Desde hace bastante tiempo se ha venido desarrollando toda una teología de los “signos de los tiempos”, como una forma de percepción de un plan divino para la historia humana. Este procedimiento es arriesgado porque para conocer los signos hay que conocer primero los tiempos. Y hoy en día estos son complejos cuando no contradictorios. Lo que es signo del Espíritu para algunos, puede ser un anti-signo para otros.
Pero hay algunos hechos que se imponen a la consideración de todos porque son evidentes en sí mismos. Vamos a referiremos a algunos de ellos por la densidad de significado que contienen.
El primero es, sin duda, el proceso de planetización. Este, más que un hecho económico y político innegable, representa un fenómeno histórico-antropológico: la humanidad se descubre como especie que habita en la misma y única casa, el planeta Tierra, con un destino común. Él anticipa lo que ya decía Pierre Teilhard de Chardin en 1933 desde su exilio eclesiástico en China: estamos en la antesala de una nueva fase de la humanidad: la fase de la noosfera, es decir, la convergencia de mentes y corazones constituyendo una única historia junto con la historia de la Tierra. Espíritu, que es siempre de unidad, de reconciliación y de convergencia en la diversidad.
Otra señal relevante está constituida por los Foros Sociales Mundiales que empezaron realizarse a partir del año 2000 en Porto Alegre (RS). Por primera vez en la historia moderna, los pobres del mundo, como contrapartida a las reuniones de los ricos en la ciudad suiza de Davos, lograron acumular tanta fuerza y capacidad de articulación que acabaron reuniéndose, miles y miles, para presentar sus experiencias de resistencia y de liberación, y alimentar un sueño colectivo de que otro mundo es posible y necesario. Ahí se notaron los brotes de un nuevo paradigma de la humanidad, capaz de organizar de manera diferente la producción, el consumo, la conservación de la naturaleza y la inclusión de todos en un proyecto colectivo que garantice un futuro de vida.
La Primavera árabe surge también como un signo del Espíritu en el mundo. Incendió todo el norte de África y se llevó a cabo bajo el signo de búsqueda de la libertad, de respeto de los derechos humanos y de integración de las mujeres, consideradas como iguales, en los procesos sociales. Las dictaduras fueron derribadas, se están probando las democracias, el factor religioso es cada vez más valorado en el montaje de la sociedad, pero dejando de lado aspectos fundamentalistas. Estos hechos históricos deben interpretarse, más allá de su lectura secular y sociopolítica, como manifestación del Espíritu de libertad y de creatividad.
¿Quién podría negar que, en una lectura bíblico-teológica, la crisis de 2008 que afectó principalmente al centro del poder económico y financiero del mundo, allí donde están los grandes consorcios económicos que viven de la especulación a costa de la desestabilización de otros países y la desesperación de sus poblaciones, no es también un signo del Espíritu Santo? Esta es una señal de advertencia de que la perversidad tiene límites y que sobre ellos puede venir un juicio severo de Dios: su colapso total.
En contrapartida al signo negativo anterior está el signo positivo de los movimientos de víctimas que se organizaron en Europa, como el de los «Indignados» en España e Inglaterra y los «Ocupas de Wall Street» en Estados Unidos. Ambos revelan una fuerza de protesta y de búsqueda de nuevas formas de democracia y de organización de la producción, cuya fuente última, en la lectura de la fe, es el Espíritu.
Otro signo del Espíritu ha tomado forma en la conciencia ecológica de un número cada vez mayor de personas en todo el mundo. Los hechos no pueden ser negados: hemos tocado los límites de la Tierra, los ecosistemas se están agotando cada vez más, la energía fósil, motor secreto de todo nuestro proceso industrial, tiene sus días contados, y el calentamiento global, que no para de aumentar, en algunas décadas podría poner en peligro toda la biodiversidad.
Somos los principales responsables de este caos ecológico. Es urgente otro paradigma de civilización que esté en línea con las visiones ya probadas en la humanidad como son el «buen vivir» y «el buen convivir» (sumak kawsay) de los pueblos andinos, el «Índice de felicidad bruta» de Bután, el ecosocialismo, la economía biocentrada y solidaria, una economía verde bien entendida o proyectos cuya centralidad se pone en la vida, la humanidad y la Tierra viva.
Por último, un gran signo del Espíritu en el mundo es el surgimiento del movimiento feminista y del ecofeminismo. Las mujeres no sólo han denunciado la secular dominación de los hombres sobre las mujeres (cuestión de género), sino especialmente toda la cultura patriarcal. La irrupción de las mujeres en todos los ámbitos de la actividad humana, en el mundo del trabajo, en los centros de saber, en el campo de la política y de las artes, pero especialmente su vigorosa reflexión desde la condición femenina sobre toda la realidad, deben ser vistos como una manifestación de gran alcance del Espíritu en la historia.
