudad que el Papa “no tiene conexiones directas con los pecados de los políticos brasileños”. Los organizadores de las protestas de junio anunciaron que planean salir a las calles el 26 y el 27 de julio, bajo el eslogan “¡Papa, mira cómo nos tratan!”. Sea como sea, nadie parece estar enojado con Francisco. Al contrario, los brasileños (independientemente de su credo) lo han tomado como autoridad moral y quisieran que estuviera de su parte. En realidad, hay muchas razones por las que Francisco será bien recibido. Es difícil imaginar que alguien que se preocupe por los pobres pueda esgrimir reproches con este Papa. Francisco no solo ha renunciado a casi todos los privilegios papales, desde el aposento en el Palacio Apostólico hasta la limousine de la Mercedes, sino que además es famoso porque desea “una Iglesia pobre y para los pobres”. Mientras tanto, tanto los obispos de Brasil como del Vaticano han indicado en diferentes ocasiones que comprenden las peticiones de los manifestantes. El arzobispo de Río, Orani Joao Tempesta, dijo que las manifestaciones eran “semejantes al espíritu de la Jornada Mundial de la Juventud” (en el sentido del deseo por trabajar juntos para llegar a un mundo nuevo, a una vida nueva). A finales de junio, cabe recordar, la Conferencia de los obispos brasileños publicó una declaración expresando “solidaridad y apoyo”. Poco antes, a principios de junio, el periódico español “El País” publicó una supuesta frase dicha en privado de Francisco en la que habría subrayado la justicia y coherencia con el Evengelio de las manifestaciones Brasileñas. El Vaticano nunca confirmó ni desmintió esta declaración. Honestamente, el primero de los peligros a los que se enfrentará Francisco será la instrumentalización de su visita que podrían pretender llevar a cabo tanto los manifestantes como los políticos.  Francisco visitará Río como el primer Papa latinoamericano de la historia, y seguramente le ayudará el orgullo natural que se siente en toda Latinoamérica con su llegada al trono de Pedro, posición de liderazgo a nivel mundial. Además, si uno de los motivos por los que los brasileños salieron a las calles en junio fue la percepción de que el gobierno estaba gastando dinero en faraónicos eventos globales, la JMJ tiene una naturaleza completamente diferente. En total, los gobiernos federal, estatal y municipal aportarán (máximo) 60 millones de dólares para la JMJ, que servirán para cubrir la seguridad, la logística y subsidios para el transporte. Basta comparar aquella cifra con los 13 billones de dólares que desembolsarán las arcas nacionales para el Mundial de 2014 o con una cifra parecida para los Juegos Olímpicos de 2016. Sin ser ningún genio de la matemática, cualquiera puede darse cuenta de que a los contribuyentes brasileños la JMJ costará solamente el 0.5% de lo que gastarán para el Mundial de 2014. Si los brasileños toman en cuenta esta diferencia, la presencia del Papa seguramente no desencadenará el mismo descontento. Los organizadores en Río dieron a conocer la cifra de dinero que podría inyectar la JMJ a la economía local: alrededor de 220 millones de dólares, además de unos 20,000 puestos de trabajo. Para concluir, hay otra razón por la cual el Papa no debe temer durante su viaje, y es la más importante de todas. Una Jornada Mundial de la Juventud se desarrolla en las calles de la ciudad, es decir que la mayor parte de la gente de Río no se enterará de lo que sucede por medio de los periódicos o de las redes sociales. Podrán vivirla en primera persona cada vez que tomen el autobús o que atraviesen la ciudad. Durante la primera parte de cada una de las Jornadas Mundiales de la Juventud, miles y miles de jóvenes católicos peregrinos inundan las calles de las ciudades, al dirigirse a las sesiones de catequesis y a los diferentes eventos en programa. Se mezclan con la gente. En cambio, para participar en un Mundial o en unos Juegos Olímpicos, la población local debe pagar entradas carísimas, por lo que la mayor parte de ella no puede ni siquiera acercarse a estos eventos. Para vivir la Jornada Mundial de la Juventud basta salir a las calles. Los brasileños verán filas y filas de jóvenes esperando confesarse en el Parco della Quinta da Boa Vista. El viernes 26 de julio, los jóvenes peregrinos literalmente tomarán las calles con el tradicional Vía Crucis. La procesión serpenteará por una sección de 900 metros de la Avenída Atlántico en el centro de Río de Janeiro, y además pasará por lugares clave de la ciudad (Arpoador y Selarón). Durante varias horas, los brasileños verán las calles ocupadas no por manifestantes sino por creyentes tratando de conectarse con los misterios de la vida y la muerte. Si los jóvenes peregrinos sorprenden a los brasileños de la forma en la que han impresionado a otras poblaciones por el mundo, con su impulso, su simpatía, su idealismo, entonces cualquier resentimiento en potencia de desvanecerá. En otras palabras, Francisco se encuentra en una posición única, que envidiaría cualquier otro líder global que visitara el país. Durante los próximos días, las calles no serán el enemigo de Francisco, sino su mejor amigo.

