Comentario solicitado por ATRIO sobre la Lumen Fidei.
Cuando leí la Encíclica Lumen Fidei, lo primero que me vino a la mente es que refleja perfectamente a sus autores: los ya conocidos sectarismo y pesimismo antropológico de Ratzinger con un poco de devocionalismo de Bergoglio.
Algunas primeras impresiones de la lectura, aclarando que no son un estudio profundo y ponderado que aún deberá esperar.
1.- Llaman la atención los destinatarios. Desde Roncalli se ha venido usando como fórmula dirigirse no sólo a las personas católicas, sino a “las personas de buena voluntad”. Lo anterior como una expresión de apertura de la iglesia católica al diálogo con los mundos y personas fuera del catolicismo. La nueva encíclica regresa a la formulación preconciliar de dirigirse sólo a las personas católicas.
Esto podría leerse como a) un paso atrás en materia de ecumenismo, en cuanto regresar a la autorreferencia católica; o b) un paso adelante, en cuanto reconocimiento de que el magisterio católico sólo incumbe a las personas católicas. Pero de que llama la atención, llama la atención.
2.- Manifiesto antimodenista reeditado. El alegato principal es que las supuestas luces de la sociedad contemporánea, especialmente en su filosofía y su ciencia, realmente son oscuridades. Sólo la fe ilumina realmente (se entiende que la fe católica, o al menos cristiana; el texto cae en una arrogancia insufrible de considerar sólo a la fe en Cristo cuando habla de fe, como si la fe en Buda o en Kwan Yin no existieran también). En este sentido, es realmente un Manifiesto Antimodernista. Una perla, de entre varias posibles “La fe, por su propia naturaleza, requiere renunciar a la posesión inmediata que parece ofrecer la visión“.
3.- Manifiesto antilibertario. Hay un alegato secundario: la búsqueda de libertad y de autonomía es negativa y perjudicial. Este es uno de los aspectos más nocivos del documento. Insiste en que se debe renunciar a la pretensión de autonomía, y aceptar la pérdida de libertad (lo dice respecto de Dios, pero fácilmente se aterriza respecto a la autoridad y “magisterio” vaticano); pero afirmando que realmente los límites a la libertad personal que impone la fe no son una pérdida. Algunas perlas: “En la fe de Israel destaca también la figura de Moisés, el mediador…La mediación no representa aquí un obstáculo, sino una apertura” (no puedo dejar de pensar que este tipo de argumento lleva detrás un corolario que no siempre es explícito: nos necesitan a nosotros como mediadores). Siguiendo en esa línea: “En muchos ámbitos de la vida confiamos en otras personas que conocen las cosas mejor que nosotros. Tenemos confianza en el arquitecto que nos construye la casa, en el farmacéutico que nos da la medicina para curarnos, en el abogado que nos defiende en el tribunal. Tenemos necesidad también de alguien que sea fiable y experto en las cosas de Dios” (nuevamente, el experto explícito en las cosas de Dios es Jesús; pero como corolario es el papa como intérprete último de la revelación, la doctrina y la moral). Otra perla, en cuanto a la descalificación de interpretaciones autónomas o teónomas de la fe cristiana, como la de Lenares: “Nuestra cultura ha perdido la percepción de esta presencia concreta de Dios, de su acción en el mundo. Pensamos que Dios sólo se encuentra más allá, en otro nivel de realidad, separado de nuestras relaciones concretas. Pero si así fuese, si Dios fuese incapaz de intervenir en el mundo, su amor no sería verdaderamente poderoso, verdaderamente real, y no sería entonces ni siquiera verdadero amor, capaz de cumplir esa felicidad que promete“. Y por supuesto, no podía faltar la afirmación tradicional de que “Cuando el hombre piensa que, alejándose de Dios, se encontrará a sí mismo, su existencia fracasa”, afirmación que no encuentra sustento fenomenológico, al haber muchas vidas ajenas a Dios que son mucho más exitosas existencialmente que las de algunas personas creyentes católicas, como Marcial Maciel.