La vida en el planeta está amenazada. La mujer es connatural a la vida, pues la genera y la cuida durante todo el tiempo. El siglo XXI, creo yo, será el siglo de las mujeres, quienes, junto con los hombres, van a asumir cada vez más responsabilidades colectivas. Gracias a ellas, los valores que más las distinguen como el cuidado, la cooperación, la solidaridad, la compasión y el amor incondicional serán la base de la nueva civilización planetaria.
Leonardo Boff escribió con Rose-Marie Muraro Femenino-Masculino: nuevo paradigma para una nueva relación, Record 1999.
Traducción de Mª José Gavito
Hola!
http://www.avaaz.org/es/petition/No_a_la_privatizacion_de_la_semilla_nativa_en_Chile/?tlOPNab
Difundir por favor,
porque entre los políticos irresponsables y las transnacionales nos van a dejar sin nada.
Se están aprovechando de que va a ser tiempo de elecciones para dejar firmada una ley que nos deja atados a las patentes de USA.
Chile es cuna, junto con otros países andinos, de semillas de papas, tomates, ajíes, quinoa, etc. y no queremos que se apoderen de ella unos cuantos vivos.
……………
¡Vamos todavía! – Oscar
Honorio, no sé cómo interpretar tu comentario, si desde un tono de humor, o en serio. No sé qué habré dicho para que me interpretes de una forma que no entiendo. El chiste no es mío, pero me apunto a lo que haga contra todos esos fantasmas del pasado y del presente, aunque algunos de ellos me inspiran poco humor y sí mucha indignación.
Por otra parte, yo estaba hablando del obstáculo que las religiones, todas, suponen a ciertos avances científicos y técnicos, pero en ningún caso he querido decir que considere “civilización” al inhumano uso que, desde lo que llamamos civilización, en tantas ocasiones, hacen del progreso de la ciencia, de la técnica y de la tecnología.
Creo que si me lees con calma verás lo que he querido explicar, y verás de lo que no he hablado. Sencillamente he comentado el texto del hilo.
Sobre lo que dices del Corpus, te digo que aquí también se celebra como la fiesta mayor de la ciudad, y que ayer, por primera vez, fui a ver la procesión, y tampoco vi revolotear por allí al Espíritu, y sí mucha exhibición de riqueza en plata y oro, con palio incluido supongo que para el arzobispo, pues sólo vi el palio. Pero había muchísima gente encantada con esta exhibición de sacralidad dentro de una custodia que Isabel la Católica regaló a Granada. Por ninguna parte vi la palabra justicia.
Por favor, Ana, un respeto a los purpurados del Vaticano! Te atreverías a hacer un chiste parecido con los fantasmas de Franco bajo palio,el coronel Moscardó, la Cospedal y toda la comitiva de sacristianes, prestes, arciprestes y demás funcionarios catedralicios que estuvieron ayer jueves en la procesión del Corpus de Toledo?
Y luego, si te metes con los islamistas, dales también un meneo a las tropas del “Mundo Civilizado” que se mueven por los países árabes, desde Mali hasta Afganistán, pasando por Gaza, Siria, Chechenia, etc. etc. Y a esos avioncitos como de juguete no tripulados que van en busca de objetivos con una precisión milimétrica…
Y es que nos estamos pasando de civilizados…
Yo analizaría por separado varios niveles: la acción humana, la acción del Espíritu, las religiones, la evolución de la especie, los logros y los desiderátum.
Hace tiempo que yo voy disociando lo que los seres humanos en su evolución van construyendo mundo y construyendo humanidad, de la acción del Espíritu, cuestión exclusiva de los creyentes. No me gusta creer en el intervencionismo de los dioses cuando las cosas van bien, mientras que nadie hace alusión a ellos cuando las cosas van mal.
Por otra parte, si el Espíritu tiene algo que ver con las religiones, observamos que son justamente las religiones los mayores obstáculos a los avances sociales y científicos.
Pienso que los desidetums en sí mismos ya son un logro, pero no nos engañemos, todos estos logros están en un estadio tan incipiente que queda mucho, pero muuuucho, para que sea algo significativo y plantario. De ahí la inmensa importancia que tiene la lucha de cada día, el mantener alta la esperanza de que, aunque lento, estas semillas en germinación darán su fruto en un momento determinado siempre y cuando estemos ahí, a pie de obra forzando el que todas estas realidades incipientes aceleren el ritmo.
Sólo soy escéptica total en que las religiones se pongan hombro con hombro con los avances y deseos de la humanidad. Lo acabamos de ver con la mujer de El Salvador a la que condenaban a la muerte segura tras largos y crueles sufrimientos a partir de las enfermedades que ya padece. Y no digamos de los islamistas que aún andan y galopan pa´tras en la historia.
Ya sabéis el chiste de cuando la Trinidad quería venir a la tierra de vacaciones, el Padre quería dar una vuelta por el mundo, el Hijo, visitar su tierra natal, Palestina, y el Espíritu deseaba conoce el Vaticano donde nunca había estado.