Otros temas

Autores

Archivo de entradas

Temas

Fechas

Calendario

7411 Artículos. - 112732 Comentarios.

Fronteras criminales ‘dappertutto’

PAGINA 12

Un miembro del Grupo de Curas por los Pobres, de Argentina, comenta el viaje a Lampedusa

Víctimas visibles, culpables escondidos

Por Marcelo Ciaramella *

Sin duda fue potente el gesto del papa Francisco haciéndose presente en la diminuta isla de Lampedusa, al Sur de Sicilia, un poco más que a mitad de camino de las costas de Túnez. Quiso tomar contacto con una dolorosa e impactante carga de sufrimiento: la de los inmigrantes del Africa subsahariana que huyendo de la miseria han sobrevivido a ser tragados por el mar.

En un mundo que invisibiliza o ignora a los pobres, sin duda que estar físicamente junto a ellos, hacer que la mirada de la prensa mundial y de toda la Iglesia se pose sobre ellos, conlleva una importante carga profética y evangélica. Celebró la misa sobre los restos de una barcaza y obvió las incomodidades por el simple hecho de estar junto a los que sufren. Además de un delicado gesto de pastor en reconocer la hospitalidad y la ternura de los residentes de la isla para con los migrantes. Una formidable señal profética que refresca nuestra búsqueda de evangelio en las problemáticas sociales del mundo.

Sus palabras no me ilusionaron tanto como el gesto de haberse llegado hasta allí. La prensa mundial no ahorró elogios para calificar la expresión “globalización de la indiferencia” como dura, y hasta de “dinamita para los poderosos”. Si bien es cierto que la indiferencia hacia el injusto sufrimiento de refugiados y migrantes es un síntoma preocupante, creo que no es el fondo del problema. No hay duda de que la indiferencia está instalada y que la falta de soluciones es un síntoma. Visibilizar la pobreza es un paso adelante. Pero más grave me parece la invisibilidad de los responsables de estas catástrofes, que siempre flotan a salvo en un mar de generalidades mientras naufragan los pobres. Calificar de “explosiva para los poderosos” la mención de la indiferencia globalizada es subestimar a los poderosos.

En el mundo de hoy existe casi una verdadera guerra contra los migrantes, que les cuesta la vida a miles de personas que viven inenarrables dramas humanos. Esta “masacre” puede ciertamente atribuirse a las estrategias inhumanas contra los fenómenos migratorios en general. La crisis del sistema neoliberal, que golpea los sectores más vulnerables de la sociedad, está empeorando la condición de los migrantes, volviéndola cada vez más precaria. Guerra y pobreza son denominadores comunes en casi todos los países del Africa. La miseria en la que se encuentra una gran mayoría de personas en situación de movilidad representa una prueba más de la negativa por parte del orden social y político actual de responder a las nuevas exigencias de la humanidad. Las desigualdades entre el Norte y el Sur del mundo son escandalosas y cada vez mayores. ¿De quién es el protagonismo de la indiferencia?

La historia de la colonización de Africa está llena de episodios dramáticos y brutales. El reparto del continente quebró los espacios étnicos naturales y alteró completamente el funcionamiento económico de las sociedades africanas. Estos pueblos fueron siempre considerados seres inferiores, con menos derechos que los colonos. Se les arrebataron las tierras, los recursos mineros y los bosques. Los nativos fueron obligados a trabajar en condiciones infrahumanas, mal pagados y castigados con dureza. La descolonización dejó al descubierto la gravedad de tamaña violación a manos de los invasores erigidos en dueños de la llave del progreso. Un tendal de saqueo y pobreza quedó ante nuestros ojos. Pero tras la descolonización, en términos formales, vino una oleada de neocolonialismo. Alrededor de 1981, los programas de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional instalaron la crisis africana, la agudizaron, añadiendo la austeridad a la pobreza, influyendo negativamente en los aspectos del desarrollo humano y en el modo de vida de los pobres. El neocolonialismo liberal, basado en el “pensamiento único” en el que la acumulación de renta prima sobre lo humano para servir los privilegios de los poderosos de los países ricos, consiste en reproducir el modelo occidental en Africa, en lugar de desarrollarla. El objetivo es la incorporación neocolonialista y subordinada de Africa en el mercado mundial, con la complicidad de las élites locales, que nunca han planteado los problemas de desarrollo en términos de ruptura. Como bien señala Samir Amin, los africanos, cuya ciudadanía se niega a favor de las leyes del mercado, se refugian en las identidades comunitarias para compensar el vacío creado por el modelo neoliberal y se convierten en presas fáciles manipulables por los dirigentes cínicos y sin escrúpulos. Las condiciones de vida dramáticas que les imponen significan una invitación al oscurantismo, al fanatismo étnico o religioso, con las consiguientes guerras y limpiezas étnicas. Guerras que a la vez también son una preciada mercancía para los productores de armamentos ubicados en las naciones desarrolladas.