4.- Deficiente conocimiento y exégesis bíblica. No es ninguna novedad, tratándose de Ratzinger, que sus exégesis sean acríticas y deficientes desde la hermenéutica bíblica. Este problema parece profundizarse en el discurso de Bergoglio. Pongo un único ejemplo de afirmaciones exegéticas absolutamente insostenibles: aquella de que el pasaje sobre el sacrificio de Isaac lo que muestra es a Dios como garante de la vida aún después de la muerte. Esto es insostenible: a) porque Isaac no muere; y b) porque en el tiempo en que se escribe el pasaje, el concepto de resurrección era completamente ajeno a la cosmovisión judía. El pasaje del sacrificio de Isaac realmente es una resignificación de historias orales antiguas, para construir un alegato en contra de los sacrificios humanos, lo cual era un gran tema en la época en que se redacta ese texto para diferenciar al pueblo judío de sus vecinos.
5.- Milagrismo y lectura literalista de la Biblia. Otro tema secundario: la insistencia de Bergoglio en contra de las reinterpretaciones de la resurrección como metáfora: “Si el amor del Padre no hubiese resucitado a Jesús de entre los muertos, si no hubiese podido devolver la vida a su cuerpo, no sería un amor plenamente fiable”. Una más: “La fe cristiana es fe en la encarnación del Verbo y en su resurrección en la carne”. Por supuesto, estoy consciente de que el entender la resurrección de manera literal y corporal ha sido la interpretación tradicional. Pero la insistencia en el literalismo anuncia malos tiempos para la teología y las personas dedicadas a ellas profesionalmente en el catolicismo.
6.- Apología sin argumentos. Con frecuencia, el documento hace referencia a la crítica que se hace a la fe (¿cristiana? ¿católica?) como raíz de imposiciones, violencia y fundamentalismos. Claro, el documento afirma que no es así, porque la fe está basada en la verdad y en el amor. Según el documento, la crítica es injustificada cuando se trata de la fe en Cristo (no queda claro si en el universo discursivo de esta encíclica, la crítica contra el fundamentalismo se reconoce justificada para las otras expresiones de fe, como el Islam). Pero no da argumentos para descalificar la crítica comtemporánea a la fe católica, y otras fes, como raíz de violencia fundamentalista. Algunas perlas: “La verdad de un amor no se impone con la violencia, no aplasta a la persona…Se ve claro así que la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro. El creyente no es arrogante; al contrario, la verdad le hace humilde, sabiendo que, más que poseerla él, es ella la que le abraza y le posee. En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos”. Digo que son perlas, porque las escribe quien ha usado sus poderes institucionales para aplastar a las personas que se atreven a pensar fuera del marco mental de Ratzinger. Al leer este párrafo no pude sino pensar en todas las personas represaliadas por Ratzinger y no pude sino verlo como una burla insufrible. Claro, si ampliamos la mirada histórica, la apología del catolicismo como no violento, no impositivo y no fundamentalista cae por los suelos.
7.- Abuso del concepto de cristianos anónimos. Otro tema inaceptable para mí es su valoración de las personas que no creen. Porque al referirse a las personas que no creen, afirma que “desean creer”, y que “intentan vivir como si Dios existiera”. Esta es una falta de respeto (y falta de verdad) hacia los millones de personas que no creen y que no desean creer, ni pretenden vivir como si Dios existiera.
8.- Subordinación y control sobre las personas dedicadas a la teología. Por supuesto, reitera el criterio de Ratzinger que la teología tiene como principal tarea y límite el “custodiar la fe” especialmente “de los pequeños”, por lo que quien se dedica a la teología debe ser “humilde”. Además de negar el Concilio Vaticano II, el abuso de la supuesta protección de “los pequeños” es reforzar la actitud condescendiente, paternalista e infantilizadora que tanto desprecio ha provocado en las sociedades contra la iglesia. No puedo sino recordar aquello de que “por culpa de ustedes el nombre de Cristo es insultado”.
9.-Y claro, la obsesión homófoba: “Pienso sobre todo en el matrimonio, como unión estable de un hombre y una mujer: nace de su amor, signo y presencia del amor de Dios, del reconocimiento y la aceptación de la bondad de la diferenciación sexual, que permite a los cónyuges unirse en una sola carne“. Pues no, la frase no se sostiene con ver la realidad. Pues, si por unirse “en una sola carne” se entiende la intimidad entre dos personas, tal unión puede darse con y sin diferenciación sexual; y puede no darse con y sin diferenciación sexual. Además, tal intimidad puede y suele darse entre personas no creyentes.
