Los problemas del cultivo de la tierra que a todos nos unen
La Unión Europea parece estar empeñada en acabar con el pequeño campesinado. Así se desprende de la reforma de la Política Agrícola Común (PAC) aprobada anteayer en Bruselas. Unas medidas que benefician, una vez más, a los grandes terratenientes y a la agroindustria, en detrimento de aquellos que trabajan y cuidan la tierra.
Un solo dato: a pesar de que en el Estado español sólo 350 mil personas están dadas de alta como trabajadores en el campo, 910 mil reciben ayudas. ¿Quiénes son, pues, esos 560 perceptores de subvenciones que no son campesinos pero sí reciben dicho dinero? El informe Una Política Agraria Común para el 1%, de Veterinarios Sin Fronteras, lo deja claro. Se trata de empresas de la agroindustria, grandes viticultoras, supermercados y terratenientes. Sus nombres y apellidos: Pastas Gallo, Nutrexpa, Osborne, Nestlé, Campofrío, Mercadona, la Casa de Alba, por sólo mencionar los mayores beneficiarios.
Eso sí. Con la nueva PAC, ni aeropuertos ni ferrocarriles ni campos de golf recibirán más ayudas agrarias. Imagino que el robo, o desvío de fondos, resultaba demasiado escandaloso. Otros amigos de Arias Cañete, en cambio, seguirán recibiendo cuantiosas subvenciones. A destacar, su esposa, Micaela Domecq, terrateniente andaluza y propietaria de Bodegas Domecq. Ya se sabe, quien parte reparte.
Como afirma el sindicato agrario COAG, en su valoración y análisis de la reforma de PAC, “se corre el riesgo de desmantelamiento de un sector, el agrario, estratégico para nuestra economía”. Algo que no es nuevo, pero que con las actuales medidas no hace sino agudizarse. Hoy, menos del 5% de la población activa en el Estado español trabaja en la agricultura, y una parte muy significativa son personas mayores. Algo que, según los estándares actuales, es símbolo de progreso y modernidad. Tal vez, tendríamos que empezar a preguntarnos con que parámetros se definen ambos conceptos.
La agricultura es una práctica en extinción. Anualmente, miles de fincas cierran sus puertas. Sobrevivir en el campo y trabajar la tierra no es tarea fácil. Y es que quiénes más salen perdiendo en el actual modelo de producción, distribución y consumo de alimentos son, precisamente, aquellos que producen la comida. La renta agraria se situaba en 2007, según la COAG, en un 65% de la renta general. Su empobrecimiento es claro. Avanzamos hacia una agricultura sin campesinos.
Y, si estos desaparecen, ¿en manos de quién queda nuestra alimentación? Creo que la respuesta es clara: en manos de un puñado de empresas de la agroindustria y la distribución que controlan cada uno de los eslabones de la cadena alimentaria, desde las semillas hasta el producto final. Cargill, Monsanto, Syngenta, Dupont, Procter & Gamble, Nestlé, Kraft, Mercadona, Eroski, Carrefour, Alcampo, El Corte Inglés… son quienes, finalmente, nos dan de comer. Y, así nos va.
*Artículo en Publico.es, 28/06/2013
Teresa: Se evaporó un texto que metí ayer con un saludo para ti y un recuerdo para tu compañero. Mi hermano ya va para quince años que murió, tu esposo para cinco meses. Pero el tiempo no cuenta, cuenta la huella que dejan en nosotros las personas que amamos.
Yo guardo en un rinconcito el recuerdo de aquel viaje de Bilbao a Mondragón en el Espace de Pepe Sala, y el cafelito que tomamos en buena armonía en aquel bar de la plaza de Arrasate. Y los textos concisos y cargados de sustancia que publicaba en Atrio.
Y tu recuerd, Teresa! y tu presencia.
Honorio: sólo puedo enviarte un entrañable
abrazo condolido.
No sé cuánto se tarda en elaborar un duelo.
Sólo sé que cada día extraño más a mi compañero
fallecido hace 5 meses.
Conmovedor tu poema.
Teresa Tumini
Gracias, Esther! En el final se lee que la renta agraria supone el 65% de la renta general…¿No será más bien el 6,5%?
De todos modos pienso que conviene enfocar el tema por una perspectiva de preservación del medio ambiente, mejora de la calidad de los alimentos, y cuidado del medio natural; y en ese terreno mientras las grandes empresas agrícolas trabajan “a matarrasa” a agotar y matar toda esperanza de vida vegetal, los pequeños agricultores establecen una relación ser humano-medio natural insustituíble.
Me tomo la libertad de decir todo esto en un verso que dediqué a mi hermano mayor, que apareció muerto en su huerto una tarde de verano.
L A B R A D O R
A mi hermano José, fulminado por una embolia en su huerto
Te los quitan de las manos
Jardineros, viñadores, hortelanos
Todo en uno, que con solo la mirada
Y después una caricia con la azada
Te enamoran, y te crecen, y hermosean
Y te cuajan de mil flores y mil frutos
Te los quitan de las manos
Ayer mismo, a media tarde, lo raptaron
Cuando esponjaba la tierra a los pimientos
Una voz debió llamarlo de lo alto, o desde dentro
Se sentó en aquel ribazo, de repente cayó al suelo
Alguien debió derribarlo, porque cayó fulminado
Te los quitan de las manos
Ya no quedan labradores como él
Que te den a beber cuando te llama la sed
Que te mimen cual si fueras un bebé
Seas olivo, seas acelga o rosa o bien laurel
Trigo, viña, peral, apio o nogal.
Te los llevan de las manos
Se los llevan a las huertas y olivares de los cielos
A cuidar otros olivos, otras flores, y perales y ciruelos
Parece que a los jardines celestiales ya no llegan suficientes jardineros
Y reclaman con urgencia labradores de otros tiempos
Y por eso se llevaron la otra tarde a nuestro labrador del huerto.
Te los quitan de las manos
Sin contar que le ha quedado viuda, hijos y nietos
Y una hermosa viña por plantar, la viña de sus sueños
Y la huerta a medio hacer, las vainas por recoger
Y el motor del pozo en marcha !cuánto hubiera deseado
Despedirse de los unos y los otros, y dejar todo arreglado!
Te los quitan de las manos
Y se secará la huerta, y el pozo se morirá
Y le faltará el goteo al olivar que él revivió
Enmudecerán en casa los tractores, las gallinas, los conejos, los gorriones
Y se morirán los setos y las flores en redor.
!Haced luto árboles, plantas, flores, campos por vuestro labrador!
Te los quitan de las manos
A los viejos labradores fundidos en el paisaje con los trigos y las viñas
Te los quitan de las manos
Fueron tres en sociedad, aborrecían trabajar en soledad
El uno cayó aplastado por su coche cuando bajaba a las viñas
Al otro lo reventó el remolque contra el muro del lagar
Y este se fue de una embolia inesperada en el hortal
Los tres con las botas puestas, faenando en sus labranzas sin parar…
Nos los quitan de las manos…