La isla de Lampedusa llena de pobres que huyen de las condiciones infrahumanas impuestas por el neoliberalismo colonial es un botón de muestra. El capitalismo neoliberal mata. Pero los verdugos no son visibilizados. La pobreza parece caer del cielo como la lluvia.

La Iglesia no podrá desarrollar su profetismo si sigue atada a obligaciones de pleitesía y diplomacia. Como la carta del papa a David Cameron en vísperas de una reunión del G-8, cuya presidencia temporal estará a cargo de Inglaterra, que encabeza diciendo “Me complace responder a su amable carta del 5 de junio de 2013, con la que tuvo la amabilidad de informarme sobre la agenda de su Gobierno para la Presidencia británica del G-8 durante el año 2013 y sobre la próxima Cumbre”. Tanta amabilidad con los reyes de la indiferencia y el colonialismo suena contradictoria. La Iglesia jerárquica está presa de la formalidad y no es libre para denunciar y visibilizar a los responsables de la crisis que empuja a los pobres al mar por un pedazo de pan. “Señor primer ministro, con la esperanza de haber brindado una contribución espiritual a sus deliberaciones, le ofrezco mis mejores deseos para un resultado fructífero de los trabajos” cierra la carta. Las economías desarrolladas y sus figuras de gobierno junto a corporaciones y organismos financieros son principales responsables de imponer la globalización de la miseria y un sistema que los beneficia sólo a ellos.

Hay muchos espacios de búsqueda de resistencia con acciones concretas en favor de los migrantes. Sin ir más lejos, el Foro Social Mundial 2013 se reunió en Túnez, haciendo un esfuerzo por visibilizar la necesidad de otro mundo posible y la dolorosa exclusión del Africa. Allí comenzó a organizarse una Asamblea Mundial de Migrantes como espacio de diálogo permanente entre los migrantes, sus organizaciones y las asociaciones de solidaridad a nivel mundial. Papas y obispos no han sido afectos a relacionarse con espacios que propugnan un cambio de estructuras, sino que parecen creer en la posible moralidad del orden establecido y rechazan el cambio social desde una mirada conservadora. Pero ésa también es una indiferencia que no suma. Hay que escuchar a los cientos de organismos civiles o interreligiosos que están trabajando por otro mundo posible y denunciando este sistema genocida de pobres. Tienen ideas y valores compatibles con el evangelio y están dispuestos a resistir. Lo contrario de la indiferencia es la resistencia. No dejar que las cosas ocurran además de asistir a las víctimas de lo que ocurre.

Las culpabilizaciones genéricas pueden ocultar. Es cierto que la indiferencia y vivir obnubilados por el propio bienestar es una posibilidad en todos nosotros y debemos superarla. Pero nuestra indiferencia no ha llevado a los náufragos de Lampedusa a la desgracia. Lo puedo asegurar.

* Grupo de Curas en la Opción por los Pobres.

5 comentarios

  • Iñaki S:S,

    Cada vez que veo un nuevo gesto simpático, amable y si se quiere ejemplar, del Papa Francisco,  me sigue surgiendo la misma pregunta….¿Y qué mas harás?. Por ejemplo, podía haberse quedado en Lampedusa un mes, renunciando a sus vacaciones en Castelgandolfo. Vamos a seguir, todavía, dándole tiempo al tiempo…. aunque viendo como funciono con mis 75 años a cuestas,  me temo que la edad no va a permitirle ser como el buen samaritano de la parábola. ¿Bastará con el …rezaré por ti?.

  • Antonio Vicedo

    ¿Y qué, si enlazamos esto con lo que J.A. Pagola, con base evangélica aporta en unas reflexiones?
     
    En este herido sin nombre y sin patria resume Jesús la situación de tantas víctimas inocentes maltratadas injustamente y abandonadas en las cunetas de tantos caminos de la historia.
    En el horizonte aparecen dos viajeros: primero un sacerdote, luego un levita. Los dos pertenecen al mundo respetado de la religión oficial de Jerusalén. Los dos actúan de manera idéntica: “ven al herido, dan un rodeo y pasan de largo”. Los dos cierran sus ojos y su corazón, aquel hombre no existe para ellos, pasan sin detenerse. Esta es la crítica radical de Jesús a toda religión incapaz de generar en sus miembros un corazón compasivo. ¿Qué sentido tiene una religión tan poco humana?
    Por el camino viene un tercer personaje. No es sacerdote ni levita. Ni siquiera pertenece a la religión del Templo. Sin embargo, al llegar, “ve al herido, se conmueve y se acerca”. Luego, hace por aquel desconocido todo lo que puede para rescatarlo con vida y restaurar su dignidad. Esta es la dinámica que Jesús quiere introducir en el mundo.