10.- Pensamiento de cristiandad. Resulta de espanto el discurso de que no puede haber fraternidad e igualdad sociales a menos que todas las personas sean católicas o al menos cristianas. Claro, no lo dice así de explícito, sino de esta forma: “Poco a poco, sin embargo, hemos comprendido que esta fraternidad, sin referencia a un Padre común como fundamento último, no logra subsistir” o así “Si hiciésemos desaparecer la fe en Dios de nuestras ciudades, se debilitaría la confianza entre nosotros, pues quedaríamos unidos sólo por el miedo, y la estabilidad estaría comprometida”.
Muchas gracias Pepe!
(Perdón, no sé qué le pasa a esta máquina que parece tener vida propia y me cuelga los comentarios que estoy escribiendo en el momento que le parece bien a ella)
Decía que aquel debate se perdió. En él, había mantenido un breve intercambio con Luis González Morán precisamente sobre la transitividad del verbo creer. Si quieres, puedo buscar aquel comentario, pues entonces tenía la sana costumbre de escribir siempre los comentarios en Word, antes de colgarlos, y tal vez lo tenga archivado en algún sitio.
Hola Rodrigo,
Traté esas cosas en el único texto serio que escribí para publicar en Atrio. Lo podrás encontrar aquí: http://2006.atrio.org/?p=1731
Lamentablaemente, el debate -bueno, a mi juicio- que generó aquel text
Hola Rodrigo,
Traté esas cosas en el único texto serio que escribí para publicar en Atrio. Lo podrás encontrar aqauí
Traté
Hola Pepe
No recuerdo haber leído tu opinión sobre el verbo creer como intransitivo, pero se me hace muy sugerente. Para no hacerte trabajar doble, ¿recordarás en qué entrada la hiciste? Trataré de localizarla con mi buscador. Siendo hermano de una lingüista, me parece una argumentación muy interesante
Una vez más, gracias Rodrigo, por este escrito estupendo sobre la encíclica del papa. Intento una aportación personal.
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La encíclica dice: “La luz de la fe: la tradición de la Iglesia ha indicado con esta expresión el gran don traído por Jesucristo“.
Empezamos mal. Como es tradicional en el lenguaje teológico cristiano, de donde ese tic semántico pasa al habla común, se identifica “fe” con “fe cristiana”, negando, de entrada, cualquier otra “fe”. En el fondo, como ya intenté mostrar en una ocasión hace mucho tiempo, el problema es el concepto de fe. Lingüísticamente, la cuestión se pude plantear así: “creer” ¿es un verbo transitivo o intransitivo? En aquella ocasión, expliqué detenidamente por qué creo que “creer” es un verbo intransitivo.
Precisamente la hipótesis tácita de que “creer” es un verbo transitivo -y, por tanto necesitado de un objeto directo- ha provocado que muchas personas piensen que “creer es lo contrario de buscar. A partir de
aquí, Nietzsche critica al cristianismo por haber rebajado la existencia humana, quitando novedad y aventura a la vida. La fe sería entonces como un espejismo que nos impide avanzar como hombres libres hacia el futuro“.
Parece obvio: si se nos dice que creer es profesar un credo, adherirse a un conjunto de creencias y aceptar su estatus ontológico, es decir, su caracter descriptor de la realidad, entonces ¿qué sentido tiene seguir buscando nada? Por supuesto que, en ese caso, la fe es un espejismo que impide avanzar.
Hasta aquí mis comentarios rápidos a los puntos 1 y 2 de la encíclica.
Me gusta como la describe González Faus.
Nada nuevo en el horizonte… Lucimiento de su autor (por su exquisita cultura) pero erre que erre en su pensamiento personal.
Sigo sin tener ganas de leer la nueva encíclica… Y seguiré “escuchando” a los entendidos y preparados.