6 comentarios

  • h.cadarso

      Y digo yo: ¿cuándo va a terminar el Papa Pancho con los compromisos que heredó del Papa Ratzinger’ y cuándo va a poder gobernar o pastorear o presidir por su cuenta y riesgo? Yo creo que lo de las JMJ es una herencia envenenada, de triunfalismo, publicidad barata como la del Nescafé o la Coca-Cola, y tras por el estilo. Y si no que se lo digan a los de Valencia, cuyos políticos robaron a cuatro manos a costa de la visita del Papa, y a los de Madrid…
      El Papa podía haberse apuntado a las manifas de los cariocas cuando el torneo ese de fútbol, y coger su pancarta, y como uno más,, y jugarse el físico corriendo delante de los guardias…Ahora, salir a la calle escoltado por el ejército brasileño contra los posibles desmanes de la multitud, pues como que no me cuadra. Por muy barato y muy  rentable que le salga al erario de la Dilma Roussef…
      Que no, que estas cosas de JMJ y grandes paradas multitudinarias se acabaron aquel Día del Domingo de Ramos de Jerusalén, hace 2000 años más o menos…Que yo quiero constatar de una vez que hemos cambiado de Papa de verdad…

  • Beatriz

    Muy alejado está mi interés por estos eventos multitudinarios pero reconozco  el derecho que tienen los católicos, en este caso jóvenes católicos a expresarse junto a su líder, cómo reconozco el derecho de los aficionados al fútbol a presenciar y disfrutar con sus ídolos, todo ello  dentro de unas normas y de la manera más razonable de llevarlo a la práctica, sin que suponga ningún perjuicio al país y a la población que acoge estos eventos religiosos o deportivos. En cuanto al coste económico, según los datos que se ofrecen por anteriores acontecimientos suele saldarse con superávit .

  • Antonio Vicedo

     
    El punto de referencia de la coherencia de estas celebraciones lo dejó aclarado Jesús al hablar de aquel: NI AQUI, NI EN JERUSALEN. Lo que el Padre quiere, desde aquel YA, son adoradores en espíritu y verdad.

    Y la verdad cualificada del PRÓJIMO, nos la dejó aclarada Jesús, comparando las actitudes del sacerdote, del levita y del SAMARITANO.

    ¿Dónde y cómo queda esa coherencia en estos acontecimientos?

  • pepe blanco

    Vamos a hacer un par de números rápidos.
     
    El autor del artículo asegura que el coste del viaje papal es una nimiedad, en comparación con, por ejemplo, el coste del mundial de fútbol o las olimpiadas. Bien, veamos.
     
    El coste del mundial de Fútbol se cifra en 13.000 millones de dólares (no billones, según he visto buscando en otras fuentes). Probablemente una parte de ese dinero se haya desviado fraudulentamente, y hace bien el Congreso brasileño en investigarlo. Pongamos que se ha desviado un 20%. Con el resto de la cantidad -no entro a valorar si el gasto es adecuado o no- se han creado o mejorado infraestructuras deportivas, de transporte, etc.
     
    Bien ahora fijémonos en el coste del viaje papal: 60 millones de dólares. Al cambio actual, son unos 46 millones de euros, es decir, unos 7.500 millones de nuestras antiguas y queridas pesetas. Oiga, ¿cómo puede costar el viaje de siete días de un señor, por muy importante que sea, 7.500 millones de pelas? ¿Y ese señor va a transmitir el mensaje de que quiere una iglesia pobre para los pobres? Lo peor es que habrá muchos hipnotizados que crean que así es: que el papa quiere quiere una iglesia pobre para los pobres.

  • pepe blanco

    Las jornadas mundiales de cierta juventud católica empiezan, como siempre en estos casos, manipulando con el nombre: Las “jornadas mundiales de la juventud”. Pues no, no son las jornadas mundiales de la juventud, sino las jornadas mundiales de la juventud católica, y tal vez no de toda, sino de una parte.
     
    Hay otra mucha juventud, judía, islámica, hindú, budista, taoísta, atea, agnóstica, etc., que no estará en Brasil.
     
    Pero ya se sabe: manipula, que algo queda.
     
    Y, por cierto, hubiera agradecido una correcta traducción al castellano de las cifras escritas con letra: sospecho que los “billones” mencionados en el texto son una mala traducción del “billón” americano, que en español son miles de millones.

  • ELOY

    EL PAÍS en su edición digital publica hoy (21-07-2003) un artículo de Juan Arias (autor independiente y siempre bien documentado) en relación con el viaje del Papa a Brasil, del que adjunto enlace:
     
     
    http://internacional.elpais.com/internacional/2013/07/21/actualidad/1374375842_663839.html