    Lo decisivo es reaccionar y “acercarnos” al que sufre, no para preguntarnos si tengo o no alguna obligación de ayudarle, sino para descubrir de cerca que es un ser necesitado que nos está llamando. Nuestra actuación concreta nos revelará nuestra calidad humana

    Todo esto no es teoría. El samaritano del relato no se siente obligado a cumplir un determinado código religioso o moral. Sencillamente, responde a la situación del herido inventando toda clase de gestos prácticos orientados a aliviar su sufrimiento y restaurar su vida y su dignidad. Jesús concluye con estas palabras. Vete y haz tú lo mismo.”

  • Gonzalo Haya

    Junto con el Grupo de Curas en la Opción por los Pobres, creo que la denuncia de Francisco sobre la injusticia que provoca la emigración podría haber sido más dura. El lenguaje de Jesús no era “políticamente correcto”. ¿Qué hubiera hecho Jesús, quedarse en Lampedusa o regresar al Vaticano como Jefe de Estado? Buena pregunta a la que no sé responder. Pablo, Pedro, Santiago, Esteban, tomaron opciones diferentes. Creo que todas eran buenas y no sé si alguna de ellas puede considerarse la mejor. Calificar alguna de mejor supondría igualdad de situaciones de los sujetos y de los beneficiarios de esas decisiones. Creo más bien en el pluralismo. Que cada uno aporte todo lo que pueda. ¿Qué habrían hecho Pedro Casaldáliga u Óscar Romero? No lo sé, pero tampoco los hubieran elegido como Papas. Si Francisco pone las bases para una reforma de la Iglesia, aunque ni él ni nosotros lleguemos a verla, habría conseguido un buen avance en la instauración del Reinado de Dios.

  • Antonio Vicedo

    CITA:-. Estos pueblos fueron siempre considerados seres inferiores, con menos derechos que los colonos. Se les arrebataron las tierras, los recursos mineros y los bosques. Los nativos fueron obligados a trabajar en condiciones infrahumanas, mal pagados y castigados con dureza. La descolonización dejó al descubierto la gravedad de tamaña violación a manos de los invasores erigidos en dueños de la llave del progreso. Un tendal de saqueo y pobreza quedó ante nuestros ojos. Pero tras la descolonización, en términos formales, vino una oleada de neocolonialismo. Alrededor de 1981, los programas de ajuste estructural del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional instalaron la crisis africana, la agudizaron, añadiendo la austeridad a la pobreza, influyendo negativamente en los aspectos del desarrollo humano y en el modo de vida de los pobres.
    Y COMENTARIO mio:-
    Una simple cuestión de coherencia evangélica ¿Qué habrá seguido haciendo Jesús? ¿Regresar con Francisco al Vaticano, aún como Jefe de Estado? ¿O permanecer en Lampedusa y en cualquier otro lugar donde quedan abandonados a su suerte sus hermanos más pequeños?
    ¿Todavía tiene valor y sentido de fe eclesial aquello de: Conmigo hacéis, o dejáis de hacer, lo que con uno cualquiera de mis más pequeños hermanos?

    Y si acaso sospechamos que Jesús seguirá estando donde dijo prefería estar para ser considerado ¿Qué hubiera pasado con quedarse Francisco, pastor de ovejas y corderos de Jesús cuidando, guardando y defendiendo al rebaño confiado?
     

    Una simple cuestión de coherencia evangélica
    ¿Qué habrá seguido haciendo Jesús? ¿Regresar con Francisco al Vaticano, aún como Jefe de Estado?

    ¿O permanecer en Lampedusa y en cualquier otro lugar donde quedan abandonados a su suerte sus hermanos más pequeños?

    ¿Todavía tiene valor y sentido de fe eclesial aquello de: Conmigo hacéis, o dejáis de hacer, lo que con uno cualquiera de mis más pequeños hermanos?

    Y si acaso sospechamos que Jesús seguirá estando donde dijo prefería estar para ser considerado
    ¿Qué hubiera pasado con quedarse Francisco, pastor de ovejas y corderos de Jesús cuidando, guardando y defendiendo al rebaño confiado?

  • oscar varela

    ¡Bravo! ¡Excelente!

    La reflexión sangra de ver “llorar la biblia junto al calefón

    Me impide dejar de ¡seguir yendo todavía! – Oscar.