¡Gracias por ello!
mª pilar
Vamos a ver, cuando uno dimite, dimite del todo, y borrón y cuenta nueva…Ya estamos con las sombras alargadas otra vez, con los sucesores Rajoy que se acojonan ante el Aznar de los c.? ¿Otra vez encallados en el principio del siglo XX y sus trasnochadas polémicas?¿ No dice el evangelio en algún lugar que no se pueden poner remiendos viejos en un pellejo nuevo? Por favor, González Faus, reconoce que el Papa Pancho esta vez se ha quedado un poco “desfasao”, déjate de paños calientes; se puede ser fraternal con la persona, pero la verdad no entra en este terreno de las relaciones personales. Mejor haríamos en decirle a Ratzinger que se eclipse de una vez, que cuando uno dimite, quema las naves como Cortés allá en México…y que le deje en paz a Pancho, que ya sabe andarse solo. No querrá ser él también como el Cid Campeador, que ganaba batallas después de muerto…O como la sombra alargada del dictador que malmuere en el Valle de los Caídos?
Hola!
Opinión sobre la opinión de González Faus … y así sucesivamente:
1) Puede importar más por “quién” lo dice, que lo “qué” dice.
2) Va coincidiendo con los “quienes” importantes que van opinando.
3) Leo el inesperado remate final:
– “ me quedo con el mejor significado de la encíclica:
un gesto delicado de Francisco a su predecesor que asume como propio un gesto de éste
para que no quede como un trabajo perdido.
Eso sí que es “hacer la verdad en la caridad”.“-
…¡Bueno, don González, el cariñito amical es un asunto personal y no para andar publicándolo a troche y moche! Más aun cuando hay que des-ambiguar los gestitos para todo el mundo. Eso no me parece admisible y en Argentian lo llamamos una “gilada” que no entraría en los parámetros de Bergoglio.
¿Tal vez, no?
¡Voy todavía! – Oscar.
Primeras impresiones de José Ignacio González Faus sobre Lumen Fidei. Valen mucho la pena, en mi opinión.
http://www.redescristianas.net/2013/07/10/primerisimas-impresiones-sobre-la-lumen-fidei-una-enciclica-para-dar-buena-conciencia-ilustrada-a-los-sectores-mas-conservadoresjose-ignacio-gonzalez-faus-teologo/
Hola Celso!
Te leo:
– “Por mi sensibilidad y formación, lo que más me llama la atención e indigna es la incorrección y ligereza de la interpretación bíblica.”-
¿Por ejemplo?
¡Gracias y Vamos todavía! – Oscar.
Hola!
Leo de Celso:
1.- “El documento parece ser anacrónico e inútil para los fieles”.
¡Ok! Hace tiempo que la “teología-escolástica” es una inutilidad anacrónica.
2.- “Debería haber marcado su territorio. Él, que no es teólogo profesional”-
¡Ok! ¿Cuál sería, sin embargo el “territorio” de Pancho?”
Pienso que es el “anacronismo”, porque el “cronismo” (nuestro tiempo) es de una pluridiversidad inestable que no puede entrar en las cabezas de una filo-teología cosi-fijista.
Las Homilías de Pancho son de estricta línea ratzingueriana; y esta “a cuatro manos” no hace excepción ¿O no?
Pero, en cambio, la vitalidad panchiana (sagitariano que apunta p’arriba) lo impulsa a meterse y andar metido. ¡Ese, sí!, es su auténtico “teritorio”! ¿O no?
¡Voy todavía! – Oscar.
He dejado incompleta mi comentario al final.
Quería decir: “Intuimos” una presencia superior… que por encima de todo:
¡Respeta la libertad que desde el momento de nacer llevamos impresa en las entrañas!
Solo cada persona, es responsable de sus actos; habrá atenuantes según las circunstancias que a cada una le toque vivir; para eso habrá una justicia humana que lo defenderá… ¡o no!
Por desgracia nuestra, hay muchos salvadores en este mundo; solo mirando la historia, nos encontraremos con ejemplos de todo matiz.
Al final cada persona será… aquello que ha decidido ser, con sus errores y aciertos, solo hay una cosa importante, fundamental:
¡¡¡No vivir jamás a costa de otras personas!!!
mª pilar-pili
¡Gracias Rodrigo!
Cada vez me repele más su lectura…y abusando de los buenos profesionales de la información, de momento seguiré “escuchando” vuestros llamados de atención, a las constantes lagunas y retrocesos de esta iglesia que se está envejeciendo si esperanza de solución alguna.
Solo habría una fórmula válida; comenzar de cero en cuanto al poder, el magisterio, los ritos… Y reencontrarnos con el Mensaje primero…
¡¡¡Sin añadidos!!!
Y situándolo en el tiempo y sus circunstancias.
Quizá Oscar también se anime, nos vaya dejando pensamientos, denuncias, quizá esperanzas… ¿desde la encíclica…? No sé.
Es… que para mí Jesús, es un hombre muy importante en mi vida desde niña… y me aferro a su mensaje como una manera de vivir, ser, comunicar, trabajar, luchar.
Siento tristeza… Ratzinger porque muchas personas casi le “adoraban” por su gran inteligencia (dijera lo que dijera obediencia ciega) y ahora Bergoglio ¿? que nos quiere decir:
¿Que todo debe seguir igual ante el poder, la riqueza, la obediencia, que solo en esta iglesia hay salvación etc…? ¿De qué se nos quiere salvar?
El más feroz enemigo lo llevamos cada ser en nuestro interior, dependiendo a que nos aferremos, daremos una forma concreta a nuestro vivir, para mal o para bien.
Hay una frase que has sacado del escrito:
“Se ve claro así que la fe no es intransigente, sino que crece en la convivencia que respeta al otro. El creyente no es arrogante; al contrario, la verdad le hace humilde, sabiendo que, más que poseerla él, es ella la que le abraza y le posee. En lugar de hacernos intolerantes, la seguridad de la fe nos pone en camino y hace posible el testimonio y el diálogo con todos”.
Me parece extraordinaria, y cambiaría a este ofuscado mundo… si no fuera proclamada como exclusividad de una sola fe… sino como expresión de toda persona creyente ¡o no! (porque no creer en dios, no quiere decir, que no tengan metas, fines, medios en los que refuerzan su vida) en el cotidiano vivir.
Creo que es el tema central de muchas religiones… ¡Solo hay salvación… si sigues los dictados de cada una de ellas!
Jesús no puso límites en ningún sentido; y si estudiáramos otros mensajeros, encontraríamos muchos encuentros sobre todo, si dejáramos de ser:
¡Representantes de “Alguien” que jamás se ha dado a conocer de manera directa e inequívoca!
Muchas persona intuimos al contemplar la creación, y en especial, las capacidades que cada ser humano posee y los grandes logros puede conseguir; tanto para hacer el bien a la humanidad, como para hundirla en la más oscura y tremenda maldad.
Gracias Rodrigo, un abracito entrañable.
mª pilar-pili
¡qué carita de pibe buen muchacho tenés, rodrigo!
Me alegra que la Redacción Atrio haya hecho de un Comenario, un Post.
Ayer yo me encargué de repartir esto de rodrigo entre el curerío casado latinoamericano.
¿Tendría, tal vez, que difundirlo en la Federación europea -capitaneada por Ramón Alario y Pinillos-, la que parece haber empezado a pedalear de nuevo cuando el mes pasado se reunió en Bruselas?
¡Habrá que seguir remando ¿no?- Oscar.
Gracias, Rodrigo, por tu ajustada recensión del documento papal. Considero un error fatal que Francisco lo haya asumido y firmado. Debería haber marcado su territorio. Él, que no es teólogo profesional, se dejó deslumbrar por el “famoso teólogo”, sin pensar en que la fama no da carnet de nada. En tu breve trabajo nos das pistas, citas y valoraciones significativas. Por mi sensibilidad y formación, lo que más me llama la atención e indigna es la incorrección y ligereza de la interpretación bíblica. Es algo proverbial en los documentos eclesiásticos, incluidos los concilios. De los textos bíblicos erróneamente interpretados han sacado todos los dogmas que ahora pretendemos “reformular”. El documento parece ser anacrónico e inútil para los fieles. Perjudicial para Francisco.